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Una descripción histórica de la teología Evangélica latinoamericana (Primera de dos partes) Lic. Edgar Alan Perdomo  Profesor de Teología  Seminario Teológico Centroamericano   Esta primer parte del artículo comienza describiendo las condiciones contextuales—social es, políticas , socio- econó micas y religiosas—en las que surgen los evang élicos en Améric a Latina Luego, propone una periodiz ación del desarr ollo de la teología evang élica latinoameric ana y prese nta los dos primeros períodos propuest os! "#na nueva clase de conquis tadores $%e los inic ios &asta mediados del siglo '(' )*, y "+Agentes del ev ang elio , o agente s extran eros $%e me diados del siglo '(' &asta el .ongreso de /anam0)* Expon e el desarrollo teológico y los rasgos distintivos de cada etapa 1&is 2irst part o2 t&e article beg ins by describing t&e social, political, socio-economic and religious conditions in 3&ic& t&e evang elical movement 3as born in Latin America (t t&en proposes a division o2 t&e &istorical deve lopmen t o2 Latin  American evangelical t&eology in six stages, and presents t&e 2irst t3o o2 t&ese periods! "A 4e3 .lass o2 .onquistadors * $5rom t&e 6eginnings to t&e 7id-4inetee nt& .entury)8, and "9ospel Agents , or 5ore ign Agents $5ro m t&e 7id-4ineteent& .entur y to t&e /anama .ongre ss)* (t traces t&e t&eologic al deve lopmen t and t&e distinctive c&aracteristics o2 eac& stage INT!"U##I$N El protestantismo es un movimie nto relativamen te nuevo en Latinoamérica. Si se comparan sus más o menos ciento cincuenta años de historia con los más de quinientos del catolicismo, se podría decir que los evangélicos son casi unos recién llegados a la escena religiosa del continente. 1  A pesar de ello, los estudiosos muestran un llamativo acuerdo al afirmar que ninguna de las corrientes religiosas cristianas eistentes ha presentado respuestas teol!gicas firmes " oportunas a los grandes pro#lemas humanos de la regi!n. $nas pala#ras mu" citadas en este sentido son las siguientes de %osé &ígue' (onino) La iglesia cristiana tiene una larga deuda con América Latina) cuatro siglos " medio de *atolicismo +omano " uno de rotestantismo han producido el mínimo del pensamiento creador que estos pue#los tienen derecho de esperar de quienes sosti enen ha#er reci#ido la misi!n de anunci ar la ala#ra de -ios a los hom#res... i el *atolici smo +omano ni el rotestantismo han tenido como /glesias el arraigo necesario en la realidad humana latinoamericana  para alum#rar un pen samiento creador. En otros términos, am#as iglesias han permanecido marginales a la historia de nuestros pue#los. 0 1  En la presente investigaci!n se acepta, en términos generales, que los evangélicos son aquellas personas que han confesado  p#licam ente un compromiso con %esucr isto como Señor " Salvador " con la (i#li a como la ala#ra autoritati va de -ios. -icho compromiso inclu"e, en la mente de la ma"oría de los evangélicos, adoptar como propias ciertas doctrinas #ásicas tales como la  2ustifi caci!n por la fe sola, el imperativ o de compart ir su fe con los que an no la tienen, cam#ios vis i#les en la conduct a de la  persona " ciert o sentido de pertenenc ia a una comuni dad local de cre"en tes. Esta manera de referirse a los evangé licos es mu" a#arcadora, lo cual evita la inflei#ilidad en cuanto a la identificaci!n de un grupo u otro como 3evangélico4. En otras pala#ras, el acuerdo o desacuerdo con las líneas teol!gicas "a epuestas hace la distinci!n entre un protestante evangélico " otro que no lo es. Se acepta que esta decisi !n conllev a el riesgo de genera li'ar ciertos event os " caracterí sticas, pero la venta2 a es que se sigu e un camino de identidad que los mismos evangélicos prefieren seguir, en la ma"oría de los casos. ara estudiar la discusi!n en cuanto a los varios usos del término, véase %osé &ígue' (oni no,  :ostros del protestant ismo latinoamericano 5(uenos Aires) ueva *reaci!n, 16678, págs. 97:;7, so#re todo la nota aclaratoria de la pág. 17<= Emilio A. ñe', 3*onciencia e identidad evangélica " renovaci!n cat!lica4, en ídem, 1eología y 7isión! /erspectivas desde América Latina  5San %osé, *osta +ica) >aritec, 166?8,  págs. ?;:@<= Samuel Esco#ar, 3*at!licos " evangélic os en Amér ica Latina ante el desafí o misionero del si glo /4,  ;airós 1;:17 5enero:diciem#re 166;8, págs. ?9:@6. 0  %osé &ígue' (onino, 3r!logo4 a +u#em Alves,  :eligión! opio o instrumento de liberación  5&ontevideo) Ediciones Bierra  ueva , 16?C8, págs. i:ii . *itadas, por e2empl o, por +ené adilla, 3La teolo gía en Latinoamé rica4,  /ensamiento cristiano @7

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9 de noviembre de 1996

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Una descripcin histrica de la teologa evanglica latinoamericana 115

Una descripcin histrica de la teologa

Evanglica latinoamericana

(Primera de dos partes)Lic. Edgar Alan Perdomo

Profesor de Teologa

Seminario Teolgico Centroamericano Esta primer parte del artculo comienza describiendo las condiciones contextualessociales, polticas, socio-econmicas y religiosasen las que surgen los evanglicos en Amrica Latina. Luego, propone una periodizacin del desarrollo de la teologa evanglica latinoamericana y presenta los dos primeros perodos propuestos: Una nueva clase de conquistadores (De los inicios hasta mediados del siglo XIX), y Agentes del evangelio, o agentes extranjeros? (De mediados del siglo XIX hasta el Congreso de Panam). Expone el desarrollo teolgico y los rasgos distintivos de cada etapa.

This first part of the article begins by describing the social, political, socio-economic and religious conditions in which the evangelical movement was born in Latin America. It then proposes a division of the historical development of Latin American evangelical theology in six stages, and presents the first two of these periods: A New Class of Conquistadors (From the Beginnings to the Mid-Nineteenth Century)", and Gospel Agents, or Foreign Agents? (From the Mid-Nineteenth Century to the Panama Congress). It traces the theological development and the distinctive characteristics of each stage.

INTRODUCCIN

El protestantismo es un movimiento relativamente nuevo en Latinoamrica. Si se comparan sus ms o menos ciento cincuenta aos de historia con los ms de quinientos del catolicismo, se podra decir que los evanglicos son casi unos recin llegados a la escena religiosa del continente. A pesar de ello, los estudiosos muestran un llamativo acuerdo al afirmar que ninguna de las corrientes religiosas cristianas existentes ha presentado respuestas teolgicas firmes y oportunas a los grandes problemas humanos de la regin. Unas palabras muy citadas en este sentido son las siguientes de Jos Mguez Bonino:

La iglesia cristiana tiene una larga deuda con Amrica Latina: cuatro siglos y medio de Catolicismo Romano y uno de Protestantismo han producido el mnimo del pensamiento creador que estos pueblos tienen derecho de esperar de quienes sostienen haber recibido la misin de anunciar la Palabra de Dios a los hombres... Ni el Catolicismo Romano ni el Protestantismo han tenido como Iglesias el arraigo necesario en la realidad humana latinoamericana para alumbrar un pensamiento creador. En otros trminos, ambas iglesias han permanecido marginales a la historia de nuestros pueblos.

Fueron opiniones como la anterior las que hicieron que se hablara en dcadas pasadas de la regin como un continente sin teologa. Por lo tanto, no es aventurado decir que si el movimiento evanglico en el continente es joven, su teologa an est en paales.

A pesar de las consideraciones anteriores, se debe sealar que, aunque sea de manera implcita, informal y no sistematizada, a lo largo de la historia del movimiento ha existido un trabajo teolgico muy real por parte de los evanglicos de la regin. El observar los hitos histricos que marcan el desarrollo de la teologaformal e informalentre los protestantes en Latinoamrica es una valiosa herramienta para apreciar el avance, crecimiento y perspectivas de este trabajo teolgico.

Este artculo procura trazar, a grandes rasgos, las condiciones histricas y los nfasis teolgicos que hicieron nacer y desarrollarse la teologa de los evanglicos en la Amrica Latina. Se pretende que este examen histrico-teolgico sirva como base para observar la existencia de una relacin entre contexto, desarrollo histrico y metodologa en la teologa evanglica. En esta primera parte del artculo se analizarn algunos eventos histricos que conforman el contexto vital de la teologa evanglica y, despus de proponer una divisin histrica, se analizar el desarrollo de esa teologa hasta el Congreso de Panam, a inicios del siglo XX. En la segunda parte del artculo se har un examen de los principales protagonistas del movimiento evanglico desde ese emblemtico congreso hasta el presente, siempre observando la manera en la que cada perodo efectu su aporte teolgico a la fe evanglica de la regin.

Sitz im Leben

En los estudios bblicos se ha usado la frase en alemn Sitz im Leben para describir la situacin vital de la que surge cierto tema teolgico, tendencia literaria o escrito bblico. Lo que ello refleja es que ninguna idea teolgica surge de la nada, en el vaco. Por el contrario, emerge, en buena medida, de las condiciones en las que el telogo vive. En esta parte del artculo se har una descripcin general del contexto histrico y religioso como la situacin vital en la que se da la reflexin teolgica en el continente.

La metodologa que se utilizar ser agrupar las condiciones sociopolticas y religiosas en varias categoras que han estado presentes casi desde la llegada de los primeros misioneros protestantes a la regin (a mediados del siglo XIX). Se reconoce que existe el riesgo de generalizar ciertos temas y pasar por alto otros, pero esta manera de presentar el contexto histrico de la teologa evanglica facilita su estudio, comprensin y evaluacin.

