Karel Kosik Marxismo y Heideggerianismo

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    R L, 35; diciembre 2014, pp. 111-130; ISSN: 1132-8177

    KAREL KOSK, MARXISMO Y HEIDEGGERIANISMOEN LOS ALBORES DE LA PRIMAVERA DE PRAGA

    Jordi Magnet ColomerUniversitat de Barcelona (UB)

    [email protected]

    R

    El filsofo checo Karel Kosk (1926-2003) desempe un rol prominente en el seno delmovimiento de oposicin a los regmenes de Novotn y Husk, contribuyendo tanto a lagestacin como a la pervivencia de los anhelos expresados por la poblacin checoslovaca du-rante la Primavera de Praga. Junto a la contextualizacin histrica de su obra, se pone tambinde manifiesto cmo Marx y Heidegger incidieron con igual relevancia en la conformacin

    de su pensamiento. La filosofa de Kosk reviste por ello una singularidad propia que la alejade las versiones tradicionales del humanismo marxista predominantes a mediados del siglopasado en el bloque oriental y occidental.

    P :Primavera de Praga, Kosk, Marx, Heidegger.

    A

    Karel Kosk, marxism and heideggerianism at the dawn of the Prague Spring. Czech philo-sopher Karel Kosk (1926-2003) played a prominent role within the opposition movementto Novotn and Husks regimes, contributing both gestation like persistence of longingsexpressed by czechoslovak population during the Prague Spring. Along with the historicalcontextualization of his work also it shows how Marx and Heidegger influenced with equalrelevance in the conformation of his thought. Kosks philosophy coated an own singularitythat lead it away from traditional versions of Marxist humanism prevailing in the mid of thelast century in the eastern and western bloc.

    K :Prague Spring, Kosk, Marx, Heidegger.

    EL JOVEN KOSK Y LA OPOSICIN CHECOSLOVACADURANTE EL DESHIELO 19561968

    Cuando el rgimen comunista emprendi el proceso de desestalinizacinen Checoslovaquia no lo hizo motivado nicamente por la presin recibida desde elexterior, a causa de la amplia repercusin internacional de una larga serie de acon-tecimientos de gran trascendencia histrica acaecidos en varios pases del bloque

    mailto:[email protected]:[email protected]
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    sovitico, con la celebracin del Congreso del PCUS1, las protestas de Poznnen Polonia o la revolucin hngara de 1956 como puntos culminantes, sinotambin, y en gran medida, por las constantes demandas de apertura democrticasurgidas en su fuero interno. El escaso compromiso de la clase poltica checoslovacapara proporcionar soluciones satisfactorias a las necesidades internas manifestadaspor importantes sectores de la sociedad civil, una postura en perfecta concordanciacon la ambigedad y el escepticismo reinantes en el conjunto de la esfera polticasovitica ante el perodo de reformas impulsado por Jrushchov, result ser tan evidenteque la poltica del presidente Novotn pronto cay en descrdito.

    Durante la Primavera de Praga estall el descontento acumulado bajo sumandato (1957-1968), mostrando cun insuficientes haban resultado para la vastamayora de la poblacin las escasas reformas llevadas a cabo por el Gobierno a lolargo de ese perodo. Todos los niveles de la vida poltica, cultural y econmica delpas continuaron en estricta observancia de una estructura burocrtica controladatodava por la vieja guardia estalinista. Tanto es as que a principios de 1957, la re-

    daccin del peridico oficial del Partido Comunista de Checoslovaquia (KS), RudPrvo, se empecinaba en publicar editoriales en los cuales vena a asegurarse que elempleo del ambiguo trmino desestalinizacin no haca otra cosa que avivar lasfuerzas de la reaccin2. Sin embargo, la actitud reacia de la ortodoxia hacia unademocratizacin real del pas tuvo que hacer frente a una fuerte oposicin internaque lograra resquebrajar, lenta pero firmemente, el poder monoltico del rgimeny su intromisin en las distintas facetas de la vida social e individual. Y ste no tuvoms remedio que recapitular, acompaando los sucesivos coletazos represivos con laconcesin, a regaadientes y a cuentagotas, de leves reformas para intentar dar res-puestas, siempre insuficientes, a algunas de las demandas planteadas por la oposicin

    en el nuevo contexto surgido a partir de 1956.Esta oposicin era amplia en Checoslovaquia, pero encontraba su caldo de

    cultivo en la vigorosidad creativa de las artes y la cultura insatisfechas con los postula-dos del realismo socialista. Las discusiones generadas por una parte significativa dela comunidad filosfica y literaria checa en las pginas de la revista Literrn Novinyentre 1956-57 cobraron especial relevancia en la gestacin del movimiento opositoral rgimen. En estos debates sobresalan con fuerza las figuras de dos jvenes filsofos:Karel Kosk e Ivan Svitk. Ambos autores encarnaban a la perfeccin el talante deese marxismo abierto y rejuvenecedor necesario para lograr una nueva comprensindel hombre y de la sociedad acorde con los anhelos reformistas del momento. Pesea la diversidad de intereses tericos, sus escritos se complementaban mutuamente y,

    1 Jrushchov, en el Congreso del PCUS, celebrado entre el 14 y el 26 de febrero de 1956,conden en su Discurso secreto las atrocidades estalinistas y el culto a la personalidad del dictador,dando lugar a un nuevo escenario de mayor apertura y ampliacin relativa de libertades.

    2 J. H. S, Czechoslovakia: The Philosophical Background of The Prague

    Spring, Varieties of Marxist Humanism, London, University of Pittsburgh, 1992, p. 131.

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    en lo esencial, compartan el nfasis en el concepto de praxis como actividad onto-creadora del ser humano.

    Una reivindicacin constante en el mundo de la cultura y las artes checasdesde 1956 hasta 19693fue la defensa de la autonoma del autor y su obra en opo-sicin a su identificacin heternoma con cualesquiera poderes fcticos de que setratase, fueran stos polticos o acadmicos. El rol asignado a la filosofa y a las artes,segn el cual stas deban ejercer una funcin social edificante, validando mediantesu obra las polticas del gobierno conforme a los principios del marxismo-leninismo,fue criticado sin tapujos por Kosk y Svitk. Por su parte, Kosk tambin estableciuna distincin, de suma importancia en esa coyuntura histrica, entre lo que cabracalificar de verdadera filosofa (o pensamiento crtico) y de filosofa ideolgica(o pensamiento falso, por su carcter apologtico hacia el rgimen). En este mismosentido sigue refirindose en uno de sus ltimos ensayos: La filosofa y la ideologano slo se excluyen mutuamente sino que estn en permanente contradiccin. Lamisin de la filosofa es criticar cualquier ideologa, y toda ideologa intenta poner a

    cualquier filosofa a su servicio4

    . Uno de los signos caractersticos en la trayectoriabiogrfica e intelectual de Kosk fue, precisamente, su oposicin frontal a toda formade totalitarismo ideolgico y/o poltico.

    Siendo todava menor de edad, ingresa en las filas de la resistencia antifascistacheca para hacer frente a la ocupacin alemana de su pas. Dirige en la clandestinidadel peridico comunista ilegal Boj Mladch. A resultas de su actividad es arrestado porla Gestapo el 17 de noviembre de 1944 y enviado al centro penitenciario de Pankrc,donde permanecer hasta finales de enero de 1945, momento en el cual va a ser tras-ladado al campo de concentracin de Theresienstadt (Terezn), del que lograr salircon vida a principios de mayo de ese mismo ao luego de la liberacin por parte de

    las tropas del Ejrcito Rojo. Posteriormente, realiza estudios de filosofa y sociologaen la Universidad Carolina de Praga, as como breves estancias en las universidadesde Leningrado y Mosc entre 1947 y 1949. Terminados ya sus estudios, a partir de1953 trabaja en el Instituto Filosfico de la Academia de Ciencias de Checoslovaquia.

