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Jóvenes, tecnología, participación y consumo El presente trabajo desarrolla cuestiones relativas a las formas de constitución de lo juvenil, abarcando, por una parte, una lectura diacrónica que permita dar sentido a las diferencias entre generaciones y, por otra parte, sincrónica, desenmascarando las lógicas productiva y cultural contemporáneas, tan estrechamente vinculadas a las formas de ser adolescente hoy, prestando especial atención a los atributos novedosos de los sujetos a los que refiere y a los principales desafíos que se presentan para el análisis. Un poco de historia. De dónde venimos y hacia dónde vamos. El surgimiento del sujeto juventud, en tanto sector de población con características propias, es resultado del desarrollo de las fuerzas productivas en Occidente, consecuencia de la necesidad de la sociedad burguesa emergente de preparar a los individuos para su integración efectiva a la vida productiva y social de una sociedad con características distintivas de la feudal. En efecto, en el período previo a la aparición social de la juventud, la familia constituía una unidad global de producción y reproducción. De seres humanos, fuerza de trabajo, de bienes y del saber acerca de ellos. “La división del trabajo, con base en la edad y el sexo, tendía cubrir las necesidades que se generaban alrededor del núcleo familiar. Los nuevos sujetos se integraban a la comunidad, asumiendo las tareas asignadas a la unidad doméstica, donde la relación que se establecía entre las generaciones se caracterizaba por la subordinación hacia el padre, única imagen de adultez.” 1 En una perspectiva histórica, y guiándonos a través de la investigación de Philippe Aries, “la juventud es el período destinado a la educación para la vida activa, y en la sociedad moderna la educación es la base del desarrollo. ... El foco debe estar en la nueva relación histórica entre individuo y sociedad, que se desarrolló en el siglo XVIII en la era pre-industrial y , más tarde, en la sociedad industrializada. ... La juventud fue la respuesta al desarrollo productivo de la sociedad burguesa. El individuo burgués tuvo que desarrollar sus potencialidades individuales para encarar la vida productiva y política y para administrar sus propios intereses en esta vida. La juventud se desarrolló en el sistema escolar, que se volvió el principal agente del `desarrollo de las potencialidades individuales’. ... La vida escolar es el contexto básico o crucial de la juventud”. 2 Así vemos que, además, esta inscripta en una relación de poder. 1 GUILLÉN RAMÍREZ, Luz María; 1985. 2 ARIÉS, Philippe; 1989.

Jóvenes, tecnología, participación y consumo

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  • 1. Jvenes, tecnologa, participacin y consumoEl presente trabajo desarrolla cuestiones relativas a las formas de constitucin de lo juvenil,abarcando, por una parte, una lectura diacrnica que permita dar sentido a las diferencias entregeneraciones y, por otra parte, sincrnica, desenmascarando las lgicas productiva y culturalcontemporneas, tan estrechamente vinculadas a las formas de ser adolescente hoy,prestando especial atencin a los atributos novedosos de los sujetos a los que refiere y a losprincipales desafos que se presentan para el anlisis.Un poco de historia. De dnde venimos y hacia dnde vamos.El surgimiento del sujeto juventud, en tanto sector de poblacin con caractersticas propias, esresultado del desarrollo de las fuerzas productivas en Occidente, consecuencia de la necesidadde la sociedad burguesa emergente de preparar a los individuos para su integracin efectiva ala vida productiva y social de una sociedad con caractersticas distintivas de la feudal.En efecto, en el perodo previo a la aparicin social de la juventud, la familia constitua unaunidad global de produccin y reproduccin. De seres humanos, fuerza de trabajo, de bienes ydel saber acerca de ellos. La divisin del trabajo, con base en la edad y el sexo, tenda cubrirlas necesidades que se generaban alrededor del ncleo familiar. Los nuevos sujetos seintegraban a la comunidad, asumiendo las tareas asignadas a la unidad domstica, donde larelacin que se estableca entre las generaciones se caracterizaba por la subordinacin haciael padre, nica imagen de adultez.1En una perspectiva histrica, y guindonos a travs de la investigacin de Philippe Aries, lajuventud es el perodo destinado a la educacin para la vida activa, y en la sociedad modernala educacin es la base del desarrollo. ... El foco debe estar en la nueva relacin histrica entreindividuo y sociedad, que se desarroll en el siglo XVIII en la era pre-industrial y , ms tarde, enla sociedad industrializada. ... La juventud fue la respuesta al desarrollo productivo de lasociedad burguesa. El individuo burgus tuvo que desarrollar sus potencialidades individualespara encarar la vida productiva y poltica y para administrar sus propios intereses en esta vida.La juventud se desarroll en el sistema escolar, que se volvi el principal agente del `desarrollode las potencialidades individuales. ... La vida escolar es el contexto bsico o crucial de lajuventud.2 As vemos que, adems, esta inscripta en una relacin de poder.Segn Aris, la construccin social de la juventud requera la aparicin de otros conceptos: lafamilia o el espacio familiar y la infancia, verificables recin a partir del siglo XVII y solo en elseno de las clases altas durante su etapa inicial. Junto a la infancia, aparecer una institucin:la escuela. Infancia, familia y escuela permanecern firmemente relacionadas. La familia,conformar un nuevo sistema de relaciones sociales que aparece casi como respuesta a laprdida de la posesin de la tierra. Este sera uno de los puntos de partida para el surgimientode la familia burguesa. El orden social emergente requerir nuevas modificaciones a losindividuos que pretendan desempearse con xito, determinando la aparicin de la juventud ysu espacio privilegiado: la escuela secundaria.3 Surgirn, asimismo, en este perodo,diferentes instituciones extrafamiliares destinadas a facilitar la socializacin entre pares, comoespacio para la adquisicin de los nuevos elementos necesarios para enfrentar un mundorenovado.Estas transformaciones revolucionarias de la sociedad feudal hacia el capitalismo, modificansustancialmente a las instituciones sociales preexistentes, dislocndolas y desarticulndolas.Las viejas pautas de trabajo y produccin, la vieja familia como espacio de la produccin yreproduccin social y las normas y valores que la sostenan, poco a poco van cediendo lugar alas nuevas instituciones. Hay que recordar que en el primer momento de la revolucinindustrial, cuando an no eran necesarias la formacin y capacitacin que ms tarde resultarnindispensables, los nios y las mujeres eran incorporados masivamente a las primeras fbricas,1GUILLN RAMREZ, Luz Mara; 1985.2ARIS, Philippe; 1989.3Op. cit.1.

2. considerndoselos una mano de obra ms barata que la masculina.4Sin embargo, la constante expansin del sistema capitalista y su gradual complejidadproductiva, generan una diversidad de necesidades que demandan un perodo de capacitacincada vez mayor para dar respuesta a ellas, traducindose, en consecuencia, en exigencia deescolarizacin de nuevos y mayores contingentes de individuos, previo a su desempeo en lafutura asignacin de actividades. Funcin, pues, de reproduccin social, integracin yadaptabilidad, pero, tambin, capacidad renovadora, y flexibilidad a las innovaciones ypermeabilidad al cambio.Por otra parte, solamente cuando la estructura social hace posible los lazos directos entre losadolescentes, pueden estos desarrollar el sentimiento de particularidades propias y de unaconciencia comn... En los tiempos modernos, es nicamente la escuela la que, al distribuir alos jvenes estrictamente segn su edad, los aproxim y estableci entre ellos contactosestables e institucionales. Esta separacin del mundo de los adultos explica el hecho de que enel crculo de jvenes se expresaran y fortificaran las tendencias especficas de una mismaedad, lo cual no podra tener lugar antes, ni poda haber sido imaginado por los jvenes de esetiempo. A esta conquista de libertad social, correspondi una nueva tendencia de los adultos aconsiderar tanto a los nios como a los jvenes de acuerdo con su edad exacta, lo que entraen pedagoga la especificacin de los programas y los mtodos y, de una manera ms general,llev a reconocer una cierta personalidad propia.5En consecuencia, la juventud surge en la medida en que el desarrollo social exige un perodocada vez ms largo de preparacin de los individuos para su integracin a la vida productiva ysocial, lo que a su vez posibilita una mayor integracin intrageneracional, a partir de laestrechez de contactos y vnculos, producto de su situacin semejante. Este perodo vital,caracterizado por el aplazamiento de la entrada en la vida productiva y social, y por tanto,consignado a la formacin, es lo que produce juventud como un fenmeno social.6 Es decirque, en un mismo movimiento, la exigencia de generar instituciones que permitan a losindividuos transitar un perodo cada vez mayor y ms complejo de preparacin para suintegracin efectiva a la sociedad, da origen, a partir de las estructuras que se disean comorespuesta, a una integracin intrageneracional, en funcin de la proximidad creciente de pares.Se comprende, entonces, la identificacin que se establece entre juventud y estudiantes, en lamedida en que la primera imagen de juventud, fue la del estudiante.7Vemos pues que la juventud aparece, en sus albores, como respuesta a la necesidad deindividuacin de la clase burguesa y supone el desarrollo de la vida familiar y afectiva, de laniez y de la escuela. La flecha del tiempo, nos muestra que, si en un primer momento, elsector de la juventud no era relevante numricamente, su progreso es vertiginoso, en funcindel lugar estratgico que se le otorga en la nueva configuracin social. Al respecto, podemosobservar que en el siglo XVIII se consideraban jvenes no en el mero sentido cronolgico,sino en el de individuos que adquieren una cierta condicin especial que los agrupara en tanto"juventud"- solamente a los varones de clase burguesa, mientras que las nias pasabandirectamente a la condicin de adultas dispuestas a ser desposadas8.Pero el desarrollo incesante de las fuerzas productivas no se detiene, y es as que en losltimos aos del siglo XIX pudo apreciarse una creacin ms general de escuelas para las4Esta mano de obra infantil, en el capitalismo primitivo, era ms preferida que la femenina y mucho ms que la delvarn adulto, por ser ms barata, pero tambin por su docilidad, modelada a fuerza de ltigo siempre que fueranecesario. Federico el Grande en Prusia, ofreca esta mano de obra infantil a los empresarios para fomentar laindustria y Fielden reconoci que nuestra prosperidad industrial se basa en el infanticidio. En: NITTI, Francesco, Lapoblacin y el sistema social; Minerva; Barcelona; 1917. Citado en: SAGRERA, Martn; El edadismo contra jvenes yviejos. La discriminacin universal. Editorial Fundamentos. Madrid, Espaa. 