En lo social: una multiforme herencia colonial

La llegada de los protestantes a estas tierras coincide con los intentos de organizacin de los pases de la regin despus de la independencia de Espaa. Atrs estaban quedando las luchas independentistas del norte de Sudamrica, bajo el mando de Simn Bolvar, y del sur, bajo Jos de San Martn. Sin embargo, no se pueden descartar fcilmente trescientos aos de dominacin y administracin ibricas. Las marcas de la sociedad colonial y el carcter de los espaoles, indgenas y esclavos negros quedaron impresos en el alma de los dirigentes y los habitantes de las recin declaradas naciones independientes. Las sociedades latinoamericanas adoptaron formas de vida personales y sociales heredadas de las varias culturas y razas que se encontraron durante el proceso de conquista y colonizacin. Esos estilos de vida social se arraigaron tanto que an hoy siguen siendo parte de la generalidad de los latinoamericanos. Los primeros protestantes ministraron y pensaron en medio de un continente con estas cualidades muy particulares.

Una cerrada sociedad de clases. Es bien conocido entre los historiadores que Espaa y Portugal llegaron tarde a la modernidad a la que toda Europa estaba despertando en el siglo XVI. Esa tardanza llev a los ibricos a perpetuar un sistema bsicamente feudal de clases, castas y privilegios sociales. As, los derechos de clase y los ttulos nobiliarios adquiran importancia por encima de la capacidad de trabajo de la persona. Eduardo Galeano ofrece una descripcin ms que ilustrativa en su clsico Las venas abiertas de Amrica Latina:

El excedente econmico deriva hacia cauces improductivos: los viejos ricos, seores de horca y cuchillo, dueos de la tierra y de los ttulos de nobleza, levantaban palacios y acumulaban joyas... Hacia 1630, poco ms de un centenar y medio de duques, marqueses, condes y vizcondes recogan cinco millones de ducados de renta anual, que alimentaban copiosamente el brillo de sus ttulos rimbombantes.

Por su parte, en un trabajo destinado a estudiar problemas estratgicos para la poltica de Estados Unidos, John P. Gillin, socilogo de la University of Pittsburgh, dice que durante el siglo XIX Amrica Latina estuvo dominada por el viejo sistema colonial de dos clases sociales: una aristocracia duea de la tierra, la cual reclamaba ser descendiente de los conquistadores, y otra compuesta por campesinos y sirvientes domsticos. Este sistema cerrado de privilegios es una buena explicacin a problemas actuales tales como el latifundio y la brecha tan marcada entre la vida urbana y rural en el continente. La complicidad de la Iglesia catlica con esa sociedad esttica se refleja en las siguientes palabras de Samuel Escobar:

En medio de un orden social que permaneci por tres siglos, y que an subsiste en la estructura bsica de algunas regiones de Amrica Latina, la religin se ha hecho merecedora del ttulo el opio del pueblo.

Una mezcla de idiosincrasias. En Latinoamrica se advierte hoy un fenmeno quiz nico en el mundo y en la historia: la fusin en un continente de tres y ms maneras de ver la vida; es decir, la ibrica, la indgena y la negra, y todos los resultados de la mezcla entre s. De esta forma, mezclas raciales tpicas de Latinoamrica son los zambos, mulatos y, sobre todo, los mestizos o ladinos, quienes representan la mayora de la poblacin del continente. De este arco iris racial provienen rasgos tales como la individualidad y la pasin, provenientes de los ibricos; la sensibilidad, la identificacin con la comunidad y la nostalgia de las culturas indgenas; y la espiritualidad y los sensuales ritmos africanos. Estas singulares combinaciones han dado lugar a fenmenos tan propios del continente como el sincretismo catlico-maya, la santera, el individualismo, el fatalismo y la facilidad con la que las personas se ofenden.

Sin duda, una buena razn para la existencia de un carcter latinoamericano tan complejo es esta amplia mezcla de culturas. Como dice Stanley Rycroft,

las diferentes amalgamas o combinaciones del espaol, el indio y el negro han producido la psicologa nacional en cada pas, teniendo en cuenta las variantes que resultan de la preponderancia de este grupo o aquel.

En medio de esta excepcional complejidad de cosmovisiones surgi el pensamiento evanglico.

En lo poltico: bsqueda inestable de modelos de gobierno

Las complicadas e ineficientes estructuras administrativas con las que Espaa y Portugal manejaron sus posesiones americanas terminaron por perjudicar seriamente el despegue econmico de los territorios americanos. Ni el Real Consejo de Indias ni los Virreinatos lograron constituirse en buenos ejemplos estructurales a seguir. Es por ello que, cuando los pases alcanzaron la independencia, no tenan paradigmas efectivos de gobierno y administracin estatal y social.

Podra decirse que, en cierto sentido, el resto de la vida estatal de los pases del continente ha sido una constante bsqueda de modelos polticos y administrativos eficientes, los cuales no siempre han sido encontrados. Por ejemplo, despus de la emancipacin de Espaa, y aun antes de ella, los dirigentes latinoamericanos volvieron su mirada hacia modelos estatales provenientes de pases admirados por ellos: Francia, Estados Unidos o Gran Bretaa. Leyeron con entusiasmo a filsofos y polticos de la Ilustracin como Montesquieu, Jeremy Bentham, proponente del utilitarismo, y Rousseau, autor de El contrato social con sus ideas de la libertad personal. De ah provino una filosofa poltica mayormente racionalista, basada en la bsqueda del bien comn y de obligaciones y derechos para los servidores pblicos. Un ejemplo muy claro de la filosofa de estado que predominaba entre los prceres de la independencia latinoamericana puede verse en las siguientes palabras de Simn Bolvar, en referencia a la revolucin de independencia en Venezuela:

Quines son los autores de esta revolucin? No son los blancos, los ricos, los ttulos de Castilla y aun los Jefes militares al servicio del Rey? Qu principio han proclamado estos caudillos de la Revolucin? Las actas del Gobierno de la Repblica son monumentos eternos de justicia y liberalidad. Qu ha reservado para s la nobleza, el clero, la milicia? Nada, nada, nada! Todo lo han renunciado en favor de la humanidad, de la naturaleza y de la justicia, que clamaban por la restauracin de los sagrados derechos del hombre. Todo lo inicuo, todo lo brbaro, todo lo odioso se ha abolido, y en su lugar tenemos la igualdad absoluta hasta en las costumbres domsticas. La libertad hasta de los esclavos, que antes formaban una propiedad de los mismos ciudadanos. La independencia en el ms alto sentido de esta palabra substituida a cuantas dependencias antes nos encadenaban.

Sin embargo, en la bsqueda del mejor mtodo para alcanzar la prosperidad en medio de la conmocin social, las nuevas naciones tambin experimentaron otros modelos que no prevalecieron y que hoy suenan alejados de la realidad de la regin. Se puede mencionar, por ejemplo, la discusin en Argentina y Chile sobre la introduccin de una monarqua constitucional con un rey europeo como cabeza; el proyecto de imperio que hubo en Mxico en la poca de Agustn de Iturbide (1864-1867) y luego con Maximiliano de Austria; la monarqua constitucional de Brasil, la cual se mantuvo hasta 1889.

De estos intentos de colocar gobernantes europeos al frente de las naciones americanas, se pas al surgimiento de estados ms fuertes y centralizados. Se proponen presidencias vitalicias, como lo hizo Bolvar para Bolivia bajo la consigna de que un Presidente vitalicio, con derecho para elegir el sucesor, es la inspiracin ms sublime en el orden republicano. Despus, se aplic el modelo que quiz ms impacto tuvo en todos los pases del continente: el liberalismo. Con todo y sus ideas sobre la libertad personal, su anticlericalismo y la nueva importancia de la burguesa, este sistema se afianz prcticamente en todo el continente, trayendo progreso econmico y secularismo, adems de facilitar y hasta promover la llegada y desarrollo de los protestantes a la regin.

De ah hasta el presente se puede observar otros modelos basados en dictaduras militares, revoluciones y guerras civiles de toda clase e ideologa, aparecimiento de caudillos de toda tendencia y color poltico e intereses econmicos y sociales de grupos de poder. Latinoamrica se ha caracterizado por inestabilidad poltica con breves interludios de paz y tranquilidad social. A pesar de tal variedad de modelos, ninguna postura ideolgica o administrativa ha trado soluciones efectivas para los problemas ms profundos de la regin. Fue a esta tierra tan cambiante que llegaron los protestantes y comenzaron a expresar sus ideas teolgicas y sociales.

En lo socio-econmico: de una dominacin colonial

a una dependencia neocolonial

La economa colonial de la Amrica hispano-lusitana consista casi exclusivamente en la explotacin de las riquezas de la tierra a favor de la metrpoli, ya sea Espaa o Portugal. Debido al declive del feudalismo, la nobleza ibrica necesitaba fuertes inyecciones de riquezas para sostener la infraestructura estatal y cumplir con los compromisos adquiridos con otras potencias europeas. La expansin geogrfica de Espaa y Portugal era, entonces, una alternativa de supervivencia para esas naciones.

La sed de oro adquiri matices de obsesin entre los conquistadores y colonos. No haba ningn esfuerzo que fuese demasiado difcil si haba de por medio la posibilidad de conseguir oro; tampoco haba ninguna traicin, perfidia o crueldad demasiado bajas si con ellas se poda obtener riquezas. Bartolom de las Casas denuncia los excesos cometidos en el proceso de saquear la fortuna de la regin de la siguiente manera:

La causa por la que han muerto y destruido tantas y tales e tan infinito nmero de nimas los cristianos ha sido solamente por tener por su fin ltimo el oro y henchirse de riquezas en muy breves das e subir a estados muy altos e sin proporcin de sus personas.

