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Universidad Nacional Autónoma de México José Pedro Varela, Primer Sociólogo Uruguayo Author(s): Carlos M. Rama Source: Revista Mexicana de Sociología, Vol. 19, No. 2 (May - Aug., 1957), pp. 323-359 Published by: Universidad Nacional Autónoma de México Stable URL: http://www.jstor.org/stable/3538103 . Accessed: 10/04/2013 11:13 Your use of the JSTOR archive indicates your acceptance of the Terms & Conditions of Use, available at . http://www.jstor.org/page/info/about/policies/terms.jsp . JSTOR is a not-for-profit service that helps scholars, researchers, and students discover, use, and build upon a wide range of content in a trusted digital archive. We use information technology and tools to increase productivity and facilitate new forms of scholarship. For more information about JSTOR, please contact [email protected]. . Universidad Nacional Autónoma de México is collaborating with JSTOR to digitize, preserve and extend access to Revista Mexicana de Sociología. http://www.jstor.org This content downloaded from 164.73.224.2 on Wed, 10 Apr 2013 11:13:39 AM All use subject to JSTOR Terms and Conditions

José Pedro Varela Por Carlos Rama

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José Pedro Varela Por Carlos Rama

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    Jos Pedro Varela, Primer Socilogo UruguayoAuthor(s): Carlos M. RamaSource: Revista Mexicana de Sociologa, Vol. 19, No. 2 (May - Aug., 1957), pp. 323-359Published by: Universidad Nacional Autnoma de MxicoStable URL: http://www.jstor.org/stable/3538103 .Accessed: 10/04/2013 11:13

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  • Jose Pedro Varela, Primer Sociologo Uruguayo

    Por Carlos M. RAMA, Profesor de la Universidad de Montevideo, Uruguay. Colaboracion especial pa- ra la Revista Mexicana de Socio- logia.

    JOSE Pedro Varela (1845-1879), es conocido por todos los uruguayos como el Reformador de la escuela primaria putblica nacional, en que

    se imparte educacion comu'n, laica gratuita y obligatoria. Fundador de la "Sociedad de Amigos de la Educacion Popular"

    (1868), propagandista de los problemas educacionales en la prensa y el libro, Director de Instruccion Puiblica, (1876) autor del anteproyecto del decreto-ley de educacion comuin del 24 de agosto de 1877 y primer Insp,ector Nacional de Instruccion Primaria (1877-1879), ha sido para la Repu'blica Oriental del Uruguay lo que en sus respectivos paises fueron Horacio Mann, Domingo Faustino Sarmiento y Gabino Barreda.

    Lo mismo que estos autores, Varela participo activamente en la re- construccion modernizadora que se opero a mediados del siglo xix en algunos paises latinoamericanos, de acuerdo a los principios de uni pro- gresismo liberal.

    Poeta, periodista, ensayista, polemista, educador, politico, Jose Pedro Varela ha dejado una obra relativamente extensa que ha permitido hoy estudiarlo como personaje historico, I educador, 2 fil6sofo, 3 teorico poli-

    1 La obra mas importante, seguida con excesiva fidelidad por los demas auto- res, ha sido Jose Pedro Varela yl su obra, por Herrero y Espinosa, Manuel (1884), reed. en 1939 por la Dir. de Ens. Primaria y Normal; de ese mismo tipo la laureada Jose' Pedro Varela, de Manacorda, Telmo, Mont., Imp. Uruguaya, 1948 y Vida admi- rable de Jose Pedro Varela, de Lasplaces, Alberto, Alberto, Mont., Garcia, 1949.

    2 Las obras ya clasicas son de Araujo, Orestes, Jose Pedro Varela, autor de la, reforma escolar en4 et Uruguay, Mont., Dir. de Ens. Primaria, 1911 y de Berra,

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  • 324 Revista Mexicana de Sociologia

    tico, 4 hombre politico, 5 laicista, 6 legislador, " pero nunca cono soci6o logo. 8

    Es explicable entonces que J ose Pedro Varela no aparezca en los capitulos correspondientes al Uruguay de esa literatura tan en boga en que se estudia la produccion bibliografica de la sociologia internacional. 9

    Participa nuestro autor por sus caracteristicas, ambiente, y la epoca en que actuta, de esa corriente de autores latinoamericanos en que se destacalon especialmente Esteban Echevarria, Juan Bautista Alberdi, Domingo Faustino Sarmiento, etc.

    En los estudios dedicados a estos autores es posible encontrar una pauta para encarnar el analisis de Jose Pedro Varela, corno primer so- ciologo uruguayo. 10

    Francisco A., Noticia de Jose Pedro Varela y de s$D participacion en la reforma escolar del Uruguay, Bs. As., 1888. En las obras recientes las mnas interesanltes son: El imnpulso educacional de Jose Pedro Varela, de Di Giorgi, Diogenes, I t., Mont., Monteverde, 1942, lamentablermente frustrada y de JESUALDO lo incluido sobre Vfarela en Problemas de la educacio6n y de la cultura en America, Mont., Garcla, 1943, cap. x y 17 educadores de America, Mont., EPUO, 1945. En las obras de Baz Ferreira y Grompone hay utiles referencias y en la revista Enciclopedai de la, Educacion, que reaparece en 1939, trabajos parciales.

    3 Ardao, Arturo: Espiritualimo y positivismo en el Uruguay, Mex. FCE, 1950. 4 Ganon, Isaac: La science politique en Uruguay au cours des trente dernieres

    annees, vol. La Science Politique contemporaine, Paris, UNESCO, 1950, pp. 138 y sigs., 5 Pivel Devoto, Juan E.: Historia de los partidos politicos, Montevideo, Garcia,

    1942, 2 vols. y el ensayo de Rocca, Miguel U., Trascendencia de Varela: "De a legislaciodu escolar", pp. 162-169 de Enciclopedia de la Educacion, N9 1, afo 2, epoca MT, Montevideo, 1940.

    6 Reyes, Reina: La educacion laica, Mont., Gaoclia, 1946 y Diaz, Pedro Humanismo y Cristianisno, Mont. ed. del autor, 1951.

    7 Los trabajos del Dr. De Carlos, Manuel, en el cit. N9 de Enciclopedia de la Educacio6n

    8 Felde, Alberto Zurn, en su obra (literaria, filosofica, historica) Evolucion Historica del Uruguay. Esque na de su Sociologia, Mont., M. Garcia, 1945, 3a. ed., en el apendice La reforma educacional vareliana, pp. 253-264, anuncia "Varela como primer sociologo de la realidad iacional', pero se limita exactamente a rnueve lineas de generalidades.

    9 Asi en Historia de la sociologia latinoamnericana, de Povifia, Alfredo, Me xico, FCE, 1941; Historia del Pensaniento Social, Barnes, H. E., y Becker, H., Medx. FCE, 1945; Ayala, Francisco, Historia de la Sociolog,ia, Bs. As., Losada, 1947 y el t. ii, de La Sociologie au XXe. Siecle, de Gurvitch, Georges, Paris, Alcan, 19047,

    10 Las obras clasicas de Ingenieros, Jose, Sociologia Argentina, Bs. As., Losada, 1948, y La evolucion de las ideas argentinas, Bs. As., El Ateneo, 1951, 2

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  • Jose' Pedro Varela,... 325

    Asi, por ejemplo, debemos hacer nuestras todas las observaciones de los tratadistas sobre el caracter no-sistematico en el terreno de la sociologia de aquellos autores, Como ellos Varela no fue, ni pudo ser, un "sociologo profesional", dedicado exclusiva y ordenadamente a ese quehacer intelectual. Como queda dicho la actividad de Varela se mani- festo en diversos territorios, y nmuy especialmente en el de la Educacion, pero sus creaciones se presentan enlazadas a trave's de una vision socio- l6gica. A sus mismos contemporaneos no escap6 ese hecho. En 1876, en la mas importante de las polemicas que sostuvo Varela, su contrincante le denomino' "nuestro joven sociologo." Era la primera vez que se usaba esa denominacion en el Uruguay.

    No se trata, en el caso del autor de La educacion del pueblo, de una doctrina especulativa abstracta, pues se orienta directamente al analisis de la realidad nacional, basado en los fundamentos historicos del Rio de la Plata. Como de Echevarria puede decirse que Jose Pedro Varela tuvo "clara conciencia de la posibilidad de una nueva ciencia la que tiene por caracteres comunes, ser social, ser cientifica ... y nacional". 11

    Examinemos esquematicamente en la limitacion a que obliga este breve ensayo, la personalidad y la obra de Jose Pedro Varela, como primer sociologo uruguayo.

    Formacio6 intelectual de J. P. Varela.

    Es ya un lugar comt'n de la biografla vareliana dividir su vida por el viaje a Estados Unidos en 1867-68, para mostrar c6omo la vision de aquel pais y muy especialmente el contacto con Sarmiento trasmuto6 sus ideas, dio sentido a su existencia y determino toda su labor futura. 12

    El equlivoco lo propicia el mismo Varela que al dictar, de regreso en Montevideo, la famosa conferencia del 18 de setiembre de 1868 la inicia aduciendo "Durante nii permanencia en los Estados Unidos, en la conciencia, por decirlo asl, del pueblo norteamericano, que no concibe

    vols., y los trabajos ma's recientes de Levene, Ricardo, Historia de las ideas sociales argentinass, Bs. As., Espasa-Calpe, 1947; Orgaz, Rail A., Sociologa argenti , Cor- doba, Assandri, 1950, y el ensayo "Esteban Echeverria, precursor de la sociologia argentina", Mexico, "Revista Mexicana de Sociologia", Nuims. 2 y 3, a-lo xvii, pp. 561-579, de Poviina, Alfredo.

    11 Del cit. ensayo, Esteban Echeverria, p. 568. 12 Ardao, Arturo, op. cit., p. 80, p. 21; Lasplaces, op. cit., p. 29, etc.

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  • 326 Revista Mexicana de Soci'ologia

    la Repuiblica sin la educacio6n; en los escritos de Horacio Mann, de Wick- sershann, de Andrew, de tantos otros, y sobre todo, en las obras y en las palabras de D. Faustino Sarmiento, argentino por el nacimiento, y por la lengua, norteamericano por las ideas y la educacio'n, ha adquirido mi entusiasmo por la causa de la educacion popular y el fondo general de las ideas que me propongo desarrollar". 13

    Admitamos lo del entusiasmo, aunque es dudoso que fuera necesario esti'mulo para una ser espontaneamente dinamico como Jose Pedro Varela, pero eq cuanto a las ideas hay simplemente la aplicacio6n de un concepto al que serba fiel en repetidas ocasiones.

    En un medio intelectual provinciano como el de la epoca, las gentes de pluma tenian una preocupacion por la pseudo-originalidad, expresada en la poesia y la filosofia, o en sus forrmas menores por el periodismo o la "causserie".

    Para Varela "la educacion es una verdadera ciencia, en cuyo campo solo puede uno agitarse con provecho, despues de realizar detenidos y meditados esfuerzos. Y en las ciencias no se improvisa, ni se inventa, ni es fbacil que agreguen en ellas un nuevo descubrimiento, sino aquellos que han sido dotados por Ia Naturaleza con cualidades excepcionales. 14

    "No tengo pues, la pretension de verter ideas nuevas.. no -vengo mas que a haceros conocer el resultado de algunas horas dedicadas al estudio de cuestiones de educacio'n", dice en la conferen cia del 18 de septiembre de 1868.

