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1 de que Jesús también ha cargado con mi culpa y mi cruz”. En la actualidad, el padre visita cada mes a su hijo, y ambos quieren quedarse en la Fazenda para ayudar a otros jóvenes. El perdón nos abre los ojos al misterio de la salvación. Lleva en sí el deseo de redimir toda culpa, por grande que sea, y está dis- puesto a hacerse cargo del su- frimiento ocasionado por la culpa. El hombre misericor- dioso convierte su vida en re- galo para todos, y este es el misterio que aprenden los jóve- nes en las Granjas de la Espe- ranza. Ellos son los que luego fortalecen y enderezan a los demás. Gracias, queridos amigos, por colaborar en este maravilloso plan de la Misericordia Di- vina y por llenar muchos corazones con el espíritu de la paz y la reconciliación. Os bendice, agradecido, vuestro P. Martin M. Barta Asistente Eclesiástico posterior proceso de curación. A menudo, la propia culpa y la culpa de terceros, que suele estar profundamente arraigada en las familias, parece insuperable. Quien con estas profundas heridas llama a la puerta de estas granjas está quemado y suele estar a punto de claudicar. Son la oración, los sa- cramentos y el amor en el seno de la comu- nidad los que les infunden fuerzas para el perdón, obrando así la salvación. Uno de los jóvenes nos contó cómo su padre había convertido su vida en un in- fierno, por lo que solo sentía un profundo odio hacia él. Durante veinte años no hubo ningún contacto entre ellos, pero tras sus primeras semanas en una Fazenda, el joven pudo escribir una carta de cuatro páginas y perdonar a su padre. “Esta reconciliación”, dijo con lágrimas en los ojos, “se convirtió, antes de que mi padre recibiera la carta, en un regalo inesperado para mí mismo. Sentí en mi interior la cercanía de Jesús y la fuerza de su misericordia, y me di cuenta Todavía tengo presente esta impactante imagen: en la capilla, jóvenes apiñados y con todo tipo de tatuajes y aretes entonan con fuerza y alegría el Hosanna de la litur- gia del Domingo de Ramos. Para mí, esta es una imagen del triunfo del amor de Cristo, que puede conmover y cambiar in- cluso los corazones más duros. ¡Un milagro pascual perma- nente! En la Fazenda da Espe- rança -Granja de la Esperanza- de Brasil pude vivir así directa- mente la alegría de la Resurrec- ción. Los 120 ex drogadictos que conviven en ella no tienen un pasado bonito, y sus historias llenas de dolor tienen una cosa en común: con mayor o menor culpa y por desamparo, han arruinado tem- pranamente su vida, y solo un milagro, si- milar al de la resurrección de un muerto, ha podido salvarlos. Realmente, la Granja de la Esperanza representaba para ellos la úl- tima esperanza. El fundador de estas Fazendas, el Padre Franciscano Fray Hans, nos explicó que los recién llegados tienen que aprender solo una cosa en las primeras semanas: a perdo- nar. Este paso es imprescindible para el “El hombre misericordioso convierte su vida en regalo para todos” “Cristo nos exige un amor que mueva monta- ñas, y como nunca pide lo imposible, podemos, con la fuerza de nuestra fe, allanar también montañas de miseria e ignorancia, de malenten- didos, de odio y de falta de amor. Esto es, en la mayoría de los casos, una obra de reconcilia- ción que solo puede realizarse mediante la oración, la humildad y el amor desinteresado”. Padre Werenfried van Straaten (1913-2003) Sonrisas de felicidad: En las Granjas de la Esperanza, los jóvenes retornan a la vida. Nº 5. Junio/Julio de 2014 Los donativos entregados a esta Asociación son deducibles en la Declaración de la Renta. C.I.F. nº R-2800175-H ©Caris Mendes - Centro Santa Chiara Audiovisuais

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de que Jesús también ha cargado con miculpa y mi cruz”. En la actualidad, el padrevisita cada mes a su hijo, y ambos quierenquedarse en la Fazenda para ayudar a otrosjóvenes.

