La Antroponimia Caballeresca

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  • 7/24/2019 La Antroponimia Caballeresca

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    Tirant, 16 (2013), pp. 255-278

    ISSN:1579-7422

    La antroponimia caballeresca a la luz de la onomstica literariamedieval y urea (de la lrica popular a Gracin).

    Un estado de la cuestin

    Mara Coduras Bruna(Universidad de Zaragoza)

    ESUMEN

    La anroponimia caballeresca ha sido asuno escasamene aendido por la crica. S se han acomeido esudios que se ocupaban,fundamenalmene, de la anroponimia pasoril, quijoesca y la propia del earo ureo, enre oros, pero ningn rabajo de conjunodedicado al mbio caballeresco. El presene rabajo preende ofrecer una imagen de la anroponimia de los libros de caballeras a laluz de la propia de oros gneros lierarios de la Edad Media y el Siglo de Oro, con el fin de brindar una serie de similiudes y conrasesenre ellas.

    PALABRS CLAVE

    Anroponimia, libros de caballeras, romance, lieraura medieval, lieraura urea.

    ABSRC

    Te chivalric anhroponomy has been poorly sudied by he criics. Tere have been published differen sudies abou pasoral, quixo-ic and Golden Age heare anhroponomy, among ohers, bu anyhing sysemaic abou he chivalric genre. Tis pages aims oprovide an oulook of he chivalric anhroponomy in connecion wih oher lierary genres of he Middle Ages and he Golden Age,in order o offer some similariies and conrass.

    KEYWODS

    Anhroponomy, Chivalric romance, romance, Medieval lieraure, Golden Age lieraure.

    El nombre propio (NP), la idenidad, es consusancial al gnero humano desde la anigedadhasa nuesros das. Si bien los esquemas varan con los siglos y con las culuras, el hombre siempreha enido que consruirse una idenidad. Ese asuno rasciende la realidad y llega a la lieraurapueso que el auor ambin bauiza a sus personajes a ravs de la eleccin o creacin de nombres

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    rara vez inocenes o grauios, especialmene cuando esa se produce en conexos deerminados,en gneros o pocas en los que exise un cdigo, un modelo o una esrucura muy marcados, comosucede con la lieraura medieval y urea, en la que se encuadran los libro s de cabal leras, sobre

    los que recaer nuesra aencin, omando como base el ciclo amadisiano que esudien mi esis docoral (2013).Algunos son los esudios onomsicos que se han emprendido en el campo lierario, como

    el aplicado a las comedias de Lope, pionero en ese campo (Griswold y yler, 1961), de irso(Fernndez Marcan, 1973), de Caldern (Huera, 2002), a la novela pasoril (Ivenosch, 1975)o al Quijoe(eyre, 1980), as como oros ms aislados dedicados a la Celesinao al gnero pica-resco, pero ninguno se ha llevado a cabo de manera sisemica en cuano al gnero caballerescose refiere (Marn Pina, 1990). El esudio sisemico de la anroponimia caballeresca ayudar aenender mucho mejor los exos y permiir ender nexos de unin a ravs de la onomsica conoras radiciones lierarias como la arrica, la bblica o la royana, as como con oros gneros de

    la narraiva urea, especialmene el pasoril.Desde la anigedad, pasando por la Edad Media y hasa llegar al Siglo de Oro, los auores hanconsiderado la exisencia de una esrecha relacin enre el nombre y el modo de acuar o compor-arse. Esas creencias anroponmicas, pensemos en las eoras isidorianas o en las palabras de frayLuis de Len en De los nombres de Criso, se complemenaban con la endencia a asociar cierosnombres con deerminados conenidos semnicos. Veamos ahora las conexiones enre la anro-ponimia caballeresca y la de los principales gneros lierarios medievales y ureos.

    Lrica popular y refranero

    Uno de los gneros ms esudiados, en lo que a anroponimia lieraria se refiere, es el de la lricapopular y en refranero. En ese senido, Alamirano (2007) ha esudiado un oal de rescienascanciones que incluyen cieno reina y dos nombres propios, rabajando sobre el Nuevo corpusde la anigua lrica popular hispnica de Margik Frenk (2003), que edia maeriales daados enre1400 y 17001. En ese caso, y al conrario de lo que sucede en el gnero caballeresco, el reper-orio femenino es mucho ms rico que el masculino (predominan Mara, Juana, Caalina, eresa,Isabel, Menga y Leonor para las mujeres, y Pedro y Juan para los hombres), ya que consiuye un55,3% del oal2. Ese dao lleva a replanearnos una circunsancia propia de la anroponimiacaballeresca: los nombres propios de los personajes de los libros de caballeras no se correspon-den con los que poran las personas de carne y hueso, como s sucede con los que pueblan el refra-nero y la lrica popular, consignados enre parnesis. Ese hecho se debe probablemene a que losauores de los libros de caballeras no querran degradar a sus personajes sino que deseaban queel lecor no esableciera ninguna conexin despeciva con la realidad (recordemos, por ejemplo,que nombres como Juan o Pedro esaban conecados con la bellaquera o la bobera, como recogeCorreas en su Vocabulario).

    1. Alamirano excluye aquellos personajes hisricos o perenecienes a los libros de caballeras, circunsancia que obsaculiza nuesroesudio, ya que su inclusin hubiera resulado de gran uilidad.

    2. ambin Cosarelli (2012) ha esudiado con deenimieno la anroponimia de la anigua lrica popular con el fin de analizar elsignificado connoaivo de los nombres propios en el conexo verbal de sus composiciones. Por su pare, amrez Casan (2010)

    se ha ocupado exclusivamene de la anroponimia femenina.

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    La presencia de anropnimos en refranes y modismos ambin ha sido erreno explorado. Lofue a comienzos del siglo XX en la obraPersonajes, personas y personillas que corren por las ierras deambas Casillasde Monoo y auensrauch (1921-1922) en el que enconramos no pocos per-

    sonajes lierarios que se han crisalizado en expresiones del habla coidiana. Enre ellos, algunosrelacionados con la maeria que nos ocupa, como ocurre con Gandaln, Agrajes, Merln o oldn.Un ejemplo es el de Agrajes, caballero delAmads de Gaulade odrguez de Monalvo (Ahora loveredes, dijo Agrajes, o Agora lo veredes, dijo Agrajes con sus pajes, que esudi iquer, 1987),pero ambin ser un Gandaln, por escudero, criado o sirviene en general, omando como re-ferene al escudero de Amads de Gaula; Sabe ms que Merln o Los hijos de Merln ignoranromance y saben lan, en el senido de saber ms que el Diablo o de aquellas personas que presu-men de poseer mucha ciencia y en cambio ignoran lo ms elemenal o ruinario, respecivamene;o Como las armas de oldn, meafricamene por aquello que no debe o no puede ocarse.

    En la acualidad, el refranero medieval acapara la aencin de Iglesias Ovejero, con mliples

    esudios al respeco (1984, 1986a, 1986b, 1999). En uno de ellos, Figuracin proverbial y nivela-cin en los nombres propios del refranero aniguo: figuras vulgarizadas del regisro culo (1984)reconoce, enre oras, las figuras pico-novelescas, segmenadas en visigodas, francas, nacionales,musulmanas, novelescas o hisrico-legendarias. Si nos cenramos en las novelescas, enconramosa personajes como Merln, que enra en los refranes como falso sabio y profea, o parejas de ama-dores proverbiales como risn e Iseo, Flores y Blancaflor, Pierres y Magalona, Paris y Viana uOriana y Amads, a pesar de que la maeria de Breaa no permien una excesiva degradacin dela imagen heroica, de al modo que esos nombres no enran apenas en el refranero aniguo, sinque eso impida el desvo referencial hacia oros regisros, o la encarnacin en figuras ms ancla-das en la hisoria o la leyenda nacional (Iglesias Ovejero, 1984: 62-63) 3. Si pensamos en elAma-ds de Gaula, enconraremos degradada la figura de Dariolea, servidora de Elisena, en erriorio

    francs, pues elDiccionario universal fancs y espaol: ms copioso de quanos hasa ahora se han viso(1743) recoge la enrada Dariolee con la acepcin de criada confidene de su ama, al y comoseal Bare (1873), y ambin, como recoge Avalle-Arce, en el siglo XVI y en Francia el graciosoy procaz seor de Branme, en susMmoires, usa su nombreDarioletecomo sinnimo de pua ycelesina (Avalle-Arce, 1990: 233).