    Cuando presenta La Educacio6n del Pueblo, afirma "por lo que res- pecta al fondo de este libro, a las ideas en e'l desarrolladas est'a lejos de ser una improvisacion: es el resultado, de 6 u 8 a-nos de estudios, se- guidos con inalterable constancia, al traves de todos los acontecimientos de la vida, en el firme y decidido prop6'sito de profundizar, hasta donde me fuese posible, las cuestiones relativas a la educacion del pueblo y de buscar la verdad." Se ha "tratado de condensar y coordinar opiniones y experiencias ajenas, como resultado de estudios hechos a ese respec- to, creyendo qiue serviria con mas eficacia la causa de la educacio'n del pueblo (uruguayo), presentando el ejemplo de otros patses, mucho mas adelantados que nosotros, y valiendose del rico caudal atesorado por ellos, y no tratando de recoger en cosecha propia, opiniones que pudie

    13 "El Siglo" del 20 de septiembre de 1868 y N'1, de revista "Educacion Popular", Montevideo, 1869. En un sentido similar la nota dce presentacion La educ. del pueblo a Sarmiento.

    14 Educacion del pueblo, t. i, op. cit., pp. 11-12.

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  • Jose' Pedro Varela,... 327

    ran halagar mi vanidad de autor, que serian originales, pero que no tendrian ni la sancion de la experiencia, ni la autoridad y el prestigio que prestan a las ideas el que, puestas en pr'acticas, produzcan satisfac- torios resultados". 15

    Hay ademas otro factor. En 1868 nuestro autor de 24 a-ios, tiene conciencia de la fuerza que hay en sus manos, e incluso de que la causa de la educacion popular ha de ser causa juvenil. "Hombres jovenes han sido siempre y en todas partes, los que han hecho progresar las ideas y transformarse las sociedades", manifiesta en aquella oportunidad.

    Pero su version de hombre de accion, que desea mas que ser "el primero en decirlo", "el primero en hacerlo", que siente el imperativo de la creacion practica lo que Ileva a escudarse -y esto es permisible- en la figura entonces en el pinaculo de la fama del Presidente argentino, el pu- blicista D. F. Sarmiento y en el ejemplo de los Estados Unidos. Esto no le impedir'a extraer ideas de otros veneros, ni disentir de la expe- riencia americana cuando esta no se ajuste a sus ideas y mas todavia a la problem'atica (lel pais.

    En contra de la importancia decisiva del viaje basta la lectura de las "cartas de viaje" de 1867-8. No es por cierto ese "inexperiente joven de 22 afnos" de alguna, biografia, quien recorre el mundo.

    Por lo pronto prueba ser un buen lector. Naturalmente de los poetas romanticos, como correspondia a la epoca y su edad (Byron, Victor Hugo, Lamartine, Espronceda, Longfellow, Marmol, Homero, Virgilio, Dante, Shakespeare, Milton, Bryant, y Acufia de Figueroa), pero tambie'n de los pensadores (Laboulaye, Bancroft, Weaton, Story Bustiskent, Trop- long, Burns, Goethe, Hume, etc.).

    No es por cierto un observador ingenuo, ni siquiera original como demuestra la lectura del famoso volumen Viajes (1846) de Doiningo Faustino Sarmiento. Autn antes de fechar el 14 de enero de 1868 su 1 1 carta desde New York, calificando a Sarmiento de "uno de los primeros hombres de la America del Sur, que por su talento, por su ilustracion, por su infatigable constancia es acreedor al aprecio de todos los que aman la A:ine'rica", se aprecian los frutos de su lectura. 16

    15 Op. cit., t. i, pp. 12-13. 16 Pp. 93-94, Impresiones de zvaje y p. 117, del 1 de febrero de 1868. Mont.,

    Liceo, 1945. A sus intimos no habia escapado esa falta de espontaneidad. Su hermano jacobo le escribe "'No juzgues a los pueblos que visites por los libros que hayas leido, como hiciste con Portugal, que lo miraste por los ojos de Byron", cit. por Manacorda, T., op. cit., p. 83

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  • 328 Revista Mexicana de Soc lologt'a

    Si los dos meses pasados en Portugal, Espalia e Inglaterra, y los siete dedicados a Nueva Inglaterra en los Estados Unidos, no le han des- cubierto "un mundo nuevo", y un mentor espiritual, no deja de ser exacto que el viaje ha confirmado y perfeccionado sus ideas juveniles y le ha puesto en directo contacto con Sarmiento.

    Su concepcion sociologica se arraiga en un rechazo: el de Espa-na, y una admiracio6n, la de Estados Unidos.

    Ya en el periodico bonaerense de 1835 "La Moda Alberdi habia ana- lizado las razones por las cuales el futuro de America era proporcional en su grandeza al alejamiento del ejemplo hispa1nico, y Varela se ocupo largamente en la misma linea del tema espaniol, por lo menos desde 1865. 't

    Su oposicion a Espafna -como era tambien el caso de los demras escritores progresistas de la epoca- se inspira en una vision liberal, incluso espanolizante, de lo que Georges Gurvitch Ilamarla la "sociedad global" ibe'rica.

    Cuando se produce el movimiento del General Prim, que abrira la etapa de la primera repuiblica espa-iola, manifiesta categoricamente "Las republicas americanas, enemigas naturales de la Espaina, en tanto qtie ella representa el atraso y el despotismo, se unir'an con ella en un abrazo fra ternal, eli dia en que suba a uno de los vagones del progreso y se ponga decididamente en marcha".

    En el mismo articuld -confirmando la tesis de que el estudio de las sociedades extranjeras por Varela se hace siempre en funci6on de Una vision sociologica americana- se traza este cuadro que a su juicio deriva de la herencia hispatnica: "Los caudillos dominando a su antojo las so- ciedades, el, brillo de los sables yendo a turbar en su reposo a los pensa- (lores; el sinsabor, a veces la proscripcion y la muerte persiguiendo im- placables a todo el que quiere poner un dique al impetuoso carro de los mandones; la propiedad jugando a merced del oleaje de la avaricia; la propiedad politica, siguiendo el vaive'n de las malas pasiones de la ambi- cion y del odio; y como los restos del naufragio, no, como los cimientos de la ciudad del porvenir, algunos pocos defensores de la libertad, de la igualdad, de la justicia, cuyo nuimero se aumenta poco a poco, pero se aumenta siempre, he ahi el cuadro triste pero Ileno de esperanzas, de las repu[blicas ame'ricolatinas."

    17 En "La Revista Literaria", N9 31 del 25 de noviembre de 1865, "El ame- ricanista y la Espafia" y NQ 48 del 25 de mayo de 1866, "La revolucio6n espafiola", al que corresponde la cita que sigue.

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  • Jose Pedro Varela,... 329

    Justamente comparando la sociedad espafnola con la estadounidense dice de la primera: "Con sus conventos y sus iglesias, con sus rosarios y confesiones, con su Inquisici6n que hace temblar, con las tinieblas de su ignorancia que causan miedo, la Espafna desde Felipe II hasta ahora vive en un continuo y desesperante accidente epileptico, no ha nmuerto, pero solo tiene sensibilidad para el dolor... El catolicismo ha amarrado la Espania a la roca del martirio y la hace devorar por el buitre de las preocupaciones." 18

    La sociedad que sugiere como ejemplar a sus compatriotas es la esta- dounidense, y a Varela -como a Sarmiento y Alberdi en la Argentina- se le ha tildado de excesivo "yanquismo".

    Considerando la situaci6on de Espafna, en que fracasara muy pronto la primera repu'blica y de Francia, donde a partir del golpe de Estado de 1851 se instala el Segundo Imperio, Estados Unidos era evidente- mente la sociedad mas progresista de la epoca, donde incluso florecia un movimiento intelectual, republicano y liberal, autenticamente original.'9

    No eran, por lo dem'as, solamente las cabezas dirigentes del Rio de la Plata las que admiraban a Estados Unidos. Hasta 1888 "Norteamerica era el ideal de todo burgues: un pais rico, vasto, progresista, con insti- tuciones puramente burguesas libres de residuos feudales o de tradiciones monarquicas y sin un proletariado permanente y hereditario." 20

    Que la admiracion por los Estados Unidos tenia un sentido instru- mental para la critica sociologica del medio nacional, resulta de los mis- mos escritos de Varela. En "La revista literaria", por 1865 Felix Frias hace notar a los "yankofilos" la importancia de la orden de los jesuitas en norteamerica. Varela contesta en un largo trabajo "Los Jesuitas Yan- kees", en que define su pensamiento con estas palabras: "nos hemos vuelto a los Estados Unidos creyendo ver en ellos el ideal de los pueblos republicanos. La comparacion de las costumbres de un pueblo con las de otro es provechosa; pero es cuando en el cuadro que se delinea se pre- sentan con toda verdad los defectos y las bondades. Auin en los pueblos mas atrasados, hay siempre algo que debe imitarse y aun en aquellos que estan mas avanzados hay algo cuya imitacion seria nociva... Imitemos,

    18 Pag. 11, Impresiones de viaje en Europa y Am&erica, op. cit., don.de se han recogido las "cartas" publicadas en el diario montevideano "El Siglo", eni 1867-1868.

    19 El pensamiento liberal en los Estados Unidos, de Rocker, Rudolf, Bs. As., Americalee, 1945.

    20 Carta de Federico Engels a F. A. Sorge, t. ii de Correspondence F. Engels- K. Marx et divers, publiee por F. A. Sorge, Paris, Costes, 1906, t. ii, p. 62.

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  • 330) Revistc Mexicana de Soctologta

    pues, a los Estados Unidos, pero hagamoslo en aquello que tienen de democratico y de justa, y no en aquello que pueda hacernos retrogradar en el camnino de la libertad'. 21

    Rauil Orgaz, al realizar una tarea semejante a la nuestra, a proposito de Sar'miento, dice que "Las ideas generales de un escritor proceden del temperamento y de la primera educacion; las ideas de la epoca proceden de la mayor o menor sugestibilidad a los modelos vigentes, trasmitidos por la amistad o por las lecturas. Sobre el estrado de las ideas genera- les se asienta el de las ideas de la epoca." A su juicio, las ideas generales de Sarmiento s2 organizan alrededor de: 1) su- amor a la gloria y a la acci6on; 2) el culto de la libertad; 3) el manejo de los idiomas extranjeros y 4) la amistad de Manuel Quiroga Rosas que le pone en contacto con el pensamiento echeverriano y alberdiano. 22

    Todo puede aplicarse a Varela sin otra variante que sustituir a Qui9 roga Rosas por Sarmiento, pero ademas es decisiva en la formacion vare- liana la accion de su medio familiar, en que estaba profundamnente en rraizado.

    En el patriciado lugareilo montevideano los Varela cran una suerte de Gracos,; pues descendi'an de Jacobo A. Varela "capitan de los gallegos' en la def ensa de Buenos Aires frente a la invasio6n inglesa de 1808; f amilia expatriada a Montevideo en tiempo de Rosas y e-n la que destacaron perio- distas como Florencio Varela y Rufino Varela y el poeta Juan Cruz Varela. Su madre era hermana del uruguayo Bernardo Berro y del poeta Adolfo Berro y sobrino del sabio y patriota sacerdote Damaso Larranaga.

