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Julio César García Díaz LA DIVISIÓN DEL NORTE Revolución Mexicana
1
ÍNDICE
Presentación…………………………………………………………………..p. 2
Introducción……………………………………………………………………p. 2
Antecedentes………………………………………………………………….p. 3
Panorama general de la Revolución (1910-1914)………………………...p. 7
La División del Norte………………………………………………………….p. 9
Los Dorados…………………………………………………………………...p.12
Celaya: el comienzo del fin…………………………………………………..p.13
Conclusiones…………………………………………………………………..p.15
Bibliografía……………………………………………………………………..p.16
Anexos………………………………………………………………………….p.17
Julio César García Díaz LA DIVISIÓN DEL NORTE Revolución Mexicana
2
PRESENTACIÓN.
El presente trabajo de la materia de Revolución Mexicana, es el fruto de la
investigación realizada en base al tema de: La División del Norte, liderada por
Francisco Villa, que duró como un gran bloque conformado durante dos años
(1913-1915), en donde pongo como límite temporal de esta agrupación hasta la
batalla llevada a cabo en Celaya, aunque sabemos que la actividad militar de Villa
siguió hasta entrando la década de los veinte, antes de su rendición y retiro, hasta
su asesinato en 1923.
Con este ensayo, pretendo mostrar la configuración social de la División, ya
que la Revolución Mexicana significó la movilización de gran cantidad de personas
para tomar un papel activo en el conflicto, para luchar por tener una mejor
condición de vida, considerando las tropas del Ejército Libertador del Sur (Zapata)
y de la División del Norte, como ejércitos de base popular.
INTRODUCCIÓN.
Hablar de Pancho Villa es hablar de un personaje importante y que ha trascendido
en la historia nacional, independientemente de las diversas leyendas que se han
creado en torno a su figura. En esta ocasión quiero tocar un tema referente a la
organización militar y social que encabezó este personaje: La División del Norte.
A pesar de su efímera vida como grupo militar y bajo el liderazgo de Villa,
este tema ha generado diversos estudios, y por lo tanto quiero adentrarme más
porque se me hace importante destacar como un ejército constituido con gente de
diversa índole logró dominar gran parte del norte de México, al grado de ganar
mucha popularidad y sobrepasar en fama a los otros ejércitos que conformaban la
agrupación denominada “Constitucionalista”.
No pretendo que este ejercicio se vuelva una mera crónica de las batallas
de la División del Norte, más que nada, busco adentrarme lo más que pueda en
los miembros que lo conformaban, además el cómo, del porqué decidieron luchar
y formar parte de esta agrupación. Por lo tanto, el enfoque que busco darle es de
tipo social, ya que la Revolución Mexicana fue un periodo valioso que permitió la
transformación de la sociedad en distintos grados y matices, además de la
solución paulatina a los problemas sociales, la reconstrucción del Estado en base
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al dominio del partido único oficial “heredero” de la Revolución, que lo veremos en
las décadas siguientes, hasta la actualidad.
Para llevar a cabo este trabajo, he consultado las dos obras de Friedrich
Katz tituladas: La Guerra secreta en México, Pancho Villa (ambos tomos de las
obras); además de mostrar la postura literaria de Paco Ignacio Taibo II titulado:
Pancho Villa; además de la visión de John Reed, y consultar otras obras
relacionadas con el tema de este trabajo. Considero como las obras más fuertes
las dos que mencioné de Katz, claro que busco una diversidad de libros para que
este ensayo complemente este ensayo además de integrar las posturas sobre
este acontecimiento que en nuestros días sigue repercutiendo.
Tengo en mente la estructura del trabajo. En primer lugar serían los
antecedentes de la Revolución en Chihuahua; la situación del país durante los
años que van de 1910 a 1913, esto viéndolo como el contexto que llevó a Villa ser
el líder de la División del Norte; mostrar los miembros que la componían; además
de ver al grupo de más alto rango dentro de este ejército que fueron conocidos
como los Dorados; siguiendo con lo que significaron las batallas en Celaya, como
punto de quiebre y por último las conclusiones de este trabajo.
ANTECEDENTES.
Remontándonos tiempo atrás, Chihuahua estaba en cierto punto, alejado
del centro debido a la falta de caminos o a la inseguridad de los que ya estaban.
