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Investigación: Aproximaciones a la configuración de la cultura digital en
la familia mexicana
Presentación del proyecto y de la investigación realizada en México.
El objetivo principal de la investigación fue “Identificar la apropiación de las TIC en la
configuración de la cultura digital entre los miembros de la familia latinoamericana para
comprender los cambios de interacción comunicacional, de fractura generacional, de
vivencia religiosa, de desempeño de los roles de nativos digitales y su incidencia en los
contextos local, nacional, regional y continental de la sociedad globalizada, atravesada por
redes de intercambio de información permanente, y así, facilitar la labor educativa y
evangelizadora”.
Este proyecto de investigación fue programado entre los años 2015 y 2016, patrocinado por
la RIIAL y el Departamento de Comunicación del CELAM, y fue coordinado por la Dra.
Gladys Daza, Directora del CEDAL, con sede en Colombia. Un agradecimiento especial
debe ser dirigido a la Conferencia Episcopal de Estados Unidos que financió este proyecto.
El proyecto global exploró los cambios significativos operados por los dispositivos y
artefactos tecnológicos en la relacionalidad de los miembros de la familia en los diferentes
países del continente. Así, la familia se convierte en un tema de estudio obligado, por cuanto
está en juego su estructura y el mismo concepto clásico o tradicional de ella.
Se ha pretendido la representación de las cuatro regiones del continente: cono sur, países
bolivarianos, centro América y caribe. Iniciaron el proceso diez países, de los cuales por
motivos diversos el proyecto terminó con siete países.
Cada país participante hizo el estudio de su contexto, en cuanto a las características de la
familia, su estructura y sus tendencias para confrontar los resultados cuantitativos y
cualitativos, de acuerdo con la sociedad de la información en que se está inmerso.
Metodología.- En cuanto a la metodología se emplearon instrumentos cuantitativos y
cualitativos.
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La parte cuantitativa se obtuvo mediante la aplicación de una encuesta en línea durante varios
meses. En Cuba, por su situación especial de poco acceso a las tecnologías digitales, se
aplicaron encuestas en físico.
La encuesta.- El diseño de la encuesta en línea estuvo a cargo del Dr. Jorge Hidalgo de
México y se aplicó durante varios meses, fue entregada a más de 7.247 personas y contestadas
por 1.174. El sistema reporta que solo 788 contestaron al 100% todas las preguntas.
En términos de participación: Bolivia 161, Colombia 165, México 340, Paraguay 134, Chile
60 y en Cuba se aplicaron en físico a 420 personas. La encuesta fue respondida por otros
países del continente que no formaban parte de los participantes en la investigación, sin
embargo, sus respuestas fueron tenidas en cuenta para los contrastes y comparaciones
respectivas.
El conocimiento, igual que la investigación tiene un carácter acumulativo, lo cual significa
que cada país hizo un rastreo de los estudios sobre familia hechos más recientemente y pudo
contrastarlos con los resultados de la muestra obtenida. No se trabajó una muestra
estadísticamente representativa del universo, pero se verificaron constantes, tendencias y
cambios importantes en la familia como estudio exploratorio, lo cual lo hace consistente.
En términos generales: 61% de los participantes fueron mujeres y 39% hombres. La media
de edad fue de 33 años. 75% tienen por profesión religiosa, la católica.
Como podrá apreciarse en las conclusiones de los países, la familia del continente está
inmersa en el contexto digital, confirmando así la tendencia global del mundo. La
penetración de la telefonía celular, WhatsApp, Facebook, y el consumo de otros artefactos
tecnológicos tienen índices muy altos.
Hay un reconocimiento generalizado de que las tecnologías digitales contribuyen a la
comunicación intrafamiliar en tiempo real, acortando las distancias con los miembros
migrantes en otros países o regiones. Sin embargo, reconocen que los niños y jóvenes suelen
aislarse, sobre todo, cuando no hay ningún control de tiempo de dedicación, el cual suele ser
de dos a cuatro horas diarias mínimo.
Los que respondieron la encuesta tiene un nivel de estudios alto: licenciatura, maestría y
doctorado. La estructura familiar tradicional se ha modificado en los últimos años, de modo
que la nuclear tiende a disminuir, predominando las familias monoparentales, la fragmentada,
la extensa y la atípica, formada por diferentes grados de parentesco y amistades.
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TODO QUEDA EN FAMILIA: CONFIGURACIÓN DE LA CULTURA DIGITAL EN LA
FAMILIA LATINOAMERICANA. CASO MÉXICO
Jorge Alberto Hidalgo Toledo
Resumen
Hoy nos encontramos insertos en una mediósfera; en un territorio existencial plagado de
medios. Despertamos con ellos, vivimos entre ellos, fluimos por ellos. La vida se ha vuelto
un hipercomplejo sistema de mediaciones, de codificación y búsqueda de sentido a través de
procesos discursivos, comunicacionales. En esa mediópolis se ubica el hombre
contemporáneo; en ese nuevo horizonte, las personas intentan encontrar su lugar en el mundo,
ser en el mundo. Los procesos de mediatización de la vida y la cultura, han llevado al hombre
contemporáneo a generar hábitats de significación; espacios simbólicos de encuentros y
desencuentro mediados por dispositivos tecnológicos; la cultura misma se ha vuelo una
interfaz existencia. La interacción entre sujetos-mundo-realidad- se ha tornado
hipercompleja. Estamos ante un sujeto significante-referencial-simbólico, que nutre su
existencia a través de interacciones mediadas que fluyen de los entornos físicos a los
virtuales, de los virtuales a los simbólicos, de los simbólicos a los existenciales. Estamos ante
una configuración de la estructura familiar y el espacio doméstico, una red de vínculos e
hipervínculos; de nodos comunicantes, de interfaces comunicativas capaces de generar
transformaciones económicas, políticas, culturales, sociales e incluso espirituales. Ante esa
nueva condición humana que fluye en los entornos sociodigitales surgen nuevas preguntas
de orden atropológico: ¿cómo se presenta este nuevo sujeto ante los otros en un mundo
hipermediado? La estructura y dinámica familiar, ¿cómo se ha visto afectada?, ¿qué tipo de
interacciones establecen los sujetos entre ellos a través de estas interfaces culturales que son
4
los medios e hipermediso de comunicación?, ¿en qué medida ha reconfigurado la cultura
digital a la familia latinoamericana? El presente informe es el fruto de un proyecto de
investigación panregional iniciado en el 2014 al conjuntar a un grupo de 13 investigadores
latinoamericanos que fungieron como Nodos Regionales para levantar 7507 encuestas
digitales sobre el impacto de las tecnologías de información en la familia latinoamericana. El
informe ofrece los datos regionales y particularmente de México.
Palabras claves: Mediatización, Nuevos Medios, Familia Digital, Internet, Sociedad de la
información.
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TODO QUEDA EN FAMILIA: CONFIGURACIÓN DE LA CULTURA DIGITAL EN
LA FAMILIA LATINOAMERICANA. CASO MÉXICO1
Jorge Alberto Hidalgo Toledo
Introducción
El desarrollo de la Sociedad del Conocimiento y la mediatización de la vida y la cultura,
exigen un amplio dominio e instrucción tecnológica de la población. Ante ello, se puede
identificar que hay una transformación de las audiencias, particularmente son los más jóvenes
quienes están pasando del consumo de medios a una apropiación simbólica y existencial de
los medios y sus contenidos. Tanto así que hoy se habla de usuarios tecnológicos para los
cuales los medios juegan un rol fundamental en sus vidas. Los más jóvenes del entorno
familiar han encontrado que en el espacio mediático actual converge la cultura popular con
sus principales búsquedas existenciales. Por ello, han integrado en sus prácticas cotidianas
aquellos medios que les convienen, interesan y gratifican, les dan sentido de pertenencia,
promueven el compañerismo, les facilitan interacciones personales y familiares que les
permiten adquirir nuevas percepciones sobre sí mismos y los demás (Morduchowicz R. ,
2008).
Los medios, por tanto, han dejado de ser pequeñas empresas para convertirse en los
sectores industriales que mayor beneficio económico y empleo generan en algunos países.
Han pasado a ser uno de los principales bienes de socialización de la sociedad moderna. Sus
recursos simbólicos y el capital experiencial que generan, promueve actitudes y formas de
conducta que aportan valor (positivo y negativo) a la sociedad (Buckingham, 2008)
Mark Penn, en su texto Media Life (2009) da cuenta de cómo los más entusiastas
usuarios de la tecnología son también los jóvenes que buscan ser los más sociables. Ello
1 El investigador agradece el apoyo y financiamiento dado por el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), la Red
Informática de la Iglesia en América Latina (RIIAL), el Centro de Comunicación Educativa Audiovisual (CEDAL) y
principalmente a la Conferencia Episcopal de Estados Unidos, para la realización de este informe. Jorge Alberto Hidalgo Toledo. Lic. En Comunicación, Maestro en Humanidades y Doctor en Comunicación Aplicada por
la Universidad Anáhuac. Presidente del Consejo Nacional para la Enseñanza e Investigación de las Ciencias de la
Comunicación, CONEICC para el periodo 2012-2015. Titular de la Cátedra Televisa en Innovación en Contenidos y Titular
de la Cátedra FISAC-Anáhuac en comunicación para la responsabilidad ante el consumo. Investigador del Centro de
Investigación para la Comunicación Aplicada (CICA), de la Escuela de Comunicación de la Universidad Anáhuac. Fue
Coordinador de la Licenciatura en Comunicación de la Facultad de Comunicación de la Universidad Anáhuac del 2006 al
2016 y actualmente es Coordinador de Posgrado de la misma Facultad. Es Coautor de los libros: Comunicación Masiva en
Hispanoamérica: Cultura y literatura mediática (2005) y Signo Vital: Comunicación estratégica para la promoción de la
salud (2010). [email protected]
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reforzado por el énfasis puesto en la conectividad que permite estar siempre en línea y romper
con el uso individualista de la tecnología. La tendencia a pensar que la tecnología mantiene
una doble faceta: por un lado aísla a las personas y por otro, amplifica las redes familiares
cada vez se hace más evidente. Basta ver los millones de usuarios que tiene Facebook, que
“contagian” entusiasmos, extroversión y “energía socializadora” a otros para convertirlos en
usuarios y consumidores digitales de dispositivos móviles e inalámbricos. Tal como afirman
Don Tapscott y Anthony Williams (2007) la tecnología está siendo empleada por las familias
como un pegamento social. Ya Roger Silverstone (2004) intuía que desde los medios las
personas se definen, se construyen, se entienden y adjudican la pertenencia; pues desde los
medios el mundo se significa.
Este reporte de investigación nace del análisis de estos nuevos escenarios de uso y
consumo mediático y el impacto que los medios tienen en la configuración de la identidad de
la familia latinoamericana en la era digital.
Si los medios son un laboratorio para la construcción de identidad (Curran, 1988)
entre los medios y los nuevos medios migra la cultura como una entidad dinámica que
interactúa con los consumidores individuales y los otros, operando cambios significativos en
todas las dimensiones de la vida (Jenkins, 2008).
Consumir se ha vuelto una forma de construcción de personalidades e
individualidades; “somos lo que consumimos” y “representamos lo que mediáticamente
recibimos”. Desde los medios se puede ver cómo se reconfigura la cultura; desde las
identidades se puede dar cuenta de los nuevos significados sociales y el capital simbólico que
emplean los miembros de la familia como moneda de cambio. En ese escenario de
negociación de identidad, la tecnología está ocupando un lugar fundamental en el modo de
enfocar la manera de entender el entretenimiento y el ocio; así como en la configuración de
nuevas prácticas comunicativas, vida familiar, planeación de actividades y de participación
social a distancia y en modalidad mediatizada (Tubella, Tabernero, & Dwyer, 2008).
Los medios y las tecnologías de información y comunicación están en el centro de la
experiencia y en el corazón de la capacidad o incapacidad de las personas para encontrarle
un sentido al mundo en el que viven (Silverstone, 2004). Es en esa dialéctica relación medios-
familia-cultura-identidad donde nacen los presupuestos teóricos que guían este informe. Sin
embargo, se hace una clara distinción entre acceso (condiciones para disponer de una
7
infraestructura mediática), uso (referido a la función instrumental del medio), consumo
(ubicados los medios como mercancías que se adquieren e incorporan en la vida cotidiana) y
apropiación (referida a la construcción de sentido; es un ajuste de empatía simbólica que
deriva en extensión de la propia identidad).
El eje que mueve el informe es la afectación tecnológica en la identidad y dinámica
familiar entendida esta como una forma de diálogo social con el fin de identificar, más que
los consumos culturales, quiénes son los nuevos interlocutores sociales y en qué medida han
integrado los medios a su vida.
Así pues, las preguntas que intenta responder esta investigación versan en: ¿quiénes
son los receptores de medios e hipermedios en la estructura familiar de América Latina?,
¿cuáles son sus motivaciones?, ¿a qué tipo de contenidos están expuestos?, ¿qué hacen con
sus experiencias mediáticas dichos consumidores en el entorno familiar?, ¿qué dimensiones
humanas impactan los contenidos mediáticos?, y ¿cómo construyen su identidad las familias
latinoamericanas a partir de su interacción con los medios?
Si la identidad de las personas y su personalidad son producto de la interacción de su
historia particular, su ambiente social y cultural, sus experiencias y encuentros personales y
su interacción mediática e hipermediática, estudiar a los medios, la estructura familiar y las
identidades es adentrarse antropológicamente a los aspectos más significativos de la vida de
las personas; así como al corazón de la esfera familiar, social, cultural y económica de los
países.
La comprensión de las prácticas comunicativas de la familia latinoamericana es
fundamental para entender desde el ámbito académico y profesional las nuevas relaciones
entre los grupos sociales, los modos en que los referentes culturales se traducen en sistemas
personales de regulación conductual, socialización y ubicación personal en el mundo.
Por tanto, el presente informe pretende dar cuenta de la importancia social y
profesional que tiene el estudio del acceso, uso, consumo y apropiación de medios e
hipermedios por parte de las familias latinoamericanas para ir más allá de la revisión
cuantitativa y comprender con esto las condiciones identitarias de los usuarios de las nuevas
tecnologías de información y comunicación.
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La mediatización de la vida y la cultura
La historia de la expansión de la comunicación es la historia de la configuración del mundo;
de los usos, consumos y apropiaciones de los medios de comunicación. Los medios son
vitales en la reconfiguración de la cultura; desde ahí se da cuenta de los nuevos significados
sociales y el capital simbólico que se emplea como moneda de cambio.
La cultura, migra entre los medios e hipermedios, como una entidad dinámica que
interactúa con los consumidores individuales y los otros operando cambios significativos en
todas las dimensiones de la vida. Los medios ya están tan insertos en la vida, siendo en parte
territorio, canal semantizador y horizonte de vida. Hoy se puede ver el paso del medio como
instrumento a la configuración de una ecología mediática, la mediópolis en que las personas
ordenan hoy su vida en relación a dichos procesos de convergencia cultural y mediática. Los
medios son el punto de referencia de los ciudadanos del tercer milenio. Los medios e
hipermedios llegaron a ocupar un lugar fundamental en el modo de enfocar la manera de
entender los procesos económicos, políticos y sociales; así como en la configuración de
nuevas prácticas comunicativas, planeación de actividades y de participación social a
distancia y en modalidad mediatizada.
Hoy se habla de usuarios tecnológicos para los cuales los medios juegan un rol
fundamental en sus vidas, lo que los lleva a tener un mayor compromiso, pasión y dominio
profundo de los nuevos medios. Si cultura, como afirma Néstor García Canclini, es la
instancia en la que cada grupo organiza su identidad (2005), la comunicación mediática se
ha vuelto el vehículo de apropiación de la cultura.