    Desde entonces Kosk no escatimar esfuerzos en desencallar el enquistadodebate filosfico en Checoslovaquia. Una de las primeras contribuciones de peso serun artculo sobre Hegel, lleno de connotaciones crticas con el marxismo oficial, pu-

    3 Ms concretamente, Svitk distingue tres perodos en la pugna entre la filosofa checa y elestalinismo. El primero de ellos (1948-1956) comprende los aos de conflicto difuso entre la filosofasovitica y la checa, pues exista entonces la creencia de que Checoslovaquia sera capaz de construir supropia va al socialismo, rechazando de este modo el socialismo en un solo pas estaliniano. El segundoperodo (1956-1962) ya se caracteriz por la oposicin entre dogmatismo y revisionismo y, por ltimo,el tercer perodo (1962-1969) enfrent un reformismo dirigido a implantar un socialismo de rostrohumano con la ideologa neoestalinista. Vase I. S, Marxist Philosophy in Czechoslovakia: TheLessons from Prague, en R.T D G and J. S,Marxism and Religion in Eastern Europe,Boston, D. Reidel Publishing Company, 1976, p. 53.

    4 K. K (1993), Todo el poder proviene de la imaginacin, Reflexiones antediluvianas,

    Mxico, Itaca, 2012, p. 13.

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    blicado en 19565. El ensayo en cuestin es un alegato a favor de la orientacin crticade la filosofa, diferencindola con nitidez de aquellas orientaciones meramente apo-logticas, esto es, del pensamiento al servicio del Partido y en defensa del socialismorealmente existente. Alentado por el nuevo escenario abierto por Jrushchov, Koskemprende tambin aqu una crtica del culto a la personalidad, aseverando que enlos sistemas dominados por tal concepcin de la vida poltica y social, la verdad noes alcanzada luego de un anlisis dialctico de las contradicciones e interconexionesinternas de la realidad, sino simplemente revelada por la autoridad en un sentidotrascendente y unilateral6. El modo como la realidad es concebida por Kosk, a saber,como un todo que se estructura internamente de forma dinmica, anticipa el uso delconcepto de totalidad concreta, que, junto a los de verdad y praxis, ser unapieza clave en la comprensin del desarrollo argumental de Dialctica de lo concreto,de 1963. La respuesta al atrevimiento de recurrir a Hegel para elaborar una agudacrtica a los secuaces intelectuales del rgimen no tardara en llegar. Se materializ conel lanzamiento de duras acusaciones por parte de los medios filosficos oficialistas,

    tomando una forma concisa el 24 de marzo de 1957, cuando el Comit Central delKS publica una resolucin, el Informe sobre la Situacin Actual de la Filosofa,para investigar las tendencias revisionistas congregadas alrededor de Literrn Noviny7.

    Lejos de amedrentarse por los ataques recibidos, un ao ms tarde Kosk pu-blica un volumen titulado La democracia radical checa(1958). Con el fin de estimularla construccin democrtica de su pas, dirige la atencin a algunas ideas emancipa-torias rastreables en la gnesis de la repblica checoslovaca a finales del siglo yprincipios del . Su esfuerzo no alberga, pues, un inters meramente historiogrfico.Veremos cmo en plena Primavera de Praga, Kosk vuelve a ocuparse del contextohistrico checo ante las perspectivas abiertas por el movimiento de liberalizacin po-

    ltica8. Va a ser tambin en 1958 cuando empiecen a traducirse al checo las obras denumerosos autores considerados hasta la fecha como idealistas o burgueses segnla estrechez de miras del socialismo burocrtico (Heidegger, Kierkegaard, Sartre...).Se produce entonces un viraje decidido de los medios intelectuales checos hacia elexistencialismo en busca de nuevas fuentes de inspiracin, con lo que no resultaarriesgado afirmar que el pensamiento filosfico en Checoslovaquia entre el final dela dcada de 1950 y mediados de la dcada de 1960 estaba explotando los recursosde la filosofa existencial9. Muy probablemente ser entonces cuando Kosk entre

    5 K. K. Hegel a nase doba, Literrn noviny, Nov. 17, Praha, 1956. 6 Cf. J. H. S, Czechoslovakia: The Philosophical Background of The Prague

    Spring, Varieties of Marxist Humanism, op. cit., p. 139. 7 V. V. K, The intellectual origins of the Prague Spring. The development of reformist ideas

    in Czechoslovakia, Cambridge, University Press, 1971, p. 44.8 K. K, Nae nynj krize. Praha: Literrn Listy, 1968. (K. Kosk, La nostra crisi

    actual, Barcelona, Edicions 62, 1971). 9 V. V. K, The intellectual origins of the Prague Spring. The development of reformist ideas

    in Czechoslovakia, op. cit.,p.49. Como escribe Svitk, en el perodo 1948-1968, Aparte de la ideologa

    del Comunismo, a ninguna otra filosofa se le permiti hablar; otras filosofas no podan ser publicitadas

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    en contacto por vez primera con el pensamiento de Heidegger. Haca tres dcadasque el pensador alemn haba abandonado la analtica existenciaria del Daseinquedominaba toda su filosofa hasta Ser y tiempo, y Kosk tendr acceso no slo a la obradel primer Heidegger sino prcticamente a la totalidad de ella. Por este motivo, ensu pensamiento son apreciables, aunque no siempre del todo distinguibles entre s,trazos tanto del primer Heidegger como del Heidegger posterior al giro (Kehre)10.

    Recin inaugurada la dcada de los sesenta, Kosk participa en un coloquiointernacional sobre dialctica en Royaumont (Francia), presentando lo que acabaraconvirtindose en el primer captulo de Dialctica de lo concreto, El mundo de lapseudoconcrecin y su destruccin. Pero si hubo un ao verdaderamente decisivoen el transcurso de los deseos democratizadores checos, antes de su culminacin enla primavera de 1968, se fue 1963. Tres sucesos avalan dicha afirmacin. En primerlugar, la Academia de las Ciencias de Checoslovaquia organiza entonces un simposiointernacional sobre la vida y la obra de Franz Kafka. Debe hacerse notar que bajoel prisma del realismo socialista Kafka era juzgado al unsono como un novelista

    decadente11

    . Al contrario de Kosk, profundo conocedor y admirador de la obrade su compatriota as como de su contrapartida en clave humorstica, JaroslavHaek, quien tambin participara en el debate con una ponencia muy celebrada12.No es osado suponer, pues, que con la organizacin de dicho congreso el rgimenpretendiera dar ciertas muestras de apertura, al menos en apariencia, acercndosea la intelectualidad occidental con el objetivo de acallar mnimamente la presinrecibida de los medios intelectuales desde 1956. Otro hecho destacable, acontecidoese mismo ao, fue la revelacin de las verdaderas razones que haban motivado laspurgas en Checoslovaquia a principios de los aos cincuenta. En 1963 se demostrla farsa del caso Slnsk13, sus ejecuciones se enmarcaban en la atmsfera paranoide

    en que viva instalado el Gobierno checo por aquel entonces. Rudolf Slnsk fuejuzgado y ejecutado, junto a otros procesados, en 1952, acusado de alta traicin

    ni ejercer influencia en los estudiantes, slo podan vegetar fuera de las instituciones acadmicas. I.S, Marxist Philosophy in Czechoslovakia: The Lessons from Prague, en R. T. D G and J.S,Marxism and Religion in Eastern Europe, Boston, D. Reidel Publishing Company, 1976, p. 52.

    10 M. Z, Karel Kosiks Heideggerian Marxism, The Philosophical Forum, vol.15,1984, p. 210.

    11Pinsese, por ejemplo, en el polmico ensayo de L, Franz Kafka oder ThomasMann?, en Wider den miverstandenen realismus,Hamburg, Claassen, 1958, pp 49-56.

    12 K. K, Haek a Kafka neboli groteskn svt, Plamen, num. 6, 1963. (K. K, Haekand Kafka, or, the World of the Grotesque, in K. K, The Crisis of Modernity. Essays and Observations

    from the 1968 Era. Lanham: Rowman & Littlefield, 1995, pp.77-87. Vase tambin, P. S, TheDeserts of Bohemia. Czech Fiction and its social context.Ithaca: Cornell University Press, 2000, p. 25.