Tenemos que observar que la cuestión del problema de las tierras también
afectaba a este estado norteño, y la lucha contra los tarahumaras. Friedrich Katz
menciona que:
“Durante años, los colonos militares que habían peleado contra los apaches fueron
considerados como los héroes de Chihuahua. Los corridos cantaban sus hazañas,
marchaban en triunfo por las calles de la capital y los gobernadores encomiaban sus
hechos. Los habitantes de los pueblos libres se veían a sí mismos como el “único
baluarte de la civilización en aquellas apartadas regiones”. Irónicamente; la
destrucción de sus enemigos, los apaches, anunció su propia eliminación como clase
social. Los gobernantes de México y de Chihuahua ya no necesitaban sus
capacidades guerreras ni su espíritu de lucha, lo que ahora querían era su tierra.”
(Katz, 1998: 31)
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Con esto ejemplo podemos apreciar la situación que cambió de los pueblos
libres, despojándolos de sus tierras, siendo el motivo por el que muchos
campesinos se unieron a la revolución. “Entre 1884 y 1910, los rancheros del
Estado perdieron gran parte de sus tierras y sus derechos tradicionales, y sintieron
atacado su sentido de dignidad, que se basaba en su libertad frente a cualquier
injerencia exterior y su independencia económica.” (Katz, 1998: 31) Además
vemos que no sólo en cuestión de tierras mucha gente se levantó, sino también
los que formaban parte de otras ramas productivas del Estado, como serían los
mineros, debido a la crisis mundial.
“La crisis económica de 1908-1910 fue la más grave que sufrió el México porfiriano.
Afectó a todo el país pero se sintió con más intensidad en los estados norteños cuya
economía estaba muy íntimamente vinculada a la de los Estados Unidos. La baja de
los precios de la plata y el cobre junto con la recesión y el pánico financiero en
Estados Unidos condujeron al cierre de muchas minas del norte de México.” (Katz,
1998: 66-67)
Como hemos visto en la época porfirista, las relaciones con los Estados
Unidos fueron complejas, pero el régimen dependía mucho de la “ayuda” que le
pudieran prestar las potencias mundiales, convirtiendo a México en el escenario
de pugnas entre estas naciones capitalistas, sin adentrarme mucho en detalles,
podemos apreciar que se creó una relación dependiente hacia lo extranjero, todo
con el propósito de dar a conocer a México como una nación desarrollada y
civilizada, pero todo esto a costa de afectar a la gran mayoría de la población. Por
lo tanto quiero adentrarme un poco más para tomar con base en las obras de
Friedrich Katz el contexto por el cual estalla el conflicto revolucionario.
“El poder del Estado fue enormemente fortalecido por la reciente revolución en el
campo de las comunicaciones (construcción de ferrocarriles y carreteras, instalación
de de teléfonos y telégrafos) y por el suministro de equipo moderno a las fuerzas
armadas. Las consecuencias de estas transformaciones fueron especialmente
notorias en los países latinoamericanos gobernados por dictadores, que ahora
disponían de los medios para mantenerse en el poder durante periodos mucho más
largos que sus predecesores de la primera mitad del siglo XIX. (Katz, 1982: 20)
Estos vínculos permitieron la formación de la clase media con gran poder
económico, por lo tanto, buscaban tener acción política en el gobierno, dado que
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en régimen no encontraban lugar, o su desarrollo iba más acelerado que la
dinámica no correspondía con lo acontecido décadas atrás; por lo que el
fenómeno antes mencionado queda muy bien ejemplificado en el norte de México.
Un aspecto que hay que destacar es como se dio la llegada de población a tierras
norteñas, debido a la centralización efectuada en los primeros años de México
como nación “independizada” se descuidó mucho las fronteras que estaban en
ese tiempo incomunicadas con el centro, o también inseguras por los bandidos u
oleadas de apaches, por lo que se llevaron a cabo algunas medidas para
solucionar este problema:
“A mediados del siglo XVIII la corona española había fundado colonias militares para
ahuyentar a las bandas de apaches y demás nómadas que merodeaban por la
región. El método utilizado era siempre el mismo: se dotaba de tierra en esta zona a
cualquiera que estuviera dispuesto a tomar posesión de ella y defenderla con su vida.
