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La Amenaza Evoliana (1) por Karl Santhrese Enero de 2006 INTRODUCCIÓN Anteriormente me vi en la obligación de elaborar, por un lado, un breve e improvisado escrito que alertase sobre la nueva amenaza que ha surgido para el futuro del NS, poniendo en riesgo la victoria total de nuestra raza, y por otro lado, un ensayo de 105 páginas donde analizaba con mayor profundidad la problemática. El primer escrito más propagandístico estaba titulado "Hitler versus Évola", el segundo "Nacionalsocialismo versus Evolianismo". En el presente ensayo analizaré desde el punto de vista nacionalsocialista cómo vemos a la "derecha tradicional", abordando el tema desde una perspectiva filosófica, psicológica, histórica y sociológica, que permitirá traer mayor claridad a nuestras mentes, evitando las manipulaciones a nuestros camaradas. Se trata de la quinta columna ideológica del judaísmo exotérico paramasónico penetrando en nuestras propias filas nacionalsocialistas del siglo XXI. El fenómeno tiene un nombre: evolianismo, una manera de llamar a la ideología creada por el italiano Julius Évola, aunque para ser más precisos nos referimos a la "derecha tradicional", bautizada así por éste, su principal mentor e ideólogo. En los últimos años ha cobrado gran difusión la ideología de Évola, un representante e ideólogo de la "derecha tradicional". Esta cosmovisión, ya sea de manera consciente o inconsciente, ciertamente forma parte del sistema judaico de la Decadencia; es una de las tantas doctrinas e ideologías disolventes formadas por los enemigos del

La Amenaza Evoliana

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La Amenaza Evoliana (1)

por Karl Santhrese

Enero de 2006

INTRODUCCIÓN

     Anteriormente me vi en la obligación de elaborar, por un lado, un breve e improvisado escrito que alertase sobre la nueva amenaza que ha surgido para el futuro del NS, poniendo en riesgo la victoria total de nuestra raza, y por otro lado, un ensayo de 105 páginas donde analizaba con mayor profundidad la problemática. El primer escrito más propagandístico estaba titulado "Hitler versus Évola", el segundo "Nacionalsocialismo versus Evolianismo".

     En el presente ensayo analizaré desde el punto de vista nacionalsocialista cómo vemos a la "derecha tradicional", abordando el tema desde una perspectiva filosófica, psicológica, histórica y sociológica, que permitirá traer mayor claridad a nuestras mentes, evitando las manipulaciones a nuestros camaradas.

     Se trata de la quinta columna ideológica del judaísmo exotérico paramasónico penetrando en nuestras propias filas nacionalsocialistas del siglo XXI. El fenómeno tiene un nombre: evolianismo, una manera de llamar a la ideología creada por el italiano Julius Évola, aunque para ser más precisos nos referimos a la "derecha tradicional", bautizada así por éste, su principal mentor e ideólogo.

     En los últimos años ha cobrado gran difusión la ideología de Évola, un representante e ideólogo de la "derecha tradicional". Esta cosmovisión, ya sea de manera consciente o inconsciente, ciertamente forma parte del sistema judaico de la Decadencia; es una de las tantas doctrinas e ideologías disolventes formadas por los enemigos del hombre ario, elaboradas para diluírnos racial y moralmente. Y así como muchos camaradas aún son cristianos, sin darse cuenta de lo que esto significa, hay quienes caen también en magnificas trampas metafísicas. Y pueden ser en el fondo buenos hombres, sólo que su pensamiento asociativo se encuentra obstruído por factores emocionales y arquetipos aún no superados, siendo en la práctica inconsecuentes.

     En esta oportunidad traigo a los camaradas nacionalsocialistas puros un resumen del segundo ensayo, sumando nuevos descubrimientos sobre el tema en

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cuestión, que en todo momento han contribuído con el análisis. Agradezco el apoyo moral de numerosos camaradas en la realización del presente ensayo, y el eco que han tenido los anteriores.

     El fenómeno que trato es complejo pero no es ininteligible para aquellos que alcanzaron a entender en esencia el NS. El verdadero NS sabe que Évola fue un intelectual astuto enemigo de nuestra cosmovisión en su esencia (Évola mismo lo admitía).

     Pediré al lector su compromiso intelectual y deseo de superación. Porque ser NS es también eso: superarse a sí mismo día a día.

LA PROBLEMÁTICA

     En el ensayo "Nacionalsocialismo versus Evolianismo" expongo la problemática desde el punto de vista filosófico-ocultista del nacionalsocialismo esotérico, y recomiendo a los camaradas que pretenden profundizar aún más en la cuestión leer dicho ensayo —luego del presente— ya que el enfoque que tomo es desde el plano iniciático NS esotérico.

     Sucintamente, podemos observar que en los últimos tiempos, especialmente en los últimos años, están penetrando sutilmente en los círculos NS ideas que nada tienen que ver con el NS. Ideas subversivas concebidas para debilitar psicológicamente los fundamentos y fines de nuestra lucha. De esta manera el enemigo logra debilitar también el accionar de los camaradas NS en el mundo contemporáneo. Según mi visión, romper la unidad de concepción es destruír la unidad de acción. Desviar la mente no sólo es desviar el cuerpo sino también desviar la vida misma. Por ello Hitler no solo veía a la raza como un mero cuerpo en el espacio: la raza estaba llena de ocultos sentidos naturales teleológicos (y hasta teológicos) y por ello debía ser revelada a quienes habían olvidado el valor supremo de su sangre, de su propia estirpe biológica, para así proteger la esencia divina y que ésta no se pierda en el lodo inmundo del mestizaje. ¿Cómo se protege una raza? La respuesta de Hitler fue segura: creando una cosmovisión reveladora, una Weltanschauung cuyo centro inmutable fuese el racismo. El resultado histórico de esta iniciativa fue el nacionalsocialismo, una doctrina inmortal e inmutable que acompañará a los arios por siempre. Conservar la pureza de esta concepción evitando que sea distorsionada permitirá la emancipación de nuestra Raza.

     No obstante, diversos hechos históricos y diversas tergiversaciones han permitido en estos tiempos cierta falta de cohesión doctrinal NS. El trágico fin de la guerra, con la caída física del Tercer Reich, junto a una inteligente propaganda judaica, han logrado no sólo afectar la mentalidad de las muchedumbres sino también la de algunos camaradas. El eterno uso de un arma moral, la culpa, ha sido

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nuevamente usado por los judíos para destruír y demoler cualquier reivindicación nacionalsocialista luego de 1945. Así, es posible ver en la actualidad a algunos camaradas muy pero muy light. Esto ha sido aprovechado por el nombrado ideólogo de la "derecha tradicional" quien desarrolló la misma durante el período anterior y posterior a la Segunda Guerra Mundial, dándole excelente flexibilidad para adaptar la interpretación de las cosas a su gusto subjetivo. Así llega al extremo de querer atribuír como una de las causas principales de la derrota o caída del Tercer Reich una supuesta debilidad moral y hasta ideológica de sus fundadores, puesto que de no haberse producido la guerra —según Évola— el régimen habría caído de todos modos, ya que entre otras cosas el racismo nacionalsocialista no entraba dentro de lo que él consideraba "tradicional". Presenta así una doctrina maniquea donde el bien supremo es "La Tradición" (subjetivamente interpretada) y todo lo malo del mundo es "la modernidad" (también subjetivamente interpretada). En este decálogo respectivo de abstracciones ideológicas donde expresa o "encapsula" hechos y conceptos que él cree que son benignos o dañinos para el mundo, el racismo nuestro entra en lo que él denomina "moderno", por ende algo a combatir y rectificar.

     Es decir, crea una nueva ideología que curiosamente ataca la esencia racista de nuestra doctrina, se presenta como "superadora" de la misma y utiliza como excusa "lo espiritual"; es decir, crea una falsa oposición y utiliza el viejo método evangelizador que tradicionalmente usa el judaísmo para esclavizar a los hombres no-judíos mediante "la moral" (falsa), "lo espiritual" (falso), llegando a oponer contra el racismo Hitleriano un nuevo "racismo espiritual" (que supuestamente es tradicional). Propone así la "raza del espíritu" donde hasta un negro puede formar parte de ella. Generalmente los débiles, los que genéticamente o moralmente mediante prejuicios inculcados por el sistema están condicionados para rechazar el nazismo tal como es, siempre se sienten más a gusto con todo aquello que pueda liberarlos de aquella mala imagen creada por Hollywood y por ende de la pesada carga moral que acarrearía defender en forma total el NS como cosmovisión, tal como fue en su esencia.

     Si bien el Tercer Reich fue destruído y eliminado del mapa incondicionalmente, el ideal nacionalsocialista no murió sino que cada día que pasa las verdades expresadas en "Mi Lucha", "Raza y Destino" de Hitler, "El Mito del Siglo XX" de Rosenberg, y en parte "Política Racial Nacionalsocialista" de Darré (sólo por nombrar a los más destacados), son demostradas con hechos reales, respaldando sucesivamente día tras día todos los postulados. Es una cosmovisión, unaWeltanschauung que no sólo no sucumbió sino que sigue más viva y vigente que nunca, reclamando su verdad, y constituyendo una guía eterna, absoluta e inmortal para todos nosotros los arios.

     El NS fue como lo dijo Hitler: "monolítico y duro como una roca en su esencia"; éste jamás cambió, a tal punto que uno toma solamente "Mi Lucha", "Raza y Destino" y "El Mito del Siglo XX" hoy en día, y puede usarlos como la base para liberar al ario de cualquier tipo de trampa y sumisión moral, ideológica o espiritual. Gracias a estas obras inmortales, hoy nosotros somos indoblegables. Desconfíen de aquellos que quieren mostrar nuestra doctrina NS como "flexible" o que no tuvo un

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eje doctrinal monolítico y fue cambiando o variando en distintas corrientes. Los principales interesados en esta visión son los judíos y sus lacayos inconscientes de la derecha tradicional. Lo hacen con el objeto de relativizar nuestra visión monolítica, para que sus ideas disolventes ganen terreno dentro de nuestras propias filas.

     Si bien existieron pequeñísimas diferencias, en su esencia fue monolítica, y lo que algunos enemigos quieren hacer es combatirnos desde adentro, cambiando nuestras ideas, combatiendo nuestro racismo NS. Mediante aquella relativización pretenden infiltrar la versión del racismo judeo-masónica emanada de un escritor llamado Julius Évola, que no sólo combatió abiertamente nuestra cosmovisión desde Italia sino que anduvo codo a codo con masones judaizados. La pretensión actual es promocionar al escritor (ajeno totalmente al nacionalsocialismo) como si fuese uno más de los "tantos" teóricos que "aportaron" al NS, algo totalmente falso y descarado. Repito, y lo puede comprobar cualquiera: Évola nunca se dijo nacionalsocialista; es más: combatió descaradamente nuestro racismo inventando otro que curiosamente es más permeable a los intereses de la raza que combatimos. ¿No les llama la atención?.

     Évola abarca su teoría seudo-racista enmarcándola dentro de su propia ideología de la derecha tradicional evoliana. La raza es tan sólo un tema más entre otros que considera más importantes; el "racismo" no ocupa ningún lugar destacado dentro de su cosmovisión. Esto es un primer problema (algo que nos diferencia radicalmente de la derecha tradicional evoliana). El segundo, es que tras esa relativización, la raza misma se debilita. Tercero, su teoría fue suficientemente destructiva para tergiversar la comprensión de nuestro racismo a aquellos hombres que aún no están embebidos con nuestro nacionalsocialismo. ¿Qué tenemos que ver nosotros los NS con aquella ideología?. La respuesta es que no tenemos nada que ver, pero sucede que como aquella es tan difundida entre las filas nacionalistas y fascistas, termina llegando a nuestros hombres NS. Algunos camaradas poco formados o con un pensamiento asociativo poco desarrollado creen que porque Évola habla de racismo y vivió en la Italia fascista era en el fondo "casi un nazi", y compran aquel paquete como nuestro. Nada más alejado de ello.

     Cuando se habla de temas tan delicados, la variación de simples detalles son determinantes en la intelección de verdades ontológicas y teleológicas, condicionando nuestra acción hacia la victoria o la derrota de un pueblo-raza. En nuestro caso veremos las diferencias que hacen irreconciliables nuestras ideologías.

     Algunos NS actualmente demasiado "secularizados" se espantan cuando escuchan las palabras alma o espíritu, ya que lo asocian a la moralina supersticiosa proveniente de Roma y Jerusalén, pero no debemos pasar por alto que el NS original no olvidó algo tan importante replanteándolo bajo nuestra perspectiva racista. Es posible hallar citas de Hitler mismo; no obstante, fue Alfred Rosenberg, uno de su mayores expositores y expertos, quien dio la visión desde el punto de vista ario-racista NS. Aquellos lectores de Nietzsche podrán descubrir el sentido que le doy al concepto "espiritual" en el marco NS, totalmente diferente de un tradicionalista

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evoliano que aún no ha superado a los "despreciadores de la tierra". Évola luego de la Segunda Guerra Mundial, si bien no fue muy grato a los aliados, sí fue admisible, y le permitieron seguir difundiendo su ideal "tradicionalista". A Évola no se lo perseguía debido a que era demasiado "espiritualista" y combatía la doctrina racista NS. Él cumpliría el papel de ilusionar a los neofascistas con palabras como "raza" pero vaciadas de toda significación científico-nacionalsocialista. Así él, por ejemplo, enfoca las razas como algo totalmente "espiritual" (y por ello ajenas a la genética); de modo que así los valores y anti-valores se reparten por personas y no dependen de razas (reales). Esto nos recuerda la doctrina católica respecto a que todas las almas son iguales, independientes de raza, sexo, culturas, etc. Es decir, a pesar de hablar a favor de la Jerarquía, esconde sutilmente un maligno igualitarismo racial. Aquí descubrimos por qué el "tradicionalismo" evoliano jamás fue perseguido como lo fue el NS, sirviendo incluso a los intereses de Sión.

     Debido al desconocimiento y cierto ocultamiento de la obra del co-fundador del NS [Rosenberg], algunos otros camaradas con marcadas aficiones espirituales cometen el error de acudir a obras muy promocionadas en el medio, provenientes de este escritor "derechista tradicional" autoproclamado enemigo de la esencia racista NS. No es producto de la casualidad que justamente Évola ataque con enconada fuerza a este genial teórico nacionalsocialista. ¿Quién, luego de entender bien la esencia NS, y la obra hitleriana en general, duda de que ésta haya sido una obra que superó la frontera política? Ningún camarada NS. Sabemos que el nacionalsocialismo fue mucho más que un simple movimiento político y que nada tenía de materialista ni de democrático como algunos miopes "observaron". Con saña y mala intención éstas fueron algunas de las mas "fundamentadas" acusaciones que Évola impartió al NS, especialmente ensañado contra nuestro racismo, al cual no le reconocía ningún aspecto espiritual. Fue saña, una actitud mal intencionada, y no miopía, ya que luego de leer "El Mito del Siglo XX" nadie puede dudar del carácter espiritual que encarnó el movimiento y la cosmovisión NS. Existe una perfecta simbiosis entre "Mi Lucha", "El Mito del Siglo XX", y la SS como Orden racial basada en principios verdaderamente espirituales y valores que se remontan a la antigüedad remota de los arios.

     El cuarto problema que introduce Evola es que a nuestro racismo NS —que no tenia un nombre en particular—, lo rotula para oponer su propia teoría subversiva dentro del racismo. A nuestro racismo lo llama biológico y al suyo lo llamaespiritual. De esta manera tan simple le quita todo lo espiritual y todo lo trascendente a nuestro racismo NS. Los lectores de Évola quedan con una gran confusión mental de proporciones poco mensurables. La cosmovisión NS —incluído su racismo— es algo muy íntimo y espiritual para todo hombre blanco, sin que por ello dejemos de tomar la importancia suprema de lo biológico. La falsa oposición creada por Évola entre "raza espiritual" y "raza biológica" tiene por objeto desenfatizar la importancia determinante de lo biológico, lo bío-psíquico, lo antropológico, lo científico, a favor de lo netamente ideológico supuestamente espiritual propuesto por él dentro del marco de su ideología derechista tradicional. Una actitud y postura ideológica que claramente afectará negativamente nuestra supervivencia racial o como mínimo esterilizará todo nuestro potencial. En estos momentos donde la supervivencia misma de nuestra raza está en juego, no veo racional tolerar estos dislates

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intelectuales. Esto es algo que trataré en todo el ensayo, dando numerosos ejemplos, bien fundamentados y documentados.

     Los fundadores del NS iluminaron como nunca antes a todos los indoeuropeos del mundo, liberándonos de supersticiones, infantilismos, sofismas y creaciones ideológicas artificiales de todo tipo (incluyendo las religiosas). Todas aquellas teorías y cosmovisiones falsas que el judío diseñó para alejar al hombre de la Naturaleza, de sus orígenes, de su raza, de sus dioses sabios y arquetípicos [1], todas esas nuevas ilusiones, sofismas e ideologías modernas que alejaban al hombre ario de su esencia profunda y divina fueron demolidas por el NS, trayendo al mundo un torrente de Verdades Superiores y Monolíticas, liberando a los hombres de las ilusiones que lo alejaban de la Vida, de la Realidad, del mundo, de la Naturaleza.

[1. Dioses arios que no eran sino símbolos de realidades presentes en la Naturaleza oculta].

     El hombre que caminaba sin sentidos reales por el mundo, dominado por ideas disolventes —muchas veces presentadas como "espirituales"— se encontró con el NS, y operó en él una fuente transmutadota, purificadora de verdades y sentidos teleológicos, encontrando así a quienes vieron, con cierta limitación, en el NS un simple movimiento político secular, y a quienes vieron, con mayor agudeza, en el NS una Revelación Divina; gracias a ésta, el hombre luego de siglos y siglos de perdición se reencontró consigo mismo y al mismo tiempo fue invitado a superarse. Y esto jamás debe ser olvidado por nosotros. Somos NS gracias a sus fundadores; incluso podemos ir aun más lejos: «recibimos la luz que vino del Norte». A aquella Luz primigenia y a sus fundadores somos leales, un honor elevado, un honor metafísico (en sentido anaxagórico; no confundir con la metafísica semítica alejada del mundo).

     Si bien el NS fue un fenómeno que geográficamente fue alemán, éste trascendió con su luz el horizonte meramente nacional y abarcó a todos los hombres blancos indoeuropeos del mundo. La prueba de ello es la existencia de nacionalsocialistas en todo el mundo —que algunos llaman neonazis—. Ésa es la victoria de las victorias, configurada por los «magos» del Tercer Reich con Hitler a la cabeza. Es la esencia racista hitleriana la que hoy permite a un hombre blanco ario-indoeuropeo de cualquier lugar del mundo descubrirse a si mismo como un ario (o indoeuropeo) para luego autoproclamarse NS e intentar cambiar el mundo, en honor a haber recibido esta «Revelación».

     El hombre indoeuropeo descubre así quién es gracias al NS y a toda la teoría racista dimanante de este movimiento; el hombre se descubre a sí mismo, comprendiendo cuál es su profunda esencia, la misma que lo distingue y diferencia naturalmente del resto de los humanos. Esto formaba parte de la primera etapa en la iniciación de los antiguos germanos nórdicos, que eran racistas —naturales, biológicos, se entiende— y le rendían culto a la conservación y a la pureza de la

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sangre, algo retomado siglos y siglos más tarde por un gran número de genios de la talla de Wagner, el conde de Gobineau, Chamberlain, Guido von List, Gorsleben y Herbert Spencer, entre muchos otros, pureza presente según sus investigaciones en el elemento nórdico, origen primigenio de toda la raza blanca indoeuropea o aria, el elemento creador, guerrero y heroico, presente en el nacimiento de las civilizaciones más desarrolladas del mundo y la Historia humana, es decir en artistas, nobles, sabios, ocultistas, historiadores, arqueólogos, antropólogos y científicos, todos racistas que dieron la matriz precursora de lo que constituyó el fundamento de la Weltanschauung Nacionalsocialista. La conservación de la sangre y la raza blanca aria era una costumbre antigua que estaba ligada a la religión nórdico-pagana y que luego se perdió debido a varias razones, y esto no sólo en Europa, ya que el ario nórdico según nos dice la Historia fundó civilizaciones y religiones también en Asia, como el hinduísmo primigenio o el zoroastrismo, impregnadas de racismo natural fundamentado con mitos religiosos dignos de admiración. 

