Upload
teorialdc
View
228
Download
1
Embed Size (px)
Citation preview
7/28/2019 Kristeva.el Sistema y El Sujeto Parlante
1/10
1
El Sistema y el Sujeto Parlante
El Sistema y el Sujeto Parlante fue publicado en el Times Literary Supplement(12 de
octubre, pp. 1249-52) y luego reimpreso en The Tell- Tale Sign. A Survey of Semiotics (Lisse,
Netherlands: The Peter de Ridder Press, 1075) por Thomas A. Sebeok (ed.). En unas pocas
pginas este ensayo presenta una mirada provocadora del campo de la semitica tal como lo
entiende Kristeva. Distinguiendo entre semiologa o estructuralismo por un lado y
semitica o semanlisis por el otro, Kristeva logra mantener dicho estructuralismo haciendo
nfasis en lo ttico o la fase esttica del lenguaje y postulndola como una estructura homognea,
a la vez que retoma lo semitico como aquello que le permite capturar la naturaleza
fundamentalmente heterognea del lenguaje en tanto discurso enunciado por un sujeto parlante.
As, para el semanlisis, el lenguaje es un proceso significante y no simplemente un sistema
esttico. Con miras a establecer esta nueva ciencia del signo, Kristeva retoma a Hegel, Marx y
Freud. La prctica lingstica, tal como la entiende la autora, es al mismo tiempo sistema y
transgresin (negatividad), es un producto de ambos: la base pulsional de la produccin sonora y
el espacio social en que toma lugar la enunciacin.
Dado el nfasis que la semitica le otorga a la heterogeneidad del lenguaje, se presenta la
siguiente paradoja: siendo la semitica un metalenguaje (un lenguaje que habla del lenguaje) no
puede sino homogeneizar su objeto en el propio discurso. En este sentido, la semitica pareceraestar estructuralmente imposibilitada de practicar aquello que predica. Sin embargo, para
Kristeva, la naturaleza paradjica de la empresa semitica no conduce a la parlisis, sino a una
renovada creatividad. Al encontrarse atrapada en esta paradoja, la semitica se encuentra siempre
forzada a analizar su propia posicin discursiva y as renovar su conexin con las fuerzas
heterogneas del lenguaje que -segn Kristeva- es lo que hace del lenguaje una estructura
productiva en primer lugar.
Este ensayo resume los principales temas de la obra lingstica ms importante de
Kristeva: Rvolution du language potique (1974) traducido por Margaret Waller como
Revolution in Poetic Language (1984). The System and the Speaking Subject debe leerse en su
preocupacin por la naturaleza tica o poltica del semanlisis como modo de pensamiento que
Kristeva, Julia (2002). The System and the Speaking Subject en The Kristeva Reader (24-33) TorilMoi Ed.
Traduccin: Natalia Clelia Suniga
7/28/2019 Kristeva.el Sistema y El Sujeto Parlante
2/10
2
subvierte las creencias establecidas en el orden y la autoridad; ms an, debe leerse en el
contexto de The Ethics of Linguistics, publicado en Polylogue (1977) y traducido enDesire in
Language (1980). Algunos de los conceptos principales que quedaron sin definicin en The
System and the Speaking Subject (lo ttico, el genotexto, el fenotexto) son desarrollados y
definidos en los pasajes de Revolution que aparecen en este mismo volumen en el captulo 5
(Mirar particularmente los captulos titulados The Thetic: Rupture and/or Boundary y Genotext
and Phenotext.)
______________________________
El Sistema y el Sujeto Parlante
Resulta posible hablar de un descubrimiento especficamente semitico que va ms all
de la diversidad, la irregularidad y la disparidad de las investigaciones actuales en dicho campo.
Lo que la semitica ha descubierto al estudiar las ideologas (mitos, rituales, cdigos morales,
artes, etc) como sistemas-signo es que la ley que gobierna o, si se prefiere, la mayor fuerza que
afecta toda prctica social, yace en el hecho de que significa, que es articulada como lenguaje.
Toda prctica social adems de ser el objeto de determinaciones externas (econmicas, polticas,
etc.), tambin es determinada por un conjunto de reglas significantes (dado que existe un orden
del lenguaje; que este lenguaje tiene una doble articulacin -significado/ significante-; que esta
dualidad se sostiene en una relacin arbitraria con el referente; y que todo funcionamiento social
est marcado por la escisin entre el referente y lo simblico y por el cambio de significado a
significante que le resulta coextensivo).