Hoy ante la multiplicidad de medios y nuevas plataformas hipermediales y tras el
fenómeno de fragmentación de audiencias que se vive en el interior de la industria mediática,
se hace notorio conocer, por un lado, los usos, consumos y apropiaciones de tecnologías de
información y comunicación; y por otro, los intereses, necesidades, deseos y percepciones de
las audiencias para dar cuenta, con todo ello, las vías que tienen las personas para proyectar
su yo en el mundo hipermedial.
Los medios e hipermedios han tenido que adaptarse a la exigencia de un público más
complejo, selectivo y exigente que encuentra más formas de evitar los contenidos
publicitarios y que demanda formas novedosas de tomar el control y dejar de lado la
experiencia pasiva, unidireccional y poco interactiva (Livingstone, 2009).
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Los medios han dejado de ser pequeñas empresas para convertirse en los sectores
industriales que mayor beneficio económico y empleo generan en algunos países (Martel,
2011). Han pasado a ser uno de los principales bienes de socialización de la sociedad
moderna. Sus recursos simbólicos y el capital experiencial que generan, promueve actitudes
y formas de conducta que aportan valor (positivo y negativo) a la sociedad (Tapscott, 2000).
Los medios e hipermedios están en todos lados. Las esferas económicas, políticas,
sociales, culturales e incluso religiosas emplean dichas interfaces como mediadoras de sus
prácticas cotidianas. Su empleo en el ámbito educativo, profesional, cultural, entretenimiento
y ocio han llevado a los miembros de la familia a incorporarlas en su día con día.
Cambios generacionales y de audiencias
Hace poco más de veinte años los medios de comunicación masiva dieron un giro radical a
la cultura y sus aproximaciones hipermediales. El nacimiento de la cadena musical MTV
había gestado una generación de usuarios que tenderían a ver el mundo como un videoclip:
edición rápida, historias paralelas, pensamiento no lineal, alteración del contexto visual por
sobre información, la conjunción de discursos: visuales, auditivos y narrativos y
yuxtaposición de texturas y colores. A partir de ahí, los jóvenes consumidores de medios no
volvieron a ser los mismos. Una nueva sintaxis estaba definiendo la estructura gramatical del
consumo mediático. Posteriormente, se categorizó a la Generación click, altamente
familiarizada con el discurso mediático establecido por las computadoras personales, el
nacimiento de la nueva carne en que la máquina y su inteligencia artificial, intentan ser una
reproducción a imagen y semejanza del hombre; la Generación Red que nació y creció
empapada de la lengua de Internet deseosa de hacer extensiva la naturaleza del hombre al
entorno global; y, la Generación M presentada por Donald Roberts en el año 2005 en el
estudio realizado para la Kaiser Family Foundation llamado Generation M: Media in the
lives of 8-18 year-olds. Esta Generación altamente mediatizada, en línea y medianamente
tolerante a los contenidos publicitarios dio paso al registro de My Media Generation; jóvenes
entre los 13 y los 24 años que nacieron y crecieron con los medios interactivos e inalámbricos.
Esta Generación, evolución de la reportada por Roberts, posee un gran número de medios
portátiles propios; adoptaron como suyas las tecnologías de información móvil e Internet;
usan los medios tradicionales únicamente para saber de moda, belleza, celebridades, actitudes
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a imitar; son multitasking y están altamente acostumbrados al engranaje mediático
publicitario. (Hidalgo Toledo J. , 2007).
Nuevas industrias, nuevas tecnologías de información, nuevos medios, nuevos
consumos, nuevas generaciones, nuevos usos…
Videos, dispositivos electrónicos, televisión y radio satelital, computadoras
personales, Internet, son parte de las transformaciones que han afectado cualquier aspecto de
lo que hoy se hace. Hoy, los mercados globales, la economía digital, el dinero electrónico, la
comunicación instantánea y electrónica, las transmisiones satelitales se entrelazan como un
grito para confrontar el silencio eterno y celebrar la mundialidad. Pensar la globalización
lleva, como apunta Anthony Giddens (2005) en un ver lo de afuera, para sumergirse en lo de
adentro; en un contemplar la transformación que se vive en el interior de los sistemas
familiares, los valores humanos y las afectaciones directas e indirectas en la persona humana.
Las presiones hacia arriba y hacia abajo confrontan las identidades. Fluyen nuevas voces
ideológicas desde el corazón mismo de las industrias culturales. Una nueva conquista se está
llevando a cabo: la conquista de las identidades.
Considerando esta evolución de las diversas generaciones digitales, la contribución
considerada estará en dos ámbitos: la reflexión y descripción de las múltiples identidades
hipermediales derivadas de la interacción digital; así como desde la construcción de una
taxonomía de las competencias y mediaciones digitales.
El Contexto mediático actual
Existen razones económicas, sociales y culturales para que las tecnologías de información
permeen en todos los niveles sociales. La UNESCO en el Reporte Mundial Anual de Políticas
para la Sociedad de Información (2009) contempla algunas como: 1) la eliminación de la
brecha tecnológica; 2) la equidad en acceso a las tecnologías de información como a la
información; 3) la ampliación de acceso a productos y servicios derivados de la
digitalización; 4) la inclusión de las personas a la sociedad de la información está vinculada
con el desarrollo de las naciones; 5) el Banco Mundial demostró que en aquellos países que
han incrementado en un 10% la penetración de su ancho de banda han manifestado un
incremento de 1.38 puntos porcentuales; 5) la integración social y la inclusión están
vinculadas con el acceso a los contenidos culturales a los que tienen acceso; 6) a mayor
11
consumo tecnológico, mayores oportunidades tendrán laboralmente en las empresas e
instituciones red.
Asimismo los medios e hipermedios cada día se incorporan y adaptan en mayor
profundidad a los valores, tradiciones, necesidades y emociones de las personas. Se han
convertido en agentes transformadores de la cultura.
Hoy los usuarios de la comunicación cambian sus estilos de vida tan rápido como
cambian de gustos. Su condición de prosumidores2 está transformando el paradigma con el
que establecían los contenidos de los medios y las planeaciones estratégicas al interior de las
agencias de mercadotecnia y publicidad.
La tendencia actual implica: 1) la personalización de interfaces, dispositivos,
mensajes y productos; 2) la satisfacción no de necesidades sino deseos; 3) intimar con las
audiencias y estableciendo compromisos de confianza; 4) apelar a la visibilidad, notoriedad
y las aspiraciones; 5) generar mensajes carismáticos que provoquen respuestas emocionales;
6) aportar soluciones humanas basadas en la innovación y la experiencia sensorial; 7)
establecer una conexión sólida y permanente con la gente; 8) compartir y promover el diálogo
entre la marca, el mensaje y la audiencia; en pocas palabras, vender y consumir. Para los
dueños de los medios y sus mercadólogos, conocer las características de sus consumidores y
de su entorno permite modificar las tendencias de compra y venta de productos, servicios o
marcas.
Una de las principales manifestaciones de la globalización de la Sociedad de la
Información se hace evidente en el incremento de usuarios de internet. Según informa el
Internet World Stats, a finales de 2010 se reportaron 1,966,514,816 lo que implicaba una
penetración de 28.7% (Internet World Stats, 2010).
2 Palabra compuesta de la fusión de las palabras Productor-Consumidor. Se le atribuye a McLuhan el concepto y aparece
mencionado en el libro la Tercera Ola de Alvin Toffler. Comprende la visión del sujeto como totalidad del modelo de
comunicación: emisor, medio, canal, ruido y receptor a su vez.
12
Tabla 1: Uso Mundial de Internet y Estadísticas Poblacionales 2010
Fuente: Internet World State, 2010
América Latina y el Caribe presentó del año 2000 al 2010 un crecimiento del
1,032.8%. Seis años después el incremento era casi del doble 3,675,824,813 (Internet World
Stats, 2017); alcanzando una penetración mundial del 50.1% y con un ritmo de crecimiento
del 918.3% desde 2000 a 2016.
Tabla 2: Uso Mundial de Internet y Estadísticas Poblacionales 2016
Fuente: Internet World State, 2017
Este ritmo de crecimiento se mantiene en la región Latinoamericana. Esto se puede
ver en el paso que se tuvo de 2010 cuando existían 204,689,836 usuarios de internet versus
13
los 384,751,302 que hoy hay. Con estos datos se percibe una penetración del 61.5% que
representa un crecimiento de 2,029.4% desde el año 2000 al 2016.
Internet en el Continente Americano tiene un 71.5% de penetración y equivale a
704,818,485 Usuarios. Centro, Suramérica y Caribe representan el 54.6% de los Usuarios.
Tabla 3: Uso de Internet y Estadísticas Poblacionales en las Américas 2016
Fuente: Internet World State, 2017
México y Centro América, que representan el 2.4% de los Usuarios Mundiales de
Internet (89,201,349 Usuarios) tienen un 53% de penetración.
Tabla 4: Uso de Internet y Estadísticas Poblacionales en la Centro, Suramérica
y el Caribe 2016
Fuente: Internet World State, 2017
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Tabla 5: Uso de Internet y Estadísticas Poblacionales en la Centro, Suramérica y el
Caribe 2016
Particularmente México se encuentra entre los 15 países con mayor número de
usuarios de Internet con 69 millones de usuarios3 y 56% de penetración, debajo de Brasil que
prácticamente duplica el número de usuarios con 139,111,185 y una penetración del 67.5%.
Argentina, el tercer gran actor latinoamericano tiene una tasa de penetración del 79.4%
impactando así a 34,785,206 usuario.
3 Al 2011, el World Internet Project, capítulo México, reportó la existencia de 40.041 millones usuarios y una penetración
nacional del 40% (World Internet Project México, 2011) número superior al publicado por la Asociación Mexicana de
Internet, AMIPCI, que ubica la existencia de 34.9 millones de internautas a finales de 2010 (Asociación Mexicana de
Internet, 2011).
15
Tabla 6: Uso de Internet y Estadísticas Poblacionales en la Centro, Suramérica
y el Caribe 2016
Fuente: Internet World State, 2017
Pese a que casi 3 de cada 4 personas en el mundo tiene acceso a internet siguen
existiendo grandes brechas que se deben superar y no se pueden pasar por alto:
1. Acceso: Tanto los países desarrollados como los países desarrollados tienen
penetración media baja que apenas rompe la frontera del 50%: México 56%,
Colombia 58.6%, Perú 58.6%, Bolivia 41.9%. Sólo algunos países y regiones
tienen más del 60% de penetración: Costa Rica 86.9%, Ecuador 83.8%, Chile
79.9% Panamá 75.6%, Argentina 79.4%, Uruguay 71.6%, Brasil 67.5%,
Venezuela 61.5%.
16
2. Género: En seis países del World Internet Project (Chile, Colombia, Chipre,
Italia, Macao, México), en un 8% o más los hombres usan más internet que las
mujeres. México tiene la mayor brecha: 6% más hombres que mujeres usan
internet; Colombia, 15% más hombres que mujeres. Tan sólo en cuatro países la
brecha es de 4% o menos, República Checa, Portugal, Suecia y Estados Unidos.
3. Edad: Grandes porcentajes de menores de 24 años usan internet. En México el
79% están entre los 18 y 24 años, en Estados Unidos 42% y Suecia 41% tienen
más de un 40% mayores de 65 años. Seis países informaron que el 10% o menos
de su población de 65 años en adelante está en línea (Chipre, República Checa,
Italia, Macao, México y Portugal).
4. Conexión: En seis países, Chipre (55%), Italia, México, Portugal, Suecia (78%)
y Estados Unidos, dicen no conectarse porque no les interesa y no les es útil. El
costo no es un factor significativo para no estar en línea. Ocho países informaron
que al menos el 20% de su población no está en línea porque no saben cómo usar
internet o están confundidos por la tecnología: Macao (55% de los no usuarios)
e Italia (37%).
5. Contacto con familiares y amigos: En general, el uso de internet tiene un efecto
positivo en el contacto con la familia y amigos. 30% emplea internet para tener
mayor contacto con sus familias. 40% (Chile, Colombia, República Checa, Italia,
México, Portugal y Estados Unidos) han mejorado sus relaciones de amistad
gracias a internet (World Internet Project, 2010).
De estas brechas se pueden derivar seis grandes mitos:
1. Acceso Universal: Internet aún no forma parte de la vida de cientos de millones
de personas, incluso en los países tecnológicamente más avanzados.
2. La educación garantiza el acceso: Países con altos niveles de educación y
empleo y una larga historia de uso de internet y banda ancha no garantizan
conexión total.
3. Equidad de acceso: Aún en los países que reportaron un promedio de cinco o
más años de uso de internet hay disparidad en el acceso, principalmente de
equidad de género.
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4. Internet es de los adultos: Los niveles de servicio están relacionados con la edad.
Aumenta el uso a medida que disminuye la edad.
5. Hay que alfabetizar a los niños: La mayoría de los países tienden al
envejecimiento de su población y ésta no usa internet. El gran desafío es acercar
a más personas mayores.
6. Todos quieren estar en línea: El costo del acceso no es la razón por la cual hay
desconectados; no están porque no les es relevante y significativo.
Ante la reconfiguración de las industrias culturales en las últimas décadas hoy, los
medios oscilan entre los campos culturales4 y los mercados de bienes y servicios. Los medios
han contribuido a mercantilizar, masificar y diversificar la producción y los bienes culturales.
La hibridación, casi promiscua entre globalización, convergencia tecnológica,
telecomunicaciones, fusiones multimedia, servicios, industrias culturales, concentraciones
empresariales y tecnologías de información han reorganizando los modos de acceso a los
bienes culturales y las formas de comunicación (García Canclini N. , 2007).
El impacto cultural y semántico hoy es preciso medirlo en categorías de consumo.
Los receptores son vistos como usuarios y consumidores. Para entender el impacto de los
mensajes mediáticos en el entorno familiar se hizo vital revisar la naturaleza de las industrias
culturales, creativas y del entretenimiento como parte de los bienes de consumo básico. Por
todo ello, se vuelve fundamental la comprensión de las industrias culturales como uno de los
principales motores de la economía y la configuración de sentido en la vida de las personas.
Por ende, después de este informe no se pueden ver a las industrias culturales sólo
como articuladoras de la socialización de la sociedad actual sino también como una
importante fuente de ingresos y empleos.
La región Latinoamericana ha sido testigo, en las últimas décadas, del acelerado
proceso de reajuste de dichas industrias en complejos y voraces conglomerados. La
concentración del capital, más sus marcadas estrategias de comercialización, desregulación
y convergencia han generado profundos cambios y desigualdades sociales, económicas,
legislativas y culturales.
4 Néstor García Canclini (2007) las distingue como instancias específicas de selección y consagración; así como de
legitimidad cultural. Retomando a Pierre Bourdie resalta el que cada campo cultural está regido por leyes propias.
18
El que los medios de comunicación se encuentren en el corazón de la Sociedad de la
Información no es gratuito, es producto del engranaje y la articulación secuencial de factores
que superan por mucho el determinismo tecnológico.
El Contexto mediático Mexicano
México es una nación que cuenta con una superficie de 1,964,375 km2, subdividido en 2,452
municipios y 187,904 localidades (Consejo Nacional de Población, 2009). Según el recuento
del Consejo Nacional de Población, en 2017 se registraron 121 millones de habitantes
(Consejo Nacional de Población, 2017)5 y 16,187,608 viviendas concentrándose el consumo
de bienes en 128 ciudades con más de 50,000 habitantes (Ochoa, 2009).