    13 Arthur London, unos de los pocos supervivientes del proceso, escribi la clebre novelaLa confesin, donde aborda ese proceso. Aos ms tarde, el cineasta Costa Gavras rodara una versincinematogrfica de la misma. Heda Margolius Kovly, viuda de uno de los procesados, tambin hacemencin a este proceso pseudojudicial en sus memorias, Bajo una estrella cruel(Barcelona, Libros del

    Asteroide, 2013, sobre todo pp. 201-221). Un resumen del caso Slnsk en F. B, El da en que

    dinamitaron a Stalin, El Pas, 22 de agosto de 1978.

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    y de llevar a cabo acciones conspirativas contra el Estado. En realidad Slnsk noconspir jams contra el Estado; ahora bien, todo aqul que pudiera ser vinculadocon el mariscal Tito o, incluso, antiguos brigadistas internacionales que habancolaborado con el bando republicano durante la guerra civil espaola eran de factosospechosos. El veredicto que vena a confirmar su culpabilidad sola referirse a larealizacin de actividades trostskistas-titostas-sionistas al servicio del imperialismoamericano. A los ojos de una poblacin cada vez ms concienciada, estas purgasapareceran ahora como algo abominable y casi inimaginable. Como mecanismo dedefensa ante el ulterior juicio de la historia, las nuevas purgas se cuidaban ahora detomar formas ms sutiles. El tercer suceso que contribuye a resaltar 1963 como unao especialmente significativo en el calendario checo es la aparicin de Dialcticade lo concreto, de Kosk, pues con ella van a sentarse de modo consistente las basesfilosficas de la poltica reformista hacia el socialismo democrtico14.

    Sin embargo, en este punto resulta algo precipitado, adems de impreciso,hacer corresponder de forma directa, como sugieren algunos autores, la filosofa de

    Kosk con la poltica de Alexander Dubek15

    , y no slo por el salto temporal quemedia entre la aparicin de los primeros escritos de Kosk en 1956 y el acceso deDubek a la secretara general del Partido Comunista de Checoslovaquia en 1968.Recordemos que tras la dimisin forzada de Novotn, Dubek encabeza el perodo dereformas durante la Primavera de Praga a fin de implantar un socialismo de rostrohumano; proyecto abortado con la imposicin de Gustav Husk como presidentedel Gobierno en abril de 1969, que ya no sera derrocado hasta la Revolucin deTerciopelo de 1989. Reemprendiendo el contacto con los dems socios de la URSS,y restableciendo de igual modo el implacable control del Partido sobre la sociedad,la etapa normalizadorade Husk se encarg de anular las reformas iniciadas por

    Dubek. Ahora bien, a este efecto no debe olvidarse que con anterioridad a su en-trada en escena como lder de la reforma, Dubek apoy las medidas represivas delGobierno de Novotn contra Literrn Novinyen 1967, cuando ste transfiri elcontrol de esta y otras editoriales al Ministerio de Cultura. En todo caso, sera msapropiado vincular la filosofa de Kosk, aunque sin hacerlo de una forma directa,con la postura del disidente poltico Ludvig Vaculk, perteneciente a su crculo deamistades y cuyas aspiraciones reformistas pretendan ir ms all de las de Dubek.

    As lo manifest en el clebre panfleto Las dos mil palabras16, publicado el 27 dejunio de 1968, una vez el Gobierno de Dubek hubo suprimido la censura en laprensa. Por ltimo, no hay que obviar tampoco que Dubek fue uno de los lderes

    14 V. V. K, The intellectual origins of the Prague Spring. The development of reformist ideasin Czechoslovakia, op. cit.,p. 49.

    15 A. T, From the Dialectics of the Concrete to Charter 77, Telos, March 20, 1996,p. 188.

    16 Este manifiesto de Vaculk sera uno de los detonantes para que L. Brezhnev,secretario general del Comit Central del PCUS, calificara la Primavera de Praga de movimientocontrarrevolucionario, justificando con ello la invasin de Checoslovaquia por parte de las tropas del

    Pacto de Varsovia con la intencin de frenar las reformas mediante el uso de la fuerza.

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    polticos checoslovacos firmantes, a finales de agosto de 1968 bajo intimidacionesde todo tipo, del Protocolo de Mosc. En este documento de rendicin viene a

    justificarse la intervencin militar sovitica para aplastar la Primavera de Praga. Elnico dirigente poltico que se neg a firmarlo fue Frantiek Kriegel, al que Kosk serefiere en la tarda fecha de 1993 calificando su accin de gesto heroico17.

    HACIA UN MARXISMO ANTROPOCSMICO

    Qu mritos tericos alberga Dialctica de lo concretoal margen o precisa-mente debido a esa copertenencia tan manifiesta del autor con el progreso democr-tico de su pas? En su ensayo La filosofa militante de Karel Kosk, Nstor Kohancompara la interpretacin de los textos marxianos llevada a cabo en Dialctica de loconcretocon otros intentos anlogos. Se refiere, en particular, a las obras de JindichZelen (La estructura lgica de El capital de Marx), Roman Rosdolsky (Gnesis y

    estructura de El Capital) y Edwald Vaslievich Ilienkov (Dialctica de lo abstracto ylo concreto en El Capital de Marx)18. Sin duda alguna, Dialctica de lo concretofueel estudio filosfico de mayor envergadura aparecido en Checoslovaquia duranteesa dcada y, junto a la acertada comparativa con los trabajos de Zelen, Ilienkovy Rosdolsky, debera juzgarse por mritos propios como un aporte cardinal en eldesarrollo del marxismo occidental.

    Despierta inmediatamente un gran inters en Italia, donde su repercusinllega a travs de la figura de Enzo Paci y de toda la izquierda husserliana reunida entorno la revistaAut-Aut. No es en modo alguno casual que la primera traduccin de laobra tuviera lugar all en 1965. Otro importante foco de atencin estuvo emplazado

    en los EE. UU.; el marxismo fenomenolgico de Kosk fue ampliamente atendidoen una de las publicaciones ms sobresalientes de la New Leftnorteamericana, Telos.Influira, asimismo, en la obra de numerosos autores latinoamericanos, entre los quese cuentan Paulo Freire o Aldofo Snchez Vzquez. Sin embargo, Dialctica de loconcretoha sido objeto de escasa consideracin en varias obras de referencia sobre elmarxismo occidental. Leszek Kolakowski no le dedica ms que un corto prrafo enLas principales corrientes del marxismo19y Perry Anderson ni siquiera hace mencin

    17K. K, Es omnipotente el mercado?, Reflexiones antediluvianas. op. cit., p. 13 ytambin en El despertar, op. cit., p. 20.

    18 N. K, La filosofa militante de Karel Kosk, Utopa y praxis latinoamericana, ao 9,nm. 27, 2004, p. 92. Aunque Kohan vincula el pensamiento de Ilienkov a una concepcin engelsianaortodoxa, que si bien se atreve a poner en entredicho ciertos elementos de la doctrina oficial del Diamaten el fondo no se trata sino de una reformulacin de postulados de tipo naturalista, descuida mencionarel papel ejercido por Zelen sin que esto deba invalidar necesariamente su posterior evolucinterica en la caza de brujas de 1956-57 en Checoslovaquia o sus crticas de 1959 al revisionismode Kosk y al procedente de Yugoslavia en las pginas de Nova Mysl.Vase al respecto V. V. K, Theintellectual origins of the Prague Spring. The development of reformist ideas in Czechoslovakia, op. cit.,p. 46.

    19 L. K,Main currents of Marxism 3. The Breakdown, Oxford, University Press,

    1978, p. 469.

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    a ella en su clsico estudio Consideraciones sobre el marxismo occidental.Ya por lti-mo, y teniendo en cuenta el rango otorgado por Kosk a la categora de totalidadconcreta, donde adems de rebatir los argumentos de Karl Popper en Miseria delhistoricismose esmera en distinguirla de aquellas versiones positivistas (el todo esla suma de las partes) o romnticas a lo Schelling (el todo est por encima de laspartes)20, es difcilmente comprensible que Martin Jay, en su colosal estudio sobreesta problemtica, apenas aluda a Kosk, y cuando lo haga sea slo como de aadido,sin emprender siquiera un somero anlisis del rol y originalidad que adquiere dichoconcepto en el pensamiento del autor checo21.