    El padre de Jose Pedro Varela dio a sus hijos una formacion de "clercks" y sus actividades comierciales, no le impidieron colaborar en los periodicos de la epoca y traducir varias obras, entre ellas La ense anza de la lenguca materna del Padre Girard, "el primer libro de pedagogia que se ha publicado en el Rio de la Plata". Su tio Bernardo Berro ha dejado asi- mismo escritos sobre problemas educacionales. Es notoria, finalmente, Ia amistad y colaboraci6on en sus trabajos pedagogicos de su hermano Jacobo.

    Jesualdo ha observado, "Algo de la ciencia pedagogica hervia en la sangre de los Varelas" 23 y efectivamente conocia los problernas educa- cionales antes de su viaje a los Estados Unidos y Europa,

    21 N9 23 del 15 de octubre de 1865, pp. 370-372. El articulo de Frias en el numnero anterior del 1" de octubre del mismo ano.

    22 Op. cit., pp. 271-272. 23 17 educadores de America, op. cit., p. 70.

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  • Jos' Pedro Varela;'... 331

    No solamente es ima-portante la vinculacion familiar porque proveyo en lazo directo coni la tradicion intelectual de la generacion rioplatense an- terior correspondiente a la epoca de la Guerra Grande, sino ademas por el vivo sentimiento que de ella tenia el nmismo Varela.

    Cuando tiene veintidos anos en El Siqlo inicia un folletin sobre "Poe- tas y caudillos" y el primer escrito es dedicado a su tio Juan Cruz Varela; cuando tres a-nos m'as tarde desde el diario que dirige, La paz, choca con el gobierno de Lorenzo Batlle estampa estas orgullosas palabras: "Repu1- blicano sincero, aprecio a los hombres por lo que ellos valen, no por lo que hayan podido ser sus antecesores. Los servicios que los hombres de mi .pellido hayan podido prestar a mi pais, no reflejan sobre mi ninguna glo- ria, ni pueden servirme mas que de ejemplo y de estimulo. . . Soy v'astago de una familia que cuenta dos asesinados y once desterrados por defender la libertad; los conoce la prensa liberal del Plata y los conocen los muros de Montevideo. No he necesitado, pues, alejarme del hogar paterno, para crecer en la religio6n de la libertad; en el culto a los principios, en el amor al partido de la Defensa". 24

    Como veremos mas adelante tal vez dificilmente podr'a considerarseIe como democrata, por lo menos en la acepcion tecnica que modernamente damos a la palabra. Fue, como los mismos Gracos, lo que los ingleses lla- man un "lord rojo", un miembro de la "nobilitas ilustrada" que, sin renun- ciar a su clase y su mundo, procuro6 el bien colectivo, de acuerdo a una ideologia liberal progresista.

    Filiacion sociolo6gica.

    En el mejor de los trabajos contemporaneos que tratan de Jose Pedro Varela se expone ampliamente la tesis de que con este autor se manifiesta eI positivismo en el Uruguay. Junto con Angel Floro Acosta tue "el ver- dadero iniciador, en sus dos libros fundamentales, del modo de pensamiento y del tipo de accion emanados de la filosofia positivista". 25 En ese senti- do le corresponderia -siempre de acuerdo a Ardao- el papel de Alberdi, Mitre y Sarmiento en la Argentina.

    Seria una erronea simplificacion sostelner que Jose Pedro Varela es un mero epigono del positivismo spenceriano. En primer te'rmino porque

    24 "La Paz", N9 5913, del 14 de febrero de 1870. 25 Ardao, op. cit., cap. vi, p. 88.

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  • 332 Revista Mexicana de Sociologia

    el auge de aquella manifestacion del pensamiento sociologico en Ame'rica Latina corresponde a la decada del 80, que si bien integran con muy jsto derecho colaboradores de Varela COm10 Alf redo Vazquez Acevedo, Erilio Romero y Francisco Antonio Berra, nlq alcanza nuestro autor que fallece en 1879. 26

    Observese que Costa recien en 1873 se adhiere al pensamiento positi- vista 27 pero publica desde 1859; Alberdi alcanza en sus lecturas a Spencer antes del a-no 70 pero eso se revela en los escritos postumos 28 y Sarmie ito "es indudable que las ideas filosoficas, en el sentido casi tecnico que boI atribuimos a los vocablos 'filosofia' y 'filosofico' fueron ex:trafias a su formacion mental,". 29

    La mas importante de sus obras Facundo (1845), se inspira en Ion- tesquien, y en cuanto a Bartolome Mitre expresamente ha manifestado: La Democracia en Amenrica de Tocqueville, fue el libro de cabecera de la generacio6n de aquella epoca.

    En el caso de jos'. Pedro Varela encontramos en sus citas -siempre profusas, cuidadas- la mencion del antor ingles recien en De la legislacion escolar de 1876, que se reitera en el prospecto de la Enciclopedia de la Educacidon de 1878 en que incluso traduce capitulos de la obra spen- ceriana sobre Educacio6n. En 1876 en una polLemica publicada con el Dr. Carlos Maria Ramlrrez, este le acus6o de ser en la primera parte de la obra ante citada un mero difusor -salvo en asuntos de educacion- de las ideas de Spencer, al que pint6o deliberadamente como enemigo del civisino, la religion y hasta el patriotismo. Varela con precisio6n contesto6 entonces lo siguiente: "No pretendo ser original, pero si et Dr. Ramirez se hubiera tnado el trabajo de leer La educacion del pteblo veria que al afirmnar que he seguido servilmente a Spencer ha hecho una afirmacion cuya falsedad es facil probar. La obra de Spencer, Introduccioen a la Ciencia Social se publico en Europa en 1874, y en el mismo a-no casi en el minsmo

    26 Sobre las lineas generales de la difusion del positivismo en Anmerica Latina, el libro de Zea, Leopoldo, Dos etapas del penisa niento en Hispanoamerinca Mexico, El Colegio de Mexico, 1949, y el trabajo in'dito Las ideas en Iberoamerica en el siglo XIX, que hemos podido consultar en ocasioln del viaje del autor a Montevideo. Acotemos que lBerra cuyas diferencias con Varela son significativas calificaba a este d6 "empirico por naturalezaP que no habia "remontado a la esfera racional de las leyes cientificas", op. cit., p. 82.

    27 Ardao, op. cit., p. 79. 28 Ingenieros, SociologiCa argentina, op. cit., p. 358. 29 Orgaz, op. cit., p. 273.

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  • Jose Pedro Varela,... 333

    mes publique yo en Montevideo los dos voluhmenes que forman La educa- cion del pueblo. Cuando escribl ese libro no podia tener pues, conocimiento de la obra de Spencer; y no hay en 'La legislacion escolar', especialmente en la prirera parte, un sola opinion que no haya sido enuwciada antes en 'L.a educacio'n del pueblo', con la diferencia de que en La legislacion escolar estarn concentradas y desarrolladas en menos de 100 p'aginas, todas las opiniones que accidentalmente he ido exponiendo en las 600 paginas que forman La educaciio6 del Pueblo. Asti p1es, aun ctando la lectura de Spencer me hac servido de mucho, es cornpletamente inexacto que lo haya seguido servilmente al emitir opinionses que tenia ya antes de conocer la obra de Spencer." 30

    Si queda con esto demostrado que, por propia declaracion, el mismo Varela no se creia un positivista spenceriano, tambie'n en la misma pole- mica, queda de manifiesto que la obra de Spencer era por entonces una verdadera rareza en el Plata, y mal podia orientar el pensamiento local.

    "El Dr. Ramirez -dice Varela- ha incurrido en error cuando afirma que no he hecho mas que extractar dos o tres articulos de La Revue des Deux Modes de Paris ya que si he tornado en cuenta varios articulos .... interesantisimos por cierto, he consultado tambien algunos otros libros quel no estan en esa revista y que se hallan en mi modesta biblioteca o que han sido facilitados por algunos amigos. Si el Dr. Ramirez quiere consultar algunas obras de Darwin, de Spencer, de Bahegot, de Tyndall, de Bukle, etc., tendre gusto en facilit'arselos despues de concluida esta discusion. Y pongo esta reserva, porque tenia desde hace tiempo, con pequenas senales y apuntaciones la Ciencia Social de Spencer en irances, que me habia prestado un amigo, y despues de empezado este debate, ese amigo me exigio la devolucion de Spencer para prestarlo al Dr. Rami- rez lo que me hubiera privado de un arma poderosa, puesto que hay poqui- simos ejemplares de ese libro en Montevideo, si otro caballero no hubiera tenido la deferencia de prestarme la misma obra aunque en ingles. lie perdido, pues, una vez las notas que habla sefnalado y no quisiera que esa perdida de trabajo y de tiempo tuviese una segunda edici6n." 31

    30 "El Siglo", NQ 3513 del 29 de septiembre de 1876. 31 "El Siglo", 6 de septiembre de 1876, N9 3519, p. 1. El episodio rnuestra

    el relativo valor de la crltica de Ramlrez, mas recursos polemicos que fundada ver- sacion en las corrientes del pensainiento de la epooa. Por otra parte confirma que es imposible creer en esa recepcion varealiana del positivismo spenceriano que se viene admitiendo.

    Sobre la fecha en que Varela conoce a Darwin hay afortunadamente un dato, que h.asta ahora no he visto citado. En el numero del 6 al 7 de mayo de 1872, y con

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  • 334 Revista Mexicana de Sociologia

    Aunque Varela no hubiese sido tan expreso bastarla la cuidadosa lectura de su obra. Esta se extiende, desde 1863 a 1879, y si bien es cierto que cronologicaniente es breve, es muy densa. El Reformador fue siempre homnbre de gran actividad y sus obras completas holgadat-iente sobtrepa- sarian los diez volumenes, incluyendo naturalmente sus trabajos principales La educacon delI pueblo y De legslaciom escolar ptublicados como tales en su vida.

    Como sucede a menudo con los grandes creadores, hay una constante fija en materia de temas y de ideas, que nos permiten afirmar con el mismo autor, que su obra cumbre De la Iegislacion escolar es la culmina- cion de una vida creativa y no la simple recepcion de un "figurmn" europeo como sugeria el Dr. Ramirez.

    Asi temas como: los gauchos, las revoluciones, el problema esparioi, la mujer, La educacion, el progreso, la emigracio6n, la cuestio6n religiosa, los poetas, la libertad econ6:mica, Estados iUnidos, etc., apareckn en sus colaboraciones de "La revista literaria" (1865-66), se renuevan en sus "&viajes" o en las columnas de "La Paz" v "El Siglo", v maduran en sus libros de 1874-1876.

    Las ralces del pensamiento varreliano a mni juicio se explican ti el cuadro de su formacio6n, y deben referirse necesariamente a los autores platenses de la generacion de la Guerra Granide: Alberdi, Sarmiento, Andres Lamas, sus fainiliares los Varela y los Berro, asi como a Jos "chilenos" Jose' Victoriano Lastarria (1817-1888), Andres Bello (1771- 1865) y Francisco Bilbao (1823-1865).