En el siglo XIX Benito Juárez siguió este ejemplo y estableció mas colonias de este
tipo.” (Katz, 1982: 24)
Esto permitió el poblamiento de la zona y además la protección de las
tierras que posteriormente les fueron quitando a los colonos, afectándolos no sólo
a ellos sino a las tribus indígenas también. Otro golpe dado por parte del régimen
fue que “las comunidades militares del norte no sólo perdieron sus tierras sino
también sus preciados derechos políticos, el más estimado de los cuales era su
autonomía municipal.” (Katz, 1982: 25) Aquí podemos percibir este proceso que
sin embargo, sirvió para cimentar la estructura piramidal del gobierno de Díaz, con
el nombramiento de jefes políticos y demás funcionarios municipales sin respetar
este derecho político del que gozaban los habitantes de dichos ayuntamientos.
En vísperas de la revolución, uno de los personajes que surge para llevarla
acabo, claro con fines no necesariamente sociales, fue Francisco Madero.
Miembro de una familia con amplios recursos económicos, poco a poco se fue
involucrando a la política, destacando la actitud patriarcal hacia los empleados de
su hacienda, por lo que no veía importante llevar a cabo una trasformación en el
terreno agrario. Por otra parte, siguiendo la temática sobre Chihuahua y su
involucramiento en el conflicto Katz menciona: “El movimiento revolucionario
chihuahuense, que era una coalición de la clase media, los obreros y los
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campesinos, reclutó a sus dirigentes políticos y militares casi exclusivamente entre
la clase media.” (Katz, 1982: 57) Otro aspecto que hay que destacar es la que
caracterizaba a la zona norte de México, en el posterior desarrollo del conflicto
armado: “Lo que distinguió a la revolución en el norte de México de aquellos otros
movimientos fue la diversidad de clases y estratos sociales que se unieron a la
revolución y la mayor facilidad que tuvieron los revolucionarios norteños para
conseguir armas.” (Katz, 1982: 36 y 37)
Esto habla de la importancia de la zona norte, que quizás le permitió tomar
el control y derrotar al ejército federal, es también remontarnos a los orígenes del
poblamiento de esta parte del país que contrastaba mucho con las tropas
zapatistas, cada una con sus características particulares, además Katz agrega:
“La característica singular de la región del norte consistió en que importantes
porciones de todas las clases sociales participaron en la revolución. Fue la única parte
del país, por ejemplo, que contó con un estrato relativamente numeroso de
hacendados revolucionarios cuyo apoyo a los movimientos políticos contrarios a Díaz
los llevó a aliarse con las clases medias, e incluso las bajas, de la sociedad.” (Katz,
1982: Ídem)
Ya teniendo en cuenta estos aspectos antes mencionados, no es de
extrañar el porqué en esta región del país haya iniciado el movimiento
revolucionario, mostrándonos una parte de México, teniendo características muy
propias como una tradición combativa de generaciones, además de grupos
económicos muy poderosos, como la familia Madero, debido a la estrecha relación
con los Estados Unidos, que sería un factor clava que ayudaría a la División del
Norte a obtener armas principalmente.
Tal como lo hemos visto en diversas partes del país, La revolución implicó
la crisis del régimen porfirista, esto derivado de la crisis económica, en donde la
situación en sentido social era más que alarmante, tendría que cambiar esto que
imperaba desde siglos atrás, cuya fortaleza de la dictadura porfirista ya no podía
seguir sosteniendo esa estructura piramidal y vertical; en donde ese consenso
entre los grupos de poder poco a poco fue deteriorándose, además del choque
con el gobierno central ya establecido. Por lo tanto, la situación de fines del siglo
XIX comparada a la de inicios del XX eran mucho muy distintas, y que el régimen
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no podía encontrar una solución, esto sería uno de los muchos factores que
desencadenó el conflicto armado de 1910.
PANORAMA GENERAL DE LA REVOLUCIÓN (1910-1914).
