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Hugo Rodríguez-Alcalá: Poesía y crítica (1) «La incógnita del Paraguay» —sugestiva definición de este país hispa- noamericano— es una frase debida al célebre critico peruano Luis Alber- (o Sánchez. Es. asimismo, el título de un ensayo del poeta y crítico Hugo Rodriguci-Alcalá. en el cual éste reconstruye la historia de la literatura paraguaya y corrige, de paso, los errores de apreciación sobre la misma debidos al citado Luis Alberto Sánchez. Para ello, Rodríguez-AleaRE ú introduce su ya clásica comparación entre el impacto emocional colectivo producido por la guerra de 1870 en Paraguay, por un lado, y el creado por la derrota sudista en los Estados Unidos, por otro: una honda depre- sión que marcaría por igual la evolución de la literatura en una y otra re- gi 00. La incógnita ¿leí Paraguay í’ otros ensayos (Asunción. Editorial Arte Nuevo. 1987. 196 págs.) reúne el citado ensayo y otros trece, escritos en diversas fechas, y publicados los más en revistas universitarias. El libro sc abre, además, con un breve ensayo del profesor Eduardo Neal-Silva que se titula «Hugo Rodríguez-Alcalá: breve radiografía de un hombre», y que constituye una semblanza espiritual de este escritor paraguayo afin- cado de nuevo en su tierra nativa tras un largo y rico exilio norteamerica- no cuyos últimos años transcurrieron en la University of California (Ri- verside) como profesor emérito. Todo poeta está naturalmente doblado de un critico: pero un crítico doblado de poeta es, sencillamente, una monstruosidad —decía Baudelai- re. La poesía moderna, como afirma Octavio Paz —heredero del poeta francés en muchos aspectos— es quizá la que más lejos ha llevado esta doble práctica del poeta: la creación y la crítica. Paisano de Paz, el delica- do poeta Ramón López Velarde afirmó en una de sus prosas que la poesía es un sísterna crítico. Poesía crítica, por un lado, y crítica dc la poesía, por otro: doble postulado poético moderno. No en vano, la gran crítica de la poesía, la que se ocupa de los puntos pertinentes —y no la de los agrímensores o los notarios puntillosos— es obra también de los grandes poetas, desde Baudelaire y Mallarmé hasta Pound, Eliot o Valéry: desde Bécquer y Darío hasta iR. Jiménez, Cernuda, Borges o el ya citado Paz. No digo que todo gran poeta sea infaliblemente un gran crítico de su obra o de la ajena: ahí está el ejemplo de Neruda para negarlo: pero que el 1 gaAs dc’ fi;<‘rol ro /iisponoo ‘«cric ario, ji ‘ini 1 c3~ Ed. t.J ni y (‘ornpl u tense, Madrid. 1 99<).

Hugo Rodríguez-Alcalá:Poesía y crítica (1) · Es. asimismo, el título de un ensayo del poeta y crítico Hugo ... enmarcándolo en la situación del Paraguay tras la guerra del

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Hugo Rodríguez-Alcalá:Poesíay crítica (1)

«La incógnitadel Paraguay»—sugestivadefinición de estepaíshispa-noamericano—es unafrasedebidaal célebrecritico peruanoLuis Alber-(o Sánchez.Es.asimismo,el título de un ensayodel poetay crítico HugoRodriguci-Alcalá. en el cual éste reconstruyela historia de la literaturaparaguayay corrige, de paso,los erroresde apreciaciónsobre la mismadebidos al citado Luis Alberto Sánchez.Paraello, Rodríguez-AleaREúintroducesu ya clásicacomparaciónentreel impactoemocionalcolectivoproducidopor la guerrade 1870 en Paraguay,por un lado, y el creadopor la derrotasudistaen los EstadosUnidos, por otro: una hondadepre-sión quemarcaríapor igual la evoluciónde la literatura en unay otra re-gi00.

La incógnita ¿leí Paraguay í’ otros ensayos(Asunción.Editorial ArteNuevo. 1987. 196 págs.) reúneel citado ensayoy otros trece, escritosendiversasfechas,y publicadoslos másen revistasuniversitarias.El librosc abre, además,con un breve ensayodel profesor EduardoNeal-Silvaquese titula «Hugo Rodríguez-Alcalá:breveradiografíade un hombre»,y queconstituyeunasemblanzaespiritualde esteescritorparaguayoafin-cadode nuevoen su tierra nativatrasun largo y rico exilio norteamerica-no cuyosúltimos años transcurrieronen la University of California (Ri-verside)como profesoremérito.

