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Curso digital sobre música e instrumentos musicales tradicionales de América del Sur. Por Edgardo Civallero. Ver http://bitacoradeunmusico.blogspot.com.es/
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INTRODUCCION A LAMUSICA TRADICIONAL DE
AMERICA DEL SUR
EDGARDO CIVALLERO
INTRODUCCION A LAMUSICA TRADICIONAL DE
AMERICA DEL SUR
UNIDAD DOS
Edgardo Civallero (Buenos Aires, 1973) es bibliotecario, músico, investigador y escritor.
Estudió Bibliotecología y Documentación en la Universidad Nacional de Córdoba
(Argentina), así como Historia (especialidad Antropología y Arqueología). Ha publicado
trabajos académicos relacionados con su especialidad (tradición oral y conocimiento
indígena) y ha incursionado en sus otras pasiones: la música tradicional sudamericana
y el diseño gráfico. Ha sido editor de la revista digital "Tierra de vientos" sobre música
y cultura sudamericana (2010-2014) y actualmente desarrolla sus labores de
investigación y divulgación en su “Bitácora de un músico”.
Cómo citar este documento en caso de uso total o parcial de sus contenidos:
Civallero, Edgardo (2012). Introducción a la música tradicional de América del Sur.
Taller. Unidad 02. [En línea]. http://bitacoradeunmusico.blogspot.com.es/
© Edgardo Civallero, 2012
© de la presente edición digital, 2012, Edgardo Civallero
Diseño de portada e interior: Edgardo Civallero
Los contenidos textuales del taller “Introducción a la música tradicional de América del
Sur”, incluidos en el presente documento, se distribuyen bajo una licencia
Reconocimiento-No comercial-Compartir igual 4.0 Internacional de Creative Commons.
Para ver una copia de esta licencia, visite:
http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/
Textos registrados en SafeCreative:
http://www.safecreative.org/
Contenidos proporcionados desde:
http://bitacoradeunmusico.blogspot.com.es/
[Introducción]
De pampas, valles, patagonias e islas
Con la presente unidad se inicia una aproximación a la música del Cono Sur
sudamericano, el área más meridional del continente, que incluye los actuales
territorios de Chile, Argentina Uruguay y Paraguay. El sur de Brasil (estados de
Paraná, Santa Catarina y Río Grande del Sur) también forma parte de esta
región, pero su exploración se deja para una unidad posterior, que abarcará
todo el país.
El Cono Sur es una división geográfica con caracteres históricos y culturales
comunes que incluye, a su vez, varias "sub-regiones" posibles. A efectos de
estudio se han definido las siguientes: la Patagonia argentino-chilena y el
archipiélago de Chiloé; el área de influencia Mapuche en Argentina y Chile; el
valle central de Chile; la región pampeana argentina; el área platense (cuenca
del Río de la Plata) argentino-uruguaya; el litoral uruguayo-argentino y el Chaco
argentino-paraguayo; la región cuyana y la región central argentina; el noroeste
argentino; y el Norte Chico y el Norte Grande chileno. En esta segunda unidad
analizaremos las cuatro primeras sub-regiones, que abarca grosso modo desde
los 35º de latitud sur hasta el extremo meridional del continente.
1. La Patagonia
1. La Patagonia
"Patagonia" es un término derivado de "patagones", nombre con el que fueron
designados los pobladores originarios de la región (probablemente Aónikenk)
por parte de Antonio Pigafetta, el cronista de la expedición de Fernando de
Magallanes, cuando él y sus compañeros contactaron con ellos en 1520.
Geográficamente, la Patagonia argentina se extiende desde los ríos Barrancas y
Colorado al norte hasta el Cabo de Hornos al sur, mientras que la chilena abarca
desde el seno de Reloncaví hasta el Cabo de Hornos, sin incluir el archipiélago
de Chiloé. La Patagonia incluye la Isla Grande de Tierra del Fuego, que se
reparte entre ambos países y está separada del territorio continental por el
Estrecho de Magallanes.
