Identidad Artística Chicana

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texto introductorio sobre la construcción de la identidad chicana.

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Aproximaciones a la lectura de la imagen: el arte chicano(1965- 1985) y su relacin con modelos visuales del nacionalismo mexicano

Notas acerca de la historia mexicoamericana que antecede a la construccin de la identidad chicana y su arte.

Para entender el fenmeno de la chicanidad, hay que remitirse aunque sea de manera breve al contexto histrico de los mexico-americanos. Comienza, cuando en el ao de 1848, despus de una dcada de violentas discordias que culminaron en la guerra entre Mxico y los Estados Unidos de Norteamrica, se firma el Tratado de Guadalupe- Hidalgo por ambas partes. Por medio del mismo, Estados Unidos adquiri ms de la mitad del territorio mexicano, constituido por los actuales estados de California, Arizona, Nuevo Mxico, Colorado, Nevada y Utah.A consecuencia este episodio, los pobladores de ese vasto territorio, quienes formaban parte del conjunto de los ciudadanos mexicanos antes de 1848, debieron aceptar la transformacin de su calidad ciudadana y tuvieron un ao para usar la opcin de trasladarse a territorio mexicano. Quienes se quedaron en el mismo lugar donde habitaban, se convirtieron en estadounidenses, es decir, en ciudadanos norteamericanos de lengua espaola, sujetos a partir de ese momento a la cultura angloamericana.Desde que las distintas poblaciones de tradicin mexicana (indo-hispana) y las de tradicin anglosajona comenzaron a tener contacto cotidiano, los procesos de aculturacin/ apropiacin/ resistencia han estado presentes en dicha zona. Estos procesos adems estuvieron marcados en el siglo XIX por relaciones de poder y de conflicto (prdida de propiedades a manos de angloamericanos, diferencias en el idioma, la religin y las costumbres), que resultaron en desventajas, prejuicios y racismo hacia la poblacin de origen mexicano, por lo que el poder real de los mexicoamericanos qued ampliamente disminuido, ocupando el nivel ms bajo en la escala econmica de aquella nacin.[footnoteRef:1] [1: Vase ....., en Tino Villanueva, Op. Cit.,pgs.... Amalia Meza-Bains, Art of the other Mexico, souces and meanings. The Mexican Fine Arts Center Museum, (catlogo de la exposicin), Chicago, 1993, pgs 15-25 ]

A diferencia de otros grupos, que haban llegado a los Estados Unidos exclusivamente como inmigrantes europeos, los mexicoamericanos fueron incorporados, inicialmente, a este pas mediante la anexin de 1848 y la compra complementaria de territorio con el Gadsen Purchase en 1853, con lo cual la Unin Norteamericana aumentaba nuevamente su territorio y su posicin como potencia. Por esta causa, la transformacin cultural de la regin del sur estadounidense se dio, en un primer momento, bajo el signo de una nueva colonizacin angloamericana. Tal vez esto explique en parte el sentimiento de exclusin hacia los considerados paradjicamente-- nuevos pobladores de la regin en la mentalidad angloamericana.Con el constante flujo migratorio de mexicanos hacia la Unin Americana, durante todo el siglo XIX, y su integracin al trabajo en el campo, en las minas y en el tendido de vas frreas, principalmente, el incremento de la poblacin mexicoamericana fue notable. Ya entrado el siglo XX, durante la poca de la Revolucin Mexicana de 1910 a 1920, la inmigracin de mexicanos, que continuaron siendo en su gran mayora de origen campesino, aument de modo considerable, teniendo repercusiones de toda ndole, entre ellas, el intenso intercambio cotidiano con la poblacin mexicoamericana asentada por una o varias generaciones anteriores y su difcil incorporacin a los modos de vida estadounidenses.[footnoteRef:2] [2: Jos Manuel Valenzuela, Chicanos de Aztln, en Memoria de papel, nm. 3, CONACULTA, Mxico, abril de 1992, pg 124.]

