La civilización minoica y su relación histórica con la Grecia clásica a través del mito del MinotauroEduardo Antonio Téllez Ortega / Mundo grecolatino / F. Historia / UV

El mito del Minotauro es la referencia más conocida de la relación entre la ciudad de Atenas y la civilización de Minos, en la isla de Creta. Por ser un mito, se desconoce la veracidad de los hechos que narra, así como su cronología; sin embargo, expresa, a través de un relato que incluye hechos fantásticos, situaciones reales acerca de los pueblos que aparecen en él. La existencia de una poderosa civilización en Creta, que sojuzgó a los atenienses en algún momento de su historia arcaica es un hecho casi seguro, así como también que el equilibrio de fuerzas se revirtió más tarde: Atenas se sacudió el tributo minoico.

Este escrito busca relacionar el asunto que se cuenta en el mito del Minotauro con el probable proceso histórico que sufrieron las ciudades continentales griegas y el pueblo minoico de Creta alrededor del periodo que va del siglo XX al XV a.C.

A continuación resumo el relato en cuestión, sin ignorar que algunos detalles varían según las versiones.

Para asegurar la sucesión dinástica, Minos, hijo de Zeus, pide el favor de Poseidón. Poseidón responde otorgándole un toro divino que debe sacrificar en su honor. Minos degüella otra bestia, en un intento de engañar a la divinidad y conservar aquel toro magnífico. Como castigo, Poseidón induce a la esposa de Minos, Pasífea, a copular con el animal, de lo que resulta Asterión, el Minotauro. Minos recluye al engendro en un laberinto, construido por Dédalo, el ingenioso.

Más tarde, Minos declara la guerra a Atenas. Los atenienses han asesinado al hijo de Minos, Androgeo, enfadados por la victoria del cretense en una justa. Minos vence fácilmente e impone a Atenas el tributo de catorce jóvenes cada año para alimentar al Minotauro.

Al tercer año, el ateniense Teseo, hijo de Poseidón, decide liberar a su pueblo del cruel tributo y matar al Minotauro. Se ofrece como voluntario, va a Creta, entra al laberinto y mata al monstruo con la ayuda de Ariadna, hija de Minos.

Este acercamiento al asunto es de creación griega, pues es tal el origen del mito. En él se describe cómo son los dioses griegos quienes intervienen en una afrenta entre Atenas y Creta. Estos hechos pertenecieron durante mucho tiempo al campo de la mitología, pues no había pruebas de la existencia del pueblo minoico. De hecho, ni siquiera el término “minoico” existía como tal, pues esta civilización no estaba diferenciada en el ámbito de las culturas egeas que convivieron con los griegos arcaicos.

Como se sabe, fue hasta principios del siglo XX cuando Sir Arthur Evans descubrió los restos del palacio de Cnossos, en Creta, y se pudo estudiar la cultura de estos pobladores cretenses.

La cultura minoica es muy anterior a la cultura griega clásica. Se calcula que floreció entre el año 3000 y el 1400 a.C., cuando invasores dorios la integraron a la cultura griega. Sus pobladores llegaron a la isla durante el Neolítico, quizá desde 7000 a.C. Para el 2000 a.C. Creta era una vieja civilización que había pasado ya por una catástrofe y había renacido.

Mientras tanto, Atenas, cuyo origen más remoto está en un baluarte neolítico, era una urbe micénica para el año 1400 a.C., luego identificada con los griegos jonios, y que no fue destruida en la invasión dórica del 1200 a.C.

Hoy sabemos que antes de la llegada de los aqueos indoeuropeos existió pues, una vida comercial intensa entre pueblos egeos de origen asiático. Creta debió ser el centro de un pequeño imperio comercial en el Mediterráneo oriental que comerciaba con Fenicia, Egipto, Troya, etc.

Conforme llegaron los indoeuropeos a la Grecia continental, se toparon con pueblos egeos, con los que se mezclaron; seguramente hubo varias migraciones, de las cuales la última, la aquea, es la que conocemos históricamente.

Entonces, podemos decir que el encuentro entre los atenienses y los cretenses que se narra en el mito del Minotauro se sitúa en el contexto de una región egea civilizada con Creta como su centro político y comercial, adonde llegaron los arios y se establecieron, formando una nueva cultura, la micénica. En el momento inicial, la Creta minoica los dominó, por lo que impuso el tributo a Atenas. Más tarde, Atenas pudo librarse de tal tributo, pero no lo hace a través de otra guerra, sino de un héroe, Teseo.

