12
CONSIDERACIONES ÉTICAS EN EL CUIDADO DEL PACIENTE GRAVE Y TERMINAL. Dr. René Zamora Marín * Resumen: Se realiza un análisis de los fundamentos de la ética y su relación con las ciencias médicas. Comparamos las ciencias del pensamiento abstracto con las ciencias naturales y constatamos que los postulados de la primera deberán iluminar los juicios de valor del facultativo a la cabecera del paciente. Expresamos un concepto de salud, donde se resalta además el talante ético de la persona humana. Realizamos un comentario bioético- filosófico sobre Ética y el fundamento de la verdad. Resaltamos la importancia que posee la fundamentación antropológica de la Ética utilizando parte de la argumentación de Xavier Zubiri y del personalismo, para de esta forma analizar los principios fundamentales de la ética que se debe tener en cuenta, tanto en el paciente grave como en el terminal. Analizamos el concepto de la ética basada en los valores y en las virtudes, tomando postura ante ello, tratando de fundamentar estos conceptos expresados y relacionarlos con los cuidados intensivos y los cuidados paliativos. Se analiza en las reflexiones finales el concepto de responsabilidad moral de H. Jonas y el fenómeno del control humanístico de la ciencia, así como sus implicaciones de carácter ético que se observa en la atención del paciente grave. Para finalizar se expone la necesidad de una mayor profundización en la ética propia de nuestra cultura cubana, y en la formación de los profesionales de la salud, teniendo en cuenta que de alguna forma constituyen referentes éticos de nuestra nación. Se expone como precursores y ejemplo a ilustres forjadores de nuestra nacionalidad, tales como Félix Varela y José de la Luz y Caballero. * Doctor en Medicina. Diplomado en Bioética.Especialista de II grado en Medicina Interna e Intensiva. Profesor de Medicina Intensiva. Miembro de la Academia Pontificia Por la Vida, Ciudad del Vaticano. Director del Centro de Bioética Juan Pablo II. “Pero ante todo hay que pensar en el medio de curar el entendimiento y de purificarlo, hasta donde sea posible al comienzo, de modo que conozca las cosas fácilmente, sin errar y lo mejor posible........Spinoza. Reforma del Entendimiento

Instituto de Bioetica Juan Pablo II - CONSIDERACIONES ÉTICAS …cbioetica.org/descarga/reflex_04.pdf · 2007-11-06 · de responsabilidad moral de H. Jonas y el fenómeno del control

  • Upload
    others

  • View
    2

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

  • CONSIDERACIONES ÉTICAS EN EL CUIDADO DELPACIENTE GRAVE Y TERMINAL.

    Dr. René Zamora Marín *

    Resumen:Se realiza un análisis de los fundamentos de laética y su relación con las ciencias médicas.Comparamos las ciencias del pensamientoabstracto con las ciencias naturales y constatamosque los postulados de la primera deberán iluminarlos juicios de valor del facultativo a la cabeceradel paciente. Expresamos un concepto de salud,donde se resalta además el talante ético de lapersona humana. Realizamos un comentariobioético- filosófico sobre Ética y el fundamentode la verdad. Resaltamos la importancia queposee la fundamentación antropológica de la Éticautilizando parte de la argumentación de XavierZubiri y del personalismo, para de esta formaanalizar los principios fundamentales de la éticaque se debe tener en cuenta, tanto en el pacientegrave como en el terminal. Analizamos el conceptode la ética basada en los valores y en las virtudes,tomando postura ante ello, tratando defundamentar estos conceptos expresados yrelacionarlos con los cuidados intensivos y loscuidados paliativos.

    Se analiza en las reflexiones finales el conceptode responsabilidad moral de H. Jonas y elfenómeno del control humanístico de la ciencia,así como sus implicaciones de carácter ético quese observa en la atención del paciente grave. Parafinalizar se expone la necesidad de una mayorprofundización en la ética propia de nuestra culturacubana, y en la formación de los profesionales dela salud, teniendo en cuenta que de alguna formaconstituyen referentes éticos de nuestra nación.Se expone como precursores y ejemplo a ilustresforjadores de nuestra nacionalidad, tales comoFélix Varela y José de la Luz y Caballero.

    * Doctor en Medicina. Diplomado en Bioética.Especialista de II grado en Medicina Interna e

    Intensiva. Profesor de Medicina Intensiva. Miembro de la Academia Pontificia Por la Vida, Ciudad

    del Vaticano. Director del Centro de Bioética Juan Pablo II.

    “Pero ante todo hay que pensar

    en el medio de curar el entendimiento

    y de purificarlo, hasta donde sea posible al comienzo,

    de modo que conozca las cosas fácilmente,

    sin errar y lo mejor posible........”

