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Índice de contenidos - Sociedad Tolkien Española · Pág. 15: Montaje a partir de imágenes de Tolkien y la Gran Guerra. Págs. 21 y 25: Ilustraciones de Marta Lúthien Gutiérrez

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Revista oficial de la Sociedad Tolkien 84Octubre

2015

Reportaje especial:La Fortaleza del Anillo

An Evening in Tavrobel,un poema de J.R.R. Tolkien

Ensayos:Tolkien y la belle epoqueEl arte élfico de la lingüística

Revisión:Tolkien y la Gran Guerra,de John Garth

Nº 84Octubre 2015

ESTELEs una palabra élfica que significa «esperanza»y es también el nombre que toma esta revista

dedicada al estudio de la obra de J.R.R. Tolkienen el seno de la Sociedad Tolkien Española.

Edita:Sociedad Tolkien Española

Equipo editor:Helios De Rosario «Imrahil»

Paco Soliva «Lórinlor»Ricard Valdivielso «Adanost de Valle»

Jorge Poderoso «Bombur»Vanessa García «Elfwyn Gilfwen»

Santiago Álvarez «Narnaron»

Contacto postal:C/ Planas 17, 2

46006 VALENCIA

Direcciones de Internet:[email protected]@sociedadtolkien.org

ISSN de la edición impresa: 1696-3059ISSN de la edición digital: 1989-8533

Depósito Legal: B-10953-96

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Editorial

Hay Dos lobos que siempre están peleándose.Uno es oscuridad y desesperación, el otro es luz y

esperanza. ¿Qué lobo gana?De la película Tomorrowland.

Me pregunto a cuál de los lobos doyde comer. A cuál alimento para quese imponga sobre el otro…

No es que Tomorrowland sea una granpelícula, pero puede ser entretenida en unatarde ociosa de domingo y, los que somos deValencia, podemos jugar a descubrir la Ciudadde las Artes y las Ciencias como fondo demuchas escenas. Y sin embargo, rescatoalgunas frases que me inspiran. La de los loboses una de ellas. Luego os cuento de otra.

Los lobos… viven en mí. Les doy de comercon cada acción cotidiana, con cadapensamiento, con cada emoción… No quieroalimentar al lobo oscuro, pero lo hago. Sé queestá mal, que no debería, pero entonces ¿quéme impele a hacer que el lobo de ladesesperación crezca grande y poderoso,mientras el lobo de la luz desfallece? Es mipropia naturaleza humana. Soy lo que soy: unser humano limitado e imperfecto; zarandeadopor razonamientos imperfectos y por, aúnmás, deseos imperfectos. «Un juguete enmanos del Destino», diría Shakespeare.

Nuestra Sociedad Tolkien Españolatambién alimenta a dos lobos. Porque estáhecha de personas que alimentan sendoslobos. A menudo no queremos que las cosassean como son, pero la realidad se abrecamino. Querríamos tener muchos mássocios, un presupuesto que permitiera invitara grandes oradores a nuestras merith,querríamos que los medios de comunicación

Editorial ....................................................................1Las aportaciones al conocimiento de la Tierra Mediaa través de los poemas de J.R.R. Tolkien:An Evening in Tavrobel como caso paradigmático ... 3Christopher Lee, la vida extraordinaria de unadmirador de la obra de Tolkien .............................. 9Revisión: Tolkien y la Gran Guerra .........................12Tolkien y la belle epoque ..........................................18Día Tolkien en la Casa del Libro de Madrid ...........26La Fortaleza del Anillo. Tolkien y la Tierra Media enel Castillo de Santa Bárbara .................................... 28Filatelia tolkiendil ...................................................40Amon Hell ............................................................. 45Viaje alfabético por las lenguas élficas .................... 46El arte élfico de la lingüística. Tolkien y su relacióncon el lenguaje y las lenguas artificiales .................. 51Memoria de actividades de la STE (2014) ............... 67

Índice de contenidos

Portada: Castillo de Santa Bárbara, Alicante,por A. Whiteside.Pág. 8: Gipsy Green, por J.R.R. Tolkien.Pág. 11: Christopher Lee, por Jesús Málaga.Pág. 15: Montaje a partir de imágenes de Tolkien y laGran Guerra.Págs. 21 y 25: Ilustraciones de Marta LúthienGutiérrez.Págs. 26 y 27: Fotografías por Andrés Moya.Págs. 30-37: Fotografías por José Manuel Ferrández yMónica Sanz.Pág. 34: Fotografía cedida por Mi Ciudad Alicante.Pág. 39: El Pony Pisador, por Tomás Hijo.Págs. 40-44: Fotografías por Aurea Pérez.Pág. 45: Fotografía por Joan Carles Jové.Págs 54-64: Ilustraciones de Ignacio LópezCastellanos.Contraportada: Beowulf y el dragón, por IgnacioLópez Castellanos.

Índice de ilustraciones

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nos trataran mejor y que nos invitaran a todas las fiestas. ¡Despierta! ¡No es así! Ahora dime: ¿Aqué lobo vas a alimentar?

Ha pasado el boom de la trilogía de El Hobbit y no ha sido como en los tiempos de El Señor delos Anillos. Bueno, el acceso que tiene la gente a la información no es el mismo que hace quinceaños; ya no hay sorpresa, no hay pasión. No hay un incremento significativo del número desocios; las cosas no son como antes.

No hay un Equipo Editor de la Estel. Por si alguno todavía tiene dudas: nosotros somos unEquipo Editor de la Estel provisional, y dejaremos de serlo en cuanto aparezca un equipo con unproyecto ilusionante que desee expresar, a través de la Estel, cuáles son sus dones y su pericia, quedesee servir a los socios con su destreza y su tiempo, unos cuantos a quienes admiraremos por sugenerosidad y su talento.

Alimentemos al lobo de la esperanza. ¿Cómo? Con realidades y sueños. Somos acaso juguetesen manos del Destino, pero también somos libres para crear, buscar, encontrar y no rendirnos,como diría Lord Tennyson. Hemos vivido juntos experiencias de alegría, magia, aventura y amor,hemos trabajado juntos, cantado juntos, bebido juntos, y juntos hemos soñado un País al Oestedonde los corazones tienen descanso.

La mayor exposición y la actividad más importante desde que se creó la STE se celebra ahora,en el Castillo de Santa Bárbara, en Alicante. Una muestra extraordinaria en un entorno mágico,alimentada por socios a quienes admiramos, con figuras, juegos, dioramas, pinturas, filatelia,esculturas, decorados, objetos magníficos, reliquias de la STE que pocos socios han visto, trajes,armaduras, armas, música, mathoms, Esteli, libros, documentales, bailes… Y por si fuera poco, laXX Mereth Aderthad se celebrará entre los muros de tan noble castillo, crando el mayoracontecimiento sobre Tolkien que hemos visto en nuestra historia.

Somos una sociedad eminentemente literaria. Me pregunto si el adiós a las trilogías hará que lagente se acerque a los libros, buscando más, descubriendo el relato genuino, la poesía más elevada.¿Se harán socios? No sé. En realidad, no me importa mucho el número de socios de la STE, meimporta quiénes son: son mis amigos, con los que viajo a mundos mágicos, con los que canto,con los que río, con los que sueño y vivo muchas vidas.

De la película Tomorrowland: «Estamos buscando soñadores. Todo aquel que dé de comer al lobobueno. […] Buscad a los que no se han rendido. Son el futuro.»

¡Busquemos pues! Alimentemos al lobo bueno. El futuro será tan hermoso como lo soñemos.Yo, por mi parte, alimentaré al lobo de la Estel.

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En el presente artículoanalizaremos y

traduciremos por vezprimera al español un

pequeño poema escritopor J.R.R. Tolkien (1892-

1973) en su etapa mástemprana. Aunque no hay

en él indicios relativos alos argumentos de sus

obras mayores, como TheHobbit o The Lord of the

Rings, sí hallamos, sinembargo, mucho de la

atmósfera mágica (ofeérica, sería más

apropiado decir) que reinaen buena parte de la

geografía tolkieniana,reflejándonos aquí el

momento justo en el queel día se marcha y llega lanoche, llena de magia, en

la hermosa ciudad deTavrobel, ubicada en la

isla de Tol Eressëa.

Palabras clave: Aliteración,poesía, subcreación, Tierra

Media, traducción.

Tolkien y la poesía, la poesía de Tolkien

No nos es desconocido que la labor poética de Tolkienha sido tildada de «menor» en varias ocasiones, y escierto que esta vertiente suya sigue siendo muy poco

estudiada y conocida por el común de los lectores (hablandomás allá de los versos insertados en sus obras en prosa).1 Peronos olvidamos de que Tolkien, en su faceta como académico,fue un formidable conocedor ya no sólo de la historia de lapoesía anglosajona y de la del inglés antiguo, llegando su ámbitode interés y especialización hasta Geoffrey Chaucer, sino quetambién conocía al milímetro su funcionamiento interno. Enefecto, leyendo sus pulcros trabajos de investigación, veremosque se trata de alguien que domina y se maneja en la traduccióny en trasladar la esencia de los versos antiguos hasta el inglésmoderno. A pesar de su acostumbrada modestia, Tolkien esalgo más que un mero aficionado a componer versos, como élmismo se describe en una de sus cartas dirigidas a la HoughtonMifflin Co.:

[…] Escribo versos aliterados con placer, aunque hepublicado poco más que los fragmentos de El Señor de losAnillos, salvo «The Homecoming of Beorhtnoth» (enEssays and Studies of the English Association, 1953,Londres, John Murray), recientemente emitido por laBBC en dos oportunidades: un diálogo dramático sobrela naturaleza de lo «heroico» y lo «caballeresco». Tengoesperanzas todavía de terminar un largo poema sobre TheFall of Arthur con la misma métrica. […]2

Estiro al máximo esta interesante y no muy difundida citaepistolar porque nos da algunas pistas sobre los interesespoéticos de Tolkien. Por supuesto, el verso aliterado (tan propio

Las aportaciones al conocimiento de laTierra Media a través de los poemas deJ.R.R. Tolkien: An Evening in Tavrobel

como caso paradigmático(con traducción al español y notas del mismo poema)

Fernando Cid Lucas AEO.Universidad Autónoma de Madrid

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de la lírica anglosajona) está entre sus claraspreferencias,3 pero además se delata una de laspredilecciones que estará como poso o barroprimigenio en la posterior elaboración de susobras mayores: el denominado Ciclo Artúrico,de un innegable sabor galés. El «largo poema»al que hace referencia el autor de The Hobbit,en efecto, quiere ser un homenaje a sir ThomasMalory y a su Le Morte d’Arthur; debió decomenzar a redactarlo a inicios de la década delos años treinta, y por diferentes obligacionesprofesionales fue abandonado en el cajón de losproyectos futuros hasta que en 2013 su hijoChristopher lo ha rescatado, completado ydado a la imprenta.

Así pues, tenemos suficientes datos paraafirmar, sin temor a equivocarnos, que Tolkientuvo pretensiones poéticas, si bien fueron susnovelas las que le lanzaron a la fama y almercado literario mundial. Pero no hay queolvidar que una buena parte de sus versos—muchos de ellos compuestos conanterioridad a sus novelas— contienenalusiones (unas muy claras, otras más sutiles) ala Tierra Media y a sus habitantes; léanse sino,por ejemplo, los poemas incluidos en suprimoroso librito The Adventures of TomBombadil and other verses from The Red Book,titulados «The Stone Troll»,4 «Oliphaunt» o«The Last Ship», que nos llevan a evocarpersonajes o a pasajes de sus ya aludidos textos«mayores».

Como digo, el rastro hacia la Tierra Mediaestá en muchos de sus poemas, desde losescritos en su juventud (como sucede con elque nos ocupa) hasta los de su edad madura.Por ello, no creo que sea desatinado afirmarque bastantes matices que no encontraremosen su prosa sí están, empero, en sus versos; quehay información notable en estascomposiciones con la que el lector disfrutará«rellenando los huecos».

Trataré de defender esta tesis apoyándomeen que el poema que ahora presento a loslectores recoge parte de esta información«extra»: el poético anochecer en la ciudadfluvial de Tavrobel. En apenas veinte versos, suautor nos describe la atmósfera sobrenaturalque reina en el momento justo en el que la luzdel sol se marcha, llega la noche y con ella laacción de los personajes mágicos: hadas, elfos osilfos del lugar; los espíritus elementales, endefinitiva, que danzan y se divierten a la luz dela luna, ya que según las mitologías nórdicas, elsol les hace daño.

A todos nos fascina el contenido heroico deThe Lord of the Rings y sus conurbacionesprosísticas, pero en cierta manera lo«rechazaríamos» —creo que debido al dominiotan rotundo en nuestra sociedad de la culturade lo visual por encima de la auditiva— siintentásemos ligar este colosal caudal literario ala poesía. Me explico: una versión rimada deThe Lord of the Rings o de The Hobbit nosparecería insufrible, aburrida, un coñazo (sonopiniones reales). Pero no olvidemos quehabría sido su molde más lógico. En verso estácompuesto Beowulf y también Sir Gawain andthe Green Knight, acaso los hitos en la laborinvestigadora del profesor Tolkien y mimbresimportantes en la construcción de suimaginario. Medievalista, al igual que nuestroautor, el profesor Paul Zumthor ha dejadoescrito en su libro Introducción a la poesía oral:«El género poético oral mejor estudiado hastaahora como tal, más allá de las observacionesetnográficas o de aventuradas comparacioneshistóricas, es la epopeya».5

Esta aseveración puede parecernos vana,pero creo que, precisamente, la epopeya se haestudiado mucho porque hay mucho queestudiar. La prosa literaria es fruto tardío en laliteratura, que nace de los libros de cuentas y,desde luego, poco o mal casaría con los tema

Fernando Cid LucasAn Evening in Tavrobel

5

que propone Tolkien si no fuera porque vemosy analizamos esto desde el siglo XXI, un sigloque lee en prosa, que ya no se deleitaescuchando poesía o con las gestas de loshéroes prodigiosos; aunque esto no se hayadiluido por completo en nuestros días,quedando como sutil remanente en formas tanmodernas como el audiolibro, en sus diversasvariantes.

Quien se dedica a ese periodo taninteresante de la literatura inglesa que llegahasta Chaucer (en quien, por cierto, convergeny litigan verso y prosa en sus CanterburyTales), el mismo en el que, como digo, semanejaba el autor de The Hobbit, entenderámejor que nadie que los lances protagonizadospor Aragorn, Frodo o Gandalf habrían dehaber sido escritos en verso. El núcleo de suobra es material «épico», «epopéyico», y esematerial, en inglés, tiene incluso un metro muyadecuado, el pentámetro yámbico, con el quese redactó, por ejemplo, Paradise Lost de JohnMilton.6

En relación a esto, siempre me he planteadola pregunta —y hasta no hace mucho no me heatrevido a hacerla pública— de si Tolkien soñóen algún momento en construir su mitologíaen verso. No es este —al menos para mí— unasunto menor, ya que esta posición de haberredactado en prosa su ciclo de mitos me parecetraicionar, en cierta manera, sus fuentesprimarias. Véase que el Kalevala está escrito enverso, lo mismo que las diferentes Eddasnórdicas. Tal vez supo que su siglo podíatolerar el contenido, pero no la forma en la quecontar sus historias.

Como digo, de lleno en el siglo XX, ¿quiénhabría comprado y, más difícil aún, leído decabo a rabo un libro compuesto por largastiradas de versos épicos? En efecto, Tolkienjugueteó durante toda su vida con la poesía;varios de sus títulos póstumos han tenido aeste género como protagonista. Pero Tolkien

juzgó que su obra, la práctica totalidad de ella,debían ser expresadas en prosa, que es la formaque prefiere el lector contemporáneo; la poesíaya es minoritaria, elitista, si se quiere, y, desdeluego, se emplea más para lanzar al exterior lavoz del corazón del poeta que para ser unhimno (digámoslo así, a groso modo) quepueda reunir en la calle a la comunidad. Lasepopeyas, las gestas en los campos de batalla olas traiciones entre reinos aliados ya no secantan en los lugares públicos por la voz de losjuglares, ni se alteran las historias, no se varíanlos detalles. Ahora toda trama está fijada porescrito. Los lances son los que son y nadiepuede cambiarlos sin notar, antes o después,que se corrompe el original.

Sin embargo, no podemos pasar de largo eneste artículo algunas de las apreciaciones delpropio Tolkien sobre la poesía, recogidas éstasen una de sus cartas. En concreto, nos habla deun poema suyo, Errantry, que ya en vida delautor se había hecho famoso en algunoscírculos y que tornó hasta él en modalidadoral, ya con autor desconocido y con algunosde sus versos originales alterados por el «boca aboca»:

Debo confesar que me interesóconvertirme en «folklore». Tambiéndespertó mi curiosidad la obtención deuna versión oral [de Errantry], quesostenía mi posición acerca de latradición oral (en cualquier caso,durante las primeras etapas): las«palabras difíciles» se conservanmientras que las más corrientes sealteran, pero el metro con frecuenciaqueda perturbado.7

Como decía, hasta el momento muy pocosteóricos se han acercado a la labor poética delescritor de Bloemfontein. Sí lo ha hecho uncrítico, buen poeta y también amigo mío, JulioCésar Galán, profesor en la Universidad de lasIslas Baleares, que se ocupó de glosarnos el

Fernando Cid Lucas An Evening in Tavrobel

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sentir poético de Tolkien en el capítulo de unlibro que tuve el honor de coordinar hace yaalgunos años. Julio César Galán hace poesía—de la mejor, creo yo— y tiene por ello, comotodos los poetas que se precien, un fino oídocapaz de detectar la virtud de los buenos versosy la predilección del autor de The Lord of theRings por emplear palabras sonoras o deespecial belleza en sus composiciones. En suensayo se expresaba así sobre los poemastolkienianos:

En la carta anteriormente mencionada[la nº 234 según H. Carpenter], Tolkienutiliza dos palabras que pueden ser unejemplo de su base poética: plenilunio yargén. Estas dos palabras son inusualesen el inglés moderno y reflejan unaapuesta por un lenguaje decididamentepoético. En palabras de este escritor: […]«son palabras bellas» […], palabras que,de algún modo, hechizan y por estarazón desea utilizarlas. Es el encuentrocon estas palabras nuevas lo que haceatrayente el lenguaje. Escapar de larutina lingüística le lleva a intentarcaminar por senderos inexplorados. Enresumidas cuentas, intenta hacer de cadapalabra un refugio, porque cada unatiene su peso específico en el poema[…].8

Ese innato amor por las palabras bonitas ysonoras, junto a su inasequible afán por dotar asu amada Inglaterra de un ciclo lo máscompleto posible de mitos y leyendas hizoválida en él otra aserción del aludido profesorZumthor:

En las sociedades donde las tradicionesorales han conservado algo de su antiguovigor existen múltiples pruebas de laextremada plasticidad de las formasépicas heredadas, de su resistencia ante lahostilidad del medio erudito, de sucapacidad para absorber motivos nuevos,

de reflejar lo vivido sin alterarse y—¡como los héroes que ellas mismascantan!— de no morir sin una largalucha.9

Díganme si no es esta la receta utilizada porTolkien en sus títulos más famosos, salvando lacontroversia; pero es este también uningrediente necesario a veces en las grandesobras maestras de la literatura.El poema An Evening in TavrobelHasta donde yo sé, este pequeño e interesantepoema se publicó en 1924 en la revista LeedsUniversity Verse 1914-24,10 aunque conseguridad pudo ser compuesto algunos añosantes, en 1916 o en 1917, durante suconvalecencia en Great Haywood. De ser así,llamaría poderosamente la atención que unhombre que tiene aún en sus pupilas el horrorde la guerra fuese capaz de abstraerse paracomponer una estampa que transmite tantaserenidad. No olvidemos que en 1916 tienelugar la cruenta batalla del Somme, queocasionó la cifra bárbara de más de un millónde bajas entre los dos bandos. Tal vez haya sidoel componer este breve poema un ejercicio depurificación necesaria, de vivir por unosinstantes alejado del caos y del estruendo de laguerra. Desde luego, A Evening in Tavrobelcomparte la temática de lo bello y de lodelicado de poemas contemporáneos, quehablan de un mundo etéreo de hadas y deespíritus de la naturaleza en íntimo contactocon el medio, descansando, danzando obebiendo despreocupadamente, como refleja elpoema que ahora nos ocupa. A diferencia deotras composiciones poéticas,11 en An eveningin Tavrobel apenas si sucede más que lo queestá marcado por el pulso iterativo de la MadreNaturaleza.

Tavrobel, que vendría a significa «Hogar enel bosque», tuvo cierta relevancia en elimaginario creado por Tolkien en sus primerostiempos, y está imbuido por sus propias

Fernando Cid LucasAn Evening in Tavrobel

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vivencias. Sin ir más lejos, las grandes casonasen Shugborough Hall o Gipsy Green, endonde estuvo retirado entre 1916 y 1918,pudieron servir de inspiración para la «Casa delas Cien Chimeneas», uno de los edificios másrepresentativos de esta región imaginaria. Esesta parte de la geografía de la Tierra Media,como digo, un lugar importante en lasprimeras versiones de sus escritos. Sin ir máslejos, en este lugar habitaba Gilfanon deTavrobel, el más viejo y sabio de los elfos deTol Eressëa y cronista también de los díasantiguos.

Como hizo con otros tantos poemascontemporáneos a este, An Evening in Tavrobeles otro canto sincero al medio ambiente, a lapresencia de los astros y a la armonía que

exhibe la belleza natural. No deja de serinteresante por la imagen tan precisa que nosda su autor de los animados anocheceres enesta parte de la Tierra Media, que se encuentraatravesada por los ríos Gruir y Afros.En cuanto a su estructura interna, bajo suaparente sencillez versal se oculta unadificultad a la hora de traducir estos pareados alespañol, ya que, como dijimos, Tolkien empleapalabras muy sonoras y estructuras muyprecisas, difícilmente transportables al español.Además, exhiben, incluso, una búsqueda muysutil de la rima, al relacionar, por ejemplo,laugh con quaff. Pero reina en toda lacomposición un sutil sabor aliterado delicioso,muy agradable al oído, que es —en miopinión— hacia donde se dirige el poema, másque hacia el puro conteo silábico.

AN EVENING IN TAVROBELTi’s the time when May first looks toward June,

with almond-scented hawthorn strewn,the tremulous day at last has run

down the gold stairways of the Sun,who brimmed the buttercups with light

like a clear wine she spillèd bright;and gleaming spirits there did dance

and sip those goblets’ radiance.Now wane they all; now comes the moon;

like crystal are the dewdrops strewnbeneath the eve, and twinkling gems

are hung on the leaves and slender stems.Now in the grass lies many a pool,

infintesimal and cool,where tiny faces peer and laughat glassy fragments of the stars

about them mirrored, or from jarsof unimagined frailty quaffThis essence of the plenilune,

thirsty, perchance, from dancing all noon.

ANOCHECER EN TAVROBEL12

Es el tiempo en el que mayo a junio mira,13

con arzolla el majuelo se respira,trémulo se desliza al fin el díadel Sol por la dorada gradería

que a los ranúnculos, de luz, inundacual claro vino que ella dio fecunda;

y brillantes espíritus bailarony el fulgor de esos cálices libaron.

Todos menguan; la luna ya ha venido;cual cristal el rocío se ha esparcido

bajo el ocaso; y gemas titilantesde finos tallos y hojas son colgantes.

La hierba mil lagunas ya procura,infinitesimales, de frescura,

donde atisban caritas y se ríende cristalinos luceros en jirones

que alrededor destellan, o en tazonesde impensable endeblez acaso ansíen

beber del plenilunio la energía,sedientas, por danzar al mediodía.