Todo poetaestánaturalmentedobladode un critico: pero un críticodobladode poetaes,sencillamente,unamonstruosidad—decíaBaudelai-re. La poesíamoderna,como afirma Octavio Paz—herederodel poetafrancésen muchosaspectos—es quizá la quemáslejos ha llevado estadobleprácticadel poeta:lacreacióny la crítica. Paisanode Paz,el delica-do poetaRamónLópezVelardeafirmó en unade susprosasquela poesíaes un sísternacrítico. Poesíacrítica, por un lado, y crítica dc la poesía,por otro: doble postuladopoético moderno.No en vano, la gran críticade la poesía,la que se ocupa de los puntospertinentes—y no la de losagrímensoreso los notariospuntillosos—es obratambiénde los grandespoetas,desdeBaudelairey MallarméhastaPound,Eliot o Valéry: desdeBécquery Darío hastaiR. Jiménez,Cernuda,Borgeso el ya citado Paz.No digo quetodo granpoetaseainfaliblementeun grancrítico de su obrao de la ajena:ahí estáel ejemplode Nerudaparanegarlo: perosí queel

1 gaAs dc’ fi;<‘rol ro /iisponoo‘«cric ario, ji ‘ini 1 c3~ Ed. t.J ni y (‘ornpl u tense, Madrid. 1 99<).

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poeta-críticomaestroen ambasprácticassueleser la norma en la poesíamoderna.Rodríguez-Alcalá.poetasugestivo,artífice del versoy cantordela infancia rescatadaproustianamenteen la memoria,no es unaexcep-ción. En él se dan la mano el creador,el crítico literario, el ensayistaeinclusoel historiadorde la literatura.Ahí estánsuslibros: El portón int’i-sitie (Asunción, 1983), su última colección de poemas:El arte de JuanRu/ib (1965), uno de los primerostrabajoscríticossobreel gran novelistamejicano: Misión y’ pensamientode francisco Romero(1959), dedicadoal filósofo argentino:o. en fin, su Historia de la literatura paraguala(1970). queha conocidosucesivasedicionesen América y en España.Yéstosson tan sólo algunostítulos en la vastaproducciónliteraria y críticade este autor. En ellos se aprecianno sólo sus doteslíricas y narrativas(último senderoexploradopor Hugo: el relato: Relatosde norte y sur,1983), sino asimismosu capacidadparadeterminarel valor literario deun escritor antiguo o reciente,para situarlo dentro de una tradición yparaaquilatarsu contribucióna la misma.Capacidadparaespecularso-bre realidadesy sobreideas,sugiriendo,desbrozandocaminosolvidados.llevandoal lector de intuición en intuición. Capacidad.en fin, para ladisecciónanalítica de un texto y, en el otro extremo,para la fijación deun periodoen términosde historia literaria. Creadory crítico. El propioPaz, tras analizar los males crónicosde Hispanoamérica,insiste en lanecesidadurgentede quese practiquela críticaen estospaíses,la palabraracional,no la racionalizaciónbastarda.

La incógnitadelParaguayr otros ensavosconstituyeun muestrariodelos temasquehanocupadoa Rodríguez-Alcaláen las tresúltimasdéca-das. Tras el ensayoqueda título al volumen, trespartes, tresgruposdeensayosque enfocanrespectivamentelas letrasparaguayas.los filósofosy ensayistashispanoamericanos,Juan Rulfo y otros tres trabajossobretemasaislados.Un total de catorceensayosde lecturaamenay de interésmayoro menor,claro está,segúnel lector.

En el ensayotitulado «Un clásicoy un superrealistá,o dosvisionesdeunamismarealidad:el Paraguay»comparaHugo el Canto.s’ecí//ar(1911)de Eloy Fariña Núñezy el poema«Un puñadode tierra»(Cenizaredimi-da, 1950)de Hérib CamposCervera,paramostrar—cito-—: «el cambioradical producidoen poesíaen pocasdécadas;esto es,entrelas queco-mienzanen 1910 y terminanen 1950».(p.47).No me resistoa citar estosversosdel primer poeta,estoes. de Fariña Núñez.en los quehe halladoun saborfamiliar: el de los versosdel propio Rodriguez-Alcalá:

O un cuadrocolonial de suavessombras,Con su plaza, su iglesia,su Cabildo.Suscarretasinmóviles, susmozasCon cántaros,y. en fin, toda la vidaDe las generacionesprecedentes.