    Spinoza. Reforma del Entendimiento

  • Introducción

    Las investigaciones con seres humanosocurridas durante los últimos lustros, losadelantos científico-técnicos, la mismaevolución del concepto de muerte,comprendido actualmente como un proceso,más que como un evento aislado, así comola prolongación artificial de la vida en el marcode los cuidados intensivos y otros, hanpropiciado que la medicina, consideradaantes como una mezcla de arte y de ciencia,por dedicarse a una actividad eminentementehumanitaria y altruista, hoy día posea unafuerte carga experimental y permita que surjanextrapolaciones desde el laboratorio deinvestigaciones que necesitan ser iluminadaspor una reflexión ética que posibilite lapreservación de la dignidad de la personahumana, “la cual es mucho más que un sujetode experimentación y el límite de sus fronterasno se encuentra en el ámbito de lo posible,sino de lo debido” (1)

    En estas situaciones surgen dilemas éticosimportantes que deberán ser clarificados,de forma particular cuando el paciente seencuentra gravemente enfermo. En estemomento se sitúa el facultativo ante ladisyuntiva de escoger lo que él entiendecomo bueno, con respecto a su paciente. Estaes la razón por la cual necesitamos unareflexión que nos posibilite, de acuerdo a unafundamentación adecuada, un acom-pañamiento cualificado de nuestros enfermos.No existe un ámbito del actuar humano libre,en el que le ética no tenga algo que hacer ymuy particularmente en el paciente grave oaún moribundo, lo expresado adquiere unagran connotación e importancia. Deberáencontrarse siempre a la cabecera delpaciente en las decisiones más escabrosas,ayudando a clarificar conceptos y aún ayudar

    a promover al hombre sufriente, dentro de lapropia enfermedad, sobre todo cuandoparezca que la vida ya haya llegado a su fin.

    El concepto de salud que las CienciasMédicas definen, visto de forma integral,deberá tener como primicia la inclusión de losvalores que la Ética propone y no sólo losque la definición de salud tradicionalmentenos enseña. No basta con aspirar a un estadode bienestar físico, psicológico y social, senecesita además poseer un talante ético-moral en la relación del hombre consigomismo, pero además con el entorno que lorodea.

    Lo mencionado me lleva a expresar una ideaque tiene un contenido, a mi juicio humanista,de lo que debería ser un médico, o mejor aúnun profesional de la salud: “no basta con sersolo un buen médico, necesitamos ademásser médicos buenos”(2), que ajustemosnuestras conductas tanto a los postulados dela buena práctica de nuestra ciencia particular,así como a los de una sana ética, enriquecidacon los principios y virtudes que se aprecianen nuestra historia y cultura cubanas.

    Espero que estas reflexiones sirvan paraestimular el estudio de la fundamentaciónbioética, en un tema de tanta importanciacomo el enunciado al inicio. Hoy día noencontramos una revista científica o un buenlibro, en los que no se aborde esta temáticatan actual. Los profesionales de la saluddeberemos luchar a toda costa, por hacernuestras y aún encarnar estas ideas quedesde su inicio y con justicia, las consideroun paradigma que nos convoca a convertirnosen mejores médicos y enfermeros facilitando

    1.- Zamora Marín René, Algunos aspectos sobre fundamentaciónbioética en el mundo y en Cuba contemporánea. Conferenciapronunciada en el Evento Bioética-Holguín, Academia de Ciencias.15 al 18 de Octubre de 2003.

    2.- Zamora Marín, René, Ética: el corazón de la Bioética. Conferenciapronunciada en el Taller Cultura, Fe y Solidaridad: Alternativasemancipatorias para un mundo globalizado. 25 de Mayo. Memorias enedición.

  • así la promoción humana y científica a laque estamos por vocación llamados arealizar.

    Ética y fundamento de la verdad.

    La ética estudia con las luces de la razón,las exigencia morales que se derivan de lanaturaleza humana. La medicina en cambio,estudia la prevención y la curación de lasenfermedades cuando esta mismanaturaleza se encuentra deteriorada oamenaza estarlo por alguna razón. Ambasson ciencias, si las consideramos como unconjunto ordenado de verdades ciertas yuniversales que se pueden demostrar y aúnfundamentar gracias al conocimiento de suscausas. Sin embargo la primera es de tipoespeculativa o filosófica, pero de carácterpráctico que “no se detiene en lacontemplación de la verdad, sino que aplicaese saber a las acciones humanas”(3).Seocupa de las acciones libres del hombre,pero como ciencia normativa, le proporcionalos elementos necesarios para obrar el bien.

