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Historia del Rotary Club de Buenos Aires
TOMO 1 (1919-1930)
PROLOGO
CHICAGO, LA CUNA DE ROTARY
El incendio. La belle époque. Las flotas. Las revoluciones. Alfonso
XIII y la cuestión social. Theodore Roosevelt y el garrote. Chicago,
otra vez. Nace Rotary.
AÑO 1905 –PAUL HARRIS FUNDA EL PRIMER ROTARY
CLUB-
Algunos acontecimientos y estadísticas. La guerra ruso-japonesa. El
gobierno argentino le facilitó al Japón dos acorazados. El fundador
de Rotary. La gloriosa aventura. Un puente entre anglosajones y
latinoamericanos. Don Heriberto Coates. La idea de las
Clasificaciones. "Dar de sí antes de pensar en sí". ¿Qué raza ostenta
todas las virtudes? "Nos necesitamos mutuamente". Rotary Perú y
Chile. Otra vez, la amistad. El futuro de Rotary. Una reflexión de
Paul Harris. Y ahora, la necesidad de liderazgo. Rotary y el mundo
en que vivimos. Necesidad de pensadores. El significado del ideal
rotario. Tiempos de adversidad. El Rotary no es dogmático. Como el
cisne, después de la lluvia, más blanco. "La era rotaria: Chesterton".
El jardín de "Comely Bank". Paul Harris: Mensaje para el año 2041.
AÑO 1936 –PAUL HARRIS EN BUENOS AIRES
"La Nación" y Paul Harris. El programa de agasajos. Paseo por la
ciudad. Las manos que se juntan. Paul Harris y la grandeza moral de
San Martín. Ejemplo de trabajo útil y generoso. Visita al Presidente
de la Nación. Otros agasajos. Un domingo en Buenos Aires. Paul
Harris planta el "Arbol de la amistad". En "La Nación". En "La
Prensa". En "La Razón". Una crónica registra su visita. La
Biblioteca Nacional. En Hurlingham. Huésped de Cupertino del
Campo. En una estancia. En las islas del Tigre. Paul Harris en
Rosario. Habla Paul Harris. Otras visitas. En la ciudad de La Plata.
En el Museo Nacional de Bellas Artes. Paul Harris no viajó a Mar
del Plata. Parte para Montevideo. Lo recibe el presidente uruguayo.
Paul Harris retorna a Buenos Aires. Bibliografía.
LA REPERCUSION EN BUENOS AIRES DEL
FALLECIMIENTO DE PAUL HARRIS. UNAS PAGINAS DE
SUS MEMORIAS.
Diario "La Nación". Diario "La Prensa". Jean Thompson Harris.
Bibliografía. Buenos Aires y unas páginas de Paul Harris. 18 días en
Buenos Aires. Uno de los motivos de su viaje: Paraguay. Buenos
Aires: impresiones. La Estética: su importancia. Los inmigrantes. La
importancia de los diarios. Sarmiento y la educación
norteamericana. Cupertino del Campo: ICANA. Paul Harris y los
estudiantes. Otras visitas. Los premios menores de la Lotería
Nacional. Elogia a los argentinos. Hechos sobresalientes en la vida
de Paul Harris. Bibliografía: Del valle del ideal a la cumbre de
Rotary, páginas de Paul Harris, Edit. Rotaria Argentina, Rosario,
1966.
SE FUNDA EL PRIMER ROTARY EN LA ARGENTINA
1919. Hipólito Yrigoyen, presidente. Panorama mundial del 8 de
noviembre de 1919. La República Argentina y su primer Rotary. "La
Nación" de ese día. Sucesos locales. La fundación del Rotary Club
de Buenos Aires. Bibliografía. Crónica fundamental. Ghigliani y
Van Domselaar. Acta de fundación ¿Quién era Horacio Casco? "La
Nación" (9-11-1919).
LOS PRIMEROS SOCIOS
Los primeros egresos. ¿Quién era E. Uriburu? Carta constitutiva en
1920. Una estadística curiosa del movimiento de socios: 1919 a
1930. Entre 1920 y 1926. Espíritu tesonero. Setenta y nueve
socios:1926-1927. Entre 1927 y 1928: ochenta y ocho socios. Los
egresos. Primeros socios honorarios del Club. Entre 1928 y 1929
había noventa y ocho socios. Entre 1929 y 1930: ciento quince
socios. En el Rotary Club. Los ciento quince socios.
PERSONERIA JURIDICA DEL CLUB
Personería Jurídica del Club, en 1929. El decreto firmado por
Yrigoyen. ¿Buenos Aires Rotary Club o Rotary Club de Buenos
Aires? Fecha definitiva de la fundación del Club. Esta es la fecha
definitiva: 8 de noviembre de 1919. La importancia de la fundación
de 1919. El primer presidente del Rotary Club de Buenos Aires.
Jorge A. Mitre. Primeros secretarios honorarios del Club. Noel F.
Tribe.
DESDE DON JORGE A DON CUPERTINO, A TRAVES DE
NOEL
Los primeros nombres que surgen en la historia. Cuando los
miembros del Rotary Club cabían alrededor de una mesa redonda.
Un poco de historia. El sitio de la primera reunión rotaria. Don Erico
Werth. Zavalía habla de Rotary. "El Rotariano Argentino" registra la
crónica en 1927. Aumenta el número de socios. Página antológica:
"La selección rotariana", por don Cupertino. Los almuerzos entonces
eran quincenales. "Cada quince días...". El novelista y el técnico
naval. "La obra realizada". Don Erico, Don Noel: Personifican el
espíritu "rotariano". "Desde Don Jorge a Don Cupertino, a través de
Don Noel", por Clodomiro Zavalía. Un recuadro.
EL NOVENO ANIVERSARIO DEL CLUB
El fervoroso Don Noel Tribe. Credo Rotario. El Rotary y los
aniversarios. 1930. El aniversario del Club. Habla Don Noel F.
Tribe. La iniciativa rotaria. En la Argentina. Cooperación eficaz. El
Rotary se multiplica. Una nota curiosa en el discurso de Tribe.
Búsqueda: su biografía.
EL ROTARY CLUB DE BUENOS AIRES CUMPLIRA DOCE
AÑOS
Una fotografía de los dos Congresos. Algunos avisos. Y siguen los
hallazgos. Gabriela Mistral y el placer de servir. Página antológica:
"El placer de servir". El 28 de diciembre: reunión de familias. La
cabecera de la mesa. El huésped de honor. Oportunidad rotaria: sin
fines. Rotary no es excluyente ni es una sociedad cerrada. Radio
Mayo difunde el programa. ¿Quién era Erico Werth? El doce
aniversario de la Fundación del Rotary Club de Buenos Aires. Un
anuncio: el general Justo. Crece el Rotary Club de Buenos Aires.
Perfeccionamiento moral de la humanidad. Un himno rotariano.
Importancia del Club. Palabras afectuosas para Tribe. Resonancia
internacional. Una observación final.
EL ROTARY CLUB DE BUENOS AIRES. BODAS DE PLATA
El Rotary Club de Buenos Aires: 1919 –8 de noviembre- 1944.
Veinticinco años. Una profesión de fe. Don Patricio Browne. He
aquí el testimonio de la tradición del Club. Habla el Dr. Amadeo. Un
nuevo dato sobre Tribe. D. Heriberto Coates, un gran criollo
uruguayo. Algunos nombres, entre otros recordados antes. Don
Erico Werth y el "saludo de caballero". La fecunda presidencia de
Don Cupertino del Campo. Nuestra observación, entre líneas. Un
almuerzo cuesta cuatro pesos. Otros nombres, otras voces: el fiel
don Patricio. Primer gobernador argentino de Distrito: C. del
Campo. "Compañeros tan meritorios". "Las figuras distinguidas de
nuestros ex gobernadores". "Obras de interés humano". "Espíritu
cristiano de fraternidad internacional". "En los actuales tiempos".
"La verdad es.. ". "Todos somos cristianos". "La dificultad en
encontrar personas sospechosas". Una confesión del Dr. Amadeo.
"La neutralidad del Club". "Coleccionista de pruebas". "Quitarme
esos prejuicios. Rotary y la religión". "Epistolario rotariano", de
Olaran Chans. ¿Nuestra falta de patriotismo? Servir a la patria. San
Martín, Belgrano, Sarmiento. Los móviles que inspiran la acción
rotaria. "Ningún carácter religioso ni político". El profundo respeto
del Rotary. Rotary: comprensión internacional. Un deseo, una
oración final.
TRES PRESIDENTES DEL ROTARY CLUB DE BUENOS
AIRES
Dr. Santiago O'Farrell (1921-1922); Dr. Carlos Ibarguren (1922-
1923; 1923-1924); y Dr. Angel Sánchez Elia (1924-1925; 1925-
1926). Primer Libro de Actas. Durante seis años el Club no tuvo
libro de Actas. La lectura de las 379 fojas. Una fuente de inestimable
valor. Dr. Cupertino del Campo. Socios Honorarios: El Dr. Saavedra
Lamas y el General Justo. Mueren Erico Werth y Noel F. Tribe. Los
invitados. Bartolomé Mitre N° 441. La Comisión Directiva. Libro de
Visitas. Otra vez, el almuerzo semanal. Obra Cultural. La aviación
Civil. Trabajo para los jóvenes. Tablero de distintivos. Botones para
el ojal Dr. Rosendo Michan. Clasificación: novelista. Primer Premio
Nacional. Donación para pagar deudas del Club. Presentación del
nuevo socio. En 1926, ¿cuánto pagaban los socios del Club? En el
Jockey Club. Arturo Capdevila: Publicista. Presentación. Reunión-
almuerzo de los lunes.
LA IMAGEN ARGENTINA EN EL EXTERIOR
Una reseña biográfica del socio. Aparece "El Rotariano Argentino".
Visita de Don "Toni" Sutton. Distrito 63. Preocupación por la
Patagonia. "Ayuda a las poblaciones de la Patagonia". Periodistas en
el Rotary. Temas religiosos o políticos. José Félix Uriburu. Jorge A.
Mitre. Donación de una casa. Almuerzos semanales. Primer acto
público. Tucumán. Aviación. Max Glücksmann. El Rotary Club de
Buenos Aires y la Fundación de ICANA. Dr. Alfredo Colmo. El
Rotary Club de Paraná. Arturo Capdevila. "El Rotariano Argentino".
El Dr. Alfredo Colmo. Acción Rotaria. Comités del Club. Banderas
Argentinas. Reuniones en el Plaza Hotel. Un dato de interés. Las
Oficinas. El ausentismo, una preocupación. Banderas, nuevamente.
Bolivia y Paraguay. Don Noel F. Tribe. Renuncias. Luque y el
Boletín.
EL DOCTOR CLODOMIRO ZAVALIA
El Rotary Club de Buenos Aires y Mar del Plata. Por primera vez:
oficinas alquiladas. Muebles para la secretaría. Renuncia un
periodista. Tacna y Arica. Gobernador del Distrito 63. La Guerra del
Paraguay. Edison. El Secretario rentado. Un libro. Se implantan las
reuniones semanales. (Comienzan el 24-2-1930.) Dr. Rodolfo N.
Luque. Donación de una biblioteca. Heriberto Coates. Banderas.
Quinquela Martín.Tesorería. Reuniones-almuerzos: los lunes. El
seiscientos sesenta (660): Un número clave.
Trayectoria del Rotary Internacional hasta 1930
Presidente del Rotary Internacional hasta 1930. El Distrito 63.
Clubes argentinos fundados hasta 1930. El Distrito 63. El Distrito
63. Modificaciones. Los primeros gobernadores de los distritos del
Rotary. Distrito 63. El primer gobernador argentino. Primera
conferencia rotaria de los clubes del distrito. ¿Quién era James
Roth? Don Donato Gaminara. Don Heriberto Coates.
Notas complementarias
Trayectoria del Rotary Internacional hasta 1930
Notas complementarias
Presidentes de Rotary Internacional
Notas complementarias
El distrito 63
Historia del Rotary Club de Buenos Aires (1919-1930)
Prólogo
Esta historia del Rotary Club de Buenos Aires representa un
justiciero reconocimiento admirativo de sus actuales miembros al
grupo fundador. También a los continuadores quienes, sin pausa y
con rigor, llevaron adelante la obra a lo largo de estos años. Su
trayectoria, a partir del 8 de noviembre de 1919, se destacó por la
permanente acción de solidaridad social y por su arraigado sentido
de la amistad entre hombres que representan las más diversas
actividades útiles para el país.
Los rotarios, dentro de sus principios claros, sencillos y hondos, que
no están reñidos con credos ni con razas, buscan mejorar la moral y
sobre todo, la ética en la vida diaria de la sociedad.
Con la aprobación de Rotary Internacional y con el patrocinio del
Rotary Club de Montevideo, el club padrino, integraron su primera
junta directiva, presidida por don Jorge Mitre, Don T. R. Bourse,
como secretario, don Noel F. Tribe, como tesorero. Y colaboraron
don Santiago O’Farrell, don Meredith N. Stiles, don H. C. Watkins,
don Patricio B. Browne, don George Kuneyl, don H. C. Abbott, don
J. Nelson Wisner, don M. López Marín y, también figuran, don Julio
A. García, don José A. Cortejarena, don C. T. Welhener, don Juan
Lalor y don Eugenio C. Noé.
La idea de publicar la historia del Club nació largo tiempo atrás.
Acaso durante la presidencia de D. David Spinetto, y se comenzó a
concretar en 1972, cuando la Junta Directiva que presidía D.
Antonio Marín resolvió constituir una comisión especial encabezada
por D. Guillermo Garbarini Islas. Esta fue ratificada por Juntas
Directivas posteriores, pero sólo alcanzó a preparar un resumen de la
trayectoria de la institución. La magnitud de la tarea excedía sus
posibilidades. Exigía antecedentes, muchos de los cuales no estaban
en las primeras actas de las Juntas Directivas y eran, sin duda,
valiosos para reflejar la historia. Se pretendía que no sólo se hiciera
una narración de los hechos sobresalientes, sino mostrara la
participación de sus hombres en la vida del país, en su ámbito social
y dentro de la elevada cantidad de actividades que representan.
Con tal criterio, la Junta Directiva resolvió en 1979 ofrecerle este
quehacer arduo a una persona idónea que fuera ajena al Club. Así se
le confió la tarea al periodista D. Pedro Ortiz Barili. La cumplió y
logró reunir antecedentes que han sido útiles e indispensables para
esta historia. Así se logró el principio de un ensayo más ambicioso,
con datos más concretos, no sólo recurriendo a los libros del Club, a
los boletines rotarios y a los archivos, sino también a otros archivos
oficiales y privados y a diversos testimonios guardados por los
socios o vividos por ellos.
Así, y siendo Presidente del Rotary Club de Buenos Aires D. Juan
Paul, se encontró la solución para llegar al libro actual. Los rotarios,
que habían sido actores se prestaban a colaborar. Se comprometió a
un distinguido miembro del Club, D: Nicolás Cócaro, para que
emprendiera el quehacer de la historia rotaria. Tomó la
responsabilidad contando con el apoyo de los ex presidentes que
podían facilitarle información también ayudarlo. De ahí nuestro
agradecimiento a la comisión especial designada por la Junta
Directiva para que asistiera al redactor, constituida por los rotarios
don César A. Tognoni, don Arturo L. López Gil, don Carlos L.
Porro, don Jorge S. Oría y don Antonio Marín.
En muchos casos el material estaba disperso e incompleto. Se han
destacado debidamente los hechos relevantes ubicándolos en cada
década y en el escenario del país. La historia, en este primer tomo,
se limita al año 1930. Los próximos abarcarán los períodos restantes.
Don Juan Paul, don Julio Gómez y el actual presidente don
Fernando Tornquist, prestaron su apoyo entusiasta y valedero para
que la obra pueda publicarse.
Esta historia le será útil a los miembros del Club, a los rotarios
argentinos y a todos aquellos que no conozcan la valiosa acción de
la Institución. El Rotary Club de Buenos Aires quiere demostrar con
este primer tomo de su historia, que defiende los principios
solidarios, sin deslindes de fronteras irritantes entre los hombres y
sus credos. En fin, este libro ayudará a conocer, seguramente, la
obra esencial del Club Decano del rotarismo argentino.
LA JUNTA DIRECTIVA
CAPITULO I
CHICAGO, LA CUNA DE ROTARY
El incendio. La belle époque. Las flotas. Las revoluciones. Alfonso
XIII y la cuestión social. Theodore Roosevelt y el garrote. Chicago,
otra vez. Nace Rotary.
La cuna de Rotary
Chicago, por el 1905 comenzaba a insinuar ya la fisonomía moderna
y generosamente extendida a lo largo y a lo ancho de las tierras al
Sur del lago Michigan, que hoy conocemos.
El incendio
Chicago, cuyo nombre deriva de la voz nativa "Chécagou"
(poderoso) es una ciudad joven; tanto más lo es su planta urbana
desde que el incendio de 1871 destruyó las apreciables tres cuartas
partes de la "vieja Chicago", que para ese año se había convertido en
una de las principales ciudades de los Estados Unidos. Y es una
ciudad joven: entre 1933-34 celebró, con una exposición
internacional, su primer centenario. Por los mismos años, Buenos
Aires apuraba su cuarto centenario.
La belle époque
Consumidos los primeros sesenta meses del nuevo siglo (el nuestro,
todavía) la atmósfera romántica y aventurera de la centuria de
Monroe, Lincoln y Grant parecía querer disiparse. Se vivía aquel
período que ha fascinado a muchos historiadores y a no pocos
escritores: la belle époque, que expiraría diez años después en las
húmedas trincheras de Europa.
Las flotas
El Hombre aún no había aprendido a dominar el medio aéreo, pero
se desplazaba a su antojo sobre los mares; los extensos y, a veces,
lejanos dominios coloniales obligaban a las grandes potencias a
mantener en navegación a poderosas flotas. Era la época de los
grandes acorazados de proa "agresiva".
La guerra ruso-japonesa que finalizó aquel año de 1905 estaba en
boca de todos. Tras el desastre naval, la flota del Zar dejó de
constituir una amenaza para la armada del Imperio del Sol Naciente,
que a su turno se transformaría, a su vez, en una nueva amenaza para
otras naciones en la cuenca del Pacífico.
Otro desastre naval, pero siete años antes y en el Caribe, había
permitido el surgimiento de una nueva potencia, "regional", primero
y "mundial", pocos años después: Los Estados Unidos, que
desplazaron de tal modo la presencia española de las Antillas.
Las revoluciones
Es pues, el año 1905 muy especial; se vivía plenamente –en ciertos
sectores sociales- la euforia y el optimismo de la belle époque, a
poco de comenzada una centuria que prometía un progreso sin
límites a la Humanidad: "Esa irisada ‘alta sociedad’ de comienzos
de siglo –apunta Carlos Seco Serrano-, que halla su espejo
incomparable en la novelística de Proust y en el teatro de Wilde,
funde una elegancia tradicional con un nuevo repertorio de
posibilidades –de facilidades- basadas en la técnica, triunfante en la
divulgación de algunas de sus grandes conquistas; la luz eléctrica, el
teléfono, el automovilismo; mientras despuntan los inabarcables
horizontes de la navegación aérea. La riqueza, multiplicada por los
grandes despliegues coloniales, se traduce en bienestar y en
refinamiento. Los lujosos expresos continentales han achicado el
mundo; es la época de los grandes hoteles, de los casinos y los
balnearios cosmopolitas. En los nuevos y en los antiguos palacios, el
‘confort’ y la higiene se conjugan con la fantasía. Están de moda el
mobiliario Luis XVI, las maderas claras, los damascos en tono
pastel; pero, al mismo tiempo, se generaliza es ascensor, la
calefacción central, el cuarto de baño; y unas formas arquitectónicas
que dan la expresión estética de esta burguesía en plenitud,
enriquecen los nuevos barrios de las grandes ciudades".1
El Japón había ascendido a la categoría de potencia naval regional y
en los vastos territorios que administraba la "Madre Rusia", ciertos
sectores políticos alentaban un cambio drástico del orden feudal
imperante: Fue la revolución de 1905, efectivamente, el "aperitivo",
el preanuncio de los acontecimientos de 1917.
También en la República Argentina hubo un intento revolucionario.
También aquí, como en Rusia, la rebelión fue sofocada, pero no
totalmente silenciada. El presidente Manuel Quintana fue alertado
con anticipación. Los sublevados, encabezados por Hipólito
Yrigoyen, tomaron algunas comisarías, que la policía recuperó,
luego, con facilidad. La colaboración militar, vacilante e incompleta,
frustró el alzamiento. La Unión Cívica Radical debió esperar once
años para acceder al poder, pero a través del voto popular.
1 Carlos Seco Serrano, Viñetas Históricas, Espasa Calpe S.A.,
Madrid, 1983.
Alfonso XIII y la cuestión social
En España, Alfonso XIII se afirmaba razonablemente en el trono, en
una época que se revelaba insatisfecha con las monarquías. Las
nuevas –algunas no tan nuevas- ideas sociales agitaban a
legisladores, escritores, periodistas y catedráticos, para difundirse a
las muchedumbres. Ese mismo pueblo que de algún modo buscaba
expandir las posibilidades limitadas de desarrollo social de la época
victoriana.
El anarquismo y los movimientos "nihilistas" pretendían capitalizar
–violencia mediante- el descontento popular: Se vivía en la época de
los magnicidios. El mismo rey Alfonso XIII había escapado por
milagro de un atentado contra su persona en una calle de París,
mientras cumplía una etapa de su exitosa gira por las principales
capitales europeas.
Los Estados Unidos no fueron una isla y no pudieron escapar, por lo
tanto, a esas inquietudes sociales y laborales: Habida cuenta de las
"huelgas salvajes" que sacudieron a los principales centros fabriles
en los estados del Norte, especialmente de las dos últimas décadas
del siglo XIX, en 1905 se editan The Deluge (El Diluvio) de David
Graham Phillips, y The house of Mirth (La casa de la alegría) de
Edith Wharton. Ambas novelas contienen acres críticas a las
distorsiones y desequilibrios que la acelerada industrialización y
concentración de capitales creaban en una sociedad esencialmente
democrática que aspiraba a ser, también pluralista.
Theodore Roosevelt y el garrote
El gigante que alguna vez estuvo dormido en el seno de América del
Norte había despertado, y miraba insistentemente hacia el Sur. En
1903 había nacido de manera casi fortuita –se diría- un nuevo
estado: la república de Panamá. El pequeño país del istmo, con el
persuasivo padrinazgo de los Estados Unidos, vino a completar la
geografía política centroamericana. El canal –años después- sería
una realidad estratégica de primer orden.
EL mundo conocido, el mundo civilizado, el mundo de las naciones
que "deciden" no estaba aún completo, no poseía ya la mayoría de
los factores de "peso" que hoy se conocen.
Las figuras políticas indiscutidas en la Argentina eran don Hipólito
Yrigoyen, cuya imagen de líder crecía sin cesar a pesar del fracaso
del alzamiento del 4 de febrero, y el enérgico vicepresidente
Figueroa Alcorta, que a fines de 1905 había asumido la presidencia
por la enfermedad del doctor Manuel Quintana.
Simultáneamente, Theodore Roosevelt impulsaba la nueva política
exterior norteamericana. Los Estados Unidos habían dejado de ser
relativamente aislado del contexto político mundial de los años
posteriores a 1865 y mantenía una presencia activa en distintos
escenarios del globo: Puerto Rico y Cuba, las Filipinas y Guam, por
ejemplo. "Speak softly but carry a big stick" ("Habla suave pero,
lleva contigo y garrote") fue, si se quiere, la frase de T. Roosevelt
que resumía una nueva concepción geopolítica.
Chicago, otra vez
En este moderno edificio ubicado en 1600 Ridge Avenue de
Evanston – Illinois, U.S.A. funcionan, en la actualidad, las oficinas
centrales de Rotary International.
El centro de la industria de la carne y destacado emporio comercial y
cerealero en que se había transformado Chicago, ya no añoraban su
pasado, plagado de pantanos insalubres, aborígenes belicosos que
habían sido despojados de sus tierras, comerciantes ávidos,
aventureros y cazadores de pieles que recorrían los extensos
territorios sin explotar que se extendían más allá del alcance de la
vista.
Ahora (1905) iba camino de ser el nudo ferroviario más importante
de los Estados Unidos –vínculo obligado entre el Este y el oeste- y
el centro de una región industrial en fuerte y acelerada expansión.
Nace Rotary
En esa Chicago, que todavía no conocía el ferrocarril subterráneo,
pero donde la luz eléctrica y el teléfono ya no asombraban a nadie,
nace el Rotary Club.
Vista del viejo "Unity Building" en 127 North Dearborn Street,
donde está la sala 711 que fue la primera oficina de Rotary.
CAPITULO II
AÑO 1905 –PAUL HARRIS FUNDA EL PRIMER ROTARY
CLUB-
Algunos acontecimientos y estadísticas. La guerra ruso-japonesa. El
gobierno argentino le facilitó al Japón dos acorazados. El fundador
de Rotary. La gloriosa aventura. Un puente entre anglosajones y
latinoamericanos. Don Heriberto Coates. La idea de las
Clasificaciones. "Dar de sí antes de pensar en sí". ¿Qué raza ostenta
todas las virtudes? "Nos necesitamos mutuamente". Rotary Perú y
Chile. Otra vez, la amistad. El futuro de Rotary. Una reflexión de
Paul Harris. Y ahora, la necesidad de liderazgo. Rotary y el mundo
en que vivimos. Necesidad de pensadores. El significado del ideal
rotario. Tiempos de adversidad. El Rotary no es dogmático. Como el
cisne, después de la lluvia, más blanco. "La era rotaria: Chesterton".
El jardín de "Comely Bank". Paul Harris: Mensaje para el año 2041.
Algunos acontecimientos y estadísticas
Fueron entusiastas las voces que se escuchaban y los deseos
expresados a través de los diarios saludando al nuevo siglo. Se había
consagrado al siglo XIX como la centuria de la ciencia. Los
resultados los iría experimentando el siglo XX.
Se conviene la separación de Suecia y Noruega.
Einstein da a conocer la primera parte de la Teoría de la Relatividad.
Miguel de Unamuno publica Vida de Don Quijote y Sancho.
Leopoldo Lugones edita su ambicioso libro La Guerra Gaucha, una
curiosidad del barroco y de la filosofía y un canto en prosa a la
guerra de la independencia.
Romain Rolland, de quien luego escribiría una biografía Stefan
Zweig, da a conocer la primera parte de Juan Cristóbal.
Picasso muestra a los críticos su cuadro "Los Arlequines".
El 1º de marzo comienza a publicarse el diario "La Razón". Lo
funda Don Emilio Morales.
Mueren Miguel Cané y Juan Antonio Argerich.
Se funda la Universidad Nacional de La Plata.
Se afincan en el país 221.622 inmigrantes.
Se instala el observatorio argentino en las islas Orcadas, como una
avanzada de afirmación territorial en la región antártica.
Por las calles de Buenos Aires se ven aún caballos y jinetes, pero los
primeros automóviles comienzan a disputar la calzada a los hombres
y a los animales.
La población, según un censo de la época, asciende a 5.289.948
habitantes. En Buenos Aires, el segundo Censo Municipal del año
anterior estableció una población de 905.891 habitantes: 523.041
eran argentinos y 382.850 extranjeros.
El tranvía recorría la ciudad en el naciente siglo XX. Era una fiesta
demorarse mirando plazas y calles del centro y de los barrios. Así –
comenta Florencio Escardó- aprendió a conocer y a querer a esta
ciudad de Buenos Aires.
En las excavaciones del patio central de la Casa de Gobierno, don
Juan Ambrosetti descubrió un arsenal de la época de la lucha contra
los aborígenes.
Los socialistas controlan 65 sindicatos a través de la Unión General
de Trabajadores.
Se canaliza el Riachuelo.
Se dicta la ley del descanso dominical. El nombre del socialista Dr.
Alfredo Palacios comienza a ser conocido. Vendrá, también, la
famosa frase relacionada con su entrada como diputado al Congreso:
"La Boca ya tiene dientes".
Se expide por intermedio de la Policía Federal la primera Cédula de
Identidad Personal.
La Dirección General de Estadísticas le asigna a la provincia de
Buenos Aires una población de 1.359.103 habitantes.
La ciudad de Rosario ha elevado su población a 130.112 habitantes.
La guerra ruso-japonesa. El gobierno argentino le facilitó al Japón
dos acorazados
A fines del siglo pasado la Argentina encargó, entre 1896 y 1898, la
construcción de seis acorazados que llevarían los nombres de
Belgrano, Pueyrredón, San Martín, Moreno y Rivadavia. Se
construían en los talleres Ansaldo, en Génova, Italia. El entonces
Capitán de Navío, Domecq García (más tarde ministro de Marina de
Alvear), fue encargado de supervisar la construcción de dichos
barcos de guerra.
Cuando se produjo la guerra ruso-japonesa, en 1904, el gobierno
argentina entregó dos de esos acorazados, los que serían el
Rivadavia y el Moreno, para ser utilizados por Japón. Con ellos los
japoneses triunfaron en la decisiva batalla de Tsushima, en el
estrecho que separa Japón de Corea. La escuadra japonesa tuvo
como jefe al Almirante Toio. En la historia de las batallas navales
Tsushima es un combate de antología desde el punto de vista de la
operación de los acorazados.
El acorazado Rivadavia se llamó Kasuga, y el Moreno, Nishin.
Salieron de Génova con el Capitán de Navío Domecq García –quien
luego permaneció como "observador" durante la guerra- el 7 de
enero de 1904 y finalizaron su viaje en el puerto de Yokosuka con
tripulación japonesa, italiana, argentina e inglesa, esto último en
razón de que poseían armamento italiano Puoz Puozzuli y artillería
británica Vickers Armstrong. El 14 de abril de 1908 bombardearon
Port Arthur. Luego, el Nishin fue retirado en 1938, y el Kasuga en
1948.
Debe señalarse que después del abrazo del Estrecho de Magallanes
entre Roca y el Presidente chileno Errazuriz, cuando se firmaron los
pactos con Chile, ambos países coincidieron en reducir sus fuerzas
armadas. Las perspectivas de paz duradera entre las naciones
contribuyeron también a justificar el gesto del gobierno argentino
consiste en ceder al Japón dos acorazados cuando varios países
europeos les negaban la posibilidad de adquirirlos.
(Nota: Estos antecedentes y otros –facilitados por el rotario Dr.