El resultado de esta fiebre de oro tanto estatal como personal fue que la economa colonial, ms abastecedora que consumidora, se estructur en funcin de las necesidades del mercado europeo, y a su servicio. Por lo tanto, este monopolio comercial que permita la explotacin exclusiva de las riquezas americanas por parte de Espaa y Portugal produjo economas dependientes, basadas en la explotacin de la mano de obra servil y la hipertrofia de los aparatos productivos en los territorios americanos. En pocas palabras, Amrica Latina viva y produca para sus dueos europeos.

El proceso de independencia y el triunfo de las lites latinoamericanas no cambiaron mucho el panorama. Por el contrario, a la segunda mitad del siglo XIX se le ha llamado el orden neocolonial. En efecto, quiz la potencia predominante en la regin durante buena parte del siglo XIX fue Inglaterra, con el podero de toda su fuerza industrial. Deiros dice que en esa poca los ingleses sembraron el continente de ferrocarriles, lneas telefnicas, instalaciones frigorficas, lneas de electricidad, sistemas de agua potable y cloacas como parte de sus intereses neocoloniales.

Con el tiempo, los Estados Unidos fueron sustituyendo a Inglaterra como la potencia que ejerca control sobre el continente. Su podero comercial lo haca buscar nuevos mercados para sus productos. A la vez, su podero militar le permita desafiar a quien fuera y ganar ms territorios. Por ejemplo, se puede mencionar la guerra contra Mxico (1846-1848), en la que ganaron los territorios de California, Nuevo Mxico y Arizona, la Guerra contra Espaa, en la cual Cuba obtuvo su independencia nominal de la potencia europea, la intervencin directa en la independencia de Panam de Colombia para construir el canal interocenico e innumerables intervenciones directas e indirectas en el siglo XX. Polticas y doctrinas como El destino manifiesto, El gran garrote, La diplomacia del dlar y La doctrina Monroe han estado ligadas ntimamente con Amrica Latina, la cual ha sufrido en carne propia los resultados de la aplicacin de esas polticas. Podra decirse que la relacin de Latinoamrica con Norteamrica ha sido una combinacin de amor y odio; admiracin y repulsin, bienvenida y resentimiento. Como se ver ms adelante, estos cambios de potencia dominante han tenido una gran relacin con la presencia y el pensamiento de los evanglicos en el continente.

En lo religioso: un continente religioso

que desconoce la gracia de Dios

La historia socio-poltica de Amrica Latina ha estado fuertemente ligada a su historia religiosa. Desde la conquista, pasando por la poca colonial y moderna, la iglesia institucional y el evangelioal menos los hechos bsicos de la fehan estado en el corazn del desarrollo de la regin. Tan fuerte es esa identificacin que algunos incluso se atreven, quiz no con mucha razn, a decir que es la religin catlica la que puede dar verdadera identidad al continente: Si analizamos nuestra historia nos damos cuenta de que el catolicismo ha sido el nico elemento que ha logrado establecer entre las diversas razas y grupos sociales y econmicos un cierto tipo de integracin.

Por otra parte, el hecho de que por cuatrocientos aos se haba predicado cierta forma de cristianismo en la regin fue una de las razones por las que no se invit a sociedades misioneras que trabajaban en Latinoamrica a la Conferencia Misionera Mundial de Edimburgo en 1910. De cualquier manera, hay que reconocer que, an hoy, Amrica Latina es el gran bastin del catolicismo en el mundo. Se dice que ms de la mitad de los catlicos del planeta son latinoamericanos.

Junto con lo anterior, se ha hecho toda clase de crticas en relacin con la manera y la fidelidad con la que las enseanzas bblicas han sido presentadas en el continente por parte de la Iglesia catlica. A pesar de que Juan Pablo II afirm en la reunin del CELAM IV que se llev a cabo una vlida, fecunda y admirable obra evangelizadora, la mayora de observadores hacen serias crticas similares a las que se mencionan a continuacin. Juan A. Mackay afirma con conviccin que los mtodos que adoptaron los conquistadores para propagar la religin cristiana estn muy a tono con la falta de tica de su religin. El misionero Stanley Rycroft es contundente al decir que en lugar de cristianizar las creencias de los indios, la religin catlica se paganiz ella misma, y hoy los indios son ms paganos que cristianos, porque no conocen del catolicismo ms que el ritual. Aun el estudioso catlico Leandro Tormo dice que el mtodo evangelizador era semejante a los mtodos militares, ya que consista en primero vencer para despus convencer. El socilogo argentino Carlos Bunge llega a decir que el catolicismo espaol fue un catolicismo anti-cristiano.

En pocas palabras, a pesar del cmulo de datos religiosos que los habitantes de Amrica Latina recibieron a travs de ms de tres siglos, parece que ni el Cristo de los Evangelios ni el autntico mensaje de la gracia transformadora de Dios haba llegado a las costas del continente. Esa ignorancia sorprendente de las verdades eternas del evangelio era la incuestionable situacin religiosa a la que el pensamiento y la obra evanglica se enfrent a su llegada a estas tierras.

En resumen, la situacin vital en la que surge y se desarrolla la teologa de los evanglicos latinoamericanos es una de inmovilidad social, variedad cultural, inferioridad econmica, inestabilidad poltica y atrofia espiritual. El gran reto fue y sigue siendo anunciar y modelar los autnticos valores de la fe cristiana en medio de tales condiciones tan peculiares y difciles. En la siguiente seccin se tratar de observar hasta qu punto los evanglicos han logrado xitos en la consecucin de esa ansiada meta.

Una propuesta de periodizacin de la

teologa evanglica latinoamericanaAl inicio del artculo se afirm que la teologa evanglica formal en Amrica Latina es una realidad muy reciente. Aunque ya existen descripciones histricas del movimiento, incluyendo personajes y eventos relevantes, las interpretaciones de esos eventos y el estudio de las etapas que siguieron las ideas detrs de ellos son escasas. Una obra valiosa en esta direccin es Rostros del protestantismo latinoamericano, de Jos Mguez Bonino, la cual presenta, incluso, una clasificacin de los rostros del movimiento protestante en el continente. Sin embargo, no se ha intentado, hasta ahora, una periodizacin de las mentalidades teolgicas que han movido el desarrollo histrico de los evanglicos en la regin, relacionando las inquietudes teolgicas con los eventos histricos. Esta parte de la investigacin pretende ser por lo menos un punto de partida para la elaboracin de tal trabajo.

Por supuesto, debido a la naturaleza de lo que se intentar hacer, se corren riesgos muy grandes: generalizar, malinterpretar ciertos datos, hacer demasiadas conjeturas, ser muy subjetivo, etc. A pesar de ello, el esfuerzo y el riesgo valen la pena si con ello se adquiere un mejor entendimiento sobre la manera en la que los evanglicos del continente han pensado y vivido su fe dentro de la historia y cmo la van a vivir en el futuro.

El punto de partida para este anlisis ser, entonces, proponer una clasificacin de las fases histricas de la teologa evanglica en Amrica Latina. Ya existen clasificaciones de la historia de los protestantes en la regin, pero ahora se intentar establecer una clasificacin de la historia de la teologa evanglica. Se seguir un camino que tiene seis fases: Una nueva clase de conquistadores (de los inicios hasta mediados del siglo XIX); Agentes del evangelio, o agentes extranjeros? (de mediados del siglo XIX hasta el Congreso de Panam); Identidad evanglica autctona y ecumenismo (del Congreso de Panam hasta CELA III); Hacia una teologa evanglica contextual explcita (el movimiento estudiantil y la FTL) y Teologas populares desde el plpito (ideas carismticas y populares).

Cada una de ellas corresponde a diferentes nfasis teolgicos que se han presentado en la historia de los evanglicos, tomando en cuenta, sobre todo, la relacin que hubo entre ideas teolgicas y contexto. Por supuesto, los perodos se proponen solo con el fin de estudiar el desarrollo histrico de la teologa evanglica. No son fases absolutas ni cerradas. El resto de esta parte del artculo se dedicar a hacer un anlisis del desarrollo y caractersticas teolgicas de los primeros dos perodos.

Una nueva clase de conquistadores

(De los inicios hasta mediados

del siglo XIX)La empresa conquistadora y colonizadora de los espaoles del siglo XVI fue, sin duda, un evento extraordinario. Justo Gonzlez, en su evaluacin de esa aventura, usa el trmino impresionante. Las hazaas realizadas por hombres osados en medio de grandes obstculos en procura de grandes propsitos y metas no dejan de admirar a quienes estudian el perodo histrico. Es debido a esa valenta, arrojo y perseverancia en el proceso de alcanzar las metas deseadas que a la primera fase del desarrollo teolgico de los evanglicos en el continente se le ha denominado en este trabajo una nueva clase de conquistadores. La poca corresponde a la llegada de los primeros protestantes a la regin. En esta seccin se describir la teologa de los representantes de esta fase histrica.

El arribo definitivo de los protestantes al continente coincide con los movimientos de independencia en diferentes partes de la regin. Nada podra ser ms simblico, ya que, de acuerdo a las condiciones religiosas observadas antes, los habitantes de Amrica Latina vivan en una rida sequa de la Palabra de Dios y de su gracia redentora. Por supuesto, no se implica con ello que los protestantes han hecho todo bien y sin errores. Sin embargo, hay que reconocer que antes de la llegada de los evanglicos al territorio latinoamericano, la Biblia era un libro lejano para sus pobladores, Cristo era un explotador ms y la gracia de Dios se reduca a una serie de ritos y sacramentos sin mayor impacto para la vida diaria.

