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54 Revista Española de Defensa Mayo 2019 [ entrevista ] Jorge Domecq, director ejecutivo de la Agencia Europea de Defensa «Lo fundamental es saber en qué invertir y cómo hacerlo» Considera que uno de los papeles más importantes de la EDA es armonizar las necesidades y las especificaciones técnicas de varios países para promover desarrollos comunes J ORGE Domecq es plena- mente consciente del signifi- cativo papel que la Agencia Europea de Defensa puede y debe jugar para hacer rea- lidad una autonomía estratégica europea. Al frente de este organismo desde febre- ro de 2015, en estos años ha visto cómo los Estados miembros aumentaban las competencias de la Agencia como instru- mento capaz de ayudar en el desarrollo de las capacidades europeas. Este diplo- mático jerezano de 58 años, que ha sido asesor de dos ministros de Defensa es- pañoles y director del gabinete de Javier Solana cuando era secretario general de la OTAN, considera que medidas como la Cooperación Estructurada Permanen- te (PESCO) o la Revisión Anual Coor- dinada (CARD) o el Fondo Europeo de Defensa (FED), son claros ejemplos del firme compromiso de algunos países — entre ellos España— por consolidar la Europa de Defensa y garantizar la segu- ridad de sus ciudadanos. «Podemos in- vertir más y mucho y hacerlo mal». Por eso, añade, «lo importante es determinar en qué se invierte, aumentar la rentabi- lidad mediante programas concretos de cooperación y que los Estados cumplan lo acordado». —¿Cómo valora los avances en la Eu- ropa de la Defensa? —El primer gran paso es que los países de la Unión Europea han aceptado el concepto mismo de autonomía estratégi- ca; otra cosa distinta es la interpretación que se hace de este concepto. Yo creo que lo importante es que dejemos de hablar de autonomía estratégica y em- pecemos a planificarla, a asegurar que Europa pueda ser un actor global en un mundo mucho más competitivo. Y, en este momento, la única manera de con- seguirlo es mediante la cooperación: nin- gún estado miembro de la UE, y menos de aquí a cinco o diez años, va a tener la masa crítica suficiente como para asegu- rar una autonomía estratégica propia si no es conjuntamente con los otros esta- dos miembros de la Unión Europea. Es decir, cooperación en defensa y autono- mía estratégica son dos conceptos intrín- secamente relacionados. Tras la presentación de la Estrate- gia Global por Federica Mogherini en el año 2016, ha habido un reconoci- miento de que Europa tiene que estar en posesión de capacidad no solamente de proyectarse en crisis y ayudar a sus socios en países vecinos, sino también de proteger a sus ciudadanos y sus te- rritorios. Y eso se ha traducido en una serie de iniciativas que son piezas de un mismo marco coherente, como el Plan de Desarrollo de Capacidades, la Revisión Anual Coordinada, la Coope- ración Estructurada Permanente o el Fondo Europeo de Defensa. Ahora, lo que tenemos que hacer es aplicar estos instrumentos e integrarlos en nuestros sistemas nacionales de planeamiento. —Es usted director ejecutivo de la EDA desde hace cuatro años. ¿Cómo ha vivido este tiempo? —Es un periodo en el que el número de cometidos que los Estados miembros han encomendado a la Agencia ha crecido mucho. La Estrategia Global establecía «Es crucial que dediquemos fondos a proyectos de tecnología e I+D dentro del marco de la PESCO»

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54 Revista Española de Defensa Mayo 2019

[ entrevista ]

Jorge Domecq, director ejecutivo de la Agencia Europea de Defensa

«Lo fundamental es saber en qué invertir y

cómo hacerlo»Considera que uno de los papeles más importantes de la EDA es armonizar las necesidades y las especificaciones técnicas de

varios países para promover desarrollos comunes

JORGE Domecq es plena-mente consciente del signifi-cativo papel que la Agencia Europea de Defensa puede y debe jugar para hacer rea-

lidad una autonomía estratégica europea. Al frente de este organismo desde febre-ro de 2015, en estos años ha visto cómo los Estados miembros aumentaban las competencias de la Agencia como instru-mento capaz de ayudar en el desarrollo de las capacidades europeas. Este diplo-mático jerezano de 58 años, que ha sido asesor de dos ministros de Defensa es-pañoles y director del gabinete de Javier Solana cuando era secretario general de la OTAN, considera que medidas como la Cooperación Estructurada Permanen-te (PESCO) o la Revisión Anual Coor-dinada (CARD) o el Fondo Europeo de Defensa (FED), son claros ejemplos del firme compromiso de algunos países —entre ellos España— por consolidar la Europa de Defensa y garantizar la segu-ridad de sus ciudadanos. «Podemos in-vertir más y mucho y hacerlo mal». Por eso, añade, «lo importante es determinar en qué se invierte, aumentar la rentabi-lidad mediante programas concretos de cooperación y que los Estados cumplan lo acordado».

