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Lengua castellana y Literatura I. El discurso literario I.“Cambio de guion ”
Nombre del alumno/a: Jiménez Serrano Manuel Jesús LC I Tarea Global 1
Vas a cambiar el desenlace trágico de la obra, retomando el acto III. Para ello, respeta las siguientes fases:
Elabora un guion o esquema con tu nuevo desenlace. Intenta mantener en lo posible las características del lenguaje de los personajes ( Calisto y Melibea utilizan un lenguaje culto, sin embargo los criados y las prostitutas emplean refranes, f rases hechas e incluso palabras malsonantes. Celestina tiene los dos registros: culto y popular). Recuerda que es una obra de teatro y, por lo tanto, no hay narrador. Para describir el lugar, quién entra y sale, cómo deben hablar los personajes, etc, debes utilizar las acotaciones.
1
Nuevo desenlace de “la Celestina”, guión literario de cine, ejemplo:
INT/POSADA BURDEL DE CELESTINA/NOCHE
Dos mozos jóvenes entran en la posada y burdel de Celestina.
SEMPRONIO
Vamos presto Parmeno, que tenemos que fablar con doña Celestina de esta nuestra empresa.
PARMENO
Si Sempronio, presto voy, y la conveniencia es de pocos ojos a vos y un servidor nos vean, pues ojos que no ven, el coraçon no siente.
SEMPRONIO
Mucha verdad dices Parmeno.
CELESTINA
¿Qué os trae de nuevo por aquí?, Muchachos. La realidad es que no quisiera veros, pues desta guisa nada bueno nos face.
SEMPRONIO
Aquí os traemos buenas nuevas señora. Y lo prometido es deuda ¡aquí tenéis! los 100 maravedíes prometidos. Mi amo y señor Calisto nos diole para que vos logréis tan ardua tarea. Su coraçon desbocado en el pecho, solo de pensar en los favores y placeres por venir de tan bella doncella.
2
CELESTINA
En verdad os digo que no corresponde a tan grande tarea tan poco oro. ¡Y si no es de su agrado!, ¡y si porfiara por la honra!, ¡por Dios, que ni por un momento quiero pensarlo!
PARMENO
Vamos gentil señora en empresas más ruinosas has batallado, y a buen puerto llegado, ¡si los virgos maltrechados fablasen!, danos de beber y aquellas doncellas graciosas dejadlas venir.
CELESTINA
¡Calla insensato!, ¡que sabrás!, ¡No se como me he dejado embaucar!, par de ¡malandrines!, ¡rufianes!, ¡mal nacidos! (Gritando) ¡Elicia!, ¡Areusa! traed comida y vino a estos gentiles mozos y dadles consuelo a lo que os digan.
EXT/CASA DE MELIBEA/DIA
Celestina llegase a la casa de Melibea para acometer el trato contraído con Calisto amo y señor de Patronio y Parmeno por el que tiene que convencer a Melibea para que dele al enamorado los favores pretendidos y con ellos soñados.
MELIBEA
¡Buenos días señora, que trae a su merced por aquí!
CELESTINA
Traigole tan dulce recado, que no solo podrás más que facer lo requerido. Para mí quisiera tal deleite, pues a la misma vez gocen los sentidos, se colman los bolsillos.
3
MELIBEA
¡Fable usted señora!, que el tiempo oro es.
CELESTINA
¡De oro!, de oro vengo fablar.
MELIBEA
¡Ho! gentil señora, esas palabras sonamen a cual canto de jilguero en el jardín. Pero... ¡proseguid!
CELESTINA
Bueno mi dulce señora. Hay cierto caballero poco agraciado en espíritu y ... bueno me ha encomendado para vos estos 50 maravedíes por vuestros favores.
MELIBEA
¡No se! ,¡no se!, lo que pedís complicado lo veo, aunque... la bolsa es muy tentadora, pero...¡Hay madre!, no sé que debería de facer.
CELESTINA
¡Dejádmelo de mi cuenta!, mi señora, vos solo venid a la posada a las ocho. Que yo con gran presteza y discreción lo preparo todo.
MELIBEA
Diosle a tan gentil señor que a las ocho estaré muy a pesar mío. ¡Pero por Dios, discreción! ¡Id con Dios!
INT/POSADA BURDEL DE CELESTINA/DIA En el interior de la posada entre risas y jolgorio los dos mancebos esperan ansiosos
4
la venida de Celestina.
PARMENO
¡Mira Sempronio! ya llega la vieja alcahueta.
SEMPRONIO
¡Calla, calla! a ver si sus buenas es deleite para nuestros oídos.
CELESTINA
Mis niños, ¡id presto! y decidle a vuestro señor que sus esperanzas serán realidades, que su congoja sea desterrada de su coraçón, pues todo está arreglado. A las ocho y cuarto tiene a su dueña aquí en mi casa. ¡pero venga, a que esperáis!, ¡marchad, marchad!