Los pioneros inmigrantes

Mayormente por razones tcnicas o ideolgicas, a los gobiernos de los nuevos pases les interesaba que ciudadanos de pases industrializados vinieran a trabajar y establecerse. Para los inmigrantes, por su parte, el viaje era atractivo, ya que permita abrigar la esperanza de mejorar econmica y socialmente mientras una Europa cada vez ms tecnificada repela a grandes masas de pobres. Los gobiernos, entonces, hacan tratados bilaterales que incluan clusulas para proteger la libertad de culto de los inmigrantes. Un ejemplo es el siguiente:

(Los ciudadanos ingleses gozarn) en sus casas, personas y bienes, la proteccin del Gobierno; y continuando en la posesin en que estn, no sern inquietados, molestados o incomodados, en manera alguna, a causa de su religin, con tal que respeten la del pas en que residan.

Muchas de estas comunidades se instalan junto a empresas extranjeras tales como ferrocarriles y fbricas. Provenan de distintos pases, en su mayora europeos. Deiros menciona a grupos anglicanos de Inglaterra, presbiterianos escoceses, bautistas galeses, valdenses italianos y luteranos alemanes, adems de evanglicos y episcopales negros estadounidenses.

Ninguno de estos grupos representaba esfuerzos misioneros o proselitistas. En general las razones para su inmigracin no tenan nada que ver con su procedencia religiosa. Venan a trabajar, comerciar, labrar la tierra o prestar asistencia tcnica. Estas razones determinaron su teologa y su relacin con la realidad latinoamericana.

Los inmigrantes buscaban trasladar el estilo de vida y las costumbres de su pas a la tierra donde ahora vivan, incluso las prcticas y creencias religiosas. As, se traen pastores para ministrar solamente a la comunidad extranjera, se cantan los himnos del pas natal y se sostiene una teologa trasplantada, sin cambios. Ser luterano es parte de ser alemn, as como ser anglicano es parte de ser ingls. En ese contexto, no cabe la idea de que haya anglicanos mexicanos o luteranos brasileos.

En medio de estas ideas, el culto, dice Costas, representa la perpetuacin de una situacin cultural caduca y el rechazo hacia la sociedad circunvecina. Julio de Santa Ana llama a los inmigrantes verdaderos islotes extranjeros en medio de la sociedad de estos nuevos pases. En otras palabras, casi como parte de su orgullo patritico, estos protestantes se aslan del contexto latinoamericano y se dedican a vivir en paz y tranquilidad con su familia. Aunque mantenan firmemente todas las doctrinas de sus iglesias, su pensamiento misionolgico y social era prcticamente nulo. Incluso es probable que, en ms de una ocasin, hayan sido usados para alcanzar metas polticas lejanas a los objetivos cristianos del evangelio. Ejemplos de ello pueden ser los proyectos de el blanqueamiento de la raza y el fortalecimiento de la clase media en Brasil.

Sin embargo, los inmigrantes ofrecen un doble aporte al protestantismo. Primero, son una especie de punta de lanza del movimiento. La gente de la regin se fue acostumbrando a ver y escuchar servicios religiosos distintos a los catlicos. Adems, aunque tardara un poco ms, la aceptacin de libertad de culto para los inmigrantes prepar el terreno para proclamar la libertad religiosa para todos los ciudadanos. A la vez, cuando llegaron los misioneros y colportores, muchas veces podan contar con la colaboracin de iglesias protestantes ya establecidas en el territorio.

En segundo lugar, en general los protestantes inmigrantes fueron un modelo de trabajo y de conducta que atrajo la curiosidad y la admiracin de los latinoamericanos, tanto en el mbito intelectual, como en el popular. Muchos de estos extranjeros fueron factores de desarrollo y prosperidad para los pases donde se encontraban. Por ejemplo, los valdenses en Uruguay formaron colonias agrcolas florecientes, abrieron iglesias y fundaron escuelas. Martn Dreher dice que la presencia permanente de escuelas en las comunidades protestantes dio como resultado los ndices ms bajos de analfabetismo en Brasil en esas colonias. Por ltimo, se puede mencionar el estudio de campo de Fred Jongkind entre las colonias calvinistas de Argentina y Brasil, el cual concluye diciendo:

Las orientaciones valorativas en las que se basa el calvinismo se prestan ms para el progreso econmico que las del catolicismo... En los difciles aos iniciales fue la concepcin religiosa quien contuvo la decadencia moral y le dio a la gente fe en el futuro... Aqu se unieron las caractersticas individuales de los colonos, tales como ansias de ahorro, honestidad, capacidad innovadora y otras propiedades que son tan inherentes al calvinismo, en una verdadera organizacin econmica.

Sobre la base de las anteriores anotaciones, se puede decir que, aunque el protestantismo inmigrante no contribuy mucho a las ideas teolgicas formales de los evanglicos, s constituye una pauta de lo que la prctica evanglica es y debe ser, no solamente en Amrica Latina, sino en cualquier contexto donde se presente.

Los pioneros colportores

Cuando se habla del inicio del movimiento evanglico en forma permanente en el continente, las instituciones que siempre deben mencionarse como precursoras y pioneras son las sociedades bblicas. Desde la publicacin de doscientos ejemplares del Nuevo Testamento en portugus entre 1804 y 1807, uno de los primeros proyectos de la Sociedad Britnica y Extranjera, los colportores fueron agentes de esparcimiento del evangelio y de la Palabra de Dios por toda la regin. Las historias relacionadas con estos pioneros se cuentan entre las hazaas dignas de recuerdo entre todos los evanglicos latinoamericanos.

Quiz el dato teolgico ms obvio en cuanto a los colportores es que su trabajo estaba ntimamente ligado con las Escrituras. Ese detalle, aunque sencillo y evidente, tendra grandes repercusiones en toda la vida de la regin. Por ejemplo, como dice Mackay, los nuevos cristianos aparecieron no con la espada sino con la Biblia. Simplemente este hecho ya marcaba una gran diferencia con la manera en la que haba llegado la religin a las costas de los pases latinoamericanos. En lugar de ver con sospecha y temor una alianza entre la religin y los conquistadores, los habitantes del continente vean cmo estos hombres ponan en sus manos los ejemplares de la Escritura.

Por supuesto, como dice Juan Kessler, el solo hecho de distribuir Biblias no cambiara la sociedad latinoamericana, sobre todo porque los pocos latinoamericanos que saban leer no tenan la independencia necesaria para adoptar una actitud de crtica eficaz frente a la iglesia establecida. Sin embargo, la esperanza de los colportores se poda expresar de la siguiente manera: el evangelio les dar, junto con la esperanza de la salvacin eterna, fundamentos seguros y estabilidad para la prosperidad de la nacin. Adems, la lectura de la Biblia provoc, por un lado, la apertura a ideas religiosas contrarias a las sostenidas por la iglesia romana y, por otro lado, un cambio en la manera en que era visto el protestantismo por parte de figuras intelectual y polticamente notables en la vida de los pases de la regin. Como ejemplo de esto ltimo se puede destacar la participacin activa en la distribucin de Biblias por parte del reformador mexicano Jos Mara Luis Mora, la acogida de la obra de Diego Thomson por parte de Jos de San Martn, Bolvar, Miranda y Bernardo OHiggins y la identificacin protestante de Lorenzo Montufar en Guatemala.

En cuanto a sus convicciones doctrinales, no hay muchos datos disponibles. Sin embargo, se puede decir que estos pioneros eran claramente protestantes, aunque algunos muestran apertura a la colaboracin con los catlicos. Ejemplo de ello es Diego Thomson, quien testifica con entusiasmo que los sacerdotes estaban regocijados, recomendando calurosamente los libros a todos los que llegaban y ayudndome en la venta cuando la ocasin lo requera. A la vez, hay que recordar que muchos otros fueron perseguidos por el clero, como es el caso de Jos Mongiardino, J. de Palma y Jos Norwood. La postura oficial de la iglesia catlica era de oposicin a la distribucin de las Escrituras, aunque personalmente muchos ofrecan su colaboracin para esa tarea. En trminos generales podra decirse que los tiempos de las preocupaciones ecumnicas estaban muy lejos, aunque en nombre de la causa bblica haba lugar para cierta cooperacin estratgica con catlicos de vanguardia.

Aparte del lugar primordial de la Biblia, los colportores mostraron un gran inters por la educacin del pueblo. De hecho, Rycroft afirma que la Biblia y la educacin popular conforman dos de las ms grandes contribuciones al pueblo de esta regin de parte de los protestantes. Casi como un smbolo de esa conjuncin est el hecho de que el colportor ms famoso y una de las ms interesantes y misteriosas figuras de la vida religiosa de Sudamrica durante el siglo pasado, Diego Thomson, fuese, a la vez, secretario de la British and Foreign School Society, la cual era promotora del mtodo lancasteriano de educacin, y secretario de la Spanish Translation Society de la Sociedad Bblica Britnica y Extranjera. l mismo testifica: Las dos cosas a las que he prestado ms atencin son: la educacin de la juventud y la circulacin de las Sagradas Escrituras. El xito del pionero escocs queda demostrado con el hecho de haber recibido ciudadanas honorarias tanto en Argentina como en Chile.

Como se puede ver, los colportores no eran meros vendedores de Biblias. Ellos eran verdaderos paladines del evangelio y agentes de cambio y progreso, sobre todo, en el campo educativo. El espritu de cambio social e inters en el desarrollo de la regin puede verse, por ejemplo, en la siguiente carta dirigida al Congreso de Per por parte de Thomson, Francisco Navarrete y Camilo Vergar:

...deseando contribuir al progreso de la ilustracin primaria de los abitantes (sic) de esta ciudad. Les pide establecer escuelas de Enseanza muta (sic) en la Parroquia de San Lzaro, una para hombres y otra para nias... No es la instruccin as como de la verdad y la moral el medio y firme apoyo de las garantas sociales?... de el (sic) depende la paz y la felicidad domsticas, primer origen de la buena o mala educacin de la juventud no menos de la dicha o infortunio de los ciudadanos. Quntas (sic) diferencias se notaran en las costumbres si las mujeres supiesen a fondo su religin, sus deberes y pusiesen a practicar las luces que sobre ellos pueden suministrarseles (sic), y las facultades industriales que se pueden ensear?