En este sentido, uno podra decir que lo que ha descubierto la semitica es el hecho de
que hay una ley social general, que esta ley es la dimensin simblica dada en el lenguaje, y que
toda prctica social ofrece una expresin especfica de dicha ley.
Un descubrimiento de este tipo interrumpe las especulaciones caractersticas del
idealismo que a lo largo de su historia ha reclamado el dominio del sentido como subordinado a
s mismo, oponindose a permitir tanto determinaciones externas como ajustes internos. Del
mismo modo acta con el sociologismo vulgar o aquellas suposiciones que, bajo el mal definido
trmino de ideologa, definen superestructuras determinadas -sin excepcin- externamente. El
7/28/2019 Kristeva.el Sistema y El Sujeto Parlante
3/10
3
enfoque semiolgico se identifica a s mismo, desde Hjelmslev en adelante, como un anti-
humanismo que se corre de aquellos debates -que an hoy se siguen produciendo- entre filsofos
donde unos argumentan a favor de la trascendencia con una causalidad inmanentemente
humanamientras otros argumentan a favor de una ideologa cuya causa es externa y, por lo
tanto, trascendente, pero donde ninguno es consciente de la lingstica y -en un nivel ms
general- de la lgica semitica de la socialidad en la que el sujeto (parlante, histrico) se
encuentra embebido.
Y an as, la semitica, a travs de sus intentos por posicionarse como una teora de
prcticas usando el lenguaje como modelo, restringe el valor de su descubrimiento al campo de
aquellas prcticas que no hacen ms que favorecer el principio de la cohesin social, del contrato
social. En otras palabras, en tanto la lingstica se ha auto- establecido como la ciencia de un
objeto (lenguaje o discurso1) que obedece a la necesidad de comunicacin social a la vez que
es inseparable de la socialidad, toda semitica que adopte este modelo lingstico podr hablar
slo sobre aquellas prcticas sociales -o aquellos aspectos de las prcticas sociales- que
favorezcan tal intercambio social: una semitica que consigna el aspecto sistemtico,
sistematizador o informacional de las prcticas significantes.
No es difcil ver por qu su punto fuerte debera ser el estudio de las reglas de parentesco
y los mitos como ejemplos de conocimiento de la comunidad. Tampoco resulta dificultoso
observar que no puede seguir nicamente el modelo lingstico o el principio de sistematicidad si
tambin intenta abordar prcticas significantes que, si bien fomentan la comunicacin social, son
al mismo tiempo las reas privilegiadas donde esto se pone al servicio de un uso no utilitario, las
reas de la transgresin y el placer: uno piensa en la especificidad del arte, de lo ritual, de
ciertos aspectos de los mitos, etc.
Lo que aqu -donde se involucran las limitaciones de una concepcin habitual de la
semitica- se cuestiona no es meramente la presuposicin terica en que dicha concepcin se
basa y que influye en el descubrimiento -en cualquier campo- de analogas con el sistema del
lenguaje. Tal rigidez ha servido meramente para aliviar la falencia misma de la lingstica:
establecida como ciencia y focalizada en el lenguaje como cdigo social, la ciencia de la
lingstica no tiene forma de aprehender nada del lenguaje que pertenezca al juego, al placer o al
deseo en vez de al contrato social (o, si intenta tenerlos en cuenta, se encuentra forzada a
1Language, speechor discourse [N. de la T.]
7/28/2019 Kristeva.el Sistema y El Sujeto Parlante
4/10
4
infringir su pureza epistemolgica y auto-denominarse estilstica, retrica, potica: formas
aleatorias de discurso sin estatus emprico).
Alcanzamos un punto crucial en la investigacin semitica: su posible despliegue como
crtica a sus propias presuposiciones. No debe permitirse que la semitica sea una mera
aplicacin a las prcticas significantes del modelo lingstico -o cualquier otro modelo-. Su
raison dtre -si es que tiene una- debe consistir en identificar la coaccin sistemtica dentro de
cada prctica significante (usando con ese propsito, modelos originales o prestados), pero
sobre todo, en ir ms all de eso, para especificar aquello que cae por fuera del sistema y
caracteriza como tal la especificidad de dicha prctica.