El lado argentino es, básicamente, una extensa estepa barrida por los vientos
que bajan desde la cordillera andina o que entran desde el océano Atlántico. Los
Andes, a esas latitudes, ya son una cadena de montañas relativamente bajas,
que albergan los últimos rezagos de bosques, enormes glaciares, hermosos
lagos (algunos de ellos, parte del territorio protegido en Reservas y Parques
Nacionales) y varios picos interesantes (p.e. el Fitz Roy o Chaltén). En el lado
chileno, la cordillera se desploma al mar formando una intrincada y fascinante
red de fiordos e islotes. Tierra del Fuego, por su parte, mantiene una estructura
similar, aunque a escala insular y con cumbres más modestas.
Toda la región es, sobre todo, ganadera (ganado lanar), aunque el motor de la
economía viene movido por las grandes reservas de hidrocarburos ubicadas en
el subsuelo.
Tierra del Fuego estuvo poblada por los pueblos Selk'nam ("onas"), en el interior
de la isla, y Qawésqar ("alacalufes") y Yágan ("yámanas"), en las costas, fiordos e
islas cercanas. En el continente, el territorio patagónico argentino estuvo
habitado por pueblos conocidos genéricamente como "tehuelches" (los
antiguos "patagones"), cuya organización aún no se ha aclarado del todo, pero
que incluían al menos a los Aónikenk ("tehuelches del sur") y a los Gününa-küna
("tehuelches del norte"). El lado chileno estuvo poblado por las sociedades
fueguinas anteriormente citadas. En la actualidad, y tras campañas de
exterminio que solo pueden calificarse como "genocidio", solo quedan, de todos
ellos, un reducido número de descendientes, en ocasiones muy mestizados.
La música de los pueblos originarios fueguinos ha quedado recogida, de forma
muy fragmentaria, en un puñado de cilindros de cera y en algunas tempranas
grabaciones etnográficas. En el caso de los Selk'nam, sin embargo, existe un
notable testimonio documental producido por la antropóloga Anne Chapman,
que recoge los cantos de la última xo'on (chamán), Lola Kiepja. Los cronistas y
misioneros que vivieron y trabajaron en Tierra del Fuego no indicaron la
presencia de instrumentos musicales, como no fuera algunos idiófonos
elaborados con lo que se tuviera más a mano (conchas de caracol, palos, etc.).
Se entonaban cantos corales comunitarios, además de los ya mencionados
cantos chamánicos.
En la Patagonia argentina existieron algunos instrumentos musicales,
conservados hasta tiempos relativamente recientes entre los Aónikenk, sobre
todo los de la comunidad de Camusu Aiké. Se contaron el arco musical frotado
ko'olo, el tambor ápel, el sonajero chelper, la quijada tarrum y la flauta rambo.
El único ritmo musical Aónikenk del que ha quedado noticia es el kaani. En la
actualidad, los "tehuelches del sur", como les ocurriera a los "tehuelches del
norte" (aunque en menor medida que aquellos), han sufrido un proceso de
"araucanización" (influencia Mapuche), lo cual afecta no solo a sus costumbres y
su música, sino también al resto de su cultura y su lengua. A pesar de ello, se ha
rescatado y preservado el idioma originario y, sobre todo, la rica mitología del
pueblo Aónikenk, que explica muchos detalles de la geografía y la cosmogonía
nativa, incluyendo historias sobre el Chaltén, el cerro sagrado.
Entre los criollos actuales (mestizos y descendientes puros de inmigrantes
europeos) se ha desarrollado la llamada "canción patagónica", que saltó a los
escenarios (sobre todo en Argentina) en la década de los 50' del siglo pasado,
principalmente de la mano de intérpretes como Héctor Giménez Agüero,
Marcelo Berbel y Los Hermanos Berbel. De ella forman parte p.e. canciones
(sureñas), polkas y retumbos sureros, así como géneros "inventados" como
cordilleranas, corrilleras, kaanis (adaptación del ritmo Aónikenk homónimo) y
loncomeos (adaptación del ritmo Mapuche de longkomew).