Todo parece indicar que para los agentes de las sociedades bblicas este inters por asuntos sociales era parte normal y necesaria de su misin. Por ejemplo, Daniel P. Kidder organiz en Brasil sociedades de temperancia contra el alcoholismo. Adems, Goslin describe cmo Diego Thomson luch, aunque sin xito, a favor de la libertad de cultos en Per y cmo en sus cartas da a conocer el vivo inters que tena en eventos importantes para la vida de los pases. Su conclusin es que toda la vida era de inters para el seor Thomson. De este modo, a diferencia de los inmigrantes, estos colportores lograron establecer ciertos puntos de contacto entre el trabajo misionero y las necesidades integrales de la gente. En este sentido, fueron precursores y ejemplos de la preocupacin social que vendra despus a la teologa evanglica latinoamericana.

Como se ha visto, estos pioneros dieron un paso ms adelante en la relacin entre doctrina y prctica que se busca en la teologa evanglica. A travs de su obra osada y valiente dejan retos a las generaciones evanglicas posteriores. En ellos se puede observar un inicio tmido pero correcto en el desarrollo de una teologa evanglica fiel a sus distintivos teolgicos y oportuna para el contexto en el que se mueve.

Rasgos teolgicos de la etapa

Esta fue la poca cuando la teologa evanglica latinoamericana se caracteriz por ser una teologa alternativa. De manera clara y especfica tanto los inmigrantes como los colportores y primeros protestantes nacionales se constituyeron en opciones distintas frente a la teologa imperante en la regin hasta ese entonces. Mientras el catolicismo prohiba la lectura de la Biblia, los colportores la distribuan. Mientras la teologa tradicional se senta satisfecha con el status quo y lo defendan, los evanglicos llegaban con un mensaje transformador y, en cierto modo, rebelde. Mientras la Iglesia catlica se haba vuelto esttica, el mensaje evanglico era de un dinamismo espiritual novedoso. Mientras la teologa colonial estaba en una posicin dominante, aunque en declive, los protestantes venan desde abajo, aunque ganando renombre.

Agentes del Evangelio, o agentes extranjeros? (De mediados del siglo XIX hasta el Congreso de Panam)En la poca de la llegada de los protestantes confluyen varios factores religiosos y polticos que facilitan su entrada. Ya se ha mencionado, por ejemplo, el inters por la llegada de extranjeros para trabajar y cooperar en el progreso inicial de las nuevas naciones. Adems, se puede mencionar el liberalismo poltico y su unin filosfica con el positivismo, la aparicin de Inglaterra y Estados Unidos como nuevas potencias econmicas y polticas, la postura antiliberal del catolicismo y el anticlericalismo en las lites gobernantes de Amrica Latina. Con todos estos factores, el escenario era propicio para el establecimiento de los protestantes. A la vez, como se ver a continuacin, su teologa se vio influida por estas mismas corrientes ideolgicas y polticas.

Coincidencia de propsitos

Generalmente se acepta la asociacin entre protestantes y liberales en la segunda mitad del siglo XIX. Es en cuanto a los compromisos y alcances de esa alianza en donde las opiniones divergen. Jean Pierre Bastin analiza las distintas teoras: desde la hiptesis conspirativa, es decir que el protestantismo es parte de una conspiracin imperialista dirigida por Estados Unidos, hasta la hiptesis asociativa, segn la cual la asociacin se da debido a

la confrontacin entre una cultura poltica autoritaria y estas minoras que buscan fundar una modernidad burguesa basada en el individuo redimido de su origen de casta y por lo tanto igualado en una democracia participativa y representativa esperando con eso poner fin a los privilegios pluriseculares.

Lo que sugiere Bastin es, como dice Mguez Bonino, una convergencia de intereses ms que una similitud de ideas. En otras palabras, en el momento histrico que viva Amrica Latina, las metas liberales de la libertad personal, la secularizacin de la sociedad y la promocin de las minoras coincidan con los objetivos protestantes de libertad de culto y consiguiente disminucin del poder catlico, interpretacin individual de la Biblia y la prosperidad espiritual y material que eso traera a los habitantes de la regin.

Los intereses protestantes tambin concordaron con los de otras sociedades como los masones, quienes buscaban libertad y tolerancia como parte de sus tres principios fundamentales: ecumenismo religioso, integracin en sus grupos de todas las clases sociales y pacifismo. Algunos colportores y misioneros protestantes recibieron colaboracin de los masones y aun llegaron a usar las logias como puntos de predicacin. Un smbolo de esa cooperacin es el relato del misionero presbiteriano John Boyle, quien, cuando andaba en Minas Gerais, Brasil, y sin conocer a nadie que lo hospedara, pregunt si haba en la ciudad algn masn. De hecho, s lo haba y fue hospedado por l.

El investigador brasileo David Gueiros Vieira opina que la idea que hizo que concurrieran los intereses de los liberales, los protestantes y los francmasones en Latinoamrica fue la de progreso. l dice que este concepto era una de las ideas ms importantes de Occidente, ms an que las ideas de igualdad, justicia social y soberana popular y que con el tiempo estas ideas vinieron a incorporarse a aquello que se llamaba progreso. Para los liberales, la prosperidad material y poltica vena de pases protestantes, mientras que para los misioneros protestantes los gobiernos liberales constituan la oportunidad de alcanzar las condiciones prcticaslibertad de culto, separacin de Iglesia y Estadoque permitan su establecimiento. En otras palabras, si los liberales deseaban cambiar la sociedad para ajustarla a la modernidad, los protestantes ofrecan una buena alternativa para romper los patrones tradicionales e implantar nuevos.

Como puede verse, s hubo compatibilidad de metasaunque no de mtodosentre protestantes y liberales a finales del siglo XIX. Hay que aclarar, sin embargo, que los liberales vean a los protestantes solo como heraldos de progreso. El mensaje evanglico no era recibido por ellos. A la vez, la oposicin de las lites gobernantes hacia la Iglesia catlica no era por razones religiosas, puesto que los pases y sus lderes siguieron siendo catlicos. La enemistad se derivaba de ver el catolicismo como smbolo de la antigua sociedad y freno para el progreso y la libertad individual.

El impulso liberal del protestantismo

Una cosa es aceptar la coincidencia de propsitos y metas entre liberalismo y protestantismo. Otra es analizar las ideas liberales de los protestantes y hasta dnde influyeron en la teologa del movimiento, sobre todo en Amrica Latina. Para comenzar, se puede afirmar con confianza que la teologa protestante incorpor en su metodologa cierta mentalidad proveniente del liberalismo. Entre estos mtodos se puede mencionar formas ms cientficas de estudiar la Biblia, una disposicin para armonizar la fe con la ciencia y una mayor preocupacin por los asuntos sociales.

Por otra parte, hay evidencias de que los misioneros protestantes provenientes de Inglaterra y Estados Unidos aceptaban una cosmovisin liberal, positivista y optimista, agregando la idea de que el protestantismo sera el motor que impulsara el desarrollo de la sociedad, tanto en lo espiritual como en lo social. Virginia Garrard Burnett, profesora de Historia de la University of Texas, describe el caso de Edward Haymaker, uno de los primeros misioneros protestantes en Guatemala, quien era un experto en el positivismo y en la evolucin orgnica de la sociedad propuesta por Herbert Spencer. Con este trasfondo, Haymaker anunciaba que su meta era aplastar el romanismo...el cual somete a las masas a la pauperidad, el analfabetismo, supersticin y bestialidad. A continuacin, expresa su deseo de civilizar bajo modelos que en lo religioso eran protestantes y en lo social norteamericanos.

Debido a estas conexiones entre la fe evanglica y las ideas liberales, el movimiento protestante fue visto como parte de la vanguardia espiritual y social del continente. Para los evanglicos ello representaba un elocuente testimonio de la identificacin del protestantismo con causas que resultaban en beneficio de la sociedad en la que se mova. Es conocida, por ejemplo, la relacin de los protestantes con las causas abolicionistas de la esclavitud. Un ejemplo notable de ello es Robert Reid Kalley, considerado un pionero en cuanto a la lucha contra la esclavitud en Brasil. El misionero presbiteriano Emmanuel Vanorden opinaba que el abolicionismo era producto de la influencia de las Biblias distribuidas entre los estadistas brasileos. Caractersticas protestantes tales como la tica de trabajo, la libertad de conciencia y la educacin cientfica eran muy apreciadas. Debido a estas cualidades, muchos protestantes comenzaron a mejorar su nivel de vida y, por lo tanto, a ascender en la escala social del continente. En resumen, los evanglicos eran signo de progreso.

Sin embargo, muchos protestantes llegaron a identificar el estilo de vida y los intereses liberales anglosajones con las convicciones cristianas. Se produjo as todo un marco teolgicoincluido el evangelio socialque, consciente o inconscientemente, justificaba y acompaaba el colonialismo britnico y el expansionismo de los Estados Unidos. Ejemplos de esta actitud son las dos citas siguientes que vienen de prominentes lderes y misioneros evanglicos de la poca:

Me parece...que Dios con su infinita sabidura y habilidad, est aqu entrenando a la raza anglosajona para el momento, que seguro ha de venir en el futuro del mundo...de la responsabilidad, as lo esperamos, de la ms amplia libertad, de la ms pura cristiandad, de la ms avanzada civilizacin... No es razonable, entonces, creer que esta raza est destinada a desposeer a muchas que son dbiles, asimilar a otras y moldear el resto hasta que, en un sentido verdadero, haya transformado en anglosajona a la humanidad?

Centroamrica es nuestra responsabilidad. Otros no la van a evangelizar, Amrica debe hacerlo. El espritu de la doctrina Monroe gobierna ms que los ejrcitos europeos, desalienta los esfuerzos misioneros europeos y los mantiene a distancia.

