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“...nadie me hace caso; no tengo adónde huir, nadie mira por mi vida” (Salmo 141) Estas palabras del salmista han sido pronunciadas de un modo u otro por innumerables vidas humanas a lo largo de la historia. Hombres y mujeres con- cretos (nunca anónimos) de todas las edades, razas, culturas,..Prestar un poco de atención basta para dejarse ensorde- cer por tan hondos gritos que parecen caer libremente al vacío del sinsentido. ¡Qué paradoja! Creo firmemente que en lo más profundo de cada ser humano habita un deseo inconmovible de fraterni- dad, de comunión, y, sin embargo, el fan- tasma del egoísmo nos ensordece al dolor ajeno de un modo vergonzoso. Dios siempre escucha. El traido y lle- vado argumento de que Dios no puede permitir el mal y, por tanto, en un mundo injusto se desdice su existencia, choca violentamente ante la evidencia de que la historia está jalonada y hermoseada por tantos hombres y mujeres que, haciéndose eco del amor misericordioso de nuestro Dios, se inclinan a servir a aquellos a quienes nadie mira y pasan desapercibidos (no para Él ni para ellos) por los márgenes de la vida. Así se describe la mirada de Mª Rosa: “Los ancianos y desvalidos y los parvulitos más asquerosos eran la pupila de sus ojos” En el lenguaje de su tiempo se nos dice que miró tanto a esos últimos que para ella fueron los primeros hasta con- vertirse en la pupila de sus ojos. Que Dios nos vaya transformando la mirada para seguir adornando la historia al estilo de Jesús de Nazaret: haciendo caso a nuestros hermanos, acogiéndo- los cuando no saben dónde ir y vagan perdidos, y mirando por sus vidas. Maribel Sánchez Tú que fuiste elegida por el Señor para ser instrumento de consolación en su obra redentora, ruega a Dios con la fuerza de tu amor y tu fideli- dad, para que nosotros vivamos tam- bién como fieles hijos suyos, buscan- do en todo y sobre todo el bien de nuestros hermanos. Intercede por nosotros, peregri- nos en el tiempo, para que las reali- dades temporales no nos aparten de nuestro destino eterno, antes bien, sepamos descubrir en todas ellas la huella de nuestro Dios y podamos vivirlas con pureza de corazón. HH. Ntra Sra. de la Consolación María Rosa Molas, 2 43590 JESÚS-TORTOSA (Tarragona) Donativos de Enero a Agosto 2009: Una devota de Burriana; Familia de Carmelina Gambín; Mª Antonia Pujol. Navia (Asturias); Donativos anónimos; Beli Travuieso Calvo. Villablino (León); Lola Sánchez Martínez. Bullas; María Sánchez martínez. Bullas; Rosario Puerta. Bullas; Josefina Jiménez Puerta. Bullas; Josefa Jiménez. Bullas; Mª Jesús Valera Martinez. Bullas; Juani Drago. Bullas; Ana María Alvarez. Bullas; Virtudes Morcillo en acción de gracias; una devota en acción de gracias; Angelita de Benicarló; Anónimo; Ramona Cardona Pitarch. Vinaroz; Mª Cinta Guimerá Güell. Arnes; Familia Llebres Motos. Almería; Adelaida Fernández.Bullas; María Sánchez Martínez. Bullas; Fuensi Sánchez.Bullas; María García. Bullas; María Martínez. Bullas Si desea ayudarnos a difundir HUELLAS, envíe a nuestra redacción la dirección de personas a quienes pueda interesar recibirlas: HH. Ntra. Sra. de la Consolación C/ Rosa, 15 18193 - MONACHIL (GRANADA) [email protected] - www.consolacion.org Dirección y redacción: Maribel Sánchez Colaboran: Maquetación: Mª José Condomina Secciones: Mª José Gan, María Garzá, Antonio Cartas y Conchita Goterris Imprenta: MISERICORDIA CORONADA ASPACE (GRANADA) Julio-Septiembre Año 2010 Nº 77 ¿QUIÉN MIRA POR TU VIDA? Noviciado Hermanas de Ntra. Sra. de la Consolación C/ Rosa, 15; 18193 MONACHIL (Granada)