Fernando Cid Lucas An Evening in Tavrobel

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«Gipsy Green», por J.R.R. Tolkien (1918)

Notas1. Siempre he pensado que con la poesía de Tolkien ha sucedido lo mismo que con la de Miguel de Cervantes, ya queambos autores aprovecharon su destreza en la prosa y la buena acogida de sus títulos hechos en este género para «colar»en ellos algunos de sus poemas, afición que en vida de éstos fue poco apreciada y difundida más allá de sus respectivoscírculos íntimos. Para ahondar en estos paralelismos, léase el interesante trabajo de: RUIZ PÉREZ, Pedro, «Cervantes yla poesía», Retrato de Miguel de Cervantes Saavedra (Florencio Sevilla Arroyo ed.), Guanajuato, Museo Iconográfico delQuijote/Universidad de Guanajuato, 2011, pp. 157-204.2. TOLKIEN, J.R.R., Cartas, Minotauro, Barcelona, 1993, p. 257.3. No hemos de olvidar que uno de sus poemas largos para el que el profesor guardaba el mayor de los afectos, The Layof the Children of Húrin, está compuesto empleando este tipo de verso.4. Poema que fue incluido, por cierto, en The Lord of the Rings.5. Taurus, Madrid, 1991, p. 108.6. Véase para esto los planteamientos recogidos en: BAKER, David (ed.), Meter in English, A Critical Engagement,University of Arkansas Press, Fayetteville, 2011.7. TOLKIEN, J.R.R., Cartas, Minotauro, Barcelona, 1993, p. 192.8. GALÁN, Julio César, «Ejercicios de fantasía: un acercamiento a la obra poética de J.R.R. Tolkien», Quince caminospara seguir a Tolkien (Fernando Cid Lucas ed.), Diputación Provincial de Cáceres, Cáceres, 2007, p.238.9. TOLKIEN, J.R.R., Cartas, Minotauro, Barcelona, 1993, p. 130.10. En el mismo volumen están también los poemas titulados «The Lonely Isle» y «The Princess Ni», con los que no sepueden negar ciertas concomitancias. La publicación es hoy una auténtica rareza, ya que de ella tan sólo se realizaronquinientos ejemplares.11. Pienso, sobre todo, en las obras que se recopilaron en The Adventures of Tom Bombadil, que como curiosidad y sutilcomplemento a The Lord of The Rings o a The Hobbit muchos compramos nada más saber de su existencia.12. La presente traducción al español en endecasílabos ha sido realizada por Fernando Cid Lucas y Bernardo SantanoMoreno, y fue publicada por primera vez en «El poema An Evening in Tavrobel», Amon Hen, 242, pp. 16-17 (TolkienSociety, julio de 2013).13. Este inicio del poema, señalando el tiempo justo en el que se ubica la acción, nos recuerda, por ejemplo, al inicio delos Canterbury Tales: «Whan that Aprille, with hise shoures soote,». Véase para esto: CHAUCER, Geoffrey (SantanoMoreno coord. y Cid Lucas, Fernando, Santano Moreno, Bernardo el alt. trad.), Cuentos de Canterbury. PrólogoGeneral (traducción en verso), Cáceres, Universidad de Extremadura, 2013.

Fernando Cid LucasAn Evening in Tavrobel

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Christopher Lee, la vida extraordinariade un admirador de la obra de Tolkien

Gregory Filograna «Elessar Telcontar»

El pasado 7 de junio me encontré desopetón con una triste noticia:Christopher Lee fallecía a la edad de

noventa y tres años en el Westminster Hospitalde Chelsea (Londres), debido a unainsuficiencia cardíaca por la que había sidoingresado tres semanas antes. El anuncio de sufallecimiento conmocionó al mundo del cine ytodos sus fans mostramos nuestrascondolencias en redes sociales, que fuerontrending topic en Twitter. En un año en el quetambién nos ha dejado otro grande comoTerry Pratchett, debo reconocer que esto meafectó más de lo esperado, pues sentía que consu pérdida también moría una parte muysignificativa de mi juventud, una juventud en laque veía aterrado sus películas de Drácula, en laque pude disfrutar de su perfectamentereconocible Saruman en la gran pantalla(experiencia que se disfrutaba aún más si setenía la fortuna de escuchar su poderosa voz enversión original) y en la que también suinolvidable actuación como Conde Dooku enla segunda trilogía de Star Wars tiene unespecial lugar en mis recuerdos. Esprecisamente su voz lo que me ha traído a laescritura de este obituario, que, por cierto, nofue idea mía. Lo cierto es que tras muchaslecturas de condolencias por su muerte enFacebook me encontré con un estado en el queme descubrieron su faceta como cantantemelódico de heavy metal, faceta que conocía deoídas, pero que ni de lejos es tan sorprendentecomo poder verlo… y oírlo.

De repente, tras cerca de dos años sinversionar canciones sentí la necesidad de

hacerlo con «The magic of the wizard’s dream»de Rhapsody (canción para la que contaroncon Christopher Lee como cantante invitado),y quise compartirla con la revista Estel,sentimiento que se acrecentó cuando tuve lafortuna de contemplar una fantásticailustración de Jesús «Frodo Gamyi», que aceptóencantado que colaborásemos juntos en larevista: él con su ilustración y yo con lacanción. Así que manos a la obra, me puse encontacto con el equipo editor. Una vez hecho,Helios De Rosario aceptó encantado y fue élquien sugirió esta idea, que también acepté sindudar. Además tuvo la amabilidad de contarmeuna anécdota de interés tolkiendil que escuchóen el Tolkien Thing que organizó la SociedadTolkien Alemana en 2008, y que no me resistoa transcribir a continuación. Para muchos, ypara mí también, es sabido que Lee era un granconocedor de la obra del profesor y que habíacolaborado con el «Tolkien Ensemble»:

(…) proyecto que llevó a cabo un grupode músicos y cantantes daneses conCaspar Reiff a la cabeza. Su objetivo erapublicar una serie de discos poniendomúsica a todas las canciones y poemasque aparecen en El Señor de los Anillos,lo que comenzaron con el disco AnEvening in Rivendell en 1997, yacabaron con su cuarto disco LeavingRivendell ocho años después. Aunqueempezaron como un pequeño y humildegrupo de amigos, se vieron envueltos entoda la vorágine mediática que causaronlas películas de Peter Jackson en aquellosaños, y acabaron haciendo un concierto

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para el estreno de La Comunidad delAnillo en Copenhague. Al evento acudióChristopher Lee y, tras el concierto, elgrupo decidió mandarle una invitaciónpara participar en los siguientes discos(ya habían publicado dos), haciendo denarrador en algunos temas y recitaralgunos versos, como los del Anillo. Notenían muchas expectativas, pero sabíanque Christopher Lee era un fiel lector deTolkien, y podría haberle gustado sumúsica... y además, no perdían nada porintentarlo. Caspar Reiff estuvo untiempo esperando alguna respuesta delagente del actor, cuando un buen díarecibió una llamada. Al otro lado delteléfono sonó la tonante voz del actor:«Soy Christopher Lee. He recibido tucarta.» Caspar le preguntó, nervioso,qué pensaba, a lo que Christopher Leerespondió: «Sí, me gusta la idea de leeresas líneas... ¿pero sabes que tambiénpuedo cantar?» Y así acabó tambiénhaciendo el papel de Bárbol en losdiscos, además de participar activamenteen las giras del grupo, en las que semostraba siempre muy animado.

Me pareció una anécdota fantástica y por eso lacomparto tal cual: yo no la hubiera contadomejor. Y es que el título de este texto no espara nada una exageración. La admiración que

este hombre despertaba en su legión de fansprovocaba el ansia de saber sobre su vida, yquien no tiraba de la respetable Wikipediacreaba un meme que condensaba muy bien suvida: ¿Qué puede pensarse de un hombre delque se cree que sus antepasados pudieron tenerrelación con Carlomagno, que apoyó aFinlandia durante la Guerra de Invierno contraRusia, que participó en la II Guerra Mundialcomo miembro de la Royal Air Force y queparticipó en misiones especiales deinteligencia? ¿Qué podría pensarse de alguiennombrado Comendador de la Orden delImperio Británico, primo del autor de lasnovelas de James Bond, Ian Fleming, quedominaba ocho idiomas y hasta tenía ciertonivel de conversación en chino mandarín?¿Qué no pensar de un hombre que cuandoPeter Jackson le dijo durante el rodaje de latrilogía de El Señor de los Anillos «imagínatecomo suena un hombre siendo apuñalado porla espalda» respondió «no tengo queimaginarlo»?

Pues eso, al menos yo pienso que vivió unavida extraordinaria. Extraordinariamenteinteresante. Descansa en paz, istar multicolor.Que ninguna sombra te cerque, que toda luz teguíe, la que creaste en vida ilumine tu camino.Y que encuentres la paz en las Estancias deMandos.

El perdón de Eru Iluvatar

Mandos: Bienvenido Sarumana mis Estancias

antes de mi sentenciate debo escuchar

Saruman: Me corrompió el poderdel conocimientocausé gran dolor

Traicioné mi misiónMandos: Sea contigo mi piedad

Mandos y Saruman: Cantan los Ainur

Gregory Filograna «Elessar Telcontar»Christopher Lee, la vida extraordinaria...

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del Destino su canciónManwë revela

el perdón de Eru IluvatarMandos: ¿Como no concederte

Istar mi perdónsi el destino de Ardasuena en la Canción?

Saruman: Me corrompió el poderdel conocimientocausé gran dolor

Traicioné mi misiónMandos: Sea contigo mi piedad

Mandos y Saruman:Cantan los Ainurdel Destino su canción

Manwë revelael perdón de Eru Iluvatar

Christopher Lee, por Jesús Málaga «Frodo Gamyi»

Gregory Filograna «Elessar Telcontar» Christopher Lee, la vida extraordinaria...

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Existe un aspecto curioso común a lamayoría de estudios biográficos sobreJ.R.R. Tolkien. Normalmente sus

autores se embarcan en la aventura deinvestigar la vida del catedrático de Oxfordinspirados por su admiración hacia él, comouna forma de tributo, con la intención de queel mundo conozca más y mejor a este genioliterario. Pero tantas veces y con tantavehemencia despreció Tolkien lasinvestigaciones literarias basadas en la vida delos escritores, que los biógrafos acabanviéndose en la obligación moral de presentarsus excusas por el trabajo producido. TambiénJohn Garth lo hace en Tolkien y la GranGuerra, afirmando como otros su esperanza enque la aproximación que ha seguido sea «laforma que habría querido Tolkien, si hubieradado su consentimiento para cualquier tipo deindagación biográfica en su vida y obra». Estoymuy lejos de conocer con certeza lospensamientos y opiniones de Garth, y nadiepuede hacerlo ya de Tolkien, que en pazdescanse. Pero si alguien pidiese mi valoraciónsobre esa declaración, diría que se trata de undeseo sincero, y de una esperanza vana.

Haciendo viajar la imaginación, pienso enun ejemplar del libro que fuese mágicamentetransportado al Más Allá hasta las manos deTolkien, y en la gloria y paz celestialperturbadas por su conmoción al leerlo. Envida protestó con contundencia ante loscomentarios biográficos sobre él, tachándolosnormalmente de infundados y falaces. Altrabajo de John Garth le hubiese resultado

Revisión: Tolkien y la Gran Guerra

Helios De Rosario Martínez «Imrahil»

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difícil criticarlo con tales argumentos, peroquizá hubiese sido ese extraordinario rigor, lavirtuosa reconstrucción de sus hechos vitales,lo que más hubiese perturbado a Tolkien.Demasiados recuerdos y demasiado vivos, deun periodo demasiado complicado y dolorosode su vida: la década de 1910, el fin de laadolescencia y el principio de su vida adulta, enuno de los peores momentos de la historia enlos que le podría tocar a uno pasar esa etapavital. Un tiempo en el que Tolkien y susjóvenes amigos soñaron juntos con crear unmundo mejor, y en el que el mundo lesdevolvió una pesadilla, culminada por lamuerte para la mayoría de ellos.

Al contrario que muchos otros soldadoscon inclinaciones literarias, Tolkien noescribió poesía o narración alguna aludiendoexpresamente a la Gran Guerra. En su vidaprivada también evitó hablar demasiado deella: lo hacía ocasionalmente con su familia, ycasi nunca con sus amigos. El propio Tolkiendejó sutil constancia en algunas declaracionespúblicas, y con más claridad en cartas privadas,del impacto que tuvo la guerra en su procesocreativo: para él, escribir sobre seres y lugaresfantásticos no era negarse a la realidad, sino laforma más racional de expresar sussentimientos, experiencias y conflictos. Pero laconsciencia sobre la forma en que la guerramoldeó su arte no implica intención de queesas vivencias trasluciesen a través de sustextos.

Quizá estos comentarios hagan a alguienpensar que el libro de John Garth hurgademasiado en las tribulaciones personales deljoven Tolkien. Me adelanto a negarlo, algo quetambién hace el propio Garth en el prólogo.Los hechos y cartas relacionados con suscreaciones literarias, y el contexto inmediatoen el que se gestaron entran naturalmente en suterreno privado, pero en otros asuntos másíntimos, especialmente los familiares, se pasade puntillas. Me parece significativo, por

ejemplo, que apenas se aborde la relación deJohn Ronald con Edith, que en esos años pasóuno de sus puntos más críticos, más aúncuando su prometida y luego esposa fue unafuente de inspiración directa y reconocida parasu mitología. Y mayor todavía es el silenciosobre su hermano Hilary, o sobre el padreFrancis Morgan, su tutor, algo en lo que Garthsigue el patrón de la mayoría de biografías,aunque gracias al libro de La conexión españolade J.R.R. Tolkien ahora sabemos que el «TíoCurro» tuvo una importatísima influencia enla vida de Tolkien, antes y después de sumayoría de edad. Sin demeritar la sensibilidadde John Garth hacia la privacidad de Tolkien,también es muy probable que la propia familiade Tolkien la haya protegido activamente. Porejemplo, es notable que la mayor parte de lacorrespondencia privada que se reproduce en ellibro sea de otras personas hacia Tolkien, y sinembargo se reproduzca muy poco de lo escritopor él hacia los demás -principalmente cartaspublicadas con anterioridad-.

Pero creo que ya he fantaseado demasiadosobre cómo J.R.R. Tolkien podría haberrecibido el libro de Garth, e imagino que esmás útil hablar de cómo puede hacerlo unsencillo lector de su obra. Lo primero que hayque señalar es que se trata, por varias razones,de un libro para lectores avanzados, que yaconozcan bien todo el «canon» tolkieniano ytengan al menos una idea razonable del«corpus» del que procede El Silmarillion. Yaún diría más: que ya se hayan maravillado conel mundo inventado por Tolkien, y que sumente haya viajado por sus caminos hastaalcanzar un cierto grado de saciedad, o lasensación de que necesitan explorarlo desdeuna perspectiva completamente nueva. Porqueel mayor atractivo de John Garth desde mipunto de vista es también el mayor peligro deleer Tolkien y la Gran Guerra: la luz que arrojasobre cómo nació el legendarium, sobre laconexión entre las intensas vivencias del joven

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Tolkien y sus primeras poesías y narraciones;una luz tan brillante y esclarecedora, que trasobservarla es imposible ceder a su recuerdo.

Hace muchos años, en la misma época enque John Garth publicaba su libro en inglés,recuerdo que estaba yo investigando El Librode los Cuentos Perdidos, que veía como un crisoldesordenado de cuentos, poemas y glosariosélficos, e intentaba poner orden en esos textos.Aún tengo guardadas notas y esquemas, con elorden cronológico que se podía elucidar de loscomentarios de Christopher Tolkien. Eran misintentos de entender cómo las distintas piezasliterarias, inicialmente independientes, se ibanentrelazando hasta formar ese todo que es la«subcreación» de Tolkien: ese primer poemasobre Éarendel, aquel intento de recontar elcuento de Kullervo, la secuencia original de loscuentos oídos por Eriol y las distintas «capas»de reescritura… ¡Qué maravilloso pasatiempo,que habría dejado de disfrutar si en aquelentonces me hubiera encontrado con el librode Garth! Entre otras cosas, Tolkien y la GranGuerra es la clave que resuelve el rompecabezasdel Libro de los Cuentos Perdidos. Cada poema,cada texto que formó parte del nacimiento dela Tierra Media se presenta en su propiomomento vital, cargado de un nuevosignificado.

En los Cuentos Perdidos, el texto principalde cada capítulo es una de las narraciones delos elfos para Eriol, contadas en el orden lógicode la historia (primero la creación del mundo,luego el nacimiento de los elfos, su viaje aValinor, etc.), mientras los poemas y otrostextos relacionados se muestran acontinuación, como algo a entender en elcontexto del cuento; y a modo de apéndice senos ofrecen unos fragmentos de los léxicosqenya y gnómico, como curiosidad añadidapara los lingüistas. Pero en Tolkien y la GranGuerra lo vemos desde el otro lado del cristal,quedando así el cuadro completo. Los poemas,que en su mayoría precedieron a los cuentos,

así como las primeras incursiones en lareconstrucción e invención de idiomas, sepresentan despojados de su posición en lamitología, que aún no existía, y así seentienden con más claridad. Y luego podemosapreciar cómo Tolkien los hizo crecer, losrelacionó unos con otros y los vistió connuevas historias, alimentando su imaginacióncon las experiencias vividas.

De todas las vivencias del joven Tolkien enla década en la que se centra el libro, JohnGarth profundiza en dos de ellas. Una es, porsupuesto, la Guerra Mundial que da título allibro y que tan destacada aparece en muchasbiografías de J.R.R. Tolkien. Pero tantapresencia o incluso más tiene en este libro laTCBS, la sociedad que formó Tolkien con susamigos de la escuela muchos años antes, y quemoldeó buena parte de su vida intelectualdurante los años posteriores. De hecho,«Tolkien y la TCBS» hubiera sido un títuloigualmente apropiado para el libro de Garth, sino más, aunque reconozco que lo de «la GranGuerra» se entiende y se vende mejor.

Personalmente, el relato que hace JohnGarth sobre la TCBS me parece la aportaciónbiográfica de mayor interés. HumphreyCarpenter ya dedicó en su biografía variaspáginas, e incluso el título de un capítulo, aeste peculiar club. Pero la visión que nosproporciona Carpenter resulta casi anecdóticaen comparación: en esencia, una pandilla dechicos ilustrados que sirvió a Tolkien para nopensar mucho en su romance prohibidomientras estuvo en la escuela. Cierto es queCarpenter también menciona reunionesocasionales del club durante sus añosuniversitarios (repartidos entre Oxford yCambridge), reuniones que califica como unhecho «curioso» aunque inspirador para elimpulso poético de Tolkien. Y lo másimpactante: las cartas que se intercambiaronlos cuatro miembros principales (Tolkien,Christopher Wiseman, Robert Gilson y

Helios De Rosario Martínez «Imrahil»Revisión: Tolkien y la Gran Guerra

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Geoffrey Smith) durante su participación en laGran Guerra, el dolor compartido cuandoGilson cayó en batalla, y tras ese trance, el casiclarividente mensaje que Smith envió aTolkien, urgiéndole a expresar su poesía unospocos días antes de recibir él mismo una heridamortal: «Que Dios te bendiga, querido JohnRonald, y que digas las cosas que yo intentabadecir cuando yo no esté para decirlas, si esa esmi suerte.»

La gravedad y trascendencia de los mensajesintercambiados durante los meses de la guerraforman un duro contraste con el tono ligero yvivaz de las anécdotas relatadas sobre el iniciode la TCBS, las reuniones dedicadas a tomar téen la biblioteca de la escuela, las bromasjuveniles, etc. Y si bien ya con el texto deCarpenter podíamos apreciar los dos extremos,John Garth se deleita presentándonos losdetalles, y relatándonos su crecimiento con losaños.

Al leer los primeros capítulos, visualicé aljoven club con una imagen de un país y unaépoca distintos, la del club de los poetas muertos.Una élite intelectual de estudiantes, que sereunían para discutir sobre literatura, arte,filosofía o lo que cayese, y al mismo tiempo

burlarse de asuntos escolares, del mundo o deellos mismos; tomando la biblioteca de la KingEdward’s como cuartel, publicando sutilesbromas en el boletín de la escuela, yrefiriéndose a sí mismos con crípticas siglas(T.C.B.S. era un acrónimo disparatado queamalgamaba varios nombres que se fuerondando en distintos momentos: Tea Club,Barrovian Society, etc.).

Pero la TCBS era desde el principio más queun pasatiempo juvenil con un toque deerudición. Prácticamente cualquier personaentre los quince y los veinte años, año arriba,año abajo, reniega con más o menos despreciodel mundo en el que le obligan a vivir susmayores y sueña con la oportunidad decambiarlo. Y quien no haya tenido esospensamientos ha desperdiciado su adolescencia.La mayoría nos rendimos y acabamosabandonando tan noble propósito. Adoptamosdistintas estrategias para convivir con esefracaso. La más notable por su frecuencia ygrado de autocomplacencia es vestirlo devirtud, regocijándonos de nuestro proceso de«maduración» y procurando acelerarlo en losdemás, para que nos recuerden lo menosposible nuestra derrota personal.

La TCBS durante la Gran Guerra. De izquierda a derecha:Robert Gilson, Geoffrey Smith, J.R.R. Tolkien y Chrisopher Wiseman

Helios De Rosario Martínez «Imrahil» Revisión: Tolkien y la Gran Guerra

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El cinismo es el fiel compañero de esaforma de envejecer. Desde pequeños nosenseñan y enseñamos a responder a laadversidad con buen humor. Gracias a ello,quien es capaz de reírse de todos los problemasreside en un plano espiritual más elevado quelos demás. Y de este modo, en lugar dedestruirnos mutuamente, convivimos apacible-mente con la mediocridad contra la que un díaquisimos alzarnos. Lo hacemos con nuestrosgobernantes; lo hacemos con nuestros jefes,con nuestros compañeros de trabajo, hasta connuestros amigos.

La TCBS también recorrió ese camino,aunque sólo en parte. Los bisoños estudiantesque confabulaban para hacer un mundo mejorgracias a su exuberante arte y conocimientoempezaron a vivir, cuando se disgregaron porlas universidades, tiempos hostiles entrepersonas y países, la guerra que se cernía.Algunos maduraron como las personasnormales. Pero cuatro de ellos decidierontomar el camino difícil. El punto de inflexiónfue en el «Concilio de Londres» que Tolkien,Wiseman, Gilson y Smith mantuvieron endiciembre de 1914. Carpenter reducecondescendientemente los recuerdos de esareunión a «la última chispa de ambición juvenilantes de que la experiencia del mundo laextinguiera». Pero Garth nos lo muestra comoun episodio mucho más relevante, en el que loscuatro se autodeterminaron de forma exclusivacomo bastión contra el cinismo y revalidaronsu voluntad de cambiar el mundo, en calidadde afamados poetas, artistas o incluso políticos.

La fuerza moral que exigía esa unión esconsiderable. Otros relatos resumidos sobre laTCBS pueden dar la impresión de que estegrupo de amigos era un cuarteto de almasgemelas. Pero lo que encontramos descrito enTolkien y la Gran Guerra es una confluencia depensamientos opuestos, empezando por los dossupervivientes que se autodenominaban los«grandes gemelos»: Tolkien el católico,obsesionado con la poesía sobre hadas, frente a

Wiseman, el científico metodista; se cuenta quelas discusiones eran frecuentes, y no era raroque acabaran en riña abierta.

A los cuatro les unía, eso sí, la admiraciónmutua, la convicción de que cada uno de ellospodía hacer grandes cosas, y la ilusión decompartir esa grandeza, aunque a menudofuese mediante la crítica sin escrúpulos. Lospropios miembros de la TCBS utilizaron lametáfora de un edificio con cuatro pilares. LaGran Guerra demolió dos de ellos, y lossupervivientes sólo pudieron dar soporte a unparamento, que tras la contienda acabóerosionándose de forma natural. Pero aunqueGarth no hace énfasis en esta paradoja, cabetambién pensar que la barbarie humana vividaen esos años, la necesidad espiritual desuperarla, fuese precisamente lo que dotó demás fuerza y unidad a la misión que se marcóla TCBS.

No he contado mucho hasta aquí, ni voy aextenderme en adelante, sobre las vivencias deTolkien en el ejército, que a tenor del título dellibro parece que deberían ocupar buena partedel mismo. La razón es que, honestamente, setrata de un tema que me interesaba poco. Peropara los amantes de los relatos bélicos (y tengoa algunas personas particulares en mente) haysobrado material que creo que encontraránjugoso. De hecho es en esa parte del librodonde considero que John Garth despliega mássu talento narrativo. Concretamente, losepisodios en torno a la batalla en la queabatieron a Rob Gilson, y en menor medida eldía en que a Geoffrey Smith recibe la heridamortal de una granada, parecen sacados de unapelícula. Y en general diría que al leer esoscapítulos se puede atisbar al menos una sombradel tedio, hastío, asco, tristeza y urgencia quedurante meses interminables vivieron lossoldados, desde los campos de entrenamientoen el Reino Unido hasta en las trincheras delSomme. De hecho no descartaría que sean esassensaciones las que me han impulsado tambiéna pasar más por encima de esa parte del libro.

Helios De Rosario Martínez «Imrahil»Revisión: Tolkien y la Gran Guerra

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Lo cierto es que llegar al capítulo en queTolkien es trasladado por el trasatlánticoAsturias hasta Inglaterra, convaleciente de la«fiebre de las trincheras», es también un aliviopara el lector. Esta última parte es, sinembargo, a mi juicio la menos potente de lastres que componen el libro, en parte porque yahay mucho escrito por otros, y por lo tantohay poco nuevo que descubrir. Del relatobiográfico, lo más llamativo es apreciar lo largoy penoso que fue el periodo de convalecencia.En la mayoría de biografías da la impresión deque las penurias acabaron cuando Tolkienenfermó: volvió a su hogar, se puso a escribirlos Cuentos Perdidos, tuvo su primer hijo conEdith, y fueron felices para siempre. Pero JohnGarth nos muestra una lánguida existencia queduró aun más que el periodo militar activo. Dehecho Tolkien pasó un año de instrucción,cinco meses en el frente, y otros dos años más,hasta que acabó la Guerra, entre hospitales conrecurrentes fiebres y gastroenteritis. Aunque supertinaz mala salud fue en parte una buenasuerte, que le salvó en más de una ocasión deretornos ya programados al frente continental.

