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5 Números 16-17 enero-junio – julio-diciembre 2103 Viaje al final del paraíso. Cinco miradas sobre América Latina 1 Journey to the end of paradise. Five Perspectives on Latin America Eduardo Subirats* Resumen En este ensayo, Eduardo Subirats propone cinco miradas de acercamiento ha- cia América Latina (desde el Río Bravo hasta la Patagonía), mismas que fun- cionan como detonantes de reflexión y posibles vías de acercamiento, distintas a aquellas que se han realizado hasta el momento y gozan de una vigencia im- pulsada por, lo que el autor llama, un logos colonizador. Este que mantiene vivo un proceso de devastación de memorias, acompañado de las más variadas in- tervenciones económicas, políticas, culturales y religiosas, encubiertas bajo la naturalidad y neutralidad tanto de vertientes como de discursos prevalecien- tes en las academias (canon prevaleciente) y los medios de difusión masiva. Palabras clave: América Latina, filosofía crítica de la cultura, realismo mági- co, posmodernidad Abstract In this paper, Eduardo Subirats suggests five views on Latin America (Rio Gran- de to Patagonia), which operate as triggers for thought on the present, fron what Subirats called a “colonizer logos”, maintained active in a process of co- llective memories devastation, accompanied by the most varied interventions economic, political, cultural and religious, disguised under the simplicity and neutrality of the dominant discourses in academia (in effect for the canon) and media communication. Key-words: Latin America, the critical philosophy of culture, magical realism, postmodernism 1 Quiero desarrollar en este artículo cinco miradas sobre América Latina. Quie- ro hacerlo en cierta manera como historiador y, en parte, también como críti- co de la cultura. Mi primer examen lo resumiré con una serie de citas procedentes de obras canónicas de la literatura americana del siglo veinte. Y entre paréntesis quie- ro subrayar que son obras al mismo tiempo anuladas bajo una producción de ficción comercial y académica perfectamente descartable en el mundo de hoy: * Universidad de Nueva York 1 Conferencia pronunciada en el Paraninfo de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla el día 6 de junio de 2013.

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Números 16-17 enero-junio – julio-diciembre 2103

Viaje al final del paraíso. Cinco miradas sobre América Latina1

Journey to the end of paradise. Five Perspectives on Latin America

Eduardo Subirats*

ResumenEn este ensayo, Eduardo Subirats propone cinco miradas de acercamiento ha-cia América Latina (desde el Río Bravo hasta la Patagonía), mismas que fun-cionan como detonantes de reflexión y posibles vías de acercamiento, distintas a aquellas que se han realizado hasta el momento y gozan de una vigencia im-pulsada por, lo que el autor llama, un logos colonizador. Este que mantiene vivo un proceso de devastación de memorias, acompañado de las más variadas in-tervenciones económicas, políticas, culturales y religiosas, encubiertas bajo la naturalidad y neutralidad tanto de vertientes como de discursos prevalecien-tes en las academias (canon prevaleciente) y los medios de difusión masiva.

Palabras clave: América Latina, filosofía crítica de la cultura, realismo mági-co, posmodernidad

AbstractIn this paper, Eduardo Subirats suggests five views on Latin America (Rio Gran-de to Patagonia), which operate as triggers for thought on the present, fron what Subirats called a “colonizer logos”, maintained active in a process of co-llective memories devastation, accompanied by the most varied interventions economic, political, cultural and religious, disguised under the simplicity and neutrality of the dominant discourses in academia (in effect for the canon) and media communication.

Key-words: Latin America, the critical philosophy of culture, magical realism, postmodernism

1Quiero desarrollar en este artículo cinco miradas sobre América Latina. Quie-ro hacerlo en cierta manera como historiador y, en parte, también como críti-co de la cultura.

Mi primer examen lo resumiré con una serie de citas procedentes de obras canónicas de la literatura americana del siglo veinte. Y entre paréntesis quie-ro subrayar que son obras al mismo tiempo anuladas bajo una producción de ficción comercial y académica perfectamente descartable en el mundo de hoy:

* Universidad de Nueva York1 Conferencia pronunciada en el Paraninfo de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla el día 6 de junio de

2013.

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me refiero a la máquina de la academia global norteamericana y a la industria cultural europea.

Comienzo con la primera y maravillosa cita: “Dio un golpe seco contra la tierra y se fue desmoronando como si fuera un montón de piedras”. Con es-tas últimas palabras se describe, en la obra Pedro Páramo, la muerte del caci-que mexicano. Esta muerte del tirano, del cacique, del sujeto colonial moderno, arrastra consigo la extinción de Comala, un pueblo miserable de almas en pena que otrora fue un paraíso, a lo largo de una inacabable letanía poética de la-mentos y agonías. Y cito esta frase como lo que es: la declaración de un final. Sin futuro. Sin trascendencia. Sin esperanza.