    La voluntad juega un papel muy importanteen la aplicación práctica de esta disciplina,ya que no es fácil ajustar la conducta a uncierto orden si la primera no está encondiciones de aceptarlo. Por esta razónAristóteles en su Ética a Nicómaco decía queno la estudiamos “para saber que es lavirtud, sino para aprender a hacernosvirtuosos y buenos; de otra manera sería unestudio completamente inútil” (4).

    Algunos filósofos como M. Scheler y Kanthan considerado que el conocimiento de larealidad solo es posible, mediante los datosque nos suministran las cienciasexperimentales y que por lo tanto solo unaconsideración apriorística de la ética, nospodría situar en el camino del conocimientoobjetivo de la verdad que enseña. Es el

    camino del positivismo. Al respecto consideroque los juicios de valor, que nos enseña laÉtica, nos exigen un conocimiento del hombrede forma integral, así como de su naturalezay de las propias exigencias que de elladimanan. Ya es conocida la aseveración deque para encontrarse en posesión de laverdad es necesaria una “adecuación” oconcordancia de la realidad, con la mente quela percibe (adequatio intelectus et rei). Es lapostura del realismo. Esta forma mencionadade concebir la realidad se da en el ser humanoconcreto, ocurre en un contexto socio-culturaldeterminado y de acuerdo con un momentohistórico que le ha tocado vivir.

    3.- Aquino St. Tomás, De virtutibus in communiqui, Ed. Mirietti, II, 10 4.- Aristóteles. Ética a Nicómaco. Lib. 1. 1094 2-3

  • De lo que acabo de señalar se desprende laidea de que la realidad constituye elfundamento de la verdad que es a lo que todaciencia aspira en la naturaleza, incluyendotanto la Ética como la Medicina. Es elentendimiento el que se conforma con larealidad de las cosas y no viceversa. Larealidad no siempre coincide con laapariencia, ya que si esto fuera cierto, nohabría necesidad de hacer ciencia. Sin em-bargo ambas ciencias aspiran a dos tipos deverdades diferentes. La Medicina deseaalcanzar una verdad formal, pretendeestablecer los vínculos y condicionesnecesarios para que el hombre pueda viviren un estado de bienestar consigo mismo ycon la naturaleza; la Ética en cambio aspiraalcanzar una verdad moral que sin dejar deser real, nunca podrá objetivarse en losanálisis de un laboratorio, aunque sí en laconducta humana.

    La Ética basada en una antropologíafilosóficaAfortunadamente gracias a nuestraimaginación y también al intelecto, podemosalcanzar posibilidades más allá de aquellasque a priori, serían las más seguras yconfiables; el hombre gracias a suracionalidad es capaz de inventar su propiofuturo, aún cuando se encuentre anclado enel hecho biológico que lo conforma. Estaposibilidad real se logra alcanzar, gracias ala trascendencia que nos posibilita nuestracondición humana.

    De forma indudable el hombre como huéspedinédito en el cosmos, es “el único ser que vedesde dentro” (5). Al respecto el filósofo judíoHans Jonas ha dicho: “Hay algo trans-instintivo en el ser humano, que trasciende laanimalidad y lo convierte en algoenormemente problémico” (6). Esto es suinterioridad. Es la diferencia substancial quetiene con referencia al resto de suscongéneres. Así estos atributos de

    individualidad y racionalidad, logranconstituirse en dos pilares básicos, que en elorden de la fundamentación ética son deextraordinaria importancia porque lo hacentributario de estima, custodia y realización.

    Estos tres corolarios que expresan laestimativa moral del cuidado al hombreenfermo, además se dan en el marco quebrinda el principio de solidaridad. Esteprincipio que he mencionado se aprecia sobretodo, cuando el médico o el profesional de lasalud encuentran en el enfermo, al “homodesnudo y vulnerable” en el que solamentese puede constatar su indigencia. Esta virtudentendida como donación personal, expresael grado de generosidad de que somoscapaces los facultativos o cualquier agentede salud. La donación de sí, constituye unalto nivel de amor y desprendimiento hacialos demás, entendida como compasión hacialos semejantes. Al ofrecer algo como lomencionado, la persona ofrece lo máspreciado que posee, más aún entrega lo únicoque verdaderamente le pertenece. Se entregaella misma.