El perdón nos abre los ojos al misterio dela salvación. Lleva en sí el deseo de redimirtoda culpa, por grande que sea, y está dis-

puesto a hacerse cargo del su-frimiento ocasionado por laculpa. El hombre misericor-dioso convierte su vida en re-galo para todos, y este es elmisterio que aprenden los jóve-nes en las Granjas de la Espe-

ranza. Ellos son los que luego fortalecen yenderezan a los demás.

Gracias, queridos amigos, por colaborar eneste maravilloso plan de la Misericordia Di-vina y por llenar muchos corazones con elespíritu de la paz y la reconciliación.

Os bendice, agradecido, vuestro

P. Martin M. BartaAsistente Eclesiástico

posterior proceso de curación. A menudo,la propia culpa y la culpa de terceros, quesuele estar profundamente arraigada en lasfamilias, parece insuperable. Quien conestas profundas heridas llama a la puerta deestas granjas está quemado y suele estar apunto de claudicar. Son la oración, los sa-cramentos y el amor en el seno de la comu-nidad los que les infunden fuerzas para el

perdón, obrando así la salvación.

Uno de los jóvenes nos contó cómo supadre había convertido su vida en un in-fierno, por lo que solo sentía un profundoodio hacia él. Durante veinte años no huboningún contacto entre ellos, pero tras susprimeras semanas en una Fazenda, el jovenpudo escribir una carta de cuatro páginas yperdonar a su padre. “Esta reconciliación”,dijo con lágrimas en los ojos, “se convirtió,antes de que mi padre recibiera la carta, enun regalo inesperado para mí mismo. Sentíen mi interior la cercanía de Jesús y lafuerza de su misericordia, y me di cuenta

Todavía tengo presente esta impactanteimagen: en la capilla, jóvenes apiñados ycon todo tipo de tatuajes y aretes entonancon fuerza y alegría el Hosanna de la litur-gia del Domingo de Ramos. Para mí, estaes una imagen del triunfo del amor deCristo, que puede conmover y cambiar in-cluso los corazones más duros.¡Un milagro pascual perma-nente! En la Fazenda da Espe-rança -Granja de la Esperanza-de Brasil pude vivir así directa-mente la alegría de la Resurrec-ción. Los 120 ex drogadictosque conviven en ella no tienen un pasadobonito, y sus historias llenas de dolor tienenuna cosa en común: con mayor o menorculpa y por desamparo, han arruinado tem-pranamente su vida, y solo un milagro, si-milar al de la resurrección de un muerto, hapodido salvarlos. Realmente, la Granja dela Esperanza representaba para ellos la úl-tima esperanza.

El fundador de estas Fazendas, el PadreFranciscano Fray Hans, nos explicó que losrecién llegados tienen que aprender solouna cosa en las primeras semanas: a perdo-nar. Este paso es imprescindible para el

“El hombre misericordiosoconvierte su vidaen regalo para todos”

“Cristo nos exige un amor que mueva monta-ñas, y como nunca pide lo imposible, podemos,con la fuerza de nuestra fe, allanar también

montañas de miseria e ignorancia, de malenten-didos, de odio y de falta de amor. Esto es, en lamayoría de los casos, una obra de reconcilia-ción que solo puede realizarse mediante la

oración, la humildad y el amor desinteresado”.Padre Werenfried van Straaten

(1913-2003)

Sonrisas de felicidad: En las Granjas de la Esperanza, los jóvenes retornan a la vida.

Nº 5. Junio/Julio de 2014

Los donativos entregados a esta Asociación son deducibles en la Declaración de la Renta.

C.I.F. nº R-2800175-H

©Caris Mendes - Centro Santa Chiara Audiovisuais

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Reconciliaci

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El objetivo es el diálogo y el perdónEl amor se demuestra en la fidelidady culmina en el perdón. Esto es fácilde decir, pero ¿cómo van a perdonarlos padres y las madres a los asesi-nos de sus hijos o a los violadoresde sus hijas o nietas?

