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José Manuel Bernal - bernalllorente.files.wordpress.com · y prácticos de otros escritos sobre el año litúrgico, ayude a los pastores a crearse criterios personales correctos,

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José Manuel Bernal

Para vivirN ~

EL ANO LITURGICOUna visión genética de los ciclos y de las fiestas

EDITORIAL VERBO DIVINOAvda de Pamplona, 41

31200 ESTELLA (Navarra)1997

Prólogo

E ste libro no es una reedición de mi Iniciación al a1"io litúrgico. Aquélha servido de base para la gestación y composición de esta nueva

obra en la que, además de tomar en consideración las nuevas aportacio­nes aparecidas en estos últimos doce años, he intentado prestar unamayor atención a la liturgia renovada del Concilio Vaticano II y dar a todala obra un talante más pastoral, más didáctico y más cercano a los agen­tes de la animación litúrgica. Aspectos éstos requeridos, por otra parte,por el estilo de la colección en la que aparece el libro.

La obra de mayor envergadura aparecida en estos últimos años, des­pués de haber sido publicado mi primer libro, es la de Thomas J. Talley,Les origines de l'année litllrgiqlle, Cerf, París 1990. El autor había sido cita­do en mi libro al hacer referencia a un importante artículo suyo publica­do en la revista francesa La Maison-Dieu. Desde aquel momento pudeapreciar el rigor de su investigación y el alto interés de sus planteamien­tos. La lectura del libro, posterior por supuesto al artículo, ha confirma­do mis primeras impresiones y comparto buena parte de sus puntos devista, de modo especial el tratamiento genético del tema. Disiento, sinembargo, en cuanto a las reservas manifestadas por el autor respecto aldesarrollo de las estructuras del año litúrgico que, a mi juicio y a juicio denumerosos expertos, ha caminado de una celebración unitaria del miste­rio pascual hacia unas formas de celebración fragmentada concebidas,no en clave sacramental y mistérica, sino en clave historicista y dramati­zante. Éste es el punto no aceptado por Talley y que, sin embargo, es laclave de interpretación de mi obra. A mi juicio, es tan sorprendente laabundancia de datos que avalan esta línea de interpretación que en nin­gún momento he pensado abandonarla.

Durante estos últimos doce años me ha sido posible hacer un segui­miento de los comportamientos litúrgicos, tanto en el ámbito de lospequeños grupos y comunidades cristianas de base como en el seno deasambleas parroquiales urbanas más numerosas y complejas. Ha sidouna experiencia nueva y enriquecedora. La verdad es que cuando la cele­bración es experimentada desde el lado de los fieles los hechos adquieren

PARA VIVIR EL AÑO LITURGICO S

6 PARA VIVIR EL AÑO LITURGICO

connotaciones nuevas; sobre todo un horizonte más abierto y una pers­pectiva más ajustada. Este hecho ha dado a mis apreciaciones una dimen­sión más realista y más objetiva. He descubierto, además, rincones de larealidad y facetas que hasta ahora desconocía. Estoy seguro de que estacircunstancia ha de garantizar, por mi parte, un servicio más cualificado,más útil y eficaz a los pastores y responsables de la animación litúrgica.

Al finalizar este prólogo querría expresar el deseo de que este libro,que escapa seguramente a los planteamientos directamente pastoralistasy prácticos de otros escritos sobre el año litúrgico, ayude a los pastores acrearse criterios personales correctos, con conocimiento de los apoyoshistóricos y teológicos que están en la base de las estructuras, ciclos y fies­tas del año litúrgico. Desearía que sean estos criterios personales, y no lasrecetas de la hojita pastoral de tumo, los que guíen a los responsables enel montaje y enfoque de las celebraciones. Desearía que los pastores fue­ran capaces de crear celebraciones de calidad, donde las formas de expre­sión, los gestos, los cantos, las palabras, los símbolos, los objetos se libra­ran de la rudeza del lenguaje de la calle y aparecieran dotados de una cier­ta nobleza, capaces de envolver a toda una asamblea en un poderosoclima espiritual cargado de emoción religiosa y libre, por otra parte, deintencionalidades moralizantes y pragmáticas. Desearía, finalmente, queesas formas de expresión tuvieran la fuerza suficiente y el arraigo paratransportar a toda la asamblea a una experiencia profunda del misterio; auna experiencia que fuera, al mismo tiempo, personal y comunitaria,envolvente y transformadora, capaz de provocar nuevas vivencias y deasumir nuevos compromisos.