INT/CASA DE CALISTO/DIA Calisto espera y la impaciencia, sus entrañas consume de dentro a fuera.
CALISTO OFF
Calisto (pensole para sí). ¡Estos necios!, ¡inútiles!, muerto encontrarán a mi desdichado ser, como de un momento a otro no estén al caer.
En este instante llaman a la aldaba de la puerta a la misma vez que escucha
gritos de sus criados.
SEMPRONIO
(Gritando). ¡Mi señor, mi señor!
CALISTO
5
¡Calla bellaco! que te van a escuchar... ¡pero fabla, que faces callado!, ¡cuenta, cuenta!
SEMPRONIO
Mi señor, sus anhelos tienen respuesta, la vieja diosnos que sin fallo en su casa, la bella doncella a las ocho y cuarto será presa de su merced.
CALISTO
¡Qué formas son!, ¡calla esa bocaza o te la cierro para siempre!
CALISTO OFF
(Calisto pensole para sí con impaciencia). Antes moría porque no sabía, y ahora muero porque sé, que desdicha la mía, no cojo en mí. Cual segundos son horas, y las horas días, este maldito reloj no corre.
INT/ALCOBA/POSADA BURDEL DE CELESTINA/NOCHE Celestina preparose todo y Melibea llegose a la posada. En la alcoba con los doseles corridos, Melibea tumbada y desnuda espera la llegada de su enamorado. El caballero entrose el la estancia y ve la silueta de su amada a través de los visillos mientras se va despojando de sus corazas y ricos sayos.
CALISTO
¡Angélica y bendita imagen, no cojo de gozo en mí, cual delicada florecilla!
MELIBEA
Mi señor, presa soy de sus anhelos, facer de mí lo querrais. Pero, ¡Venid, acercaos, no seáis tímido, que mi coraçón palpita de gran deseo!
CALISTO
Apartose los visillos y entrole a la alcoba como Dios lo trajese al mundo.
6
¡Oh, visión fabulosa, esos cabellos como madejas de oro fino, con aroma a hierbabuena, los ojos verdes como esmeraldas de las Indias, esos labios colorados y esa piel blanca que a la nieve envidia da, y ese pecho alto, redondo y ohhh!. En verdad os digo señora mía que no hay hombre en la terra que no se desperece con la visión celestial y a Dios bendigo y besados los maravedíes que por mitad de mi hacienda he dado!
MELIBEA OFF
(Melibea viole y pensole para sí) ¡Rediós,cuanta razón tenía la vieja, cual es, el peor de los agraciados, es que no hay por donde cogerlo!, ¡con esto no puedo!
MELIBEA
¡Mi señor, en verdad os digo que gocéis de los deleites de los que gozo, que es de verte, porque perdonadme ya que quiero que este amor que profesáis siga latente, en más adelante dejaríamos al destino.
CALISTO
¡Peor mi señora descompuesto y... bien compuesto me dejáis!
MELIBEA
Vistiole apresuradamente Melibea le deja en la alcoba la bolsa con el oro, y saliole de la estancia con premura. ¡Lo siento, pero desta indisposición no quite otra, hay le dejo los 50 maravedíes que es su media hacienda por mis mercedes!, ¡Perdonadme por Dios!, ¡y con Dios!
CALISTO
Gritando como cual loco enfurecido que le han quitado una estampa.
7
¡Celestina!, ¡Parmeno!, ¡Sempronio!
CELESTINA
¡Algo no marcha bien, lo sabia!, ¡sabia que no debía meterme en desta guisa!, ¡pero es que no escucháis a vuestro señor!, ¡corred presto, infelices!
Entransen en la estancia los demandados y Calisto espada en mano.
CELESTINA
¡Que son esos gritos mi señor!, ¡qué os ha faecido!
CALISTO
¡Qué desdicha la mía!, y osáis preguntar qué ocurrió. ¡Ocurrió que mi media hacienda no bastó para complacer a tan delicada dama... 200 maravedíes de oro no son lo bastante para esas mercedes, que saboreaba las mieles como que estoy aquí en esta maldita hora!
CELESTINA
¡200 maravedíes decís!, mi señor a mi vuestros criados tan solo me dieron 100, los que yo entregué a tan gentil dama.
CALISTO
Vieja embustera y usurera, aquí tenéis como pago lo acordado.
Diole una estocada en su pecho y arrebatole la vida.
Los mancebos estupefactos por la reacción de su amo
SEMPRONIO
¡Por Dios, mi señor que ha faecido!
8
CALISTO
¡Calla bellacos que sois el perrito que muerde la mano que la da de comer!, ¿Dónde está el oro, mal nacidos?
Diole otra estocada de muerte a Parmeno, el que cae al suelo desamparado. y Sempronio encomendándose al Supremo, en espera de su juicio.