Jorge Oría- pueden hallarse en el Instituto de Estudios Navales de la
Secretaría de Marina.)
El fundador de Rotary
PAUL P. HARRIS Fundador de Rotary.
A los ochenta y un años de la creación del primer Rotary Club, la
imagen de su iniciador, Paul Harris, se vuelve más trascendental en
sus sencillos propósitos de exaltación de la amistad con sentido
universal.
Mucho es lo que se ha escrito acerca de la vida de Paul Harris.
Mucho se ha insistido en señalar aquel comienzo del camino de la
comprensión para otros hombres, cercanos en sus propósitos e
intenciones, pero lejos de sus esfuerzos de alcanzar la loable
iniciativa de exaltar "el bien común".
Ese "ideal de servicio" está uniendo hoy a más de un millón de
rotarios de 22.000 clubes en casi 160 países y regiones geográficas.
Y no es poco decir, pues la incomprensión contribuye a aislar a los
hombres de los bienes que deben unir a una humanidad a ratos
pacífica, casi siempre violenta.
Paul Harris ha recordado la imagen de los padres de sus padres: la
disciplinada bondad de su abuela, el cariñoso acercamiento de su
abuelo, las montañas de Vermont y la comunicación a flor de labios
de los vecinos de pequeñas poblaciones que, saltaban por encima de
la indiferencia, del hermetismo, y se saludaban por sus nombres,
inquirían sobre sus problemas y sabían de la amistad que,
evidentemente, ayuda a cambiar almas.
La biografía de Paul Harris es conocida por los rotarios, pero se hace
necesario insistir en su espíritu aventurero, dicho en el buen sentido
del término, y observador, cuando visita pueblos de Estados Unidos,
cuando realiza tareas de peón o de obrero o esa facilidad, tan suya,
para la amistad que le permite acercarse al periodismo, adentrarse en
este oficio de hombres que luchan transmitiendo de manera veraz la
información local y universal, o colabora con un vendedor de
mármoles, o viaja como simple peón en un barco que se dirige a
Gran Bretaña, realizando las tareas más rudas. Tareas que le dejaron
para siempre la vivencia de un principio: pueblos y hombres se
hartan en la abundancia, sin embargo, se vuelven creadores,
realizadores y más comprensivos en la adversidad.
Pero es la amistad, don tan escaso entre los hombres y tan necesario,
una de sus metas. En las grandes urbes, por ejemplo, como Chicago,
Nueva York, Londres, parecería que el intercambio comercial tenía
entonces –acaso, en parte, la tiene hoy –la función pragmática de
obtener ganancias y nada más que ganancias.
Cuando se le ocurre la idea de Rotary –viejo ideal de "prestar
servicios" al hombre, con sentido universal -, comenta con los
amigos sus propósitos. Paul Harris sabe por experiencia que nada es
más fácil en el mundo, en este mundo en el que hemos nacido, como
diría Alan Watts, y no al que nos han traído, como pretenden
algunos intelectuales aludiendo a una falsa interpretación ideológica.
Por eso con voluntad, con cariñosa dedicación, con paciente
reiteración ante la indiferencia, funda Rotary. El nombre se
desprende, como se sabe, de la idea de "rotar". En un principio fue
Rotary, podría ser una nueva afirmación a la busca de la mejor
expresión del hombre. Se reunían en cada uno de los locales
comerciales de los fundadores, luego en distintos restaurantes; más
tarde, cuando el número de simpatizantes lo permitió, lo hacían en
determinados hoteles.
El almuerzo o la comida –"la reunión almuerzo" –era el pretexto
para mejorar, en principio, las relaciones comerciales, para crear
buena fe profesional, para mejorar, sin propósitos ocultos, el ideal de
amistad entre los hombres de los pueblos.
Paul Harris solía repetir la frase de Emerson "Quien tiene mil
amigos no tiene ni uno de más". ¿Por qué? Pues, porque, en los
primeros tiempos, de su difícil formación juvenil –decía –en su
ciudad por adopción, en la que vivían sus abuelos, "yo no tenía ni
mil ni uno".
De esa soledad, de esa necesidad generosa y ávida de tener amigos
surgió una idea generadora de propósitos altruistas.
¿Podía prosperar una sociedad integrada por un representante de
cada ocupación, sin restricciones políticas, religiosas, con amplia
tolerancia de opiniones?
Oigamos su confesión: "Finalmente, en febrero de 1905, invité a tres
hombres jóvenes, hombres de negocios, para que nos reuniéramos y
esbozáramos un plan simplísimo de cooperación mutua y amistad
sin etiqueta, como la que todos habíamos conocido nuestras aldeas.
Estuvieron de acuerdo con mi plan".
"Silvester Schille, mi amigo íntimo en Chicago y uno de los tres que
se reunieron la primera vez, fue nombrado primer presidente y ha
sido siempre miembro.
Gustavo Loehr e Hiram Shorey fueron los otros dos, pero no
continuaron. En cambio, Harry Ruggles, Charles Newton y otros,
que se fueron sumando rápidamente al grupo, ayudaron a desarrollar
el proyecto con sincera dedicación".
Tanto los artesanos como los profesionales descubrieron que había
que volver a las fuentes. El vicario, el plomero, el abogado y el
dueño de un almacén, encontraron que la amistad hermana hombres.
Es decir, crecía en ellos y renacía un viejo propósito de
acercamiento desinteresado y sin fines especulativos.
Recién en 1908 fue elegido presidente Paul Harris. Sin embargo, él
orientaba y le daba fuerzas a la idea principal, dinámica: "Rotary
debe triunfar, Rotary debe extenderse por el mundo. Rotary debe
alentar la tolerancia".
Entonces, fomentó el crecimiento del club en Chicago, lo extendió
con amplitud hacia otras ciudades en intensificó el servicio a la
comunidad.
Pero las numerosas tareas no le hacían perder la primera y
primordial orientación: tener amigos.
"Tener amigos por todo el mundo es una gran bendición", escribe.
"Saber que esos amigos tienen, a su vez otros amigos en un
pensamiento que satisface. El saludo ‘Buenos días, Paul’, que
alegraba los días de mi niñez en el valle, es ahora saludo de mis
compañeros rotarios".
En un comienzo, como se sabe, se tendía a la ayuda en los negocios.
Pero pronto, gracias a la experiencias y al intercambio de ideas y a
las lecturas de poetas, escritores y pensadores, "el ideal de servicio"
trascendió aquella faceta, para buscar el desinterés de la amistad y la
comprensión entre los hombres de distintas razas y nacionalidades.
Renovarse es vivir, modificar puntos de vista es ser culto. Los
únicos que no cambian con la educación y la cultura son los necios.
Gracián sostenía este pensamiento: "Primero se es señor de sí
mismo, después se lo es de los demás", y Paul Harris fue un modelo
humanista.
Para Paul Harris 1908 es un año definitorio en su tarea de ampliar la
idea rotaria. Se incorporan Arthur Frederick Sheldon y Chelsey R.
Perry. El primero, jefe de un equipo de vendedores de libros, que
tenía predicamento en la biblioteca de Chicago, había trabado
amistad con Perry, empleado de dicha biblioteca.
La obra que realizaron se vio una década después. Sheldon, en 1921,
concurrió a la Convención Internacional de Edimburgo (la primera
realizada fuera de los Estados Unidos), y explicó a los rotarios
británicos qué significaba "el ideal de servicio". Y lo hizo tan bien
que la impresión que dejó ayudó a los rotarios a que concibieran una
amistad más sólida y verdadera entre los rotarios del exterior. Es
decir, afianzó fuera del país los principios de Rotary.
La gloriosa aventura
Rotary predica la tolerancia. Paul Harris recuerda que "protestantes,
católicos y judíos; americanos, alemanes, suecos, irlandeses y demás
nacionalidades se fusionaron en feliz acuerdo. "Se iniciaba una
aventura útil para la humanidad".
Los primeros miembros del Rotary Club de Chicago evitaban las
discusiones. En esa circunstancia eran poco necesarias, no eran
constructivas, sobre religión y política. Aceptaron la fórmula
previsora: "Emprended juntos vuestras tareas comunes, evitad las
discusiones sobre temas contenciosos, y vuestra recompensa será la
amistad".
Se dice que la charla chispeante de un irlandés encontraba eco en el
diálogo con humor picante de los judíos, y que el sentido pragmático
del nacido en Chicago o en Nueva York tenía su contrapartida en el
sentido de belleza, muy lleno de ideales, de los hombres de América
del Sur. Tackeray sostenía que "un hombre es tan bueno como otro y
aún mucho mejor".
El axioma es válido y tiene vigencia.
Por ello, lo difícil era mantenerse unidos con tantos hombres de
distintas razas y creencias. Pedía que no se calificara a Rotary, a
causa de algún equívoco, con rótulos que nada tenían que ver con
sus claros y precisos principios, tanto en religión como en política.
Paul Harris y sus amigos antepusieron, en primer término, en todas
sus frases, en todas sus charlas, el antiguo y olvidado principio de
tolerancia
Por eso, los hombres de Rotary tratan de inculcarle a los nuevos
socios que, entre ellos no se aceptan las ofensas y se les habla de la
sobriedad, la sencillez, en todos los órdenes, desde la consumición
de bebidas hasta en las comidas, o se evitan los comentarios
negativos sobre otros rotarios o sobre determinadas personas.
Un puente entre anglosajones y latinoamericanos
El Rotary Club de la Habana fue el primero de América Latina, y se
le debe la iniciativa de Miguel Cuesta y John Turner del Rotary Club
de Tampa, Florida. Ellos sostuvieron frente a algunas
manifestaciones negativas, tendenciosas, que Rotary no es una
institución anglosajona, y mucho menos hermética, sino universal.
Miguel Cuesta fue el rotario, el mismo rotario entusiasta que creó el
primer Rotary Club en España más tarde. Prohibido durante muchos
años, durante el gobierno del Franco.
Don Heriberto Coates
Don Heriberto P. Coates, de Montevideo, tomó la iniciativa de
crearlo, en 1918, en Uruguay, y más tarde, en 1919, acompañó a los
rotarios argentinos –aunque no estuvo en la fundación –para que este
"ideal de servicio" tuvieran también campo propicio en Buenos
Aires.
La idea de las Clasificaciones
Paul Harris explica su idea de las Clasificaciones. El ignoraba
cuando le dio a Rotary esta idea de las clasificaciones, que mucho
antes había existido en Londres, un Club de Profesionales basado en
el mismo método. Tampoco sabía que Benjamín Franklin creó
aquello que él denomino "Junto", basado también en las
Clasificaciones. No había oído hablar, hasta entonces, en la primera
década del siglo de la "Societé des Philantropes", de Estrasburgo,
Francia, que tenía parecidos propósitos a los que sustenta Rotary.
Se limita el número de asociados, uno por cada negocio o profesión.
La finalidad es que de esta manera se logran mejores amistades, sin
recelos de competencia –algo de esto sostiene Paul Harris -, con el
deliberado principio de evitar celos comerciales, para fomentar el
servicio mutuo y para estimular la dignidad y la comprensión de las
profesiones.
Dar de sí antes de pensar en sí
Este es, se sabe, el lema actual y universal de Rotary. Lo practican
todos los socios y clubes rotarios esparcidos por todas las naciones.
Los socios de Rotary son embajadores no reconocidos en los cargos
oficiales. Llevan el ideal de la tolerancia y de la amistad por los
pueblos que visitan. Son embajadores de buena voluntad. Acercan a
los hombres. Unen a los pueblos.
A menudo, Paul Harris hablaba de su viaje a América del Sur.
Recordaba que en Chile, Colombia, Brasil, la Argentina y el
Uruguay fructificaba su metáfora preferida de la bellota.
¿Qué raza ostenta todas las virtudes?
A propósito de las rivalidades que se suelen presentar entre
anglosajones y los latinoamericanos, Paul Harris decía: "Ninguna
raza puede, a la luz de la razón, reclamar para sí el monopolio de
todas las virtudes. Pensar de otro modo sería caer en aldeanismos.
Cada pueblo contribuye a su manera al progreso de la civilización y
así se acrecienta la humana sabiduría y es posible acaso salir en
busca de la felicidad.
Por eso, Rotary puede contribuir a acercar y allanar dificultades
entre ambas Américas.
"Nos necesitamos mutuamente"
Concluye Paul Harris: "Los pueblos de la América Latina y los de la
América Anglosajona carecen de afinidades naturales. Somos
fuertes nosotros en aquello en que vosotros sois débiles. Y somos
débiles en lo que vosotros sois fuertes. Nos complementamos. Nos
necesitamos mutuamente.
Por ello, como adujo en su conferencia en Chicago el escritor inglés
Norman Angell, refiriéndose al quehacer de Rotary, "la
incomprensión es una de las grandes causas de la lucha
internacional".
Paul Harris sostiene que la falta de comprensión, y repetimos
deliberadamente su palabra, entre las Américas –y nadie puede
negar la verdad de este juicio –es "El sentimiento de superioridad
expresado en las maneras de los norteamericanos".
Replica entonces Harris que, mientras Estados Unidos y Canadá son
superiores en asuntos industriales y materiales, América del Sur está
por encima en otros aspectos, por ejemplo, su gente no imita a las
ciudades estadounidenses y al arte del país del norte, sino que se
fundamentan en la arquitectura y el arte europeos para recrear su
propia imagen. Y agrega: "Nosotros tenemos mucho que aprender
de ellos. Norteamérica guía en algunas cosas. América del Sur en
otras".
Quienes reconozcan esta verdad, quienes se pregunten por la
incomprensión y acepten en el diálogo nuestra mutua falta de
conocimiento le harán un "favor a la futura comprensión
internacional".
¿Puede corregirse este resquemor que aleja las mejores relaciones
amistosas entre ambas Américas? "Rotary es una potente fuerza que
puede vencer y está venciendo esta mutua incomprensión".
Rotary –recordemos –se estableció en América del Sur en 1918
cuando se inauguró el Club de Montevideo, Uruguay. Los
fundadores fueron Heriberto P. Coates y Carlos Ewald, afincados en
dicha ciudad, y William Dawson.
La satisfacción de Paul Harris es contagiosa, constructiva cuando
expresa en sus escritos: "Menos de veinte años más tarde, nosotros
encontramos ciento noventa y tres clubes y 5437 rotarianos (así se
decía entonces) en los nueve países sudamericanos en donde la
rueda rotaria gira: La Argentina, Bolivia, el Brasil, Chile, Colombia,
Ecuador, Paraguay y Uruguay. Solamente en Chile hay 58 clubes y
1500 miembros.
ROTARY: Perú y Chile
La incomprensión –para continuar empleando la misma palabra que
era la clave en Paul Harris-, se hizo patente en los enfrentamientos
entre Chile y Perú por razones territoriales. Esto ocurrió durante
cincuenta años, después de la guerra del Pacífico.
No había puntos de contacto. El sentimiento nacional herido abría
brechas imposibles de achicar. Ni los unos ni los otros querían un
acercamiento amistoso. Los rotarios de Chile tuvieron la idea, en el
fondo muy cristiana, de enviar saludos de Navidad a los rotarios del
Perú. Luego estos mandaron saludos de Año Nuevo a sus colegas
del país trasandino. Así prendieron las nuevas, positivas y
esperanzadas relaciones.
En otro orden de cosas, gracias al espíritu altruista de los rotarios de
la Argentina, Bolivia y Paraguay pudieron establecer puentes de
comprensión y de mejor trato con los prisioneros de guerra. Ello fue
el comienzo de un diálogo que culminó en la Comisión de la Paz. A
veces, un distintivo de Rotary –apunta Paul Harris- Servía de
pasaporte para viajar de uno a otro territorio. Y esa idea rotaria fue
elogiada por la Cruz Roja Internacional.
Desde que Rotary es, desde que Rotary actúa, hasta los profesores y
los estudiantes universitarios del país del norte sostienen que más
allá del poderío naval o militar, que Teodoro Roosevelt trocó por el
imperio del dólar, debe ejercitarse el poder de la cultura
intercambiando esos principios con otros pueblos de la América.
De ahí que Paul Harris elogia la creación del Instituto Cultural,
propiciado por el Rotary Club de Buenos Aires. Este Instituto, decía,
en 1936, ha hecho que 3000 jóvenes hayan aprendido inglés, sepan
más sobre los Estados Unidos y aprecien similitudes y coincidencias
culturales.
En 1936, Paul Harris, estando en Buenos Aires, habló en el Instituto
Cultural ICANA y se llevó –confiesa-, una impresión que caracterizó
así: "interesado, encantador y comprensivo", características que
sintió que poseían otros sudamericanos.
Otra vez, la amistad
Paul Harris recordaba a menudo un canto de infancia que decía:
"Los viejos amigos son amigos probados/ los viejos amigos son
amigos verdaderos".
A menudo, su ojo avizor, tolerante, bondadoso, se ocupaba de la
Asistencia. Un Rotary debe tener –pedía- un 70 por ciento de
asistencia, de lo contrario no cumple su cometido.
En cuanto a las Clasificaciones confesaba que para él cada rotario
debía ser un vínculo entre el Club y su profesión, y ante los que
están en la misma profesión u oficio asume la responsabilidad de
inculcarles sus principios y hacerlos cooperar en la ética de los
negocios y en la vida personal como una manera de ejercer "un bien
de servicio" en la comunidad.
En cuanto al compañerismo, los rotarios no establecen diferencias
sociales o categorías. Por eso es costumbre usar el nombre de pila:
"Paul", "Carlos", y evitar ese molesto título de doctor, ingeniero,
arquitecto y la tan difícil jerarquía de ser un señor.
Asimismo, las Convenciones Internacionales de Rotary acercaron
más a los hombres que los tratados internacionales. De cada una de
ellas nacían amistades, vínculos, cuando, por ejemplo, se reunían en
Edimburgo, Ostende, Viena, Niza.
El futuro de Rotary
Para triunfar hay que tener fe. Paul Harris se sentía optimista
siempre. Sentía que luchar era su meta. Cuando dijo que tarde o
temprano –fue en los años de la fundación- Rotary se extendería por
toda la tierra, aparecían los escépticos. Por lo tanto, el futuro de
Rotary es más que una promesa, una realidad esperanzada.
Una reflexión de Paul Harris
Cuando veo –dice- una bellota en el suelo, se me ocurre que tal vez
enterrándola pueda convertirse en una encina.
Pero, reflexiona, no todas las bellotas llegan a ser robles. Sin
embargo, hay que darles esa oportunidad.
En 1922 comenta que había un Rotary Club no más grande que una
bellota.
Pensé, y me estremecía, que había nacido para nada. Sin embargo,
hombres generosos lo nutrieron y hoy vive en casi todos los países
del mundo.
Y ahora, necesidad de liderazgo
"Rotary –y es una idea de Harris- se propone desarrollar al individuo
aumentando su capacidad de servicio. Los rotarios son modernos,
son hombres de negocios, actualizados, con visión y con capacidad
de conducción suficiente como para llevar esa visión a la práctica".
"El líder razonador –agrega- estudiará los gustos y las necesidades
de sus seguidores, teniendo como fin lograr el mayor beneficio
posible para el mayor número posible".
Rotary en el mundo en que vivimos
En el "Servicio a través de la ocupación" dice que "él mismo ha
transferido clientes a otros abogados. Les ha facilitado muchos
negocios y ha recibido a cambio muchos otros".
Las fuerzas de Rotary son invisibles, nacen de la amistad, se
fortifican y obran milagros.
Harris dice que las ideas mueven el mundo. Las puertas de los
imperios han cedido ante las ideas. Los negocios son importantes,
pero no son la vida misma.
"Aquel cuya visión se limita al campo de los negocios, es digno de
lástima, no importa cuál sea el éxito que en ellos alcance. Rotary
pretende ser práctico. La filosofía es sana. Espera enriquecer la
vida".
Necesidad de pensadores
Rotary necesita de todos los hombres. De los artesanos y de los
profesionales, pero precisa, con urgencia, más que nunca, de quienes
piensan y de quienes trabajan. Paul Harris leía al poeta Wordsworth.
Este sostuvo que "el poeta es un hombre que le habla a los
hombres".
Entonces surge para Paul Harris esta idea revolucionaria: "Tengo la
impresión de que ahora Rotary necesita pensadores tanto o tal vez
más que trabajadores".
El significado de ideal rotario
Paul Harris leía y además reverenciaba a Dickens, a Thomas Carlyle
y, de manera especial, a Robert Burns, el llamado "bardo de Ayr"
(1759-2796) y en su casa "Comely Bank" junto con su esposa Jean,
hija de la ciudad de Edimburgo, recitaban "La noche del sábado del
campesino" o del "Canto a la amistad", tan difundido en las mesas
rotarias de muchos países.
¿Qué significa –se pregunta Paul Harris- el ideal de servicio?
Los egipcios decían que era "buscar para otros el bien que uno desea
para sí mismo". En verdad, se acerca al lema de Rotary: "Dar de sí
antes de pensar en sí", acaso menos práctico, más alentador.
Los persas: "Obrad como os gusta que obren con vosotros".
Y no podía faltar Buda, con su idea tan opuesta y tan cercana al
occidentalismo más profundo y menos pragmático: "Uno debe
procurar para los demás la felicidad que anhela para sí mismo".
Confucio, en el límite opuesto a Lao Tsé, escribió: "No hagáis a los
demás lo que no queréis que os hagan a vosotros".
Y los griegos, cuyas raíces están incitas en los Presocráticos,
alentaban el "no hagáis al prójimo aquello que os enojaría si de ellos
viniera".
Los romanos, que tantas ideas tomaron, especialmente en el
pensamiento y el Derecho de los griegos, y que expandieron una
cultura por el mundo europeo, eran los portadores de que "el
mandato impreso en el corazón de todos los hombres es amar a los
demás miembros de la sociedad como a sí mismos".
Los hebreos, por otra parte, decían: "Aquello que no deseáis que los
demás os hagan, no lo hagáis a ellos. Esta es la única ley; lo demás
es mera explicación de ella".
Pero, Jesús de Nazareth, tan universal, tan pleno de amor hacia los
hombres, hasta llegar a sufrir el martirio, fija el camino de la luz en
este ideal entre los hombres: "Así como queréis que se porten con
vosotros, portaos con los demás".
Paul Harris que, pacientemente, meditó y difundió "el ideal de
servicio", afirma que "quien proclama su adhesión a este ideal debe
poner sus ojos en el servicio que va a prestar y no en el dólar que va
a recibir. Cuando el dólar está ubicado muy cerca del ojo, es difícil
ver más adelante".
Entre los socios, desde que Rotary actúa, los hombres dialogan y
luchan por la confraternidad humana.
Tiempos de adversidad
Paul Harris, luchador y meditador, hombre de sueños, desde los días
de pobreza, habla de la época de adversidad. Ofrece sus ideas,
afirma que no es un problema, que nada sabe acerca de lo que
vendrá, y dice que es un sencillo incitador que presta servicios a sus
semejantes:
"En los días de adversidad hay que prepararse para la prosperidad".
"La adversidad purifica las corrientes de sangre; la prosperidad las
corrompe".
"Jamás nación alguna se hizo grande a través de la prosperidad. Las
naciones se convirtieron en grandes mediante la adversidad. El
Imperio Romano fue poderoso en años de adversidad, impotente
luego en años de prosperidad".
En muchos de sus escritos, Paul Harris insiste en la idea de que es
un error colocar los negocios por encima de la vida.
El fin de la década del Veinte y el comienzo de la del Treinta fue el
tiempo de los suicidas. Muchos hombres de negocios, hasta entonces
prósperos, forzaron las puertas de la eternidad, incapaces de afrontar
dificultades, pero 8.000 maestros que en Chicago trabajaron muchos
meses sin cobrar sueldo no intentaron el suicidio como solución ni
fueron a la huelga.
Ellos, preparados para la pobreza, no extrañaron ni se sintieron
menoscabados en la adversidad. En cambio, los prósperos, que no
tenían recursos espirituales o fuerzas para enfrentar la adversidad,
optaron por no luchar. Y se entregaron.
El Rotary no es dogmático
"Un Rotary dogmático no puede ser útil". La tolerancia, según
nuestra experiencia, le da tono a sus reuniones.
Si congrega a hombres de distintas razas y de distintos credos
políticos y religiosos, nada mejor que reunirse en torno a una mesa
frugal para trabar amistad.
Como el cisne, después de la lluvia, más blanco
Muchos han pretendido manchar el prestigio del Rotary. Aquellos
argumentos falaces, más frecuentes, son los que lo sindican como
rama de la Masonería.
En sus clubes hay católicos, masones, protestantes, judíos,
mahometanos, budistas, pero en las reuniones, como lo señalan sus
principios, se tienden las manos y, sin egoísmo, anteponen la
tolerancia, la amistad, es decir, el ideal de servicio.
Esta idea, que ampliamos en otros capítulos, con argumentos más
firmes y valederos, hoy no tiene base ni permite contradicciones,
pues el proceder rotario es un ideal claro, sin intenciones ocultas, sin
propósitos herméticos. Tiene Rotary el fin de acercar a los hombres
para que estrechen filas en la vida diaria y también a través de la
comprensión y de la ética en los negocios.
"Se puede ser socio de Rotary y prestar a una Iglesia su más cálido
apoyo. El acercamiento de un socio depende de la vida que lleva y
no de la fe que profesa". "Rotary –admite Harris- no es una religión
ni un sustituto para ella. Es la puesta en práctica de un antiguo
concepto ético, dentro de la vida moderna, en general, y en especial
en los negocios".
Todo rotario debe interesarse –pide Harris- por un servicio al Club:
cuestiones relacionadas con los asuntos del club; servicios
profesionales: asuntos vinculados con la conducta en la profesión o
en los negocios; servicio en la Comunidad: hacen al bienestar de la
comunidad en la que se vive, y servicios Internacionales: la buena
voluntad y la comprensión entre las naciones.
Rotary no tiene ritos, no encierra los principios de una sociedad
secreta, y dedica parte de sus fondos, a través de la Fundación
Rotaria, a ayudar a los países en vías de desarrollo, o a las
instituciones que colaboran para aliviar el dolor de los inválidos, o al
mejor compañero entre los escolares y para ayudar y educar a los
discapacitados o para becar a quienes prosiguen estudios en el país o
fuera de él.
Harris reitera su idea de la incomprensión y se afirma en la amistad
rotaria: "He tenido el privilegio de visitar muchos países, en
representación de Rotary, y cuantos más conozco más me afirmo en
la conclusión de que no hay diferencias fundamentales entre las
naciones. Ninguna es completamente buena; ninguna es totalmente
mala. Lo dañino es la incomprensión. Cada nación ha contribuído
mucho en la suma total de la felicidad humana".
"La era rotaria: Chesterton"
Paul Harris estuvo en Buenos Aires en 1936. Sabiendo que los
estudiosos de los movimientos sociales se ocupan de Rotary, Harris
recordó la expresión de Chesterton: "Esta es la era rotaria". Por lo
que pudo tener de halago para el creador del Rotary, la expresión del
autor de El candor del padre Brown o de El hombre que fue jueves
se torna significativa más allá de lo personal para trascender con
"éste ideal de servicio".
El jardín de "Comely Bank"
Paul Harris recordaba a menudo en sus charlas y en sus memorables
reuniones de su jardín en "Comely Bank", su estada en la Argentina,
Uruguay y Chile.
Evocaba la simpatía de los uruguayos por los argentinos. Sus
símbolos. La confraternidad. También describía el monumento
conocido como "El Cristo de los Andes" y los principios de paz que
deben unir a la Argentina y Chile.
Para definir, de otra manera, la incomprensión, acertó al decir: "La
bomba atómica ha pulverizado la complacencia egoísta. Ahora
todos los hombres tienen que aprender a vivir unidos".
"Los rotarios deben ser y serán los obreros del entendimiento
espiritual de nuestra América".
Mensaje para el 2041
En un mensaje de los rotarios para el año 2041, Paul Harris afirmó:
"Una paz negociada antes del que las pasiones se exacerben por el
asesinato en gran escala, tiene posibilidad de ser permanente, una
paz con términos impuestos por el vencedor tiene pocas, si es que
tiene alguna, posibilidades de duración".
CAPITULO III
AÑO 1936 –PAUL HARRIS EN BUENOS AIRES
"La Nación" y Paul Harris. El programa de agasajos. Paseo por la
ciudad. Las manos que se juntan. Paul Harris y la grandeza moral de
San Martín. Ejemplo de trabajo útil y generoso. Visita al Presidente
de la Nación. Otros agasajos. Un domingo en Buenos Aires. Paul
Harris planta el "Arbol de la amistad". En "La Nación". En "La
Prensa". En "La Razón". Una crónica registra su visita. La
Biblioteca Nacional. En Hurlingham. Huésped de Cupertino del
Campo. En una estancia. En las islas del Tigre. Paul Harris en
Rosario. Habla Paul Harris. Otras visitas. En la ciudad de La Plata.
En el Museo Nacional de Bellas Artes. Paul Harris no viajó a Mar
del Plata. Parte para Montevideo. Lo recibe el presidente uruguayo.
Paul Harris retorna a Buenos Aires. Bibliografía.
Año 1936
Ese año, Buenos Aires celebró el cuarto centenario de su Fundación.
También ese año constituyó una verdadera fiesta popular la
inauguración del Obelisco en la Plaza de la República. El presidente
de la Nación, general Justo, presidió la ceremonia acompañado por
el Intendente Municipal Mariano de Vedia y Mitre. Para unos,
representa el espíritu porteño, para otros es un monumento
estrafalario. El intendente sostuvo en su discurso que el obelisco
"era la materialización del alma de Buenos Aires". También ese año,
el pueblo, una marea de hombres y mujeres, recibe los restos de
Carlos Gardel. Los cancilleres de Paraguay y Bolivia se reúnen en
Buenos Aires. El canciller, Dr. Carlos Saavedra Lamas recibe el
premio Nobel de la Paz, por su intervención como pacificador en el
conflicto.
Se realiza en Buenos Aires la Conferencia de la Consolidación de la
Paz. Participa el presidente de los Estados Unidos, Franklin D.
Roosevelt.
Paul Harris en Buenos Aires (1936)
Paul Harris y su esposa, Jean Thompson, llegaron a Buenos Aires en
tren desde Bariloche, el 17 de marzo de 1936.