Por otro lado están los detalles literarios deese periodo extraordinariamente productivo.Fue en ese tiempo cuando las grandesnarraciones tomaron vida por primera vez,comenzando por La Caída de Gondolin, ytodos los motivos literarios que había estadoelaborando en su antología poética sobre lashadas se revelaron como componentesengranados de su «mitología para Inglaterra».El libro de Garth llama la atención sobrevarios hechos de interés, como que Tolkiencambiase radicalmente de estilo, pasando de lapoesía a la prosa. Posiblemente influyese elfracaso al intentar publicar su colección depoemas, junto al hecho de que su producciónse había apoyado en la TCBS, y esta ya no se

encontraba allí para perseverar en el intento.Pero en mi opinión, John Garth se vuelve eneste punto demasiado especulativo sobre lainfluencia de la Guerra sobre la mitología.

Hay detalles obvios que no dan lugar adiscusión, como los insólitos dragonesmecánicos y otros detalles bélicos del cuentode Gondolin. Y también son relevantes detallescomo la aparición en escena del Malpersonalizado como Melko. Pero Garthtambién se arriesga con la búsqueda de muchosvínculos expresos, de episodios e inclusopersonajes de la mitología, que compara conacontecimientos y personas reales. No digo quelas propuestas no sean razonables en lamayoría de los casos (no todos), pero tantoshan abusado antes de ese juego que llegado aun punto ya no presenta interés. O quizá esque los relatos, lugares y personajes de los queTolkien comenzó a escribir en esta época yacontienen su propia identidad, muy afianzadaen mi imaginación, y cualquier ecuación con elmundo primario rechina con estridencia.

En definitiva, Tolkien y la Gran Guerracontiene abundantes ingredientes para ilustrar,entretener y asombrar a los aficionados aTolkien, o incluso a cualquiera que deseeaprender sobre la Inglaterra del convulsocomienzo del siglo XX. Encontraremos enalgún punto demasiados ingredientes, quepueden hacer la sopa pesada para el estómagoque no busca tantos sabores. Pero sobre todo,podemos felicitarnos de tener en nuestralengua, por fin, uno de los volúmenesesenciales en la obra ensayística sobre J.R.R.Tolkien, la cita obligada de todo quien quieraacercarse al origen de la Tierra Media, cuandosurgió de las profundidades del VacíoIntemporal.

Helios De Rosario Martínez «Imrahil» Revisión: Tolkien y la Gran Guerra

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Tolkien y la belle epoqueRasgos de contemporaneidad en elperiodo formativo de J.R.R. Tolkien

José Manuel Ferrández Bru «Gimli»

No resultan inusuales las opinionesque califican a Tolkien como alguiencompletamente ajeno a su tiempo,

dando por hecho que la mayoría de susinquietudes divergían de las tendenciasmayoritariamente aceptadas en su época. Noobstante, es demasiado atrevido retratarlocomo alguien que se autoexcluyó durante lamayor parte de su vida en una «burbuja»anclada en un supuesto pasado preindustrial.Suele argüirse para ello su declarada aversión almodernismo que se pone de manifiesto enciertos aspectos reflejados en sus obras, comosus ideas acerca del impacto de la industriasobre la naturaleza, sus gustos estéticos o a susafinidades creativas.

Se ha llegado a afirmar que:J.R.R. Tolkien era un ‘antiguo’, en elsentido de que él no quería vivir en elpresente, sino en edades más juiciosas yen la eternidad .... Tolkien [era] tanantiguo como Bárbol, un poeta demusgo que vivía en los lenguajes y lospoemas de los Tiempos Oscuros.(Craven 145)Esta opinión tan rotunda debe, al menos,

matizarse y, en todo caso, parece injustificadoignorar por completo el impacto de su tiempoen Tolkien, especialmente en sus primerosaños, que se deja notar tanto en supersonalidad como en su obra:

Resulta ingenuo afirmar que Tolkien,nacido en 1892 y educado durante laprimera década del siglo XX, habríaaparecido en una especie de vacío

estético. Sin embargo, su trabajo esconstantemente analizado y catalogadode un modo que le aparta de suscontemporáneos. (Mortimer 114)Es evidente que, a primera vista, la obra de

ficción de Tolkien debe vincularseíntimamente con los mitos y las sagasprocedentes del remoto pasado del norte deEuropa. La nostalgia que impregna toda suobra como rasgo definitorio de su estiloprovoca la impresión de que su ficción sefundamenta en la reivindicación de que elmundo antiguo siempre fue más próspero yfloreciente que el del momento presente de lahistoria, en lo que parece ser unreconocimiento a la inexorabilidad de ladecadencia.

Sin embargo, si analizamos a Tolkien desdela perspectiva de la época en que vivió y, portanto dentro del contexto del siglo XX, cabeentender que esta celebración del pasadoimpregnado de añoranza podría ser una excusapara criticar el presente, o dicho de otro modopara proyectar su mundo imaginativo sobre elmundo real (en lo que él llamó aplicabilidad).En este sentido, la presunta «alienación» deTolkien se desarma simplemente observandosu obra y no es difícil hallar significativosmomentos en los que Tolkien se alinea con elmundo real. Patrick Curry señala a modo deejemplo de este propósito como «el final dellibro [El Señor de los Anillos] con Sam de vueltaa casa, nos dirige con firmeza a nuestro propiomundo, con sus problemas, y no al viaje desdelos Puertos Grises con Frodo» (Curry 58).

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Es probable que la cuestión que siempre sepase por alto es que Tolkien, volviendo a loseñalado por Mortimer, no pudo aislarsefísicamente ni intelectualmente de la realidadque le rodeó y de los elementos existenciales desu contexto y de su propia biografía. Dicho deotro modo:

Tolkien pertenece al mismo siglo queProust, Joyce y Eliot, y es leído conplacer por muchos de los mismoslectores. La crítica tiene que afrontareste hecho y tenerlo en cuenta.(Rosebury 7).Afortunadamente algunos estudiosos

apuntan en este sentido:[Tolkien] necesita también ser revisado einterpretado dentro de su propiotiempo, como un «autor del siglo», elsiglo XX, en busca de respuesta a losproblemas y las angustias de este siglo.(Shippey XXVII)Resulta por ello una interesante pesquisa

tratar de encontrar aquellos aspectos de suentorno, en particular de los años de suinfancia y juventud, especialmente los previosa la Primera Guerra Mundial, quecondicionaron a Tolkien y ayudaron aconformar sus gustos y su manera deenfrentarse al mundo, todo ello circunscrito enuna época de la historia contemporáneaparticularmente interesante y cuyassingularidades tampoco deberían pasarse poralto.

El término de origen francés belle epoque,que engloba la última década del siglo XIX ylos primeros años del XX hasta el inicio de laGran Guerra, define atinadamente esta época.Esta expresión fue acuñada retrospectivamente,durante los años veinte, a modo dereivindicación y también de idealización delperiodo previo a la Primera Guerra Mundial ylleva implícitos, por otra parte, maticesvinculados con una suerte de melancolíapropia de los autores que vivieron aquel

periodo, y que en Tolkien, como indicábamosarriba, son fácilmente detectables.

La expresión equivalente en el contextobritánico es la de era edwardiana, en referenciaa la época que cubre el reinado de Eduardo VII,desde 1901 a 1910 (aunque la mayoría de loshistoriadores prolongan su existencia más allá,hasta el inicio de la Primera Guerra Mundialen 1914). Sin embargo, el término belle epoqueresulta más universal pues aplicable a toda lasociedad occidental de la época (especialmentea la europea, siendo sus capitales París, Londresy Berlín) y seguramente engloba mejor estosaños, sin olvidar que a modo de guiñocosmopolita, también se ajusta a un inglésmilitante como Tolkien, quien curiosamentepasó su último verano antes de que empezara laguerra, el de 1913, en París.

Durante este periodo se concretaroncambios importantes en las formas de vida y enmultitud de hábitos cotidianos. La sociedadevolucionó y nuevos comportamientos seasimilaron como adecuados e incluso comodeseables. Por citar un caso que aunque puedaparecer anecdótico, resultó particularmenteimportante para Tolkien, la práctica deldeporte pasó a ser parte importante entre losusos y costumbres sociales

En el entorno británico ya desde mediadosdel siglo XIX, especialmente en las escuelaspúblicas (las de élite), se comenzó a considerarel deporte como un instrumento fundamentalpara la formación humana de sus alumnos. Losvalores de superación, trabajo en equipo ycompetición derivados de toda contiendadeportiva fueron tomados en seriaconsideración y la sociedad asumiómasivamente el relevante papel del deportehacia finales de siglo. De hecho no es casualque buena parte de los deportes de equipo quehoy conocemos nacieran entre el ocaso delsiglo XIX y principios del XX, o quejustamente se produjera la recuperación de losJuegos Olímpicos en 1896.

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La King Edward’s School, la escuela deTolkien en Birmingham, no fue una excepcióny fomentó el deporte entre sus alumnos, yafuera participando en competiciones contraotras escuelas o bien organizando ligas entrelos equipos de las distintas casas en las que serepartían los alumnos. En particular el rugby,que sería el deporte predilecto de Tolkien, fuedurante estos años el más popular en la escuela.

Tolkien fue un entusiasta jugador de rugbytanto en su escuela como en la universidad. Enla King Edward’s ejerció como capitán delequipo de rugby de su casa, aunque por lasreseñas de aquellos partidos da la impresión deque era un jugador con no demasiado talentoaunque sí muy impetuoso. Se cuenta que eraun ligero, aunque rudo, delantero quecompensaba su fragilidad con sudeterminación, lo que motivó que padecieradiversos percances, entre ellos los graves dañosque sufrió en la lengua durante un partido, que«esgrimió en ocasiones cuando alguien sequejaba de que resultaba difícil entenderle».(Hammond y Scull, Tolkien Companion, 14).

Igualmente su amistad con alguno de suscompañeros del T.C.B.S. se originó en elterreno de juego. Un claro ejemplo es el casode Christopher Wiseman, al que podría decirseque conoció en 1905 en el terreno de juego,pues ambos jugaban con el equipo de la mismacasa.

La importancia del deporte en la juventudde Tolkien puede ilustrarse con un hecho másallá de su pasión como jugador. En marzo de1911, en su último curso antes de comenzar susestudios en Oxford, publicó en el periódico dela escuela, The King Edward's School Chronicle,su primer poema, titulado «The Battle of theEastern Field» que relataba lo acontecido en unpartido de rugby entre casas. Se trataba de unaparodia que imitaba a las «Lays of AncientRome», de Thomas Babbington Macaulay amodo de jocosa crónica de dicho partidodescrito como si se tratara de una auténticabatalla.

El autor John Garth ha observado a esterespecto que:

La mofa heroica de «The Battle of theEastern Field» refleja, de maneraconsciente o no, una verdad acerca de lasactitudes de toda una generación. Elcampo de deportes era una lugar para elcombate fingido. Muchos chicos leíanque la guerra era un deporte conducidopor otros medios. El honor y la gloriaproyectaron un exagerado glamour sobreambos, como si el combate real fuerauna aventura heroica decente en suesencia. (Garth 20)Es evidente que el choque de realidad que

supuso la primera guerra mundial supuso ungran impacto y la obvia diferencia entredeporte y guerra se hizo meridianamenteevidente, aunque es también cierto que muchosaños después Tolkien mantuvo el tono dehumor cuando vinculó el origen de un deportea una batalla que relata en una pintorescaanécdota histórica aparecida en El Hobbit:

[...] Toro Bramador, el tío bisabuelo delViejo Tuk, tan enorme (como hobbit)que hasta podía montar a caballo. En labatalla de los Campos Verdes habíacargado contra las filas de trasgos delMonte Gram, y blandiendo una porrade madera le arrancó de cuajo la cabezaal rey Golfimbul. La cabeza saliódisparada unas cien yardas por el aire yfue a dar a la madriguera de un conejo, yde esta forma, y a la vez, se ganó labatalla y se inventó el juego de golf. (ElHobbit, 21)En cualquier forma se podría ir más lejos

respecto al impacto del deporte en lapersonalidad de Tolkien. Aventurando lainfluencia de las experiencias como sustratonecesario para la configuración de la propiavisión del mundo, no es descabellado pensarque en su primera juventud el deportesupusiera para él una oportunidad decomprobar en primera persona las «leyes» de la

José Manuel Ferrández Bru «Gimli»Tolkien y la belle epoque

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subcreación y la confrontación entre losmundos primario y secundario que luego seríala base de todo su ideario creativo.

Ciertamente un terreno de juego es unmundo coherente, secundario, con su propialeyes (el «reglamento» del deporte). De algúnmodo, es un mundo simplificado, o mejordicho, acotado por sus reglas, que refleja alnuestro con coherencia pero con laeventualidad de que su devenir es impredecibley cuya magia se rompe cuando se termina elpartido. Igualmente, la aspiración de losjugadores, los habitantes de este mundo, eslograr el triunfo, que de algún modo podríaasimilarse al profundo deseo humano, tanrecurrentemente en la obra de Tolkien, dealcanzar la inmortalidad.

Sería interesante analizar cómo el desafectoque provoca en muchas personas la evasiónhacia mundos secundarios, señalado porTolkien en su conferencia «Sobre los Cuentosde Hadas», contrasta con la masiva aceptaciónen nuestra época del deporte, asumido comolugar común para la recuperación desentimientos poco compatibles con nuestrotipo de vida. El mismo lenguaje deportivopone este hecho de manifiesto con términosque ha asimilado y que nos conducen a otroscontextos, tales como «pugna», «contienda»,«hazaña», «héroe», «gesta», «épica», etc.

En cualquier caso la verdaderatransformación que se produjo durante la belleepoque procede en gran parte de que esteperiodo, y con él también Tolkien, nació bajolos efectos de la Revolución Industrial, demodo que los cambios tecnológicos yeconómicos que ésta propició generaron unasformas de vida y unos cambios a los queTolkien no pudo ser ajeno.

Resulta paradigmático, por ejemplo, que laindustrialización durante esta época provocarala desaparición de numerosos entornos rurales,necesariamente vinculada con una corrientemigracional hacia las ciudades que afectódirectamente al autor en su infancia. Aunqueno específicamente por ello, el hecho es que en1900, en lo que probablemente fueron losmomentos más traumáticos de los primerosaños de J.R.R. Tolkien, éste se trasladó desdeSarehole, que era por entonces un entornocampestre aunque ya amenazado por la relativacercanía de la ciudad, a la industrial y modernaBirmingham.

La creciente desaparición del mundo ruraltradicional resultó para muchos, incluidoTolkien, de difícil aceptación, y generó deforma espontánea un notable desdén hacia laincipiente sociedad industrial, que globalmenteimponía sus concepciones hacia un ineludibleprogreso entendido en un sentido

«Nienor», por Marta Lúthien Gutiérrez «Emeldir Peredhel»

José Manuel Ferrández Bru «Gimli» Tolkien y la belle epoque

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absolutamente avasallador. Este rechazo se vemeridianamente reflejado en la obra deTolkien, y es particularmente profundocuando describe la transformación industrialsufrida por La Comarca durante el periodo deZarquino.

Allí, delante de ellos, se erguía la granchimenea; y a medida que se acercaban ala vieja aldea en la margen opuesta delDelagua, entre la doble hilera desórdidas casas nuevas que flanqueaban elcamino, veıan el nuevo molino en todasu hostil y sucia fealdad: una granconstrucción de ladrillos a horcajadassobre las dos orillas del rıo, cuyas aguasemponzoñaba con efluvios humeantes ypestilentes. Y a lo largo del camino,todos los árboles habían sido talados[...]. Allí antes había habido un senderocon árboles. Ahora todos los árboleshabían desaparecido. Y cuando miraronconsternados el camino que subía aBolsón Cerrado, vieron a la distanciauna alta chimenea de ladrillos. Vomitabaun humo negro en el aire del atardecer.(El Retorno del Rey, 376)No es aventurado señalar que Saruman se

erige en símbolo del progreso destructor,amparado en la bandera del progreso:

Saruman [...] es el responsable de laviolación de la idílica Comarca tantocomo la Revolución Industrial lo fue dela de las Midlands de Inglaterra dondeTolkien creció. La Tecnología, no en elmás amplio sentido de la invención y dela artesanía sino en su forma degradaday deshumanizante, representa unaestética y una moral decadente que fuedeplorada durante la juventud deTolkien por escritores tan influyentescomo John Ruskin y William Morris.(Huttar 12).En cualquier caso, el afecto de Tolkien por

lo rural va más allá de su creación literaria y nosólo ella quedó marcada por sus vivencias

durante los años de su infancia que pasó en elcampo. La Naturaleza conformaba uno de losreferentes fundamentales del entorno bucólicoen que está discurrió y evidentemente Tolkiendesarrolló desde muy temprana edad una granquerencia hacia la misma, lo que tendríaconsecuencias en su forma de afrontar otrasinquietudes personales como la pintura y lailustración.

Wayne G. Hammond y Christina Scullseñalan que «su arte se inspira en laNaturaleza» (Artist 12), por lo que no resultadifícil aceptar que su primera influenciaartística significativa procediera precisamentedel Art Nouveau, que se desarrollócontemporáneamente a sus primeros años,aunque:

Cifrar en qué medida fue influenciadopor movimientos contemporáneos oestilos artísticos más allá del Art Noveausignifica adentrarse en el terreno de laconjetura, y en última instancia resultaimposible de determinar. (Hammond yScull, Artist, 12).La precoz afinidad de Tolkien con el Art

Nouveau, que por otro lado se refleja en obrasrealizadas a lo largo de su vida, resulta unaconsecuencia lógica ya que precisamente esteestilo surgió como reacción colectiva frente alauge industrial descontrolado de la época,pretendiendo recuperar a la relegada naturalezamediante el uso de motivos de inspiraciónnatural como flores y hojas, con los que setrataba de crear bellas composiciones usandolíneas sinuosas y distribuciones asimétricas.

Lo cierto es que, yendo un poco más allá,podríamos decir, que en este gusto por lainspiración en las formas que aporta la mismanaturaleza, o lo que es lo mismo (desde unpunto de vista cristiano), la obra de Dios,subyace el germen del pensamiento máspuramente propio de Tolkien, ya que, dealguna manera, se trata de una muestra de suplanteamiento subcreativo al que es aplicable lamáxima presente en el poema Mytopoeia: We

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make still by the law in which we’re made, «aúnseguimos la ley por la que fuimos creados».(Tree and Leaf, 98)

Pero, volviendo al impacto personal enTolkien y en sus coetáneos de la nuevasociedad surgida de los cambios propiciadospor la Revolución Industrial, resulta quizássimplista pensar que para Tolkien todo tipo deprogreso devino intrínsecamente perverso. Sibien es cierto que filosóficamente lasconsecuencias de la industrialización iban encontra de sus inclinaciones, la tecnología quesurgió en este periodo y las posibilidades quetrajo consigo le benefició (e influyó) enmuchos aspectos.

Sin ir más lejos, un símbolo de larevolución industrial como la máquina devapor supuso un cambio radical en lascomunicaciones con una efectiva reducción delas distancias, lo que evidentemente propicióuna completa transformación respecto a losmodos de viajar e incluso a la misma esencia delos viajes algo que el mismo Tolkiennecesariamente asumió.

Una prueba presente en su obra la tenemosen «Hoja de Niggle», su texto más personal,cuando el protagonista de la historia, de algúnmodo el alter ego de Tolkien, alcanzaba sudestino —su propia (sub)creación— en un trena vapor descrito obsequiosamente y que noquedaba en absoluto fuera de lugar.

[...] condujo a Niggle a un andén dondese encontraba, listo ya, un tren decercanías muy coquetón: un solo cochey una pequeña locomotora, muyrelucientes los dos, limpios y reciénpintados. Parecían a punto para un viajeinaugural. Incluso el carril que se veíaante la locomotora parecía nuevo:brillaban los raíles, los cojines estabanpintados de verde, y las traviesas, alcálido sol, dejaban escapar un deliciosoolor a brea fresca. (Hoja de Niggle, 9)Probablemente esta situación proceda de

que Tolkien fue testigo y vivió de primera

mano el impacto de los avances en la mejora delas comunicaciones que permitió viajar singrandes esfuerzos a gentes de toda clase social.Podríamos ubicar durante la belle epoque laaparición del concepto de «viaje de placer» quedaría lugar al fenómeno del turismo, del que eljoven Ronald Tolkien fue partícipe, a pesar desus limitados recursos económicos, pues viajó adiversos puntos del territorio inglés e inclusodel extranjero en lo que sin duda fue unenriquecimiento personal y cultural de valorincalculable.

Antes de la guerra, dejando al margen elviaje en barco desde Sudáfrica que realizó en suprimera infancia y que apenas le dejó elrecuerdo de algunas imágenes de un bulliciosopuerto en el que hicieron escala, podría decirseque sus primeros viajes son los que los realizócon su madre al mar. A ellos le seguirían otrosque tendrían igualmente como destino laszonas de costa, ya fuera, por ejemplo, LymeRegis en Dorset acompañado por su hermanoy su tutor (un lugar al que volvería con sufamilia años después) o Lizard Point enCornwall junto al Padre Vincent Reade delOratorio de Birmingham en 1914.

Por otra parte es curioso que en su juventudTolkien no dudara en emprender audacesperiplos empleando las últimas tecnologías delmomento, pues poco antes de ingresar en launiversidad (seguramente dentro de lospreparativos relacionados con su inminenteingreso) no tuvo reparos en realizar con R.W.Reynolds, profesor suyo de la King Edward’sSchool, un largo viaje en automóvil, toda unanovedad en la primera década del siglo XX,desde Birmingham hasta Oxford.

No obstante los viajes más importantes desu juventud sitúan a Tolkien fuera del ReinoUnido y lo conducen al continente gracias a lasmás modernas infraestructuras decomunicaciones de la época, que incluyenprincipalmente el uso del ferrocarril y eltrasporte marino. Así, en el verano de 1911, amodo de viaje de iniciación justo en el tránsitohacia la universidad, Tolkien participó de un

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viaje que podría denominarse como «turismode montaña» a Suiza (también muy típico en laépoca), y que tuvo un gran impacto en él. Paraalcanzar las cimas alpinas Tolkien y suscompañeros debieron cruzar el canal de laMancha y llegar, usando un complejo sistemaferroviario, hasta en Innsbruck en Austria(probablemente cruzando Bélgica y Alemania),desde donde, nuevamente en tren, llegaron aSuiza. Incluso entre las diferentes escalas suizas,el grupo de Tolkien empleó igualmentesistemas modernos, tales como los avanzados(para la época) ferrocarriles de montaña, queen muchas ocasiones atravesaban los túnelesrecientemente construidos gracias a la másavanzada tecnología del momento, queseguramente le sirvieron de inspiración paradiversos pasajes de su obra tales como Moria.

Un par de veranos después Tolkien, todavíaestudiante en Oxford, se trasladó hasta París,contratado para actuar de perceptor de unosjóvenes mexicanos que se iban a reunir conunas tías en Francia. En este viaje Tolkiendisfrutó en gran manera de la ciudad de la luzpero también fue testigo de la banalizaciónpropia del mundo contemporáneo cuando, enotra escala del viaje, se trasladaron aNormandía donde, en lugar de apreciar la ricahistoria medieval de la zona optaron poralojarse en un complejo turístico cerca de laplaya. Por desgracia aquel viaje terminóabruptamente con la muerte de una de las tías,que fue atropellada por un automóvil, lo queprovocó que Tolkien tuviera un terriblerecuerdo de este viaje y una evidenteanimadversión a todo lo vinculado al mismo.

En todo caso, no es aventurado pensar quede haber dispuesto de mayores recursoseconómicos es muy probable que Tolkienhubiera viajado mucho más. Al margen de suspropias inquietudes estaba inclinado a ellocomo partícipe de una sociedad, la de sujuventud, marcada por el optimismo y tambiénpor el esplendor y el deseo de grandeza quepodría simbolizar el Titanic, cuyo naufragio en

1912 puede considerarse un presagio delfunesto fin de este periodo.

En todo caso resulta difícil negar que latransformación revolucionaria que supusieronlos cambios producidos durante el periodoformativo de Tolkien y, ya sea desde un puntode vista tecnológico o desde una visiónmeramente social, es evidente que el desarrollode su pensamiento y personalidad se vioafectado y fue condicionado por ellos. Al igualque todos los miembros de su generación, aprincipios del siglo XX el joven RonaldTolkien era partícipe de una realidad reciéndescubierta que se abría paso hacia nuevasposibilidades y valores que bruscamente seríanrelativizados con el estallido de la PrimeraGuerra Mundial.

La transición hacia el periodo adulto de losque sobrevivieron a la guerra dio lugar a unapérdida de la inocencia seguramente enfatizadapor los acontecimientos que tuvieron lugar enun mundo entre dos conflictos a escalamundial, marcado por el auge de losmovimientos totalitarios de entreguerras, algoque sin duda tuvo un gran efecto en el tancomentado rechazo de ciertos paradigmas delmundo actual, que se puede rastrear en la obrade Tolkien, pero que sin embargo no debeeclipsar por completo el valor influencial de loque recibió durante su infancia y juventud.