Los traumas de la guerra pesan mucho enel alma y, a menudo, durante toda la vida.La congregación de las Hermanas Adora-doras de la Sangre de Cristo en Banja Luka(Bosnia-Herzegovina) intenta curar estasheridas. “Si no tenéis la fuerza de perdonar,dejadlo en manos de Jesús: él perdonará envuestro lugar”. Consejos como este tras unalarga conversación llevan la paz a las almasmartirizadas. Las religiosas piden consejoa psicólogos, psiquiatras y sacerdotes paraatender pastoralmente a las víctimas de laguerra y a los que retornan. En su conventoNueva Nazaret organizan encuentros paralos abandonados, los expulsados y los trau-matizados. En conversaciones en las que, amenudo, no pueden hacer más que escu-char, en tiempos de silencio y de oración, yen talleres con profesionales, ayudan a su-perar el pasado. Ellas hacen posible el per-dón y curan las heridas: así se efectúa lareconciliación. Nosotros hemos prometido7.000 euros para los gastos de viaje, la lo-gística y la manutención de estos progra-mas.

En otro orden de magnitud se realiza lalabor por el futuro: el Centro Pastoral Juve-

nil Juan Pablo II de Sarajevo se encuentraen una fase de construcción avanzada quecuesta 1,3 millones de euros. Nosotros con-tribuimos con 200.000 euros. En este cen-tro de reconciliación, que también cuentacon una capilla católica, vivirán en el diá-logo jóvenes cristianos y musulmanes, y, dehecho, ya lo hacen. El director del centro,P. Simo Marsic, explica: “Cuando los jóve-nes conocen su fe, saben cómo ir al encuen-tro de los demás. El Evangelio nos abre alos demás, ya no tenemos más miedo”.

Alegre en la fe y libre de miedo es comotambién el P. Sebastiano afronta desde haceaños el diálogo de reconciliación con losmusulmanes de Mindanao (Filipinas).Cierto es que entretanto necesita un guar-daespaldas, pero también cosecha éxitos. Unalto funcionario musulmán ha participado ensus cursos y su iniciativa se ha convertido en

el mayor foro interreligioso de toda la re-gión. El año que viene, la Iglesia celebra enFilipinas el quinto centenario de la llegadadel Cristianismo, y eso ha animado al sacer-dote y su equipo a lanzar un programa trie-nal: educan a laicos para el diálogo en suslugares de trabajo, organizan cursos de docejornadas para grupos de catequistas de 50participantes cada uno, invitan a jóvenes y apersonas que inician su vida laboral a la“fuente de energía del silencio” (24 horasde oración), y editan cuadernos y folletos.Este año, las prioridades se centrarán en losprincipios de la fe y la moral; en 2015, ladoctrina social católica y la misión para lospobres ocuparán un lugar central, y el año2016 estará consagrado a la Eucaristía y lafamilia. Existen muchas formas de anunciarla fe, pero el testimonio y el diálogo sondos condiciones previas para ello. Nosotrosle hemos prometido al P. Sebastiano poraño 20.000 euros. •

Un techo para todos: El centro juvenilde Sarajevo.

El amor y la oración curan: Religiosascon expertos en Banja Luka.

El diálogo rompe los alambres de es-pino: Capilla en Zamboanga (Filipinas).

Cotidianeidad en Mindanao (Filipinas):Suburbios, mezquita, capilla, soldado.

Todo donativo recibido se destinará a éste o a proyectos similares, con el fin de hacer posible la labor pastoral de Ayuda a la Iglesia Necesitada.

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Centros religiosos: Bautizo en el seminariode Abbé Ngidi cerca de Boma/RD Congo.

Todos ayudan: Seminaristas de Fenoa-rivo alimentando gansos.

Los buenos sacerdotes son los cimientosÁfrica

África es, para la Iglesia, un continente de esperanza: en ningún otro lugar laIglesia crece más rápido y en ningún otro lugar hay tantas vocaciones, queson la clave de esta fuerza espiritual. Sin embargo, en ningún otro lugar estan grande la necesidad material como en los países del Continente Negro.

