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Relación entre Tácticas de Influencia y Valor de Marca 1
RELACIÓN DE LAS TÁCTICAS DE INFLUENCIA UTILIZADAS POR LAS
PAREJAS EN LA DECISIONES FAMILIARES CON EL VALOR DE MARCA
CENTRADO EN EL CONSUMIDOR
Por: ANDRÉS MACHADO DAZA
FUNDACIÓN UNIVERSITARIA KONRAD LORENZ
Bogotá, D.C., diciembre de 2010
Relación entre Tácticas de Influencia y Valor de Marca 2
Tu tiempo
de milagrosas alquimias
indagará el vacío
de nuestros sentimientos,
para reconciliar
el por qué
de nuestras posesiones
Luis María Sobrón
Relación entre Tácticas de Influencia y Valor de Marca 3
RELACIÓN DE LAS TÁCTICAS DE INFLUENCIA UTILIZADAS POR LAS
PAREJAS EN LA DECISIONES FAMILIARES CON EL VALOR DE MARCA
CENTRADO EN EL CONSUMIDOR
Resumen
Se pretende en este trabajo de tesis establecer la relación entre las tácticas
de influencia que utilizan las parejas al tomar decisiones familiares con la valoración
de marca centrada en el consumidor. Se parte del concepto de consumo, como
punto esencial en el comportamiento del consumidor y se liga a las marcas y su
valoración, y el uso que se le da a este concepto en los procesos de toma de
decisiones familiares. Tras la revisión de modelos de toma de decisiones conjuntas
(Kirchler, 1999), y los de valoración de marca (Vera, 2008), (Aaker, 1991), (Keller,
2009), (Punj & Hillyer, 2004), se diseña un abordaje a 50 parejas a las que se les
mide la valoración de marca y se les aplica un ejercicio de negociación en la elección
de restaurantes en la ciudad de Bogotá, luego se les vuelve a medir la valoración
de marca. Los resultados sugieren que no existe una relación que permita predecir
la valoración de marca a partir de las tácticas de influencia que utilizan las parejas
en la toma de decisiones familiares.
Palabras Clave: Tácticas de Influencia, Toma de decisiones familiares, Valor de
Marca centrado en el consumidor.
Relación entre Tácticas de Influencia y Valor de Marca 4
Abstract
It is pretended in the work of this thesis to establish the relationship between
the influence tactics that couples use to make family decisions and the consumer-
based brand equity. The work is taken from the consumption concept as the
essential point in the consumer's behavior, and this is linked to the brands and
appraisals, and the use that is given to this concept in the process of family
decisions. After revising the model of joint decision making (Kirchler,1999), and the
consumer-based brand equity (Vera, 2008), (Aaker, 1991), (Keller, 2009), (Punj &
Hillyer, 2004), it is designed an approach to 50 couples whose brand appraisal is
taken and a business exercise is applied in the selection of restaurants in the city of
Bogota. After this, a brand appraisal is taken again. The results suggest that it
doesn't exist a relationship that allows to foretell the brand equity taken from the
influence tactics that couples use in the family decision making.
Key words: Influence tactics, Family decision making, Consumer-based Brand
Equity.
Relación entre Tácticas de Influencia y Valor de Marca 5
RELACIÓN DE LAS TÁCTICAS DE INFLUENCIA UTILIZADAS POR LAS
PAREJAS EN LA DECISIONES FAMILIARES CON EL VALOR DE MARCA
CENTRADO EN EL CONSUMIDOR
Introducción
Los cambios en las estructuras familiares y la aparición de más esposas en
la fuerza de trabajo hacen que las estrategias de mercadeo de las empresas deban
ajustarse al nuevo entorno para retener y atraer a los clientes. Para estos, los
procesos de toma de decisión conjuntos se presentan en el día a día a través de
acontecimientos cotidianos en los hogares. Existen, entonces muchas maneras
como las personas que integran la pareja logran realizar esos procesos de
negociación. Uno de los elementos más relevantes para esta época tiene que ver
con el cambio social en términos de la desaparición cada vez mayor de los roles
asignados al género en los integrantes de la pareja. Estos cambios sociales han
hecho que las tácticas de influencia entre la pareja también se modifiquen.
En términos de los procesos de decisión, la mayoría de los modelos que
pretenden explicar este proceso identifican principios definibles y finales claramente
detectables, pasando por varias etapas tales como el deseo, la recopilación de
información, la evaluación de las alternativas y, por último, escoger entre la mejor
de ellas posible.
Relación entre Tácticas de Influencia y Valor de Marca 6
Por otro lado, la valoración de marca es un componente muy importante para
las empresas hoy, ya que puede entenderse de doble manera: es de carácter
financiero para la empresa y lleva, conceptualmente, a entender el valor desde el
consumidor. Desde esta última perspectiva, existen diversas propuestas, siendo
una de las más completas la de Keller (1991), cuyos componentes son la imagen
de marca, la lealtad, las asociaciones y la calidad.
En un sentido general, la presente investigación pretende identificar si existe
relación entre las tácticas de influencia que utilizan las parejas en momentos de
decisiones conjuntas y las valoraciones de marca que establecen las personas
antes y después de dichos momentos de cooperación.
Las marcas, y su valoración, han sido un tópico tratado de manera diferencial
por la economía, la filosofía, las ciencias sociales, la psicología y el marketing.
Desde el punto de vista de la economía, este tratamiento surge de la concepción
del consumo y el valor.
Por otro lado, para entender cómo se establece esta relación, es importante
considerar el concepto de consumo. Se debe empezar por decir que este puede
entenderse desde varios enfoques: uno desde la postura racionalmente económica
(Garcia, 1999), (Marx, 1984), (Pesenti, 1972) y otro desde la diferenciación y
distinción entre las clases y los grupos que crean símbolos y estéticas de
racionalidad consumidora ligadas a la posmodernidad e hipermodernidad de
nuestro tiempo; es decir, que las relaciones sociales se construyen en la apropiación
de las medios de distinción antes que en la lucha por los medios de producción
Relación entre Tácticas de Influencia y Valor de Marca 7
(Boivin & Rosato, 2004), (Bourdieu, 1984), (Lipovetsky, 2009). Ambos conceptos
conducen a la formación de la utilidad y el valor en el consumidor. La utilidad, como
perspectiva simbólica del objeto, no es una cualidad del objeto, sino un significado
de sus cualidades objetivas; en la sociedad humana, ningún objeto tiene existencia
ni movimiento salvo por el significado que los seres humanos pueden asignarle. En
ese sentido, las razones por las cuales la naturaleza se convierte en recurso no
están en sus propiedades físicas, sino en la simbología que los grupos sociales
crean en torno a las experiencias humanas. Las marcas, por ende, simplifican el
entendimiento de dichos símbolos.
Los actos cotidianos e individuales del consumo se ven reflejados en la
manera como las parejas realizan sus elecciones de marcas, las cuales son algo
más que antojos propios o compras irreflexivas. Vivimos una época rápida que exige
tomar decisiones de igual manera, no solo a nivel individual, sino también a nivel de
la pareja y la familia.