Dadas las condiciones econmicas de las familias mexicanas y sus precarios niveles de vida, los lazos culturales de las mismas provenan mayormente de la tradicin oral, del contacto con los relatos familiares, con las historias de hazaas picas de los personajes de antes y despus de la Revolucin Mexicana; y de la reproduccin de las costumbres familiares, de la comida, de la gestualidad corporal, de los comportamientos sociales y del idioma. Todas estas diferencias de clase y origen que se fueron convirtiendo en la tradicin angloamericana en signos de inferioridad, generaron la construccin de una identidad defensiva por parte de los pobladores mexicoamericanos.A pesar de su evidente presencia en gran parte del sur, desde la anexin hasta mediados de los aos sesenta del siglo XX, los mexicoamericanos haban sido entendidos en el contexto social estadounidense como una comunidad separada del resto de la nacin, debido a estas evidencias que marcaban su diferencia: el uso de otro lenguaje, lo distinto en sus valores y hbitos y su apariencia fsica que los distingua de quienes provenan de un origen europeo, entre otras. Por otra parte, la versin predominante de la historia estadounidense mostraba una sociedad racialmente dividida entre los blancos, cuyo origen eran los primeros colonos, y los negros, trados como sujetos de esclavitud, por ello ciudadanos de segunda categora; en ocasiones tambin las diferencias eran marcadas por la separacin histricamente antagnica, entre los pobladores del norte y del sur, sin considerar como propia la existencia de otras comunidades como las aborgenes o indgenas, o bien las de inmigrantes no europeos, como lo son las de origen latinoamericano o asitico, por ejemplo.Si bien, en el discurso poltico de este pas vecino --debido su conformacin bsica creada por la inmigracin-- se sostena la existencia de un crisol cultural diverso que conflua en la llamada melting pot (la cual supona la existencia de una mezcla cultural proporcionada de todas las diversidades, previendo una unidad entre grupos de diferentes orgenes); en los hechos exista segregacin real de las llamadas minoras, justificada por el racismo y sostenida por una poltica de invisibilidad social hacia algunas de las comunidades consideradas como ms vulnerables.Esta poltica se concreta de manera tangible en la separacin social derivada de la pertenencia tnica de los pobladores y se puede detectar en la prensa peridica, las leyes y la literatura del siglo XX. Esto mismo aparece en un registro distinto, a nivel de imgenes y discursos cotidianos se hace evidente de forma particular en la industria cinematogrfica donde el fatalismo defina las relaciones interraciales; sentencia reiterada que se formaliz durante el periodo de 1930 hasta mediados de los aos cincuenta pero que funcion hasta 1966 por medio del Cdigo de Produccin Cinematogrfica -o Cdigo Hays que explcitamente prohiba el entrecruzamiento de razas.[footnoteRef:3] [3: Ibid., pg 125.]

A los estereotipos reproducidos por el cine, los mexicoamericanos contrapondrn la visin propia de su experiencia. Como otras llamadas minoras raciales, cuestionarn su inclusin en el crisol americano o melting pot y construirn una simbologa propia y su historia particular.

2. Imgenes y percepciones sobre los mexicoamericanos que anteceden al Movimiento chicano.El contexto visual previo al Movimiento Chicano se puede encontrar en el imaginario estadounidense construido y reproducido por la imagen cinematogrfica del mexicano y del mexicoamericano, por lo menos, durante la primera mitad del siglo XX.La visin ms extendida por los medios de comunicacin de una concepcin generalizada sobre los mexicoamericanos, principalmente ubicados en el suroeste, se muestra de manera elocuente en el cine de Hollywood. Con esta visin, anterior a la vasta influencia de la televisin, la industria cinematogrfica ayud a construir y a divulgar el mito del mexicano bandolero, el cual desvirtuaba las particulares y complejas condiciones de vida mexicanas y mexicoamericanas, promoviendo en su lugar una versin reducida del pasado y el presente de las comunidades campesinas y urbanas de origen mexicano.Durante los aos treinta, cuarenta y cincuenta, dentro del gnero de los westerns, de manera frecuente, los descendientes de mexicanos aparecan encarnando personajes de bandidos, greasers, y gangsters, responsables de robos, raptos y actos de violencia, a quienes dominaba una supuesta naturaleza vengativa, y un espritu indolente, por lo que fueron mostrados como la encarnacin misma de la inferioridad moral, en contraparte del personaje central heroico. En el caso de las mujeres mexicanas sus papeles se restringan a personajes secundarios: prostitutas, sirvientas o madres abnegadas.[footnoteRef:4] [4: David Maciel, El bandolero, el pocho y la raza, imgenes cinematogrficas del chicano. CONACULTA- Siglo XXI, (prl. Carlos Monsivis), Mxico, 2000, pgs. 52-66. Tambin vanse los planteamientos de Gary D. Keller La imagen del chicano en el cine mexicano, estadounidense y chicano: una introduccin en Cine Chicano, Cineteca Nacional, Mxico, 1988, pgs. 27-60.]