     Hitler y su tropa de genios recuperaron aquellas antiguas tradiciones racistas pre-cristianas que nos vinculan a lo más profundo de nuestros orígenes como hombres blancos; sólo que al traer al mundo la revolución aria debieron sortear obstáculos muy grandes. El escenario estaba poblado de cristianismo, lo cual impedía que la revolución racista fuera presentada con fundamentaciones metafísicas y religiosas, un obstáculo que solo un «mago» iniciado podía llevar a cabo. La extremada necesidad de salvar a nuestra raza amenazada de muerte exigió una "adaptación" en una magistral revolución política con apariencia secular. Bien digo apariencia secular, ya que en rigor de verdad los fundamentos más profundos fueron religioso-científicos, algo que se alcanzó a avizorar en el mismo trasfondo ideológico de todo el NS y con mayor precisión en la Orden SS, organización de élite que representaba la semilla del futuro religioso ario. Corrientes religioso-racistas neopaganas influyeron de manera determinante en el surgimiento del Nacionalsocialismo: sólo hay que comparar la similitud extraordinaria entre la weltanschauung NS y las ideas esenciales de las doctrinas científico-ocultistas germanas como las desarrolladas por Guido von List, Gorsleben, Lanz von Liebenfels y del mismo SS Karl María Wiligut, el "mago" de Himmler. El misterioso Castillo Wewelsburg era un centro iniciático para las SS. Se entiende que cualquier intento de mostrar la revolución aria NS directamente como una revolución religiosa pagana estaba condenada al fracaso por cuanto la mayoría de los alemanes eran cristianos. La revolución política dio resultado y permitió una gran flexibilidad, posibilitando la implementación de medidas eugenésicas. Al mismo tiempo se preparaba el futuro en la SS, una Orden de élite basada en principios espirituales y biológico-nórdicos [2].

[2. Es necesario tener en cuenta en este análisis, que la SS jamás cambió su doctrina ideológica de los primeros tiempos. La realidad de la guerra exigió una adaptación pragmática para el momento excepcional de la guerra mundial. La WAFFEN SS, si bien tomó hombres de varias nacionalidades, la mayoría de los voluntarios eran arios, siendo excepciones y minorías los no-arios (por cierto muy promocionadas por los pro-mestizadores). Como dice un conocido dicho en estos pagos: "A caballo regalado no se le miran los dientes". El Reich necesitaba hombres y, por sobre todo, voluntarios. Esto que debe ser analizado en un contexto

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excepcional de extrema necesidad, no debe ser tomado erróneamente como un cambio dogmático o ideológico de "apertura" a todas las razas. Es frecuente ver a evolianos distorsionar al extremo la visión de la presencia de minorías no-arias en la Waffen SS, a tal punto que uno termina creyendo que era un bando "multirracial". El ideal de pureza nórdico para toda la raza blanca permaneció inmutable].

     La Raza, según la entendemos en nuestra cosmovisión natural, no es algo que simplemente tenemos, no es algo más entre muchas otras cosas, no es como una simple prenda de vestir. La Raza místicamente es una señal, un susurro divino; no la tenemos porque sí, nacimos con ella, no la elegimos, como tampoco elegimos a nuestros padres biológicos, como tampoco elegimos nacer en un determinado lugar y en un determinado momento, como tampoco elegimos nuestro sexo. Fue la Naturaleza, fue Dios quien lo ha determinado. Precisamente porque escapa a la voluntad humana, es que para la sabiduría Aria NS esotérica la Raza es aquello que ilumina y eleva la conciencia, indicándole sutilmente al propio hombre quién es realmente, aquella puerta que abre un puente hacia el pasado y hacia el futuro, aquello que nos permite valorar a nuestros antepasados, todo el esfuerzo realizado por ellos para garantizarnos lo que hoy tenemos, y por sobre todo lo que hoy somos. La deuda afectiva-existencial para con ellos se hace inteligible, por ser éstos los que posibilitaron la propia existencia y la de nuestros hermanos de sangre. Unión natural, amor natural, herencia natural, soplo divino que refresca nuestras conciencias mutiladas y adormecidas. Un secreto que la Naturaleza oculta comunica a aquellos que conocen el "lenguaje de los pájaros" [3].

[3. El "lenguaje de los pájaros" es una metáfora usada en la mitología nórdica, haciendo referencia a aquellos iniciados en los secretos de la Naturaleza oculta. Sólo ellos conocen el lenguaje incomprensible para los hombres comunes y corrientes. En la obra wagneriana, específicamente en el Anillo (Acto II), alude simbólicamente a la iniciación de Sigfried. Esto acontece cuando lucha a muerte con el dragón Fafner, al cual logra matar penetrándole su espada Nothung en el corazón. Luego, al beber unas gotas de la sangre del dragón, "despierta", descubriendo que ahora su entendimiento le permite comprender el "lenguaje de los pájaros". La espada es el símbolo del intelecto, que sirve para "despertar" al hombre de su profundo sueño ante las verdades ocultas en la Naturaleza; el intelecto (lo consciente), simbolizado por la espada, nos lleva a penetrar los misterios de la Naturaleza llegando hasta su mismo corazón, simbolizado por el dragón Fafner (lo inconsciente). Luego, al ingerir algunas gotas de la sangre del dragón (al incorporar lo inconsciente a lo consciente), se produce la revelación, permitiendo percibir en forma directa la Realidad de la Naturaleza, es decir, permite "comprender el lenguaje de los pájaros". Luego Sigfried se deja guiar por la sabiduría del pajarillo del bosque, sabiduría que ni siquiera la espada (intelecto) podría darle. La espada, como el intelecto, es un medio que nos permite "vencer al dragón", "vencer las ilusiones", para comprender la voz divina y misteriosa de la Naturaleza].

     El nacionalsocialismo no sólo ha dado esta Verdad Absoluta de la Raza Aria, que las mayorías decadentes enceguecidas por el enemigo no reconocen aun teniéndola (aquellos humanos decadentes tienen ojos pero no ven), sino que el NS recordó al

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hombre algo fundamental: quién es y cuál es su origen, su raza. El NS también va aún más allá, invitando al hombre a superarse a sí mismo para alcanzar el superhombre que tenemos dentro, un superhombre aún superior que el nietzscheano, ya que le da al mismo un sentido teleológico racial. 

     Luego de esta Revelación que nos da el nacionalsocialismo, toda la vida adquiere un significado diferente y superior. Y eso es lo que pretenden evitar los judíos. A toda costa intentan suprimir a los superhombres que pongan en peligro el universo de privilegios que ganaron criando y educando a hombres como bestias, en su (des)Orden Mundial.

     Lo que no puede comprender el hombre inferior es que nosotros encontremos lo trascendental dentro de nuestro mundo, dentro de la Naturaleza y dentro de la existencia del Ser. Lo que tampoco comprende el hombre inferior, condicionado por sistemas filosóficos obsoletos y destructivos, es que esto no es exactamente materialismo. Eso lo dicen quienes desmerecen u ocultan las verdades ocultas subyacentes en lo profundo de la Naturaleza, esa Naturaleza oculta que Hitler reveló a sus seguidores, esas verdades que ningún otro profeta en la Historia había proclamado con tanta exactitud intelectual y destreza pragmática.

     Saber que somos Blancos arios nos dice quiénes son verdaderamente nuestros hermanos biológicos, nuestros hermanos de sangre, es decir, nuestros hermanos reales (no ideológicos, no artificiales), nuestro pueblo natural en el universo. Nos dice también de dónde venimos, dónde estamos y a dónde debemos ir, por quién luchar, por quién no luchar. (Si Évola no vio en esto un sentido trascendente, nos demuestra su mala intención, o en el mejor de los casos, su inteligencia limitada). Pero nosotros sabemos a qué pueblo pertenecemos y a cuál no. El pueblo natural es la raza propia, y ésta trasciende las fronteras políticas (aquí el termino raza no debe confundirse con etnia), es decir, trasciende los Estados. Esto permite que un hombre blanco indoeuropeo nacido en Argentina se considere hermano y camarada de otro hombre blanco indoeuropeo nacido en Uruguay, en EE.UU. y Alemania. No somos ni negros, ni mulatos, ni amarillos, ni amerindios, ni semitas (incluyendo árabes y judíos): somos Arios, Indoeuropeos, y nuestro pueblo está disperso por todo el mundo, pero en mayor medida por todo Occidente; somos hermanos raciales, más allá de que seamos o no nórdicos, más allá de que seamos argentinos, alemanes, italianos, irlandeses y hasta estadounidenses; pertenecemos al mismo "bando" que la Naturaleza y la Providencia nos ha dado; todos estamos en peligro, y debemos estar unidos para evitar nuestra inminente extinción racial-biológica. El Nacionalsocialismo esotérico guardó para el futuro y para cierto número de predestinados e iniciados un conjunto de secretos que revolucionarán el mundo. El nacionalsocialismo (y más aún, su desarrollo esotérico) promete el real y efectivo despertar interior, llevando al hombre hacia el superhombre, despertando las energías ocultas y los superpoderes paranormales (que no es necesario buscarlos en abstractas e inexistentes fuentes sobrenaturales). 

     Culturalmente el enemigo ha impuesto sus teorías y cosmovisiones disolventes y subversivas, lo cual propicia la degeneración mental de las masas. Actualmente

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esto está propiciando nuestro exterminio como entidad única biológica y diferenciada de las demás mediante políticas tendientes a reducir la natalidad de los blancos, el fomento del mestizaje, la homosexualidad, el aborto y la esterilización.

     El NS apunta a rescatar al hombre ario de su exterminio físico-biológico-material-existencial como medida fundamental para el posterior resurgimiento. Para lograr ese objetivo acude en ese sentido a la «conciencia racial». Pero el NS supera todas las cosmovisiones y propicia no sólo el rescate biológico-existencial sino que crea un sistema social de gobierno tendiente a colocar al hombre en armonía con las leyes ocultas de la Naturaleza. Establece medidas dirigidas a elevar el espíritu racial, fomentando un arte elevado, una vida de entrega y sacrificio personal en bien de la comunidad racial, una actitud guerrera frente a los enemigos de la estirpe, un orden jerárquico no sólo entre las razas sino también en la raza propia, rechazando actitudes democráticas, materialistas, individualistas, egoístas. El NS presentó en manos de Hitler no solo la superación del hombre, sino como dije, la superación del superhombre nietzscheano, ya que conecta al superhombre a su esencia racial y con ello lo une y lo vincula a su íntima naturaleza, a su origen, sentido y destino divino-teleológico. Y eso no es todo: el NS recreó y revivió antiguos mitos nórdicos, el ideal racial y de belleza de toda la raza blanca indoeuropea, expresión de pureza, origen, fuente, sabiduría y destino. Volver a las raíces, adaptarse, transformar, crear y superarse. Aquellos que reclamaron el derecho de primogenitura hicieron Historia y plasmaron en la misma una inigualable Obra de Arte. Inclinaos ante estos superhombres. Honrados sean en nuestra memoria por los siglos de los siglos; honrados sean aquellos superhombres seguidores de Hitler que recrearon una segunda Termópilas . La Guerra no terminó en 1945: recién está comenzando.

     La redención moral o espiritual no la encontramos en las teorías disparatadas de un ideólogo trasnochado con ganas de trascender metafísicamente —como el caso de Évola—, sino que la encontramos en el mismo NS, la cosmovisión que trajo la sagrada «Revelación» y nos abrió las puertas del más profundo auto-conocimiento (y esto incluye fundamentalmente su racismo). Es precisamente esto lo que el evolianismo intenta destruír, introduciendo divisiones en esta semilla NS, alimentando particularismos, combatiendo nuestro racismo, desconociendo nuestros planes secretos, para así terminar rompiendo por sobre todo —ideológicamente en principio— los limites naturales entre las especies y todo resurgimiento natural-divino. Ellos terminarán a nuestros pies como todos, ante esta arrolladora súper-nación aria que hoy está naciendo en la camaradería mundial, preludio de nuestra victoria definitiva, fase decisiva de nuestro mega plan secreto. 

     Pero gracias al Destino y la Providencia están surgiendo por todo el mundo camaradas bien formados, bien pensantes, reflexivos y responsables, comprometidos seriamente en la lucha por la supervivencia racial, dispuestos a hacer cualquier cosa por salvar nuestra estirpe de su desaparición. Ésta es la esencia del NS: la revelación racista. Este resurgimiento mundial es el milagro que los sabios ocultistas como Guido von List así como los sabios-artistas como Wagner

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habían profetizado. La lucha que comenzó en Alemania hoy es mundial. Pero no es de todos, es sólo nuestra. La profecía se está cumpliendo.

     Nada debe tomarse a la ligera. Ser NS implica también lealtad a sus fundadores y lo que éstos expresaron en sus obras maestras. Si bien fueron otros tiempos, las esencias son las mismas, la lucha y el sentido es el mismo; por ello la adaptación actual a las respectivas realidades en los diferentes países occidentales para desarrollar actividades operativas no debe pasar por la sustitución de lo esencial sino por la sustitución de lo superficial. En el Sexto Congreso del Partido y refiriéndose al mismo NS el Führer dijo: "Será inamovible en su doctrina, duro como el acero en su organización, flexible y adaptable en sus tácticas".

     Las ideas siguen vivas y son inamovibles. El NS que el mundo vio nacer y emerger a la superficie exotérica de la Historia, hoy es profesado de manera más o menos oculta en las "catacumbas" del siglo XXI en todas las naciones indoeuropeas. Los símbolos sagrados de nuestra raza continuarán también ocultos y vivos en el Reich Secreto esperando varios siglos hasta salir a escena nuevamente para proclamar la victoria absoluta, mientras que el mundo contemporáneo verá dentro de poco y con gran sorpresa en la superficie de la Historia una nueva creación aria, una nueva manifestación racial traída al mundo contemporáneo por los camaradas iniciados en nuestros secretos. Ya están hasta elegidos los símbolos de la nueva sorpresa que tenemos preparada. ¡Superhombres!. ¡Qué pequeños son ante nosotros los hombres y las bestias!, ¡qué apartados estamos!, ¡qué elevados estamos sobre el resto!, ¡cuánto sabemos!, ¡cuánta responsabilidad hay en nuestras manos!.

     Nosotros como nacionalsocialistas estamos iniciados en los secretos que el mundo apenas intuye. Allí afuera los hombres se quejan de los males del mundo, pero jamás llegan a saber cuál es la profunda causa de sus males. Sólo nosotros y gracias a la Revelación Hitleriana sabemos lo que pocos saben, conocemos el remedio que cura los males de la Humanidad. En nuestra causa subyace la salvación del mundo, la salvación de nuestra raza, es decir, de la Humanidad. Y en cada uno de nosotros late la llama de un fuego justiciero de un nuevo mañana. Somos la Élite de un pueblo esclavizado y enfermo. ¡Deseamos la purificación!. ¡Es un designio natural-divino!.

     Cuando todo a nuestro alrededor cae, se degrada y se degenera, nosotros permanecemos firmes y leales. Cuando todo se corrompe, nosotros constituímos la llave de la regeneración.

     Tenemos una misión única y sublime, una misión divina. El futuro de la Raza Aria depende de nosotros, la supervivencia de nuestra Raza está en nuestras manos y en ninguna otra. ¿Dejaremos que el judío asesine nuestro futuro?, ¿dejaremos que el judío extermine nuestra raza?, ¿seremos piadosos con nuestro verdugo?. Tampoco seremos piadosos con las ideas deletéreas, tampoco seremos piadosos con las ideas de Évola que propone que dejemos y abandonemos a nuestros

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hermanos raciales alienados y esclavizados ya que éstos demostrarían, según él, ser una "raza vencida interiormente", y por ello no serían arios ni blancos. Nosotros decimos que nuestros hermanos raciales a pesar de estar alienados y esclavizados mentalmente por el enemigo, siguen siendo blancos, hermanos raciales que si bien han caído en la trama, ellos siguen siendo de nuestra raza, y es nuestro deber hacer todo lo posible para liberarlos. No son iguales a nosotros, en cuanto a que nosotros poseemos una conciencia superior, pero ello no los hace menos hermanos. Los hermanos alienados no han nacido para ser élite, pero ellos esperan ser gobernados por nosotros, y nosotros, por amor y con amor divino, los liberaremos del yugo judío. Esta postura NS radicalmente diferente a todas las concebidas hasta el día de hoy, es la que también nos hace superior a la derecha tradicional evoliana. Una gran diferencia es que nosotros no vemos a nuestros hermanos esclavizados y alienados en culturas consumistas como culpables sino como víctimas. No nos demuestran una raza vencida interiormente sino una raza que ha perdido su soberanía, dejando de ser dueña de su propio destino, justamente por "olvidar" la Raza, según la entendemos nosotros. La diferencia parece muy sutil pero es determinante en los efectos prácticos. No es raro ver que los lectores de Évola digan: "los alemanes de hoy en día demuestran ser una raza vencida por el consumismo, y por ello su sangre debe diluírse". En cambio los efectos de nuestra visión nos incitan a decirnos: ¿Qué esperamos para tomar el poder, acabar con el parásito, y reestablecer la salud mental y física de nuestra raza?... Hitler fue muy claro en "Mi Lucha".

     Que todo camarada contemple la responsabilidad de cada uno de sus actos. El tiempo y el sacrificio que nosotros ponemos hoy, será eternamente agradecido por nuestros descendientes. No somos un grupo político más, somos nobles y luchamos por un ideal supremo e inigualable, un ideal natural y divino. Gott mit uns.

     ¿Te has preguntado, camarada, qué haces tú aquí?, ¿por qué estamos aquí?. Yo no veo una coincidencia, veo un designio.

     No estamos aquí por pura distracción o puro pasatiempo, no estamos aquí para hacernos famosos, no estamos aquí precisamente por sexo, no estamos aquí precisamente para llenarnos de dinero. Estamos aquí por una causa sublime y eterna, la salvación de nuestra Raza natural como unidad biopsíquica; todo lo demás es accesorio. Sacrificio y deber. ¡Contemplen la distancia que nos separa de los hombres, de aquellos hombres demasiado humanos!. ¡Nuestro camino es el del Superhombre Ario!.

     En nuestros genes, en nuestra sangre, fluye la memoria de nuestros antepasados, ¡ellos VIVEN en nosotros!. ¡Honrad entonces su memoria, porque ellos son nosotros y también nuestros hijos!, ¡luchad entonces por ellos!. ¡Está en el secreto de nuestra lucha garantizar la supervivencia y la inmortalidad de nuestra Raza, nuestro dios viviente!.

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     Aquellos que sólo hayan visto en el nacionalsocialismo un simple movimiento político, es porque no han entendido nada…

     Raza, Naturaleza, lucha eterna, Fuerza, destrucción, muerte, creación, renovación, purificación, superioridad, supremacía, amor, odio, vida, supervivencia, victoria... ¿Quién puede detenernos?. ¿Quién puede detener este tornado?. ¿Quién puede detener este incontrolable soplo divino?. Somos como fuertes vientos, anhelamos vivir por encima de todos los hombres y todas las razas, vecinos de las águilas, vecinos de las nieves inmortales, vecinos del Sol; como viven los fuertes vientos. Eso somos nosotros los nacionalsocialistas, un fuerte e intenso viento para todas las hondonadas. Y este consejo damos a losjudíos que escupen y vomitan: ¡Guardaos de escupir contra el viento!.

     Para no seguir desviándonos del tema que nos preocupa, me permito continuar con el mismo. Al igual que Marx, Évola , como un mago negro, trabajando consciente o inconscientemente para el triunfo de la anti-raza judía, elaboró una pócima doctrinaria, sutil pero en extremo venenosa, para distorsionar nuestra cosmovisión, mostrando lo esencial como falso y lo que no lo es como lo verdadero; así lograría destruír el consecuente resurgimiento a nivel mundial del NS. Este veneno doctrinario tuvo un nombre: "la derecha tradicional". Una compacta doctrina que al igual que el marxismo se muestra a sí misma como la única solución verdadera o como mínimo aconsejable para enfrentar los problemas del mundo. Disemina por todos lados un pedante aire de erudición, que al igual que el marxismo, está concebida y dirigida a desviar teleológicamente a los hombres, especialmente a los que tienen tendencias intelectuales elevadas. Afortunadamente los verdaderos camaradas realmente reflexivos e intuitivos no caen en la trampa, a pesar de la numerosa cantidad de artilugios, estratagemas y sofismas evolianos.

     El veneno evoliano pone en peligro el surgimiento y la victoria de la esencia del NS, representa quizás un peligro mayor que el mismo marxismo, ya que a este último se lo combate directamente, en cambio el evolianismo es poco conocido, se camufla como el camaleón con todo tipo de palabras muy dulces a los oídos nacionalsocialistas, pero que en su significación y sentidos son totalmente opuestos.

     Algunos camaradas con formación autodidacta y con cierta ingenuidad se topan con la abundante propaganda evoliana —que suele circular entre simples nacionalistas—, y el ofrecimiento de numerosos libros referentes, alegremente ingenuos los toman como nuestros. Incluso algunos pocos camaradas de buena fe pero algo irresponsables los promueven, citando algunas veces en sus trabajos a Évola, generando sin querer la apariencia errónea de que este autor derechista tiene algo que ver con lo nuestro, cuando en realidad fue un declarado opositor al racismo NS y al mismo Hitler. Los autodidactas pueden caer en la trampa gracias a la irresponsabilidad e imprudencia de algunos. Ése es el problema eterno de la ignorancia y el desconocimiento, ése es el principio por el cual nuestra cosmovisión y los genios que dirigieron el Tercer Reich usaron la censura, con el fin más noble de evitar que los estúpidos, los distraídos, los ingenuos, o incluso los intelectuales

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cayeran en esta clase de poderosas trampas y sofismas preparados para descarriar a los hombres de su sentido teleológico. La censura no fue mero capricho irracional. Fue un medio para lograr un fin noble. Si decimos que nos tomamos las cosas en serio, hagamos nosotros también un uso inteligente de ella. Si bien aún no tenemos poder para evitar la difusión de determinadas ideas deletéreas en la sociedad, por lo menos no difundamos entre nosotros aquello que puede afectarnos negativamente. 