Pongo punto final a estas palabras dando las gracias a mi esposaMaría Dolores que, con su experiencia y fina sensibilidad, me ha ayudadomuy eficazmente en la composición de este libro sugiriéndome la revisiónde puntos de vista, o la matización de juicios y afirmaciones excesiva­mente tajantes; además, gracias a la última lectura del original que ella hallevado a cabo con ejemplar paciencia, este libro aparecerá sin dudacorrectamente escrito y libre de erratas. Gracias también a los amigos dedentro y fuera de Logroño que me han animado a llevar adelante estanueva obra.

Navidad de 1996José Manuel Bernal

Introducción

E ste libro no es ni una historia del año litúrgico ni una interpreta­ción teológica, pura y simple, del mismo. Tampoco he buscado al

elaborarlo ninguna utilidad práctica inmediata. Ni es un «vademécum» aluso para preparar las homilías dominicales, ni un manual de liturgia. Eneste libro se introducen abundantes datos de tipo histórico, sobre todotestimonios de la tradición, y se incorporan, cuando llega el caso, apuntesque bien pueden servir para elaborar una reflexión teológica más desa­rrollada o para actualizar una vivencia más profunda del misterio deCristo celebrado a lo largo del año. En todo caso, lo que más me ha preo­cupado desde el primer momento es ofrecer al lector una comprensiónglobal y coherente de esa estructura litúrgica que hemos dado en llamaraFio litúrgico, de sus ciclos y de sus fiestas y, más que nada, de la dinámi­ca profunda que lo penetra.

Pero esa dinámica profunda sólo podrá ser percibida mediante unavisión genética. Es decir, era imprescindible descubrir la génesis del añolitúrgico. Ver cómo han ido fraguando sus estructuras, partiendo de unnúcleo original embrionario que, a mi juicio, no es otro que la eucaristíadominical. A partir de ahí, era necesario descubrir el paso de la pascuasemanal, el domingo, a la celebración anual de la misma. Había quedetectar igualmente cómo la pascua, celebrada una vez al año, se consti­tuia en piedra angular de un grandioso edificio cuyos muros no han sidoconstruidos de la noche a la mañana, sino a lo largo de un prolongadoproceso de sedimentación y de asentamiento. Así han ido tomando cuer­po progresivamente la cuaresma y la cincuentena pascual. El último blo­que en aparecer ha sido el ciclo que celebra el nacimiento del Señor.

Hay que tener presente, sin embargo, que este largo proceso de gesta­ción no es el resultado del azar o de una fuerza ciega. Tampoco ha sidoconcebido de manera arbitraria o caprichosa. Ni es producto, comopuede adivinarse, de un genio prodigioso personal que concibiera desdeel principio y de una vez para siempre una estructura de tal envergadura.El año litúrgico es el resultado de una larga experiencia de Iglesia, de unavivencia comunitaria constante y profunda del misterio pascual de Cristo

PARA VIVIR EL AÑO LITURGICO 7

8 PARA VIVIR EL AÑO LITURGICO

y de una necesidad irresistible de expresar tal vivencia en formas cultura­les.