Una fase de la semiologa est terminada: aquella que va desde Saussure y Pierce a la
Escuela de Praga y el Estructuralismo y ha hecho posible la descripcin sistemtica de la
coaccin social y/o simblica dentro de cada prctica significante. Criticar esta fase por su
sesgo ideolgico -sea fenomenolgico o ms especficamente fonolgico o lingstico- sin
reconocer su contribucin al revelar y caracterizar la causalidad inmanente y/o la presencia de
una coaccin social- sistemtica en cada funcionamiento social, lleva a un rechazo de lo
simblico y/o de la thesis (en el sentido que Husserl le da al trmino) social indispensable para
toda prctica. Este rechazo es compartido tanto por la filosofa idealista, en su descuido en
relacin con el histrico rol socializante de lo simblico, como por los distintos dogmatismos
sociolgicos que suprimen la especificidad de lo simblico y su lgica en la ansiedad por
reducirlos a un determinante externo.
Desde mi punto de vista, una crtica a esta semiologa de los sistemas y a sus
fundamentos fenomenolgicos slo es posible si parte de una teora del sentido que debe ser
necesariamente una teora del sujeto parlante. Ya es parte del sentido comn que el renacimiento
de la lingstica producido bajo el nombre de Gramtica Generativa -cualquiera sean sus
variaciones y mutaciones- est basado en la rehabilitacin de la concepcin cartesiana del
lenguaje como un acto llevado a cabo por unsujeto. Con una mirada minuciosa, tal como ciertos
lingistas (de Jakobson a Kuroda) han demostrado en los ltimos aos, este sujeto parlante
resulta ser, de hecho, el ego trascendentalque, desde la perspectiva de Husserl, subyace a todas
y cada una de las sntesispredicativas si ponemos entre parntesis la externalidad lgica o
lingstica. La Gramtica Generativa, basada firmemente en este sujeto, no slo expresa la
verdad del lenguaje que el estructuralismo describe como sistema -el acto de un ego que ha roto
7/28/2019 Kristeva.el Sistema y El Sujeto Parlante
5/10
5
momentneamente su conexin con esa externalidad, que puede ser social, natural o
inconsciente- sino que crea para s misma la oportunidad de describir, mejor que sus
predecesores, la lgica de este acto ttico -comenzando por una infinidad de afirmaciones que
cada lengua nacional sujeta a sistemas estrictos de reglas. Ahora bien, este sujeto trascendental
no es la preocupacin principal del renacimiento semiolgico, de modo que si la semiologa se
basa en la concepcin del lenguaje propia de la Gramtica Generativa no quedar ms all de la
reduccin -an comnmente caracterstica de sta- de las prcticas significantes a su aspecto
sistemtico.
Con respecto al sujeto y a la significacin, es la revolucin freudiana la que me parece
que ha logrado desplazar definitivamente la pistm occidental de su presunta centralidad. Pero
si bien los efectos de esa revolucin han sido trabajados magnficamente y con autoridad en los
escritos de Jacques Lacan en Francia, o, de manera diferente, en la anti- psiquiatra inglesa de R.
D. Laing y David Cooper, no han logrado ir lo suficientemente lejos como para afectar la
concepcin semitica del lenguaje y sus prcticas. La teora del sentido ahora se encuentra en
una encrucijada: o bien permanecer como intento de formalizar sistemas de sentido
incrementando la sofisticacin de las herramientas lgico- matemticas que permiten formular
modelos con base en una concepcin (ms bien anticuada) de sentido como el acto de un ego
trascendentalarrancado de su propio cuerpo, su inconsciente y tambin su historia; o se adaptar
a la teora del sujeto parlante como sujeto dividido (consciente/ inconsciente) y continuar
intentando especificar los tipos de operaciones caractersticas de los dos lados de la separacin,
exponindolos a aquellas fuerzas extraas a la lgica de lo sistemtico -por un lado, a procesos
bio- psicolgicos (que ya son parte de los procesos significantes, lo que Freud denomin
pulsiones) y, por otro, a restricciones sociales (estructuras familiares, modos de produccin,
etc.).
Siguiendo este ltimo camino, la semiologa o -tal como he sugerido llamarlo- el
semanlisis, concibe el sentido no como un signo- sistema sino como un proceso significante.