     Évola —según él mismo— no fue nacionalsocialista ni fascista; él creo su propio mundo ideológico. En el ámbito práctico, lo que lo diferenció de un Hitler y un Marx fue que no tuvo su propia "revolución", algo que algunos evolianos ven como una tarea pendiente. El máximo problema es que los evolianos de hoy ven a los nacionalsocialistas como la "mejor materia prima" para realizar su propia agenda. Lamentablemente, así como caen buenos hombres al servicio del marxismo quedando atrapados en sus redes, lo mismo sucede con este nuevo "experimento" súper-refinado que el Sistema nos puso en el camino. Pocos de estos hombres son advertidos previamente sobre la clase de veneno que están consumiendo o están por consumir [4]. Es por eso que ahora pondré a Evola al descubierto, mostrando lo que nunca muestran sus apologistas (o al menos si lo muestran, lo atenúan). ¡Ellos no saben qué terreno pisan, no saben con quiénes se han metido!. Ya no pueden engañarnos. Esto también es otro milagro nacionalsocialista.

[4. Así como un alimento en mal estado o con veneno puede directamente afectar nuestra salud corporal, las ideas disolventes actúan como frutos venenosos para la mente que indirectamente afectan negativamente no sólo al cuerpo sino a la Vida misma. De allí el fin sublime de la censura, que consiste en la regulación de los alimentos que la mente consume. La censura en sí no es mala ni buena, puede ser usada tanto para el bien como para el mal. Hoy mismo vemos que el judío aplica la censura para exterminarnos, por ello esta censura es para nosotros maligna, pero llegarán nuestros días, cuando nuestro pueblo bajo nuestro gobierno se encontrará protegido contra todo aquello que perturbe su psicología].

     Antes que nada, es necesario que tengamos presente cuál fue la actitud oficial del Tercer Reich para con Évola.

     Para empezar, podríamos destacar que las ideas de Évola no eran aceptables por completo ni siquiera para la línea oficial del partido Fascista en Italia. Entre otras cosas, atacaba con dureza al filósofo del fascismo Giovanni Gentile; es por ello que Évola comienza a encarar otro horizonte y a buscar influencia y reconocimientos en el extranjero, publicando astutamente sus libros en alemán, como por ejemplo "Heidnischer Imperialismus" (Imperialismo Pagano) y "Erhebung wider die moderne Welt" (Revuelta Contra el Mundo Moderno), entre otros.

     A comienzos de 1938 la SS comenzó a investigar sus ideas. Éstas fueron cuidadosamente analizadas con la rigurosidad doctrinal y científica que caracterizara a los alemanes y especialmente a la SS.

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     Se ofrecieron varias conferencias. Weisthor (Karl Wiligut), uno de los máximos especialistas esotéricos de la SS, explicó que Évola trabajaba a partir de un concepto muy básico de lo ario, y que era bastante ignorante en lo relativo a las instituciones germanas prehistóricas y su profundo significado. Observó también que ese defecto era representativo de las diferencias ideológicas entre la Italia fascista y la Alemania nacionalsocialista, que podían finalmente perjudicar la perduración de su alianza. Los estudios continuaron; se llegó a decir que los trabajos de Évola podían causar división entre los NS. Consecuentemente la SSordenó que las actividades e ideas de Évola en el Tercer Reich debían ser absolutamente desalentadas.

     Ésa fue la postura oficial del Tercer Reich. Y si nos consideramos realmente y seriamente nacionalsocialistas, debemos ser responsables y respetarla.

     Évola nunca fue camarada ni tuvo nada que ver siquiera con los nacionalismos revolucionarios racistas, por más que los evolianistas lo quieran hacer creer para que nosotros leamos a su autor. La Realidad no es una ilusión...

ÉVOLA AL DESCUBIERTO

     Más allá de que se suela "omitir" la posición oficial y neo-oficial respecto a la ideología de la derecha tradicional, cualquiera puede comprobar que Julius Évola fue desde un principio sumamente crítico, en especial respecto a la figura del mismo Hitler, a quien acusaba, "en razón de su demagogia populista" (algo que Évola despreciaba), de ser, antes que una alternativa a la decadencia del Occidente, una de las últimas partes de su proceso moderno disolutivo. Es decir, Hitler no era el salvador de Alemania que venía a purificar al pueblo —y al mundo ario— trayendo una Weltanschauung natural, sino que era la última piedra que venía a hundir aún más a los hombres. Para él, nuestro movimiento nacionalsocialista (principalmente su racismo) fue el "último zarpazo" que el nefasto mundo decadente —al que llamaba genéricamente moderno— dio a los hombres, postura que sostuvo hasta su muerte.

     Évola atacó a todos los teóricos del nacionalsocialismo, apuntando sus misiles con extraño y persistente ahínco hacia la doctrina racial, intentando destruír los fundamentos de nuestra cosmovisión natural y científica. A nuestra visión sobre la Raza opuso otra: "La raza del espíritu", a la cual mágica e "iniciáticamente" podían (y pueden) ingresar hasta negros, mulatoides, etc., y ser considerados de raza de calidad superior "espiritual" [5].

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[5. No es raro ver a evolianos chilenos invitar a indígenas o mestizos araucanos a sus filas de la "raza espiritual". No hay un exclusivismo blanco-indoeuropeo. El problema es que muchos de éstos quieren hacerse pasar por NS, demostrando no haber comprendido absolutamente nada de nuestro ideal].

     Évola consideraba al nacionalsocialismo como "vulgar", "demagogo", "aberrante", "incoherente", "nefasto", "arrogante", "deforme mental por su cientificismo", "iluso", "paranoico", "obseso", "diabólico", "histérico" y "abominable". Prácticamente no le faltó ningún epíteto, se burló de Hitler y "su paranoia por los judíos". Consideró al nacionalsocialismo como "totalmente ajeno a la Derecha tradicional" que él representaba. No obstante, rescataba solamente algunos puntos que tenían en común con su doctrina, como por ejemplo el elitismo de la SS, que en el mar turbio de su ideología "espiritualista" su elitismo "dionisiaco" se nos muestra como antinatural.

     Llegó a decir que Hitler por su "anti-judaismo paranoico" probablemente fue víctima de una "guerra oculta" (precisamente en la actualidad existe una tesis similar difundida por el filósofo judío Henry Makow, según la cual Hitler —según este sofista— formó parte consciente o inconsciente de una conspiración Illuminati), y Évola dijo textualmente refiriéndose al anti-judaismo: "La actitud de Hitler creó una especie de círculo vicioso diabólico" ("Notas sobre el Tercer Reich", J. Évola).

     Ningún genio relevante o verdadero de la historia aria queda en pie bajo los dardos evolianos y «tradicionalistas». Acusó a nuestro genial Wagner (el Maestro y compositor que dio la mayor inspiración artística, ideológica y espiritual a Hitler), de llevar la mitología nórdica a una "desviación" a través del arte, convirtiéndose este arte en "un instrumento de perversión moderna". Llega al extremo de decir que el Maestro Wagner es un "despreciable producto moderno", especialmente en el campo ideológico racista y mitológico nórdico, afirmando que "deforma" lo que él (subjetivamente) entiende por espiritual y tradicional. En cuanto a la música de Wagner, la criticaba llamándola melodramática, y a la de Beethoven como trágico-patética; y criticaba negativamente incluso a Chamberlain, a Gobineau —los padres y señores del renacer racista ario— y a todos los arios que siguen ideológicamente a Wagner, como así también a los teóricos racistas del Tercer Reich. Es decir, ataca todos los orígenes profundos de la revolución ario-racista en Europa.

     Atacando al Maestro Wagner [6] y a los precursores del racismo ario, descalifica de raíz todo el Nacionalsocialismo en su esencia y cosmovisión racista. Ya con esto podemos catalogarlo como enemigo "íntimo".

[6. Al igual que como lo critican los judíos, llegando incluso a prohibir sus obras artísticas en Israel].

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     Este escritor siempre usa como caballito de batalla su "cruzada" contra todo lo que provenga de la "modernidad" (sin considerarse él un producto de la misma). 

     Pero esto no es todo, recién comenzamos.

ÉVOLA, AMIGO DE LOS MASONES...

     Muchos prefieren esconderlo; algunos lo muestran atenuado; otros miran para otro lado y simplemente omiten un hecho innegable: Évola formó una secta para-masónica llamada "Grupo de UR" junto a un grupo de declarados masones. Uno de los más prominentes fue Arturo Reghini , jefe "mago" de la secta junto a Évola. Otros masones declarados fueron Guido Parice (alias "Luce") y Aniceto del Massa (alias "Sagitario"). En la revista que publicaron —llamada primero "Ur" y luego "Krur"— es factible encontrar numerosos textos de masones satanistas pro-judaicos. Uno de los ritos practicados en esta secta paramasónica consistía en probar drogas y alucinógenos. "Salir de la realidad" usando drogas es para estos enfermos la espiritualidad más elevada, cual culto africano rastafari. Pueden haber presentado una fachada tendiente a dar la imagen de una restauración de la masonería operativa, si no fuese por el gran detalle de que todo su material doctrinario se basaba en fuentes judías o autores sumamente judaizados, como es el caso del satanista Eliphas Levi, tan admirado por Évola. Este satanista era tan amante de los judíos, tan filojudio, que cambió su nombre original, Alphonse Louis Constant, por el judío de Eliphas Levi. Este mismo satanista adorado por Évola fue el mismo que diseño la figura desagradable del macho cabrío Bafomet; también fue el primero en adaptar el pentagrama con las dos puntas hacia arriba como símbolo del Mal. Le encantaba escribir en hebreo, tanto que incluía en sus bazofias metafísicas frases que acompañaban los símbolos tradicionalistas y satanistas. 

     Entre algunos de los textos originales en los que Évola y los demás masones basaban su «cosmovisión tradicionalista» encontramos a Anagarika Govinda, Arthur Avalon, Eliphas Levi, Ottokar Brezina, Aleister Crowley, Giuliano Kremmerz, Paul Masson-Oursel, Gustav Meyrink y Narayanaswami Aiyar Shiyalli. Es decir, no sólo de masones judíos y judaizados sino que también bebían de las fuentes del mayor satanista pro-Sión que jamás haya existido. Me refiero a Aleister Crowley, quien se autodenominaba la "Bestia 666", y escribió entre otros un texto titulado "Liber Zion", y estuvo a la cabeza de la masónica OTO y varios cultos que se dicen erróneamente "paganos" y que en realidad no lo son [7]. Toda una base "tradicional" emanada de la doble moral judía, doctrinas diabólicas cuya figura adorada es la bestia Bafomet, siendo en esencia doctrinas auto-destructivas que incitan a la homosexualidad, la pedofília y las drogas, y que en sus aspectos filosóficos siempre distorsionan la inteligibilidad del Ser, o proponiendo un materialismo extremo, o un espiritualismo extremo, o un dualismo ya sea separativo o distintivo, pero nunca expresando lo que el NS vino a revelar: LA UNIDAD DEL SER. El gancho para vender estas ideas disolventes y degeneradas es mostrarlas como "paganas" y hasta como "ario-paganas" para captar un "mercado"

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neo-nazi asqueado por el cristianismo y deseoso por encontrar formas religiosas más originales o más representativas de nuestra raza. Es notable el efecto destructivo que las ideas judeo-satanistas provocan en muchos camaradas. El enemigo se aprovecha de la situación de la camaradería NS que al dejar el cristianismo no sabe qué culto religioso abrazar [8].

[7. Cuando estudié a Évola por primera vez, había advertido que el "paganismo tradicional" que promocionaba no era el mismo que el paganismo verdaderamente tradicional que dio vida y vigor al TercerReich, lo cual me llamó mucho la atención. Tiempo más tarde descubrí que una de las fuentes de Évola para "definir" este supuesto paganismo ario era, entre otros, Aleister Crowley, un discípulo de Sión. Este último personaje, que tenia íntimos contactos con la judería, cumplió la misión de refundar de un modo distorsionado y degenerado el paganismo; de esta manera, la judería lograba frenar el avance del paganismo real de Guido von List, Gorsleben, Wagner, Nietzsche, Goethe y Schiller, que influyeron en el movimiento nacionalsocialista. Por eso no es raro ver a camaradas NS neopaganos que rechazan tajantemente el supuesto "paganismo" de Évola. Uno de los máximos exponentes de nuestro esoterismo, Miguel Serrano, rechaza de raíz a Évola. Yo mismo que soy neopagano y estudio el esoterismo NS, rechazo también como falso el invento evoliano].

[8. Los camaradas debemos tener cuidado al respecto. Por ello, a aquellos que se encuentren en esa situación les recomiendo seguir cultos realmente arios, como el wotanismo armanista, con las ideas religiosas y esotéricas del sabio germano Guido von List, o si quieren la Edda original —por nombrar algo destacado— si no. En la actualidad existen movimientos religiosos arios emanados del nacionalsocialismo como ser el caso de Creativity Movement, la Comunidad Inteligente o el arianismo].

     Mientras que ya está probada la íntima conexión de Évola con varios judíos, desde entonces no resulta rara su oposición al racismo hitleriano y su "locura paranoica". Tampoco es rara su intención de distorsionar la visión que tenemos sobre la cuestión judía, librándolos en todo momento de una acusación racista. La distorsión del problema judaico que propicia conlleva a una falsa y estéril solución del mismo; es más: cuando le toca hablar específicamente de soluciones, no lo hace directamente, porque no sólo es ambiguo en general sino que contradice evidentemente su propia teoría de la "raza del espíritu".

     Évola, en la elaboración de su cosmovisión, tuvo un íntimo acercamiento con el judío rumano Tristán Tzara (hacia 1918, momentos donde Évola probaba drogas y alucinógenos para "elevar su espiritualidad"). Este judío estaba a la cabeza del degenerado movimiento "artístico" dadaísta, que Hitler tanto odiaba (como cualquier ario de buen gusto artístico que odia la aberración). El dadaísmo es la forma límite de la degeneración artística judaica, cuya esencia filosófica se basaba justamente sobre la exaltación del Yo y la burla al arte elevado (por eso Évola criticaba a Wagner).

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     Otro autor en el cual se inspiró Julius Évola fue el homosexual judío Otto Weininger; también, como dije anteriormente, en el satanista judaizado Éliphas Levi. Ya con esto sería suficiente para detectar el origen de su profundo —aunque sutil— veneno. Esto no le impidió citar al mismísimo Platón para darle una apariencia más "clásica" y aria a su visión. Sus trabajos también estuvieron influenciados por el judío neoplatónico Filón, a quien también citaba.

     Está muy poco esclarecida la estrecha relación que Évola tuvo con el satanista Aleister Crowley en Cefalú (Italia) cuando éste fundó la Abadía de Thelema. Esto explicaría muy bien por qué Évola tenía en la biblioteca de su secta Grupo de UR libros de este personaje poco feliz.

     La estrategia judía consiste en difundir a Évola dentro de los nacionalsocialistas para debilitarnos. El judío Isaac Goldman en 1992 dijo muy claro: "Evola representa un factor desestabilizador en la doctrina racista nazi; debemos difundirlo entre sus filas; efectivamente los dividirá y, por sobre todo, los debilitará" [9]. Algunos evolianos creen ingenuamente que debido al deseo de Sharón de intentar cerrar un centro evoliano en Italia se les otorga el premio a la verosimilitud de sus afirmaciones doctrinales. Olvidan que la política soterrada de los judíos es difundir esta teoría falsa —que ellos mismos propiciaron— para debilitar y desviar a los nacionalsocialistas de la correcta y peligrosa (para ellos) visión hitleriana del racismo. Con esto los judíos logran nuevamente liberarse de cualquier culpa histórica colectiva-racial, y a su vez logran debilitar aún más la única fuerza —el NS— que sólo en doce años fue prácticamente capaz de destruír sistemas, mitos y engaños (construídos y revigorizados trabajosamente durante siglos). Si el triunfo físico no fue alcanzado, no fue debido a un error doctrinal sino porque la revolución fue demasiado rápida, tan rápida como el rayo, auspiciada simbólicamente por Wotan, por Thor; no llegó a propagarse a tiempo en los países aliados, le faltó tiempo de maduración, y por sobre todo, la victoria física fue imposible en ese entonces porque la sumatoria de fuerzas aliadas superaba materialmente las del Eje. Paradójicamente triunfó el más fuerte (esto es independiente del derecho o la legitimidad de la lucha u objeto perseguido por uno u otro bando). Pero esto no volverá a suceder en el futuro porque ahora la semilla está germinando en todos los países donde hay arios. Puedo ya avizorar nuestra victoria definitiva. Seremos implacables y vengaremos duramente los sufrimientos y males ocasionados a nuestra raza durante los últimos siglos. Especialmente vengaremos el deseo oculto de exterminio que el judío tiene para con nuestra raza.

[9. Pág. 188 "Esoterismo de Vía-Monte", un libro de nuestra biblioteca esotérica].

     Algún evoliano puede argumentarnos que Évola criticó fuertemente al judaísmo, a lo que replicamos que lo importante no es la crítica en sí, sino la forma y el sentido. El pensamiento evoliano conduce definitivamente a una solución estéril, tanto como lo fue siempre la "solución" cristiana contra el judaísmo, por basarse en aspectos puramente "espirituales" (y que en realidad también es una espiritualidad mal entendida). 

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     Con este legado de Évola, no es raro ver luego la crítica descarada que éste emprende nada más y nada menos que contra el co-fundador del nacionalsocialismo, el erudito pensador-artista-historiador-teórico-guerrero Alfred Rosenberg. Évola criticaba vilmente las ideas racistas nacionalsocialistas, expresadas por uno de los principales expertos en materia racial del Tercer Reich que tenía a cargo la formación doctrinaria de todos los nacionalsocialistas del NSDAP (y todo esto cómodamente desde Italia). Rosenberg era el Reichsleiter. Ejerció por encargo especial del Führer la supervisión general sobre la totalidad de la difusión de la Weltanschauung nacionalsocialista. En 1943 Hitler le dirigió a Rosenberg un mensaje de congratulación declarando que éste había sido el único entre todos sus colaboradores que en cuestiones fundamentales siempre había finalmente probado tener razón. Évola, criticando vilmente las ideas de Rosenberg, criticaba también a Hitler y toda nuestra cosmovisión. Es que en realidad a través de Évola no hablaba sino la "Tradición" (judaizada)...

     ¿Cómo es posible que con estas referencias sobre Évola existan camaradas que confunden a este escritor como NS?. Todo esto lo veremos poco a poco a continuación. Una de las razones es natural y psicológica: el ser humano interroga la realidad desde un determinado cuerpo de conocimientos, creencias y prejuicios (recordemos que en gran parte la mayoría de los hombres están educados por el enemigo). Naturalmente, el que recién está empezando a iniciarse en nuestro mundo tiene mayor dificultad en distinguir el origen, significado y sentido de una u otra postura ideológica. A esto debemos agregarle la apariencia similar que éstas puedan llegar a tener.

     Otra de las razones, puede ser porque algunos evolianos se infiltran en nuestras filas para "evangelizarnos", inventan leyendas y mentiras para adaptar a Évola al Tercer Reich de manera que sus ideas sean aceptadas y promulgadas por nosotros mismos. Ayer Évola era un simple italiano; hoy, hasta un SS; y si este viento sigue algún día, nos enteraremos de que era el consejero principal de Hitler. Estos mitómanos evolianos jamás muestran estos aspectos de Évola (algunos a lo sumo lo atenúan). En rigor de verdad ellos nos ven como una "materia prima" para su propia revolución "derechista tradicional". Y algunos en su afán evangelizador se hacen pasar vilmente por genuinos NS. Eso es deshonestidad e hipocresía. No se puede estar de un lado y del otro al mismo tiempo, ni mucho menos intentar fundir dos cosas que en esencia son opuestas.

     Si Évola no fue nunca NS, y nos criticó desde su propia ideología de la "derecha tradicional" que él mismo defendía, ¿cómo podemos creer la supuesta afirmación de que Évola fue maestro de algunos cadetes SS, en la escuela de Viena, ¡justamente en la SS! que era el estandarte del «racismo biológico» que tanto odiaba Evola?. Otra cosa: ¿Cómo podrían haberlo aceptado de "maestro" en 1944 si las ideas de Évola habían sido rechazadas varias veces —con años de estudios— por la misma oficialidad y alto mando de la SS?. ¿Para qué lo contratarían en el último año de la guerra?; ¿no suena inverosímil?, ¿no suena a mito?. Investigué personalmente esta versión alentada por los evangelizadores evolianos y no encontré prueba alguna, así que me guié por la información que sí tengo, y

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realmente parece algo ilógico. Y si llegara a ser verdad el hecho de que supuestamente Évola paseó por Viena en 1944 y fue herido por esquirlas aliadas, esto nada nos dice, ya que sería un hecho excepcional casi casual y anecdótico. Évola era, a diferencia de Rosenberg, un intelectual de salón que predicaba el aislamiento mientras todo cae alrededor. Rosenberg era un gran intelectual, pero era un gran y heroico luchador que daba su vida por sus hermanos de sangre; no predicaba el aislamiento sino, como todo NS, la Voluntad de sacrificio por el hermano y por el ideal ario nacionalsocialista.