A través de las crónicas de La Nación y La Prensa puede
reconstruirse aquella especial circunstancia. El ideólogo, el hombre
de lucha, el fomentador de la amistad a través del Rotary Club vino
a nuestra capital, a nuestro Rotary Club de Buenos Aires a dar
testimonio personal y a recoger las vivencias que dejó su idea,
mejor, su ideal de servicio en otros hombres.
Aquella metáfora de la bellota –recordemos sus páginas- que se
reproduce en árbol "mínima imagen que contiene un árbol" y en
muchas otras bellotas, se convirtió en la figura preferida y la
comparaba con la creación del Rotary Club.
El 17 de marzo de 1936 fue tomada esta fotografía. Aparecen el
fundador del Rotary Club y su esposa Jean Thompson en la estación
ferroviaria de Constitución. Los acompañan, de izquierda a
derecha, Ricardo T. Mulleady; Sra. de Gaete Fagalde; Sra. Jean de
Harris; (Paul Harris); David J. Spinetto (Presidente del Rotary
Club de Buenos Aires); Manuel Gaete Fagalde; Víctor Abente
Haedo; Oscar Rodríguez Saráchaga y Cupertino del Campo. En la
segundo fila: Patricio B. Browne, Enrique Ewing, Guillermo Pérez
Butler, Normal Buxton, Rodolfo Tarántola, Eduardo P. Darrassen y
Williard T. Clark.
"La Nación" y Paul Harris
Ese 17 de marzo, La Nación le dedicó, con fotografía, una columna
de las de esa época, que abarcaba la página llamada sábana, de
arriba hasta abajo.
En primer término, se repite su biografía. Recuerda que está casado
con Jean Thompson, de Edimburgo, quien colaboró con Paul Harris
y llevó adelante la idea de "Jardín de la amistad", ubicado en su casa
de "Comely Bank", la residencia de los Harris, en Chicago.
El programa de agasajos
Llegaron acompañados por el empeñoso e inolvidable rotario Jim H.
Roth. Habían recorrido la Patagonia y la Provincia de Buenos Aires.
Paul y Jean estaban impresionados por la belleza pétrea de la
cordillera de los Andes y por la pampa, que da la sensación al
viajero que no se anda, que siempre se está en el mismo sitio.
Los aguardaban en la estación Constitución, el presidente del Rotary
Club de Buenos Aires, Dr. David J. Spinetto; el Director del Rotary
Internacional, D. Manuel Gaete Fagalde; el gobernador del Distrito
63, Dr. Víctor Abente Haedo; el presidente de la Comisión de
Recepción, Dr. Cupertino del Campo; el secretario de la misma, Ing.
Ricardo T. Mulleady; el secretario del club, D. Patricio B. Browne;
los rotarios amigos, Dr. Samuel Leao de Moura, del Brasil y D.
Joaquín Serratosa Cibils y Guillermo Pérez Butler, figuras de
significación en el Rotary Club de Uruguay.
El Rotary Club de Buenos Aires preparó un generoso programa de
agasajos.
Ese día –gris, lluvioso, según las crónicas-, tuvo lugar un almuerzo
íntimo en el Jockey Club. Habló, con la cultura, el señorío y la
emoción que lo caracterizaba, Cupertino del Campo.
Después se puso de pie Paul Harris. Con un leve temblor en el rostro
y mirando a los ojos a los presentes, con una mirada inteligente y
honda que parecía abrazar a sus amigos rotarios, sostuvo, ante el
respetuoso silencio de los circunstantes, que estaba conmovido con
la hospitalidad argentina.
En América del Sur –dijo- se ha arraigado la idea de Rotary, ese
arraigo lo fomentaba el entusiasmo, la comprensión, la fe y también,
el sentido práctico, y más allá, como último o primer orden, la
amistad. Con humildad –he aquí su sencillez de hombre profundo-
confesó que no era "el más indicado para representar a Rotary
Internacional, por cuanto aquél contaba hoy con personalidades de
mayor significación que él".
Paseo por la ciudad
Durante la tarde, paseó por la ciudad. Recorrieron el centro –la
lujosa Florida, la avenida Santa Fe y los barrios-, acompañados por
D. Benito Carrasco. Con asombro, Paul Y Jean veían plazas,
avenidas, monumentos y elogiaban los bosques de Palermo y la
hermosura del Rosedal.
Paul Harris y su esposa Jean Thompson de Harris, acompañados
por rotarios, visitan el paseo de Palermo. Esta fotografía evoca los
días en que el fundador del Rotary estuvo, en 1936, en Buenos
Aires.
Mientras tanto, en la secretaría del Rotary Club de Buenos Aires,
Bartolomé Mitre 559, la actividad que se desarrollaba era febril.
Las manos que se juntan
Paul Harris sentía que el símbolo de las manos del escudo argentino
estaba también en el sentimiento de la amistad que se le brindaba en
esta capital del sur. Parecía sostener en sus reflexiones: los hombres
felices, las naciones más vitalmente sanas, son las que ostentan la
fuerza de la amistad.
Estos paseos se prolongaban, gracias a los rotarios Williard T. Clark
y Guillermo R. Fraser, quienes pusieron a disposición del huésped,
del amigo, dos lujosos automóviles.
Paul Harris y la grandeza moral de San Martín
El 18 de marzo, al día siguiente, Paul Harris –se hospedaba en el
Hotel Continental- visitó la Catedral. En el Mausoleo del General
San Martín depositó una palma de flores. Lo acompañaba en ese
itinerario D. Cupertino del Campo. En el templo los recibió el
reverendo padre Fariña. Y Paul y Jean conocieron la historia de la
Catedral, una síntesis de la vida sanmartiniana y también referencias
sobre la plaza de Mayo.
Cuando se le contó la vida heroica del libertador de Chile y de Perú,
su desprendimiento, la grandeza moral, la rectitud de San Martín,
Paul Harris sonreía. Otra vez afloró en su rostro –recuerda alguna
crónica- un leve temblor en su cara. Sonreía y admiraba en silencio
tal desprendimiento. Tal vez pudo reflexionar que era un testimonio
más para valorar el "dar de sí antes de pensar en sí" de los amigos de
Rotary.
Ejemplo de trabajo útil y generoso
Luego, en el Plaza Hotel, ante más de doscientos rotarios e invitados
especiales, tuvo lugar el almuerzo en el que, en primer término
hablaron el embajador de los Estados Unidos; el Dr. Manuel Gaete
Fagalde, y el Dr. Davida J. Spinetto, quien elogió el éxito de la
Conferencia de Distrito realizada en Mar del Plata.
Dijo también, "Hoy, en esta peregrinación a través de nuestra
América, habéis oído pronunciar en todas partes vuestro nombre, y
recogido el caluroso testimonio del respeto y del afecto con que los
rotarianos –recordemos que así se decía en esos años- de todo el
mundo al noble ejemplo de vuestra vida, ejemplo elocuente de
trabajo útil, de rectitud y de amistad, y rinden homenaje a vuestra
obra, cuyo alcance triunfal os he dado, por suerte, contemplar con la
justa satisfacción de quien ha sabido hacer el bien por el bien mismo
y a favor de sus semejantes".
Don Ricardo T. Mulleady a continuación agradeció el agasajo pero,
de manera especial, la amistad argentina. Los rotarios de los países
hermanos Brasil, Chile, Paraguay, Bolivia, Perú y Uruguay
confesaron luego su emoción al oírle a Harris nuevas reflexiones.
El Dr. Harris insistió nuevamente –su palabra de hombre sencillo ya
era conocida entre los rotarios de Buenos Aires-, con su idea del
arraigo del rotarismo en América del Sur y el descubrimiento para
algunos norteamericanos –él le conocía- de la amistad y la cortesía,
dos características de los pueblos sudamericanos. Habló del
importante aporte de Latinoamérica dentro del movimiento rotario
mundial con relación a la paz y a la amistad.
Los aplausos no cesaban. Paul agradecía. Jean miraba a los rotarios
con emoción.
Luego dijo breves palabras, D. Samuel Leao de Moura, en nombre
del Rotary Club de Santos, Brasil, y exaltó la amistad argentino-
brasileña.
El embajador de los Estados Unidos y D. Manuel Gaete Fagalde
mencionaron al hablar la cooperación y el servicio entre los pueblos
a través de la acción educativa del rotarismo.
Visita al presidente de la Nación
Es un lugar común entre los rotarios repetir que reyes, monarcas y
presidentes han distinguido siempre a las autoridades de Rotary. Así
ocurrió en 1936. El primer magistrado argentino recibió en su
despacho de la casa de Gobierno a Paul Harris y su señora Jean.
Otros agasajos
El día 20, el incansable, el generoso Paul Harris, acompañado por
sus amigos rotarios, recibió la bienvenida de autoridades y alumnos
en la Escuela República de los Estados Unidos. Pero la obra de
Rotary, como se sabe, se había centrado en aquellos años en
apuntalar y difundir la vida e idioma de los Estados Unidos en la
Argentina, y, en lo posible, de la Argentina en los Estados Unidos, a
través del Instituto Cultural Argentino Norteamericano.
La cálida acogida –comentó Paul Harris- fue para él inolvidable al
igual que las palabras del Dr. Cupertino del Campo.
Un domingo en Buenos Aires
El domingo porteño, para Paul Harris, fue una aventura. Estaba lejos
de las montañas de Vermont, lejos de los lagos y de las laderas en
las que recogía fresas para que su abuela hiciera las tortas que luego
Paul distribuía entre los más necesitados. Nada de eso. Estaba en
Buenos Aires. Amigos de Rotary se acostumbraron a llamarlo
familiarmente Paul. ¿Y qué mayor premio para quien siempre aspiró
a tener amigos en otros ámbitos, en otros pueblos?
Recorrieron las calles: Florida, Santa Fe, estuvieron en la Plaza San
Martín, en Corrientes, en Lavalle. Vieron, el viejo, el brilloso río
color de león, como un felino recostado a los pies de Buenos Aires.
Paul Harris planta un árbol
El lunes 23 de mayo (a veces, las fechas de los diarios difieren con
las que se anotan en las crónicas internas de Rotary) el Intendente lo
agasaja. Es como si Buenos Aires se acercara a este hombre ilustre y
sencillo que tiene la curiosidad de conocer y estrechar vínculos
amistosos a través de Rotary, esa ubicua bellota caída de una encina,
con la que soñó en la infancia.
Paul Harris, el fundador del Rotary Internacional, acompañado por
D. David Spinetto (Presidente del Rotary Club de Buenos Aires) y
por el señor Manuel Gaete Fagalde, Director del Rotary
Internacional, en el momento de plantar el jacarandá, o sea el
"Arbol de la Amistad", en Palermo, durante su visita a la Argentina
en 1936.
Todavía debe estar en el parque 3 de Febrero de Buenos Aires –y es
lástima que ninguna crónica registre el lugar-, el "Arbol de la
Amistad" que ese día plantó Paul Harris. Lo acompañó el ingeniero
Carlos Thays, Director General de Paseos de la Municipalidad.
Nadie nos dice en qué sitio del parque porteño lo hizo. Sabemos que
era un jacarandá, uno de los tantos que ostenta sus flores lucientes
en las plazas porteñas.
Pero acaso imaginemos: buscaba muchos retoños. Recordemos, otra
vez, la bellota de su filosofícula de infancia. Ella es el símbolo del
primer Rotary de Chicago que luego se transformó en la
multiplicada vida de Rotary en todas las ciudades del mundo.
En "La Nación"
Jorge Mitre, en 1919, estuvo entre los fundadores del Rotary Club
de Buenos Aires. Fue su primer presidente. Paul Harris y los rotarios
estuvieron el lunes 23 de mayo de 1936, a las 17, en la vieja casona
de Mitre, en las que –escribió Eduardo Mallea- cada momento sus
paredes crujen con un poco de eternidad. Entraron por San Martín
344, y fueron recibidos en el primer piso.
Angel Bohigas, quien fuera su subdirector, y que perteneció al
Rotary Club de Buenos Aires, escribió sobre la ética periodística en
el Boletín del Club en los tiempos del Dr. Luque; tal vez, D. Luis
Mitre, o Gerchunoff, o Alvaro Melián Lafinur y muchos otros
rodearon a Paul Harris y a sus acompañantes.
Es probable –porque siempre sucedía así- que junto a la vieja
chimenea, de madera de caoba labrada, alimentada con leña de
quebracho, del patio de la Dirección, Gerchunoff hizo una broma
inocente sobre la circunstancia de Rotary que todos festejaron.
Algunos la recuerdan, pero el tiempo y la memoria son implacables
y nadie la sabe explicar con claridad.
Paul Harris, ante tanto afecto y buen humor, reía y confió a la gente
de La Nación que mucha era su esperanza, ahora lo comprendía
mejor, ante ese acercamiento de América del Sur y del Norte a
través de los hombres de Rotary.
En "La Prensa"
He recabado datos. Muy pocos he obtenido. Se sabe que Rodolfo
Luque, miembro del Rotary Club de Buenos Aires, lo recibió en La
Prensa. Hablaron del periodismo argentino y norteamericano.
Seguramente comentaron acerca del crecimiento y de la difusión del
Rotary Club de Buenos Aires.
En "La Razón"
Luego se trasladaron a La Razón. Allí fueron recibidos por el
Secretario General del diario. El tema fue su visita y la importancia
de Rotary en el mundo. No hay que olvidar que señor Cortejarena,
director, estuvo entre los fundadores del primer Rotary Club
argentino.
Una crónica registra su visita
El 24 de marzo, La Nación saludó a Paul Harris con estas palabras:
"En horas de la tarde de ayer visitó nuestra redacción con el
propósito de presentar sus saludos a nuestro director, el fundador de
Rotary Club, Dr. Paul Harris, quien, como se sabe, se encuentra
desde hace algunos días en nuestra capital, donde ha sido objeto de
múltiples agasajos".
La Biblioteca Nacional
En la austera casona, en la Biblioteca Nacional de la calle México,
estuvieron Paul Harris y su esposa y numerosos rotarios, el martes
24 de marzo. Admiró en tan vasto recinto que conservaba ediciones
corrientes para estudiantes, ediciones especiales para investigadores,
y la vasta memoria –acaso unos pocos- de los incunables, cuya
posesión es uno de los orgullos de la cultura nacional.
Se detuvo con interés –cuenta el cronista de La Nación-, en la
sección manuscritos y en las salas de Pedro Denegri y de revistas.
Admiró ejemplares para bibliófilos con la firma de Víctor Hugo y de
otros destacados literatos de fama mundial. Además, apareció la
colección de libros que va formando la Biblioteca Nacional con las
donaciones que hacen los Rotary Club de todas partes del mundo.
Mucho lamentó el subdirector –comenta también la crónica- que no
estuviera presente el Dr. Gustavo Martínez Zubiría, director de la
biblioteca y miembro de Rotary.
En Hurlingham
El miércoles 25 de marzo la comitiva se trasladó a Hurlingham. Paul
Harris recorrió, acompañado por horarios y autoridades, la estación
transmisora radiotelefónica de la Compañía Internacional de Radio
Argentina, en esa localidad.
Esta estación permite comunicarse con Madrid, París, Río de Janeiro
y Nueva York. Fueron recibidos por el ingeniero Ricardo D.
Mulleady.
Durante su estada, Paul Harris se comunicó telefónicamente con la
secretaría de Rotary –ya era "Rotary International"-. Manifestó que
estaba complacido por la claridad de la recepción.
Lo acompañaron el presidente de Rotary, Dr. Spinetto; James H.
Roth, Cupertino del Campo, Juan A. Martín, Raúl Alvarez, Arturo
Acevedo, Nicolás Barbará, Jorge Bunge, Norman Buxton, Benito
Carrasco, Atilio Bado, D. Bernardo Espil, Don Enrique Ewing,
Goredo Grasso, Daniel Iribarne, Carlos Ishiy, Ludovico
Ivanissevich, M. J. Ledesma, Pedro Llorente, Francisco Marseillán,
Arnaldo Massone, Rosendo Michans, Alfredo Mosto, Ernesto
Nelson, Edmundo Parodi, Carlos Robertson Lavalle, Oscar
Saráchaga, José Saralegui, Curt Schenström, Leopoldo Sol, Rodolfo
Tarántola, Noel F. Tribe, Ernesto Suárez, Erico Werth, José Padilla
y D. Ricardo F. Mulleady.
Huésped de Cupertino del Campo
El jueves 26 de marzo, Paul Harris y Jean se trasladaron,
acompañados por sus amigos, a San Fernando. Fueron huéspedes de
la familia de Cupertino del Campo. Paul admiró el lugar, dialogó
con los rotarios, y desde esa perspectiva, contempló el ancho río de
la Plata.
En una estancia.
No podía faltar la experiencia inmediata y muy criolla: conocer el
campo, sus hombres y sus tradiciones agrícolas y ganaderas.
El viernes 27 de marzo de 1936, D. Celedonio Pereda le brindó las
comodidades y la hospitalidad de su establecimiento de campo en
Máximo Paz. Paul Harris comprendió cuánto era el generoso aporte
de la amistad de los argentinos. Recordó, otra vez, su idea, tantas
veces repetida, acerca de los pueblos sajones y de los pueblos
latinos. Dijo, como pensando en sí mismo, que todas las razas se
complementan. Una tiene mucho que aprender de la otra.
Elogió la destreza de los criollos que le mostraron cómo era una
jineteada en el campo argentino. Tanto Paul como Jean gustaron de
un auténtico asado y, seguramente, algún guitarrero les hizo oír
algunas milongas sureras y pudo ver a dos o tres criollos bailar un
malambo.
En las islas del Tigre
En esos días –precisamente, el sábado 21 de marzo-, invitaron a Paul
Harris a recorrer las islas del Tigre. Luego, en la isla del Nuevo
Toro, se les ofreció un té. Las palabras de bienvenida las pronunció
el señor Christian Riddel. Paul Harris afirmó que siempre había
deseado un lugar así para Chicago. Recorrió las islas del Tigre. Su
paisaje lo llenó de regocijo.
Otra vivencia. Otra idea de la grandeza de un pueblo que abría sus
puertas al recién llegado y daba todo de sí sin pedir, en cambio, nada
más que amistad. Fue como comprobar la coronación de su idea de
1900, puesta en práctica recién en 1905.
Paul Harris en Rosario
El domingo 29 de marzo, Paul Harris llegó a Rosario en el tren
rápido de las 12:30. Concurrió a la reunión-almuerzo preparada en
su honor en los salones del Jockey Club de Rosario.
Entre los invitados se encontraba el señor James H. Roth,
Comisionado Sudamericano de Rotary International; el Dr. Rosendo
E. Michans, secretario ejecutivo del Rotary Club de Buenos Aires, y
una delegación de rotarios de Santa Fe y Pergamino.
Habló el presidente del Rotary Club de Rosario, Dr. Ricardo Foster.
Afirmó: "Vuestra presencia es una lección trascendente para
nosotros. Compartimos el ideal que beneficia a la sociedad en que
vivimos y para utilidad de los demás antes que para nosotros.
Luego lo hizo el vicepresidente, Dr. J. T. Lewis y el ingeniero Raúl
Ramella, secretario del Rotary Club de Pergamino.
Habla Paul Harris
"A pesar de que mi señora y yo hemos visitado las principales
ciudades de casi todos los países de América Latina, es ésta la
primera vez que encontramos una que se asemeja mucho a la que vio
nacer a Rotary y que es ahora la sede de su secretaría internacional.
Situada en medio de una zona agrícola, está en el centro de la cuna
de los hombres más fuertes y sanos que constituyen el elemento más
estable de un pueblo.
Recordó palabras del ingeniero Stein, una eminencia en el campo de
la electricidad. Cuando le preguntaron qué invento podría influir
más sobre la manera de vivir de los hombres, contestó: ninguna gran
invención podría contribuir más que encontrar un medio para que los
hombres puedan vivir en paz y en concordia con sus semejantes.
Se necesita para que haya paz entre los pueblos, comprensión mutua.
Por tres caminos se puede llegar a ella: por la diplomacia, por el
intercambio comercial y por la vinculación espiritual y cultural: esta
última es la misión de Rotary.
Reiteró luego su ideal de belleza y amistad de los hombres de
América del Sur que debe unirse con el espíritu práctico de los
hombres del norte para que la obra sea completa y armónica en todo
nuestro extendido continente.
Otras visitas
El lunes 30 de marzo, visitó el Club Gimnasia y Esgrima y recorrió
las instalaciones acompañado por un grupo de rotarios que
encabezaba el presidente del club, Dr. Ricardo C. Aldao.
Luego fue recibido por las autoridades del Congreso Nacional. Los
representantes del pueblo elogiaron la sencillez que infundía
respecto del fundador de Rotary.
También concurrió al Colegio de Abogados, que entonces tenía su
sede en el Palacio de Justicia. Como fundador de Rotary y miembro
del foro norteamericano, lo recibió el presidente de la institución,
Dr. Esteban Lamadrid.
Estuvieron presentes los doctores Mauricio A. Ottolonghi y A.
Walter Villegas; el presidente de la Federación Argentina del
Colegio de Abogados, Dr. J. Honorio Silgueira, el director "ad
honorem" de la biblioteca, Dr. Oscar Rodríguez Saráchaga, orador y
conferencista; el Dr. Cupertino del Campo, presidente del Instituto
Cultural Argentino-Norteamericano, también generoso y eficaz
propulsor del Rotary, y D. Rosendo E. Michans, secretario ejecutivo
del Rotary Club de Buenos Aires.
En la ciudad de La Plata
Pero también, entre sus objetivos estaba el de visitar a los rotarios de
la ciudad fundada por Dardo Rocha. Paul Harris contemplaba, desde
distintos ángulos, la Catedral de La Plata. También paseo por el
Bosque. Los rotarios lo agasajaron con un almuerzo en el balneario
de Punta Lara. Paul Harris comprobaba que sus esfuerzos
fructificaban. Se complacía en ayudar a los hombres a ser mejores.
En el Museo Nacional de Bellas Artes
Cupertino del Campo, experto y estudioso del arte, lo acompañó al
Museo Nacional de Bellas Artes. Estuvo largo rato ante las obras de
célebres pintores de fama mundial. Quedó admirado ante en cuadro
"La Ninfa Sorprendida", de Manet, una de las piezas importantes del
acervo cultural argentino.
Paul Harris no viajó a Mar del Plata
Dentro del programa que se le había preparado a Paul Harris en
Buenos Aires, figura un viaje a Mar del Plata para asistir a la
conferencia del Distrito.
El Dr. Harris le escribió, ante la imposibilidad de estar presente en la
ciudad balnearia por razones de salud, al Gobernador del Distrito 63,
Dr. Víctor Abente Haedo, la siguiente carta:
Marzo de 1936
Señor Víctor Abente Haedo
Gobernador del Distrito 63 de Rotary International
Mi estimado Víctor
Le escribo estas líneas con el propósito de expresarle la profunda
gratitud de mi señora y mía por por la recepción cordial que usted
nos ha ofrecido en nombre de los rotarios del Distrito 63. Ello nos ha
sido particularmente grato, considerando nuestra imposibilidad de
asistir a su conferencia de acuerdo con nuestros más íntimos deseos,
pues, no obstante la intempestiva enfermedad que me impidió estar
presente en Mar del Plata, tuvimos la satisfacción de ser saludados
personalmente por el Gobernador del Distrito.
No sé como expresarle cuánto sentimos la imposibilidad de estar con
usted en Mar del Plata. Sólo puedo decirle que lo lamentamos
mucho más que cualquier otro de los contratiempos que hemos
experimentado durante nuestra visita a Sud América. Debo agregar
además que nuestra omisión causó también contrariedades en la
oficina central de Chicago. El Secretario Chesley Perry me envió
repetidas cartas y telegramas, al punto de hacerme sentir
ampliamente la importancia de mi asistencia a la conferencia del
Distrito 63 (sesenta y tres) a costa de cualquier sacrificio, siempre
que no se tratara de arriesgar mi vida.
Reiterando a usted la expresión de mi agradecimiento por su
recepción cordial, me es grato saludarlo muy atentamente.
Paul Harris
Parte para Montevideo
Esa noche, Paul Harris abrazó a sus amigos, a los rotarios argentinos
–después, sus experiencias quedaron en unas páginas llenas de
agudeza sobre Buenos Aires-, partió hacia Montevideo, con su
esposa Jean, y acompañados por el Dr. Víctor Abente Haedo y
James H. Roth.
Paul Harris y su esposa llegan a Montevideo. Es la tierra de sus
amigos Heriberto Coates y Serratosa Cibils.
En el banquete que le ofrecieron los rotarios del club decano de
América del Sur estuvieron presentes el ministro de Relaciones
Exteriores de Estados Unidos; el de Alemania y el presidente de la
Sociedad Panamericana de Nueva York. Estaba, también, James H.
Roth, el inolvidable Jim, quien acompañaba como intérprete a Paul
Harris.
Los discursos se sucedieron, pero el de Paul Harris quedó para
siempre en el pensamiento de los rotarios montevideanos.
Lo recibe el Presidente uruguayo
Lo recibió, asimismo, el Presidente de la República, y fue
presentado por D. Carlos Baldomir, en la residencia privada del
primer magistrado uruguayo. El Dr. Gabriel Terra, el presidente,
consideró la alta jerarquía rotaria de Paul Harris, pues, él también,
reconoció, era rotario, aunque en la actualidad, no podía concurrir a
las reuniones.
Estuvo cuatro días en la capital uruguaya. Hubo reuniones en los
hogares de las familias Pérez Butler, Serratosa Cibils, Pikes Reed,
Heriberto Coates y otros. No faltó el asado criollo en galpón
chacarero y el mate con bombilla, al que el uruguayo es tan afecto.
Harris plató árboles de la amistad: un higuerón en el parque Batle y
Ordóñez, cerca del monumento a La Carreta, y un olivo, en el jardín
del Instituto Crandon, cuyos fundadores eran amigos de Paul y Jean.
El Dr. Alberto Iglesias Castellanos recordó cuánto le debía el Rotary
Club local a Heriberto Coates y sostuvo que "allí la rueda rotaria se
puso, por primera vez, en movimiento al sur del Ecuador".
Paul Harris –otra vez un débil temblor le recorría la cara- sonriendo,
confesó: "Si en lo desconocido, en algún futuro, fuera obligatorio
abandonar mi propio país para hallar otra residencia, yo no podría
contemplar mejor suerte que poder radicarme en la patria del
Uruguay".
Paul Harris retorna a Buenos Aires
Su retorno a Buenos Aires tuvo lugar el 4 de abril de 1936. En el
almuerzo rotario efectuado en el Alvear Palace Hotel, puso en
evidencia cuánto había aprendido y cuánto era el espíritu que su idea
trasmitía a los hombres de la Argentina.
Desde Puerto Nuevo partió ese día el barco "Pan América". Allí
quedaba una ilusión, una idea –que, como la bellota se multiplica en
innumerables frutos-, esa idea hecha realidad podía calificársela
como el afianzamiento de la amistad: el Rotary Club creciendo aquí
y allá en América del Sur.
Cupertino del Campo, al brindar con una copa de champán, dijo,
profundamente convencido de ser solidario entre los hombres:
"Aquella imagen que nos inspiraba tanto respeto se ha convertido en
una imagen viva y se nos ha metido para siempre en el corazón".
"La Prensa" en su nota, con fotografías, dijo, al transcribir el
programa de actos: "El Dr. Paul Harris es el fundador del primer
Rotary Club y entusiasta difusor de estas instituciones que abarcan
todas las profesiones y gremios en un intento de solidaridad y
colaboración entre los hombres".
Bibliografía:
60 años en el Ideal de Servicio –1918-1978- (Apuntes para la
historia del Rotary en el Uruguay), por Rodolfo Fenocchi, Uruguay,
1979.
CAPITULO IV
LA REPERCUSION EN BUENOS AIRES DEL
FALLECIMIENTO DE PAUL HARRIS. UNAS PAGINAS DE
SUS MEMORIAS.
Diario "La Nación". Diario "La Prensa". Jean Thompson Harris.
Bibliografía. Buenos Aires y unas páginas de Paul Harris. 18 días en
Buenos Aires. Uno de los motivos de su viaje: Paraguay. Buenos
Aires: impresiones. La Estética: su importancia. Los inmigrantes. La
importancia de los diarios. Sarmiento y la educación
norteamericana. Cupertino del Campo: ICANA. Paul Harris y los
estudiantes. Otras visitas. Los premios menores de la Lotería
Nacional. Elogia a los argentinos. Hechos sobresalientes en la vida
de Paul Harris. Bibliografía: Del valle del ideal a la cumbre de
Rotary, páginas de Paul Harris, Edit. Rotaria Argentina, Rosario,
1966.
La repercusión en Buenos Aires del fallecimiento de Paul Harris
Además de los homenajes que le tributaron los rotarios argentinos a
Paul Harris al conocer la noticia de su fallecimiento, el 28 de enero
de 1947, quedan dos testimonios sin duda valiosos de "La Nación" y
"La Prensa", notas que se publicaron al conocerse la noticia en las
páginas de ambos diarios argentinos.
Por ello, por la grata evocación del creador del Rotary Club, en
1905, y por la dimensión que, con justicia, alcanzó Harris en las
principales naciones, transcribimos ambas notas aparecidas el 29 de
enero de 1947. De esta manera ellas también permanecerán en la
memoria del rotarismo argentino y de los estudiosos de esta singular
historia.
Diario "La Nación"
Paul P. Harris
Chicago, 28 (R) –Falleció en esta ciudad el Sr. Paul P. Harris.
Hondo pesar suscitará, sobre todo en América y en los países de
habla inglesa, la desaparición de Paul Percy Harris, fundador de
Rotary Club y de la Internacional Rotariana, meritísima institución
debida a la iniciativa de extinto y que ha venido cumpliendo una
reconocida necesidad de la vida moderna en sus aspectos comunales
y sociales.
Paul P. Harris nació en Racine, Wisconsin, el 19 de abril de 1868.