En este apartado, pretendo mostrar a grandes rasgos, la primera etapa de esta
lucha encabezada por Francisco I. Madero hasta la lucha entre facciones; él
representaba para los revolucionarios la alternativa para cambiar la situación
imperante; sin embargo, sus ideas no representaban los intereses de los
campesinos, por lo que muy pronto tendría fricciones y estas se acrecentarían
más. Esto, además de la amenaza que significaba no sólo a ciertos grupos
privilegiados, sino también para los gringos, dio como siguiente paso, el golpe de
Estado para derrocarlo y darle muerte.
Sin embargo, la impresión que tuvo Villa sobre Madero resulta interesante
mostrar:
“Este hombre es un rico que pelea por el bien de los pobres. Yo lo veo chico de
cuerpo, pero creo que es muy grande su alma. Si fueran como él todos los ricos y
poderosos de México, nadie tendría que pelear y los sufrimientos de los pobres no
existirían, pues entonces todos estaríamos cumpliendo con nuestro deber. Porque
¿Cuál ha de ser la ocupación de los ricos si no trabajan por sacar de su miseria a los
pobres…?” (Cervantes, 1985: 22)
Como podemos apreciar en esta apreciación, se depositaban en Madero
todas las máximas esperanzas para el triunfo del movimiento, representando una
característica que lo distinguía de los hombres ricos de su época: que es su
adhesión al movimiento popular, claro que no era si de sencillo el asunto.
Madero siendo un hombre que se le puede considerar pacífico, no tenía
entre sus prioridades el que hubiera una gran cantidad de pérdidas humanas y
causar muchos más problemas de los que ya estaban presentes en el conflicto.
Una de las primeras batallas que serían decisivas para encaminar al triunfo a
Madero, sería la de Ciudad Juárez. La victoria conseguida en este punto fronterizo
tuvo consecuencias que marcaron la decadencia del régimen porfirista, además de
que el ejército federal no era un contrincante poderoso, “este triunfo facilitó el
pacto de Ciudad Juárez, mayo 11 de 1911, concertado por el señor Madero, con el
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noble propósito de evitar mayor derramamiento de sangre; constituyó el triunfo
moral de la Revolución.” (Cervantes, 1985: 25)
Con Díaz borrado del mapa, se suponía que las cosas mejorarían con
Madero, sin embargo es aquí donde Villa conocería al personaje que fraguaría el
golpe de Estado en Febrero de 1913: Victoriano Huerta. Si bien cuando Pancho
fue incorporado a la División del Norte (federal) era un subordinado de Huerta,
había ascendido de rango, pero las diferencias entre ambos eran más que
evidentes, esto debido a la cuestión de preparación militar. “Los antiguos oficiales
del Ejército Federal que el Presidente Madero conservó cuando triunfó sobre el
General Díaz, no sentían simpatía por los militares como Villa, que se habían
formado en la Revolución y que parecían ignorantes y poco apegados a las
fórmulas de la disciplina militar.” (Cervantes, 1985: 38)
Aquí hay que resaltar un aspecto que se me hace interesante, es el de los
contrastes entre los miembros de las tropas revolucionarias y las federales,
muchos como Huerta venían de una disciplina férrea, por lo que no se tentaban el
corazón si había una fallo de parte de sus hombres; y como punto contrario, están
aquellos caudillos que se hicieron militares bajo la marcha: por lo tanto Villa
destacó como parte de este segundo grupo, como todos los seres humanos,
explotó al máximo sus cualidades lo que generó el respeto entre los miembros de
su tropa.
Pasando a otro punto, recordemos que se dio el golpe de Estado,
generando de nuevo el descontento por las actitudes hostiles y de agresividad por
parte de Huerta. Es aquí en donde entramos a la fase de la primera guerra civil
(1913-1914), ahora el enemigo no sería Díaz, sino el “usurpador”, en donde todas
las facciones revolucionarias lucharían en contra del ejército del Estado. Como fue
transcurriendo esta breve etapa, las batallas que libraba el ejército federal poco a
poco iban cayendo una tras otra, mostrando la debilidad de sus tropas, frente a
ejércitos dispuestos a todo con tal de lograr un cambio, no sé si con la convicción
de las ideas que tenían sus jefes, pero si sirvieron para demostrar cuan poderosos
eran los ejércitos que cuya base se puede considerar como popular.