En la Patagonia argentina se encuentra una importante colonia de inmigrantes
galeses (Trelew, provincia de Chubut) que mantienen la música de sus
ancestros. Asimismo, buena parte del territorio ha adquirido elementos de la
música pampeana.
2. El archipiélago de Chiloé
2. El archipiélago de Chiloé
El archipiélago de Chiloé es un conjunto de islas perteneciente a Chile, situado al
sur del país. Está compuesto por la Isla Grande de Chiloé y numerosos islotes, y
está separado de tierra firme por el canal de Chacao. La Isla Grande está
cubierta por selva valdiviana (monte de hoja perenne de arrayanes, robles,
quilas y pangues) y bosques de alerces.
Puede decirse de Chiloé que es un mundo aparte, con un extenso bagaje
cultural propio, fruto de la unión de la cultura (sobre todo musical y poética)
ibérica e inmigrante con las tradiciones indígenas locales (una mezcla de grupos
Huiliche/Williche y Chono). La arquitectura local (sobre todo las iglesias de
madera), el tejido, la cestería y la gastronomía se han convertido en verdaderos
atractivos turísticos por sus particularidades.
En términos musicales, en Chiloé se encuentran elementos sonoros y rítmicos
muy notables. Entre ellos se destacan géneros, estilos y danzas locales como la
sirilla, la refalosa, la pericona, la trastasera, la nave, el costillar, el pavo, el
cielito, el rin y la cueca chilota. Pocos son puramente autóctonos: la nave es de
procedencia hispana y la sirilla o segrilla, una adaptación de la seguidilla ibérica;
el rin deriva de la cuadrilla y la contradanza inglesas, mientras que la trastasera,
el cielito y la refalosa tienen antecedentes en Argentina y la pericona los
encuentra en el pericón del área platense. Sin embargo, el aislado y conservador
mundo isleño ha preservado versiones bastante puras de formas musicales y
coreográficas muy antiguas. Asimismo, mantiene vigentes numerosas creencias,
leyendas, costumbres, formas de hablar e historias, muchas de ellas reflejadas
en las letras de sus canciones.
El folklore chilote ha sido objeto de numerosas investigaciones por parte de
músicos populares y musicólogos chilenos, sobre todo a partir de la década de
los 50' del siglo pasado; su música ha sido recopilada y difundida, entre otros,
por personajes como Violeta Parra, Víctor Jara, Héctor Pávez, Rolando Alarcón y
Gabriela Pizarro, y por grupos de la talla de Millaray, Chamal, Bordemar o
Chilihué, además de otras formaciones adscriptas a la Nueva Canción. En líneas
generales, las interpretaciones de estos grupos son muy estilizadas y arregladas,
a veces de proyección. Afortunadamente, la auténtica música chilota sigue
estando viva en la boca y en las manos de sus cantores y cultores.
3. El área Mapuche
3. El área Mapuche
Los Mapuche (en mapudungu, "gente de la tierra") son una de las sociedades
originarias más importantes del Cono Sur americano, tanto por su larga historia
(una de férreas resistencias en defensa de su tierra y de su identidad) como por
la innegable influencia que su cultura y su lengua han tenido sobre las culturas
regionales actuales.
El área actualmente ocupada por el pueblo Mapuche incluye territorios en el sur
de Chile y de Argentina. En el lado chileno, se ubican aproximadamente desde el
río Bío-Bío hasta el archipiélago de Chiloé (que no queda incluido), en las
regiones de Bío-Bío, Araucanía, Los Ríos y Los Lagos (la llamada "zona sur"). En
el lado argentino, se extienden desde el sur de las provincias de Buenos Aires, La
Pampa y Neuquén hasta la provincia de Chubut. Al mismo tiempo, se cuentan
numerosas comunidades urbanas tanto en Buenos Aires y Santiago de Chile
como en otras grandes ciudades. En el ámbito rural –en donde son más
numerosos– los Mapuche desarrollan tareas en rubros como agricultura,
ganadería y silvicultura, así como en la pequeña industria local.