De acuerdo a los Principales resultados de la Encuesta Intercensal 2015: Estados
Unidos Mexicanos (INEGI, 2015), hay un equilibrio de género en el que 51.4% (61,474,620)
de la población son mujeres y 48.6% hombres (58,056,133)6. El 62% de la población radica
en zonas urbanas frente al 38% que habita en zonas rurales. Lo que habla de la urbanización
del país. El ritmo de crecimiento poblacional ha disminuido en los últimos años ubicándose
en 1.0% a diferencia del 1.6% que registró un lustro antes7 (Ilustración 1).
Un tema a considerar vinculado con la tasa de natalidad es el envejecimiento de la
población pasando del 7.1% (2000) al 8.1% en 2005 en los mayores de 60 años. De acuerdo
a la distribución porcentual de la población por grupos de edad identificada del 2002-2015,
se redujo la población infantil y adolescentes (0 a 14 años) de 34.2% a 27.4%; de jóvenes (15
a 29 años) de 28.5% a 27%; mientras que de adultos jóvenes (30 a 44 años) creció de 19.6%
a 21%; y de adultos (45 a 59 años) 10.5% a 12.2% (Ilustración 2). Esto es una tendencia
creciente y que se verá reflejada en el acceso a la educación, al consumo de medios,
apropiación de tecnologías de información y modos de socialización a través de estas
herramientas tecnológicas8.
5 De acuerdo a los resultados definitivos del II Conteo de Población y Vivienda 2005 del Instituto Nacional de Estadística
Geografía e Informática, la población nacional representaba el 1.6% de la población mundial 6 “La relación numérica entre hombres y mujeres, asume diferentes valores por grupos de edad. Aunque nacen alrededor
de 103 hombres por cada 100 mujeres, en los primeros años la mortalidad de los niños es más alta que la de las niñas, por
lo que esta relación disminuye” (INEGI, 2015). 7 El promedio de hijos es de 3 por mujer a diferencia del 4.4 registrado en el año 2000. 8 “En 2015 la población menor de 15 años representa 27.4% del total, mientras que la que se encuentra en el grupo de 15 a
64 años, constituye 65.4% y la población en edad avanzada representa el 7.2 por ciento. En contraste, en el año 2010 la
participación de estos grupos de edad era 29.3, 64.4 y 6.2%, respectivamente. Esta transformación en la estructura por
19
Ilustración 1: Población total y tasa de crecimiento en México, 1900-2005
Fuente: INEGI, II Conteo de Población y Vivienda, 2005
Ilustración 2: Población en viviendas particulares habitadas y tasa de crecimiento
promedio anual, 1990 a 2015
Fuente: (INEGI, 2015)
El envejecimiento de la población no sólo representa un desafío para las instituciones
sino también para las organizaciones vinculadas con los sectores de servicio, educación,
entretenimiento e información (Ilustración 3 y 4). Reto ligado a los procesos de educación y
edad, muestra que el país se encuentra en una etapa donde el volumen de la población en edades laborales alcanza su
mayor peso relativo con relación a la población en edades dependientes”. (INEGI, 2015)
20
alfabetización de la población para ser partícipes de los beneficios de la sociedad de la
información.
Ilustración 3: Estructura de la población por sexo y edad, 2002-2005
Fuente: INEGI, II Conteo de Población y Vivienda, 2005
El mismo informe del INEGI presenta un panorama aparentemente alentador ya que
decreció del 10.2 al 8.4% el porcentaje de la población mayor de 15 años sin estudios y se
incrementó del 10.9% (2002) al 13.6% en 2005. Los indicadores educativos hablan de una
ampliación en la tasa de asistencia escolar a servicios de educación básica pasando del 91.3%
del año 2000 al 96.2% en 2015. A diferencia, la población mayor a 15 años decreció pasando
del 10.2% al 8.4%; recuperándose en lo referente al acceso a estudios superiores donde se
registró un aumento al pasar del 10.9% al 13.6% en 20059. En el año 2000, el 32.8% asistía
a la escuela, en 2015 el 44% hoy asisten a un centro educativo10.
9 “La población mexicana continúa siendo predominantemente joven; sin embargo, tanto la disminución de la mortalidad
como el descenso de la fecundidad han propiciado su envejecimiento paulatino. Ello ex- plica que la edad mediana, en el
año 2015 sea de 27 años, cuando en 2010 este indicador era de 26 y en 2000 de 22 años. Entre las entidades federativas, la
edad mediana más alta le corresponde al Distrito Federal y la más baja a Chiapas, Aguascalientes y Guerrero. Los contrastes
en este indicador se deben a que las entidades federativas se ubican en distintas etapas de la transición demográfica, definidas
por el nivel de la natalidad y la mortalidad. En el Distrito Federal se constata con este indicador el proceso de envejecimiento,
mientras que en otras éste es incipiente y muestra el peso que aún tiene la población joven” (INEGI, 2015). 10 “La diferencia por sexo es de poco más de un punto porcentual con el 44.6% de hombres y el 43.5% de mujeres”. (INEGI,
2015)
21
Ilustración 4: Estructura de la población por sexo y edad, 2000, 2010 y 2015
Fuente: INEGI, II Conteo de Población y Vivienda, 2005
Los niveles de acceso a la información, a las tecnologías de información y
comunicación (TIC’s) están en una parte relacionados con el nivel educativo, la influencia y
presión de pares, el rendimiento creciente en el mercado que posibilita la democratización
relativa al acceso a las tecnologías de información11, el grado de cooperación e interacción
derivado del uso de las TIC’s en el aula, en el pago de servicios públicos y en el acceso a
información para toma de mejores decisiones en el ámbito personal, familiar y social.
Un tema fundamental para el presente informe de investigación es el ensanchamiento
del número de viviendas habitadas que para el año 2005 fue de 24.7 millones y que se estima
sea para el 2020 de 36,286,303 millones12. El incremento en número de viviendas ha
11 Acceso vinculado a la reducción de los precios de las herramientas tecnológicas; la facilidad de uso de la herramientas
(cibercafés, computadoras escolares, bibliotecas públicas); incremento de la conectividad; democratización de los
agregadores de información; y acercamiento de la oferta con la demanda, entre otras causales. 12 En 2105 se registraron 31,949,709 viviendas particulares habitadas.
22
detonado el alto de crecimiento de edificios departamentales, la disposición de energía
eléctrica, agua potable, sistemas de drenaje, servicios de transporte.
Ligado al incremento de los espacios habitacionales hay una reducción del promedio
de ocupantes por vivienda que descendió de 4.4. a 3.7 personas por hogar. El menor número
de hijos, las condiciones particulares de las viviendas y el estilo de vida urbana aumentó el
equipamiento electrodoméstico de las viviendas en forma importante. Mientras que en el año
2000 el 85.9% de los hogares contaban con televisión, en 2005 pasó a 91%; 68.5% contaba
con refrigerador creciendo al 79%; 52% de las familias tenía lavadora para que en 2005
62.7% tuviera una en su vivienda (Consejo Nacional de Población, 2005).
Un cambio notorio y relevante para esta investigación fue el paso del 9.3% al 32.6% de
viviendas con computadora (Ilustración 5)
Ilustración 5: Porcentaje de viviendas según los bienes y tecnologías de la información
y la comunicación (TIC) de que disponen2015
Fuente: (INEGI, 2015)
Es preciso mencionar que el rubro comunicación representa una parte considerable
en la distribución del gasto por sectores socioeconómicos13; en este caso el 3.4% del sector
13 La AMAI, desde 1994, construyó el índice de Nivel Socioeconómico que se ha convertido en el criterio estándar de
clasificación para quienes buscan impactar a las audiencias en México. En 2008, la AMAI reajustó su índice 13x6 pasándolo
al denominado 10x6. Este índice denominado Regla 10x6 clasifica a los hogares en seis niveles a partir de un árbol de
asignaciones considerando 10 variables: 1) Escolaridad del jefe del hogar; 2) Número de habitaciones; 3) Tipo de piso; 4)
Número de baños; 5) Baños con regadera; 6) Número de focos; 7) Número de autos; 8) Estufa; 9) Número de televisiones
23
A/B; el 4.1% del C+; el 4.3% del C; el 4.2% del D+; el 3.2% del D; y el 2.0% del E (López
Romo H. , 2008) (Tabla ). Tan sólo en el rubro transporte y comunicaciones una familia
invirtió en promedio el 18.8% de sus ingresos y 14% en Educación y Esparcimiento (INEGI,
2014)
Ahora bien, ¿cómo se da el consumo de medios en relación a la posesión de bienes
en la vivienda mexicana? En 2009, Sigmarket Knowledge Bank (Ochoa, 2009) reportó los
medios a los que más acceso tiene la población Mexicana y son: Radio (100%), Televisión a
color (82%), Teléfono fijo (58%), CD (51%), Video casetera (44%), Teléfono celular (54%),
Cámara fotográfica (46%), PC (43%), TV de paga (23%) y Videojuegos (17%). Medios
como Internet, telefonía celular, televisión de paga, computadoras y videojuegos han sido los
de mayor crecimiento en los últimos tres años.
Tabla 7: Equipamiento de comunicación por Niveles Socioeconómico. Encuesta
Nacional de Ingreso y Gastos 2004 (Porcentajes)
TOTAL A/B C* C D* D E
Total TV color y Blanco y
negro
97.8 99.2 99.5 99.3 98.7 95.8 89.6
TV Color 94.3 98.8 99.1 98.3 95.5 89.6 74.7
TV Blanco y negro 9.8 7.3 7.8 8.1 9.9 11.3 17.6
Total video + DVD 61.1 94.7 86.3 80.8 53.9 36.1 23.8
Videocasetera 46.7 80.4 71.8 66.8 37.0 22.4 19.0
DVD 37.9 76.2 60.0 47.8 30.0 21.0 8.0
TV de paga 24.5 69.6 48.7 29.5 16.1 6.8 2.0
Stereo y minicomponente 67.6 88.6 81.1 78.5 65.7 52.1 40.0
Reproductor de CD 20.1 40.0 33.8 24.7 15.8 10.5 4.4
Radiograbadora con CD 28.7 48.8 39.3 32.5 25.6 20.1 13.7
Radiograbadora sin CD 15.7 16.1 13.8 15.1 14.6| 17.6 21.0
Teléfono 63.4 96.3 86.1 78.1 64.5 35.8 13.0
Celular 47.2 81.9 71.3 54.6 38.5 32.6 22.5
Internet 11.9 54.9 29.1 10.8 3.9 1.3 0.7
Fuente: (López Romo H. , 2006)
Un tema importante a considerar es que aún cuando la tasa de crecimiento de la población
ha disminuido la industria mediática sigue en expansión consolidando la presencia y
penetración de los medios tradicionales de comunicación e impulsando el desarrollo de los
a color; 10) Computadora personal (López Romo, Nuevo Índice de Nivel Socioeconómico AMAI. , 2008). Estas variables
están consideradas dentro de seis dimensiones de posesiones y capacidades: Capital humano; planeación y futuro; tecnología
y entretenimiento; infraestructura práctica; infraestructura sanitaria; e infraestructura básica. Cada año, las proporciones
varían y su distribución cambia en las localidades mayores a 50,000 habitantes. Bajo esta consideración se agrupan bajo la
siguiente nomenclatura: A/B (Clase Alta); C+ (Media alta); C (Clase Media); D+ (Media baja/bajo alto); D (clase pobre);
E (Pobreza extrema)
24
nuevos medios. Ello se puede ver en el uso y consumo que se está haciendo de los bienes de
consumo ligados con los medios e hipermedios.
Sin duda, México ha sufrido una serie de cambios estructurales en el ámbito social y
cultural vinculados con: la distribución geográfica, la urbanización de las poblaciones, la
edad de su habitantes, el acceso a los servicios públicos y educativos, la reconformación de
la vivienda y el incremento de los bienes de consumo mediático en la familia.
Aunado al cambio estructural de la población mexicana, la industria mediática se ha
reconfigurado en función de los nuevos hábitos de consumo mediático e hipermediático. Los
usos, consumos y apropiaciones14 de los medios e hipermedios han cambiado. Los tipos de
receptores y formas de recepción son otros. Los hábitos mediáticos se han reconfigurado
derivado de la gran oferta de medios ampliando los niveles de segmentación, especialización
y fragmentación de las audiencias15.
En México, como en gran parte del mundo, se está viviendo un gran cambio en los
estándares de uso y consumo mediático. Como se puede ver, el uso de las tecnologías de
información y comunicación siguen proliferando modificando las prácticas comunicativas y
los procesos de comunicación16.
Particularmente las audiencias de los medios tradicionales se están reduciendo debido
a la incorporación de las nuevas tecnologías de información y comunicación (TIC´s) como
14 Entiéndase por uso, consumo y apropiación lo siguiente:
Uso de medios: referido al ejercicio o práctica comunicativa habitual vinculada con una función instrumental específica
(entretener, informar, educar, etcétera) o híbrida asociada al medio. (Ver ampliación conceptual capítulo III)
Consumo de medios: Bajo esta noción se ubican a los productos mediáticos como mercancías que pueden adquirirse y
proporcionar subsistencia, sentido, diálogo o abastecer líneas de relaciones sociales. Así el consumo se torna una “práctica
sociocultural en la que se construyen significados y sentidos” (Sunkel, 2002, pág. 3) y que permite comprender los
comportamientos sociales ya que el consumo al llenar de sentido la vida es en sí misma una producción de sentido.
La apropiación de medios implica un tomar para sí, comprender y ajustar el sentido; un adueñarse de los mensajes
contenidos en los medios y las prácticas comunicativas e internalizarlos, incorporándolos en la trama mental y en la
construcción interna de la propia identidad del sujeto que consume. Esta premisa de apropiación refiere a una construcción
interna de producción y aporte de sentido. La apropiación implica el identificar el impacto real del medio en las formas
concretas en que se inscriben las prácticas comunicativas derivadas del uso y consumo de los medios. La apropiación se
vuelve en sí misma una forma de expresión, de significación social asociada al uso de los medios. Utilización que juega un
papel importante en la expansión de uso y reconformación de prácticas comunicativas cotidiana. La apropiación enlaza al
objeto, al orden simbólico y lo cotidiano, recontextualizando al objeto mismo. Así como apunta Diana Sagástegui Rodríguez
la apropiación es “una forma de crear significado social desde las actividades cotidianas de la vida diaria” (Sagástegui
Rodríguez, 2005, pág. 15). Ello implica un complejo entramado de relaciones, necesidades, deseos, posibilidades y recursos. 15 Es importante señalar que la diversidad de canales de distribución y la emergencia de tecnologías de información y
comunicación (Televisión por cable, satelital, convergente, Internet, telefonía celular, DVD, videojuegos, redes sociales,
etcétera) ha originado que muchas audiencias y usuarios que antes eran compactas se hayan fragmentado y especializado
modificando la lógica de la comunicación masiva. 16 Los nuevos procesos de comunicación derivados de la digitalización están vinculados con la creación, producción,
distribución y consumo de contenidos generando con ello cambios sociales, económicos, culturales, prácticas mediadas por
las TIC’s y patrones socioculturales.
25
lo son: Internet, las grabadoras de video digital (DVR, por sus siglas en inglés), videojuegos,
dispositivos móviles, DVD, reproductores de música portátil, computadoras personales y la
web 2.0. Esta multiplicidad de ofertas en medios, canales y plataformas hace más visible la
fragmentación de audiencias, la transición y coexistencia entre medios e hipermedios, la
activa renovación de usos y estrategias, el uso extensivo de las TIC y su incorporación en el
entorno doméstico, el ámbito profesional, educativo, económico y cultural.