Mi preocupación constante ha sido descubrir las razones profundas,las motivaciones de fondo que han ido animando, sobre todo a lo largo delos primeros siglos, la configuración de edificio tan singular. No ha sidofácil. Ni albergo la pretensión de haber acertado siempre en mis interpre­taciones. Porque ante el dato histórico, simple y descarnado, es posiblemontar sugestivas conjeturas o interpretaciones brillantes que no siemprese ajustan a la realidad. En todo caso, lo que aquí ofrezco es una inter­pretación global del año litúrgico, tanto en su vertiente histórica como enla teológica y espiritual. No sé si se ajusta plenamente a la realidad. Sícreo, sin embargo, que es armónica y coherente.

Con todo, debo dejar claro que mi punto de partida no es ni arbitra­rio ni personal. En el fondo no he hecho sino aplicar la afirmación delConcilio cuando asegura que a lo largo del año la Iglesia celebra el acon­tecimiento pascual de Cristo. Esta idea, que Oda Casel fue el primero enintuir y desarrollar, es la clave de interpretación de todo el libro. En úl­tima instancia, la entera configuración del trabajo responde a esta afir­mación fundamental. De ahí su unidad interna. No obstante, esta de­claración, proclamada por el Concilio como un hecho global, debía seranalizada y verificada en todos sus extremos. Mi trabajo ha consistidoprecisamente en llevar adelante esta tarea.

He dicho que este libro no alberga la pretensión de ofrecer un mate­rial con efectos prácticos inmediatos. Y es cierto. Sin embargo, estoy con­vencido de que, a la larga, la lectura del mismo podrá ayudar a entenderla dinámica y la estructura de los ciclos, la orientación y el contenido delos mismos. Servirá también para comprender el sentido de las fiestas, sucontenido teológico y su significación pastoral. A la postre, podrá iniciara los creyentes en una experiencia cultual del misterio de Cristo, celebra­do a lo largo del año, y a una vivencia leal y comprometida del mismo. Siesto se consigue, mi esfuerzo no habrá sido inútil.

,Indice de recuadros

1. El concepto de tIempo en el Nuevo Testamento 15 27. Etapas en la configuración progresiva delleccio-

2. La era sagrada 19 narío 132

3. Hacia una recuperación de la fiesta 25 28. Criterios para la selección de lecturas bíblicas 134

4. Melitón de Sardes 39 29. Los domingos de la cincuentena 137

5. La resurrección de Jesús como «primicia» 43 30. El leccionario ferial de la cincuentena 140

6. El domingo, «día ecológico» 55 31. Un ejemplo de teología pascual en síntesis 143

7. Sobre la significación del domingo 58 32. El perfil de los domingos de cuaresma desde los

8. Domingos del tiempo ordinario (ciclo A) 62prefacios 155

9. Domingos del tiempo ordinario (ciclo B) 6433. El horizonte de la cuaresma desde los prefacios 158

10. Domingos del tiempo ordinario (ciclo C) 6634. Los domingos de cuaresma 167

11. Apuntes para preparar la homilía 6835. El leccionario ferial de cuaresma 169

12. Los domingos del tiempo ordinario 6936. El ciclo de la manifestación del Señor 175

13. Jornadas especiales suplantan el Día del Señor 7137. Año litúrgico y pluralidad de calendarios 180

14. El poema de las cuatro noches 7838. Navidad: el beso de Dios al hombre 188

15. Apología de una vivencia espiritual de la pascua 8439. Cantos para la celebración 192

16. Laus cerei o Bendición del cirio pascual 9140. Odo CaseL liturgo y mistagogo 199

17. Lecturas del Antiguo Testamento en la vigilia pas-41. Epifanía cósmica 207

cual 94 42. Visión ecologista de la epifanía 211

18. Las lecturas más insistentemente atestiguadas 43. Los domingos de adviento 216por la tradición 95 44. El leccionario ferial de adviento 218

