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Temario La causa de las cojeras no era la alimentación, era el flemón interdigital En aquella ocasión habíamos acudido a la granja, una de las granjas más reconocidas de la región con unas 250 vacas en ordeño, por un incre- íble problema de cojeras. Y curiosamente, lo hací- amos de la mano de la empresa de correctores que llevaba la alimentación. Los problemas aparecían después del parto y no se trataba solo de un pro- blema de patas, también había unas metritis tóxicas muy llamativas y muchos cuajares. Las vacas iban acumulando problemas y todos tenían en común que no se resolvían pese a los tratamientos médicos. El resultado final era un montón de vacas muertas, enfermas e improductivas. El problema no apareció de repente, sino que fue progresivo, pero cada vez que se tomaba una nueva medida profiláctica o terapéutica la cosa empeoraba. Decidieron explorar todos los días a todas las vacas recién paridas, a las enfermas y a las convalecientes. Y se les aplicaba una cantidad enorme de tratamientos, tanto terapéuticos como preventivos: anticetósicos, vitaminas, antibióticos, vacunas, etc. Además se hicieron corrales de pre- parto, parto, posparto y enfermería; y las vacas iban y venían de unos corrales a otros de forma continua dependiendo de si se las veía mejor o no. El veteri- nario visitaba la granja todos los días y, casi también a diario, el casquero. Ganadero y veterinario pensaban: Si hacemos todo lo que se puede y más desde el punto de vista médico y no se solucionan los problemas ¡El pro- blema es de la alimentación y el culpable el nutró- logo!” Y por su parte, el nutrólogo pensaba: No se puede hacer más desde el punto de vista de la ali- mentación ¡Aquí hay una bacteria o un virus espe- cialmente patógenos que lo desbarata todo, hace falta un veterinario que dé con ello!” Como siempre, cuando fuimos allí nos enseña- ron montañas de análisis laboratoriales, tanto micro- biológicos como de alimentación. Cuando exploré las vacas, el problema podal era un brote de fle- món interdigital. Pero el problema no estaba en los gérmenes, sino en el elevadísimo estrés al que so- metían a las vacas en el momento más delicado para ellas, el periparto. Éste hacía que bajaran las defensas y aparecieran todo tipo de enfermedades como el panadizo. Y por si todo esto no fuera bas- tante, también había un problema de dosificación errónea del antibiótico. La solución, como siempre, era más sencilla y más barata de lo que a primera vista pudiera pare- cer. Se trataba de reducir el estrés, reduciendo el número de patios, el movimiento de las vacas y eli- minando los tratamientos que no fueran absoluta- mente imprescindibles y de eficacia reconocida. Resumiendo ¡Había que dejar a las vacas tranqui- las! Una de las creencias que más me llama la aten- ción es esa que asocia las cojeras de las vacas con errores en la alimentación. Donde más he visto esta creencia es en el vacuno lechero y en el cebo. Y no sucede sólo en España, es algo generalizado. Sin embargo, a día de hoy, esto no se ha podido de- mostrar de forma científica. Nadie ha podido repro- Juan Vicente González Martín DVM, PhD, Dipl. ECBHM Profesor Titular Dpto. de Medicina y Cirugía Animal, Facultad de Veterinaria, UCM TRIALVET Asesoría e Investigación Veterinaria SL www.trialvet.com/ e-mail: [email protected] 96 FRISONA ESPAÑOLA Nº 196 La lesión inicial del flemón interdigital comienza, como su propio nombre indica, entre los dos dedos del pie.

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ario La causa de las

cojeras no era la alimentación, era el flemón interdigital

En aquella ocasión habíamos acudido a lagranja, una de las granjas más reconocidas de laregión con unas 250 vacas en ordeño, por un incre-íble problema de cojeras. Y curiosamente, lo hací-amos de la mano de la empresa de correctores quellevaba la alimentación. Los problemas aparecíandespués del parto y no se trataba solo de un pro-blema de patas, también había unas metritis tóxicasmuy llamativas y muchos cuajares. Las vacas ibanacumulando problemas y todos tenían en comúnque no se resolvían pese a los tratamientos médicos.El resultado final era un montón de vacas muertas,enfermas e improductivas.