    La caracterizacin ms acertada del cometido filosfico de Dialctica de loconcretofue aportada por Mildred Bakan en su resea de la obra: Karel Kosk criticael marxismo reduccionista desde la perspectiva de la fenomenologa existencial y lafenomenologa desde la perspectiva del marxismo hegeliano22. En efecto, Kosk seocupa de la vida vivida, tal como sta acontece en el desenvolverse de la existenciainmersa en la cotidianidad prereflexiva del mundo de la vida (Lebenswelt), sin li-

    mitarse a ofrecer por ello una descripcin hermenutica de la facticidad como la delprimer Heidegger en sus lecciones magistrales (Vorlesungen), y sin que eso impliquetampoco ninguna concesin al idealismo subjetivo. Como ya hiciera el joven Marcu-se, Kosk pretende ofrecer una propuesta alternativa al marxismo cientificista con elrecurso, por una parte, a la lectura filosfica de Marx y, por otra, a la fenomenologa.Sin embargo, all donde Husserl coloca la subjetividad trascendental y Heidegger laexistencia, Kosk coloca la praxis.

    Debido a que la ontologa fundamental heideggeriana y su concepto deri-vado de existencia (Dasein) son inapropiados para elucidar adecuadamente algunasestructuras elementales de la vida humana, como es el caso de la temporalidad, Kosk

    acude al concepto de trabajo en Hegel para proporcionar una interpretacin mate-rialista de la conformacin tridimensional del tiempo humano. La crtica de Koska la Sorgeheideggeriana se encuentra plasmada en dos de los captulos centrales deDialctica de lo concreto, La preocupacin o cura y La cotidianidad y la historia23.

    Jan Patoka no anda desencaminado cuando subraya que en la concepcinde Kosk la filosofa debe tener lo humano como fenmeno y, por esta razn, aun-que no pretenda ser una antropologa, demanda un fundamento fenomenolgico oantropolgico24. Ahora bien, a diferencia de Marcuse, o de los discpulos de Lukcsen la Escuela de Budapest (A. Hller y G. Mrkus), Kosk mostr siempre un posi-cionamiento crtico ante cualquier pretensin de elaborar una antropologa filosfica,

    20K. K, Dialctica de lo concreto, Mxico, Grijalbo, 1967, pp. 53-77.21 M. J,Marxism and Totality. The adventures of a concept from Lukcs to Habermas,Berkeley

    and Los Angeles, University of California Press, 1984, pp. 5, 333.22 M. B, Karel Kosik. Dialectics of the Concrete: A Study on Problems of Man and

    World,Telos,nm. 35, Spring 1978, p. 244.23K. K, Dialctica de lo concreto. pp. 83-105.24

    J. P, Los intelectuales ante la nueva sociedad, Akal editor, 1976, p. 137.

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    incluso marxista25. Y pese al innegable inters mostrado por el joven Marx, no dejade resultar algo inexacto ubicar su obra, como creen errneamente algunos autores,dentro de la etiqueta de filosofa del hombre o bien del humanismo marxistatpico26. A este respecto, merece la pena reproducir pese a su extensin algunasanotaciones de Kosk en el ensayo El hombre y la filosofa (1962), donde sometea consideracin la funcin ejercida por tales concepciones en el seno del marxismo:

    La filosofa del hombre naci con la comprobacin de que el marxismo habadescuidado precisamente estos problemas (la pregunta sobre qu es y quin es elhombre) que, en el intervalo crtico, haban sido reivindicados por el existencialismo.En este sentido, la filosofa del hombre est histricamente condicionada, y pareceser una protesta contra la deshumanizacin. [...] Pero, por el contrario, esta filosofano concibe en modo alguno al hombre como punto de partida, sino que lo enfocams exactamente como un agregado. Ahora, como la crtica marxista-existencialistade la alienacin es endeble en su misma base, la filosofa del hombre resulta afectadapor esta misma debilidad, a pesar de que fue concebida como una respuesta a aquellas

    filosofas precedentes. [...] La filosofa del hombre no parte verdaderamente delproblema filosfico de la naturaleza del hombre sino que se limita a incorporar alhombre a la grieta acrtica que percibe en la realidad. [...] las cuestiones filosficasms fundamentales estn excluidas de su rea de inters, y estudia al hombre aisln-dolo de problemas filosficos bsicos. As el hombre se escinde simultneamente eninterioridad y exterioridad, en subjetividad y objetividad, de lo cual resulta que lafilosofa del hombre termina por preocuparse slo por fragmentos o abstraccionesdel hombre real, tales como su interioridad, su subjetividad, su individualidad, etc.27.

    Este hecho no es achacable solamente a la continuidad, tan preservada porKosk, entre el joven Marx y el Marx maduro, a saber, a su no decantarse en exclusivani por el primero, como ocurre con frecuencia en el existencialismo marxista o en elhumanismo marxista a lo Erich Fromm, ni por el segundo, tal como sucede en lasconcepciones cientificistas, estructuralistas o economicistas de Marx, sino tambina las fuertes resonancias en su pensamiento de ciertos planteamientos del Heideggertardo. Dicho alejamiento respecto del humanismo antropomrfico fue percibido

    25 As lo hace notar especialmente en el ltimo captulo de la obra, El hombre, en K. K,Dialctica de lo concreto, pp. 261-169.

    26En este sentido, J. Satterwhite utiliza en varias ocasiones la adjetivacin filosofa delhombre para referirse al trabajo de Kosk, al que tambin engloba junto a las dems propuestas delhumanismo marxista revisionista en Europa del Este. Vase Czechoslovakia: The PhilosophicalBackground of The Prague Spring, Varieties of Marxist Humanism, pp. 134 y 137. Basta recurrir auna escueta cita de Dialctica de lo concretopara poner en entredicho esta asociacin: La necesidad dela filosofa del hombre como complemento de la filosofa pone de manifiesto la falta de claridad, o laproblematicidad, de los principios fundamentales de la filosofa que exige un aadido antropolgico,en K. K, Dialctica de lo concreto, p. 265.

    27 K. K, El hombre y la filosofa, en E. F (ed.), Humanismo socialista, Barcelona,

    Paids, 1980, pp. 183-192.

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    por A. Snchez Vzquez en el prlogo a la traduccin espaola de la obra, cuandoremarca que el Marx maduro sale reforzado en Dialctica de lo concreto

    frente a toda concepcin subjetivista, antropolgica o a todo complemento existen-cialista de l (del marxismo). Pero tambin sale fortalecido frente a toda concepcinnaturalista o cientifista que, al oponerse con razn a una concepcin un tanto ideo-

    lgica, no cientfica [...] recae en un nuevo cientifismo u objetivismo, ms sutil, msrefinado, mejor armado conceptualmente, pero cientifismo y objetivismo al fin28.

    De ah el oportuno recurso a la leyenda homrica para acabar sealandoque la posicin de Kosk se mueve entre Scila y Caribdis de las interpretacionessubjetivistas y objetivistas del marxismo29.

    Aqu, sin embargo, la justificacin de la interpretacin llevada a cabo porel filsofo checo no debera limitarse a la mera alusin a esa especfica lectura conti-nuista de Marx que, por lo dems, Kosk comparta junto a otros autores marxistasheterodoxos del momento. En el repudio de Kosk al antropocentrismo no puede

    ignorarse, mal que le pese a algunos, el incontestable peso del heideggerianismo. Escierto que Husserl no vea en Ser y tiempoms que una recada en el antropologismo30,y Heidegger trat de sortear este peligro a lo largo de su obra. No obstante, no serhasta el perodo posterior a Ser y tiempocuando Heidegger emprenda, ya de unaforma resuelta, el desarrollo de un filosofar ms afn en sus postulados fundamen-tales con la crtica al antropologismo y al humanismo. El juicio de Husserl estabaentonces en consonancia con las primeras lecturas de Ser y tiempoen algunos crculosfilosficos de la poca, los cuales creyeron vislumbrar un claro afn antropolgicoen esta obra; as fue al menos el caso de su recepcin en Sartre. Como se sabe, La

    carta sobre el humanismo(1947) de Heidegger fue redactada como una refutacin al

    El existencialismo es un humanismo(1946) de Sartre. Por supuesto, eso no significaque en Ser y tiempono puedan distinguirse ya fragmentos donde la ontologa funda-mental ah desarrollada se presenta como inequvocamente distante respecto a todaantropologa existencial y filosfica31. Heidegger, adems, rehye explcitamente elempleo de nociones como hombre o sujeto32.