SEMPRONIO
¡Piedad, piedad mi señor!
CALISTO
Esta es la piedad que mereces, ¡toma piedad bellaco!
Fin
9
Escribe ahora un texto teatral para ser representado. Tendrás que omitir todos los elementos narrativos y descriptivos, dejando tan solo el diálogo de los personajes y alguna acotación escénica: sugerencias que ambienten y orienten la representación teatral.
Texto teatral.
ACTO III
Escena 1
Dos mozos jóvenes entran en la posada y burdel de Celestina.
SEMPRONIO
Vamos presto Parmeno, que tenemos que fablar con doña Celestina de esta nuestra empresa.
PARMENO
Si Sempronio presto voy, y la conveniencia es de pocos ojos a vos y un servidor nos vean, pues ojos que no ven, el coraçon no siente.
SEMPRONIO
Mucha verdad dices Parmeno.
CELESTINA
¿Qué os trae de nuevo por aquí?, muchachos. La realidad es que no quisiera veros, pues desta guisa nada bueno nos face.
SEMPRONIO
Aquí os traemos buenas nuevas señora. Y lo prometido es deuda ¡aquí tenéis! los 100 maravedíes prometidos. Mi amo y señor Calisto nos diole para que vos logréis tan ardua tarea. Su coraçon desbocado en el pecho, solo de pensar en los favores y placeres por venir de tan bella doncella.
CELESTINA
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En verdad os digo que no corresponde a tan grande tarea tan poco oro. ¡Y si no es de su agrado!, ¡y si porfiara por la honra!, ¡por Dios, que ni por un momento quiero pensarlo!
PARMENO
Vamos gentil señora en empresas más ruinosas has batallado, y a buen puerto llegado, ¡si los virgos maltrechados fablasen!, danos de beber y aquellas doncellas graciosas dejadlas venir.
celestina
¡Calla insensato!, ¡que sabrás!, ¡No sé cómo me he dejado embaucar!, par de ¡malandrines!, ¡rufianes!, ¡mal nacidos! (Gritando) ¡Elicia!, ¡Areusa! traed comida y vino a estos gentiles mozos y dadles consuelo a lo que os digan.
Escena 2
Casa de Melibea.
MELIBEA
¡Buenos días señora, que trae a su merced por aquí!
celestina
Traigole tan dulce recado, que no solo podrás más que facer lo requerido. Para mí quisiera tal deleite, pues a la misma vez gocen los sentidos, se colman lo bolsillos.
MELIBEA
¡Fable usted señora!, que el tiempo oro es.
CELESTINA
¡De oro!, de oro vengo fablar.
MELIBEA
¡Oh! gentil señora, esas palabras sonamen a cual canto de jilguero en el jardín. Pero... ¡proseguid!
CELESTINA
Bueno mi dulce señora. Hay cierto caballero poco agraciado en espíritu y... bueno me ha encomendado
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para vos estos 50 maravedíes por vuestros favores.
MELIBEA
¡No se! , ¡No se!, lo que pedís complicado lo veo, aunque... la bolsa es muy tentadora, pero... ¡Hay madre!, no sé que debería de facer.
CELESTINA
¡Dejádmelo de mi cuenta!, mi señora, vos solo venid a la posada a las ocho. Que yo con gran presteza y discreción lo preparo todo.
MELIBEA
Diosle a tan gentil señor que a las ocho estaré muy a pesar mío. ¡Pero por Dios, discreción! ¡Id con Dios!
Escena 3
En el interior de la posada.
PARMENO
¡Mira Sempronio! ya llega la vieja alcahueta.
SEMPRONIO
¡Calla, calla! a ver si sus buenas es deleite para nuestros oídos.
CELESTINA
Mis niños, ¡id presto! y decidle a vuestro señor que sus esperanzas serán realidades, que su congoja sea desterrada de su coraçón, pues todo está arreglado. A las ocho y cuarto tiene a su dueña aquí en mi casa. ¡Pero venga, a que esperáis!, ¡marchad, marchad!.
Escena 4
Calisto espera. (pensole para sí). ¡Estos necios!, ¡inútiles!, muerto encontrarán a mi desdichado ser, como de un momento a otro no estén al caer.
En este instante llaman a la aldaba de la puerta a la misma vez que escucha gritos de sus criados.
SEMPRONIO
(Gritando). ¡Mi señor, mi señor!
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CALISTO
¡Calla bellaco! que te van a escuchar... ¡pero fabla, que faces callado!, ¡cuenta, cuenta!
SEMPRONIO
Mi señor, sus anhelos tienen respuesta, la vieja diosnos que sin fallo en su casa, la bella doncella a las ocho y cuarto será presa de su merced.
CALISTO
¡Qué formas son!, ¡calla esa bocaza o te la cierro para siempre!