Educóse y cursó estudios universitarios en filosofía y leyes, en la
Universidad de Vermont, doctorándose en 1891. Abogado ya, el
joven Harris no se dedicó a ejercer la profesión. Respondió a esas
ansias de conocer el mundo, vagar un poco y explorar las cosas y el
alma humana, característica muy particular de los norteamericanos
de su generación. Esas andanzas lleváronlo a San Francisco y
Denver, donde actuó en el periodismo; lo guiaron hacia las llanuras
del Oeste pobladas de vacunos; a las márgenes del caudaloso
Missisippi, a cosechar naranjas; a vender mármol y granito y a
cruzar el Atlántico para ver el viejo mundo, conocerlo, negociar y
observar. Bien había visto, oído y comprendido el joven Harris,
reportero sagaz y trotamundos, y cuando instaló su estudio de
abogado finalmente, allá por 1896, en Chicago, donde no conocía a
nadie, a su andariego romanticismo sumóse la meditación en las
largas horas pasadas en la espera del cliente. Nueve años después
comunicó sus ideas y reflexiones a tres amigos suyos, tres amigos de
ocupación y profesión distintas, y así nació el primer Rotary Club,
uno de hombres de negocios, cuyos socios reuníanse –por rotación-
en las oficinas o casas de comercio de sus miembros. Su propósito
era fomentar el ideal del servicio a rendirse, como base de toda
empresa digna, la altura ética en los negocios y en el ejercicio de la
profesión, el desarrollo de las relaciones y con ello el deber de ser
útil a los demás, el reconocimiento de la dignidad de todas las
ocupaciones útiles y la dignificación por cada rotario de la suya
propia, por cuanto sirve para ser útil a la sociedad, e incluíase en
todo ello el fomento de la inteligencia recíproca, la buena voluntad y
la paz internacional gracias al compañerismo de profesionales y
hombres de negocios unidos en el ideario de prestar tal servicio al
mundo.
Grande fue el éxito que tuvo Paul Harris con la organización así
formada, pues ella se extendió muy pronto; en menos de un cuarto
de siglo contaba con cerca de 3.000 clubes en 44 países y 140.000
afiliados. El reportero de Denver y solitario abogado de Illinois fue
el primer presidente de esa asociación internacional y vio
compensado su noble esfuerzo con numerosas distinciones, entre
ellas la de oficial de la Legión de Honor, la orden brasileña de la
Cruz del Sur, la chilena del Mérito y la peruana del Sol.
Diario "La Prensa"
Falleció Paul P. Harris, fundador de la Asociación Rotariana
Internacional
Chicago, Enero 28 (Reuter) –El señor Paul P. Harris, que fundó en
1910 la Asociación Nacional de Rotary Clubes, falleció hoy en esta
ciudad a la edad de 78 años.
Sin haber ocupado jamás ningún cargo oficial, sin haber fundado
una gran empresa comercial o industrial, sin haber intervenido en la
política de su país, ni participado en alguna extraordinaria actividad
o hecho de aquellos que suelen absorber, transitoria o
duraderamente, la atención de las gentes, el señor Paul P. Harris
logró, por su dedicación generosa y permanente a la propagación de
una noble idea, adquirir prestigio mundial. Tanto es así que su
muerte, ocurrida ayer, será motivo de pesar y tema de afectuosos
comentarios en todas las ciudades del mundo en las que haya un
Club Rotario, institución de la que fue creador.
Nacido en el Estado de Wisconsin hace 78 años, el señor Harris
cursó sus estudios primarios y secundarios en Vermont y pasó luego
a las universidad de Princeton y Iowa, el la que se graduó en 1891
de doctor en leyes. Terminada su carrera, en vez de pensar en abrir
su estudio y buscar una clientela, decidió recorrer el mundo, en
cualesquiera condiciones que le fuera posible, ver a los hombres de
cerca, presenciar sus luchas, participar de sus esperanzas y dolores,
escuchar sus quejas, para de ese modo, extrayendo de su experiencia
todo aquello que pudiera ser útil, concretarlo en una idea simple y
hermosa; fomentar la fraternidad entre el mayor número posible de
grupos de hombres, reunidos en clubes rotarios, primeramente en su
país y luego en el mundo entero.
Para realizar tan novedosa idea, hizo, como el célebre novelista
norteamericano, Jack London: ira vivir la vida dura de los que
trabajan y sufren. Principió el joven abogado trabajando como
reportero en diarios de Denver y San Francisco. Luego recorrió las
rudas regiones de los pintorescos y bravos "cow-boys", trabajando
como uno de ellos; viajó, como pudiera, en trenes de carga, vendió
naranjas en Lousiana, y granito en otras partes. En barcos de
transporte de ganado, como simple obrero, fue dos veces a Europa, y
de regreso, en 1896, juzgó que ya había acumulado experiencia
suficiente para realizar la idea que había germinado en su mente y
que largas reflexiones había ido perfeccionando. Pero, ante todo, era
necesario reunir recursos y adquirir reputación. Para ello abrió su
estudio de abogado y, al cabo de nueve años de constante e
inteligente labor, había reunido una discreta fortuna. Su contacto con
hombres de negocios, le había hecho pensar que su primera idea de
promover la fraternidad, podía completarse y armonizarse con esta
otra: unir a los hombres de negocios ocupados en distintas
actividades, facilitando así un acercamiento útil y necesario, primero
en su país y luego entre todos los hombres de negocios y
profesionales de todo el mundo.
Tres de sus amigos, compenetrados de las posibilidades de la idea de
Paul Harris, se unieron a él y fundaron en 1905 en Chicago, el
primer Rotary Club que hubo en el mundo. Fue aquella una especie
de pequeña planta, que cuidaba con amor, iba a dar semillas que
germinarían, germinan y seguirán germinando en el mundo entero.
Un éxito inesperado coronó desde el comienzo la largamente
meditada ilusión de Harris. Cinco años después, organizó la
Asociación Nacional de Rotary Clubes de Estados Unidos. Acogida
con entusiasmo la iniciativa en Canadá e Inglaterra, desde donde
pasó luego a todos los países civilizados del mundo, se formó el
Club Rotario Internacional, que tiene como centro espiritual la
residencia de Harris y su esposa en Chicago, la Comely Bank con su
famoso "jardín de la amistad", en donde ambos recibían a los
admiradores y amigos que llegaban de todas partes del mundo.
Y esa fue la obra sencilla, cordial, inteligente y humana, concebida y
realizada con fe inalterable por Paul P. Harris.
El 17 de marzo de 1936 Harris llegó a Buenos Aires, en donde
permaneció durante dos semanas y en donde fue objeto de múltiples
y afectuosos agasajos organizados por el Rotary Club de esta capital.
Jean Thomson Harris
Siempre deseé conocer la vida de la esposa de Paul Harris y de qué
manera lo había acompañado, a través de 37 años, por los caminos
del Rotary.
Jean Thomson, nació en Edimburgo, Escocia, en el año 1881. En
fecha no precisa, en compañía de una hermana, se trasladó a los
Estados Unidos y fijó su residencia, en la ciudad de Chicago.
Conoció a su esposo, en la primavera de 1910 y, a los tres meses, en
una tarde de julio, contraen enlace. Hacía cinco años que Paul había
fundado la primera Institución de servicio, en el mundo. Al ser
electo Presidente de la Asociación Nacional de Rotary Clubes, tuvo
oportunidad de hacer muchos amigos con quienes, en compañía de
su esposa, compartían interminables charlas. Mientras tanto, crece
en forma incontenible, el movimiento rotario que llega a cubrir
cinco continentes. Los Harris resuelven, en la oportunidad, visitar
otros países, para llevar, como animosos embajadores, la semilla de
la buena voluntad. Llegaron a la Argentina, en 1936 y, en el término
de 18 días que duró la permanencia, visita ron las ciudades de
Rosario, La Plata y Bariloche. De regreso a Buenos Aires, en
compañía de don David Spinetto, Presidente, a la sazón, del Rotary
Club, plantan un jacarandá, es decir, el Arbol de la Amistad, Jean no
desmaya en la tarea emprendida; recibida en todas partes, con
sincero cariño, comprueba, son sus palabras, "que los hombres son
muy parecidos y que, el corazón humano palpita con la misma
ternura, bajo todos los cielos". En Australia, se lleva a cabo una
conferencia de Distrito y toca a Jean, por primera vez, hacer uso de
la palabra. Se trataba de una reunión de señoras y, felizmente, salió
airosa, acaso empleando la misma sencillez y estilo de Paul Harris.
Muchos fueron los dones de esta mujer excepcional: dulzura,
bondad, prestancia y belleza. Harris, en tanto, pleno de felicidad,
admiraba su aptitud para el servicio. Son sus expresiones:
"Experimento una amplia satisfacción en el hecho de que Jean
comparta mis responsabilidades".
En 1947 muere Harris, y Jean, profundamente abatida, se traslada a
un apartamento. No abandonó empero la vida de servicio como lo
demostró, colaborando eficientemente, en el "Pacific Garden
Mission", brindando ayuda a niños lisiados. AL cumplirse el
cincuentenario de la fundación de Rotary, la Convención de
Chicago, le ofrece un cálido y emocionado homenaje. En el mismo
año, habiendo cumplido 74 años, regresa a Edimburgo, Escocia, su
tierra natal. Muere en el año 1963, provocando un pesar muy hondo
entre los rotarios.
Sra. Jean Thomson de Harris
Una lápida exhibe esta reflexión póstuma: "Ella hizo todo lo que
pudo". Después de su muerte, Jean Thomson Harris ha recibido
homenajes del rotario Alex Cocker que incluyó en su conocido
catálogo una rosa que denominó con su nombre y del Rotary Club
de St. Louis de Edimburgo, que hizo colocar una placa de bronce en
la casa de su nacimiento. Tienen siempre vigencia sus propias
palabras a las mujeres: "Estimulen a sus esposos en el trabajo
rotario. Ellos son mejores hombres cuando regresan de las
reuniones. Rotary sostiene altos ideales y aspira a que sus hombres
siempre sean mejores hombres".
Correspondió al entusiasta presidente de R.I., Stanley MacCaffrey,
dedicar, en Dallas, un plenario de la Convención, a las esposas de
los rotarios en el mundo. Es una hermosa oportunidad para traer el
recuerdo de quien compartió con su esposo la gloria que es Rotary e
hizo el movimiento rotario mucho más de lo que es posible lograr.
Gracias Jean, por vuestra "constante fe y rica en el servicio", gracias
por haber sido compañera, motivadora, ejemplo y dedicación".
Este homenaje justo, emocionado, será guía y camino en el quehacer
de quienes vinculados con Rotary, luchan en busca de un mundo
pleno de esperanzas, amor y paz.
Bibliografía
60 años en el ideal de servicio, por Rodolfo Fenocchi, Uruguay,
1979.
Del Valle del ideal a la cumbre de Rotary, por Paul Harris, Rosario,
1966.
"Jean Thomson Harris", por Celia Elena Cruz de Giay, artículo
publicado en la revista "Vida Rotaria".
Buenos Aires y unas páginas de Paul Harris
Veinticinco páginas le dedica Paul Harris a Buenos Aires en su libro
Peregrinations, volumen III, recordando su visita de 1936 a
América del Sur.
El fundador de Rotary ofrece, entre líneas, numerosos datos de
interés. Se alojó, a su llegada, en el Hotel Continental. Con mucha
cortesía insistieron él y su mujer Jean ante los rotarios de Buenos
Aires para estar en un lugar confortable más que en el lujoso hotel
en el que habían hecho reservas para su estada en la Argentina.
Ello define su sencillez y también la certeza –según sus palabras-
que por su causa el movimiento rotario no sufrirá materialmente ante
la estimación de los amigos de América del Sur.
18 días en Buenos Aires
Recuerda que estuvo en Buenos Aires dieciocho días. Había visitado
La Plata, el Tigre, Rosario, y se lamentaba, pues no pudo estar
presente, a causa de una indisposición, en la conferencia de Distrito
de Mar del Plata. También visitó Montevideo. Luego, desde Buenos
Aires, partieron para Santos, Brasil.
Uno de los motivos de su viaje: Paraguay
Uno de los motivos de su viaje fue el de visitar el Paraguay,
entrevistarse con los rotarios de Asunción. Pero los disturbios
políticos de la nación hermana hicieron necesario el cambio. Por lo
tanto, no obstante la insistente invitación, la primera que le
efectuaron desde América del Sur, no pudo dialogar con sus amigos
paraguayos.
Buenos Aires: impresiones
Comenta que a las reuniones y recepciones –ya lo hemos consignado
a través de las crónicas- lo acompañaron Víctor Abente Haedo,
gobernador del Distrito 63, y David Spinetto, presidente del Rotary
Club de Buenos Aires.
"Me impresionaron –escribe en estas Memorias desconocidas entre
nosotros- las arboledas a lo largo de las avenidas porteñas parecidas
a las de Paris. Agrega. "Por lo general, en las grandes urbes los
árboles se sacrifican para mayor comodidad del tránsito".
Le llamó la atención –en esos años-, la falta de barrios de
emergencia. En Buenos Aires no existían. Vinieron después, con la
llegada del hombre sin recursos del interior del país,
aproximadamente en 1945.
Hace el elogio del Jockey Club, ubicado en 1936 en la calle Florida,
"combinación de galerías de arte, biblioteca, club atlético y social".
Allí, en sus salones, se le ofreció el primer almuerzo y se le recordó
que en ese mismo lugar, Jorge Mitre y un grupo de rotarios fundaron
el primer Club rotario de la Argentina.
La estética: su importancia
A medida que conocía la ciudad de Buenos Aires daba su parecer
acerca de los habitantes. Esta era su impresión: se le otorga más
importancia a la estética en contraste con la devoción americana que
se ciñe a todo lo práctico.
No dejaba de observar los monumentos de la ciudad, ubicados,
muchos de ellos, en espacios abiertos y rodeados de árboles. Le
impresionó, escribe, su visita al mausoleo del General San Martín.
Los inmigrantes
Paul Harris afirmó que la colonia italiana fue la que mejor se
amalgamó con los criollos, descendientes de españoles. Ocupa –
escribe- parecido lugar en las zonas trigueras locales que el de los
alemanes y los escandinavos en zonas cerealeras de los Estados
Unidos.
La importancia de los diarios
En Buenos Aires no pudo entrevistarse, como hubiera querido, con
todos los directores de los diarios. Lo lamentó. En Buenos Aires, La
Nación, La Prensa, gozan de envidiable prestigio –sostiene- en
relación con los diarios europeos. Sus editoriales demuestran la
jerarquía y una mayor inclinación a la filosofía que los que publican
los diarios norteamericanos.
Fustiga a las agencias informativas de su país, por su inclinación al
sensacionalismo y a la noticia exagerada. A veces se inventan
hechos sangrientos de manera deliberada o historias de crímenes y
violencias "traicionando a su país por unos pocos pesos".
"Mientras –consigna- los diarios norteamericanos destaquen los
escándalos en la primera página y se releguen a un segundo plano
todo lo inherente a la educación y a la cultura, mal podemos
quejarnos de los diarios de América del Sur que se dedican a hacer
lo mismo. Ellos no tienen obligación de cuidar nuestro nombre si no
lo hacemos nosotros".
A continuación, Paul Harris reflexiona: "No obstante, creo que hay
un gradual interés por dialogar y mantener un mejor acercamiento
entre los pueblos de las dos Américas".
Sarmiento y la educación norteamericana
Horace Mann es un hombre respetado en la Argentina. Acaso más
que en los Estados Unidos. Se menciona a John Dewey tanto o más
que en nuestra patria, afirma. Sarmiento introdujo –recuerda- el
sistema americano de educación en la Argentina. Contrató maestros
en América del Norte. Estos educadores son recordados con respeto
en algunos colegios que llevan sus nombres. Ello es un verdadero
ejemplo de entendimiento entre las dos Américas.
Cupertino del Campo: ICANA
Una de las entidades que trabaja por la mejor cooperación entre la
Argentina y los Estados Unidos es ICANA (Instituto Cultural
Argentino-Norteamericano). A Cupertino del Campo se le debe la
iniciación en la época de su presidencia en el Rotary Club de Buenos
Aires. También fue gobernador del Distrito 63 y ocupó otros cargos
que lo ubican entre los más apasionados y decididos propulsores de
Rotary en la Argentina.
Paul Harris y los estudiantes
Habló, durante su estada en Buenos Aires, en ICANA, ante tres mil
estudiantes. Tres mil jóvenes argentinos estudian inglés, se repitió.
La fundación de esta institución se le debe a los miembros del
Rotary Club de Buenos Aires.
Otras visitas
Visitó el hipódromo de Buenos Aires. También la Lotería Nacional.
Me dicen –escribe- que su importancia es tal en la Argentina que
apostar se transformó en un vicio.
Los premios menores de la Lotería Nacional
Menciona este dato curioso. Como casi nadie retiraba los premios
menores de la Lotería Nacional, se acumuló una suma fabulosa. Un
abogado descubrió que había millones de pesos disponibles a causa
de ello en la tesorería de la lotería. No se podía disponer del los
mismos. El problema fue cómo hacerlos trabajar con interés y
beneficio para la comunidad. Se fundó entonces un club. Se logró,
legalmente, el uso del dinero. Así nació el Club Gimnasia y
Esgrima.
La diferencia está –dice- entre los latinos y los habitantes de su
patria en lo siguiente: en los Estados Unidos nunca se hubiera
acumulado tanto dinero por premios menores de la lotería. Siempre
los ganadores están dispuestos a reclamar lo que les pertenece.
Elogia a los argentinos
En la última parte de su memoria sobre Buenos Aires, Paul Harris en
Peregrinations elogia la actitud de los argentinos, su cordial
disposición ante la llegada del inmigrante.
Hechos sobresalientes en la vida de Paul Harris
En Racine, Wisconsin, el 19 de abril nace Paul Harris, segundo hijo
de George H. Harris y Cornelia Bryan.
Julio. Como consecuencia del dificultades económicas, George H.
Harris y su hijo Cecil regresan a Racine, a casa de los abuelos
paternos, Howard y Pamela Harris, en la aldea de Wallingford,
situada en el llamado País de las Montañas Verdes, en el estado de
Vermont, de la región de Nueva Inglaterra.
George H. Harris y su hijo Cecil regresan a Racine. Paul se queda a
vivir con sus abuelos, en Wallingford. El primer amigo, Fay
Stafford, llena de vacío dejado por el alejamiento de Cecil.
Setiembre. Paul va al jardín de Miss Sherman, en la escuela primaria
de Wallingford.
Setiembre. En tiempo de clases se traslada a casa de su tío, el doctor
George Fox, en el pueblo vecino de Rutland, para hacer el segundo
grado en la escuela local.
Concurre a la Academia de Black River, en el pueblo de Ludlow,
como alumno interno. Pronto es despedido de la Academia, a causa
de sus travesuras.La adolescencia en Wallingford, y poblaciones
vecinas en el Estado de Vermont.
1875 a 1875. Setiembre. Hace estudios en el departamento de
Primaria, de la Universidad de Vermont, en Burlington.
Prosigue sus estudios en Princeton.
1887 a 1888. Marzo. Muere el abuelo Howard Harris, en
Wallingford, a los 86 años de edad. Paul viaja a Wallingford pero
llega cuando el abuelo ha muerto.
Concluye en junio sus estudios en Princeton. Pasa el verano con la
abuela, en Wallingford. En setiembre se desmantela la vieja casa del
doctor George Fox y su esposa Mellie Harris; Paul comienza a
trabajar en la Sheldon Marble Company, en West Rutland.
Setiembre. Inicia sus estudios de derecho en la Universidad de Iowa.
1889. Octubre. Muere Pamela Harris, la abuela.
1891. Traba amistad con Will Mullin, en Iowa. Will, versado en
literatura británica, lo confirma en su interés por las letras inglesas.
1891. Junio. Se gradúa como abogado en Iowa.
1891. Julio. Comienza a realizar un plan de cinco años de
experiencia para conocer el mundo y la vida. Toma trabajos
temporarios sucesivamente en Idaho, Colorado, California, Florida,
Kentucky, Tennesse, Georgia, Virginia, Pennsylvania y Maryland.
1893. Continúan los viajes. Presencia en Washington D.C., la
asunción del mando por el presidente Crover Cleveland. Viaja a
Inglaterra. Visita al regreso la Exposición de Chicago.
1894. George Clark, marmolero de Jacksonville, Florida, lo envía a
Europa en viaje de negocios. Recorre Gran Bretaña, Francia, Suiza,
Italia, Austria, Alemania, Bélgica y Holanda.
1896. 27 de febrero. Llega a Chicago para radicarse definitivamente,
en el momento de la gran depresión financiera. Comienza a trabajar
en su profesión de abogado. En este año se hace socio de la
Asociación de Abogados, la de Comerciantes, el Círculo de la
Prensa y el Club de los Bohemios.
1896 a 1899. Asiste los domingos a oficios religiosos en templos
congregacionistas, católicos, cuáqueros, teosóficos, bahitas, judíos,
metodistas, presbiterianos y bautistas.
1900. En una noche del verano, paseando con un amigo y colega por
las inmediaciones del Parque Rogers, concibe la idea de fundar
Rotary.
1905. 23 de febrero. Funda el Rotary Club de Chicago. Nombra
a Sylvester Schiele como primer presidente del Club.
1905. Dos o tres meses después de la fundación se están
realizando reuniones rotarias semanales no ya en las oficinas de los
socios, sino durante cenas que se hacen en distintos restaurantes y
hoteles.
1907. Es nombrado Presidente del Rotary Club de Chicago.
Declara su intención de difundir Rotary en todo el país e inicia
gestiones para tratar de fundar un Rotary Club en Nueva York,
gestiones que recién tendrían éxito en 1909.
1907. Es co-fundador del "Prairie Club" (Club de la Pradera), en
Chicago.
1908. Febrero. Es reelecto Presidente del Rotary Club de Chicago.
1908. Lleva a Rotary a Manuel Muñoz, a quien desde el principio
interesa en la expansión de Rotary. En octubre Paul renuncia a la
presidencia del Rotary Club de Chicago para dedicarse
exclusivamente a promover la extensión externa. En noviembre se
funda el segundo Rotary Club, en San Francisco.
1910. Julio. Paul se casa con Jean Thomson.
1910. 15 de agosto. Se inicia en Chicago la primera Convención de
Rotary. La Convención creó la Asociación Nacional de Rotary
Clubes y nombró a Paul presidente del nuevo organismo. El
Fundador concibe en ese año la expansión rotaria fuera de Estados
Unidos. En noviembre se funda en Winnipeg, Canadá, el primer
club del exterior.
1911. En enero funda la revista "The National Rotarian" que
posteriormente –Convención de Duluth, 1912- iba a convertirse en
"The Rotarian", como consecuencia de la internacionalización de
Rotary. La Convención de Portland reelige a Paul Presidente de la
Asociación Nacional de Rotary Clubes. El Club de Winnipeg
solicita su ingreso en dicha Asociación.
1912. Compra, para vivienda, la casa de Parque Morgan, en la colina
arbolada de los alrededores de Chicago.
1912. Convención de Duluth. Paul se retira del servicio activo y la
Convención lo nombra Presidente Emérito de la Asociación
Internacional de Rotary Clubes al crearse este organismo en
substitución de la Asociación Nacional de Rotary Clubes.
1919. Cornelia Harris, madre de Paul, muere en Denver,
Colorado. El hijo está presente en sus últimas horas.
1922. Convención de Los Angeles. La Asociación Internacional de
Rotary Clubes camina si nombre por Rotary International. Paul
Harris pasa a ser Presidente Emérito de Rotary International.
1926. En diciembre muere George H. Harris, el padre, a los 84 años
de edad.
1926 a 1945. Período de los grandes viajes internacionales de Paul y
Jean. Visitan los cinco continentes. Llegan a la Argentina en 1936.
1947. El 27 de enero muere Paul Harris en su casa de "Comely
Bank".
"Poned sobre mi tumba la guirnalda de flores espirituales que
siempre cultivé. La más bella de las flores: la flor de la amistad."
Paul Harris: Del valle del ideal a la cumbre de Rotary (Edit. Rotaria
Argentina, Rosario, 1966).
CAPITULO V
SE FUNDA EL PRIMER ROTARY EN LA ARGENTINA
1919. Hipólito Yrigoyen, presidente. Panorama mundial del 8 de
noviembre de 1919. La República Argentina y su primer Rotary. "La
Nación" de ese día. Sucesos locales. La fundación del Rotary Club
de Buenos Aires. Bibliografía. Crónica fundamental. Ghigliani y
Van Domselaar. Acta de fundación ¿Quién era Horacio Casco? "La
Nación" (9-11-1919).
Hipólito Yrigoyen, Presidente
El cargo de Presidente de la Nación lo ocupó, entre el 12 de octubre
de 1916 y el 12 de octubre de 1922, Hipólito Yrigoyen.
Había nacido en Buenos Aires, el 12 de julio de 1852. Hacendado.
Pertenecía a la Unión Cívica Radical. Se lo considera su líder.
Había sido elegido vicepresidente D. Pelagio Baltazar Luna, quien
falleció el 25 de junio de 1919.
Panorama mundial del 8 de noviembre (La Nación, sábado 8 de
noviembre de 1919).
La República Argentina y su primer Rotary
El sábado 8 de noviembre de 1919, un grupo de ciudadanos
argentinos y dos delegados del recientemente fundado Rotary Club
de Montevideo, se reúnen en el Jockey Club de Buenos Aires, para
crear el primer Rotary Club del país.
"La Nación" de ese día
Ese día, 8 de noviembre de 1919, "La Nación" trae las siguientes
noticias destacadas:
1) El presidente Wilson acepta reservas que no anulen el pacto de la
Liga. Por dicha cláusula se requiere que otras tres grandes potencias
acepten las reservas al tratado de paz de Versailles.
2) El ministro Lebrun renuncia. La prensa opositora acusa a M.
Clemenceau de incurrir en un acto dictatorial.
3) Roma. La apelación del general Capello. El ex jefe del segundo
ejército acusa a la comisión investigadora del revés de Caporetto y
de haberse extralimitado en sus funciones y pide, por lo tanto, la
anulación del decreto que lo coloca en situación de retiro. Nunca fue
interrogado sobre las acusaciones que contra él hace el informe.
4) Se considera que ha fracasado el segundo ataque a Petrogrado. La
caballería bolchevique dispersa a los contingentes rusos en la región
de Catchira a Luga.
5) Los restos del poeta Amado Nervo. El crucero Uruguay en viaje a
Veracruz lleva a su bordo los restos de Amado Nervo fallecido en el
Uruguay, mientras se desempeñaba como embajador de México.
6) Londres. Un médico aconseja los grandes dirigibles como
sanatorios para tuberculosos y de otras enfermedades que se curan
respirando aire puro.
7) Londres. 11 de noviembre. Celebración del Armisticio en la Gran
Bretaña. Al cumplir el año de la hora en que se firmó el Armisticio
cesarán por espacio de dos minutos las diversas actividades en todo
el imperio británico.
8) Las violaciones del Armisticio. El Tratado de Versailles no
entrará en vigor hasta que Alemania cumpla a satisfacción de los
aliados las cláusulas del Armisticio.
9) El vicealmirante con Capelle declaró ante la comisión encargada
de investigar las responsabilidades de la guerra, que los submarinos
alemanes no alcanzaron éxito en la campaña contra los transportes
de los Estados Unidos debido a los inventos que contra la acción
submarina habían realizado los técnicos británicos y
norteamericanos.
10) Nueva York. El "New York Times" critica la primera
conferencia dada anoche por D. Vicente Blasco Ibáñez, quien
declaró que estado actual de España no es un estado de decadencia,
sino de anemia.
11) El presidente uruguayo, Dr. Brun desmiente los rumores
circulantes sobre un golpe de Estado.
12) Más de 50.000 personas pudieron, en San Diego, California, oír
perfectamente un discurso del presidente Wilson gracias a grandes
megáfonos suspendidos en las tribunas y conectados con otros
pendientes sobre la multitud.
13) La Cámara Brasileña de Diputados aprueba el Tratado de la Paz
de Versailles firmado entre los aliados y Alemania.
14) El prestigio de las mujeres en la Unión. La Junta Nacional de la
Asociación Cristiana de Jóvenes declaró que las sudamericanas
estaban más adelantadas que sus hermanas de Estados Unidos en
cuestiones comerciales, aun cuando estaban más atrasadas en cuanto
a costumbres.
15) La página editorial de La Nación: El primer editorial se refiere el
debate político: violaciones constitucionales del Ejecutivo. Trae dos
artículos: "La Gran Bretaña y el problema del Pacífico", por John
Parr, y "Cartas Españolas: el congreso de las ciencias", por José
María Salaverría.
16) Celebración de Centenario de la muerte del general González
Balcarce.
17) Vuelo con pasajeros desde Buenos Aires a Mendoza. El Dr.
Carlos Alberto Leumann, redactor de "La Nación", telegrafía sus
impresiones.
18) Exposición Nacional de Reproductores sin pedigree en el local
de Palermo.
19) Un notable vuelo sobre la ciudad. El teniente de fragata Marcos
Zar evoluciona a escasa altura y ejecuta pruebas de acrobacia aérea.
Vuelos en el Palomar.
20) Congreso Nacional del Partido Socialista de San Nicolás.
Sucesos locales
En la República Argentina tiene repercusión la llamada "Semana
Trágica de Enero".
Se apoya todo lo relacionado con la aviación. Las hazañas de este
año destacan a los aviadores Locatelli, que une Santiago y Buenos
Aires, y luego a Zanni, Parodi y Matienzo. También intentan cruzar
la cordillera de los Andes. Muere, en ese intento, el aviador
Matienzo.
La FORA levanta la huelga general.
El presidente Hipólito Yrigoyen soporta 367 huelgas y las
agitaciones populares conmueven a más de 300.000 obreros.
Fallecen: el autor teatral Martín Coronado; el ex vicepresidente de la
Nación, Dr. Victorino de la Plaza.
Se juega el Campeonato Sudamericano de Fútbol en Río de Janeiro.
La avenida de Mayo está de moda, pero no logra alcanzar el ritmo
internacional de la calle Florida, que ostenta todos los días, según
Martínez Estrada, el traje del domingo.
Todavía, la población de Buenos Aires recuerda la gran nevada –
suceso inusitado en Buenos Aires- el 22 de junio de 1918. Ese día la
temperatura alcanza, después de las 17, a cero grado, y los copos de
nieve caen sobre la ciudad ante la curiosidad y el asombro y ante
algunos porteños alborozados.
La fundación del Rotary Club de Buenos Aires
El Jockey Club de Buenos Aires, fundado por Carlos Pellegrini,
cuya entrada en la transitada calle Florida, presidía la "Diana", de
Falguère, acogió en sus salones, el 8 de noviembre de 1919, a un
grupo de personalidades argentinas y uruguayas que concurría
imbuido de un ideal y quería extender el movimiento rotario.