La valoración de marca, por su parte, se entiende como un constructo
multidimensional que está formado por diversos componentes, como la disposición
a pagar un sobreprecio, la satisfacción en la experiencia de uso de la marca, la
lealtad, la calidad percibida, el grado de liderazgo tecnológico, el grado de
autoexpresión o identificación que la marca le permite al consumidor (Vera, 2008),
(Aaker, 1991), (Keller, 2009), (Punj & Hillyer, 2004). Los consumidores reaccionan
de manera distinta ante la información que reciben del mercado y especialmente en
presencia de marcas conocidas que de marcas desconocidas. El verdadero valor
Relación entre Tácticas de Influencia y Valor de Marca 8
de marca se da cuando el consumidor presenta un reconocimiento relevante de ella
a través de asociaciones favorables en un determinado contexto de compra.
De esta forma, al interior de las familias se utilizan diversas tácticas de
influencia al momento de tomar decisiones, las cuales pueden cambiar o modificar
la valoración que cada uno de los miembros realiza de las marcas.
Desde el punto de vista teórico, el valor de marca interesa para saber cómo
se construye y qué denota. Desde el punto de vista práctico, para asesorar y sugerir
a los gerentes sobre como el valor de marca puede ser desarrollado y mantenido a
través de las actividades de mercadeo de la empresa.
Esta investigación está en el marco de la relación de las tácticas de influencia
utilizadas en las decisiones familiares con el valor de marca centrado en el
consumidor. La pregunta que pretende responder sería: ¿Cuál es la relación de las
tácticas de influencia utilizadas por las parejas durante el proceso de toma de
decisiones sobre la valoración de marca de su pareja?
Relación entre Tácticas de Influencia y Valor de Marca 9
Consideraciones conceptuales
Consumo, valor y marcas
Estando en una etapa tan complicada ya entrado el siglo XXI y ante los
constantes cambios y avances de la ciencia y la tecnología, la vida cotidiana ha
adquirido un ritmo bastante acelerado para todas las personas. Todos deben
adaptarse a tan rápidas transformaciones, y una de las maneras que tienen para
hacerlo es a través del consumo. En el consumo existen tantos elementos, que es
posible no reparar en algunos de ellos en el momento mismo de consumir. Todos
estos elementos forman un complejo grupo detrás de los actos que forman la
autonomía individual, y de acuerdo a como se van articulando las relaciones
sociales entre las diversas personas que producen y distribuyen lo que se consume,
se obtendrán valores, tanto materiales como culturales, de diversa índole, que
pasarán a incorporarse en los objetos mismos y contribuirán a delimitar su
capacidad de significar.
Los conceptos pueden partir de la naturaleza, que es propia de todos los
seres vivos e inanimados y que comparten necesidades de todo tipo. Esto supone
la inclusión del hombre como ser natural, y de la naturaleza como fuente de recursos
para satisfacer dichas necesidades. Así, se desprende un modelo de hombre que
remite su condición de naturaleza, que necesita de otros seres y de otras materias.
La materialidad reside tanto en el tipo de necesidad como en el carácter tangible y
empírico de los satisfactores; pero más específicamente, el hombre por medio de la
Relación entre Tácticas de Influencia y Valor de Marca 10
cultura y a través de la experiencia social alcanza su particularidad genérica (Boivin
& Rosato, 2004)
Dado lo anterior, es importante definir el consumo. Consumo puede
entenderse como el conjunto de procesos socioculturales en los que se realiza la
apropiación de bienes y el uso de los mismos (Garcia, 1999). Esta definición
colabora en diversos aspectos: se pueden ver los actos cotidianos e individuales del
consumo como algo más que gustos y antojos propios o compras irreflexivas; aquí
el consumo es comprendido por ser racionalmente económico. El consumo es un
momento cíclico de producción y reproducción social, cerrando el ciclo que se inicia
con la producción y que expande el capital, reproducido por la fuerza de trabajo.
En este sentido, el análisis de la transformación de un objeto en recurso para
ser consumido supone pensar en términos de la relación entre las necesidades y
las cosas. En otras palabras, no son los gustos o deseos individuales los que
podrían determinar lo que se quiere, sino las grandes estructuras de administración
del capital los que planifican la distribución de los bienes. Plantear esta relación
(necesidades-cosas) implica hablar de utilidad y, por tanto de valor (de uso y de
cambio).
El concepto de valor, entonces, provoca una separación de este valor de uso
o aquel que se puede llamar de cambio. El valor de uso es una premisa de la
existencia de la mercancía, pero no explica la existencia misma de la mercancía,
pues, cuando esta no tiene valor alguno para el sujeto desde el punto de vista
individual, le es posible cambiarla por otro bien de valor (Pesenti, 1972).
Relación entre Tácticas de Influencia y Valor de Marca 11
Empecemos por analizar el valor de uso. Este es el valor que posee la
mercancía por ser susceptible de satisfacer las necesidades humanas, y que, por
supuesto, ha estado presente desde las sociedades primitivas. Esto es, gracias a
que el hombre solo tomaba de la naturaleza lo que requería, generaba precisamente
el valor de uso. Establecido este concepto, nos encontramos frente a una sociedad
de producción simple, en la cual, el exceso de producción genera una pérdida de
valor de uso para el productor, adquiriendo esta mercancía, una nueva cualidad
universal para entrar en los procesos de cambio: el valor de cambio.
En esta sociedad simple, la mercancía no debe tener valor de uso para el
sujeto que desea cambiarla, pero si debe tener valor de uso por lo que desea
cambiar. Como no es posible comparar dos valores de uso por ser físicamente
diferentes, y la valoración que hace cada sujeto es subjetiva de cada una de las
mercancías, sin embargo, se realiza la transacción de cambio, es evidente que debe
haber algo en común en la base de tal cambio, que las haga comparables entre si
y determine el valor de cambio. Tal elemento es el trabajo.
El trabajo es el elemento fundamental que interviene en la creación de valor
y que permite que estas puedan intercambiarse entre sí. Dicho en otras palabras,
para que la mercancía sea intercambiable por otra, debe ser el resultado de un
determinado trabajo humano; razón por la cual encontramos elementos
fundamentales en la vida del ser humano, como el aire, que no tienen
transformación alguna hecha por el hombre, dando como resultado que estos,
aunque poseen valor, no es valor de cambio.
Relación entre Tácticas de Influencia y Valor de Marca 12
El hombre es un productor social de sus medios de subsistencia. La
producción social implica ciertas relaciones sociales cuyo carácter dependerá del
grado de desarrollo de las fuerzas productivas de la sociedad. Esas relaciones
sociales constituyen la estructura económica de la sociedad sobre la que se
construye la superestructura de instituciones políticas y jurídicas, ideas y modos de
pensar que reflejan la estructura económica existente, sobre la que se desarrolla el
concepto de valor, y por ende, el de marca.
Así, los valores de uso son el resultado de un trabajo concreto que se ejecuta
de acuerdo con determinadas normas. El trabajo es el que se ejecuta para crear un
valor de uso, es decir, una mercancía determinada. Pero, como no es posible
comparar dos cosas que no son iguales, ¿cómo comparar el trabajo que se requiere
para la producción de mercancías diferentes? Es otro tipo de trabajo, el que Marx
(1984) llamó trabajo humano puro y simple, es decir, la facultad que tiene todo ser
humano de realizar una determinada labor. Al referirse a este tipo de trabajo, se
trata de hacer la abstracción de las cualidades concretas del trabajo, refiriéndose
pues, al gasto más o menos grande de energía que crea el valor y representa el
elemento presente en todos los trabajos productivos. De ahí que la base del valor
de cambio sea la manifestación del trabajo humano contenido en ella. Marx
recuerda que “sólo la expresión de equivalencia de diversas mercancías es lo que
pone de manifiesto el carácter específico del trabajo como fuente de valor, al reducir
a su nota común, la de trabajo humano puro y simple, los diversos trabajos
contenidos en las diversas mercancías” (El capital, vol. I, Pág. 18). En otras
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palabras, por una parte está el trabajo concreto que crea el valor de uso y por otro,
el trabajo abstracto que es fuente del valor de cambio.