    En resumen, lrica popular y refranero nos proporcionan informacin ineresane acerca dela recepcin de los exos o la popularidad de los personajes que los pueblan, as como sobre suvisin o valoracin por pare del pueblo, y si exise una degradacin o no de los mismos, a la luzde lo que hemos observado en algunos refranes. Del mismo modo, y por conrase con el gnerocaballeresco, observamos cmo aqu la figura femenina es de gran relevancia cuaniaivamene,

    hecho que la aleja de las mujeres de los libros de caballeras, muchas menos en proporcin nu-mrica con respeco a los hombres, como puede comprobarse en el Amads de Gaula, donde deenre los casi rescienos personajes que pueblan sus pginas porando un nombre, solo cuarenay cinco son mujeres. Porcenaje odava ms reducido en los personajes de nueva creacin de lasSergas de Esplandin. Eso sin conar con las diferencias en su caracerizacin y comporamieno,circunsancia que variar a lo largo del ciclo amadisiano, cuando Feliciano de Silva confiera unanueva y mayor relevancia cuaniaiva y cualiaiva a los personajes femeninos, hecho que puede

    3. Cuesa orre (1997) ha analizado la presencia de risn en la poesa medieval peninsular (romancero, baladas, cancionero, ec.),

    esudio que exendi, en el caso de la poesa de cancionero, a oros personajes arricos (Cuesa, 1999).

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    enroncarse con el hibridismo genrico caracersico del auor y la inroduccin de mliples ele-menos senimenales y pasoriles.

    pica y Romancero

    Uno de los campos en los que primero comenz a abordarse el esudio de la onomsica fuela pica y el omancero. Los iempos, la primera miad del siglo XX, fueron propicios y, en plenaefervescencia de la exalacin de lo espaol y de la bsqueda de unos personajes heroicos quesimbolizaran la idenidad nacional, se publicaron rabajos como Sobre los nombres picos deGarca Blanco (1934). Ese fue pionero en la bsqueda de personas de exisencia real con nombrescomo oldn, Arur o Maynee enre los siglos XII y XIII en la documenacin del Archivo deSalamanca, lnea de rabajo que ha ido ofreciendo diferenes hallazgos a lo largo del iempo, comolos aporados por ibau (1992) o Hook (1996).

    Los esudios dedicados a la anroponimia en la pica y el omancero han ido apareciendo deforma sosenida hasa nuesros das. Pueden ciarse los rabajos de Aebischer Un cas du coupleoland-Olivier dans una chare de San Cuga del Valls (1953) que da muesra, a ravs de unejemplo, de la endencia a llamar a hermanos o gemelos oland y Olivier4, o Lenre de olande dOlivier dans le vocabulaire onomasique de la Marca Hispnica daprs le Liber FeudorumMaiore daures recueils de chares caalanes e franaises (1955-1956), en ese mismo senido.ambin iquer, en Bavieca, caballo del Cid y Bauan, caballo de Guillaume dOrange (1953),en la bsqueda de las relaciones enre el canar casellano y las chansons de gesefrancesas, esableceuna relacin enre Bavieca y Bauan, caballo de Guillaume dOrange, por una incorrecainerpreacin del rmino bausn como necio, bobo (y no ordillo como debiera ser),

    sinnimo de baviecaen la lengua casellana5

    . En la misma lnea, Aubrun, en Gaiferos, Calainos,Almenique e aures noms bizarres du romancero (1958), inena enconrar el origen de esosexraos anropnimos.

    Por su pare, Aguirre, en El nombre propio como frmula oral en el Canar de Mo Cid(1981), se ineresa por cuesiones mricas y esquemas formularios de la pica oral. Algunos deesos asunos rmicos odava esn presenes en los libros de caballeras a pesar de esar escriosen prosa, como pude observar en las Sergas de Esplandinde odrguez de Monalvo y en elLisuarede Greciade Feliciano de Silva (Coduras, 2009).

    Esos rabajos cenrados en obras concreas fueron a la par con oros que, a mediados del sigloveine y en la dcada de los sesena, buscaban los orgenes y races de la anroponimia primiivahispnica desde iempos prerromanos. Alberos es buena muesra de ello, con esudios comoLa anroponimia hispnica yLa composicin en los nombres personales galossegn K. H. Schmid(1960) o Nuevos anropnimos hispnicos (1964).

    De nuevo, esos rabajos nos proporcionan abundane informacin acerca de la recepcin delos exos y sus personajes, incluso en la anroponimia real, as como de sus posibles fuenes lie-

    4. Considrese en ese mismo senido el refrn Un oldn por un Oliveros, pareja afn e inseparable, recogido por Monoo, ciadoen el Dic. de ideas afines, equivale a las frases: Ojo por ojo y diene por diene. Golpe por golpe. Herir por los mismos filos(Monoo y auensrauch, 1921-1922: 330). osellini (1958) ha informado de la presencia de la onomsica pica francesa en laIalia medieval, algunos de cuyos anropnimos se corresponden con los mismos que llegaron a la Pennsula y se asenaron de maneranoable: Blanchefleur, Ogier u Olivier.

    5. Curioso es, ambin, el caso de Bucfalo, caballo de Alejandro Magno, ya que los caballos flacos son llamados en rumano bucipali

    (iquer, 1953: 130).

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    rarias. Sin embargo, no hay que olvidar oro asuno reseable que nos brinda la picay el omancero, como es el de la conversin de un objeo en un personaje, del que no he halla-do ningn caso en el ciclo amadisiano, pero s en algn oro exo caballeresco como ocurre con

    la espada Durandare. En principio, Durandare es el nombre de la famosa espada de oldn, sibien luego el mismo nombre se conviere en anropnimo e idenifica a un caballero, smbolo delperfeco enamorado en romances como -Durandare, Durandare, buen caballero probado, OhBelerma, oh Belerma!, por mi mal fuise engendrada, Muero yace Durandare debajo de unaverde haya o Muero queda Durandare al pie de una gran monaa (Alcina, 1971: 279-285; DiSefano, 1993: 207-209). Esa conversin ambin es presene en los libros de caballeras, es elcaso de la princesa Durindana en el Claribalede Fernndez de Oviedo (1519) o de Duradn delParque en el Florambel de Lucea(1532) de Francisco de Enciso Zrae que remien, sin duda, a laespada o al propio anropnimo poserior. Oro fenmeno sera el de la ransformacin de un o-pnimo en anropnimo, frecuene en los libros de caballeras, como ilusra el caballero Carduel

    que lucha en el bando de los siee reyes conra Lisuare en elAmads, y el Carduel originario, lugarde Gales donde Aruro fija su core; oros casos seran los de Caria o Acayo, enre oros, esoslimos relacionados, ambin, con el universo miolgico.

    As, la propia pica ha dejado su improna en los libros de caballeras. Como sealan BuenoSerrano y Laspueras Sarvis en su edicin delAmads de Grecia de Feliciano de Silva,

    La hibridacin genrica caracersica de las novelas de caballeras favorece la incursinde rasgos esilsicos de oras formas de escriura. La deuda pica queda paene en lasdescripciones de baallas, en la personificacin de las armas, en el uso de hiprboles eimgenes blicas, invocaciones a los audiores y acualizaciones ane sus ojos (ponie aneoculos), enumeraciones, elipsis de susanivos y verbos, y odo ipo de recursos que bus-can imprimir rapidez a las escenas acumulando acciones y personajes (AGr, ed. Bueno y

    Laspueras, 2004: l).

    El Libro de Buen Amor, La Celestinay el gnero celestinesco

    ambin la anroponimia en elLibro de Buen Amor del Arciprese de Hia ha recibido cieraaencin por pare de la crica, que se ha viso plasmada en los rabajos de Hinkle (1968), Hook(1993) o Vasvari (1988, 1995, 2012).