    Con el significativo ttulo de El hombre, el captulo con el que conclu-ye Dialctica de lo concretoguarda una afinidad remarcable con estas premisas deHeidegger, pues Kosk esboza en l un cuestionamiento de las motivaciones queimpulsan la construccin y el desarrollo de antropologas de tipo filosfico. Esto

    induce a pensar que, en sus lineamientos principales, comparte las aseveracionesde Heidegger en Ser y tiempoa las que nos acabamos de referir, aunque parece que

    28 A. S V, Prlogo, en K. K, Dialctica de lo concreto, p. 18.29 Ibdem, p. 18.30 Vase M. F, Historia de la hermenutica, Madrid, Akal, pp. 224-225.31 M. H, Ser y tiempo, Madrid, Trotta, 2009, pp. 38, 68, 151, 316 (Sein und Zeit.

    Tbingen: Max Niemeyer, 1972, pp. 17, 47, 131, 301).32

    Ibdem, p. 67 (Sein und Zeit, p. 46).

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    el mayor estmulo proviene de Kant y el problema de la metafsica(1929), obra deHeidegger a la que Kosk alude en una nota a pie de pgina33, sorprendentemente lanica referencia directa a una obra de Heidegger a lo largo de toda Dialctica de loconcreto. Por otra parte, cuando Kosk en otros lugares se refiere al hombre como unser antropocsmico34, resulta evidente la analoga con la concepcin heideggerianadel dejar-ser (Seinlassen), tal como Heidegger se encarg de exponerla en ensayoscomo De la esencia de la verdad (1930) o en Caminos del bosque(1950). Algunosfilsofos de tradicin marxista juzgan la concepcin antropocsmica como uno delos ms discutibles, pero tambin ms fecundos, del pensamiento de Kosk35. Sinembargo, una vez ms, como suceda en la justificacin del punto medio en la balanzasubjetivismo-objetivismo, no se divisa en tal concepcin el influjo determinante deHeidegger, y todo el peso de la argumentacin recae en esclarecer el posicionamientode Kosk ante la viabilidad de una hipottica dialctica de la naturaleza.

    Ciertamente, en contraste con Lukcs o Sartre, el autor checo no parece ex-cluir por principio esta posibilidad, aunque ello no sea razn suficiente para suponer,

    como hace Patoka, que la dialctica del surgimiento del hombre que plantea Koskno es menos objetiva y metafsica que la dialctica de la naturaleza de Engels36. Aldiscutir la ontologa praxiolgica y la asuncin de la categora hegeliana de trabajoen Dialctica de lo concreto, Patoka considera que Kosk

    slo puede reivindicar para la praxis humana una funcin ontolgica presuponiendouna lgica dialctica objetiva que por s misma ya tiene una funcin ontolgica. Nopuede, por tanto, corresponder en realidad la funcin ontogentica, la formacindel ser, al trabajo como simple factor de sta37.

    Por este motivo, una vez sealada la limitacin de los conceptos ontolgicosde trabajo y de praxis en la obra de Kosk, por encontrarse circunscritos al marco deuna dialctica metafsica-objetiva, Patoka, fiel aqu a Husserl, postula la convenien-cia de una fenomenologa de la vida como fundamento de la antropologa y de laontologa. Todo aqul que haya enfrentado seriamente las cuestiones fundamentalesen las que se sustenta el andamiaje filosfico de Dialctica de lo concretono puededejar de advertir cierto reduccionismo y precipitacin en los juicios de Patoka.

    Algunos de sus argumentos fueron rebatidos por Paul Piccone en el ensayo CzechMarxism: Karel Kosk. A grandes rasgos, Piccone seala que la objetivacin humanacolectiva es aquello que posibilita la dialctica en Kosk, y sta, por tanto, recibe

    una fundacin temporal y subjetiva. No son las leyes objetivas las que gobiernan elproceso ontogentico, sino una negatividad experimentada en primera persona. La

    33K. K, Dialctica de lo concreto, p. 263.34 Ibdem, pp. 244-246.35 Cf. F. F-S, Karel Kosk y la filosofa dialctica de la praxis, en F.

    F S, Historia y filosofa. Barcelona: Pennsula, 1966, p. 110.36 J. P, Los intelectuales ante la nueva sociedad, p. 140.37

    Ibdem, p. 141.

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    dialctica contribuye al proceso de produccin/reproduccin espiritual e intelectualde una realidad activa y dinmica, en proceso de totalizacin dentro de un horizonteteleolgico, lo cual no permite una degradacin de la dialctica al nivel de meromtodo para alcanzar un saber positivo sobre la realidad, esto es, para determinarlas leyes objetivo-cientficas inscritas a una forma dada de existencia38.

    En Dialctica de la moral y moral de la dialctica (1964), Kosk expone,de modo ms esquemtico que en Dialctica de lo concreto, los tres aspectos funda-mentales del proceso dialctico;

    [...] en primer lugar, una destruccin de lo pseudoconcreto en la que se disuelventodas las formaciones fijadas y divinizadas del mundo material y espiritual, revela-das como creaciones histricas y formas de la prctica humana. En segundo lugar,la dialctica es una revelacin de las contradicciones de las cosas mismas, es decir,una actividad que las muestra y las describe en lugar de ocultarlas. En tercer lugar,la dialctica es la expresin del movimiento de la prctica humana, que puede ca-racterizarse en la terminologa de la filosofa clsica alemana como la vivificacin y

    rejuvenecimiento (Verjngen), formando estos conceptos la anttesis de la atomiza-cin y de la mortificacin, o, en la terminologa moderna, como la totalizacin39.

    La praxis humana acta en Kosk como categora central de la realidad yde la teora del conocimiento y la dialctica es, ante todo, un proceso totalizador ydestructivo, un mtodo de negacin revolucionaria de lo existente.

    Si podemos hablar de una dialctica de la naturaleza en Kosk lo hacemosen tanto que dialctica de la naturaleza no naturalista, sin correspondencia algunacon el engelsianismo. Ciertamente, acostumbrados a la hegemona intelectual deHistoria y conciencia de claseen el seno del marxismo occidental, a sus crticas ad hoc

    a la dialctica de la naturaleza en su vinculacin directa con Engels, a muchos leschocar tal conjetura. Es viable una dialctica de la naturaleza que no acte comouna doctrina ontolgica acrtica de las leyes universales de la naturaleza, indepen-diente de la praxis humana? Para Lukcs, en efecto, la dialctica marxista slo puedeser un mtodo de anlisis de la sociedad, pues las ciencias de la naturaleza operannecesariamente con modelos ahistricos de abstraccin y cuantificacin. Y, a juiciode Sartre, en la naturaleza no existen totalidades ni procesos de totalizacin, por ellola dialctica de la naturaleza ser siempre una extrapolacin antropomrfica de unmodelo que es vlido solamente dentro de la historia humana. Lukcs y Sartre tienen

    razn cuando acentan el carcter humano y activo de la dialctica, cuyo mbito esla interaccin sujeto-objeto y la unidad de teora y praxis, pero predomina en ambosuna posicin epistemolgica que disocia naturaleza e historia. En lugar de una

    38 P. P, Czech Marxism: Karel Kosik, in Critique: Journal of Socialist Theory, vol.8, 1977, pp. 50-51.

    39 K. K, Dialctica de la moral y moral de la dialctica, en K, Leontiev, L etl., El hombre nuevo, Barcelona, Martnez Roca, 1969, pp. 100-101. Kosk present por primera vez

    este importante trabajo en el Instituto Gramsci de Roma en 1964.