     Para dejar en claro la postura evoliana respecto al NS, veamos lo que dice uno de los mayores conocedores y apologistas de Évola en la actualidad. Me refiero a Marcos Ghio, un compatriota argentino que entre otras cosas dirige públicamente un "Centro evoliano", como que fue él mismo el traductor de los libros de Évola al castellano, lo que se puede definir como una autoridad evoliana, un representante genuino de la ideología de la "derecha tradicional". Éste reconoce orgulloso en el prólogo de un libro de Évola, "El Mito de la Sangre", que "el racismo de Évola tiene muy poco que ver con el que se sustentara hegemónicamente durante el período nazi" (pág. 8, ed. Heracles). Évola mismo colocaba a ambos racismos como opuestos. Y sus lectores alienados, siguiendo ciegamente a Évola, apuntan sus dardos venenosos contra nuestro racismo calificándolo como una rebelión o subversión "moderna" contra la supuesta "tradición" que ellos defienden.

     Ahí vemos hasta qué punto en aquellos apóstoles contemporáneos prima lo abstracto por sobre lo real. Para nosotros la raza es real y nadie que esté en contra de su expresión manifiesta y material en el universo puede ser nuestro amigo, ni amigo de Dios. Ellos están bien dispuestos a sacrificar la raza (según la entendemos nosotros) a favor de una subjetiva "tradición" o "raza espiritual". Nosotros en cambio nos sacrificamos a nosotros mismos a favor de la supervivencia racial y su pureza, así como de su armonía psíquica y espiritual. Nosotros partimos de la raza, de la Naturaleza, antológicamente entendidas; a su vez exploramos sus esencias ocultas a la simple vista. Ellos en cambio no ven esencias, se les ha negado doctrinariamente comprenderlas y valorarlas en su justa dimensión; parten de la supuesta "tradición" y a ello se entregan, no buscan esencias teleológicas en la Naturaleza sino en invenciones artificiales de la mente humana. Por esta razón ellos son falibles. Ahí se evidencia nuestra inconfundible superioridad.

     El evolianismo prende en las conciencias inferiores porque las "diviniza", es decir, la lógica es que si uno «entra» en esta estratagema intelectual de la "raza espiritual" que "se elige", y que nos equipara al mismo nivel que un negro "muy espiritual" —por ejemplo—, uno queda "despierto", sale del "olvido" y se deifica a si mismo, y el propio Yo queda inflado, agradecido de tantas "revelaciones" que lo hacen a uno "volar en las alturas de la superioridad espiritual". Ésa es la trampa: adormecer la realidad y el sentido absoluto de la raza natural (que llama biológica), provocar este olvido, desenfatizándolo en nombre de lo "espiritual"; así el hombre ya no se ve tan dispuesto a entregar la totalidad de su ser por la supervivencia de su raza y la exaltación de los mejores. La influencia de estas ideas cargadas de egoísmo metafísico han sido en la práctica nefastas. Tenemos el ejemplo concreto de CEDADE, donde en un principio se practicaba el nacionalsocialismo y con el

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tiempo se fueron infiltrando las ideas "tradicionalistas". El resultado fue la esterilización de las voluntades, que prefirieron refugiarse en el yoísmo espiritual antes que salir a luchar y dar la vida (en el sentido amplio) por la raza y el propio pueblo natural. 

     Hace un tiempo observé que un camarada nacionalsocialista ofrecía en su web—entre otras cosas— líbelos evolianos y de la Secta de Ur. Pregunté: "¿Sabes con precisión qué es lo que estás difundiendo?". Él contestó: "Son tradicionalistas". Claramente no había leído mucho al respecto y se dejó seducir con la bella palabra. Le hice observar que sin saberlo estaba difundiendo el material de un enemigo declarado de nuestra propia ideología, un autor que no sólo atacaba la esencia racista del NS sino que estaba embebido en la corriente "tradicionalista" de ciertos autores que adoraban a Sión y al judaísmo. 

     Évola pretende introducir el ascetismo subversivo anti-real en la doctrina racista, para el cual el "cuerpo" como existencia material le causa alergia y lo llama engañosamente "materialismo". Es decir, amar absolutamente a nuestra raza como lo hacemos nosotros sería para este escritor un pecado "moderno", algo inferior. La manipulación de los términos para manipular a los hombres es terrible. Utiliza las palabras como anzuelos, como por ejemplo las palabras "raza", "heroico", "espiritual", "tradición", todas palabras bellas pero pervertidas y prostituídas en contenidos y sentidos. Asimismo utiliza otras palabras para asustar, es decir las usa como "cucos", como es el caso de "materialismo". Así, este mago negro utiliza esta palabra para acusar de una manera distorsionada y mal intencionada aquello que le molesta al Sistema judaico —el racismo NS—, disfrazando todo de las más buenas intenciones y las más altas espiritualidades. Todo el sistema evoliano-tradicionalista se reduce en esencia a este siniestro objetivo. Quitemos el camuflaje y veremos fluír el veneno.

CONFRONTACIÓN DE IDEAS OPUESTAS EN ESENCIA

     La cosmovisión de Évola es radicalmente diferente al nacionalsocialismo en su esencia, pero, como ya advertí, disfraza sus ideas utilizando palabras de uso común para nosotros, como raza, ario, paganismo, tradición, pero todas vaciadas de sus contenidos tal cual los entendemos. Introduce un peligroso conflicto semántico-lingüístico (quienes se ven afectados principalmente son aquellos que entran en contacto con esta ideología). Este conflicto es muy refinado, digno de un Maestro de la contra-iniciación.

     Nacionalsocialismo y evolianismo son realmente como el agua y el aceite, si bien pueden llegar hasta mimetizarse por la semejanza en algunos significantes utilizados para sintetizar conceptos. Estos últimos —los conceptos— son incompatibles e irreconciliables, ya que ambas cosmovisiones parten de puntos o bases filosóficas muy diferentes. Todos nuestros "tanques intelectuales" teóricos y

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filósofos oficiales desde Alfredo Baeumler, Erich Jaensch, Heyse, E. G. Kolbenheyer, A. Rosenberg, Gunther, Wilhem Burkamp, Arnold Gehlen, Hermann Schwarz, Schuldze-Boelde, W. Darré, y el mismo Führer, demuestran una línea esencial totalmente diferente a la del italiano Évola, por lo que éste queda refutado por los máximos pensadores NS.

     En el plano filosófico el nacionalsocialismo ve al Ser como una unidad, donde materia y espíritu se hallan indisolublemente unidos. Nuestro Alfred Rosenberg en el "El Mito del Siglo XX" nos dice: "El pasado y el presente aparecen repentinamente bajo una nueva luz, y para el futuro surge una nueva misión. La Historia y el objetivo del futuro no significan ya la lucha de clase contra clase, no ya conflicto entre dogma eclesiástico y dogma eclesiástico, sino la controversia entre sangre y sangre, entre raza y raza, entre pueblo y pueblo. Y esto significa: combate de valor anímico contra valor anímico. (...) Alma, empero, significa raza vista desde adentro. E inversamente, es la raza el lado externo de un alma. Despertar a la vida el alma de la raza quiere decir reconocer su valor máximo, y bajo su dominio atribuír a los otros valores su posición orgánica: en el Estado, en el Arte y en la Religión" (pág. 6, Ed. Wotan). Una visión y una aclaración genial de Rosenberg.

     Mientras la lucha de clase contra clase es una lucha artificial y materialista que gira en torno al dinero, la riqueza y la economía, y donde mediante un sofisma se crea una guerra artificial entre estos opuestos sociales, al mismo tiempo los conflictos dogmáticos eclesiásticos también son artificiales (por ser creados por el hombre). Por el contrario, la lucha NS es una lucha natural, ya que el hombre no creó las razas; por ende la lucha entre razas (biológicas, se entiende) es una dialéctica natural y a su vez divina, una oposición natural, y esto es NS, esto figura en nuestra doctrina, ya sea en Mi Lucha, en El Mito del Siglo XX, o en el material doctrinario de la SS.

     Es así que el hombre ario iniciado no encuentra a Dios en el más allá, en otros mundos, en el "cielo", en la nada, en lo sobrenatural, sino en nuestra propia Raza y en lo natural, y más precisamente en las esencias ocultas presentes en la Naturaleza, una visión sumamente antigua y verdaderamente Tradicional del hombre ario, que quedó oscurecida con la invasión de nuevas ideas religiosas de tradición semítica. El sabio y el filósofo ario siempre distinguió entre lo exotérico y lo esotérico, entre lo que va destinado al vulgo y lo que es para la élite. Nuestros sabios crearon los mitos para representar realidades presentes en la Naturaleza oculta, adaptándolas al nivel del pueblo, pero estos mitos eran símbolos, representaciones, parábolas, metáforas de profundas realidades. El conjunto de mitos llegó a constituír religión/es. Las verdades profundas explicadas y mostradas filosófica-científicamente quedaban esotéricamente restringidas para iniciados, porque ellas en sí representaban Poder y para que el mismo sea responsablemente utilizado. El conocimiento quedaba entre leales de la Élite. Para la muchedumbre estaban concebidas las formas exotéricas, mitos religiosos, leyendas, etc., que estaban adaptados a la psicología de masas. En las religiones arias el mito no era sólo mito sino que al mismo tiempo representaba para las inteligencias más lúcidas un vehículo hacia la iniciación. Un hombre ario, sabio e iniciado, sabe que el mito

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representa una realidad profunda, pero el mito es creado por el hombre, es fabulatriz [10].

[10. Tampoco todos los mitos tienen el mismo efecto y sentido. No todos los mitos fueron concebidos para un fin positivo. Es posible encontrar mitos que tienen como fin obstaculizar la conciencia en ascenso y, en el peor de los casos, propiciar su caída. Esto sucede principalmente en la religión cristiana. En este caso todo "ascenso" es en realidad una ilusión. Con razón nuestros filósofos clásicos lo advirtieron, escandalizándose de los nuevos mitos semitas].

     En el caso de los escritores tradicionalistas y evolianos es notable observar un intento esmerado de corte degenerativo tendiente a llevar al hombre intelectual a creer en determinados mitos como ciertos y reales en sí mismos. Por esa misma razón, cuando muchas veces analizan los símbolos sagrados —por más erudición que muestren— jamás llegan a conocer su más íntimo significado, porque la base cosmovisual dualista del tradicionalismo se los impide. Lo que ellos alegremente creen ver como "esotérico" es para nosotros sólo un discurso más elaborado del mito, no dejando de ser en su esencia una manifestación exotérica refinada e intelectualoide. Lo que es para la muchedumbre es para la muchedumbre, lo que es para el Superhombre Ario es para el Superhombre Ario. Ellos no pasaron el sello, no entraron en las profundidades ni lo harán jamás, porque para que esto ocurra deben abandonar su dualismo que es la base de su estructura cosmovisual. Ellos no saben que si bien "ven" más que otros, no "ven" más que nosotros. Al mismo tiempo nosotros vemos las rejas de su prisión metafísica. Estos hombres no han superado aún la última valla. Son como niños que se creen mayores, y aún creen en Papá Noel. En su ascenso han sido capturados por las fuerzas que retienen a los hombres impidiéndoles el acceso a las verdades más profundas. Que tampoco para juzgarnos tomen como la máxima expresión de nuestro esoterismo NS los trabajos de Miguel Serrano, porque éste apenas mostró un cascarón para los curiosos.

     Gracias a la cosmovisión Nacionalsocialista, ciencia y religión no son opuestos contradictorios, sino complementarios. Wotan era un dios que además de guerrero era Mago y cuyo entorno mitológico pagano invitaba a la iniciación en los secretos de la Naturaleza oculta. La palabra de Dios se encontraba así en las profundidades de las esencias encontradas en la misma Naturaleza (ver Guido von List). La raza, el racismo, eran consecuencias lógicas de una visión natural y pagana del mundo. La ciencia que el Ario trajo al mundo no es sino una manera genial y potenciada de explorar los secretos del mundo natural hasta lo más profundo de las realidades a las cuales no podemos acceder simplemente, a la cual no pueden acceder todos los hombres, a la cual no pueden acceder todas las razas por sí mismas. ¿No es ésta una señal divina de que Dios mismo nos ha escogido para desentrañar todos sus misterios?. Nuestra Weltanschauung le dio sentido ontológico a la ciencia, antes vacía de contenido. Es el hombre Ario el Maestro de la ciencia. ¿Qué duda cabe?. No hay raza que nos iguale, y esto a pesar de todas las condiciones en contra que tuvo nuestra raza para desarrollar la ciencia. El oscurantismo cristiano, que emprendió siempre una lucha religiosa contra la ciencia, significó en los hechos muchos siglos de retraso para el ario. Pero la Verdad fue triunfando, y la llama genial que late en nuestros genes no pudo ser detenida ni por los más sofisticados, antinaturales y

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engañosos dogmas de fe. Los evolianos, al igual que los judíos, tiemblan con trabajos científicos como el de Georg Rieck "Genética de la Inteligencia" —realizado en la década de los '80—, donde demuestra científicamente la diferencia biológica de CI entre razas, una investigación que causó revuelo y pánico en el Sistema mundial y que obviamente debió ocultarse porque vulneraba fuertemente ciertos dogmas irracionales, afectando gravemente los privilegios e intereses judaicos.

     Curiosamente Évola sigue esta línea oscurantista anti-científica, desde una perspectiva moderna. Por otra parte invirtió, llamando Tradicional a su visión "racialista" anti-biológica, y rechazándola como negativa y "moderna", la visión verdaderamente Tradicional del hombre ario. Para alejar a los arios de la ciencia, simplemente usó nuestro prejuicio anti-judío, asociando la ciencia como algo propio de los judíos. ¿Existe algo más perverso que esto?.

     En el evolianismo la Naturaleza es un mal necesario, algo meramente secundario; en nuestro caso, la Naturaleza es la fuente donde encontramos la sabiduría, donde encontramos la Vida, la Existencia, a Dios, que habla a sus hombres en un lenguaje sutil, "el lenguaje de los pájaros". Nosotros amamos la Naturaleza, la que vemos, tocamos, sentimos y vivimos, y por sobre todo la que es aún más profunda, y comprendemos con el intelecto, con la mente, ya que esta Naturaleza profunda llena de esencias y misterios nos da los designios teleológicos.–

Publicado por Alonso González de Nájera el 29.6.13 

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2 comentarios:

1.

Anónimo4 de julio de 2013 17:47

Es una lástima que una persona que leyó tanto falló en comprender la esencia de los textos. Carece de toda instrucción filosófica y religiosa, encima defiende a Miguel Serrano y al 'Hitlerismo Esotérico' que no dejan de ser delirios new age.

Por personajes así es que la 'idea está muerta'. Pseudo esoteristas, pseudo académicos y delirantes místicos.

Es tan pequeño el marco en el que se manejó que se perdió y ahogó en un vaso de agua.

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Respuestas

1.

Alonso González de Nájera 5 de julio de 2013 05:20 Es una lástima que el anónimo comentador sea tan poco preciso en su crítica. Santhrese ¿falló en comprender a Évola?. Si es así, el anónimo comentador ¿es un entendido evoliano?. Sólo con slogans y sin argumentos no aclaramos nada. ¿Le molesta al crítico lo que escribió Serrano?, ¿lo

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encuentra delirante?. Si la "idea está muerta", ¿es la idea de quién?. El esfuerzo de Santhrese es respetable porque ha captado bien el espíritu tanto de las enseñanzas de Rosenberg como el espíritu que obra detrás de Évola; sin duda no se ha ahogado en su tema. Hay tres partes más donde aporta más argumentos, y no sólo slogans, acerca de la infiltración que en el NS ha hecho Sión. Ya que usted no da su nombre, al menos dé argumentos.

Karl Santhrese - Sobre la Amenaza Evoliana (2)Etiquetas: Declaración, Ensayo, Karl Santhrese, Nacionalsocialismo

     Como continuación directa de la entrada anterior presentamos ahora el sexto capítulo del ensayo de Karl Santhrese "La Amenaza Evoliana", que aborda la crucial y conflictiva cuestión de la raza, con toda la amplitud filosófica y bío-física de este preclaro y directo pensador argentino nacionalsocialista, que paternalmente nos indica cuáles caminos conducen a malos destinos y cuáles serían los que a buen fin llevan. Debemos señalar que este capítulo tiene aquí unos pocos párrafos de menos, y que, al igual que en la entrada de ayer, hemos hecho una labor de corrección gramatical debido a ciertas deficiencias quizá de la edición, pero las palabras, que no son otras que las del autor, cómo no, las consideramos como portadoras de mucha razón y muy esclarecedoras y lúcidas para todo lector amigo.

La Amenaza Evoliana (2)por Karl Santhrese

Enero de 2006

RACISMO CIENTÍFICO-NATURALY "RACISMO" ANTINATURAL O SUBVERSIVO

     El proceso del re-despertar racial de nuestra Raza vino a raíz de los descubrimientos científicos que surgieron en Inglaterra y Alemania principalmente.

     El judío, que siempre quiere a los arios en estado de hipnosis para así esclavizarnos, se vio sorprendido por estos avances. Y acudió rápidamente a su práctica sofística.

     El amanecer de un racismo ario le quitaba el sueño de poderío mundial al judaísmo. El racismo nacionalsocialista fue el corolario de los avances en la ciencia racial y la síntesis perfecta en un marco ideológico con un programa social para que la raza aria recuperara su soberanía.

     Para frenar la amenaza que significaba esto para los intereses judíos, éstos lanzaron al "mercado mental" una serie de ideologías distorsivas con el objeto de crear confusión ontológica y teleológica. En otras palabras, ante la imposibilidad de frenar los avances científicos raciales, apuntaron a crear posturas ideológicas pseudo-religiosas, pseudo-espirituales, que fomentaran un "racismo" distorsionado, débil y controlado, anti-científico, subversivo y anti-natural, que en última instancia

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sirva a los intereses judíos y aliene y destruya a otras razas, principalmente la nuestra. [...]

     Nuestro racismo NS natural filosófico-científico-teleológico está basado exotéricamente en las adaptaciones sociales de los estudios científicos de Gregor Mendel, Hugo de Vries, Carl Correns y Erich von Tschermak (las leyes de la transmisión de las cualidades hereditarias), los eruditos estudios del Conde de Gobineau, las concepciones de Chamberlain y las del creador de la eugenesia científica Francis Galton, los estudios bío-sociales racistas de Herbert Spencer, y también los trabajos del eminente zoólogo Ernst Haeckel, quien dio su versión mejorada del darwinismo adaptándola al campo social entre los alemanes a principios del siglo XX. Otros autores importantes son Ernst Krause, Otto Ammorn, Ludwig Wilser y Ludwig Woltmann, que publicaron estudios sobre el racismo social [1]. Todos trabajos censurados hasta el día de hoy por el judaísmo internacional.

[1. Como acotación cito los trabajos de posguerra como los del antropólogo y sociólogo SS francés Jacques de Mahieu, plasmando los principios de la bío-política, o el trabajo independiente de Georg Rieck "Genética de la Inteligencia"].

     En cuanto a los orígenes esotéricos, este mismo racismo nacionalsocialista tiene su fundamento en concepciones milenarias y ancestrales que tuvieron su renacimiento con destacados y verdaderos ocultistas neopaganos germanos que profesaban un racismo similar al nacionalsocialista y cuyo mayor exponente es Guido von List, profeta increíble que vaticinó las conflagraciones mundiales, la formación de la SS y el ascenso y formación del Tercer Reich; también Rudolf Gorsleben, y en menor medida Lanz von Liebenfels. O místicos germanos como Meister Eckhart y el mismo mentor de Hitler, Dietrich Eckart, a quien dedica el segundo volumen de "Mi Lucha". No dejo de nombrar aquí la influencia de algunas ideas que circulaban en la Sociedad Thule.

     Mientras el hombre actual se limita con su ciencia a medir y calcular la realidad, jamás se pregunta el profundo por qué de la misma. La ciencia, si bien ha buscado en las profundidades, se ha atomizado, está vacía de contenidos filosóficos y teleológicos, porque así lo quiere Sión, para tener a la ciencia como esclava del capital. Los científicos están atomizados en lo más profundo de las partes, pero desconectados del Todo; la ciencia y las partes están desconectadas de una cosmovisión unitaria y a su vez totalitaria del mundo. Estos científicos actuales no son más que genios de las partes, pero ignorantes del Todo. No obstante, con la venida del NS y su visión natural y teleológica del mundo, la ciencia encontró el más profundo por qué, el para qué y el para quién. La otrora vacía ciencia aria [2] fue asida, redimida y elevada por nuestra weltanschauung. El NS se diferencia radicalmente de otras cosmovisiones: no sólo no teme a la ciencia y a la realidad sino que coloca a la misma como un elemento imprescindible para hallar verdades ocultas en la Naturaleza, para respaldar verdades intuídas, para lograr precisión, certeza y supremacía. Un descubrimiento científico que beneficie a la raza aria puede marcar la diferencia en la lucha por la supervivencia y la perpetuación de la especie. [...]

[2. Que no por ello dejó de traer beneficios al mundo, poniendo en duda y en todo momento los más sofisticados sofismas, ilusiones y supersticiones].