Surge aquí el siguiente aspecto, o sea, ¿cómo se determina el valor de
cambio? Marx nos dice “la magnitud de valor de toda mercancía es la cantidad de
trabajo socialmente necesario para su producción” (El Capital, Vol. I Pág. 19). Se
trata de encontrar una medida común al trabajo, entonces, lo que se requiere es
introducir dos conceptos sobre el trabajo: el trabajo simple y el trabajo complejo.
El primero no requiere de gran preparación por quien lo ejecuta, y está constituido
por la energía elemental; el segundo, en cambio, exige de quien lo realiza, no solo
habilidad natural, sino preparación técnica específica, dada en su aprendizaje y
enseñanza, la experiencia y el tiempo invertido en ellas. Con el desarrollo de la
división de trabajo, el cambio se hace más sistemático; el cambio se hace entre una
serie de mercancías, más, se generan una serie de contradicciones inherentes a la
producción que ocasiona dificultades en el proceso de cambio. Es ahí cuando
comienza a surgir el intercambio por mercancías que sean de mayor facilidad de
cambio que otras, como por ejemplo el ganado. La forma general del valor se
caracteriza por el hecho de que todas las mercancías se cambian por la mercancía
que desempeña el papel de equivalente general (Marx, 1984).
Hay que recordar que Marx hace énfasis en cuatro esquemas sobre los que
crea las categorías de análisis: la producción, la distribución, el cambio y el
consumo. La producción crea las cosas necesarias para satisfacer las necesidades;
la distribución las reparte de acuerdo con las leyes sociales; el cambio distribuye lo
que se ha repartido, de acuerdo con las necesidades individuales; y el consumo,
Relación entre Tácticas de Influencia y Valor de Marca 14
como producto que sale de la esfera social, se convierte directamente en objeto y
servidor de la necesidad individual y la satisface (Boivin & Rosato, 2004).
En síntesis, para Marx (1984) citado por Boivin y Rosato (2004) “el consumo
no es, pues, únicamente el acto final gracias al cual el producto se convierte en
producto sino también el acto en virtud del cual el productor se hace productor. Por
otra parte, la producción engendra consumo, creando el modo determinado de
consumo, creando el atractivo del consumo y a través de éste la capacidad misma
de consumo convertida en necesidad” (p. 213). El resultado al que se llega no es
que la producción, la distribución, el cambio y el consumo sean idénticos, sino que
constituyen un todo articulado, con diferenciaciones dentro de la unidad. En este
sentido el consumo no es más que un proceso de descompensación y que al tratar
de compensarlo lo que se obtiene es una homeostasis o equilibrio. La producción
domina tanto sobre sí misma como sobre los otros momentos de la producción, y
es a partir de ella que el ciclo comienza nuevamente. Para Marx, el cambio y el
consumo no pueden ser determinantes, ni por tanto, dominantes. (Boivin & Rosato,
2004)
Ahora bien, es importante ver estos elementos desde otra perspectiva. Otra
definición de consumo se establece entre los que lo consideran como un lugar de
diferenciación y distinción entre las clases y los grupos, creando elementos y
símbolos de carácter estético de la racionalidad consumidora (Bourdieu, 1984).
Existe una lógica en la construcción de la simbología del estatus y en la manera de
comunicarla, por tanto, estos símbolos de distinción y nobleza se convierten en
instrumentos de dominación y poder para mantener el orden social. En otras
Relación entre Tácticas de Influencia y Valor de Marca 15
palabras, las relaciones sociales se construyen en la apropiación de las medios de
distinción antes que en la lucha por los medios de producción.
Una mirada rápida de este tema podría manifestar que el consumo visto
desde este enfoque sirve para dividir, pero al analizarlo con mayor profundidad, los
miembros de una sociedad comparten el sentido por los bienes, su significado, lo
que hace que sirvan como medio de diferenciación. La marca, y su valor, se
convierten entonces en medidas de distinción para sus poseedores, en la medida
en que quienes nunca tendrán acceso a ella conozcan su significado sociocultural.
En este sentido, Boivin y Rosato (2004) dicen “La utilidad, como perspectiva
simbólica del objeto, no es una cualidad del objeto, sino un significado de sus
cualidades objetivas; en la sociedad humana, ningún objeto tiene existencia ni
movimiento salvo por el significado que los hombres pueden asignarle” (p.207). En
otras palabras, las razones por las cuales la naturaleza se convierte en recurso no
están en sus propiedades físicas, sino en la simbología que los grupos sociales
crean en torno a las experiencias humanas. Las marcas simplifican el entendimiento
del símbolo.
En este caso, consumo es una objetivación de los deseos. Los deseos se
diferencian de las necesidades por no tener objeto, por ser un tipo de impulso que
no apunta a un objeto material preciso (Garcia, 1984). Esta distinción colabora en
concebir al consumo vinculado a las necesidades o a los deseos, lo cual se refleja
en un aislamiento del consumo de las articulaciones sociales.
Relación entre Tácticas de Influencia y Valor de Marca 16
En la sociedad de hoy las personas consumen más lo que les gusta que lo
que necesitan o desean. Para Bourdieu (1990) citado por Boivin & Rosato (2004),
las condiciones para que el gusto exista se representan en que debe haber bienes
clasificados, clasificantes, jerarquizantes y personas que posean principios de
clasificación, de elección de esos bienes; es decir, marcas y personas que
reconozcan esas marcas. De esa manera, el gusto es un principio de elección que
se manifiesta en bienes y prácticas. Para comprender los gustos hay que conocer
las condiciones en las cuales se producen los consumidores, es decir, las
situaciones sociales, y las condiciones en las cuales se producen los objetos que
se ofrecen, o sea, la producción de bienes. Es una confluencia entre la oferta y la
demanda, entre los objetos clasificados, a través de las marcas y el sistema de
clasificación de ellas, el valor de marca.
El Valor en Psicología y el valor de marca
Al pretender establecer el origen de los valores, incluso de los económicos,
se llega a comprender que dicho valor posee una dimensión psicológica, por lo que
depende de las percepciones individuales de los mismos. En ese orden de ideas,
los valores varían de un individuo a otro y de un grupo a otro, y además, pueden
cambiar rápidamente con el tiempo a medida que las situaciones y las percepciones
individuales cambian. Así que, en la disertación actual sobre valores se debe tener
presente que los valores no son absolutos, y las percepciones individuales tienden
a ser dinámicas, variables, a medida que las circunstancias cambian. La percepción
que el hombre tiene del mundo puede ser una representación distorsionada de la
realidad. El valor es un constructo clave en la gestión de marca. Desde el punto de
Relación entre Tácticas de Influencia y Valor de Marca 17
vista teórico, el valor de marca interesa para saber cómo se construye y qué denota.