La historia de los Mapuche es la de una eterna lucha. A lo largo de los últimos
siete siglos batallaron contra las sucesivas oleadas de ocupación: incaica
primero, luego española, y chilena después. Durante el siglo XVIII extendieron
su área de influencia a la vecina región pampeana argentina, fundiéndose con
los grupos indígenas locales o aniquilándolos, y desde allí hacia el sur, ocuparon
la mitad norte de la Patagonia argentina e influyeron en el resto.
El territorio Mapuche en Chile se divide entre varios sub-grupos, que deben sus
nombres a su hábitat: Nagche, Nguluche, Wenteche, Lafkenche, Pewenche,
Williche, etc. Esos hábitats incluyen desde pinares y pehuenales cordilleranos
(hoy en franco retroceso) hasta campiñas, lagos y bosques caducifolios, y una
nada desdeñable porción de costa e islas. Buena parte de la flora y la fauna local
mantiene sus nombres en mapudungu, la "lengua de la tierra", algo que
también ocurre con los principales accidentes geográficos.
El pueblo Mapuche posee una serie de cantos e interpretaciones musicales que
pueden clasificarse, grosso modo, en dos categorías: los tayül o "tahiel"
(interpretados en contextos que podrían considerarse "religiosos") y los
ülkantun (interpretados en celebraciones cotidianas de carácter "profano"). Los
últimos se ocupan de distintas temáticas, e incluyen instrumentos de ejecución
personal e íntima, como el trompe (arpa de boca, empleada para canciones de
amor), el pinkulwe (una flauta de pico) o el kunkulkawe (un arco musical doble),
mientras que en los primeros se utiliza todo un arsenal de instrumentos, entre
los que podemos mencionar el kultrún o kultrung (característico timbal
Mapuche) y el kakekultrún (tambor de doble parche), la trutruka o xuxuka (larga
trompeta natural), el ñolkiñ (pequeña trompeta natural que no se sopla, sino
que se hace sonar con una violenta aspiración del aire), la pifilka (silbato de
madera o caña) y el piloilo (silbato múltiple/flauta de Pan).
La música religiosa se emplea sobre todo en las rogativas a Ngenechen (el
creador), llamadas ngillatun ("guillatún") o kamarikun ("camaruco"), y en otras
ceremonias, como la machitun. En el ngillatun se escenifican varias formas de
danza (pürrün), que suelen imitar el movimiento de determinados animales. A
ello se suma el longkomew ("loncomeo"), un baile muy característico cuyo ritmo
ha sido adaptado a la música criolla argentina.
Los sonidos Mapuche comenzaron a difundirse a través de medios masivos
(radio, LPs, casetes) a partir de 1950. A lo largo de las cuatro décadas siguientes,
numerosas figuras artísticas a ambos lados de los Andes se ocuparon de
recolectar y enseñar al público, con mayor o menor respeto por las fuentes
originales, las tradiciones musicales "araucanas". Cabe destacar, entre muchos
otros nombres, los de Aimé Painé, Sofía Painaqueo y el conjunto Aflaiai, José
Railef Calfin, Caupolican Huenulaf, Lautaro Manquilef, el dúo Nolmen, Cecil
González y Juan Ñanculef. Tanto en Argentina como en Chile, la llegada de la
llamada "Nueva Canción" (mediados de los 60' y principios de los 70') haría que
muchos músicos y conjuntos incorporaran sonidos Mapuche a sus repertorios
(p.e. Inti-Illimani, Illapu o Quilapayún).
En la actualidad existen varias iniciativas artísticas que pretenden divulgar la
música Mapuche, aunque en buena parte de los casos, esa música es adaptada
al gusto de la "audiencia mayoritaria". Entre tales propuestas se cuentan las de
Nancy San Martín y su grupo; Karen Wenul; Fabio Inalef, Rayén, María Lara
Millapán y Carlos Carrilaf; el grupo Araucanto de Temuco; Luisa Calcumil, Beatriz
Pichi Malén, Elena Catripán, Elisa Avendaño y Antu Liwen... Así mismo, son
numerosos los conjuntos criollos y neo-folklóricos que continúan incorporando
letras, instrumentos o supuestos "ritmos" y "estilos musicales" Mapuche a sus
repertorios. Por otra parte, existen muchísimos cultores Mapuche de su
tradición más antigua, como el ülkantufe (cantor) Joel Maripil, la cantautora
Estela Astorga o el músico y constructor de instrumentos Armando Marileo
(Chile), y grupos de jóvenes Mapuche que incorporan sus sonidos tradicionales
a la canción-protesta, el rock y el rap (p.e. Wekecheke ñi Trawün).