Los porcentajes y tiempos de exposición de los medios tradicionales están variando;
la presencia de nuevas tecnologías en el hogar cada vez es mayor; el consumo de televisión
ahora se reparte en las modalidades abierta y paga con sus subdivisiones de cable y satelital,
sin contar el share que roba la televisión convergente o por internet a la misma; la
concentración de medios y canales convive con la economía y distribución de cola larga
(long tail17); el compromiso de las audiencias (engagement) está variando radicalmente en el
proceso de secuencia tradicional (atención-interés-deseo-acción).
Es notoria la gran penetración que mantienen en las diversas zonas geográficas los
medios tradicionales como la radio, televisión y medios impresos en relación con Internet;
sin embargo, la participación local de Internet en algunos estados de la República es
directamente proporcional a la participación nacional de medios.
En el Estudio Local de Medios de IBOPE AGB sobresalían hace unos años las ocho
horas y quince minutos que se mantenía encendida la televisión en el país (Luna, 2007),
existiendo algunas ciudades como Monterrey que consumían hasta nueve horas;
considerando que el promedio de exposición al mismo medio era de 4.5 en todo el país.
Internet, por su parte, es uno de los medios de mayor crecimiento gracias a las facilidades de
conexión que ofrece, ya sea desde una oficina, un cibercafé o el mismo hogar como se puede
ver en el 12 Estudio sobre Hábitos de los Usuarios Internet en México 2016. Pero para ello
véase esta importante revisión histórica de le evolución digital en México.
En México, como en gran parte del mundo se está viviendo un gran cambio en los
estándares de uso y consumo mediático. Cifras publicadas por el estudio Hábitos de los
Usuarios de Internet en México 2007, AMIPCI (Peña, 2007) reportaban la existencia de 23.7
millones de internautas que representaban el 25.6% de penetración nacional en personas
17 Teoría económica de la era digital desarrollada por Chris Anderson, editor de la revista Wired, que da cuenta de la
fragmentación de las audiencias y la necesidad de identificar, no sólo a las grandes masas sino la existencia de micro nichos
que se comportan de forma muy diferente aún cuando pertenezcan a un mismo rango generacional.
26
mayores de 6 años; y el 36.6% en las zonas urbanas. El crecimiento en el uso de
computadoras personales con acceso a Internet ha sido exponencial; tan sólo de 2006 a 2007
creció un 17.5% pese a que sólo existían 14.8 millones de computadoras (59% de ellas con
conexión a Internet con acceso vía banda ancha en un 78%).
Es importante saber que el 48% de las personas ingresaban desde sus hogares, 35%
desde un café internet, 18% desde sus trabajos, 9% desde su lugar de estudio y 2% desde casa
de algún amigo. 55% de los internautas eran hombres y 40% del total de usuarios pertenecen
a los niveles ABC+18. La composición de edad del universo de usuarios registraba un 48%
de los jóvenes mexicanos entre los 12 y los 19 años de edad, siendo que este segmento de la
población representaba el 23% de los mexicanos (Ilustración 6)
Ilustración 6: Penetración del Universo de Internautas por edad 2007
Fuente: AMIPCI, Hábitos de los usuarios de Internet en México, 2007.
La composición del universo de internautas por edad destacaba lo siguiente: 35%
entre los 12 y 19 años; 20% entre los 20 y 24; 24% entre los 25 y 34%. Así se tenía que 55%
de los jóvenes mexicanos entre los 12 y 24 años estaban en Internet; viviendo el 92.4% en
zonas urbanas y siendo 46% de ellos estudiantes. Las actividades realizadas en línea
oscilaban entre la lectura de noticias nacionales (38%), leer diarios (12%), escuchar radio
(9%), revistas (6%) y consultar algo visto en televisión (5%).
18 Los segmentos de mayor crecimiento han sido los D+ y D/E. La distribución poblacional es la siguiente: ABC+ 40%, C
20%, D+ 27% y D/E 14%. Lo cual habla de una mayor democratización del uso y consumo de Internet.
27
77% de los cibernautas gustaban de consultar blogs, descargar podcast (22%), acceder
a comunidades virtuales (15%), descargar y ver videos (84%), participar en foros de
discusión (44%). En promedio los navegantes invertían 2 horas 42 minutos para consultar
información de lunes a viernes conectándose en promedio entre 2 y 3 veces por semana. Los
temas consultados (Peña, 2006) tenían que ver con salud (29%), investigación personal
(68%) y visitar sitios de educación/aprendizaje (46%).
En México existían 66,761,063 personas que iban de los 0 a los 34 años de edad, 51%
mujeres y 49% hombres (Tabla 8); todos ellos, base de la pirámide poblacional y mayormente
expuesta al consumo de medios (Instituto Nacional de Estadística y Geografía, 2005). De
dicha población se tenía que poco más de 40 millones se ubicaban en la minoría de edad y
poco más de 30 millones de ellos menores a los 15 años. En un lapso de 10 y 15 años esa
gran porción de la población en edad infantil y juvenil serán los que tendrán en sus manos
las posibilidades de cambio y desarrollo del país. Su vinculación con los medios y los
contenidos que de ellos perciben ¿les estarán permitiendo formar una identidad y formas
culturales que les permitan contribuir prosocialmente en el complejo entramado social,
económico e institucional que está conformando?
Si se revisa a detenimiento la composición social, casi el 50% de la población se
ubicaba en la categoría de mercado potencial de un sin fin de bienes, productos y servicios.
A esta población que antes no se le veía ni escuchaba, hoy se les contempla como los
destinatarios principales de la comunicación por su poder de compra y de presión en la toma
de decisión. Sus opiniones definen las estrategias del mercado; su patrón de consumo
describe quiénes son, a qué círculos y comunidades pertenecen y qué acciones definen lo que
da sentido a sus vidas. Ya lo anunciaba Juliet Schor (Schor, 2006) cuando advertía de la
aparición de una generación nacida para comprar.
28
Tabla 8: Población de niños, adolescentes y jóvenes de la República Mexicana
Fuente: II Conteo de Población y Vivienda 2005
Los medios, como prolongación esencial de la vida, deben ser juzgados no con un
afán condenatorio sino con miras a desentrañar sus limitaciones y posibilidades. Si los
jóvenes hoy día emplean los medios para entender cómo es su sociedad, extraer opiniones
sobre los diversos aspectos de la vida y construir con ello su propio yo (Montero Rivero,
2006) habrá que plantearse los cuestionamientos éticos que deriven de las interacciones
mediáticas y sociales y ver cómo aprovecharlos más que para seguir construyendo
consumidores, para formar personas íntegras que puedan contribuir al desarrollo del país.
El desarrollo de los medios de comunicación y los hipermedios guarda una relación
profunda con los grandes cambios sociales impactando todos los sectores de la vida. En
México, durante el año 2008 (Merca 2.0, Edición Especial 2009), por ejemplo, la inversión
publicitaria en medios ascendió a un total de 56,687 millones de pesos llegando a los 59,400
millones en 2009. La distribución estaba liderada por los medios tradicionales, el presupuesto
destinado a la televisión abierta fue de 56%; en radio de 10%; periódicos, 9%; revistas 9%;
exteriores 5%; directorios 3%; y cine 1%. Llamaba la atención el incremento que tuvieron la
televisión de paga 5% e internet 2%. Aún cuando internet representaba un dos por ciento de
la inversión publicitaria, el monto recabado estuvo 57.9% arriba del año anterior. El monto
de inversión en internet (mil 195 millones de pesos) y su tasa de crecimiento era una de las
más veloces de la historia.
29
La inversión en medios es un reflejo del impacto que estos producen en las audiencias.
Así mismo los porcentajes de incremento guardan una relación directa con la población a la
que impactan, los usos que hacen de ellos y el posicionamiento que pueden tener en la mente
de las audiencias los mensajes que en ellas se emitan.
En el caso de internet es importante notar la tasa de crecimiento anual que tenía en
aquél entonces (17.5%)19, logrando una penetración del casi 48% en jóvenes entre los 12 y
19 años; 71% de los cibernautas con nivel socioeconómico ABC+ y C típico; navegando 2:42
horas como promedio semanal (Merca 2.0, Edición Especial 2009).
En la medida en que se extiende y consolida el uso de los medios e hipermedios en
México, también cambiaban las experiencias de los usuarios.
Millward Brown México, presentó en Julio de 2008 el Estudio de consumo de medios
digitales en México, donde dejó ver cómo 3 de cada 10 mexicanos accedían a Internet
(Álvarez Kuri, Rodríguez, Lozano, & Bran, 2009). Navegaban en promedio 17.2 veces por
mes. En este informe se hizo notar que por su poder adquisitivo, los internautas representaban
cerca de la mitad de los ingresos totales de las poblaciones urbanas.
En relación al perfil del cibernauta mexicano se hizo notorio que 61% de ellos eran
hombres; 39% mujeres. Los rangos de edad se ubicaban de la siguiente forma:
Ilustración 6: Consumo de medios digitales en México por rango de edad 2009
Fuente: (Álvarez Kuri, Rodríguez, Lozano, & Bran, 2009).
19 Según el Estudio AMIPCI 2008 (Peña, 2008), el universo aproximado de usuarios de internet en México ascendía a los
28 millones de cibernautas.
30
Lo que dejaba ver el acceso de miembros más jóvenes al uso de esta herramienta
tecnológica. En relación a su nivel socioeconómico destacan los niveles ABC+.
Ilustración 7: Consumo de medios digitales en México por nivel socioeconómico 2009
Fuente: (Álvarez Kuri, Rodríguez, Lozano, & Bran, 2009)
Llamaba la atención que para los niveles socioeconómicos bajos, no contar con una
conexión a Internet en el hogar no era una restricción puesto que más del 6% ingresaba desde
un café a internet.
Los principales sitios desde donde ingresaban se ubicaban: 53% desde el hogar; 34%
del trabajo; 3% del lugar de estudio y 2% desde casa de un conocido. La incorporación de
las tecnologías de información y comunicación en el hogar permitieron hablar de nuevas
formas de acceso, de una aplicación individualizada, de nuevos escenarios de uso20, de un
favorecimiento de la comunicación individual e interpersonal y de la gestión independiente
y personalizada.
En este mismo estudio se perciben como principales actividades en línea: 78%, envío
de correos; 63% búsqueda de información; 49% chateo y mensajería instantánea; 33% lectura
de noticias en línea, actividad a la que dedican 21.6 minutos. Hay que notar que el cibernauta
realizaba ya desde entonces actividades multitask.
Efectivamente, destacaba el consumo que hacían de las principales plataformas online
internacionales o las pertenecientes a los grandes conglomerados mediáticos nacionales.
Basta ver que los usuarios emplearon en el último mes previo al estudio los siguientes sitios:
91% Google, 50% Yahoo!, 31% Prodigy MSN, 6% Altavista, 5% Esmas y 5% Terra.
20 El paso del uso de las tecnologías en el hogar dentro de la sala a la recámara o, derivada de la portabilidad, el que puedan
consultarse los contenidos en cualquier momento y lugar.
31
Por su parte, en 2008, Consulta Mitofsky (Pena, 2008) registró que 39 de cada 40
mexicanos tenía televisión en su casa y la mitad poseía más de un aparato receptor; el 40%
de la población contaba con teléfono celular (lo que equivale a uno de cada ocho ciudadanos
-la mayoría adultos jóvenes); algo similar ocurría con los reproductores tipo iPod o Mp3, de
los cuales uno de cada cinco mexicanos los poseía; mayor fue la proporción de mexicanos
que contaba con una consola de videojuegos (una sexta parte). Así se tenía que uno de cada
11 mexicanos poseía las cuatro principales tecnologías de convergencia, mientras que la
proporción aumentaba de uno de cada cinco que poseía tres de ellas.
IBOPE dejó ver en su informe que la Televisión abierta contaba en aquél entonces
con un 90% de penetración y era consumida por los segmentos de edad entre los 13-18 y los
45-64 años, prefiriendo principalmente las telenovelas (22%), programas de revista (16%) y
películas (15%); la televisión de paga era consumida en su mayoría por el segmento de 13 a
18 años y buscaban en ella entretenimiento (17%), cultura (15%) y películas (13%) (Luna,
2007).
La prensa por su parte era consultada por lo menos una vez a la semana (48%) por el
segmento de 25 a 44 años como medio de actualización e información de la vida diaria
destacando el consumo de material de deportes y espectáculos. Mientras que las revistas eran
consultadas, al menos una vez al mes (43%) en un 41% para informarse sobre espectáculos.
La radio se sintonizaba en un 83% en emisoras de FM en el hogar (70%) ya que fungía como
compañía. El medio de mayor entretenimiento en aquél entonces era el cine, con gran
penetración en el segmento juvenil (13 a 24 años); aún cuando la población asistía 1.9 veces
al año; el mayor consumo se daba en casa a través de la televisión de paga y los servicios de
renta (Luna, 2007).
En Mayo de 2009 la Asociación Mexicana de Internet (AMIPCI) reportó la presencia
de 27.6 millones de internautas en México, con un crecimiento de 16.4% en relación al año
anterior (2007), ubicando 22.7 millones en las zonas urbanas. Es importante señalar que 6 de
cada 10 jóvenes entre los 12 y 19 años eran usuarios de internet. Aún cuando los niveles de
acceso en México no lograban los niveles de equidad deseados llamaba la atención la
presencia de 44% de internautas mujeres (56% hombres) y un 44% ubicados en los sectores
D+ y DE (29% y 15% respectivamente) y siendo el D+ el de mayor crecimiento en el último
año. Los mexicanos, según el estudio AMIPCI, se exponían en promedio 2:54 horas usando
32
7 de cada 10 la red para mandar correos electrónicos; mensajería instantánea (6 de cada 10)
y chatear (4 de cada 10).
Considerando el uso y consumo de medios era claramente identificable la apropiación
que existe de Internet por parte de los jóvenes y demás menores de edad. En el terreno
nacional comparativamente se tenía que Internet era el tercer medio de mayor exposición
después de la Televisión (4h:30m) y la radio (3h:48m), por encima de las revistas (1h:54m)
y los diarios (54m). 92% de los usuarios consideraban, desde entonces, a Internet más
indispensable por encima del celular y la televisión; siendo que 96% de los internautas
poseían un celular (Estrada & Villegas, 2006).
En (2013) el escenario se modificó considerablemente, de acuerdo al reporte del
World Internet Project: 50% del área centro tenía acceso a internet, 51% del Sureste, 51%
del área noroeste, 51% del Bajío, 53% del área Norte y 67% del DF y el área Metropolitana.
Más de 9 millones eran nativos digitales (menores de 12 años) y el 42% de los usuarios tenía
entre 12 y 25 años; 26% estaban entre los 26 y 39 años; y 16% se ubicaban entre los 40 y 70
años. El mayor crecimiento en la penetración de internet se había dando en el nivel
socioeconómico D+ donde el 47% tenía acceso a internet y el sector AB/C+ participaba en
un 73%, mientras que el C Típico 60% y el D- 39%. Sobresalía el que casi el 98% de los
hogares con Nivel Socioeconómico alto contaban con al menos un usuario de Internet. El
hogar (84%) y los cafés internet (40%) eran los puntos de conexión más importantes. No
obstante, gracias al uso del teléfono celular 64% de los usuarios en México se conectaban ya
a través de esta tecnología. En promedio los mexicanos pasaban 41.3 horas semanales
consumiendo internet, mientras 12.8 horas televisión, 13.8 radio y 3 periódicos. Internet se
había vuelto el medio más importante para mantenerse informado (78%) contra 55% de la
televisión, 53% periódicos, 50% radio y 25% revistas; fenómeno similar ocurría con el tema
del entretenimiento donde el 72% de los usuarios usaban para ello internet, 53% televisión,
37% radio, 25% periódicos y 25% revistas. Aunado a este fenómeno destacaba la convivencia
de medios donde internet se había convertido en una actividad complementaria y simultánea
que se realizaba mientras se ejecutaba alguna otra actividad. El acceso a las redes sociales
(91%) era la actividad más realizada en internet y el 42% de los usuarios confiaban altamente
en la información que en ella se distribuía. El porcentaje más alto de no usuarios en México
se encontraba en el rango de los 40 a los 53 años (30%) y le seguían de los 54 a 70 años
33
(25%); el 50% de los no usuarios se ubicaban en el nivel socioeconómico D+ y 31% en el D;
65% eran mujeres.