Huellas nº77

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Revista Huellas-Consolación nº77

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Page 1: Huellas nº77

“...nadie me hace caso; no tengo adónde huir, nadie mira por mi vida” (Salmo 141)

Estas palabras del salmista han sidopronunciadas de un modo u otro porinnumerables vidas humanas a lo largode la historia. Hombres y mujeres con-cretos (nunca anónimos) de todas lasedades, razas, culturas,..Prestar un pocode atención basta para dejarse ensorde-cer por tan hondos gritos que parecencaer libremente al vacío del sinsentido.¡Qué paradoja! Creo firmemente que enlo más profundo de cada ser humanohabita un deseo inconmovible de fraterni-dad, de comunión, y, sin embargo, el fan-tasma del egoísmo nos ensordece aldolor ajeno de un modo vergonzoso.

Dios siempre escucha. El traido y lle-vado argumento de que Dios no puedepermitir el mal y, por tanto, en un mundoinjusto se desdice su existencia, chocaviolentamente ante la evidencia de que

la historia está jalonada y hermoseadapor tantos hombres y mujeres que,haciéndose eco del amor misericordiosode nuestro Dios, se inclinan a servir aaquellos a quienes nadie mira y pasandesapercibidos (no para Él ni para ellos)por los márgenes de la vida.

Así se describe la mirada de MªRosa: “Los ancianos y desvalidos y losparvulitos más asquerosos eran la pupilade sus ojos”

En el lenguaje de su tiempo se nosdice que miró tanto a esos últimos quepara ella fueron los primeros hasta con-vertirse en la pupila de sus ojos.

Que Dios nos vaya transformando lamirada para seguir adornando la historiaal estilo de Jesús de Nazaret: haciendocaso a nuestros hermanos, acogiéndo-los cuando no saben dónde ir y vaganperdidos, y mirando por sus vidas.

Maribel Sánchez

Tú que fuiste elegida por el Señorpara ser instrumento de consolaciónen su obra redentora, ruega a Dioscon la fuerza de tu amor y tu fideli-dad, para que nosotros vivamos tam-bién como fieles hijos suyos, buscan-do en todo y sobre todo el bien denuestros hermanos.

Intercede por nosotros, peregri-nos en el tiempo, para que las reali-dades temporales no nos aparten denuestro destino eterno, antes bien,sepamos descubrir en todas ellas lahuella de nuestro Dios y podamosvivirlas con pureza de corazón.

HH. Ntra Sra. de la ConsolaciónMaría Rosa Molas, 243590 JESÚS-TORTOSA (Tarragona)

Donativos de Enero a Agosto 2009:

Una devota de Burriana; Familia de Carmelina

Gambín; Mª Antonia Pujol. Navia (Asturias);

Donativos anónimos; Beli Travuieso Calvo.

Villablino (León); Lola Sánchez Martínez.

Bullas; María Sánchez martínez. Bullas;

Rosario Puerta. Bullas; Josefina Jiménez

Puerta. Bullas; Josefa Jiménez. Bullas; Mª

Jesús Valera Martinez. Bullas; Juani Drago.

Bullas; Ana María Alvarez. Bullas; Virtudes

Morcillo en acción de gracias; una devota en

acción de gracias; Angelita de Benicarló;

Anónimo; Ramona Cardona Pitarch. Vinaroz;

Mª Cinta Guimerá Güell. Arnes; Familia

Llebres Motos. Almería; Adelaida

Fernández.Bullas; María Sánchez Martínez.

Bullas; Fuensi Sánchez.Bullas; María García.