19. Pascua y palabra de Dios 97 45. Santoral del Vaticano II para la iglesia universal 22220. La procesión de ramos 106 46. Santoral. Distribución por continentes 23321. Domingo de ramos 109 47. Santoral. Distribución por países europeos 23522. Jueves santo 111 48. Santoral. Distribución por categorías 23723. Adoración de la cruz 114 49. Santoral. Distribución por épocas 23924. Viernes santo 116 50. Santoral. Distribución por clases 24125. Egeria 119 51. Santoral. Distribución por sexos 24226. Para definir la identidad de las fiestas 130

PARA VIVIRELAÑOLITURGICO 259

,Indice general

Prólogo 5

Introducción 7

IESTRUCTURA

ANTROPOLÓGICA

1. Rituales sagrados y regeneración del tiempo 11

1. Tiempo y eternidad 12

2. Tiempo y duración 13

3. Tiempo mítico e historia 13

4. Tiempo sagrado y tiempo profano 14

5. Tiempo sagrado y tiempo cósmico 14

6. Arquetipos míticos y rituales sagrados 17

7. Repetición ritual y regeneración del tiempo 18

8. Regeneración del tiempo y vuelta a los orí-~n~ 18

9. Relectura cristiana. Recapitulación 20

2. Un tiempo para la fiesta y para la lucha 23

1. ¿Es hoy posible la fiesta? 24

2. Festividad y fantasía 26

3. Afirmación de Dios y afirmación del hombre 27

4. Afirmación del futuro y crítica del presente 28

5. Pseudotrabajo y pseudofiesta 29

6. Fiesta y juego. Gratuidad 31

7. La fiesta es exuberante 32

IIFUNDAMENTOS

Y PRIMER DESARROLLO

3. La pascua, acontecimiento y proyecto de futuro 37

1. El acontecimiento pascual 37

2. La pascua como transformación de la existencia 38

3. La pascua de Jesús, utopía y promesa 40

4. La pascua como proceso de liberación 42

5. Ritualidad y militancia 43

6. Celebración pascual y vuelta a los orígenes 45

7. Celebración pascual y anticipación del futuro 45

8. Celebración pascual y transformación delpresente 46

4. El día del Señor 49

1. ¿Por qué el primer día de la semana? 50

2. Día de la asamblea eucarística 52

3. Celebración semanal de la pascua 56

4. Descanso dominical y sociedad de consumo 58

5. Día del Señor: vuelta a los orígenes yesca·tología 61

6. Nuevos planteamientos pastorales 67

5. La fiesta original: la pascua 73

1. De la pascua semanal a la pascual anual 73

2. ¿Una fiesta de primavera? 74

3. La pascua como espera escatológica 77

PARA VIVIR EL AIVO LITllR(,/(U 261

4. La pascua como «memoria mortis» 79 III

5. La primera reflexión teológica sobre la pascua 81 CONSOLIDACIÓN

6. Interpretación espiritual de la pascua 84GRANDES CICLOS Y FIESTAS

7. «Comer la pascua» y «padecer la pascua» 86 8. La cincuentena pascual 127

1. ¿Una herencia judía? 1276. La celebración de la noche de pascua 89

2. Un tiempo para la alegría 129l. La primitIva celebración de la pascua 89

3. Imagen del reino de los cielos 1342. El bautismo se incorpora a la celebración 90

4. El «gran domingo» 1363. La anexión dellucernario 91

5. Disolución de la cincuentena 1394. La vigilia pascual en el misal de san Pío V 92

a) Acentuación del último día 1395. La reforma de Pío XII 93 b) Fiesta de la ascensión a los cuarenta días 1426. La vigilia pascual en el misal de Pablo VI 95 c) Pentecostés, fiesta de la venida del Espíritu7. Las cuestiones pendientes 96 Santo 144

a) ¿Es realmente la vigilia pascual el centro d) Las dos octavas 145

de la semana santa? 98 6. El «tiempo pascua!» en la nueva liturgia 147b) ¿Polariza de verdad el interés de la celebra-

ción en el banquete pascual? 98 9. El camino hacia la pascua: la cuaresma 149

c) ¿Captan nuestros fieles la dinámica simbó- l. La prehistoria de la cuaresma: primeros apuntes 149lica de la celebración? 99