Desde el punto de vista práctico, los gerentes desean saber como el valor de marca
puede ser desarrollado y mantenido a través de las actividades de mercadeo de la
empresa (Punj & Hillyer, 2004)
Ahora bien, el valor de marca nació como un constructo simple en el
mercadeo. A finales del decenio de los ochentas, se entendía que tenía alguno de
los siguientes significados: el valor adicional que se pagaba por una marca, el valor
financiero de la marca como activo intangible, o como las creencias que el
consumidor tenía de la marca (Feldwick, 1996).
Pero esto ha cambiado sustancialmente con el tiempo. Ahora existen
múltiples definiciones de Brand Equity1, las cuales desarrollan el concepto, para
entenderlo como un constructo multidimensional conformado por varios
componentes, tales como la disposición a pagar un sobreprecio, el grado de
satisfacción en la experiencia con la marca, la lealtad manifestada, la calidad
percibida, el grado de liderazgo tecnológico, el grado de autoexpresión o
identificación que la marca le permite al consumidor (Vera, 2008). Ahora bien,
tomando en cuenta que las marcas pueden presentar un desarrollo de su valor en
cada uno de estos componentes, es importante establecer que el valor de marca se
desarrolla en la empresa, con su marca y en el consumidor a través de experiencias
y asociaciones contextuales (Vera, 2005).
1 Valor de marca, en español
Relación entre Tácticas de Influencia y Valor de Marca 18
Los consumidores reaccionan de manera distinta ante la actividad comercial
en presencia de marcas conocidas que de marcas desconocidas. El verdadero valor
de marca se da cuando el consumidor presenta un reconocimiento relevante de la
marca a través de asociaciones favorables en un determinado contexto de compra
(Vera, 2008). En ese orden de ideas, se presenta el valor de marca cuando el
consumidor percibe como diferenciable, especial y atractiva a la marca frente a las
demás rivales. Es allí cuando se pueden esperar beneficios para la empresa, que
se traducen en lealtad del consumidor, menor vulnerabilidad en las acciones de los
competidores, etc.
Aún no existe un fundamento teórico único y uniforme que sea aceptado en
torno a la definición del Brand Equity. Este fundamento debería describir cómo se
desarrolla el concepto y la forma de aprovecharlo para crear valor desde un contexto
apropiado (Raggio, 2007).
Gracias a que los empresarios están bajo continua presión para justificar el
impacto de las actividades de mercadeo, se ha renovado el interés en las medidas
de rendimiento del mercado. Las medidas financieras como las ventas y las
utilidades proporcionan hoy en día indicadores parciales sobre el rendimiento
comercial debido a su orientación histórica y el horizonte de corto plazo con que
normalmente se construyen. Los activos intangibles, por su parte, proporcionan una
comprensión más rica al conciliar el rendimiento, a corto y mediano plazo, de la
comercialización y el valor para los accionistas (Christodoulides, 2010). Tras este
análisis queda de manifiesto que mientras los competidores puedan imitar el
producto y sus características, los activos intangibles, como la marca, se convierten
Relación entre Tácticas de Influencia y Valor de Marca 19
en elemento estratégico de ventaja competitiva más sostenible. En ese sentido, el
valor de marca basado en el consumidor es un camino que crea activos intangibles
claves que fomentan el comportamiento de compra a largo plazo.
Continuando con ese planteamiento, el valor de marca centrado en el
consumidor se convierte en un objetivo primordial y la manera de lograrlo es
construir asociaciones entre la marca y el consumidor (Christodoulides, 2010). Hoy
existen muchas investigaciones que soportan esta idea, ya que aportan bases en
cuotas de mercado, intención de compra y preferencias del consumidor,
percepciones de calidad en los productos, valor para el accionista, evaluaciones de
los consumidores de las extensiones de marca etc. Así, lo que se ha generado es
una amplia gama de orientaciones y formas de entender el Brand Equity, algunas
de ellas utilizadas por empresas consultoras internacionales, con métodos propios.
En otras palabras, lo que se encuentra es una amplia literatura del tema, aunque en
gran medida fragmentada y no concluyente (Christodoulides, 2010).
Feldwick (1996) es quien hace notar que algunos términos que se vuelven
comunes, en realidad pueden tener varios significados, y más que intentar llegar a
acuerdos, es preferible entender que pueden realmente significar varias cosas. De
esa forma, el Brand equity, según él, puede tener tres acepciones diferentes: valor
financiero, fuerza de mercado e imagen. La primera hace referencia a las
transacciones de la empresa, mientras que las otras dos, se refieren directamente
al consumidor (Feldwick, 1996). De esa manera, el concepto se engloba en el
término consumer brand equity, para Feldwick, o customer-based brand equity, para
Keller (1991).
Relación entre Tácticas de Influencia y Valor de Marca 20
Definición de Valor de Marca
El valor de marca, es aquel que los consumidores atribuyen a una marca por
encima de las características funcionales del producto (Hawkins, Best, & Coney,
2004). Este valor de marca tiende a ser sinónimo con la reputación de la marca, ya
que tiene implicaciones de valor económico. Así, las marcas de reputación
aceptada por los consumidores tienen mayor potencial de alcanzar niveles más
altos en el valor económico de la marca que aquellas cuya aceptación es débil o
son desconocidas.
La marca representa la promesa de beneficio para los consumidores. Los
gerentes de marca pueden escoger entre centrarse en actividades de mercadeo
tradicionales, que no consideran al consumidor ni sus procesos de consumo y
enfocarse en la marca, construyendo actividades, como por ejemplo la publicidad,
en uno o más de los beneficios que la marca trae consigo, tales como los beneficios
funcionales, emocionales, sociales y de seguridad (Raggio, 2007).
Considerando que durante mucho tiempo se ha aceptado que los bienes y
servicios proporcionan beneficios, lo que debe seguir es que el consumidor, a través
de la percepción, determine si la marca cumple con la promesa hecha por la
empresa, previo destacamento de la misma. Es decir, la marca puede destacarse
entre muchas otras y ser percibida por el consumidor y posteriormente evaluada en
términos de si cumple o no con la promesa realizada. Es más, estas percepciones
miden ese cumplimiento a través del comportamiento de compra.
Relación entre Tácticas de Influencia y Valor de Marca 21
Así, el valor de marca centrado en el consumidor es fundamentalmente determinado
por el conocimiento de marca creado en la mente de los consumidores por los
programas y actividades de mercadeo. Específicamente, el customer-based brand
equity es definido como el efecto diferencial que tiene el conocimiento del
consumidor a cerca de su respuesta a la comercialización de una marca (Keller,
2009).
Otra definición del valor de marca centrado en el consumidor, como la
percepción o deseo que el consumidor del bien tiene y la forma cómo interpreta el
que la marca reúna ese conjunto de promesas y beneficios (Raggio, 2007). En esta
definición aparecen dos elementos que se destacan: la percepción y el deseo.