Así:Es claro que la creación literaria deTolkien está estrechamente vinculada atradiciones muy distintas de las quetriunfaban a principios del siglo XX,pero ciertamente la manera en queTolkien las asimiló y expresó refleja unaesencia absolutamente contemporánea,cuyos orígenes se encuentran en suformación intelectual, peroespecialmente humana, que adquiriódurante sus primeros años. (Ferrández59)

Bibliografía

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Obras de J.R.R. Tolkien.-El Hobbit. Barcelona. Ediciones Minotauro, 1982.El Señor de los Anillos. El Retorno del Rey. Barcelona. Ediciones Minotauro, 1980.Hoja de Niggle. Barcelona. Ediciones Minotauro, 1981.Tree and Leaf: including the poem «Mythopoeia». Londres. Unwin Hyman, 1988Obras sobre Tolkien.-Craven, Kenneth. «A Catholic Poem in Time of War» en A Hidden Presence: The Catholic

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«Lúthien Tinúviel», por Marta Lúthien Gutiérrez «Emeldir Peredhel»

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Día Tolkien en la Casa del Libro deMadrid

Andrés Moya Velázquez «Hirunatan»

El pasado día 21 de marzo de 2015, conmotivo del Día Internacional de leer aTolkien, surgió en Madrid la

posibilidad de organizar una actividad en laCasa del Libro, probablemente la librería másimportante de la ciudad. A través de uncontacto, se ofreció a la Sociedad Tolkien laopción de participar en la programaciónmensual de la sala de eventos de la tiendasituada en la Gran Vía madrileña, con unalectura de cuentos que encajaba muy bien enlos fines tanto de la tienda como de la STE eneste día tan especial.

La invitación se ofreció a todos los gruposde la STE en Madrid, y respondieron variaspersonas de los Smiales de Númenor, Hammoy Ciénaga de los Muertos, y también delHogar de Bardos de la Posada del Cruce. Elobjetivo de este último grupo era el poderintercalar algunas canciones entre las lecturas,como hacemos a menudo en las EstelCones, locual acabó resultando una gran idea.

Durante la preparación del acto podríadecirse que éramos un mar de dudas, pues noestamos muy acostumbrados a organizaractividades abiertas al público general.Tampoco conocíamos el lugar ni sabíamos sinos iban a ver dos personas o doscientas, y nosagobiaba un poco la perspectiva de tener quellenar cuatro horas de lecturas, manteniendo elritmo sin aburrir al personal. Pero finalmentetodos nuestros temores se demostraroninfundados. Llegado el día, la cosa no parecíaprometer mucho en los primeros momentos: lasala de eventos está en un rincón relativamenteescondido de la tienda, que es muy grande, y

no parecía que se hubiera hecho unapromoción muy potente del acto, por lo quecuando comenzamos sólo había un par depersonas de público (lo cual parecía augurar lospeores pronósticos).

Pero aprovechando que estábamos allí unoscuantos socios, y también algunos familiares,atraídos por el carácter abierto de la actividad,nos pusimos manos a la obra. Proyectamosunas diapositivas de fondo, abrimos los libros—de los cuales, en un lugar como aquel, comoos imaginaréis, estábamos bien surtidos— yempezamos a leer. Y entonces empezó lamagia: el ambiente recogido favoreció laconfianza y el saber que teníamos tiempo desobra nos permitió no apresurarnos y entrar enprofundidad en lecturas quizá más largas de lohabitual, pero que no se hicieron pesadas. Alser una actividad abierta, nos permitimosvolver a los pasajes más conocidos de los libros,que en las merith a veces evitamos porconsiderarlos ya muy leídos, pero que enrealidad son los mejores (por eso son los másfamosos). Esto nos hizo sentir las lecturas con

Miembros de la STE en la Casa del Libro

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mucha intensidad. El ambiente creado fueatrayendo poco a poco a los visitantes de latienda, algunos de los cuales curioseaban unrato y luego se iban, pero otros se quedaban,absortos, hasta formar un grupito más nutrido,sin ser una gran multitud. Era como unareunión de smial, pero con algo más de gente.

Cuando llegó el momento de las canciones,tiramos del repertorio de Bardos y de loscancioneros con acompañamientoinstrumental. Además, aprovechamos paraintercalar las lecturas de los fragmentos de loslibros que inspiraban cada canción, como unaintroducción a la misma. Hubo momentos degran emoción, como cuando leímos el pasajedel hundimiento de Númenor seguido de la«Memoria de una Noche», y a continuacióncomentamos los hechos que inspiraron lacanción original («Memoria da Noite», de Luarna Lubre): la tragedia del Prestige, el NuncaMais y la movilización popular que supuso.Dio la casualidad que ese mismo día llegaban aMadrid las Marchas por la Dignidad del 22M,que podíamos ver bajo nuestra ventana cómopasaban por la Gran Vía en aquellosmomentos, y la conjunción de todos aquellosdramas sociales nos hicieron sentir, por unmomento, como si un túnel mágico conectaralos mundos Primario y Secundario,llenándonos de una energía muy especial.

La velada siguió evolucionando, y losasistentes espontáneos acabaron integrándosecompletamente e incluso animándose a leer suspropios fragmentos. Las cuatro horas sepasaron en un suspiro, y al final, con el grupoya algo más reducido, acabamos repartiendocancioneros y atacando todos juntos elrepertorio más típico de cualquier nocheintemporal (no faltaron canciones enanas,élficas y rohirrim, ni la iniciación de variaspersonas en el Aflak Gundu y la escucha del«lamento enano» por primera vez).

En fin, fue un acto redondo, que nos dejó atodos un gran sabor de boca y ganas de más. Secumplió el objetivo de llegar a unas cuantaspersonas que no conocían la STE, aunque sí aTolkien en su mayoría y de representardignamente a nuestra asociación en un entornotan respetable como la Casa del Libro.También, y no es algo sin importancia, fue unaocasión de llevar a cabo una actividadintersmiálica en Madrid, que es una de nuestrasasignaturas pendientes y que, aunque pareceque nos sigue costando bastante, esperamosque no sea la última vez. Desde aquí megustaría agradecer a todas las personas quevinieron a organizar, leer y cantar, a losfamiliares por su apoyo, al público asistentepor su interés, y por supuesto, a la Casa delLibro por invitarnos a este acto, que sin dudarepetiremos.

Lectura con canciones de los Bardos Errantes

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La Fortaleza del AnilloTolkien y la Tierra Media en el Castillo de Santa Bárbara

José Manuel Ferrández «Gimli», Mónica Sanz «Findûriel»,Mario Werner «Wulf», Ricardo Núñez «Celebrimbor» y Tomás Hijo

José Manuel Ferrández Bru «Gimli»

A primeros de verano del año 2014 laSTE recibió un mensaje solicitando unencuentro, de cara a la posible

colaboración en la organización de un evento.Esta comunicación presentaba una serie decaracterísticas especiales. Ante todo parecíatratarse de un proyecto de cierta envergaduraen Alicante, que iba además vinculado alcastillo de la ciudad, uno de sus principalesreferentes y visitado por cientos de miles depersonas al año.

Como representante de la STE en la zona,se me encargó entablar contacto en personapara aclarar el tema y la implicación quesupondría para la asociación. De este modo fuecomo se produjo mi primer encuentro conJorge Rodríguez, gerente de la empresa Esatur,en el que ya se dibujó todo lo que luego se haido plasmando en eventos concretos.

Dicha empresa, entre otras actividades,había ganado el concurso público deexplotación de las salas de exposiciones delCastillo de Santa Bárbara con la condición deorganizar allí exposiciones de temática cultural.Esatur apostaba por la cultura popular y porentonces estaba en marcha una exposiciónsobre Star Wars («Toda la Galaxia en elCastillo»), que estaba teniendo un gran éxito depúblico.

La idea de la empresa era que, tras DarthVader, fuera la Tierra Media la que ocupara elcastillo, pues se trata de otro referente de lacultura popular con mucho gancho. De estaforma comenzaron las gestiones para

«La Fortaleza del Anillo» es posible-mente… No, volvamos a empezar.

«La Fortaleza del Anillo» es sin dudaalguna el evento más importante en elque se ha involucrado la STE a lo largode sus casi 25 años de historia. Ytambién es el evento centrado enTolkien de mayor repercusión realizadoen España, al margen de lasadaptaciones cinematográficas, impor-tadas del extranjero. El año 2015 seráseguramente recordado en la STE comoel año de esta exposición, que estácentrando buena parte de su actividad,en la que se encuadra la MerethAderthad, y en la que está previsto queesta revista llegue a las manos de lossocios. Y como no podría ser de otromodo, en este singular númeroqueremos dedicarle un lugar especial.

Dejamos, pues, que sus protagonistasnos hablen de ella: José Manuel «Gimli»,quien con Fernando «Círdan» ha movidolos hilos dentro y fuera de la STE paradotar de contenidos a la exposición, ypara que la STE obtenga el mayorprovecho de ella; y también Mónica«Findûriel», Mario «Wulf», Ricardo«Celebrimbor» y Tomás Hijo, cuatro (queno los únicos) de los coleccionistas yartistas que han cedido sus obras ypertenencias, para que miles devisitantes puedan disfrutar de ellasdurante un año completo.

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incorporar alguna exposición ya existente,pero dada las dificultades, el coste, y en generalla falta de calidad de lo disponible, seplanteaban «fabricar» ellos mismos laexposición.

Naturalmente eso implicaba una tarea muylaboriosa y la necesidad de contar con ayudatécnica especializada en el tema. Ahí es dondeentraba la STE. La idea era basarlo en elprincipio del beneficio mutuo, pues Esaturconseguiría montar algo único (con nuestraayuda y la cadena de contactos de laasociación), y nosotros podríamos difundir laobra de Tolkien multitudinariamente, almargen de nuestra propia promoción.

Autorizado por la STE, comenzó mi tareade ir dando forma al proyecto, al que se unióFernando Frías (Círdan). La idea era que entreambos nos sería más fácil completar la tarea yal tiempo controlar mejor la evolución delproyecto, los cambios de idea o actitud quepudiera tener empresa (afortunadamente no sehan producido), y en general velar por losintereses de la STE.

Lo cierto es que la organización de laexposición abarcó un intenso periodo dealrededor de seis meses, en el que se llevaron atérmino las ideas que desde un principio sehabían planteado: se buscaba un resultado finalespectacular, aunque la exposición debería serespecialmente respetuosa, montada al estilomuseístico (con paneles explicativos, etc.) y,dentro de lo posible, con objetos singulares quele aportaran un valor añadido.

Por una parte se planteó la reconstrucciónde escenarios para que el gran público tuvierareferencias visuales, de modo que un genialartista de Alicante (al que confieso no conocía)se puso a elaborar La Cueva de Gollum, ElEstudio de Bilbo y El Eagle and Child (puesqueríamos que Tolkien como autor tuviera suespacio).

Por otro lado buscamos coleccionistas quetuvieran figuras y artículos similares, que

resultan muy apreciados por el público, demodo que embarcamos a Mario Werner (Wulf)y a Ricardo Núñez (Celebrimbor). En esteúltimo caso hubo que viajar a Salamanca, y deallí al pequeño pueblo donde guarda susdioramas, en lo que fue toda una sorpresa parala gente de Esatur, que anduvo maravillada deque en un lugar tan recóndito se guardaransemejantes tesoros. En este viaje también seatrajo a la causa a Tomás Hijo y sus obras dearte tan singulares.

Simultáneamente se negociaba con LuisBermejo, gracias a la inestimable ayuda deLaura Marcús (Idril), y conseguimos hacernoscon tres láminas originales firmadas por élmismo, de su versión en cómic de laadaptación al cine de El Señor de los Anillos porRalph Bakshi. También con Mónica Sanz(Findûriel) y Aurea Pérez (Elanor Peucansat),que nos cedieron sus respectivas colecciones devalor incalculable, una con numerosasediciones de El hobbit y otra con sellos de todoel mundo inspirados en la Tierra Media.

Pero la cosa no paró ahí. Para el atrezzorecurrimos al smial de Edhellond, que nosproporcionó los trajes que ocupan un lugardestacado a la entrada de la exposición, cedidospor Maribel García-Consuegra (Baya de Oro),Susana Zahonero (Nimrodel) y Marta Guitarte(Moria). También nos cedieron más materialFernando López («Criatura»), y el mismoMario Werner (de nuevo). Otros muchosentusiastas colaboradores ajenos de la STEtambién participaron, como por ejemplo laencargada de montaje de la exposición, que noscedió un piedra volcánica de gran valorsentimental para poder usarla como base delanillo.

Además hubo que adquirir productos comopósteres, discos, etc., y también fotografíasoriginales de Tolkien, para lo que hubo quecontactar con Diana Willson, albacea dePamela Chandler, la difunta fotógrafa tanamiga de los Tolkien. Gracias a ellas y alequipo de diseño de Esatur (y a un montón de

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horas de trabajo) se pudieran confeccionar lospaneles explicativos que se distribuyen portoda la exposición.

Como complemento a la exposición en sínos planteamos que hubiera música ambiental,para lo que se contactó con el grupoInnerlands, que no tuvo inconveniente enceder la música de su último disco como bandasonora de la exposición.

Dicho así hasta parece fácil, pero se hatratado de una tarea titánica en la que primerose tuvo que contactar con los que cederían losmateriales, luego planificar el montaje(comprando y fabricando a medida maniquís,pelucas, estanterías, urnas, vitrinas, paneles,etc.) y finalmente llevarlo a cabo, en unaextenuante tarea que se prolongó hasta lavíspera de la inauguración.

Hablando de la inauguración oficial, setrató de un bonito acto con mucha prensacelebrado en el mismo castillo el 27 de Marzode 2015, en el que el alcalde de la ciudad dio elpistoletazo de salida.

Por delante queda un año. Un año lleno deproyectos y actividades vinculados a laexposición, que quizás merecerá comentar másampliamente en otro momento.

Mónica Sanz Rodríguez «Findûriel» -Colección de El hobbit

La colección de ediciones de El hobbit,que abarca desde ejemplares enminiatura (un Hobbit artesanal de

tamaño apto para casas de muñecas, completocon su sobrecubierta y con el primer capítuloíntegro escrito en sus diminutas páginas) hastaun ejemplar de un metro de alto (la edición enuna sola hoja, con el texto íntegro ycompletamente legible) ha sido bastante arduade reunir. Comenzó de la forma más casual,con un ejemplar muy especial: una primeraedición ilustrada en estonio que me regaló mipareja de vuelta de un viaje internacional.

Desde entonces la han enriquecido lasaportaciones de familiares, amigos, conocidoso incluso familiares de amigos, que se hanacordado de mí en sus viajes al extranjero yhan arañado un momentito en sus vacaciones osus obligaciones para encontrarme un ejemplarnuevo. También han sido numerosos loshallazgos en tiendas online internacionales,foros de librerías o intercambios privados entrecoleccionistas. Hoy en día, comparto tertuliasinternáuticas con cuatro de los mayorescoleccionistas de El hobbit del mundo.Comentamos las nuevas traducciones onuestros hallazgos por Internet, y lamentamosque el fondo destinado a nuestra afición no sealo suficientemente abultado... hemoscoordinado pedidos de los nuevos idiomas quevan apareciendo (como el asturiano o el neo-hawaiano) y nos mantenemos al día de las

Detalle de la exposición de ediciones de El Hobbit

La Fortaleza del Anillo

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traducciones en proceso, contactando con laseditoriales e incluso con los traductoresdirectamente para asegurarnos nuestrosejemplares.

He aportado a la exposición 79 de misejemplares, en más de 50 idiomas diferentes.Entre ellos hay primeras ediciones, ejemplaresde lujo, libros hechos a mano, traducciones alenguas muertas o artificiales, e incluso unaedición que no está diseñada para leerse con losojos, sino con los dedos: una edición en Braille.Para un coleccionista, ver sus baldas vacías esuna sensación extraña, pero saber que alguienestá disfrutando mientras pasea los ojos portantas portadas, ediciones e idiomas compensaenormemente el vacío en la biblioteca.

Y es que no se comprende una exposiciónsobre Tolkien sin libros en sus vitrinas. Sin laspalabras de su pluma y las decenas de voces quetradujeron sus palabras para llevarlas a todoslos rincones del mundo.

Es una colección que nunca terminará.Porque Tolkien seguirá siendo publicado, suspalabras seguirán siendo impresas y su obraseguirá encandilando a personas de todas lasedades y lugares. Ahí reside el encanto de estabiblioteca: está viva, se extiende y crece. Yaunque hay ejemplares del pasado que siempreansiamos (¿qué coleccionista no anhela teneren sus estantes, poder oler, tocar y leer unaprimera edición del libro, por ejemplo?)también miramos hacia delante pensando en sila siguiente edición será en cherokee o si, al fin,lo sacan en fabla aragonesa.

Me gustaría volver a exponer la colección,quizá implicándome más en la propiaexposición y señalización de las piezas, yaportando los ejemplares que han ido brotandoen mis estantes mientras sus compañeros seexhiben en Alicante. Incluso quizáacompañada de otros objetos, relacionados conEl hobbit, que también forman parte de micolección. He conseguido recientemente unade las piezas bibliográficas más complicadas, y

hubiera sido maravilloso que se pudiese exhibircon los demás. A lo mejor en la próxima... Yquizá acompañarlo todo con una buenaconferencia dedicada a esta misma colección, alas ediciones de El hobbit y todas susparticularidades.

Mario Werner «Wulf» - Colección de figurasde El Señor de los Anillos

Empecé mi colección después de que seestrenaran las películas de El Señor delos Anillos. Al principio solo quería la

figura de «Gandalf el Gris», y la compré através de la empresa americana SideshowCollectibles. Al recibirla vi que tenía el dedoíndice roto (aún se puede apreciar en laexposición). Entonces es mande una cartaindicándoles el desperfecto y me contestaron losiguiente: «rompa la figura a martillazos,mándenos una imagen con el Gandalf roto enmil pedazos, y le enviaremos uno nuevo». Peroyo no era capaz de hacerle eso a mi Gandalf.

Cuando se lo hice saber, les pareciócomprensible y me ofrecieron a cambio unbono del 50% para la compra de la siguientefigura. Dicho y hecho: les pedí la segundafigura, Gimli empuñando su hacha, queacababa de salir en una promoción que meenviaron por e-mail.

Ahora ya tenía a dos miembros de laCompañía.

Desde entonces empecé a mirar las ventasde las figuras por eBay, entre las que encontréalgunas ofertas interesantes y otras con preciosdesorbitados. Más de una vez conseguí figuras abuen precio, que conseguí revender a otrobastante más elevado, y en otras ocasionescambié una figura por otra, porque al otrocoleccionista le faltaba esa y ya no estaban enventa. (Ese mercado se ha creado porque lamayoría de las figuras son de producciónlimitada, y han llegado a tener mucho valorentre los coleccionistas.) En poco tiempo ya

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tenía la Compañía completa, y empecé aenamorarme de las demás figuras, las cualescompré mayoritariamente por eBay avendedores de todo el mundo. La figura que havenido desde más lejos es la del «ArqueroGaladrim», que se expone en la vitrina de loselfos. Me lo enviaron desde Nueva Zelanda ytuve que recogerlo en la aduana de Alicante (nose por qué...).

El factor «tengo hijos» ha jugado una granparte en la compra de los juguetes de El Señorde los Anillos. Los niños empezaron a comprarfiguras de juguete y juegos de mesa (aparte deunas pocas que compré yo mismo después), yse dedicaron a coleccionarlas y exponerlas ensus estanterías, sin apenas utilizarlas… ¿acasome querían hacer competencia? Su colección esen realidad más numerosa que la mía, y fueronellos mismos los que me incitaron a ampliar micolección poco a poco. Ellos han leído loslibros de Tolkien, con lo que siempre teníamosun tema para hablar o intercambiar ideas yteorías. Eso ha contribuido a que dispongamosde una gran biblioteca Tolkien en español y

alemán, que ha ampliado aún mas nuestracolección.

Os podéis imaginar las caras de los niñoscuando conseguí a Aragorn en tamaño real.Estaba expuesto en la feria de juegos de Berlíny me costó un ojo de la cara conseguirlo. Perovalía la pena, ya que es la estrella entre laspiezas de la colección.

Y bien... ya son 14 años de coleccionismo:figuras, juguetes, juegos, armas, cascos,escudos, libros, películas, juegos de ordenador,etc. Mi casa parece un museo (los de mi Smiallo saben) y ya no cabe más... o sí; venga, algunacosita siempre cabe.

Cuando Gimli (José Manuel) me propusoexhibir algunas piezas de mi colección en laexposición del Castillo, al principio hablamos,naturalmente, de Aragorn y otras figurasimportantes. Pero mientras avanzábamos ymadurábamos los detalles pensé: ¿por qué noexponerlos todos, para que todo el mundopueda disfrutar por un tiempo de micolección? Y así nos pusimos manos a la obra

Mario «Wulf» preparando los detalles de su muestra de figuras

La Fortaleza del Anillo

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Panorámica del Castillode Santa Bárbara

Carteles anunciadoresen las calles de Alicante

Arriba y abajo: detalles de la sección de la exposicióndedicada a la Sociedad Tolkien Española

Exposición de armas y trajes cedidospor miembros de la STE

Detalle de la colección internacional de «Hobbits»(El libro grande de páginas blancas es la edición en Braille)

Ejemplo de «otras manos»: discos de oro y platinode grupos que se inspiraron en la obra de Tolkien

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Puerta hobbit usada para el «photocall»a la entrada de la exposición

Los creadores de la exposición hacen una rápida escapada alOxford del castillo para relajarse en el Eagle and Child

El estudio de Bilbocomo se puede ver en la exposición

La caverna de Gollum En la oscuridad de la caverna también se pueden leer datoscuriosos sobre las adivinanzas de Bilbo y Gollum

El alcade de Alicante Miguel Valor posa en elestudio de Bilbo durante en la inauguración del 27

de marzo de 2015, acompañado, de izquierda aderecha, por: Fernando Frías y José ManuelFerrández (comisarios de la exposición), los

tenientes de alcalde Juan Seva y Marta García, yJorge Rodríguez, director gerente de Esatur.

Fotografía por cortesía delperiódico digital Mi Ciudad Alicante

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Cuadros de Tomás Hijo (Mûmak y La furia de Smaug)Arriba a la derecha y debajo: dioramas de Ricardo Núñez «Celebrimbor»

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Miniaturas y reproducciones de Weta.Colección de Mario Werner.

Miniaturas de la Compañía del Anillo flanqueadapor Uruk-hâi y Aragorn de tamaño natural.

Arwen y Aragorn.Éowyn observa la escena desde el fondo con estupor.

Miniatura del balrog de Moria en llamas

BárbolColección de miniaturas, juegos y demás merchandising deEl Señor de los Anillos y El Hobbit, basados en las películas de Peter Jackson

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con la organización y logística. Me dejaronmanos libres para la distribución y colocación,salvo algunos pequeños detalles que debíanadaptarse al resto de la exposición.

Creo que la exposición ha quedado muybien desde un punto de vista serio, pasandopor lo informativo hasta lo divertido. Siemprehay detalles que se pueden mejorar o cambiar,pero teniendo en cuenta que es la primera vezque se ha realizado una exposición tan grandeen España, nos ha salido de fábula.

Espero que lo disfrutéis tanto como yo,sintiéndome como en casa cuando estoy allí.

Ricardo Núñez «Celebrimbor» - Dioramasde Tolkien

Las maquetas representadas en laexposición La Fortaleza del Anillo, enAlicante, ilustran momentos más o

menos conocidos de varias de las obras deTolkien. Y esas escenas intentan plasmar, con

más o menos acierto, la idea y el espíritu delmaestro, aunque a través de mi lenteinterpretativa. Quien visite la muestra, o quienya conozca su contenido, podrá fácilmentediferenciar la evolución y las diferencias entreunas y otras, aspectos que no siempre están enrelación directa con su fecha de creación. Enmuchos casos, el reto no es superar la calidadde la anterior, puesto que ese concepto decalidad es muy relativo. No me cuesta trabajaren varias maquetas a la vez, ni pasar de unaescena de carácter íntimo, con un sentidoentrañable y sentimental (incomprensiblequizás para un profano) a una escena épica yespectacular, en la que lo vistoso y losensacional pueden ocultar el sentimiento delmomento que refleja.

La serie de obras que presento en laexposición es el resultado de muchos años deesfuerzo y, por qué no, de diversión. Es elfruto de haber leído e interpretado a Tolkien ami modo, disfrutando de esa lectura y de esalabor de ilustrar su obra con mi propia visión.