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O este otro cuadro:

Ya posadaen la ramadel naranjoU ocultaentrela fronda de algún sauce,La lírica cigarrainspira ritmosDe hexámetrosaugustos.cuyo vueloRememoraun rumor de abejasáticaso un susurrode bosquedc laureles.

El lector de Rodríguez-Alcalá,el lector de su poesía,no podrá evitarunasonrisade reconocimientoal leer el comentarioqueel Hugo críticohace de los versos de Fariña antescitados: «Es obvia en el poetaunaconcepcióndel mundo y de la vida. del hombrey de la cultura, en quepredomina una voluntad de orden, de armonía y una fe en la bellezaconcebidacomo proporción,simetríay serenidad.»(p.4O).

«La narrativa paraguayadesde 1960 a 1970» examinadicho temaenmarcándoloen la situacióndel Paraguaytras la guerradel Chaco: «lageneraciónde 1900 fundó el nacionalismoparaguayoy con él el culto alos héroes.El heroísmoera lo único que tenía el pueblo vencido paraconsuelode su infortunio (...) Puesbien,entre 1932 y 1935 se lleva a cabola segundaepopeya,comoahoracomienzaa llamarsela Guerradel Cha-co (...) los héroesdel Chaco fueron todos favoritos de la victoria y suculto. por ello, no tiene la tristezaantesaludida(...) Acasoel paísse estéal fin restableciendode la caídamortal de 1870. La curatotal del trauma-tismo secularharáque el Paraguaydeje de ser la patria absortaen supasado,que fue hasta hace poco.» (p.74-75) Analiza Hugo La babosa(1952) de Casaccia.novela que inaugurala llamadanarrativacrítica enel país: LI ,tblla¡e en los ojos de 1952 también, obra de JoséRivarolaMatto. autornacido en 1917, comoRoaBastos(y como el propio Hugo).del cual seestudiaaquíel libro de relatosEl/rl/eno entielas ho¡a.s(1953>.~<Estelipo de literatura—comentaHugo— de antihéroesy de cruelescru-tinio de la realidadseráel queincorporarála narrativaparaguayaa la delcontinente.»(p. 53) A continuación,Hugo entraen el temapropiamentedicho de su ensayo,la narrativade los sesenta:Hijo de hombre(1960) deRoa Bastos:La llaga (1963) de Casaccia:Losexiliados(1966) del mismoautor: y El pecho j’ la espalda(1962) y La hostia y los jinetes (1969) deJorgeRodolfo Ritter (1914) quien se diferenciade los anterioresnovelis-tas en queaportaa «la narrativacríticade supaís(...) un sanooptimismoque no se hacefalsasilusionesacercade una realidaddeficiente»(p. 63).Hugo no olvida señalar—hablandode Roa Bastos—pero es algo quepodemoshacerextensivoa Casacciatambién,queestasnovelashuyendeun tipo de literatura convencionaly reaccionancontra las violenciaseinjusticiasde la vida paraguaya,sí; peroque,al mismotiempo «el queelcielo no sea nuncaazul, el quenunca florezcaun lapacho,el quejamásaparezcacomo buenoun hombrequegastecuello y corbata,es tambiénun convencionalismocomo otro cualquiera.Roa es másrománticoque

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los románticoscontraquienesse revuelve. Dentrode la décadase ha deproducir una reaccióncontra el romanticismode este antirromanticis-mo». (p. 55). Los autoresquerepresentanestareacción,másjóvenesqueRoa. y ya de otra generación,son Mario Halley Mora (1924-) con sunovelaLa qí/emadeJI/das(1965),y Lincoln Silva (1945-)y JuanBautistaRi varoía M alto (1933- ) con Rebelióndespues(1970) Yvvpóra,EIfóntas-/)1(/ de lo ¡¡ciro, también de 1970, respectivamente,los cualespermitenhablarde unanuevanarrativa paraguaya.El siguienteensayo,«Sobrelaficción humorísticade Lincoln Silva», se ocupa, precisamente,del másoven de ellos quien, según Hugo, todavía no ha logrado un dominiocabal de su arte,y a quienrecomiendaaprender~<deGabrielCasaccia.elarle consumadode urdir una trama: de Roa Bastos,la maestríadeslum-branteen el uso del idioma.» (p. 83).