Sobre el componente percepción, es claro que involucra todos los procesos
psicológicos asociados comúnmente a la decisión del consumidor, es decir, la
memoria, el aprendizaje, las actitudes etc. El valor de marca se basa en la posición
del producto de la marca. Esto es, que una marca que ofrece un desempeño
superior, es emocionante de usar y la compañía que la produce posee valores
sociales correctos, esté dispuesto a pagar un sobrecosto por esa marca y hacer un
esfuerzo especial para localizarla y comprarla, e inclusive, recomendarla a otros o
perdonar fallas (Hawkins, Best, & Coney, 2004). En otras palabras, la marca al ser
percibida en términos positivos, se convierte en una fuente de valor económico
resultante del comportamiento del consumidor.
El consumidor puede procesar la información como una serie de actividades
por medio de las cuales los estímulos se perciben, se transforman en información y
Relación entre Tácticas de Influencia y Valor de Marca 22
se almacenan. Las cuatro fases de la serie son: exposición, atención, interpretación
y memoria (Blackwell, Miniard, & Engel, 2002). El término aprendizaje es el que se
emplea para describir los procesos por medio de los cuales la memoria y el
comportamiento se modifican como resultado del procesamiento de la información.
El aprendizaje esencial en el proceso de consumo, ya que en gran medida los
comportamientos del consumidor son aprendidos, y a través de este proceso las
personas adquieren la mayoría de sus actitudes, valores, gustos, comportamientos,
preferencias, significados simbólicos y sentimientos por aprendizaje (Hawkins, Best,
& Coney, 2004). La cultura y la clase social, por medio de instituciones educativas
y organizaciones religiosas, así como la familia, los amigos, los medios masivos de
comunicación, la publicidad etc., proporcionan experiencias que el sujeto percibe y
aprende que influyen fuertemente en el estilo de vida y los productos que consume.
Se han construido modelos que tratan de explicar los procesos de decisión y
elección del consumidor, tales como el modelo del proceso de decisión, MPD
(Blackwell, Miniard, & Engel, 2002); modelo de cambio actitudinal (Hawkins, Best,
& Coney, 2004), que desembocan y están en consonancia con las posturas de
Aaker y Keller al formular el valor de marca basado en el consumidor (Raggio, 2007)
y que manifiesta las ventajas de las marcas fuertes desarrollado por Keller (Keller,
1991); modelos de satisfacción (Peter & Olson, 2006) entre otros.
El deseo, por su parte, es un componente del valor de marca centrado en el
consumidor, que está involucrado en situaciones en las que el comprador está
expuesto a marcas, como las de los equipos deportivos, las cuales representan
Relación entre Tácticas de Influencia y Valor de Marca 23
promesas y que invocan esperanzas, lo cual se traduce en deseos del consumidor
(Raggio, 2007).
La composición del valor de marca resulta compleja. Cabe distinguir dos
líneas principales que generan explicaciones a este concepto: la línea del valor de
marca basada en la empresa y la línea del valor de marca basada en el consumidor.
La primera muy centrada en los análisis tradicionales financieros que manejan para
los accionistas de la compañía, como los estudios de valor final de marca de
Farquhar; y la segunda, en cambio, ofrece dos explicaciones: directas e indirectas.
Las explicaciones directas son de multiatributos , como los estudios de cuota de
mercado de Agarwal y Rao (1996), las de intención de compra y preferencia de los
consumidores de Cobb – Walgren (1995), los de percepción de calidad de producto
de Dodds (1991), o las evaluaciones de extensión de marca de Aaker y Keller (1990)
citados por Christodoulides (2010). Las explicaciones indirectas, ofrecen
comentarios intermedios y de resultados.
David Aaker (1991) propone una definición en la que el Brand Equity es el
conjunto de activos y pasivos relacionados con la marca, su nombre y su símbolo,
que adicionan o sustraen valor proveído por un producto o servicio a una empresa
o a sus consumidores. Posteriormente, él mismo establece cuatro categorías de
factores determinantes del valor de una marca, los cuales son: conocimiento del
nombre de la marca, fidelidad a ella, calidad percibida y asociaciones de la marca
(Vera, 2008). Todas estas categorías se presentan en la relación del consumidor
con sus marcas.
Relación entre Tácticas de Influencia y Valor de Marca 24
Vera (2008) explica que estos factores son fundamentales en el
entendimiento y la medición del Brand equity, ya que, por ejemplo, el conocimiento
de marca se refiere a la habilidad del comprador potencial de reconocer que una
marca es miembro de una determinada categoría de productos; o que la fidelidad
es un fundamento y una consecuencia del Brand equity mismo, ya que la forma
como los consumidores perciben los atributos propios del producto y de la marca,
pueden desencadenar la fidelidad. Esta puede definirse como el vínculo que tiene
el consumidor con una marca determinada permitiendo la predicción de su elección.
Al respecto de la Calidad percibida, cabe decir que este concepto depende
de la percepción del consumidor sobre el desempeño del producto y sus
expectativas en comparación con las demás alternativas disponibles. De esa forma,
la calidad se define con base en el desempeño esperado en términos de sus
características, atributos de producto o servicio, o la ausencia de defectos (Gale,
1994). En otras palabras, podemos definir la calidad como el juicio del consumidor
sobre la excelencia o superioridad del producto sobre otros que analiza.
Sobre la última dimensión, las asociaciones de marca, el aprendizaje y la
recordación de marca pueden llevar a la construcción de asociaciones de nombre
con atributos relevantes para el consumidor, generando percepciones positivas de
la marca (Hawkins, Best, & Coney, 2004).
Esta relación genera el significado de la misma en la mente del consumidor
sobre la cual se basa el posicionamiento que permite distinguirse respecto a las
demás. Las asociaciones de marca actúan sobre el desarrollo de la decisión del
Relación entre Tácticas de Influencia y Valor de Marca 25
consumidor de dos modos. Por un lado, las asociaciones de marca atadas al
producto, tales como las características funcionales y los atributos físicos (como por
ejemplo, la calidad, el desempeño, el diseño etc.) crean en el consumidor una
tendencia a exagerar los beneficios atados al producto de marca. Por otra parte,
una las asociaciones simbólicas no atadas al producto (tal como la personalidad de
marca, el prestigio etc.) crean valor simbólico.
Las asociaciones están ampliamente trabajadas por Keller (1991),
clasificándolas en tres categorías: atributos, beneficios y actitudes. Los atributos son
las características que componen un producto o servicio, y que sirven para analizar
el desempeño del producto en relación con la competencia. Existen atributos no
relacionados como el precio, el cual no está directamente asociado con el
desempeño, pero es paso obligado en el proceso de compra e influye notablemente
en la formación de creencias del consumidor sobre el precio y su relación con el
valor de marca (Keller, 1991). Los beneficios, son el valor que el consumidor le
asigna a los atributos antes referidos y se determinan por la comparación entre
productos de las categorías, la satisfacción de las necesidades o los elementos
simbólicos (Keller, 1991). Por su parte, las actitudes se definen como la evaluación
final que hace el consumidor sobre la marca, convirtiéndose en la base del
comportamiento del consumidor (Keller, 1991).