Bullas; María Martínez. Bullas

Si desea ayudarnos a difundir HUELLAS, envíe a nuestra redacción la direcciónde personas a quienes pueda interesar recibirlas:

HH. Ntra. Sra. de la Consolación C/ Rosa, 15 18193 - MONACHIL (GRANADA)

[email protected] - www.consolacion.org

Dirección y redacción:

Maribel Sánchez

Colaboran:

Maquetación:

Mª José Condomina

Secciones:

Mª José Gan, María Garzá,

Antonio Cartas y Conchita Goterris

Imprenta:

MISERICORDIA CORONADA

ASPACE (GRANADA)

Julio-Septiembre

Año 2010

Nº 77

¿QUIÉN MIRA POR TU VIDA?

Noviciado Hermanas de Ntra. Sra. de la Consolación

C/ Rosa, 15; 18193 MONACHIL (Granada)

Page 2: Huellas nº77

JMJ en Madrid

La XXVI Jornada Mundial de la Juventudse celebrará en Madrid del 16 al 21 deagosto de 2011 y llevará por título:“Arraigados y edificados en Cristo, firmesen la fe”. Benedicto XVI habla de las grandes aspi-raciones que tiene la juventud: la amistad,la solidaridad, el verdadero amor, cons-truir una familia, “adquirir una estabilidadpersonal y una seguridad real, que pue-dan garantizar un futuro sereno y feliz”.Pero advierte que “la estabilidad y laseguridad no son las cuestiones que másocupan la mente de los jóvenes”. El traba-jo “es un problema apremiante -asegura-,pero al mismo tiempo la juventud siguesiendo la edad en la que se busca unavida más grande: “encontrar la vidamisma en su inmensidad y belleza”, por-que “el hombre está creado para lo que es

grande, para el infinito”.Y “el deseo de la vidamás grande es un signode que Dios nos ha cre-ado”. Pero si “Dios esvida”, señala el Papa,entonces comprende-mos que es un contra-sentido pretender elimi-nar a Dios para que el

hombre viva”el Santo Padre invita a inten-sificar el camino de fe en Dios, especial-mente hoy, cuando muchos no tienenpuntos de referencia estables para cons-truir su vida, sintiéndose así profunda-mente inseguros, ante un relativismo muy

difundido, para el que todo da lo mismo yno existe ninguna verdad, ni punto dereferencia absoluto. “Nada parece gene-rar verdadera libertad, sino inestabilidad,desconcierto y un conformismo con lasmodas del momento”. Benedicto XVI propone ponerse en con-tacto con Jesús a través de los sacramen-tos, entablar y cultivar el diálogo personalcon Jesucristo, en la fe. Conocerlemediante la lectura de los Evangelios ydel Catecismo; hablar con Él en la ora-ción. “La fe -dice- es ante todo una adhe-sión personal del hombre a Dios”. Asípodréis adquirir una fe madura, sólida.Podréis conocer a Dios y vivir auténtica-mente de Él. En la historia de la Iglesia,los santos y mártires han sacado de lacruz gloriosa la fuerza para ser fieles aDios hasta la entrega de sí mismos; en lafe han encontrado la fuerza para vencerlas propias debilidades y superar todaadversidad. La victoria que nace de la fees la del amor. ¡¡¡ACOMPAÑEMOS DESDE ESTEMOMENTO A TANTOS JÓVENES QUEYA SE PREPARAN PARA COMPARTIRSU VIDA Y SU FE!!!

Motivación inicial: Al acercarnos a esta “escuela de oración” de la mano de nuestra Madre somosinvitados a dejarnos interpelar en nuestra existencia; la vida de Dios abarca toda nuestra persona ypor ello sus palabras y el encuentro con Él, nunca nos deja indiferentes. Preparémonos pues con acti-tud de acogida, disponibilidad y capacidad de sorpresa, para dejarnos hacer por dentro y valentía paraacoger la invitación de Dios a cambiar nuestra manera de vivir. Podemos rezar juntos esta pequeñaoración para ir entrando poco a poco en este encuentro con la Verdad de Dios y la nuestra: “Lo pro-fundo llama a lo profundo y mi alma no encuentra reposo sino en Él. Él es mi Dios y sólo su contacto apaci-gua los anhelos de mi corazón. Recordaré y retendré para siempre los momentos en que he sentido su pre-sencia. Lo profundo llama a lo profundo y a su fiesta estoy invitado y en ella soy bienvenido. Si Él me ali-menta, el hambre de mi alma queda satisfecha… Lo profundo llama a lo profundo porque Él me ha creadopara ser suyo.”