     Así el Nacionalsocialismo se basó, entre otras cosas, en la ciencia. Nunca el conocimiento dispuso de mayores medios para indagar positivamente la realidad hasta sus entrañas mismas, pero habiéndose suprimido la conciencia racial y la del Ser inmanente (desde hace siglos), todas estas ciencias estaban perdidas en la nada, se servían a sí mismas, perdiéndose el conocimiento integral; la sabiduría era cosa del pasado, y en el estudio de las partes, por más profundo que se indagase, la esencia de las cosas jamás era descubierta (ni lo es para el hombre actual): éstas sólo se descubren en la relación con el Todo.

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     La irrupción de la cosmovisión Nacionalsocialista en el mundo es lo que le dio vida y sentido a la ciencia.

     Aquellas preguntas como ¿Quién soy, por qué vivo en este mundo, en este tiempo, en este espacio?, ¿qué sentido tiene todo esto?, ¿cuál es el sentido de la vida?, fueron respondidas por el nacionalsocialismo con la certeza ineludible del respaldo del mundo mismo, del mundo natural. Por eso en un mundo relativista nosotros vemos absoluta y claramente nuestro camino. No hacemos castillos en los cielos, lejos de la realidad; hacemos castillos en nuestro mundo, castillos que, por cierto, están rodeados de pestilentes chozas. Esta visión nos hace poderosos espiritualmente. No necesitamos ya nada, ni a nadie; el tiempo nos dará la razón. Nosotros pisamos suelo firme y ésa es la respuesta a las más elevadas preguntas:¿por qué yo estoy despertando?, ¿por qué nosotros estamos despertando?, ¿por qué vemos más que otros?. Nuestro rascacielos está construído sobre suelo firme. Nosotros como arios abrazamos la Naturaleza, mientras que un mundo en progresiva decadencia se ha esforzado siempre por negarla. ¡Nosotros vinimos a destruír ilusiones!. El mundo y el hombre actual decadente viven en la penumbra porque han caído en las profundidades, porque el Sistema judaico se ha encargado de producir y estimular el olvido en los no-judíos, con el solo objeto de lograr una ventaja relativa de Conocimiento (y por ende, de Poder). Esta visión particular parte del Nacionalsocialismo esotérico que yo profeso. Nuestro mundo no está en el más allá, ni en el "cielo"; nuestro mundo esta aquí, alrededor nuestro. No nos interesan los paraísos del más allá; queremos que nuestro mundo sea un paraíso, y no nos interesa cómo nos llamen por este anhelo.

     Ante nosotros la derecha tradicional se nos muestra como algo que aparenta preocuparse por "despertar al hombre" de aquel olvido, pero en rigor de verdad al desenfatizar e incluso desmerecer y hasta dejar en un segundo plano a la Realidad y el mundo de la existencia natural, no representa sino una regresión y una reacción a nuestro profundo avance; es otra cara del Sistema que se auto-protege, se auto-regenera, con lenguaje actual.

     El nacionalsocialismo viene a decirle al hombre adormecido en la más profunda decadencia y olvido, que su propia estirpe, su propia raza blanca, no es una cosa ajena a sí mismo, no es producto del azar; que no sólo su evidente color es diferente al de otras razas, que hay mucho más que un color, hay un sentido natural y divino al mismo tiempo. El racismo NS es una puerta para lograr una conciencia superior del mundo. La raza propia que uno trae desde el nacimiento y que uno no elige, posee un sentido oculto, un misterio que debe ser develado. Este misterio es revelado por el nacionalsocialismo en primera instancia, para luego en un círculo de mayor confianza continuar con la revelación de los misterios en las manos del nacionalsocialismo esotérico.

     Todo el racismo científico-natural y esotérico vino a fusionarse en el NS, constituyendo la síntesis perfecta. La misma representaba una amenaza total al dominio judío y su conspiración, que con una tarea de siglos había logrado acostumbrar mentalmente a Occidente sobre la concepción del pueblo judío como "pueblo elegido". A esta quimera el NS opuso el hecho histórico de la superioridad de la raza aria, un verdadero «Pueblo Elegido» y «Creador» por naturaleza. Siglos de propaganda judaica fueron a parar a la basura. Ideologías, religiones, y mitos caían al suelo desde lo alto de las estanterías de la sofística y la ilusión.

     El nacionalsocialismo no se enfrentó directamente a una ideología sionista, ni a un subgrupo judío, sino que se enfrentó a todo el pueblo judío como una raza (anti-raza). Abandonó una lucha meramente humana para abrazar una lucha divina. Es decir, evitaba un choque dialéctico contra una ideología (creación humana), emprendiendo un choque dialéctico natural entre razas con cualidades bío-psíquicas diferentes (batalla divina). Los nacionalsocialistas llevaron el choque dialéctico contra todo el pueblo judío, algo que disgustó y enfureció a los cabalistas, ya que una condición para la pretendida entronización del Anticristo "de la sangre

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de David" era evitar que el pueblo judío sea combatido como raza y colocado ideológicamente como un opuesto contradictorio, ya que el mismo debía estar sobre cualquier oposición (es decir entre bastidores). Hitler nunca pudo haber sido agente Illuminati como algunos ignorantes y/o malintencionados afirman, precisamente por su razón racista, ni siquiera pudo serlo en forma inconsciente (como sugiere curiosamente el judío cabalista Henry Makow), ya que planteó y plasmó doctrinalmente lo que pretendían evitar los judíos cabalistas y talmúdicos.

     Hitler, al descubrir y colocar a todo el Pueblo judío como un enemigo nacional-racial parasitario del pueblo ario Alemán y Europeo, creaba la única oposición que los cabalistas pretendían evitar, es decir, la racial natural-científica y biológica, ya que esta oposición destruía de raíz todos los planes cabalistas y talmúdicos, ya sea en el plano práctico, ya en el plano teórico. Las demostradamente estériles "soluciones" religiosas fueron superadas por acciones reales concretas y naturales. Era el plano que los dirigentes judíos querían evitar, porque temían su eficacia. Los dirigentes judíos quedaron enfurecidos no tanto por la muerte de cierto número de judíos sino porque Hitler destruyó la cosmovisión religiosa del mito del único pueblo elegido, y al mismo tiempo puso en evidencia la naturaleza de dicho pueblo a la luz pública de la Historia Universal, presentando bosquejos de soluciones concretas y definitivas. Nadie hasta entonces había reunido en una cosmovisión tanta calidad y cantidad de Verdades y certezas a los arios. En un momento histórico donde la más oscura tiniebla nos aplastaba, una antorcha iluminó a nuestra raza por los senderos de la Vida. Hoy más que nunca aquellos ideales son la llama que iluminará a un mundo sumergido en profunda decadencia. El Tercer Reich fue un intento de reconstruír el paraíso terrenal-espiritual del hombre ario, para el hombre ario. Bien lo dijo Miguel Serrano en el prólogo de una edición de Mi Lucha: "El Paraíso retornó en un solo punto de la Tierra, tal como habrá sido alguna vez en una remotísima edad".

     Nosotros sabemos que a los verdaderos dirigentes del judaísmo no les importaría, en caso extremo, sacrificar al sionismo (político) y hasta al propio Israel. Por ello vemos últimamente a algunos judíos con una fuerte retórica anti-sionista deambular entre manipulados e ignorantes izquierdistas y simples nacionalistas. Estos judíos hasta critican y comparan el judaísmo sionista con elnazismo en señal de rechazo. Es decir, como el mundo se está dando cuenta de lo que son los judíos, ellos lo reducen a un simple problema sionista; de esta manera nadie critica a toda la anti-raza (evitan la lógica racial nuestra). Los ignorantes creen ver en ellos "judíos honestos", "judíos bien intencionados", no advirtiendo que es parte de la doble moral. Debemos entender que para los racistas la sangre está primero incluso que la propia patria y la propia religión. ¿Por qué? Porque la sangre y la raza son nuestra religión. Debemos entender también que el ocultamiento de la conciencia racial biológica al hombre blanco es la principal arma del judaísmo, la fuente que le proporcionó su supremacía. Un hombre ario que no vea y no estime su raza aun teniéndola, es un zombi, un esclavo psíquico, una oveja fácilmente manipulable. En cambio, un ario consciente del valor absoluto de su raza, es un Lobo indoblegable que va camino al Superhombre Ario.

     Los judíos han usado esta disposición estratégica durante miles de años y les causa pavor imaginar las consecuencias que esta misma disposición estratégica podría generar en manos de una raza más creativa y más numerosa. Por ello combaten con mayor ahínco todo aquello que les hace competencia; por ello el enemigo Nº 1 de los judíos, aún después de 60 años de caído el Tercer Reich, sigue siendo el NS y su racismo, como también cualquier movimiento inspirado en éste. Sabemos que en el fondo ellos y nosotros somos ciertamente racistas de un modo similar [3], pero esto no nos afecta, porque ellos son ellos, y nosotros, nosotros. Las ideas-fuerza como el poder mismo, benefician a cualquier raza que la persiga. Las ideas-fuerzas racistas son de origen divino. La monopolización de las mismas, junto a su correspondiente respuesta en hechos, ofrece la llave para manejar el Destino de la Humanidad. Si sólo una raza puede manejar el Destino del mundo siempre preferiremos que sea la nuestra por sobre todas las otras. Para ello es necesario

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primero aspirar a la supremacía, incitando a las demás razas a abandonar cualquier aspiración racial y/o supremacista. ¿Se imaginan qué peligroso seria una China racista y supremacista?. Claramente una China comunista o hasta cristianizada sería inofensiva. ¿Se advierte la importancia de las cosmovisiones? [4]. Con el surgimiento del NS y su racismo, teniendo el derecho de primogenitura los brillantes germanos, la raza blanca se despojó de aquellas ideas disolventes que sólo criaban mansas ovejas.

[3. Un racismo similar, en cuanto a políticas endogámicas tendientes a conservar el patrimonio hereditario racial- biológico. Si bien ambos aspiramos a la supremacía de cada pueblo, no obstante nos diferenciamos en cuanto a la "política exterior" para con otras razas. Nosotros reprochamos el mestizaje que alienta el judío como anti-natural y la acción disolvente de este pueblo en nuestras comunidades arias como una ofensa a la Raza Superior].

[4. Nuestras ideología racista sólo debe servir a nuestra raza, ya que si fuese tomada por otra raza le estaríamos otorgando una fuerza interior que ella no supo descubrir por sí misma, siendo estas ideas muy peligrosas para nuestra propia supervivencia si son adheridas por cualquier raza no-aria, por cuanto otras razas mucho más numerosas junto a armas arias podrían exterminarnos. De allí que sea peligrosa la presente y futura difusión de ideas NS en China. Este problema que se detecta entre la "difusión universal" y la "difusión selectiva" nos demuestra hasta qué punto fueron precavidos los judíos en la utilización de la doble moral. Claramente la exposición y la "difusión universal" de las ideas racistas de su pueblo acarrearían su exterminio en el momento que los pueblo arios que hospedan a dicha comunidad descubriesen los fines ocultos que ellos persiguen. Hitler fue el primer ario en articular una sólida cosmovisión integral que sirva para garantizar la supervivencia efectiva de la raza aria].

     Évola en cambio favorece (al igual que otros escritores "tradicionalistas") servilmente a los judíos (más allá del palabrerío), ya que no sólo niega la superioridad intrínseca de la raza aria sino que ridiculiza el anhelo de supremacía racial aria, desenfatizando la raíz natural, científica, psicológica y mística de la visión racista NS. En definitiva, destruye ideas-fuerza indispensables para la supervivencia de nuestra raza.

     Frente a todo este renacimiento racista a que hacia mención anteriormente, que ponía en peligro la supremacía judía [5], la judería reaccionó intentando anularlo mediante múltiples medios. Por ello estimuló una reacción ideológica con ideas disolventes, con el fin de trastocar estos sólidos principios, introduciendo toda una serie de conflictos semánticos frente a las nuevas precisiones científicas en un área sensible del Nuevo Orden (desorden) Mundial judaico: la raza, la herencia, la biología, la Naturaleza.

[5. El nacionalsocialismo esotérico distingue la diferencia entre superioridad y supremacía. La superioridad es la cúspide del nivel jerárquico absoluto entre todas las razas humanas; la superioridad es intrínseca solo a la Raza Aria. La supremacía no es sinónimo de superioridad. Este término indica más bien una expresión de anhelo de poder absoluto, y/o puede indicar una posición de poder de una raza en un momento dado. Por ello, así como cualquier villano de raza inferior en los tiempos actuales de decadencia ha logrado posicionarse en el poder, una raza inferior como la judía puede alcanzar la supremacía (no por su poder se convierte en superior). La Edad Dorada será alcanzada cuando el Mundo sea regido por la Raza Superior Aria y para ello es necesario alcanzar la supremacía Absoluta. La actual y decadente Edad de Hierro es la consecuencia de haber dejado a una Raza inferior alcanzar la supremacía. La Naturaleza reclama castigo a la violación de sus preceptos. Hitler fue el primer castigador divino].

     Surge así, promovido por el enemigo, el "racismo" anti-natural o subversivo de tinte judeomasónico, de la mano de varios autores, como el uruguayo José Enrique

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Rodó, José Martí, José Vasconcelos y el mismo Julius Évola (que perfeccionó al extremo los principios subversivos). Vasconcelos —que era mestizo—, por ejemplo, tomaba el "amor" como patrón para crear una "raza cósmica" y "espiritual" producto de la unión de todas; se oponía al igual que Évola al "cientificismo racial" que venía desde la Inglaterra colonialista, y también predicaba una eugenesia para nosotros anti-natural, subjetiva, subversiva y delirante. Lo cierto es que todos estos autores al servicio del Sistema, cuando hablan de raza, no piensan lo mismo que nosotros; cuando hablan de espíritu no lo ven como nosotros; cuando hablan de eugenesia, su eugenesia no es la misma que la del Tercer Reich. En todos los casos se observa un dualismo que sustenta la estructura ideológica, que a fin de cuentas de manera directa o indirecta siempre conduce o abre la puerta al mestizaje racial. Esto para nosotros es un insulto a la Naturaleza y a los arios.

     Tanto Rodó como Vasconcelos también planteaban un discurso muy "racista", pero no era científico, no era real ni natural; estaba basado en creencias, no en conocimiento; era subjetivo, no objetivo. Lo mismo sucede en gran parte con Évola (esto sólo puede ser debido a dos cosas: a su aversión a los descubrimientos científicos por tildarlos de modernistas, o por su mala fe). Observemos que tanto Martí y Rodó como Vasconcelos representan las corrientes disolventes del neo-idealismo opuestas a nuestro racismo. Como ya dije, Vasconcelos predicaba la formación de la "raza cósmica", o la "quinta raza" (una especie de "raza del espíritu"). La diferenciación racial propugnada por él estaba dada por motivos estéticos o afectivos, cuyos denominadores comunes eran "la belleza y el amor". Esto permitía eliminar de facto los descubrimientos científicos que se venían realizando en Europa. Estos valores podían ser detentados por cualesquiera de los habitantes del orbe, independientemente del color de su piel, (con Évola sucede lo mismo pero cambia el denominador común para la selección de la "raza espiritual o dionisíaca"). Estos racistas subversivos y anti-naturales afirmaban que mientras los "yankees" hicieron un "Imperio de una sola raza", a ello Vasconcelos oponía otro "racismo" que aspiraba a que de la América española saliera "la raza síntesis con el genio y con la sangre de todos los pueblos y, por lo mismo, más capaz de verdadera fraternidad y de visión realmente universal". Es evidente la presencia de ideas judeo-masónicas, y también es evidente la semejanza y algunos puntos en común con las ideas de Évola (su esencia dual, subjetiva y anti-científica). Évola no fue tan imprudente de fomentar un mestizaje directamente sino que lo hizo indirectamente: por un lado afirmaba que la mezcla de razas era mala; pero lo increíble es que toda su cosmovisión dualista está dirigida a debilitar la raza según la concebimos. Indirectamente fomenta el mestizaje no sólo con el pensamiento dualista sino con la misma idea central de la "raza espiritual" y ciertos consejos "eugenésicos" enmarcados dentro de esta teoría disolvente. Fue muy astuto; por ello causa gran confusión a quien no sabe justipreciar estas sutilezas.

     Vasconcelos era un "evangelizador racial" que, al igual que Évola, separa el espíritu de la raza (lo independiza de la materia, de la Naturaleza, de la existencia). También se oponía a la ciencia, por tacharla de materialista y de servir al liberalismo y a los intereses de colonizadores europeos; era "modernismo". Proclamaba la supremacía de una raza "hecha con el tesoro de todas las anteriores; se fundirán todos los pueblos, para reemplazar a los cuatro que aisladamente han venido forjando la Historia. En el suelo de América hallará término la dispersión, allí se consumará la unidad por el triunfo del amor fecundo, y la superación de todas las estirpes" (Vasconcelos, 1958). Dentro de esta línea de desvaríos entra Évola, sólo que es mucho más sutil, ya que su subversión no fue tan obvia. La perfección destructiva en el ámbito semántico le brindó la flexibilidad de mimetizarse con un racismo más serio. En rigor de verdad la "raza espiritual" que Évola propone no es muy diferente a la "raza síntesis" o la "raza cósmica" de Vasconcelos, que tendería en último análisis al mestizaje por la desenfatización de lo biológico-natural. En el caso de Vasconcelos la apología mestizadora es directa; en Évola es muy indirecta, pero está presente. Évola, superando sofísticamente a Vasconcelos, elige de carnada valores más elevados: la fidelidad, el heroísmo, lo viril, etc., que en sí

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mismos esperan como un imán atraer a todos los hombres "superiores" de todas las razas que conformarían la "raza dionisíaca".

     En todos estos autores está presente de un modo evidente el rechazo a la ciencia, como es posible observar en el dualismo unas veces distintivo otras veces separativo, así como también un desprecio altivo al racismo natural-científico exclusivista blanco ario o indoeuropeo, que intentan mostrarlo en todo momento como servil a intereses económicos liberalistas y/o imperialistas [6]. En todos los casos se lleva como estandarte una bandera que sólo en apariencia se muestra como muy espiritual.

[6. Según nuestra visión, con el NS se destruyeron todos estos engaños, por cuanto el liberalismo fue duramente combatido. La raza está siempre por sobre todo interés económico, por cuanto lo económico no es sino un medio para asegurar la existencia y la supervivencia de un pueblo. Por ello somos anti-materialistas. Es llamativo que Évola haya combatido nuestro racismo calificándolo como servil al sistema "moderno" tomando como referencia y comparándolo al racismo judío talmúdico. Lo primero que se debe entender es que el Sistema es judío, y nuestro racismo más o menos similar al de ellos jamás puede haber servido al Sistema —es decir a ellos—, ya que precisamente éste es el que logró y logrará liberarnos. Hay que separar muy bien lo que es la influencia deletérea judía en la diáspora, de lo que es el racismo que practica. No hay que meter todo en una misma bolsa. La primera viene de la errónea manera de llevar a cabo su plan mesiánico, dimanante de su propia esencia destructiva: ellos no son los verdaderos elegidos, no son Señores sino esclavos inferiores y altivos. La segunda —el racismo— fue aquello que logró hacer posible la supremacía judía. Este último ha probado ser más que una verdad en si misma. A los NS no nos asustan cuando nos comparan con el judío talmúdico, primero porque no somos judíos, segundo porque somos superiores, tercero porque nuestro racismo no fue copiado a ellos, sino que por el contrario, ellos copiaron al ario su racismo en la Antigüedad. Los judíos copian todo, no son originales, son parásitos en todos los ámbitos, y el intelectual no es una excepción].

     Vemos con desprecio a aquellos que desacralizan la existencia y el mundo real. A ellos les llamamos nihilistas esquizoides. Y esto no nos impide aspirar a un mundo superior; esto no nos impide el ascenso hacia las alturas más elevadas. Para nosotros el mundo se comprende sólo a través del mundo y no aparte de él, ni siquiera a pesar de él; sólo que hay ciegos que al no haber encontrado verdades ocultas en la Naturaleza emprendieron un viaje ilusorio y escapista. O peor aún, colaborando con la agenda de nuestros oponentes, actuaron fomentando distorsiones mientras decían "aclarar", fomentando el olvido mientras decían y proclamaban el supuesto "despertar".

     La exaltación del espíritu viril y heroico, así como la fidelidad y la lealtad y la lucha contra la decadencia de Occidente, no estuvieron ausentes de nuestra doctrina NS, y superaron a Évola por cuanto estos valores estaban comprendidos en este mundo, al servicio de la raza aria, siguiendo su sentido teleológico. Évola representa una regresión, por cuanto estos valores son "despegados" de la teleología-racial, por ende, "despegados" del mundo existencial, fomentando un olvido teleológico de los valores y los sentimientos. Para nosotros los NS los valores Humanos son absolutos y están subordinados o regidos por la existencia misma de la Raza. Évola subvierte esto despegando los valores de todo contenido teleológico; por ende, sirve a Sión.