Como puede verse, muchos evanglicos, siguiendo la mentalidad de la cultura de la que procedan, cometieron un error similar al de la Iglesia catlica colonial, al justificar las empresas expansionistas de las nuevas potencias mundiales, sin hacer una crtica desde el evangelio.

Por supuesto, esta no fue la actitud de todos. Robert Kalley dice que los liberales brasileos son unos infieles, que apenas utilizan el protestantismo para herir a la Iglesia catlica. El Congreso de Panam, aunque se mostr amistoso hacia los Estados Unidos, cita a autores que lo llaman esa otra Amrica, desdeosa del materialismo violento y de la codicia inmoral de los hombres prcticos y afirman que el trmino yankee es sinnimo...de comercio agresivo, despiadada desconsideracin de los derechos de las minoras.

Retroceso social

Todo este acercamiento con el liberalismo y las naciones liberales hace que, en el mbito popular, los evanglicos empiecen a perder el inters por enlazar sus convicciones doctrinales con la realidad contextual. Se pueden citar cuatro razones. En primer lugar, se mencionar lo que Mguez Bonino llama el fracaso del proyecto liberal, es decir, los pocos logros concretos en lo social que consiguieron los liberales en el continente. Junto con eso puede decirse que tampoco hubo muchos resultados espirituales. En el Congreso de Panam se habla de unos doscientos ochenta y cinco mil evanglicos de una poblacin total de unos ochenta millones de personas.

En segundo lugar, apareci cierto conformismo entre los lderes y misioneros evanglicos. El movimiento protestante era ms fiel a su misin en el mundo cuando se consideraba a s mismo la alternativa a un sistema religioso cerrado, opresivo y hostil. Cuando se logr la apertura religiosa del continente se perdieron motivaciones de lucha, ya que no se tena la fuerza moral para criticar un sistema socialel liberalismoque en cierta forma le serva de apoyo al movimiento.

En tercer lugar, las ideas sociales liberales no llegaron hasta el pueblo evanglico. Se mantuvieron en el nivel de un sector de misioneros y lderes. En general, los protestantes siguieron siendo evanglicos y evangelsticos en el sentido espiritual de ambos trminos. Ntese los ejemplos siguientes, provenientes de dos de los ms famosos hroes evanglicos del siglo pasado:

Al cargo de que yo era un misionero Protestante, me declar culpable y me glori en el hecho, reclamando el derecho de retener ese carcter tambin, y explicando que en la escuela no he enseado dogmas, sino aquellas cosas que estn contenidas en la Biblia.

Tuvimos en el entierro un servicio con la participacin de unas veinte personas. Al final cantamos la doxologa, una cosa no oda antes por los presentes. Nosotros creemos que este fue un buen testimonio para esta pobre gente... Los fanticos dicen que la muerte del Sr. Wilbur es un castigo de Dios y una derrota para nuestro trabajo, pero yo les dije...que si nuestro hermano ha cado en el campo, luchando como un buen soldado de Cristo, nosotros no nos daremos por vencidos...

La cuarta razn para esa prdida de inters en lo social es el aparecimiento de los grupos fundamentalistas, de santidad y pentecostales en la regin, a finales del siglo XIX y en los inicios del XX. Si antes el protestantismo era puritano y conservador, estos grupos de mucha influencia en el continente acentan esa tendencia. Su marcado pietismo y su propensin al anti-intelectualismo hacen que estas iglesias busquen una postura apoltica, escapista y ms individual de la experiencia religiosa.

El Congreso de Panam (1916)

Sin duda, el Congreso de Panam marca un hito en la historia del movimiento evanglico latinoamericano. Ah los lderes evanglicos misioneros adquieren conciencia de su propia identidad y sus propias fuerzas. Podra decirse, adems, que el Congreso represent el clmax de las aspiraciones, el pensamiento y aun las inconsistencias misioneras protestantes de esta poca y marca el inicio de otra etapa en la historia evanglica del continente. Es uno de esos eventos que funciona como una bisagra en el desarrollo histrico de la regin.

La reunin se llev a cabo en la zona del Canal de Panam, del 10 al 20 de febrero de 1916. Se cont con la asistencia de 481 personas, incluyendo 230 delegados, de los cuales solamente 9 eran latinoamericanos de nacimiento. El presidente fue el uruguayo Eduardo Monteverde, y los misioneros John R. Mott y Robert E. Speer fueron vicepresidentes. Samuel Guy Inman fue secretario ejecutivo. La agenda fue desarrollada por ocho comisiones de trabajo, las cuales cubran temas muy variados, desde exploracin y mtodos hasta cooperacin y trabajo femenino.

Podra decirse que este cnclave fue una anticipacin del camino que el movimiento protestante seguira. En primer lugar, marca el inicio de los esfuerzos de unidad y cooperacin que estimularan diversas clases de reflexin teolgica a distintos niveles en el continente. Su influencia puede verse en el hecho innegable de que una de las rutas ms evidentes en la teologa evanglica latinoamericana en el siglo XX fue la bsqueda de acuerdos en cuanto a una variada cantidad de temas concernientes a teologa, ministerio y misin en el contexto del continente. Esos intentos ayudaran a la emersin del movimiento ecumnico latinoamericano.

En segundo lugar, el Congreso es una especie de cumbre en relacin con la preocupacin social de los evanglicos. La razn principal era la afinidad en varios niveles entre la obra evanglica y el movimiento liberal modernista. Claras muestras de esta confianza del impacto social del protestantismo son las siguientes palabras provenientes de la descripcin del Congreso hecha por Erasmo Braga:

Si la influencia evanglica, ausente del origen de la Amrica latina, en la conquista, se hubiese definitivamente implantado aqu con ocasin de la independencia de las Colonias, probablemente otra sera la historia de las democracias ibero-americanas.

Sin embargo, surge una contradiccin en cuanto a la labor social. Existen en Panam evanglicos que abogan y apuestan por un mayor involucramiento social en el continente, pero, a la vez, existe una sospecha hacia el llamado evangelio social. Esa desconfianza lleva a muchos a eliminar la extensin social de sus objetivos expresos. Mguez Bonino le llama a esta dicotoma una postura conservadoramente progresista. Por otra parte, los grupos evanglicos que luego llegaran a ser mayoritarios, como los pentecostales y las iglesias provenientes de las misiones de fe, no se involucraron ni estuvieron conscientes de las discusiones teolgicas de Panam, Montevideo o La Habana, los congresos siguientes. Debido a ello, desde el Congreso, y aun antes, existe una tensin permanente dentro de la teologa y la accin de las iglesias latinoamericanas: deben los evanglicos involucrarse en tareas de accin social como parte de la misin, o no? La pregunta ha dado lugar a divisiones, sospechas, ataques y hasta condenas dentro del movimiento, y determina, en buena medida, qu clase de evanglico es cada individuo.

En tercer lugar, la educacin recibe una gran atencin y promocin. Con ello, los delegados reafirman la confianza casi ciega que el sistema liberal le tiene a la educacin como medio para escalar socialmente. El Congreso hace seis observaciones al respecto. 1) El alto porcentaje de analfabetismo en Amrica Latina demuestra su necesidad educativa. 2) La educacin evanglica debe ser tcnicamente igual a la educacin estatal. 3) Se debe procurar alcanzar a los latinoamericanos cultos. 4) Los lderes latinoamericanos necesitan una visin educativa distinta a la ya abandonada perspectiva catlica. 5) La preparacin educativa de los lderes latinoamericanos es inferior. 6) Las escuelas misioneras deben ensear tcnicas industriales y agrcolas para mejorar la economa de los pueblos. Resultados indirectos de este nfasis en la educacin son el movimiento juvenil en la dcada de los aos treinta y el movimiento estudiantil universitario unos aos despus.

En cuarto lugar, el Congreso aumenta la confianza y le da un gran impulso al movimiento evanglico como un todo. Ahora, las misiones tenan un cuadro general de la labor protestante en Amrica Latina, la cual, a pesar de sus defectoscomo la falta de aplicacin misionera a las necesidades del contexto y la falta de reconocimiento de las diferencias entre misionessera un magnfico punto de partida y referencia por muchos aos. Ese impulso dara origen, junto con otros factores, al crecimiento inusitado del movimiento protestante en esta regin del planeta.

Rasgos teolgicos de la poca

Por razones culturales y de afinidad filosfica, los lderes evanglicos se inclinan hacia posturas liberales, lo cual los coloca a la vanguardia del pensamiento social de esta poca. Se predica la conversin espiritual y el progreso material de los individuos. Hay ascenso social y logros importantes en materia de libertad de culto en varios pases. Adems, aparecen algunas seales de cooperacin y apoyo ministerial entre los diferentes grupos evanglicos. Irnicamente, el avance social hace que se pierda algo del impulso espiritual, ya que el movimiento termina siendo usado por los liberales para alcanzar sus propsitos frente al clero. Se podra decir que esta etapa fue la del progreso social individual. En la siguiente etapa, surgen nuevas y ms hondas inquietudes teolgicas acerca del papel del movimiento en la regin.

Conclusin

Los evanglicos latinoamericanos surgen como una alternativa no solo en el terreno religioso, sino tambin en el campo de la accin social en el continente. En estas primeras pocas, la teologa evanglica presenta rasgos evangelsticos en cuanto a actividad, polmicos en cuanto a sus relaciones con la religin establecida y de vanguardia en cuanto a su pensamiento poltico, econmico y social. Estas etapas histricas han visto a un movimiento evanglico ms o menos uniforme, con iguales intereses, identidad y sentido de misin. En la segunda parte del artculo se observar cmo aparecen divergencias teolgicas y metodolgicas dentro del movimiento, las cuales llevarn a una divisin teolgica clara, pero que, a la vez, permitir la aparicin de un pensamiento teolgico autctono y oportuno y, a la vez, bblico y consciente.