Desde el punto de vista de la tradición griega, Creta era rival de Atenas, pero era también un país antiguo y venerable, donde había nacido Zeus, salvado por su madre Rea de la voracidad de Crono, su padre. A su vez, Minos, el impreciso nombre con que se llamaba al rey de Creta, era descendiente de Zeus y de Europa, la fenicia. Así, para los griegos, Creta era un lugar sagrado, cuyo pueblo descendía de una mujer asiática y del padre de los dioses.

Ahora, desde el punto de vista de la arqueología, se sabe que los minoicos originalmente no adoraban a Zeus ni a ningún dios griego, sino que rendían culto a una diosa madre, y que vivían bajo el régimen matriarcal. Ante los cretenses, su rey Minos no pudo ser hijo de Zeus ni mucho menos. Por tanto, esta adjudicación es de origen micénico, y se explica en el proceso de asimilación que sufrieron ambos pueblos tras su encuentro.

Como quiera, la perspectiva griega nos habla de un poderoso y civilizado reino comercial.

El relato se puede dividir en dos partes. La primera es la ofensa de Minos a Poseidón y su consecuencia en el Minotauro. La segunda es la ofensa de Atenas a Creta, el asesinato de Androgeo y la guerra, que tiene como resultado la imposición del tributo.

En la primera parte, se alude a un posible hecho histórico: la lucha por el trono entre Minos y sus hermanos, Radamantes y Sarpedón. No obstante, no hay prueba alguna de ello, y lo más que sabemos por la arqueología es que en la isla existieron varias poblaciones, sin que conozcamos su organización política o el nombre de sus gobernantes. Los demás aspectos son más bien fantásticos o simbólicos. El toro blanco que Poseidón otorga a Minos es un típico símbolo cretense y se identifica con el culto que en otras regiones asiáticas se le rendía a este animal. La locura de Pasífae y el Minotauro mismo pudieran ser indicativos del terror que durante una época Creta inspiró a los atenienses.

En la segunda parte, se establecen varios aspectos de la relación Creta-Atenas, así como el hecho de las hostilidades. En primer término tenemos el asunto de Androgeo, príncipe cretense asesinado en Atenas por el populacho, a causa de haber derrotado a los atenienses en una justa deportiva. La causa de la guerra es pues, un grave error diplomático, encarnado en un sentimiento de envidia, de sentido de inferioridad. También explica la soberbia de un rey poderoso, quien no duda en iniciar una guerra marítima por la muerte de su hijo.

En segundo término, tenemos el resultado de la guerra. Los cretenses derrotan a los atenienses tras una probable invasión al Atica. Creta tenía una flota comercial y quizá también militar en la que fácilmente pudo transportar sus tropas al ataque, mientras que Atenas, sin defensa, opta por la sumisión sin resistirse.

Una vez que triunfa, Minos decide imponer a Atenas un cruel tributo, que es más una humillación que una fuente ingresos para Creta. Los catorce jóvenes, siete chicas y siete muchachos, que Minos exigía para vengar la muerte de Androgeo es el castigo equivalente: los hijos de Atenas son muertos por el Minotauro, símbolo del poder cretense. Es probable, no obstante, que de haber existido tal exigencia, no haya sido de tales jóvenes, aunque quizá los cretenses realizaban sacrificios humanos. No podemos decir más al respecto.

Resulta interesante, finalmente, evaluar la aventura de Teseo, hijo de Poseidón y príncipe de Atenas, en Creta. Viaja a Creta como prisionero y allí es reconocido por Ariadna, la hija de Minos, quien le brinda auxilio. Este viaje pudo ser una misión diplomática, en la que Atenas deseaba una alianza con Creta y la desaparición del tributo. El laberinto se ha identificado con el palacio de Cnossos, inmensa construcción caracterizada por su complejidad. La ayuda de Ariadna y el perdón que Minos otorga al final a la ofensa ateniense nos muestran la benevolencia cretense hacia Atenas, lo que es indicativo de un pueblo pacífico.

Al morir el Minotauro no sólo cesa el impuesto cretense sobre Creta, sino que también se conjura la ofensa del rey Minos a Poseidón.

Fuentes de información:

http://es.wikipedia.org/wiki/Europa_(mitología)http://es.wikipedia.org/wiki/Teseohttp://es.wikipedia.org/wiki/Civilización_minoicahttp://mitologiacomparada.wordpress.com/category/arios/http://usuarios.lycos.es/lospersas/arios.htmhttp://clio.rediris.es/clionet/fichas/minos_minoica.htmhttp://es.wikipedia.org/wiki/Minotaurohttp://lahistoria-universal.blogspot.com/2009/06/grecia-periodo-arcaico-griego-cultura.htmlhttp://es.wikipedia.org/wiki/Antigua_Atenashttp://es.wikipedia.org/wiki/Civilización_micénica