     La visión de nuestro racismo no se limita a valores que "salen de adentro" o son conscientemente orientados, intensificados, disminuídos y pulidos mediante la cultura y la educación, sino que va mucho más allá, superando la visión simplista y miope, comprendiendo factores hereditarios que no están directamente relacionados con los valores aprendidos o adquiridos en la cultura, sino con virtudes y capacidades innatas y sentidos teleológicos como mandatos brindados por la Naturaleza, como es el caso de la capacidad de invención. Se puede dar el caso de

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un gran inventor muy rubio y de ojos celestes, pero cuyos valores y costumbres sean despreciables, como ser individualista, materialista, alcohólico, consumista, y que no obstante su creatividad, su inventiva, demuestran que aun así sigue siendo Ario. A ningún indoeuropeo se le ocurriría por ello decir que no es un hermano racial, porque lo es; su raza está en su propio ser. A aquel ser descarriado por una perversa cultura judaica puede incluso alejársele y hasta hacérsele avergonzar de sus orígenes, pero éste sigue siendo un ario, un inventor genial. Su descendencia podrá redimirse mediante nuevas políticas culturales que bajo nuestro mando fomenten la conciencia y el valor absoluto de la raza (como pasó en Alemania) así como una visión del mundo más elevada. Hoy en día muchos países europeos, (por ejemplo Alemania) culturalmente poseen un sistema de valores en los cuales están inmersos, que son para nosotros manifiestamente decadentes y hasta degenerados, fenómeno generalizado en todo Occidente, que sufrimos en carne propia aquí en Argentina por la obra deletérea del judío al mando de la "cultura". Esta decadencia se debe a que nuevamente el judío destruyó la conciencia racial, creando una "cultura" para esclavos afeminados y enfermizos. Los judíos poderosos lograron plasmar una "cultura" formadora de esclavos. El resultado de ello lo vemos a simple vista. Pero en todo caso, la sangre continúa fluyendo, la genialidad y la superioridad no se apagan. Ahí vemos a Alemania nuevamente potencia mundial a pesar de todo: en ciencia, invenciones increíbles, arquitectura, música, etc. Lo sabemos, es una potencia mundial vacía, sin sentido, ni norte, sin mitos que eleven a los hombres hacia valores superiores, pero es una potencia al fin; los genes no se apagaron, ellos son indetenibles y se manifiestan más allá de la conciencia, hoy dominada por el enemigo. Así como no controlamos conscientemente algunos de nuestros órganos, tampoco controlamos nuestros genes y el legado genético; éstos van más allá de la razón. Los genes condicionan nuestras vidas sin que nos demos cuenta conscientemente.

     La sangre aria en peligro de extinción aún se mantiene, esperando ser rescatada, ya sea cultural o ideológicamente. Brevemente, en pocas palabras, está esperando que una cosmovisión como la NS o basada en sus esencias la rescate nuevamente (véase que también es posible rescatar nuestra raza con hombres de voluntad hacia esta elevada misión, sin necesidad en principio de exponer todo su pensamiento). Científicos arios luego de 1945 sin ser NS, con el solo fluír milagroso de sus genes y sin saberlo, han contribuído a la destrucción de los mitos judaicos basados sí o sí en dogmas irreales. La sangre habla más allá de la conciencia, y cuando esta conciencia escucha su voz se produce el encuentro divino. Pero si la sangre desaparece y se mestiza en un mar de inmigrantes de color, todo muere. Esto lo sabe muy bien el judío, que fomenta desesperadamente la inmigración alógena de razas de color a todos nuestros países occidentales. Hoy mismo vemos a banqueros judíos, a intelectuales judíos de izquierda, de derecha, sionistas o no, todos en su mayoría fomentando la destrucción y el aniquilamiento de nuestra raza (y con un furor y odio gigantes apuntan especialmente a la aniquilación del nórdico). Ya lograron descarriar las conciencias de las mayorías arias en Occidente; el paso consecuente —si no irrumpimos— es la disolución de la sangre, la extinción de la raza blanca indoeuropea.

     Évola inspira en sus lectores alienados una lógica mestizadora que devela el veneno latente en la "derecha tradicional". No lo hace directamente, ya que, como dije, incluso llega a hacer reparos contra el mestizaje, pero lo hace indirectamente y en mayor proporción que su reparo, mediante el carácter de su cosmovisión dualista, a través de las distorsiones semánticas y filosóficas.

     En un caso similar al analizado —lo conozco porque discutí con varios evolianos—, ellos afirman que como la que denominan "raza interior" fue debilitada o vencida esto demostraría que la pureza se ha perdido (relativismo), y por esta razón no vale la pena salvar la raza; es decir, según un evoliano: "Para Évola el término raza es sinónimo de calidad. Dicho de una manera más llana: hay mucha más calidad —mucha más raza— en un nativo africano firmemente arraigado a sus tradiciones y su entorno, libre del deslumbramiento occidental, que en un hombre consumista,

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rubio, con los ojos azules y la piel blanca, cuyo horizonte vital descanse en las anfetaminas, el vehículo último modelo y el sexo a crédito".

     Claramente intenta confundir, ya que se limita a efectos culturales, despreciando o desenfatizando la raza misma y el talento innato. En aquel rubio del ejemplo evoliano nosotros vemos una conciencia perdida, pero de ninguna manera pensaríamos que no es un ario. Precisamente por la falta de un racismo hitleriano natural-científico-biológico es que suceden estos descarrilamientos de las almas. Évola es un relativista racial. Según estas ideas subjetivas, poco serias y nada científicas, puede haber una raza con calidad (aún en la raza negra) si ésta respeta sus costumbres y orígenes (ésta es una "idea racista" contraria a la dada por Hitler en "Mi Lucha"; intenta, por lo tanto, confundir). Évola desconoce y hasta niega la superioridad absoluta del ario con su base primordial en la materia genética, y critica negativamente el racismo natural-biológico Hitleriano. Fue así que llegué incluso a escuchar en boca de un evoliano la propuesta de revivir el Imperio Inca, el Tawantinsuyu... Los blancos de la mano con mestizos y otras razas. Otro ejemplo lo experimenté en mi propia vida: un amigo mío que casualmente era rubio y de ojos celestes, abanderado de un colegio, se enojó con mis ideas racistas, y por mas explicaciones que le daba, por más que yo fundamentara con mil ejemplos mi nazismo racista y lo elevado de esta visión, él no escuchaba razones. Él de repente me empezó a ver como los malos de las películas que toda su vida había visto. Año tras año la propaganda constante del judío había nublado su razón mediante la culpa y el sentimentalismo hacia otras razas. Él era, como la mayoría criada en nuestros tiempos, un humanista, medio progresista, anti-nazi, anti-racista, muy liberal, algo consumista... un burgués más. A pesar de todo, según nuestra visión, ésta es una conciencia perdida, una vida perdida, un hombre que pudo ser un superhombre; y los defectos ideológicos adquiridos en la cultura decadente actual, que luego se traducen en actos, no pudieron ser superados. No obstante, él sigue siendo de nuestra raza; no será un elegido o un hombre de conciencia superior y trascendental como lo somos los NS, pero sus genes siguen fluyendo. Él continúa en la universidad y aspira a la medalla de plata por sus brillantes notas. Quizás su descendencia tendrá otra oportunidad, si es que no se mezcla con alguna muchacha de color, arruinando la estirpe. Lamentablemente esto puede llegar a suceder, pues está de novio con una chica de color. No quiso volver a verme por mis ideales, para él ofensivos. Éstas son las grandes consecuencias de dejar la cultura y la educación en manos de nuestros enemigos que pretenden liquidarnos.

     Otro caso en mi propia vida, con mejores resultados fue con otro conocido, casualmente un gigante de dos metros, rubio y de ojos celestes. Él no sabía nada del NS, aunque extrañamente ya era intuitivamente anti-judío. Un día vio que en mi remera tenía un símbolo de la SS. Me preguntó de qué era. Luego de sucesivas charlas le presté el ejemplar de "Mi Lucha". No tardó mucho en hacerse nacionalsocialista. Hoy está casado con una gringa de ojos azules y está por tener un hijo dentro de unos meses. Luego de haber "despertado" a una conciencia superior revisando su propia historia bajo la nueva perspectiva ideológica, descubrió que su abuelo había peleado para el ejercito alemán en la Segunda Guerra Mundial. En dos ejemplos vemos conciencias que son o liberadas y llevadas a lo alto, o que por el contrario quedan obstruídas y oscurecidas por la tremenda fuerza que ejerce la cultura y la educación. Pero en ambos caso hablamos de arios; no dejan de ser arios, no dejan de ser de nuestra raza, uno inferior en cuanto a conciencia, otro superior en cuanto a conciencia. Y en ambos casos éstos son superiores genéticamente a cualquier raza de color, ya que la raza continúa existiendo más allá de la conciencia. Agradezco al Destino haberme mostrado en mi propia vida estos ejemplos, que ayudarán a una conciencia aún más superior entre nosotros, los que aspiramos a dirigir los Destinos de nuestra raza y el mundo.

     El otro problema es que para Évola realmente y literalmente la palabra "raza" es sinónimo de calidad. Y la calidad aludida, según el diccionario evoliano, no se debe a parámetros biológicos raciales sino meramente a subjetivos parámetros espirituales. Esto representa una doble violación semántica en la ciencia racista: en

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la palabra Raza y la palabra calidad, ya que acarrea un gran problema en la inteligibilidad de la Realidad misma (otra vez vemos cómo Évola intenta provocar el olvido mediante el ocultamiento de la fuente del conocimiento). Si Raza es sólo calidad, se excluye paradójicamente a hermanos raciales que puedan no entrar dentro de los cánones "espirituales" que Évola invoca en el vocablo "calidad". De esta manera más del 90% de los arios del mundo no serían hermanos raciales, ya que no tienen "calidad", y no formarían parte de la "raza". Al mismo tiempo seduce a sus lectores deificándolos y colocándolos del lado de la minoría de "calidad superior" que sí forma parte de la "raza espiritual". La debilidad del ego seducido de algunos intelectuales es más fuerte que la misma razón. La visión nacionalsocialista no cae en errores semánticos, interpretando el Ser como es; por ende, no induce a errores teleológicos. Para el NS la raza como palabra genéricamente entendida no es sinónimo de calidad, ya que hay razas inferiores y superiores, escalonadas. A su vez en una misma raza no hay seres iguales: hay quienes son superiores y quienes inferiores, entrando a influír no sólo los genes —por ejemplo arios— sino el grado de conocimiento y conciencia sobre el mundo, el cosmos y sus leyes llamadas naturales. Lo que para nosotros los NS hace a un hombre superior en cuanto a calidad es precisamente su sangre, su conciencia superior y el sacrificio que está dispuesto a soportar cuando conoce cuál es su deber como hombre ario. La conciencia superior basada en el conocimiento de las leyes naturales conduce a un hombre a su destino teleológico, un orden moral absoluto no regido por dogmas religiosos inventados por humanos, sino regido por el mundo natural, un orden que conduce por los verdaderos senderos que le revelan la misión y el deber natural de proteger al pueblo natural, la Raza Superior, bregando por la supervivencia y supremacía de la misma.

     Así y todo, si todas las razas estuvieran iniciadas y fuesen racistas como nosotros, éstas tendrían mas chances de sobrevivir en la lucha, pero terminarían sucumbiendo frente a la Superioridad Aria. Pero en otro escenario, es evidente que la falta de este conocimiento racista que respalda el instinto de conservación en otras razas, las debilitaría, esterilizando sus voluntades de lucha, quedando a la merced de la raza dominadora y súper-consciente.

     Una raza superior puede ser esclavizada por una inferior si pierde su conciencia racial y la súper-conciencia del Ser. Siempre sabremos que una raza —la dirigencia de ella— no consciente de sí misma, será susceptible de ser manipulada. Una Raza que no es consciente de sí misma jamás podrá guiar su propio Destino. Cuando hoy vemos a esos inmigrantes africanos deambular por barrios de países arios, ellos no son más que animalitos inconscientes que se asemejan a meros peones de un tablero de ajedrez; sólo saben comer y multiplicarse como cucarachas. Si ellos no son racistas conscientes como los judíos, esos negros son susceptibles de ser manipulados y dominados psíquicamente por nosotros mediante ideas (mas allá de que podamos usar la fuerza). Observen la diferencia con el judío que sí es consciente de su raza y su pueblo: son racistas (al menos su dirigencia), lo cual los hace mucho más difíciles de dominar y manipular psicológicamente mediante ideas, debiendo usarse para con ellos medios que impliquen la fuerza o la esterilización masiva. La diferencia en el grado de conciencia racial determina el grado de susceptibilidad a ser manipulado. Esto lo podemos comprobar entre los arios mismos: coloquen a un hombre blanco cualquiera, y al lado un NS, y fíjense en quién es el que está menos manipulado por el Sistema.

     ¿Alguna vez se han preguntado por qué el nacionalismo es la antesala del nacionalsocialismo, o al menos el sector con mas afinidad? Precisamente porque la nación (entendida según términos burgueses, donde se limita la misma a una frontera política) es una abstracción ideológica —mal comprendida— que distorsiona la verdadera nación racial. Es decir, el hombre superior tiene en su psique un arquetipo de comunidad que, dependiendo del entorno cultural, será asido por un clan, por un pueblo, una nación, siendo su sentido teleológico y correcto sólo el pueblo natural y racial. Por ejemplo, un gran hombre que deja y supera el individualismo y quiere dar su vida a un fin más elevado que su propio yo,

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e incluso que su propia familia, lleva ese impulso al pueblo en general. Si este hombre vive en un Estado degenerado multirracial, cometerá el error de creer que hasta un negro es su pueblo, ¡gran blasfemia!. El arquetipo será asido por un nacionalismo burgués degenerado. En cambio si ese mismo hombre descubre cuál es su verdadera nación natural, es decir, su propia raza, ese arquetipo será asido correctamente según el fin teleológico querido por la Naturaleza y por Dios. Cuando el nacionalista burgués se hace racista blanco o nacionalista blanco, abandona su anterior distorsionada y limitada conciencia de pueblo (ya el pueblo propio no es el limitado por la frontera artificial política sino el limitado por la naturaleza racial) y prácticamente ya es un NS. Sólo le hace falta introducirse en nuestro mundo y abandonar sus prejuicios de débil burgués atado a moralinas religiosas de procedencia semítica, y la oveja habrá mutado en Lobo.

     Hitler nos habla de la exclusiva superioridad del hombre ario, y siempre en comparación relativa con otras razas. No hay espacios para una utópica "calidad" de la negrura, por más tradiciones que respeten y por más "buenos", "honorables" y "nobles" que puedan ser o creerse. Hitler nos dice que la capacidad está latente en la raza, en la sangre.

     En ella encontramos factores o variables no controlables por la conciencia, como la creatividad o el nivel de inteligencia (manifestados en las pruebas que nos brinda la Historia y la realidad empírica). Está comprobado científicamente que el Blanco es más creativo y posee un mayor grado de inventiva que todas las demás razas (aproximadamente el 98% de todos los grandes inventos de la Humanidad provienen de nuestra sangre), o que el nivel de CI es más elevado en nuestra raza que en otras (la negra, por ejemplo). Estos factores genéticos existen en un hombre de raza blanca por más que su "cosmovisión" sea deleznable como la de un "gringo" materialista que dedique su vida al alcohol. Su vida ha sido perdida o "descarrilada" por la cultura imperante, pero sus genes y calidad siguen existiendo, por más que su cosmovisión y escala de valores se encuentren subvertidos. Es decir, dentro de nuestra raza encontramos hermanos "descarrilados" y hermanos eminentes y superiores, pero no por ello dejan de ser hermanos. Évola niega esta realidad natural despreciando nuestro racismo. En nuestro caso, la visión es superadora, ya que ante aquellos hombres que actualmente están descarrilados en su cosmovisión por culpa del judío internacional, tenemos el desafío de "liberarlos" de la garra enemiga, para resguardarlos bajo nuestra protección. Si no es a ellos será a sus hijos, que también son nuestros hermanos, parte de nuestro cuerpo racial-divino. Los arios inconscientes del valor absoluto de la raza no tienen culpa, "porque ellos no saben lo que hacen" [7], carecen de conciencia elevada; por eso el Superhombre Ario "perdona a su prójimo" racial [8], ya que ellos no comprenden en lo más mínimo cómo se mueve el mundo (que no se confunda esto con una apologética del perdón al criminal, pues en ese caso el ario común no debe perdonar, y cuyo castigo debe servir de ejemplo a quien no ha entendido las reglas básicas de la convivencia social). Es deber de la élite NS volver a tomar las riendas culturales de nuestro pueblo, impidiendo por siempre que el judío domine mentalmente a nuestro pueblo [9].

[7. Vemos aquí cómo una enseñanza aria esotérica restringida para iniciados fue teleológicamente desubicada de contexto, colocada en la enseñanza exotérica de Jesús. Cada enseñanza tiene su lugar, su momento y sus destinatarios].

[8. Más precisamente, perdonamos a aquellos arios que por falta de oportunidad de ser educados bajo una cosmovisión que amplifique y eleve su conciencia, han quedado a merced de la educación soterrada judía. No obstante el NS ve a estos hermanos raciales perdidos como un cuerpo recuperable que debe corregirse, mentes que deben seguir el camino de la Naturaleza, el camino del NS. La educación de nuestra raza debe estar exclusivamente bajo nuestro control. Si algunos padres son irrecuperables mentalmente, ideológicamente bajo nuestras enseñanzas sus hijos raciales constituirán la redención].

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[9. En este caso, el control mental o ideológico hacia nuestro pueblo no se debe en absoluto a una presunta "superioridad" judaica, sino que ésta se ha llegado a dar sólo por la falta de conciencia racial por parte de la clase gobernante en nuestros países occidentales. Allí encontramos el porqué del interés judío por dominar los medios masivos de comunicación. La eliminación o alineación ideológica de las capas intelectuales, sea en democracia o en dictadura "proletaria", siempre ha sido un objetivo comprensible del pueblo judío para lograr su dominio. La fórmula es muy sencilla y no está patentada: la han usado todos los gobernantes, reyes, monarcas, sabios, sean de la raza que sean. Los reyes europeos cuidaban meticulosamente lo que el pueblo pensaba, porque si se controla lo que se piensa generalmente se controla lo que se hace. Hitler en el Tercer Reich usó esta sabia práctica para guiar al pueblo, siendo la propaganda y la censura herramientas indispensables para el triunfo de una Weltanschauung. Recuperada como nunca la conciencia racial natural-biológica, el dominio judío fue a parar a los campos de concentración].

    Para nosotros, el remedio espiritual para todo hombre indoeuropeo es el NS, y más precisamente su cosmovisión. Cuando la conciencia es elevada se encuentra con el espíritu y éste se redime, porque se ha encontrado a sí mismo. He ahí la magia y el milagro del Tercer Reich. La Naturaleza nos brinda la posibilidad de redimirnos con la descendencia, pero sólo y exclusivamente si no se pierde el legado genético, es decir la herencia biológica, que implica una perfección en la selección racial. Para los evolianos la nación alemana actual (por ejemplo), debido a su despreciable materialismo burgués, "ha demostrado que su sangre no sirve para nada y que por ello justamente debe diluírse" (J.M.G., que forma parte de un centro evoliano). Pero hipócritamente cierran los ojos cuando un NS guiado por el racismo hitleriano les advierte que gracias al factor genético Alemania pudo resurgir de sus cenizas (una vez más) y que hoy es la tercera potencia mundial, que ha aportado inventos, tecnología y desarrollo incomparable (sin que esto signifique para nosotros un abandono en el deseo de la purificación de los valores, que igualmente pregona el NS, para la misma Alemania actual). Nunca olvidaremos que la misma sangre que hoy fluye en el pueblo alemán fue la que trajo al mundo el milagro NS; y si la cosmovisión actual de Alemania es muy deleznable (no se diferencia de otros países), el día de mañana ésta podrá barrerse totalmente bajo un gobierno en nuestras manos, pero esto exige la presencia de la materia genética: jamás podremos hacer otro Reich en Alemania (por ejemplo) si luego de unos siglos terminan siendo todos mestizos y negros. Los herederos del mundo habrían sido entonces los monos y las bestias, que danzarían en los bellos palacios arios luego de un tiempo, como en el caso de Haití; volvería la miseria, la fealdad, la podredumbre. Nosotros no debemos permitir que los chandalas hereden el mundo; por ello entramos en acción, con Voluntad de Poder y Voluntad creadora. ¡No queremos que Occidente se transforme en una nueva india!. ¡Los herederos del mundo solo deberán ser nuestros hijos arios!.

     ¿Alcanzan a comprender hasta qué punto la ideología evoliana supuestamente "espiritual" juega en contra de nuestros intereses raciales?. ¿Alcanzan a vislumbrar los efectos nocivos que causa en las conciencias de sus ingenuos lectores?. ¿Alcanzan a vislumbrar lo destructiva que es la postura anti-biológica?. Llegan incluso a desear que se diluya la sangre aria porque no se adecua actualmente a los estándares evolianos de "espiritualidad". Son los efectos de una visión dual que desprecia la realidad y a la Naturaleza tal como la entendemos nosotros. Nosotros, en cambio, que partimos de lo natural, lo genético, lo biológico, y que al mismo tiempo comprendemos y deseamos una vida superior, vemos a la raza según su extensión histórica y su conciencia variable según la cultura imperante. Nosotros queremos un mundo superior y nos asquea vivir en este mundo culturalmente judío. Deseamos restaurar un orden superior, un sistema adaptado a las necesidades raciales arias, y la doctrina y la filosofía nacionalsocialista es aquello que consideramos la solución y el remedio para curar los males del mundo contemporáneo.