A finales de 2016 se anunciaba el haber llegado a casi 69 millones de usuarios, con
un crecimiento del 15.7% (AMIPCI, 2016). Con una equidad 50/50% hombres, mujeres. 15%
siendo menores de 13 años; 19% entre los 13-18; 17% entre los 19-24; 20% de los 25-34;
15% entre los 35-44; 9% de los 45 a 55 años y 5% mayores de 55. En la relación por Nivel
Socioeconómico se tiene que 7% se ubica en el nivel D/E; 46% en los C/C-/D+; 31 en el
nivel C+ y 16% en el A/B. El tiempo promedio diario de conexión que reportó la AMIPCI
es de 7 horas y 14 minutos (1 hora y 3 minutos más que en 2015). Mayoritariamente las
conexiones se siguen dando en el hogar 87%; creciendo considerablemente mediante
dispositivos móviles (52%); 38% desde el trabajo, 28% desde la escuela; 25% en lugares
púbicos y descendió el acceso desde los cibercafés (14%). Ello a través de conexiones
contratada (84%); planes de datos (27%), conexión wifi pública (26%); plan de datos pre-
pagado (22%). Hoy mayoritariamente los accesos se logran a través de un Smartphone
(77%); laptops (69%); computadora de escritorio (50%); Tabletas electrónicas (45%);
aparatos electrónicos (23%) y consolas de videojuegos (19%). El uso mayoritario desde hace
algunos años se centra en el acceso a redes sociales (79%); envío de correos (70%); búsqueda
de información (64%); ver contenidos en streaming (52%); escuchar música (52%); llamadas
telefónicas (43%); jugar en línea (43%) y comprar en línea (36%). Ocio y entretenimiento es
el corazón del consumo de contenidos digitales. Temas financieros, formación y gestión de
trámites de gobierno cada vez más empiezan a tener cabida en el mundo digital a raíz de la
confianza de los consumidores al manejo financiero en línea. Llama la atención que la red de
referencia sea Facebook con un 92% de penetración por encima de Whatsapp (79%);
Youtube con 66%, Twitter con el 55% e Instragram con 39%; aplicaciones móviles que han
crecido por el uso de los teléfonos inteligentes para ingresar a ellas.
Sin lugar a dudas, derivado de este incremento sostenido en el uso de las TIC´s se
pueden extraer múltiples reflexiones vinculadas con un cambio general en: el incremento
sostenido de usuarios y equipamiento en el hogar; el uso y apropiación del Internet por
públicos juveniles; los nuevos niveles de confianza y hábitos de consumo; la migración del
consumo de los medios tradicionales a los digitales; la transformación de los dispositivos de
acceso; el mayor incremento en el equipamiento informático, digital, móvil, mediático y de
34
entretenimiento; los nuevos escenarios de uso y consumo; la mayor gestión independiente y
personalizada; la modificación en las prioridades, expectativas, posibilidades; la antigüedad
de uso, frecuencia, volumen de consumo, niveles de intensidad de conexión, tipo de
contenidos consumidos y familiaridad con los medios e hipermedios.
Los niveles de acceso a la información, a las tecnologías de información y
comunicación (TIC) están en una parte relacionados con el nivel educativo, la influencia y
presión de pares, el rendimiento creciente en el mercado que posibilita la democratización
relativa al acceso a las tecnologías de información, el grado de cooperación e interacción
derivado del uso de las TIC en el ámbito doméstico y educativo, en el pago de servicios
públicos y en el acceso a información para toma de mejores decisiones en el ámbito personal,
familiar y social (Consejo Nacional de Población, 2005).
Como se puede ver, el desarrollo de la sociedad del conocimiento y la mediatización
de la cultura, exige un amplio dominio e instrucción tecnológica de la población. Ante ello,
se puede identificar que hay una transformación de las audiencias, particularmente son los
más jóvenes quienes están pasando del consumo de medios a una apropiación simbólica y
existencial de los medios y sus contenidos. Hoy se habla de usuarios tecnológicos para los
cuales los medios juegan un rol fundamental en sus vidas, lo que los lleva a tener un mayor
compromiso, pasión y dominio profundo de los nuevos medios. Estos jóvenes han encontrado
nuevos canales de comunicación, estableciendo una relación diferenciada con la publicidad
y los más nuevos dispositivos tecnológicos. Sin duda, dicha relación de interacción y
socialización a través y con los medios, iniciada a muy temprana edad puede llegar a impactar
en la configuración de la identidad.
Aunado al cambio estructural de la población mexicana, la industria mediática se ha
reconfigurado en función de los nuevos hábitos de consumo mediático e hipermediático
(Estrada & Villegas, 2006).
La reconfiguración de las formas de recepción implica una comprensión de las nuevas
prácticas sociales que están derivando del consumo mediático. Hoy que se han ampliado los
niveles de segmentación, especialización y fragmentación de las audiencias; la activa
renovación de usos y estrategias culturales, el uso extensivo de las TIC´s y su incorporación
en el entorno doméstico, el ámbito familiar, profesional, educativo, económico y cultural han
impactado en los procesos de comunicación, en el incremento sostenido de usuarios y
35
equipamiento en el hogar, el uso y apropiación del internet por públicos familiares, los
niveles de confianza y hábitos de consumo; pero sobre todo, en la modificación de las
prioridades, expectativas, posibilidades e intensidad de las conexiones establecidas desde los
procesos de mediación.
Ficha Metodológica
Los hipermedios se han convertido para las nuevas configuraciones familiares en una gran
ventana de exposición de su interacción, articulación y socialización. A través de ellos
extienden su voz, alcanzan objetos, personas y lugares a los que difícilmente tocarían en su
día con día, ¿pero que tanto han contribuido a la sensación de acercamiento, fascinación y
búsqueda desesperada de gratificación y exposición de cada uno de los miembros de la
familia? ¿Como se encarna el habitus desde lo mediático? Para indagar el papel que juegan
hoy los medios digitales en la vida de las familias latinoamericanas y si ellos desempeñan un
rol determinante en los modos de configuración se levanto una encuesta virtual en la
plataforma www.encuestafacil.com gracias al apoyo de Universia y al patrocinio del
CELAM, la RIIAL, el CEDAL, la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos y la
Universidad Anáhuac México.
El objetivo general de la encuesta fue conocer la tendencia en la interacción
comunicativa digital de los miembros de la familia, así como la dieta mediática y la relación
que guarda con sus motivaciones, actitudes y acciones significativas.
Con esta se pretendió identificar: 1) tipo de estructura familiar; 2) Condiciones de
vivienda y principales bienes mediáticos; 3) actividades realizadas en línea; 4) uso de
dispositivos móviles; 5) uso, consumo y apropiación de medios e hipermedios; y 6) ubicar el
estado psico-emocional tenido por el encuestado en los últimos 30 días.
En siíntesis, con esta encuesta se busco: 1) conocer el tipo de comunicación
interpersonal y mediada que establecen los miembros de la familia a través de dispositivos
tecnológicos; 2) identificar el grado de satisfacción, motivación y esperanza generados por
la interacción mediática; 3) indagar en el estado anímico, las motivaciones y percepciones de
los participantes y su relación con el consumo de medios.
El estudio descriptivo fue de carácter exploratorio. La información se obtuvo
mediante la aplicación de una encuesta en línea que fue distribuida en una muestra extendida
36
por efecto de bola de nieve en varias bases de datos: 1) una otorgada por la Conferencia
Episcopal Mexicana; 2) agentes de pastoral de la comunicación; 3) diócesis de la República
Mexicana; 4) cibernautas mexicanos conectados a través de Facebook.
Así se emitieron 7507 solicitudes en línea para responder la Encuesta denominada
Configuración de la cultura digital en la familia latinoamericana; en un periodo que
comprendió del 8 de mayo de 2015 al 15 de enero de 2017; con preguntas de extremo cerradas
y en matrices. Para la definición de la muestra se empleo la fórmula propuesta por Taro
Yamame.
Tabla 9: Fórmula para cantidad muestral cuando la proporción de la población es N y
supone E=.05
Fuente: (Yamame, 1979)
Por tanto la muestra quedó definida de la siguiente manera:
i. Tamaño de la población: 65 millones de internautas mexicanos
37
ii. Error máximo: +/- 5%
iii. Nivel de confianza: 95%
Mediante el uso de la fórmula matemática para la determinación del tamaño de la
muestra se definió que debería ser de 400 personas. La muestra no probabilística de
convivencia en la que se seleccionaron de manera aleatoria usuarios de internet y
posteriormente por efecto de bola de nieve se logró superar el número de participaciones
requeridas a nivel Latinoamérica (1246 cuestionarios contestados), logrando que México
tuviera una participación del 27% con 340 cuestionarios contestados, de 400 que se debieron
tener.
Procedimiento de muestreo: durante un año se estuvieron emitiendo quincenalmente
solicitudes y envíos a diferentes comunidades virtuales, grupos e invitaciones directas a
cibernautas21. Las encuestas se aplicaban virtualmente a lo largo del día en los tiempos libres
que tienen los internautas. Existía la posibilidad de que el usuario iniciara la encuesta y
regresara posteriormente a concluirla. La plataforma digital, www.encuestafacil.com nos
permitía programar envíos, compartir enlaces o invitaciones directas a bases de datos de
correos electrónicos.
Composición psicodemográfica de la unidad de muestreo
La unidad de muestreo es la que se presenta a continuación. La encuesta la respondieron 340
personas distribuidas en localidades urbanas y rurales de los 32 Estados de la República
Mexicana y de las cuales 59% fueron mujeres (202) y 41% hombres (138)
21 La liga de acceso a la encuesta es: https://www.encuestafacil.com/RespWeb/Qn.aspx?EID=1964747
38
Ilustración 8: Distribución por sexo
Fuente: Propia
Con la intensión de poder contrastar los consumos mediáticos en diversas
generaciones mediáticas la Encuesta se abrió para el rango de edad de los 14 a los 80 años y
así poder identificar diferencias quinquenales. No obstante, la población mayoritaria que
respondió osciló entre los 17 y 64 años donde se ubica el 90% del universo. La media de
respuestas por grupo de edad fue de 32 años.
Ilustración 9: Distribución por Edad
Fuente: Propia
Con relación al Estado Civil de los encuestados se identificó que el 37% manifestaron
estar casados; 29% son solteros sin pareja (novio(a)) y 15% son solteros con pareja; 10% de
los participantes viven en unión libre; 4% respondieron estar divorciados, 2% viudos; 2%
pareja no convencional y 1% separados.
39
Ilustración 10: Distribución por Estado Civil
Fuente: Propia
Una variable importante que consideró el estudio se refiere a la profesión religiosa.
69% se denominan católicos; 21% no expresaron religión; 4% se asumen como cristianos de
otra denominación; 1% judíos; 1% budistas; 1% agnósticos y 3% de otras religiones. Lo cual
nos habla en gran medida de la fragmentación de las expresiones religiosas en un país donde
hasta unos años el 85% se asumía como católicos. La expresión religiosa ofrece una visión
moral del mundo y era importante su medición para ver el filtro de la mirada ante el consumo
mediático y su impacto.
Ilustración 11: Distribución por Profesión Religiosa
Fuente: Propia
Llamó fuertemente la atención el grado de escolaridad de los encuestados ya que 47%
cuenta con una licenciatura y 49% con estudios de posgrado (35% maestría y 14%
doctorado), sólo un 4% expresó tener una carrera técnica. Las expresiones profesionales se
registraron en áreas tan diversas como: hogar, ventas, administración, mercadotecnia, diseño,
docencia, relaciones públicas, educación, investigación, sector inmobiliario, capacitación,
turismo, comercio de maquinaria agrícola, transporte, nutrición y desempleo.
40
Ilustración 12: Distribución por Escolaridad
Fuente: Propia
Estructura familiar
El Instituto de Investigaciones Sociales, dirigido por Heriberto López Romo, ha reportado en
los últimos años, una reconfiguración de la estructura y dinámica familiar en México
afirmando que más del 50% de ellas son distintos al modelo tradicional que estábamos
acostumbrados.
Así identifica 11 tipos de familias en México: 1) Papá, mamá y niños (25.8%); 2)
Papá, mamá y jóvenes (14.6%); 3) Pareja, Hijos y otros parientes (9.6%); 4) Familias
reconstituidas (11.1%); 5) Pareja joven sin hijos (4.7%); 6) Nido vacío (6.2%); 7) Pareja del
mismo sexo (0.6%); 8) Papá sólo con hijos (2.8%); 9) Mamá sola con hijos (16.8%); 10) Co-
residentes (4.1%) y 11) Familia Unipersonal (López Romo H. , 2014) (Ver ilustración 13) .
A estas formas estructurales habrá que sumar a las familias conformadas por Papá,
mamá y mascota; Familia Unipersonal con mascota y Viudos con mascota. Como formas de
comunidad y organización afines a la familia con miembros no humanos.
Además se hace notar que a mayor nivel socioeconómico más padres y jóvenes
(26.6%) mientras que en los sectores de clase media se dan las estructuras de padres, hijos y
parientes (39.4%) (Ilustración 14).
41
Ilustración 13: Los 11 tipos de familias en México
Fuente: (López Romo H. , 2014)
Al parecer se identifica que existen en los niveles de clase media baja y baja22
mayor presencia de padres con niños y mujeres sin pareja con hijos (Ilustración 15).
Ilustración 14: Las familias con mayor incidencia en los niveles altos
Fuente: (López Romo H. , 2014)
22 En términos socioeconómicos y siguiendo la clasificación descrita por la Asociación Mexicana de Agencias de
Investigación de Mercados, AMAI, los niveles son los siguientes E (Pobreza Extrema- Nivel que ubica a las personas que
tienen ingresos que van de los $0 a los $2,699 pesos), nivel D (Pobre- En este nivel se encuentran los que tienen ingresos
entre los $2,700 pesos y los $6,799), nivel D+ (Media baja- Ubicados los que tienen ingresos entre los $6,800 y los $11,599),
nivel C (Media- Aquí encontramos a los que ganan entre $11,600 y $34,999 pesos), nivel C+ (Media Alta- Se localizan a
las personas que ganan entre $35,000 y $84,999 pesos), y nivel A/B (Rica- Se registran en este nivel socioeconómico quienes
ganan más de $85,000 pesos).
42
Un indicador importante identificado por López Romo es que la comprensión
tradicional de la familia estaba fundamentada en miembros que compartían bondades del
gasto y oportunidades de bienestar, mientras que en los modelos emergentes se denominan
familia en función de aquélla comunidad de personas que comparten emociones y proyectos
de vida en un mismo hogar.
Ilustración 15: Incidencia de niños en niveles socioeconómicos
Fuente: (López Romo H. , 2014)
Particularmente en nuestra investigación se identificaron únicamente cinco
estructuras familiares: Papá, mamá y niños (17%), Papá, Mamá y jóvenes (42%); Mamá sola
con hijos (17%); Co-residentes (17%) y Solteros con mascota (8%). Con lo que más del 58%
se ubica en el modelo tradicional de familia situación que se apega al hallazgo de López
Romo en relación a la reconfiguración de la estructura familiar en México.