    Por eso nuestro autor alntes que positivista parece ser un prag- 'ltico o practico, y ello lo explicarla la sociologla del conocimiento.

    La necesidad de organizar los nuevos paises independientes en Amnerica Latina, y ma's tarde normalizarse institucionalmente de acuerdo a los ideales de las burguesias locales progresistas, vinculadas al mundo capi-

    el inconfundible estilo del director del diario "La Paz", hay una extensa nota en pri mnera pagina comentando la traduccion francesa de M. J Moulinie de la obra de Cha. Darwin, El Origen del Hombre.

    Tambien en "La Paz` (Nv corresponidiente a los dias 20 de marzo de 1872 y 11 de abril de 1872), hay una extensisima correspondencia de Espafia de N. G. (?) Ce que se resumen las conferencias que en Madrid dicta eI Dr. Revilla sobre el tema Socialisrnto-Positivisnzo-Krausismo. Esta referencia, que creernos se presenta por vez priniera, puede ser un elenmento de juicio al debatido tema de la forlmacion intelectual de Jose Batlle y Ordonez ( tna 1 se-a,w-point en mi trabajo "Batlle y el movimietnto obrero y social", Accion} 21 de abril de 1956), y nmestra la viva curiosidad del pensamniento platense, y Ia for ial heterogenea enl que he Ilegan los aportes et ropeosn

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  • Jose Pedro Varela,... 335

    talista, fue el tema dominante en la casi decada que abre Facundo (1845) y cierran Las Bases (1853).

    En el Uruguay periodicos como "El Iniciador", "El Nacional", "Le Messager Fran;aise, etc., popularizan ciertas ideas basicas que se convierten en programa para todo el pais, en 1852 en el famoso programa de la "Sociedad de Amigos del Pais", en que aparte del programa politico interior inmediato, se lee:

    "Promoveremos incansablemente: la introduccion y desarrollo de toda industria que prometa al pais riqueza o bienestar a los ciudadanos. La emigracion extranj era por todos los medios directos o indirectos que esteii al alcance del Estado y de los particulares. La educacion moral, intelectual y material del pueblo. La imiportacion de capitales extranjercs. La plantacion (sic) de seguras instituciones de credito. El crecimiento del comercio, de la agricultura y del pastoreo. El ensanche (sic) de la navegacion a vapor de nuestras costas y rios. La multiplicaci6n de las vias y medios de comunicacion al traves del territorio. En unla palabra: cuanto tienda a la opulencia de la nacion." 32

    En la Argentina la batalla de Caseros y la Constitucion de 1853 marcan la estabilizacion del pais, mientras en la "banda oriental", la reiterada intervencion extranjera, el militarismo y el primitivismo de su sociedad rural perpetuian las guerras civiles en forma casi endemica hasta la llamada Paz de abril de 1872.

    Esas luchas, y la situacion material y espiritual del pais, explican la supervivencia del ideario reconstructor de la generacion de la Guerra Grande. Orgaz ha defendido con elocuencia la tesis de la filiacion prag- matista o practicista del pensamiento obrero americano como un aspecto de la herencia espafnola. "La penuria de la filosofia espanola en el aspecto ontologico o metafisico -el del 'ser'-- contrasta con su exuberancia en el 'area de la etica, la del 'deber ser'." 83

    La tesis es seductora. Si a fines del siglo XIX y comienzos del xx un autor hispano como Joaquin Costa, evoca los "arbitristas" diecioches- cos no es raro que en un medio que obliga a una accion inmediata y cons- tructora como el latinoamericano, Echevarria, Alberdi, Sarmiento y nues- tro Varela piensen y actt'ien pragmaticamente. Otros veneros en que

    32 De la revista semanal "Bandera Radical" dirigida por el Dr. Carlos Ma. Ramirez, No 35, de septiembre Z4 de 1871. Opiniones similares encontrariamos en los afios siguientes en los escritos de autores y politicos uruguayos como Andres Lamas, Juan Carlos Gomez, A. Magarinios Cervantes, Berra, Ellauri, etc.

    33 Orgaz, op. cit., "El pragmatismo nacional", pp. 413-419.

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  • 336 Revista Mexicana de Sociologia

    se nutre Varela y que permiten filiar su posicio6n son el pensamiento pre- sociologico, especialmente santsimoniano y herderiano.

    El historicismo, por Jo menos en esa etapa que Meineeke ha consi- derado de su genesis, se sirve de Herder cuya influencia est'a ya estudiada en relacion con la juventud intelectual bonaerense de 1835 y en Chile mas tarde, en Lastarria, Vicente Fidel Lopez, Bello, etc. Indirectamente a trave's de V. Cousin. y el mismo Saint Simon ejerce influencia en Varela. Savigny y la escuela historica juridica alemana parece ser reco- gido por Varela en su obra maxiima a proposito de la elaboracion de Ja legislacion positiva. Esta a su juicio debe nispirarse en las costumbres y usos juridicos de la sociedad a que ser'an aplicables. 34

    La influencia saintsimoniana, en buena parte indirecta, se aprecia en ideas como el concepto de progreso, en el cual se prolonga por lo demnas toda una tesitura dieciochesca.

    El pensamiento socialista de la epoca -salvo Saint Simon- le es ajeno, al punto que solamente cita -por lo menos dos, veces- la obra de Fernando Garrido La Espaila contemporaduea; aunque es de inspiracion fourierista el esquema de las clases parasitas de la primera parte de La legislacion escolar, que seguramente le, ha Ilegado a traves de Eugene Tandonnet y Sarmniento. Siendo discipulo del autor de Facundo, a Jose< Pedro Varela le son aplicables las coordenadas de filiacio6n sociologica desarrolladas ampliamente por aquel por la literatura sociologica argen- tina que hemos citado anteriormente.

    Es muy interesante destacar el hecho siguiente. Si bien es cierto que La legislacion escolar (1876) sigue muchas de las tesis divulgadas por el Facundo ent 1845, tambien adelarntase a su maestro en lo que sera la segunda gran obra sociologica de su vida Conflictos y armor as de las razas en Ame'rica que se publico recie'n en 1883.

    Igual que ma's tarde a Sarmiento, a Varela le preocuparon las cues- tiones relacioniadas con el factor racial, teniendo en cuenta las expe- riencias concretas del poblamiento americano, y mtuy particularmente del Uruguay. 3r

    34 V. g. La leg. Esc., op. cit., p. 102. 35 Varela se pregunta: " No Ilegaremnos a encontrarnos con motivos de pro-

    funda meditacion y de motivada alarma para el porvenir de los pueblos latinos y es- pecialmente de los pueblos hispanos, y mnas especialmente aun de los pueblos hispano- americanos, que, en mas o menos grande escala, han mezclado su sanigre con la sangre decrepita de las razas aborigenes","p. 118, Leg. Ese., ed. cit. Tamnbien en esa obra

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  • Jose' Pedro Varela,... 337

    La filiacion . sociologica de Varela es imposible resumirla en Una formula porque a pesar de ser su vida muy breve, podria decirse de e'l lo que Ingenieros afirmaba de J. B. Alberdi "Era un lector infatigable.. No terminaba de aprender, no envejecia. Renovaba incesantemente su cultura.. . Es dificil que ningu'n otro americano estuviera, en su eSpoca, mas al corriente de las nuevas direcciones sociologicas; es seguro que en ninguno pueda seguirse mejor el rastro de toda la evolucion filosofica del siglo XIX." 36

    Resumiendo, la filiacion sociologica y las ideas generales de Varela nos lo muestran un tipico americano que procura allegar material a la estructura de su pensamiento y a las necesidades de su pais alli donde se encuentran. Ese sentido universalista de la cultura americana fue cons- ciente en Varela que afirma en una ocasion: "Resultado del trabajo progresivo de la humanidad, rica herencia que van leg'andose las gene- raciones una a otra, las ideas no tienen una nacionalidad determinada... En la alta esfera de la razon el extranjero no existe."1 37

    Un aspecto lateral del pensamiento vareliano, que sin embargo, no podemos eludir, es el referente a su actitud en los asuntos religiosos. Ardao lo se-nala como "verdadero iniciador (en el Uruguay) del libe- ralismo racionalista que enfrento a la iglesia y la combatio con energia en las decadas siguientes". 38

    Varela y la "escuela reformada" sufrieron duros ataques por el cato- licismo, como son: la Pastoral del Obispo Jacinto Vera del 18 de febrero

    plantea otro tema' nuy caracteristico del Sarmiento de la decada siguiente, el de la integracion de las emigraciones europeas en las nacientes nacionalidades hispano- armericanas.

    36 Sociologia argentin0, op. cit., p. 358. Observese que ya los contemporavneos y hasta, rivales de Varela destacaron en este la misma caracteristica. C. M. Ramirec queriendo significar que Varela estaba "al dia" nos dice: "No tiene estudios uni- versitarios, pero ha leido extraordinariamente y en el campo de la filosoffia :Toderna Stuart Mill, Spencer, Darwin, Buchner, Molescott y Alme. Royer le son en cierto modo familiares", "El Siglo" NQ 3505, del 20 de septiembre de 1876. Pero Ramirez se refiere solamente a los autores entonces de actualidad, pues la sola no6mina, de los citados por Varela en sus obras de 1865 a 1876 ocuparia unia pagina.

    37 "La Paz", NQ 49 del 1" de febrero de 1870. 38 Ardao, op. cit., p. 88. Los primeros escritos de Varela sobre esos temas

    son publicados en "La Revista Literaria" de 1865, N9 4, del 28 de mayo "De la libertad religiosa"'; N9 20 del 17 de septiembre de 1865; "Las hermanas de Caridad" N9 21 del 24 de septiembre "El catolicismo en marcia"; N9 23 art. cit. "Los jesuitas yankees"; y N9 27 del 2 de noviembre de -1865 "La conmemoracionr de los mnuertos".

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  • 338 Revista Mexicatta de Sociologia

    de 1874 a proposito de las escuelas fundadas por la Sociedad Amigos de la Educacion Popular; las publicaciones periodisticas en "El Bien Publico' y "El Mensajero del Pueblo" y el libro de Francisco Bauza De la Educaci6on conYtun, publicado en 1879. Orestes Arautjo que dedica en su historia todo un capitulo a los "enemnigos de la Reforina" dice que "los m'as inmipla- cables" fueron los miembros 'del partido catdlico". 39

    Varela, como era usual en la epoca, era deista e incluso religioso en un selitido amplio. Cuando estudia en 1868 las razones del progreso de Estados Unidoq disiente con Sarniento, que vela en la educacion la cau= sal, pues para el, en cambio, es el pensarm-iento religioso. En la misma serie de "cartas" afirma "Donde quiera que miremos, remontando el Nilo de la civilizacion encontramos las ciencias religiosas como la base de toda.s las ideas del hombre." 40

    Su critica del catolicismo, en ocasiones caustica, apunta al aspecto social m'as que al teologico o filosofico, anatemiza m'as al clericalismo que a la religiosidad. En un escrito de 1865 muestra al clero catolico como un orden privilegiado y por tanto enemigo "del adelanto del mundo" v en sus opiniones sobre Espalna, como hemos visto, acutsa a la iglesia catolica de ser responsable de su notorio atraso econ6onico, pol'itico , social.