Es de imaginar el diálogo esperanzado de estos hombres del
periodismo y de la empresa, argentinos, neozelandeses, ingleses,
uruguayos y norteamericanos que iban a sembrar la bellota –según la
metáfora preferida de Harris-, esa bellota que debía multiplicarse no
sólo en la República Argentina, sino también en el Uruguay, el
Brasil, Bolivia, Paraguay, Perú y Chile.
En el Jockey Club de Buenos Aires se reunieron los rotarios
uruguayos y argentinos para fundar el primer Rotary Club de
Buenos Aires en 1919. (El frente del edificio, como se puede
apreciar, daba a la calle Florida).
El ámbito para la creación era un ámbito culto, el más señorial de
Buenos Aires. Estaban presentes, el 8 de noviembre de 1919, los
representantes del Uruguay, autorizados para este noble quehacer o
propósito, por la "Asociación Internacional de Rotary Clubes" (así
se denominaba entonces) para crear en Buenos Aires, justamente en
"Buenos Aires Rotary Club", los señores Jorge A. Mitre, luego
elegido presidente; Teodoro Bourse (secretario); Noel F. Tribe
(tesorero); Santiago O’Farrell, Marsich N. Stiles, H.C.H. Watrino,
George Juneyl, C.H. Abbot, P.B. Browne (conocido jugador del
Alumni).
Se declaró fundadores, además, a Julio A. García, José A.
Cortejarena (entonces Director del vespertino "La Razón"), C.F.
Welhauer, Juan Lalor y Eugenio C. Noé.
En representación de los "amigos uruguayos" estaban presentes
Francisco Ghigliani, periodista, director de "El Diente Mellado",
quien a menudo polemizaba con otro uruguayo, excelente humorista,
que le contestaba desde un incipiente boletín del club montevideano,
y también vino a Buenos Aires, el miembro fundador del Rotary
Club hermano, D. Cornelio van Domselaar.
Bibliografía
La Nación, 9 de noviembre de 1919, Buenos Aires.
Rodolfo Fenocchi: 60 años en el ideal de servicio (Apuntes para la
historia de Rotary en el Uruguay) 1979.
Darío Enrique Bello: Rotary en Chile.
Crónica fundamental
En La Nación, de Buenos Aires, se dio a conocer el domingo 9 de
noviembre de 1919, la siguiente crónica que, en lo fundamental,
refleja el acto de creación del Rotary Club de Buenos Aires.
Su primer presidente fue, como se desprende del acta de fundación y
de esta crónica, el Dr. Jorge A. Mitre, abogado y periodista, director
entonces de La Nación (Director: 1912-1932). En todas las listas de
socios, y en crónicas de los diarios, muy pocas veces se lo menciona
como director de La Nación –no sabemos cuál es el motivo- y
sencillamente aparece así: "Jorge A. Mitre: Diario de la mañana".
(Tal vez presumimos, así se denominaba entonces su clasificación.
No habiendo Libro de Actas ni Archivo de la época, la incógnita
persiste.)
Según un párrafo de esta crónica, se afirma que en América del Sur
"funcionan varias filiales". Pero, en verdad –perdonen el desliz del
periodista- la única activa era la de Montevideo, Uruguay.
Luego la segunda, fue Buenos Aires, el 8 de noviembre de 1919; la
tercera, el 29 de enero de 1921, Río de Janeiro, por iniciativa,
también, del voluntarioso D. Heriberto Coates, y el 13 de abril de
1923, el de Valparaíso, Chile, actuando asimismo como figura
importante en la fundación del club de Valparaíso.
Así lo expresa D. Darío Enrique Bello en su libro Rotary en Chile.
Por su parte, Julio Navarro Monzo –escritor de El Destino de
América y periodista talentoso- en el almuerzo del restaurante
"Lucien", en Chile, dio a conocer los fines de Rotary, quedando
todos conformes con sus declaraciones y prometieron cooperar en
efectuar la organización en Valparaíso. Luego, el 13 de marzo de
1924, Heriberto Coates, incansable propulsor de Rotary, dictó una
charla de adoctrinamiento, antes de viajar, para asistir a la
Convención de la Asociación Internacional de Rotary Clubes (hoy,
Rotary International) en Toronto.
Acta Constitutiva del Rotary Club de Buenos Aires
Acta de fundación del Rotary Club de Buenos Aires, con la firma de
Jorge Mitre, Van Domselaar, T.R. Bourse y Ghigliani.
Ghigliani y Van Domselaar
Es de imaginar el regocijo de estas personalidades porteñas, con la
presidencia de Jorge A. Mitre, en el almuerzo del Jockey Club, ante
esta fundación, cuyo resultado no podían imaginar en esos
momentos.
Seguramente Jorge Mitre pronunció un discurso improvisado –
quienes lo conocimos sabemos que lo hacía con elegancia,
humorismo y palabra fluída- que no registran las crónicas de la
época, y Van Domselaar y Ghigliani, habían explicado, en esa
reunión constitutiva, los principios del rotarismo, acaso exaltando el
"Dar de sí antes de pensar en sí".
Los amigos uruguayos llevaron el informe –una copia del acta
constitutiva-, pues tenían que dar cuenta a través del club
montevideano –nuestro padrino- a la institución central que se la
conocía entonces por Asociación Internacional de Rotary Clubes
(hoy Rotary International). La finalidad era la de lograr la carta
constitutiva para la flamante filial porteña.
Acta de fundación
En un papel, con el logotipo del Jockey Club, se hizo el acta de la
fundación del "Buenos Aires Rotary Club"
En Buenos Aires a 8 de noviembre de 1919 en los salones del
Jockey Club en presencia de los señores Don Francisco Ghigliani y
don Cornelio van Domselaar debidamente autorizados por la
Asociación Internacional de Clubes Rotarios para constituir en
Buenos Aires el "Buenos Aires Rotary Club" y con asistencia de los
señores doctores Jorge A. Mitre, Santiago O’Farrell y Señor Noel F.
Tribe, Meredith N. Stiles, H.C. Watkins, Patricio B. Browne, Jorge
Kunegh, C. H. Abott y Nelson Wisner, M. López Marin y F.R.T.R.
Bourse, se declara fundada la institución designándose:
Presidente: D. Jorge A. Mitre; Secretario: T.R. Bourse, y Tesorero:
Noel F. Tribe.
Para constancia se labra la presente acta que firma el presidente y
secretario del Buenos Aires Rotary Club y los representantes de la
Asociación Internacional de Clubes Rotarios.
Se declaran también fundadores los señores Julio A. García, José A.
Cortejarena, C.T. Wellheuer, Juan Lalor y Eugenio C. Noé, quienes
no estando presentes, se adhirieron al Club por escrito. Firman:
Jorge A. Mitre, Teodoro R. Browne, Francisco Ghigliani y Cornelio
van Domselaar.
¿Quién era Horacio Casco?
Horacio Casco fue Intendente Municipal de la Ciudad de Buenos
Aires en esos años. Así figura en una crónica publicada el 6 de junio
de 1927, en "El Rotariano Argentino". (Publicación oficial de los
Rotary Clubes de la República Argentina.)
Fue invitado al almuerzo rotario de ese día. Se le rindió homenaje al
Dr. Rafael Cullen, quién había sido socio de la institución.
El Dr. Cupertino del Campo destacó asimismo la actuación de Dr.
Casco al frente del municipio, debido a su iniciativa "por primera
vez tendría lugar la celebración solemne del aniversario de la
fundación de la ciudad, a cuyos actos se adhería el Rotary Club".
Estaban presentes, entre otros, Cupertino del Campo, Gustavo
Martínez Zubiría, Noel F. Tribe, Atilio Dell’Oro Maini, Angel
Sánchez Elía, Tomás Amadeo, Patricio R. Browne, Alejandro E.
Bunge, Arturo Capdevilla, Alfredo Colmo, Enrique Gil, Manuel
López Marín, Arnaldo Massone, Oscar Rodríguez Saráchaga, Erico
Werth y Clodomiro Zavalía.
Presumimos, y no hemos encontrado antecedentes, que el Dr. H.
Pueyrredón (h), era Honorio Pueyrredón. Fue ministro de Relaciones
Exteriores en la primera presidencia de Yrigoyen. Carlos Alberto
Pueyrredón, en cambio, era un bibliófilo que, en la Argentina,
atesoró las ediciones más extrañas y cotizadas de El Quijote.
"La Nación" 9-11-1919
Crónica publicada en ocasión de la reunión constitutiva del Rotary
Club de Buenos Aires.
Ha quedado constituida esta nueva institución. Designación de sus
autoridades entre los primeros adherentes.
El programa por desarrollar
Hace ya muchos años un grupo de comerciantes de los Estados
Unidos, pertenecientes a diversas actividades, completamente
alejados, en razón de sus ocupaciones, los unos de los otros, sin más
relación aparente que la provocada por sus intereses, reuniéronse en
torno a una mesa, impelidos por un simple azar que lo propiciara en
un buen momento.
Quedó en dicha comida fundado el "Rotary Club" de Chicago,
ciudad en que hoy tiene las oficinas centrales la "International
Asociation of Rotary Clubs".
Si puede ser nueva entre nosotros esta denominación, no lo es en
Estados Unidos y en algunas ciudades del resto de América, donde
función la extraña institución que casi totalmente carece de locales
propios. Como su nombre lo indica, los miembros de la misma
deberán celebrar sus deliberaciones en diversos parajes y lugares
cada vez, aunque la traslación exija un esfuerzo mayor que los
habituales.
Propagados sus propósitos a través de toda la América del Norte,
pocos son en el día los grupos de población que no posean su
"Rotary". En Sud América funcionan varias filiales y desde ayer
Buenos Aires tiene la suya.
Un grupo de miembros de dicho grupo que actualmente se halla en
el país, inició recientemente activa propaganda a favor de su
fundación aquí, y en un almuerzo realizado en el Jockey Club, tal
como lo disponen las costumbres de la institución, quedó constituído
el comité local del "Rotary Club de Buenos Aires".
A la reunión asistieron, especialmente invitados por los
organizadores, los señores Van Domselaar y Ghigliani, de la similar
montevideana, quienes deberán informar oportunamente a la
asociación sobre lo resuelto, a fin de que ella formule la carta
orgánica para la filial porteña.
Fue elegido presidente de la Junta provisional D. Jorge Mitre,
director de La Nación, completando las autoridades de aquélla, D.
Teodoro R. Bourse, en el cargo de secretario, y don Noel F. Tribe,
como tesorero.
La organización general de los "Rotary" responde, en primer
término, a que cada gremio o actividad industrial tenga un
representante en el seno de la agrupación, siendo sus propósitos
primordiales los siguientes:
Promover y desarrollar: la más íntegra corrección en los negocios y
profesiones; tener los más dignos ideales en cada empresa, la
preocupación constante de cada adherente por la prosperidad cívica,
comercial, social y moral de la comunidad; la oportunidad de las
nuevas ideas para el éxito; intercambio de proyectos y métodos de
negocios tendiente al aumento de los beneficios y utilidades de los
asociados y el completo reconocimiento de la dignidad de todas las
profesiones y ocupaciones legítimas, con arreglo a fin de propender
el progreso de la humanidad. La historia de los "Rotary Clubs" no es
mayormente extensa. Fundado en Chicago, en 1905, por Paul P.
Harris, que acababa de regresar de un largo viaje por diversos
países, su iniciador expresa que uno de los lemas de la agrupación
encierra como sello inconfundible la obligación de que el conjunto
enseñe a cada uno de sus miembros a ser un buen ciudadano y un
buen comerciante, para servir mejor a su patria. Ser, además, un
hombre de gran corazón, de ideales liberales, de energía y acción.
Cinco años después existían 16 filiales en los Estados Unidos.
Posteriormente aumentó, y en 1912 se formó la confederación
internacional, uniéndose los Clubs constituídos en el Canadá, Gran
Bretaña y otros países; en 1916 se celebró una convención donde
quedaron aprobados los estatutos generales, el reglamento, la
plataforma, propósitos, beneficios y obligaciones de los asociados.
CAPITULO VI
LOS PRIMEROS SOCIOS
Los primeros egresos. ¿Quién era E. Uriburu? Carta constitutiva en
1920. Una estadística curiosa del movimiento de socios: 1919 a
1930. Entre 1920 y 1926. Espíritu tesonero. Setenta y nueve
socios:1926-1927. Entre 1927 y 1928: ochenta y ocho socios. Los
egresos. Primeros socios honorarios del Club. Entre 1928 y 1929
había noventa y ocho socios. Entre 1929 y 1930: ciento quince
socios. En el Rotary Club. Los ciento quince socios.
Los primeros socios
Las dificultades con que contaron los iniciadores del Rotary Club de
Buenos Aires está a la vista. Pocos socios. Algunos, al poco tiempo,
renuncian por razones personales; otros, porque son trasladados del
país por sus empresas centrales, y los menos porque comprenden
que no es fácil vivir con estos principios sencillos, pero
fundamentales. Ello ocurría tal vez, a causa de la escasa asistencia,
otro problema que se repetirá hasta 1930, o de una selección
rigurosa en las llamadas "Clasificaciones" que le imponía la
Asociación Internacional de Clubes Rotarios.
Para el 8 de noviembre de 1919, el Rotary Club de Buenos Aires
aparece con el siguiente número de socios fundadores.
Creemos que, por primera vez, se publica esta lista de diez y seis
socios, rescatada de un viejo archivo. Es un pena que no se conozcan
todas las "Clasificaciones". Textual:
1. C.H. Abbot
2. Teodoro R. Bourse
3. Patricia B. Browne (Seguros marítimos)
4. José A. Cortejarena
5. Julio A. García (Abogacía general)
6. Jorge Kunegh
7. Juan Lalor
8. Manuel López María (Cambios)
9. Jorge A. Mitre (Periodismo: diario de la mañana)
10. Eugenio C. Noé
11. Santiago O’Farrell
12. Meredith N. Stiles
13. Noel F. Tribe (Agencia Financiera)
14. H.C.Walkins
15. C.T. Welheuer
16. Nelson J. Wisner (Publicidad)
Los primeros egresos
En el mismo archivo figura una planilla de Egresos. Entre 1920 y
1926 renuncian al club todavía incipiente, recién constituído, sin
libro de actas y con reuniones quincenales, los siguientes socios:
1.G.G. Cobean (17-5-1926).
2. E. Glücksman (22-6-1926).
3. J. A. de Marval (7-6-1926).
4. Santiago G. O’Farrell (¿fallecimiento?)(...-4-1926).
5. G. Padilla (22-3-1926).
6. E. Uriburu (5-4-1926).
7. C.H. Abbot.
8. Teodoro Bourse.
9. José A. Cortejarena (periodista).
10. Jorge Kunegh.
11. Juan Lalor.
12. Eugenio C. Noé.
13. Meredith N. Stiles.
14. H.C. Watkins.
15. C.T. Welheuer.
¿Quién era E. Uriburu?
Fue Ministro de Hacienda, Gobernador Provisional, Profesor de
Economía (Facultad de Derecho y Ciencias Sociales) y presidente
del Banco Nación.
Santiago G. O’Farrell
De acuerdo con nuestros datos, falleció el 17 de mayo de 1926. En
cambio, según esta lista del Rotary fue en abril de 1926.
Carta Constitutiva en 1920
El Rotary Club de Montevideo, a través de D. Heriberto Coates,
realizó ante Rotary International (entonces Asociación Internacional
de Rotary Clubs) los trámites pertinentes.
El Rotary Club de Buenos Aires recibió su carta constitutiva a los
seis meses y ocho días, o sea en 1920, con posterioridad a su
fundación.
Una estadística curiosa del movimiento de socios: 1919 a 1930
En los primeros tiempos, 1919, la entidad contó con muy pocos
socios: dieciséis en total. Luego fue en aumento, gracias al espíritu
rotario de Werth y Tribe, de quienes se habla tan poco y se los
recuerda menos.
Entre 1920 y 1926
Entre 1920 y 1926 resulta casi imposible referirse al desarrollo del
Rotary Club de Buenos Aires. Por falta de datos, ya que no existe el
Archivo.
No obstante, hemos encontrado una vieja lista de socios, en la cual
aparecen inscriptos, acaso después de un lustro, setenta y tres socios.
Para ello debió transcurrir ese tiempo. Aunque, hasta 1926, quedan
cincuenta y ocho socios.
Espíritu tesonero
Entonces, por los nombres que figuran en esta lista, hay que agregar
a los mencionados Noel F. Tribe (Agencia Financiera), Werth
(Muebles, Decoraciones); a Tomás Amadeo (Museos Sociales),
Emilio Mongay (Lanas); Clodomiro Zavalía (Enseñanza
Universitaria); Cupertino del Campo (Bellas Artes, Pintura), Atilio
Dell’Oro Maini (Derecho Marítimo); Gustavo Martínez Zuviría
(Literatura. Novelista); Carlos Ishiy (Algodón. Producción); Enrique
Cibils Avellaneda (Industria Obrajera) y Angel Sánchez Elía
(Abogacía. Civilista); Enrique Gil (Abogacía Financiera); Carlos
Ibarguren (Academias Universitarias); Rodolfo Moreno (h)
(Abogado criminalista).
Setenta y nueve socios: 1926-1927
En los registros del Rotary Club de Buenos Aires correspondientes a
1926 y 1927, la totalidad de los socios es de 79. Entre los que se
incorporan figuran Juan A. Martín (Marina de Guerra), luego eficaz
presidente del Rotary. Arturo Capdevilla, el poeta de Córdoba Azul,
pero, en este caso, su "Clasificación" es la de "Publicista". Oscar
Rodríguez Saráchaga (Bibliotecas Jurídicas). Alfredo Colmo
(Civilista), también, posteriormente, destacado presidente. Ernesto
de la Cárcova (Enseñanza Artística), de feliz memoria en las bellas
artes más prestigiosas del país, tan es así que una de las instituciones
de arte más prestigiosa de Buenos Aires, lleva su nombre, y Vicente
Almandos Almonacid (Transportes Aéreos), recordado propulsor de
la aviación nacional, y Carlos López Buchardo (Compositor
Musical).
La deserción, entre 1926 y 1927, es de 10 socios. Fallece Rafael
Cullen, el 1° de Junio de 1927, y renuncian nueve miembros de
Rotary. Finalmente, el Rotary Club de Buenos Aires se mantiene
activo con 79 socios.
Entre 1927 y 1928: ochenta y ocho socios
En esta fecha, pródiga por cierto, aparecen como socios, figuras del
quehacer nacional que le darán en el futuro al Rotary Club de
Buenos Aires un señorío y un pulso que será firme y definitivo para
su marcha ascendente entre los clubs hermanos de América.
Arnaldo Massone (Industria farmacológica); Angel Bohigas
(Periodista de La Nación); Rodolfo N. Luque (Periodista de La
Prensa); Max Glücksmann (Cinematografía); Ernesto Lix Klett
(Contratos de Obras Electricas); Bernardo Espil (Ferretería) y
Manuel Escasany (Relojería).
Los egresos
Figuran también, entre otros, en egresos, ese año, el pintor Juan
Carlos Huergo; Gregorio Aráoz Alfaro, Ernesto de la Cárcova,
Arturo Capdevilla y Carlos Correo Luna. En total, 15. Pero
repetimos, habiendo alcanzado la suma de 103 socios, renuncian 15.
Queda un total activo de 88 socios.
Primeros socios honorarios del Club
En esa época –1927-1928-, cuando aparecen los primeros socios
honorarios del club: H. Casco (1-1-28)(socio honorario durante un
semestre), y H. Pueyrredón (h) (1-1-28), este último renunció el 30-
6-1928.
Entre 1928 y 1929 había 98 socios
En este período se produce el ingreso de uno de los hombres que iba
a tener una actuación destacada en Rotary. Se trata de D. David J.
Spinetto.
En 1936, D. David debió, siendo presidente del Rotary Club de
Buenos Aires, acompañar entre marzo y abril, al fundador, Paul
Harris y su señora Jean, quienes visitaban la Argentina, el Uruguay
y Chile.
Ingresó, también, el Dr. Alejandro Ceballos, Clasificación:
Medicina-Cirugía, y José Santos Gollán, Suplementos Ilustrados, de
larga actuación en el diario "La Prensa", padre del socio Dr. José
Santos Gollán.
Habían egresado once socios, entre ellos, Ernesto Padilla, Eduardo
Tornquist, Leonardo Pereyra (h), Hugo Cullen, Matías Sanchez
Sorondo, Emilio Mongay y José María Bustillo.
Entre 1929 y 1930: 115 socios
La revolución de 1930 es, desde el punto de vista político, un suceso
nuevo en el país. La encabezaron conocidas figuras militares y
civiles del ámbito nacional.
En el Rotary Club
Ingresan, entre los más conocidos, al Rotary Club de Buenos Aires,
Laureano A. Baudizzone, en la que se lo colocaría, como es uso y
costumbre en Rotary, en la clasificación "Despachos aduaneros",
quién llegaría a presidente del Club; Nicolás Besio Moreno;
Caminos Carreteros; Saturnino Zamborain (h), "Ingeniería
Agronómica"; Benito Carrasco, "Urbanismo", otra tesonera figura
rotaria; Benjamín Nazar Anchorena, "Industria Vitivinícola-
Bodegas"; Carlos Robertson Lavalle "Hospitales"; Horacio
Bruzzone, "Hacendado-Criador" y Juan J. Reynal, "Hacendado-
Invernador".
Los ciento quince socios
Para ese entonces, la cifra firme de socios, si se descuentan las
renuncias de 10 socios, entre ellos, Angel Bohigas, Rodolfo Moreno
(h), Horacio Damianovich, Manuel Hahn y otros, resulta eficaz
comprobante del trabajo sin pausa y sin prisa a favor del club que
estaba a cargo de un grupo de rotarios, entre los que se hallaban
Cupertino del Campo, que jalonaría una época de oro del Club.
CAPITULO VII
PERSONERIA JURIDICA DEL CLUB
Personería Jurídica del Club, en 1929. El decreto firmado por
Yrigoyen. ¿Buenos Aires Rotary Club o Rotary Club de Buenos
Aires? Fecha definitiva de la fundación del Club. Esta es la fecha
definitiva: 8 de noviembre de 1919. La importancia de la fundación
de 1919. El primer presidente del Rotary Club de Buenos Aires.
Jorge A. Mitre. Primeros secretarios honorarios del Club. Noel F.
Tribe.
Personería Jurídica del Club, en 1929.
Durante la presidencia de Clodomiro Zavalía –según hemos
consignado- se implantaron las reuniones semanales. Rotary
International venía sugiriendo desde hacía tiempo. También se
obtiene el 4 de septiembre de 1929, la Personería Jurídica del Club.
Se aprobó el Estatuto primigenio, con las modificaciones
aconsejadas por la Inspección General de Justicia.
PODER EJECUTIVO NACIONAL
MINISTERIO DE JUSTICIA E INSPECCION DE JUSTICIA
Buenos Aires, 4 de septiembre de 1929
Visto: el pedido de concesión de personería jurídica de la asociación
Rotary Club de Buenos Aires y el dictamen favorable de la
Inspección General de Justicia, atento a que los fines que se propone
la recurrente se hallan comprendidos en la disposición del inc. 5° del
art. 33 del Código Civil, y que su Estatuto, con las modificaciones
aconsejadas por la Inspección General de Justicia y aceptadas por la
asociación se ajusta a los preceptos legales y reglamentarios en
vigor.
El Poder Ejecutivo de la Nación
Decreta:
Art. 1°: Concédese personería jurídica a la asociación Rotary Club
de Buenos Aires, constituído en esta Capital, el 8 de noviembre de
1919, apruébase su Estatuto de fs. Trece (13) a diez y nueve (19),
con las modificaciones de fs. treinta y dos (32), treinta y tres (33) y
treinta y cuatro (34).
Art. 2°: Publíquese, dése al Registro Nacional, anótese, repóngase el
sellado, otórguese testimonio y archívese.
YRIGOYEN
J. DE LA CAMPA
¿Buenos Aires Rotary Club o Rotary Club de Buenos Aires?
Como suele pasar en los comienzos, la designación de una
asociación sufre sus metamorfosis. Así sucedió con la designación
de nuestro club.
En un principio, en el Acta de Fundación, figura como Buenos Aires
Rotary Club.
Con el tiempo, se impone en los pocos documentos conocidos de la
primera época, en las Actas a partir de 1926, y en la Personería
Jurídica esta designación incuestionable hasta la fecha: Rotary Club
de Buenos Aires.
Fecha definitiva de la fundación del Club
A menudo, existen dudas sobre la fecha definitiva que debe tomarse
para registrar la aparición de Rotary en la Argentina.
El 8 de noviembre de 1919 se resuelve su fundación en los salones
del Jockey Club, en la calle Florida. ¿Se parte de esta fecha para
señalar su creación en Buenos Aires?
Algunos socios opinaron que se debía tomar como definitiva la
fecha de la Carta Constitutiva otorgada por la Asociación
Internacional de Rotary Clubes en 1920.
Esta es la fecha definitiva: 8 de noviembre de 1919
El 8 de noviembre, día de su fundación, figura en el decreto cuando
se concede la Personería Jurídica del Club.
Por lo tanto, no hay dudas sobre la fecha definitiva: 8 de noviembre
de 1919.
El primer presidente del Rotary Club de Buenos Aires
Jorge A. Mitre
El primer presidente del Rotary Club de Buenos Aires, por dos
períodos consecutivos, fue este activo periodista, creador apasionado
en su tarea de informar. Cursó además, sus estudios en la facultad de
Derecho y Ciencias Sociales de Buenos Aires. Estuvo al frente de La
Nación, entre 1912 y 1932. Fue, asimismo, copropietario del
vespertino "Noticias Gráficas". Presidió la comisión asesora de la
Dirección Nacional de Turismo. Su obra tuvo eficacia, como
renovador, en La Nación. Luego, al dejar la dirección del diario, su
mejor saber lo dedicó al Museo Mitre, lugar en el que vivió los años
decisivos su antepasado, el general Bartolomé Mitre, presidente de
la República. Ejerció la secretaría de la Dirección del museo desde
su fundación. Luego, a partir de 1936 se lo designó director
honorario. También ocupó el cargo de presidente de la Comisión
Nacional de las Obras Completas, de Bartolomé Mitre. Estuvo al
frente de la Comisión Nacional de Monumentos y Lugares
Históricos. Era miembro de número de la Academia Nacional de la
Historia, desde 1957. Pronunció, al ingresar a esa alta corporación,
la conferencia "Contribución a la historia de la libertad de prensa".
Editó un folleto titulado "Facundo Quiroga ante la historia", fruto de
una polémica que mantuvo sobre el caudillo con el escritor David
Peña.
Dio a conocer muchísimos artículos periodísticos e históricos. Le
apasionaba el tema de la Constitución, sus posibles reformas, la
historia del Paraguay, la fundación de Córdoba, Gorriti, Mariano
Moreno, el acuerdo de San Nicolás, provincianos y porteños, la
personalidad de Victorino de la Plaza, la Organización Nacional.
Entre sus libros, se destaca Vida y espíritu de la Constitución, 1958.
Jorge Mitre, primer presidente del Rotary Club de Buenos Aires. El
Club fue fundado el 8 de noviembre de 1919. La primera reunión
tuvo efecto en los salones del Jockey Club, en la calle Florida.
Nieto del historiador Bartolomé Mitre, el primero que respaldó su
quehacer de investigador sobre la base de los documentos para
escribir sobre San Martín y Belgrano, Jorge Mitre fue una clara
vocación de argentino ejemplar, de historiador y defensor de la
Constitución.
Solía enorgullecerse entre sus amistades y en sus charlas ante el
público de haber sido el primer presidente del rotarismo argentino,
en 1919. Renunció como socio de Rotary, cuando había dejado la
dirección de "La Nación", en el segundo semestre de 1935.
Falleció en Buenos Aires, el 3 de junio de 1966. Había dicho en
oportunidad de un banquete que le ofrecieron sus amigos: "Toda mi
vida he sido un hombre de actividad y de trabajo".
La importancia de la fundación de 1919
Evidentemente, el alma de Rotary Club de Buenos Aires, en sus
comienzos tuvo hombres de visión de futuro y dinamismo: Noel
Tribe, Erico Werth, Espil y O’Farrell y, con posterioridad, Cupertino
del Campo.
Damos, a continuación, la lista de presidentes y sus respectivos
períodos, hasta 1930:
Jorge A. Mitre: 1919-1920; 1920-1921.
Santiago O’Farrell: 1921-1922.
Carlos Ibarguren: 1922-1923; 1923-1924.
Angel Sánchez Elía: 1924-1925; 1925-1926.
Cupertino del Campo: 1926-1927; 1927-1928.
Alfredo Colmo: 1928-1929; 1931-1932.
Clodomiro Zavalía: 1929-1930.
Rodolfo N. Luque: 1930-1931; 1940-1941; 1941-1942.
Primeros Secretarios Honorarios del Club
A menudo se suele ver el bosque y se olvida el árbol. Mucho le debe
nuestro Rotary a los secretarios honorarios. Su obra ha sido siempre
eficaz y silenciosa.
Noel F. Tribe
Todos ellos cumplían uno o dos períodos, como se puede apreciar en
la nómina. Sólo Noel F. Tribe actuó en la secretaría del Club desde
1920 a 1932, es decir, ocupó ese cargo, de manera continuada
durante 12 años. Una prueba más del fervor rotario de Don Noel F.
Tribe:
Teodoro R. Bourse: 1919-1920.
Noel F. Tribe: 1920-1932.
David V. Spinetto: 1932-1933.
Martín Julio Ledesma: 1933-1934.
Víctor A. Paillot: 1934-1935; 1937-1938.
Patricio B. Browne: 1935-1936; 1936-1937.
Daniel Iribarne: 1938-1939.
Guillermo Garbarini Islas: 1939-1940.
CAPITULO VIII
DESDE DON JORGE A DON CUPERTINO, A TRAVES DE
NOEL
Los primeros nombres que surgen en la historia. Cuando los
miembros del Rotary Club cabían alrededor de una mesa redonda.
Un poco de historia. El sitio de la primera reunión rotaria. Don Erico
Werth. Zavalía habla de Rotary. "El Rotariano Argentino" registra la
crónica en 1927. Aumenta el número de socios. Página antológica:
"La selección rotariana", por don Cupertino. Los almuerzos entonces
eran quincenales. "Cada quince días...". El novelista y el técnico
naval. "La obra realizada". Don Erico, Don Noel: Personifican el
espíritu "rotariano". "Desde Don Jorge a Don Cupertino, a través de
Don Noel", por Clodomiro Zavalía. Un recuadro.