Ricardo «Celebrimbor» durante el montaje de sus dioramas

La Fortaleza del Anillo

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Como artista, mi opinión es que no sepuede hablar de una obra favorita, ni se puedequerer a una más que a las otras: decantarsepor alguna en particular sería desdeñar a lasdemás. Por eso prefiero pensar en el hecho deque la mejor es la que está todavía por nacer,aquella que está en elaboración y por terminaro, incluso la que tan solo es aún un proyecto.Sí es cierto que algunas de mis maquetaspueden tener algún significado que les dé másrelevancia, en unos casos debido al momentoen el que surgieron, en otros por la escena quereflejan y el sentido que les otorgo, y en otrasocasiones por su complejidad técnica oplástica. Por eso resulta muy difícil para míanteponer ninguna y dejar a otras en segundolugar.

Esto se fundamenta en que, ante todo,nunca he considerado que hacer mis maquetasse tratara de un trabajo. De hecho, en ningúnmomento he sido capaz de desprenderme deninguna obra que no fuera creada y pensadadesde el principio para otros. Seguramente nosabría ni sería capaz de comerciar con algo quehe hecho y pensado para mí, con lo que me herecreado y con lo que he disfrutado.

Cuando alguien me pregunta por el tiempoque he tardado en hacer una maqueta (cuestióntópica, por otra parte, y a la que restoimportancia) respondo que no más delnecesario, a lo que frecuentemente añado queaún se puede mejorar. Y si soy capaz detraducirlo a horas, y éstas a su precio, amenudo ponen en duda mi cordura. Prefieroentonces hablar de su valor, el que yoconsidero y el que yo le aporto.

Por ello me parece egoísta por mi parte nodejar que los demás pasen y vean, que otrosdisfruten comparando mi interpretación con lasuya, con halagos que me animan a seguir, ocon críticas y comentarios que me sirven paraaprender de quienes, en muchos casos, conocenmejor que yo la fuente de inspiración de estasilustraciones.

Tomás Hijo - Ilustraciones y grabados

Hace ahora unos dos años decidí que,como ilustrador, ya había hechosuficientes libros por encargo y que

me apetecía explorar nuevos territorios.Siempre me había atraído el grabado en madera(y algunas técnicas afines), y como siempre lohabía asociado con cierto arcaísmo, me parecíaun medio ideal para hacer obras de cortefantástico. El punto de comienzo estaba claro:Tolkien. Empecé con una pieza inspirada en unmural que mi amigo José Zazo había pintadohace unos años y que representaba una batallaen un formato exageradamente panorámico.Yo hice mi propia batalla (que es la de losCinco Ejércitos) sobre una tabla de algo más deun metro preparada con yeso y tinta, usandouna técnica llamada scratchboard, que es muysimilar al grabado, pero produce directamenteun original.

Comencé a colgar fotos del proceso detrabajo en Facebook y mis amigos de la STE sevolcaron con ellas y empezaron a difundirse.Miembros de la Tolkien Society y de otrasagrupaciones se interesaron de formasorprendente y, un buen día, el mismísimoBrian Sibley (autor de varios de los libros sobrela trilogía cinematográfica) compartió una delas imágenes. Mi Facebook se vino abajo y, porpetición general, tuve que hacer pósteres con lapieza y abrir una tienda en Internet paravenderlos.

Poco a poco la cosa ha ido a más, y ahora latienda es casi un empleo a tiempo parcial queha servido cientos de láminas y grabados a loslugares más recónditos. España, EE.UU. y elReino Unido se llevan la mayor parte de laproducción, pero también hay gente de todaEuropa, Brasil, Indonesia, Israel, Rusia… Unagozada. A la vez, muchas autoridades delmundillo han ido brindando su apoyo deformas variadas y me enorgullezco de losánimos que me brinda cotidianamenteEduardo Segura, de tener obras en el MuseoGreisinger de Suiza o de que Richard Taylor y

La Fortaleza del Anillo

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Tania Rodgers, el líder de Weta Workshop yproductora de las películas, respectivamente,afirmen tener obras mías colgadas ¡en su casa!Nada me ha dado más alegrías en mi carreracomo ilustrador que estos trabajos.

Otro de los hitos que destacaría en estos dosaños es la inclusión de mis trabajos en «LaFortaleza del Anillo». Los organizadoresvinieron a Salamanca a ver mi trabajo endirecto (junto a los dioramas de Ricardo G.Núñez «Celebrimbor») y seleccionaron casitodo el trabajo que tenía disponible entonces.Incluso dejaron hueco para alguna cosa que noestaba lista del todo y que llegó a última hora.Entre las obras hay varios scratchboards dediferentes formatos entre los que destacaría elya mencionado de «La batalla de los cincoejércitos» y «La huida hacia el vado». Semuestran reproducciones de las dosobras, ya que los originales estánvendidos. Hay también un monotipo(que es una estampación de la que sólo sehace una copia) de gran formato querepresenta la escena de los acertijos yvarios grabados en linóleo. «Carcharoth»,«La furia de Smaug» y «Bárbol» han sidoalgunos de los superventas detomashijo.com. La última en llegar, y mifavorita, fue «Bajo la enseña de El poneypisador». Primero se expuso una estampaen blanco y negro y después se sustituyópor otra coloreada a mano que fue cedidapor un particular generoso: el amigo JoanCarles «Nirnaeth». Todos estos grabadoshan sido producidos artesanalmente conherramientas que ya existían hacequinientos años: gubias, buriles, prensas,papeles hechos a mano… Con ellos tratode aportar mi visión sobre la obra delProfesor intentando realizar un dibujosólido y detallado, y un diseño depersonajes y escenarios que se aparta de lasofisticada visión de las películas y de lalectura simplona de algunas visionesclásicas sobre el tema. Intento nodeslizarme hacia el naturalismo ni hacia

la caricatura excesiva, y hay varias intentonasfallidas en las que no conseguí mantener elequilibrio. Mi idea es proporcionar un «arte»que pudiera haber sido producido dentro delpropio mundo representado. Si quienes venuno de mis grabados pueden imaginar que seha tallado en un banco a las puertas de unsmial o en un sombrío scriptorium de MinasTirith (o incluso en una mazmorra de MinasMorgul), entonces consideraré que la misiónestá cumplida.

Estoy muy orgulloso de participar en lamuestra y muy satisfecho con la selección quehicimos. Espero poder escaparme a laEstelCon, y cambiar impresiones con todos losamigos de la STE, a los que hace demasiadotiempo que no veo.

«El Pony Pisador» de Tomás Hijo

La Fortaleza del Anillo

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Filatelia tolkiendil

Aurea Pérez «Elanor Peucansat»

En 1840 Rowland Hill ideó un sistemapara evitar fraudes en el servicio postal:las tasas debía pagarlas quien efectuaba

el envío, no —como hasta entonces— quien lorecibía (que podía decidir si aceptarlo, y por lotanto pagarlo o no). El comprobante del pagoprevio sería una pequeña etiqueta de papelenganchado en el paquete o carta: el sellopostal.

Este primer sello era un cuadradito negrocon la imagen de la reina Victoria, la leyenda«Postage» en la parte superior y su precio, unpenique, en la inferior, por lo que recibe elnombre de «Penny Black». Se puso a la venta el1 de mayo y ese mismo día empezó elcoleccionismo, ya que John Gray, un zoólogoque trabajaba en el Museo Británico, decidiócomprar unos cuantos para guardarlos.

En poco tiempo el resto de países copiaronla idea, multiplicando rápidamente el númerode estampitas a reunir, y pronto se empezarona realizar emisiones especiales para celebraracontecimientos o homenajear apersonalidades. Estos sellos conmemorativostienen una tirada limitada y no se vuelven aimprimir una vez agotados, lo que losdiferencia de las «series básicas» que se vanreimprimiendo según las necesidades postales.La temática es de lo más variada: hechoshistóricos, eventos diversos, celebridades, arte,ciencia, fauna, flora, deportes... Y ¿cómo no?,también literatura y cine.

Los primeros sellos dedicados a J.R.R.Tolkien se emitieron en Gran Bretaña, que en

1992 le dedicó un «carnet de prestigio» conmotivo de su centenario. Se trata de un libritode diversas páginas informativas en el que seintercalan otras que contienen varios sellos dela serie básica de Gran Bretaña, con la imagende la reina Isabel II, acompañados de unailustración alusiva a la obra de Tolkien: laprimera edición de El Hobbit con el mapa deThror, la primera edición de El Señor de losAnillos con una pagina de su manuscrito,algunos de los emblemas élficos diseñados porTolkien y una de las páginas del libro deMazarbul. Se trata de una edición muy cuidadacomo corresponde al homenaje a uno de losautores más importantes del siglo XX.

Unos años después, en 1998, el serviciopostal inglés volvió a dedicarle un sello: estavez en una edición dedicada a los «mundos defantasía» donde comparte espacio con C.S.Lewis y su Narnia o con Lewis Carrol y suAlicia. De esta serie se realizaron también laspostales que podéis ver en la exposición de «La

Carnet de prestigio de Gran Bretaña, 1992

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Fortaleza del Anillo», y si os sorprende ver quedel sello dedicado a El Hobbit hay dos, fijaosbien, ya que no son exactamente iguales: unade ellos reza que el autor fue un tal J.R.R.Tolkein (sic). En filatelia los errores de emisión(erratas, cambios de color, etc...) suelen ser un«valor añadido».

La última edición que los británicos le handedicado es de 2004, y en ella lo homenajeancomo autor e ilustrador de El Señor de losAnillos. Se trata de una serie de 10 sellos ypostales con los dibujos que Tolkien hizo sobresu obra más conocida: podemos ver el interiorde Bolsón Cerrado, Rivendel, la puerta deMoria o el mapa de la Tierra Media, entreotros. De esta serie, en la exposición hay tressobres «primer día»,1 uno con la serie completay los otros dos con cinco sellos cada uno. Estosúltimos, ilustrados con un dibujo de Gandalf ySombragrís, están firmados por Ian McKellen.

Hay que destacar también la fecha de laemisión de esta serie, justo después de laspelículas de Peter Jackson y la imposición desu visión del mundo de Tolkien por encima delresto de interpretaciones. En el caso del mundofilatélico, esta imposición es aplastante, ya quetodas las demás emisiones realizadas poste-riormente utilizan imágenes de las películas deJackson.

Precisamente, Nueva Zelanda ha renta-bilizado de manera espectacular ser el plató derodaje de las dos trilogías cinematográficas y suservicio de correos se apuntó al carroinmediatamente, realizando una completísimaemisión para cada una de las seis cintas. Cadaserie consta de seis sellos en diferentesformatos: engomados, autoadhesivos, hojitasbloque,2 un carnet,3 minipliegos de 25 sellos,4postales y, naturalmente, sobres primer día. Deéstos hay ocho en cada emisión: dos con laserie de sellos completa (en los dos formatos,engomados y autoadhesivos) y seis con lashojitas bloque. Son sellos de gran calidad ymuy espectaculares, en especial las hojitasbloque que reproducen escenas de las películasde las que el sello es una pequeña parte.Realmente preciosos. En la exposición sólo hayuna parte de todo este material para no resultarexcesivamente repetitiva, y además la malafortuna hizo que no llegaran a tiempo lascolecciones dedicadas a las tres películas de ElHobbit.

Para redondear todo este conjunto, en 2004Nueva Zelanda emitió una serie dedicadaprecisamente a su paisaje como set de rodaje; sutítulo es claro: «Home of Middle-earth».Consta de cuatro parejas de sellos, uno con unfotograma y el otro con el paraje donde fuerodado. Así podemos ver el vado del Bruinen

Serie dedicada a las ilustraciones de J.R.R. Tolkien. Gran Bretaña, 2004

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en el Cañón Skippers o el Parque NacionalTongariro convertido en Mordor, por ejemplo.

Si en lugar de sellos lo que os atrae es lanumismática, también hay que tener en cuentaque Nueva Zelanda ha acuñado varias monedasde coleccionista, algunas de oro y plata,dedicadas tanto a El Señor de los Anillos (unacolección de 2003) como a El Hobbit (trescolecciones, una por película). Me gustan enespecial la que acuñaron en 2003 de plata conel Anillo en oro y otra de 2014, dedicada a Labatalla de los cinco ejércitos, que muestra BolsónCerrado: es de plata y la puerta es un trocito demadera pintada en verde (procedente del «árbolde la fiesta» del set de rodaje, según informa laficha técnica). Las nuevas tecnologías han

permitido crear «monedas coloreadas», comola serie de cinco monedas de plata de 2013dedicadas a la compañía de los enanos, o la deSmaug de 2014, esta en una aleación dealuminio, cinc y bronce.

Volviendo a los sellos, también se hanemitido series en la Isla de Man y en Australia.Esta última emitió una enorme hoja bloque derecuerdo dedicada al estreno de El retorno delrey en diciembre de 2003, utilizando el sistemade «sellos personalizados»: el sello lleva al ladoun espacio en blanco, también perforado, quese puede imprimir con la imagen que se desee.La hoja bloque presenta diez sellos con el mapade Australia (correspondiente a una serie deenero de ese mismo año) y en el espacio enblanco aparecen el Anillo y varios de losprotagonistas de la cinta: Aragorn, Frodo,Gandalf, Faramir, Legolas..., que tambiénaparecen en el fondo de la hoja bloque.

Respecto a la Isla de Man, su emisión estambién de 2003 y por lo tanto dedicada a Elretorno del rey. Consta de ocho sellos conimágenes alusivas a la película y una hojabloque con un sello dedicado al Anillo Único yAragorn con Andúril y otros personajes en elfondo. De esta serie también se emitieronpostales y dos sobres primer día, uno con lahoja bloque y el otro con la serie entera.

El último grupo de sellos es un gran cajónde sastre de emisiones de diversos países, todasfechadas precisamente entre 2003 y 2004, y

Serie de La Comunidad del Anillo. Nueva Zelanda, 2001

Serie completa de El Hobbit. Nueva Zelanda, 2014

Aurea Pérez «Elanor Peucansat»Filatelia tolkiendil

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dedicadas a la obra de Peter Jackson. Lamayoría de estas emisiones corresponde apaíses de África o antiguas repúblicas de laUnión Soviética. Por un lado es sorprendenteque países como Costa de Marfil, por ejemplo,hagan emisiones de temas que, a priori, notienen mucha conexión con su territorio; perohay que tener en cuenta que, dado que el selloes una emisión oficial, supone una fuente deingresos para el estado que los emite. Así pues,una emisión atractiva y con un públicopotencial amplio, no limitado a los filatélicos,puede convertirse en una entrada de divisasimportante.

Por otro lado, en algunos casos se trata deemisiones, como poco, dudosas: no las hepodido localizar en ninguno de los catálogosque se pueden consultar on-line,5 y aunqueestos catálogos en ocasiones están aúnincompletos, hay varios indicios que apuntan aque puede tratarse de emisiones ilegales,también llamadas «emisiones fantasma» o«fantasías». En general, este tipo de fraudesimula emisiones de países «exóticos»(africanos, árabes, pequeñas nacionesinsulares...) o incluso países inventados, contemáticas populares (fauna, flora, deportes) o«de moda», como pueden ser los éxitoscinematográficos. Suelen presentar sellos degran formato, normalmente hojas bloque, que

son muy atractivos y vistosos. En la actualidad,la venta a través de Internet ayuda a sudistribución entre el gran público. Desde elpunto de vista filatélico no tienen ningúnvalor, evidentemente, pero en este caso no eseso lo que buscamos.

Si analizamos los detalles, podemos ver esasposibles fantasías. Según las convenciones de laUnión Postal Universal, todos los sellos debenllevar el nombre del país (excepto el ReinoUnido, en atención a ser el primer país enemitir sellos), el año de emisión y el valor facial(el precio del sello), pero las dos hojas bloquede Liberia no llevan año y el valor facial esmuy diferente del habitual (señala 1 dólar,cuando lo más normal son 20). En los sellosemitidos por Somalia a veces se indica que es

Hoja bloque dedicada a El retorno del rey. Australia, 2003.

Sello de la República de Somalia, 2004

Aurea Pérez «Elanor Peucansat» Filatelia tolkiendil

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una república y en otras no, y la tipografíalatina del nombre del país es radicalmentediferente de la utilizada en sus sellos oficiales.En las hojas bloque de la República del Congoel valor aparece indicado en XAF, que es ladenominación internacional de su moneda (elfranco de África central), o como CF (que es lamoneda de su vecina República Democráticadel Congo), pero en sus sellos oficiales indicasimplemente una F...

En otros casos, la duda persiste: en los sellosde Kirguizistan o de Benin, por ejemplo, tantola tipografía como los valores faciales seasemejan mucho a los de los sellos oficiales yyo no soy lo bastante experta para afirmar sison o no auténticos.

He dejado para el final los sellos realmentecuriosos: las cuatro tiras dedicadas a J.R.R.Tolkien como «Leyenda literaria» que muestrascuatro fotografías en blanco y negro de nuestroautor favorito. El valor facial está en dólares,que no tienen porqué ser americanos, y enlugar de país, reza «Local Post». El correo local

es aquel que se desarrolla en una zona limitada,como una ciudad o una ruta comercial;también pueden ser emisiones privadas. Entodo caso no constan como sellos oficiales yaunque hay catálogos y coleccionistas que losreúnen no he podido averiguar nada alrespecto. Falsos o auténticos, son los únicosque muestran a Tolkien en persona, y sólo poreso ya merecen estar ahí.Notas1. Un «sobre primer día» conmemora el primer día deemisión de una serie de sellos: suele ser un sobre decoradocon un motivo alusivo a la serie, que lleva el sello o selloscorrespondientes y un matasellos también especial para laocasión.2. Una hoja bloque es una hojita que contiene en suinterior uno o más sellos, que pueden ser iguales odiferentes, e incluso formar entre todos una sola imagen.3. Un carnet es una carpetita de cartulina que contienevarios sellos unidos por el lomo.4. Un pliego es la hoja impresa de sellos completa; unminipliego, simplemente, tiene un número de sellosmenor (normalmente entre 8 y 25 frente a los 80-100 deun pliego).5. Los catálogos que he consultado son el StampWorld(www.stampworld.com) y Colnect (www.colnect.com)donde además de sellos se pueden encontrar catálogos demuchos otros objetos coleccionables.

Serie dedicada a Tolkien del «correo local»

Aurea Pérez «Elanor Peucansat»Filatelia tolkiendil

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Amon HellJoan Carles Jové «Nirnaeth»

El 2015 ha visto el nacimiento del Hogar deBardos de Barcelona… ¿o no? Bueno, noexactamente. Corría diciembre del 2014,

después de la EstelCon, y antes del estreno de «LaBatalla de los Cinco Ejércitos». Lo sé porque la fotofundacional adjunta fue realizada en los cines Splauen la fecha del estreno.

De entre una lista de nombres que días previosflorecía en el Whatsapp, se acabó eligiendo «AmonHell» para los cuatro pioneros que constituían elnuevo Hogar de Bardos de Barcelona. El nombreera ya de por sí toda una declaración de intencionesde rockanrolear el cancionero. Por aquel entoncesno teníamos ni bajo, ni batería, aunque sí dosvoluntarios determinados a ponerle remedio alasunto. Eso sí, además de cimitarra teníamos unaguitarra eléctrica y la resolución de debutar ensociedad en la «Merezz Orca» que se iba a celebraren el puente de mayo del 2015, como finalmenteocurrió para tortura de los que allí asistieron.

Echando la mirada atrás, somos los primerossorprendidos en disponer de tres guitarraseléctricas, amplis, bajo, batería, armónica, ukelele,mesa de mezclas y un buen puñado de corrupcionescon aires «tolkiendiles» de clásicos del rock. Paramuestra un botón, y si «Amon Hell» era unadeclaración de intenciones, pronto pasó también aser una corrupción de Highway to Hell de AC/DCy presentación del grupo. Al lado tenéis la letra.

Por el momento continuamos siendo los cuatromiembros fundacionales, es decir Neus Franch«Balrog» como voz solista y guitarra rítmica, OscarSuárez «Damrod» al bajo y al cuerno gondoriano,Dani Fenoll «Cebadilla» a la batería (ypróximamente al ukelele) y Joan Carles Jové«Nirnaeth» a las guitarras y armónica. Ensayamosen Terrassa, a una media hora de Barcelona, ydaremos la bienvenida a cualquier tolkiendil que senos quiera unir… especialmente si sabe tocarteclados, ejem, ejem.

Somos los Amon HellDesde LórienAquí están,Dispuestos a rockanrolear.Sin vergüenza,Sin pudorsus versiones os alucinarán .Sin razonesY sin ritmoPor la cara vamos a tocar.Sin ensayoSin localLos amigos también estarán.

Porque somos los Amon Hell,Tampoco tocamos bien.Somos los Amon Hell,Tampoco tocamos bien.

Todo TolkienSin tabús,Desde la 1ª a la 5ª edad .Desde FëanorA Aragorn,El cancionero vamos a explotar.Hey Melkor,MiranosTocando en una banda de Rock.Hey Tolkien,Míranos.De rodillas te pedimos perdón.

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Viaje alfabético por las lenguas élficas

Josu Gómez Pérez «Eleder»

Llevamos cincuenta años hablando sobrelas lenguas de los elfos. ¿Queda todavíaespacio para decir algo, tras décadas de

artículos, charlas y conferencias, deinvestigación y de divulgación? ¿Por dóndeproseguir? Una opción: volver a lo básico, a laspartículas que forman estas lenguas: sussonidos, que nosotros visualizamos comoletras. Esto vamos a hacer en este artículoespecial para la revista Estel: un trayecto porlas lenguas de los elfos, en el que nos serviránde guía las letras que han permitido que estosidiomas llegaran a nosotros. Dado que los elfosse preocupaban tanto por su forma deexpresarse, parece lícito, ¿verdad? Lícito sí,pero también paradójico: lo veremos durantenuestro viaje.

Porque el mismoviaje comienza conuna imagen que nosrecuerda estaparadoja, dado queiniciamos nuestro

caminar, mochila al hombro, por la letra A,esta letra A del Alfabeto que nos va a servir deguía. Y además, esta paradoja por la queempezamos es una paradoja doble, como lasdos patas de esta letra. La primera pata nosrecuerda que los elfos en realidad no usabanestas letras: sus lenguas se podían escribir, obien con runas, o bien con el sistema conocidocomo tengwar (en el que está escrita, porejemplo, la inscripción del Anillo). Lastengwar, también conocidas como «letras

élficas», eran muy distintas de las nuestras (yaprenderlas es muy divertido). Pero es queademás ¡ni siquiera puede decirse que fueran un«alfabeto»! Habitualmente entendemos por«alfabeto» una «sucesión ordenada de las letrasde un idioma» (como «A, B, C, D…»), y lastengwar no lo forman; no son una listaordenada de letras sino un «sistema», unaforma de construir letras a partir de sus rasgosfonéticos. En castellano, que la P y la R sediferencien por una rayita inclinada no nosdice nada sobre esos sonidos; en élfico, que laando (la D) y la tinco (la T) se diferencien en elnúmero de arcos, nos dice que una es sorda y laotra sonora. Cada rasgo de cada letra nos dicealgo sobre cómo se pronuncia. Es un sistemainteresantísimo.

Así que la paradoja,tan propia del gusto delos elfos, nos ha hechocomenzar nuestro viajetrastabillados.Recuperemos el equilibrio apoyándonos en laletra B, y elevemos una plegaria a los Balar,para que… ¿cómo? ¿No se dice los «Valar»?Bueno, sí, pero, claro, imaginad que nosponemos ya en la V: ¡el viaje sería demasiadocorto! Y además, la palabra Balar (queencontramos en la Bahía e Isla de Balar, y secree que también en el origen del nombre deBeleriand) es un homenaje a los propios Valarque erigieron esa isla (la forma en élficoantiguo es con B, bálā, y sólo en quenya seconvirtió en V, Vala).

`C a w b

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En cualquier casodejamos atrás la solidez dela B y nos recostamos enel acogedor regazo de laC… que de pronto seconvierte en K, y sushoscas aristas nos hacen saltar de dolor. ¿Quéha ocurrido? Pues que Tolkien, en la épocacentral de su escritura, quiso dar a su quenya laapariencia gráfica del latín (porque era la«lengua clásica» entre los elfos; de hecho lollegó a llamar «latín élfico»). Pero se dio cuentadespués de que los angloparlantes nuncaaprenderían a pronunciar Celeborn y Celebríancorrectamente (con el sonido K, Keleborn yKelebrían), por lo que decidió finalmentevolver a usar la K en sus escritos. Bien, la letraha dejado de ser cómoda, así que continúo (a lolejos, por cierto, veo la QU, que no ha sufridoningún cambio, inmóvil en su majestuosidad).

Al pasar al lado de la Dme saluda: «Dan!».«¿Cómo? ¿Es que no sabeque me llamo Eleder?»pienso, sorprendido, peroluego sonrío. La simpática

letra ha usado para mí uno de los apelativosmenos conocidos de los silvanos, Danian (enteoría el nombre viene de Dan, un líder Telerque aparece en algunas de las versiones de lashistorias). Veo que el camino aquí se cruza conotro, que quizás recorra otro día. Y recuerdo,además, cómo cuando vemos una palabracomenzar por D sabemos que se trata de unavoz sindarin: en quenya no existen palabra queempiecen por esta letra.