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     Para los evolianos la "calidad" se la debemos principalmente al espíritu (lo que ellos entienden subjetivamente por espíritu): si los alemanes de hoy piensan y actúan mal, deben diluírse "porque se lo merecen". Personalmente discutí con un evoliano que me mostró su postura, y se enojaba porque yo le decía que no debía llamarse NS si pensaba semejante aberración. Yo estimo su activismo en la lucha contra el sistema, y su actitud de entrega, pero con esa actitud no basta. Muchos marxistas fueron sacrificados en pos de su causa y entregaron su vida por su ideal; muchos murieron por ello, convencidos de que obraban por el bien. Igualmente los cristianos mataron y asesinaron a miles y miles de paganos y creyeron actuar por el "bien" en pos de una causa "espiritual".

     Pero esta actitud de entrega y lucha, digna de un guerrero, trasciende la razón y la conciencia. Es una bala perdida si no tiene una guía correcta, unaWeltanschauung correcta. Nuevamente tenemos entonces otro arquetipo, el arquetipo del guerrero. Para nosotros lo que hace superior al hombre no sólo es su actitud guerrera y heroica, sino su causa fundada en la naturaleza racial. Y hasta el momento sólo el nacionalsocialismo dirige al hombre hacia la superioridad, porque toma ese espíritu y lo guía con manos divinas hacia un fin también divino.

     Cuando le dije a un evoliano que la Alemania antes del Tercer Reich era un desastre, que pasó desde etapas donde imperaban los aburguesados liberalistas hasta el otro extremo donde los comunistas destruían todo, no quería ver que el Tercer Reich barrió con todo y logró cambiar la mentalidad de la gente (es decir sus conciencias); pero nada hubiera sido posible (ningún progreso tecnológico, ni científico, ni espiritual) si no hubiera habido una base genética disponible.

     Por algo el Tercer Reich nació en Alemania y no en Bolivia, Chad o Haití. Por algo la mayoría casi absoluta de neo-nazis somos descendientes de indoeuropeos o caucásicos. Somos idealistas y nos entregamos desinteresadamente por una causa que se muestre noble y justa; pero lo que nos distingue de otros es que por sobre todo nuestra causa es natural. Pero lamentablemente tanto el marxismo como el evolianismo y otras cuantas religiones, seculares o no, son demostradamente erróneas para nuestra sangre, peligrosas en sí.

     La grandeza o inmortalidad individual la alcanzamos cuando dedicamos nuestras vidas al servicio del deber, a algo más elevado que nosotros mismos, a todo aquello que de alguna manera contribuya en la vida inmortal de nuestra Raza. Nos inmortalizamos físicamente mediante nuestra descendencia y metafísicamente subordinando nuestras vidas al bien trascendental de la comunidad racial, mediante cualquier tipo de contribución y sacrificio, sea material o intelectual. La Segunda Guerra Mundial fue una segunda Termópilas: Dos millones de arios se inmortalizaron anónimos en el tiempo y el espacio; Hitler mismo y otros grandes, en mayor medida, se inmortalizaron como nadie en la Historia de la Humanidad, no sólo porque hayan sido "famosos" sino porque esencialmente nos orientaron teleológicamente por el camino fértil que conduce al Superhombre y a Hiperbórea.

     La libertad de elegir es sagrada para el NS esotérico. Precisamente el secreto está en descubrir el designio teleológico implícito en la existencia misma y en la elección, para así comprender cómo usarla de un modo divino. No es según el mito liberal "elegir por elegir" para ser distinto, sino que promovemos elegir entre los muchos caminos sólo el camino correcto para cumplir los designios y la voluntad de la Providencia. Una vez en este camino esencial, evitando los caminos de la perdición, las elecciones próximas ya no ponen en riesgo la existencia sino que influyen positiva o negativamente sólo en la eficacia histórica de nuestra raza.

     Las creaciones y re-creaciones humanas son ilimitadas, variables, amigas del movimiento, amigas de aquello que nace y muere, amigas de aquello que nace y se desgasta; en cambio las esencias teleológicamente pueden y deben permanecer inmutables más allá del tiempo y el espacio. La supervivencia de la Raza Aria, naturalmente comprendida como una unidad bío-psíquica, es una esencia. En

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cambio, todas sus creaciones emanan de ella: Imperios, Estados, partidos, religiones, ideologías, modelos económicos, modelos sociales de organización, arte, son perecederos. Luego del NS, el hombre ario recordó que debe conservar su raza para conservar así la creación de una cultura y un mundo superior, poniendo a su servicio todo aquello que él mismo crea y todo aquello que lo rodea. La raza aria, el pueblo ario en general, se reencontró con su Sí-Mismo, pero esto sólo está latente en nuestras mentes NS. Debemos llegar al poder para lograr la supervivencia, la supremacía y la eficiencia histórica.

     El hombre puede elegir ser o no ser anarquista, ser o no ser evangelista, ser o no ser marxista, ser o no ser evoliano, ser o no ser ateo, ser o no ser cristiano, ser o no ser pagano, ser o no ser democrático, ser o no ser nacionalsocialista. Incluso puede el hombre elegir tener relaciones con personas del mismo sexo o no, con animales o no, con razas de color o no. La —gran— diferencia está en elegir lo correcto. Y sobre lo correcto, lo perfecto. ¿Cuál es el condicionante?: laWeltanschauung. ¿Cuál es el parámetro objetivo?: detrás de todas las ideas existe un mundo, un universo, una existencia, una naturaleza, y en su profundidad una Verdad; ése es el parámetro. En ello veo los principios de una Moral Absoluta y Real. Para llegar a las alturas debemos recorrer el laberinto de las ideas. Sólo unos pocos llegan a la Verdad. Caminos incorrectos e ilusorios detienen el ascenso hacia lo divino. La verdad está ahí al frente nuestro, pero no todo hombre tiene adiestrado el sexto sentido (el Intelecto); es más: muchos no lo conocen. Eso es lo que separa también lo superior de lo inferior: el Conocimiento (siendo éste descubierto mediante investigaciones, o transmitido o robado).

     Por el contrario, Évola nos aleja de él. No entendió —o lo quiso ocultar— que sólo la conciencia del hombre —influída en gran parte por la cultura ideológica reinante— puede oponerse a las leyes naturales presentes en el mundo de la existencia y la materia (no es el espíritu el que se opone, tal cual él lo entendía), con consecuencias siempre nefastas. El grado de conciencia, así como su valor anímico, depende principalmente de la Weltanschauung que una persona sostenga.

     No existen "demiurgos" sólo en el mundo material (que los dualistas absolutos consideran inferior), sino también en la metafísica de las ideas [10]. Los demiurgos del "espíritu" se reciben con el titulo de sofistas [11].

[10. Cuando hablo de metafísica de las ideas no las distancio de la realidad, ni de la existencia. Nuestras ideas y sueños están en nuestras mentes y no en el más allá, ni en otro mundo].

[11. En nuestra visión esotérica y exotérica no existe el "demiurgo" decadente de la visión dualista. Ése sólo es el símbolo o el reflejo de verdades que han sido algo distorsionadas y mal comprendidas. Nosotros no negamos que en el mundo existan fuerzas que jalan al hombre hacia abajo, impidiéndole la auto-superación. Pero al partir de una visión dualista todo queda distorsionado, incluso la visión de cuáles son las cosas que "jalan hacia abajo"].

     Para vencer a los demiurgos de la metafísica, el NS, Hitler, Rosenberg, trajeron el hilo de Ariadna (la sangre) al hombre que deambulaba perdido por el laberinto ideológico de la vida. Y esto incluye principalmente su racismo, el mismo que Évola maliciosamente desdeñaba y tergiversaba como un mago negro, presentando a sus lectores una imagen distorsionada del mismo. Evola, al igual que Marx, intenta en todo momento presentarse como la "salvación" de un mundo injusto y en decadencia, pero por detrás intenta en todo momento cortarnos el hilo de Ariadna.

     Évola une la "calidad" racial a los factores externos (y variables). Hitler une la calidad a un factor interno, va a lo profundo, a lo genético (intrínseco-esencial), sin negar por ello todo lo otro [12].

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[12. En el primer caso, el hombre es dominado por el "espíritu", o más precisamente por la ideología; en el segundo, es el hombre quien domina al espíritu o más precisamente a la ideología. En el primer caso la alienación se produce hacia la creación artificial del autor de un modo más o menos dogmático e independiente de la realidad y la Naturaleza. En nuestro caso Hitler abre una puerta (un portal) al mundo de la realidad y la Naturaleza, invitándonos a conocer sus secretos, a explorarlos, y hasta a comprobarlos. Hitler abrió en nuestras mentes las puertas del paraíso].

     Según nuestra visión, cada raza psíquicamente está condicionada a "sentir, pensar y vivir el mundo" de una manera diferente a otras, y esto se encuentra condicionado por lo que somos, de lo que estamos hechos biológicamente.

     La herencia influye en cada aspecto de la vida, desde el punto de vista emocional hasta el intelectual. Por ejemplo, el factor genético es determinante en los procesos conscientes de decisión.

     Todos los conocimientos de que dispone un cerebro residen en su arquitectura funcional, en la conexión específica entre los muchos miles de millones de células nerviosas. Debido a su condición, el cerebro humano está previsto para buscar continuamente las opciones de comportamiento óptimas en cada caso. Justamente las investigaciones neurofisiológicas actuales (aun bajo la tremenda presión del Sistema) indican que existen grandes diferencias entre los cerebros de las distintas razas, dando la razón a nuestra doctrina racista. Évola reía cuando veía a los alemanes de las SS midiendo cráneos en los frecuentes estudios antropológicos; no obstante, el tiempo nos dio la razón.

     Évola se escandalizaba como un cura en tiempo de Galileo cuando se tomaban medidas antropológicas, y transmitía esa crítica y esa aversión a sus lectores. Seguramente temblaría con los actuales estudios arios del cerebro. Lo que Évola pretende es oscurecer la conciencia, ocultarnos el Conocimiento. La ciencia afirma que el tamaño medio del cerebro varía desde los 950 cms³ del aborigen australiano a los 1.500 cms³ del europeo continental. El del simio más evolucionado es de 600 cms³. Hay, pues, más diferencia entre un Blanco y un aborigen (550 cms³) que entre este último y el mono (350 cms³). E Evola! Siamo fuori...

     ¿Se entiende el sentido destructivo de sus ideas derechistas tradicionales?. Esto nos demuestra indirectamente otra cosa: el cerebro no basta con tenerlo, hay que usarlo.

     El cerebro, por un lado, para determinar las opciones de comportamiento óptimo, emplea estrategias de procesamiento que están inscriptas en su arquitectura por modelos genéticos, y, por otro lado, lo que le ha sido inculcado por la experiencia de la vida.

     Cada decisión consciente se basa sobre un conjunto de variables con una jerarquía de importancia. Entre ellas están los contenidos de percepciones conscientes y sobre recuerdos que se archivaron en la memoria declarativa como conocimientos explícitos. En el caso de las variables que influyen sobre el comportamiento y las decisiones conscientes, encontramos: lo aprendido a través de conocimientos culturales, principios éticos, leyes, reglas del discurso y normas de comportamiento acordadas, la formación desde la primera infancia, los procesos inconscientes de aprendizaje. Todo, todo se encuentra condicionado determinantemente por la base genética que poseemos. En una raza u otra las mismas variables funcionan de un modo diferente. El límite siempre es el biológico.

     Se ha probado científicamente que la raza negra tiene menos inteligencia que la raza blanca (ver estudios de G. Rieck). Ni hablar que en la historia de la Humanidad jamás se ha visto un Mozart negro, o un Platón de raza negra. Nuevos estudios han revelado que la música de Mozart tiene efectos curativos. Para un NS, cuando un

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Beethoven, un Miguel Ángel, un Leonardo, un Wagner, realizan sus obras, no nos demuestran más que una cosa: la manifestación o expresión de un espíritu intrínseco en la raza, un Espíritu Superior, una Raza Superior. Es cierto que no todos dentro de una raza tienen las mismas capacidades; por eso existen los genios, y es muy significativo que la mayoría de todos los grandes genios de la Humanidad hayan sido arios. La creación de una cultura elevada siempre estuvo en minorías, pero minorías que pertenecen a una raza. Por ello Hitler dice: "Para conservar una cultura definida, el hombre que la construyó también precisa ser conservado" (pág. 221, Mi Lucha). Cuando habla del hombre se refiere a la raza, que venia a ser la tierra fértil de donde nacen los genios.

     Puede no gustar a Évola y a los de su ralea, pero unos milígramos hormonales distintos, un pequeño tumor en la hipófisis, un desarreglo del riego sanguíneo en la médula, una gran infección interna en una muela, por no hablar de un cromosoma duplicado o de un gen alterado por exposición a rayos X, todo ello puede cambiar radicalmente a la persona en sus más elevadas espiritualidades y éstos son hechos científicamente probados. Por eso nosotros no buscamos espíritus en el más allá, y esto no significa oponerse a lo trascendente, ni creer que no existe algo superior al hombre: ¡La Naturaleza es algo superior al hombre!, y nosotros somos los únicos que podemos comprenderla [13].

[13. Y que la raza aria sea la Raza Científica por excelencia es, ante mis ojos, una revelación, un designio divino... Somos nosotros la raza, el pueblo realmente predestinado a conocer los secretos de Dios (no el invisible e inaccesible Dios bíblico semítico, sino el Dios ario pagano presente en el mundo natural y en mayor grado Vivo en nuestra propia Raza].

     El amor a la propia raza biológica (que prefiero denominar raza natural) es, en sí, un elevado valor espiritual. La raza es aquello donde uno puede considerar naturalmente al prójimo como su hermano, incluso más allá de las fronteras de los países; los genes y la herencia que llevamos en nuestra propia existencia fueron dados por la Naturaleza, por Dios en tiempos remotos. La hermandad real está fundada en el lazo de unión auténtico: la sangre y sólo la sangre. Somos entonces una gran familia (éste en sí mismo es un concepto espiritual-real, que Évola desconoce y hasta lo niega indirectamente). Nuestra visión racista, por ser científica, filosófica y también espiritual, es consecuentemente integral y superior a toda otra cosmovisión surgida en la Historia de la Humanidad. Es un honor defenderla.

     Los lectores evolianos se darán cuenta de que hay «vacíos» muy grandes en la "derecha tradicional". Lo que deben comprender para "despertar" es que los mismos no son omisiones casuales: tienen el objetivo de degenerar nuestro destino divino, y si éstos leen mi presente ensayo, descubriendo algo que los haya sorprendido como nuevo, verdadero o diferente a lo que creían haber comprendido a través del evolianismo, se habrá caído otra venda que cubría sus ojos. La derecha tradicional provoca una distorsión en la interpretación del mundo. Por ello debe ser domada, combatida y finalmente destruída, al igual que todas las cosmovisiones disgregadoras y degenerativas.

     En su doctrina "derechista tradicional" vemos presente un "racismo" anti-natural en la cacareada "raza espiritual dionisíaca o tradicional", donde separa horizontalmente a la Humanidad en dos: aquellos que forman parte de la "raza dionisíaca" (divina y superior) y aquellos que forman parte de la "raza titánica" (inferior y materialista). A la "raza dionisiaca" puede ingresar cualquier hombre, sea del color que sea, sea de la raza que sea; para ello sólo debe reunir ciertos requisitos o «valores», mientras son "iniciados". Con ese ingenioso invento sofístico del intelecto, Évola debilita la base del instinto de supervivencia racial biológico. A su vez desenfatiza la existencia de las razas reales y naturales; por ende —diga lo que diga—, tarde o temprano esta doctrina conduce al mestizaje.

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     Para hacer que esta doctrina fabulatriz tenga un poco más de "credibilidad" la fundamenta con una interpretación subjetiva de un mito clásico, el de Dionisio, según el cual Dionisio hijo de Zeus es devorado por los Titanes. Zeus los destruye en venganza, pero presa de la nostalgia y el dolor por el hijo perdido, de las cenizas de éstos crea al Hombre. De allí Évola pretende deducir que el hombre, por este mito, está compuesto por lo tanto de dos principios, uno divino, en tanto proviene de Dionisio, corruptible y material el otro, en tanto proveniente de los titanes. Comienza así artificialmente a introducir el dualismo distintivo que provocó en un pasado la mezcla racial (en la India aria), un dualismo que le tiene alergia a la existencia real, natural y material (no critico la utilización mitológica, sino el sentido de este mito y los efectos nefastos que provoca). Dice entonces que se perfilan en el Hombre dos posibilidades, dos caminos antitéticos, los que se plasman a su vez en dos razas, presentes en grado distinto en uno mismo y con diferentes nombres de acuerdo a las circunstancias. Es decir, dentro de la misma persona hay dos razas o "racismos", uno decadente que ama lo biológico, y otra raza "divina", "dionisíaca", que ama el espíritu (lo que Évola entiende por él). Liberarse de la raza titánica es para estos enfermos la tarea ascética a efectuar. Podemos observar que este aborto del pensamiento intelectual sólo ha sido concebido para destruír y desmerecer el Racismo Nacionalsocialista que Hitler nos trajo. A través de una Fábula mitológica, crea un dualismo inexistente en el mundo real. ¿Por qué entonces es creído por algunos?. Mi explicación apunta a la debilidad de la psique de algunos humanos. Hábilmente Évola propone la atractiva y "ganchera" divinización de aquel hombre que "elija" la "raza dionisiaca, espiritual"; su decisión sería "trascendental". Por el contrario, el profundo amor a la raza real, tal como la concebimos nosotros, es desmerecida y combatida por Évola, ya que formaría parte del culto a su inventada y artificial "raza titánica". Sofismas como éstos son la envidia de todo judío. Es por esto que a la raza —según nuestra concepción— ellos la catalogan como perecedera; no se preocupan por su muerte ni por la supervivencia racial, ya que lo que importa para ellos es su abstracta e inexistente "raza dionisiaca espiritual".

     Pero nuestros camaradas deben saber lo siguiente: La Raza NO necesariamente muere; la Raza puede ser INMORTAL, sólo si bregamos por su existencia, tal como Hitler y sus apóstoles nos han enseñado. Observo una fuerte identidad entre la Raza Aria Inmortal y un Dios Inmortal.

     Nosotros los NS debemos desconfiar y rechazar a aquellos que difunden el miedo y la repulsión a la existencia y a la materia, y a la Naturaleza única. Esas doctrinas del odio a la Tierra y al Universo prometen por separado la "espiritualidad" pero no hacen sino todo lo contrario. Proxenetas semánticos que prostituyen palabras para inducir el olvido, ocultando al hombre superior, un espíritu en el mismo Universo, en la misma Raza natural. Colocan como una necesidad de "auto-superación" el desprecio a todo lo material. Entonces todos aquellos que en su interior desean superarse, cumplen las insinuaciones seductoras de estas doctrinas decadentes. Pero es una gran falsedad. Si bien el camino al superhombre se logra mediante la superación del hombre y todo lo vulgar de él, y todo aquello que impide lograr su meta teleológica, no debe confundirse esto con el rechazo o la minimización a todo lo existente. Y mucho menos el camino consciente a la superación debe ser confundido como una "elección" de la propia raza. Primero, porque es falso; segundo, porque se destruye semánticamente un vocablo tan sagrado para nosotros. ¿Cómo podríamos castigar a Évola por semejante profanación y adulterio semántico?. Fácilmente combatiendo sus ideas y concientizando a los hombres susceptibles de caer en engaños. Y que quede claro: para el NS esotérico el origen de la raza aria es divino, y no recurrimos a mitos destructivos sino a mitos que comprendan la Realidad racial y natural. ¿Cómo podría explicar Évola esta supuesta contradicción que hago ahora presente?.

     Para el mismo Führer la Raza fue dada al hombre por Dios; incluso llega a deslizar en algunos discursos que la Raza Aria es en si misma Dios (al igual que el místico germano Rudolf Gorsleben).

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     Según Évola, al igual que hoy se predica el judaísmo para las demás razas, lo hereditario de la raza no son más ahora las formas exteriores ni el color de piel. Nos brinda como "prueba" positiva un débil y grotesco ejemplo para sustentar su teoría, donde la planta "Primavera china" a temperatura normal da flores blancas, y las mismas semillas en su medio dan flores rojas. Con ello concluye que la apariencia, "lo superficial", "el color", es ilusorio e irrelevante en lo hereditario. Paradójicamente usa una interpretación muy subjetiva de la ciencia natural "moderna" que tanto detestaba, para respaldar una teoría "racial" de tipo subversivo y anti-natural que alienta el judaísmo exotérico. Comete el grave error de sacar conclusiones en el campo antropológico racial humano a partir de un simple caso de la vida vegetal. Inicia así su carrera pro-mestizadora pro-Sión (que si bien no es directa, sí es por el contrario indirecta y sutil). El antropólogo y sociólogo de la SS Jacques de Mahieu ya advirtió en su libro "Fundamentos de Biopolítica" los peligros de intentar sacar conclusiones sobre herencia genética en el campo antropológico-racial a partir de casos que provengan del mundo vegetal, ya que los resultados de las leyes de la herencia son diferentes en las plantas que en los hombres. El profesor Mahieu demuestra la diferencia y advierte la excepción de algunas leyes de Mendel en el campo antropológico y racial. Ya el Nacionalsocialismo se había prevenido de cometer un error de ese tipo, traduciendo al campo social leyes raciales bien definidas, cuya biblia es para nosotros "Mi Lucha", "Raza y Destino" (el segundo libro de Hitler) y "El Mito del Siglo XX". Esto no impedirá que en el futuro desarrollemos gran cantidad de experimentos antropológicos sociológico-raciales para ampliar nuestro conocimiento, previniéndonos con mucho celo sobre el carácter científico de los mismos y evitando en todo momento cualquier influencia judía o extraña a nuestros intereses.