Desde Don Jorge a Don Cupertino, a través de Don Noel
(En el Rotariano Argentino, Agosto de 1927, Año I, N°8).
"La transformación de nuestro club" –así se subtitula esta importante
pieza firmada por Clodomiro Zavalía- ayuda a rastrear mejor los
comienzos, o sea entre 1919 y 1920, época en la cual el Rotary Club
de Buenos Aires registró de manera menos minuciosa su historia.
Rotarios de la segunda época o de la tercera nos dicen que los
Archivos, que existieron, terminaron por perderse en las sucesivas
mudanzas o se extraviaron en los depósitos que tenían algunos
socios para sus comercios y que, generosa y temporariamente
facilitaban el Rotary, para guardar su documentación. El Rotary
Club de Buenos Aires, como se sabe, peregrinó por sucesivas
oficinas, primero facilitadas por Noel Tribe y luego alquiladas.
De manera que sobre la base de crónicas o de artículos como este, de
Clodomiro Zavalía, se puede reconstruir su pasado con un margen
prudencial de veracidad histórica.
Los primeros nombres que surgen en la historia
En primer término, Zavalía, como era lógico, destaca el de Jorge
Mitre, su presidente y fundador; luego a Cupertino del Campo,
presidente, gobernador y propulsor, alrededor de 1926 y en la
década del treinta de nuestro Rotary. Luego aparece -¿por qué
siempre en segundo plano?- el tesorero D. Noel Tribe.
Cuando los miembros del Rotary cabían alrededor de una mesa
redonda
Pasaje Güemes. Piso 14. Cuánta evocación. En ese mismo sitio –
existen comprobantes- el pintor de origen holandés Stefen Koek-
Koek, que tanta resonancia tuvo su pintura en la década del veinte y
del treinta por sus "marinas" y sus cuadros que simbolizan viejas
iglesias sudamericanas, pintadas al claro oscuro, estilo Rembrandt,
frecuentaba el mismo restaurant.
Es probable que se conocieran con algunos de los rotarios que se
señalara la estatura, poco común del holandés, de quien hablaba toda
la ciudad por sus extravagancias. Tal vez haya oído a los rotarios
hablar del "dar de sí". También, en el mismo Pasaje Güemes vivió el
matrimonio Herta y Raúl de Lange, el actor de la inolvidable
película "Prisioneros de la tierra", y con argumento de Horacio
Quiroga.
Un poco de historia
No creemos, como se ha escrito, que las primeras reuniones de
comisión rotaria tuvieran lugar en el local de Nordiska, pues su
propulsor, Don Erico Werth, aparece, acaso en 1920, después de la
fundación.
El sitio de la primera reunión rotaria
No hay dudas; la adánica reunión inicial tuvo efecto, un mediodía, el
8 de marzo de 1919, en los salones del Jockey Club, en la calle
Florida.
Don Erico Werth
Luego, como bien lo señala Zavalía, se incorpora Don Erico Werth y
la sede -¿cuál era la sede?- se traslada, con la finalidad de "comer
mejor" al Plaza Hotel. Es probable que, además de comer bien,
buscaban un horizonte más amplio para las inquietudes rotarias. La
secretaría funcionaba en las oficinas de D. Noel F. Tribe. Este se las
cedía generosamente al naciente Rotary Club de Buenos Aires.
Entonces sí, es probable que las reuniones se hicieran, por la
proximidad con el Plaza Hotel, en las oficinas de la compañía
Nordiska, de D. Erico Werth.
Zavalía habla del Rotary
Tenía cuatro años de incorporación al Rotary Club de Buenos Aires
cuando publicó este pequeño ensayo, clave para la historia del club.
Cinco presidentes –repetimos- hubo hasta entonces. Ya lo hemos
registrado, pero volvemos a enumerarlos: Jorge A. Mitre, (1919-
1920; 1920-1921); Santiago O’Farrell (1921-1922); Carlos
Ibarguren (1922-1923; 1923-1924); Angel Sánchez Elía (1924-1925,
1925-1926); y Cupertino del Campo (1926-1927, 1927-1928).
"El Rotariano Argentino" registra la crónica en 1927
"El Rotariano Argentino", fundado en 1926, por Cupertino del
Campo, es el N°8, del Año I, perteneciente a agosto de 1927.
Resalta Zavalía el aumento constante de sus miembros. De la
reunión, de tipo familiar, se ha convertido –agrega- en una numerosa
concurrencia que se agrupa en diversas mesas y que ya es imposible
ubicar en una mesa, aunque sea grande.
Aumento del número de socios
En otras páginas, hemos dado el aumento ascendente de socios y las
diversas "Clasificaciones" que iba cubriendo el club. Fue constante
preocupación de las sucesivas comisiones –lo cuenta en las actas de
1926, Noel F. Tribe o lo hace resaltar D. Espil, otro de los
persistentes y voluntariosos rotarios- acerca de la calidad y jerarquía
de sus integrantes, más que la masiva incorporación de quienes
llegaban atraídos por la novedad más que por la vocación de servir.
Página antológica
La selección rotariana
El éxito de nuestro club depende, ante todo de la calidad, de las
personas que lo forman, quienes, además de competencia y
notoriedad, en lo que a sus ocupaciones se refiere, deben poseer
condiciones morales superiores y estar animados del propósito
decidido a contribuir a la realización de los seis fines que persigue el
Rotary. Es, por esto, que cada uno de los socios tiene que interesarse
vivamente en la elección de los nuevos miembros, tratando, por un
lado, de abstenerse de propiciar un candidato que no reúna
ampliamente las cualidades requeridas y apresurándose, por el otro,
a hacer las observaciones del caso cada vez que le conste que la
persona propuesta no es digna de ser admitida, ya que por el hecho
mismo de su admisión, no sólo el proponente, sino todo el Club
afirma –y esto es grave- su capacidad profesional y la rectitud de su
conducta.
Conviene, por lo tanto, no olvidar en momento alguno que, dado el
carácter bien definido de nuestro Club, no se trata simplemente de
llevar a su seno camaradas de amable compañía, sino elementos
activos y capaces de impulsar el movimiento rotariano.
En lo que respecta a las observaciones –estrictamente
confidenciales, como se sabe- no había motivos para sentir
escrúpulos. Por el contrario, esto constituye un deber ineludible de
todo buen rotariano, a no ser que se prefiera hacerse cómplice con el
silencio de una mala elección y después protestar entre dientes,
como hacen, con respecto al gobierno, tantos ciudadanos que, en la
vida cívica, sólo ejercitan el derecho de quejarse.
Es preferible, sin dudo, que uno clasificación abierta quede sin ser
llenada a que la ocupe quien no puede representarla con honor. De
otra manera se compromete la buena marcha del Club y se da
asidero a la crítica, dos males que es necesario evitar a todo trance.
DON CUPERTINO
(El Rotariano Argentino – Año I, N°2 – Buenos Aires, febrero de
1927.)
Se habla de la voluntad de Don Cupertino
Escribe Zavalía: "Al paso que van las cosas, Don Cupertino no
terminará su gobierno sin incorporar a todos los elementos más
"eminentes" de cada gremio. No existe en este momento en Buenos
Aires una reunión más representativa que la que se congrega en
nuestros almuerzos quincenales".
Los almuerzos entonces eran quincenales
Desde su fundación en 1919, los almuerzos fueron quincenales. En
los últimos tiempos, antes de la presidencia de D. Clodomiro Zavalía
(1929-1930), que fue cuando se logró, el Rotary Club Internacional
sugería, insistía en que se cambiara la modalidad de quincenales a
semanales.
En "El Rotariano Argentino" recuerda que los almuerzos, en 1927,
tienen lugar a las 12:50, en primer y tercer lunes de cada mes, en los
salones del Plaza Hotel.
"Cada quince días..."
"Cada quince días nos encontramos alrededor de la misma mesa –
prosigue Zavalía- personas provenientes de las actividades más
diversas de la ciudad, a las cuales no se tiene, generalmente, otra
ocasión de frecuentar."
El novelista y el técnico naval
El fabricante de cemento, el introductor de neumáticos, el novelista,
el técnico naval, el docente universitario, el ingeniero agrónomo, el
fabricante de manteca y el introductor de tejidos, con verdadero
compañerismo hablan y conocen más sobre sus respectivas
profesiones o quehaceres.
"La obra realizada"
"Desde Don Jorge (Mitre) hasta Don Cupertino (del Campo) es
mucha ya, sin embargo, la obra realizada... por ahora en los
conciencia de los socios. Ya vendrá lo demás."
Y vino. Llegó. No solamente se recibía en el Club a quienes venían
del exterior, o de las provincias, o a funcionarios oficiales, sino
también se hacía obra efectiva: se ayudaba a quienes padecían
inundaciones, a los colegios, a las personas que no tenían trabajo, o
se llamaba la atención sobre problemas que padecía la comunidad
argentina. Por ejemplo, Don Emilio Mongay habló, repetidas veces
–también formó una comisión en el Rotary que entrevistó al ministro
de Agricultura-, sobre la necesidad de ayudar a los colonos del sur.
Hay que poblar la Patagonia e incorporar a la industria y al comercio
ese inmenso territorio abandonado, como pedía Roberto Payró,
desde las columnas de "La Nación".
También se intercambiaban banderas con otros clubes rotarios de
América, de Europa, de Asia, o se colaboraba difundiendo la
importancia de la aviación, o se defendía a los intelectuales
franceses, o se creaba un clima propicio para mejorar las
negociaciones entre el Perú y Chile, o Bolivia y el Paraguay.
Don Erico, Don Noel: Personificación del espíritu "Rotariano"
Don Erico Werth, de Nordiska; Don Noel, hombre de las finanzas,
pero, de manera especial, se lo recuerda como Gerente del Banco de
Boston, tiene su capítulo indiscutible en la historia del Rotary.
Zavalía, al final de su artículo, habla de Don Erico, y refiriéndose a
Don Noel Tribe agrega: "En cuanto a la secretaría, alguna vez
escribiré el capítulo aparte que merece Don Noel, personificación
por excelencia del espíritu rotariano".
A continuación –ahora sí- transcribimos íntegro el artículo de
Clodomiro Zavalía titulado "Desde Don Jorge a Don Cupertino, a
través de Don Noel".
El Rotariano Argentino – Año I, Agosto de 1927, N°8, pags. 2 y 3.
Desde Don Jorge a Don Cupertino, a través de Don Noel
La transformación de nuestro club
Llevo algunos años de rotariano. Sin ser de los fundadores del
primer club que se instaló en la Argentina, puedo hablar de sus
comienzos. Aún recuerdo complacido la amable invitación que se
me hizo para incorporarme a él, en una época en que sus miembros
eran bien pocos y cabían alrededor de una mesa redonda, tendida en
el piso catorce del Pasaje Güemes. (A poco andar se incorporó Don
Erico (Werth) y su primera preocupación fue hacernos comer mejor,
y la sede se trasladó al Plaza Hotel.)
He asistido, pues, al desenvolvimiento de la idea rotariana entre
nosotros. No diré que me penetrara debidamente de ella al escuchar
de labios de sus propagandistas las finalidades que se persigue con
su difusión por el mundo; pero estoy seguro, a la vuelta de cuatro
años de poder exponerla en forma por lo menos sintética. Cada
presidente, de los cinco que hasta ahora han actuado, infundió sus
modalidades al club. Nada ha influido tanto, sin embargo, como el
aumento constante de sus miembros. La pequeña reunión casi
familiar, propicia a las expresiones del buen humor, se ha convertido
en una numerosa concurrencia que es necesario ubicar en diversas
mesas, o en una tan grande que no resulta ya posible –lo digo,
naturalmente, juzgando por lo que a mí me pasa- la disertación
irresponsable y confiada de sobremesa. Todo esto es un detalle sin
importancia comparado con las enormes ventajas que tiene para el
club el aumento del número de sus socios. Puede asegurarse que, al
paso que van las cosas, Don Cupertino no terminará su gobierno sin
incorporar a todos los elementos más ''eminentes'' de cada gremio.
No existe en este momento en Buenos Aires una reunión más
representativa que la que se congrega en nuestros almuerzos
quincenales. Todas las actividades intelectuales, del comercio, de la
industria, del arte, etc., tienen en ellos sus representantes con la
particularidad de que no hay ejemplo de que alguien no se haya
sentido desde el primer momento en el seno de un ambiente cordial
y lleno de seducción.
La gente lee, más de lo que uno supone, los diarios. Y son
innumerables las personas que siguen con interés las actividades
rotarianas. A menudo debo expresar a mis interlocutores el sentido
de la institución. A fuerza de repetirlo, casi tengo como una fórmula
estereotipada lo siguiente: cada quince días nos encontramos
alrededor de la misma mesa personas provenientes de las actividades
más diversas de la ciudad, a las cuales no se tiene, generosamente,
otra ocasión de frecuentar; sentado entre un fabricante de cemento y
un introductor de neumáticos, me es dado informarme de asuntos
respecto de los cuales no hay muchas oportunidades para hacerlo;
mis vecinos, a su vez, salen sabiendo algo más de docencia
universitaria, que es la actividad que yo represento en el club. Y así
por el estilo: el novelista se sienta hoy entre el fabricante de manteca
y el técnico naval y hará compañía mañana al ingeniero agrónomo y
al introductor de tejidos.
Pero no debe ser eso todo. Debido a que las sobremesas son tan
agradables, se ha estado descuidando los aspectos más
fundamentales de la institución. Data sólo del último tiempo la
preocupación de que el Rotary Club se haga sentir en forma tangible
en el ambiente de la ciudad. Las iniciativas comienzan a ser más
concretas y no hay duda que llegará a infundirse en el ánimo de los
asociados la convicción y energías necesarias para llevarlas a la
práctica. Desde Don Jorge (Mitre) hasta Don Cupertino (del Campo)
es mucha ya, sin embargo, la obra realizada... por ahora en la
conciencia de los socios. Ya vendrá lo demás. Hay una tradición de
poner en manos expertas los destinos del club. No he de detenerme a
hacer el elogio de los presidentes que se han sucedido; pues siendo
ya eminentes dentro de su gremio, la exaltación a aquel cargo
equivale a la quinta esencia de la celebridad. Hubieron vices de tanto
volumen como Don Erico y de buen humor tan exquisito como Don
Hugo. En cuanto a la Secretaría, alguna vez escribiré el capítulo
aparte que merece Don Noel, personificación por excelencia del
espíritu rotariano.
CLODOMIRO
ZAVALIA
Un recuadro
En el mismo número, a continuación del artículo de Don Clodomiro
Zavalía, se lee el siguiente aviso: "De acuerdo con los principios de
la constitución de Rotary International, queda excluida de las
columnas de El Rotariano Argentino, la discusión acerca de temas
de religión y de política. Por otra parte, nuestro órgano no es de
polémica sino de serena colaboración en asuntos de interés general,
con absoluta prescindencia de las personas y respetando, aun en
caso de disentimiento, todos las opiniones.
Los artículos firmados son originales y escritos especialmente para
El Rotariano Argentino.
CAPITULO IX
EL NOVENO ANIVERSARIO DEL CLUB
El fervoroso Don Noel Tribe. Credo Rotario. El Rotary y los
aniversarios. 1930. El aniversario del Club. Habla Don Noel F.
Tribe. La iniciativa rotaria. En la Argentina. Cooperación eficaz. El
Rotary se multiplica. Una nota curiosa en el discurso de Tribe.
Búsqueda: su biografía.
El noveno aniversario del club, la obra Rotaria
El 8 de noviembre de 1928 –la crónica de El Rotariano Argentino,
Año II, números 22 y 23, de octubre y noviembre de ese año, lo
registra-, se celebró en el Plaza Hotel el noveno aniversario del
Club.
Abrió el acto, su presidente, D. Alfredo Colmo.
El fervoroso Don Noel Tribe
Don Noel F. Tribe, secretario del club durante numerosos períodos,
quien conjuntamente con Don Nelson Wisner se lo distingue entre
los iniciadores del rotarismo argentino, habló sobre su historia. La
crónica –es lástima que no enumera los hechos ni los transcribe-
sostiene que aportó "datos muy interesantes".
Recordó luego a los primeros asociados. Algunos de ellos continúan
en esa época en el Club: Nelson Wisner, Julio A. García, Jorge A.
Mitre, Patricio B. Browne, Manuel López Marin y el que habla, o
sea, Noel Tribe.
Evocó a los sucesivos presidentes hasta ese entonces: Jorge A. Mitre
(presente en este acto, la fecha: 1928), Santiago O'Farrell, Carlos
Ibarguren, Angel Sánchez Elia, Cupertino del Campo y,
actualmente, Alfredo Colmo.
También cuando ocupó el estrado el señor Wisner recordó la obra
rotaria. Lamentamos que en la crónica no se especifiquen hechos de
interés para esta historia.
Luego lo hizo el presidente, D. Alfredo Colmo; dijo que el señor
Tribe habló del pasado del Club y que él hablaría del presente.
Tributaba homenaje a la tradición y se refirió a su futuro.
Sostuvo que por sugestión del gobernador del Distrito 63, Don
Cupertino del Campo, se ha resuelto dividir el trabajo que significa
la organización del Club: nuevas comisiones, aumento de socios,
apertura de clasificaciones, labor eficaz de cada socio en el Club,
eficiencia de la obra rotaria y cuidado de la asistencia.
Habló luego don Cupertino del Campo. Mencionó la fuerza
poderosa del Rotary destinada a mejorar a la humanidad.
CREDO ROTARIO
En un recuadro de ese mismo número de El Rotariano Argentino se
inserta un credo que, por su interés, transcribimos:
Hacer algo digno y meritorio todos los días.
Sufrir con paciencia las penalidades.
Avanzar como un valiente.
Ganar todos los honores posibles.
No buscar lucro, donde vea que se daña a otros.
Hacer diariamente algo que alivie las penas de su prójimo.
El Rotary y los aniversarios
Por falta de documentación, hasta 1926, poco se sabe de los festejos
que se efectuaron en los aniversarios de la creación del Rotary Club
de Buenos Aires. No obstante, a través de datos diseminados se
puede reconstruir, con paciente trabajo de investigación, su
trayectoria.
Según una rápida estadística de socios (fue transcripta antes) el Club
nunca fue endémico. Por el contrario, contó con el esfuerzo y el
apoyo y la solidaridad de sus fundadores y de quienes, con
posterioridad, se fueron inscribiendo en las "Clasificaciones"
abiertas para darle jerarquía ejemplar y vitalidad –como pedía
Cupertino del Campo- al Club en el futuro.
1930. El aniversario del club
El "Rotariano Argentino", publicación oficial de los Rotary Clubs de
la República Argentina, en su número 34, del segundo año,
correspondiente a 1929, inserta una crónica con el siguiente título:
"Rotary Club de Buenos Aires, Celebró su décimo aniversario".
El almuerzo, para celebrar el décimo aniversario de su fundación,
tuvo lugar como de costumbre, en los salones del Plaza Hotel.
Su presidente, Clodomiro Zavalía, abrió el acto. Se hizo notar la
presencia de D. Noel F. Tribe, fundador y secretario del Club desde
su iniciación, y de los señores Ross A. White y J. Nelson Wisner,
quienes firmaron el acta de constitución de la entidad rotaria.
Se mencionó a los ex presidentes presentes, doctores Angel Sánchez
Elia y Carlos Ibarguren.
Se dio asimismo lectura a una carta de su primer presidente el socio
D. Jorge A. Mitre. En la misma saludaba a la dinámica agrupación y
se excusaba de no poder concurrir a causa de las tareas en el diario.
Se recordó la actuación de los señores Cupertino del Campo y
Alfredo Colmo.
Habla Don Noel Tribe
Don NoeI F. Tribe, nacido en Nueva Zelanda, pronunció una
oración, mejor, dejó una página de historia rotaria que ayuda, por
primera vez, después de la crónica de La Nación, de algunas actas de
1926 y de las páginas "De Don Jorge a Don Cupertino", de
Clodomiro Zavalía, a reconstruir el pasado del Club.
"En 1919 –dijo- la Argentina era el décimo país en que el Rotary
esparcía su beneficiosa semilla de pacificación de los pueblos y de
altruismo en los individuos.
Los hombres de buena voluntad siempre fueron los menos; quienes
renunciaron a los propios bienes para procurarlos para sus
semejantes, formaban una minoría entre los millones de gentes.
La iniciativa Rotaria
"La iniciativa rotaria nacida en Chicago, en 1905 –agregó Tribe- se
extiende cinco años después al Canadá, luego a Inglaterra, más tarde
a Cuba, al Uruguay, Islas Filipinas, China, Panamá, a las Indias y a
la Argentina".
En la Argentina
"Aquí, también un comerciante, un hombre de negocios, un gerente
bancario, atraído por tan hermosa obra que provenía del ambiente de
su actuación, haciendo un paréntesis a la materialidad absorbente de
las operaciones bancarias, pidió informes relativos a esa
organización que, como una nueva estrella, aparecía entre los
nubarrones de los egoísmos y de las luchas, esparciendo sus
destellos de amistad, de servicio, de justicia, de moralidad, de
dignificación humana, a través de los países, sin tomar en cuenta
banderas ni razas, entendiendo que esos bienes supremos eran
universales y patrimonio de todos los hombres."
Cooperación eficaz
"Y así formóse el Rotary Club de Buenos Aires con la cooperación
eficaz de hombres de negocios, de idealistas, desconocidos hasta
entonces para aquel gerente."
El Rotary se multiplica
"Los resplandores fueron creciendo y sus frutos se multiplicaron a
través de nuestro país, desde el Uruguay, cruzando las fronteras, y
así llegó a Chile, al Brasil, al Perú, al Ecuador, al Paraguay,
estrechando en sus redes de oro a los muchos miles de hombres
idealistas que soñaban con la paz, con la amistad, con la moral que,
en verdad, eran muchos miles que antes no se conocieron ni se
vieron jamás, que solos no fueron nada y hoy unidos constituyen una
fuerza poderosa y eficiente que, por lo menos, ha logrado romper
con el hielo entre
los hombres de diferentes pueblos, para tratarse mutuamente de
amigos y camaradas, para que al entrar en una nación no fueran ni
enemigos ni extranjeros, para recibirlos, no con el arma espiritual,
del ataque o de la defensa, sino con el corazón y el hogar abiertos al
hermano hombre que contraste al hermano lobo de otros días de
lucha y de incomprensión."
¡Salvémonos, pues, con el ideal de Rotary!
Numerosas delegaciones de La Plata, Rosario, San Juan, Mendoza,
Bahía Blanca y Paraná se hicieron presentes en la fecha y una salva
de aplausos –dice la crónica- acogió las palabras del viejo luchador
rotario Noel F. Tribe.
Una nota curiosa en el discurso de Tribe
Dice: "Aquí, también un comerciante, un hombre de negocios, un
gerente bancario, atraído por tan hermosa obra que provenía del
ambiente de su actuación, haciendo un paréntesis a la materialidad
absorbente de las operaciones bancarias, pidió informes relativos a
esa organización".
Evidentemente, D. NoeI F. Tribe, por los datos biográficos que
conocemos, se refería a sí mismo. El había sido gerente del Banco
de Boston. Entonces, nace la idea –repetimos, faltan testimonios-,
crece y se manifiesta el rotarismo. Sin embargo, hoy se continúa
mencionando sólo a Don Jorge Mitre, a Coates y se olvida a Don
Noel Tribe y a Espil.
Más adelante en su oración, agregó, veladamente, con un dejo de
satisfacción, como si quisiera ocultar la importancia de su persona:
"Y así formóse el Rotary Club de Buenos Aires, con la cooperación
eficaz de hombres de negocios, de idealistas, desconocidos hasta
entonces para aquel gerente".
Busqueda: su biografía
Don NoeI F. Tribe - Secretario. Nuestro actual secretario –se
consigna en 1927- que desempeña este cargo desde que se fundó el
Club, es de origen inglés, casado, nacido en 1878, en Rangiora,
Caterbury, Nueva Zelanda.
Desde 1893 hasta 1896 fue empleado del "Union Bank of Australia",
"Chirstchurch N. Z". En 1896 vino a la Argentina e ingresó como
empleado al Banco de Londres y Río de la Plata, hasta 1902.
Desde esa fecha hasta 1906, es gerente y apoderado de la firma H.
Meyer y Sachs, más tarde, Th. Sachs and Co., exportadores de
cereales y haciendas.
Desde 1906, desempeñó el cargo de contador del Banco Germánico
de América del Sud y luego hasta 1916, ocupó la sub gerencia del
mismo.
De los años 1917 al 21 fue gerente del First National Bank of
Boston, de esta capital.
En octubre de 1921 hasta el 30 de junio de 1923, fue director-
gerente del banco Americano del Río de la Plata. En julio del mismo
año se dedica como agente financiero, especialmente para
operaciones de empréstitos para diversas provincias y
municipalidades.
En la actualidad, representa a banqueros americanos y a la América
Manufactures Foreign Credit Underwriters, Inc. Ha sido reelegido
presidente de las Cristalerías Papini, cargo que ejerce desde 1916.
Actualmente, es también, director de la Buenos Aires Building
Society. Ha desempeñado además por uno o más períodos los
siguientes cargos; Director de la Compañía Puerto de San Nicolás,
Director de la Atlántida Insurance Company, Director de la
Compañía Argentina de Cemento Portland y el mismo cargo en la
Cámara de Comercio Americana.
Es, también, miembro del Consejo de la Liga Patriótica Argentina y
secretario desde hace diez años de la British Aged and Infirm Fund.
De El Rotariano Argentino, Año I, N° 5 – Mayo de 1927.
Propulsor de Rotary
Evidentemente, Don Noel F. Tribe se presenta, con sencillez, con
desinterés, como uno de los propulsores del Rotary Club de Buenos
Aires.
Su desprendimiento, su espíritu rotario resultan ejemplares, para la
década del treinta.
CAPITULO X
EL ROTARY CLUB DE BUENOS AIRES CUMPLIRA DOCE
AÑOS
Una fotografía de los dos Congresos. Algunos avisos. Y siguen los
hallazgos. Gabriela Mistral y el placer de servir. Página antológica:
"El placer de servir". El 28 de diciembre: reunión de familias. La
cabecera de la mesa. El huésped de honor. Oportunidad rotaria: sin
fines. Rotary no es excluyente ni es una sociedad cerrada. Radio
Mayo difunde el programa. ¿Quién era Erico Werth? El doce
aniversario de la Fundación del Rotary Club de Buenos Aires. Un
anuncio: el general Justo. Crece el Rotary Club de Buenos Aires.
Perfeccionamiento moral de la humanidad. Un himno rotariano.
Importancia del Club. Palabras afectuosas para Tribe. Resonancia
internacional. Una observación final.
El Rotary Club de Buenos Aires cumplirá doce años
"El Rotariano Argentino", N° 57, de noviembre de 1931, "órgano de
los Rotary Clubs", en la carátula de esa fecha presenta la rueda
dentada del Rotary Internacional y transcribe los lemas, entonces
vigentes: "Se beneficia más al que mejor sirve" y "Dar de sí antes
que pensar en sí". Entonces, la Redacción y la Administración
figuraba en Tucumán 744, y tenía el número telefónico: 31 –Retiro-
5710, Buenos Aires.
Una fotografía de los Dos Congresos
La fotografía que ilustra dicha tapa es la del Monumento a los Dos
Congresos (1816-1853) y el epígrafe dice: "Al fondo el Palacio del
Congreso. Buenos Aires, República Argentina".
Algunos avisos
Tomaremos al azar algunos avisos. En este número figuraban la
Ferretería Francesa, Carlos Pellegrini 5 al 43, esquina Rivadavia.
Una de las líneas que más llama la atención, se refiere al alambre de
acero: "Alambre de acero ovalado de alta resistencia Francés marca
Goliath".
Otro aviso. Pertenece a la firma Aguila Saint, Hermanos. Ofrece:
"Bombón de crema Tofi, lata de 50 gramos a $0,30; Bizcochos
recubiertos con chocolate Aguila, cada paquete a $0,20. Bombón de
crema Ophir, estuche de 50 gramos, a $0,20. Y, por último, ofrece
"Colibrí al Limón", estuche de 3, $0,30.
Muchos de nosotros recordamos –oh tiempos, oh costumbres-, estos
afamados productos, y todos volvemos a paladear en el recuerdo un
"Colibrí al limón".
Y siguen los hallazgos
En la misma página, y seguramente obra de Cupertino del Campo,
se inserta un aviso del "Museo Nacional de Bellas Artes, Arenales
651, Pabellón Argentino, abierto de 9 a 12 y de 14 a 17, todos los
días hábiles, con excepción del lunes, y todos los domingos y
festivos, exceptuando el 10 de enero, domingo, lunes y martes de
Carnaval, Jueves y Viernes Santos, 25 de Mayo, 9 de Julio, Navidad,
1° de Mayo y días de Elecciones Nacionales.
La Biblioteca está abierta al público los mismos días que el Museo,
de 14 a 17". Hasta aquí el aviso.
El lugar en donde funcionaba era el Pabellón en el que la Argentina
había exhibido sus productos nacionales en París. Era desarmable.
Fue traído en barco a Buenos Aires. Estaba ubicado, con su extraña
y atrayente estructura, como el aviso lo menciona, en Arenales 651,
en la Plaza San Martín.
Lo extraño y sorprendente de este aviso es la minuciosidad de días y
horas referidos al andar del tiempo en la vida porteña. Repárese, otra
vez, en este detalle: "Y días de Elecciones Nacionales", así, con
mayúscula.
Gabriela Mistral y "El placer de servir"
En el N° 58, correspondiente a diciembre de 1953, "El Rotariano
Argentino" (órgano de los Rotary Clubs"), se abre con una sencilla y
emotiva página de Gabriela Mistral titulada "El placer de servir",
que bien puede ser aplicada, sin comentarios previos, a la
significación del Rotary Club.
Página antológica
El placer de servir
Por Gabriela Mistral
Toda la naturaleza es un anhelo de servicio.
Sirve la nube, sirve el viento, sirve el surco.
Donde hay un árbol que plantar, plántalo tú; donde hay un error que
enmendar, enmiéndalo tú; donde hay un esfuerzo que todos
esquivan, acéptalo tú.
Sé el que apartó la piedra del camino, el odio entre los corazones y
las dificultades del problema.
Hay la alegría de ser sano y la de ser justo; pero hay, sobre todo, la
hermosa, la inmensa alegría de servir.