Palabra de Dios: “No acumuléis tesoros en la tierra, donde la polilla y la carcoma echan a perder lascosas, y donde los ladrones socavan y roban. Acumulad mejor tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni lacarcoma echan a perder las cosas, y donde los ladrones no socavan ni roban. Porque donde está tu tesoro,

allí está también tu corazón.” (Mt 6, 19-21)

Comentario a la Palabra de Dios: Jesús critica el énfasis en la prosperidad material, hasta elpunto de descuidar lo demás. Todos tenemos tesoros, algo que a veces se convierte en el objetivoprincipal de nuestra vida. Lo importante no es la cantidad de lo que poseemos sino la actitud hacia lasposesiones. También nos invita a acumular tesoros en el cielo, es decir, hacer propios en cada una denuestras vidas los valores del Evangelio, este tesoro no puede morir ni pudrirse ni ser robado, estetesoro es el que nos da la libertad y felicidad que tanto buscamos. Desde la experiencia de Santa Mª Rosa Molas: El tesoro de Mª Rosa Molas está en el cora-zón de Dios donde se encuentran los hermanos, en especial los más necesitados; por eso pudo apren-der a relativizar las situaciones, los honores, etc… “Todo para gloria de Dios y bien de los hermanos,nada para nosotras” así fue acumulando su tesoro en el cielo y fue un regalo precioso para todo aquelque se encontraba con ella. La Madre nos enseña que tenemos que descentrarnos de “nuestros teso-ros” (posesiones, fama, prestigio, ansia de ser más…) y eso sólo se puede hacer descubriendo en losotros y en Dios el tesoro más grande y que llena plenamente la vida y le da todo su sentido.Pistas para la oración personal: En un momento de reflexión, podemos mirar nuestra vida dela mano de nuestra Madre: ¿Qué o quién es mi tesoro? ¿Y cómo se puede descubrir esto? Sabiendoaquello que coge tu vida por completo: ¿De qué hablas en todo momento?, ¿En qué piensas la mayorparte del tiempo?, ¿Cuál es tu pasión?...¿Cuál es tu tesoro? ¿Coches? ¿Deporte? ¿Tu trabajo? ¿Tuministerio? ¿La música? ¿La fama? ¿El poder?...Y después de pensar y descubrir nuestros tesoros le pedimos a Dios que nos ayude a ordenar nues-tra vida y nuestras cosas, a clarificar nuestra mente y nuestro corazón unificando nuestra persona.Que el estilo de Mª Rosa Molas se nos contagie aún en los pequeños momentos de nuestro día, recor-dándonos que sólo buscando lo que Dios quiere y el bien de nuestros hermanos conseguiremos eltesoro de la alegría y la felicidad y ya no sentiremos la necesidad de acumular para nosotros ningúnotro tesoro “Todo para gloria de Dios y bien de los hermanos, nada para nosotras”.Oración final: Señor, ¡cuántas veces pongo mi confianza en cosas que no la merecen! Y cuantomás lo hago, más descubro que fuera de Ti todo es perecedero. Porque Tú eres mi tesoro, el únicoque puedes colmar mi corazón y saciarme realmente. Sólo Tú mereces ocupar el centro de mi ser.Haz, por tanto, que deseche lo accesorio de mi vida y todo aquello que me esclaviza. Enséñame aabrir a tu presencia mi pobre corazón lleno de cosas. Será entonces cuando alcance la libertad y lapaz que anhelo y pueda vivir en el Amor que eres Tú. Amén.