El problema no apareció de repente, sino quefue progresivo, pero cada vez que se tomaba unanueva medida profiláctica o terapéutica la cosaempeoraba. Decidieron explorar todos los días atodas las vacas recién paridas, a las enfermas y alas convalecientes. Y se les aplicaba una cantidadenorme de tratamientos, tanto terapéuticos comopreventivos: anticetósicos, vitaminas, antibióticos,vacunas, etc. Además se hicieron corrales de pre-parto, parto, posparto y enfermería; y las vacas ibany venían de unos corrales a otros de forma continuadependiendo de si se las veía mejor o no. El veteri-nario visitaba la granja todos los días y, casi tambiéna diario, el casquero.

Ganadero y veterinario pensaban: “Si hacemostodo lo que se puede y más desde el punto de vistamédico y no se solucionan los problemas ¡El pro-blema es de la alimentación y el culpable el nutró-logo!”

Y por su parte, el nutrólogo pensaba: “No sepuede hacer más desde el punto de vista de la ali-mentación ¡Aquí hay una bacteria o un virus espe-cialmente patógenos que lo desbarata todo, hacefalta un veterinario que dé con ello!”

Como siempre, cuando fuimos allí nos enseña-ron montañas de análisis laboratoriales, tanto micro-biológicos como de alimentación. Cuando explorélas vacas, el problema podal era un brote de fle-món interdigital. Pero el problema no estaba en losgérmenes, sino en el elevadísimo estrés al que so-metían a las vacas en el momento más delicadopara ellas, el periparto. Éste hacía que bajaran lasdefensas y aparecieran todo tipo de enfermedadescomo el panadizo. Y por si todo esto no fuera bas-tante, también había un problema de dosificaciónerrónea del antibiótico.

La solución, como siempre, era más sencilla ymás barata de lo que a primera vista pudiera pare-cer. Se trataba de reducir el estrés, reduciendo elnúmero de patios, el movimiento de las vacas y eli-minando los tratamientos que no fueran absoluta-mente imprescindibles y de eficacia reconocida.Resumiendo ¡Había que dejar a las vacas tranqui-las!

Una de las creencias que más me llama la aten-ción es esa que asocia las cojeras de las vacas conerrores en la alimentación. Donde más he visto estacreencia es en el vacuno lechero y en el cebo. Y nosucede sólo en España, es algo generalizado. Sinembargo, a día de hoy, esto no se ha podido de-mostrar de forma científica. Nadie ha podido repro-

Juan Vicente González Martín DVM, PhD, Dipl. ECBHMProfesor Titular Dpto. de Medicina y Cirugía Animal, Facultad de Veterinaria, UCMTRIALVET Asesoría e Investigación Veterinaria SLwww.trialvet.com/ e-mail: [email protected]

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La lesión inicial del flemón interdigital comienza, como su propionombre indica, entre los dos dedos del pie.

ducir de forma experimental cojeras en las vacasalterando de alguna manera la alimentación. Laidea probablemente tenga dos orígenes:

Uno es el hecho de que en granjas con mala ali-mentación, mal manejadas en general, la inciden-cia de cojeras es mucho mayor, pero también esmayor la incidencia de metritis o de mastitis.

El otro es la extrapolación de la etiología de lascojeras en los caballos a las vacas. Y aunque enellos sí se ha visto la relación de la alimentación ode infecciones graves como la metritis con la info-sura, eso mismo no se ha podido demostrar en lasvacas.