    Ya el insigne filósofo español, Xavier Zubiri,aseveraba que “todas las cosas en lanaturaleza tienen de suyo las propiedadesque tienen, pero su realidad no es formal yexplícitamente suya (7). En cambio “el hombresí es formalmente suyo”; por eso las personasa diferencia de las cosas, tienen su propiocarácter de realidad. El hombre esformalmente suyo porque de acuerdo a Zubiri:“el hombre es suidad” (8). Por lo que hastaaquí he expresado se podrá colegir, que larealidad humana supone una realidadontológica incomparablemente superior atodos los demás seres del universo. Por esta

    5.- Styczen, T. SDS. La libertad en la verdad. Roma. 198.6.- Jonas Hans, El principio de responsabilidad. – Barcelona : Herder,1995. p.357.7.- Zubiri, Xavier.El Hombre y Dios.Madrid : Alianza Editorial, 1984. p.48

    8.- Idem.

  • razón el propio Zubiri la describió, como“realidad en propiedad” (9).

    El principio de solidaridad en la aventurahumana, al que aspira el ideal ético que aquímenciono, casi valdría para nada si nohubiera hombres y mujeres solidarios; de loque se colige que la Ética de las virtudes, sehace absolutamente indispensable en elreclamo de toda fundamentación. No esmenos cierto que durante mucho tiempo, ysobre todo en los últimos años del pasadosiglo XX, se discutía mucho acerca de laimportancia de los valores, casi encontraposición con el concepto eudaimónicode la virtud, para fundamentar de formasdiversas la ética contemporánea. Sinembargo, no se trata de tomar posturasantagónicas en este sentido, solo deseoexpresar con claridad que las virtudes comomodo de ser o de estar en el mundo, son unaopción indispensable cuando por lo menosdeseamos avanzar por terreno firme, en elorden teórico, dentro de esta disciplina.

    Esta Ética así concebida, desea alcanzar elbien de la persona humana que de acuerdocon el concepto aristotélico recibe el nombrede Eudaimonía, y se puede traducir del griegocon la palabra felicidad, de manera que tododiscurrir ético a lo que aspira en esencia, esa encontrar la verdadera felicidad para el quelo practica. Una Ética basada en unaantropología filosófica, y en una idea objetivadel bien la cual posea además, el conceptode persona y determinadas verdades nonegociables. En el hombre el imperativo éticoformal, parte de su propia realidad, por estarazón coincido definitivamente con DiegoGracia al afirmar que en el hombre existe unaproto-moral (10).

    9-Zubiri, Xavier. La persona como forma de realidad: personeidad. En:Ellacuría, Ignacio. Sobre el hombre. Madrid : Alianza Editorial, 1986. p.111.10. Gracia, Diego. La enseñanza de la Bioética en España: un enfoquesocrático. Actas II Congreso Nacional Zeneca-Farma. Madrid, 1999. p73-98.

    De forma indudable el discurso ético implicanecesariamente un apoyo en conceptos quenos ayuden a aclarar que es el hombre. Enotras palabras, “la antropología es elfundamento de la ética, ya que él mismo esla medida de todas las cosas. Es en su mismanaturaleza, en la verdad inherente de sumismidad, donde se encuentra la interrogantey a la vez el fundamento de esta disciplina”(11). Rahner ha dicho: “el hombre es personaque consciente y libremente se posee, por loque nunca tiene carácter de medio sino defin” (12). Esto expresa la importancia que tienereconocer la dignidad de la persona humana,así como la imposibilidad de serinstrumentalizada por ninguna ciencia.

    El concepto expresado, de que el hombre esun ser personal y no objetual, merece unaparticular atención. Ser objeto es perteneceral mundo de las cosas, las cuales tienenindudablemente un valor relativo. Un auto porejemplo me sirve para trasladarme con mayorfacilidad hacia mi trabajo o hacia los lugaresque deseo. Indudablemente tiene un valor,pero este se encuentra dado únicamente porla utilidad que me puede prestar, por estarazón digo que tienen las cosas un valorrelativo. Además el auto no “se poseeconsciente y libremente”, por lo que nuncatendrá un valor de fin, sino solo de medio.Por lo que hasta aquí he mencionado puedoafirmar, que las cosas están más bienorientadas hacia las personas y nunca haciaellas mismas. El hombre en cambio es un finen sí mismo y nunca tiene valor de medio sinosiempre de fin. Es por esta razón que cuandose habla en ética, de la persona humana en

    11.- Zubiri, Xavier. La persona como forma de realidad: personeidad. En:Ellacuría, Ignacio. Sobre el hombre. Madrid : Alianza Editorial, 1986.p.111

    12.- Rahner, Karl. Citado por Zamora Marín, René : Fundamentos de laBioética y su importancia en el mundo contemporáneo. ObrasEscogidas Aula Fray Bartolomé de las Casas. — México, 1998.