4. La zona central de Chile
4. La zona central de Chile
Dominada por la sempiterna presencia de la cordillera de los Andes, con
cumbres como las del Tupungato, el Aconcagua y el Juncal, la zona central
chilena (también llamada "valle central") abarca aproximadamente desde el río
Aconcagua por el norte al Bío-Bío por el sur (regiones de Valparaíso, O'Higgins,
Maule y Metropolitana).
El clima mediterráneo de la región hace que el paisaje sea variado, con
abundancia de bosques secos, bosque caducifolio (sobre todo de hayas
australes) y matorral. En las fértiles llanuras se desarrollan excelentes (y
célebres) viñas, entre otros muchos productos agrícolas y hortícolas. La región
incluye la capital del país, Santiago de Chile, así como otras ciudades
importantes (Viña del Mar, Valparaíso). Estuvo en manos de los Mapuche hasta
que fue conquistada por los españoles, que fijaron el cauce del Bío-Bío como
frontera natural y aprovecharon las bondades del clima y el suelo de la región
para sus cultivos.
En esta zona puede encontrarse un buen número de expresiones musicales
únicas, que aglutinan lo ibérico-criollo con lo mestizo-indígena. Quizás uno de
los rasgos más interesantes, a nivel rural, sea la cultura del huaso (trabajador
campesino de las haciendas agro-ganaderas), sobre todo su habla, su tradición
oral y su vestimenta.
Desde el punto de vista musical, la zona central es, sobre todo, el área de la
cueca, el ritmo y baile nacional chileno por excelencia. Las investigaciones
indican que la cueca derivaría de la antigua zamacueca, género mestizo nacido
en Perú en tiempos de la Colonia, del cual también procederían la marinera
peruana y la zamba argentina actuales. La cueca posee numerosísimas
variantes, incluyendo las distintas cuecas y cuequitas de Bolivia y la cueca
nortina chilena (todas ellas, con un fuerte sabor andino), la cueca chilota
(Chiloé) y las distintas cuecas de Argentina.
La cueca interpretada en el área central de Chile (y extendida a la zona sur, la
"región de influencia Mapuche") suele ejecutarse, tradicionalmente, con
guitarras, arpas y/o acordeones, junto al acompañamiento de idiófonos como el
tormento (pequeña mesa provista de sonajas), la cacharaina o quijada, el
charrango (especie de "arco musical" con cuerdas de alambre) y la pandereta.
Evidentemente, a esta formación pueden sumarse numerosos instrumentos
cultos y populares.
Esta cueca "central" tiene, a su vez, numerosas variantes regionales. A grandes
rasgos se distinguen, por un lado, la "cueca brava" o "chilenera" y la "cueca
porteña", versiones urbanas y modernas del género, generalmente muy vivas
(rozando en lo desenfrenado) y ciertamente picarescas; muchas de ellas solían y
suelen hacer referencia a las chinganas y a los bajos fondos citadinos (algo
similar a lo que ocurre con muchos viejos tangos platenses). Por el otro se
encuentran la "cueca campesina" y la "cueca criolla", rurales y galanas, aunque
no exentas de picardía, y con estructuras tradicionales que delatan su
antigüedad.
La danza (declarada "baile nacional de Chile" en 1979) es de pareja suelta, de
cortejo y galanteo, muy vivaz y con un uso característico del pañuelo. Incluye
figuras como vueltas, medias vueltas, zapateos y floreos. Dentro del amplio
espectro de cuecas sudamericanas, la chilena es una de las que se bailan de
manera más veloz y "saltada". La indumentaria "tradicional" para la danza es la
típica de los huasos chilenos: chaquetas, pantalones, botas y sombrero para el
hombre, y coloridas blusas y polleras (faldas largas) para las mujeres.