    Su voto decidio en el seno de la Sociedad de Amigos de la Educacion Popular que en las escuelas que organizaba se practicase la educacion laica excluyendo la religion que inicio en 1869 este tipo de experiencia educacional que, desdq 1909, es el de todas las instituciones educacionales pUiblicas del Uruguay. El capitulo "La ense-nanza dogmitica", que enl el libro La ed ncacion del pueblo se ocupa de estos temas, argumenta a favor de la escuela laica con las siguientes razones: a) la escuela pUblica per- sigue un fin social no religioso; b) "El Estado es una institucion polltica que tiene por funcion garantizar las personas y las propiedades... y la escuela establecida por el Estado, debe ser laica como e'l"; c) la escuela gratuita es sostenida pot4 todos los contribuyentes, iIncluso los no-catc'licos

    39 "El Ferrocarril" del 19 de fel)rero de 1874 "' Puede verse el establecimiento de tales escuelas sin lamentar desde ya la desmoralizacion de la familia y la sociedad? < Pueden los catolicos cooperar de cualquier mnanera que sea el planteamierito y sos- ten de la escuela atea? Sin faltar a uno de los deberes mnas sagrados de su con- ciencia, claro que no puede el catolico contribtuir a tales obras" se lee en la Pastoral.

    40 Impresiones de viaje, op. cit., pp. 94 y 96. La primera p4agina de La educa- cion del pueblo, op. cit., p. 25 le muestra agnostico, pero se trata de una obra pos- terior seis anos a las "Impresiones".

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  • Jose Pedro Varela,... 339

    o no religiosos; y debese tener en cuenta que las dos terceras partes de la poblacion del Uruguay esta constituida por extranjeros muchos de ellos protestantes emigrantes; d) entregar la direccion de la ensefianza al clero importa entregarle la direccion y el gobierno de la sociedad; e) "la escuela no se propone enrolar a los nifnos en este o aquel de los partidos, sino que les da los conocimientos necesarios para juzgar por si y alistarse en lo que conceptuien justo o bueno"; f) es imposible "aliar en la escuela la enlse- nianza objetiva quq debe servir de base a todo sistema racional de educa- cion con la ense-nanza, esencialmente subjetiva, del dogmia revelado".

    El art. 59 del proyecto de, Varela sobre Educacion Comurn declaraba "facultativa de las Comisiones de Distrito establecer en la escuela o es- cuelas del Distrito la ense-nanza de la religion catolica -apostolica romana o del catecismo catolico", en un intento, decia su autor, de "conciliar en cuanto es posible, las aspiraciones de la mnayoria catolica (del pais) con las exigencias de la instruccion". 41

    Su inspiracion fue la ley holandesa de educacion comu'n de 1855-56. El texto legal definitivo (1877) tomo la disposicion antedicha en su art. 18. Recien por ley de abril de 1909 fueron stiprimidas en las escuelas y demas instituciones'educativas del Estado las ensefnanzas y practicas religiosas.

    Vision sociologica del Uruguay de la e'poca de Varela.

    Del conjunto de los escritos varelianos surgen elementos suficientes para trazar no solamente un esquema de sus ideas principales, sino incluso una vision de la sociedad uruguaya de su tiempo.

    A ello obligo el concepto social que de la educacion tuvo el Reforma- dor, asi como de los diversos problemas de su epoca.

    En ocasiones nos ser'a necesario completar sus observaciones con los hechos que resultan de la aplicacion de los principios de la liamada "so- ciologia historica", por la escuela francesa de sociologia.

    La falta de una correcta conceptuacion sociologica tal vez ha impedido hasta la fecha a los historiadores nacionales que se han ocupado del "prin- cipismno" de la decada de los 70 entrar a su autentica explicacion. 42 Todo

    41 "El Siglo", N9 2465 del 20 de julio de 1876, refutando al diario "El Men- sajero del pueblo".

    42 Pivel Devoto, Historia de la Repbca. Oriental del Uruguay, Monte., Medina, 1956, 2da. ed., p. 334 y sigs., acota en esa corriente "dos errores fundanientales; 1) la sistematica desconfianza frente al Estado# y 2), el descuido consciente de los problemas materiales" y Zum Felde, op. cit., p. 192, habla de que "el gobierno. de la ciudad ha fracasado... el pais gaucho y el ntu'cleo europeista estan en pugna".

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  • 340 1Revista Mexica ia de Soctologia

    el proceso parece servir para ilustrar ci acierto de buena parto de Ia teoria de Vilfredo Pareto sobre las elites.

    Los hechos eran los sigtientes. Duranite las dos de adas que van de 1851 a 11873, el pais fue gobcrinado por los miembros cultos de srut -r guesia urbana, ("los doctores" o "Ia familia" como se le designo' tambiden para destacar Su sentido oligarquico), conl la cooperacion de los -nilitares stirgidos de las guerras civiles y los "caudillos" del interior.

    Los "doctores" no solamenteo se beneficiaban de sn situaci-on- doe diri- gentes sociales, intelectuales y politicos, sino asimismo (le Su calidad de intermediarios entre los centros politicos y econoumicos del exterior y el pals. En su gran mayoria eran grandes propietarios territoriales, v hero- daban situaciones que veni'an desde la colonia.

    Varela los responsabilizara' de que Ilevados por sus ambiciones perso- nales habian ensangrentado y anarquizado el pals dirigiendo las arnas de caudillos v militares durante esos veinte ahios. Cu-iando flinalmente se consigue hacer la paz en abril de 1872 Jose Pedro Varela, que ha Iparti- cipado de la predica de "El Siglo", fundado en 1863 "para conibatir .al can- dillismo en nombre de los "principios", y ha dirigido mias tarde "La Paz" procurando la pacificacio6n de la Repilblica para iniciar la modernizacion social del pals, cree ilegado el nmomonto de pon erse a la obra.

    "De donde venimos, a donde vamos los hombres jovenies de la Re- pu'blica que Ilevamos sobre nuestros hombros el porvenir y la felicidad de la patria" dice en El banquete de la jutventd, agapie poli'tico que organiza por entonces. La respuesta es, primero, un examen del candino recorrido: "Cuarenta afios lhace que nuestros partid.os se agitan incons- cientes en el toirbellino de las pasiones pol'ticas, presentando cada uno dae ellos una entidad diforme en la que se encuentra - los elementos rogro- sistas unidos a los elementos retrogrados y los representantes de Ja lAus- tracion y del progreso, aunando sus esfuerzos con los representantes de la barbarie. En esos cuarenta a-ios de vida inddpendiente, apenas habr{a uno que otro documento publico del que no deberi'amos avergonzarnos; apenas si en el 'aspero terroeno de los hechos, en el duro canipo de la rea- lidad, habra un solo ano que no marqne una fatalidad o ILna vergieh za para la Repu'blica. Esa es la historia, el dualismo de los partidos pollticos, la conrnistion de los elementos nias encontradoos, para la realizacion de pequenias aspiraciones. Los caudillos, entregando a los hombres inteligentes e ilustrados, la redaccion de los documentos publicos, la mentira de las palabras oficiales, la falsedad de las doctrinas que jamras se ponen en practica; los hombres inteligentes e ilustrados, auxiliAndose con su es-

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  • Jose' Pedro Varela,... 341

    fuerzo, y entregaindoles el dominio de la realidad. "De ese camino que hemos recorrido siempre arrastrados por el extravio de las pasiones, ne- cesitamos separarnos al fin, entrando de frente en la senda que conduce al establecimiento de la libertad, a la radicacion de la justicia y del dere- cho... Yo me siento feliz y orgulloso de haber contribuido en algo a la realizacion de la paz, que nos permite contemplar esta primera imanifesta- cion colectiva de la. mas grande, de la mas fecunda de las revoluciones que ha habido hasta ahora en la repu,blica: de la revoluci6n de las ideas." 3

    El fracaso de la candidatura presidencial de Jose' Maria Mufioz en 1873, y la suya propia como Alcalde Ordinario en 1875, posiblemente no ejercieron tanta influencia en el atnimo de Varela como el espectaculo de las famosas "camaras bizantinas" de 1873-1875 en que dominaron los "prin- cipistas".

    La actitud en el Parlamento de este grupo frente a los autenticos problemas de aquel tiempo, puede deducirse de una cita definitoria del Dr. Jose Pedro Ramirez, "Los que se jactan Sr. presidente de ser posi- tivistas, los hombres practicos han de escandalizarse de que la Camara a que pertenezca, pierde un tiempo precioso en dictar leyes sobre la res- ponsabilidad civil de los funcionarios pi:blicos, sobre las garantias indi- viduales con que la Constituci6n ha querido rodear la libertad y el honor de los ciudadanos, en vez de autorizar la creacion de nuevas lineas ferreas, de decretar puentes, improvisar colonias... pero los que pagamos tributo a esas seductoras ilusiones que se liaman derecho y libertad, los que nio creemos ni esperamos nada de las conquistas materiales y vemos solo en ellas un injerto de civilizacion bastarda, cuando no van precedidas o acom- panadas de las conquistas morales, etc., etc." 44

    Se ha dicho que el principismo de los "doctores" es producto de "!a concepcion del universo y de la vida proporcionada por la filosofia espiri- tualista de la epoca, con su absolutismo etico, basado a priori en la meta- fisica de Dios y el libre albedrio". '5

    Aun de ser exacto, o de corresponder lo que sigue a todas las acti- tudes llamadas idealistas, es evidente que la promocion doctoral del 70 no solamente explotaba en su favor los recursos materiales de que disponia (muy especialmente los derivados del ejercicio del gobierno y la gana-

    43 Folleto "El banquete de la Paz", Montevideo, La Paz, 1872, pp. 76-77. 44 Cit. en "Pivel Devoto", op. cit., t. ii, pp. 140-141 de la sesion de la Camara de

    Representantes del 9 del mayo de 1873. 45 Ardao, op. cit., p. 53.

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  • 342 Revista Mex icaia de Sociologtia

    derla), sino que incluso tenria uLna vision -ahora si practica- sobre las posibilidades de sus inversiones personales.

    En "El Siglo", "La Paz" y "La Bandera Radical", junto a las ripiosas tiradas sobre la constitucio6n, los derechos individuales, el espiritualismo, los ideales, etc., se abunda en noticias de interes para la historia econorknica de la epoca.

    Asi, por ejemplo, la fundacio6n de la Asociacion Rural, en cuya no6mina de socios iniciadores, volvemos a encontrar a casi todos "los girondinos" de la epoca, es celebrada como un acontecimiento nacional, no solo por Varela -colnio es explicable- sino tambien por Carlos Maria Rarmirez en 'La Bandera Radical" de su direccio6n.

    Los citados periodicos de la oligarquia ilustrada, comentan extensa- mliente noticias tan prosaicas como la introduccio6n de la industria de la conservacion de la carne por el me'todo Liebig en el Rio de la Plata; el porvenir de la industria textil de la lana en el,Uruguay, y todos los emas relacionados coni la expansion de los intereses agropecuarios que repre- sentan. 47

    No es exacto que todo el esfuerzo jurldico de los "doctores" se des- envuelva en el campo de los ideales. El 20 de agosto de 1873 la Asociacio6n Rural inicio los trabajos que llevaran a la aprobacion del Primer Codi- go Rural del Uruguay por ley del 10 de julio de 1875, y mas tarde a st perfeccionamiento por las reformas del 28 de enero de 1879 y a la c-ea cion del Registro General de Marcas y Sefiales del ganado, de febrero 23 de 1877. Esas disposiciones -como es notoria- favtorecen a los intereses de los grandes propietarios de tierras dedicadas a la ganaderia.