¡Qué triste sería el mundo si todo en él estuviera hecho, si no
hubiera un rosal que plantar, una empresa que emprender!
Que no te llamen los trabajos fáciles. ¡Es tan bello hacer lo que otros
esquivan!
Pero no caigas en el error de que sólo se hace mérito con los grandes
trabajos; hay pequeños servicios que son buenos servicios: adornar
una mesa, ordenar unos libros, peinar una niña.
Aquél es el que critica, éste es el que destruye, tú sé el que sirve.
El servir no es faena sólo de seres inferiores: "Dios, que da el fruto y
la luz, sirve. Pudiera llamársele así: el que sirve".
Y tiene sus ojos fijos en nuestras manos y nos pregunta cada día:
¿Serviste hoy? ¿A quién? ¿Al árbol, a tu amigo, o tu madre?
GABRIELA MISTRAL
(El Rotariano Argentino, Año V, N° 58, Diciembre de 1931.)
El 28 de diciembre: Reunión de familias
Don Erico Werth, sonriente batallador, rotario de ley, fue el
organizador y mantuvo la reunión con el buen humor que lo
caracterizaba.
Estuvieron, gracias a su predicamento y a las invitaciones del Club,
algunos miembros fundadores de la institución que hacía tiempo no
asistían a las reuniones rotarias.
La cabecera de la mesa
La cabecera de la mesa la ocupaba el gobernador del Distrito, D.
Francisco Marseillán y señora; los señores Colmo, Martín, Espil, del
Campo, Mitre (Jorge), Ibarguren y Zavalía.
Todos ellos hombres de destacada actuación pública en las distintas
actividades con que hoy los señala la historia.
El huésped de honor
El huésped de honor fue el Intendente Municipal, Don José
Guerrico, acompañado por su esposa, doña Laura Carlés.
Habló Alfredo Colmo. Hizo el elogio de la mujer. Resaltó la
amistad. Luego agregó algunas frases de cortesía el Intendente
Municipal. A continuación hablaron Clodomiro Zavalía y Jorge
Mitre, el primer presidente del Rotary Club de Buenos Aires y
fundador de la institución rotaria continuaba en sus filas, aunque –
presumimos- que sus actividades no le permitían asistir como lo
exigen los estatutos del Rotary. Llevaba para entonces doce años
como socio del club.
Habla Cupertino del Campo:
Oportunidad Rotaria: fines altruistas
"Rotary se distingue por la multiplicidad de sus fines. Persigue la
ética profesional y comercial y, en ese sentido, gracias a las distintas
especialidades de sus miembros a que me he referido, su radio de
acción es ilimitado. Realiza además obras en beneficio de la
comunidad, en forma directa o indirecta sin ostentación, y más de
una vez se ha puesto silenciosamente al servicio de otras
instituciones. Propende asimismo a la buena voluntad internacional,
poniendo en contacto a hombres representativos de diferentes países,
y ha descubierto –y en esta sala hay numerosas pruebas de su
descubrimiento- que para conquistar escudos y banderas de otras
naciones, el amor es arma más poderosa que la espada, y que esas
conquistas incruentas son más duraderas y también más eficientes
para la expansión moral, si no territorial de las naciones. Tal es el
amable imperialismo de Rotary".
Rotary no es excluyente ni es una sociedad cerrada
"Y la base de acción rotariana es la amistad, la leal camaradería que
nada tiene que ver con las sociedades más o menos secretas de
socorros mutuos, ni con las camarillas excluyentes. Rotary juega
mostrando todas sus cartas, honra al mérito donde lo encuentra y no
va contra nada ni contra nadie".
Radio Mayo difunde el programa
A través de la estación radio Mayo, cuyo director era el Ingeniero
Antonio Devoto, se difundió el programa rotario al resto de la
República.
Esta reunión se efectuó en conmemoración del duodécimo
aniversario del Club.
¿Quién era Erico Werth?
Tanto hemos hablado a lo largo de estas páginas de la voluntad, de
buen humor, de la constante adhesión rotaria de Don Erico Werth
que necesitamos, a esta altura de nuestra investigación, saber:
¿Quién era?
Representaba la Clasificación: Muebles. Nacido en Riga (Rusia) en
el año 1885, donde cursó los estudios en el Gimnasio Clásico del
Emperador Nicolás 1°, ampliándolos, en Ciencias Naturales, en la
Universidad de Moscú. Dedicado desde 1908 al comercio en San
Petersburgo, ocupando desde 1915 el puesto de director gerente de
"Nordiska Kompaniet" en sus casas de San Petersburgo y Moscú. En
1918, por razones políticas, abandonó su patria, Rusia. Después de
un largo viaje de estudios por diversos países del viejo y del nuevo
mundo, se radicó en Buenos Aires. En 1919 organizó –en el año de
la fundación del Rotary Club de Buenos Aires- la "Nordiska
Kompaniet", que siempre dirigió.
El doce aniversario de la fundación del Rotary Club de Buenos
Aires
Al mediodía –9 de noviembre de 1931-, el Rotary se fundó un 8 de
noviembre, en el Plaza Hotel, se reunieron los miembros del Rotary
Club. Presidió: El Dr. Alfredo Colmo. Estaba presente D. Francisco
Marseillán, el Gobernador del Distrito.
Un anuncio: El general Justo
"La presidencia anunció también la próxima reincorporación a las
actividades rotarianas, del general Agustín P. Justo, cuyas áreas de
carácter político lo privaron de su concurso a la institución".
Crece el Rotary Club de Buenos Aires
"Miremos –afirmó D. Alfredo Colmo- retrospectivamente y veremos
una larga ruta blanca, la del pasado, la de lo hecho, que nos mostrará
cómo ha crecido el Club, junto con los de todo el mundo, cómo ha
contribuido en el país, y aún fuera de él, a que Rotary se difunda."
Perfeccionamiento moral de la humanidad
Luego habló el ingeniero Marseillán. Expresó: "El rotarismo ya no
es en este país una flor exótica, es ahora, una planta nuestra que
lleva adelante la acción de extensión de sus principios, destinados al
perfeccionamiento moral de la comunidad".
Un himno rotariano
La crónica agrega: "Los asociados entonaron luego un himno
rotariano cuyas estrofas resumen los fines de la institución." Es
lástima que no se conservan su letra y la música.
Se conocen telefonemas enviados desde Montevideo, Bahía Blanca
y Salta, y un mensaje del Rotary Club de París.
En el N° 57, El Rotariano Argentino, en un editorial recuerda:
Importancia del Club.
"El Club acaba de entrar en su décimo tercer año de progreso, tiene
pues una misión particular que cumplir por su ubicación y la cumple
satisfactoriamente, gracias a los esfuerzos de sus dirigentes. Muy
eficaz es la labor del Presidente, doctor Alfredo Colmo, del
Vicepresidente, almirante Juan A. Martín, y del Tesorero, señor
Bernardo Espil."
Bernardo Espil ocupó diversos cargos en el Rotary Club de Buenos
Aires. Se destacó por sus iniciativas desde la tesorería del Club.
Palabras afectuosas para Tribe
En el mismo editorial se memora, con afecto, a Tribe.
"Don Noel F. Tribe, secretario y fundador, se halla alejado este año
de su puesto, por razones de salud, pero su espíritu parece estar
siempre presente en las reuniones semanales.
El secretario ejecutivo, señor Rosendo E. Michans, se ve recargado
en sus tareas por la falta de Don NoeI, pero atiende a todo
satisfactoriamente."
"Cuántas veces los miembros del club, en el almuerzo del lunes,
hemos recogido los alientos y el estímulo suficientes para vencer los
contratiempos que nos iba a presentar la semana. Y sin duda,
muchos camaradas provincianos que nos visitaron, se fueron
llevando a sus clubs impresiones reconfortantes."
Resonancia internacional
"El Rotary Club de Buenos Aires –agrega también la nota- es
irreemplazable en la función constante que desempeña para el mayor
acercamiento y mejor entendimiento de los pueblos. Su tribuna tiene
autoridad en la Argentina y resonancia internacional. En Rotary
dicen los embajadores lo que no pueden decir en otras partes."
Una observación final
Para ese entonces, los almuerzos, como se desprende de esta
crónica, se realizaban los lunes, al mediodía, en el Plaza Hotel.
CAPITULO XI
EL ROTARY CLUB DE BUENOS AIRES. BODAS DE PLATA
El Rotary Club de Buenos Aires: 1919 –8 de noviembre- 1944.
Veinticinco años. Una profesión de fe. Don Patricio Browne. He
aquí el testimonio de la tradición del Club. Habla el Dr. Amadeo. Un
nuevo dato sobre Tribe. D. Heriberto Coates, un gran criollo
uruguayo. Algunos nombres, entre otros recordados antes. Don
Erico Werth y el "saludo de caballero". La fecunda presidencia de
Don Cupertino del Campo. Nuestra observación, entre líneas. Un
almuerzo cuesta cuatro pesos. Otros nombres, otras voces: el fiel
don Patricio. Primer gobernador argentino de Distrito: C. del
Campo. "Compañeros tan meritorios". "Las figuras distinguidas de
nuestros ex gobernadores". "Obras de interés humano". "Espíritu
cristiano de fraternidad internacional". "En los actuales tiempos".
"La verdad es.. ". "Todos somos cristianos". "La dificultad en
encontrar personas sospechosas". Una confesión del Dr. Amadeo.
"La neutralidad del Club". "Coleccionista de pruebas". "Quitarme
esos prejuicios. Rotary y la religión". "Epistolario rotariano", de
Olaran Chans. ¿Nuestra falta de patriotismo? Servir a la patria. San
Martín, Belgrano, Sarmiento. Los móviles que inspiran la acción
rotaria. "Ningún carácter religioso ni político". El profundo respeto
del Rotary. Rotary: comprensión internacional. Un deseo, una
oración final.
El Rotary Club de Buenos Aires
1919 –8 de noviembre-1944, 25° aniversario, Bodas de Plata del
Club
Una profesión de fe
Con motivo de cumplir sus bodas de plata –sus veinticinco años- el
Rotary Club de Buenos Aires organizó diversos actos
conmemorativos. En ese período –1944-45-, su presidente era el Dr.
Tomás Amadeo, y la comisión estaba integrada por el Dr. Alberto
M. Marque, vicepresidente 1°; Luis Alberto Paillot, vicepresidente
2°; Luis Riba, secretario; Bernardo Espil, tesorero; doctores Abel
Sánchez Días y Antonio Zambrini, vocales titulares, y el ingeniero
Roberto Otonello y el Dr. Arturo León López, vocales suplentes.
Don Patricio Browne
El miércoles 8 de noviembre, al mediodía, se sirvió en los salones
del Plaza Hotel, un banquete que contó con comensales que
representaban al Rotary de toda América Latina.
Don Patricio B. Browne, uno de los socios fundadores del Rotary
Club de Buenos Aires, y secretario de la institución en dos períodos.
"Banderas de todas las naciones y gallardetes de todos los clubes del
mundo, adornaban las mesas."
El presidente, Dr. Amadeo, hizo entrega al socio fundador, D.
Patricio B. Browne, una medalla de oro, por ser el único socio
fundador que continua figurando en las nóminas de miembros
activos del Rotary Club de Buenos Aires.
He aquí el testimonio de la tradición del club
Hubiéramos podido glosar o hacer nuestras las ideas del riguroso y
rico discurso de Don Tomás Amadeo, sin embargo, hemos preferido
que se lo conozca, con sus correspondientes subtítulos –según
nuestro parecer- cuando trataba distintos temas. Es una verdadera
profesión de fe rotaria. Se encontrará en su admirable síntesis
histórica del Club, el conocimiento y el resultado de haber indagado
seguramente en la tradición histórica. En honor a su decidida
vocación rotaria, transcribimos, entre comillas, sus párrafos
sobresalientes y definitorios que servirán seguramente, para conocer
mejor, en el futuro, a nuestro Club.
El Dr. Tomás Amadeo, quien en la década del cuarenta ocupara la
presidencia del Rotary Club de Buenos Aires, fue presidente de la
Comisión de Servicio Internacional en 1930.
Habla el Dr. Amadeo
El Dr. Amadeo volvió a sintetizar la escueta historia de nuestro club
–ya incluida en estas páginas- desde aquel 8 de noviembre de 1919,
en que un grupo de caballeros se reunió en los salones del Jockey
Club para fundar el club decano del rotarismo argentino.
Un dato nuevo
El Dr. Amadeo pone de manifiesto que fue designado Tesorero,
"nuestro inolvidable amigo Don Noel F. Tribe, en cuyo escritorio se
realizaron durante los primeros tiempos, las reuniones de la
comisión directiva. Don Noel ocupó la Secretaría hasta que una
enfermedad mortal lo obligó a alejarse de Buenos Aires".
Don Heriberto Coates, un gran criollo uruguayo
"En el acta de fundación, no aparece el nombre del que fue un gran
amigo nuestro, Don Heriberto Coates, el verdadero iniciador y
promotor de este club, como lo había sido ya del de Montevideo y lo
fue después de los Rotary de Santiago, Río de Janeiro, Asunción y
Lima.
De origen inglés, don Heriberto era un gran criollo uruguayo. Por su
intermedio, el Rotary de Montevideo inició la fundación de nuestro
club y ha sido así consagrado, en la historia rotariana, padrino del
Rotary Club de Buenos Aires."
Don Heriberto Percival Coates, el animador y entusiasta rotario de
Montevideo, que colaboró en la Fundación del Rotary Club de
Buenos Aires.
Algunos hombres, entre otros recordados antes
El Dr. Amadeo enumeró, entre otros nombres repetidos en esta
historia, a otros propulsores del rotarismo. "¿Cómo no recordar
especialmente al Dr. Alfredo Colmo, cuya ciencia y prudencia dejó
recuerdo imprescriptible; a Don Rodolfo N. Luque, el director
permanente de "El Rotariano Argentino"; a Don David Spinetto,
autor de la "Cartilla Rotariana" y a Don Abel Sánchez Díaz, cuya
bondad y entusiasmo desbordantes tenemos presentes todos?"
Don Erico Werth y el "saludo de caballero"
"No es posible, por otra parte, hablar del Rotary sin recordar la
vigorosa figura de Don Erico Werth, el inventor del ‘saludo de
caballero’, el creador de la alcancía de ahorro que circula siempre en
nuestras mesas, y el que sugirió a Don Cupertino del Campo la idea
de la creación de las bibliotecas circulantes para niños, con la
cooperación de la ‘Nordiska’."
La fecunda presidencia de Don Cupertino del Campo
"Y ya que he hablado de Don Cupertino del Campo recordaré su
fecunda presidencia, que dejó hondas huellas y varias obras en
nuestro club. El fue quien dio principio a la institución del ‘premio
al mejor compañero’, contando con la importante colaboración de
Don Erico Werth; él, quien implantó el ceremonial para la recepción
de los nuevos socios rotarianos, redactando el formulario que
todavía se lee en esos actos; él sugirió e inició la publicación de ‘El
Rotariano Argentino’, siendo su primer Director y redactor; fue,
también, Don Cupertino, quien inició y fundó, en compañía de Don
Enrique Gil, Ernesto Nelson y Alfredo Colmo, el Instituto Cultural
Argentino-Norteamericano, pero este Don Cupertino añade a sus
otros méritos, uno más que es generalmente desconocido y que voy
a revelaros: hubo un tiempo en que se estableció una multa para los
rotarios que no asistían o llegaban demasiado tarde a nuestros
almuerzos, lo que acarreaba a las autoridades del Club muchas
protestas y las consecuentes tribulaciones. Don Cupertino, que en
ocasiones se revela, con una aguda astucia rotariana, inventó el
sistema actual, según el cual todos los socios deben pagar por
anticipado su almuerzo, de manera que los rotarianos inasistentes
pierden, es decir, pagan una multa de cuatro pesos en vez del peso
que antes pagaban, a posteriori y con protestas."
"Fue así Don Cupertino un precursor de los modernos creadores de
los impuestos a las ganancias extraordinarias."
Nuestra observación, entre líneas: Un almuerzo, cuatro pesos
Además de haber sintetizado de manera admirable toda la tarea de
Don Cupertino del Campo, el presidente del Rotary entonces, Don
Tomás Amadeo desliza, sin proponérselo, un dato de interés:
entonces, en 1944, los almuerzos semanales costaban en el Plaza
Hotel, para los miembros del Rotary Club de Buenos Aires, cuatro
pesos.
Otros nombres, otras voces: El fiel Don Patricio
"También me vienen a la memoria –prosiguió Don Tomás Amadeó-
los nombres de Don Patricio B. Browne, el fiel Don Patricio,
fundador del Club, ex secretario y compañero muy apreciado; el de
nuestro ex gobernador, D. Francisco Marseillán, propagandista de
los clubes y de las doctrinas rotarianas; de Don Joaquín Serratosa
Cibils, rotariano de cuerpo y alma, también creador de clubes en
todo el Distrito; de Don James Roth (Don Jim), funcionario del
Rotary Internacional, activo y simpático; de Don Donato Gaminara,
quien en la primera convención realizada por los Clubes argentino,
uruguayo, paraguayo y brasileño, fue propuesto para Gobernador del
Distrito 63 recientemente creado, cuyo cargo desempeñó con todo
éxito hasta 1928 en que fue designado para reemplazarlo don
Cupertino del Campo, primer argentino Gobernador de Distrito".
Primer Gobernador Argentino de Distrito: Cupertino del Campo
Hay que observar con qué cariño, el Dr. Amadeo se refiere al "fiel
Don Patricio", a Francisco Marseillán, "propagandista de los
Clubes", a Serratosa Cibils, "rotariano de cuerpo y alma", a James
Roth, Don Jim, "rotariano activo y simpático", a Donato Gaminara,
"Gobernador del Distrito 63" y Cupertino del Campo, "primer
Gobernador argentino de Distrito 63."
"Compañeros tan meritorios"
"Algo más quisiera decir refiriéndome a compañeros tan meritorios
como el elocuente y talentosos doctor Alejandro Ceballos, el
entusiasta y laborioso Don Arnaldo Massone y los tan eficientes
conductores como lo fueron don Laureano A. Baudizzone y Don
Benito J. Carrasco."
"Las figuras distinguidas de nuestros ex gobernadores"
"Debo entornar aunque no cerrar definitivamente esta galería de
figuras rotarianas, no sin antes mencionar las figuras distinguidas de
nuestros ex gobernadores Don Enrique Gil, Don Leonel G. Dodds,
Don Víctor Abente Haedo, Don Ricardo Calatroni y Don Horacio
Damianovich, todos ellos buenos consejeros y hábiles conductores."
"Obras de interés humano"
"El Rotary Club de Buenos Aires ha inspirado, ha sugerido y a veces
hasta realizado obras sociales de alto interés humano. Ha mantenido
la más estricta selección en la conscripción de sus socios, lo que
tiene su corolario en el gran prestigio y autoridad moral que, a pesar
de sus pocos detractores, no ha sufrido mengua en ningún instante."
"Espíritu cristiano de fraternidad internacional"
"Se nos ha atribuido fines antirreligiosos y también antipatrióticos,
tratando de objetar esa nuestra neutralidad como institución en
materia filosófica y política y nuestro espíritu cristiano de
fraternidad internacional."
"En los actuales tiempos"
"No es extraordinario que esto suceda en los actuales tiempos en que
todo aquel que no piensa como ciertas personas es clasificado de
masón, judío o vendepatria."
"La verdad es..."
La verdad es que todos sabemos que ni en nuestro Club ni en ningún
Club rotariano hay cosas misteriosas, ni ritos, ni frases, ni
intenciones secretas, que nadie introduce sus dedos,
cabalísticamente, bajo el puño de la camisa de ningún compañero, al
saludarle con las manos."
"Todos somos cristianos"
"Todos somos cristianos y creo no exagerar si digo que el noventa
por ciento de nosotros pertenecemos a la confesión católica,
apostólica y romana."
"La dificultad en encontrar personas sospechosas"
"Revisando las listas de nuestros socios actuales o pasados, se ve el
investigador sumamente preocupado por la dificultad en encontrar
personas sospechosas en el sentido contrario; salvo que se pretenda
insinuar que es de dudosa ejecutoria la posición espiritual de Don
Carlos de Arenaza, Don José M. Astigueta, Don Alejandro Cabanne
y Atilio Dell'Oro Maini entre los presentes, o Carlos Ibarguren,
Jorge Mitre, Clodomiro Zavalía, Gustavo Martínez Zuviría, Santiago
O'Farrell, entre los ausentes, que alguna vez han formado parte de
este Club; todos, nombres tomados al azar entre otros muchos."
Una confesión del Dr. Amadeo
"Por mi parte puedo afirmar que, a pesar de tener ya
aproximadamente unos veinte años de asociación en el Rotary,
jamás he encontrado signos que directa o indirectamente pudieran
haberme inducido a pensar, en ningún momento, en la existencia de
una orientación antirreligiosa, o en pugna con los principios
públicamente sostenidos. Y puedo agregar que en cualquier instante
que hubiera hecho tal observación, habría abandonado las filas de
esta respetable asociación."
"La neutralidad del Club ..."
"El hecho de nuestra abstención para realizar discusiones o
embanderarnos en campañas religiosas o políticas, no importan una
definición antirreligiosa. La neutralidad del Club en esa materia es
institucional, lo que no importa la neutralidad de sus socios, quienes
tenemos nuestras ideas y convicciones personales bien arraigadas y
creemos servir a ellas con mucha eficacia en las filas del Rotary
mismo, como tratamos de servirlas en el exterior."
"Coleccionistas de pruebas..."
"Lo que podrían haber hecho los coleccionistas de pruebas contra el
espíritu del Rotary, si hubiesen querido ser justos, es haber espigado
también entre los discursos y libros innumerables en los que podrían
haber encontrado muchas citas favorables a nuestra tesis y a la
verdad."
"Quitarme esos prejuicios". Rotary y la religión
Entre esa documentación podrían haber encontrado la siguiente
declaración del Reverendo Padre Gonzalo Arteche, quien en su libro
La Iglesia Católica y los Clubes Rotarios dice lo siguiente: "El
Rotarismo no defiende doctrina alguna condenada por la Iglesia".
No puede condenarse el ambiente de prudencia, educación y
convivencia que crea el rotarismo en torno a los asociados de
diferentes razas y religiones. Su parte de vida social es pública, sin
que se rocen para nada temas de religión..."
O las expresiones del Ilustrísimo señor Arzobispo de Cartagena, Dr.
López Umaña, quien honrando con su presencia la conferencia
rotariana del Distrito 40, manifestó: "No conocía yo a fondo esta
institución, aun cuando había leído algunas exposiciones sobre sus
fines, no había penetrado en la intimidad de ella. Hoy puedo decir
que el Rotary traduce admirablemente el pensamiento del romano
pontífice, que es el pensamiento de la doctrina cristiana. Me ha
servido asistir a esta reunión para quitarme esos prejuicios, para
conocer que el Rotary no tiene otros ideales que servir al hombre
movido por la caridad cristiana".
"Epistolario rotariano", de Olaran Chans
"Para no continuar con estas referencias, me remito al libro de
nuestro compañero de este Club, que ha sido también uno de los más
eminentes y eficaces gobernadores del Distrito, don Justo Olaran
Chans, quien en su reciente libro "Epistolario Rotariano" parece
haber agotado el tema."
¿Nuestra falta de patriotismo?
"En cuanto a nuestra falta de patriotismo, todos vosotros sabéis cuán
injusto es ese cargo y qué mal intencionado viene."
Servir a la Patria
"El Club de Buenos Aires es una de las instituciones de más
acendrado y sincero patriotismo entre todas las instituciones que
existen en la República. Nuestra bandera y nuestro himno están
siempre presentes en nuestras reuniones solemnes y siempre en
nuestro corazón en todas las ocasiones. Nuestro patriotismo nos hace
servir, dentro del país en el trabajo, por su mejoramiento social y por
la extensión del sentimiento de la solidaridad humana, que es la
médula de la caridad cristiana; y ese mismo patriotismo nos hace
estar presentes, en todos los clubes del mundo, cultivando su
amistad y tratando de servir al más completo conocimiento
recíproco, que es una de las mejores maneras de servir a la Patria."
San Martín, Belgrano, Sarmiento
"Es. cierto que no somos nacionalistas, según el concepto actual,
pero es porque basta ser patriotas.
San Martín, Belgrano, Sarmiento, y todos los grandes próceres
nuestros no fueron nacionalistas, fueron patriotas e hicieron muy
grandes cosas por su Patria."
Los móviles que inspiran la acción rotariana
"En realidad, todas las controversias que pudieran ocurrir fuera de
nuestra institución respecto a los verdaderos móviles que inspiran la
acción rotariana en todo el mundo, quedarían solucionados en forma
definitiva ateniéndose a lo que puede considerarse algo así como un
catecismo de los Rotary Clubes, es decir, el texto de la convención
rotaria celebrada en Dallas en el año 1929."
"Ningún carácter religioso ni político"
"Dicha convención formuló la siguiente declaración oficial: Rotary
no tiene ningún carácter religioso ni político. Como entidad, ni
procura constituir un partido, ni una secta, ni adoptar una forma
específica o particular de moral. Como tiene en su seno a miembros
de todas las religiones, Rotary mantiene, respecto a todos ellos, un
respeto absoluto."
El profundo respeto del Rotary
"Organizado en casi todos los países libres y civilizados de la tierra,
la actividad rotaria está sinceramente basada en el leal acatamiento y
el más profundo respeto a la soberanía, a las instituciones políticas y
a las congregaciones religiosas de cada nación."
Rotary: comprensión internacional
"Rotary espera que sus miembros cooperen en el esfuerzo común
para llegar a una comprensión internacional siempre más cordial,
pero sin detrimento alguno de la fidelidad de sus ideas religiosas y
morales, así como de los sentimientos superiores que conciernen a la
propia patria."
Un deseo, una oración final
"Permitidme, también, compañeros rotarianos, que termine este
discurso que va siendo extenso, formulando votos por el crecimiento
y eficacia cada vez mayores de nuestros Rotary Clubes en todas
partes del mundo, para que en todos ellos, terminada la guerra que
entristece al mundo, puedan guardarse las banderas de todas las
naciones, puedan cantarse todos los himnos, y entre todos ellos y
sobre todos ellos reinen, para la paz del mundo y el amor fraternal
entre todos los hombres, la bandera y el himno de la propia Patria."
CAPITULO XII
TRES PRESIDENTES DEL ROTARY CLUB DE BUENOS
AIRES
Dr. Santiago O'Farrell (1921-1922); Dr. Carlos Ibarguren (1922-
1923; 1923-1924); y Dr. Angel Sánchez Elia (1924-1925; 1925-
1926). Primer Libro de Actas. Durante seis años el Club no tuvo
libro de Actas. La lectura de las 379 fojas. Una fuente de inestimable
valor. Dr. Cupertino del Campo. Socios Honorarios: El Dr. Saavedra
Lamas y el General Justo. Mueren Erico Werth y Noel F. Tribe. Los
invitados. Bartolomé Mitre N° 441. La Comisión Directiva. Libro de
Visitas. Otra vez, el almuerzo semanal. Obra Cultural. La aviación
Civil. Trabajo para los jóvenes. Tablero de distintivos. Botones para
el ojal Dr. Rosendo Michan. Clasificación: novelista. Primer Premio
Nacional. Donación para pagar deudas del Club. Presentación del
nuevo socio. En 1926, ¿Cuánto pagaban los socios del Club? En el
Jockey Club. Arturo Capdevila: Publicista. Presentación. Reunión-
almuerzo de los lunes.
Tres Presidentes: Dr. Santiago O'Farrell (1921-1922), Dr. Carlos
Ibarguren (1922-1923; 1923-1924), Dr. Angel Sánchez Elia (1924-
1925; 1925-1926).
Dr. Santiago O'Farrell
El segundo presidente que tuvo el Rotary Club de Buenos Aires era
considerado uno de los jurisconsultos y políticos más sobresalientes
de entonces.
Sus padres fueron Miguel O'Farrell y María Seery. Su mujer: María
M. Harrington. Cursó sus estudios en el Colegio del Salvador, en
1873 y 1874. Luego en el Colegio de la Inmaculada, en Santa Fe.
Allí obtuvo el título de bachiller en 1878.
Doctor en jurisprudencia en la Universidad de Buenos Aires, en
1883, su tesis versó sobre Privilegios del Banco de la Provincia.
Comenzó a sobresalir por su cultura y por su versación en temas
históricos y políticos. En 1889 ingresó en la Unión Cívica. Cuando
se produce la escisión, en 1891, el Dr. O'Farrell forma parte de la
Unión Cívica Nacional. Durante dos años estuvo entre los concejales
porteños, a partir de 1892. Diputado nacional, en tres períodos:
1896-1900, 1904-1906, su nombre era sinónimo de acción. En esta
última fecha se lo volvió a elegir diputado, pero desde las filas del
Partido Republicano unido a una fracción del Autonomista
Nacional, que lideraba Roca hasta 1910. Su labor parlamentaria
clara, constructiva, enalteció su nombre. El doctor O'Farrell poseía
el don de la elocuencia. Intervino en la primera discusión del
proyecto de ley sobre divorcio. Las crónicas de la época 1o
consignan, con argumentos precisos, defendiendo la tesis contraria
al proyecto. Se lo considera católico ferviente. Nadie, o muy pocos
saben hoy que la ley 3.942, sancionada en 1898, estableciendo el
seguro de vida es obra suya. Ocupó, además, funciones y cargos,
sobre la base de su experiencia y versación jurídica y parlamentaria,
en sociedades industriales y en instituciones bancarias. Le importó y
estudió todo lo atinente a los ferrocarriles. Ello le permitió llegar a la
presidencia del ferrocarril San Martín. Para que el país adelantara y
transportara sus productos, era necesario que se extendieran las
redes ferroviarias hasta las zonas más inhóspitas. En la revista
"Estudios", publicó un ensayo cuyas ideas continúan siendo
actuales: "Reiterar la condenación enérgica de todo propósito que
tienda a reemplazar el orden en la vida económica de la nación por
la anarquía, suprimiendo las libertades que amparan por igual al
trabajo y al capital y repetir el aplauso caluroso a las instituciones y
a los hombres que lograron mantener, con mano férrea el imperio de
la Constitución".