En la presente investigacin se acepta, en trminos generales, que los evanglicos son aquellas personas que han confesado pblicamente un compromiso con Jesucristo como Seor y Salvador y con la Biblia como la Palabra autoritativa de Dios. Dicho compromiso incluye, en la mente de la mayora de los evanglicos, adoptar como propias ciertas doctrinas bsicas tales como la justificacin por la fe sola, el imperativo de compartir su fe con los que an no la tienen, cambios visibles en la conducta de la persona y cierto sentido de pertenencia a una comunidad local de creyentes. Esta manera de referirse a los evanglicos es muy abarcadora, lo cual evita la inflexibilidad en cuanto a la identificacin de un grupo u otro como evanglico. En otras palabras, el acuerdo o desacuerdo con las lneas teolgicas ya expuestas hace la distincin entre un protestante evanglico y otro que no lo es. Se acepta que esta decisin conlleva el riesgo de generalizar ciertos eventos y caractersticas, pero la ventaja es que se sigue un camino de identidad que los mismos evanglicos prefieren seguir, en la mayora de los casos. Para estudiar la discusin en cuanto a los varios usos del trmino, vase Jos Mguez Bonino, Rostros del protestantismo latinoamericano (Buenos Aires: Nueva Creacin, 1995), pgs. 35-45, sobre todo la nota aclaratoria de la pg. 150; Emilio A. Nez, Conciencia e identidad evanglica y renovacin catlica, en dem, Teologa y Misin: Perspectivas desde Amrica Latina (San Jos, Costa Rica: Varitec, 1996), pgs. 64-70; Samuel Escobar, Catlicos y evanglicos en Amrica Latina ante el desafo misionero del siglo XXI, Kairs 14-15 (enero-diciembre 1994), pgs. 63-79.

Jos Mguez Bonino, Prlogo a Rubem Alves, Religin: opio o instrumento de liberacin (Montevideo: Ediciones Tierra Nueva, 1968), pgs. i-ii. Citadas, por ejemplo, por Ren Padilla, La teologa en Latinoamrica, Pensamiento cristiano 75 (septiembre 1972), pgs. 206-09; Alberto Roldn, Los caminos de la teologa protestante en Amrica Latina, Kairs 14-15 (enero-diciembre, 1994), pg. 143; Samuel Escobar, La fe evanglica y las teologas de la liberacin (El Paso, Texas: Casa Bautista de Publicaciones, 1987), pg. 61.

Padilla, La teologa en Latinoamrica, pg. 205. Las palabras del autor deben ser entendidas de la manera en la que l mismo las explica: ...nuestra afirmacin sintetiza un fracaso de la Iglesia en cuanto a su responsabilidad en relacin con el Evangelio: la de reflexionar desde la perspectiva de la revelacin de Dios, en torno al significado que sta tiene aqu y ahora, y en funcin de la misin de la Iglesia en esta situacin (pg. 206). Por supuesto, no es que el subcontinente haya carecido totalmente de teologa. Lo que sealaban importantes lderes evanglicos, como Padilla, es que faltaba reflexin en cuanto al significado del mensaje evanglico para las condiciones propias de Latinoamrica.

Sera injusto e inexacto sostener o sugerir que la teologa evanglica en Amrica Latina naci en CLADE I o con la fundacin de la Fraternidad Teolgica Latinoamericana en 1970. Por supuesto, a la vez, se puede declarar con seguridad que en la ltima parte del siglo XX la teologa formal y consciente de los evanglicos recibi impulsos importantes en diversas regiones del continente gracias, en buena medida, a CLADE y la FTL.

Como ejemplo de la forma original en la que se utiliza la expresin, vase Hermann Gnkel, Introduccin a los Salmos (Valencia, Espaa: Institucin San Jernimo, 1983), pgs. 24-25: La clasificacin (de los salmos) no puede depender de la propia inventiva, sino que debe estar fundamentada en los mismos materiales. El investigador debe procurar, en consecuencia, devolver a estos poemas estructura primitiva, la que les es natural. Debe analizar atentamente la entidad originaria de los mismos... cul pudo ser el contexto existencial (Sitz im Leben) de los salmos?

Pablo Deiros, Historia del cristianismo en Amrica Latina (Buenos Aires: Fraternidad Teolgica Latinoamericana, 1992), pgs. 212-14.

Eduardo Galeano, Las venas abiertas de Amrica Latina (Mxico D.F.: Siglo Veintiuno Editores, 1996), pgs. 38, 40.

John P. Gillin, Some Signposts for Policy, en Richard N. Adams, Oscar Lewis, John P. Gillin y otros, Social Change in Latin America Today (Nueva York: Vintage Books, 1960), pgs. 21-22. Gillin dice que de estas dos clases han surgido dos ms: una tmida clase media, sin los privilegios de la aristocracia, y un grupo de artesanos y trabajadores industriales, los cuales se ubican por encima de la clase baja. Sin embargo, el panorama bsico no ha cambiado demasiado.

William D. Taylor, Latin Americas Human Crises en William D. Taylor y Emilio A. Nez, Crisis in Latin America: An Evangelical Perspective (Chicago: Moody Press, 1991), pgs. 114-15. Taylor cita a estudiosos tales como E. Bradford Burns, Latin America: A Concise Interpretative History (Englewood Cliffs, Nueva Jersey: Prentice-Hall, 1986), pgs. 288-89, quien dice que cerca del noventa por ciento de las tierras est concentrado en el diez por ciento de la poblacin.

Samuel Escobar, Catholicism and National Identity in Latin America, Transformation 8/3 (julio-septiembre 1991), pg. 25.

Juan A. Mackay, El otro Cristo espaol (Mxico D.F.: CUPSA, 1988), pgs. 31-49.

Octavio Paz, El laberinto de la soledad (Mxico D.F.: Fondo de Cultura Econmica, 1976), pgs. 62-66. Este conocido escritor mexicano dice: La desconfianza, el disimulo, la reserva corts que cierra el paso al extrao, la irona, en fin, las oscilaciones psquicas con que al eludir la mirada ajena nos eludimos a nosotros mismos, son rasgos de gente dominada, que teme y que finge frente al seor. Estas palabras resumen muy bien la actitud indgena que mora en los pueblos de la regin.

Blanca Clarke, Testimonio de la comunidad garfuna en Asociacin Mundial para la Comunicacin Cristiana, Paradigmas indgenas de comunicacin (Guatemala: Fondo de Cultura Editorial, 1993), pg. 7.

Stanley Rycroft, Religin y fe en la Amrica Latina (Mxico D.F.: Casa Unida de Publicaciones, 1961), pg. 50. No es el propsito de esta investigacin hacer un anlisis de la sicologa o sociologa latinoamericana. Lo que se seala, nicamente, es que las diversas realidades del continente se explican, en buena medida, por la existencia de esa combinacin. Para observaciones evanglicas acerca del carcter de las distintas culturas que forman la identidad latinoamericana vase Arnoldo Canclini, Tras el alma de Amrica Latina (El Paso, Texas: Editorial Mundo Hispano, 1992); Rycroft, Sobre este fundamento (Buenos Aires: Ediciones La Aurora, 1942), pgs. 40-62.

De hecho, parece que muchos de los lderes principales del movimiento evanglico han sido mestizos. La facilidad de ellos para aceptar una nueva fe, distinta de la de sus padres, quiz se debe a la ausencia de ataduras ancestrales con la tribu y a una falta de identificacin con valores europeos. Teolgicamente, los evanglicos mestizos latinoamericanos han sido muy influidos por la teologa evanglica estadounidense.

Latin America, History of, Encyclopaedia Britannica on CD-ROM (Londres: Britannica Publishers, 2000).

Simn Bolvar, Manifiesto de Bolvar a los pueblos de Venezuela, libro electrnico (http://www.elaleph.com, 1999), pg. 13. En estas palabras resuenan ideas de la revolucin francesa y de la Ilustracin, tales como la libertad, la igualdad y el bien comn como meta del estado.

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Simn Bolvar, Discurso sobre el proyecto de Constitucin para Bolivia, libro electrnico (http://www.elaleph.com, 2000), pg. 9.

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Mackay, El otro Cristo, pg. 59.

Rycroft, Sobre este fundamento, pg. 66.

Escobar, La fe evanglica, pg. 17, citando a Leandro Tormo, Historia de la Iglesia en Amrica Latina. 1. La Evangelizacin (Madrid: FERES-OCHSA, 1962), pg. 150.

Rycroft, Sobre este fundamento, pg. 80, citando a Carlos Octavio Bunge, Nuestra Amrica (Buenos Aires: Vaccaro, 1918), pg. 93.

La diferencia fundamental de esta metodologa con la de Mguez Bonino es que, mientras el telogo argentino separa por razones doctrinales y aun ideolgicas las principales corrientes del protestantismo, lo que se har en este trabajo es ver el movimiento evanglico como un todo, planteando fases histricas por las que ha pasado su teologa. No necesariamente es un mejor mtodo; simplemente es distinto. Su ventaja es que presentar la historia de la teologa evanglica latinoamericana en forma unificada. De todas maneras, como cualquier trabajo teolgico, este anlisis est sujeto a refinamientos.

Quiz la ms aceptada es la de Orlando Costas, La realidad de la iglesia evanglica latinoamericana, en Ren Padilla, ed., Fe cristiana y Latinoamrica hoy (Buenos Aires: Ediciones Certeza, 1975), pgs. 1-40: comunidades de trasplante, iglesias fruto del movimiento misionero (tambin llamadas evanglicas) e iglesias pentecostales. Alberto Roldn agrega las iglesias histricas en su anlisis. Vase Alberto Roldn, Evangelio y antievangelio (Mxico D.F.: Ediciones Kyrios, 1993), pg. 76.