—¿Cómo valora los avances en la Eu-ropa de la Defensa?—El primer gran paso es que los países de la Unión Europea han aceptado el concepto mismo de autonomía estratégi-ca; otra cosa distinta es la interpretación que se hace de este concepto. Yo creo que lo importante es que dejemos de hablar de autonomía estratégica y em-pecemos a planificarla, a asegurar que Europa pueda ser un actor global en un mundo mucho más competitivo. Y, en este momento, la única manera de con-seguirlo es mediante la cooperación: nin-gún estado miembro de la UE, y menos de aquí a cinco o diez años, va a tener la masa crítica suficiente como para asegu-rar una autonomía estratégica propia si

no es conjuntamente con los otros esta-dos miembros de la Unión Europea. Es decir, cooperación en defensa y autono-mía estratégica son dos conceptos intrín-secamente relacionados.

Tras la presentación de la Estrate-gia Global por Federica Mogherini en el año 2016, ha habido un reconoci-miento de que Europa tiene que estar en posesión de capacidad no solamente de proyectarse en crisis y ayudar a sus socios en países vecinos, sino también de proteger a sus ciudadanos y sus te-rritorios. Y eso se ha traducido en una serie de iniciativas que son piezas de un mismo marco coherente, como el Plan de Desarrollo de Capacidades, la Revisión Anual Coordinada, la Coope-ración Estructurada Permanente o el Fondo Europeo de Defensa. Ahora, lo que tenemos que hacer es aplicar estos instrumentos e integrarlos en nuestros sistemas nacionales de planeamiento.

—Es usted director ejecutivo de la EDA desde hace cuatro años. ¿Cómo ha vivido este tiempo? —Es un periodo en el que el número de cometidos que los Estados miembros han encomendado a la Agencia ha crecido mucho. La Estrategia Global establecía

«Es crucial que dediquemos fondos

a proyectos de tecnología e I+D dentro del marco de la PESCO»

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El director ejecutivo de la EDA explica que tras la elaboración de la Estrategia de Seguridad europea, en 2016, «los cometidos de la Agencia se han incrementado en cantidad y calidad».

primera, establecer los instrumentos que permitan priorizar el esfuerzo de defensa en Europa, para lo que había que deter-minar qué capacidades y tecnologías son necesarias (algo que la UE ha consegui-do con la elaboración del Plan de De-sarrollo de Capacidades y de la Agenda Global de Desarrollo de Tecnologías) e identificar aquellas actividades industria-les que queremos preservar en Europa para no depender de terceros países. Y esta primera función ya es una realidad.

La segunda es conseguir que la Agen-cia se mantenga como la plataforma principal de apoyo a los programas de cooperación de capacidades en materia de seguridad y defensa en Europa. En este momento hay unos 100 proyectos ad hoc que están siendo desarrollados en la Agencia y, por referirme al porfolio de ellos en el ámbito de investigación tec-nológica, se han incrementado tanto en su valor como en su número en un 25 por 100 en los últimos cuatro años. Y la tercera gran misión es la de actuar como interfaz o como enlace entre los ministe-rios de Defensa y las políticas que a nivel europeo se desarrollan en distintos cam-pos. Y donde hubiera fondos implicados, que actuáramos como operador central o como gestor de esos fondos.

—¿Hay ya ejemplos de este cometido?—Sí, varios. El caso de Cielos Abiertos es un buen ejemplo: se trata de un pro-grama civil puesto en marcha hace ya varios años por la UE y cuya aplica-ción era fundamental para las Fuerzas Aéreas (primera «compañía aérea» de Europa en número de aviones) pero en cuyo desarrollo inicial no se habían teni-do en cuenta las necesidades operativas y de entrenamiento de defensa. Ahora, en la Agencia consolidamos las posicio-nes que los Ejércitos del Aire tienen y nos aseguramos de que la Comisión las tenga en cuenta a la hora de emitir sus regulaciones. Y, al mismo tiempo, cuan-do había fondos que pudieran pagar la modernización de algunos de nuestros sistemas aéreos o de nuestras bases tam-bién hemos asegurado el acceso a los Mi-nisterios de Defensa a estos fondos. Hay muchos otros ejemplos de ámbitos en los actuamos de interfaz, como de la energía utilizada por las Fuerzas Armadas, el de la seguridad marítima, el espacial, el de las utilización y transporte de sustancias químicas, etcétera.

dos requisitos para que la Defensa euro-pea diera un auténtico salto cualitativo: uno era la utilización de fondos del pre-supuesto de la Unión para defensa y el otro, potenciar la EDA, porque lo cier-to es que hasta 2016, la Agencia —que el próximo mes de junio cumple quince años— no había sido utilizada en su ple-nitud. Y eso fue así por decisión de los Estados miembros. Sin embargo, ahora sí hay una clara intención de utilizarla en su plenitud.