Junto a la cueca, en el área central de Chile también aparecen la tonada, el
corrido y la valse, y se encuentran rezagos de viejas danzas (algunas de origen
colonial) hoy en retroceso, como la refalosa, la sajuriana, el sombrerito, el
chapelito, la mazamorra, el cuando y el cielito, entre otras. Tanto en los
espacios rurales como en los urbanos –aunque con mayor preponderancia en
los primeros, sobre todo en celebraciones como los rodeos o los mingacos–, las
mujeres solían y suelen jugar un papel muy importante en el canto y la
interpretación de todos estos géneros musicales, considerados "breves".
Tradicionalmente, y a diferencia de las "cantoras", los "cantores" se dedican a
géneros más extensos (p.e. el "canto a lo poeta").
Una de las particularidades musicales/culturales de la zona central es la
construcción y ejecución de silbatos de madera similares a las pifilkas de los
Mapuche. Esos "pitos" (que, con un mayor tamaño, también se encuentran en
el Norte Chico chileno, en donde se los llama "flautas de chinos") son
interpretados por hermandades en algunas fiestas religiosas locales.
Otra particularidad es el empleo, en esta zona central (y en la zona sur), del
rabel, instrumento de cuerda frotada con un número variable de cuerdas,
utilizado como solista para acompañar determinados cantos. Su tradición, muy
fuerte a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, ha menguado un tanto en
la actualidad, aunque por suerte no se ha perdido del todo.
Un último inciso en esta lista de particularidades lo constituye la supervivencia,
en esta región, de la vieja tradición musical-literaria chilena del "canto a lo
poeta" acompañado con guitarrón y guitarra traspuesta y, a veces, con el rabel.
El "canto a lo poeta" es una forma muy antigua de poesía popular que mantiene
plena vigencia. Su repertorio reúne un lado profano, el "canto a lo humano", y
uno religioso, el "canto a lo divino". El primero puede asumir la forma de
"versos por historia" (recogiendo temáticas del antiguo romancero castellano,
historia reciente, astronomía, acontecimientos sociales y políticos recientes,
homenajes, parabienes a los novios, versos amorosos, etc.) o de canto
repentista, el cual tiene su máxima expresión en la "paya", contrapunto o duelo
entre cantores ("payadores"). El segundo incluye "versos por historia" con
elementos de la doctrina cristiana (la creación del mundo, el nacimiento de
Cristo, la vida de la Virgen y los santos, y otros temas de inspiración bíblica) y
otros cantos de corte espiritual.
Los cantores emplean varias estructuras poéticas, aunque las más comunes son
la cuarteta y la décima espinela (cuatro estrofas octosílabas de diez versos cada
una). Las letras del "canto a lo poeta" se colocan sobre melodías denominadas
"entonaciones". Existe una amplia colección de ellas, que varían de región en
región y de músico en músico. La estructura armónica y rítmica con la que se
acompañan esas melodías al guitarrón se denomina "toquío".
El guitarrón chileno es un cordófono de 25 cuerdas, similar a una guitarra en la
forma, aunque con un clavijero mucho más largo, un mango más ancho
(tradicionalmente dotado de 8 trastes de tripa, móviles, aunque hoy la
entrastadura sea metálica y estándar), y caja más pequeña y alta. El puente
posee dos extensiones característica, llamadas "puñales". Las cuerdas se dividen
en 21 cuerdas repartidas en 5 órdenes de entre 3 y 6 cuerdas, metálicas
("alambres") o entorchadas. A ellas se suman 4 "diablitos" o tiples, cuerdas
agudas dispuestas fuera del mástil, sujetas a clavijeros auxiliares.