    Cuando se resefia la pole'mica de Carlos A/Marla Ranilrez-jose Pedro Varela en 1876 se suelen transcribir; casi unicamente Jos parrafos en que el primero hace virtuosismo verbal, o a lo sunmo defienide a la 'Universidad espiritualista de la epoca.

    Pero, leyendo directamente en "El Siglo" los textos reconstruldos por Carlos Maria Ramirez se aprecia que este procura batir a Varela en su

    46 Editorial de JPV en "La Paz", del 5-6 de octubre de 1871. En "La Bandera Radical", N" 37 del 8 de octubre de 1871, "Consideraciones sobre la Asoliacion Rural del Uruguay", en el N9 38 del 15, de octubre de 1871 "EstimIulos de la Aso- ciacion Ruiral del Uruguay" y en el N9 40 del 29 de octubre del imismo aio ei dis- curso de don Domingo Ordaiana inaugurando las actividades de la misma entidad.

    47 "El Siglo", N9 688 del 25 de diciembre de 1866 y "La Bandera Radical" N9 5 del 26 de febrero de 1871, "Para despues de la paz. F6brica de tejidos de lai a en el Rio de la Plata" y en el N" 32 y 34 del 3 y 17 de septiembre de 1871 "El peligro y el porvrenir' de la inddustria la iar del Plata".

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  • Jose Pedro Varela,... 343

    camlipo trayendo cifras y datos a la liza, y en especial acudiendo al inte- resante trabajo de Adolphe Vaillant para la exposicion industrial de Viena. El fondo de su argumentacion es que el cuadro de Varela es erroneo por pesimista. El pais prospera, todo marcha correctamente -salvo el go- bierno militarista de Latorre que ha desplazado a los "doctores" y sus- pendido las Camaras- trasuntando una actitud que Pareto liamaria de "rentista" que "trata de salvar, preservar y mantener lo que ya existe". 48

    Procurando explicar su fracaso casi una generacion mas tarde se dijo de esa promocion de "doctores" que "no han sabido ser politicos, tal vez porque la epoca en que han actuado y el grado de desarrollo historico del pais no se lo permitian". .

    La vTerdad es que no supieron estar a la altura del grado de desarrollo alcanzado por el pais y ei mundo occidental en 1870-1880, y su expulsion -como la de los unitarios argentinos del tiempo de Rosas- se deben fundamentalmente a su ineptitud para hallar nuevas soluciones a los problemas pIanteados por la sociabilidad nacional.

    Varela que escribe su Estudio sobre nuestro Estado actual y sus causas, que forma la primera parte de La legislacion escolar, al calor de estos sucesos, no ahorra sus golpes al principismo de los "doctores".

    La observacion fundamental de Varela, con la cual lleva la ciencia social a primer plano desplazando la teorizacion politica idealista de los "doctores" se resume asi: "Los gobiernos no son causa del estado social, sino efecto de ese mismo estado... (Es erroneo creer) que un cambio de gobierno o mejor dicho, de personal en el gobierno, transforma las condiciones esenciales de la vida de un pueblo... (y) No son pues, los malos gobiernos los que hacen la desgracia permanente de las naciones, es el estado social de esas mismas naciones el que marca el tipo que deben tenet- sus gobiernos". 50

    Varela denuncia incluso la ideologia de los "doctores". "Navegando en las aguas de los sofnadores del siglo xviii, quieren conquistar el go- bierno y la vida de la libertad, conservando, sin embargo, como base de las nacionalidades, las poblaciones de las campainas, casi en el estado de primitiva ignorancia." 5

    48 Ver Herrero y Espinosa, op. cit., cap. iv, pp. 58-108. Pitirim Sorokin, Teorias Sociolo'gicas Contemporanieas, Bs. As. Depalma, 1951, p. 58, donde puede entrarse a( la bibliografia paretiana de primera fuente.

    49 Del Busto, Jose G., eni "Heraldo" del 5 de octubre de 1893, cit. por Ardao, op. cit., p. 53.

    50 Op. cit., pp. 24, 25 y 27. 51 Op. cit., p. 48.

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  • 344 Revista Mexiccna de Sociologta

    Partiendo de veneros nuy distintos, y comno por lo dermaLs es caracte- ristico de la ciencia social de la epoca, Varela se ajusta a la tesis de Feuerbach de que la existencia condiciona a la conciencia.

    Por razon-ies adjetivas (medidas represivas, suspensio6n de las garan- tias individuales, etc.) se ha sugerido el paralelo entre Juan Manuel de Rosas, el dictador argentino de la Guerra Grande, y el coronel Lorenzo Latorre que domina dictatorialmente en el Uruguay entre 18751880. Se trata de fenomenos distintos que responden a cuadros sociales diferentes, pero hay rasgos simnilares a considerar.

    Ambos son hijos de la inepcia de una oligarquia ilustrada de origen terrateniente, en la aterncion de los problernas del pais y hasta en su itsma definitiva defensa. "Los gobiernos (antes) -dice Rosas al uruguayo San- tiago Vazquez en 1829- sq conduci'an mruy bien para la gente ilustrada, que es lo que yo flamo mnoral, pero despreciaban lo fisico, pues los hom- bres de las clases bajas, los de la carmpana, que son la gente de accion. Yo note esto desde el principio, y me parecio que en los lances de la revo- luciorn, los mismos partidos hlablian de dar lugar a que esa clase se sobre- pusiese y causase los mnayores rmales, porque usted sabe la disposicion que hay siempre en el que no tiene contra los ricos y superiores; y nrie parecio, pues, desde eltonces, muy irmportante conseguir una influencia grande sobre esa clase para contenerla o dirigirla." 62

    El regimen de Latorre, como en su momento el rosismo, tendr5a cierta aureola popular con el apoyo de los "camdomberos" reclutados en los arrabales o en campafna, y el destierro o derrota por las armas de la "fa- milia". Tambie'n tendrta el aporte de las "fuerzas vivas", los comerciantes de la plaza de Montevideo, que en asamblea popular del 10 de marzo de 1876 reclaman que el coronel Latorre "asuma todos los poderes"; la Aso- ciacio6n Rural que representa a la gran ganaderla y los intelectuales "posi- tivistas" con Jose Pedro Varela a la cabeza. 53 Ahora e pals intenta reor- ganizarse -aunque sea por la fuerza- bajo Latorre pero siempre en beneficio de la burguesia criolla, ; de acuerdo al progresismo.

    Pareto refiriendose al sector de la elite que califica de "especula- dores" (p,or oposicion a los "rentistas"), dice que no tienen conservado-

    52 "Revista del Rio de la Plata", Buenos Aires, t. v, p. 601, cit. en p. 169 del magnifico trabajo de A. Ardao, Rosas, de Cuadernos Americanos, M6xico, NQ 1, 1949.

    53 Las biografias laudatorias de Varela han procurado soslayar esa adhesion y valorizar los muy explicables eserdipulos de Varela, antiguo "principista" pero eso no elimina su colaboracion con el regimen de Latorre.

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  • Jose Pedro Varela,... 345

    rismo psicologico, son reformadores y reconstructores y cuando predo- minan en un gobierno las clases superiores muestran habilidad para ]as combinaciones, promueven el bienesLar economico de una sociedad y en- gafian con edxito a las masas gobernadas mediante diversas nlaquinaciones humanitarias, democr'aticas, etc.

    El latorrismo en el Uruguay de 1875-1880 cumple esas lineas en cuanto lo permite un medio semibarbaro, una corta existencia y una so- ciedad rudimnentaria.

    El papel que correspondia a Varela y los reformadores de la ense- nanza en ese cuadro social historico fue intuido por Sarmiento, que en una carta a Carlos Maria de la Pe-na, y refiriendose a la oposicion que hizo el Ateneo (centro de intelectuales universitarios) a los homenajes postumos de 1881 decia:

    "i Sirvio al tirano! j ensefnando a leer a esclavos? De manera que si la tirania dura treinta a-nos, y es acto de villania educar al pueblo, ten- driamos que cuando fuese libre andaria patri6ticamnente en cuatro-patas, puesto que en treinta a-nos una generacion nueva no aprendio a leer.

    "Esta es la historia eterna de las oligarquias; porque parte de una oligarqulia somos los que tenemos cara blanca, y hemos pescado algunas nociones de liberalismo, en la educacion superior de Colegios y Universi- dades que no est'an al alcance de todos. Si bien hay tiranos entre nios- otros es porque hay una gran mayoria del pueblo que por su ignorancia y sus tradiciones de peon colonial, distincion lega (peonia), de negro liberto apenas, de indio, estan preparados, pues para ello fueron asimilados a ia sociedad espafiola a obedecer." 54

    El Prof. Ganon ha observado que el inetodo seguido por Varela para trazar su cuadro del Uruguay se ajusta a las reglas que a-nos m'as Larde propondrfa Emile Durkheim para la investigacion sociologica. 55

    En primer lugar Varela se revela un observador sagacisimo cuando en sus "viajes" compara por ejemplo los Estados Unidos con Espana y Francia a traves de visuales aparentemente banales como los medios de transporte, la hoteleria, o las actitudes frente al turista, o cuando se ocupa de la condicion de la mujer. La mayor parte de las ideas de Varela sobre el Uruguay tienen una base experimental y rotunldamente antidoctrinaria, siguiendo la huella trazada por Echevarria y Alberdi. 56

    54 Texto inedito, dado a conocer por D. de Giorgi, pp. 140-1. 55 Op. cit., p. 151. 56 Linares Quintana, Segundo V., La developpement de la science politique en

    Argentine, p. 207, del vol. La science politique contemporaine, op. cit. Un ejemplo

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  • 346 Revista Mexicaita de Sociologia

    IHa sido Varela el primer autor que ha destacado la gran importancia del uso de la estadistica para el estudio de la realidad nacional.

    Cuando habla de la criminalidad aduce "sensible es que la falta abso- luta de datos estadisticos nos impida hacer para la Republica Oriental 1as observaciones que henmos; heclio para otros paises", pero no confunde as expresiones nunmericas aisladas con la autentica estadistica. '7

    A-nos m'as tarde cuLando traza su Estudio sobre nuestro estado act tal y sus cacsas dice categoricamente: "Estamos a oscuras sobre todo lo que es nuestro pals en su triple aspecto geologico, agrjcola y aun social: nio sabemos cual es nnestra poblacio'n, co'mo se distribuye, ni coimo se sostiene; uestras necesidades las calculamos aproximadamente, v aproximadamente calculamos los recursos de que podemos disiponer; y como es de suponer en esos casos un patriotismo mal enitendido hace que aumentemos exage iadamente los recursos, y que dlisminuyanmos con igual exageracio'n las nlecesidades: nuy a menudo las afirmaciones de los mas audaces o de Jos mzas ignorantes son las que nos sirven de base." '8

    Aun en una formiia simplificada Varela recurre a la estadistica his- toricamente mostrando con algunas cifras cual es el camino recorrido por el pals desde su independencia en 1830 hasta la decada del 70.