1992.5La traicin de una juventud traicionada; Centro de Estudios y Documentacin Sociales. En: Revista Panorama N 3.Mxico. Citado en 1.6Op. cit. 1.7Op. cit. 1.8Las mujeres, comenzarn a ser reconocidas en esta categora slo a finales del siglo XIX, en tanto los sectoresobreros y rurales recin lo sern a partir de la primera posguerra del siglo XX. Sin embargo, su inclusin masiva, enuno y otro caso, demandar el transcurso de unas dcadas ms 3. masas de la poblacin en Europa y los Estados Unidos y la abolicin del trabajo infantil9. Y alcomenzar el siglo XX, vemos en todo su despliegue como las iglesias y las nuevas fuerzaspedaggicas de maestros reformistas se dedicaron a la nueva adolescencia social y deacuerdo a edades10.Fue, precisamente, en el pasado siglo XX, que un conjunto de cambios de singular importancia,sobre todo a partir de los aos cincuenta van a comenzar a modificar sin descanso estasituacin. En efecto, Eric Hobsbawn sostiene que entre los aos 1945 y 1990 se produce unade las transformaciones sociales ms intensas y rpidas de la historia de la humanidad. Enmedio de ella, la familia se ver afectada por importantes cambios en las actitudes pblicas ...evidencindose el auge de una cultura juvenil muy fuerte que generar un profundo cambio enla relacin existente entre las distintas generaciones.11 Como un producto de estos cambios, lajuventud se convertir, en sus trminos, en un grupo social independiente.Lo que va de ayer a hoy. De la modernidad a la posmodernidad.En el ltimo cuarto del siglo XX, fuertes mutaciones econmico-sociales incidieron paramodificar la situacin de los distintos actores sociales. La juventud, lgicamente, no resultajena a la influencia de tales cambios.Un aspecto central de estas transformaciones es el impulso promovido por la RevolucinCientfico-Tcnica (RCT), con la renovacin extensa de los medios de produccin, producida amediados de los aos setenta, que conduce a una nueva reorganizacin productiva y generalas condiciones materiales en las que se asentar su contraparte cultural12, que asoma y seasume como el ocaso de la modernidad o deberamos decir, de la racionalidad moderna, salade partos de la posmodernidad.La clave posmoderna, expresa la cada de los grandes relatos que organizaban laracionalidad histrica moderna, bajo el imperio de los programas de la racionalidad y elprogreso indefinidos, alrededor de proyectos polticos generacionales que resultaron ser,tambin, marcas de poca y aportaban una visin de totalidad dadora de sentido a cadaexperiencia particular.13 Este nuevo clima de poca, devino en la generacin de nuevasprcticas y subjetividades.De este modo, y como manifestacin de la crisis, asistimos a un vertiginoso proceso de cambio devalores, en el que debemos enfrentarnos a la prdida de ideales constituidos histricamente, antela emergencia del pensamiento dbil14 y del relativismo cultural. Y surge el llamado nuevonarcisismo15, en el marco de un consumismo exacerbado que se transforma en razn socialhegemnica, incentivando a la satisfaccin inmediata y a la cultura de vivir el momento.Mientras una cara de la moneda nos muestra el rostro de la transformacin econmica, el nuevoclima epocal, se manifiesta en variadas frmulas posmodernas. Ideologas de cocktails y retazos,de collages interpretativos. La tcnica de cut-up de William Burroughs elevada a categora de ticapblica.Para algunos filsofos posmodernos, como Gilles Lipovetsky, la sociedad posmoderna estasostenida por el consumo y la comunicacin. En el nuevo narcisismo, el individualismoposmoderno, se caracteriza por el impulso de los deseos de autonoma individual, un replieguede las personas sobre s mismas, en persecucin de sus intereses privados a fin de lograr unamejor vida para ellas mismas, del culto al cuerpo, a las relaciones y al placer16. Todo expresadoen un conjunto de nuevos valores. Visto de este modo, se tratara de un cambio social y9ALLERBECK Y ROSENMAYR; 1978. Introduccin a la Sociologa de la Juventud. Editorial Kapelusz; ColeccinEstudios e Investigaciones. Buenos Aires, 1979.10 Id. ant.11 HOBSBAWN, Eric; 1990. La historia del siglo XX.12 JAMESON, Fredric; 1991.13 CASULLO, Nicols; 1989.14 VATTIMO, Gianni; 1987.15 SENNET, Richard; 1979. LYOTARD, J. F.; 1985. LIPOVESKY, GILLES; 1983. 4. cultural, que encarna un neohedonismo fin de siecle, al que no habra mucho que reprocharle17.Un aporte interesante de Lipovetsky, es su visin de la emergencia pblica de este nuevoindividualismo en los sucesos de mayo del 68. Esta interpretacin ochentista, producida a ciertadistancia de los hechos y desprovista ya del apasionamiento poltico, seala que, en aquellasjornadas de fuertes gestos revolucionarios, contra la sociedad de consumo, un rgimenpaternalista y la burocratizacin capitalista; junto a la muy ostensible e intensa actuacincolectiva, y principalmente juvenil, no menos cierto es que el movimiento se caracteriz porreivindicaciones y valores de esencia individualista que han pasado, frecuentemente,inadvertidos. Paradoja de los sucesos que Lipovetsky descubre e interpreta en nueva clave.Esta otra cara de los acontecimientos revelaba una explosin de aspiraciones yreivindicaciones de carcter explcitamente individualista y era, histricamente, la mssignificativa, an cuando no se le prestase la debida atencin, a causa, precisamente, de laimportancia concedida al ingrediente revolucionario(...) [Mayo del 68] estuvo dominado no porun individualismo pequeo burgus, sino por un individualismo al que podramos llamartranspoltico, en el sentido de que lo poltico y lo existencial, lo pblico y lo privado, lo ideolgicoy lo potico, el combate colectivo y la llamada al disfrute personal, la revolucin y el humoraparecieron profundamente interrelacionados... Cambiar la vida, cambiar la sociedad y cambiarsu vida, se expresaron al tiempo y traducan la importancia creciente que se conceda a lasaspiraciones individualistas, a las demandas de satisfaccin ntima y de independenciapersonal (...) Finalmente, No slo el espritu de mayo es individualista, sino que ha contribuidoa su manera a acelerar la llegada del individualismo narcisista contemporneo, despolitizado yrealista, flotante y aptico, indiferente a los combates de masa y a los grandes objetivossociales.Pero este nuevo individualismo, ni encarna en trminos semejantes, ni genera similaresescenarios o expectativas, si de sociedades con fuerte desarrollo desigual se trata, hecho queLipovetsky no resalta, situndose en una sociedad configurada por fuertes redes sociales. Sinembargo, es importante reconocer que la historia del mundo ms contemporneo nosrecuerda, por ejemplo, que hay ms de una juventud, y que la diferenciacin social, as comolas desigualdades en cuanto a riqueza y empleo, ejercen aqu tambin su peso.18Para complicar ms el panorama, la RCT, vino en parte acompaada por, y en parte a dar aluz, a una reorganizacin mundial del mercado de trabajo, tambin llamada globalizacin19, queafecta a todas las relaciones sociales involucradas y no solamente a las econmicas; tanto aaquellas comprometidas en forma directa en la produccin, distribucin y comercializacin delos bienes, como las comprendidas en las estructuras del consumo. Y, en esta dimensinespecfica, se despliegan nuevos universos simblicos que anuncian el advenimiento de unacomunidad transnacional (globalizada) de consumidores de un mercado nico. Estratossociales equivalentes de diferentes sociedades se mimetizan y pasan a tener mucho ms encomn, que diferentes estratos en cada una de ellas. Distintas ciudades, como nunca antes,exhiben las mismas vidrieras y pantallas, los mismos bienes y mensajes. En todos lados,vemos las mismas publicidades y las mismas modelos. Y cmo han sealado diversosautores2021, en las sociedades modernas el consumo se torna un locus privilegiado para lageneracin de las diferencias y la disposicin de la alteridad, es decir, para el trabajo deprocesar la propia identidad. Y el lugar del consumir y del tener, se mimetizar con laposibilidad de ser.Identidades en tiempos de globalizacin16 Entrevista a GILLES LIPOVESKY, un pensador sobre la posmodernidad. El vaco lo causa la falta de proyectos.Diario Pagina 12 (18/04/99); pg 33.17 Citas tomadas de El Mayo Francs; SAENZ DE MIERA, Antonio; 1988.18 LEVI, Giovanni y SCHMITT, Jean Claude; 1995.19 Podramos hablar de diferentes globalizaciones: productiva, financiera, de las comunicaciones, todas ellasvinculadas, pero a su vez, especficas. Y an de otras, en proceso, como pareciera estar sucediendo en el campo delderecho internacional, por ejemplo.20 GARCA CANCLINI, Nstor; 1993 y 1995. REGUILLO, Rossana; 1993.21 FEATHERSTONE, Mike (1991), seala que hoy vivimos en una "cultura de consumo" y que no debemos consideraral consumo como un mero derivado no problemtico de la produccin, sino en un entramado estrecho entre economa,sociedad y cultura, que incluye cuestiones relacionadas con el deseo, el placer y las satisfacciones emocionalesderivadas de la experiencia de consumo. 5. Para Garca Canclini22, ms all de la modalidad de incorporacin a la globalizacin de cadaEstado-Nacin, este nuevo escenario, nos obliga a una revisin de la escena sociocultural que,entre otros, elementos incluye: i) la reelaboracin de lo propio, debido al predominio de los bienes y mensajesprocedentes de una economa y una cultura globalizadas sobre los generados en la ciudad y lanacin a las que se pertenece; ii) la redefinicin del sentido de pertenencia e identidad, organizado cada vez menospor lealtades locales o nacionales y ms por la participacin en comunidades transnacionales odesterritorializadas de consumidores (los jvenes en torno del rock, la MTV, etc.).En otras palabras, y siguiendo al mismo autor, si las identidades modernas eran territoriales ymonolingsticas, las identidades posmodernas sern transterritoriales y multilingsticas.En este marco, va a ser en la ltima dcada del siglo XX, donde, a partir de la mayorinterconexin de las redes de TV y de computadoras, y la mayor circulacin de intercambios apartir de dicha conectividad creciente, nos enfrentemos a un exponencial consumo de bienessimblicos transterritoriales. Estos intercambios, reorganizan la vida laboral, cultural y an,social. Reconfiguracin que implica, al mismo tiempo, nuevos mpetus homogeneizadores ydiferenciadores. Homogeneizadores, en la medida en que pierden densidad las diferenciaspropias de los espacios nacionales a favor de instancias supranacionales. Y diferenciadores, entanto emergen con fuerza los espacios y realidades locales. En todo caso, asistimos a lareconfiguracin de los espacios y al redimensionamiento de las intensidades que se ofrecen ala identificacin. Y al nacimiento de nuevas culturas hbridas, incluyentes de temporalidadesmodernas y premodernas, para el caso latinoamericano23.Este impacto de bienes y mensajes provenientes de una cultura globalizada, afectadirectamente a los generados en las regiones o naciones a las que se pertenece, aconsecuencia de lo cual, aqu y all los adolescentes bailan al comps de los Backstreets Boysy Britney Spears, atravesados por una fuerte mediatizacin, ms all de su acceso diferenciadoa los bienes. De esta forma, el sentido de pertenencia e identidad, se organiza cada vez ms atravs de lealtades supranacionales, que aparecen mezcladas con figuras locales, endesmedro de las nacionales (quizs, a excepcin de la seleccin de ftbol). No se trata decompartir una nica monocultura globalizada, sino