Mientras las comunidades de origen mexicano quedaban inscritas bajo estos estereotipos difundidos en la pantalla grande --y por tanto dentro del imaginario social estadounidense--, la expansin de la industrializacin y la creciente urbanizacin modificaban las condiciones de vida norteamericanas; en consecuencia la vida cotidiana de las personas de origen mexicano era afectada, de tal modo que cada vez ms los hijos de campesinos se incorporaban a la poblacin urbana, concentrndose, principalmente, en las grandes ciudades y en las reas urbanas, sobre todo en los estados del sur que colindan con la frontera mexicana.Debido a estos cambios, al correr los aos sesenta emerge la imagen cinematogrfica del pandillero urbano, asociada a personajes de origen mexicano y latino, que toma el lugar del antiguo bandido. Con excepciones y matices, en la trama de los filmes, el estereotipo del villano mexicano slo tena la opcin de ser socialmente redimido y por lo mismo reconocido-- al obedecer con apego las normas culturales anglosajonas[footnoteRef:5]. Por lo que, en el caso de los mexicoamericanos al igual que en el de otras minoras-- ser distinto, conformado por tradiciones y condiciones de vida diferentes, equivala a situarse fuera del mainstream, en el lado opuesto, el lugar de lo oscuro, y en consecuencia a ser considerado objeto de redencin. [5: Idem.]

Son ms de dos mil pelculas las que documenta Emilio Garca Riera donde lo mexicano es, entre otras cosas la alusin a la insignificancia de los pases pobres, seala Carlos Monsivis, sin embargo, tal y como lo observa agudamente, los propios mexicoamericanos no lograban reconocerse de manera cabal en este tipo de personajes, pues:A un grupo amplio de los agraviados les hacan gracia las caricaturas [debido a la distorsin que haba en los filmes sobre las condiciones de vida de los mexicanos y mexicoamericanos]. Al juzgarlas tan inverosmiles las entendan como retratos perfectos de la tontera... O bien no se daban por aludidos y decidan que se enjuiciaba dramticamente a lo negativo que existe en cualquier comunidad.[footnoteRef:6] [6: Carlos Monsivis, presentacin a David Maciel, Ibid., pg. 12.]

Desde la ptica propia, y fuera del mbito cinematogrfico al cual no tenan acceso, los mexicoamericanos ya haban construido una imagen callejera muy diferente: la del pachuco. Su figura hoy diramos su look--, fue creada a partir de lo cotidiano, en la calle, por jvenes de los barrios pobres. Encarnaba las vivencias de los sectores urbanos de los aos cuarenta y cincuenta, mostrando desde otro ngulo la vida marginal (en los bordes, en las fronteras sociales y culturales). Por su actitud y su vestimenta se caracterizaba por referentes biculturales, su lenguaje tenda a mezclar el ingls y el espaol, creando la diferencia y la fusin entre los dos pases que marcaban su experiencia.La figura del pachuco, en su momento, gener tambin influencias sobre la juventud mexicana de entonces, mediante la difusin de un pachuco estereotipado por el cine mexicano en el personaje de Tin-Tan. Aunque el medio principal para la expansin del pachuquismo, como expresin social de los jvenes en nuestro pas, no fueron las imgenes cinematogrficas, sino la intensa interaccin fronteriza entre la poblacin de Ciudad Jurez y El Paso, o entre Tijuana y Los Angeles, as como el flujo migratorio hacia los Estados Unidos.[footnoteRef:7] [7: Jos Manuel Valenzuela, El color de las sombras, chicanos, identidad y racismo. El Colegio de la Frontera Norte- UIA- Plaza y Valdz, Mxico, 1998, pg. 19.]