La siguiente cita procede de la novela Yo, el Supremo, de Augusto Roa Bas-tos, otra obra central de la literatura en lengua hispanoamericana: “La llama de la Revolución se había apagado en ti, seguiste engañando..., con la astucia más ruin y perversa, la de la enfermedad... enfermo de ambición y de orgullo, de co-bardía y de miedo... Entronizada en la tramoya del Poder Absoluto, la Suprema Persona construye su propio patíbulo. Es ahorcada con la cuerda que sus ma-nos hilaron. Deus ex machina. Farsa. Parodia. Pipirijaina del Supremo Payaso...”

La tercera cita es de João Guimarães Rosa y relata una guerra épica de di-mensiones cósmicas, pero que es además una guerra terminal, en el sentido en que en su novela todos se saben, de un modo u otro, prisioneros de un destino de violencia y destrucción. “Tudo ali era à maldição, as sementes de matar... uma guerra de dentro e outra de fora, cada um cercando y cercado...” Son las palabras de Riobaldo, el jefe jagunço de Grande Sertão: Veredas. Podrían recordarse otras no-velas más o menos recientes. Lo importante es una visión común a todas ellas: Todas estas obras señalan un límite terminal: existencial, político, civilizatorio. Todas ellas describen formas extremas de violencia, renovadas formas esclavitud, las expresiones más siniestras de degradación espiritual y física, y la agonía de los pueblos, sus dioses y sus formas de vida, bajo formas brutales de poder. Son obras que manifiestan un vaciamiento sistemático del tiempo y del ser. La situa-ción de caos, desconcierto, violencia y corrupción que hoy vemos a lo ancho de América Latina es el resultado de este largo proceso de decadencia.

2Pero quiero destacar también otra mirada diametralmente opuesta a la ante-rior. Esta segunda visión comprende grosso modo a las vanguardias artísticas latinoamericanas en sus expresiones más radicales, es decir, aquellas que han planteado una renovación y emancipación de América Latina de su legado co-lonial, y que lo han hecho, además, a partir de las raíces lingüísticas, mitoló-gicas y sociales de su cultura. Me referiré brevemente a una sola expresión de estas vanguardias: la Antropofagia brasileña. Y me limitaré asimismo a una cita escogida del Manifesto Antropófago de Oswald de Andrade de 1928: “Ja tínha-mos o comunismo. Já tínhamos a língua surrealista. A idade de ouro. A magia e a vida...” Y me ceñiré a una interpretación sucinta: este aforismo esclarece el significado espiritual del paraíso como principio de liberación de las políticas, las economías y las teologías de la colonización, las que ayer se imponían en nombre de la redención por la cruz y hoy lo hacen en nombre del libre mercado.

A continuación formularé una tesis en forma de postulado general: este punto de partida afirmativo, lingüísticamente innovador, filosóficamente sub-versivo y políticamente revolucionario recorre las expresiones culminantes del arte y la literatura americanos, de Wilfredo Lam y Diego Rivera hasta la Van-

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guardia Tropicalista. Y su significado sigue teniendo plena vigencia. Aunque no los exhiba el moma de Nueva York precisamente. Lo expresaré en otras pa-labras: considero necesario hoy revisar, replantear y reactualizar esta tradición artística e intelectual innovadora como punto de partida de una nueva concien-cia intelectual latinoamericana.

3Tercera visión de América: el poeta Oswald de Andrade y el arquitecto Oscar Niemeyer formularon por primera vez, en la década de los cuarenta, la crisis de la modernidad, la muerte del Movimiento moderno. Oswald de Andrade fue, además, el primer escritor en acuñar el concepto de postmodernidad en ese contexto histórico. Lo hizo desde una perspectiva crítica que resulta incon-veniente al conservadurismo académico del postmodern norteamericano y a su activa ignorancia de América Latina. Pero quiero subrayar la gran diferencia que distingue a ese pós-modernismo oswaldiano del postmodern global.

Tanto Oscar como Oswald plantearon esta perspectiva negativa a partir de un proyecto artístico, filosófico e intelectual de renovación nacional, en un sen-tido estético y, a la vez, social. Ambos planteaban la crítica del fracaso de las vanguardias europeas y le necesidad de revitalizar su proyecto transformador, allí donde el postmodern sólo ha sabido celebrar este fracaso como legitimación de un proyecto de colonización global a través de los mercados y las corpora-ciones culturales.