de una hibridacin que no deja de tener ensu centro la propia experiencia vivida, pero ahora, tensada por un horizonte planetario desentidos. La mundializacin de las comunicaciones, que ha globalizado la circulacin de bienessimblicos, impacta directamente en la subjetividad proponiendo modas, imgenes, formas deser y consumos de marcas y emblemas, que definen el lugar de cada uno en la sociedad.Marcas que se esfuerzan por vender un estilo de vida ms que un producto. Y los adolescentesson especialmente sensibles a estos estmulos.Cmo procesan su identidad los jvenes24 en este nuevo escenarioSi despus de la posguerra surge y se extiende la cultura juvenil, y durante los 60 y hasta los70 con matices segn los casos- esta fue relativamente homognea, su diversificacin actualse traduce en dos modulaciones relevantes: por una parte, un multiculturalismo juvenil queexpresa una bsqueda identitaria basada en la proliferacin de las particularidades culturales,estilsticas y de consumo y, por otra, la consolidacin de discriminaciones simblicasjerarquizantes que tienden a generar mecanismos de exclusin hacia los diferentes25. As,estas diferenciaciones se traducen, en algunos casos, en la construccin de identidadesplurales y pluralistas, mientras en otros, se posicionan a partir de la exclusin y la intolerancia,dando lugar a conductas xenfobas y marginalizantes. La distincin juvenil integra entonces,una dimensin democrtica multicultural y, otra, jerrquica y autoritaria, nacida de ladesigualdad social producto de la estructura de clases de la sociedad.22 GARCA CANCLINI, Nstor; 1995.23 GARCA CANCLINI, Nstor; 1990.24 A los efectos de facilitar la lectura del texto y no con una connotacin sexista, he optado, a riesgo de crtica, porescribir en trminos del tradicional "los", a cambio de "los/as", o el novedoso "l@s". Entonces, "los" debe interpretarsecomo inclusivo tanto varones como mujeres, salvo aclaracin en contario.25 ELBAUM, Jorge; 1998. Indito. 6. Como consecuencia, estimulados al extremo por la publicidad y la propaganda, la tensin queresulta de la oferta del mercado de bienes para la juventud26 y la posibilidad de acceso real atales bienes, impacta en los jvenes, que no logran fcilmente sustraerse a sus imgenesseductoras, ms all del hecho cierto de que los mismos jvenes re-inventan y dotan denuevos sentidos a los bienes que se les ofrecen. An as, el mercado posee una increblecapacidad metabolizadora de la novedad y rpidamente le encuentra un sitio en los estantesdel shopping.En este marco, una mirada atenta de los agrupamientos juveniles nos permite descubrircaractersticas relacionales bien diferentes de las observables en la generacin anterior. No setrata aqu de la constitucin de grandes colectivos movidos por ideas radicales de cambiosmacro, ni de identidades cortadas por ideologas que vienen a capturar a los jvenes con sucertidumbre y monolitismo, en la medida en que tales discursos han quedado sepultados por unnuevo tiempo, productivista, individualista, asediado por pequeos relatos que procuran darsentido a vidas ms acuciadas por la necesidad y amenazadas por la exclusin. Aunque comoel lobo frente al cordero, disfrazada de la "aventura del riesgo y la libertad".Para Maffesoli27, se trata de dar cuenta de una nueva forma de grupalidad, para la que proponela metfora de las tribus, que encarnan los cambios acaecidos a partir de la revolucin culturalde los aos 60, las profundas transformaciones en la organizacin del mundo del trabajo y laincorporacin masiva de nuevas tecnologas que vienen a reconfigurar la relacionalidad y quecaracterizan el paso de la modernidad a la posmodernidad. Es el tiempo de la emergencia depequeas entidades y agrupamientos, particularmente visibles en lo que a los jvenesrespecta. Este neotribalismo se caracteriza por la fluidez, el trasvasamiento entre unas y otrastribus, el agrupamiento momentneo y por la dispersin. Especialmente notorios, son loscambios referidos a la socialidad, campo en el que las relaciones interpersonales ya no sesustentan en contratos polticos o ideolgicos, sino en la accin de una comunidad emocional,y rituales de emociones compartidas (como en el ftbol y el rock). Basta imaginar el contrastecon las identidades juveniles de los sesentas y setentas, mucho ms rgidas, mshomogneas, ms esquemticas, tambin.Pero veamos algunos de los cambios, intensos y vertiginosos, que impactaron en la escenajuvenil.Tiempo de cambiosEl lugar de la poltica28Si en los sesentas y setentas se visualizaba a la poltica como el lugar desde el cual producirlos cambios que nuestra sociedad necesitaba, el sitio desde el cual generar la transformacinsocial, en los ochentas y noventas, la relacin se invirti, quedando la poltica reducida al lugarde la administracin, ms o menos prolija, eficiente y honesta o corrupta. Los temoressetentistas de Daniel Bell29, superados por la puesta en prctica de los Documentos de SantaFe (1980), en base a conceptos elaborados por Samuel Huntington, MiIchel Crozier y otros30, y26 REGUILLO, Rossana; 1993.27 MAFFESOLI, Michel; 1988.28 BALARDINI, Sergio; 1999.29 BELL, Daniel; 1970. Tema por el futuro del capitalismo debido a lo que denominaba sus contradicciones culturalesque devenan en una bsqueda incesante de una mejor calidad de vida, del placer y de logros del individuo que, a sujuicio, producan una disrupcin en la lgica capitalista del ahorro (de moral calvinista).30 Por aquellos aos, Samuel Huntington, intelectual actualmente miembro del Council On Foreign Relation, think tankdel Partido Republicano, junto con Michel Crozier y Joji Watanuki, elaboran un informe "Sobre la Gobernabilidad" parala Comisin Trilateral titulado: "La crisis de la Democracia" (1975). Como expresa Oscar Picardo Joao, En elmismo, ...sugieren ciertas medidas restrictivas para superar lo que llamaron "Exceso de Democracia"; este "exceso"est constituido bsicamente por cuatro elementos: 1) Erosin de la autoridad, debido a la concepcin de Estado deBienestar y su ideologa igualitaria; 2) Sobrecarga del gobierno, debido al desgaste de la intervencin estatal en lasrelaciones sociales, lo que ha generado ms demandas; 3) Intensificacin de la competencia poltica, lo que hadisgregado la intensidad generando una incapacidad de las instituciones; y 4) Incremento del provincialismonacionalista de la poltica exterior, debido a las presiones ejercidas por la sociedad respecto de sus necesidadesinteriores. En: http://www.ufg.edu.sv/red/gobernabilidad.html. Acceso: 20 de mayo de 2002. 7. los Documentos del llamado Consenso de Washington (1990)31, con sus sugerencias dereforma estatal, apertura de mercado, privatizacin y descentralizacin. Resultado de suaplicacin, la poltica ha quedado subordinada a la economa y atrapada en las pequeascosas. De la transformacin de la realidad, a la gestin de lo dado.Es evidente, por otra parte, que se registra un debilitamiento del rol representativo de lospartidos32, ante la primaca de la representacin mediada por la pantalla, y un cambio en larelacin de los ciudadanos con los asuntos pblicos. Los medios de comunicacin se hanconstituido, de la mano de su crecimiento exponencial y alcance pblico masivo, en nuevosespacios de representacin y en articuladores de identidades.Sumado a ello, la prdida de credibilidad de los polticos profesionales, vinculada a frecuentespromesas incumplidas, escndalos y corruptelas, y la sensacin de carencia de ideas quevayan ms all de la ambicin de poder.Agrgase, en el caso especfico de los jvenes, una fuerte crtica a conductas manipulatorias yabusivas que se traduce en un sentimiento de engao y de ocultamiento de los verdaderospropsitos de las actividades sugeridas o permitidas por los aparatos partidarios. Estasactitudes generan una sensacin de ninguneo y privatizacin de los esfuerzos realizados porlos jvenes.Finalmente, los canales de participacin existentes, son considerados formales y ficcionales,expresando un cierto bloqueo de las demandas de participacin autntica.33De la familia tradicional a las familias posiblesLa magnitud de los cambios acontecidos en el mundo del trabajo, ha impactado con fuerza enlos hogares, que representan el contexto familiar en el que los adolescentes desarrollan susvidas. Vamos a ver a la mujer, las madres y las parejas, participando cada vez ms delmercado laboral, generando nuevas dinmicas no slo en ste, sino en la vida familiar, en losroles, las expectativas y los intercambios. Y la aparicin de nuevos modelos y vnculosfamiliares. Aumenta el nmero de familias monoparentales, del mismo modo que el deindividuos que viven solos, crece la cantidad de familias ensambladas, se multiplican las ysalidas y los retornos al hogar familiar original. Aparecen una pluralidad de formas familiares y,consecuentemente, una nueva, y diversa, socializacin. Desde los Ingalls hasta los Osbournes.Por otra parte, se observa un aumento de las uniones de hecho sin llegar al casamiento queexpresan una voluntad de vida en comn sustentada en el afecto y no en la institucin social ofamiliar y un cierto reconocimiento explcito de la posibilidad de disolucin del vnculo de lapareja, que pasa a ser centralmente amoroso y no jurdico.A su vez, este vnculo de amor esta tambin relacionado a las mltiples formas de control de lanatalidad y a la consecuente posibilidad de poner en juego una sexualidad no necesariamentecomprometida con la posibilidad de tener hijos sino con el ejercicio de una actividad placenteray gratificante.En este punto, la posibilidad de realizar los proyectos personales postergando la maternidad ypaternidad dotan de una nueva perspectiva narcisista a los miembros de la pareja.Esta ampliacin del campo de accin de la mujer, aunque no alcanza a constituirse en unademocratizacin de los roles familiares en la medida en que las tareas domsticas, ms all deuna cierta redistribucin en el ncleo familiar, siguen estando predominantemente en susmanos, es decir, a cargo de las mujeres, supone una nueva dinmica de poder y unaredefinicin de la figura de autoridad en la familia.Estos planteos seran asumidos por los Documentos de Santa Fe que guiaran la conducta del gobierno de RonaldReagan.31 Se trata de una serie de recomendaciones (apertura de los mercados, privatizacin de servicios pblicos, Estadomnimo, etc.), promovidas por el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, la Comisin Trilateral y el Grupo delos Siete, integrado por los pases econmicamente ms poderosos del mundo, y que sistematizara posteriormenteJohn Williamson (1990).32 Lo mismo vale para los sindicatos y otras instancias de representacin, institucin cuestionada en s misma.33 BALARDINI, Sergio y MIRANDA, Ana; 1999. 