Bajo el signo del estereotipo, que aleja la posibilidad de entender las diversidades culturales, los matices, los valores y las condiciones particulares de existencia; los mexicoamericanos eran vistos por los mexicanos desde una lgica igualmente simple. El trmino pocho se acu para sealar a las personas de origen mexicano que radicaban en los Estados Unidos, a los cuales se conceba como mexicanos de segunda categora, pues, apelando a una especie de sentimiento patritico, a quienes se trasladaban al pas del norte, se les consideraba bajo el signo del desarraigo: se les atribua el deseo comn de asimilarse a la sociedad estadounidense y de negar sus races mexicanas.[footnoteRef:8] [8: Maciel, Op cit., pg 84. Tambin vase David Maciel, Los desarraigados: los chicanos vistos por el cine mexicano, en Mexico- Estados Unidos, encuentros y desencuentros en el cine. UNAM, Mxico, 1996, pgs. 166-167.]

El cine mexicano, al lado de la literatura y el periodismo, es decir dentro del imaginario social de los mexicanos, reafirm esta imagen del pocho: individuo que habiendo perdido su identidad en el intento de asimilarse a la sociedad estadounidense, obtendra salvacin de la penosa experiencia migratoria solamente mediante su regreso a Mxico convertido nuevamente en un mexicano patriota.[footnoteRef:9] En los intentos del cine mexicano por exaltar su nacionalismo, los mexicoamericanos jugaban el papel de aquellos quienes ya han sufrido los efectos de la norteamericanizacin, [y por lo tanto tienen como] nico remedio posible el retorno a los valores y costumbres del pas de origen.[footnoteRef:10] [9: Ibid., pags 94 y 95 ] [10: Idem.]

Ser descendiente de mexicanos entre las dcadas de los cuarenta a sesenta era, pues, habitar en los mrgenes, bajo la mirada limitada que los medios de comunicacin masiva, tanto estadounidenses como mexicanos, difundan sobre su existencia social. Ya fuera en el campo o en la ciudad, la presencia de mexicoamericanos, sobre todo en el sur de los Estados Unidos, pareca no tener relevancia cultural alguna. Las confluencias, las hibridaciones y mezclas culturales no eran visibles en los discursos nacionales, y por lo mismo para el resto de los estadounidenses y para los mexicanos.As se fue generando una condicin fantasmal, de invisibilidad cultural en ambos lados de la frontera, que colocaba fuera del mbito de su pertenencia social la experiencia mexicoamericana, como si el contacto cotidiano de los inmigrantes de proveniencia mexicana y su vida diaria en los campos y ciudades norteamericanas no tuvieran repercusiones en los modos de ser y actuar del resto de los habitantes de las zonas fronterizas. Tan slo las huelgas campesinas lograban llamar la atencin local y a veces nacional, hacia una comunidad que aparentemente no incida en las aspiraciones del american dream o sueo norteamericano.Sern precisamente las huelgas de los trabajadores agrcolas, quienes por dcadas haban demandado mejores condiciones laborales, uno de los puntos de arranque del movimiento chicano de los aos sesenta. Las protestas campesinas de los Estados del sur, principalmente California, Texas y Nuevo Mxico, reunan a gran parte de la poblacin de origen mexicano. Los lderes campesinos de distintas regiones y su voluntad de establecer una Unin, fueron inspiradores para los intelectuales radicados en zonas urbanas. Aunque la lucha econmica, apoyada en los paros nacionales, tuvo lugar en las zonas rurales y fueron el smbolo de unificacin del movimiento chicano, muchas de las actividades polticas y culturales de los aos sesenta y setenta estuvieron concentradas en las ciudades...[footnoteRef:11] Es decir, con una perspectiva ms anclada en el pensamiento urbano que en el especficamente rural, los mexicoamericanos: [11: Shifra Goldman y Toms Ybarra-Frausto, en CARA... Op cit., pag 83.]