Por otro lado está la influencia de tantas y tantaspersonas que utilizan los problemas que se puedandar en una granja como argumento para vendersus productos o servicios, sin ser especialistas, sin unestudio previo e incluso sin que sus productos ten-gan nada que ver con el problema de la granja.¡Con qué facilidad compramos productos milagro-sos! ¡Qué fácil es vender algo que sólo con dinerosoluciona nuestros errores!

Las cojeras infecciosas de las vacasComo todos sabemos, las cojeras en las vacas

son el tercer problema médico en la granja despuésde la reproducción y la mamitis. Y en nuestros ani-males, la inmensa mayoría de las claudicaciones seproducen en los pies, lo que llamamos cojerasbajas. En contraposición a ellas están las cojerasque asientan más arriba, como por ejemplo la luxa-ción de cadera o la artritis de la rodilla. Éstas se en-globan en lo que se denomina cojeras altas.

Existe sólo un puñado de enfermedades princi-pales que afecten a los pies de las vacas. Se pue-den clasificar de muchas maneras pero una muypráctica es la que las clasifica en enfermedades in-fectocontagiosas y las que no lo son. Las contagio-sas son solamente dos, la dermatitis digital, quetanto dinero nos cuesta en vendas y el flemón inter-digital. A estas dos habría que añadir otra, la der-matitis interdigital, que produce erosiones en lostalones y que cursa de forma subclínica, o lo que eslo mismo, sin producir cojera, pero que a largo plazopredispondrá a otras enfermedades. La dermatitisdigital se da en casi todas las granjas y por ello es

bien conocida en la actualidad. Y digo en la actua-lidad porque esa enfermedad se diagnosticó porprimera vez en la segunda mitad de los años

La inflamación simétrica es muy característica delflemón interdigital, aquí se aprecia en toda la zona

enrojecida de la extremidad posterior derecha

Sin embargo esta inflamación no es simétrica,Aquí se aprecia inflamado solamente el dedo

lateral de la extremidad posterior izquierda, esto no es un flemón interdigital

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La causa de las cojeras no era la alimentación,...

ochenta. Hasta entonces, la enfermedad conta-giosa más habitual era el flemón interdigital, tam-bién llamado panadizo y pedero. Realmente esteúltimo nombre es más aplicado a una enfermedadparecida que sufre el ganado ovino.

La dermatitis digital y la dermatitis interdigital so-lamente afectan a la piel, pero el flemón interdigi-tal, como su propio nombre indica, producelesiones internas. Un flemón es una infección que seestablece y difunde por el tejido conjuntivo que se-para los diferentes tejidos, produciendo su necrosis. La clave que diferencia la evolución en las tres en-fermedades está en los gérmenes que las produ-cen. La dermatitis interdigital está producida por elDichelobacter nodosus que sólo afecta a la epider-mis. La dermatitis digital la producen espiroquetasque, aunque solo afectan a la epidermis, producenlesiones erosivas en unas ocasiones o bien prolifera-tivas en otras, siendo más dolorosas. Pero el flemóninterdigital está producido por el Fusobacterium ne-crophorum y en muchas ocasiones se encuentranjunto con él otras bacterias como la Porphyromo-nas levii, motivo de la gravedad de las lesiones pro-ducidas.

F. necrophorum es una bacteria muy dañinaque además del panadizo produce abscesos en elhígado y metritis graves en las vacas; y difteria (la-ringitis necrótica) en las terneras. El motivo de la gra-vedad de las lesiones que origina es que posee unatoxina, un lipopolisacárido que da lugar a necrosisen los tejidos. La bacteria vive en el aparato diges-tivo de las vacas, por lo que la podemos encontraren todos los animales de todas las granjas. Es anae-robia, por lo que no vive en presencia de oxígeno,de modo que si la granja está limpia y seca no seráfácil que tengamos casos de cojeras por esta bac-teria. Esta bacteria sobrevive en zonas encharcadascon basura, como por ejemplo en los pasillos queno se limpian completamente con la arrobadera oen los corrales de cama caliente y en potreros oprados alrededor de los bebederos inundados. Peropor sí misma no puede penetrar en el organismo.Para producir la infección necesita alguna lesión enla piel, causada por ejemplo por heridas por objetospunzantes como palos o piedras, por contacto con-tinuo de la piel de los dedos con el purín o por lesio-nes previas de otras bacterias menos patógenascomo las que producen la dermatitis interdigital.