4La crítica radical de una modernidad arquitectónica y estética fracasó a partir del stalinismo, el fascismo y el maccarthismo, en la misma medida en que sacri-ficaba sus dimensiones humanistas y sociales en beneficio de una función nor-mativa, un esteticismo formalista y una voluntad espectacular. Ahora bien, esta crítica del fracaso de las culturas del Primer mundo, en el sentido de su conver-sión en instrumentos de dominación cultural, es capital para entender la origi-nalidad y la radicalidad de la gran arquitectura brasileira e hispanoamericana del siglo veinte y, junto a ella, las poéticas artísticas, literarias y fílmicas de José María Arguedas a Tomás Gutiérrez Alea. Por decirlo con muy pocas palabras y en referencia a la arquitectura solamente: los tres o cuatro ejemplos arquitectó-nicos que quiero recordar aquí, los proyectos de Brasilia de Lucio Costa y Os-car Niemeyer, la jardinería de Roberto Burle Marx y la arquitectura de Vilanova Artigas o de Lina Bo comprenden una responsabilidad urbana, social, ecológi-ca y cultural en el diseño del paisaje, la arquitectura y la ciudad que contrasta drásticamente con la megalomanía, el formalismo y el cinismo puestos en es-cena por el postmodernismo arquitectónico norteamericano y europeo, con sus grandes stars a la cabeza, de Philip Johnson a Michael Koolhass.

No puedo detenerme en los aspectos arquitectónicos de esta perspectiva de la arquitectura latinoamericana. Pero sí quiero subrayar sus aspectos pro-gramáticos universales, que obviamente la crítica europea y norteamericana no está dispuesta a escuchar, salvo muy raras excepciones. Voy a citar una decla-ración de Lina Bo de 1986: “Después de proclamar cínicamente como agotadas el contenido y las posibilidades humanas del Movimiento moderno en la ar-quitectura aparece en Europa un nuevo lanzamiento: el Postmodern, que pue-de ser definido como una retromanía... La historia es vieja. Están regresando a los arcos y las columnas del nazifascismo, a la historia como Monumento...”

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Frente a esta monumentalización ligada al poder del Primer Mundo, Lina asumió la responsabilidad humanista, la crítica social y la libertad expresi-va en diversos y polémicos proyectos arquitectónicos en São Paulo y Salvador de Bahía. Esta es la visión que quiero subrayar como punto de partida para la construcción del mañana, por lo menos para aquellas elites responsables que realmente quieran construir un futuro.

5Quiero ser muy breve con respecto a mi cuarta mirada sobre América Latina: una mirada sobre las limitaciones intelectuales de la interpretación que la aca-demia angloemaericana y la industria cultural europea imponen sobre la his-toria cultural latinoamericana y los conflictos que la atraviesan el día de hoy, en nombre de los postcolonial studies y de los cultural studies, así como de la fic-ción literaria académicamente definida para el consumo industrial. Me limitaré a dos categorías fundamentales que, por lo demás, constituyen los más sólidos principios de esta falsificación. La primera de ellas es estética, es el realismo mágico; la segunda es postpolítica: la deconstrucción de América Latina en una serie de microsujetos subalternos. Por tanto dos problemas: la representación espectacular de América Latina como territorio mágico de palmeras borrachas de sol, y la llamada subalternidad.

El realismo mágico fue una categoría improvisada que originalmente se aplicó al postexpresionismo o, más exactamente, a la Neue Sachlichkeit, una de-riva del arte de vanguardia europea que ponía de manifiesto los momentos irracionales, nihilistas y siniestros en la objetividad realista y la racionalidad funcionalista de la sociedad industrial. En manos de los latinoamericanistas profesionales y de la industria cultural esta dimensión crítica, que atraviesa los óleos de Georg Grosz o de Carlo Carrá, ha sido invertida diametralmente en su contrario: ya se trate de la representación corporativa de la violencia civil y pa-ramilitar en las selvas tropicales, ya se trate de paquetes turísticos.

En su uso corriente, el realismo mágico define la ficcionalización de la rea-lidad americana bajo el primado de una irracionalidad delirante, afín con la estética del surrealismo de la postguerra. La función política de esta ficcionali-zación es la neutralización de la crítica. La estetización realmaravillosa posee, por todo lo demás, hondas raíces en las tradiciones barrocas y neobarrocas del período colonial hispanoamericano, pero también coincide con el esteticismo inherente al espectáculo postmoderno. El realismo mágico, por decirlo en una frase lapidaria, es la coartada esteticista a través de la cual el Primer mundo consume literariamente la destrucción social y cultural de América Latina sin tener que preocuparse por las responsabilidades políticas que esta destrucción entraña, o más bien transfigurándolos postsurrealísticamente en las expresio-nes de una irracionalidad sin tiempo ni lugar.