    De oro lado, sin duda, el gnero celesinesco no poda quedar sin par e en ese asuno. LaCelesina ha sido objeo de esudio por pare de auores como Cherchi (1997) o Bota (2003).

    En el caso del ciclo amadisiano, cabe sealar la influencia anroponmica de la Segunda Celes-ina(1534) de Feliciano de Silva en el Amads de Grecia del mismo auor, con personajes comoFelides, Boruca o Monn, homnimos de oros del exo caballeresco.

    La antroponimia en la ficcin idealista

    Llegados a ese puno, debemos recalar obligaoriamene en los gneros que anes o despusconvivieron con los libros de caballeras, y con los que esos comparen diversas caracersicasen uno u oro senido (ey Hazas, 1982; iley, 1988; Carrasco y Lpez Esrada, 2001). Se raade las novelas radicionalmene asociadas al romance, como son la novela senimenal, la novela

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    clica la aunica onomsica del enacimieno en una visin reduccionisa pueso que, segnafirma, odos los dems sisemas de nombres lierarios esn viejos: el hisrico radicional, elcaballeresco, los nombres de los ipos de la farsa, ec. (Ivenosch, 1975: 18) cuando, realmene,

    muchos epgonos del gnero pasoril han bebido de los mecanismos de formacin anroponmicade los libros de caballeras (aunque ambin a la inversa). Si bien ese auor considera la buclicay la caballeresca como las dos grandes nomenclauras del enacimieno, no comparo la jerarquaesablecida ni la negacin de significacin de los anropnimos caballerescos pues esos poseenana como los oros:

    Ese conrase, digmoslo enre parnesis, seala la casi oal diferencia exisene enrelos dos grandes nomenclor del iempo, el caballeresco con sus muliudes de nombressonoros y sin senido, losAmadises, Orianas,Brandalisasy los dems, y el buclico, un g-nero nacional, opueso, con su expresin de cualidades concreas y claramene humors-icas, sea basadas en nombres especficos de la Edad de Oro, o lo sea en la galera generalde famosos del Mundo Aniguo (Ivenosch, 1975: 112).

    La lecura de esas lneas no hace sino evidenciar que Ivensosh pareca conocer solo elAmadsde Gaula (de hecho, odos los ejemplos que ofrece esn exrados de l), cuyos anropnimos,aunque parlanes, resulan eimolgicamene ms oscuros, pero no el quehacer anroponmico deoros auores caballerescos que coninuaron ese, como Silva o Lujn, o crearon oros. Su posura seexplica por el desconocimieno que se ena del gnero caballeresco en 1975 con apenas elAmadsde Gaulapublicado (Gayangos, 1857; Place, 1959-69/1971). Ese panorama es bien disino alacual gracias a las ediciones promovidas por el Cenro de Esudios Cervaninos, circunsanciaque ha favorecido la aparicin de cuaniosa bibliografa, como puede observarse en los esudiosrecogidos en la base de daos Clarisel. A pesar de ello, los rabajos sobre onomsica de Ivenosch

    son enormemene valiosos aunque en ese puno se muesre oalmene parcial y, en apariencia,su posura no es exena de prejuicios hacia el gnero caballeresco.En lo que respeca al esudio de la anroponimia pasoril resula enormemene sugerene el es-

    udio de laDiana(1559) de Monemayor realizado por Gal, Conribucin a una semiologa delos personajes. Algunas consideraciones ono msicas acerca de Los si e e libros de la DianadeMonemayor (2005) , por lo que hay de paralelismo enre la onomsica paso ri l y la caba-lleresca. La clasificacin que realiza para la anroponimia pasoril es muy produciva:a) nombres en relacin con una nauraleza fecunda, b) aquellos que celebran la belleza, c) el amor,d) o la felicidad, e) nombres vinculados con la razn, y f) aquellos sacados de la fbula anigua 8.Esa misma clasificacin puede aplicarse, en su mayora, a la anroponimia caballeresca, aunqueesa resula mucho ms rica y compleja y, en gran medida maniquea, dado que los significados de

    los nombres de los personajes se alinean en posiivos y negaivos, aunque exisen algunos casosambiguos o polivalenes. Por poner solo algunos ejemplos en el campo caballeresco, empleando laaxonoma de Gal, enemos a: a) Floresn, Floriseo, Florambel, oselao, osina; b) Claridoro,Crisalin, Belinflor, Esrellea, Lindamira; c) Lidamor, Amads, Philesbin, Filorane; d) Felix-mare, Feliseo, Felisandro; e) Minerva, Apolidn, Doroeo; yf) Elena, Agesilao, Diana, siendolos res primeros grupos los ms numerosos. La principal diferencia con la anroponimia pasoril

    8. Ivenosch ya haba propueso una clasificacin similar aneriormene: La on om si ca pas or il i ene cu ar o c aeg or as [] :1) nombres vegeales (los ms numerosos): Florianos, osindas, Laureanos, ec.; 2) nombres de ninfas: Dridas, Clridas, Amarilis,ec.; 3) nombres con races que sugieren la bel leza humana: Clarindas, Belisardas, Clarenios, ec.; y 4) nombres alusivos a la bondad

    del carcer humano en la Edad de Oro () Dulcineo (Ivenosch, 1963-1964: 63).

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    reside en la gran canidad de personajes negaivos de los libros de caballeras, negaividad mani-fiesa en los semas de nombres propios como Cerviferno, Furin, Nicromano, Laciva, Brun, oBramao, enre oros, ausenes en la novela pasoril.

    En definiiva, enconramos ciero paralelismo enre la anroponimia caballeresca y la buclica,pues ampoco hay que olvidar que lo pasoril y lo caballeresco fueron de la mano a lo largo delXVI, como muy bien puede observarse en las represenaciones y fiesas coresanas (Ferrer Valls,1999) o en la propia vida de los monarcas y su crculo; recurdese al monarca Felipe II que viajde incgnio y disfrazado de pasor para poder conemplar a su fuura esposa sin ser reconocido(Marn omero, 2009: 563)9. En los libros de caballeras del siglo XVI aparecen nombres alescomo Claridoro, Floriseo o Florindo, ya sealados por Cravens en Feliciano de Silva y los aneceden-es de la novela pasoril en sus libros de caballeras(1976). El primero en apunar esa conaminacingenrica fue iley en A premoniion of Pasoral in Amads de Gaula (1982), donde analiza elepisodio de Amads en la Pea Pobre (Belenebros); ras l, oros han sido los auores que han

    seguido esa senda, como Marn omero (2009) que exiende su anlisis de los elemenos pas-oriles a los libros de caballeras publicados durane el reinado de Felipe II10. Sin embargo, odavaes preciso ahondar mucho ms en ese erreno.

    La novela bizantina

    Las expresiones lierarias peninsulares de novela bizanina son poseriores al apogeo de los li-bros de caballeras y, por ano, no debe exraarnos la influencia ejercida por esos limos (y lanovela pasoril) en ellas. omaremos como ejemplo el Clareo y Florisea(1552) de Alonso Nezde einoso, considerada la primera novela bizanina espaola. En esa obra hallamos un oal dediez mujeres (Belesinda,Esrellinda, Felesinda, Florisea,Isea,Lacerna,Luciandra,Narcisiana,Perian-

    dra, y Sagiaria) y diecisis hombres (Alayes, Amee, Arminador, Arquesileo, Belirione, Casiano,Clareo, Falanges, Felisindos, Florisindos, Helisandro, Heliseno,Menelao,Penamor, Rosianoy esiandro)cuyos anropnimos no suenan lejanos a los caballerescos. La semejanza anroponmica enreesos nombres y los propios del universo caballeresco es evidene (nada ienen que ver con lasEipicas), ya que emplean los mismos mecanismos de composicin nominal y remien a similarescampos semnicos (belleza, luz, amor, claridad, felicidad), a un universo grecolaino.