  • Recordemos que el términoEthiká (ἠθικός). en sus orígenes, servíapara designar el lugar o guarida dondepastaban los animales, posteriormente pasóa denominar el entorno donde se habita ymucho más tarde sirvió para designar lamorada interior que todo hombre llevaconsigo. “La ética es en esencia un estudioreflexivo, crítico y metódico de la validez delas normas morales” (14) en que puedosustentar mi conducta como persona.

    Una antropología filosófica basada en un sanohumanismo, será el mejor garante pararespetar al paciente sufriente y considerar enél toda su integridad moral.

    En resumen, fundamentar la ética serásiempre un intento de comprendercabalmente la realidad, como nos ha sidodada y conocer en toda su plenitud lasjustificaciones que hemos tenido para ejercernuestros actos libres, pero de acuerdo a unaescala de valores que ha necesitado primeroser meditada, re-flexionada, re-pensadaporque considera al hombre, aún al hombresufriente en su estadio más precario, comoun absoluto moral.

    El paciente grave

    El paciente grave es con frecuencia un ser,que por la amenaza o la criticidad de sussignos vitales, se encuentra en unaencrucijada difícil del drama humano, queconsideramos como parte de la vida. Comoindividuos, nuestra orientación psico-biológica hacia un futuro que pretende sercada vez mejor, nos lleva a transformar enproyecto nuestra propia vida. El hombre esun ser continuamente “arrojado haciaadelante” y por consiguiente cuando este

    términos que resaltan su dignidad, es paraexpresar que esta es un absoluto moral, o sise quiere un referente absoluto de todamoralidad.

    Cuando se afirma que el hombre es dignoporque es persona, nos referimos a quedeberá siempre resaltarse su valor, y dealguna forma también estamos diciendo quepor la dignidad que afirmamos posee, debesiempre aspirar a la excelencia. Es así fácilcomprender que el hombre de acuerdo a sudignidad, lo hace tributario a un valor tanelevado, que deba aspirar siempre a lo mejorpor antonomasia. Por esta razón la Éticaaspira a un “deber ser”; esto es porque intentasiempre proveer al hombre tanto en suconducta, como en sus conceptos, con lomejor.

    Cuando decimos que el hombre es personadeseamos expresar su singularidad, ademásde la dignidad expresada anteriormente. Sudimensión ontológica radica en que todo éles persona y por tanto su dignidad loacompaña siempre por muy precario que seencuentre su estado de salud. Trasciende elconcepto persona, a la mera agregaciónextrínseca de sus partes.

    14.-Fraiman, H.D. Ética versus Bioética. Rev. Nuestro Hospital, 1999;año 3 no.2, p.2

    La palabra persona viene de personare, quesignifica sonar fuerte, hacerse escuchar, noes extraño que al referirnos a ella podamosasí comprenderla mejor, como el “enteindividual de naturaleza racional” tal como ladefinió Boecio en el siglo VI. (13).

    Es en el ser personal del hombre donde sehayan inscritos sus valores éticos. Este valorde la persona humana, es común para todos,de manera que no existen privilegios ya quetodos los hombres son iguales,independientemente de su ideología, raza,religión o posición social.

    13.- Boecio.¨Philosophiae consolationis¨. Libri V. Paris, 1638. p. 524.Trad.Manuel Esteban de Villegas.

  • proyecto se ve amenazado de alguna formapor la enfermedad, los componentes psico-afectivos y socio-morales del paciente, nosiempre se encuentran en condiciones desustentar los medios necesarios que larealización personal y la esperanza, a la queestamos todos llamados, requieren. Por estarazón podríamos, en una primeraaproximación, sugerir que la enfermedad noes solo la ausencia de salud, o tal vez la

    aparición más o menos persistente desíntomas y signos molestos, comoclásicamente se expresa; sino que a mi juiciose trata de algo mucho más profundo, queestá dado por la imposibilidad que tiene elpaciente, de llegar a ser él mismo. Loexpresado sería algo así como unafundamentación filosófica y ética de lapatología.