8. En consecuencia, se hace ms evidente un horizonte de vida independiente, an en el caso dela presencia de hijos, sin necesidad de sostener relaciones asentadas en la dominacin, lasubordinacin y/o el maltrato.Llegados aqu, pareciera advenir un horizonte en el que se articulan los proyectos de dospersonas integrales, sin subordinacin de una a la otra perdiendo sentido el mito de la medianaranja. Aqu, ms bien, hay dos frutos completos e independientes que deciden compartir unpresente comn autnomo y, segn se desarrollen los acontecimientos, un futuro tambincomn. Otra forma de ver el reino de la libertad frente al de la necesidad.Del autoritarismo paternalista a la autoridad cuestionadaFue con el ascenso de la sociedad burguesa, que la autoridad paterna adquiri especial relievevinculada al concepto de jefe de familia proveedor, encarnacin de la fuerza de trabajo. En eltiempo de la prdida de la tierra y del pasaje a la propiedad privada, si se careca depropiedades, al menos se posea la capacidad de aportar los medios o los ingresos capacidadsalarial mediante- para sostener a la familia. Se trata de una autoridad, en consecuencia,vinculada a la capacidad de trabajar y no vitalicia, como en pocas anteriores. Pero, as como apartir de la primera guerra, la autoridad de los ancianos sostenida en las costumbres, comienzaa decaer, lo que se profundizar tras la segunda guerra y los aos sesentas, durante losnoventa, los cambios en el mercado de trabajo, el aumento del desempleo y la obsolescenciatemprana de las capacidades adquiridas por los trabajadores (varones) frente a laincorporacin de nuevas tecnologas, devolvieron a muchos hombres al hogar y mellaron suautoestima y autoridad familiar. Ya no eran los proveedores. Una de sus consecuenciasprincipales ser el relajamiento de los lazos familiares y de la autoridad paterna.34 Mientrastanto, an en condiciones de inequidad, las mujeres pasan a ocupar o compartir este rol.Como resultado, el nuevo lugar de la autoridad familiar, ser motivo de disputas ymanifestaciones diversas. Circular, se horizontalizar, pugnar y en algunos casos sedisolver, permitiendo en sus intersticios negociaciones, acuerdos, nuevos acuerdos,impugnaciones y la construccin de alianzas segn tiempo y oportunidad.Sin autoridad prefigurada, su posibilidad se hace presente en el interjuego de acciones, lacoherencia entre palabra y accin de los sujetos involucrados y la eficacia de las mismas,dando lugar a la consiguiente generacin de confianzas legitimadoras.Los nios y adolescentes sern hbiles en esta trama, que trasladarn a otros mbitosinstitucionales, prolongando esta matriz socializatoria.Ya no sern los jvenes del todo o nada, sino de la negociacin permanenteDe la produccin al consumoResultado de los cambios, el discurso emergente del mercado, con sus exigencias deproductividad, competitividad y consumo, hegemoniza la escena, pero sucede que en elmercado no estan todos, y, entre los que estan, suele haber una fuerte diferenciacin ydesigualdad. Primera cuestin, si somos iguales en tanto ciudadanos -un hombre, un voto-, nolo somos en tanto consumidores. Por otra parte, este desplazamiento de la sociedad del trabajoy la produccin hacia una sociedad del consumo (y generadora de desocupacin), en la que elcentro esta puesto en la capacidad de consumir, lleva a que las identidades que hasta ayer seadscriban al mundo del trabajo entren en crisis, a la par que se dispone de nuevos sedimentosidentitarios, desplegados ahora en torno del espacio del consumo (segmentado por sectoressociales). Dime qu consumes y te dir quien eres. Esta nueva situacin, instrumentaliza la vida hacia un mundo de valores definido por la utilidad ypracticidad de los bienes, ya sean materiales o simblicos. El paradigma eficientista, el xito,pasa a ser el valor dominante por el que se miden todas las cosas. Las caractersticas propias delmercado se extienden a las restantes dimensiones del mundo de la vida. Esta, es la utopa delmercado en los tiempos del polvo blanco, consumido para lograr el mayor rendimiento, la ptimaproductividad, en definitiva, la mejor adaptacin. Lejos ha quedado la poca en que se pretenda34 ALBA, Vctor; 1992. 9. enjuiciar a la sociedad de la alienacin capitalista, cuando la bsqueda de otro estado deconciencia, promova el uso del cido y la yerba. El culto de los integrados es el del crecimientoeconmico35. Viajamos de las puertas de la percepcin36 a las ventanas de Bill Gates.Los medios como agencia de socializacin privilegiadaSi en tiempos pasados, las agencias de socializacin privilegiadas, se circunscriban a la familiay la escuela (y en menor medida las iglesias), hoy da, los medios de comunicacin les recortanprogresiva y audazmente su espacio, pudindose afirmar que, en buena medida, conocemosactualmente el mundo por la televisin (e ingresamos, adems, a un universo perceptivo depantallas que se independiza y va mucho ms all del aparato televisor).En este marco, se advierte, adquieren especial relevancia los medios de comunicacinaudiovisual, asociados con la publicidad, el estmulo al consumo, las marcas y los emblemas.Pensemos en las horas de TV que consumen nios y adolescentes37 y se nos har evidenteque sta se ha convertido en una de las principales, sino la principal, fuente de experiencias einformacin para organizar su mundo. Los nios de entre siete y 12 aos que viven en BuenosAires pasan entre una y cuatro horas frente al televisor, segn una encuesta realizada por elcanal de cable infantil Nickelodeon en 1999.38 En consecuencia, la cantidad de horas quenios y jvenes dedican a ver televisin39 y el carcter domstico de esta actividad, nos acercaa la conceptualizacin de parafamiliar meditico que hiciera Eva Giberti40. Es decir, nosenfrentamos a un mundo en formato video que nos dota de afectos y conocimientos ensustitucin del viejo mundo real en retirada.Una consecuencia de estas transformaciones es que la adquisicin de una condicin juvenil porparte de los jvenes, ya no depender exclusiva o predominantemente de su circulacin por lainstitucin escolar, sino de su captacin por la propaganda y las pantallas calientes de unmundo juvenilizado.En este marco, con la globalizacin de las comunicaciones y la publicidad como respaldo, laidentidad como acto de apropiacin simblica, abandona, en buena medida, el dominoterritorial para situarse en la dimensin del consumo transespacial. Sin embargo, esta cultura-mundo, no es un todo homogneo, sino una rearticulacin de territorios (nacionales) que sefragmentan, circunstancia que lleva a que jvenes de diferentes geografas perciban que tienenmucho ms en comn entre s, que con jvenes de barrios vecinos, respecto a quienes sealejan en capital simblico, argamasa con la que adquieren configuracin y se despliegan lasidentidades. La TV cable e internet han contribuido significativamente a contornear esta nuevarealidad, que deviene en una nueva formulacin del nosotros, y, en consecuencia, del camposignificante de los otros. Lo prximo, si distinto, se transforma en distante. Adviene unacomunidad transnacional de consumidores jvenes que comparte nuevos universos simblicosde la que forman parte, y en la que se socializan41.La crisis de la escuela y la prdida de hegemona en tanto agente de "produccin" dejuventud(es).La emergencia de una cultura de la imagen frente a la cultura del texto escrito propio de la35Ver: SCHUMACHER, E. F.; Lo pequeo es hermoso; 1973.36El The Doors of the Perception tomado prestado de William Blake en que se basara Jim Morrison para dar nombrea su grupo de rock.37 . La violencia en los programas televisivos, http://www.ull.es/publicaciones/latina/a/81coh.htm38"La Asociacin para la Alfabetizacin Audiovisual (AML), con sede en Toronto seala que poco antes de terminar laeducacin secundaria un estudiante pasa unas 11.000 horas adentro de la educacin formal, frente a unas 15.000horas frente al televisor y otras 10.500 horas escuchandomsica pop. Adems de otras miles de horas dedicadas a otros medios de comunicacin, como el cmic, losvideojuegos, el cine y la internet". http://www.xtec.es/~jvilches/infoedu/ier18.htm; acceso: 10 de mayo de 2002.39Consumo televisivo: hbitos y valoraciones. SOUZA, Mara Dolores.http://www.sydneyforum.com/conf_papers/maria_dolores_souza_spanish.rtf. Acceso: 10 de mayo 200240Se trata del surgimiento de una nueva institucin con "vivencia de familiaridad" y hasta de parentesco, originada porla sistematicidad y periodicidad de la presencia de ciertos personajes radiales y/o televisivos: locutores, animadores,periodistas. En: WAINERMAN, Catalina (comp.). 1994.41 GARCA CANCLINI, Nstor; (1995). 10. cultura escolar es uno de los elementos que mayor impacto han producido. Frente a losprocesos de dilogo, debate y reflexin, que necesitan siempre un tiempo extendido para poderdesarrollarse, aparece la sociedad del vrtigo, de la fragmentacin, del salto de una secuenciaa otra.Del mismo modo, emergen las dificultades de los docentes para concitar y retener la atencinde los alumnos, que aparecen como desmotivados y desinteresados, derivando en fracasos ydesercin. Pensamos que detrs, se hallan razones de formato, tanto como de contenido.Atravesados los alumnos por la cultura del zapping y el clip, por un mundo de imgenes ypantallas con su lenguaje icnico, por la lgica hipertextual en sustitucin de la secuencial.Enmarcados por la crisis de la nocin tradicional de autoridad. Todos stos, elementos"externos" que van a sumarse en la produccin de esta crisis.La "intromisin" en la escuela de una cultura juvenil, producida por fuera de la institucin, queva a entrar en conflicto con la cultura escolar tradicional, que piensa un "sujeto pedaggico" enretirada frente a las mutaciones de la sociedad y la cultura.Los adolescentes, llegan ahora a la escuela como portadores de una propia cultura (o mejor enplural, culturas), estimulada por los medios y la propaganda, por su legitimacin en el sistemade produccin de bienes y consumo, y por una nueva relacin con la tecnologa, quereconfigura el lugar de los saberes y sus poseedores. El sujeto imaginado, real o fantaseado,estalla, y se diversifican identidades juveniles. En consecuencia, los jvenes ingresan con estasdotaciones identitarias, irreductibles en un punto, a una institucin homogeneizante condificultades para registrar y procesar aquellas diferencias, que vive como amenazas.En este marco, las instituciones escolares, afincadas en la cultura del libro, del texto y lapalabra escrita, tienen dificultades, en la medida en que los jvenes estan inmersos en unacultura de la velocidad, de la fragmentacin y de la imagen, y los adultos enfrentan el desafode seguir ensendoles de manera secuencial y en base al texto.Ante los procesos de la lgica secuencial tradicional aparece la lgica de los hipertextos y lashipermedias, que trabajan en formas de redes. Al lenguaje del texto se lo enfrenta con ellenguaje de la imagen. La imagen y el hipertexto remiten a un nuevo canon. La imagen con supregnancia e inmediatez, que dificulta la toma de distancia y el hipertexto que liquida el procesosecuencial serial por un protocolo de acceso en paralelo a mltiples opciones de registros. Paraalguien socializado en la cultura de la palabra, la imagen se convierte fcilmente en unatrampa, mientras que para alguien socializado en un mundo de imgenes, la palabra puedeactuar como retardo, como agregado vano. Y para alguien socializado en la cultura del textolineal, el hipertexto es un laberinto en el cual perderse y que no lleva a ningn objetivo claro,nos pasea entre relatos, horizontalizando retazos sin pronunciar su discurso final. En tanto,para alguien socializado en el hipertexto, el texto lineal suele ser pobre, aburrido, y no permiteuna compresin de los contextos y las relaciones.Para unos y otros, las nociones de tiempo y espacio se modifican con la tecnologa,produciendo nuevas distancias. Y, ya se sabe, las nociones de tiempo y espacio soncondiciones a priori del entendimiento.Los jvenes estn entrenados cada vez ms en estas categoras de la experiencia que losadultos no compartimos al haber sido socializados en un contexto diferente. Pero cuando laexperiencia se sostiene en formato de clip, y entre videojuegos, el hipertexto, la hipermedia, lainstantaneidad, y con ellas una nueva nocin de tiempo y de espacio, hay que pensar endesarrollar nuevos procesos reflexivos porque asistimos a nueva forma de organizar y construirel mundo. Sin embargo, hay que tener cuidado, esta nueva realidad no debe llevar a que lainstitucin escolar pretenda adaptarse mecnicamente a los nuevos tiempos, y, sin embargo,no puede dejar de tenerlos en cuenta. Del mismo modo que contemplar -e integrar- losintereses de los alumnos no significa subordinarse a ellos sino ponerlos en tensin conprocesos de aprendizaje y la dotacin de conocimientos necesarios.Otra circunstancia complejizante, es la integracin a las escuelas medias de nuevos sectoressociales, con valores y prcticas diferentes a las habituales de clase media y con adolescenciasdismiles. 