    La novela morisca

    La principal caracersica anroponmica de la novela morisca, como cabe suponer, es la pre-sencia de nombres rabes. Es, de las novelas de ese grupo, la ms disane a los libros de caba-

    lleras; sin embargo, la imporancia de la anroponimia rabe y hebrea es indiscuible en algunoslibros de caballeras, como sucede por ejemplo con las enregas de Feliciano de Silva del cicloamadisiano (Fulurn, Buruca, Magadn, ec.).

    9. ambin Fernando el Calico viaj disfrazado de mercader a la pequea core de la fuura Isabel la Calica, siguiendo la prcicahabiual de los libros de caballeras (Baranda, 1996: 163).

    10. El objeo de la obra de Marn omero (2009) no es la onomsica; sin embargo, apora ineresane informacin anroponmicaEl objeo de la obra de Marn omero (2009) no es la onomsica; sin embargo, apora ineresane informacin anroponmicasobre el Olivane de Laura (1564) de Anonio de orquemada (a parir de los esudios de Muguruza, 1995), y una noa acerca delproceder de Eseban Corbera en Febo el royano (1576), auor que copia casi lieralmene frases, prrafos y capulos de oras obras

    y cuya principal novedad es, sin embargo, la ransformacin de los nombres de los proagonisas.

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    La novela picaresca

    La novela picaresca ambin ha dado algn fruo en el anlisis de la anroponimia, aunque en

    menor medida que en los casos aneriores, como prueban los rabajos Onomasic invenion inheBuscn de Ivenosch (1964), Onomsica y marginalidad en la picaresca de Alonso-Hernndez(1982), El nombre propio del pcaro como indicio sinagmico de la narracin de edondoGoicoechea (1984) o el volumenLa picarda del nombre: Onomsica, lieraura, lazarillosde MessinaFajardo (2008).

    En el primero, Ivenosch disingue las dos radiciones a las que se adscribe Quevedo: la agudezanominal de Gracin que consise en dar una nueva correspondencia a los nombres, y la provenienciade muchos de ellos de la lengua de germana, desacando siempre el carcer humorsico e irnicode la anroponimia picaresca (omo, Flechillas, el Jayn, ec.). En ese senido, hay que sealarque ambin cieros personajes caballerescos podan nurirse de la lengua de germana (comoocurre con el gigane Arloe del Florisandoo Monn delAmads de Grecia) o pasaron a engrosarsu vocabulario (as sucede con Gandaln, escudero de Amads de Gaula).

    En Onomsica y marginalidad en la picaresca, Alonso-Hernndez (1982), adems delLazarilloyelBuscn, ahonda en la anroponimia de Rinconee y Coradillode Cervanes y la Vida de don GregorioGuadaade Enrquez Gmez. Pare de sus esudios sobre anroponimia germanesca plasmadosen suInroduccin al lxico del marginalismo(1979)y exrae las siguienes caracersicas generalescomparidas por los nombres de persona en el gnero picaresco: a) nombres que aluden a la pro-cedencia geogrfica (Lazarillo de ormes, Guzmn de Alfarache), b) que indican oficio (Coradi-llo, Silbaillo, Jeringa, Ensalmo), c) que hacen referencia a caracersicas fsicas (Maniferro, Cojuelo,Mellado), d) a caracersicas raciales o religiosas (Blandondes de San Pablo, Zaide, enegado),e) nombres ridculos o jocosos (Carihara, don Peluche, oroe), f) nombres nobiliarios de adop-

    cin (adopan sisemicamene el dono doa, acumulan apellidos con resonancias nobiliarias ocambian sus nombres con facilidad, como Don Gregorio Guadaa, don oribio odrguez VallejoGmez de Ampuero y Jordn, o Pablos, respecivamene), o g) de radicin folclrica (Aldonza,obero el Diablo). esula significaivo observar cmo odas esas caracersicas eran ambinpropias del gnero caballeresco, del que la picaresca bebe. Como prueba, el propio nombre y des-cripcin del origen del proagonisa del Lazarillo de ormes (Avalle-Arce, 1965), si bien aqu laanroponimia es mucho ms cercana a la realidad y claramene humorsica.

    Finalmene, edondo Goicoechea, en El nombre propio del pcaro como indicio sinagmicode la narracin (1984), encuenra en los nombres de los res pcaros ms famosos de la lierauraespaola, Lzaro (nombre crisiano que simboliza al pobre por anonomasia, pero ambin al re-

    suciado), Guzmn de Alfarache (dualismo enre el nombre buen hombre y el paronmico quesimbolizara el Paraso perdido) y Pablos (nombre desnudo y desarraigado al que se une el apodogeneralizador Buscn, y un buen nmero de nombres falsos que se aplica a lo largo de la obra), ysus diminuivos (Lazarillo, Guzmanillo y Pablillos), el emblema simblico de las caracersicasde los mismos (p. 233).

    En definiiva, puede observarse a lo largo de esos esudios la exisencia de una inerrelacinenre unos gneros lierarios y oros, de modo que los libros de caballeras, sus posos, esn pre-senes en la novela picaresca. Enconramos desde la parodia e inversin denominaoria de Lazari-llo de ormes o Guzmn de Alfarache, que no hacen sino recordarnos a Amads de Gaula y orosanos caballeros andanes, hasa personajes como el Jayn o Brandalagas, cuyos nombres ienen

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    una clara ascendencia caballeresca11. El primer caso ( Jayn) responde a un arqueipo (susanivoque se conviri en lengua de germana en sinnimo de rufin) y el segundo (Brandalagas) remiea los mecanismos de formacin onomsica germnica; recordemos a Bradansidel o Brandalisa

    delAmads de Gaula, formados con el prefijo germnico branda- espada.En esa relacin ha ahondado Avalle-Arce en res comienzos de novela (1965), donde compara y analizala evolucin delAmadsal Quijoe, pasando por el Lazarillo con aencin ambin a sus nombres.Mienras en elAmadslo que se nos presena es un mundo cerrado y deerminisa, guiado por laherencia de sangre, y propio del gnero pico-caballeresco, en elLazarilloenconramos un deer-minismo semejane pero de signo inverso al caballeresco: Lzaro nace en la ribera del ormes perosus padres no ienen nada de elevado como Amads, arrojado en una caja de madera al ro, sinoodo lo conrario, ya que es hijo de molinero ladrn y barragana aunque, a pesar de las diferencias,el ciclo vial de Lzaro ambin es cerrado pues, de ener descendencia, ese se repeira por sudeerminismo (p. 191). Sin embargo, en el Quijoehallamos una vuela de uerca ms, pues ahora

    aparece ane nuesros ojos un hidalgo sin linaje que, por su propia volunad, decide converirseen caballero y crear con su inveniva su propio universo caballeresco empezando por su nombremismo, Don Quijoe de la Mancha, el de su amada, Dulcinea, y el de su caballo, ocinane. A pesarde que inena buscarse unos anecesores clebres, no conocemos apenas nada de ese AlonsoQuijano. En oro guio, Cervanes ubicar la accin en un lugar de la Mancha de cuyo nombreno quiere acordarse, algo oalmene impensable en un libro de caballeras en el que op-nimos y anropnimos aparecen por doquier, a cenenares, con gran precisin y rara vez conincongruencias, lo que es indicio de un gran cuidado por pare de los escriores que, muy proba-blemene, rabajaran con mapas y rboles genealgicos que faciliasen su rabajo. En palabras deMarn Pina:

    Los iinerarios son an largos y complejos, la geografa es an precisa que, sin duda, losauores rabajan con las cosmografas radicionales y con la carografa del momeno pararazar ales periplos () A la clsica geografa arrica (Escocia, Breaa, Gaula) se su-ma, a parir de los palmerines, la grecoasiica, con eje en Consaninopla, o la de Europanrdica o sepenrional, recreada en los clarianes, con la breve escala en las cosas ame-ricanas propuesa por el Belians, hasa enonces ausene en la carografa (Marn Pina,2011: 43).