5. La región pampeana
5. La región pampeana
La pampa (un término quechua para "llanura") es, precisamente, una llanura
ocupada por salares, arenales y extensos pastizales, y atravesada por ríos que,
aquí y allá, se embalsan debido a lo plano del terreno y forman lagunas y
bañados. Ocupa las provincias argentinas de La Pampa y Buenos Aires, y el sur
de las de San Luis, Córdoba y Santa Fe, en un paisaje interrumpido
ocasionalmente por sierras y en donde destacan las siluetas de los dos árboles
locales por excelencia: el caldén y el ombú.
Este territorio estuvo poblado por numerosos pueblos indígenas (desde los
Querandí a los Het), que sufrieron una progresiva "araucanización" (influencia
de los Mapuche o "araucanos" de Chile) durante el siglo XVIII. Fue luego
escenario de sangrientas batallas y de la tristemente célebre "Conquista del
Desierto", una campaña militar del gobierno argentino de fines del siglo XIX que
aniquiló buena parte de las comunidades indígenas y convirtió a la pampa en un
área de cría extensiva de ganado primero, y más tarde en tierras agrícolas en las
cuales se asentaron numerosas colonias de inmigrantes.
Terruño del gaucho (peón de estancia agro-ganadera, que está presente, bajo
distintas denominaciones, en todo el Cono Sur) y de su particular cultura, la
región pampeana se caracteriza por poseer un repertorio musical en donde
predomina el uso de la guitarra y, en ciertos casos, el de algunos cordófonos
auxiliares, como el requinto y el tiple. Los géneros musicales son de marcado
origen ibérico-criollo, con un acento muy importante en el romancero español.
La milonga es uno de los más importantes, sobre todo para acompañar la
expresión poético-musical conocida como payada (en la que también se
emplean otros géneros, como el estilo y la cifra). La payada es una expresión del
romancero en la que se relatan historias siguiendo un patrón determinado y,
por lo general, improvisando, y que permite además la realización de
contrapuntos o "duelos" entre payadores. Se convirtió en un género literario
cuando fue inmortalizada en obras tan célebres como el "Martín Fierro" de José
Hernández o el "Santos Vega" de Rafael Obligado.
El malambo es, probablemente, el género dancístico más conocido de la región
pampeana; en sus dos variantes (norteño, más vivo, y sureño, más pausado), se
trata de un baile masculino de zapateo y demostración de destreza y hombría,
que solía despertar pasiones, competencias, rivalidades y fuertes apuestas.
Tras estas dos expresiones se ubican una multitud de danzas (y formas
musicales) derivadas de los antiguos bailes de salón coloniales, o adaptadas de
danzas populares más antiguas: desde el cielito, el pericón y el cuando a la
condición, la media caña y la firmeza.
Con la llegada de los inmigrantes europeos, desde finales del siglo XIX, se
sumaron otros ritmos, como la polka, la ranchera, el vals o el chotis. El género
"canción" tiene mucha fuerza, y el llamado "canto surero", el interpretado en la
pampa sur, tuvo una fuerte influencia sobre el vecino "canto patagónico".
Estilos similares de payada y música criolla (milonga oriental, cielito, pericón,
media caña) se dan en la campiña uruguaya.
Ilustraciones
Sección 1. Cerro Chaltén o Fitz Roy.
http://www.lu23.com.ar/images/stories/Noticias/Todas_las_Voces/el_chalten_santa_
cruz_argentina.jpg
Sección 2. Viejo y tradicional revestimiento de madera en Chiloé.
http://static.wixstatic.com/media/3f1b41_5447c3c31d2f47389306aae6b16fd672.jpg
Sección 3. Kultrún, membranófono de los Mapuche.
http://1.bp.blogspot.com/_CzODqwlOlwY/TP1HxZY_bII/AAAAAAAABHY/L6Wpcx4z37c/
s1600/heye_Mapuche_kultrung67.jpg
Sección 4. Vista de Santiago de Chile en invierno.
http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/c/ce/Santiago_en_invierno.jpg
Sección 5. Vista de la pampa argentina.
http://lashojasverdes.files.wordpress.com/2012/10/pampa-argentina.jpg
http://bitacoradeunmusico.blogspot.com.es/