11. Jvenes de sectores popularesEn la configuracin de diferentes juventudes, solemos remarcar la legitimidad de la diversidadcultural. Y, asimismo, resaltamos con frecuencia las restricciones que remiten a ladiferenciacin social, a la condicin socioeconmica del hogar de origen de los jvenes. Eneste cruce, se producirn juventudes especficas y diferenciadas de aquellas de clase media.Es sabido, la conceptualizacin tradicional de juventud, exclua a buena parte de estos jvenesde la posibilidad de adquirir una condicin juvenil. Se propona su temprano ingreso al mundodel trabajo, asumiendo roles adultos, como la de la inexistencia de un tiempo para desarrollarcomportamientos generacionales y diferentes de los adultos. Casi hablamos de unamimetizacin con los adultos. Por tanto, no se hablaba all ni de adolescencia, ni de juventud,sino de menores. Menores que hacan vida de adultos, en todo caso.Sin embargo, a partir de los cambios sobre los que venimos exponiendo y, en particular, lanueva socializacin a que estan sometidas a todas las vidas, generada por la omnipresenciaavasallante de los medios, e inclusive el ingreso a la escuela media de muchos jvenes desectores anteriormente excluidos de esta institucin, el panorama, afirmamos, ha cambiadoradicalmente. Estos jvenes, adquieren una condicin juvenil, ciertamente diferenciada de la delos jvenes de clase media, pero no puede hoy seguir dicindose, ya sea porque participen delmercado de trabajo, ya sea porque no asistan a la escuela, que se trata de adultos menores sinjuventud.FamiliaMuchos de estos jvenes habitan en hogares slo con la madre (a veces, el padre) ynumerosos hermanos, otros parientes y figuras cuasifamiliares. La ausencia del padre, dificultala identificacin con una figura paterna y su rol, e incluso afecta el campo de identificacionesposibles alrededor de la masculinidad. Mientras tanto, la sucesin de personas que ingresan ysalen del hogar, hacen ms lbiles las relaciones afectivas, y, con frecuencia, ciertainadecuacin en la convivencia, hasta, en el lmite, el sometimiento y el abandono o elestablecimiento de relaciones sexuales incestuosas. Cierto es que no es el nico sector socialen que esto sucede, pero, en estos casos, se da en el marco de restricciones que configuranun cuerpo de mayor violencia y vulnerabilidad.Los modelos posibles de identificacin masculina, en consecuencia, los hallan habitualmenteen los medios de comunicacin, en particular en la televisin. Suelen ser hroes que refuerzanla imagen de virilidad con una carga importante de agresividad. Figura de accin y no depalabras. Esta misma circunstancia, es la que los empuja a buscar lderes "fuertes", queencarnen el poder (de tener y sobre la voluntad de terceros) y con una autoridad resolutiva.Con este perfil, y en este escenario, es fcil comprender que los "guiones" que actan suelanser violentos y expresivos.En cuanto a las jvenes, advertimos que muchas veces la maternidad temprana, se inscribe enla posibilidad de cambiar su lugar en tanto sujeto, con una ms imaginaria que real perspectivade construccin de nuevos sentidos, que las saquen de la posicin de vctimas de lasviolencias a las que se ven sometidas en sus vidas.EscuelaPor una parte, deben enfrentar una escuela que les es ajena en cuanto sus cdigos remiten ala cultura de clase media. Por otra, ingresan a ella portando su propio saber, sus cdigos y sucultura de la calle. Otra modalidad de cruce entre culturas juveniles y cultura escolar. Tensinnunca resuelta y que, muchas veces, deviene en abierto conflicto. Y cada vez ms, en lamedida en que la cultura de la calle ingresa a la escuela con ms actores y ms emblemas, daa da.Es evidente, la escuela de la modernidad, y sus agentes, no esta preparada para procesarestas circunstancias. Pierde poder disciplinador, en la medida en que la nocin de autoridad deque dispone no es asimilable por los nuevos sujetos y, al mismo tiempo, no puede ofrecerfiguras de identificacin adecuadas a la "demanda". En este sentido, se debilita, tambin sucapacidad socializadora, en trminos de modelos de comportamiento y construccin de 12. hbitos. De hecho, la misma convivencia escolar se dificulta por la indisciplina y actos deagresin que, paradojalmente, terminan por reclamar sanciones propias de regmenesautoritarios.Por otra parte, volviendo al tema de los cdigos, hay que sealar como elementos discordantescon el medio escolar, tanto los usos del lenguaje como la dotacin de elementos disponiblespor los alumnos en tanto reserva simblica, quienes, a menudo, ni siquiera entienden a susdocentes, en un mundo en dnde, adems, la accin tiene un poder que la palabra no posee.Esta circunstancia agrega una nueva dificultad para la habilitacin de un dilogo que permitaestablecer normas acordadas por todos, de convivencia. E instala un nuevo campo denegociacin.Finalmente, si la escuela no se articula con una salida laboral, o por lo menos, la permitevislumbrar en su horizonte, carece de sentido para quienes saben que su norte posible es elmundo del trabajo, o, en su defecto, que debern obtener sus recursos por medios alternativosy cuasi-delincuenciales, reidos con la legalidad, o abiertamente delictivos. El desafo para unasociedad democrtica, es como articular una escuela que habilite para el desempeo laboral ydote, al mismo tiempo, de los mnimos comportamientos y saberes ciudadanos. Y que permita,en el fondo, pensar la posibilidad de construccin de un horizonte diferente que hoy parece tanlejano.El nuevo corte generacional. Tecnologas, artefactos y artificios.La ruptura tecnolgicaSi nos preguntamos acerca de lo nuevo en la relacin entre generaciones, podemos afirmarque la tecnologa juega un papel predominante. Como sealara, Peter Eio, presidente de LegoSystems, por primera vez en la historia de la humanidad, una nueva generacin estcapacitada para utilizar la tecnologa mejor que sus padres42. En trminos de Margaret Mead,estamos frente a una cultura "prefigurativa", en la que son los jvenes quienes ensean a suspadres43.Todas estas transformaciones que venimos mencionando, acaecidas centralmente en las dosltimas dcadas, estan fuertemente atravesadas por la introduccin de la tecnologa cibernticay de programacin en la vida domstica, ya no en los viajes espaciales que mirbamos desdenuestros sillones, entre sorprendidos y emocionados, pero que no promovan cambios ennuestra vida diaria, sino que slo eran un tema ms de conversacin.Ya no es as. La robotizacin primero y la informatizacin despus, modificaron radicalmente elcampo del trabajo, la productividad, la gestin, exigiendo nuevos saberes de mayor calificacin;achicaron el mundo a un espacio nico y a la mano, con su diversidad de mensajes a nuestroalcance: culturas, modas, conflictos y posibilidades de ser, tan cercanos como una especie depatio virtual en nuestra propia casa; y redujeron los tiempos al instante, -a slo un click dedistancia, se suele decir-. Esto es, claro, para los integrados. Para los excluidos, la brecha seha ampliado. Pero, tambin, para el dilogo entre generaciones, que demandar un esfuerzoextra y una voluntad puesta en juego.La irrupcin de la tecnologa del chip y de las pantallas, invadiendo nuestra domesticidad, hanimpuesto su presencia en los ms variados espacios pblicos, y nos llevan a una nuevamodalidad perceptiva que pone en jaque nuestro horizonte cognitivo, habida cuenta de lascrticas de Giovanni Sartori44 y otros. Este nuevo homo videns, cambia sus nociones de tiempoy espacio en relacin a la cultura de los viejos sapiens de la palabra y el texto escrito.Estamos, pues, frente la primera generacin de jvenes videoformados, gusta decir Sartori. Yesto habla de mucho ms que un mero estar frente a una pantalla-objeto. En todo caso, hablade un "estar siendo", en una dinmica transformadora, de un sujeto frente a algo ms que unobjeto pasivo al que manipular. Hay un poder subjetivador profundo en esta relacin y susnuevos lenguajes. El resultado, la produccin de nuevos sujetos.42 Cita en Los hijos de la tecnologa sern 40 millones en el ao 2003, Brbara CELIS. En: Datos en la Web. Acceso:diciembre 2000.43 MEAD, Margaret; 1970.44 SARTORI, Giovanni; 1997. 13. Sin embargo, como sealramos antes, las posibilidades de acceso al consumo son diferentessocialmente y los jvenes, cuando consumen, lo hacen desde esta diferencia, insumo clave,pero no nico, para el despliegue de las identidades y la dimensin del reconocimiento.En este punto, hay que reconocer que los usos sociales posibles de los aparatos queconstituyen la parafernalia tecnolgica son diversos a la par que segmentados. Es decir, suconsumo y apropiacin.De este modo, para algunos jvenes se trata del consumo masivo de televisin y losvideojuegos de los locales barriales, mientras, para otros, de los juegos en red, el play station,la navegacin por internet y el ciberespacio, el lenguaje de programacin, etc. Como se ve, ladotacin de recursos es claramente asimtrica. Sin embargo, el mundo de la tecnologa losatraviesa a unos y otros, las pantallas los capturan a todos, en casas, comercios, bares,estaciones de trenes o subterrneos, contando siempre con la videopresencia de ciertospersonajes, en fin, con una cierta omnipresencia.La tecnologa no esta distante de los jvenes de los sectores populares, todo lo contrario, estamuy presente en su vida como tecnologa invasiva aunque pobre en sus posibilidades, con uncomponente de interactividad reducido. La TV esta all y los videojuegos tambin. Y esta en lamsica y en los lugares bailables a los que asisten, con una presencia que excede su mbitoespecfico mediante la publicidad y la propaganda, las revistas, los carteles, la radio y la tvabierta.Si la diferencia en el acceso y consumo de tecnologa es evidente entre los jvenes de distintossectores sociales, esta circunstancia, no impugna el hecho de que, en unos y otros casos, losjvenes se distancian de los adultos a travs de su vnculo con ella y su capacidad paraprocesarla y usarla. Tanto como en el efecto de captura que las mismas generan. Sin embargo,en un tiempo en que la computadora se ha convertido en un electrodomstico ms, es