En un recodo del caminodescubro congregada a unamultitud. ¿Tanto poder deatracción tiene la letra E?«¡Eleder!», me grita, y recordandomi anterior confusión, me ríoabiertamente y me uno a ellos.Allí están los Eldar (o «Elfos»); esenombre significa «de las estrellas»,

por la palabra antigua ēl; se dice que esta vozdio nombre a las estrellas porque fue loprimero que exclamaron los elfos al despertaren Cuiviénen, queriendo decir «¡mirad!»…aunque en las Etimologías (¡otra E!) se danotros orígenes, como que provenían del verbo«irse» (los que se fueron, siguiendo a Oromë,hacia Valinor) o incluso «los antiguos».

Nunca me han gustado lasmultitudes, así que abandonopronto esa letra y paso a sucompañera, la F. Empiezo asudar: con el calor que hace¿por qué han encendido unahoguera, le pregunto? Claro,me dice, es que es la letra de Fëanor, elQuemador de Barcos; de hecho, su nombresignifica «Espíritu de Fuego» (en unacombinación rara: fëa es espíritu en quenya,pero -nor es «llama» en sindarin; en quenyapuro habría sido Fëanáro, y en sindarin puro,Faenor). Pese al calor paso un rato hablandocon la F sobre cómo los fëanorianos tenían supropio dialecto (¡y ceceaban!, me río,recordando un curioso artículo llamado «Lashibboleth de Fëanor»); y sorprendo a la Fdiciéndole que, en realidad, los elfos Noldorhabían recibido otro nombre en las historias,un nombre que empezaba por G. Ella me dice«Bueno, sí, golodh por ejemplo, es la forma en

sindarin…» y yo río de nuevoy le digo «No, no; me refieroa… ¡gnomos! ¡Así los llamóTolkien al principio!». La Fme despide airada: «¡Vete conla G, si tanto te gusta!».

Paso por la G, que había escuchado toda laconversación, pero no me paro a hablar conella porque la pobre no podía parar de reír.Sonriendo, continúo. Dejo a un lado la H,pensando «como es muda, no podrá decirmenada». Y no me doy cuenta deque ella me está gritando«¡No soy muda! ¡Soy aspiradaen élfico, como la h de house!»

a c

2 d

`Ves g

e f

9 h

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Pero claro, no la oigo: ¿habéis probado a gritaruna consonante aspirada?

De manera que llego a la I (esfácil encontrarla, es muy alta y sela ve desde lejos). Se trata de unaletra muy versátil: es el artículoélfico por excelencia (en quenyasignifica «el, la, los, las»); tiene un

prefijo il- que en algunas palabras significa«todo» (como en Ilúvatar, «padre de todo») yen otras «nada» (como en Ilkorin, «los elfos queno eran de Kor»)… Pero la dejo pronto; tengoque ir apretando un poco el paso, y éste es unbuen terreno para ello, dado que en élfico casino se usa la J, y que de la K ya hemos habladoantes.

Sé que me adentro enuna zona interesantecuando atisbo la L; es laletra de «lengua», tantoen castellano como enélfico: lambë en quenya(relacionada, por cierto, con la palabra para la«lengua» física, la de dentro de la boca, que eslamba) o lammeth en sindarin. Y una de suspalabras más interesantes es lá, que Tolkiencreó para que significara «sí»… y luego cambióde idea e hizo que significara «no»… ¡y luegootra vez «sí»! Paradojas de los elfos, comodecíamos al principio.

De pronto elpaisaje se oscurece.Unas altas cumbrestapan el sol: son lospicos de la M (y dela N y la Ñ, un pocomás lejos). Y no meextraña: la M es laletra oscura porexcelencia. Mor es laraíz de «oscuro» en

élfico, y de ahí salen Mordor, Morgoth, Moria,Morwen… También, supongo que las aberturasde la M (por las que no me adentro) dan paso alos túneles donde trabajan, esclavizados, los

mólanoldor (elfos que fueron capturados por elOscuro, y de los que se dice que habíandesarrollado incluso su propio dialecto, elmólanoldorin). Reprimo un escalofrío ycontinúo, acercándome a las dos otras letrasque había atisbado antes: la N y la Ñ.

Y al principio sufro extrañeza: ¿acaso la Ñes una letra usada en élfico? La propia letra(que es muy parlanchina, tanto que tiene lalengua por encima de su cabeza para poderusarla más fácilmente) me lo aclara: Tolkienusó Ñ para expresar un sonido que encastellano se usa poco (es la variedad de n quepronunciamos cuando decimos «un gato», una«ene velar»), pero que en gallego es bastantecomún (es la nh de unha, por ejemplo). Estesonido ocurría en quenya cuando la palabravenía de una raíz que comenzaba por NG-…como en Noldor, que Tolkien escribió a veces alprincipio Ñoldor para dar a entender que no setrataba de una N normal sino de estapronunciación «velar».

Me percato de que la Ñpodría seguir hablando deestas particularidadesfonéticas suyas durantehoras, así que aprovecho laabertura de la O y escaposutilmente. Y estoy apunto de caerme: heentrado por la abertura dela O, ¡pero he salido por lade la P, que está en lo alto,y por poco cometo untrasPiés! Aprovechandoque estoy arriba observo,ya de cerca, la letra (enrealidad «dígrafo», combinación de dos letras)QU; la P y la QU son letras vecinas, y no sóloporque están una al lado de la otra. El élficoprimitivo tenía muchas palabras con un sonidoQU (como en nuestro «cua», «cue»…). Tolkienhizo que este sonido mantuviese sin cambiosen el idioma quenya, mientras que el sindarinlo cambió a P. Por eso «hablar» se dice quet- en

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Josu Gómez Pérez «Eleder»Viaje alfabético por las lenguas élficas

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quenya, y ped- en sindarin (recordad el pedomellon… de las puertas de Moria). AquíTolkien no innovó mucho: un cambio muysimilar se dio en la Saga Realidad entre laslenguas célticas, donde se distinguen el «céltico-Q» y el «céltico-P». Por ejemplo, delprotocéltico kwennon («cabeza»), el irlandésdio ceann (pronunciado keann) y el galés diopen.

Descubro de pronto que ala P le está surgiendo unarampa; ¿quizás es una sutilsugerencia para que baje ydeje de molestar? Así lo hago,y veo desde abajo que la letrase ha convertido en una R.

Ay, la R. ¡Qué problemas nos da a loshispanohablantes! Resulta que el castellanotiene una peculiaridad extraña: cuando la Restá al comienzo de una palabra, se pronunciafuerte («RRRed») y cuando va entre vocales,débil («pared»). Pues, en casi todo el resto deidiomas (incluyendo los élficos), la r siempre essuave, hasta cuando va a principio de palabra.Por eso Rúmil no se pronuncia «RRúmil», sino«rúmil», como si estuviéramos diciendo urúmily luego quitáramos la u- inicial. Es difícil, lo sé.

Sigo mi camino y mepercato de que estoyllegando ya a las tierrasbajas del final del Alfabeto;el camino serpentea, comola S a la que se dirige. Yoigo una voz que me dice«Eleder, ¡espera! Antesdijiste algo sobre que losNoldor “ceceaban” al

hablar; ¿no irás a dejarnos así? ¿No es la letra Sun lugar apropiado para contárnoslo?» Y bien,sí, reconozco que lo es. Así que lo cuento. Elélfico primitivo tenía una letra TH, un sonido«zeta», como el nuestro. Así, luna se decía Ithil.En sindarin se mantuvo así, pero en quenyarápidamente se pasó a pronunciar s (ya sabéis,Isil). Los estudiosos de la lengua protestaban,

pero a la gente le gustó el cambio y seextendió. Pero el que más protestó fue Fëanor:su madre era Míriel Therinde, y tenía a galapronunciar esa th. Su padre, Finwë, al casarsede nuevo, aceptó el cambio a s, y Fëanor lo viocomo un desprecio hacia su madre. Por eso seobstinó en seguir pronunciando th, y obligó asus hijos a hacerlo también, de manera que esesonido «zeta» se convirtió en un rasgodistintivo de los fëanorianos: quien nopronunciara «Zauron», «Zindar» o «ManwëZúlimo» no era un verdadero fëanoriano. YTolkien llama a esto shibboleth porque entre losjudíos había igualmente un sonido que sólosabían pronunciar los verdaderos judíos, y aesto se le llamó la shibboleth o «contraseña»(para detectar si alguien era o no realmentejudío… o fëanoriano).

Reposo un poco de estaexplicación a la sombra de laT (la letra de la realeza, Tar-,y del poder, tur-) y continúopor una letra que presagia yala salida, la U. Si dijimos quela M era una letra tenebrosa,¿qué no decir de una letraque nos dio Utumno,Ungoliant, Ulfang o

Urulóki? Además, Tolkien aquí lo diceexpresamente: el prefijo u- tiene habitualmente«connotaciones malignas». Una de las palabraspara decir «monstruo», de hecho, es úan… loque me trae a la memoria la queridaUniversidad Autónoma de Númenor en la queestudié y que, efectivamente, tantos recuerdos«monstruosos» me dejó… ¡pero basta ya deesto! ¡Éste ha sido un bonito viaje, y no vamosa fastidiarlo al final con letras negativas!(además, parece que Tolkien terminó pordecidir que el sentido de u- sería simplementede «carencia, falta de algo», sin la connotación«malvada»).

Así que acelero de nuevoy paso volando por la W:¿porque es la letra de wing,

7 J

8 s

3 þ

1 t

`M u

n w

Josu Gómez Pérez «Eleder» Viaje alfabético por las lenguas élficas

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«ala» en inglés, quizás? No: porque wil- es laraíz de «volar» en élfico, y de allí surgió, porejemplo, una de las voces más bonitas de estaslenguas: wilwarin, «mariposa» (¿por qué lasmariposas suelen tener algunas delas palabras más bonitas de todaslas lenguas? Curioso). Y volandodejo atrás la X, que se usa muypoco en élfico (Helkaraxë es unode los pocos ejemplos típicos, y aveces Tolkien lo escribíaHelkaraksë) y llegamos a nuestra penúltimaletra, la Y. Es una letra muy generosa (no envano es la letra de yávë, fruto, de donde tomósu nombre Yavanna) y me ofrecequedarme un buen rato a reponermedel viaje (menciona que podríaquedarme si quisiera hasta Yule, peroésta es una palabra anglosajona, noélfica, así que no tendría sentido).

Tengo que seguir, así que me ofrece unúltimo yulma, un trago, y finalmente recorrolos últimos trechos que me separan de lasalida… no sin ver, en una esquina, casiescondida, a la Z. ¿Cómo?, pienso. ¡No existesen el alfabeto élfico! «Bueno», musita, tímida;«un poco sí existo… con el sonido de “esesonora”, aparezco en formas arcaicas delquenya, como az (forma antigua dear, la conjuncion “y”), o enpréstamos de la lengua de los Valar(como en Ezellohar, la “ColinaVerde”)… pero sí... la verdad es queno tengo mucho derecho a estaraquí…»

«¿Pero qué dices?», la replico, y, agarrándolade una de sus líneas, la llevo al centro delcamino y la hago acompañarme hasta el final,como un gran recordatorio de la riqueza de laconstrucción de las lenguas élficas, de la quesólo hemos atisbado aquí unos poquitosindicios, pero que tiene tantísimas cosasinteresantes por decirnos aún.

a| x

k N

hÍ j

Josu Gómez Pérez «Eleder»Viaje alfabético por las lenguas élficas

51

El arte élfico de la lingüísticaTolkien y su relación con el lenguaje

y las lenguas artificiales*

Daniel M. Olivera

La primera vez que leí El Señor de losAnillos fue, como muchos de nosotros,cuando era un adolescente que todavía

estudiaba en el colegio. En esa primera lectura,una de las cosas que me desconcertaba —eincluso me molestaba— era que la inscripcióngrabada en el Anillo Único la habían escritocon caracteres élficos pero representabaoraciones en la lengua negra de Mordor.

Cualquiera que haya leído el libro sabrá queeso es una antítesis: los orcos son exactamentelo opuesto a los elfos.

«¿Cómo era posible que ese tal SeñorOscuro —fuese quien fuera— usara letras queno eran de su idioma?, ¿acaso no podía usar,simplemente, “letras de Mordor”?, ¿no podíahacer con sus enormes poderes una especie de“alfabeto de orcos” y ya?»

Esa cuestión se metió en mi cabeza comouna espina, y durante mucho tiempo esa ideame persiguió como si se tratara de un enigmaque tenía que resolver. Tal vez otra personapudiera pasar de ello sin problema, pero loslingüistas somos así: ese tipo de extrañezas nosatraen de una manera sobrenatural.

En ese tiempo aún no había decidido miprofesión pero ya podía hacer un parangón con

las lenguas naturales que conocía. Lainscripción en el anillo relacionaba dos lenguasfonéticamente incompatibles: es como sialguien intentara escribir algún texto en francésusando caracteres del hiragana japonés loscuales tienen fonología y fonotácticas muydiferentes.1

Aunque nunca obtuve una soluciónsatisfactoria a la inscripción en el AnilloÚnico, pude concluir que en la realidad noexisten alfabetos exclusivos para una solalengua. Nosotros, hablantes de español,utilizamos el alfabeto que usaba el latín. A suvez, el latín tomó su alfabeto de los griegos, yellos de los fenicios. El alfabeto latino es unsistema de escritura que utilizan lenguas pocoemparentadas como el finlandés o el nahuatl.

Eso me planteaba un problema nuevo:Tolkien había creado una obra tan detalladaque la inscripción en tengwar para representarla lengua oscura era un «adorno» de absolutaelegancia —eso, o había más guiños lingüísticosen Tierra Media de lo que había notado en uninicio—.

Ambas respuestas eran correctas.Tolkien, aunque no lo parezca, es para la

filología y la lingüística en general lo queLewis Caroll es para las matemáticas y lalógica. Sus textos contienen juegos de lenguaje,«guiños lingüísticos», referencias ocultas ydetalles sobre lenguaje. La contraseña en laspuertas de Durin, el juego de adivinanzas entre

(*) Finalista del certamen de ensayo Ælfwine 2014

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Bilbo y Gollum, los significados ocultos enmuchos de los nombres de personajes y lugares—como Bree, que significa «colina» en galés—son muestras de ello.

Éowyn, por tomar un ejemplo, logra mataral nazgûl únicamente por una cuestión quecompete a la semántica:

—¡Impedírmelo! ¿A mí? Estás loco.¡Ningún hombre viviente puedeimpedirme nada![...]—¡Es que no soy ningún hombreviviente! Lo que tus ojos ven es unamujer. Soy Éowyn hija de Éomund.(Tolkien, 2001a, p. 140)

Independientemente de que esta escena estébasada en la muerte de Beowulf y tengamatices de los lays y el imaginario medieval, siel pobre señor de los nazgûl hubiera utilizadola palabra «humano» en lugar de «hombre», talvez seguiría vivo.

El profesor Tolkien había dejado huevos depascua lingüísticos para todos nosotros.

Hoy todo esto parece muy obvio. Sinembargo, los estudios serios en cuanto aTolkien como filólogo y lingüista sonrecientes.

En el ensayo «Esquema rítmico en El Señorde los Anillos», Ursula K. LeGuin (2003) —laescritora de fantasía y ciencia ficción másinfluyente dentro del género después deTolkien y mi favorita personal— se hadedicado a mostrarnos que lo que leemos enprosa durante la narración tiene, en realidad,métrica de verso.

[...] Woold y Dickens no escribíanpoesía. Tolkien escribió mucha, sobretodo narrativa y «baladas», confrecuencia en formas extraídas de lostemas que le interesaban acadé-micamente. A menudo sus versosmuestran una métrica, una aliteración yuna rima extraordinariamente

complejas, pero son fáciles y fluidos, aveces en exceso. Sus narraciones en prosaestán en muchas ocasiones entre-mezcladas con poemas, y en la trilogía sedesliza de la prosa al verso sin señalarlotipográficamente al menos en unaocasión. (LeGuin, 2003, p. 126)

Tom Bombadil habla en un esquema yámbicoperfecto como lo haría un coro en la épicagriega clásica (LeGuin, 2003, p. 127). Esto escoherente en cuanto al carácter divino delpersonaje y es, en cierta medida, muy claro quehay una musicalidad poética en su forma dehablar.

El Rey Théoden, en cambio, usa el mismoritmo que un rey en el teatro griego cuando sedirige a su pueblo, con lo cual sentimos esesabor épico similar al que ocurre cuandoleemos La Odisea (LeGuin, 2003, p. 127) .

Aragorn, por el contrario, tiene diálogoscuya construcción es la de un personaje de unlibro de caballería del siglo XII, y casi se puedesentir el ritmo en alejandrinos (LeGuin, 2003,p. 128). Por ello, es un personaje heroico y deestilo romántico con diálogos muy secos yapagados. Muchos de los personajes de latrilogía usan este esquema de «versoalejandrino disfrazado» y estilo de hablamedieval. Esa es la razón de que sea difícil veren los personajes algo de introspección —esdecir, no hay monólogos interiores—.

Como dije, todo esto lo sabemos«actualmente». LeGuin incluso lamenta elhecho de que no existan estudios de este tipoen cuanto a la obra de Tolkien para poderobtener más de esta métrica oculta y otrosdetalles sobre el lenguaje: «Si hay otros pasajesmétricos en la trilogía, yo los he pasado poralto». (LeGuin, 2003, p. 127)

Hasta hace una década, el tema del lenguajeen Tolkien no era popular.

Durante mucho tiempo los estudios«tolkienianos» se han dedicado a la críticabiográfica y un poco sobre teoría de la

Daniel M. OliveraTolkien y las lenguas artificiales

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recepción. Existen pocos estudios de otroestilo de la obra de Tolkien. Prácticamente nohay estudios semióticos de Tolkien —lo cualpodría ser muy interesante—. No existe nadade lecturas en acercamiento por parte de laNueva Crítica o el estructuralismo —lo cual esextraño para un autor inglés—. Y hay muypoco de deconstrucción o de cualquier estudiopostestructuralista para analizar El Señor de losAnillos.

Es decir, la mayor parte de los ensayos estándedicados a los recuentos biográficos de la duray maravillosa vida de Tolkien; otros investiganqué fuentes literarias influían al profesor, otrosmás a enumerar su «mitología» o la línea deltiempo dentro de su obra.

También están los que se dedican adeterminar si el ciclo de El Señor de los Anilloses ecologista o nazi o hippie o escapista—como muestra, hay que mencionar el ensayo«El anillo del mal» de Isaac Asimov (1999),donde se discute si es «ciencia ficciónecologista»—.

Es un lugar común que las conferencias oartículos sobre El Señor de los Anillos caigan enel error de hablar de «criaturas mágicas». Hayun sin número de «diccionarios de criaturasmágicas» asociados a Tolkien —o a la fantasíaépica en general— que se pierden en un océanode unicornios, hadas y grifos que nuncaaparecen en toda la obra, y son una mezcla dediferentes folklores más apropiados para unalibrería esotérica que para un estudio literarioserio.2

Para Tolkien, el estudio de la lengua, lacomunicación y el lenguaje fueron los ejescentrales de su obra —y de toda su vida—. Losestudios «tolkienianos» no pueden separarse deesta corriente, en especial la afición delprofesor por la creación de lenguas artificiales.

Tolkien nunca habló mucho de la creaciónde lenguas mientras estaba vivo. Incluso sepuede decir que estaba algo «apenado» por supasatiempo.

Cerca de los años treinta, en Oxford, dondeél era profesor universitario, se realizó uncongreso de esperanto. En ese tiempo elesperanto era muy popular, ya que promovíaun concepto novedoso: era fácil de aprender yliberaba a las negociaciones diplomáticas de ladependencia al inglés o al francés como linguafranca. En resumidas cuentas, la vendían como«la lengua del futuro».3

El esperanto es una lengua artificial creadapor una sola persona a finales del siglo XIX. Laideó el oftalmólogo polaco Ludwik Zamenhofquien vivía en la ciudad de Bialystok —la cualformaba parte del Imperio ruso, actualmentepertenece a Polonia— donde había importantescomunidades de polacos, judíos, rusos,alemanes y lituanos.

Este oftalmólogo había observado cómo ladiversidad y las diferencias entre lenguas yreligiones podían causar serios conflictos entresus comunidades. Era preocupante que laspeleas y los crímenes en esa ciudad fueran, ensu mayoría, provocados por las dificultades decomunicación y traducción entre las seislenguas.

Es una lengua artificial tan popular yexitosa que actualmente existen cerca de ochomil hablantes nativos que la tienen comolengua materna (Okrent, 2009, p. 84) —lo cual,dentro de poco le quitará regularidad y crearáreglas gramaticales contradictorias—. Elesperanto es una lengua cuya curva deaprendizaje es bastante plana. Promueve elconcepto de «hermandad» y disminuye lasdesventajas diplomáticas —como las queocurren entre un hablante de inglés con un no-hablante en las negociaciones—.

Esto atrajo la atención de varios regímenesautoritarios del mundo —estalinismo, nazismo,macartismo— quienes encerraron o asesinarona los esperantistas porque los creían propensosal espionaje (Okrent, 2009, p. 85).

Tolkien se sintió extremadamente tentado aopinar sobre el tema:

Daniel M. Olivera Tolkien y las lenguas artificiales

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Como filólogo, y como cualquierfilólogo debería hacerlo, me intereso porel movimiento de la lenguainternacional, como fenómenolingüístico importante y de interés, ysiento simpatía por las pretensiones delesperanto en particular. No soy, dehecho, un esperantista, como en miopinión debería serlo quien da unconsejo al respecto, al menos hastacierto punto. No puedo escribir nihablar en esa lengua. La conozco, comodiría un filólogo, por cuanto 25 añosatrás aprendí su gramática y estructura,y no las he olvidado, y en un tiempo leíbastante material escrito en ella [...] Enconjunto, el esperanto me pareceindudablemente superior a todos suscompetidores actuales, pero creo que suprincipal apoyo reside en el hecho deque ya haya ganado el primer lugar, lamayor amplitud de aceptación práctica,y de que haya desarrollado laorganización más avanzada.[...] una vezobtenido un cierto grado de simplicidad,internacionalidad, y (yo añadiría)individualidad y eufonía (que elesperanto ciertamente alcanza y supera)

me parece obvio que el problema másimportante a resolver por una futuralengua internacional es la propagaciónuniversal. Un instrumento inferior quetenga oportunidad de lograr esto seráteóricamente cien veces más perfecto.(Tolkien, 2001e)

Tiempo después, Tolkien se retractaría alreconocer que el esperanto no es una «lenguahumana».4 Sin embargo, este hecho lo impulsóa preparar una conferencia y una serie deartículos en las que iba a revelar su posturaante la creación de lenguas. Para él, estaconferencia era realmente importante ya querevelaría un oscuro secreto que lo habíaacompañado toda la vida.

La conferencia se logró conservar en sumanuscrito que fue publicado póstumamente,titulado «Un vicio secreto». En él, Tolkien serevela —para sorpresa del mundo entero—como un creador de lenguas artificiales.

Tolkien era un conlanger.5

Este texto —que es una de las claves paraentender su obra— declara de forma tímida ysesgada su pasión por la creación de lenguas.Intenta incluso —de manera fallida— darle unpeso académico a su pasatiempo.

Ciertamente nada más embarazoso quela revelación en público de un viciosecreto. De haber querido abordar eltema directamente, tal vez podría habercalificado mi conferencia de alegato afavor del Arte Nuevo o del NuevoJuego, eso si no fuera porque lasconferencias ocasionales y dolorosas mehan dado sobrados motivos parasospechar que el vicio, aunque secreto, escomún; y el arte, si bien no se puedeconsiderar nuevo, al menos ha sidodescubierto por un buen número deotras personas… (Tolkien, 1998, p. 237)

Después de eso, Tolkien hablaría muy poco alrespecto de su pasatiempo aunque siguiócreando lenguas hasta el momento de sumuerte en los años setenta. Él fue tan«Hada verde», por Ignacio López Castellanos

Daniel M. OliveraTolkien y las lenguas artificiales

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reservado en este tema que los apuntes quecontenían las gramáticas y los diccionarios desus idiomas han desaparecido.

Existen algunas razones básicas del por quéde la timidez de Tolkien. Lo más claro es queel crear lenguas artificiales es una cuestión demuy poca seriedad.

Visto desde nuestra perspectiva, crearlenguas es una de las cosas más geeks, frikis yñoñas que existen en este mundo. Es más geekque la astrofísica y del doctorado en «cienciasde la complejidad». Mucho más friki queprogramar en Common Lisp y hacer músicaen 8 bits. Más friki que hacer cosplay y jugarMagic: the gathering. Sí, casi tan friki comojugar Dungeons & Dragons —en edicionesanteriores a la tercera—, pertenecer al club deajedrez, al cine club de debate o hablar klingonfluidamente.

En estos tiempos, decir que eres unconlanger les comunica a todos que tu idea dediversión el viernes por la noche es ver elmaratón de Star Trek, solo y comiendoCheetos.