Dentro de este proceso uno puede ver la liberacin y la posterior articulacin de las pulsiones
como constreidas por el cdigo social sin por ello ser reducidas al sistema del lenguaje como
genotexto y al sistema significante -como se presenta a s mismo a la intuicin fenomenolgica-
comofenotexto, descripto en trminos de estructura o de competencia/ rendimiento o segn otros
modelos. La presencia delgenotexto dentro delfenotexto se halla indicada por aquello que llamo
7/28/2019 Kristeva.el Sistema y El Sujeto Parlante
6/10
6
una disposicin semitica2. En el caso, por ejemplo, de una prctica significante tal como el
lenguaje potico, la disposicin semitica estar dada por las mltiples desviaciones respecto
de las reglas gramaticales del lenguaje: efectos articulatorios que vuelven a cambiar el sistema
fonolgico hacia su base articulatoria, fontica y, consecuentemente, hacia las bases
pulsionalmente gobernadas de la produccin sonora; la sobredeterminacin de un lexema por
mltiples significados que no son utilizados cotidianamente pero que son acumulados como
resultado de su aparicin en otros textos; irregularidades sintcticas como las elipsis, las
supresiones no- recuperables, la incorporacin/ agregacin indefinida, etc; el reemplazo de la
relacin entre los protagonistas de cualquier enunciacin tal como funcionan en un acto locutorio
-ver el trabajo de J. L. Austin y John Searle- por un sistema de relaciones basado en la fantasa;
etc.
Estas variaciones pueden ser descriptas parcialmente por medio de los llamados procesos
primarios (desplazamiento, condensacin -o metonomia, metfora), transversales a los procesos
lgico- simblicos que funcionan en lassntesis predicativas hacia el establecimiento del sistema
del lenguaje. Estos procesos han sido descubiertos por el estructuralismo, siguiendo a Freud, en
el nivel ms bajo, fonolgico, de la sntesis lingstica. A stos se le deben agregar la
compulsin por la repeticin, pero tambin operaciones caractersticas de la topologa y
capaces de establecer funciones entre el cdigo significante y el cuerpo fragmentado del sujeto
parlante as como los cuerpos de sus compaeros familiares y sociales. Toda funcin que supone
unafrontera (en este caso la fisura creada por el acto de nombrar y la sntesis lgico- lingstica
que desencadena) y la transgresin de dicha frontera (la aparicin repentina de nuevas cadenas
significantes) es relevante para cualquier tipo de prctica significante, donde la prctica es
entendida como la aceptacin de la ley simblica junto con la transgresin de dicha ley con el
propsito de renovarla.
El momento de la transgresin es el momento clave de la prctica: podemos hablar de
prctica donde sea que haya una transgresin de la sistematicidad, por ejemplo, una transgresin
de la unidad propia del ego trascendental. El sujeto de la prctica no puede ser el sujeto
trascendental que carece de cambio, de la divisin en la unidad lgica trada por el lenguaje que
separa -dentro del cuerpo significante- el orden simblico del trabajo de la libido (que se revela
mediante la disposicin semitica). Identificar la disposicin semitica significa de hecho,
2 Semiotic disposition [N. de la T.]
7/28/2019 Kristeva.el Sistema y El Sujeto Parlante
7/10
7
identificar el cambio en el sujeto parlante, su capacidad de renovar el orden en que se encuentra
atrapado sin poder escapar; y esa capacidad es, para elsujeto, la capacidad de goce.
Sin embargo, debe recordarse que si bien puede describirse en trminos de operaciones y
conceptos, esta lgica de cambios y divisiones que lleva al infinito el lmite de lo simblico nos
conduce hacia operaciones heterogneas respecto del sentido y su sistema. De este modo quiero
decir que estas operaciones son pre- sentido y pre- signo (o trans-sentido, trans- signo) y que
nos hacen retornar a procesos de divisin en la materia viva de un organismo sujeto a
constricciones biolgicas as como a normas sociales. Aqu parece indispensable redefinir y
extender la teora de las pulsiones de Melanie Klein junto con el estudio psico- lingstico de la
adquisicin del lenguaje (previendo que este estudio es concebido como algo ms que la mera
reiteracin de lo que se encuentra ampliamente demostrado en y por el sistema lingstico del
ego trascendental).