lgicoque los comercios de juegos en red esten repletos de jvenes que van a interactuar all con susamigos a travs de la red. Aunque los tengan justo enfrente de s.Adems, la tecnologa computacional les ofrece un terreno propicio para el desarrollo de suscapacidades de abstraccin, tcnicas y creativas. La utilizacin de procesos lgicos y nomgicos se hace ms presente, al igual que la actividad multitarea (multitasking) y laperspectiva hipertextual de secuencias lgicas no lineales. La red es tecnologa de hard y softcon diagramas de flujos lgicos permanentes. Es la hora del brainware. Como seala JulioOrione (...) Se ha dicho, despectivamente, que Internet es diversin. Enhorabuena que nazcannuevas formas de diversin. Pero es mucho ms: es un camino para que los chicos seacerquen al conocimiento y es una herramienta para ensearles a pensar. No conviene cerrarlos ojos a esto45. Es as que la proporcin de jvenes y adolescentes creativos y creadores quedisean y construyen herramientas informticas interactivas es sorprendente, tanto como laexplosin de pginas web (y soft) desarrolladas por adolescentes y preadolescentes. El famosobuscador Yahoo, su antecesor Mosaic, el sistema operativo Linux, el en su momento innovadorMIRC, el programa de mensajera instantnea ICQ, el polmico Napster, tanto como otrosprogramas de intercambio de archivos y cientos de poderosos virus, fueron todos diseados ycreados por adolescentes y jvenes. La historia de la empresa Apple es muy expresiva alrespecto.En cuanto a los usos de internet, un rasgo atractivo para los adolescentes es que novislumbran que la red este controlada por los adultos, ya sea en tanto gobierno, los padres uotras instituciones. Para ellos, el ciberespacio es la nueva frontera que representa algo muy45 Al construir una pgina, (...) por ejemplo, hay que definir categoras. Y hay que jerarquizarlas... por medio dediversos ordenamientos lgicos: rboles, secuencias lineales, espirales, solapamientos, intersecciones, etctera.Disear la pgina requiere afinar los conceptos de espacio-tiempo (...). Despus habr que poner los links. Qu mejoroportunidad para entender qu son las relaciones y las interrelaciones, lo unvoco y lo biunvoco? Tendr que pensaren equivalencias. (...) Tambin deber poner en juego los conceptos de causalidad y determinacin. Cada clic habr detener determinado efecto, y hay que saber cul y por qu. Poco a poco, el joven realizador del sitio ir construyendouna imagen interna de todos estos aspectos y, al cabo de la tarea, habr incorporado un conjunto de conocimientos dela mayor importancia para su formacin intelectual. Internet da lecciones prcticas de filosofa en diario Clarn,Suplemento Informtica. Mircoles 10 de mayo de 2000. 14. parecido a la libertad que imaginan en su cultura de la nocturnidad 46. As como se sienten libresen la noche, se sienten libres en el ciberespacio. En la noche, los adultos parecen desaparecery dejar el terreno a los jvenes. Algo semejante perciben que sucede en el ciberespacio cuandolo recorren. En un caso, es el tiempo la noche- que aleja a los adultos, en el otro, es elespacio la ciberplataforma -, pero tambin podramos decir que los separa la tecnologa.Otro rasgo interesante es que frente a la pregunta de en qu ocupaban antes el tiempo queahora dedican a comunicarse por la red, la respuesta ms habitual es: ver televisin. Lo quesupone, por una parte, un desplazamiento de un medio pasivo a un medio interactivo y, porotra, un orden de prioridades que no relega el estudio o las actividades deportivas oproductivas.Otros aspectos de relevancia para la socializacin de los navegantes es que la informacin seencuentra y circula- libremente en internet, lo que incluye informacin relevante para eldesarrollo de la ciudadana juvenil, como ayudas de orientacin vocacional y para la formacinprofesional, la proteccin frente a las relaciones sexuales, el aborto, etc., pero tambin,pornografa, drogas, mtodos de infligir violencia, y tanto ms. Esta circunstancia motiva elsurgimiento de derivados para el debate: el libre acceso a la informacin, la calidad de lamisma y su pertinencia. En su momento hemos encontrado una receta para construir unapequea bomba nuclear. Frente a este panorama, surge una nueva tarea, la de preparar a losjvenes para filtrar, seleccionar y procesar la informacin, a diferencia de ayer, cuando setrataba de salir a buscarla ya que, frecuentemente, era escasa. Ahora la informacin desborday los adolescentes participan del flujo activamente.El ciberespacio le ofrece la oportunidad a los adolescentes de encontrarse con pares eimpares- de diversos lugares del mundo. En los chats la composicin por default esinternacional y, por definicin, multicultural. Las oportunidades para advertir las diferenciasculturales son habituales, permitiendo establecer comparaciones entre los sistemas de estudio,las caractersticas de la vida familiar y los hechos culturales, por ejemplo. La presencia en losambientes virtuales de individuos con diferentes capitales culturales les permite a losadolescentes enriquecerse y resignificar su propio espacio. Para estos jvenes, las normas desu entorno sociocomunitario, pierden la dimensin universal que pudo tener para sujetossocializados en un mundo cerrado que no les permita visualizar otras posibilidades de ser. Almismo tiempo, este hecho les abre la puerta a un mundo de elecciones que avanza hacia laconstruccin de un individualismo con nocin de radicalidad y relatividad.De lo elctrico a lo electrnicoEn este punto, es interesante detenerse en la cultura techno como paradigma tecnolgico.Muchas veces hemos dicho que la msica es el espacio privilegiado que los jvenes utilizanpara comunicar sus sentimientos y emociones. As el rock, logr confirmarse como msicajuvenil en los aos sesenta de la mano de los Beatles y vimos pasar por all la psicodelia, elpunk, la new wave, el grunge, y tantos otros subgneros con sus estilos modas e identidadesespecficas.Sin embargo, todos ellos, se inscribieron en el paradigma de lo elctrico.La msica techno, en cambio, podemos decir que se asienta en un nuevo paradigma,electrnico, que si bien vio su luz en el campo del rock (desde el uso de los sintetizadores enlos setentas), creci y rompi la matriz hasta convertirse en un hecho musical nuevo.Esta nueva msica, hecha con mquinas de sonido (aunque en sentido amplio, tambin unaguitarra lo es), tiende a ocupar el espacio de un modo integral, que lleva a decir de muchos desus cultores que no debe ser escuchada por los odos, sino por el cuerpo todo. Un sistema deluces complejo suele acompaar a la msica electrnica all dnde esta se ofrece a los cuerposjuveniles, generando una inmersin snica y lumnica en la que son los cuerpos los quesienten. O la mente, segn opinan otros. En todo caso, cuerpo y mente, pero minimizando laparcializacin de los sentidos, con el que el odo oye, el ojo ve y as. Se trata de un baocenestsico.A decir verdad, son tantos los subgneros que esta nueva msica ha engendrado en tan pocotiempo (y debates internos y disputas identitarias), que habra que diferenciar entre unos yotros, aunque para los adultos resulten el mismo ruido electrnico. Como para los abuelos, el46 MARGULIS, Mario. 1994. 15. rock era todo una misma bola de ruido elctrico. Hace bien Sting cuando dice que el technoexpresa un corte generacional en el campo musical. As como antes lo protagoniz el rock.Ms especficamente, en el mundo de las fiestas rave, esas que para desazn de los padresduran toda la noche y finalizan por la maana, los deejays, no son los viejos discjockeys quepasaban los discos uno tras otro y cuyo mayor desafo era el "enganche". En esta nuevaversin, los "pasadores", recrean la msica, la reelaboran, concibindose a s mismo comonuevos artistas.Por otra parte, el tema de la "intensidad" sensorial esta a la orden del da y, la difusin depastillas como el "xtasis" busca expandir esta intensidad de sensaciones en una propuestaque no nos debe hacer olvidar que, cuando en los inicios del rock psicodlico, Pink Floyd y JimiHendrix tocaban y grababan bajo los efectos de alucingenos (marihuana y LSD) propiciabanalgo semejante. Pues bien, y como no podra ser de otra manera en tiempos tecnolgicos, hoyse trata de drogas llamadas de diseo y sintticas, si bien el LSD es su antecedente directo.Diferencias al margen, no es la nica coincidencia entre la vieja cultura hippie y la cultura raverque busca "elevar a la gente a un estado mental de existencia fsica o psicolgica", libres, sinataduras, ni limitada a una clase social. Aquel viejo "paz y amor" hippie hoy puede asociarse al"paz, amor, unidad y respeto"47 de los idelogos ravers que dicen promover una nuevaespiritualidad48. "Esta escena no es referirse a una moda y mucho menos a drogas. Es algoespecial que enfoca la felicidad y la unidad abarcando hasta aspectos de espiritualismo ymisticismo".49 La rave como espacio vivencial-existencial.No suena conocido? Tambin suenan conocidas las respuestas de los medios y del mundoadulto ante esta nueva escena juvenil.Y la palabra? Aqu tambin se hace difusa o se disuelve. No slo en muchos de los subgnerostechno, sino tambin en el espacio que llamaramos "pista de baile". A diferencia de suspadres, a ningn adolescente se le ocurrira intentar un "ligue" dirigindole la palabra a alguien.Cada uno en lo suyo, que es el baile. Y los que dialogan, son los cuerpos. Entre procesos deerotizacin ampliados al ambiente, que incluyen una temprana iniciacin sexual para el sentirde sus padres.Los adultos elctricos del texto frente a los jvenes electrnicos de la imagen.Otro tiempo, otra tecnologa, otras sensibilidades.De la palabra al cuerpoEl declive de la palabra y su racionalidad como funcin negociadora, frente a una lgica de laaccin, ms espacial, tiene fuerte incidencia de lo gestual, lo paraverbal y lo corporal,produciendo nuevas formas de relacionamiento y formas de saber.En este marco, un nuevo arte creci y se desarroll en los noventas. Es el llamado body-art,para algunos arte en el cuerpo y, para otros, el cuerpo como obra de arte.El body-art, incluye a los tatuajes (tatoos), el piercing, que consiste en perforarse la piel paracolgarse ciertos objetos pequeos en el cuerpo, que incluye la variante ms osada de ponerseimplantes subcutneos (por ejemplo, bolitas), el branding, que no es otra cosa que marcarsecomo an se hace con el ganado, la scarification, que consiste en hacerse cortes en la pielpara que queden marcas que "simulen" heridas y otras, para los adultos, exticas formas de, yasea "marcarse", ya sea hacer arte. Pero que para los que trabajan en ello, es el arte de marcarel cuerpo.La mayora de estas prcticas no son novedosas en cuanto a su tcnica. Sin embargo, lo queha cambiado es el valor social que las nuevas generaciones le estan atribuyendo.De esta manera, un viejo arte, como el del tatuaje, acotado a grupos marginales de jvenes enotras pocas, como los Hells Angels que asolaban con sus motocicletas personalizadas lasrutas en la norteamrica de los sesentas (y que an existen), o de los residentes en prisiones oespacios de oposicin y resistencia de minoras, han pasado a ser hoy, un elemento de adornode los jvenes ms integrados, un signo de individuacin (cada tatuaje es una obra), y un iconode belleza. Vemos en las galeras de