Una vez que la bacteria penetra debajo de la pielque está entre las pezuñas, comienza a destruir lostejidos con sus toxinas. Ésto produce una gran infla-mación en la zona, con calor y dolor intenso, inclusoen muchos casos fiebre de 40 o más grados centí-grados y por supuesto una gran cojera.

Sin embargo, no todos los casos son igual degraves. Hay granjas en las que prácticamente no seven casos, hay granjas en los que los casos sonleves, hay casos que pese a ser agudos se controlanbien con antibióticos y casos extremos que respon-den mal a los tratamientos. Y es que esta enferme-dad podría ser modelo para otras enfermedadesinfecciosas. Las enfermedades infecciosas son el re-sultado de la interacción entre los gérmenes, el am-biente y el paciente. Ya hemos visto la importanciadel ambiente, ya que tiene que haber basura, o pu-rines para que vivan allí las bacterias. La bacteriatambién es muy importante claro, ya que sin ella nohabría enfermedad. Pero aunque esta bacteria enconcreto se encuentra habitualmente en el rumende todas las vacas, también hay que decir que exis-ten distintas cepas de F. necrophorum, siendo algu-nas de ellas mucho más patógenas que otras yalgunas más resistentes a los antibióticos que otras.

Y por último, aunque no por ello menos impor-tante, está el sistema inmune de la vaca. No envano la enfermedad suele aparecer en mayor me-dida en el posparto, que es cuando menos resisten-cia tiene la vaca a las enfermedades infecciosas.Por lo tanto, con una buena higiene y un buen ma-nejo de la vaca para que sufra el menor estrés po-sible, no deberá preocuparnos la enfermedad.

Otra buena noticia es que esta infección secontrola muy fácilmente con tratamiento antibió-tico. El tratamiento debe ser parenteral, inyectable.No sirven los tratamientos locales y también estácontraindicado el vendaje de la pezuña, pues altratarse de un germen anaerobio el aire ayuda acontrolarlo. El tratamiento debe ser aplicado loantes posible y mantenido por tres días. Esta bacte-ria es sensible a muchos antibióticos: tetraciclinas,penicilinas, cefalosporinas, macrólidos, fenicoles osulfamidas entre otros.

Sin embargo, yo he tenido casos en los que estaenfermedad causó graves pérdidas a la explota-ción. Los problemas aparecen cuando una vacasometida a un gran estrés enferma, no es tratadaadecuadamente y la enfermedad progresa conta-minándose todo el ambiente de la granja por elpus, con una cepa de F. necrophorum especial-mente patógena que contagiará después a otrasvacas y se mantendrá así la enfermedad de formaenzoótica. Los errores vienen fundamentalmentedel fallo en el diagnóstico o del fallo en el trata-miento.

El diagnósticoEl diagnóstico es relativamente sencillo, pero

hay que explorar al animal. Entre las cojeras infec-ciosas la diferencia es fácil: la dermatitis digital pro-duce cojera, a veces intensa, pero no produceinflamación ni fiebre. Quizás con las cojeras quemás fácilmente se confunda sea con las úlceras dela palma, de línea blanca y con el absceso retroar-ticular (las conocidas aguaduras). Todas estas po-dodermitis sépticas producen inflamación del talóncuando progresan y en ocasiones, afectan a todoel dedo. Aquí es donde estriba la diferencia, ya queestas enfermedades producen inflamación de unsólo dedo, de forma asimétrica, y el flemón pro-duce inflamación en los dos dedos y de manera si-métrica. Pero el flemón tiene otras particularidades

Si no se trata adecuadamente, la vaca puedeincluso llegar a perder un dedo

casi únicas. Aparece bruscamente (en un día más o menos),produce fiebre, la vaca deja de comer y baja la producciónláctea. Todo esto son características de las infecciones pro-ducidas por bacterias Gram negativas, como es nuestra F.necrophorum, o las pasterelas de la neumonía o los colifor-mes de las mamitis ambientales. Además, si levantamos lapata afectada veremos que la piel que está entre los dosdedos está necrosada y si la tocamos y después olemos eldedo comprobaremos que tiene un olor nauseabundo. Todoesto sólo se da en el flemón interdigital.