Justo Gonzlez, La era de los conquistadores (Miami: Editorial Caribe, 1980), pg. 213.

Aunque se reconoce la llegada de protestantes durante la poca colonial, para los propsitos de esta investigacin se consideran los primeros protestantes a aquellos que lograron permanecer hasta implantar la obra evanglica en el continente.

Este aspecto poco estudiado de la inmigracin europea hacia Amrica Latina puede verse en Martin N. Dreher, Protestantismo de inmigracin en Brasil, su implantacin en el proyecto liberal modernizador y las consecuencias del mismo, Cristianismo y sociedad 99 (1989), pg. 74.

Walther L. Bernecker, Intolerancia religiosa e inmigracin en Mxico (Siglo XIX), Cristianismo y sociedad 99 (1989), pg. 12, citando el texto del tratado Treaty of Amity, Commerce and Navigation Between His Majesty and The United States of Mexico, Londres, 1828.

Costas, La realidad de la iglesia evanglica, pg. 8.

Deiros, Historia del cristianismo, pgs. 622-37.

Una excepcin son las colonias menonitas que se establecieron en varios puntos de Paraguay. Estas comunidades llegaron buscando tierras que colonizar y como refugiados. Para una descripcin de estas colonias y su influencia vase Margarita Durn Estrag, La repblica menonita del Chaco, Cristianismo y sociedad 99 (1989), pgs. 75-82.

Es muy ilustrativo que, aun hoy, haya denominaciones en Brasil con el nombre de Iglesia Evanglica Alemana de Ro Grande do Sul o Iglesia Luterana Alemana de Brasil.

Costas, La realidad de la iglesia evanglica, pg. 18.

Julio de Santa Ana, Cristianismo sin religin (Montevideo: Editorial Alfa, 1969), pg. 44.

Dreher, Protestantismo de inmigracin, pgs. 61-66.

Goslin menciona el caso de los presbiterianos escoceses en Argentina y los valdenses en Uruguay; Toms S. Goslin, Los evanglicos en la Amrica Latina (Buenos Aires: Editorial La Aurora, 1956), pgs. 34-39.

Deiros, Historia del cristianismo, pg. 638.

Dreher, Protestantismo de inmigracin, pg. 67. El autor menciona el dato ilustrativo de que en el municipio de Teutonia, en Ro Grande do Sul, solo haba siete analfabetos en 1984.

Fred Jongkind, tica protestante y progreso econmico: Las colonias agrarias holandesas calvinistas en Argentina y Brasil, Cristianismo y sociedad 99 (1989), pgs. 83-99.

Aristmeno Porras, Sociedades Bblicas en Amrica Latina, en Wilton M. Nelson, ed., Diccionario de Historia de la Iglesia (Miami: Editorial Caribe, 1989), pg. 967.

Mackay, El otro Cristo, pg. 243. Hay que recordar que los ejemplares que Thomson y otros colportores distribuan eran de la traduccin de Scio de San Miguel.

Juan B. A. Kessler, Thomson, Diego (1788-1854), en Wilton M. Nelson, ed., Diccionario de Historia de la Iglesia (Miami: Editorial Caribe, 1989), pg. 1012.

Deiros, Historia del cristianismo, pg. 646.

Julian Curtis Bridges, A Study of the Number, Distribution, and Growth of the Protestant Population in Mexico, (tesis de maestra, University of Florida, 1969), pg. 8.

Pablo Prez Morales, Misin y liberacin (Puebla: Ediciones Las Amricas, 1976), pgs. 42-43.

Wilton M. Nelson, El protestantismo en Centro Amrica (Miami: Editorial Caribe, 1982), pg. 47. El caso de Guatemala es un ejemplo tpico: los protestantes fueron invitados por el presidente liberal Justo Rufino Barrios, quien pareca tener motivos econmicos (atraccin de inversionistas extranjeros) y polticos (contrarrestar el poder de la Iglesia Catlica).

Citado por Rycroft, Sobre este fundamento, pg. 91.

Deiros, Historia del cristianismo, pgs. 643-48. Mongiardino muri apedreado en Bolivia; de Palma pudo llegar a Venezuela aprovechando la derrota de las posturas clericales. Norwood fue puesto en prisin y apel a la embajada norteamericana para su liberacin.

Rycroft, Sobre este fundamento, pg. 91.

Mackay, El otro Cristo, pg. 245.

Daniel P. Monti, Presencia del protestantismo en el Ro de la Plata durante el siglo XIX (Buenos Aires: Editorial La Aurora, 1969), pg. 50.

David R. Powell, James (Diego) Thomson, Iglesia y misin 52 (abril-junio, 1995), pg. 20, citando Cartas de Diego Thomson, Precursores evanglicos, seleccin de Samuel Escobar (Lima: Presencia, 1984), pg. 15.

Juan Kessler, Historia de la evangelizacin en el Per (Lima: Ediciones Puma, 1993), pg. 55.

Peticin presentada por los seores Francisco Navarrete, Diego Thomson y Camilo Vergar, solicitando la creacin de una escuela mixta en la capital, poca 1 (julio 1995), pgs. 73-74.

Deiros, Historia del cristianismo, pg. 645.

Goslin, Los evanglicos, pg. 20.

Jean Pierre Bastin, Historia del protestantismo en Amrica Latina (Mxico D.F.: CUPSA, 1986), pgs. 178-88. La hiptesis conspirativa estuvo de moda en algunos crculos de reflexin de tendencia mayormente izquierdista. Para ellos, el protestantismo era, prcticamente, la punta de lanza del capitalismo en varias regiones, incluida Amrica Latina.

Mguez Bonino, Rostros del protestantismo, pg. 14.

David Gueiros Vieira, Liberalismo, masonera y protestantismo en Brasil en el siglo XIX, Cristianismo y sociedad 92 (1987), pgs. 12-13. Este autor hace un repaso de la historia y filosofa de la masonera del siglo XIX y dice que la actividad principal de estos grupos era reunirse para filosofar y discutir las ciencias, sobre todo las matemticas.

Antonio Gouvea Mendona, Incorporacin del protestantismo y la Cuestin Religiosa en Brasil en el siglo XIX, reflexiones e hiptesis, Cristianismo y sociedad 92 (1987), pg. 45.

Vieira, Liberalismo, masonera y protestantismo, pg. 17.

Gouvea Mendona, Incorporacin del protestantismo, pg. 34.

Virginia Garrard Burnett, Positivismo, liberalismo e impulso misionero: Misiones protestantes en Guatemala, 1880-1920, Revista Reflexin 1 (s.f.), pg. 10.

Edward Haymaker, A Study in Latin American Futures, hojas mimeografiadas (1916), pg. 26.

Prez Morales, Misin y liberacin, pg. 44.

Gueiros Vieira, Liberalismo, masonera y protestantismo, pg. 27.

Garrard Burnett, Positivismo, liberalismo e impulso, pg. 14, citando a Josiah Strong, The New Era: The Coming Kingdom (Nueva York: The Baker and Taylor Company, 1893), pgs. 78-79.

Haymaker, A Study in Latin American Futures, pg. 5.

Gueiros Vieira, Liberalismo, masonera y protestantismo, pg. 21, citando a Joao Gomes da Rocha, Summary of Events in Dr. Kalleys Life, manuscrito encontrado en la biblioteca de la Iglesia Fluminense, Ro de Janeiro.

Erasmo Braga, Pan-americanismo: Aspecto religioso (Nueva York: Sociedad para la Educacin Misionera en los Estados Unidos y Canad, 1917), pg. 19. Estas palabras reflejan cierta actitud anti-yanqui que exista en Amrica Latina en la poca. Ejemplos de ella son Ariel, de Jos Enrique Rod, y el poema A Roosevelt, de Rubn Daro.

Mguez Bonino, Rostros del protestantismo, pgs. 25-26.

Christian Work in Latin America, vol. 3 (Nueva York: The Missionary Education Movement, 1917), pg. 473.

Federico Crowe, The Gospel in Central America (Londres, 1850), pg. 557. Esta es una traduccin libre de una de las ocasiones en las que Crowe fue interrogado por las autoridades civiles en Guatemala y acusado de diversos delitos, entre ellos, el mencionado en la cita.

Francisco Penzotti, Carta a la Sra. Mary Wilbur, The Central American Bulletin 1/4 (1894), citado por Roger Araica Salas, Hijos de la misin (Managua: Visin Mundial, 1999), pgs. 29-31. Se vislumbran los enemigos contra los que luchan: la ignorancia religiosa, el fanatismo y las enfermedades. En toda la carta se siente un inters evangelstico casi exclusivo.

Hiber Conteris, La comunidad protestante y la realidad social de Amrica Latina, Cuadernos de marcha 29 (septiembre, 1969), pg. 16.

Mguez Bonino, Rostros del protestantismo, pg. 30.

Juan Kessler y Wilton M. Nelson, Panam 1916 y su impacto sobre el protestantismo latinoamericano, Pastoralia 2 (noviembre 1978), pgs. 6-7.

Juan Schwindt y Sergio Marcos Pinto Lpez, Latin American Council of Churches, en Nicholas Lossky, Jos Mguez Bonino y otros, eds., Dictionary of the Ecumenical Movement (Grand Rapids: William B. Eerdmans Publishing Company, 1991), pg. 593.

Braga, Pan-americanismo, pg. 46.

Kessler y Nelson, Panam 1916, pg. 17.

Mguez Bonino, Rostros del protestantismo, pg. 22.

Este desconocimiento casi total contina hasta el da de hoy entre los evanglicos llamados conservadores.

Braga, Pan-americanismo, pgs. 145-146.

J. Sinclair, Panam, http://www.pcusa.org/pcusa/wmd/ywla/Missionpage.htm.

Kessler y Nelson, Panam 1916, pg. 14.