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Las grandes empresas que realizamosrequieren un tiempo de preparación y de estu-dio. Normalmente cuando tenemos que llevar acabo algo que se nos ha confiado buscamosque el resultado sea satisfactorio. Nos preocu-pa la imagen que demos ante los demás, que-dar bien y que se reconozca nuestra valía.Nuestras motivaciones se encuentran en unplano superficial, el de la complacencia. Otrasveces lo que nos mueve es el deseo de ayudara otros y de aportar algo positivo a la sociedad.Nos encontramos en un nivel más altruista ynoble. Por último, en un nivel más profundo ytrascendente, realizamos las cosas movidospor el amor a Dios y al prójimo. Entoncesambas motivaciones van de la mano y sonmanifestación del amor que Dios nos tiene.

Porque Dios está presente en todo y entodos, es posible que el hombre sea imagen deDios. Todo lo creó Dios por amor al hombre: “Yvio Dios que era bueno” (Gn 1,31) Desde lasmotivaciones más superficiales hasta las másprofundas, el hombre está capacitado parahacer el bien y agradar a Dios. En lo más sen-cillo y cotidiano de la vida nos encontramoscon Él y construimos el Reino.

Mª Rosa Molas tenía muy bien asimiladaesta realidad. Sabemos que “no esperaba eldía de mañana para hacer el bien “y que “hacíade sus días, días llenos”. En el trabajo de cadadía ponía todas sus capacidades, todo su ser.Acudimos a su primer biógrafo, el PadreSebastián León: “Fundada en que tenía consa-grado su corazón al Señor, con lo cual cumplíala voluntad de quien la había llamado, todos losdestinos, ocupaciones y obras eran iguales eimportantes a su entender, como que nada haybajo, decía, en la casa de Dios; y de aquí lasanta indiferencia para todo, el mérito que detodo sacaba, y la paz que tan acertado pensardaba a su alma. En todo miró la disposicióndivina, y esa fue la clave por la que, si activa yfervorosa fue para los actos religiosos…., nomenos diligencia y satisfacción disfrutaba en

las fatigas y trabajos manuales, y en el serviciode los pobres y de las hermanas…”

Lo primero que nos llama la atención es lamotivación que tenía Mª Rosa a la hora dehacer las cosas. Se trata de una profunda con-vicción que tiene cogida toda su persona: sucorazón está consagrado al Señor. Desde esaexperiencia hace todo lo que hace. Por esoquedan en un segundo plano las tareas, eltiempo invertido en su realización, el reconoci-miento o rechazo por parte de los demás, eléxito o el fracaso personal.

En segundo lugar vemos que para ella nohabía una escala valorativa en los trabajos yocupaciones, todos eran igual de importantes ydignos. Esta indiferencia le permitía afrontarlostodos con decidida resolución y esmero. Asívivía toda la jornada con paz y alegría.

En tercer lugar Mª Rosa se nos revela acti-va y contemplativa.Cuidaba su relacióncon Dios, llevaba a laoración sus fatigas, sustrabajos, las personascon las que se iba aencontrar a lo largo del

día. Alimentaba su vida interior con “la santamisa, oración, comunión, rezos, lectura y devo-ciones”. De aquí sacaba las fuerzas para laacción y para la misión.

También nosotros estamos capacitadospara hacer el bien y trasmitir a los demás labondad de Dios, su rostro amable. En nuestroentorno cotidiano, en nuestro mundo de rela-ciones habituales, podemos santificar y dignifi-car el trabajo. Pongamos todas nuestras capa-cidades al servicio del anuncio del Reino, sinbuscarnos a nosotros mismos, sin esperar eléxito o el aplauso. La mejor paga que podemostener es la paz y la alegría que proporciona eltrabajo bien hecho por amor y gratuitamente.

Mª José Gan

“DIOS EN LO COTIDIANO”“UN SUEÑO INESPERADO”

En la vida pensamos que las cosas suceden por casualidad, y en ocasiones el azar influye; pero con

frecuencia vienen a acontecer fruto de la intervención del Señor, de la patrona del pueblo, que en defini-

tiva es la misma para todos, o de personas que, Santos reconocidos o no, gozan de su presencia en el cielo.