...iniciaban una metamorfosis que transformara el carcter poltico y psicolgico de lo que fuera una minora estoica y oprimida, por una cultura chicana activa y autodeterminada. Aunque abundaban los estereotipos negativos en los medios y en las mentes de la cultura dominante, el desproporcionado nmero de jvenes chicanos en la milicia, en las filas de desempleo, en las instituciones penales y en las calles, se perciba que otras fuerzas influiran en sus esperanzas. La realidad de una actitud pasiva y fatalista era ya incompatible con las absurdas demandas de una sociedad veloz y cambiante que intentaba ignorar a todas aquellas personas que no podan mezclarse en el olvido de la mtica `melting pot estadounidense...[footnoteRef:12] [12: Gamboa Jr, Harry. In the City Of Angels, Chameleons, and Phantoms: ASCO, a Case Study of Chicano Art in Urban Tones (or ASCO Was a Four-Member Word, en CARA... Op cit., pg 121.]

Si la cultura oficial estadounidense proclamaba en los aos cincuenta a travs de los medios de comunicacin masiva ser un pas lder, debido al orden prevaleciente en sus instituciones, al xito y al bienestar de sus habitantes, a la modernidad sin exclusiones, a la limpieza (la blancura social y racial) y la unidad de valores y de creencias sociales; la cultura mexicoamericana -como la de otras minoras no tena posibilidad de una cabida real dentro de esta visin ideal de nacin; as, al no cumplir este tipo de supuestos, su destino era permanecer en la inmovilidad, en el lado oscuro, en la invisibilidad.Pero al mediar los aos sesenta el panorama estadounidense cambia, al tomar fuerza los movimientos contestatarios contraculturales, es cuando:...numerosos grupos de estudiantes blancos y del Tercer Mundo, de gente joven y de trabajadores, se organizaron, marcharon y se rebelaron en contra de la guerra de Vietnam, la educacin deficiente, el materialismo, el desempleo y el racismo... La msica, la ropa, las costumbres y el arte de ese movimiento nacional, manifestaba furia, pero a la vez la esperanza de un cambio en la sociedad norteamericana. Las ideas y esperanzas... eran tan variadas como sus numerosas manifestaciones: estilo de vida comunal, bsqueda del regreso a la naturaleza, inters en el pensamiento religioso y filosfico de Oriente, en la cultura de las drogas, en el Movimiento sobre los Derechos Civiles, en la Nueva Izquierda, en la rebelin armada, en la accin directa sin violencia, en los movimientos y coaliciones nacionales de estudiantes del Tercer Mundo, en mtodos educativos alternativos, en enfoques holsticos para la nutricin y la medicina...[footnoteRef:13] [13: Rupert Garca, Arte mural del movimiento Chicano, en A travs de la frontera... Op. cit., pg 107.]

Los activista mexicoamericanos de entonces se autonombraron chicanos, y desde la plataforma de la lucha por los derechos civiles y el repudio a la guerra de Vietnam, cuestionaron los viejos ideales estadounidenses y sus valores, anteponiendo su visin cultural, en aras de sus intereses, mediante su manifestacin poltica y simblica. El arte tom parte en ello, en un primer momento, desde la perspectiva de la afirmacin de la diferencia poltica y cultural de su comunidad, lo cual result en la creacin de una presencia cabalmente visible, construida desde una mirada propia y tambin articulada desde sus mitos propios.

2.3. Presencia de las artes plsticas mexicanas en el arte chicano: una visin panormica.La transformacin cultural requiere de la expansin del lenguaje esttico.(Amalia Mesa-Bains, en CARA).[footnoteRef:14] [14: Amalia Mesa-Bains, El mundo femenino: Chicana artist of the Movement- A comentary On Development and Production, en CARA... Op cit., pg 131.]