    "En cuarenta y cinco agios, diez y ocho revoluciones. Bien puede decirse, sin exageracion, que la guerra es el estado normal de la Repui blica." "En medio siglo de vida independiente nos hemos tenido hasta ahora nna sola eleccion popular que no haya sido desnaturalizada por ftaudes y abusos de todo genero." "La Constitucio'n de la Republica 'el codigo sagrado de nuestros derechos' como se dice con e'nfasis, no se ha cumplido nunca, ni siquiera se ha tenido el deseo verdadero de cumplir con ella." Entre "nosotros se legisla sin criterio y se legisla demasiado, de lo que resulta que las leyes no se cumplen". "La Rop,ublica Oriental, toda entera, tiene menos poblacion que una ciudad de tercer orden." 59

    En el terreno cultural llega a conclusiones parecidas. "No se publica en la Repuiblica al a-o ni utn solo libro original", decla en 1874, para

    curioso del don de observacion de Varela es toda su argumentacion sobre Ia mayor capacidad de perpetuacio6n de los emigrantes europeos, que Carlos Maria Ramnirez califico de disparate, pero que lo, ha confirmado la estadistica demografica reciente. Ver p. 163 de Aportaciones positivas de los insmigrattes (Simposio de la Asociacion Internacional de Sociologia y la Asociaci6n Internacional de Ciencias Economicas), Paris, UNESCO, 155.

    57 La Educ. del pueblo, t. I, pp. 66-7 y 64- 58 Op. cit., pp. 33-34. 59 De La leg. esc., op. ct., pp 31, 100, 101, 102, 37.

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  • Jose Pedro Varela,... 347

    reforzar en 1876. "Tal vez no se han publicado diez obras originales (iesde que nos hicimos independientes, y de estas ni la mitad se ocupani siquiera de cuestiones que se ignoren o interese conocer." "En los 45 a-nos de vida independiente que Ilevamos, nuestras asambleas no han dictad6 una sola ley sobre escuelas publicas." "Tampoco se han presentado a las Camaras mas proyectos sobre esa materia que los de 1868 de Isidor De Maria... y 1873 de Agustin de Vedia."

    Baz Ferreira lha reprochado injustamente a Varela su ilusa creencia en los ;programas educacionales norteamericanos para transformar el pais, pues el rmismo reformador ha expresamente afirmado "cs errado creer que la educacion sea una panacea universal que transforme totalmentit la naturaleza humana y que haga de cada sociedad un ede'n y de cada pueblo un paraiso". 6{0

    Por el contrario Varela -en tuna medida que ignoro la generacio't ileo-idealista - del 900 a que pertenece Baz Ferreira- se ocupo extensa- mente de las bases materiales de la sociabilidad, y muy especialmente de la economira. Hijo de comerciantes, comerciante el mismo, comprador de articulos de construccion en Europa y Estados Unidos y finalmente co- rredor de Bolsa, esta especialmente capacitado para informarse sobre la. vida econ6mica nacional y sus bases materiales y bioticas.

    Destaquemos algunos puntos de su valioso aiporte al establecimiento de una sociologia uruguaya.

    "La Republica Oriental, entera -dice- tiene menos poblacion qte tuna sola ciudad de tercer ordetn", mientras Montevideo tiene 100,000 ha- bitantes "formando por si sola mas de la quinta parte de la poblacion del Estado" y "una tercera parte de niuestra poblacio6n es extranjera". Padecemos, al considerar las cifras del crecimiento vegetativo, "ese vicio de la esterilidad voluntaria, esencialmente catolico y latino". "La Rq'publica para aumentar su poder, y salvar su independencia, debe aumentar su poblacion... buscando atraer la inmigracio'n y educar la masa popular."

    El Dr. Ramirez en su segunda conferencia, se-nala sin embargo "El Uruguay ha pasado de 50,000 personas en 1820 a medio millon en la fecha. y Brasil no ha seguido ese ritmo pueg en 1803 tenia 3 millones, el censo actual da 10 millones y de seguir el progreso del Uruguay tendria hoy 30 millones, etc." Varela contesta largamente, enitablandose asi la pri-mera discusion sobre temas demogr'aficos que ha habido en el pais. 61

    60 Lad Ed. del puteblo, op. cvt., p. 83 y Leg. Esc. pp. 33, 15 16. 61 Estudios pedagogicos, Serie III, Un proyecto sobre Escuelas y Liceos, Mon-

    tevideo, 1922, p. 32. Varela en "El Siglo", octubre 6 de 1868, polemica con L. Herrera y Obes.

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  • 348 Revista Mfexicana de Sociologia

    A juicio de Varela la sociedad uruguaya de la epoca vive una crisis triple, econ6mica, politica y financiera. La primera se origina por cl hecho de que "comparando el presupuesto (Ie 1862 con el de 1875 vemos que hemos cuadruplicado nuestros gastos ordinarios con csos catorce anos, mnientras que solo hemos duplicado nuestra poblacion". Senala que Mon- 1tev%ideo tiene mas de las 2/3 partes del valor territorial y absorbe las 4/5 del comercio de Ia nacio'n. "La utnica industria del pais es la cria de ganados, pero atmn esta Cti las condiciones mnas rudimentarias y mas atra- sadas que darse pueda." "Critica vigorosamente que sc importen articulos como: harinas, jamones, leche conservada, manteca, queso, vino, pasas de higo y uva, pescado, fruta coinservada, zal)atos, suclas, papas, etc." "coii eI resultado (le quc nuestras importaciones son rnayores que nuestras cx- portaciones" y de-ben compensarst por p)restamnos financieros del exterior, en sti mayoria de origen ingles.

    No se oculta la transformacio6i que sufre cl pais en los 6ltitnos quince aios, en que el valor de la propiedad se lha triplicado, el nu'inero (le casas de Montevideo se ha duplicado, han surgi(do nuevas poblaciones, stc ban creado grandes montes forestales o frutales, "el inenage" de niuestras ha- bitaciones representa hoy tin valor triple o cufidruple del dc ntestros padres" y cspecialmente h;a aumentado la riqueza pecuaria, pues (le 1860 a 1872 ci ganado vacuno paso (le 5.218,700 cabezas a 7.200,000 inientras que c' lanar que era de 2.594,833 liega en la uiltima fecha a 20,000,000. c:

    Varela tuvo una preocupacio6n.i senalada por los problemas de la cam- patia y en ese sentido cs un precursor le la Sociologia Rural nacional. "Esa campana dilatada que encierra desconocidos y olvidados los germenes de nuestro porvenir politico y social", dice en una circular de 1868. "En la economia vital de la Repu'blica, la campana es cl coraz6n. E1 dia en quc ella cese de latir, cesara tambien la vida nacional. Sin industria y sin capi- tales propios, las ciudades y pueblos de la RepuTblica necesitan de la cam- pana del productor, del consumidor, a la vez para vivir y progresar. Es en balde que no ahora, sinio siempre, nos liayainos embriagado con las ricas apariencias de nuestras ciudades; ellas nada son y nada tienen sin los campos, lioy ycrmos, iay! no abandoriados, sino ocupados por cl in- saciable Saturno dc la guerra civil" 63 dice en "La Paz" cin 1870.

    62 Leg. Esc. op. cit., pp. 37, 51, 110, 122 y 117 y "El Siglo" del 21 v 22 de septiembre de 1867.

    63 Op. cit., Lrg. Esc., pp. 54, 52, 31-2, 58-9 y col. dcl diario "La Paz". Las con sideraciones dc Varcla sobrc las finanzas son prescindibles y se inspiran crn an ini.viddualisro mancalesterialio quc por ejCmrilo le hacen temer que 1a aplicaci6n del

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  • Jose Pedro Varela, .. 349

    1 Que uruguayo no reconoce este cuadro, todavia en el siglo xx! E'? alma se entristece en cuanto se aleja uno de las alegres quintas que forman los alrededores (de Montevideo) m'as alla empiezan primero, los campos torpemente cultivados, sin tin 'arbol, casi desiertos, para seguir despues la campana, mas despoblada au'n, en la que pasta el ganado semisalvaje", "criizanse leguas y leguas de desierto en nuestra campana en ei que solo se encuentra de vez en cuando, algu'n ranclho solo, aislado, sin uni arboli sin una flor, sin una planta". 6

    La idea de Varela sobre la estratificacion social de su tiempo resutta especialmente de la polemica que sostienle con el Dr. Lucas Herrera y Obes eni 1868. A juicio de) 'ste una escuela pu'blica comuin fomentara cl stnculotismo y yro creo que es necesario coniservar las clases sociales en cuanto son necesarias para la conservacion de la sociedad. .. ". cree usted que necesitamos mezclarnos en la escuela con el campesino o proletario para hacerlo nuestro amigo de la infancia?"

    Varela contesta admitiendo la existetncia de las clases sociales yr su antagonismo, yr seinalando el papel que asigna a la escuela comuin. "Yo no quiero fomentar el sanculotismo; al contrario quiero 'destruirlo... la gratn misio6n de la escuela comutn es levanitar el populacho al nivel del pueblo; es hacer de ese elemento de desorden y exterminio, un elemento de orden y progreso." Critica fuertemetite el "aristocratisimlo absurdo de las clases elevadas" y termina "nuestra existencia sera siempre en rnedio del desquicio y del caos, mientras que todos los' hombres no vayanl a pre- pararse para la Rotpublica. .. en la escuela comurn". 6"

    Obse'rvese que Varela piensa a -la escuela cormo unr instrumento a largo plazo para terminar con las clases, o por lo menos su antagonismo, pero esto no presupone urm estricto pensamiento politico-democratico de aplicaci6n inmediata. "Para nmi el salvaje, cualquiera que sea el color de su- pais, llamase el negro en los Estados Unidos, el gaucho en la Repii- blica Oriental, roto o huaso en Chile, el pampa en la Repumblica Argentina, elguarani en el- Paraguay, no forma parte de la asociacion politica. A este respecto, me parece que se confunden los derechos sociales yr los poli-

    regimen de pasividads esa "la puerta Ac entradal de una especie de comnunismo dis- frazado, cuyos efectos sobre la mioralidad son iincalculables", p. 107, op. cit.

    64 Leg. esc., op. cit., pp. 52 y 56. 65 Esta polemica interesantisima mereceria transcribirse enteramente. Fue pu-

    blicada en "El Siglo", del 8 y 10 de octubre de 1868 y ha sido recien tratada por Di Giorgi, op. cit., pp. 70-73; Jesualdo, op. cit., p. 81 y Rama, C., "Educacion y Sociedad DemocrAtica", Mont., Nuestro Tiempo, 1955, p. 5.