Esto fue lo que me sucedió a mí.

Bien es cierto que aunque yo fuese antiguo alumno del colegio de Quintanar de la Orden, mi paso fue

breve, y de esta etapa temprana de mi vida mis recuerdos se reducen al cariño de la “madre Elena”.

Yo empecé a formar parte de la comunidad educativa de la Consolación de Quintanar en segunda ins-

tancia, como padre de alumna, cuando mi primera hija ingresó en el centro con tres años, en 1994. Esto

se lo tengo que agradecer a mi mujer, Nieves, ex-alumna también durante pocos cursos, que fue determi-

nante para tomar tal decisión. Fue el comienzo de un gran sueño que a buen seguro alguna mano divina

quiso regalarme y que confío me acompañe para el resto de la vida. Gradualmente fui involucrándome

en la Consolación: a través de la AMPA, después formando parte del equipo de profesores, gracias a la

confianza que la madre Carmen Molés, depositó en mí, en un momento en el que mi vida profesional se

venía desmoronando, sin duda que con la iluminación de Santa María Rosa Molas. Actualmente vengo

compaginando la tarea docente con la dirección pedagógica del colegio desde hace cuatro años, asumién-

dola con una enorme ilusión y responsabilidad, hecho que agradeceré siempre a la Congregación.

¿Qué puedo decir de todo este tiempo? Mucho, sin duda, pero en resumen he visto:

- Religiosas, novicias y postulantes que con la experiencia, dedicación y templanza de unas, la ilusióny juventud en otras, han sabido contagiarme y servir de ejemplo.

- Compañeros de claustro que me han hecho ver lo gratificante que es sembrar, regar y cuidar el jar-dín de plantas y flores que tenemos en cada aula, y contemplar sus frutos cuando

ya forman parte de nuestra sociedad adulta.

- Familias que han elegido la Consolación como camino para la educación yformación de sus hij@s, y cuyos rostros reflejan confianza y tranquilidad; y otras

que habiendo querido seguir ese mismo rumbo, sintieron la desesperación por no

haberlo conseguido.

- Niñ@s y adolescentes que han hecho que la Consolación forme parte de susvidas, que refuerzan y dan sentido a mi labor diaria.

- Religiosas y laicos que entregando parte de su tiempo a los más desfavore-cidos, en muchos puntos de la existencia humana, me han demostrado que

haciendo un poquito entre todos, se pueden conseguir grandes logros.

He tenido la excelente oportunidad de visitar muchos colegios de la Consolación, conocer profesores

de diferentes lugares, cambiar impresiones con muchos padres, compartir muchos momentos con las her-

manas, y he podido comprobar cómo el espíritu con el que Santa María Rosa Molas vivió en su época ha

servido de ejemplo a todos ell@s, haciendo del carisma de la Consolación una realidad viva en pleno

siglo XXI. Gracias, Madre Fundadora, por haberte cruzado en el camino de mi familia, haberla hecho

tuya, y por haber sido el “sentido” de este gran sueño.

Antonio Cartas Martín.

Quintanar de la Orden (Toledo).

Page 4: Huellas nº77

He pasado unos días de descanso esti-

val con mi familia y he observado el

cariño mutuo con el que se tratan mis

padres… Se hacen mayores… pero

mantienen vivo su amor primero. Toda

una lección para mí, que, a veces, tanto

temo envejecer. Su cuerpo se va minan-

do por el paso del tiempo pero su inte-

rior parece permanecer intacto en el

amor.