Ilustración 16: Tipo de familia
Fuente: Propia
43
El parentesco que guardaban los sujetos entrevistados dentro de la familia/vivienda
al momento de contestar la encuesta se identificó que 16% en padres de familia; 31% eran
madres; 32% eran hijos; 2% tíos; 1% solteros y 18% se denominaban otros. Ningún abuelo
fue encuestado.
Ilustración 17: Parentesco al momento de contestar la Encuesta
Fuente: Propia
En promedio viven cuatro personas bajo el mismo techo, llegándose a reportar hasta
ocho en una misma vivienda. Específicamente respondieron tener 27% un hermano/hijo;
39% dos hermanos/hijos, 12% tres, 4% cuatro, 9% más de cuatro y 8% ninguno.
Ilustración 18: ¿Cuántos hermanos/hijos tienes?
Fuente: Propia
44
23% vive con sus padres, 13% de manera independientes y solos; 6% con algún
familiar; 3% con algún amigo; 9% con su pareja; 16% con su esposo(a), 19% con su esposo/a
e hijos y 11% con otra persona. 75% en vivienda propia y 25% en renta.
Ilustración 19: Actualmente viven con…
Fuente: Propia
Consumo de medios
Para fines de esta investigación es importante destacar que López Romo en su estudio sobre
Los Niveles Socio Económicos y las Familias en México (2014) contempla como una de las
características del hogar importantes para determinar el grado de bienestar y mayor calidad
de vida el consumo de bienes de comunicación y entretenimiento, por debajo de desarrollo
intelectual, las finanzas y la prevención. Consumo que contempla la dieta mediática de la
familia mexicana.
Ilustración 20: Indicadores de Bienestar y calidad de vida
Fuente: (López Romo H. , 2014)
45
El consumo, como bien señala Roger Silverstone es una paradoja, ya que por un lado
significa destruir y por otra, está asociado con derroche, disipación caprichosa, consumación
y decadencia (1994, p. 179).
El consumo se ubica en el centro de la cultura hipermoderna, es un motivo de
celebración, definición, de producción y reproducción social.
El consumo, no sólo representa la mercantilización de la vida y la cultura, también
implica intercambio, el flujo de objetos, productos, servicios y valores; de mercancía que
representan expresiones y negociaciones.
No hay cultura sin intercambio, sin consumo, expresa el mismo Silverstone, por tanto,
¿qué tipo medios e hipermedios usan y consumen las familias mexicanas? Esta investigación
se planteó esta interrogante de cara a poder comprender qué tipo de nuevos transacciones
significativas se están generando al interior y exterior del espacio doméstico y así comprender
las nuevas significaciones, las nuevas formas de encarnar la cultura por parte de los miembros
de las familias.
Cada bien usado, consumido y adquirido es un símbolo en sí mismo de la condición
humana. En el momento en que forma parte de la vida de las personas, pasa a formar parte
de un sistema de diferencias, de valores, de sentidos que dejan ver la jerarquía de los valores,
gustos y estilos de los propietarios y consumidores. El consumo es una forma de expresión,
de enviar y recibir mensajes, de satisfacer necesidades sociales, de construir sistemas de
sentido. El consumo permite por tanto clasificar a las personas, comprender sus dinámicas,
sus códigos.
El consumo al estar provisto de sentido y ser un acto sistemático de manipulación de
signos como afirma Baudrillard (1988) es también comunicación y posibilidad de decir, es
una condición del habla, es una imagen de la realidad. Pareciera que la manera como el signo
seduce a las generaciones actuales es directamente desde lo mediático.
El consumo mediático se ha vuelto parte de esa red de posibilidades que tienen los
consumidores para expresar sus elecciones y exhibir todo lo que puede hablar de ellos. Lo
que declare su status y los muestre como diferentes, los enmarque, los ubique en un arena de
lucha. Por tanto, el consumo de medios es un signo dentro de otro sistema de signos que a
través de narrativas, géneros y diversos modos retóricos articulan lógicas culturales y
describen intereses y significaciones de la vida.
46
Pero, ¿qué medios consumen las familias mexicanas que nos puedan hablar de sus
nuevas significaciones? Según los datos obtenidos en el estudio cuantitativo realizado, en
cuanto al consumo de medios, los bienes mediáticos que más poseen en sus casas se han
fragmentado de tal manera como se puede ver a continuación: Teléfonos móviles (97%);
Conexión a internet (97%); Redes sociales (94%); Lap top (90%), Whatsapp (85%), DVD
(75%), Televisión a Color (71%), Tablet (67%), Radio (67%), Computadora Personal (66%),
Skype (61%), Revistas (57%), Televisión por cable (48%), iPod (46%), Periódicos (46%),
Consola de música familiar (38%), Videojuegos (37%) y de ahí da un salto cuantitativo hacia
la posesión de bienes como videocaseteras (12%), Reproductores de Discos compactos (2%),
Teléfonos fijo (2%) y Televisión satelital (1%).
Se hace notorio la posesión de bienes digitales y asociados a tecnologías móviles que
facilitan la comunicación entre los miembros y el entretenimiento. Medios tradicionales
como la televisión, la radio, las revistas y los periódicos se consumen cada vez menos.
Dispositivos como el iPod ha bajado su consumo por la renta de servicios de audio y video
en modalidad streaming.
Ilustración 21: Tecnologías de comunicación y entretenimiento en el hogar
Fuente: Propia
97%
38%
75%
2%3%
46%
90%
3%
66%
46%
67%
1%
94%
2%
57%
2%
61%67%
2%
97%
0%
71%
48%
1%12%
37%
85%
7%
47
¿Qué nos dice esto? Que consumimos medios y a través de los medios. Entre los
medios consumidos prevalece el culto a la hiperconexión y la comunicación móvil… Esto
nos muestra la manera como se ha interiorizado el referente social creando una cultura del
intercambio y la ubicuidad presencial.
La hiperconexión se alimenta de los contextos, de la ambientación, de las puestas en
escena, de las representaciones… Por tanto, estos consumos no se manifiestan aislados sino
en conjunto, en paralelo, uno que refiere a otro. El sujeto en el centro forma con los medios
consumidos, ambientaciones, pero también un ecosistema.
El ecosistema mediático es un ecosistema de representaciones simbólicas operantes
y definitorias fuertemente vinculadas con la reproducción de imágenes, signos, códigos y
sonidos que se diluyen, desdibujan y desvanecen. Dado que el consumo de medios por los
miembros de la familia se realizan en modo multitarea, los internautas dan cuenta del
consumo paralelo que hacen de uno, dos o más medios a la vez.
El incremento del consumo de internet y dispositivos móviles se ha vuelto una
tendencia mundial. La portabilidad de las herramientas de comunicación permiten a las
personas habitar múltiples espacios y dialogar con personas de todas partes del mundo desde
la palma de la mano.
La televisión como séptimo medio de consumo habla del desplazamiento que está
sufriendo el soporte audiovisual en las nuevas culturas juveniles, tendencia que ya se habían
observado en otros estudios.
El desplazamiento de las computadoras por parte de los dispositivos móviles se
encuentra en sintonía con la tendencia mundial que ha encumbrado a los teléfonos y tabletas
por encima de las computadoras portátiles y de escritorio.
Los mismos DVD’s que hace unos años reflejaban la migración de los televidentes al
consumo bajo demanda o asincrónico se mantienen por encima de otros medios tradicionales,
pero no ha incrementado como se suponía, razón que puede estar anclada al surgimiento y
popularización de servicios como Netflix o Claro video.
Consumir medios, por tanto, más allá de una práctica ritual e instrumental habla de
reclamos de status, pertenencias, pero también de prácticas culturales, dinámicas de
significación, sistemas de mediación de la vida social y psíquica.
48
La llegada de los hipermedios modificaron la vida de las personas por completo; las
mismas prácticas de consumo se modificaron; sin embargo, aunque mutó la plataforma, el
contenido consumido pareciera ser lo realmente significativo, eliminando la premisa de que
lo verdaderamente importante para las familias es el culto tecnológico y no, lo que empieza
a manifestarse es el culto por las narrativas y el poder expansivo e inmersivo de los
contenidos digitales.
El consumo está fuertemente ligado a los modos de producción; no obstante, en los
procesos de digitalización de la cultura y la condición activa de los receptores, también en el
consumo se abre la posibilidad de la reproducción social. La posibilidad prosumidora de que
a través de los consumos se reproduzcan modos culturales, valores de cambio,
representaciones simbólicas, hábitos y prácticas identitarias.
El consumo reproduce la dinámica cultural; es decir, un mayor culto a la vida en línea,
el uso de internet y computadoras para acceder a nuevos sistemas, estructuras y esferas de la
vida.
Este cargado paquete de consumo orientado hacia los medios digitales implica una
serie de nuevas competencias, expresa el habitus, los valores y prácticas de distinción que
tienen las nuevas generaciones de familias mediáticas mexicanas.
La ecología mediática que se logra percibir en estas gráficas al desplazarse alrededor
del sujeto construyendo constelaciones donde reverbera la persona misma, su modo de
vinculación mediatizado con el otro, el mundo y la proyección de su identidad.
Tal como lo identificó en su momento la Asociación Mexicana de Agencias de
Investigación (AMAI), hoy es posible medir niveles socioeconómicos y culturales en función
de sus patrones de consumo. Siguiendo esa premisa, la manera como se articulan estas
constelaciones de medios, permitiría de igual modo, comprender las competencias
instrumentales de mediación comunicativa, así como los códigos, convenciones y
conocimientos adquiridos por los contenidos transmitidos por estos medios consumidos.
Nos encontramos, por tanto, ante una familia de consumidores que consumen medios,
mensajes y códigos simbólicos; consumidores que enlazan sus medios, que los engranan, que
construyen constelaciones en las que se pueden percibir intenciones, distinciones, conductas
y comportamientos.
49
Con estos medios consumidos los sujetos se están comunicando con sus familias, con
sus amigos y sus pares. Establecen lazos profundos con sus pares, colegas y amigos, compran
música, películas, libros, se divierten, entretienen, se informan. A través de ellos se expresan,
y realizan gran parte de su vida.
La vida como un continuum, la vida on line
Las familias están tan inmersas en los medios que se han convertido en un estilo de vida, en
parte de la naturaleza vinculante de grupos sociales y en extensiones de las necesidades
comunicacionales de las personas.
Los medios: industrias, poderes, mercados, comunidades, esferas personales, bienes,
servicios, tecnologías, contenidos, imágenes, sonidos, flujos, representaciones, conexiones,
interacciones y símbolos, son en sí mismos, forma, fondo y estructura.
Su naturaleza ominipresente dejó de operar en la esfera pública para convertirse en la
esfera misma.
Los medios se han convertido en un complejo sistema de señales pasivas y en
poderosas herramientas de comunicación que demandan cada vez más participación. Los
medios están aquí y en todos lados. Llenan todos los espacios de la vida. Vivimos en la
mediósfera, en una mediópolis donde las tecnologías de información poco a poco se han
vuelto transparentes e invisibles en nuestra vida como para aparentar una ausencia perceptiva,
misma que no captamos hasta que fallan.
El poder inmersivo de los medios en la vida de las personas está en su capacidad de
generar experiencias, emociones, reflexiones y cogniciones; de mediar la comunicación cara
a cara y facilitar la integración de las personas a esferas y comunidades de significación a las
cuales por alguna razón particular no hubieran podido ingresar tan fácilmente.
Los medios tienen el poder de generar atmósferas de intimidad, de acercar a las
personas entre sí a través de la creación de escenarios confortables y situaciones amigables.
La forma, la narrativa y el lenguaje de los medios e hipermedios está pensada para acercar a
las personas y hacerlas sentir próximas a las realidades proyectadas en ellos. Esa es la
propiedad interconectiva de los medios: envolver y hacer sentir al usuario como un
protagonista cercano, en constante contacto con lo expresado, acompañado, identificado.
50
Los medios en su compleja y artificial naturaleza logran empoderar al sujeto y
abstraerlo de su aparente soledad para suspenderlo en una especie de ficción de integración
comunitaria.
Pero además de esta forma particular de articular (en lo general) los medios con la
propia vida, ¿qué medios y qué usos particulares dan a estos medios?
Para identificar en nivel de compromiso con los medios digitales y el tipo de relación
de uso, consumo y apropiación que tenían con ellos, se les solicitó indicaran qué medios
usaban más en su día a lo que respondieron: 1) Facebook (52%); 2) Correo electrónico (43%),
3) Whatsapp (37%); 4) Búsquedas en internet (28%); 5) Ver videos en Youtube (20%).
Tabla 10: Actividades en línea realizadas con mayor frecuencia
Fuente: Propia
La jerarquía en el consumo de medios digitales y su ordenamiento está ampliamente
vinculada a formas de expresión y comunicación. Ser y estar son sinónimos de presencia
plena en los espacios sociodigitales. Quizá por ello la relación existente con el tiempo
invertido para el consumo de cada medio como se puede observar en la Tabla 11. Como se
puede ver las cinco redes más empleadas son Facebook, Whatsapp, Youtube, Google + y
Twitter; cuatro de ellas dedicadas a establecer puntos de comunicación y diálogo y una que
desplaza el consumo televisivo para migrarlo al audiovisual digital. Llama la atención la
presencia de Linkedin que funge como punto de contacto profesional.
El tiempo promedio de consumo en Facebook es oscila entre las 2 y 4 horas (47%)
aún cuando hubo quienes reportaron consumirlo hasta 13 horas diarios (2%). Whatsapp
desplazó el contacto y comunicación telefónica empleándose igualmente entre las 2 y 4 horas
y con un usuarios que reportaron emplearlo hasta 22 horas diarias (2%). Youtube por su parte
es consumido mayoritariamente una hora en promedio (59%) muy vinculado ello al ancho
de banda y megas de consumo que implica; no obstante un 4% reportó consumir hasta 7 horas
diarias. Google+ es una de las redes sociales cuyo consumo está asociado a la interacción de
los productos sinergia de la misma compañía Google; su crecimiento ha ido en aumento en
51
los últimos año de ahí que reporte tan sólo un 31% de consumo máximo de una hora y 5%
hasta 7 horas diarias. Twitter por su parte ubica su consumo entre 1 y 4 horas diarias (70%).
Tabla 11: Tiempo promedio invertido diariamente al uso de redes sociales
Fuente: Propia
Se hace notorio el empleo de plataformas móviles como el teléfono celular y la tablet
para el ingreso a redes sociales (Facebook 61%; Whatsapp 97%; Twitter con 59%); esto
ligado a las promesas de venta que hacen las compañías telefónicas al ofrecer acceso
ilimitado a redes sociales bajo los planes de prepago. El consumo de video –Youtube (49%)-
se hace primordialmente por medio de computadoras; ya que implica mayor descarga de
datos y el tamaño de la pantalla para visualizar la información o al contacto como es el caso
de Skype (51%).
Tabla 12: Dispositivos empleados para el uso de redes sociales
Fuente: Propia
52
Los sitios para el acceso a redes sociales han cambiado en los últimos años. El Café
internet, que había sido el sitio que permitió que las clases bajas ingresaran a internet hoy ha
sido desplazado por los espacios públicos con acceso gratuito como parques y centros
comerciales. El hogar y el trabajo/escuela como prolongación de los espacios privados y
domésticos que siguen siendo se mantienen como los principales nodos para la conexión.