Y algunos os estaréis preguntando ¿Qué problema haycon no hacer un diagnóstico correcto? El problema es que sino se hace un diagnóstico correcto difícilmente se aplicaráel tratamiento adecuado y sin tratamiento la enfermedadpuede ser desastrosa. Si el sistema inmune de la vaca y el tra-tamiento adecuado no detienen la progresión de la necrosisproducida por la bacteria, ésta entrará en la articulación dela primera con la segunda falange y la destruirá, llegando encasos extremos a desprenderse todo el dedo.

El tratamientoComo hemos dicho antes, el tratamiento es muy sencillo,

tan solo se necesitan tres días de tratamiento antibiótico.Pero eso sí, hay que hacerlo pronto, al principio de la enfer-medad. Ningún otro tipo de cojera de las enumeradas ante-riormente necesita tratamiento antibiótico inyectado: ladermatitis digital necesita legrado, antibiótico local y ven-daje y las úlceras y abscesos lo que necesitan es la aperturadel absceso y el arreglo corrector del casco por un podólogoexperimentado.

Con el uso de antibióticos en las cojeras se puede pecartanto por exceso como por defecto. Si la enfermedad quesufre la vaca es un flemón interdigital y no se aplica antibió-tico de la manera adecuada, ya hemos visto que probable-mente perdamos la vaca. Pero si inyectamos antibiótico encualquiera de los otros casos, no solo estaremos tirando el di-nero sino que estaremos favoreciendo la aparición de las te-midas resistencias de las bacterias a los antibióticos, quetanto daño hacen a nuestros animales y a nosotros mismos.

Aunque son muchos los antibióticos eficaces para tratarla enfermedad, debido a que con mucha frecuencia se pre-senta en el pico de lactación, lo más indicado es el uso deproductos con poco o ningún periodo de supresión. Las ce-falosporinas serían ideales, desde las de primera generacióncomo la cefalexina, de tercera generación como el ceftiofuro incluso de cuarta generación como la cefquinoma. Perolo que sí es muy importante es que el tratamiento dure almenos tres días. Es importante estar atento a la dosifica-ción correcta. Y aun haciéndolo todo correctamente, hayveces que el tratamiento que va bien durante un tiempo nofunciona más tarde o el que va bien en una granja no fun-ciona en otra. F. necrophorum, al igual que otras bacterias,puede desarrollar resistencias con facilidad. Los antibióticosson medicamentos que se deben usar bajo supervisión y pres-cripción veterinaria y es nuestro veterinario quien mejor nosasesorará en todos estos casos.

ProfilaxisPor supuesto que también podemos hacer profilaxis de la

enfermedad. Lo primero, como en todas las enfermedades,es reducir el estrés al máximo y especialmente en el periodomás crítico, que es el periparto. Mantener las patas de lasvacas limpias y secas, con buena cama. Y evitar que los pa-sillos y caminos puedan traumatizar los pies de las vacascuando caminan por ellos manteniéndolos limpios de pie-dras, palos u otros objetos punzantes. Los baños de patas consulfato de cobre al 5% también ayudan, pero no está tanclaro que lo hagan las vacunas (autovacunas) o la suple-mentación con zinc, salvo que haya deficiencia de esemetal en la alimentación. Una vez más no se trata de gastardinero en productos mágicos, tan solo tenemos que tratarbien a nuestras vacas.

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