El punto no es reemplazar la semitica de los sistemas significantes por consideraciones
del cdigo biolgico adecuadas a la naturaleza de quienes lo utilizan -un ejercicio tautolgico,
despus de todo, dado que el cdigo biolgico ha sido modelado en el sistema del lenguaje. Es
ms bien postular la heterogeneidad de las operaciones biolgicas con respecto a las operaciones
significantes y estudiar la dialctica de aquello, esto es, el hecho de que a pesar de que se
encuentren sujetos a los cdigos significantes y/o sociales, ellos infringen el cdigo en la
direccin de permitirle al sujeto obtener placer de ello, renovarlo, incluso ponerlo en peligro, all
donde los procesos no son bloqueados por l mediante la represin o la enfermedad mental.
Dado que es en s mismo un metalenguaje, la semitica no puede ms que postular su
heterogeneidad: tan pronto como hable sobre ella, homogeneiza el fenmeno, lo conecta con el
sistema, pierde su control. Su especificidad slo puede ser preservada en las prcticas
significantes que son las que desencadenan la heterogeneidad como cuestin: el lenguaje potico
se libera del cdigo del lenguaje; la msica, el baile, la pintura, reordenan las pulsiones psquicas
que no han sido utilizadas por los sistemas dominantes de simbolizacin y as renuevan su propia
tradicin; y (de manera diferente) la experiencia con drogas permite buscar y hacer uso de esta
heterogeneidad y de la fractura resultante del cdigo simblico que ya no puede sostener ms a
sus sujetos (parlantes).
Pero si la semitica reconoce abiertamente su incapacidad para aprehender la
heterogeneidad de los procesos significantes si no es reducindola a su sistematicidad, declara
7/28/2019 Kristeva.el Sistema y El Sujeto Parlante
8/10
8
de este modo su propia bancarrota intelectual? Todo lo que -en investigaciones actuales- es
slido e intelectualmente adecuado impulsa a quienes lo persiguen a poner nfasis en los lmites
de su propio metalenguaje en relacin con los procesos significantes. Tal metalenguaje puede
slo aprehender esa parte del proceso significante que pertenece al dominio del metalenguaje
general del que son tributarios sus esfuerzos; el (vasto) resto ha sido, histricamente, encontrar
un hogar en la religin (notoriamente, si no ms o menos marginalmente, asociado con el reflejo
semitico desde los Estoicos), ascendiendo mediante teoras medievales del modi significandi, el
Art of Combinations de Leibniz, hacia la fenomenologa o el positivismo. Slo ahora, y slo con
base en una teora del sujeto parlante como sujeto de un proceso heterogneo, la semitica puede
mostrar que lo que hay por fuera de su modo de operacin metalingstica -el resto, la
prdida- es lo que en el proceso del sujeto parlante representa el momento en que el sujeto es
puesto en accin, puesto a prueba, ejecutado3: una heterogeneidad, respecto del sistema, que
opera dentro de la prctica y es propensa -si no es vista por lo que es- a ser reificada en una
trascendencia.
Ahora podemos captar todas las ambigedades del semanlisis que desmitifica la lgica
de la elaboracin de toda reduccin trascendental y, con este mismo propsito, exige el estudio
de cada sistema significante como prctica. As, intenta revelar la negatividad que Hegel ha visto
en accin como subyacente a toda racionalidad pero que, mediante un golpe magistral, l mismo
subordin al conocimiento absoluto. El semanlisis puede pensarse como el sucesor directo del
mtodo dialctico; sin embargo, la dialctica que permanece ser genuinamente materialista,
dado que reconoce la materialidad -la heterogeneidad- de dicha negatividad cuya base concreta
Hegel no haba podido ver y que los marxistas mecanicistas han reducido a una externalidad
meramente econmica. C. S. Pierce no ha arribado ya a lo que la dialctica parece prometer al
escribir mi filosofa resucita a Hegel, aunque en un disfraz extrao? Redescubrir la prctica al
modo del sistema, rehabilitando lo que es heterogneo al sistema del sentido y lo que pone en
cuestin al sujeto trascendental: stas son, a mi parecer, las bases que maneja actualmente la
semitica.
Y sin embargo, al dedicarse a esta tarea, conduce los aspectos precarios o gozables de la
prctica hacia un sistema que mediante este mismo hecho asume inmediatamente su lugar dentro
del cdigo social dominante. Siendo un agente de cohesin social -dada su fuerza metalingstica
3 La autora utiliza la expresinput to death. [N. de la T.]
7/28/2019 Kristeva.el Sistema y El Sujeto Parlante
9/10
9
explicativa-, la semitica contribuye a la formacin de aquella imagen confortante que ofrece
toda sociedad cuando entiende todo, incluyendo hasta las prcticas que la consumen
voluntariamente.