    Un caso apare digno de mencin es el de la Lozana andaluza(Venecia, 1528) de FranciscoDelicado, cuya anroponimia ha sido escrupulosamene esudiada por Bota (2000 y 2002). En laprimera de las enregas dedicadas a la anroponimia, Bota compara la exensa nmina de perso-najes, unos 125 (400 conando las cias), con las propias de los libros de caballeras: nmero por

    su vez alsimo y heredero ms bien de las muchedumbres que pueblan los libros de caballerasqueno del eparo escueo deLa Celesina (Bota, 2000: 290). ambin seala la polionomasia pre-sene en la obra, pues algunos personajes cambian de nombre o poseen diversos anropnimos,oro rasgo en comn con el mundo caballeresco. No debe caer en saco roo que Delicado fue edi-or delAmads de Gaulay delPrimalen, exos que conocera perfecamene, hecho que explica lainclusin, denro de los nombres deLa lozanaalusivos a la lieraura espaola, de una Oriana para

    11. Moreno Villa (1930) y Bouza (1991) regisraron la exisencia de un enano, de nombre Juan Jayn, en la coreMoreno Villa (1930) y Bouza (1991) regisraron la exisencia de un enano, de nombre Juan Jayn, en la corede Felipe II. Quiz ora va produciva, an por explorar, en el esudio de la anroponimia caballeresca y la ficcional-izacin de la que habla Pasoureau, luego analizado, sea el rasreo sisemico de personajes de los crculos coresanos,

    nombrados o apodados con anropnimos procedenes de los libros de caballeras.

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    designar a una de las coresanas de una ilusracin de la cocina; del mismo modo, aparecen variasprosiuas de nombre Ginebra o ladroncillos de nombre Olivero. Sin embargo, en LaLozana noasisimos a la presenacin de un universo caballeresco sino prosibulario y, por ano, esa obra

    difiere de las que nos ocupan: con la diferencia de que enLa Lozanael mundo no es caballerescosino prosibulario, y la gran galera de nombres no son selvas de Florisanes o Palmerines sino demaleanes y prosiuas (Bota, 2000: 290)12.

    El Quijote

    Por limo, no podemos obviar la bibliografa de asuno onomsico dedicada al Quijoey aoras obras cervaninas. Por supueso, la inmoral obra de Cervanes cuena con un reperorioen forma de diccionario de personajes comenados, el Dicionnaire des noms des personnages duDon Quichote de Cervanes suivi dune analyse srucurale e linguisiquede eyre (1980), alguna de

    cuyas aseveraciones es conroverida, que vino a superar el de Predmore de 1938, An index o DonQuijoe, including proper names and noable maters, que no aenda al significado de los nombrespropios13.

    Los proagonisas del Quijoe cervanino, as como el carcer pardico de los nombres queoman como eje los libros de caballeras o el gnero pasoril, segn corresponda, han marcado lasdos lneas fundamenales en el anlisis de la anroponimia quijoesca14.

    Memorables y fundacionales resulan los esudios de Spizer, Perspecivismo lingsico en elQuijoe(1948), y Salinas, El polvo y los nombres (1961). Spizer fue el primero en cenrarse enel asuno onomsico, en concreo en la polionomasia (o polieimologa), con el fin de conocerla posible moivacin psicolgica de Cervanes a parir de la inesabilidad y variedad de los

    nombres dada a algunos personajes (y la variedad de explicaciones eimolgicas de esos mismosnombres) (p. 135), en una perspeciva que para Spizer es deliberadamene relaivisa. As, va-rianes como Quijada-Quesada-Quijana para el hidalgo, o Mari Guirrez, eresa Cascajo, eresaPanza, eresa Sancha, Juana Panza, eresaina y eresona para la mujer de Sancho, solo consiui-ran algunos ejemplos de ese fenmeno compleado por las frecuenes eimologas populares deSancho con feo Blas (por Fierabrs) o Berenjena (por Cide Hamee Benengeli), por ponersolo un par de ejemplos. Por oro lado, desaca la funcin de las eimologas aniguas y medievalesen las que

    muy conadas veces son las que podra ofrecer un lingisa moderno, inclinado comoes a respear los procesos de formacin corrienes en el lenguaje paricular [], las co-nexiones eimolgicas que ve el eimlogo medieval son relaciones direcas esablecidasenre palabras vagamene asociadas por su sonido homonmico, no las relaciones esable-cidas por la gramica hisrica o las que se logran por la descomposicin de una palabraen sus elemenos morfolgicos. (Spizer, 1948: 146).

    12. En la segunda pare de su rabajo, Bota (2002) aiende a los mecanismos de formacin de esos anropnimos. Bota (2004)odava ha publicado una ercera enrega dedicada a la oponimia lozanesca. Por su pare, Jose ha dedicado res rabajos al anlisis delnombre de ampn (1993 y 1996).

    13. De oro lado, ambin habra que acudir a laDe oro lado, ambin habra que acudir a la Gran Enciclopedia Cervaninapara rasrear odas aquellas informaciones anro-ponmicas que pudiera aporarnos.

    14. iley ha esudiado ese carcer pardico y risible de los anropnimos y ulos de obras de ficcin de la lieraura barroca espaolailey ha esudiado ese carcer pardico y risible de los anropnimos y ulos de obras de ficcin de la lieraura barroca espaola

    en Spanish Baroque parody in mock iles and ficional names (1961-1962).

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    Y as, se eniende que en casos como la condesa rifaldi, cuyo nombre Cervanes ha consrui-do a parir de ruffaore,engaador, los proagonisas solo vean su cola con res faldas, lo que noinvalida las dos lecuras posibles, dependiendo del grado de compeencia de los lecores. ambin

    Fine ha dedicado recienemene un rabajo a esa polionomasia cervanina, De la polinomasia ala heeronimia: las vicisiudes del nombre en el Quijoe (2009), aenindose al principio de moi-vacin de los nombres adopado como axioma de la escolsica medieval y odava presene en laobra de Cervanes segn el cual nomina sun consequenia rerum.

    Por su pare, Salinas se cenra en el episodio de los rebaos, aquel en el que el polvo meafricodel que habla ese auor llega a suma significacin poica (Salinas, 1961: 128) al poblarse denombres. En dicha avenura, Don Quijoe divide su discurso en dos pares: en la primera enumeracon grandilocuencia los nombres y ulos de los caudillos de ambos bandos, y en la segunda lasdisinas ropas que los siguen, los soldados annimos, en un ejercicio de parodia de los combaespropios de los libros de caballeras, cuya radicin vena ya de Homero, con nombres y apodos

    an risibles como Brandabarbarn de Boliche, Alifanfarn o Caraculiambro, que no son sino clarasmuesras de las avenuras verbalesque llegaron a suponer los nombres de los libros de caballeras(edondo, 1997: 344).

    Ivenosch, en Dulcinea, nombre pasoril (1963-1964), se ha ocupado del nombre creado porDon Quijoe para su amada idealizada, pero ambin de Aldonza, el que sera su nombre erre-nal (recoge ambin aspecos acerca del origen de Melibeo, y de Camiloe). En esa misma lneaLapesa, en Aldonza-Dulce-Dulcinea (1967) se dedica a ese nombre, a su parecer [el de DonQuijoe], msico y peregrino, y significaivo, como odos los dems que a l y a sus cosas habapueso (Quijoe, I, cap. 1), y ve su precedene en la pasora Dulcina y el pasor Dulcineo del sexode Los diez libros de Foruna dAmorde Lofrasso (Lapesa, 1967: 217). Por su pare, edondo haafirmado que si Aldonza fue nombre llevado por grandes damas en oras pocas, ya haba perdi-

    do su lusre y haba venido a cobrar una onalidad despeciva: pasaba por pico de mozas de bajaesofa (edondo, 1997: 234)15.