El motivo más frecuente de las numerosasvocaciones en África es el buen ejemplo delos sacerdotes en las parroquias. Isai queríaser sacerdote, médico u oficial del Ejército.“El testimonio de mi párroco me condujo alseminario”, asegura. Para muchos otros delos 152 seminaristas del seminario de Mbu-jimayi (República Democrática delCongo) fueron “la forma de vida”, “la devo-

“La familia es el camino de la Igle-sia”, escribió San Juan Pablo II. Ade-más, es el camino hacia la paz y lareconciliación, y el tema principalpara África en 2014/2015.

En la familia, los niños aprenden a rezar…si los padres rezan. En ella también apren-den lo que es la fidelidad, siguiendo elejemplo del padre y la madre. Y aprendena perdonar… si también sus padres perdo-nan. El matrimonio es el núcleo vital de lasociedad, y por eso, el Obispo de Byumba

Escuela de la paz(Ruanda), Mons. Servilien Nzakamwita,concede especial importancia a la forma-ción humana y religiosa de los matrimo-nios. Su programa es eficaz, y nosotros losubvencionamos con 6.500 euros. Ahoraya hay más de 5.000 parejas en condicionesde formar a otras parejas. No solo aprendena vivir las virtudes cristianas y a conducirhogares cristianos, sino también la planifi-cación familiar natural, y abordan el signi-ficado de la familia para la sociedad. “Lafamilia es la escuela de la vida”, dice elObispo. Para el traumatizado país de

“El vínculo conyugal es el reflejo de lafidelidad y el amor del Creador” (Papa Francisco).

ción en la Santa Misa”, “la franqueza y la in-tegridad”, “la alegría de vivir” o también lafuerza de los sacerdotes a la hora de “anun-ciar la Palabra”. Otros sintieron la llamadade Dios durante la lectura del Evangelio. Elaño pasado aún eran 116 seminaristas. Laformación de los jóvenes para convertirlosen sacerdotes ejemplares cuesta más dinerodel que dispone Mons. Bernard KasandaMulenga. Por eso lo apoyamos con 30.000euros.

En octubre, el Arzobispo de Parakou(Benín), Mons. Pascal N’Koué, quiere abrirun seminario para vocaciones procedentes,sobre todo, de las zonas rurales, donde pro-

Ruanda y el martirizado continente, tam-bién es la escuela de la paz. •

A 50 kilómetros de Monrovia (Liberia)acaba la civilización asfaltada y co-mienzan la ciénaga y la selva. Sin un to-

doterreno, el P. Melvin y el “equipovocacional” de la Diócesis de Cape Pal-mas no tendrían ninguna posibilidad deacceder a los creyentes y los numero-sos catecúmenos. Nosotros hemos pro-metido 7.750 euros para un vehículocon el que vencer el lodo.

liferan las sectas. Nosotros le ayudamos aerigir los modestos edificios con 65.000euros. Y en la Diócesis de Fenoarivo-Atsi-nanana (Madagascar), donde los cristianosrepresentan un 2% de la población, todoscontribuyen a fortalecer en la fe a los 107 se-minaristas. No obstante, sigue siendo nece-saria vuestra generosidad (30.000 euros).“La oración, el estudio, la fraternidad y lavida apostólica: estos son los cuatro pilaresde la formación en el seminario”, enseña elPapa Francisco. Gracias a vosotros, los se-minarios africanos pueden funcionar acordea ello. •

©Ilona Budzbon/ACN

Todo donativo recibido se destinará a éste o a proyectos similares, con el fin de hacer posible la labor pastoral de Ayuda a la Iglesia Necesitada.

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Hace un año podíamos leer en el Boletín: “El que aguanta en Homs, como elP. Frans van der Lugt, vive ante la posibilidad del martirio. ‘Nosotros no pen-samos en el martirio’, dice el Padre cuando conseguimos hablar con él porteléfono. ‘Lo que intentamos es solucionar las necesidades más apremian-tes’”. Y eso fue lo que hizo, gracias a vuestra ayuda, hasta su martirio el 7 deabril. Los islamistas arrastraron al Jesuita de 75 años a la calle y lo abatieron

a tiros. Durante más de cincuentaaños, había dado testimonio en Siriadel amor de Cristo hacia las personasque sufren, al final en la ciudad deHoms, donde permaneció junto conlas últimas decenas de cristianos.Solía decir: “Yo no veo a musulmaneso a cristianos, sino a personas. Soy elúnico sacerdote y el único extranjeroen este lugar, pero no me siento forá-neo”. Ahora está en casa.