    Lo que he mencionado hasta el momentopodría llevarnos a confundir la Ética, conreflexiones abstractas que aunque valiosas,no nos ayudan a una real praxis calificada,del médico con respecto a su paciente, sobretodo cuando se trata de atender a un enfermograve o aquél incluso, que haya perdido todaesperanza de curación porque lo hayamosclasificado en el grupo que con frecuenciasolemos nombrar como: “terminales”. Piensoque en este sentido deberíamos tambiénreflexionar sobre la profesión de médico,entendiendo que la práctica médica es uncontínuum que comienza con el diagnósticopero que no termina nunca, hasta elfallecimiento del paciente. Al abundar en laclarificación de este concepto deberemostener presente algunos otros aspectos en elque se encuentra en primer lugar el de lacompetencia médica, entendida no solo comola “capacidad para el desarrollo de algo”, sinotambién como el conjunto de conocimientosinteriorizados que posibilitan a un facultativollegar a alcanzar en su actividad, una realcalidad. Probablemente una de las primerascualidades que deberá tener todo aquél quese aventura en este campo será la deencontrarse en condiciones de conocer lomejor posible, su ciencia particular oespecialidad. Esto no dimana solo de unplacer intelectual, ni del deseo de satisfaceruna inquietud reservada al conocimientocientífico, sino que deberá entenderseademás, como un ethos profesional. Losprincipios de solidaridad y de responsabilidadnos obligan al perfeccionamiento de la praxis

  • Por esta razón no sería posible alcanzar loexpresado, si no nos encontrarnos junto a losenfermos que reclaman el cuidado médico,donde ejercitamos continuamente nuestraprofesión.

    Lo referido nos lleva a considerar un aspectoque es el de la toma de decisiones. Lamedicina moderna posibilita, sin lugar adudas, que se tengan cada vez mayoresposibilidades para optar por decisionescientíficamente correctas con nuestrospacientes. La adquisición de más y mejortecnología nos ha proporcionado este granlogro, pero desafortunadamente nos haalejado de nuestros enfermos.

    El facultativo deberá conocer que lasdecisiones del acto médico se efectúan enpersonas y no en experimentos que tienencomo escenario un laboratorio. Se realizanen la vida de hombres y mujeres concretos,sufrientes, que aspiran y desean siempre lo

    médica la cuál lleva implícito este aspectomencionado.

    De esta forma podremos apreciar que elconcepto de competencia, se hayaenmarcado dentro de una categoría másgeneral que la propia Ética genera.

    Otro aspecto que se deriva de lo referido esel de la adquisición de la habilidad adecuadapara el desarrollo profesional. Esta palabraimplica una aptitud y las aptitudes solo sedesarrollan con la experiencia del que laspractica, de manera que no sería posibleencontrarse en condiciones de realizar eltrabajo médico con cualquier paciente, peromucho más con el enfermo grave, si noposeemos esta cualificación que implica enprimer lugar la repetición de losprocedimientos una y otra vez.

  • mejor para sí mismos. Una decisión médicaadecuada y responsable se convierte portanto, en un deber de justicia, por lo que sehace imprescindible proporcionárselos o porlo menos tratar, con los medios oportunos debrindárselos a todos, en la medida denuestras posibilidades.

    La actividad médica se ha institucionalizado,se ha tecnificado, se ha burocratizado,cuando debería ser en esencia un actoesencialmente humano. No ociosamentealguien ha dicho que el acto médico sedesarrolla, no entre una enfermedad y unainteligencia científica, sino que como actividadespecializada trata de una accióninterpersonal, que involucra una relacióncompletamente humana. Por esta razón elpapel del silencio, como lenguaje simbólico,además de que constituye la base sobre laque se expresa el discurso y por lo tanto esfundamental para comunicar algo y cultivarasí una buena relación médico paciente,podrá ser también de una eficaz ayuda en lapraxis médica del cuidado. La comunicaciónempática es de extraordinaria importanciacuando se trata no solo de curar, sino a vecesde acompañar. No deberemos olvidar que yaLudwig Wittgestein decía: “De lo que no sepuede hablar, lo mejor es callar”. La verdad,frente al misterio de la muerte, adquiere laforma de silencio. Esta es una manera deacompañamiento superior a todas las demásmencionadas. En las sociedades imbuidas deun gran pragmatismo, lo cual es frecuente eneste mundo tecnócrata, el sentido de hacerlas cosas bien, se pierde cuando nosencontramos en la dinámica de realizarlaseficientemente.

    En el ámbito de la medicina crítica, seencuentran dos maneras de realizarla: lavigilancia intensiva, junto a las medidas detratamiento intensivo. Ambas justifican eldesarrollo de todo un conjunto deprocedimientos los cuales persiguen el fin, de

    curar al paciente amenazado por unaenfermedad grave.

    Sin embargo no deberemos incluir en estacategoría al enfermo que no tieneposibilidades de recuperación. La alternativade los cuidados desproporcionados con losenfermos terminales es tan injustificada en elorden ético, como el acortamiento de la vidapor técnicas relacionadas con la eutanasia.La alternativa del paciente grave norecuperable no será nunca los cuidadosintensivos, sino los cuidados paliativos.