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Ya trasladándonos en el caso de la División del Norte en este periodo, la
batalla llevada a cabo en Torreón, nos sirve para ejemplificar como el ejército
federal sucumbió ante el avance Villista:
“El Vergel., Dgo., Méx. 24 de marzo.- Torreón cayó hoy a las cinco de la tarde.
El general Villa ha logrado una victoria total y arrolladora. Quien fuera antes un
bandido y un prófugo es ahora el dueño absoluto del norte de México. Ha expulsado a
los federales hacia el norte y muchos de ellos se han dispersado más allá de la
frontera con Estados Unidos para salvarse la vida. Ha aplastado y vencido toda
resistencia en lo que va de la frontera hasta Torreón.” (Reed, 1983: 133)
Otro acontecimiento que quiero retomar en este apartado, es el referente a
la Convención de Aguascalientes, la cual posteriormente se trasladó a la Ciudad
de México, en donde se agruparon todas las facciones, un momento clave dentro
de la Historia Mexicana, porque se pudo haber dado esa comunión entre los dos
principales jefes revolucionarios: Villa y Zapata, para poder dar fin a la lucha
revolucionaria; sin embargo, vemos que las diferencias salieron a la luz, a pesar
de cubrir cada ejército una parte importante de territorio mexicano.
Sin embargo, esto dio paso a la segunda guerra civil (1914-1916 en sentido
frontal) donde ahora la lucha sería más encarnizada, porque serían las facciones
vencedoras de la anterior guerra, en donde la suerte e imbatibilidad de las tropas
villistas cambiaría radicalmente.
LA DIVISIÓN DEL NORTE.
El proceso histórico conocido como la revolución, sin duda nos ha dejado muchas
muestras de su pasado, y una de ellas es la División del Norte, de cómo la
movilización social tiene su máxima manifestación en esta agrupación militar
liderada por Villa. En primer lugar, muchos individuos que quisieron formar parte
de la revolución, vieron en Pancho Villa la expresión máxima de un líder, esto
debido a la cercanía que tenía con su tropa.
“Con frecuencia se presentaba sin avisar en alguna fogata donde sus soldados
estaban preparando su comida. Les preguntaba si podía quedarse y se sentaba a
compartir lo que habían preparado. No era solamente una medida populista para
acercarse a sus hombres, sino también una táctica para evitar ser envenenado, ya
que una hora antes nadie sabía dónde iba a comer.” (Katz, 1998: 334)
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Como nos menciona Katz, Villa tenía mucho cuidado con su gente, ya que
no faltaba quien tuviera malas intenciones. Otro rasgo característico es que
siempre había una recompensa económica de las batallas ganadas; si los
miembros que peleaban eran campesinos, o gente empobrecida, era normal que
se les retribuyera por el servicio que estaban desempeñando; claro que no se
podía abusar de pedir más de lo normal, ya que dentro de la División existía una
disciplina férrea encabezada por Villa.
Un detalle que me llama la atención es, que a diferencia de la División, el
ejército federal no podía mantener el espíritu de combate de sus miembros,
porque la mayoría de ellos habían sido “reclutados” a través de la leva, por lo que
muchos, con el temor de estar a próximos pasos del fusilamiento o la muerte,
decidieron unirse a las tropas villistas.
Por otra parte, a diferencia de otros ejércitos, este contaba con presencia
femenina. “Una medida que tomaron Villa y otros comandantes de las fuerzas
revolucionarias del norte para convencer a los campesinos que se resistían a
pelear lejos de sus lugares de origen consistió en permitirles llevar consigo a sus
esposas, novias y amantes. Estas mujeres eran conocidas como las “soldaderas”
y a veces como “adelitas.” (Katz, 1998: 335) Esto implicaba si se le puede llamar
una apertura hacia las mujeres en cuestión militar, claro que serviría como que no
hubiera excusa por no combatir fuera del espacio en el que uno nació, aunque
esta incorporación de las mujeres en la revolución le dio un tinte más equitativo a
la cuestión de la lucha revolucionaria, de que ellas también podían combatir y
ayudar ya sea a sus esposos, novios, amantes, etc.; todo ello con el fin de llevar
un control dentro de la División.
Lo que cabe destacar en estas líneas es que no era un ejército al cien por
ciento homogéneo en su composición social:
“La División del Norte no era en modo alguno un ejército exclusivamente campesino.