turno desfilar chicas y chicos de los que nodesconfiaramos, ni cruzaramos de calle si nos los encontrramos por la noche.Algo similar sucede con el resto de las tcnicas mencionadas que, hay que decirlo, no serealizan bajo anestesia, por lo que el dolor es parte del nacimiento de la obra.47 PLUR: P(eace), L(ove), U(nity), R(espect). http://www.elektrorave.com48 "El objetivo de un rave es el tener a gente de muchos tipos y de distintos estilos de vida para crear y disfrutar unaatmsfera que juntos vamos creando con la msica." http://www.elektrorave.com49 http://www.elektrorave.com 16. Estas prcticas, desde su nueva consideracin social, se constituyen, tambin ellas, en uncampo de batalla de percepciones entre jvenes y adultos, que suelen interpretar a stas con elmote de horrendas.Estableciendo una comparacin, los jvenes sesentistas hippies y otros alternativos, hacanuso de numerosos collares y aros y pulseras, flores en los cabellos ellas y sombreros capelinaambos. Y el signo de la paz colgado sobre el pecho. Sin embargo, todos estos objetos deadorno, eran emblemas "desmontables", montados "sobre", pero no instalados "en" el propiocuerpo. De esta manera, podemos pensar en mscaras frente a marcas, en tanto las primeraspueden dejarse a un lado, cuando el momento lo exija, mientras las segundas, all quedarn,dando testimonio, siendo muy difcil su eliminacin. En este sentido, la marca nos lleva a laconstitucin de un otro autntico, mientras la mscara puede ser vista como un disfraz detiempo parcial, al cual renunciaremos para volver a ser los mismos.Hay aqu una radicalidad de la marca, un advenir que es ms que cambio, en la medida en queel cambio puede ser retrotraido y lo que adviene ya no.El antecedente ms prximo de las marcas en el cuerpo, en el marco de las culturas juveniles,puede encontrarse en el punk. Sin embargo, una vez ms, se trataba en este caso, de unaseal de combate, de rechazo, de generar asco en el otro (integrado). En cambio, los nuevosportadores de marcas, lo hacen por las razones contrarias, buscando gustar, seducir ydesarrollar un estilo individual.En tiempos de adultos juvenilizados, consumidores de msica rock, ropa moderna, y tratopretendidamente horizontalizado, los jvenes encuentran en estas prcticas un refugio nocontaminado por los adultos y, por lo tanto, que puede serles propio, ya que los adultos no seatreven a ingresar en l (an).En este sentido, el body-art, incluyendo novedosas cuasi-prtesis electrnicas, la msicatechno y el ciberespacio, como cruce entre deseo y tecnologa, definen prcticas y mbitosestrictamente juveniles, apoyados en la tecnologa y los artefactos, generando artificios que losalejan de los adultos.Yo no haca eso cuando era joven!50Resultado de estos cambios en el mundo del trabajo y la cultura, y de una crecientefragmentacin social, vemos surgir una proliferacin de formas de ser juveniles, que ponen unfuerte acento en la esttica, con una ostentacin por el estilo en el sentido de fijar huellas ymarcas, de definirse desde la imagen. Y ya no desde la confrontacin ideolgica, medianteproyectos polticos de transformacin social, como suceda en los sesentas y setentas. En unmundo en que la poltica ha quedado subordinada y rendida a la economa, no tienen muchomargen. En lugar de luchar por revolucionar el mundo, luchan por integrarse a l. No olvidemosque el mercado , la productividad y el consumo, son los nuevos organizadores del mundo.Desde esta perspectiva, la construccin de las identidades basada en la diferenciacin por elestilo y las prcticas culturales, se ven tamizadas por la tecnologizacin de la sociedad,generando una esttica novedosa, acompaada por una teatralidad enfatizada y por rituales ycdigos que ayudan a construir el lugar propio y que se presentan como claves de pertenencia,a travs de conductas y acciones diseadas por los propios adolescentes.Estas nuevas culturas juveniles, comparten un sentimiento comunitario y grupal desde el cualprocesan sus conflictos entre pares y enfrentan su vulnerabilidad ante un exterior hostil. Frentea la imposibilidad de acceder a los bienes que los medios les aseguran los dotaran de xito ypoder, en la medida en que tienen plenamente integrados los signos del consumo, lasagrupamientos juveniles pasan, en consecuencia, a tener una relevancia mucho mayor como50 A ttulo de experiencia: a comienzos de 2001, la televisin mostraba a un grupo de chicas acampando junto alestadio de River. Seran 20 o 30; en realidad eran un par de tribus, no un slo grupo. Pese a que por las noches,calentaban sus comidas para soportar mejor el fro, y se aguantaban la lluvia, guarecidas en sus carpas y toldos, noestaban disfrutando de la naturaleza, ni tampoco practicando scoutismo. Cuando la noche lo permita, miraban lasestrellas, esas pocas que trascienden la contaminacin lumnica de Buenos Aires y cantaban a coro y en voz bien alta,los temas de sus preferidos. Aunque tambin cantaban bajo la lluvia. Luego, se metan en sus bolsas de dormir, porqueal otro da las esperaba la escuela. No a todas, claro, algunas optaban por ratearse. Por otra parte, durante el daalguien deba quedarse cuidando el lugar. No estaban acompaadas por adultos, ya que parece ser, solas semanejaban bien. Entretanto, la ansiedad era mucha. Ya haca 15 das que acampaban, soportando el clima,vagabundos y personajes, y negociando con sus padres. Y faltaban algo ms de otros 10 para que pudieran ingresar alestadio y asistir al concierto de sus dolos, los Backstreets Boys. 17. espacio de socializacin entre iguales, un espacio de carcter horizontal en donde nosolamente comparten visiones del mundo sino que, adems, las generan. El grupo de pares, esel lugar desde dnde darle sentido al mundo, con el rechazo de la perspectiva adulta porinadecuada, falsa, o portadora de un doble discurso. En todo caso, alejada de su realidad. Y esaqu cuando el grupo se presenta como el lugar posible de las nuevas articulaciones y deconstruccin de sentidos, lugar desde el cual enfrentan la crisis de valores y de sentido, frenteal descrdito de lo dado, la sensacin de prdida de rumbo y el sentimiento de impotenciarespecto a la posibilidad de transformar las cosas.En medio de tanta confusin y doble discurso, los adolescentes carecen de figuras con las queidentificarse. Y si hay que elegir, Maradona, Tinelli, Pergolini, Charly Garca, Los Redondos yRodrigo, Olmedo y el Che, suben a escena. Figuras de la msica, la pantalla y el deporte.Algn referente social y casi ninguno proveniente de la poltica, a excepcin del Che, un temaaparte. Qu ven en ellos los adolescentes: autenticidad, personas que dicen lo que piensan yactan en consecuencia. Luego, los problemas de Maradona, las grescas en el acceso a losrecitales de Los Redondos y las locuras de Charly, y hasta las muertes de Olmedo y el Che,son cuestiones secundarias frente al tema central: se la bancan frente al poder (representadopor los medios, la polica, la hipocresa, los adultos en general) y no caretean, aunque paguensu precio por ello. En el caso del Che, podemos afirmar que, a excepcin de un pequeoncleo politizado, es la leyenda del hroe y no del revolucionario social, la que ronda en susvisiones.En el mismo sentido, el territorio es un lugar desde el cual los jvenes pueden realizar unasuerte de control del mundo, ejercer una especie de dominio, e interpretarlo con sus propioselementos. Consideremos que, en muchos casos, son jvenes a los que se les dificulta salir desus propios barrios por cuestiones econmicas, al mismo tiempo que otro mundo muy vasto seles aparece en las pantallas todos los das, inalcanzable por lo dems, mientras suscartografas se les reducen a unas pocas cuadras.Por supuesto, cualquier anlisis debe considerar especialmente la diferencia de entre varones ymujeres. Las expectativas que la sociedad deposita para ellos y para ellas, no son las mismas.Si bien con el ingreso masivo de la mujer en el mercado de trabajo, se ha producido unamutacin muy profunda de los roles y dinmicas familiares, esto no significa que la brecha sehaya cerrado. Y esto significa biografas juveniles diferentes para unos y otras. Sin embargo, enla relacin entre pares, aparecen rasgos de equidad en la diferencia que los distancia del tratoclaramente sexista que reciben de los adultos.Un adulto all, por favor!Para los adolescentes, los adultos, son la referencia ineludible. Siempre propensos a mirar y atratar a los jvenes a partir del recuerdo de su propia juventud se encuentran frente a unabismo. Campos que antes aparecan como previsibles, hoy definitivamente no lo son. Navegaren la incertidumbre, no les suceda cuando les toc ser jvenes, mientras los adolescentes dehoy, navegan en aguas turbulentas.Los jvenes de sectores medios, con frecuencia tienen padres ms permisivos que los quetuvieron ellos, sus dulces abuelos. Y aprendieron a negociarles y poner sobre la mesa susdemandas. Sin embargo, el principal reclamo es una fuerte solicitud de ser escuchados, de sertenidos en cuenta, por quienes, en su opinin, no los toman nunca en serio, y, enconsecuencia, muchas veces no los escuchan. No por la mayor o menor pertinencia de suscomentarios o acciones, sino por el hecho mismo de ser jvenes. En definitiva, sienten que noles tienen confianza, en la medida que esa permisividad no implica la apertura de un espaciode dilogo autntico. Y, en este punto, aparece una nueva incomprensin generacional, perono en el formato debate ideolgico o programtico, no como rebelda antittica, sino comomiradas de desconocimiento, que muchas veces, caen, por lo mismo, en la negacin del otro.En este sentido, es usual, en los adultos la descalificacin de los jvenes, estableciendoparmetros de comparacin con una sociedad -la de su propia juventud-, que ya no existe. Y ala cual es imposible volver. 