Para Tolkien, debía mantenerse como un«vicio secreto» ya que lenguas son un conceptoque consideramos de uso práctico y pensamosen ellas de manera pragmática. Decidimosinscribirnos a un curso de idioma por cuántautilidad aportará a nuestra vida.

Esta es la razón de que elijamos inglés oalemán como segunda lengua y no tágalo ozulú.

En los años en los que Tolkien escribió ElHobbit, su campo de conocimiento habíasufrido una revolución treinta años antes conla publicación del «Curso de lingüísticageneral» de Ferdinand de Saussure y existía eldebate vivo si los estudios del lenguaje deberíande seguir dedicándose a lo histórico —lodiacrónico, es decir, a lo que Tolkien sededicaba— o abandonarlos por estudiar a lalengua en su estado actual. Edward Sapir yahabía postulado unos años antes el relativismo

lingüístico.No era el momento de hacer bromas ni de

hacer lenguas artificiales. Era un momentoserio para hacer cosas serias —no como la físicaque no tenía debates sobre su propiaconstitución como disciplina y en estos días sepuede dar el lujo de hacer artículos deinvestigación como «A2 9 Trajectory of afalling Batman», que habla de si Batman enverdad puede emprender el vuelo (Marshall, et.al., 2011)—.

Tolkien pensaba que crear lenguas era algorealmente inútil ya que no se puede hacer unregalo con ellas, y tampoco sirve para ganar unconcurso o ganar una beca. (Tolkien, 1998, p.248)

Todos los que nos dedicamos, como hobby,a construir lenguas, siempre escuchamos doscomentarios clásicos: «Aprender una lengua esdifícil, ¿por qué haces algo que nadie va aaprender a hablar?»; y «hay millones de lenguasen peligro de extinción en el mundo, y túvienes a hacer más caos con otra más».

Incluso hay personas que creen que crearlenguas artificialmente es un pasatiempo nuevoy poco desarrollado —incluso Tolkien mismoasí lo pensaba—.

La creación de lenguas es una actividad que,en realidad, lleva varios siglos de desarrollo.6Ha tenido diferentes etapas y objetivosbastante delimitados.

La historia de las lenguas perfectas es lahistoria de una utopía, y de una serie defracasos. Pero nadie ha dicho que lahistoria de una serie de fracasos resultefracasada. Aunque fuera la historia de lainvencible obstinación por perseguir unsueño imposible, seguiría siendointeresante conocer los orígenes de estesueño y los motivos por los que se hamantenido vivo a lo largo de los siglos.(Eco, 1993, p. 28)

Durante la edad clásica y la edad media, lacreación de lenguas intentaba encontrar cómo

Daniel M. Olivera Tolkien y las lenguas artificiales

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los dioses nos habían dotado de lenguaje y quérelación tenía la comunicación con el alma.Hicieron modelos de sistemas lingüísticos que,según ellos, imitaban la lengua de Dios —lacual puede crear cosas de la nada—, la lenguaque Adán usó para nombrar a los animales o lalengua que se usaba antes de Babel.

En la edad media, Dante Aligheri, autor deLa divina comedia, invitaba a la creación o eldescubrimiento de una lengua perfecta.

...la forma locutionis perfecta permitía aAdán hablar con Dios [...] De estaatrevida concepción de su propio papelde restaurador de la lengua perfectaderiva el hecho de que Dante, más quecriticar la multiplicidad de las lenguas,pone de relieve su fuerza casi biológica,su capacidad de renovarse, de cambiar enel tiempo. Porque precisamente sobre labase de esta sostenida creatividadlingüística puede proponerse inventaruna lengua perfecta moderna y natural,sin necesidad de ir en busca de modelosperdidos. (Eco, 1993, p. 49)

En este periodo quienes dominan son los«místicos».

Algunas lenguas artificiales medievales hanperdido su sentido original —como la que seencuentra en el Manuscrito Voynich—. Sinembargo, la mayor parte de las lenguasartificiales creadas durante la edad media son elresultado de arrebatos celestiales, e incluso seestablece que las lenguas artificiales las dictaDios mismo por medio de la visita de ángeles.

De este periodo destaca la figura de SantaHildegarda de Bingen. Fue una abadesa,precursora de la medicina moderna y uneslabón importante en la filosofía mundial.Ella se considera la primera creadora delenguas en dejar registro escrito. Su lengua «fuedictada por los ángeles en un sueño»

La lengua artificial más antiguadocumentada es la Lingua Ignota deHildegarda von Bingen, una monja

alemana del siglo doce. [...Ella] esconocida por tener arrebatos místicoslos cuales documentaba en textosteológicos; es por ello que se haconcluido que la Lingua Ignota es algúntipo de glosolalia o de «hablar enlenguas». (Okrent, 2009, p 11)7

En medio oriente y Asia, las lenguas artificialesservían para encriptar mensajes secretos yciertos conocimientos que requerían iniciaciónmística como es el caso de la alquimia o lasmatemáticas —especialmente la geometría—.

En el renacimiento y la ilustración, eldesarrollo de las gramáticas para agilizar laconquista de América y la creación de signosaritméticos universales llevó a la creación delenguas con fines filosóficos que intentabanorganizar la realidad en categorías mínimas,encontrar la relación entre las matemáticas y ellenguaje o mejores formas de expresarfórmulas, leyes o conceptos científicos.

Newton, Descartes, Leibniz y variosmiembros de la Royal Society experimentaroncreando pequeñas lenguas dedicadas a clasificarla realidad o a encontrar la relación entrelenguaje y matemáticas. La lengua de IsaacNewton, por ejemplo, buscaba una forma másclara de delimitar conceptos físicos ymatemáticos en una sola palabra (Okrent,2013):

utor, hotowtor, exceeding hotawtor, pretty hotewtor, very little hotiwtor, exceeding little hotetor, warmTodo esfuerzo para crear la gran lengua

artificial renacentista fue opacado por elcomplejo conlang diseñado por John Wilkins.

Él creó un manual de seiscientas páginas elcual fue destruido en el gran incendio deLondres. Reescribió todas esas páginas yaumentó el texto hasta publicar «An Essaytowards a Real Character and a Philosophical

Daniel M. OliveraTolkien y las lenguas artificiales

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Language» en 1668.Esta lengua, para su funcionamiento,

requería clasificar toda la realidad en categorías—de las generales a las particulares—. Así, paradecir la palabra «perro» se requería buscar elárbol de las «bestias»; dentro de él, la de los«vivíparos»; luego, la de los animales «congarras»; dentro de esa categoría, los «rapaces» yfinalmente los «caninos». Cada clasificacióntenía un símbolo asociado que daba comoresultado la palabra «perro» (Okrent, 2009, pp.38-45).

Wilkins, amigo y contemporáneo deNewton, Halley y Hooke, se le considera elprecursor del tesauro y el diccionario moderno.

Para el siglo XIX hay toda serie de lenguajesexperimentales.

Esto se debe a que nace las disciplina defilología. Se postula la posible existencia delindoeuropeo —la lengua «original» de la cualprovienen casi todas las lenguas occidentales yde medio oriente— mientras que los hermanosGrimm determinan una hipótesis de cómo lafonología de la lenguas cambia con el paso deltiempo.

En este periodo aparecen lenguas artificialesque podían «hablarse» con un instrumentomusical en forma de melodía pero podían serinterpretadas como frases verbales, como es elcaso del Solresol de Jean François Sudre, queestaba planeado para interpretar las notascomo fonemas de una lengua (Okrent, 2009, p.86-87).

Las tensas relaciones diplomáticas quehabían dejado las guerras napoleónicas y elcreciente imperialismo cambió la agenda de laslenguas artificiales, para tener el objetivo de sermediadoras en las relaciones exteriores. ElInterlingua, por ejemplo, fue desarrolladodurante un congreso de médicos, químicos,lingüistas, antropólogos y neurólogos paradesarrollar una «lengua de las ciencias».Algunos artículos de investigación fueron,originalmente, publicados en Interlingua.

A pesar de intentos fallidos como elVolapük y el Interlingua hubo lenguajesaltamente exitosos como el Hebreo moderno—elaborado por Ben Yehuda a partir delhebreo clásico de la Torá, lengua muerta,actualizada a los nuevos tiempos— y elEsperanto (Okrent, 2009, p. 117-120).

Desde el siglo XX hasta nuestros días,existen dos grandes tendencias en las lenguasartificiales.

Por un lado, el desarrollo de lenguas«médicas» o científicas que se utilizan en casosde personas cuya comunicación está impedidapor alguna condición clínica: la lengua de señaspara sordomudos y algunas lenguas parapersonas con discapacidad motriz sonresultados de ello.

También existen lenguas que sirven parademostrar cierta hipótesis neurológica olingüística. Ejemplo de ello es el Lojban, creadopor James Cooke Brown con el objetivo dedeterminar si la hipótesis Sapir-Whorf8 era real.Para esto, creó un idioma en el que sólo sepuede hablar siguiendo reglas lógico-matemáticas muy rígidas (Okrent, 2009, pp.233-238).

«Bárbaro», por Ignacio López Castellanos

Daniel M. Olivera Tolkien y las lenguas artificiales

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Además, con el avance de la computación,se inicia el desarrollo de lenguajes formalescomputacionales. Los de altísimo nivel sonlegibles para los seres humanos, es decir, mástransparentes para quien escribe código quepara el procesador.

Por otro lado, se desarrollaron las lenguasartificiales artísticas.

Ésta es la corriente donde Tolkien seimpuso y dominó a las demás. Su influencia hasido tan grande que ha opacado a los demáscreadores de lenguas de otros siglos. A partirde El Señor de los Anillos, la «creación delenguas» se encuentra restringida al ámbito dela cultura friki en la elaboración de novelas deciencia ficción y fantasía.

Hemos visto lenguas artificiales en elklingon de «Star Trek» —el cual posee unacertificación oficial por medio del KlingonLanguage Institute—; en la serie de televisión«Juego de Tronos»; en la película de Disney«Atlantis»; en la película «Avatar» y muchasotras.

Además, hay ciertos códigos o alfabetos queno adquieren el estatus de lengua —llamadosrelex— que fueron creados utilizando reglaslingüísticas reales. Hay forma de encontrarrelex en videojuegos como «Skyrim» o «LosSims»; las seudolenguas como el Nadsat de«Naranja mecánica» o el newspeak de «1984»; elgallifreyan de «Doctor Who»; las dislocacionessintácticas en «Star Wars» como el dialecto queusa Yoda y la lengua de los minions en «Mivillano favorito».

Para Tolkien, la historia de varios siglos decreadores de lenguas era completamentedesconocida.

Tolkien califica sus creaciones como «eljuego nuevo» (Tolkien, 1998, p. 237). En suconferencia acerca de las lenguas artificiales queél creaba, cuenta que uno de los sucesos másimpactantes en su vida ocurrió mientras seencontraba en las sucias tiendas de campaña delejército durante la primera guerra mundial.

Descubrió que otro soldado estaba creando ensu mente una lengua. Fue tanta la emoción delotro hombre que gritó al encontrar uncaracterística genial para añadir a su lenguaprivada.

Por más que lo interrogó Tolkien no pudosacarle ni una palabra al respecto hasta que elotro soldado se perdió en la mitad de la guerra.

Nunca olvidaré a un hombrecillo —máspequeño que yo mismo- cuyo nombrehe olvidado y que se reveló como unardiente devoto [...] dijo de repente convoz soñadora: «Sí, ¡creo que expresaré elcaso acusativo por medio de un prefijo!»[...] Fui incapaz de recopilar detallesulteriores de su gramática secreta; y losarreglos militares pronto nos separaronpara siempre (al menos hasta ahora).Pero concluí que aquella criaturaexcéntrica, que en adelante se mostraríasiempre tímida, tras haber reveladoinadvertidamente su secreto, seregocijaba y consolaba a sí mismo entreel tedio y la suciedad del «entrenamientobajo las carpas» por medio de lacomposición de un idioma, un sistema yuna sinfonía personales que nadie másiba a estudiar o escuchar. (Tolkien, 1998,p. 238-239)

Tolkien poseía un oído musical,extremadamente refinado y altamente sensiblea las variaciones de sonido. Subjetivamente,calificaba a las lenguas de «bellas» cuandoencontraba un sistema fonético —«desonidos»— que le pareciera agradable o cuandoposeían cierta característica lingüística inusual.

… me cautivó la fluidez del griego,puntuada por la dureza y con un brillosuperficial, aunque en principio sóloencontré esto en los nombres griegos dela historia y la mitología, e intentéinventar un lenguaje que incorporara logriego del griego… (Crabbe, 1985, p. 17-18)

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Antes de morir, su madre lo inició en elaprendizaje de lenguas. Tolkien pasó suinfancia y adolescencia jugando a aprenderlenguas como el latín, el griego, español,alemán y francés para pasar al noruegoantiguo, el inglés medieval, el anglosajón y elgótico (Crabbe, 1985, p. 15-20) además decrear, con sus amigos, pequeñas lenguas queservían para encriptar sus conversaciones(como actualmente hacen los niños con el«idioma de la F»).

Eran otros tiempos: no existían losvideojuegos.

El profesor, durante su vida, fundó muchosclubes o pequeños grupos de personas paraconvivir. Tal vez el más famoso sea el de losInklings, al que pertenecía C. S. Lewis, creadorde Narnia y a quienes leyó el primer borradorde El Señor de los Anillos (Carter, 2002, p. 40-44), pero los más importantes para Tolkieneran el TCBS —tres de sus amigos que, se dice,sirvieron de inspiración para los personajes deMerry, Pipin y Sam; dos de ellos fueronasesinados brutalmente durante la guerra(Crabbe, 1985, p. 28)— y el Viking Club el cualse reunía para beber enormes tarros de cervezay cantar, en viva voz, relatos épicos en noruegoantiguo (Crabbe, 1985, p. 29).

Los grupos de amigos formados porTolkien siempre tenían algo en común y nosdan una clave para entender su obra: todos

eran grupos de personas que hacían poesía ocanciones de manera amateur.

Él no sólo era un creador de lenguas: era unpoeta. Y era un poeta que iba más allá de lapoesía misma creada a partir de retórica, ritmoo disociación del significado. Tolkien creólenguas que son ideales para escribir poesía enellas.

Él buscaba la belleza intrínseca en laspalabras. Es bien conocido que en algúnmomento afirmó que la frase cellar door—«puerta del sótano»— era la más bella enlengua inglesa debido a su musicalidad y elmisterio que evocaba.

La mayoría de hablantes de inglésadmiten que cellar door (puerta desótano) es una frase bella […] Más bellaque, por ejemplo, sky (cielo), y muchomás bella que beautiful (bello). Bueno,pues en galés las cellar doors sonextraordinariamente frecuentes para mí;y pasando a una dimensión más alta, laspalabras en las cuales hay placer en lacontemplación de la forma y el sentidoson abundantes. (Fauskanger, 2007b)

Tiempo después, otros autores de fantasía y deciencia ficción homenajearían secretamente esafrase. Tal es el caso de Ursula K. LeGuin con laisla de «Selidor» en Terramar. La ciudad de«Selerdon» en Un mundo fuera del tiempo deLarry Niven y el pirata Salladhor Saan en Lacanción de hielo y fuego de George R. R.Martin.

Hubo tres idiomas que él amo más que aningún otro (Crabbe, 1985, p. 21-32).

El primero era el galés. Él quedóprofundamente impactado por los nombresque se escribían en las carretas galesas—similares a los mensajes obscenos que pintanen la retaguardia de algunos camiones de carga,pero con más letras—. Sólo hay que notar elnombre del poblado deLlanfairpwllgwyngyllgogerychwyrndrobwll-llantysiliogogogoch (Llanfairpwll para loslocales).«Troll del bosque», por Ignacio López Castellanos

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El finés, o finlandés, provocó una mellaterrible en el corazón de Tolkien. Cualquieraque lo aprenda a hablar encontrará la mismasonoridad que poseen las lenguas élficas. Elfinés, además de ser muy musical y vocálico,tiene una rica mitología que lo respalda. Esbien sabido que hay una fuerte influencia delKalevala en los textos de Tolkien. Además,Finlandia es el país de Santa Claus, losMoomin y los mejores grupos de metal delplaneta, lo cual lo hace perfecto comoinfluencia.

Finalmente están las lenguas escandinavas, alas que pertenece el sueco, el danés y elnoruego. Le fascinaba la literatura de esasculturas —especialmente la que tenía que vercon mitología nórdica, los Eddas y la Saga delos Volsungos— y la peculiar gramática de esaslenguas.

Tolkien tomó estas tres lenguas y las partióen pedazos. Mezcló algo de latín, anglosajón,gótico, español e italiano como pegamento y,con todo eso, creó durante veinte años lamezcolanza que conocemos como las lenguasélficas en El Señor de los Anillos.

El pasatiempo de Tolkien siempre estuvosubordinado a la vida académica. Tenía cuatrohijos y una esposa que mantener (Crabbe,1985, p. 31). La frágil economía británica en elperiodo entre guerras le obligaba, a veces, ahacer trabajos académicos secundarios comocalificar exámenes de otras universidades.Cuando se publicó El Hobbit, Tolkien estabarealmente preocupado que su prestigioacadémico —del cual dependía el sustento de sufamilia—, se viera afectado por ser un autor de«literatura infantil».

A la muerte de su esposa, Tolkien dejó a suhijo menor, Christophery, el amasijo enormede textos inconclusos que se convertirían en elSilmarillion. Sin embargo, en este periodo fueen el que se deshizo de los manuscritos quecontenían las gramáticas de sus lenguas.

Tolkien prefería que estuvieran cortados entiras o en el basurero a que alguien supiera quesu «vicio secreto» se le había salido de lasmanos.

No sabemos con exactitud cuántas lenguasrealizó Tolkien y el grado de avance que logróen ellas. De lo poco que sabemos de suslenguas es que sí escribió una gramática y undiccionario para la mayoría de sus creaciones yque algunas tenían características tan complejasy funcionales que, si no supiéramos nada de ElSeñor de los Anillos, podríamos confundirlascon lenguas naturales extintas.

Las características de las quince lenguastolkenianas que aparecen en sus obras lasconocemos de la misma manera que hacemoscon las lenguas muertas: juntamos los trozoscon los que contamos y realizamos hipótesis alrespecto.9

Las lenguas que hablan los hombres y loshobbits son las menos desarrolladas en la obra.Muchas de ellas sólo se conserva su fonética oqué relación tienen con respecto a otraslenguas. Por ejemplo, sabemos que la relaciónentre el oestrón y el rohírrico es la misma entreel portugués y el rumano: son lenguasemparentadas pero no se parecen en nada.

«Rey de las setas», por Ignacio López Castellanos

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Christopher Tolkien logró recuperar unpequeño boceto de la lengua que se habla enNúmenor: el adûnaico. Ésta es la única lenguade la que conservamos lo más cercano a unagramática construida por Tolkien, y fueconservada con el título El informe Lowdham(Fauskanger, 2007a). Posiblemente ésta sería laúnica lengua de Tolkien que realmentepodríamos hablar; el problema es que notenemos vocabulario y la sección destinada alverbo está incompleta.

La lengua más extendida en Tierra Media esel oestrón. Funciona como una lingua francapara todas las culturas y lenguas en la terceraedad, como en este momento el inglés.

El oestrón es la lengua que más se habladurante la obra. Sin embargo, es de la quemenos sabemos. La razón es que, en teoría, lasnovelas que leemos son una traducción deloestrón al inglés —y después al español, paranosotros— (Fauskanger, 2007c). Incluso losnombres están traducidos: Frodo, Sam, Pippino Merry eran Maura, Ban, Razar y Kali en elsupuesto «original». La palabra hobbit es unatraducción de kudûk (Fauskanger, 2007c).

Al otro lado de Tierra Media está la lenguanegra, el idioma hablado en todo Mordor entrelos seguidores de Sauron, elaborado con lascaracterísticas lingüísticas menos favoritas deTolkien.10 Por una parte no se trataba de unalengua natural sino de una lengua criolla,11 esdecir, una mezcla de lenguas que solo sirvepara la comunicación, pero que no reflejaninguna cultura —característica detestable paraTolkien, lo que fue la razón por la que despuésrechazara el esperanto como una buena idea—.

Las palabras en la lengua negrageneralmente son agudas, con varios sufijosconcatenados y mucho uso de posposiciones.

Si revisamos la inscripción del AnilloÚnico:

Ash nazg durbatulûk, ash nazg gimbatul,ash nazg thrakatulûk agh burzum-ishikrimpatul. (Tolkien, 2001c, p. 343)

«Un anillo para gobernarlos a todos, unanillo para encontrarlos, un anillo paraatraerlos a todos y atarlos en las tinieblas.»Podemos notar que, en verdad, es una lenguamuy simple; tanto que es extremadamente fácilde traducir a simple vista.

Ash debe significar «uno» y nazg, «anillo»—por relación con nazgûl—.

Durb debe ser el verbo «gobernar. «-at-»debe ser la marca de infinitivo; «-ul-» significatercera persona del plural y «-ûk» es «todos»(Rosenfelder, 2010, p. 13-14) .

Esto recibe el nombre de «lenguajenombrador» (Rosenfelder, 2010, p. 13) .

Recordemos que Tolkien decidía lascaracterísticas de sus idiomas por su sonido,por lo cual en esta lengua decidió usar todaserie de sonidos glotales, uvulares, fricativos yoclusivos para que sonara muy duro y diferentea las lenguas élficas. Algunas de estascaracterísticas fonéticas son préstamos delenguas turcas y mongólicas.

Si revisamos el éntico, la lengua de los ents,la caracterizaba como una lengua muy lenta,aglutinante —como el nahuatl o el galés— yrepetitiva.

Al parecer tenía variaciones de tonos quecambian el significado de la palabra —comosucede en el chino— pero que únicamente sondistinguibles para los ents. Sólo se conservauna palabra éntica:Alallalallarumbakamandalindorburúmë que, alparecer, designa a una colina12 (Tolkien, 2001b,p. 79).

El éntico funciona de la misma manera queel lenguaje filosófico de John Wilkins: paranombrar algo, se debe de nombrar toda sudefinición y categorías. Podemos notarlocuando Barbol intenta traducir literalmente lapalabra «orco» al lenguaje común.

Esos... burárum, esos ojizaínos,maninegros, patituertos, lapidíficos,manilargos, carroñosos, sanguinosos,

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morimaite - sincahonda, huum, bueno,puesto que sois gente que vive de prisa, yel nombre es completo como años detormento, esos gusanos de los orcos...(Tolkien, 2001a, p. 331)

En cuanto a la lengua de los enanos, el khuzdul,es de las que menos sabemos. De manera unpoco tramposa, Tolkien nos indica que es unalengua que los enanos han mantenido ensecreto y que pocos filólogos élficos se handecidido a desentrañar, por ello casi no hayregistros para reconstruirla (Tolkien, 2001d, p.109-110).

Para Tolkien, los enanos debían hablar algosimilar a las lenguas semíticas, especialmente elhebreo. Si tenemos en cuenta el contexto delpueblo judío durante la escritura de El Señor delos Anillos es lógico que Tolkien quisiera unalengua similar al hebreo para los enanos ya queson un pueblo despojado de sus tierras queconserva su lengua materna de manerasecundaria y sus tradiciones de forma privada(Gerrolt, 1971). Si vemos la escena de lataberna en el Violinista en el tejado entendemosel concepto de Tolkien acerca de los enanos.

El khudzul se escribe con runas ya que esun alfabeto diseñado para escribirse con mazoy cincel en lugar de cálamo o pluma. Tiene elmismo problema que las lenguas semíticas o elhebreo clásico: las vocales no se escriben perosí se pronuncian —son infijos—. Por lo tanto,su lectura depende del contexto y de lacombinación de triadas de consonantes quedeterminan la forma léxica, mientras que lasvocales determinan su forma sintáctica.13

Tal es el caso de la combinación S-L-M quesignifica «paz» en hebreo y árabe.

Al insertarle vocales se forman palabrascomo shalom, salaam, islam y musulmán. Esefue el gran problema que dividió a creyentes dela misma religión, que no podían desentrañar siel nombre de Dios, YHVH, se pronunciacomo Jehová o como Yahveh.

En el khudzul la triada de consonantes Kh-Z-D siempre significará «enano», como en laspalabras Khudzul y Khazad-dûm; la triada B-R-Z se refiere al «color rojo» como en Barazinbar.

La joya de la corona de las lenguastolkenianas es, definitivamente, toda su familiade lenguas élficas. Prácticamente podríamosestudiar cada una de ellas y maravillarnos conla delicadeza y la belleza de estas lenguas. Sinembargo, eso llevaría muchas más páginas delas que ya he escrito.