Había también vaqueros, mineros y personas sin ocupación fija. Además, muchos de
los campesinos que procedían de otras regiones de México se incorporaban como
individuos y no como comunidades, a veces por conciencia revolucionaria, a veces
simplemente para sobrevivir. Recibían una paga regular, bonos después de cada
victoria y, para algunos de ellos por lo menos, el ejército se convertía en un modo de
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vida. Muchos eran muchachos de escasa edad, entre los doce y los dieciséis años y
su grado de conciencia revolucionaria es discutible.” (Katz, 1998: 352)
Estas líneas que nos ofrece Katz, da pie a comentar algunas cosas.
Tenemos como primer punto, que la mayoría de los miembros de su ejército son
de edades muy cortas, claro que se aprovecha que cuando uno es joven no le
teme a nada, al contrario, está dispuesto a morir si sus creencias y convicciones
son lo suficientemente fuertes para mantenerlo de pie; o puede que sea más por
cuestión de aventuras y no con una conciencia ideológica tan marcada en ellos.
Si bien encontramos diferentes miembros que se unieron a la causa Villista,
decidieron seguir esa línea de lucha debido a que no poseían el dinero para poder
vivir y pensaban que a través de las batallas podían dar un cambio drástico a la
situación con la que quizás nacieron, es decir, con la pobreza.
A diferencia de la población del sur, que es más apegada a su tierra y por lo
tanto, de ahí partían para luchar; la gente del norte de México quizás debido a la
herencia colonial o de mayor tiempo atrás que significa no tener un arraigo tan
marcado hacia el suelo donde nacieron, también permitió una movilización más
extensa hacia otros rumbos, lo cual puede explicar todos los intentos de ganar
batallas más allá de la región norteña, lo cual combinado con otros factores,
desencadenó la derrota de la División.
Bajo otra perspectiva tenemos la definición de esta agrupación militar: “La
División del Norte no era una gran familia; más bien cada lazo familiar se convirtió
en una articulación de la División, en un elemento más de cohesión: es como si la
familia, con sus lazos de fidelidad, se hubiera doblado, se hubiera reproducido en
un número infinito de relaciones“. (prol. Aguilar, 1988: 11) Como vemos, al
incorporar a miembros familiares o cercanos a los soldados en el ejército, se va
conformando una alianza en donde todos tiene un objetivo claro, que es el de
ganar la revolución, porque para ellos este movimiento los ha involucrado aún más
de lo que pueden imaginar.
Vuelvo a recalcar este detalle de que si tienen la idea clara de lo que es la
revolución o simplemente por este modo ganar un poco de dinero, sobrevivir y no
estar sometidos bajo un sistema que no les ha permitido vivir dignamente y ven en
este conflicto la oportunidad de poder cambiar un poco su situación.
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Para acabar este apartado, es necesario mostrar algunas de las
motivaciones que llevaron a estos personajes entrar a luchar en el ejército villista. ”
Cuando John Reed habló con los soldados villistas en 1914 le impresionó la
variedad de razones que le daban para unirse a la revolución. Un capitán,
Fernando, le dijo: “Cuando ganemos, habrá un gobierno de hombres, no de los
ricos. Estamos cabalgando sobre las tierras de los hombres. Antes pertenecían a
los ricos, pero ahora nos pertenecen a mí y a los compañeros”. (Katz, 1998: 337)
Sin embargo, este no es el único motivo, podemos ver a algunos que
luchaban porque simplemente les gustaba, otros para ser libres, para ayudar a los
demás revolucionarios con su causa, o encontraron en la guerra la salida a los
problemas con sus familias; si abundan más razones, dependieron del contexto en
el cual crecieron los soldados de Villa, algunos con una situación un poco más
favorable, otros no, pero sin embargo, unidos por el deseo de luchar por un
cambio y que ven en la División del Norte como un emisario de la transformación
social emanada de la Revolución.
LOS DORADOS.