Desde la perspectiva cultural, el Plan Espiritual de Aztln es uno de los documentos bsicos que expresa el pensamiento y seala la postura de los miembros del Movimiento chicano. Elaborado en 1969, en la ciudad de Denver, hace patente que el pensamiento chicano se nutri en gran medida de su relacin con aquello que era signo de lo mexicano. Este Plan sigui como modelo el famoso manifiesto que enviara David Alfaro Siqueiros en 1923 al Sindicato de Pintores, Escultores y Grabadores Revolucionarios de Mxico, y se proclam en la capital del estado de Colorado despus de cinco das de reuniones sostenidas por ms de 1500 representantes de unas cien organizaciones de jvenes de ascendencia mexicana.[footnoteRef:15] [15: Mario Gill, Los chicanos o el grillo en la oreja del len, en Revista de la Universidad de Mxico, nm. 12, vol. XXIII, Mxico, agosto 12 de 1969, pg. 18. Tambin vase El Plan Espiritual de Aztln: Chicano Liberation Youth Conference, en Luis Valdz y Stan Steiner (eds.), Aztln, An Anthology of Mexican American Literature. Vintage Books, USA, 1972, pgs. 402-406.]

Por entonces, los artistas seguidores del Plan Espiritual de Aztln, evocan por asociacin el arte surgido del nacionalismo mexicano, como una manifestacin artstica de corte social y de mensaje comunitario; lo retoman como parmetro o modelo de un arte generador de un nosotros ante la diversidad de condiciones y de ubicacin individual/social de los mexicoamericanos.Segn la opinin del investigador Axel Ramrez, desde un principio los creadores chicanos se remiten a Mxico como antecedente inspirador, pues en la visin histrica de los chicanos estn presentes las ideas y conceptos nacionales (mexicanos), de los mbitos culturales e intelectuales, literarios y artsticos; perspectivas e interpretaciones de la historia de Mxico; cultura popular y tradiciones regionales, y mucho ms.[footnoteRef:16] [16: Axel Ramrez, La cultura mexicana frente a la cultura chicana, en Las fronteras nacionales en el umbral de dos siglos". Instituto Nacional de Antropologa e Historia, Mxico, 1993, (serie Antropologa social), pg. 365.]

Por lo anterior, afirma Ramrez que ya en el primer poema pico chicano, Yo soy Joaqun/ I am Joaqun,(1967) de Rodolfo Corky Gonzlez, se observa que el pensamiento del nacionalismo mexicano se incrusta dramticamente en lo chicano, en donde se vuelve vital la bsqueda de lo mexicano. El poema, adems subraya la pintura mural de Rivera, Orozco, Siqueiros y otros; que hace exaltar a su vez el tema sobresaliente de aquella pintura, la historia panormica de Mxico, desde la grandeza precolombina, la conquista, hasta posteriormente la Revolucin mexicana.[footnoteRef:17] [17: El poema Yo soy Joaqun, fue el primer trabajo de poesa en ser publicado por chicanos y para chicanos y su autor es considerado como uno de los precursores del Renacimiento cultural chicano. Ver Ibid., pg. 366. Como lder del Movimiento Chicano, Corky Gonzlez dirigi la Cruzada por la Justicia en la cuidad de Denver, en 1966.]

Por otra parte, la presencia que haba tenido el arte de los muralistas mexicanos en los Estados Unidos durante los aos treinta y su amplia aceptacin en el mbito artstico estadounidense (prensa, revistas, exposiciones, espacios), acreditaba al arte del nacionalismo mexicano, pues:Muchos artistas fueron influenciados enormemente por los mexicanos. Crean que el arte en Mxico haba progresado tanto que el arte de los Estados Unidos deba hacer lo mismo. Hablan de los mexicanos como gigantes y se sienten como pigmeos en comparacin. Todo esto parece ser bien ingenuo. Sin embargo, es verdad que los mexicanos principales --Orozco, Rivera, Siqueiros pintaron murales aqu...[footnoteRef:18] [18: Jacinto Quirarte, Artistas mexicanos y mexico americanos en los Estados Unidos:1920-1970, en El espritu latinoamericano: arte y artistas en los Estados Unidos, 1920-1970, Museo de Artes del Bronx y Harry N. Abrams Inc., Nueva York, 1998, (catlogo de la exposicin), pg. 46.]