Siguiendo con Keller, además del uso de estos factores, propone un modelo
en dos dimensiones. Este autor sostiene que las personas que deben manejar las
marcas deben lograr reconocimiento y memorización de la marca, por un lado, y por
el otro, una imagen a través de las asociaciones que sean atractivas para el
Relación entre Tácticas de Influencia y Valor de Marca 26
consumidor (Keller, 1991). La principal implicación del manejo de estas dos
dimensiones radica en que se puede mejorar la productividad de las actividades
propias del mercadeo a través de un mayor conocimiento del comportamiento del
consumidor, ya que sirve como piso para la creación de estrategias de mercado o
la aplicación de herramientas como la segmentación, el posicionamiento de
producto o el desarrollo de una mezcla de mercadeo apropiada. Green y Chen
(2010a) reconocen que los esfuerzos del marketing son antecedentes del brand
equity y operacionalizan, basados en los estudios de Yoo, Donthu y Lee (2000), una
mezcla de mercadeo con cinco elementos: el precio; el gasto publicitario, el precio
de las ofertas y promociones, la imagen de la tienda y la intensidad de la distribución.
El modelo que presenta Keller (2009) es de carácter jerárquico, lo cual implica
ir avanzando desde la base hasta la cúspide de la pirámide. Las cuatro dimensiones
consideradas son: identidad de marca, significado de marca, reacciones de marca
y relaciones de marca. Este modelo, en otras palabras avanza desde la
identificación de los clientes y las asociaciones que hacen de la marca con la
categoría a la que pertenece, siguiendo con la identificación de la marca y lo que
significa para el consumidor para luego avanzar hacia el entendimiento de las
respuestas o reacciones del consumidor relacionadas con su identificación y el
significado, y por último, llegando a la relación de los clientes con la marca en
términos de lealtad.
Relación entre Tácticas de Influencia y Valor de Marca 27
Figura 1. Pirámide del modelo de Keller (2009) Customer-Based Brand Equity.
Fuente: Adaptación de Keller (2009) página 144.
Este modelo ha tratado de explicar de manera más concreta cómo las marcas
deben construirse en términos de estructuras de conocimiento de los consumidores
(Keller, 2009). Específicamente, el modelo CBBE (Consumer Based-Brand Equity)
es una serie ascendente de pasos, de abajo hacia arriba, en la que: a) se garantiza
la identificación del consumidor con la marca y hay una asociación de la carencia
que denota con el producto/servicio específico; b) establecer firmemente el
significado de la marca mediante la vinculación estratégica de gran cantidad de
asociaciones tangibles e intangibles; c) obtener respuestas a través de juicios y
Relaciones con la marca
Reacciones a la marca
Significado de la marca
Identificación con la marca
Relación entre Tácticas de Influencia y Valor de Marca 28
sentimientos relacionados con la marca; y, d) convertir la respuesta de marca para
crear una relación de lealtad intensa y activa entre los clientes y la marca.
Para poder llevar a cabo esto, se establece una pirámide de seis bloques, a
través de los cuales se puede crear marca con los clientes. En este diseño, se
muestra la dualidad racional y emocional (a la izquierda y derecha de la pirámide,
respectivamente). Según el autor, solo se construirá marca, en la medida en la que
se den todas las condiciones expresadas en el modelo. Las partes de la pirámide,
vista de esta manera son: relevancia, rendimiento, imágenes, juicios, sentimientos
y resonancia de marca. Estas están integradas con las etapas de desarrollo de
marca (Figura 1) y manifiestan su respectivo objetivo de marca. De esa manera, la
primera etapa, la identidad, establece la relevancia y su objetivo será obtener
profundidad y reconocimiento de marca. Para el segundo nivel, el significado,
involucra el rendimiento y las imágenes, y el objetivo consiste en obtener puntos de
encuentro y diferencia. Para el tercer nivel, las reacciones a la marca, los juicios y
sentimientos que se provocan en el consumidor tendrán como objetivo generar
reacciones positas y asequibles. Por último, las relaciones, se establecen a través
de la resonancia de marca y el objetivo es establecer la intensidad y lealtad activa
(Figura 2).
Relación entre Tácticas de Influencia y Valor de Marca 29
Figura 2. Pirámide del Modelo Customer-Based Brand Equity de Keller. Tomado de
Keller (2009), página 144.
La relevancia de marca es la facilidad con que los consumidores piensan en
la marca bajo las diversas situaciones de compra o consumo. El rendimiento de
marca, significa qué tan bien el producto/servicio satisface las carencias funcionales
de los consumidores. Las imágenes de marca describen las propiedades
extrínsecas del producto/servicio, incluyendo las satisfacciones a los elementos
sociales o psicológicos.
Resonancia de marca
Sentimientos Juicios
Imágenes Rendimiento
Relevancia Identidad
Significado
Reacciones
Relaciones
Profundidad y reconocimiento de marca
Puntos de encuentro y diferencia
Reacciones positivas y asequibles
Intensidad y lealtad activa
Etapas de desarrollo de marca
Objetivos de marca
en cada etapa
Relación entre Tácticas de Influencia y Valor de Marca 30
Los juicios de marca son opiniones y evaluaciones propias de los consumidores.
Los sentimientos de marca son las respuestas y reacciones emocionales. Por
último, la resonancia de marca se refiere a la naturaleza de la relación que los
consumidores construyen con la marca, a medida que se “sintonizan”, que refleja la
intensidad o lazo psicológico creado con la marca; este aspecto denota el nivel de
actividad generada por la lealtad (Keller, 2009).
Toma de decisiones
Esta comprensión del consumo nos lleva a considerar los procesos para
tomar decisiones; procesos complejos que las ciencias le han dedicado tiempo para
tratar de explicarlo y comprenderlo. En la práctica, una decisión consiste en una
elección entre dos o más acciones o comportamientos alternos (Peter & Olson,
2006) e implica que una decisión siempre requiere elegir entre diferentes
comportamientos (Hawkins, Best, & Coney, 2004). Son estos comportamientos los
que les interesan a los profesionales del mercadeo para diseñar sus estrategias y
orientar sus esfuerzos en ofrecer un valor superior a los segmentos de mercado,
con el claro objetivo de conseguir ganancias equitativas a partir del valor ofrecido.
(Anderson, 2008).
El proceso de toma de decisiones, como modelo básico, incluye procesos
cognitivos, los cuales se encuentran combinados con los conocimientos,
significados y creencias que activan la memoria del consumidor, al igual que con los
procesos de atención y comprensión relacionados con la interpretación de la
información (Figura 3). Sin embargo, el proceso clave es la integración, por medio
Relación entre Tácticas de Influencia y Valor de Marca 31
del cual se pueden combinar los conocimientos para evaluar dos o más
comportamientos alternos y elegir entre ellos. El resultado es la elección o decisión,
representada como una intención de comportamiento (Peter & Olson, 2006).
Figura 3. Modelo de procesamiento cognitivo de la toma de decisiones de los
consumidores.
Fuente: Peter & Olson, 2006
Atención Comprensión
Nuevos
conocimientos
significados y
creencias
Procesos de
Integración
Comportamiento
Actitudes e intenciones Toma de Decisiones
Procesos de
interpretación
Exposición a la
información ambiental
Memoria
Conocimientos ,
significados y
creencias
almacenados
Procesos cognitivos
Relación entre Tácticas de Influencia y Valor de Marca 32
En este modelo se parte del supuesto que todos los comportamientos
voluntarios se basan en las intenciones que se producen cuando los consumidores
eligen conscientemente entre acciones alternas, inclusive en las compras
compulsivas subyacentes a la moda (Lipovetsky, 2009), pero esto no significa que
tenga lugar un proceso de toma de decisiones cada vez que se emprende una
búsqueda.