    De oro lado, edondo relaciona las dos figuras cenrales con el mundo carnavalesco: Sanchosera un ser cuaresmal (p. 37), el gordo y la gula, frene a Don Quijoe como personificacinde la Cuaresma, smbolo de absinencia y maceracin (p. 38), dos principios opuesos y comple-menarios en los que ambin son fundamenales sus nombres; as, relaciona Quijada con des-quixarar leones y Quesada con el queso, sin olvidar sus nombres o sobrenombres, Sancho Panzay el Caballero de la rise Figura, que evidencian esa conraposicin. En su libro Ora manera deleer el Quijoe, reoma la relacin de los nombres de Don Quijoe, Sancho Panza y Aldonza-Dulci-nea, y aade informacin acerca de oro anropnimo Gins (de Pasamone) que es en el sisema

    de represenaciones del Siglo de Oro, uno de esos apelaivos considerados como picos de villa-nos y se aplica especialmene a los campesinos maliciosos, echadores de pullas (edondo, 1997:252), enroncndolo con la picaresca (es evidene la similud enre su alias Ginesillo de Parapillay el nombre de los pcaros como Lazarillo). Por su pare, Baras (2005) ha esudiado la relacindel nombre de Don Quijoe con quixoe, pieza de la armadura que cubra el muslo, rechazando lasesis ericas de Johnson (2004).

    15. Huera Calvo, Marn Marnez y Sez aposo (2007) han observado cmo el nombre de Aldonza f ue comn en varios en-Huera Calvo, Marn Marnez y Sez aposo (2007) han observado cmo el nombre de Aldonza fue comn en varios en-remeses de la poca, comoEl alcalde Burguillos(a. 1640) de Julio de la orre,Los coches (a. 1640) de Quiones de Benavene oLareliquia(a. 1676) de Moreo, adems de la cervanina Aldonza de MinjacadeEl juez de los divorciosque les sir ve para emprender

    dicho esudio.

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    De carcer ms general es el rabajo de eyre Los nombres de los personajes de la novela deMiguel de Cervanes,Don Quijoe de la Mancha (2005), donde realiza un repaso por la anropo-nimia en la obra cervanina pariendo de unas adverencias ericas previas en las que expone la

    percepcin del nombre propio en el Siglo de Oro basada, especialmene, en el aspeco audiivo.Cervanes presena dos faceas en su uso onomsico: su adhesin a la eora admica del signo yuna reinerpreacin personal desde la disancia irnica. omando en consideracin esas premi-sas, eyre analiza brevemene el nombre de ocinane, de Alonso Quijano y sus varianes, de losmonsruos, de las damas y doncellas, as como de Sancho y oros rsicos y aldeanos.

    Por oro lado, auores como Mancing han indagado en la veriene pardica del Quijoe. Ene Comic Funcion of Chivalric Names in Don Quijoe (1973), Mancing analiza la parodiacervanina de la anroponimia caballeresca, y divide su esudio en cuaro caegoras: 1) perso-najes caballerescos hisricos, 2) personajes provenienes de la pica y la caballeresca europea(fundamenalmene del omancero espaol), 3) personajes sacados de los libros de caballeras

    espaoles, y 4) nombres caballerescos invenados por Cervanes (proagonisas, invenciones deDon Quijoe, invenciones de oros personajes, corrupcin de anropnimos caballerescos)16. Alfinal, ofrece un ineresane y il apndice con los nombres clasificados por las ciadas caegoras.Poseriormene, Mancing public la obra de conjuno, Te Chivalric World o Don Quijoe. Syle,Srucure, and Narraive echnique(1982) en la que volva a hacer hincapi en la cuesin ono-msica: Nex are ciaions of he names of chivalric characers wheher from he romances ofchivalry (Amads de Gaula, Oriana, Belians de Grecia), from popular radiion and he balladradiion, he omancero (Lanzaroe, Anglica, Monesinos), or from hisory (Juan De Merlo,Pedro Barba, Guierre Quijada)- who serve as Don Quijoes models and auhoriies in chivalricmaters (p. 35)17.

    Del mismo modo que sucede con los personajes caballerescos, ambin hay rabajos dedicados

    en exclusiva a alguno de ellos, al es el caso de La hipsasis de Armida: Doroea y Micomico-na de uiz Prez (1995), que analiza la figura de Doroea y su disfraz de Micomicona como unanueva Armida de laJerusaln liberadade asso que arrasra a einaldo, en ese caso Don Quijoe,adems de presar aencin al nombre Micomicona que se explicara por la repeicin risible demico, como ambin har edondo (1997: 365 y 429); Genio y figura de eresa Panza deomero Muoz (2004), que aiende a las singularidades de la mujer de Sancho;o los rabajosde Monaner Fruos, Don Sancho de Azpeia, escudero vizcano (Quijoe, I, VIII-IX) (2004)en el que analiza la problemica y las confusiones surgidas acerca de ese apellido a lo largo de lahisoria de la crica cervanina, y Zara/Zoraida y la Cava uma: hisoria, leyenda e invencin(2006), personaje del Quijoe y Los baos de Argel basado en un personaje hisrico, la hija de

    Agimorao de finales del XVI, donde especula acerca de al anropnimo analizando las disinashipesis veridas: bella o brillane, floreciene, y concluye esableciendo una relacin, a mijuicio, en la hibridacin (Assayyidah) Zuhrah(-Zuhayrah) + Zaida= Zora+ -ida= Zoraidades-empea un papel fundamenal una Zaida en concreo, aquella que pone en circulacin el nombre

    16. Parodia, enendida con iewald como a humorous and aesheically saisfying composiion in prose or verse, usually writenParodia, enendida con iewald como a humorous and aesheically saisfying composiion in prose or verse, usually writenwihou malice, in which, by means of a rigidly conrolled disorsion, he mos sriking peculiariies of subjec mater and a syle of alierary work, or auor, or a school or a ype of wriing, are exaggeraed in such a way as o lead o an implici value judgemen of heoriginal (iewald, 1966:128-129).

    17. En el Quijoe se hace referencia explcia alEn el Quijoe se hace referencia explcia alAGry al FNIII, sin embargo Cervanes conocera perfecamene elLGya que men-

    ciona a Lisuare, Perin y Piniquinesra (Sales, 2003: 113).

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    en la lieraura romance: la mora Zaida y el moivo pico de fronera de la paenne amoureuse(p.264); enre oros.

    Sin embargo, a pesar de que en el Quijoeha recado la inmensa mayora de bibliografa sobre

    anroponimia de la obra cervanina, enconramos algn esudio dedicado a oras de sus obras como el deColahan, owards an Onomasics of Persiles / Periandro and Sigismunda / Aurisela (1994),acerca delPersiles, en el que esablece como posible fuene de Cervanes la anroponimia propiade la ficcin senimenal, as como la novela bizaninaLos amores de Clareo y Florisea de Nez deeinoso, donde aparece una Periandra y una Aurismunda, con los que relaciona a los proagonis-as, e incluso con Perseo y Aenea; del mismo modo recoge las esis de Schevill y Bonilla que co-necan el nombre de Persiles con un grupo de vocablos de anloga forma que iene su abolengoen la novela caballeresca. As en el Amadsse encuenran Sarquiles, Granfiles, Gasiles, y odosesos nombres parecen haberse formado a imiacin del de Aquiles (p. 22). ambin HueraCalvo, Marn Marnez y Sez aposo se han ocupado de la anroponimia de los enremeses cer-

    vaninos en un rabajo que incluye un ndice explicaivo de los nombres de los personajes queaparecen en esas pequeas piezas de Cervanes (2007); y Ferrer-Chivie (1999) de laanroponimia en sus Novela s ejem plares.

    En definiiva, los rabajos sobre la onomsica en el Quijoe, la parodia y subversin de la poicacaballeresca (y pasoril) que realiz Cervanes, realmene visible en nombres como Alifanfarn,Micomicona, Brandabarbarn o Pandafilando de la Fosca Visa, nos proporcionarn pisas de losmecanismos de formacin del nombre arquepico caballeresco con carcer reroacivo.

    El teatro del Siglo de Oro

    Juno a la onomsica pasoril, el erreno anroponmico ms explorado por la crica ha sidoel del earo ureo, en especial las comedias de Lope, Caldern y irso de Molina, area ardua porsu ingene produccin18.

