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¿PODRÍAS PERDONAR? María tenía los ojos cargados de lágrimas. La angustia le impedía hablar frases enteras sin romper en llanto. Verán, María fue abandonada por su madre a los 4 años, y fue su abuelo quien durante su niñez la crió, la alimentó y le dio contención. Ahora, con 26 años, me relata haber vivido años enteros llena de odio y resentimiento contra aquella mujer que debería haberla amado, contenido y abrazado en sus momentos más difíciles. Pero su vida fue muy distinta de la que muestran las películas, de como uno imagina que debería ser. Y para María, existía una sola responsable. Cuando entró en su adolescencia, María huyó de su casa. Buscó a su madre, buscó contención, buscó alguna pizca de felicidad en quién pudiera dársela. Encontró a su madre, pero la felicidad estaba aún muy lejos de encontrarla. Vivió con ella por años, sufriendo peleas y abusos. Hoy me cuenta con total asimilación que su madre le repetía que jamás había querido tenerla. Que arruinó su vida. Que el día que supo que quedó embarazada maldijo a la criatura que crecía en su vientre. No la quiso jamás. “Nadie jamás me quiso”, dice, y el dolor en su corazón se refleja en sus ojos, que irrumpen en un llanto desconsolador. “¿Por qué?”, me pregunta. “¿Por qué no me quiso? ¿Acaso yo elegí nacer? ¿Acaso yo la elegí como mi madre?”. Tal sentimiento la llevó muchas veces a querer quitarse la vida. Pero ha elegido otra forma de castigo. Ha denunciado a su madre por violencia familiar, y dentro de pocos días de nuestro primer encuentro iniciará el juicio. Enojo, odio, desilusión, resentimiento, ira. “¿Podrías perdonar a tu madre?”, le pregunto. “Jesús ha perdonado todos tus pecados, María. Jesús es Perdón.” María me mira atónita. Piensa que es un chiste. Comenzamos a leer la palabra de Dios y orar, pidiendo consejo al Señor de nuestras vidas, y poco a poco María fue encontrando el perdón. Encontrando la forma de perdonar a aquella persona que tanto mal pudo hacerle. Finalmente lo hizo, encontró en su corazón, gracias a la ayuda de Jesucristo, el perdón que tantos años de ira y enojo habían ocultado. Y la perdonó. Perdonó siguiendo los pasos de nuestro Señor. Retiró la denuncia, se enfrentó a su madre y le otorgó su perdón. Como dicen las sagradas escrituras: “No se dejen vencer por el mal, al contrario, triunfen sobre el mal, haciendo el bien.” (Romanos 12:21)

Historias de Salvacion

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PODRAS PERDONAR? Mara tena los ojos cargados de lgrimas. La angustia le impeda hablar frases enteras sin romper en llanto. Vern, Mara fue abandonada por su madrealos4aos,yfuesuabueloquiendurantesuniezlacri,la aliment y le dio contencin. Ahora, con 26 aos, me relata haber vivido aosenterosllenadeodioyresentimientocontraaquellamujerque deberahaberlaamado,contenidoyabrazadoensusmomentosms difciles. Pero su vida fue muy distinta de la que muestran las pelculas, decomounoimaginaquedeberaser.YparaMara,existaunasola responsable. Cuandoentrensuadolescencia,Marahuydesucasa.Buscasu madre,busccontencin,buscalgunapizcadefelicidadenquin pudiera drsela. Encontr a su madre, pero la felicidad estaba an muy lejos de encontrarla. Vivi con ella por aos, sufriendo peleas y abusos. Hoy me cuenta con total asimilacin que su madre le repeta que jams habaqueridotenerla.Quearruinsuvida.Queeldaquesupoque qued embarazada maldijo a la criatura que creca en su vientre. Nolaquisojams.Nadiejamsmequiso,dice,yeldolorensu corazn se refleja en sus ojos, que irrumpen en un llanto desconsolador. Porqu?,mepregunta.Porqunomequiso?Acasoyoeleg nacer?Acasoyolaelegcomomimadre?.Talsentimientolallev muchasvecesaquererquitarselavida.Perohaelegidootraformade castigo.Hadenunciadoasumadreporviolenciafamiliar,ydentrode pocos das de nuestro primer encuentro iniciar el juicio. Enojo,odio,desilusin,resentimiento,ira.Podrasperdonaratu madre?,lepregunto.Jesshaperdonadotodostuspecados,Mara. JessesPerdn.Maramemiraatnita.Piensaqueesunchiste. Comenzamos a leer la palabra de Dios y orar, pidiendo consejo al Seor denuestrasvidas,ypocoapocoMarafueencontrandoelperdn. Encontrando la forma de perdonar a aquella persona que tanto mal pudo hacerle. Finalmente lo hizo, encontr en su corazn, gracias a la ayuda de Jesucristo, el perdn que tantos aos de ira y enojo haban ocultado. Ylaperdon.PerdonsiguiendolospasosdenuestroSeor.Retirla denuncia, se enfrent a su madre y le otorg su perdn. Como dicen las sagradas escrituras: No se dejen vencer por el mal, al contrario, triunfen sobre el mal, haciendo el bien. (Romanos 12:21) NO TE MATES LahistoriadeBeatrizesunadeesasquenoshacedarcuentadela magnituddelpoderquetieneelSeorJesucristosobrenuestrasvidas. Tuve la oportunidad de conocerla una noche calurosa de verano cuando inesperadamentesepresentenmihogarconmotivodeagradecerme porhaberlesalvadolavida.Palabrastextualesquedespertaronmi curiosidad y llevaron a que le pregunte su historia. Beatriz era una mujer de mediana edad, casada hace muchos aos con unhombretrabajadorelcualeraelnicoproveedordeingresosensu hogar. Ella nunca haba trabajado ya que padeca de algunos trastornos mentalesqueleimpedandesenvolversesocialmenteconnaturalidad. Hacamuchosaosqueestabadepresivaynoencontrabaactividad alguna que le diera motivacin para continuar con su vida. Vivaenunhermosochaletcongrandesventanalesqueleregalaban una envidiable vista panormica hacia un gran parque que estaba cerca de la estacin de trenes de la ciudad. Pasaba sus maanas y tardes en soledad ya que su marido trabajaba tiempo completo y recin llegaba de noche. Su itinerario comenzaba con la bocina de los trenes que llegaban alaciudad,ycomoeradeesperarsedespusdetantosaosde escucharlos, se saba el horario de cada uno de ellos. Esemismodasedespert,desayunyluego deponerenordensu hogar tom la decisin de terminar con su vida. Pensamiento que haca tiempovenarondandosucabezaperoqueesedahabatomado tiempoyforma.Suplan:searrojaraalasvasdeltrenquepisabalos andenesdelaestacinalrededordelas19:45.Nodejaracartaalguna explicndolelosmotivosdesudecisinasuesposo,yaque seguramente l ya sabra de su pesar de todos estos aos.