Adems hubo un amplio reconocimiento de la contribucin directa de los muralistas al desarrollo de artistas estadounidenses de entonces y de pocas posteriores, lo que tuvo un impacto duradero en la percepcin del arte nacionalista de Mxico como una manifestacin plenamente validada en el mbito de la plstica internacional. Esta acreditacin del muralismo y de la Escuela mexicana aunada a su inspiracin en el pueblo y su contenido social, fueron parte de los motivos que llevaron a los artistas chicanos de los aos sesenta interesarse en estudiar, trabajar y conocer directamente las obras murales, de la grfica y de caballete del nacionalismo mexicano. En el caso del muralismo mexicano, hay una doble apropiacin del mismo por parte de los chicanos, por un lado debido a su atraccin por los estereotipos de lo mexicano como significantes de un origen concreto comn (desde una concepcin esencialista); por el otro, relacionado con el inters por generar un arte al menos en teora de didctica social, accesible a un pblico en la calle, en el propio barrio, y con la participacin de los miembros de la comunidad. As es cmo, en un primer momento algunos parmetros establecidos por los muralistas mexicanos en los aos veinte sirvieron de fundamento para proponer una actividad artstica con miras a la ideal concientizacin social de la comunidad mexicoamericana.En esta etapa temprana, los jvenes y los estudiantes de origen mexicano, muchos de ellos pertenecientes a la clase trabajadora, desarrollaron una filosofa basada en el nacionalismo cultural que fue de naturaleza separatista.[footnoteRef:19] Ya en el Plan Espiritual de Aztln, los chicanos pretendan de manera utpica: [19: Shifra Goldman y Toms Ybarra-Frausto, Op cit., pg 84.]

...el regreso y el control de las tierras robadas a Mxico... proclamaban que Aztln (el suroeste, de donde presumiblemente partieron los aztecas) `pertenece a quienes plantan las semillas, riegan los campos y recolectan las cosechas y no a los extranjeros europeos... Somos gente de bronce con una cultura de bronce.[footnoteRef:20] [20: Fragmento del Plan Espiritual de Aztln, citado en, Idem.]

A partir de entonces, la mirada quedaba ubicada en direccin a Mxico como el lugar originario, continan Shrifra Glodman y Toms Ybarra-Frausto, de este modo, en unas cuantas pginas del texto quedan establecidos no slo los ideales sino los temas del arte chicano y las letras: la vida, la herencia de la clase trabajadora, de los indgenas, de la gente espiritual y revolucionaria.[footnoteRef:21] [21: Idem.]

Al adoptarse el muralismo como forma didctica, los artistas chicanos comenzaron a experimentar con imgenes similares a aquellas de los muralistas mexicanos de los aos veinte y treinta con temas del arte popular mexicano, del precolombino y de la revolucin mexicana como fuentes de inspiracin. Mientras los murales proliferaban como un medio de diseminacin del nuevo nacionalismo chicano, algunas organizaciones como la Unin de Trabajadores Agrcolas (United Farm Workers) y el Partido de La Raza Unida en Texas, patrocinaron la produccin artstica de murales y carteles (posters) para reforzar la identidad cultural chicana y promover mensajes polticos especficos.[footnoteRef:22] [22: David Maciel, Mxico in Aztln and Aztln in Mxico: The dialectics of chicano-mexicano art, en CARA... Op cit., pgs 112 y 113.]

Tal haba sido el caso del artista grfico Andy Zermeo, quien colaboraba ilustrando del peridico de los trabajadores del campo El Malcriado, el cual desde 1965 publicaba sus trabajos, teniendo como precursores los dibujos satricos de Jos Guadalupe Posada y de Jos Clemente Orozco.[footnoteRef:23] Zermeo, adems, realizaba carteles en apoyo a los paros y boicots de los trabajadores agrcolas. En poco tiempo, artistas como Rupert Garca, Malaquas Montoya, Carlos Corts y Amado Pea, entre otros, hicieron del cartel una manifestacin artstica... (mediante la cual) casi todo acontecimiento de El Movimiento era anunciado...[footnoteRef:24] [23: Toms Ybarra-Frausto, "Introduccin a la historia del arte mexicano-norteamericano", en A travs de la frontera. CEESTEM-IIE, UNAM, Mxico, 1983, pg 59.] [24: Ibid., pgs. 60 y 61.]