No es el momentode entraren el análisisde cadaensayo:bastaconlo :ííiterior para dar una idea de la amplitud de miras de Rodríguez-.Mcztlá. quien estudiano sólo lo que es afín: sino también aquelloquererí uchaen su íntimo ser: lo Otro es tambiénpartede uno mismo: nues-lía imageninvertida.Conocerloimplica conocernosy fijar nuestroslími-tes. Digamos únicamente,a modo de indicación,cualesson los autoresesítídiadospor Hugo en esos otros ensayos:Ferrater Mora, FranciscoRomero..Julián Marías y HenríquezUreña —los pensadores—:Rulfo yElio Vittorini. Rulfo como poeta en verso, «Al cumplirselos cuarentaañosdc < 1/adernosAmericanos»—revistaen la cual Hugo ha colaboradoasiduamentedesde muy antiguo—, Sergio Pitol, y Jí/venilia de MiguelCané. Si la lecturade unospuedeinteresarmásque la de otros,el gocede la prosadel autor resultaen todosellos,comodije antes,motivo sufi-cíenteparaleerlos.

HUGO RODRíGUEZALCALA: POESíAY CRITICA (y 2)

En 1987 también,pocosmesesdespuésde la publicacióndel libro Laincogoita del Paraguayy otros ensayos.Las EdicionesCriterio publicanQuinceensayos,unasegundarecopilaciónde ensayosy artículosde críti-ca literaria aparecidosen diversasrevistasde América y de Europa.(Enel índice, la cifra de ensayoses de dieciséis:en realidad,el número lOdebeconsiderarsecomo unacodaa la polémicatratadaen los dosante-riores. Duendesde la imprenta...).

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dos: «Letrasparaguayas»,«Sobrepoetasde tres lenguas»,y «Gallegos.Borges, Guiraldes, Martín Luis Guzmán. Manuel Gálvez y Lucio V.Mansilla». En realidad, si atendemosa los temastratados,vemosquepredominanlos dedicadosa autoresparaguayos,al Paraguaytratadoporautoresargentinos,y. finalmente, a algunosde estos mismosautoresar-

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gentinos.Un ensayosobreel mejicanoMartín Luis Guzmán:unapolémi-ca en torno a la poesíadel también mejicanoJoséEmilio Pacheco:unbreve ensayosobre«L’aprés-midi d’un faune» de Mallarmé: y sendasevocacionesde visitasa JorgenGuillén y a William CarlosWilliams com-pletanla cifra de quinceensayos.Esdecir, quese tratade un libro funda-mentalmentededicadoa la Literatura hispanoamericanamoderna(conespecialénfasisen los autoresy los temasparaguayos),en el que su autor,RodríguezAlcalá, ha creídooportuno incluir tresbrevesescritosde oca-sión en los queno faltan la erudición (veáseel dedicadoa Mallarmé) nila emoción(la vívida evocacióndel poetaJorgeGuillén en California).La unidadtemáticadel libro no sufreexcesivamentepor estatriple inclu-sion. Por otro lado, si atendemos,no al tema,sino al ritmo de la lectura,nos vemosobligadosa reconocerelaciertodel autoral dividir su libro entresgrandesapartados.y al incluir esostrescuerposextrañosya señala-dos: un primer bloquetrata del vanguardismopoéticoen el Paraguayyde ciertos aspectosdel máscelebradoescritorde estepaís.Augusto RoaBastos. Un segundobloquereúnelas mencionadasevocacionesde Gui-Ilén y CarlosWilliams conel análisisdel poemade Mallarméy la polémi-ca sobrePacheco.Viene luego el tercer y último bloque: tres ensayosentorno a DonSegundoSombra,del argentinoGúiraldes:dos ensayossobredos visiones,muy distintasentresí. de la guerra del Paraguaycontra laTriple Alianza, debidasa escritoresargentinos(Gálvez y Mansilla): y.entreuna y otra parejade ensayos,un interesanteacercamientoa la figu-ra de PanchoVilla en El águila y la se¿piente.El segundobloquesirve asídc pausa,de intermedio, en el desarrollotemático del libro. El lectoragradeceestapausa,estedivertimentocrítico compuestodc evocacionesy polémicassobrepoesíay gustosactuales.