     Sin embargo, Évola toma otro camino: "la esencia de la raza debe buscarse en un estilo, en su modo de ser". Es decir, la esencia de la raza no es la raza misma (como nosotros sostenemos) sino un simple estilo. Toma aquí un peligroso determinismo, porque busca la esencia de la raza no en ella sino fuera de ella, y a pesar de que criticó en cierta forma los ambientalismos, no deja de ser su teoría racial un peligroso acercamiento a éstos. Por otra parte, es cierto que para comprender nuestra propia raza se debe estudiar su manifestación histórica para estudiar sus virtudes, sus puntos fuertes, sus puntos débiles, pero en ningún momento lo esencial es lo de afuera, ya que estas expresiones son manifestaciones de un Ser racial. El problema que representa este sutil enfoque evoliano proviene de colocar lo de afuera como guía determinista de comportamiento y construcción de valores, quedándonos así a merced de una peligrosa interpretación subjetiva de lo que debe ser un "estilo". Para nosotros el "estilo" se subordina a la supervivencia racial; ésa es una de las grandes diferencias. Por el contrario, Évola desenfatiza esta jerarquía natural al colocar el "estilo" por sobre lo biológico-existencial. Rosenberg dice en la página 91 de El Mito del Siglo XX: «Nos acercamos a la vida; desde el "ser existente" (Dasein) queremos determinar el "ser así" (Sosein)», es decir, nosotros a partir del ser existente determinamos el ser así. Rosenberg critica luego aquellas doctrinas y religiones que pretenden imponer por la fuerza o por falseamientos seductores el camino inverso, es decir, imponiendo el "ser así" al "ser existente", eludiendo la Naturaleza, o si no subestimándola y dejándola en un segundo plano, como si fuera inferior. Con esto Évola quedaría del lado de los destructores de todo lo elevado y noble, más allá del palabrerío seductor. Évola no se preocupa en igual medida que nosotros por la existencia biológica y natural de la raza —según la comprendemos—, y de una manera despreciable a esta "preocupación" le llama "materialismo", una actitud y posición doctrinal que en último análisis llevaría al mestizaje y a la extinción definitiva de nuestra raza. Justamente Rosenberg había advertido que esa actitud fue la que llevo al mestizaje al ario que habitó en la antigua India. Llegué a ver incluso los efectos de esta desviación intelectual en un NS muy confundido luego de haber leído a Évola. Éste afirmaba que la raza biológica y natural no era tan importante. Lo mismo que dicen algunos gnósticos y otras sectas variopintas de la "hermandad blanca", "Caballeros Tirodal" que llegan a

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rendir culto a Lucifer, reivindicándolo como nuestro dios (?!). Ahí vemos para quién trabaja Évola, los tradicionalistas, y otras yerbas.

     Évola prostituye palabras, las manipula para así manipular y desviar camaradas. Gracias a la Providencia pude descubrir y superar esta trampa para ahora alertar a la camaradería. No es raro encontrarnos con evolianos "puros" y "espirituales" instando y aplaudiendo el mestizaje entre los españoles y los indios americanos. Los evolianos aplauden esta mezcla a la que llaman la "raza gaucha", supuestamente guerrera y heroica, que por estas cualidades el evolianismo considerada "espiritual", "de calidad superior". Ahí vemos el peligro de colocar un ideal sobre la realidad misma que nos otorga la Naturaleza. A ese dislate le llaman "tradicional", pero es una trampa, como la de varias religiones supuestamente "espirituales". Bajo mi punto de vista nacionalsocialista sólo podemos llegar a lo verdaderamente espiritual si primero partimos de la Realidad Natural, es decir, el camino parte de lo natural, y dentro de la Naturaleza misma vamos hacia lo espiritual (que no es otra cosa que una conciencia superior que descubre su sentido teleológico-natural). La misma cosmovisión nacionalsocialista es espiritual; compartirla entre camaradas nos une espiritualmente, anímicamente; ya no sólo somos hermanos raciales sino hermanos espirituales de lucha, y lo que nos une y eleva es el NS. Por el contrario, estos herrumbrados "pensadores" al servicio de nuestra destrucción proponen el anti-natural e imposible camino inverso. Sus pequeños y acomplejados cerebros se creen superiores a la Naturaleza y a la existencia misma.

     No nos olvidemos, camaradas NS: el evolianismo, más allá de su bella retórica, sirve a los fines del Sistema judaico.

     Para Évola, la raza es sobre todo el conjunto de rasgos interiores que caracterizan a la persona (cuando se refiere a "interiores" lo divorcia de lo de "afuera" como si fuera diferente u otra cosa). Es decir, si se tiene o se sostiene tal o cual valor se es de "raza de calidad" o "espiritual o dionisiaca"; si no, no. Así, según la teoría "racista" evoliana, un ario nacionalsocialista que tiene una empresa o una gran industria y que dona para la causa NS millones de dólares para salvar a la raza aria de su exterminio, en realidad no es "netamente" ario, está "judaizado", porque se enmarcaría dentro del "espíritu mercantil"... Pero si ese mismo camarada regala su fábrica y toma una espada y sale a luchar heroicamente a las calles, se convierte en ario. Lo mismo sucedería si un mestizo o un negro aman su religión y a sus antepasados y se muestran heroicos: repentinamente se convierten en "raza de calidad", ya que el color de piel y los caracteres antropológicos exteriores (fenotipo) para él no dicen nada (¿no les recuerda al discurso judío pro-mestizaje?). Por ello no es extraño ver a organizaciones derechistas tradicionales incluyendo en sus filas incluso a los aborígenes. Y el gran problema es que a algunos evolianos les resulta atractivo el NS, se dicen NS, fundan uno que otro grupillo "NS", y el resultado es un puñado de hombres de color diciéndose nazis(¿?). Contradicciones y subversiones anti-naturales de este tipo son comunes en el evolianismo. Lamentablemente sus lectores terminan en su mayoría igualmente desviados. Ellos cayeron en la trampa metafísica.

     Es más: Évola llegó a distorsionar semánticamente a tal punto el concepto deraza, que lo redujo sólo al "elemento dirigente y formador de la nación". También dice: «El fascismo (diferente en esto del nacional-socialismo y superándolo) rechaza de hecho el concebir la "nación" fuera del Estado». Vemos entonces el pobre concepto y la ignorancia total que Évola demuestra en lo concerniente a la Raza (con mayúscula). Ignorancia, si somos bien pensados; connivencia con el enemigo, si vemos su expediente.

     Calificando sólo de "raza" a la élite, descarta a todo el pueblo no-gobernante, sin importar si es o no blanco, si es o no de nuestra raza biológica. En el caso de que sea blanco, la parte no gobernante, es decir, la no-élite, no es para él de la raza. Vemos claramente cómo destruye semánticamente la esencia del significado de Raza, divorciándolo de todo vínculo sanguíneo, biológico, natural, y de lo que

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nosotros llamamos racial. Évola, al manipular el lenguaje, manipula hombres, trabaja para el enemigo. Évola jamás superó el NS, ya que nosotros conservamos en todo momento el significado de Raza vinculado a lo biológico-natural. Pero el NS no quedó ahí (como insinúa el derechista tradicional): el NS promueve el ascenso de los mejores y más calificados. La idea de Superhombre encajaba perfecto en un marco de necesidad jerarquizante, tanto espiritual como superador. Para crear Superhombres no le hizo falta al NS destruír o desenfatizar la Naturaleza sino todo lo contrario: estimándola y comprendiéndola es cómo se llegó al mismo. Hitler y su racismo, al igual que Rosenberg, eran Superhombres.

     El carácter subversivo del "racismo" evoliano proviene de una hábil estratagema reflotada por Évola tendiente a separar el espíritu como algo aparte y diferente del cuerpo. Una visión irracional, infantil y nihilista para nosotros.

     Évola dice: "la raza no se reduce sólo a una simple entidad biológica". Nosotros decimos que la raza es biológica, y no se puede hablar de raza sin raza. Por esta razón no es una "simple entidad", es la entidad natural, que en el universo se expresa en forma material, existencial; es esta misma raza la que expresa su espíritu —su interior— en el devenir histórico, es decir, también se expresa espiritualmente. Queda claro que para nosotros la raza aria se expresa espiritualmente sólo a través de ella misma, dejando plasmada su manifestación, su impronta y su legado, en el espacio-tiempo. Aquello que dice que existe algo —una raza— y es diferente naturalmente de otras, es la misma raza que conocemos en la Naturaleza, en la existencia; esto no significa que el racismo NS reduzca la raza a aspectos puramente visibles; es decir, la raza no es sólo una cuestión de piel, hay mucho más que el color de la piel... (lo cual es muy diferente a decir que "la reducimos a una simple entidad biológica". Vemos en este detalle la tremenda distorsión sofística que genera el autor, intentando distanciar en todo momento al hombre ario de su Ser).

     Évola también dice: "El ser humano no es sólo cuerpo; es también alma y espíritu". El racismo NS jamás dijo lo contrario. Así el —inocente e ingenuo— lector de Évola cree ver en éste a un "gran genio espiritual" que "avanzó" y "mejoró" la teoría racial, "espiritualizandola", haciéndola "más humana", "agregándole otro componente al racismo". Pero esa imagen distorsionada es una trampa. El NS jamás omitió hablar de espíritu; incluso el co-fundador del NS Alfred Rosenberg —tan criticado por Évola— dedica un capítulo entero (el primero) de su libro, titulándolo como "Raza y Alma Racial". Otros capítulos como "Mística y Acción" aclaran todos estos aspectos, exaltando la mística aria abordada filosóficamente. Entonces, si el NS nunca "olvidó" estos aspectos, ¿cuál es la diferencia que nos distancia radicalmente de la derecha tradicional evoliana?; ¿cuál es entonces la intención oculta de Evola?. En rigor de verdad el autor fue intolerante, reaccionario y hostil justamente contra el resurgimiento de la verdadera conciencia racial que ve a la raza como una unidad bío-psíquica presente en el mundo. Esta concepción unitaria (no confundir con la monista) es la que señala Rosenberg como la que en la antigua India permitió conservar la pureza del elemento ario-nórdico. Cuando esta visión se destruyó, se abrió la puerta al mestizaje. Al principio, el ario-nórdico conquistó y fundó en la India un sistema de gobierno, logrando conservar su raza mediante una separación racial basada en castas diferentes. En un proceso de disgregación aquellas barreras se debilitaron, en parte por el debilitamiento filosófico y en parte por la penetración de supersticiones de las castas inferiores. La raza creadora, dominadora y conductora, terminó diluyéndose, viéndose hoy una nación mestiza en la India.

     Rosenberg dice: «Como señor nato, el indio [14] siente expandirse su propia alma en el hálito vital que llena a todo el universo, e inversamente percibe el aliento del mundo actuar en su pecho como su propio Yo. La naturaleza foránea, rica, que casi todo lo regalaba, no pudo apartarlo suficientemente de esta hondura metafísica. La vida activa, que por los viejos maestros de losUpanishads siempre aun fue exigida como premisa insoslayable también de los pensadores apartados

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del mundo, empalidecía cada vez más ante el peregrino hacia el universo del alma, y este camino desde el colorido hacia la luz blanca del conocimiento condujo al ensayo más grandioso de la superación de la Naturaleza por la razón. No hay duda de que muchos indios, como personalidades individuales y aristocráticas, lograron en este mundo esta superación del mundo. Pero al ser humano posterior le quedó solamente la doctrina, no ya su precondición racial viva. Pronto ya no se comprendió en absoluto el sentido colorido, pleno de sangre, de la Varna [15], que hoy como subdivisión técnica de las profesiones representa el escarnio más horroroso del pensamiento más sabio de la historia mundial...». Así explica que luego la sabiduría fue perdiéndose, o degradándose, y hacia el período final de decadencia, «...El indio de las postrimerías no conoció la Sangre, el Yo y el Universo, sino únicamente las dos últimas realidades. Y sucumbió en el intento de considerar el Yo aislado, por una profanación racial, cuyos productos imploran hoy como miserables bastardos en las aguas del Ganges un saneamiento de su existencia tullida» ("El Mito del Siglo XX", pág. 16).

[14. Los Arios de la antigua India, que eran nórdicos, dejaron al mundo una de las más profundas doctrinas filosóficas de la historia humana].

[15. Varna quiere decir Casta, pero Varna también quiere decir color. Los arios blancos establecieron un sistema de castas raciales. Los nórdicos dominaban a los hombres de color].

     Luego continúa: «El monista indio, después de haber "superado" la polaridad de ideas YO-Universo a favor de una de las partes mediante una decisión de la razón, procuró destruír también los contrarios, violentar la libertad por la Naturaleza, la Naturaleza por la libertad. Por eso, asimismo estaba inclinado a considerar a la raza y la personalidad como absorbidas en el supremo concepto y, por lo tanto, como no existentes realmente. De ahí que el monista espiritualista indio postrero vea a la Naturaleza, en cierto modo, como algo irreal, como un sueño nefasto. Lo único real para él es el alma del mundo (elbrahmán) en su eterno retorno al alma individual (en el atmán). Con el alejamiento de la Naturaleza en general, también la representación anteriormente clara y el concepto de raza se tornan cada vez más vacilantes; por ende, el conocimiento dogmático-filosófico afloja el instinto en la raíz. Si el alma del mundo es lo único existente y si el atmán se identifica con ella en su esencia, entonces se esfuma simultáneamente la idea de personalidad. Lo incorpóreo Todo-Uno ha sido alcanzado.

     «Con esto la India dejó de ser creadora, se paraliza. La sangre oscura, extraña, de los sudras, considerados ahora como portadores equivalentes delatmán, penetra, destruye el concepto originario de la casta como raza y la bastardización comienza. (...) No afirmaremos intolerantemente que el indio ha abandonado primero su raza y luego su personalidad, o inversamente, sino que más bien existe aquí un proceso metafísico, que en el ansia ardorosa de superar en forma total el fenómeno de la dualidad también abolió simultáneamente los escalones inferiores, que se condicionan mutuamente, de la última polaridad» ("El Mito del Siglo XX", pág. 17, Edit. Wotan).

     Para nosotros, la gran diferencia que tenemos con la derecha tradicional evoliana, entre otras cosas, es justamente la diferencia de idealismo. Nosotros combatimos el idealismo distante llamando a sus creadores "pensadores apartados del mundo"; a ello oponemos un idealismo próximo. Si se quiere, nuestro espiritualismo también es un espiritualismo próximo. Combatimos entonces un espiritualismo distante (se sobreentiende que son distancias respecto a las esencias). Alguien podría pensar que Évola no benefició conscientemente a los judíos y su Sistema con este sofisma intelectual, sino que simplemente se basó en estas enseñanzas arias de la India. Pero eso es falso, ya que Évola bien leyó la obra superadora de Rosenberg donde justamente da un paso hacia adelante, mejorando el sistema racista que en el pasado condujo al mestizaje (siendo su prueba los miserables bastardos que hoy pululan en el Ganges). Luego de esta prevención y

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visión superadora que da el racismo NS y Rosenberg apuntando a la causa intelectual-filosófica que condujo a ello, y sumándole a la cosmovisión general NS la cuestión judía, no podemos dudar sobre las oscuras intenciones de Évola. ¿Acaso no habrá entendido el mensaje del NS?. Personalmente me llama la atención, y bien lo colocaría junto a Marx como un mago negro. Ambos fueron inteligentes, pero funcionales a la anti-raza.

     Nunca olvidaremos que "El Nacionalsocialismo es ciencia racial aplicada" (Rudolf Hess).

     En este sentido, la revolución nacionalsocialista recupera y reivindica la raza. La Raza Creadora y Superior.

     La realidad me ha demostrado que un sistema de pensamiento erróneo o desviado conlleva la destrucción de las esencias, la destrucción de la raza. En este análisis vemos que el NS vino a corregir y a incrementar la conciencia en general, justipreciando el verdadero valor de la sangre. Luego de ese gran esfuerzo que costó la sagrada vida de millones de arios, costó la vida de un Reichy una revolución inigualable, viene el muy cómodo señor Évola, y desde su ideología derechista tradicional introduce al mundo justamente aquello de lo cual Rosenberg y Hitler nos supieron prevenir. Como la obra de Rosenberg no fue desconocida para Évola, no tenemos más que pensar que el italiano fue o muy miope o actuó de muy mala fe (más allá de la apariencia).

     Aquellos individuos que controlan las percepciones son los que controlan real y virtualmente todo. La mayoría de los conflictos modernos —y no tan modernos— están basados en múltiples percepciones desajustadas, ideologías, opiniones acerca de la religión, el sexo, el racismo, etcétera. Las grandes potencias mundiales lo saben bien.

     Se lleva a los hombres hacia la relatividad de las ideas y opiniones, todo mundo quiere opinar y cree tener la razón al mismo tiempo; así surgen múltiples conflictos interpersonales e intra-sociales. Pero... ¡Las verdades obvias son verdad!. ¡Aferrarse a eso!. ¡El mundo sólido y también las esencias ocultas existen!, desde aquellas cosas que vemos a aquellas que no, pero existen, sus leyes no cambian. Las piedras son duras, el agua es húmeda, los objetos sin apoyo caen hacia el centro de la tierra, si no nos alimentamos morimos de hambre, los humanos forman comunidades, nuestra especie está formada por hombres y mujeres, ¡las razas existen!. Tras todas aquellas verdades naturales obvias y evidentes (que no todos ven), existe también una Naturaleza profunda, llena de esencias, a las cuales sólo podemos penetrar con el Intelecto a través de la Razón. Y es justamente en el intelecto donde ataca el enemigo, configurando discursos que alejan al ario de su destino teleológico (éste es el profundo porqué de la doble moral utilizada por el judío). Ahora yo pregunto: ¿Por qué existen varias razas?; ¿debo dejar que mi raza perezca?; ¿por qué existen el hombre y la mujer?; ¿por qué sólo el hombre es creador?; ¿por qué nuestra raza se ha destacado en manera superior entre las demás?; ¿a quién le debo ser ario y no negro?; ¿por qué un negro tiene el color similar al excremento?; ¿por qué los nórdicos tienen el color del cabello semejante al Sol y sus ojos semejantes al cielo?; ¿por qué nuestra piel es blanca como la luz?; ¿por qué somos una raza científica y creadora?; ¿por qué los humanos se organizan en comunidad?. Si existe la lucha por la supervivencia, ¿se justificarían todos los medios empleados para garantizarla?. Si la lucha existe, ¿quién fue su diseñador?. Las especies luchan por la supervivencia, el Poder existe, la Jerarquía existe, la igualdad no. Existe una moral científica, absoluta y divina, implícita en la naturaleza oculta de las cosas, implícita en la Realidad misma, más allá de todo dogma creado por el hombre. Aquella cosmovisión que mejor haga inteligibles las esencias a nuestro intelecto será aquella que nos proporcione una mayor conciencia, un alma más elevada que el resto, y por ello un espíritu más fuerte e indoblegable.

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     Podría llevar esta reflexión aún más allá. ¿Qué significa que exista una realidad a la cual unos, a pesar de tener ojos, no la ven y otros sí?. El conocimiento que conduce a la Verdad otorga Poder; de allí que el monopolio del mismo pueda torcer la balanza en una confrontación racial —y no solo racial—, permitiendo alcanzar, con mayores posibilidades, la anhelada victoria.

     Donde podemos analizar con mayor claridad el efecto deletéreo y erróneo de la visión derechista tradicional evoliana en los fenómenos sociales que nos afectan negativamente, es cuando trata la cuestión judía. En ese sentido, partiendo de su cosmovisión "espiritualista", la cuestión judía representa básicamente una cuestión social y cultural, desacreditando y ridiculizando nuestra tesis racista, que también abarca luego las demás cuestiones por él analizadas. Su análisis es más o menos centrado, pero ridiculiza precisamente lo más importante, nos desvía de la esencia. Por ello hay motivos suficientes para preguntarnos si Évola fue víctima de lo que él mismo llamaba "guerra oculta", táctica consistente en hacer que toda la atención se concentre sobre un sector particular donde actúan las fuerzas a combatir, desviándola así de otros sectores donde la acción de estas fuerzas pueda entonces proseguir tranquilamente. Esto también sucede en el plano ideológico, ya que éste precede a la acción humana. Finalmente, luego de relativizar el problema racial y el problema judío en sí, culpabiliza en mayor proporción a los arios que a los judíos por el daño mismo que hacen los judíos, ya que todas las subversiones judías han sido posibles gracias a que "los arios prepararon mucho antes el terreno" (Ver "Notas sobre el Tercer Reich, ASPECTO RACIAL Y CUESTION JUDIA"). Las últimas preguntas que deberíamos hacernos son: ¿Por qué intenta desviarnos?; ¿por qué estimula un desvío en el análisis de la problemática?; ¿fue víctima de esta manipulación ideológica que el judaísmo exotérico difunde en los ambientes masónicos, para-masónicos, tradicionalistas y satanistas?, ¿o fue un instrumento consciente —al estilo de Marx— de la subversión judaica?.–