Los sujetos subalternos son una operación conceptual complementaria a la ficcionalización mágico-realista en la que se han concentrado los cultural studies norteamericanos, las estrategias de las Organizaciones No Gubernamentales y los bancos mundiales. Negativamente se caracteriza por el desmantelamien-to de los sujetos históricos modernos, ya sean literarios o políticos, ya sean corrientes intelectuales o artísticas, ya sea el mismo concepto de soberanía na-cional. De acuerdo con esta perspectiva no existen en América sujetos naciona-les, intelectuales o literarios. Tampoco existen ni han existido nunca proyectos civilizatorios autónomos con respecto a los trends y movimientos globalmen-

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te homologados y sancionados. Mucho menos todavía reconoce la existencia de una tradición intelectual y política de resistencia frente al colonialismo de ayer y de hoy.

El resultado de esta operación falsificadora es la fragmentación de la reali-dad latinoamericana en microsujetos y micropolíticas, bajo retóricas de eman-cipación local conciliables y conciliadas con el sistema de dominación militar, mediática, financiera y cultural global. La subalternidad es una ideología co-lonialista con aquella misma apariencia emancipadora que tenía la definición del indio subyecto como alma aristotélica por la teología de la colonización de Las Casas.

6Con ello llegamos a mi quinta y última estación, que en cierta medida encierra la conclusión programática de este ensayo: la pregunta: ¿qué hacer?

Responderé en dos partes. En primer lugar, quiero subrayar lo que consi-dero un punto de partida apremiante e indispensable. He expuesto este análi-sis en dos libros, El continente vacío2 y Reformar la Memoria3, y me limitaré aquí a una conclusión sucinta: la necesidad de plantear frontalmente el discurso de la colonización que atraviesa la historia de América desde el día de su llamado descubrimiento hasta la era de la guerra global. Es indispensable reconstruir la lógica y la teología constitutiva del proceso de colonización y sus efectos devastadores sobre las culturas, las lenguas, los hábitats naturales y las vidas humanas. Repito: la constitución del proceso real de colonización, no el cuen-to intertextual de sus representaciones y orientalismos, y tampoco entelequias escolásticas como la colonialidad o la teología de la liberación. La urgencia de este planteamiento reside en que este logos colonizador no es en modo alguno un proceso acabado.

El segundo momento que es preciso confrontar como condición de todo proyecto reformador en América Latina y del mundo ibérico en general es la ausencia de un esclarecimiento, la carencia de una reforma del pensamiento y la sociedad en el sentido en que lo pensaron Diderot, Lessing o Alexander von Humdoldt. Su consecuencia es una permanencia de escolasticismos sin escolás-tica a lo largo de la limitada independencia latinoamericana, las subsiguientes tradiciones autoritarias y la debilidad de las corrientes intelectuales renovado-ras. No digo que estos fenómenos del atraso moral y social de América Latina no sean, a su vez, el resultado de intervenciones externas por parte de un co-lonialismo esclarecido, moderno y global por parte de Norteamérica y Europa. Pero quiero subrayar el hecho indiscutible de que la marginación y el ahogo de estas tradiciones intelectuales reflexivas y crítica han limitado interiormen-te el proceso de emancipación colonial de las sociedades latinoamericanas a lo largo de los dos últimos siglos.

Una última conclusión. Anteriormente, y a propósito de los subaltern studies norteamericanos, he denunciado la ominosa operación de liquidar los sujetos históricos de América Latina y, en primer lugar, sus expresiones intelectuales, políticas y estéticas más radicales. Nombres de antropólogos como Darcy Ribei-ro, artistas como Diego Rivera, escritores como Oswald de Andrade y José Ma-ría Arguedas, y filósofos como José Carlos Mariátegui, que constituyen, entre

2 E. Subirats, El continente vacío, México, Siglo XXI, 1995. 3 E. Subirats, Reformar la memoria, Barcelona, Anthropos, 1991.

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algunos otros, el canon literario e intelectual latinoamericano del siglo veinte, simplemente han sido barridos por la poderosa máquina cultural norteameri-cana bajo la bandera de los sujetos subalternos. Esta operación antihermenéuti-ca completa en cuanto a su concepto lo que las dictaduras fascistas de los años sesenta y setenta hicieron con las armas: eliminar la inteligentsia crítica latinoa-mericana y sus proyectos sociales.

Hoy es preciso andar el camino contrario. Es necesario retomar el hilo de oro de aquellas tradiciones artísticas, intelectuales y políticas del pasado y re-formular sus sueños de libertad. Sólo a partir de sus esperanzas podremos re-construir la crítica del presente y abrir las posibilidades de un futuro.