Esta experiencia personal me ha

hecho pensar en el texto de Pablo: Aun

cuando nuestro hombre exterior se va

desmoronando el hombre interior se va

renovando de día en día… si esta tienda

que es nuestra morada terrestre se des-

morona, tenemos un edificio que es de

Dios: una morada eterna no hecha por

mano humana, que está en los cielos…

y sigue S. Pablo: y así gemimos en este

estado deseando ardientemente ser

revestidos de nuestra habitación celes-

te…” (2 Cor. 4, 16-5,2)

Al recordar este texto algunos

pensaréis que hoy muy poca gente pien-

sa en esa “morada celeste”, más preocu-

pados en “amontonar tesoros en la tie-

rra”, pero a los que sí pensamos de vez

en cuando en ella, Jesús nos invita a

vivir este tiempo de espera activa “acu-

mulando tesoros en el cielo donde no

hay polilla ni herrumbre que corroan, ni

ladrones que socaven y roben.” (Mt. 6,

19-21)

Además también os podéis pre-

guntar cómo “atesorar tesoros en el

cielo” cuando estamos viviendo en la

tierra y es la vida presente la que nos

preocupa. Para respondernos hemos de

recordar que este pasaje se sitúa en el

contexto del Sermón del Monte donde

Jesús expone a los discípulos su progra-

ma de vida y los valores que lo configu-

ran. Una meditación reposada y orante

de los textos del Sermón del Monte nos

abrirá los ojos del corazón a los “teso-

ros” verdaderamente importantes.

Como esta perícopa termina

diciendo donde esté tu tesoro allí estará

tu corazón a todos nos puede resultar

más fácil comprender su significado

completo. En realidad Jesús con estas

palabras nos está invitando a tomar una

opción ante la vida: ¿Donde centras el

objetivo de tu vida: en la acumulación

de los bienes terrenos o en el crecimien-

to humano y espiritual de tu persona?.

Si el tesoro es terreno la persona se

identifica con las cosas terrenas y por

tanto se pierde en ellas, si es celestial la

persona se orienta hacia Dios y por

tanto, se encuentra y se desarrolla en

Dios. (Marcel Dumais)

Ahora seguro que entendemos

un poco más… y si además pensamos

en las cosas que nos orientan a Dios más

todavía: el perdón, la misericordia, la

compasión, la ternura, la amistad since-

ra, la bondad…

Todavía alguno de los lectores

puede estar pensando… pero bueno

¿cómo puedo yo cultivar lo que decía S.

Pablo: “aun cuando nuestro hombre

exterior se va desmoronando el hombre

interior se va renovando de día en

día…”?

No sé si sabré explicarlo pero

esta comparación de los tesoros terrenos

y los tesoros celestes, la morada terrena

y la morada celeste me ha gustado y me

hecho pensar que:

• algunos consiguen bienes mate-

riales y los despilfarran (el hijo pródigo

en Lc. 15, 11-31)

• otros los esconden o los guardan

(no acumuléis riquezas Lc. 12, 16-21)

• otros los hacen fructificar (pará-

bola de los talentos Mt. 25 14-30)

Pues bien, en la vida espiritual pasa

algo parecido: ante las situaciones difíci-

les de la vida, las incomprensiones, el

dolor… o simplemente una mala contes-

tación de alguien puedo:

• rebelarme, enfadarme y echar la

culpa a todos… de esta manera “despil-

farro mi vida”.

• bien puedo “tragarlo todo”,

“aguantar a todos”… así, seguramente,

acabaré en una depresión.

• hay otro modo que nos invita a

salir de nosotros mismos y es precisa-

mente el mejor modo de “guardar teso-

ros en el cielo”: responder a la vida, a las

personas, a las situaciones como lo haría

Jesús… con paz, sin alterarnos, hacien-

do recapacitar a los demás sobre sus

conductas, perdonando, con gran com-

pasión y caridad.

Si centramos nuestra vida en esta

“morada celeste” y orientamos nuestra

vida a Dios como hizo Santa María Rosa

Molas cultivaremos los valores impere-

cederos.

Nos saldrá arrugas y canas, lle-

varemos bastón y nos llegará la anciani-

dad y con ella la enfermedad… pero el

bien que hayamos hecho… el perdón

sincero a alguien que nos ofendió, las

palabras de compasión y afecto a quien

sufrió y nos contó su pena, permanece-

rán para siempre.

Merece la pena vivir así: envejecer con

el corazón lleno de “tesoros celestes”.

Conchita Goterris

“ACUMULAD TESOROS EN EL CIELO”