    Queda un aspecto en otro orden de cosas,que en mi opinión, debe ser aclarado.Podremos encontrar en algún paciente quela vida humana haya llegado a su fin, o inclusoen ocasiones, pudiera parecer como si yacareciera de sentido seguir viviendo;considero que es aquí cuando el acto moraldel cuidar alcanza su plenitud y se sitúa sobreel principio de beneficencia, que es el decurar, el cual ha inspirado de inicio siempre ala medicina tradicional.

    A lo largo de mi ejercicio profesional, en laatención a pacientes graves, cuando casiparece que se acerca la hora del desenlacefinal e irreversible de una enfermedad, hepodido encontrar hombres o mujeresincurables; pero ¡jamás incuidables!

    Si lo hasta aquí explicitado “se logra, todo lodemás adquiere sentido, si no se lograresultará superfluo”. (15)

    Esta aspiración no se refiere a la adquisiciónde habilidades o conocimientos nuevos, sinode algo mucho más profundo, se trata de unaverdadera transformación del facultativo queejerce la medicina, no sólo en el pensar sinotambién en el actuar.

    15.-Gracia, Diego. La Enseñanza de la Bioética en España: unenfoque socrático. Actas II Congreso Nacional Zeneca – Farma. -Madrid, 1999.— p.73-98.

  • Es en esencia un cambio de perspectiva queSócrates llamó en griego metanoia, palabraque más tarde los latinos tradujeron con lapalabra “conversión”.

    En esta disciplina el cambio de las actitudeses probablemente uno de los aspectos demayor importancia a lo que se puede aspirar,en frase de algún autor de lo que se trata es“de conseguir que se manifiestenconvicciones morales más acá de lajustificación de su validez”. (16)

    No bastará con sólo aportar razones; la moral,del latín “mores”, que quiere decir conductao morada interior, de lo que trata es que elprofesional de la salud adquiera una nueva osegunda naturaleza basada en principios yvalores.

    El trabajo de la ética es ante todo unaproblematización de los diferentes aspectosdel actuar humano. Exige un juicio de valoren cada acto y debe estar inspirado por losdiferentes principios que conforman suestructura teórica.

    Decía Ortega y Gasset que “hubo un tiempoen que la ciencia puso un orden en la vida,pero hoy será la vida la que deba poner unorden en la ciencia” (17). La ética como cienciaque estudia la moralidad de los actos del serhumano, puede ayudar mucho en estesentido.

    En la medida que la fundamentación ética seacapaz de construir puentes de entendimientoentre las personas, encontrando mínimosmorales, que nos permitan establecer nexosde comunicación entre posturas disímiles,contribuirá a un diálogo no sólo social, sinotambién interdisciplinario.

    Las ciencias médicas tal como se concibenen la actualidad, al igual que la investigacióncientífica, necesitan de una puesta en comúnde sus verdades en tanto cuanto sirvan alhombre, no solamente para curarlos deenfermedades, sino también para promoverlode forma integral con un concepto mucho másamplio del que podríamos esperar. No serápor tanto la ética una simple guía para tomardecisiones, es algo más que eso, es ademásuna forma de promover a la persona humanateniendo como punto cimero la estimativamoral de su dignidad. En la medida que estoocurra también lo ayudará a proyectarse fuerade sí, no sólo desde el punto de vistaontológico, biológico y psicológico, sinotambién ético. Ayudándolo a expresar deforma más integral, aunque también máscomplejo, el concepto de salud.

    En las Ciencias Médicas habrá siempre unespacio para que la ética, contribuya ahumanizarlas con mucho mayor esplendor.

    Reflexiones finales

    Para terminar deseo realizar dos ultimasreflexiones con relación a las cienciasmédicas y el tema que nos ha ocupado. Laprimera trata de la necesidad de un respeto ala ley moral que propugna le ética. No bastacon el reconocimiento de esta ley, si este nose encuentra acompañado de un sentimientode responsabilidad moral el cual vinculesujeto-objeto y nos haga actuarconsecuentemente. Es el imperativo moral dela responsabilidad propuesto por Jonas, elque me impulsa a hacer esta reflexión. Laresponsabilidad que yo tengo, como sujetomoral, de poder causar un daño o un beneficioen aquello que se haya en el campo de miacción. Al ser responsable significa que podréresponder por ello, pero en el contexto queme brinda la libertad, para así respetar lo quede valioso y debido haya en ella. Es la libertadaquella acción de la voluntad que debe

    16.- Feito Grande, Lidia. Sobre la fundamentación de la Bioética.En: Bioética: un diálogo plural. Homenaje a Javier GafoFernández s.j. Madrid: Univ. Pontificia Comillas, 2002. p. 691.17.- Ortega y Gasset, J. Obras completas. Madrid : Alianza, 1983.