Por ms de una dcada, es decir desde 1950, la influencia mexicana del Taller de la Grfica Popular (TGP), se hizo manifiesta en los artistas grficos de California y en otras ciudades como Los Angeles y Nueva York . Algunos de ellos eran miembros del acreditado Graphic Arts Workshop (Taller de Artes Grficas) de la Baha de San Francisco; en los aos sesenta aadieron a sus obras las formas psicodlicas de los carteles del movimiento hippie y en los setenta influencias del cartel cubano.[footnoteRef:25] El TGP, por entonces fue un modelo para los chicanos pues stos identificaron la impresin de carteles con una continuacin de la tradicin pictrica social de Mxico.[footnoteRef:26] [25: Shifra Goldman, Dimensions of the Americas, art and social change in Latin America and the United States, The University of Chicago Press, Chicago, 1994, pg. 165.] [26: Amalia Mesa-Bains, Expresiones chicanas, una crnica cultural grfica, en Expresiones chicanas, serigrafas de la coleccin del Self Help Graphics. Self Help Graphics, Los Angeles, 1993, pg. 8. Archivo CENIDIAP.]

El arte del cartel chicano tambin acudi a la grfica mexicana del 68, cuando ocurrieron las movilizaciones estudiantiles en la Ciudad de Mxico. Por su relacin con las protestas de los estudiantes, muchos artistas chicanos simpatizaron con stas y siguieron de cerca la grfica que se produjo en el transcurso de dichas movilizaciones.[footnoteRef:27] [27: Ver Lucy R Lippard, Rupert Garca: cara a cara, en Rupert Garca, grabados y carteles 1967-1990. The Fine Art Museums of San Francisco, Centro Cultural/Arte Contemporneo y Fundacin cultural Televisa, (Addenda), 1991, pg 12]

Ante la imposibilidad de controlar otros medios de comunicacin, el cartel, por su cualidad de ser reproducido de manera mltiple y por lo mismo accesible en varios lugares, de manera simultnea y producido a un relativo bajo costo, sirvi como mtodo alternativo de comunicacin con el pblico. As, el uso constante tanto del cartel como del mural, en el caso de la plstica chicana, se derivan de una misma estrategia:...ambos son pblicos y dirigidos... en una forma cotidiana [a] personas que rara vez frecuentan los museos y galeras de distritos residenciales.[Ambos] ...son pintados o colocados directamente sobre los muros... Al igual que el corrido, los murales y carteles documentan la historia chicana y frecuentemente forman parte integral del hecho o asunto que ilustran. Adems, y de nuevo al igual que en el corrido, el mural y el cartel son, en muchos casos, los nicos documentos histricos existentes que registran los acontecimientos relevantes de la comunidad.[footnoteRef:28] [28: Rupert Garca, Op. Cit., pg 113.]

Pronto los murales y carteles proliferaron convirtindose en manifestaciones fundamentales del Movimiento chicano, no slo por tratarse de un arte comprometido polticamente con la causa chicana, tambin porque la pintura mural mexicana fue considerada como contracultural, como un arte contrario a la intelectualidad de esencia aristocrtica, segn lo seala el propio Plan Espiritual de Aztln. As, el proceso de revitalizacin del trabajo de los muralistas en los Estados Unidos y llevarlo de modo accesible a los artistas de los 60 y 70 fue el resultado de los esfuerzos de los Programas de Estudios Chicanos y de los grupos muralistas en el sudoeste y medioeste, as como el establecimiento de estructuras alternativas que investigaron y difundieron informacin sobre el arte mexicano. Shifra Goldman.No solo se adpotaron temas mexicanistas en las obras murales, tambin en la obra de caballete tuvieron un peso considerable, (la visin polarizada debate entre individualismo vs colectivismo mural no fue adoptada por algunos artistas quienes se permitieron expresar sus propio sentir acudiendo libremente a la obra de caballete, muchos de ellos consideraron que aun en lo individual su chicanidad deba mostrarse mediante signos mexicanistas.Comienzan a aparecer vrgenes de Guadalupe, esculturas prehispnicas como la Coatlicue, as como las efigies de Cuahutemoc o Tlaloc y dioses mayas al lado de hroes revolucionarios como Morelos, Villa o Zapata, todos ellos incluidos de una manera particular, versiones acordes con su apropiacin chicana.

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