Por ello, el reto más importante para mí en estos cuatro años ha sido adaptar la Agencia a estas nuevas misiones que nos han encomendado. Y lo hemos conse-guido centrándonos en tres misiones. La

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[ entrevista ]

—¿Cuáles son los principales proyec-tos que desarrolla la Agencia Europea de Defensa en este momento? —Hay cuatro ámbitos prioritarios en los que el Consejo Europeo nos ha pedido que nos concentráramos: el desarrollo de un dron estratégico, el Euromale; el esta-blecimiento de un programa de comu-nicaciones satelitales gubernamentales (GOVSATCOM); la creación de una serie de programas para el reabasteci-miento en vuelo, siendo el más señero el de la flota encabezada por los Países Bajos con el programa MMF de aviones cisterna (Strategic Tanker Capability); y el ámbito ciber, donde promovemos varios programas ad hoc.

—¿Se pone un tiempo máximo para conseguir las capacidades?—El plazo de desarrollo de cada pro-yecto lo determinan los países que par-ticipan en él. Lo que sí intentamos desde la Agencia es acortar cada vez más los tiempos desde la incubación hasta el mo-mento de ejecución, porque los ciclos de desarrollo tecnológico son, y cada vez lo serán más, muy rápidos y tenemos que evitar producir capacidades cuyo tiempo de utilización por las Fuerzas Armadas sea muy corto o incluso esté ya supera-do. Este es un desafío muy grande sobre todo con las nuevas tecnologías como la inteligencia artificial, robótica, comuni-caciones, etcétera.

Lo más importante es que tengamos claras las prioridades en las que vamos a centrarnos y esto es lo que hace el Plan de Desarrollo de Capacidades: determi-nar las acciones que se tienen que tomar a corto, a medio y a más largo plazo. Después, el compromiso de los Estados miembros es esencial para que ese calen-dario se respete.

— ¿Hay que invertir más en defensa?—Podemos invertir más y mucho y ha-cerlo mal; lo fundamental es, insisto, saber en qué invertir y cómo hacerlo. Porque en Europa hoy día no faltan capacidades militares, pero la fragmentación de la or-ganización de la defensa entre todos los

estados de la Unión Europea hace que a la hora de la verdad, nuestro esfuerzo se traduzca en la imposibilidad de des-plegar sobre el terreno poco más del 15 por 100 de nuestras capacidades. Por ello, hay una muy firme intención de que el incremento que se está produciendo en los gastos de defensa se dedique a lo que realmente convierta a Europa en un actor más eficaz, capaz de garantizar la seguridad de sus ciudadanos. Y en este sentido, es muy importante que dedique-mos fondos a proyectos que se desarro-llen dentro de la PESCO; en primer lugar porque los Estados que forman parte de ella —que son 25 de los 27 de la UE— quieren llevar a cabo un planeamiento de la defensa integrado, y además, porque uno de los aspectos importantes del com-promiso de la PESCO es que tenemos que invertir más en investigación tecno-lógica e I+D en el ámbito de la defensa. Hoy la diferencia en inversión tecnológi-ca a ambos lados del Atlántico ha pasado de una proporción de uno a ocho, a otra de uno a veinte. Una situación que, si no se revierte, puede afectar a nuestra inte-roperabilidad y a un atraso tecnológico.

—¿Cómo se combina la demanda co-mún con los intereses de las industrias nacionales? —Como más ha ayudado la Agencia en este sentido es armonizando las necesi-dades de un grupo de países (tres, cua-tro, cinco, diez...) y, si se armonizan las especificaciones técnicas, la industria después se pone de acuerdo. Yo siempre he dicho que si vamos hacia una indus-tria de defensa más competitiva en Eu-ropa va a ser a través de cooperaciones transfronterizas donde hay industrias de distintos Estados alrededor de progra-mas, no una industria de defensa euro-pea creada por decreto.

—¿Qué relación mantiene la Agencia con cada uno de los mecanismos de la Europa de la Defensa? —La Agencia elabora el Plan de Desa-rrollo de Capacidades con las aportacio-nes del Estado Mayor; es el secretariado

para la CARD; es el secretario junto con el Estado Mayor de la UE de la PES-CO; y en el Fondo Europeo de Defen-sa podemos actuar en varios aspectos, pero hay uno muy importante que es el de asegurar que su programa de traba-jo corresponda a las prioridades que se han acordado, o sea, analizar y dar una opinión consolidada sobre las propuestas de inversión de la Comisión. Durante la Acción Preparatoria —que es la fase en la que está ahora el Fondo— estamos evaluando las propuestas y, después, de-bemos asegurar que los resultados de la investigación tecnológica sean utilizados en programas desarrollados por los Esta-dos miembros.