    Lope y sus comedias han dado lugar a la obra de conjuno Los nombres de los personajes en lascomedias de Lope de Vega: esudio de onomaologa(1961), de Griswold y yler, cuyo origen fue eldeseo de averiguar los mviles que el ms fecundo de los dramaurgos espaoles uviera para es-coger cieros nombres y apellidos para los personajes creados por su desbordane imaginacin(Griswold y yler, 1961: 15). A esa obra de conjuno sobre la onomsica en la comedia lopescahay que aadir oros esudios, como e probable sources of cerain characer names used byLope de Vega de Ficher (1962), surgidos ras la esela de ese. El esudio de Ficher, ms allde las fuenes que propone para algunos personajes, ineresa por alguna de las ideas que apora:a sabiendas de que Lope sola omar personajes y argumenos aneriormene exisenes, ve nece-sario el esudio de las figuras hisricas que pueden esconderse ras los nombres de personas queuvieron una exisencia real que ha susiuido por oros en sus obras, as como de los efecos en laradicin lieraria y popular en la eleccin de esos nombres.

    Por su pare, Caldern de la Barca cuena con el ciado Diccionario de personajes de CalderndeHuera y Urziz (2002), un reperorio de los mismos ordenados alfabicamene. Adems, eyreha presado aencin al componene hebreo en sus auos sacramenales en Lo hebreo en los auos

    18. Exise en la Universidad Compluense de Madrid un Seminario de Esudios earales que se viene ocupando del esudio de laExise en la Universidad Compluense de Madrid un Seminario de Esudios earales que se viene ocupando del esudio de laonomaologa o anroponimia lieraria en el gnero earal. Hasa el momeno ha dado como fruo elDiccionario de personajes de

    Caldern(2002) y elDiccionario de personajes de irso de Molina (2007).

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    sacramenales de Caldern(1998), denro del cual dedica varios capulos de la segunda pare a laonomsica. En sus auos aparecen anropnimos y opnimos de origen semico: el conenidosemnico de esos NNPP, as como las poencialidades dramargicas de las glosas nominales

    bblicas, su parodia y su funcin como elemenos de versificacin o elemenos dialgicos, la agu-deza nominal en el caso de los anropnimos, y la aparicin de hebrasmos bblicos, son algunosde los aspecos que raa.

    Por limo, ambin exisen varios rabajos sobre la anroponimia en irso, como el de FernndezMarcan,El earo de irso de Molina: esudio de onomaologa (1973), o el de Huera y Urziz,Dic-cionario de personajes de irso de Molina(2007) mencionado al comienzo. El primero es una obradesinada a los esudianes universiarios y concebida como una gua il en la clasificacin delos personajes de las obras de irso de Molina y de las fuenes clsicas de las mismas (p. 15), queofrece una clasificacin de los personajes de irso segn los siguienes crierios: nombre, obra,clasificacin, funcin, fuenes y paricularidades:

    La clasificacin va ms all de los personajes pasoriles y alegricos incluyendo ambinlos miolgicos. Anuncio para prxima edicin un esudio de la radicin bblica (pars-ica y religiosa) y una indagacin sobre los anecedenes rabes, ialianos franceses y es-paoles. Unido lo anerior a los nombres que provienen del susrao popular o que fueronacuados por el propio irso puede llegarse a descubrir por medio de la onomsica, lasdirecrices esenciales en la obra del gran Mercedario. Nos ocupan, ahora pues, las fuenesclsicas (Fernndez Marcan, 1973: 17).

    rabajo que, lamenablemene, no lleg a aparecer, y que deja odava sin cubrir aspecos anineresanes como los que propona. Oros esudios al respeco son los arculos aneriores deMorley, Characer names in irso de Molina (1959), Characer names in some of irsos comediesde Wade (1968), o, un poco poserior, De onomsica irsiana: nombres de personajes de ficcinde Gusavino (1975), que rasrean la relacin enre personajes lierarios de las comedias de irsoy personas reales, as como el de edondo, eescriura de la hisoria y problemas exuales, an-roponimia y dramaizacin de los conflicos en la comedia de irso de Molina, Cmo han de serlos amigos (2005). As hace Wade que encuenra paralelos enre aquellos y personas del crculocoresano en obras comoDesde oledo a Madrid,Don Gil de las Calzas Verdes,Mara la piadosaoElvergonzoso en palacio, hecho que se encuadrara denro de una polica de propaganda. ambin enlos libros de caballeras se ha rabajado en esa direccin, aunque desgraciadamene no he halladonuevos daos para el caso amadisiano que indiquen una posible lecura en clave de algunos personajesms all de las ya indicadas por Belrn Pepi (1988) para Leonorea en la que vio un reflejo deLeonor de Guzmn, o por Eseban Erls (2007) para Perin de Gaula cuya muere considera un

    eco de la del prncipe Juan, vsago de los eyes Calicos19.Esos rabajos, y en especial el de Griswold y yler, ayudan a ender nexos de unin y a anali-

    zar la repercusin de los libros de caballeras en la produccin dramica poserior, as como lasposibles relaciones de los exos caballerescos con oros gneros. As, por ejemplo, el nombre dela mora Celinda aparece regisrado en siee comedias de Lope (en doce su masculino Celindo),enre ellasLas flores de don Juan,La uerza lasimosao La ragedia del rey don Sebasin, hecho quepodra relacionarla con el personaje de Celinda delAmads, aunque su origen en ese caso sea bre-n. Del mismo modo, servirn para ender paralelos enre la caballeresca y la pasoril nombres

    19. Muy recienemene, Vilches ha sosenido en su esis docoral que el proagonisa delMuy recienemene, Vilches ha sosenido en su esis docoral que el proagonisa del Claridoro de Espaa, libro de caballeras de

    finales del XVI, es un rasuno del monarca Felipe II, y ha propueso una lecura en clave de la obra (2013).

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    como Clarindo o Floriseo. Sin embargo, ambin resulara ineresane esudiar el caso de orospersonajes que aparecen en comedias de Lope, como los propios del omancero (Brandimare,Durandare, Monesinos, Oliveros, einaldos, ec.), o de la arrica (Merln, risn o Ginebra)

    aunque ambin oros caballerescos como Beliano, Briseno, o Florindo.Por ejemplo, como msque probables influencias del ciclo amadisiano, enconramos a dos damas llamadas Brisena, unaromana en Los embuses de Fabia, y ora en El ruin Casrucho, o una Brisena como dama-ramera en Las erias de Madrid, un Lsuare (Lisuare) como un escrior en La vengadora delas mujeres, y oro Lisuare, caballero francs en La locura o la honra, as como alusiones aGandaln en El despreciado agradecido.

    esa por esudiar en profundidad la relacin de Lope y Caldern con el gnero caballeresco,al que cian en varias ocasiones; as Lope en lasNovelas a Marcia Leonarda, ya alejadas del gneroearal20; o Caldern en La dama duende, en la que enconramos la mencin de varios personajescaballerescos (el criado Manuel llega a pregunar Soy Cosme o Amads? / Soy Csmico o Belians?

    (La dama duende, 2011, vv. 2607-08).

    21

    odava queda mucho por decir a ese respeco; en ese seni-do, puede ser de gran uilidad la base de daos de exo compleo ESO (earo Espaol del Siglode Oro), pero no hay iempo ahora para acomeer an ineresane como necesaria empresa.