Necesidad, amor y gratitud: Vuestras cartas

Barón JohannesHeereman ,Presidenteejecutivo

Queridos amigos:Hace algunas semanas pude celebrar mi70° cumpleaños. Pasamos tres días connuestros hijos, y pude volver a constatarque en el balance de mi vida la familiaocupa, con mucho, el lugar más impor-tante. Seguramente, esto le pasa a la ma-yoría de la gente, aunque tampoco seararo hoy en día que una política hostil ala familia impida la satisfactoria expe-riencia familiar. Pero una cosa es cierta:es la Iglesia la que, desde el principio, hadefendido el matrimonio y la familiacomo nido de amor y vida designado porDios. En estos momentos, esto me parecemás necesario que nunca, porque se estácuestionando la naturaleza del hombre yporque, como dijo en una ocasión un Car-denal sabio, “ya no vivimos en la era delas cosmovisiones, sino en la era de las vi-siones sobre el ser humano”. Muchos sacerdotes, religiosas y laicosviven la familia como una realidad espi-ritual, y como padres y madres espiritua-les hacen que las personas sientan, en sunecesidad, la cercanía familiar de Dios.Ya sea en la confesión, ya sea en la aten-ción a los ancianos, en la pastoral juvenil,en la ayuda a las familias, en la prepara-ción para el matrimonio o en la protec-ción de la vida: en todos los ámbitos, obraa través de ellos la gracia del amor divino.Y en muchos de estos lugares, vosotroscontribuís a ello, y por ello os doy las gra-cias de corazón.

Ustedes nos indican las necesidadesMi donativo es pequeño, pero a élquiero añadir unas palabras para decir-les hasta qué punto estimo el Boletín.Recibo muchas revistas y cartas de or-ganizaciones sin ánimo de lucro, pero lasuya es una de las pocas que no utilizanun lenguaje manipulador para desper-tar sentimientos de culpa y “obligarle”a uno así a donar dinero. De verdad queeso lo aprecio mucho. Ustedes sencilla-mente indican las necesidades… ¡y haytantas! A mí me gusta entregar un dona-tivo a Ayuda a la Iglesia Necesitadasiempre que puedo, y sé que mi dineroirá a donde se necesita.

Un bienhechor australiano

Extraordinaria labor Resulta ilustrador conocer a través delBoletín la maravillosa labor de las reli-giosas, que aportan alegría y ayudan alos necesitados en los diferentes países.Sin duda, fortalece mi fe el leer sobreaquellos que sirven a la Iglesia y sobre

la extraordinaria labor que realizaAyuda a la Iglesia Necesitada. Adjunto uncheque para ustedes. ¡Que Dios sigabendiciendo sus esfuerzos!

Un bienhechor de Estados Unidos

Ayuda a través de estipendios de MisaComo estamos bendecidos con numero-sas intenciones de Misa y como nuestraparroquia valora mucho su Fundación,hemos decidido hacerles llegar las inten-ciones sobrantes.

Un párroco austriaco

Premio de la lotería parroquialAyer recibí dos cartas: en una había uncheque por 25 libras -el premio principalde la lotería parroquial de la semana pa-sada- y, en la otra, me encontré sus im-pactantes informes sobre los cristianosperseguidos y sobre el bien que hacen us-tedes. ¡Todo parecía indicar que el che-que era para ustedes! Sigan así; ustedeshacen lo que nosotros no podemos hacer.

Un bienhechor británico

Redacción: Jürgen LiminskiEditor responsable: Kirche in NotEl Boletín es gratuito, aunque se aceptan donativos para ayudar a suenvío. Impreso en España. De licentiacompetentis auctoritatis ecclesiasticae.D.L.M.-11011-1986www.acn-intl.org

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BANCO POPULAR ES1200750080170601667548 LA CAIXA ES2121002415420200140293 BANCO SANTANDER ES7400492674592814342966

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Ferrer del Río 14,28028 MADRIDTel. 91 725 92 12

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