Facebook un espacio socio digital que muestra los aspectos íntimos de la personalidad e
identidad de los individuos es consultado mayoritariamente en el espacio privado del hogar
(71%) y el trabajo (19%) como una ventana al exterior; como una vía para “enterarse de lo
que se están perdiendo o haciendo los otros”. El aburrimiento y el hastío del propio vacío por
falta de socialización es una hipótesis derivada de esta afirmación. Whatsapp en cambio
guarda un equilibrio entre los espacios domésticos (46%) y públicos (47%) como enlace entre
ambos mundos el familiar y la vida pública. Es quizá el medio que conecta las ausencias.
Algo similar ocurre con Twitter (50% en el hogar y 33% en los espacios públicos) salvo que
esta red funge como un conector con un mundo de ideas y noticias más que con aspectos
sociales. En el caso de Youtube llama la atención que un 19% lo consulte en los espacios
laborales (versus el 67% en el hogar) ya que al ser mayoritariamente consumo audiovisual
de entretenimiento lo que por esta red circula, pareciera ser más propio de espacios ajenos a
los tiempos comprometidos al trabajo.
Tabla 13: Lugar de acceso
Fuente: Propia
En este caso, literalmente el fin justifica los medios. Ante el imaginario de que los medios sociodigitales sirven como distractores
y vías de aislamiento y evasión de la realidad se anula la premisa cuando no aparecen estos uso reportados, como tampoco el factor de
soledad, búsqueda de pareja o hacer amigos. Las redes por el contrario están siendo empleadas para fortalecer la comunicación con los
grupos primarios: familia (Whatsapp 35%, Skype 24%, Facebook 5%); amigos (Whatsapp 41%, Facebook 31%, Skype 24%), trabajo
(Skype 15%, Linkedin 14%, Whatsapp 9%); red social/comunidad de pares (Facebook 13%, Whatsapp 8%); mundo académico-laboral
(Linkedin 9%, Facebook 3%).
En lo relativo a aspectos de socialización son empleadas para buscar personas con los mismos intereses (Linkedin 9%, Facebook
y Instagram 3%). Buscar empleo (Linkedin 18%). Diversión (Youtube 40%, Instagram 13%, Snapchat 10%, Pinterest 8%). Para expresar
quien soy (Instagram 8%) y mostrar mi estilo de vida (Instagram 5% y Foursquare 4%).
En el ámbito cognitivo son empleadas para aumentar sus conocimientos sobre temas, lugares y actividades (Google+ 14%,
Youtube 8%). Por curiosidad (Pinterest 10%, Instagram 9%, Youtube 7%). Para estar al día (Twitter+ 25%, Facebook 10%, Google+
7%). Para fines educativos (Youtube 14%, Google+ 8%, Facebook 4%). Informarse (Twitter+ 21%, Google+ 13%, Youtube 10%,
Foursquare 8%, Facebook 5%).
Para matar el tiempo libre como tiempo de ocio (Youtube 10%, Instagram 9%)
Tabla 14: Finalidad de uso de las redes sociales
Fuente: Propia
Ante la interrogante sobre si la tecnología ha contribuido a la mejora de la
comunicación en familia 41% considera que sí y 12% que no. Llama la atención que 47% se
mostraba dudosa del impacto positivo o negativo de los hipermedios afirmando que sí les ha
ayudado a tener temas comunes, estar al tanto de los otros, facilitar la comunicación,
inmediatez, estar cerca de los que viven lejos de la familia, reduce los costos de contacto,
permite conversaciones grupales momentáneas. Sin embargo, una parte considera que rompe
la comunicación directa, deja la conversación familiar, se pierde la convivencia, crea un rol
de aislamiento, se vuelven distractores, se abusan de ellas, crean dependencia, se pierde el
encuentro cara a cara y disgrega a la familia. Particularmente 68% expresó que el acceso de
menores de edad a la información de internet tiene algún control en la familia, mientras que
32% no controla el acceso a las redes.
44% de las personas encuestadas expresaron que las tecnologías de información y
comunicación están aislando a niños y jóvenes, mientras que 9% no lo cree y 3% lo
desconoce. 44% por el contrario señala que sólo en ocasiones es cuando se da esta situación
de aislamiento y ruptura comunicacional física.
Ilustración 22: Experimenta que los niños y jóvenes se aíslan en el uso de las
tecnologías
Fuente: Propia
Entre los cambios positivo que expresan haber experimentado en la relación familiar
se encuentran: 8% se han vuelto más unidos; 12% se han vuelto más participativos; 10% se
involucran más en problemas sociales.
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Con relación a los cambios negativos dicen: 13% ser más dispersos; 9% se han aislado
más; 12% tienen menos tiempo de relación; 21% considera que ha alterado las costumbres
familiares.
Sólo 8% expresó no haber sufrido cambio alguno.
Ilustración 23: Tipos de cambios en las relaciones familiares producto de las
tecnologías digitales de comunicación
Fuente: Propia
La vida móvil
Como se ha hecho evidente, los nuevos medios se han convertido en la primera opción de
consumo mediático de los miembros de las familias. Lo importante ya no es el soporte sino
el contenido y la gratificación que estos producen. Los dispositivos móviles con conexión a
internet fungen como medio, canal y contenido. Son fondo y forma. Puntos articuladores de
los múltiples intereses de las personas y su vida cotidiana. Son el canal para realizar
inmersiones a realidades sociales e informativas que no muestran los medios tradicionales.
La cultura visual se impone en su interior, la imagen es la detonadora de sus experiencias de
consumo. Una pantalla se engrana con otra, un mensaje fluye de un medio a otro, los sujetos
fluyen de una narrativa a otra. Las personas llenan sus tiempos libres, de ocio, de vacío con
los nuevos medios. La vida se ha hecho móvil y con los medios llenan todos los espacios de
su vida.
El espacio que llenan los medios genera la ilusión de compañía, intimidad,
satisfacción, seguridad, conexión, relación, aprendizaje, sociabilidad e interacción. Desde los
medios se confronta al mundo, ubican su lugar en él, viven su ciudadanía, su alteridad.
56
La vida social se encarna hoy desde lo móvil, como si fueran complejas y sofisticadas
prótesis sociales… extensiones de la vida misma.
Particularmente el estudio identificó que las actividades realizadas con mayor
frecuencia con un celular son: Mensajería instantánea (Whatsapp) 47%; Usar Facebook
(12%); Hacer llamadas 9%, Correo electrónico 9%, realizar búsquedas de información 7%;
Tomar fotografías 5%, Usar Twitter 5% y leer noticias 4%.
Tabla 15: Actividades realizadas con mayor frecuencia
Fuente: Propia
Tal ha sido el apego y dependencia a las tecnologías móviles que cuando no portan
con ellos el celular expresan sentir: angustia 11%, estrés 15%, inseguridad 10%, 8% libertad,
11% tranquilidad, 37% nada y 8% sentimientos que van desde preocupación, sentirse no
localizables, ansiedad por estar incomunicados, inaccesibilidad, desconexión del mundo.
Ilustración 24: Sentimiento expresado cuando no traen consigo el celular
Fuente: Propia
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Uso, consumo y apropiación de medios
La inmersión en los procesos de mediatización de la cultura se ha convertido en nuestro estilo
de vida, en el hábitat y ecosistema en el cual nos movemos. Su naturaleza vinculante se ha
tornado en una extensión del hombre. Los medios dejaron de ser simples industrias, poderes,
mercados y tecnologías, para convertirse en la subestructura que soporta los procesos
sociales, económicos, culturales y políticos. La esfera pública es la esfera mediática. Lo
público y lo privado se debate en el territorio de la mediatización. En sí son el espacio y lugar
de los encuentros. Llenan ya todos los espacios de la vida. Nos llevan a generar experiencias,
emociones, reflexiones, cogniciones y vías de socialización.
Han generado una atmósfera de intimidad que nos acerca a escenarios confortables y
situaciones agradables. Su forma, sus narrativas, sus lenguajes nos interconectan y
envuelven. Abstraen al sujeto de su aparente soledad. De ahí el compromiso que establecen
las personas y que reporten como los más usados a: el teléfono celular (33%); Internet (31%);
computadora (14%) por encima de la televisión de paga (10%) y la televisión abierta (7%)
que había sido el medio por excelencia, los libros (7%); finalmente la radio (5%) ha sido
desplazada por los servicios de transmisión de datos en streaming. Lo cual hace evidente el
paso de los medios tradicionales a los digitales.
Tabla 16: Medios de comunicación más usados al día
Fuente: Propia
Es más notoria aún la transición hacia la apropiación de los nuevos medios cuando se
les pregunta a los participantes de la encuesta digital “sin qué medio no podrías vivir” y la
respuesta es de llamar la atención. Afirman no poder vivir sin internet (25%), Computadora
(17%) y llama la atención que 17% mencionó a los libros compitiendo con el teléfono celular
(15%) cuando es su primera opción y 24% cuando es la segunda. El cine (5%) figura como
una última opción por encima de la televisión de paga (4%) y abierta (2%). Sin lugar a dudas,
el ordenamiento en el consumo de medios y la jerarquía que estos tienen en sus vidas es muy
diferente a lo que se tenía en un pasado donde los medios tradicionales –por facilidad y
democratización del acceso.
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Tabla 18: Medios sin el cual afirman no pueden vivir
Fuente: Propia
Los medios supieron llenar tan bien los grandes vacíos de las personas que ahora
llenan todos los espacios de su vida. Pasaron de ser una esfera más, a ser la gran esfera que
constituye el universo de significación de las personas.
Hoy sin los medios no pueden vivir. Los medios se encuentran soportando la
vulnerabilidad humana generando por un lado, la ilusión de compañía, intimidad,
satisfacción, seguridad y por otro, ofreciendo verdaderas posibilidades de encuentro,
conexión, relación, aprendizaje, sociabilidad e interacción.
Hoy sabemos que el consumo de medios se da en modalidad engranada y multitarea.
Los usuarios consumen dos o tres medios a la vez sin importar si sus narrativas y lenguajes
se contraponen. Bajo esta premisa, ¿qué tiempo dedican a cada uno al día?
Según la encuesta: en promedio a la televisión abierta le dedican 1 hora diariamente
(42%); de 2 a 4 horas a la televisión de paga (40%); 1 hora a la radio (44%); hasta 4 horas al
cine (58%); 1 hora a las revistas (51%); hasta 10 horas (12%) los teléfonos celulares; 1 hora
para videojuegos (13%); internet se lleva de 5 a 7 horas (32%); 1 hora los periódicos
tradicionales (47%) y los digitales (57%); 2 horas los libros (43%); 1 hora para escuchar
música en el iPod (14%), usar la tablet (23%), consultar Twitter (44%), Skype (33%) y jugar
videojuegos (14%); de 5 a 7 horas usando computadoras (31%); de 2 a 4 horas para consultar
Facebook (43%) y Whatsapp (34%).
El tiempo, pensado en su condición productiva en la Era industrial, se complementó
con el culto fetichista a la mercancía, la instrumentalización de la vida
En la intersección entre el tiempo vivido, el tiempo histórico, el tiempo mental y el
tiempo simbólico convergen el tiempo productivo, el tiempo de ocio y el tiempo muerto. Los
medios, en la dinámica hipermoderna que sostiene el capitalismo hip, ha capitalizado tiempo,
espacio y atención. Las practicas cotidianas, se soportan por igual como extensiones del
mercado. Se apuntalan los estilos de vida, la preocupación por el bienestar, la salud, el estado
59
físico y la belleza; la cultura adolescente y juvenil se exalta y se le suman nuevos niños,
nuevas audiencias como los niños, las mujeres y los jóvenes adultos. El mercado se fragmente
en nano-audiencias, micronichos. Necesidades auténticas, dudosas y falsas se entrelazan a
los valores culturales, juicios estéticos y modos de vida y existir. La manera como se
entretejen en cada individuo le permiten construir un marco de referencia, una perspectiva,
una mirada al mundo.
Tabla 19: Horas en promedio al día de consumo de medios
Fuente: Propia
El consumo de las emociones
Los estilos de vida son expresiones referenciadas y características de determinados grupos.
A través de ellos, como se ha visto, se puede comunicar status, individualidad, conciencia
estilística, gusto, sentido del estilo del propietario o consumidor.
Tipo de cuerpo, vestimenta, expresiones del habla, actividades físicas y de
entretenimiento, preferencias musicales, literarias, cinematográficas y gastronómicas, estilos
de decoración, mobiliario, lugares de recreo y esparcimiento son indicadores satelitales con
los que las personas plasman su identidad.
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La cultura del hiperconsumo atomizó las modas; ahora se adoptan múltiples estilos;
abundan las combinaciones; se incrementaron las posibilidades de elección; la remezcla, la
hibridación, la construcción lúdica de la identidad, es consecuencia del consumo como signos
culturales, como parte del efecto expresivo de los distintos campos sociales.
El habitus guarda gran relación con el estilo de vida, con la producción, difusión y
expresión de una imaginería particular.
La motorización de la demanda y el articulador de la racionalidad mercantilista y
consumista es la publicidad; esa forma expresiva que tiene el capitalismo para crear, anunciar
y reproducir símbolos, marcas y referentes entre todos los grupos, estratos o fracciones
sociales.
Los nuevos medios, como señala Leo Coleman (Coleman, 2009) son lugares donde
las persona van para estar solas en compañía. Son espacios seductores en los que las personas
expresan su vulnerabilidades de manera consciente o inconsciente. En la acogedora soledad
del espacio mediatizado se genera la ilusión de compañerismo en la constante hiperconexión.
Ahí los sujetos intiman, se defienden y contrarrestan su soledad. La conectividad,
como afirma Sherry Turkle (2011) ha extendido las relaciones sociales a lo largo del tiempo
y el espacio recordándole a los sujetos quiénes son o quiénes pueden ser.
La vida en línea permite experimentar múltiples versiones inacabadas de uno mismo,
pasajes paralelos, simultáneos, individuales y grupales. La interconexión de objetos y sujetos
permanentemente exige una adaptación a querer vivir frente a un espejo en el que el mundo
y uno están permanentemente a la vista.
Los hipermedios han hecho énfasis en la actualización constante, en la apertura, en el
estar permanentemente disponible, en mostrarse natural, en ser divertido, relevante y
significativo para los otros de tal forma que uno gane seguidores y amigos.
La vida en red es un loop interminable de repeticiones, imitaciones e innovaciones
basadas en la interacción y la hibridación; en la remezcla derivada de la necesidad de
diferenciación.
La vida en red se alimenta de la interdependencia, de las relaciones vinculadas y las
mentes y corazones interconectados. En la red, las personas circulan entre el mundo real y el
virtual; entran y salen, se mantienen en línea continuamente. Sus valores y creencias se ven
afectados por los mensajes permanentemente compartidos por sus pares.
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Uno es aquello con lo que creció; uno se desplaza en el mundo y encuentra su lugar
en él con las herramientas que la vida les ofrece (Block, Schultz, & BIGresearch, 2009). Las
generaciones que vivieron la década de 1970 crecieron con las grandes cadenas televisivas;
en 1980 su mundo se amplificó con la televisión por cable; en 1990 la revolución digital
colocó las computadoras personales en el corazón de la vida productiva y en el 2000 internet
en el centro de la vida de las personas; el 2005 el nacimiento de las redes sociales; el 2010 el
boom de la telefonía inteligente y el 2014 el despunte de las tabletas, la tecnología portable
(wearable) y los accesorios inteligentes.
Estamos ante múltiples generaciones de usuarios que nacieron, crecieron, convivieron
y han madurado en compañía de múltiples medios de comunicación y otras tantas tecnologías
de información. Su vida es el reflejo de la colonización tecnológica y la apropiación de
medios. Estos usuarios han escrito su biografía apoyados de cámaras digitales, computadoras
personales, teléfonos inteligentes, tablets, videojuegos y redes sociales.