2. El marco de la cuaresma romana: configura-d) ¿Es demasiado larga la vigilia? 99 ción y estructura 152

a) La preparación de tres semanas 1527. Dramatización del misterio pascual 101 b) Primeros testimonios sobre la cuaresma

l. Misterio pascual y misterio de Cristo 101 romana 153

2. La pascua se fragmenta 102 c) El ayuno romano de siete semanas: la quin-

3. Año litúrgico y anámnesis eucarística 103 cuagésima 154

4. Año litúrgico y símbolo apostólico 104d) Sexagéxima y septuagésima 154

5. Primer desarrollo en tomo a la pascua: el ayuno 3. Una experiencia de desierto 156

de preparación 105 a) El ayuno de los cuarenta dias 156

a) El ayuno de dos días 107 b) Desierto y peregrinación 159

b) El ayuno pascual de seis días 110 c) Desierto y teofanías 159

c) El ayuno por los judíos 110 d) La simbología del número cuarenta 160

d) Contienda en tomo a la duración del ayuno 4. Tiempo de penitencia 161pascual 113 5. Dimensión bautismal de la cuaresma 164

6. Configuración de la semana santa 119 6. La cuaresma después del Vaticano II 1667. ¿Enriquecimiento o deterioro? 121

8. La nueva semana santa ¿vino nuevo en odres 10. El ciclo de navidad: orígenes 171

viejos? 123 1. ¿Un nuevo ciclo distinto del de pascua? 171

262 PARA VIVIR EL AÑO LlTURGICO

2. ¿Una fiesta de invierno? 174 6. Actualización de la venida del Señor y espe-

3. Una sola fiesta con dos nombres y dos fechas 181 ranza 217

a) La fiesta de navidad 181 7. El misterio de Cristo en el tiempo: hasta queél venga 217

b) La fiesta de epifanía 1838. Los modelos de la esperanza mesiánica 218

4. Trasvase de fiestas y de fechas entre oriente yoccidente 185 14. Los testigos de la resurrección: mártires y

santos 22111. La fiesta de navidad: alcance y contenido 187 1. Culto a los santos y misterio pascual 225

1. El misterio de Dios hecho hombre 187 2. La memoria de los mártires 2282. Navidad celebra la gloria del hombre-Dios 190 a) Los primeros testimonios 2283. Los desposorios de Dios con el hombre 191 b) Del culto a los difuntos a la «memoria4. Dios se ha hecho hombre para que el hombre martyrum» 229

se haga Dios 193 c) Consolidación del culto a los mártires 231

5. Divinización. Regeneración. Liberación 195 d) Justificación del culto a los mártires 232

6. El «hoy» de la celebración natalicia o la pre- 3. Desarrollo del culto a los santos 233sencia del misterio 197 a) Culto a los ascetas, a las vírgenes y a los

obispos 23312. Epifanía y manifestación del Señor 203

b) Del culto local al culto universal 2341. La adoración de los magos 204

4. Conflicto entre santoral y ciclo cristológico 2362. El bautismo de Jesús en el Jordán 206

5. El santoral del Vaticano 11 2383. Bodas de Caná 209

4. La manifestación del día cuarenta: hypapante 211 15. Las fiestas de la Virgen María 245

1. Los orígenes 24513. Adviento: a la espera de la venida del Señor 213 2. Las primeras fiestas 247

1. Ilustración histórica 213 3. El desarrollo de la piedad mariana en la edad2. Espíritu y dimensión del adviento hoy 215 media 249

3. Adviento y esperanza escatológica 215 4. El culto a la Virgen desde la perspectiva del

4. Adviento y compromiso histórico 215 Vaticano 11 250

5. El adviento entre el acontecimiento de Cristo Final: Cristo ayer, hoy y siempre 253

y la parusía 217 Índice de cuadros 259

PARA VIVIR EL AÑO LITURGICO 263