Dentro de la División del Norte, encontramos a un grupo especial al cual se le
denominó como los Dorados1. Dentro de sus misiones más importantes se
muestra esta: “La misión de la escolta consistía en proporcionar guardia al general
Villa, general en jefe, dondequiera que se estableciera el cuartel general, y servirle
de escolta personal.” (Vargas Arreola, 1988: 27)
Como se puede ver, son los miembros de la élite villista, destacados por
sus habilidades con las armas, Esta es la clara manifestación de un ejército que
buscaba ser lo más profesional posible, agrupando dentro de él, a los mejores
soldados dignos de tal reconocimiento, dando la muestra de que la revolución
empezó a manifestar el cambio en cuestión militar, además de que si era posible
contar con una milicia profesional, que este ejemplo de los Dorados es el pionero,
en mostrar una élite preparada militarmente, en México.
1 La Escolta de los Dorados se empezó a formar a mediados de 1913. El Pie veterano surgió del
cuerpo de guías comandado por el mayor Sáenz. Ya en la ocupación de Chihuahua se seleccionaron algunos grupos de las brigadas villistas que mayor número de hazañas habían consumado, y con ellos se organizó un escuadrón compuesto por tres secciones de treinta y dos hombres cada una, con un capitán primero y un segundo en cada sección.
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El gran renombre que gozaron estos militares, fue concedido a través del
recuerdo de sus hazañas, en las batallas donde tuvieron participación. Por lo que:
“La escolta adquirió la pujanza y el adiestramiento debidos, para llevar a cabo la
brillante y última carga con que se remachaba la victoria en los campos de batalla.
En muchas ocasiones los Dorados, resolvieron situaciones difíciles de las fuerzas
de la División, realizando verdaderas proezas”. (Vargas Arreola, 1988: 28)
Es interesante resaltar a estos hombres, sin embargo, alguna de las
limitaciones que tenían, era que no podían llevar mujeres, esto quizás debido a
que debían mantener una cierta disciplina entre ellos o por órdenes de Villa; sea
cual fuese el caso, el papel de estos soldados ha quedado grabado por siempre,
hasta la actualidad.
CELAYA: EL COMIENZO DEL FIN.
Muchos pueden preguntarse: ¿Por qué corto la investigación hasta las
batallas efectuadas en Celaya? Esta postura la adopté debido a que es en esta
etapa de la lucha entre revolucionarios (1915) donde Villa manifiesta rasgos
diferentes en el sentido táctico a comparación de hace dos años.
Nos encontramos en un terreno podría decirse desconocido para las tropas
villistas, sin embargo, eso no sería un impedimento para llevar a cabo las batallas
en un punto clave del Bajío Mexicano. La primera batalla tuvo lugar en Celaya los
días 6 y 7 de Abril; la segunda, el 13, 14 y 15 del propio mes en la misma
población; la tercera del 1º al 5 de Junio entre Silao y León, en la que una metralla
le hizo pedazos el brazo derecho al General Obregón; y la cuarta en las
proximidades de la capital del Estado de Aguascalientes, del 6 al 10 de Julio.
(Silva Herzog, 1972: 219)
Muchas explicaciones se han dado del porqué de la derrota tan catastrófica
de Villa en Celaya. Tenemos en primer lugar el error en la estrategia del Centauro;
al mandar la caballería con todo, Obregón lo estaba esperando en base a las
trincheras y ametralladoras, por lo tanto, los resultados para la caballería de Villa
fueron desastrosos, infligiéndole una derrota dolorosísima que posteriormente se
fue repitiendo conforme pasaron los días del enfrentamiento. Paco Ignacio Taibo II
nos menciona que: “A pesar de la victoria contra la artillería, las cargas de
Julio César García Díaz LA DIVISIÓN DEL NORTE Revolución Mexicana
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caballería de los villistas, un atrás otra, fueron infructuosas. Durón contará que “a
la derecha y la izquierda de mis cañones vi actos de extraordinario valor y de
arrojo.” La infantería villista iba cayendo como moscas ante el tiro del enemigo
cubierto en zanjones.” (Taibo II, 2006, 508)
Otra explicación que se da es a la negativa de los consejos de Ángeles a
Villa, de adoptar una postura más defensiva; sin embargo, debido a la moral alta
que poseía Villa, no tenía planeado adoptar esa actitud, y consciente de su
superioridad numérica y en armamento, se dispuso a realizar un ataque frontal
contra las tropas de Obregón.