Esto es, en otras palabras, que existen comportamientos que son habituales
y se basan en intenciones que están almacenadas en la memoria, que formaron
parte de procesos anteriores (Hoyer & MacInnis, 2010), las cuales, al activarse,
influyen en el comportamiento, siendo en muchos casos, innecesarios los procesos
de toma de decisión adicionales (Peter & Olson, 2006).
La toma de decisiones puede ser considerada como un proceso de solución
de problemas. Bajo esta perspectiva, la atención se enfoca en los objetivos,
entendidos como consecuencias deseadas o valores esperados que los
consumidores buscan lograr (Peter & Olson, 2006). El modelo básico de la solución
de problemas orientado a los objetivos tiene cinco etapas: reconocimiento del
problema, búsqueda de soluciones alternativas, evaluación de las alternativas,
compra y uso pos-compra, y reevaluación de la alternativa elegida.
Cabe aclarar que este modelo es lineal, cosa que el consumidor no vivencia
de tal manera, ya que en los procesos reales de solución de problemas se abarcan
interacciones continuas y múltiples de los procesos cognitivos de los consumidores,
Relación entre Tácticas de Influencia y Valor de Marca 33
sus comportamientos y diversos aspectos tanto del ambiente social como del físico
(Punj & Steart, 1983).
Es precisamente por esta razón, la interacción con el medio social, que se
hace importante la revisión de las decisiones que las personas toman cuando son
influenciadas (e influyen) a otras personas, como por ejemplo a sus amigos o a sus
compañeros de vida o cónyuges.
Toma de decisiones familiares
La toma de decisiones familiares es el proceso mediante el cual se toman
decisiones en las que los dos miembros de la pareja intervienen de manera directa
o indirecta (Hawkins, Best, & Coney, 2004). Es muy importante diferenciar entre los
procesos de decisión individual y los familiares, ya que estas últimas tienen un
efecto directamente sobre los otros miembros de la familia.
Muchas compras familiares son emocionales y afectan las relaciones entre
los miembros de la familia (Punj & Hillyer, 2004). De esta manera, la decisión de
comer en un restaurante con la familia, tiene un significado emocional para los
miembros de la familia. Estas decisiones, también conocidas como cooperantes
(Brosig, 2002) generan diferencias de opinión en cuanto al gasto del dinero. El
comportamiento cooperativo se manifiesta cuando los individuos maximizan el
bienestar común en lugar del beneficio propio (Brosig, 2002).
Relación entre Tácticas de Influencia y Valor de Marca 34
Al revisar alguna literatura sobre el comportamiento familiar, se encuentran
temas muy estudiados como la influencia de los cónyuges, influencia según la
decisión, variables determinantes de la influencia familiar en el proceso de toma de
decisiones, y grado de acuerdo y desacuerdo entre los cónyuges (Martínez, 1997).
Es importante especificar que los hogares consisten en una o más personas
que ocupan una vivienda. Las familias, en cambio se definen como grupos de dos
o más personas, relacionadas por sangre, matrimonio o adopción y viven juntos.
Mientras que los hogares están constituidos por una sola persona o grupo de
personas del mismo o distinto sexo, no está necesaria o íntimamente relacionados;
las familias consisten en más de un miembro, los cuales, tradicionalmente están
casados y con hijos. Las transformaciones sociales que se han dado en los últimos
años han dado lugar a diversas formas de familia. Hoy encontramos familias
monoparentales (familia nuclear compuesta por un solo miembro de la pareja
progenitora), parejas sin hijos, parejas homosexuales con o sin hijos (Kirchler,
1999). Los términos hogar y familia se utilizan aquí en referencia a dos o más
personas estrechamente relacionadas que viven bajo un techo común.
La influencia de los cónyuges en las decisiones varía de una familia a otra.
Casi siempre han sido considerados como grupo de decisión familiar ya que son
responsables por las decisiones del hogar. Davis y Rigaux (1974) citados por Green
& Chen (2010a), teorizaron sobre los cambios que se presentan en la toma de
decisiones entre los cónyuges en cada fase del proceso de compra (reconocimiento
del problema, búsqueda, decisión) y demostraron que esos cambios se presentan,
estableciendo que se trata de decisiones automáticas de acuerdo con el rol de cada
Relación entre Tácticas de Influencia y Valor de Marca 35
cónyuge, esto es, dominio del esposo, dominio de la esposa y decisiones conjuntas.
Por otra parte, hay que considerar, además del papel que tradicionalmente le ha
sido designado a cada cónyuge, el interés que cada uno de ellos tiene por diferentes
productos que son asociados a las funciones sociales de cada sexo (Green & Chen,
2010b). Es decir, que cuanto mayor es el interés de un cónyuge en un aspecto
concreto de un producto, mayor es la influencia que ejerce sobre él (Martínez, 1997).
Las decisiones están influenciadas por los miembros de la familia (Martínez,
1997). En este sentido, se pueden considerar algunas variables referidas al grupo,
tales como el ciclo de vida familiar, el tamaño de la familia, el nivel tecnológico del
hogar, las características económicas; otras referidas a los individuos, como por
ejemplo la estructura de valores de los individuos, los roles desempeñados,
características económicas, y socio demográficas; las referidas a los procesos
internos, como la relación de afecto, influencia y procesos de comunicación entre
los miembros (Blackwell, Miniard, & Engel, 2002).
Uno de los aspectos más interesantes que surge al analizar la influencia de los
cónyuges en la toma de decisiones es el grado de acuerdo o desacuerdo que existe
entre ellos (Park & Tansuhaj, 1995). A este respecto, sobresale la valoración del
papel cultural asociado a los respectivos roles, produciéndose un desacuerdo entre
lo que un cónyuge considera que debe influir en el otro y la valoración de la propia
influencia que cada uno se asigna (Martínez, 1997). La mayoría de las
investigaciones realizadas en el tema están centradas en la relación esposo-esposa
como por ejemplo: Cunningham y Green (1974); Davis (1976, 1975, 1974, 1972,
Relación entre Tácticas de Influencia y Valor de Marca 36
1970); Ferber y Lee (1974); Hempel (1974); y Munsinger, Weber y Hansen (1975)
citados por Jenkins (1979)
Es Kirchler (1999) quien explica que, dependiendo de las características de
estructurales de la pareja, es decir, la naturaleza de la relación y el poder relativo
entre esposos, se presentan rangos de interacción mutua que van desde la
negociación hasta el altruismo. Esta conducta interactiva puede ser descrita a través
de cuatro principios: el amor, el crédito, los intercambios y el egoísmo. En esos
términos, las parejas en armonía actúan de acuerdo con el principio de amor, que
es el que los une, y lo hacen independientemente de si alguno tiene poder sobre el
otro. Esto implica que tendrán mayor compenetración el uno con el otro en sus
sentimientos, pensamientos y acciones. Además, lo más probable es que los
resultados de la decisión sean más optimizados para el bien mutuo, y por tanto, es
probable que sientan responsabilidad por satisfacer las necesidades del otro, y por
ende, generar menos demandas hacia la otra persona.
Por otro lado, cuanto más débil es el vínculo emocional entre los esposos, y
menos satisfactoria es la relación, el principio de amor se transforma en un principio
de crédito; esto es, hacer favores por el otro, mostrando consideración. En otras
palabras, el sujeto siempre espera que sus esfuerzos y favores tengan alguna
respuesta por parte del otro, como una concesión de largo plazo.