    Gracin

    Llegamos al final de nuesro recorrido, Gracin, que ano apor a la eorizacin sobre la formacinnominal con sus ideas acerca de la agudeza nominal conenidas en su Agudeza y are de ingenio(1648), pero ambin en forma de apunes en oras de sus obras. Si bien ese es poserior al boomde los libros de caballeras, algunas de sus ideas resulan de capial imporancia para la comprensin

    de la anroponimia caballeresca. l mismo cre nombres similares a los de la radicin caballeresca22

    .Su sisema anroponmico ha sido esudiado por auores como Ivenosch (1961), Spizer(1991) o idruejo Alonso (1986). A pesar de presenar una fisonoma menos inhabiual que lade oros invenados lierariamene (por ejemplo en los Libros de Caballeras) (idruejo Alon-so, 1986: 290), s es ciero que los anropnimos gracianescos comparen caracersicas compo-siivas y semnicas con los caballerescos y con los perenecienes a oros gneros del romance,como ellos en alguna ocasin los nombres asumen la forma de nombres reales de persona (Ho-noria, Aremia); en oros casos se consruyen mediane derivaivos frecuenes en anropnimosde origen laino, helnico o germnico: Falimundo, coincidene con Veremundo o Sigismundo,

    20. EnEnLas orunas de Diana, el relao que abre lasNovelas a Marcia Leonarda, Lope adviere a su lecora que en iempo menosdiscreo que el de agora, aunque de ms hombres sabios, llamaban a las novelas cuenos. Esos se saban de memoria, y nunca, queyo me acuerde, los vi escrios; porque se reducan sus fbulas a una manera de libros que parecan hisorias, y se llamaban en lenguajepuro casellano caballeras (Novelas a Marcia Leonarda, 1968: 27). Agradezco a M. Marn Pina el regalo de un soneo de Lope (Aun perro que mordia quien omaba la mano su ama, soneo LI) insero en el poemario imas humanas y divinas del licenciadoom de Burguillos (1634) en que el amane (un Amads) se compara con un perro (O sois perro, Amadis, sois encano).

    21. Incluso en su adapacin de la obra al francs, dOuville conviri el personaje de Manuel en Floresn (Armas, 1999).Incluso en su adapacin de la obra al francs, dOuville conviri el personaje de Manuel en Floresn (Armas, 1999).

    22. Como seala Egido (2009), la fuerza de los nombres en Gracin fue inmensa () la radicin homrica y agusiniana de laComo seala Egido (2009), la fuerza de los nombres en Gracin fue inmensa () la radicin homrica y agusiniana de laalegorizacin nominal en el jesuia, sin olvidar la conexin de Criilo con el Crailo planico, por no hablar del Crailo que aparece

    en El Persiles (Egido, inro. Criicn, 2009, vol. 3: CLVI).

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    Falsirena, como Elena (); Hipocondra, Felisinda, como Belinda o Florinda; Andrenio, comoEugenio, Criilo, como Cirilo, ec. (idruejo Alonso, 1986: 289-290)23.

    A veces, Gracin mismo explicia la moivacin onomsica, como suceda en los libros de

    caballeras, si bien l se funda en concepos de orden moral y en el gnero caballeresco losauores combinan esos con las cuesiones fsicas: Comen por los nombres de ambos, propo-nindole el suyo, que era el de Criilo, y imponindole a l el de Andrenio, que llenaron bien, eluno en lo juizioso, y el oro en lo humano (Criicn, I, Crisi 1, apud. iduejo Alonso, 1986: pp.288-289). Comprese ahora, por ejemplo, con el archiconocido caso de risn y las palabras desu madre Blancaflor ras el paro: rise e he rado al mundo, rise es la primera fiesa que puedohacere, por i sieno riseza de morir. Y como has llegado al mundo en medio de la riseza,u nombre ser risn (risn e Iseo, apud. Marn Pina, 1990: p. 168), con el de Floresn en elAmadspor haber nacido en una floresa o el de Urganda la Desconocida por ransformarse. ParaGracia (1991) la aribucin de nombres relaivos a las circunsancias del nacimieno que aparece

    en numerosas obras medievales, normalmene en personajes en cuya infancia han sido abandona-dos o expuesos, subraya la condicin heroica de los mismos, pues va en conra de la cosumbremedieval de dar como nombre a los miembros nuevos de la familia uno que hubiera perenecidoya a algn anepasado del lado paerno o maerno (Gracia, 1991: 86).

    Por limo, no hay que olvidar que, a pesar de sus cricas a los libros de caballeras, a los quecalific de rasos viejos en el Criicn, Gracin los haba ledo y los conoca muy bien, y muchosde los nombres y de las inrigas o avenuras que aparecen en sus obras parecen sacados de las delromance. As lo reconoce Maheu y Sanz en Crica de refleccin(1657) en el Discurso II (En quese propone el medio y empieza el examen de las buenas leras), libelo conra Gracin, en el queel jurisa valenciano criica al bilbiliano la uilizacin en su obra de picos caballerescos proce-denes del gnero que ano haba rechazado:

    Por raso viejo de las iendas no boicas, que sas son slo aquellas que, llenas de aro-mas preciosos, minisran frmacos a los dolienes- de barberos condenas los libros decaballeras, cuando les imias en las descripciones de casillos encanados; avenuras delas encrucijadas; baallas de fieras, monsruos y giganes; conversaciones con enanos;desencanamienos de infanas y princesas y hallazgos de fuenes de raras virudes, hasallegar a llamar a los peregrinos del mundo, andanes de la vida. Los fines de las crisis sonimiacin de los Amadises y Esplandianes, pues, cuando ms engolfado en la narracin,la dejas en calma, diciendo que lo ha de decir la crisi siguiene. Dems que lo inricado delos razonamienos, el jugar de los vocablos ambin les imia, pues dices: bulla del valle,

    brega de la vega () y oras semejanes que apenas se disinguen de las que acabaron conel juicio de don Quijoe (Gorsse y Jammes, 1988: 107-108).

    A lo que responde y se defiende Peregrino, ras el que se escondera Gracin, que crey haberacerado la disposicin, y parece que no me engao, pues, dividindole en discursos pequeos,faiga menos la aencin del que lee. El rozarse en el modo es uniformidad y el jugar del voca-blo senenciosa agudeza, sin haber imiado los libros de caballeras, pues no me conenode condenarles, sino que a los mismos que les persiguen les moejo diciendo que sacan delmundo una necedad con ora mayor (Gorsse y James, 1988: 108). Esas aserciones no hacen sino

    23. La relacin de la obra (La relacin de la obra (Criicn) con los libros de caballeras y la necesidad de profundizar en ella, as como con la de los libros de

    caballeras a lo divino, ya f ue apunada por icardo Senabre (2001).

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    evidenciar la presencia y el conocimieno de la poica caballeresca, incluida la anroponimia, enla obra del aragons Gracin.

    Conclusiones

    Ese breve recorrido por los principales esudios anroponmicos de la lieraura medieval yurea, y sus paralelismos y divergencias con la anroponimia caballeresca, nos lleva a considerarla mezcla de diversas radiciones en el proceso creaivo de los auores. No podemos separar laanroponimia de cada uno de los gneros en comparimenos esancos, pueso que unos bebende oros y conforman un sisema de gran riqueza, uno de cuyos principales ejemplos es el de laanroponimia caballeresca, infravalorada por Ivenosch (1975).

    La anroponimia caballeresca parece disanciarse de la propia de la lrica popular y el oman-cero para dirigirse por errenos ms exicos y exravaganes, a la alura de los personajes elevados

    y singulares que poran dichos nombres. Sin embargo, y a pesar de alejarse de la anroponimia decore ms realisa, presena imporanes conexiones con el sisema denominaorio de la novelapicaresca. De oro lado, sus paralelismos y punos en comn con las manifesaciones lierarias delromance, fundamenalmene con la novela senimenal y con la novela pasoril, son incuesiona-bles, hasa el puno de proporcionar una serie de ecos o referencias en una y ora direccin, algu-nos de los cuales hemos podido consaar, pero de los que queda mucho por decir odava; figuraclave en ese senido resula Feliciano de Silva, amigo de la mixura genrica.

    Las posibilidades de la anroponimia caballeresca se exienden al earo ureo, auores comoLope, Caldern o irso omaron personajes caballerescos para adecuarlos a sus ramas, o simple-mene se valieron de sus nombres a sabiendas de que el lecor odava poda esablecer una serie

    de conexiones semnicas con el personaje originario. Ese juego de idas y venidas concluye conla excelene parodia cervanina en el Quijoe, que supo leer la verdadera esencia de la anroponimiacaballeresca para volcarla en moldes humorsicos. Finalmene, Gracin odava nos ayuda a com-prender mejor el porqu de esa anroponimia an caracersica que supo labrarse un hueco en elproceder lierario de los auores de una poca que seguan la mxima del nomina sun consequeniarerum, es decir, los nombres son las consecuencias de las cosas.

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