Es aquí en donde entra el contexto internacional. Con la Primera Guerra
Mundial, los países involucrados pedían armamento a los Estados Unidos,
aumentando este último los precios de las armas, siendo ya difícil para Villa
conseguirlos. En cierto modo también influyó la deteriorada imagen del Centauro
ante los norteamericanos, debido a los acontecimientos de la Ciudad de México,
las actitudes de él considerándolo que seguía siendo un bandolero.
Un aspecto que quizás considero el más importante, es el que Obregón se
mantenía al tanto de las tácticas efectuadas en la primera guerra mundial, cosa
que Villa no hizo porque no era una persona que leyera y a su vez tuvo un exceso
de confianza al subestimar las tropas de Obregón.
Cabe aclarar que las derrotas en el Bajío no significaron la desaparición
completa de la actividad militar de Villa, “la lucha entre villistas y constitucionalistas
continuó casi todo el año de 1915. Poco a poco los constitucionalistas se fueron
adueñando de todo el centro y el norte del país, infligiendo tremendas derrotas a
las cada vez más desmoralizadas tropas enemigas.” (Silva Herzog, 1972: 220)
Sin duda, el año de 1915 representó la debacle de la División del Norte,
todos los miembros de esta agrupación militar se dispersaron, y sólo un grupo
reducido siguió en las luchas de guerrillas de Villa, donde abarca el ataque a
Columbus en 1916, hasta su rendición en 1920, mostrando su retiro de la actividad
militar hasta su asesinato en 1923. Por otro lado, los hechos acontecidos en
Celaya, marcaron el rumbo de la División del Norte, de cómo su vertiginosa
carrera fue parada en seco por las tropas de Obregón.
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CONCLUSIONES.
Ya teniendo en cuenta todos los aspectos que mencioné a lo largo de este trabajo,
he llegado a algunas consideraciones finales:
En primer lugar, yo sentí que no hice un análisis y lectura exhaustiva de la
bibliografía que consulté, por lo que no mencioné algunos puntos como la
Convención de Aguascalientes, por citar un ejemplo. Sin embargo, a pesar de esta
vicisitud, este trabajo me permitió adentrarme a conocer un poco más este tema
tan interesante y complejo como es el de la División del Norte, por eso yo
considero que es un primer acercamiento, si con el tiempo y las circunstancias se
dan, podré profundizar más este tema, ya que como lo mencioné anteriormente,
muchas cosas se me pasaron mencionar.
En segundo lugar, a pesar de ser un análisis muy superficial, me pude dar
cuenta de cómo las personas que viven en el norte del país, guardan
características muy propias de las del sur; en el sentido de que tienen una
tradición guerrera de siglos, por el medio en donde se han desenvuelto, la
estrecha relación que tienen con los Estados Unidos, el poderío económico en la
actualidad, además la necesidad de defenderse ante la amenaza de los invasores.
Esto conllevó a que los miembros que conformaron la División del Norte siempre
se caracterizaron por el arrojo y diestro manejo de las armas.
En tercer lugar, si bien este ejército tuvo una gran influencia en el área
Norte de México, también se expandió debido a la fama y popularidad del mismo;
encabezado por Villa, desde mi punto de vista considerándolo como una persona
audaz, temeraria, pero también con grandes defectos, lo cual también significó sus
derrotas militares.
Por último, debo considerar a la División del Norte como el primer gran
ejército de México, quizás esto suene un poco aventurado, pero debido a su
estructura, disciplina, poderío, entre otras cosas que no recuerdo en este
momento, son los elementos que me dan a pensar y elegir esta postura, claro,
teniendo en cuenta, las debilidades que manifestó en las batallas, quizás de
estrategia, que no supieron adaptarse a las tácticas que imperaban en ese
entonces, porque no eran invencibles después de todo.
Julio César García Díaz LA DIVISIÓN DEL NORTE Revolución Mexicana
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de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana, 1985, 828 p. (il.) (maps.).
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ANEXOS
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Foto sacada del libro: A sangre y fuego con Pancho Villa.
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Fotos sacadas del libro: A sangre y fuego con Pancho Villa.
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Fotos sacadas del libro: A sangre y fuego con Pancho Villa.
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LOS DORADOS
Foto sacada del libro: A sangre y fuego con Pancho Villa.