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    dialctica como mtodo filosfico general se opta por la dialctica como mtodoespecfico de investigacin y explicacin histricas. Pero la totalidad de la cual formaparte la dialctica es tambin naturaleza. Las crticas de Lukcs y Sartre son acertadassi lo que predomina es la pretensin de aplicar la dialctica a una naturaleza en s,como pura exterioridad, pero no a la naturaleza para nosotros en nuestro interactuarcon el medio natural como sujetos histricos40.

    El proceso de humanizacin de la naturaleza y de naturalizacin delhombre, al que se refiere Marx en sus Manuscritos de economa y filosofa, es lapiedra de toque para el impulso de una dialctica de la naturaleza no naturalista. Seobjetar que, al abrigo de la frmula del joven Marx, esta pretensin es el smmumdel antropocentrismo y, en consecuencia, lo ms alejado al supuesto heideggerianis-mo antiantropocntrico de Kosk. Sin embargo, humanizacin de la naturalezano equivale aqu a dominacin y explotacin de la naturaleza para fines humanos,y naturalizacin del hombre tampoco es igual a la aplicacin en l de mtodosnaturalistas procedentes de las ciencias positivas. Ms bien al contrario, al situar

    la naturaleza dentro de una totalidad dialctica junto a la historia, se toma mayorconciencia de ella, en lugar de dejarla a merced del sistema industrial moderno comomaterial explotable para el ser humano, o como simple materia para el saber objetivode unas ciencias de la naturaleza que, a su vez, sirven frecuentemente de modelo alas ciencias humanas para llevar a cabo anlisis cosificadores, al modo de una fsicasocial, del hombre y la sociedad. En la disociacin de naturaleza e historia reside,pues, uno de los motivos centrales de la crisis de las ciencias que tanto preocupal ltimo Husserl y, paradjicamente, al joven Lukcs.

    No es este el nico elemento terico susceptible de abrir una brecha signi-ficativa entre los anlisis de Kosk y los del joven Lukcs en Historia y conciencia de

    clase. A diferencia del filsofo hngaro, Kosk se encarga de dirimir, de una formamanifiesta, la objetivacin de la alienacin; la alienacin es una forma social quela objetivacin puede adoptar histricamente pero es necesario distinguirla de laobjetivacin como producto posible y necesario de la praxis humana41. Por otraparte, como seala Piccone, la principal influencia en el pensamiento de Kosk noproviene de Lukcs sino de Gramsci. Pese a moverse en la misma tradicin filos-fica que Lukcs, los anlisis de Kosk se encuentran ms cercanos a Gramsci por lasimple razn de que ste ltimo teoriz sobre el fracaso y el letargo de la revolucinmientras Lukcs lo hizo sobre su advenimiento. La obra de Gramsci alberga por ello

    40 Vase a este respecto M. M, Cuestiones actuales de la dialctica marxista,Dialctica de la praxis, Buenos Aires, Amorrortu, 1968, pp. 36-45. El mximo representante de laEscuela de la Praxis yugoslava comparte junto a otros autores de filiacin marxista heterodoxa, comoel propio Kosk o Enzo Paci, la idea de una dialctica de la naturaleza no inspirada en Engels ni en elmarxismo vulgar.

    41 En esta direccin se encaminan tambin las crticas de Honneth a Lukcs. Cf. A. H,

    Reificacin, Madrid, Katz, 2007, pp. 88 y 138.

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    una mayor afinidad con el contexto en que se encontraba sumida Europa del Estedurante las dcadas en que Kosk desempe su labor intelectual42.

    Otro factor remarcable, que contribuira a la condena de Dialctica de loconcretoen los crculos ortodoxos, fue el desplazamiento de la problemtica de laalienacin desde un proceso ubicado estrictamente en la esfera de la produccineconmica a un proceso ubicado en la esfera de la produccin y reproduccin dela totalidad social. Con ello el proletariado perda su estatus privilegiado comosujeto portador de potencial histrico43. Tanto los filsofos dogmticos soviticoscomo la mayora de autores fundacionales en los orgenes del marxismo occidentalestaban de acuerdo en atribuir este rango preferente a la clase obrera. De Lukcs aKorsch, pasando por el joven Marcuse, el papel otorgado al proletariado, en virtudde su posicin en el proceso productivo, era el de un sujeto destinado a superarhistricamente el estado de cosas existente. Sin embargo, mientras la ortodoxiamarxista relegaba la clase obrera a mero ejecutor de las leyes objetivas de la historia,el marxismo occidental acentuaba y sacaba del olvido el factor subjetivo, es decir, la

    praxis, en el devenir de este proceso. Lukcs fue uno de los pocos autores que inclusoen su juventud heterodoxa compartan con la ortodoxia el rol asignado al Partidocomo rgano encargado de llevar la conciencia a los trabajadores, para propiciar enellos un trnsito de la conciencia en-s a la conciencia para-s o autoconciencia.

    Con las nuevas formas de estabilizacin social surgidas en las nacientessociedades de consumo, el grueso de autores encuadrados en el marxismo crticofueron abandonando paulatinamente esa confianza prematura depositada en el pro-letariado. Cuando Kosk publica Dialctica de lo concreto, ste era un axioma suscritode manera casi unnime en las distintas versiones que conformaban la tradicinmarxista occidental. No obstante, en un ambiente filosfico todava subyugado

    al control dogmtico del Partido, semejantes tesis occidentalistas eran juzgadascon frecuencia como revisionistas y contrarrevolucionarias. Lo que a fin de cuentasincomodaba sobremanera a los gobiernos comunistas y a sus validadores filosficosera el hecho de que algunos autores dejaran entrever, o bien se atrevieran a asegurarresueltamente, que la alienacin puede persistir, y de hecho persiste, cuando los me-dios de produccin han sido socializados, esto es, cuando se ha abolido la antinomiaentre clase obrera y capital. En los pases del bloque sovitico, el nfasis filosfico enel proceso de alienacin y desalienacin humana se converta as en un armaterica de efectos desestabilizadores para el poder.

    42 P. P, Czech Marxism: Karel Kosk, p. 47.43

    Ibdem, p. 49.

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    UNA FILOSOFA DE LA HISTORIAEN DEUDA CON MARX Y HEIDEGGER

    La contraofensiva del rgimen checoslovaco en su intento de hacer frentea las crecientes tendencias revisionistas de su pas, con Dialctica de lo concretoenprimer plano, cristaliz en el documento Principales Tareas de Nuestra Filosofaen el Tiempo Presente, surgido a raz de una conferencia estatal de filsofos checoscelebrada en 1965. De igual forma que la resolucin del Comit Central del KS en1957 (vase p. 5), este nuevo informe volva a poner de manifiesto la buena sintonaexistente entre el aparato de poder y la comunidad de filsofos-idelogos. El blancode las crticas oficialistas prosegua encontrndose en el mismo lugar que antao:el Instituto de Filosofa de Academia de las Ciencias Checoslovaca, proclive a darcobijo al revisionismo44, Dialctica de lo concreto, el liberalismo, etc.45.

