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¿CÓMO SON LAS PERSONAS QUE TIENEN INTELIGENCIA
EMOCIONAL?
La inteligencia emocional nos permite tomar conciencia de nuestras emociones,
comprender los sentimientos de los demás, tolerar las presiones y frustraciones que
soportamos en el trabajo, acentuar nuestra capacidad de trabajar en equipo y adoptar
una actitud empática y social, que nos brindará mayores posibilidades de desarrollo
personal.
En un lenguaje claro y accesible, Goleman presenta una teoría revolucionaria
que ha hecho tambalear los conceptos clásicos de la psicología, que daban prioridad
al intelecto.
COMPARACIÓN DE INTELIGENCIA EMOCIONAL Y COEFICIENTE
INTELECTUAL
Las diferencias claves entre coeficiente intelectual e inteligencia emocional son:
El coeficiente intelectual es determinado genéticamente, se desarrolla en la infancia,
no cambia después de la adolescencia y no puede ser aprendido.
Mientras que la inteligencia emocional, no es determinada por los genes, se
desarrolla en la infancia pero puede seguirse cultivando y desarrollando en la
adolescencia y en la edad adulta y puede ser aprendida.
El coeficiente intelectual depende de nuestros conocimientos intelectuales.
Nuestra inteligencia emocional depende de nuestra conexión con nosotros y
nuestra relación con el mundo exterior. Y esa relación con nosotros depende de
nuestro autoconocimiento y conexión con lo que somos, de nuestro nivel de respeto
con los demás, de nuestra comunicación efectiva y de nuestra capacidad de perdonar
y flexibilizarnos ante los diferentes seres humanos.
Sólo el que crece interiormente puede hacerse emocionalmente inteligente y
brillante. Puede desarrollar su inteligencia emocional y puede conquistar el mundo
laboral, relacional y personal.
¿CREA ESPERANZAS CUANDO DICE QUE LA INTELIGENCIA
EMOCIONAL SE PUEDE APRENDER?
Si, debido a que todo en la vida tiene significados importantes para nuestras
vidas, pues cada beneficio requiere de un sacrificio y toda ganancia de alguna manera
tiene costo.
Estamos en permanente cambio y esto nos lleva a la transformación; más aún
cuando afirmamos que el ser humano está en permanente construcción.
Si acepto el cambio como una realidad inherente a mí ser como humano,
también debo aceptar que es adecuado perder para ganar.
Sin apegos a los apegos, me siento más libre para explorar en el campo de todas
las posibilidades gracias a la creatividad humana.
Entonces me doy permiso de perder para aprender de ello. Me doy permiso de
soltar, para confiar más en mi potencial. Me doy permiso de explorar aquello que me
enseñaron a temer, como una defensa para evadir el fracaso. Me doy permiso de
fracasar para darme cuenta que allí hay más bendiciones que derrotas.
Así, cuando acepto que las pérdidas tienen su tesoro oculto, puedo encontrar
oportunidades.
¿CÓMO SON LAS PERSONAS QUE TIENEN INTELIGENCIA
EMOCIONAL?
Definimos la inteligencia artificial como la capacidad para reconocer nuestros
sentimientos y los sentimientos de los demás, así como el conocimiento para
manejarlos. Una persona que tiene inteligencia emocional es una persona que puede
tomar conciencia de sus emociones, que puede comprender los sentimientos de los
demás, que sabe tolerar las presiones y frustraciones que soporta en el trabajo, que
puede acentuar la capacidad de trabajar en equipo y que adoptar una actitud empática
y social que brinda mayores posibilidades de desarrollo personal.
COMPARACIÓN DE INTELIGENCIA EMOCIONAL Y COEFICIENTE
INTELECTUAL
Según Goleman, la inteligencia emocional es la capacidad para reconocer
sentimientos en uno mismo y en los demás, y además saber “gestionarlos” en nuestra
vida cotidiana o profesional. De acuerdo con los estudiosos de la materia, la
inteligencia emocional se basa en cinco principios o competencias principales: el
conocimiento de las propias emociones, la capacidad de controlarlas, la capacidad de
motivación propia, la empatía o reconocimiento de las emociones ajenas y el control
y la habilidad en la gestión de esas relaciones.
Goleman nos viene a decir que las personas desarrolladas emocionalmente,
disfrutan de una situación más ventajosa en todos los órdenes de la vida; suelen
sentirse más satisfechas, son más eficientes y más capaces de dominar los hábitos
mentales que determinan la productividad. Las emociones son muy importantes para
el ejercicio de la razón. Entre el sentir y el pensar, la emoción guía nuestras
decisiones, excepto cuando éstas se desbordan y el cerebro emocional asume el
control completo de la situación. En cierta manera, tenemos dos cerebros y dos tipos
de inteligencia: la racional y la emocional, y al final, nuestra forma de proceder queda
determinada por ambas.
El coeficiente emocional apela a la sabiduría del individuo. Comúnmente,
proviene del propio desarrollo de creencias y tradiciones familiares. Ya más adelante,
cuando el joven es adulto, es el que se encarga de confrontar su madurez de sapiencia,
contra la presión de grupo ejercida por la sociedad. Ésta, a su vez, tiene como fin
consultar la conciencia de lo que es bien, y de lo que es mal.
¿CREA ESPERANZAS CUANDO DICE QUE LA INTELIGENCIA
EMOCIONAL SE PUEDE APRENDER?
Yo creo que sí, que existe una esperanza cuando nos dicen que podemos
aprender a tener inteligencia emocional. Pero también creo que a la hora de hacerlo
lo importante es tomar conciencia de la liberación que se produce, merced al
desapego.
Cada cosa que pasa, pasará y es bueno que pase, pues al fin y al cabo pasará
para aprender de ella. Y al momento de verlo pasar, confirmar lo transitorio de la
vida, así como todo lo que en ella acontece. Nada es eterno, y qué bueno que no lo
sea, pues la comodidad que genera su estatismo, paraliza la creatividad y los
mecanismos de supervivencia.
Esto es más evidente cuando pretendemos conservar el mismo puesto de trabajo
por ejemplo, sin ser creativos o sin aportar novedad y riqueza a la manera como
laboramos. Lo mismo en relación con el pensamiento o nuestra manera de actuar
frente a la tecnología.