Tolkien inició el primer boceto del quenyacuando tenía veintitrés años (Tolkien, 1998, p.254) y le haría sucesivas revisiones ycorrecciones durante toda su vida (inclusodespués de haber publicado El Señor de losAnillos). Según cuenta él mismo, quería unalengua donde un saludo casual, válido y lógicoentre los hablantes fuera «una estrella brillasobre la hora de nuestro encuentro» (Tolkien,1998, p. 254-257). Es extremadamente difícilpensar en la pragmática de una lengua con unsaludo tan rebuscado sin tener en cuenta sudesarrollo histórico, el tipo de sociedad quedomina esa lengua y cierta mitología detrás desu cultura.

Esa es, en sí, la genialidad de Tolkien.El profesor Tolkien era un filólogo, es decir,

se dedicaba a estudiar textos antiguos parareconstruir el sentido original según elcontexto en el que fueron elaborados. Algunosfilólogos, como Tolkien, son una especie dearqueólogos del lenguaje: encuentran palabraso significados antiguos y las rastrean hastanuestros días.

Podemos notar cómo algunas palabras enlenguas muy alejadas se parecen. Por ejemplo,la palabra en hindú «kamraa» (cuarto,habitación) suena similar al francés «chambre»,el inglés «chamber» o el español «cámara». Dela misma manera palabras en español como«guerra» está relacionada con «war» o «noche»con «night», «nuit» o «notte».

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La razón de esto es que muchas lenguasoccidentales tienen un ancestro en común: elindoeuropeo (O’Grady, 2000, p. 364-369). Apartir de las divisiones de esta lengua fue comose comenzaron a formar las grandes familias delenguas que existen en Europa, parte de Asia yMedio Oriente. Muchas palabras antiguas hansobrevivido a más de dos mil años de historiahumana cambiando sus sonidos peroconservando su significado inicial como en lapalabra latina «apotheca» que evolucionó en lapalabra actual «bodega».14

En las lenguas élficas existen dos grandesramas que han sido las más estudiadas y másdesarrolladas por los fans de Tolkien: elsindarin y el quenya. Estas lenguas tienen unagramática y un vocabulario tan consistentesque es posible escribir textos largos en ellas yse pueden traducir los textos de Tolkien conbastante certeza.

El sindarin, la lengua de los sindar, elfosgrises que habitan en Beleriand, fue elaboradaespecíficamente para representar lascaracterísticas que Tolkien amaba del galés. Porel otro lado, su favorita, el quenya, la lengua delos elfos de Valinor, representa lascaracterísticas del finés que él siempre quisoagregar a una «lengua bella» (Rausch, 2005).

Ambas lenguas tienen puntos de contacto aligual que lo harían el francés y el español. Elverbo para «beber» en quenya es suc, y ensindarin es sog.15 Algunas palabras en sindariny en quenya tienen una forma tan relacionada,que podemos incluso rastrear, como lo haríaun filólogo, cuál sería el ancestro común entreestas dos lenguas.

Parece fácil, pero una tarea así essobrehumana.

Tolkien poseía un oído lo suficientementerefinado que le permitía la creación de poesíapor medio del sonido —«lingüística estética»como él la llamaba—. Como su propia lenguano le era suficiente para crear los textos que élquería escribir, había diseñado una lenguaperfecta para su poesía.

Por si fuera poco, no sólo creó esa lengua.Le diseñó una cultura, e incluso todos losposibles cambios de variación lingüística quepodrían ocurrir en esa lengua al paso de milesde años.

Es difícil imaginar el tremendo esfuerzo querequirió esto. Algunos conlangers de la talla deDavid Peterson o Marc Okrand únicamentecrean lenguas para una cultura. Tolkien creóuna especie de indoeuropeo, una lengua inicial,para muchas culturas y la dejó evolucionar ensu mente —calculando todos los posiblescambios— hasta que surgieran nuevas lenguascompletas, independientes, agrupadas enfamilias.

Es la misma dificultad que requeriría creartodas las lenguas europeas al mismo tiempo —yalgunas asiáticas—. Y no contento con ello,además produjo traducciones fluidas en cadauna de esas lenguas.

El diseño de las lenguas élficas en Tolkienrequiere conocer todas y cada una de lasevoluciones, cambios y situacionessocioeconómicas a las que fueron sometidas. Lafamilia de lenguas élficas necesitó, para sercreada, que el profesor conociera íntimamentecada cultura que las desarrolló, cada conflictoque sufrieron, cada lengua en contacto, cadalibro que escribieron, cada hablante notable,cada préstamo lingüístico. En su elaboración élrequería, forzosamente, conocer desde el iniciode los tiempos —por ello El Silmarillion—hasta el punto de la Tercera Edad donde ocurreel texto.

Si caía un imperio, se reflejaría en la lengua.Si había épocas de prosperidad, también dejaríacicatrices lingüísticas. Si el necesitaba que unapalabra ya no existiera en cierta lengua, encierta edad, creaba un conflicto bélico entreesas culturas.

La evolución de las lenguas tolkienianas esla fuerza invisible que mueve la trama lo queocurre en el interior de El Señor de los Anillos,y no al revés. Cada cosa que sucede en sustextos está en función directa con una

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característica nueva que él quería incorporar asus conlangs.

La forja del anillo, el viaje de Bilbo a laguarida de Smaug, el sacrificio de Frodo paradestruir a el Único. Todo ello es el oídomusical de su creador que dice «bueno,necesito incluir una nueva forma morfológicadel acusativo... así que hay que crear una granguerra».

Y todo eso lo hacía Tolkien en su mente,como lo hacía aquél soldado conlanger queconoció en las trincheras. J.R.R. Tolkien teníael equivalente a todo un mundo en su cabeza.Y no era un mundo imaginario, era un mundoreal y completo que evoluciona —o por lomenos así era en términos lingüísticos—.

Y todo lo hizo como «un vicio secreto».Es muy difícil que aparezca otro Tolkien: se

necesitaría otra persona que contenga, dentrode su mente, todo un mundo real. Él era enverdad un creador de mundos. Era alguien queconciliaba la objetividad académica con lacreatividad.

Tolkien estaba en la búsqueda del lenguajecomo arte, como una estética, y no sólo comocomunicación llana. Su genialidad, entonces,radica en que vivió en la búsqueda implacablede la belleza de la palabra hablada.

Al leer El Señor de los Anillos deberíamoshacernos grandes preguntas sobre nuestralengua: ese sistema de comunicación queusamos todos los días de manera descuidada ysin sentido. Todo que decimos tienetrascendencia, tiene música y tiene los rasgosque indican quiénes somos y de dóndevenimos.

El chiste que siempre contamos, esa canciónde la infancia, esa forma de hablar, esa nombrepara cierta comida, el nombre de la mascota, lamanera en la que mostramos aprecio odesprecio con nuestras palabras. Todo eso esnuestra historia personal, grabada en nuestraspropias palabras. Ese es el enigma de las letrasélficas que representan oraciones en la lenguanegra.

Hay un fragmento al final de la novela,cuando Frodo y Sam regresan después de haberdestruido el anillo, donde Bilbo —ya senil— levuelve a regalar a su sobrino tres cosas que leparecen tesoros útiles (Tolkien, 2001a, p. 342):su espada Dardo, su cota de mithril y sus librospara traducir al élfico que él mismo hizo.

¡Qué regalo tan extraño ese último! ¿Porqué Bilbo pensaría que un libro de gramática estan poderoso como la mejor espada, tanprotector como la mejor armadura y tan bellocomo la plata de los elfos?

«Trasgo», por Ignacio López Castellanos

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Notas1 (p. 51). El japonés posee tres sistemas de escritura: dos son silábicos, es decir, cada consonante siempre vieneacompañado de una vocal —excepto la letra «n»— de la forma CV(n). El francés tiene vocales redondeadas y nasales locual sería muy complicado marcar con el hiragana —en el cual sí hay vocales largas—. También sería difícil decidir quétrascribir: el sonido o la forma gráfica —como en el caso de oiseau=/wa’zo/—.2 (p. 53). Según mi opinión, se debe evitar hablar de «bestiarios medievales» o «criaturas mágicas» en los estudios defantasía épica. Los bestiarios en la edad media eran alegóricos con lo cual, según Todorov y Callois, eliminaríancompletamente su componente maravilloso.3 (p. 53). Tal vez sí fue la «lengua del futuro» para ellos. El esperanto ha tenido mucha más difusión desde la creacióndel internet —en dónde encontró un mejor canal para la enseñanza autodidacta—. Actualmente el esperanto estáregistrado como idioma para cambiar la interfase de Facebook o Google+. Hay una Wikipedia en esperanto —conartículos únicamente escritos en esta lengua— y se puede traducir por medio del «Traductor de Google». También esuna lengua oficial para la ONU, la UNESCO —en la cual se pueden dar discursos o comunicados en ella— y poseevarios institutos oficiales entre los cuales destacan la Asociación Británica de Esperanto y el Instituto Japonés deEsperanto en Tokio.4 (p. 54). La lingüística actual tiene ramificaciones hacia la ciencia cognitiva y hacia la sociología. Uno de los ejescentrales de esta disciplina es determinar cuáles son los procesos mentales que están inscritos en el lenguaje por mediode reglas universales —al estilo de Chomsky—. Otro eje busca determinar cuál es la influencia social que provoca lavariación del lenguaje en uso —al estilo de Labov—. El esperanto, al no pertenecer a una comunidad ni estar inscritoen las reglas que sigue una lengua natural, se le considera un hecho extralingüístico. Aún así se reconoce que comolengua artificial funciona con suficiencia para la comunicación.5 (p. 54). «Conlanger» es el término que se utiliza para designar a aquellos diseñadores de lenguas artificiales. Viene deconlang: «constructed language».6 (p. 55). Al respecto, recomiendo el extraordinario libro In the land of invented languages de Arika Okrent, que haceun recorrido muy completo y detallado de todas las etapas históricas que ha tenido la creación de lenguas.7 (p. 56). La traducción es mía.8 (p. 57) La hipótesis Sapir-Whorf se divide en dos: la hipótesis fuerte dice que la lengua «determina» como clasifica ymemoriza la realidad —es la versión de Whorf— y la hipótesis débil dice que la lengua «tiene cierta influencia» en laclasificación de la realidad —la versión de Sapir—. El Lojban lo que intentaba era demostrar que una lengua lógicalograba crear personas «lógicas».9 (p. 60). Esa es la razón de que no haya un consenso en cuál era la pronunciación correcta del latín y el griego clásico.Esa también es la razón de que no exista una gramática del quenya cien por ciento confiable.10 (p. 61). Hay una anécdota que dice que Tolkien recibió una copa con la inscripción del anillo en lengua negra hechapor un admirador. Le pareció un detalle de tan mal gusto que usaba la copa únicamente como cenicero en lugar debeber en ella.11 (p. 61). Una lengua criolla es una lengua simplificada que se usa cuando en una comunidad no hay una lengua encomún. Sucedía mucho cuando capturaban esclavos remeros en los barcos romanos, o en las colonias españolas conesclavos de diferentes etnias durante los procesos de colonización. Es un tipo de «lengua de emergencia» que usanmiembros de culturas diferentes para intentar entenderse al estar encerrados en un mismo lugar.12 (p. 61). Según el apéndice F de El Señor de los Anillos, es una trascripción del éntico poco confiable ya que noincluye los tonos.13 (p. 62). O’Grady (2000, p. 124): «A very special type of infixing system is found in Semitic languages such as Arabic,in which a typical root consist simply of three consonants. Affixes consisting of two vowels are inserted into this rootin a manner that intersperses the vowels among the consonants».14 (p. 63). Las consonantes sordas se sonorizan en contexto intervocálico.15 (p. 63) Este fenómeno es, posiblemente, de los ejemplos más «escolares» de Tolkien y por eso lo tomo como ejemplo—además de que ya ha sido mencionado en varias fuentes—. Cualquier persona que sepa algo de fonética entiende quela diferencia entre la /k/ y /g/ que están a final de palabra es únicamente que una es sonora y la otra es sorda.

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esperanto.html

Sobre el autorDaniel M. Olivara (Ciudad de México, 1983) es un lingüista, escritor y conlanger mexicano.Estudió letras hispánicas en la UNAM y lingüística en la UAM. Es profesor en la Facultad de Química enla UNAM. Es miembro del consejo editorial de la revista «Álamo Nocturno» (Xalapa, Veracruz).En diversos centros culturales, imparte los talleres «fantasía épica y ciencia ficción», «literatura gótica» y«creación de lenguas artificiales». Se dedica a investigar fenómenos de variación sociolingüística, fonética ysintaxis además de diseñar programas para data mining y lingüística computacional en Python. Comoescritor, su obra está centrada en la novela y el cuento de terror y de ciencia ficción.Este texto se dictó por primera vez en forma de conferencia con el nombre «Tolkien y las lenguasartificiales» el 6 de mayo de 2014 en el auditorio Pishmish del Instituto de Astronomía, UNAM porinvitación de «Nibiru, Sociedad Astronómica» coordinado por el Ing. Fidel Torres y el Dr. William Lee.

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Memoria de actividades de la STE (2014)

Durante el año 2014 la Sociedad TolkienEspañola ha organizado y colaborado ennumerosas actividades que han tenido

cabida en la siguiente Memoria:El 11 de febrero Eduardo Segura impartió una

conferencia en los Seminarios de Historia delDerecho de la Universidad de Gerona, con el título«Concepto de poder, la noción de ley y traditio enla mitología de Tolkien».

Siguiendo en ese mes, el día 22 el smial deLórien organizó un taller interactivo de escrituraélfica en tengwar en el centro comercial Matas yRamis.

Y acabando febrero, los socios Josu Gómez yEduardo Segura colaboraron en el I CongresoInternacional sobre C.S. Lewis y Tolkien en laUniversidad CEU San Pablo, los días 24 y 25 enMadrid. El Congreso, con título «Literaturafantástica: recreación y realismo» trató diversosaspectos de la obra y vida de estos autores británico,y contó con una conferencia de Eduardo Seguratitulada «Splintered Light: subcreación,verosimilitud y palabra mitopoética», y con unamesa redonda titulada «Creación, hombre ynaturaleza en J.R.R. Tolkien» a cargo de JosuGómez.

Como cada año, el 25 de marzo se celebró el díainternacional de leer a Tolkien con numerosasreuniones de smiales y socios en bibliotecas, centrosculturales y locales diversos.

Y aprovechando este día internacional de leer aTolkien, el smial de Khazad-dûm de Zaragozacomenzó sus XIII Encuentros Tolkien con lecturas,brindis tradicionales de la STE, y actividades lúdicasen The Penguin Rows. Los XIII EncuentrosTolkien continuaron hasta el día 29 de marzo con lacharla «El Libro Rojo: de la película a la realidad. Eldiario que inspiró a Tolkien» a cargo de FernandoLópez Ayelo, la charla «Tolkien ilustrador» a cargode María Jesús Lanzuela, y la presentación del libro«La conexión española de J.R.R. Tolkien: el TíoCurro» a cargo de José Manuel Ferrández Bru, en la

Fnac Plaza de España de Zaragoza.Entrando ya en abril, la Comisión de música y

bailes de la STE realizó los días 12 y 13 unencuentro de los Bardos Errantes en Cuenca, en elque durante dos días tocaron, interpretaron ycompartieron música ambientada e inspirada en laobra de Tolkien.

El plato fuerte del mes de mayo fue la VIMereth Ithiledhellond celebrada entre los días 2 y 4de mayo en Valencia por el smial de Edhellond: unaconvención a la que acudieron casi 100 personas, enlas que hubo conferencias, talleres, charlas,actividades, música, baile, concursos y un sinfín deactividades.

El smial de Edhellond no quiso bajar el ritmo deactividad, y del 23 a 27 de junio organizó unasemana temática Tolkien en el Centro MunicipalRussafa en Valencia. Hubo conferencias,proyecciones, juegos, exposiciones y talleres paralos más pequeños. Entre las proyecciones se pudodisfrutar de un par de cortometrajes ambientadosen la Tierra Media (Born of Hope y The hunt forGollum), un documental sobre Tolkien y un cortobasado en la ilustraciones del artista Luis Gans.Respecto a las conferencias, se presentaron lasjornadas gastronómicas en torno a Tolkien y laTierra Media, se hizo un repaso a la literaturafantástica que precedió a Tolkien, se repasó su viday el proceso creativo de sus obras, y se hizo unrecorrido sobre la amistad entre Tolkien y Lewis, yla influencia mutua que tuvieron en sus obras.

El smial de Cuernavilla aprovechó el comienzodel verano para colaborar el día 26 de junio con elCampamento Infantil Juan Pablo II. Varios sociosdel smial realizaron una visita al campamentosituado en Villaconejos de Trabaque (Cuenca), cuyapeculiaridad era la ambientación en el mundo de ElHobbit. Se recreó la Fundación de Cuernavilla, en laque el Señor de la Fortaleza tomó juramento a losniños para nombrarlos caballeros. A continuación,el presidente del smial dio una breve charla acercade J.R.R. Tolkien, la Tierra Media y las razas que lahabitan. También se dio lectura a la Declaración

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Universal de los Derechos de los Hobbits y, trasunas canciones, vino el plato fuerte de la velada:lecturas dramatizadas de la llegada a la casa deBeorn y el encuentro con los tres trolls.

Y sin dejar a los hobbits, el 20 de septiembre elsmial de Lórien organizó diversas actividades paraconmemorar el cumpleaños de Bilbo y Frodo en laBiblioteca Antonio Martín (Prat de Llobregat,Barcelona), con talleres de escritura élfica, lecturasdramatizadas, la proyección del film Born of Hope yhasta una tarta de cumpleaños y merendola.

Apenas unos días después los socios del smial dela Ciénaga de los Muertos colaboraron en el IIFestival de Fantasía de Fuenlabrada (Madrid) losdías 26 y 27 de septiembre. Se impartió unaconferencia centrada en la figura de ChristopherTolkien, editor de muchas de las obras de su padreque conocemos hoy en día. Se analizó su figuradesde una perspectiva crítico-literaria y se debatiósu papel en la edición y transformación de textostales como El Silmarillion, Los hijos de Húrin o lasseries de libros de La historia de la Tierra Media y Lahistoria de El Señor de los Anillos.

Los dos primeros días de noviembre nostrajeron las V Jornadas Gastronómicas en torno aTolkien y la Tierra Media (Sagunto, Valencia), en laque socios del smial de Edhellond colaboraronnuevamente con la Taverna de la Serp para traer laTierra Media a nuestros estómagos. Durante estasjornadas se probaron los sabores de El Hobbit y ElSeñor de los Anillos, ayudando a sentirse como unhobbit en los bosques de Ithilien, conocer aCebadilla Mantecona en El Poney Pisador o ser uninvitado especial en casa de Tom Bombadil.

También se celebró el primer ConcursoNacional de Lembas, en el que los participantesdieron a probar su versión del pan del camino delos elfos, valorándose el sabor y la presentación.Como premio se incluyeron dos entradas para laproyección especial para la Sociedad TolkienEspañola de El Hobbit: La batalla de los cincoejércitos en Kinepolis Valencia.

El mes de noviembre también fue testigo de lasclásicas jornadas de juegos «NumenorQuest»,organizadas el día 9 por el smial de Númenor en elcentro cultural Trece Rosas de Madrid, alcanzandosu séptima edición.

Para terminar el mes de noviembre, del 28 al 30el smial de Tol Eressëa colaboró en el proyecto 145:Episodio I con un taller de escritura élfica y rúnicaenana. Esta convención de fantasía y ciencia ficciónse celebró en el Hotel Horizonte Mallorca.

Y llegó el puente de diciembre y los smiales deKhazad-dûm y Tol Eressëa organizaron en Zaragozala Convención anual de la STE (EstelCon), de losdías 5 a 8 del este mes. Como es habitual hubonumerosas actividades como conferencias, lecturasde cuentos, photocall, talleres de tiro con arco, deescritura, juegos, baile, artesanías, proyecciones yobras de teatro, y para terminar cena de gala y laceremonia de clausura con la entrega de los premiosde relato y ensayo de la STE.

Del 6 al 8 de diciembre varios socios de la STEdel smial de Lórien colaboraron con laMIRCon/Hispacon en Montcada (Barcelona) conun stand de la STE y una charla de Daniel Moreratitulada Tolkien y el «post-estructuralismo».

Y para terminar el año y con motivo del estrenode la última película de la trilogía de El Hobbit (Labatalla de los cinco ejércitos), se organizaronactividades especiales en Barcelona y Valencia.

En Valencia se montó en Kinepolis unaexposición de trajes de la Tierra Media, en lasvitrinas al pie de las escaleras de los cines, y el fin desemana del estreno (19, 20 y 21 de diciembre) huboun stand de la Sociedad Tolkien con información yregalos, música en directo de los grupos celtasInnerlands y Whistling Thieves, photocall parafotografiarse con personajes de la Tierra Media,ambientación musical y con imágenes de laspelículas, escritura de nombres en runas enanas,taberna con cata de vino especiado, y algunasactividades y sorpresas más.

En Barcelona, en los cines Splau, hubo un standde la Sociedad Tolkien con información, exposiciónde objetos y regalos, photocall con personajes de laTierra Media, y escritura de nombres en runasenanas.Y por último, el 19 de diciembre, los socios Aurea yManuel Ceferino del smial de Lórien acudieron auna entrevista en 8TV con motivo del estreno de lapelícula de El Hobbit, donde expusieron su punto devista sobre la película.

Memoria de actividades de la STE (2014)

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DireccionesCOMISIÓN PERMANENTE:Presidente: Josué Fas Escobar «Hinuden» [email protected]: Rubén Briongos Gil «Balin de Imladris» [email protected]: Jorge Poderoso Sebastián «Bombur» [email protected]: Guillem Bernat Rullán «Boromir» [email protected]: Jordi Bosch Masa «Vestri»

Sonia Morales Caballero «Altáriel»Daniel Prado Fernández «Ulmo»Jorge Quintana Blanco «Illuin»Mónica Sanz Rodríguez «Findûriel»

Webmaster: Jordi Bosch Masa «Vestri» [email protected] Biblioteca: Daniel Morera Schultes «Ylmir» [email protected] de Estel: Francisco Soliva García «Lórinlor» [email protected] de prensa: Mónica Sanz Rodríguez «Findûriel» [email protected]

COMISIONES:Artesanía: Rocío Cañero Puerto «Arwen Undómiel» [email protected]: Joan Gregori Bagur «Silventiniel Dracdargent» [email protected]: Helios De Rosario Martínez «Imrahil» [email protected]: Miguel Navarro «Helm» [email protected]úsica y bailes: Merche Moret Roig «Eäriel» [email protected]

SMIALES:Montaraz - Socios sin Smial Jorge Poderoso Sebastián «Bombur» [email protected] - Valencia Merche Moret Roig «Eäriel» [email protected] - Cuenca Jorge López Prieto «Erkenbrand Lalaith» [email protected] - Valencia Helios De Rosario Martínez «Imrahil» [email protected] - Pamplona Pilar Escalada Díez «Celebrinlas» [email protected] - Madrid Marta Elia Serrano Balbuena «Níniel» [email protected] - Valladolid Juan José Saez «Haldir de Imladris» [email protected]ûm - Zaragoza María Jesús Lanzuela González «Selerkála» [email protected] ciénaga de los muertos - Getafe Josu Gómez «Eleder» [email protected]órien - Barcelona Neus Franch «Arya Snowblade» [email protected] - Elche José Manuel Ferrández Bru «Gimli» [email protected]úmenor - Madrid Francisco Jaqueti Fuster «Valandil» [email protected] - Rivas Vaciamadrid Daniel Doménech «Urien» [email protected] - Sevilla Delia Martin-Garwood «Narya-Mithrandir» [email protected] Eressëa - Mallorca Rafael Torrens Crespi «Turambar» [email protected] - Cartagena Ignacio Conesa Zamora «Nornorë» [email protected]

Gegrétte ðá gumena gehwylcne,hwate helmberend hindeman síðe,

swǽse gesíðas: “Nolde ic sweord beran,wǽpen tó wyrme, gif ic wiste húwið ðám áglǽcean elles meahte

gylpe wiðgrípan, swá ic gió wið Grendle dyde.Ac ic ðaér heaðufýres hátes wéne,

réðes ond hattres; forðon ic mé on hafubord ond byrnan. Nelle ic beorges weard

oferfléön fótes trem, ac unc scealweorðan æt wealle swá unc wyrd getéoð,Metod manna gehwæs. Ic eom on móde

þæt ic wið þone gúðflogan gylp ofersitte.”

Ya para siempre después despidiósede todos sus hombres, de la tropa querida

equipada con yelmos: «Por la sierpe no iríacon hierro y con armas si sólo supiese

de qué otra manera podría vencer.como hice con Gréndel, al hosco dragón;pero ahora me aguardan sus cálidas llamas

y pútrido aliento, y por ello me cubrocon cota y escudo. No he de dar ante el monstruo

ni un paso hacia atrás. Nuestra lucha decidaen lo alto del risco el destino que rige

y gobierna a los hombres. Me incita la furia:demorarme no quiero anunciando su fin.»

«Beowulf y el dragón», por Ignacio López Castellanos

Trad. Luis Lerate y Jesús Lerate, «Beowulf y otros poemas anglosajones»,Alianza Editorial, 1999