    En lugar de apaciguar la actividad del movimiento opositor, tales invectivascontribuyeron a acelerar an ms si cabe los acontecimientos polticos, que habran

    de culminar tres aos ms tarde en la Primavera de Praga. La urgencia de diagnsticoscrticos para dar con una expresin terica coherente del nuevo escenario abierto enel pas fue atendida inmediatamente por Kosk. Entre 1968 y 1969 ven la luz dostrabajos del filsofo checo en los que la teora poltica, en conexin con el anlisis dela candente situacin en Checoslovaquia, gana terreno frente a las cuestiones estric-tamente filosficas. Nos referimos a Nuestra crisis actualy a El individuo y la historia.En la primera de la obras, Kosk se ocupa de la crisis del sistema poltico y la perso-nalidad poltica, de las clases y de la sociedad, del pueblo, del poder y del socialismoy, como colofn, aade un apndice sobre la crisis del hombre contemporneo. Lasolucin que propone para solventar la crisis checa, una vez se ha logrado desentra-

    ar la ideologa y la falsa conciencia imperantes apostando decididamente por unsocialismo de rostro humano, es una alianza entre la clase obrera, el campesinado,los jvenes y los intelectuales46. Para llevar a cabo el anlisis de la crisis de la poltica

    44 Ya Svitk apuntaba que los centros filosficos del pas eran el Instituto de Filosofa de laAcademia de las Ciencias (1), el Colegio Universitario del Partido (2) y la Facultad de Filosofa de laUniversidad Carolina (3). Mientras la escuela del Partido albergaba las tendencias que desembocaranen los intentos de Dubek de liberalizar el partido y la Facultad de Filosofa se ocupaba de disciplinasmarginales, como la lgica o la historia de la filosofa checa, el Instituto Filosfico era el semillero delrevisionismo. Subsistan tres tendencias en su seno. La primera era la de aquellos autores checoslovacosinfluenciados por Hegel y los clsicos del marxismo occidental, la segunda estaba formada por aquelloscentrados en las cuestiones estticas, en el posmarxismo, el existencialismo, la fenomenologa o lafilosofa del hombre no estalinista y, finalmente, la tercera por una orientacin cientfico-positivistaparecida a la Universidad Carolina. I. S, Marxist Philosophy in Czechoslovakia: The Lessonsfrom Prague, pp. 53-54.

    45 Vase V. V. K, The intellectual origins of the Prague Spring. The development of reformistideas in Czechoslovakia, p. 51.

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    K. K, La nostra crisi actual, Barcelona, Edicions 62, 1971, p. 27.

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    y del poder, Kosk recurre a la clebre polmica entre Gramsci y Maquiavelo47, de-cantndose, obviamente, por el primero. A su juicio, aquello que determina en sumogrado la crisis checa es la irrupcin de una nutrida clase de polticos-pragmticos quetienden a reemplazar a los polticos-pensadores (p. ej. Masaryk, Gramsci o Lenin).El pragmatismo en poltica se traduce en una concepcin de sta ltima como meratcnica manipulatoria al estilo de Maquiavelo48.

    Esta preponderancia de las cuestiones polticas frente a temticas propiamentefilosficas no debe eclipsar, sin embargo, otros smiles, muy notables en esta obra, conel pensamiento de Heidegger. Pues del esclarecimiento de la crisis checa, as comode sus causas, Kosk deja traslucir tambin una crtica, de alcance ms general, a laciencia y a la tcnica modernas y, vinculado a ellas, a la realidad como sistema demanipulabilidad general49. En este sentido escribe:

    Una base comn de la ciencia y de la tcnica modernas consiste en una cierta dis-posicin de la realidad en la que el mundo se transforma prctica y tericamente enobjeto. Esta realidad as dispuesta puede devenir materia de examen exacto y domi-nio. La ciencia y la tcnica representan precisamente una manera similar de accesoa la realidad, donde el sujeto se asegura que la realidad presentada es examinable ydisponible por principio. Base de la ciencia y de la tcnica modernas es el intelectotcnico que transforma la realidad en objeto cierto, analizable y manipulable50.

    Ni que decir tiene que tal diagnstico sobre la poca moderna concuerda,punto por punto, con el de Heidegger. El pensador alemn considera que la mani-pulacin total del ente es un rasgo caracterstico del mundo actual en que imperaun abandono u olvido del ser. La palabra alemanaMachenschaftes empleada porHeidegger enAportes a la filosofapara designar esta manipulacin o maquinacindel ente que, en cuanto impotencia del pensar, acaece en la era de la tcnica pla-netaria51. Huelga decir que la idea del mundo como un gigantesco taller, destinadoa satisfacer la avidez desmesurada del hombre moderno, y que en ltima instanciatermina transformando la humanidad entera en un sistema funcional, reaparece enlos ensayos de Kosk de la dcada de los noventa52.

    Comparemos ahora dos citas que evidencian otras coincidencias de gran enver-gadura entre ambos pensadores, en esta ocasin respecto a la elucidacin de la esenciade la tcnica. Refirindose a la nueva era de dominio cientfico-tcnico, dice Kosk:

    47 Ibdem, pp. 38-43. En cuanto a G vanse sus Notas sobre Maquiavelo, sobre lapoltica y sobre el Estado moderno. Buenos Aires, Nueva Visin, 1972.

    48 Que la cosmologa poltica maquiaveliana es de signo opuesto a la teora poltica de Koskes una evidencia que tambin sale a relucir en su ensayo Three Observations on Machiavelli (1969),en K. K, The Crisis of Modernity. Essays and Observations from the 1968 Era, pp. 105-107.

    49K. K, La nostra crisi actual, p. 55.50 Ibdem, pp. 47-48.51 Cf. M. H,Aportes a la filosofa.Acerca del evento, Buenos Aires, Biblos, 2006, p. 54.52

    Vase K. K, La instancia dominante, en Reflexiones antediluvianas,pp. 200 y 209.

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    En este contexto, se puede valorar tanto la fe acrtica en la omnipotencia de latcnica y del progreso tcnico como el menosprecio romntico respecto a la tcnicay el miedo a que pueda llegar a esclavizar al hombre. En ambas posiciones no secapta la esencia de la tcnica. Esta, en efecto, no es representada por las mquinasy los automatismos, sino por el intelecto tcnico, que organiza la realidad como unsistema de cosas disponibles, perfeccionables y objetivables53.

    Del mismo modo, al ser interpelado sobre las consecuencias implcitas en nopensar la esencia de la tcnica, Heidegger advierte que entonces seremos encadenadosy privados de la libertad, ya sea que la afirmemos con pasin o que la neguemos.Puesto que la tcnica no es algo neutral. Es justamente cuando creemos que es algoneutral cuando quedamos atrapados en lo peor de ella54.

    Las analogas no concluyen aqu. Retomando algunos razonamientos que yaexpusiera en el captulo La cotidianidad y la historia de Dialctica de lo concreto, enEl individuo y la historiaKosk somete a consideracin dos concepciones, a su entenderharto problemticas, en la conexin entre individuo e historia. La primera sostiene

    que los grandes individuos crean la historia, la otra, que la historia toma forma apartir de fuerzas supraindividuales (el Espritu universal de Hegel, las masas delos populistas, las fuerzas productivas del marxismo vulgar)55. Ninguna de ellas escapaz de dar cuenta, en una forma satisfactoria, de la trabazn de lo universal con loparticular, y ambas terminan desplegando la relacin entre el individuo y la historia deun modo claramente antinmico. La racionalidad en la historia, as como su creadorefectivo, no se hallan fuera de ella, como ocurre en la Providencia de Schelling oen el Espritu de Hegel, sino que la racionalidad de la historia no existe ms quecomo racionalidad en la historia y se realiza en su lucha contra lo irracional56. Lo

    relevante para la cuestin que nos ocupa, a saber, la explicitacin de aquellos puntosen comn con la obra de Heidegger, es la certeza segn la cual de tales concepcionesfilosfico-histricas puede derivarse un acercamiento al fenmeno histrico, donde elpasado ejerce una primaca sobre el presente y el futuro57. Precisamente, la compren-sin vulgar de la historia, en el trasfondo de la crtica a la historiografa tradicional,ocupa un lugar preeminente en Ser y tiempo58. Heidegger introduce el anlisis de esteconocimiento trivial de lo histrico antes de abordar el existenciario historicidadcomo estructura ontolgica fundamental del Dasein.Al igual que ocurre en la obradel joven Marcuse, en El individuo y la historia se constata una recepcin de los

    53K. K, La nostra crisi actual, p. 48.54 F. T & J.M. P, Entretien avec Heidegger, LExpress, n 954, octobre,

    1969.55 K. K, El individuo y la historia, en M. F, J. H, K K, H.

    M et l., Dialctica y libertad. Valencia: Fernando Torres, 1976, p. 76. (aparecido originalmenteen francs, L individu et l histoire, Lhomme et la societ, num. 9, Juillet-Septembre, 1968).

