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Contenido de la Hoja Parroquial publicado por la Arquidiocesis de Guadalajara en un formato facil de leer
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NÚMERO 46 • DOMINGO 33 TIEMPO ORDINARIO • CICLO A • 16 de Noviembre de 2014 •
¡Tiempo de emparejarnos con Dios!
Noviembre nos acerca al final del año y emocionalmente nos previene para que aprendamos a estar
bien con Dios. Tal vez hemos tenido épocas de desvaríos y de alejamiento de Dios a causa de
nuestra conducta. No se trata de hacer un corte de caja financiero, ligado a la productividad como
parece que lo afirma la lectura del Evangelio. Se dice que "al que tiene se le dará y al que no tiene se
le quitará". Así vistas las cosas, pareciera un lenguaje económico duro... hoy se habla en abundancia
de la creación de riqueza, la eficacia, el aumento de la productividad o la competitividad, que si hay
crisis en producción y no rendimos suficiente... Aquí se trata de que cada uno seamos una inversión
del amor de Dios. La inversión y la ganancia van en ese nivel: amor o desamor.
Abre tus manos al necesitado
El libro de los Proverbios que escuchamos al inicio de la celebración hace un elogio de la mujer
eficiente y trabajadora; además hermosa. Pero la eficiencia aceptada y hasta encomiada por el
Evangelio es la eficiencia "por el Reino", la que está puesta al servicio de la causa de la solidaridad y
del amor.
Hasta la hermosura es engañosa, y muchas capacidades vienen a ser nada si no se extiende la
mano al pobre. San Agustín ha hecho una frase célebre y profunda: "en el atardecer de la vida
seremos juzgados únicamente del amor".
De improviso les sorprenderá la ruina
Para esos tiempos de rendición de cuentas, hay que estar atentos para emparejarnos con Dios, y la
forma más previsora, dice Pablo en la carta a los tesalonicenses, es no vivir en las tinieblas.
Tener una actitud de vigilantes sobre nosotros mismos. ¡Ardua tarea, sin duda! No pasemos la vida
preocupados por sólo acumular en nuestro provecho cosas, dinero o fama. Que exista una
preocupación auténtica para hacer el bien a los demás. Noviembre es la oportunidad de
emparejarnos con Dios.
«Has sido fiel en lo poco... pasa al banquete de tu
Señor
Dios nos da "la medicina y el trapito", otorga sus beneficios a
todos aun sin merecerlos; pero sí nos va a exigir rendimiento, en
el sentido de aprovechar lo que nos ha dado y ponerlo a la
disposición de los demás. Estamos llamados a ser congruentes.
No somos espectadores del mundo sino artífices del bien y
comprometidos en una lucha para no dañar. No podemos
traicionar las pocas o muchas capacidades o habilidades con las
que Dios nos ha favorecido. En muchos asuntos de la vida
pública, educativa o social, parece que los cristianos hemos
tirado la toalla. ¡Estamos a tiempo para reaccionar!
Liturgia de la palabra
ORACION COLECTA
Concédenos, Señor, Dios nuestro, alegrarnos siempre en tu servicio, porque la profunda y
verdadera alegría está en servirte siempre a ti, Autor de todo bien. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los
siglos de los siglos.
— Amén.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de los Proverbios:
Dichoso el hombre que encuentra una mujer hacendosa: muy superior a las perlas es su
valor. Su marido confía en ella y, con su ayuda, él se enriquecerá; todos los días de su vida le
procurará bienes y no males.
Adquiere lana y lino, y los trabaja con sus hábiles manos. Sabe manejar la rueca y con sus dedos
mueve el huso; abre sus manos al pobre y las tiende al desvalido.
Son engañosos los encantos y vana la hermosura; merece alabanza la mujer que teme al Señor.
Es digna de gozar del fruto de sus trabajos y de ser alabada por todos. Palabra de Dios.
— Te alabamos Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Dichoso el que teme al Señor.
Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos: comerá del fruto de su trabajo, será dichoso, le
irá bien.
— Dichoso el que teme al Señor.
Su mujer como vid fecunda, en medio de su casa; sus hijos, como renuevos de olivo, alrededor de su
mesa.
— Dichoso el que teme al Señor.
Esta es la bendición del hombre que teme al Señor: "Que el Señor te bendiga desde Sión, que veas
la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida".
— Dichoso el que teme al Señor.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta del apóstol San Pablo a los tesalonicenses:
Hermanos: Por lo que se refiere al tiempo y a las circunstancias de la venida del Señor, no
necesitan que les escribamos nada, puesto que ustedes saben perfectamente que el día del Señor
llegará como un ladrón en la noche.
Cuando la gente esté diciendo: "¡Qué paz y qué seguridad tenemos!", de repente vendrá sobre ellos
la catástrofe, como de repente le vienen a la mujer encinta los dolores del parto, y no podrán
escapar.