Si, a pesar de todo, la aventura semitica puede ser justificada, es con base en la
necesidad histrica. Las actuales mutaciones del capitalismo y el re-despertar poltico y
econmico de las civilizaciones antiguas (India, China) han llevado a la crisis a los sistemas
simblicos en los que se hallaba encerrado el sujeto occidental oficialmente definido como sujeto
trascendental y en los que ha sobrevivido por dos mil aos. La teora marxista, siendo an una
herramienta poderosa para entender los determinantes econmicos de las relaciones sociales,
tiene poco para decir en lo que respecta a esta crisis en particular: no es una teora del sentido o
del sujeto. No hay sujeto en el racionalismo econmico del Marxismo. Lo hay en la revolucin
marxista, pero los padres fundadores no han dejado ninguna reflexin al respecto, mientras que
los marxistas acadmicos de hoy da no pueden esperar por deshacerse -en nombre de cierto
proceso objetivo- tanto del sentido como del sujeto, o por eludir una teora del sujeto que
resultar ser el sujeto de la mirada de la Razn de Hegel, esto es, el sujeto de la Razn burguesa,
invitndonos luego a pensar toda prctica significante como su imagen. Lejos de la revolucin,
del deseo, e incluso de la negatividad hegeliana! El marxismo mecanicista an se encuentra
pagando sus deudas con Feuerbach y su posicin humanista de la dialctica.
Si entonces puede verse una brecha entre el materialismo dialctico y las prcticas
significantes y sus sujetos, la semitica ser el lugar desde el que pueda realizarse un intento de
articular una nueva concepcin: evitando el apresamiento que supone el mecanismo de la
transferencia psicoanaltica y de la descripcin formalista, la semitica puede establecer la lgica
heterognea de las prcticas significantes y localizarlas -finalmente y por medio de su sujeto- en
las relaciones de produccin histricamente determinadas. La semitica puede conducir a una
tipologa histrica de las prcticas significantes al reconocer dentro de ellas el estatus especfico
del sujeto parlante. De este modo, dado que la temporalidad significante no es coextensiva con
los modos de produccin, arribamos a la posibilidad de una nueva perspectiva de la historia,
quizs incluso un nuevo principio para fraccionar el tiempo histrico.
Tal como ya lo haba expuesto la semitica clsica, el discurso adquiere significado a
partir de la(s) persona(s) a la(s) que se dirige. La semitica de las prcticas significantes se dirige
a todos aquellos que, comprometidos con una prctica desafiante, de innovacin o experimento
7/28/2019 Kristeva.el Sistema y El Sujeto Parlante
10/10
10
personal, se hallan frecuentemente tentados a abandonar sus discursos como forma de comunicar
la lgica de dicha prctica -siendo que las formas dominantes del discurso (desde la gramtica
positivista hasta el sociologismo) no tienen lugar para ella- y a exiliarse voluntariamente en
aquello que Mallarm denomin un indicible qui ment, beneficiando as una prctica que debe
permanecer silenciada.
La semiologa de las prcticas significantes, por contraste, est lista para escuchar
cualquiera o todos esos esfuerzos que, desde la elaboracin de una nueva posicin para el sujeto
parlante, han renovado y rediseado el estatus del sentido dentro de los cambios sociales hasta el
punto en que el orden mismo del lenguaje est siendo renovado: Joyce, Burroughs, Sollers.
Este es un gesto moral inspirado por el afn de hacer inteligible, y por lo tanto
socializable, aquello que moviliza la base de la sociabilidad. En lo que a esto respecta, el
semanlisis contina con el descubrimiento de la semitica que mencionamos al comienzo: se
posiciona a s mismo al servicio de la ley social que requiere sistematizacin, comunicacin,
intercambio. Pero para hacer esto, debe respetar, inevitablemente, otra condicin ms reciente -y
una que neutraliza el fantasma de la pura ciencia-: el sujeto del metalenguaje semitico debe,
aunque brevemente, ponerse a s mismo en cuestin, debe emerger del caparazn protector del
ego trascendental y restaurar su conexin con la negatividad pulsionalmente gobernada, aunque
tambin social, poltica e histrica, que desgarra y renueva el cdigo social.