Estosensayos—queseinician conel titulado «El vanguardismopoéti-co en el Paraguay».y se cierrancon «Lucio V. Mansillay el Paraguay»—estánprecedidospor un prólogode JustoPastorBenítez,escritoen 1961,y titulado «Un ensayistaparaguayo».Valedecir que la curiosidadintelec-tual de Rodríguez-Alcaláha privilegiado desdesiempresu patria, la lite-raturay la historia del Paraguay.El amora su tierra, quele ha inspiradotantos emocionadospoemas,le ha llevado asimismo a indagaren lasobras de sus paisanosy en la de aquellos autoresque han tratado deParaguayen algún momentode su producciónliteraria. «En todosestosensayos—escríbe el prologuista— campeala generosidadasí como elafánde dar a conoceren escenariosmásamplioslos valoresparaguayos,en contrasteconla anormal situaciónpolítica agitada(...) por su plumase expresauna promoción lírica y fecunda...»Sumámenteinteresante,parala historia literaria del Paraguay.resultaasíel ensayoinicial, dondeRodríguezAlcalá sitúala tarearealizadapor elgrupo depoetasqueintro-dujeron los nuevosmodospoéticosen el pais: JosefinaPlá, }-lérib Cam-posCervera.RoaBastos,el propio RodríguezAlcalá y otrospoetasluegodispersadospor la guerra civil de 1947. «La renovaciónvanguardista

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—concluyeel autor—de losañoscuarentafue y sigue siendoel aconteci-mientoliterario de mayor trascendenciaen el Paraguay.>4pág.27).

La polémica suscitadapor una reseñadel autor sobre la poesíadePacheconos muestraotra facetade RodríguezAlcalá quienescribe: «Lainsinceridadde la crítica al uso, aúnen el hispanismoquesc ejerceen losEstadosUnidos, lejosde las camarillasliterarias, es deplorable.Se impo-nc una reacción(...) Lo curioso es queen corrillos de escritoresy críticosse sueleoir lo que realmentese piensa acercade estau otra obrade esteo aquelcélebrepoetao novelista.Pero,hedicho: oir Nuncase leeen letraimpresalo que en rigor opina FulanosobreMengano.Hispanoamérica(la revista que acogió a los escritoresen polémica, H.R.A. y GabrielZaid). pues,mereceel parabiénde quienespostulanuna insobornablehonradezintelectualen unaépocacomoéstade oscurasteoríasy de grandesconciertoartísticoen que resultafácil hacerpasargatopor liebre sinquenadie se atrevaa denunciarla superchería.(pág. 126). Hélas, oui...

Parami gustopersonal,los mejoresensayosde estelibro son los dedi-cados a Don Segí/ndoSombra.En el primero, «Doña Bárbaray DonSegundo»,el autorreivindicaestasnovelasentérminosmuyjustos:«Hancambiadomucholas cosasdesdela terceradécadade nuestrosiglo y estorequiereun reajustede nuestraperspectivacrítica. Una preferenciadecarácterestéticosuscitadapor los tiemposmismos en que vivimos nodebecegarnosal logro de generacionesanteriores.Tampocoes necesarío.paraexaltar lo nuevo, menospreciarlo viejo, desvistiendounos santosparavestir a otros. Una críticaque haceesto, incurre precisamenteen loquej achacaa la mejor ficción de los añosveinte: incurreen ingenuidad.»(pág. 140).

He citado por extensolos anteriorespárrafosdc RodríguezAlcaláporqueen ambosse adviertenesascualidadesdel gran crítico: indepen-denciade criterio y claridad dc juicio. No bastacon escribir de modoagradable:ni tampococon saberceñirse a lo realmentepertinente.Hay’quesaberdisentir razonadamente.Gratosde leer, sensiblesa los valoresliterarios y basadosen un juicio crítico amplio y firme: así son estosQuinceensayos,independientementede nuestraspreferenciaspersonalespor unos u otros.

Emilio BarónQueen’sUniversity (Canadá)