  • siempre buscar: un bien, además debido ypor último razonable. En este contexto sedesenvuelven todas las acciones valorativasde la Ética en general y de la ética médica enparticular. Lo mencionado adquiere particularimportancia, cuando se trata de la atenciónal paciente grave.

    El segundo aspecto que deseo recalcar esque con lo que he expresado, se podría temerque pudiera existir un control de las cienciasdel pensamiento abstracto, sobre las de tipoexperimental, lo que algunos han llamado un“control humanístico de la ciencia”, queriendoexpresar con esta afirmación, que las cienciasespeculativas mediante una tensióndialéctica, debieran orientar las aspiracionesy los resultados de la ciencias naturales, lascuales tienden, por derecho propio, aproyectar nuevas investigaciones y aún aensanchar el horizonte de sus aplicaciones,esto adquiere particular relevancia en lasCiencias Médicas, cuando se realizanestudios en seres humanos.

    En toda experiencia científica se encuentranunidas de forma inseparable la verdad, lalibertad y la responsabilidad; de manera queal emprender su camino investigativocomprenderán tanto el investigador como elfacultativo, que deberán recorrerlo tanto conla imparcialidad exigida por la objetividad desu método, como también con la honradezintelectual y la responsabilidad que debeposeer todo ser humano que se encuentraen la búsqueda de la verdad; diría entoncesque también es necesario una “reverenciacientífica” y no sólo el respeto médico haciael paciente, que se debe poseer, cuando seindaga en los procesos físico-biológicos dela naturaleza. Indudablemente esto se traduceen una forma de servir mejor a la humanidada la que pertenece, por lo que visto de estemodo, las responsabilidades ético-morales,relacionadas tanto con la investigación

    científica así como con las de tipo asistencial,pueden entenderse como una exigencia adintra, propias de la ciencia, en cuantoactividad plenamente humana, no como uncontrol, o peor aún, como una imposiciónexterna; además como una vía de promociónpersonal mediante el desarrollo de estasvirtudes, que tienen como base la autenticidady el servicio.

    Por último expreso la singular importancia quetiene la necesidad de poder profundizar enuna ética que tenga en cuenta nuestra cultura.Si consideramos el vocablo latino “Cultura”del que hablan Cicerón y Horacio como unametáfora relacionada con el cultivo de latierra, como “Cultura Animi”, cultura delespíritu educación de la persona, promocióndel pensar y del actuar, pero ante todo“formación de las conciencias”, entoncescomprenderemos como la promoción delconocimiento aunque es indispensable noserá suficiente si no tenemos una “CulturaMoral” (18 ).

    Nuestra cultura posee en sus fundamentostodo un código de ética de singular validezen el momento actual. El Pbro. Félix Varela,aquél del cual Luz y Caballero dijera que “nosenseñó a pensar” y que contribuyó de formatan magistral a crear los cimientos de nuestranacionalidad; nos ha legado lo mejor de lasimiente de una buena ética cubana en susCartas a Elpidio, publicadas en el destierrode Nueva York; son como un testamentointelectual en el que se destacan las mejoresvirtudes. Es interesante señalar como aquélhombre supo soñar con aquél ideal en el quemostró todo lo noble y justo que debería tenernuestra nacionalidad.Mucho amor a la patria,autoridad en la conducta, ánimo heroico yvigilante unido todo a una profunda tolerancia,la que siempre acogió a todos con delicadezade espíritu y comprensión.

    18.- Zamora Marín, René. Bioética: Nuevos valores para una nueva cultura.Lectura Magistral Centro Juan Pablo II. – La Habana, 1997.

  • Por eso al hablar de la necesidad de laformación ética de nuestros profesionales,acogiendo también las enseñanzas de Joséde la Luz y Caballero, tratando de inculturarvalores en nuestra historia, deseamosrecordar su pensamiento una vez más, paraexpresar la necesidad de ser consecuentescon el ideal ético que nos proponemos,

    mostrando la coherencia de la Ética con lavida, tan necesaria en la virtud para sercreíble, de la que habla Cintio Vitier en “EseSol del Mundo Moral”.Refiriéndose a la formación de los actoresmorales de la patria Luz exclamaba: “Enseñarpuede cualquiera, educar solo aquél que seaun Evangelio vivo”.

    “Luego, para reducir todas las ideas a la unidad, procuraremos encadenarlas y

    ordenarlas de tal manera que nuestro espíritu, en cuanto sea posible, reproduzca

    objetivamente lo que está formalmente en la naturaleza,considerada en su totalidad

    tanto como en sus partes.

    Spinoza, Reforma del Entendimiento