    56 Ibdem, p. 87.57 Ibdem, p. 91.58 Vase M. H, 73. La comprensin vulgar de la historia y el acontecer del

    Dasein, en Ser y tiempo, pp. 391-395. (Sein und Zeit, 378-382).

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    motivos tratados por Heidegger en el captulo quinto de la segunda seccin de Sery tiempo(Temporeidad e historicidad). As, en paralelo a la crtica a la concepcinfetichista de la historia, y a la temporalidad reificada que le es propia, Kosk tambinatribuye a la historicidad la funcin de elemento constitutivo de la estructura delser del hombre, al que llamamos praxis59. Observamos, sin embargo, como aqu,siguiendo la senda inaugurada por el idealismo alemn, el filsofo checo caracterizael ser del hombre como praxis o trabajo, mientras en Heideggerel ser del Daseinesdefinido comoSorge. Este trascendental matiz no conlleva, empero, un rechazo oreformulacin de esta estructura ontolgica constitutiva, central en el pensamientode Dilthey y del primer Heidegger.

    La notoria repercusin alcanzada por el El individuo y la historiay Nuestracrisis actualerige a Kosk como uno de los principales alentadores intelectuales de laPrimavera de Praga. Por este motivo, a medida que el rgimen de Husk implementalas medidas represivas con el propsito de normalizarel pas, contando, en todomomento, con el apoyo de la invasin sovitica al tiempo que Dubek es forzado a

    recapacitar, el crculo en torno a Kosk y otros disidentes checos va estrechndosecada vez ms. A finales de 1968, y durante la primera mitad de 1969, todava se lepermite participar en la vida pblica del pas. Es justamente en ese momento, segui-do al estallido de las protestas populares, cuando tambin empiezan a manifestarseimportantes desavenencias en el seno del movimiento opositor. En este sentido,Kosk entabla una disputa con su otrora amigo Vclav Havel, en respuesta a unartculo publicado por ste en la revistaTv, seminario afn a la disidencia liberalno-marxista. Para Havel, el destino checo, su porvenir, debe edificarse sin volverla vista hacia agosto de 1968, esto es, hacia la Primavera de Praga, pues sta, a su

    juicio, constituye un pasado cerrado60.

    Lo que advierte Kosk, ya en la temprana fecha de 1969, es cmo comienzaa propagarse en Checoslovaquia, especialmente entre los sectores intelectuales libera-les, una peculiar reinterpretacin de los recientes acontecimientos polticos, la cual,en connivencia con algunas lecturas que se hicieran de la Primavera de Praga desdealgunos pases del bloque occidental, se esfuerza en restar importancia o desvincularla protesta de cualquier tentativa para implantar un socialismo de rostro humanoconcibindola, en cambio, como un anhelo de apertura hacia las virtudes del mer-cado y del liberalismo. Desmarcndose de las tesis propugnadas por este particularrevisionismo histrico que llega hasta nuestros das, Kosk nunca va a desvincular laPrimavera de Praga de sus propsitos originarios, esto es, de la instauracin de unsocialismo de rostro humano61. Al sentirse traicionado ante la deriva poltica tomada

    59 K. K, El individuo y la historia, p. 96.60 El artculo de V. H trata sobre el destino checo (esk dl?, Tv, num. 2, 1969,

    pp.30-33). La respuesta de K, The Weight of Words (1969), puede encontrarse en The Crisis ofModernity, pp. 113.-116. Cfr. A. Tucker, From The Dialectics of the Concrete to Charter 77, p. 190.

    61 Sobre esto vase K. K, La Primavera de Praga, el fin de la historia y el showman,

    Reflexiones antediluvianas, pp. 105-123.

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    por algunos de sus antiguos compaeros62, de ahora en adelante Kosk rehsa par-ticipar en el mainstreamde la disidencia y, pese a la amistad que le una a Patoka,tampoco va a figurar como firmante de la Carta 77 63.

    As las cosas, en un breve lapso de tiempo Kosk pasa a convertirse en unafigura casi marginal dentro de la oposicin y, a su vez, es silenciado y relegado porel rgimen de todas sus funciones como docente. No obstante, esto no constituyimpedimento alguno para que prosiguiera su labor filosfica desde la privacidad. Sinembargo, el 28 de abril de 1975 su domicilio es registrado durante seis horas porla polica secreta checa (Sttn bezpenost, StB), y le son confiscadas mil pginas demanuscritos filosficos con los estudios preliminares de dos obras que iban a llevarpor ttulo De la prcticay De la verdad. Junto a la inspeccin en el domicilio de Kosk,la polica tambin confisca manuscritos en las viviendas de sus amigos Ivan Klma yLuvk Vaculk. Transcurridas pocas semanas desde el registro y la incautacin de losdocumentos, Kosk se dirige a Sartre en una carta en la que le expone lo sucedidoen busca de apoyo internacional. Sartre impulsa entonces una campaa de apoyo

    divulgando el caso en las pginas de Le Monde64

    .Hasta 1990, luego de la Revolucin de Terciopelo, Kosk no recuperar suempleo en la Universidad Carolina de Praga y, a partir de 1992, vuelve a trabajaren el Instituto Filosfico de la Academia de Ciencias. En sus ltimos escritos rindetributo a Patoka y sigue encontrando en Heidegger un punto de apoyo irreempla-zable para describir la esencia de la poca moderna y su profunda crisis; se es,segn escribe, el estmulo que inspira su actividad terica65. Kosk va a caracterizar lanueva hegemona en el estadio actual del capitalismo como un gigante planetario,un Supercapital que, cual sistema funcional impersonal, ejerce su dominio comoun dictador annimo66. Es en este punto donde encontramos ciertas reminiscencias

    62 A este respecto, Ivan Klma, reputado novelista checo en la actualidad, era, junto conVaculk, uno de los amigos ms cercanos a Kosk, incluso durante la dcada de los setenta. Sin embargo,en los aos noventa, Kosk define como socarrona ignorancia los escritos de Klma por comentaren plan burln que el proletariado ha fracasado y no ha llevado a cabo la prometida liberacin delhombre. Vase, K. K, La instancia dominante, Reflexiones antediluvianas, p. 226.

    63 La Carta 77fue una declaracin impulsada principalmente por Havel, y que cont con elrespaldo de personalidades como Patoka. Se instaba al Gobierno checoslovaco a ratificar las resolucionesde la ONU en materia de derechos humanos. Muchos de los firmantes fueron represaliados. Havelfue encarcelado, y la implicacin de Patoka le comport un interrogatorio policial de diez horas;Patoka morira pocas horas despus. A su entierro, vigilado de cerca y filmado por la polica, asistieronimportantes figuras de la oposicin, como el propio Kosk. De ello habla en el ensayo La Burla,Reflexiones antediluvianas, pp. 43-44. En referencia al ltimo escrito de Patoka antes de su muerte(hoy la gente vuelve a saber que existen cosaspor las que vale la pena sufrir), Kosk dir irnicamenteen 1997: Ser miembro de la Carta 77 implica estar de acuerdo con la restauracin del capitalismo yes el capitalismo una de esas cosas por las que vale la pena sufrir?. En K. K, La lumpenburguesay la verdad espiritual superior, Reflexiones antediluvianas, p. 236.

    64 Vase The Kosk-Sartre Exchange, in Telos, September 21, 1975, pp. 193-195.65 K. K, Es omnipotente el mercado?, Reflexiones antediluvianas. p. 14.66 Cf. K. K, La lumpenburguesa y la verdad espiritual superior, Reflexiones

    antediluvianas, pp. 235 y 239.

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    al concepto heideggeriano de Gestelly donde reside, pese a profundas divergencias,uno de los terrenos que mayor fecundidad pueden proporcionar a aquellas tentativasdecididas a renovar el marco categorial del materialismo histrico recurriendo a latradicin hermenutica y fenomenolgica.

    Recibido: mayo 2013Aceptado: febrero 2014