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  • 350 Revista Mexicana de Sociologia

    ticos" (aquellos son), desgraciados que por causa de la mala organizacion. de las sociedades, nacen crecen y mueren sin tener de hombres mas quo la figura. 66

    En La educaci6on del pueblo, en ei capitulo "La educacion en la do--- mocracia", despues de afirmar que "ei gobierno democraXtico republicano, sin duda el mas perfecto de todos los que los hombres han adoptado'> explica ampliamente de que manera la educacion har'a posible la (lem(- cracia en el Uruguay. "Sin (la educacion) la Repuiblica desaparece, ,- democracia se hace imposible y las oligarquias disfrazadas coli el atav-ie y el titulo de Repub]lica, disponen a su antojo del destinio de los puieblos y esterilizan las fuerzas vivas y portentosas que todas las nacioines tielnen en si mnismas." 67

    Entrando al estudio de los grupos sociales del UJruguay, Varela hace tres observaciones importantes: a) el estudio de los gruipos parasitarios; b) la significacion de "caudillos" y "doctores" y c), caracteristicas de los abogados. En La legislacion escolar despues de mostrar los grupos pro- ductores, a saber: jornaleros, comerciantes, estancieros, agricultores pro- pietarios y profesiones liberales, examina a los parasitos, que "consumen mas de lo que producen o que consumen sin producir".

    Esos grupos -a los que Varela llama clases-- son "en primer ter- mino el paisano, entendiendose por tal nlo solo el habitante pobre dc inuestros campos, sino tambien al hijo (lel pais que es peon en las ciudades", pues en la paz "permanece estacionario, sin ahorrar ni formar cafpital"' y en las guerras civiles es un factor de destruccion. El segundo gruppo parasito es el formado por "todos aquellos que viven del Estado, con excepcion de los empleados de la Instruccion Pu'blica". ,8

    El Prof. Ganon estima que el. analisis de Varela sobre la relacio6n "caudillos" y "doctores" aplica las reglas del mnetodoi tipologico. 69

    "Caudillos" y "doctores" simbolizan respectivamente "la anarquica arbitrariedad de las influencias de campan'a" y "la tendencia oligarquica de una clase que se cree superior". Los caudillos "son efecto, pero no causa del estado social de ntuestra campana", pues "el caudillaje es la

    66 Impresiones de Viaje, op. cit., pp. 144-145. 67 Op. cit., pp. 76 yl 82. 68 Leg. esc., pp. 62 y 67. Ya en 1865, en La Revista Literariac, decia: "Po1itica-

    mente considerados, los gauchos son elemnentos disolventes... Considerados econ6- micamente, los gauchos son masas simplemente consumidoras... Son los Paraisitos de los romanos, etc.", N9 13 del 30 de julio de 1815.

    69 Op. cit., p. 151.

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  • Jose Pedro Varela,... 351

    forma de gobierno primitivo que se adapta al estado social de niuestra campanai. Hasta aqui es Sarmiento, ya recogido por Varela en 1867 en su folletin de "El Siglo" sobre "poetas y caudillos".

    Pero "Los pomposos programas rveolucionarios de los caudillos, los decretos firmados por esos mismos caudillos, las leyes puestas en vigencia por dictaduras militares y toda la decoracion civilizada con que se cubren entre nosotros... ban sido y son auin obra de los quq recibieron su espi- ritu e ilustracio6n en las bancas universitarias": los "doctores".

    Los "doctores" son respotisables de la perpetuacio6n del caudillaje, "son las influencias de campa-na las que gobiernan. j Co6mo podria expli- carse ese fenomeno si no fuera por que el espiritu universitario encuentra a.ceptable ese orden de cosas, en que reserv'andose grandes privilegios y proporcion'alidose triunfos de amor propio, que conceptu'a grandes victo- rias, deja entregado el resto de la sociedad al gobierno arbitrario de in- -fluencias retrogradas? 70

    Los grupos ilustrados al actuar en esa formna traicionan los intereses uiacionales y de la cultura, y son inspirados por su aristocratismo y la for- mllacion perniciosa que reciben en la Universidad cuyas ensefianzas espi- ritualistas son insuficientes y extraviadas. Varela deriva entonces a Ja critica de la Universidad uruguaya de la 4poca. Las paginas de La legis- Iaci6n escolar dedicadas a ese tema fueron las m'as criticadas por Carlos Maria Ramirez, la prensa de la epoca y hasta sus mismos biografos Berra , Herrero y Espinosa. Sin embargo, como observa Ardao, "Cuando la critica de Varela se produce, ese tipo de Universidad caducaba, y aquella critica contribuy6 decisivamente a promulgar esta caducidad ... Varela serai el inspiradoii y ,promotor, ya que no el autor (que sera su discipulo Alfredo Viazquez Acevedo), de la reforma universitaria cumplida des- pues del 80... (de ahi) que La legislacion escolar es la piedra angular de la honda renovacion universitaria del imitimo cuarto de siglo." 71

    Cuando se haga la historia de la abogacia en el Uruguay el estudio que Varela hace de este grupo social eln 1876 sera considerada una de las piezas funldamentales. "La suficiencia, el orgullo de casta, el apego soberbio a los privilegios abusivos, hallase concentrado exclusivamente entre nosotros en los agobados." Incluso trata a la profesio6n forense como

    70 Leg. esc., op. cit., pp. 102-103, 82 y 84-5. 71 Ardao, A., "Jose Pedro Varela y la Universidad", Revista "Nuestro

    "ieirnpo", N' 4. 1). 63.

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  • 352 Revista Mexicanc de Sociologsia

    secta y "casta privilegiada", pues dice "es la mas atrasada en sus ideas y la inas presuntuosa", etc. 72

    En el capitulo de la movilidad social, Jose Pedro Varela registra una transformacion que es bien caracteristica de los intelectuales progresistas de su formacion y de su tiempo.

    En 1865 -en la corriente de "los descendientes de la Revolucion de Mayo" y la admiracion de la Revolucion Francesa en su etapa girondina- escribe sobrc las revoluciones diciendo:

    "En todas las epocas y en todas partes del inundo la revolucion hia sido el medio de que se han valido las nuevas ideas, para derrocar las viejas tradiciones, que han simbolizado y simbolizan au'n el atraso y ci despotismo... En tanto que haya despotismos entronizados y que el cri- men se pasee triunfante y que la mentira y el error tengan en su apoyo la fuerza: la revolucion sera el simbolo del progreso." 73

    Durante los afnos 1870 y 1872 en que hace desde "La Paz" una predica de pacificacion general del pais, procurando terminar con la guerra civil endemica, adopta la idea de "la revolucion en las ideas", concepto con que termina el ya citado brindis que pronuncia en "El banquete de la juventud".

    Finalmente, a medida que se, (ledica con mas fervor a la causa de la educacion y desenganado de la politica tradicional, se acerca a nuevas soluciones, adopta el "evolucionismo" de sus nuevas lecturas, Stuart Mill, Darwin, Spencer, etc.

    En La legislacion escolar, afirma "Las transformaciones sociales son lentas y se producen regularmente, a despecho de las mutaciones transi- torias de los gobiernos, mientras continutan obrando las causas generadoras que las producen: en tanto que dejan de producirse cuando esas causas desaparecen, sin que los cambios de gobierno influyan mias que de una manera secundaria, sea en el sentido del bien o del mal." 7

    72 Leg. esc., op. cit., pp. 91 y 98 y 98-103. C. M. Ramirez cuando contesta trata de demostrar el altruismo' de los abogados por ser ellos los autores de la ley de defensa libre de 1868. Vease la opinion de los abogados del siglo xx, en el trabajo del Dr. Luis R. Poncei de Leon, sobre esa disposicion, ed. por Colegio de Abogados, 1950.

    73 "La Revista Literatia", N9 14, agosto 6 de 1865. En el mismo sentido cT citado articulo sobre "La Revolucion espaniola", o los dedicados a Mexiko eni la misma publicacion.

    74 Leg esc., op. cit., p. 25.

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  • Josc Pedro Varela,... 353

    Sociologia de la escuela uruguaya reformadora.

    Se podria escribir toda una "sociologia de la educacion", ordenando las opiniones que sobre el tema educativo realiza Jose Pedro Varela del punto de vista de la ciencia social.

    Por lo pronto -y mucho antes que John Dewey y Fernando de Aze- bedo. 75 -que utilizan nuestros estutdiantes en el siglo xx- caracteriz6 la c(lucacion como proceso social distinguiendola de la educacion propia merite dicha, tal como se iniparte en los establecimientos de ensenanza.

    En 1871 a proposito de la iniciativa de una Escuela de Agricultura manifestaba Varela, "Necesitamos rehacer la educaci6n de la Repuiblica no en el sentido restringido sino en el lato sentido de la palabra; no solo educar al agucho, quc vive en la ignorancia, sino tambien al hombre culto, que vive en la preocupaci6n que es otra forma del atraso; no s6lo con- quistar para el trabajo inteligente las masas de la campana qtle viven en 1, desocupaci6oi y en el abandonio, sino tambicn la poblacion de nuestras ciudades que malgasta sus fuerzas o que se esteriliza en el burocratismo .. . La escuela -agregaba- es apenas cl primer eslab6n de uiia larga cadena del estudio que e hombre solo termina con la existencia y que las socie- dades humanas continuan sin terminio en su peregrinaci6n cterna a travss de los siglos." 6

    Esa idea la retonia en La educacion del pueblo (1874) diciendo cate- goricamcnte: "El hombre es la uinica criatura que necesita ser educada: una generacion educa a la otra, sin que escapen a esa ley de educacion universal, ni aun los pueblos y los individuos que se conservan cn estado de Ia mayor ignorancia." 77

    El prudente Orestes Araujo al hacer la historia de la escuela uru- guaya en 1911, necesita citar previamente a don Miguel Sanchez de la Campa para afirmar: "Se i.nfiere de lo expuesto que no es licito sustraer las cuestiones pertenecientes a la instrucci6n puiblica de las cuestiones que Ilamaremos sociologicas, considerada la significacion de esta palabra, en el modo de estudiar ciertas relaciones y fen6menos humanos." 78

    75 Sociologia de la educacion, Mc6xico, FCE, 1954, 34 ed., cap. Iv, donde se maneja especialmente a Dewey, Piaget, Povifia, etc.

    76 Diario "La Paz", NQ 132, del 24 de agosto de 1871. Posiblemente en pa.r.te estos conceptos vienen de John Lalor, Price ensays, que cita en 1874, en La, eduraci6n del pueblo, op. cit., p. 28.

    77 Op. cit., t., p. 27. 78 IHistoria de la Escuela Uruguaya, op. cit., p. 3.

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    Pero esas ideas lievaban con Varela mas de cuarenta a-nos de difun- didas en el Uruguay. "La cuestion de la educacion --decia cii 1874-- es la mnas iinportante de todas aquellas que pueden preocupat e espiritu, ya que de ella depende ci presente y el porvenir de la hlumanidad, qtue se agitar6a en esta o en aquella esfera, se lanzar'a en esta o eii aquella vla, segun cuales sean los fines que se proponga la educacio6n que hla de formar las nuevas generaciones." -'9

    En una epoca que solo conlcibe la accion politica, expresa "La escuela es la base, el Estado es el eclificio. Grande, de grandisima importancia es, sin duda que los cimientos sean solidos y bien construidos, pero no es de me nos alcance ci niodo como se levante sobre ellos la majestuosa cons- truccion." 80

    El articulo 20 de la ley del 24 de agosto de 1877 declara "obligatoria la ensefianza", en las ciudades, villas, pueblos y distritos rurales donde existan escuelas en relacioti a las necesidades de la poblacion... Io es *tambihn en los cuarteles, carceles, penitenciarlas y hospitales. 8i

    Aparte del ya citado articulo 18 sobre ensenfanza religiosa, la dis- posicio6