Si la calidad de la relación disminuye todavía más, la interacción se guía por
el principio de equidad. Esto es que la pareja actúa más como socios de negocios
realizando intercambios permanentes.
Relación entre Tácticas de Influencia y Valor de Marca 37
Si la calidad de la relación es mala, las diferencias de poder entre la pareja
son más importantes y la interacción se rige por el principio de egoísmo. Es quien
posea mayor poder, quien maneja las operaciones de intercambio con el otro en su
propio beneficio. Cuanto mayor es el poder que tiene, mayor será la insistencia en
seguir su propio camino.
En las decisiones económicas, que incluyen la administración del dinero, los
gastos, el ahorro, la gestión de activos, se puede establecer por diversos elementos
tales como la singularidad o frecuencia de repetición de una decisión, los costos
involucrados, el significado simbólico en la sociedad en general de las alternativas
de decisión, y el efecto de la decisión en uno o todos los miembros de la familia
(Kirchler, 1999).
Cuando las decisiones se hacen con frecuencia, la pareja tiene guiones
cognitivos que automatizan la dinámica de la toma de decisiones. Si las decisiones
de compra se refieren a bienes que no son especialmente costosos, o tienen poco
prestigio social, las diferencias de opinión entre los socios se pueden resolver sin
gran esfuerzo. En lugar de decidir de manera cooperante, un cónyuge puede tomar
las decisiones por costumbre, decidir de forma espontánea o de forma autónoma
después de una reflexión. Cuanto más costosos, prestigiosos y relevantes
socialmente sean los bienes, lo más probable es que más miembros de la familia
participen en la decisión (Kirchler, 1999).
Las decisiones que involucran dos o más personas se pueden clasificar en
función de si las personas tienen diferentes opiniones sobre la decisión.
Relación entre Tácticas de Influencia y Valor de Marca 38
Dependiendo del tipo de desacuerdo, encontraremos conflictos de valor,
probabilidad y distribución. Los conflictos de valor surgen cuando hay diferencias
fundamentales y extremas en los objetivos de la familia. En esos casos, la familia
no estará centrada en la resolución de una situación, sino en el valor que esta
implica. Serán importantes las consideraciones que hagan de los hechos reales, lo
complicado de las opciones de solución. Es necesario evaluar esas probabilidades
cuando la pareja está de acuerdo sobre el valor y la importancia de la alternativa,
pero llegan a preferencias diferentes porque han recibido información diferente o la
han evaluado por vías distintas. Obviamente para que esto se dé, la pareja debe
estar interesada en obtener la mejor alternativa. La distribución como conflicto
ocurre cuando lo que se presenta es una repartición de los costos y beneficios en
la solución y los beneficios esperados (Kirchler, 1999).
Cuando una o más personas identifican que sienten ciertas necesidades,
solicitan información sobre los productos/servicios disponibles para satisfacer esas
necesidades. Muchos deseos pueden ser satisfechos de manera inmediata, a
través de compras espontáneas. En el caso de productos/servicios que se compran
con frecuencia, la compra habitual se realiza de acuerdo con la disposición cognitiva
de las personas. Cuando surge el deseo de comprar algo, comienza la real decisión.
La persona con el deseo de comprar informa al otro, ya sea de inmediato o después
de que ha conseguido información de alternativas y ha obtenido una preselección.
La persona activa (quien tiene el deseo de compra) puede recopilar información y
dejar que la otra persona también la haga, o bien tomar una decisión autónoma.
Relación entre Tácticas de Influencia y Valor de Marca 39
A diferencia de las decisiones individuales, las decisiones autónomas no se
hacen con total independencia de la pareja pasiva (el que no tiene ningún deseo
particular de hacer la compra). Aquel que es activo evaluará cómo el bien puede
beneficiar a los demás y tratar de determinar si el otro autoriza a la compra, y luego,
considerar esos factores en la decisión final.
Después de que ambas partes han recogido información sobre las posibles
alternativas (Figura 4), y se han evaluado, se estima el grado de satisfacción para
una elección. La pareja puede diferir en sus intereses y en la cantidad de
información que tienen para que surja un conflicto.
En esas circunstancias, hay objetivos en cada parte. Por un lado las personas
quieren satisfacer sus necesidades egoístas, pero por otro, esperan que el resultado
no afecte la relación.
Aquellas parejas que estén en situaciones de mayor satisfacción con su
relación, pueden llevar las decisiones de manera anticipada a la satisfacción de su
pareja, en la misma dirección de su propia satisfacción. En las relaciones de crédito
e intercambio, el peso se da a la propia satisfacción o a la de la pareja, en función
de si la pareja le debe algo. En las relaciones egoístas, sólo se da la propia
satisfacción.
Relación entre Tácticas de Influencia y Valor de Marca 40
Figura 4. Modelo de Toma de decisiones conjuntas de Kirchler (1999)
Fuente: Adaptación de Kirchler (1999) página 4.
Para poder conocer las preferencias de su compañero (a), la pareja debe
discutir las posibilidades. Estas discusiones se hacen con el intento de influir en los
puntos de vista del otro, para llegar a una decisión conjunta. Las tácticas utilizadas
varían en función de si el conflicto implica los valores, la probabilidad o la
distribución. Estas van desde las promesas hasta la intimidación de la pareja a
través de amenazas.
Relación entre Tácticas de Influencia y Valor de Marca 41
Existen por lo menos 18 tácticas de influencia (Kirchler, 1999). Se utilizarán
de acuerdo con el tipo de conflicto que tengan. Están distribuidas en cuatro grupos:
Tácticas de persuasión, tácticas para evitar el conflicto, negociación y
argumentación razonada. (Ver Tabla 1)
Tabla 1.
Tácticas de influencia
Tácticas de persuasión
1 Emoción positiva (el humor, manipulación)
2 Emociones negativas (amenazas, cinismo, ridículo)
3 Impotencia (llanto, actuando indefenso)
4 Agresión (forzar, obligar, dolor, violencia)
5 Recompensas (oferta de servicios)
6 Castigos (retirada de recursos)
7 Insistiendo (discutir hasta que el otro se rinde)
8 Dejando la escena (renunciar, ceder, abandonar el lugar)
9 Información manifiesta ( hablando abiertamente del interés de cada uno)
10 Información distorsionada (mentira)
11 Coalición indirecta (recordando a la otra persona las necesidades de otros
como los hijos)
12 Coalición directa (hablar en presencia de otros)
Relación entre Tácticas de Influencia y Valor de Marca 42
Tácticas para evitar el conflicto
13 Decidir de forma autónoma (tomar la decisión sin consultar a la pareja)
14 Decidir de acuerdo a los roles (decisión autónoma de acuerdo a los roles
sociales)
15 Rendimiento de acuerdo a los roles (la pareja decide de acuerdo a los roles
sociales)
Negociación
16 Compensaciones (recursos, recordando favores anteriores)
17 Negociación integrativa (búsqueda de soluciones que satisfagan ambas
partes)
Argumentación razonada
18 Razones (hablando en forma emocionalmente neutral y objetiva,
argumentación lógica)
Fuente: Kirchler (1999) página 6.
Relación entre Tácticas de Influencia y Valor de Marca 43
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