Por ello, este estudio pretendió conocer: el comportamientos de los miembros de la
familia; identificar el tipo de articulación y dependencia que tienen con el resto de los
miembros y en el ámbito personal; qué tipo de prácticas de socialización tienen en lo público
y lo privado; y sus tácticas performativas de construcción identitaria.
Por tanto, un factor por demás relevante para este estudio fue conocer el estado psico-
emocional en el que se encuentran los miembros de la familia; ya que a lo largo del estudio
surgió la hipótesis de que existe una relación particular entre los estados anímicos y el
consumo de medios.
Existen una serie de trabajos como el de Juliet Schor (2006) y Martin Lindstrom
(2006) que afirman que las jóvenes generaciones al sentir que viven en el peor de los mundos
posibles, en estructuras familiares no tradicionales, con padres o familiares que trabajan todo
el día, viviendo gran parte del día solos, sin atención por parte de algún otro familiar y sin
comunicación física con otros jóvenes, tienden a llenar el vacío, la soledad y la tristeza
teniendo un alto consumo de medios.
Otros estudios, como el realizado por Yahoo!, OMD y (Hess & Madansky, 2006)
expresan, por el contrario, que el alto consumo de hipermedios responde a una mayor
necesidad de las familias de estar vinculadas y comunicadas entre sí.
62
En particular se les preguntó sobre la frecuencia que existe en su comunicación
familiar a lo que respondieron en su totalidad tener comunicación familiar: 46% indicó
tenerla siempre; 44% frecuentemente; 9% algunas veces; y sólo un 1% señaló tenerla casi
nunca.
Ilustración 25: ¿Qué tan frecuentemente te comunicas con tu familia?
Fuente: Propia
Ante la calidad de la comunicación se expresaron que era: Muy abierta (31%); Buena
(52%); 13% Suficiente; sólo 3% afirmó que no lo escuchan y nadie contestó que fuera nula.
Ilustración 26: ¿Consideras que la comunicación con tus seres queridos es...?
Fuente: Propia
Esto nos lleva a comprender que su percepción de futuro sea: Muy prometedora
(16%); Prometedora (54%); Les daba igual (4%); Poco prometedora (22%) y Muy negativa
(4%).
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Tomando en cuenta estas posturas encontradas, este estudio quiso indagar las
relaciones existentes entre estados anímicos, consumo de medios y prácticas identitarias de
las familias.
Específicamente se diseñaron una serie de preguntas que ayudaron a conocer el estado
de ánimo, actitudes hacia el mundo y sus prácticas sociales. Concretamente la batería de
preguntas apelaba a la gran interrogantes sobre ¿cómo se sentían los sujetos investigados en
el último mes? De igual forma se les preguntó si ese estado psico-emocional varió una
semana antes a la aplicación de la encuesta.
Ante ello, los usuarios expresaron que en los últimos 30 días manifestaron
mayoritariamente situaciones de orden pro-social.
88% afirmó pasarla bien; 90% se ha sentido aceptado por sus amigos; 69% participó
en eventos públicos; 33% se ha sentido deprimido; 86% tuvo confianza en sí mismo; 47%
estuvo de mal humor; 79% se sintió seguro para socializar; 69% tuvo seguridad al enfrentarse
a situaciones que implicaban riesgo; 69% estuvo preocupado; 88% estuvo relajado; 88% tuvo
confianza al estar con personas del sexo opuesto; 43% se sintió aburrido; 25% sintió un vacío
emocional; 17% sintió un vacío espiritual; 18% tuvo problemas familiares y 9% con algún
amigo (Tabla 20).
Esto se mantiene en congruencia ante la batería de preguntas relativas a cómo se
perciben ante los demás, en las que afirmaron: Controlar sus emociones (82%); Confiar en
los demás (58%); Defenderse constantemente y amenazar a los demás (6%); Aceptar las
críticas hacia su persona sin enojarse (58%); Sentir que le agradan a los demás (73%);
Recurren con frecuencia al maltrato verbal (39%); Expresan sus sentimientos y permiten el
acercamiento (64%); Aceptan que haya otros que sean más inteligentes que ellos (83%); Se
dejan llevar por sus instintos (22%); Controlan su carácter cuando se enojan (66%); Tienen
tendencia a agredir a los demás (23%); Se sienten amenazados por los demás (45%); y
Discuten con frecuencia con otras personas (59%) (Tabla 21).
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Tabla 20: En los últimos 30 días, ¿con qué frecuencia experimentaste las
siguientes situaciones?
Fuente: Propia
Los encuestados manifestaron que para ellos en los últimos 30 días había sido
importante: Relacionarse con su familia (97%); Practicar algún deporte (49%); Practicar
alguna religión (47%); Defender los derechos humanos (84%); Aceptar la diversidad sexual
(77%); La política nacional (81%); La ecología (84%); La situación económica del país
(90%); Los valores de las personas (88%); El futuro del país (90%); y la seguridad pública
del país (94%) (Tabla 22).
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Tabla 21: Opciones que consideraban más adecuadas para ellos
Fuente: Propia
Estamos pues ante un grupo de personas que se han insertado en los procesos de
globalización en medio de grandes transformaciones institucionales, económicas, políticas y
culturales. Dichas transformaciones los llevan a vivir en un estado emocional complejo que
oscila entre el deseo por participar y cambiar la dinámica actual del país y el coraje y la
frustración individual por problemas internos, personales, familiares o sociales que están
viviendo.
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Las diversas estructuras familiares en las que viven, la complejidad de sus tramas y
relaciones familiares y afectivas, la desigualdad social que se vive en el país, las condiciones
económicas particulares y la inseguridad a la que están expuestos los ha llevado establecer
su propio tejido social, establecer sus propias tramas culturales y convertirlos en estilos de
vida y agencia familiar.
Con estos diversos perfiles psico-emocionales se han situado y posicionado de una
manera particular ante los medios e hipermedios.
Los hipermedios, se han situado en la vida de las familias mediatizadas como un
espacio de flujo y juego en los que tienen la posibilidad de crear, recrear e innovar sus modos
de estar juntos, de proyectar sus expresiones estéticas, gustos y preferencias.
Con los hipermedios hoy establecen nuevas formas de organizarse, comunicarse,
experimentar, jugar, soñar y satisfacer por sí mismos dudas, inquietudes y cuestionamientos
sobre la vida y la existencia.
Tabla 22: Eventos y actividades importantes para ellos en los últimos 30 días
Fuente: Propia
Conclusiones: La Familia 2.0
La posmodernidad confrontó las instituciones y la hipermodernidad aceleró en muchos casos
su proceso de quebrantamiento y disolución. Grandes cambios estructurales se están viviendo
en el ámbito financiero, de la salud, en el energético, en la educación, en el ambiental, en el
científico, en el mediático, cultural, religioso, gubernamental, político y social (Tapscott &
Williams, 2010).
Como se ha visto, la familia, no fue ajena a estas modificaciones estructurales
perdiendo incluso sus funciones públicas manteniendo las privadas (Prost, 1991).
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Como bien señala Antoine Prost hace más de 25 años se hablaba ya de la privatización
de la familia después de sufrir grandes cambios en su naturaleza al desinstitucionalizarse,
desformalizándose, y adquiriendo una vida autónoma en su interior.
La vida privada se desdobló: por un lado tenemos que dentro de la vida privada de la
familia se erigió una vida privada individual (Prost, 1991) y por otro lado, en la vida
mediática se desdobló la vida pública familiar y la vida privada individual. Los medios e
hipermedios ampliaron los muros de la vida privada que solían rodear al universo doméstico.
Con los hipermedios se conquistó un nuevo espacio. Una nueva habitación (digital) se añadió
al hogar. Las dimensiones infinitas de la habitación permiten desahogar las presiones
cotidianas. La comodidad y equipamiento del espacio digital (llámese recursos, herramientas,
apps y medios engranados) separan a una clase de otra cuando hablamos de estructura de la
vivienda y la democratización de los bienes de consumo en el hogar y, de igual forma reducen
la presión que ejercen los miembros del grupo familiar.
Estos cambios cuantitativos también lo son en lo cualitativo. Así como en el seno de
la vida privada familiar nace la de los individuos, en la vida digital nacen las nuevas
identidades.
La familia nuclear dejó de ser el único modelo. Hoy tenemos muchas formas de vivir
la condición familiar. Pese a todos los cambios, la familia sigue siendo el núcleo más
importante para expresar los afectos y experimentar en compañía seguridad, estabilidad
económica y amor.
Los medios, desde sus inicios estuvieron presentes en la vida familiar, ocupando
incluso espacios específicos en el entorno doméstico. Los medios han jugado desde siempre
un papel importante en la vida familiar, como contadores de historia y entretenedores, como
articuladores conversacionales, como detonadores de reflexión, como compañeros en
momentos de soledad, como memoria gráfica de momentos relevantes y significativos, como
punto de encuentro, como referencia pedagógica e informativa, como marco de referencia
para estar al día y tomar decisiones al interior de la familia.
Su distribución espacial es muy significativa: la sala de estar, la cocina, el estudio, la
recámara. Su ubicación en los espacios públicos o privados habla del nivel de intimidad que
se tiene con el medio.
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La llegada de los hipermedios e internet a la vida familiar y su adecuación al entorno
doméstico, modificó muchas de las dinámicas familiares. Hoy los hipermedios han logrado
adentrarse al espacio más privado de la vida de las personas. Los acompañan en todo lugar y
todo momento.
El cine educó la sensibilidad y la estética de muchos Baby boomers, la televisión fue
la niñera para la Generación X, e internet para la Generación Y. Los videojuegos
evolucionaron de la mano de la Generación Nintento y el teléfono celular con los miembros
de la Tribu del Pulgar (Generacón Txt). La Generación iY, no puede vivir sin su Tablet y los
Millenials viven hiperconectados haciendo su vida desde una laptop. La Media Generation,
encontró en el iPod la posibilidad de vivir bajo demanda, así como la Generación Net
comprendió que el mundo era más grande que su cuadra gracias a internet.
La relación con los medios en el contexto doméstico y familiar se ha intensificado en
presencia y frecuencia de uso (Tubella, Tabernero, & Dwyer, 2008). Las familias se han visto
obligadas a reducir la brecha tecnológica entre sus miembros para mantenerse vinculados y
en permanente comunicación.
Los medios se han incrustado en el hogar como un electrodoméstico más, pero con la
posibilidad de cumplir multifunciones dependiendo de cada uno de los miembros.
Hombres y mujeres, niños y adultos, los emplean en modo diferenciado y con fines
muy particulares. Existe pues, una gran diferencia en el acceso y el grado de implicación y
conexión.
Ya el estudio It’s a Family Affair: the Media Evolution of the Global Family in a
Digital Age (Hess & Madansky, 2006) reportaba cómo las familias se encontraban en el
entorno global más comunicadas que nunca, viviendo una cierta democratización de
participación y con una voz en la selección de medios, formas de entretenimiento, adquisición
y uso de los mismos. Los hipermedios, así mismo, habían contribuido a que sus miembros
estuvieran permanentemente en línea, conectados a través de múltiples dispositivos y
realizando diversas tareas simultáneas de comunicación y entretenimiento. Incluso, en
muchas familias, parecía existir un regreso al rescate de valores fundamentales para adaptarse
a los acelerados cambios del mundo moderno.
Por tanto, en el informe se pretendió identificar el rol que juegan los medios e
hipermedios en la dinámica familiar de los usuarios estudiados; esto vinculado a las prácticas
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comunicativas de la misma familia y la incidencia que pudieran tener en los consumos
mediáticos en las prácticas identitarias. Así se les cuestionó sobre la frecuencia y calidad de
la comunicación familiar, así como la percepción del futuro que les espera.
La comunicación familiar fue el componente más importante dentro de esta
investigación dado que se pretendió encontrar vinculaciones psico-emocionales entre el
consumo de medios y las motivaciones de uso. Esto ya que se tiene la hipótesis de que algunas
motivaciones, expectativas, preocupaciones y valoraciones de la vida están ampliamente
relacionadas con la fortaleza de los vínculos afectivos familiares. Una mala comunicación
familiar podría incidir directa o indirectamente en el tipo y cantidad de medios que se
consumen.
Particularmente se ha visto que las familias con hijos presentan un mayor grado de
incorporación de equipamiento tecnológico. Y en aquellos padres mayores de 30 años, existe
una definición de una franja horaria para realizar actividades cotidianas con los medios
(Tubella, Tabernero, & Dwyer, 2008).
En la dinámica social, donde los padres tienen una vida laboral más activa e incluso,
en muchos casos invadiendo los espacios de convivencia familiar, los hipermedios les
permiten capitalizar tiempos muertos para comunicarse, vigilar y controlar a sus hijos.
A través de las redes sociales muchos padres están enterados de las acciones de sus
hijos por los comentarios que vierten en sus posts; tanto así que muchos jóvenes migran de
alguna plataforma o red cuando sienten que sus padres están invadiendo su espacio vital.
Los medios, por tanto están interviniendo fuertemente en la dinámica familiar y les
obligan a buscar equilibrios entre el consumo individual y el familiar; entre el tiempo de
consumo de medios y la realización de actividades de esparcimiento y convivencia; entre el
acceso y el control.
Los tiempos de pantalla también se están distribuyendo en consumos individuales y
familiares. E incluso, aún cuando las familias sienten que los medios han contribuido a
mejorar su comunicación, guardan gran preocupación por el consumo abusivo y adictivo que
algunos de sus miembros mantienen.
El espacio familiar y el entorno doméstico es uno de los principales escenarios donde
se están produciendo los cambios vinculados con los usos y consumos de medios de
70
comunicación. En muchos casos se ha dado una retro-socialización en que los hijos
transfieren conocimientos y alfabetizan digitalmente a sus padres.
Ahí se hacen tangibles las transformaciones en la gestión del tiempo, las actividades
realizadas y la manera de vincularse en los contextos sociales, económicos, académicos,
profesionales y culturales.
Los hipermedios les permiten a los miembros de la familia ir del salón de clase a la
casa, de la casa al trabajo y del trabajo a los espacios de convivencia con un solo click. Los
medios tradicionales, como la radio y la televisión siguen ocupando un lugar en la vida de
las familias aún cuando los tiempos y las prácticas han mutado y los nuevos medios se
colocan en un lugar especial en la organización de la vida cotidiana y familiar.
Varios son los medios que en el consumo doméstico terminan siendo utilizados en un
modo más individual y en solitario. De ahí la controversia que actualmente esto genera en el
entorno familiar. Aún cuando en la dinámica familiar tuvieran restricciones horarias para el
consumo de medios, los hipermedios les permiten estar disponibles todo el tiempo.
La flexibilidad multimodal, multicanal y multiplataforma de los hipermedios ha
incrementado el nivel de cohesión de los miembros de la familia ya que ahí circulan
emociones compartidas, se logra la empatía discursiva, genera nuevas formas de sociabilidad,
discusiones, negociaciones, charlas, reuniones y validan consensualmente situaciones
emocionales.
Con los nuevos medios la noción de pudor se abrió, se fragmentó; como también lo
hizo la posesión de bienes digitales y de intimidad. La vigilancia mutua y cooperativa es una
forma de entender y conocer la vida privada del otro. Entre más me muestre sus objetos y
elementos privados más cercano soy a su intimidad. Los vínculos se afianzan en esa relación,
en los secretos, en las confidencias. Apropiarse del espacio personal digital es también una
forma de salir del espacio doméstico, una forma de escapar de la familia sin dejar de estar
con ella.
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