—¿Cómo se decide qué proyectos se van a desarrollar dentro de la PESCO? —Creo que los criterios aplicados han funcionado muy bien en las dos primeras tandas de proyectos (ya hay 34 en desa-rrollo). Siempre son criterios objetivos, de eficacia: la Agencia analiza los pro-yectos desde el punto de vista capacitario y el Estado Mayor lo hace desde el ope-rativo. En el caso concreto de la EDA, los criterios son varios: que los proyectos

«Hay una firme intención de aumentar los gastos de defensa para hacer una Europa más segura y competitiva»

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correspondan a las prioridades acorda-das por los estados miembros y a lo de-terminado en el Plan de Desarrollo de Capacidades; que sean coherentes con el plan de planeamiento de capacidades de la OTAN; el grado de madurez del proyecto (si tiene un número suficien-te de Estados para llevarlo adelante y si hay previsiones presupuestarias para desarrollarlo); y si el proyecto duplica lo que ya se está desarrollando en otros ámbitos, incluida la OTAN. Y también tenemos en cuenta el impacto que ese proyecto tiene sobre el escenario capa-citario europeo, es decir, si va a mejorar la posición de la UE para poder ser un actor en el ámbito de la seguridad y la defensa.

—Respecto a España, ¿en qué proyec-tos de la EDA participa? —España está implicada en una trein-tena de proyectos. Yo destacaría como más emblemático el GOVSATCOM, que lideramos; tenemos una posición muy destacada en todo lo relativo a los explosivos improvisados, los IED; y te-nemos un lugar preeminente en el desa-rrollo del Euromale. Y creo que también

puedan lanzar en los próximos años y que puedan desarrollarse en la PESCO o con la financiación del Fondo Eu-ropeo de Defensa. Y también para ir creando lazos cada vez más estrechos entre la industria y los Ministerios de Defensa de aquellos países donde este sector tiene un futuro más prometedor. Desde la definición del proyecto hasta su entrega, la industria debe trabajar de manera muy estrecha con los Estados Mayores, con las direcciones generales de Armamento y de Política de Defensa y con los órganos de investigación tec-nológica e I+D de los Ministerios.

—Actualmente, hay otros dos españo-les en puestos estratégicos para el de-sarrollo de la defensa europea: Pedro Serrano de Haro es vicesecretario ge-neral del Servicio de Acción Exterior y el general Arturo Alfonso Meiriño, director de la OCCAR. ¿Cómo valora la implicación de España en el impul-so a la Europa de la Defensa?—Yo añadiría a estos nombres el del secretario general adjunto para Asuntos Políticos y de Seguridad de la OTAN, Alejandro Alvargonzález. Primero, te-ner este plantel de españoles en puestos clave hace, indudablemente, el trabajo más fácil entre nosotros. Dicho esto, yo siempre insisto en una idea: lo im-portante no son los países sino los pro-yectos, y lo importante también es que España tenga un proyecto —y que creo que lo tiene— para la defensa europea. Hay una vocación europea muy fuerte en España, es uno de los países junto con Alemania y Francia que más está apostando porque la PESCO sea un éxito. Pero hace falta que haya otros so-cios que también empujen en la misma dirección. Lo que sí creo que es impor-tante —y que nos da ciertas garantías de éxito— es que con la PESCO, y por primera vez respecto a todas las formas de cooperación que había hasta aho-ra, los Estados miembros han asumido unos compromisos legales. Y el futuro de la Agencia Europea de Defensa está directamente conectado a la PESCO: si tiene o no éxito será determinante para saber si los países de la Unión Europea nos estamos tomando o no en serio la construcción de una auténtica defensa europea.

Rosa RuizFotos: Hélène Gicquel

es importante el papel de España en el proyecto MARSUR de vigilancia marí-tima donde somos uno de los 19 países que están presentes. Sin duda, España tiene un papel relevante, pero todavía hay campo para incrementar su coope-ración en la Agencia.

—A finales del próximo mayo se cele-bra FEINDEF, la primera Feria Inter-nacional de Defensa que se organiza en España. ¿Qué representa para la industria europea y española?—Será una muy buena ocasión para ex-plorar oportunidades de colaboración con otras industrias europeas, para in-centivar la cooperación transfronteriza en los programas o proyectos que se

«España es uno de los países que más

está apostando porque la PESCO

sea un éxito»