(Calisto pensole para si con impaciencia). Antes moría porque no sabía, y ahora muero porque sé, que desdicha la mía, no cojo en mí. Cual segundos son horas, y las horas días, este maldito reloj no corre.
Escena 5
Celestina preparose todo y Melibea llegose a la posada. En la alcoba con los doseles corridos, Melibea tumbada y desnuda espera la llegada de su enamorado. El caballero entrose el la estancia y ve la silueta de su amada a través de los visillos mientras se va despojando de sus corazas y ricos sayos.
CALISTO
¡Angélica y bendita imagen, no cojo de gozo en mí, cual delicada florecilla!
MELIBEA
Mi señor, presa soy de sus anhelos, facer de mí lo querrais. Pero, ¡Venid, acercaos, no seáis tímidos, que mi coraçón palpita de gran deseo!
CALISTO
Apartose los visillos y entrole a la alcoba como Dios lo trajese al mundo.
¡Oh, visión fabulosa, esos cabellos como madejas de oro fino, con aroma a hierbabuena, los ojos verdes como esmeraldas de las Indias, esos labios colorados y esa piel blanca que a la nieve envidia da, y ese pecho alto, redondo y ohhh!. En verdad os digo señora mía que no hay hombre en la terra que no se desperece con la visión celestial y a Dios bendigo y besados los maravedíes que por mitad de mi hacienda he dado!
(Melibea viole y pensole para sí)
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¡Rediós, cuánta razón tenía la vieja, cual es, el peor de los agraciados, es que no veo por donde cogerlo!, ¡con esto no puedo!
MELIBEA
¡Mi señor, en verdad os digo que gocéis de los deleites de los que gozo, que es de verte, porque perdonadme ya que quiero que este amor que profesáis siga latente, en más adelante dejaríamos al destino.
CALISTO
¡Pero, mi señora, descompuesto y... bien compuesto me dejáis!
MELIBEA
(Vistiole apresuradamente Melibea le deja en la alcoba la bolsa con el oro, y saliole de la estancia con premura).
¡Lo siento, pero desta indisposición no quite otra, hay le dejo los 50 maravedíes que es su media hacienda por mis mercedes!, ¡Perdonadme por Dios!, ¡y con Dios!
CALISTO
Gritando como cual loco enfurecido que le han quitado una estampa.
¡Celestina1,¡Parmeno!, ¡Sempronio!
CELESTINA
¡Algo no marcha bien, lo sabia!, ¡sabía que no debía meterme en desta guisa!, ¡pero es que no escucháis a vuestro señor!, ¡corred presto, infelices!
Entransen en la estancia los demandados y Calisto espada en mano.
CELESTINA
¡Que son esos gritos mi señor!, ¡qué os ha faecido!
CALISTO
¡Qué desdicha la mía!, y osáis preguntar qué ocurrió. ¡Ocurrió que mi media hacienda no bastó para complacer a tan delicada dama... 200 maravedíes de oro no son lo bastante para esas mercedes, que saboreaba ya las mieles como que estoy aquí en esta maldita hora!
CELESTINA
¡200 maravedíes decís!, mi señor a mi vuestros criados tan solo me dieron 100, los que yo entregué a tan
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gentil dama.
CALISTO
Vieja embustera y usurera, aquí tenéis como pago lo acordado.
(Diole una estocada en su pecho y arrebatole la vida).
(Los mancebos estupefactos por la reacción de su amo).
SEMPRONIO
¡Por Dios, mi señor que ha faecido!.
CALISTO
¡Calla bellacos que sois el perrito que muerde la mano que le da de comer!, ¿dónde está el oro, mal nacidos?
Diole otra estocada de muerte a Parmeno, el que cae al suelo desamparado. y Sempronio encomendándose al Supremo, en espera de su juicio.
SEMPRONIO
¡Piedad, piedad mi señor!
CALISTO
Esta es la piedad que mereces, ¡toma piedad bellaco!
Fin
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Extrae de texto una palabra de cada tres tipos diferentes según su formación (simple, derivada y compuesta) y separa sus componentes (lexemas, morfemas flexivos, morfemas derivativos, etc.). Te será más fácil responder en una tabla como esta:
Palabras escogidas (Indica entre paréntesis el tipo de palabra que es)
Lexema o raíz Morfemas flexivos
Morfemas derivativos
(Simple)
cabellos “cabell-”
“-o-” flexivo de género, (masculino, por el determinante “el cabello”)
“-s” flexivo de número, (plural)
(Derivada)
perrito “perr-”
“-o” flexivo de género,(masculino),
“-o” flexivo de número.(singular)
“-it-“ morfema derivativo sufijo
(Compuesta)
“hierbabuena”
“hierva-”
“-buena”
“-a” flexivo de género. (femenino, por el determinante “ la hierbabuena”
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