Pero a ustedes, hermanos, ese día no los tomará por sorpresa, como un ladrón, porque ustedes no
viven en tinieblas, sino que son hijos de la luz y del día, no de la noche y las tinieblas.
Por tanto, no vivamos dormidos, como los malos: antes bien, mantengámonos despiertos y vivamos
sobriamente. Palabra de Dios.
— Te alabamos Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
— Aleluya, aleluya.
De san Juan:
Permanezcan en mí y yo en ustedes — dice el Señor — el que permanece en mí da fruto abundante.
— Aleluya.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Mateo:
— Gloria a Tí, Señor.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: "El Reino de los Cielos se parece
también a un hombre que iba a salir de viaje a tierras lejanas; llamó a sus servidores de confianza y
les encargó sus bienes. A uno le dio cinco talentos; a otro, dos; y a un tercero, uno, según la
capacidad de cada uno, y luego se fue.
El que recibió cinco talentos fue enseguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió
dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio, el que recibió un talento, hizo un hoyo en la tierra y
allí escondió el dinero de su señor.
Después de mucho tiempo, regresó aquel hombre y llamó a cuentas a sus servidores. Se acercó el
que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo: “Señor, cinco talentos me
dejaste; aquí tienes otros cinco, que con ellos he ganado”. Su señor le dijo: “Te felicito, siervo bueno
y fiel. Puesto que has sido fiel en cosas de poco valor, te confiaré cosas de mucho valor. Entra a
tomar parte en la alegría de tu señor”.
Se acercó luego el que había recibido dos talentos y le dijo: “Señor, dos talentos me dejaste; aquí
tienes otros dos, que con ellos he ganado”. Su señor le dijo: “Te felicito, siervo bueno y fiel. Puesto
que has sido fiel en cosas de poco valor, te confiaré cosas de mucho valor. Entra a tomar parte en la
alegría de tu señor”.
Finalmente, se acercó el que había recibido un talento y le dijo: “Señor, yo sabía que eres un hombre
duro, que quieres cosechar lo que no has plantado y recoger lo que no has sembrado. Por eso tuve
miedo y fui a esconder tu talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo”.
El señor le respondió: “Siervo malo y perezoso. Sabías que cosecho lo que no he plantado y recojo
lo que no he sembrado. ¿Por qué, entonces, no pusiste mi dinero en el banco para que, a mi
regreso, lo recibiera yo con intereses?”. “Quítenle el talento y dénselo al que tiene diez. Pues al que
tiene se le dará y le sobrará; pero al que tiene poco, se le quitará aun eso poco que tiene. Y a este
hombre inútil, échenlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y la desesperación”. Palabra del Señor.
— Gloria a Tí, Señor Jesús.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Al recibir, Señor, el don de estos sagrados misterios, te suplicamos humildemente que lo
que tu Hijo nos mandó celebrar en memoria suya, nos aproveche para crecer en nuestra
caridad fraterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
— Amen.
Fiesta de los Beatos
Anacleto González y Compañeros Mártires
20 de Noviembre
El jueves 20 de noviembre celebramos, en nuestra
Arquidiócesis de Guadalajara, la fiesta litúrgica de los
Beatos Mártires Anacleto González Flores y Compañeros.
Era el domingo 20 de noviembre de 2005, en el Estadio
Jalisco de Guadalajara, cuando el entonces Cardenal
portugués José Saraiva Martins, Prefecto de la
Congregación para las Causas de los Santos de la Santa
Sede, dio lectura a la Carta Apostólica con la cual el Papa
Benedicto XVI inscribió en el libro de los beatos a esos
otros trece mártires de la persecución religiosa ocurrida en
México en 1927. El purpurado exclamó: "Acogiendo el
deseo de nuestros hermanos... una vez consultada la
Congregación para las Causas de los Santos, concedemos,
con nuestra autoridad apostólica, que los venerables
siervos de Dios, Anacleto González Flores y ocho
compañeros, además de José Trinidad Rangel Montaño,
Andrés Solá Molist, Leonardo Pérez Larios, Darío Acosta
Zurita, sean en lo sucesivo llamados beatos".
Entre el aplauso de los presentes, 48 músicos de la Orquesta Filarmónica de Jalisco, 150 voces de
la Escuela Superior Diocesana de Música Sacra, y más de 60 mil fieles, entonaron a una voz el lema
de aquellos que murieron por empuñar el pendón de su fe: "¡Que viva mi Cristo, que viva mi Rey!..."
A nueve años de aquella solemne celebración, en nuestra Arquidiócesis se celebra la memoria
litúrgica el sábado 20 de noviembre y su fiesta con el pueblo el domingo de Jesucristo Rey del
Universo.