18. Como contraparte, los adolescentes ven en muchos adultos la impotencia, la confusin, lainadecuacin. Y una cierta juvenilizacin. En el nuevo clima de poca, aparecen como valoreso atributos de identificacin positiva, la energa, el vigor, la belleza fsica, el goce, la capacidadde consumir, que, significativamente, son asociados a un modo juvenil de vida (de cierto sectorsocial) y exportados a todos los grupos de edad, que hacen notables esfuerzos por incluirse enel modelo, juvenilizando la vida social misma. Y al medirse frente a adultos adolescentizados,hallan figuras e imgenes que los aproximan peligrosamente a la indiferenciacin. Porque, nonos equivoquemos, los adolescentes reclaman, que los adultos sean precisamente eso,adultos. Pero, en fin, tienen que lidiar con adultos que les disputan empleos, novias, novios,canciones, rockeras, colores, gimnasios. y empujan a los jvenes a producir nuevosmrgenes en los que construir sus identidades.Conceptualizar la juventud con una perspectiva dinmicaEn consecuencia, las mltiples formas de vivir la familia, los nuevos roles de la mujer (y, portanto, del hombre), la segmentacin del sistema escolar, el suceder de la vida laboral endiferentes trabajos, las nuevas y diversas alternativas laborales con un mayor grado decomplejidad (y, consecuentemente, de mayores saberes), el impacto local de mensajesglobales, en definitiva, la ampliacin del campo de batalla, como dira Houellebecq, van adevenir en pluralidad de sujetos con recorridos y horizontes diversos y abiertos.Retomamos ahora el problema de la conceptualizacin de la juventud y afirmamos que, lajuventud es una construccin histrico social y de carcter relacional, es decir, que ni entodas las sociedades, ni mucho menos en todos los tiempos, se da estrictamente en tal o cualtramo etreo. Es lo que seala Sven Morch, cuando afirma que la juventud es una categorasocial para el desarrollo individual, que se constituye a travs de estructuras de actividadespecficas que la sociedad les ofrece a los jvenes51. Dentro de estas estructuras-diferenciadas, es decir no homogneas; y para el caso argentino, fuertemente segmentadas-,los individuos desarrollan su juventud. Sin embargo, al mismo tiempo en que los jvenes sontomados por dichas estructuras de actividad, las modifican continua y creativamente. Es decir,que, en esta perspectiva, un individuo joven y debe realizar un cierto "trabajo" de adquisicin yproduccin de su juventud.En el mismo sentido sociohistrico, pero con acento puesto en lo relacional, Valenzuela Arce,subraya que en los ltimos aos se ha avanzado en la conceptualizacin de la juventud comoconstruccin sociocultural, histricamente definida, as como la delimitacin de sus rasgossignificantes, aunque muchas veces se piensa lo juvenil fuera de su contexto social yrelacional. (...) Las identidades sociales refieren procesos intersubjetivos inscritos en relacionessociales histricamente situadas, por lo cual, implica concomitantemente a interacciones yrepresentaciones complejas de lo individual y lo colectivo y, slo adquiere sentido dentro delcontexto social ms amplio y en su relacin con lo no juvenil. 52Como sealan los autores de Historia de los Jvenes, Ms que de una evolucin fisiolgicaconcreta, la juventud depende de unas determinaciones culturales que difieren segn lassociedades humanas y las pocas, imponiendo cada una de ellas a su modo un orden y unsentido a lo que parece transitorio, y hasta desordenado y catico. Semejante edad de la vidano puede hallar una delimitacin clara ni en la cuantificacin demogrfica ni en una definicinjurdica, ...53Precisamente, la expresin de Bordieu, la Juventud es slo una palabra, advierte sobre ladificultad de imponer lmites taxativos y, al mismo tiempo, el equvoco de apoyarse engeneralizaciones, que, de no estar atentos, nos empujan a una manipulacin evidente.5451 MRCH, Sven; 1990. "Youth theory: a prerequisite of youth policy. The role of the danish school and youth work".Ponencia presentada en el Congreso Mundial de Sociologa (CI 34). Madrid, 1990.52 VALENZUELA ARCE, Jos Manuel; Culturas juveniles: identidades transitorias, en: Revista de Estudios sobreJuventud N 3 (Cuarta Epoca), Centro de Investigaciones y Estudios sobre Juventud. Causa Joven. Mxico, 1996.53 LEVI, Giovanni y SCHMITT, Jean Claude; 1995.54 BOURDIEU, Pierre. Sociologa y Cultura. 1990. 19. Llegados a este punto vale la pena interrogarse: puede actualmente seguir asociado elconcepto de juventud a los tradicionales conceptos de moratoria y transicin?Como sostiene Luz Mara Guilln Ramrez, se le ha definido como un perodo de la vidacomprendido entre tal y cual edad; o que comienza con la pubertad y acaba con la madurezsocial; o, en el mejor de los casos, como una etapa de formacin que culmina con laincorporacin al empleo. La juventud es mucho ms que eso.55En nuestra perspectiva, la juventud es, a la vez, un tiempo de trnsito y un estadio especfico,con entidad propia, en la vida del individuo. Y, por plural, que cobija mltiples juventudes oposibilidades de ser joven. Visto desde este ngulo, los restantes perodos de la vida delindividuo tambin podran leerse desde la ptica de la transicin, en la medida en que,delimitados como tales, son perodos por los que se atraviesa y en los que se adquieren, o sepierden, nuevas y viejas posibilidades vitales. Por qu entonces, la juventud sera trnsito y nola infancia o la adultez? Acaso hay un lugar claro y definitivo al cual llegar? Por qu habrancambios biolgicos, psicolgicos y sociales tan especiales en este perodo de la vida y no loshabra en otros56? Todo da la impresin de que esta definicin por la negativa de perodo detransicin involucra una fuerte lectura adultocntrica, enmarcada en relaciones de poderespecficas de una sociedad de organizacin capitalista, patriarcal y ms afn a las realidadesde los pases europeos. Y en cuanto al concepto de moratoria social, afirmamos que estateido por una mirada que ubica a los adultos en el centro y como modelo, poniendo al resto delos sectores poblacionales, distribuidos socialmente en trminos de grupos de edad, comosatlites que orbitan alrededor del ncleo, como periferia de la verdad inscripta en la adultez.Sin embargo, si midisemos segn los procesos de desarrollo de redes neuronales, o de lafuerza fsica, o de la experiencia acumulada en la vida, los criterios seran, sin duda, otros. Loque aqu hace centro, es la unidad "trabajador", pero resulta que esta misma unidad, esta hoyen crisis.Por otra parte, los nuevos paradigmas que postulan al ser humano, en sus diferentestemporalidades, como sujetos de derechos y responsabilidad, ms all de que estas puedanvariar en tiempo y espacio, nos llevan a un modelo de pensamiento diferente, en el cual no haytransiciones ni moratorias, sino perodos de la vida con tareas propias que no se subalternizansino que tienen entidad particular dentro de un recorrido vital que concatena posibilidades yatributos.Finalmente, si las mismas instituciones de la modernidad que modelaron los viejos sujetos,estan, cuando menos acosadas y en proceso de cambio, como el Estado de Bienestar, laescuela, la familia, las instancias de representacin, etc., resulta inslito, cuando menos,sostener un imaginario que no responde a los tiempos.Efectos de DiscursoY, luego de este recorrido, podemos preguntarnos:por qu es importante esta disquisicin acerca del concepto y el discurso sobre la juventud?Primera respuesta: porque lo cierto es que todas esas proyecciones simblicas -implcitas enlas diferentes conceptualizaciones- cumplen un cometido eficaz en las `polticas de juventud,ya sea por tentacin de excluirla o, por el contrario, por la funcin de control social quedeterminadas sociedades reconocen...57.Segunda respuesta: porque, en palabras de Brito Lemus, el discurso sobre la juventud sirvecomo forma de control, tiende a ser cerrado y desacreditador, en la medida en que la juventudrebasa los lmites de la tolerancia social y ser ms legitimador mientras sta se mantengadentro de los lmites.58Y, finalmente, tercera respuesta: porque los diferentes conceptos y discursos sobre lajuventud, darn lugar a diferentes calidades de proyectos y acciones dirigidas a la juventud. Yporque diferentes polticas de juventud suponen diferentes ticas y concepciones de la55 Op. cit. 2.56 Por ejemplo: las separaciones y divorcios, los cambios de empleo, la muerte del cnyuge o pareja, la menopausia yla andropausia, el nacimiento de nietos, segundos (o terceros...) matrimonios y parejas, etc., etc., etc.57 Op. Cit. 52.58 LEMUS, Brito, 1985. 20. sociedad y de la posicin que en ella se les destina a los jvenes, en tanto presente y futuro dela misma. Este punto es fundamental para aquellos que trabajan en el diseo y ejecucin deacciones o programas dirigidos a los jvenes: docentes, profesionales de la salud, deprogramas sociales, etc.La multiplicidad de nuevos sujetos, la explosiva heterogeneidad del mundo de los jvenes,definen una nueva realidad en la que los viejos modelos de sntesis y sus correspondientesmatrices para la toma de decisiones, no alcanzan para contener la pluralidad de nuevasdemandas.Es duro, pero hay que decirlo. Los adolescentes de hoy, ni siquiera pueden aspirar a tener unnivel de vida como el que alcanzaron sus padres. Y la mayora le tiene miedo al futuro. Nosaben si podrn conseguir un buen empleo. O un empleo a secas. Si podrn hacerse cargo delsostn de la familia que les toque formar, si podrn "ser alguien" en la vida. Son tan concientescomo cualquier adulto de que les toca vivir una realidad econmica y social muy difcil. Sonconcientes de las dificultades que viven sus propios padres, sus familias. Y estan en el tiempode la vida en que se presenta la ltima posibilidad de orientar la biografa personal de unindividuo. Con la urgencia de responderse la pregunta quien soy, con la necesidad deelaborar un sistema de valores y sentidos, en un tiempo difcil por la impermanencia yprecariedad de las referencias y los modelos en juego.Estos adolescentes, no slo tienen que enfrentar el desafo de desarrollar su identidad, sinoque deben hacerlo en el marco de una profunda crisis de sentido que atraviesa a la sociedad yuna crisis de supervivencia que cruza a una porcin sustantiva de nuestras familias ycomunidades.En este marco, se trata de generar y apoyar, desde muy diferentes mbitos, estatales yprivados, iniciativas que reconozcan, respeten y promuevan la pluralidad y la tolerancia hacialas diferentes manifestaciones culturales juveniles y, que, al mismo tiempo, enfrenten laexclusin basada en la desigualdad social. Estas acciones, deberan alentar el desarrollo deespacios protegidos para el intercambio entre pares y con adultos, que faciliten el encuentro. Ydonde adquiere particular relevancia incluir la perspectiva de gnero y estimular la ms ampliaparticipacin juvenil.Ms all de lo institucional, especficamente en tanto adultos, resulta imprescindible que losescuchemos, acompaemos y alentemos. Que los tratemos de "persona a persona", como noshan pedido. Comprometernos con ellos, y, fundamentalmente, sostener vnculos de calidad,quererlos, enojarnos y alegrarnos con ellos. Poner en juego una presencia con afecto y conganas de hacer. Pensemos que son los mismos jvenes que debern enfrentarse a unasociedad mucho ms excluyente. De este modo, frente al clima general de escepticismo yresignacin, los ayudaremos para que la sensacin de no hay futuro ceda lugar a la creacinde nuevos mundos.Aquel mundo optimista, de la movilidad social incluyente, un mundo seguro del progreso quealcanzara a todos, se ha ido, afectando al significado otorgado a las cosas, que quedanatrapadas entre un pasado moribundo y un presente que no termina de nacer. Ahora, enpalabras de Lipovetsky, somos todos ms pragmticos y combatimos en pequeas luchas. Yano hay grandes programas ni grandes sueos, y, sin embargo, el mundo sigue convirtindosedemasiado a menudo en una pesadilla. Los jvenes, cobijados en sus diferentes tribus,enfrentan, resisten y construyen con los que recursos que les han tocado en suerte. Algunos,los obtienen fcil, otros disputan por ellos. La demanda de ms y mejores oportunidades paratodos los jvenes, supone la decisin de promover su protagonismo en la vida social, poltica einstitucional a travs de acciones sustentadas en la tica del dilogo y la escucha, estimulandoel desarrollo de su autoestima, la creatividad y promoviendo una poltica de igualdad en ladiferencia. 21. BibliografaALBA, Vctor; 1992. Historia Social de la Vejez. Ed. Laertes. Barcelona. 1992.ALLERBECK Y ROSENMAYR; 1978. Introduccin a la Sociologa de la Juventud. EditorialKapelusz; Coleccin Estudios e Investigaciones. Buenos Aires, 1979.ARIS, Philippe; 1973. 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