Publicó un folleto: Datos recopilados por el Dr. Santiago G. O
'Farrell, presidente de la Comisión pro monumento al almirante
Brown. Era necesario –sostuvo en 1916- que el Almirante Brown
tuviera un monumento en la capital argentina. El discurso dejando
inaugurado el monumento Almirante Brown, 8 de julio de 1919, fue
una pieza oratoria magistral. En los años 1920-21 envió
colaboraciones a "El Pueblo" y "La Nación" desde Europa.
Conviene releer sus páginas acerca de sus primeros maestros, trabajo
que denominó Los Jesuitas de Farm Street. Falleció en Buenos
Aires, el 17 de mayo de 1926. Durante 1921-1922 ocupó la
presidencia del .Rotary Club de Buenos Aires. Había nacido en
Buenos Aires, el 12 de marzo de 1861.
Santiago O' Farrell (1921-1922) ocupó en ese periodo la
presidencia del naciente Rotary Club de Buenos Aires.
Don Carlos Ibarguren (1922-1923) ocupó la presidencia del Rotary
Club de Buenos Aires. Además de historiador y hombre de
actuación pública, se lo consideró unido entrañablemente al Rotary.
Dr. Cupertino del Campo. Uno de los hombres más relevantes del
Rotary Club de Buenos Aires. Fue su Presidente entre 1926-1927 y
entre 1927-1928. "El Rotariano Argentino" tuvo en el Dr. del
Campo a uno de sus creadores y propulsores. Fue, además, el
primer Gobernador argentino del Distrito 63.
Doctor Carlos Ibarguren
Hijo de una familia tradicional, sus parientes defendían el proceso
histórico que culminó con la independencia nacional. Su padre,
senador nacional por Salta, fue convocado por el presidente, el
general Julio Argentino Roca, para reorganizar la justicia de la
capital, una vez concretada la federalización de Buenos Aires.
Alumno distinguido del Colegio Nacional de Buenos Aires, ingresó
después a la facultad de Derecho. El prestigio, por sus condiciones
intelectuales, le permitía sobresalir entre los estudiantes. Fue
designado profesor suplente de Derecho Romano, y después titular,
en 1905.
A sus clases magistrales, en la Facultad de Filosofía y Letras,
concurrían nuestros jóvenes. Incursionó en la política desde sus años
de adolescencia. En las históricas reuniones del Jardín Florida,
escuchó al doctor López, a Goyena, del Valle y Leandro Alem. Este
último lo atrajo por la vehemencia de sus frases. En el Frontón
contempló la figura de Mitre y escuchó la palabra apasionada del
doctor Estrada.
Durante la presidencia del doctor José Evaristo Uriburu, fue llamado
para ocupar el cargo de subsecretario del Ministerio de Hacienda.
Luego pasó a desempeñarse en el departamento de Agricultura.
Tuvo oportunidad de tratar cuestiones vinculadas con la enseñanza
agrícola, la legislación sobre la tierra pública y la política sanitaria.
El doctor Roque Sáenz Peña, en 1912, le confió la cartera de Justicia
e Instrucción Pública, previo paso por el Consejo Nacional de
Educación. Al dictarse la Ley de sufragio universal fue proclamado
candidato a diputado nacional, por el Partido acaudillado por el
doctor Lisandro de la Torre. Sus ideas y principios evolucionaron.
En 1930 fue designado, durante doce meses, Comisionado en la
provincia de Córdoba.
Publicó La crisis política del mundo; Juan Manuel de Rosas, su
vida, su tiempo, su drama, y otros libros. Atraído por la literatura
había ejercido la crítica literaria y emitió juicios muy certeros sobre
Mis Montañas, de Joaquín V. González, que tuvieron resonancia
pública. Rubén Darío había arribado a Buenos Aires desde Chile y
ejerció influencia sobre la juventud desde "La Siringa", publicación
en la que también se destacara José Ingenieros.
Aparece Evolución de las ideas jurídicas en Roma, 1908. Le sigue
De nuestra tierra; Manuelita Rosas; Las sociedades literarias y
también la Revolución Argentina; San Martín íntimo y La historia
que he vivido.
En el año 1930 se le otorgó el Premio Nacional de Literatura y fue
convocado para dirigir la Comisión Nacional de Cultura, la de
Cooperación Intelectual y la Academia Argentina de Letras.
La austera tenacidad, el temple de su reconocida voluntad y su
probado amor al estudio y la ciencia, le permitieron culminar una
labor intelectual destacada. Recibió distinciones internacionales: la
Legión de Honor, la Orden de San Mauricio y la Cruz de Alfonso el
Sabio.
Su carácter bondadoso le atrajo la simpatía y estimación de muchas
generaciones argentinas.
Al fallecer, despidió sus restos en nombre de la Academia Argentina
de Letras, el doctor D. Mariano de Vedia, quien dijo: "Fue cabeza, y
la más alta entre nosotros, como un vigía que marcara el derrotero".
El doctor don Arturo Capdevila, por el Instituto Popular de
Conferencias, dijo: "La mirada alerta, la palabra cordial, el estímulo
generoso. Y toda la amplitud de su hermoso espíritu para la
suscitación de las más nobles empresas".
El doctor Gustavo Martínez Zuviría, consignó: "El último de sus
libros, el más extenso y tal vez el más acariciado por su
imaginación, fue escrito cuando ya su carne estaba mordida por la
inexorable enfermedad".
Había nacido en la ciudad de Salta, en 1877. Fue presidente, en la
primera época del Rotary Club de Buenos Aires: 1922-1923; 1923-
1924.
Angel Sánchez Elia
Jurisconsulto y político. Egresó de la Facultad de Derecho de
Buenos Aires, en 1908.
Siete años después, ingresó en la magistratura para desempeñarse
como Juez en lo Civil y Comercial de La Plata, capital de la
provincia de Buenos Aires. Como funcionario, se hizo acreedor al
respeto ciudadano. Sus fallos fueron ponderados, de acuerdo a la
buena doctrina.
El Dr. Sánchez Elia, en 1918, sostuvo públicamente que habían
afectado sus fueros y presentó la renuncia al cargo.
Le atraía la política. Pronunció y publicó discursos medulares
exponiendo ideas que surgían del conocimiento de la historia
política e institucional. En 1922 acompañó al doctor Rodolfo
Moreno en la fórmula para la elección de gobernador y
vicegobernador de la provincia. Había nacido en Buenos Aires, en
1883. Falleció, en la capital porteña, el 25 de diciembre de 1953.
Tanto el juez, a quien las nuevas generaciones han olvidado, como
el político, que la historia evoca, fueron condiciones que se
agregaron al rotario ejemplar que presidió al Rotary Club de Buenos
Aires, entre 1924-1925 y 1925-1926.
Primer Libro de Actas
El primer Libro de Actas del Rotary Club de Buenos Aires comienza
el 10 de mayo de 1926. El presidente de la institución es entonces
Don Cupertino del Campo. Concluye el martes 21 de marzo de
1933. Presidió la reunión al almirante Juan A. Martín.
Consta este primer Libro de Actas de trescientas setenta y nueve
fojas, y se lee: "Actas de la Comisión Directiva del Rotary Club de
Buenos Aires". Hay un sello: "Rotary Club de Buenos Aires.
Secretaria: Bmé. Mitre 559" Textual.
Luego se consigna en la página 379: "Libro: Actas de la C.
Directiva N °
1. Asociación: Rotary Club de Buenos Aires. Consta de
384 fojas útiles. Observación. Rubricado desde fojas 379 a 384".
Buenos Aires, enero 16 de 1933, Libro de Actas N °
2. Ultima
página: "En la fecha se rubrica un libro de Actas de la Comisión
Directiva N °
2, que consta de 384 folios en blanco, perteneciente a
la Asociación Rotary Club de Buenos Aires."
Buenos Aires, abril 20 de 1933.
Hay una firma ilegible. También se agrega un sello: "M ° de Justicia.
Inspección General de Justicia"
Durante seis años el club no tuvo Libro de Actas
Damos estos datos, en la historia del Club, por tratarse del
testimonio más preciso que existe desde sus inicios. No se trata de
una curiosidad, sino de un hito necesario. En sus Comienzos desde
la fundación, durante seis años, el Rotary Club de Buenos Aires
desarrolló sus actividades sin el correspondiente Libro de Actas.
Más tarde se agregó, como se habrá leído antes, la Personería
Jurídica una vez que se habían llenado las formalidades legales. Sin
embargo, hay que señalar también que de aquellos comienzos el
documento más valioso que se posee es el acta de fundación del
Club.
La lectura de las 379 fojas
Un trabajo arduo ha sido el de recorrer las primeras trescientas
setenta y nueve fojas, una por una, manuscritas por distintas
personas, a veces empleando una letra casi ilegible, a veces
debiendo recurrir a fuentes de información paralelas o
suplementarias, ante algunos datos imprecisos.
Una fuente de inestimable valor
Por eso, como en un gran panel, con los correspondientes subtítulos,
se agregan las informaciones que conforman los pilares principales
del Rotary Club de Buenos Aires. Primero, se presentan los hechos;
a veces, con expresiones encomilladas; luego, en muchos casos, la
interpretación que el devenir del tiempo permite hacerle a esos
acontecimientos, hoy tan distantes, que son imprescindibles porque
conforman la base del Rotary Club de Buenos Aires.
Doctor Cupertino del Campo
Había nacido en esta ciudad. Era hijo de Estanislao del Campo y de
Ana Gutiérrez, descendientes ambos de troncos familiares
tradicionales y estrechamente vinculados con quienes cultivaban las
más nobles expresiones literarias y artísticas argentinas.
Fue la suya una vida de múltiples facetas cada vez más profundas y
atrayentes.
León Entralgo señala que "en la existencia concreta del hombre, hay
siempre una naturaleza, una vocación y un destino y, de la
conjunción armoniosa o discordante entre esas tres instancias,
surgen, las diversas vidas, complementarias de cada individuo" y
Bernardo González Arrili en su biografía Cupertino del Campo,
escribió: "En un país donde la logrería parece ser el fin de la
mayoría de las existencias, hallar un ciudadano como él, como
Cupertino del Campo, que asume tareas con desinterés total de su
persona, ofrece esperanzas de un mejoramiento general".
Inició sus estudios de medicina atraído por lo que supuso vocación,
para culminar su egreso con notas brillantes, en Según el libro de
González, se graduó en 1899.
Eligió, como su especialidad, la pediatría, desempeñándose en el
Hospital de Niños del que había sido fundador su tío, el doctor
Ricardo Gutiérrez.
Su tesis versó sobre La importancia del individuo, en la medicina.
Fue secretario de la Facultad de Medicina y de la Asistencia Pública
y Médico Inspector del Consejo Nacional de Educación. Fue
también el creador y presidente del Instituto Cultural Argentino
Norteamericano, ICANA.
En cercano paralelismo con la medicina se desarrollaba su afición
artística y terminaría por imponerse en el resto de su existencia.
Pintaba, teniendo por maestra y modelo, a la naturaleza. Sus telas,
luminosas, pronto pasaron a figurar en museos y colecciones
particulares. Representó a la Argentina, en la Exposición bienal de
Venecia y, en el año 1922, el rey de Italia adquirió uno de sus
cuadros: "El patio de los naranjos".
En nuestro Museo Nacional, figura otro cuadro suyo. "El algarrobo",
sereno, y amplio, en la sucesión de planos. Al tema urbano de la
mansión señorial opone el motivo de la sierra, así como en "El
Ombú", evoca el de la pampa. Cupertino del Campo era un
enamorado de nuestra tierra. Lo autentica su actuación de hombre
civil y su obra de artista.
Recordemos títulos de obras y de validez: "La chacra", "Vieja
cochera", "La calle del bajo", "Troncos y ramas", "Las parvas",
"Monte viejo", óleos.
Fue director del Museo Nacional de Bellas Artes y de la Comisión
Nacional de Bellas Artes. Fundador y director de la Academia
Argentina de Bellas Artes y su profesor de anatomía artística.
También ocupó la presidencia de la Sociedad Estímulo de Bellas
Artes.
Entre las distinciones recibidas deben citarse las medallas de la
Exposición Panamá Pacific, de San Francisco, y de la Exposición
Internacional de 1910. Diploma de honor otorgado por la Exposición
Internacional de Gantes, Bélgica, en 1937.
Su primer libro de poesía, firmado con el seudónimo "Bálsamo", se
tituló: Mensajes líricos. Otros libros: El romance de un médico;
Vibraciones y reflejos; Forma y color; El color de mi cristal; El
dilema; Tormenta de verano; Prohombres de América; Décimas
gauchescas; A través del arte y de la vida.
Muchos fueron los cargos honoríficos que enriquecen su extensa
biografía. Al fallecer, su sepelio constituyó la más elocuente
expresión del dolor causado por su sensible desaparición. El señor
Carlos Porro, presidente del Rotary Club, recordó que el doctor del
Campo, fue Presidente y Gobernador y socio honorario de la
institución. El señor Alejandro Dussaut, en nombre del Instituto
Popular de Conferencias, destacó que el ilustre hombre público, se
había distinguido por su infinita voluntad, su exquisita cultura y por
la riqueza de su espíritu.
Al cumplir 90 años, Don Cupertino del Campo, en el acto con que lo
distinguió la Sociedad Argentina de Escritores, el Dr. Nerio Rojas
afirmó: "Hombres como don Cupertino del Campo tienen el derecho
de enamorarse de su propia vida, por la belleza moral con que la
realizaron".
Su actuación Rotaria.
Su padrino rotario fue Ernesto Nelson. Ingresó al club, el 29 de
septiembre de 1924. Su Clasificación: Bellas Artes. Entre los cargos
principales hay que mencionar el de Director del Museo Nacional de
Bellas Artes y Médico Inspector del Consejo Nacional de
Educación.
Escribía en el diario La Nación con el seudónimo de "José
Bálsamo," personaje de una obra de Alejandro Dumas. Hubo una
época que publicó artículos sobre Fisiología y Psicología.
Además de haber sido un activo presidente entre 1926-1927 y 1927-
1928, fue, también, un propulsor de las ideas rotarias a través de la
Gobernación del Club. Fundó y escribió, en "El Rotariano
Argentino", cuyo impulso alcanza hasta nuestros días.
Mucho le debe a Cupertino del Campo la actual estructura espiritual
del Rotary Club de Buenos Aires.
A los 91 años dijo en una conferencia: "Lo que más aprecio en el
hombre es algo que hoy escasea en el mundo: la rectitud".
Había nacido el 1° de noviembre de 1873.
Socios Honorarios: el Dr. Saavedra Lamas y el General Justo
Fueron socios honorarios de nuestro Club el Dr. Carlos Saavedra
Lamas, de reconocida actuación en el ámbito argentino e
internacional y premio Nobel de la Paz, el primero que enorgulleció,
por la trascendencia del galardón, a la República Argentina.
Renunció el 31 de diciembre de 1936.
También el general Agustín P. Justo de destacada trayectoria en el
Ejército y de histórica intervención como Presidente de la
República, fue socio honorario del Club.
El Dr. Carlos Saavedra Lamas, primer premio Nobel de la Paz que
tuvo la República Argentina, fue socio honorario del Rotary Club de
Buenos Aires.
Mueren Erico Werth y Noel F. Tribe
Quienes se preocupan por los antecedentes de nuestro Club, su
historia y la menuda y necesaria crónica interna, saben cuánta obra
llevó a cabo solidariamente en Rotary Club de Buenos Aires, don
Erico Werth, quien permanentemente luchó por nuestro ideal de
servicio. Falleció el 9 de febrero de 1937.
También Noel F. Tribe, fallecido el 10 de julio de 1937, era un
colaborador infatigable y desinteresado desde la secretaría honoraria
del Club, a partir de la fundación.
Los invitados
Desde sus inicios en 1919, el Club costeaba los gastos de sus
invitados. En cambio, el socio que llevaba a un amigo debía
abonarle el almuerzo.
El 10 de mayo de 1926 se reúnen Cupertino del Campo, Erico
Werth, Noel Tribe, Enrique Gil, Carlos Acevedo y Clodomiro
Zavalía en Nordiska Kompaniet, Florida 999, empresa que dirigía
don Erico Werth, y con la presidencia de don Cupertino del Campo
se resuelve que "cualquier persona invitada oficialmente por la
comisión directiva a las reuniones" el Club le costeará el almuerzo.
En cambio, "el socio que invita deberá pagar, en forma personal, el
almuerzo y otros gastos en que incurriere en la reunión del Club".
Actualmente, esa costumbre, que arranca de 1926, se mantiene en
nuestra institución rotaria.
Bartolomé Mitre N °
441
La comisión directiva se reunía en Bartolomé Mitre N° 441,
domicilio de la secretaría, en 1927. El escritorio pertenecía a Don
Noel F. Tribe, quien en un comienzo lo facilitaba en forma gratuita y
luego, más adelante, cuando las finanzas del Club lo permitieron,
cede parte de sus escritorios por una suma exigua.
La Comisión Directiva
El presidente de ese entonces era el Dr. Cupertino del Campo y el
secretario, NoeI F. Tribe. La integraban, además, Erico Werth,
Enrique Gil, Carlos Ibarguren y Clodomiro Zavalía. Jorge A. Mitre,
fundador y presidente en los dos primeros periodos. Mitre renunció
en el segundo semestre de 1935.
Libro de visitas
Don Erico Werth, 1926, propone que, al igual que en el Rotary Club
de Estocolmo, el Club porteño tenga un "Libro de Visitas". Esta idea
fue unánimemente aprobada.
Otra vez, el almuerzo semanal
En la reunión del 10 de mayo de 1926 se leyó una cordial invitación
del Rotary Internacional. Pedía que se adoptara en Buenos Aires la
costumbre del almuerzo semanal. No se admitiría la incorporación
de nuevos clubes -se agrega- si el primer Club de la Argentina no se
comprometía a reunirse semanalmente.
Por el momento, se dijo, es impracticable. Se resuelve que esta
importante cuestión se estudie otra vez, dentro de un plazo de seis
meses.
Como las reuniones de la Comisión Directiva tenían lugar los lunes,
a pesar de la oposición de los socios, se decidió que desde esa fecha,
se efectuarían los miércoles, a las 18, en la oficina del secretario,
señor Tribe, en B. Mitre N° 441.
Se decidió, también, escribir a Chicago, para que no insista, por el
momento, con las reuniones semanales.
Obra cultural
Don Cupertino del Campo, defensor de la educación y de la cultura
en general, propuso que el Rotary Club de Buenos Aires se dirigiera
por nota a los escritores pidiéndoles libros para ser enviados a los
hospitales que carecen de bibliotecas.
La aviación civil
Desde sus comienzos, Rotary se preocupó por el fomento de la
aviación civil. Importa -se decía- el transporte rápido de la
correspondencia. Ello sucedía, el 1° de mayo de 1926. Se
encomendó a Don Ricardo Aldao -"versado en la materia "-, que se
ocupara del asunto.
Trabajo para los jóvenes
De continuo, en Rotary se hablaba y se llevaban a cabo campañas
destinadas a ofrecerles trabajo en los establecimientos rurales de los
rotarios y en sus empresas a los jóvenes sin recursos. El autor de esta
iniciativa, tan elogiada entonces, fue el socio don Emilio Mongay.
Tablero de distintivos
También para esa fecha, se adoptó el Tablero de Distintivos. Para
que los socios -estamos en 1926- encuentren rápidamente sus
"galletas", una vieja denominación rotaria que todavía se oye en los
clubes de barrio, se encomendó la confección de un tablero por
orden alfabético. Ninguno de nosotros hoy se pregunta en la
actualidad por estos detalles que hacen a la marcha del Rotary Club
de Buenos Aires. De ahí que lo consignemos.
Botones para el ojal
H. Coates, el querido rotario uruguayo, propulsor en América del
Sur de los principios rotarios, trajo de Estados Unidos los botones
para el ojal.
Los distintivos de identificación, también se fabricaban en los
Estados Unidos. En agosto de 1929 se encarga a una casa fabricante
la cantidad de 300 distintivos de identificación. Se pagó 149,75
pesos. En el número de octubre de 1927, "El Rotariano Argentino"
publica una carta de Don Hugo Wast. En uno de sus párrafos dice:
"En el barco Alcántara" descubrí a varios rotarios uruguayos, suizos,
salvadoreños. Explicó al rotario uruguayo que el no llevar la
"insignia" rotaria en la solapa "era debido a que nos prometían y
nunca cumplían la promesa de proveer (por nuestra cuenta, se
entiende) de su distintivo a nuestro Club".
Dr. Rosendo Michans
El 18 de septiembre de 1926, la comisión directiva resuelve, ante la
continuada actividad que desarrolla el Rotary Club de Buenos Aires,
designar al Dr. Rosendo M. Michans, secretario rentado, con el
título de Jefe de Secretaría, con un sueldo de 300 pesos mensuales.
Lo ayudaría el señor Eduardo Basombrío. Dependerán del Secretario
Honorario, Don Noel F. Tribe.
Cuando se designó a Don Noel Tribe, Secretario Honorario del
Club, dijo el Dr. Rosendo Michans:
"Debemos agradecer a este secretario casi insustituible todo el
servicio que nos presta, puesto que en medio de sus múltiples
ocupaciones encuentra el tiempo suficiente para dedicar al Rotary. Y
no hay que olvidar tampoco que fue él quien facilitó gratuitamente
las propias oficinas, con todos sus elementos, para convertirlas en
sede del Club, y eso durante nueve años consecutivos."
El señor Tribe le agradeció a Don Rosendo Michans sus palabras:
"Don Rosendo ha sido un eficaz colaborador de la comisión
directiva, y los progresos del Club son debidos, en buena parte, a su
inteligente y asidua consagración a las tareas correspondientes a su
cargo".
El Rotary Club de Buenos Aires pujaba entonces, con confiado
dinamismo, por superar el centenar de socios.
Clasificación: "Novelista"
Una de las Clasificaciones más llamativas en el Rotary Club de
Buenos Aires ha sido la de novelista. En efecto, Don Gustavo
Martínez Zuviría, más conocido por Hugo Wast, figura en ese
tiempo -1926- como socio con la Clasificación: novelista. Fue Don
Hugo Wast, como se recordará, uno de los socios que mucha
preocupación demostró por el Rotary y la cultura.
En 1926, el Dr. Gustavo Martínez Zuviría (Hugo Wast) figuraba
entre los socios del Rotary Club de Buenos Aires, con la
Clasificación de "Novelista". Fue celebrado en los almuerzos del
Rotary su Premio Nacional de Literatura, que obtuvo en 1925.
Primer premio nacional
En "El Rotariano Argentino", de junio de 1927, se lee en un
recuadro titulado "El triunfo de Don Hugo".:
"Nuestro compañero el eminente novelista Hugo Wast se ha
adjudicado con uno de sus libros y después de larga, brillante y
fecunda producción, el primer premio en el certamen nacional de
literatura correspondiente al año 1925. No diremos que sea esto un
gran triunfo, porque desde hace tiempo eran Don Hugo un
triunfador, pero sí un merecido y necesario reconocimiento oficial
del alto valor de su obra".
En "El Rotariano Argentino", de julio de 1927, se lee: "Almuerzo
del 4 de julio de ese año. Concurrieron Gustavo Martínez Zuviría
(Hugo Wast) y Rómulo Carbia (el señor Roberto Payró se excusó
por razones de salud) y los miembros del jurado, doctores Carlos
Saavedra Lamas y José A. Oría.
Habló el presidente del Club, Dr. Cupertino del Campo. Luego
Hugo Wast sostuvo que "el camino seguido en sus obras respondía
siempre a los principios consagrados por el Rotary, combatiendo el
egoísmo de los hombres para dar lugar a otras prácticas, a otras
ideas y a otros sentimientos, determinantes de factores de progreso
social e individual".
Donación para pagar deudas del club
El señor Emilio Mongay, incansable propulsor, fue el depositario, en
octubre de 1926, de las donaciones que espontáneamente hicieron
los socios para pagar las deudas del Club. Don Cupertino del
Campo, Don Emilio Mongay y Don Erico Werth reunieron $ 250.
Presentación del nuevo socio
La presentación del nuevo socio no debe demandar más de dos
minutos. Más adelante, en 1931, se ampliará esta presentación y se
darán detalles para recibirlo. También se preparó una cartilla con la
fórmula de práctica.
En 1926, ¿cuánto pagaban los socios del Club?
La cuota de admisión al Club, en 1926, será -se dice en las Actas- de
50 pesos. Se elevó la trimestral a $ 40, comprendidos seis almuerzos
en el Plaza Hotel más 5 $ por mes. Es decir, cada almuerzo no
alcanzaba a costar 6 $.
En el Jockey Club
A veces, la comisión directiva se reunía en el Jockey Club, como lo
hizo por primera vez, cuando se fundó el Club y era presidente Don
Jorge Mitre. Por ejemplo, el 16 de octubre de 1926, Cupertino del
Campo citó allí a la comisión directiva.
Arturo Capdevila: publicista
En el número 11, del primer año de aparición de "El Rotariano
Argentino", noviembre de 1927, se publica la biografía del escritor y
poeta Arturo Capdevila, quien había ingresado al Rotary Club de
Buenos Aires en diciembre de 1926 con la Clasificación: Publicista.
Arturo Capdevila, el poeta de Córdoba Azul, perteneció al Rotary, y
su Clasificación fue la de "Publicista".
Había publicado entonces Córdoba del Recuerdo y La Suamita. Era,
además, profesor de la facultad de Humanidades de La Plata.
¿Por qué se destaca a este socio? Pues, en primer término, no es
corriente que en el Rotary de Buenos Aires hayan ingresado poetas.
Luego, la Clasificación, "Publicista", desconcierta. También se debe
recordar, con mucho humorismo que Don Arturo Capdevila hizo, en
dos minutos, como lo indicaban entonces los reglamentos, su
presentación en verso:
PRESENTACION
A los amigos trabajadores del Rotary Club
Verdad. Yo sé muy poco. Verdad: yo no sé nada.
¿De qué sirve en la vida un alma ilusionada?
Como Bacon decía de los más necios hombres,
Yo sé nombres sin cosas o bien cosas sin nombres.
¡Como Bacon, el fuerte filósofo decía!...
Nombre sin cosas... Cosas sin nombres. .. la poesía...
Fragancia de las noches mi corazón desvela,
y ebria de luna el alma por los espacios vuela.
Soplo de viento libre, cuando me da en la cara,
me llena del deseo de una esperanza rara.
El agua del arroyo me hizo correr tras de ella
y me pasé mil noches en elegirme estrella.
¿Cómo se hace una caso, o siquiera una choza?
Yo nada sé. Mi vida cómodamente goza
las obras de los otros. Ignoro, mano a mano,
la fábrica de un buque, lo que es un aeroplano,
cómo un reloj remeda, con su cabal medida,
el corazón del tiempo y el pulso de la vida;
cómo la vida madura; cómo se torna en vino;
cómo una lente acerca los astros del destino...
¡Por mí, que no sé nada. Tendrías pocos bienes
si no tuvieras, mundo, los hombres que ya tienes!
Por mí, que no sé nada, la hora volvería
a comenzar de nuevo. ¡Tal la ignorancia mía!
¡Ah, pero en cambio puedo, con cantos y loores,
alegrar el trabajo de los trabajadores!
Reunión-almuerzo de los lunes
El Rotary Club de Buenos Aires se reunía los lunes, cada quince
días, en el Plaza Hotel. El 16 de diciembre de 1926 se le abonó a
dicho hotel la cantidad de $ 165,95.
CAPITULO XIII
LA IMAGEN ARGENTINA EN EL EXTERIOR
Una reseña biográfica del socio. Aparece "El Rotariano Argentino".
Visita de Don "Toni" Sutton. Distrito 63. Preocupación por la
Patagonia. "Ayuda a las poblaciones de la Patagonia". Periodistas en
el Rotary. Temas religiosos o políticos. José Félix Uriburu. Jorge A.
Mitre. Donación de una casa. Almuerzos semanales. Primer acto
público. Tucumán. Aviación. Max Glücksmann. El Rotary Club de
Buenos Aires y la Fundación de ICANA. Dr. Alfredo Colmo. El
Rotary Club de Paraná. Arturo Capdevila. "El Rotariano Argentino".
El Dr. Alfredo Colmo. Acción Rotaria. Comités del Club. Banderas
Argentinas. Reuniones en el Plaza Hotel. Un dato de interés. Las
Oficinas. El ausentismo, una preocupación. Banderas, nuevamente.
Bolivia y Paraguay. Don Noel F. Tribe. Renuncias. Luque y el
Boletín.
La imagen argentina en el exterior
La comisión directiva resolvió imprimir un folleto en tres idiomas
sobre la República Argentina. El propósito era de que se conociera
al país, de manera más acabada, pues en el exterior, en 1926, no se
tenía una idea clara de la importancia de la República Argentina.
Una reseña biográfica del socio
También, el 16 de octubre de 1926, el Club decidió preparar una
reseña biográfica con fotografía de cada uno de los socios. Se trata
de la ficha actual, que tanta utilidad práctica tiene para la Secretaría.
Aparece "El Rotariano Argentino"
Una obra altruista realizó evidentemente Cupertino del Campo. En
tanto presidía la comisión directiva creó, en enero de 1927, "la
publicación oficial de los Rotary Clubs de la República Argentina"
con el lema "Dar de sí antes de pensar en sí", titulada El Rotariano
Argentino.
Constaba, ese primer número, de ocho páginas. La Secretaría
entonces estaba ubicada en Bartolomé Mitre N° 441. Las reuniones,
se puede leer en sus páginas, se efectuaban en el Plaza Hotel, como
en la actualidad, pero entonces se llevaban a cabo el primer y tercer
lunes, a las 12.50.
Esta hora -se consigna en la presentación- se propone "reflejar el
movimiento rotariano de la República".
"Esperamos, también, contribuir con nuestra propaganda a estrechar
más los lazos de unión entre nuestros compañeros y a estimular su
acción de servicio social, a fin de que los Rotary Clubs argentinos
aprovechen sin pérdida de tiempo y con la mayor eficacia, la fuerza
efectiva de que disponen y secunden dignamente la noble campaña
del Rotary Internacional, de incalculable trascendencia en el
mundo".
Para ese entonces, según la nómina que se publica, el Rotary Club
de Buenos Aires contaba con sesenta y ocho (68) y en junio aumentó
a 79 socios.
Visita de Don "Tom" Sutton
Está en Buenos Aires -desde el 8 al 20 de febrero de 1927- el
director del Rotary Internacional, fundador del Club de Tampico y
Gobernador de un distrito "rotariano" de Méjico, Don Tom Sutton,
acompañado por su esposa mejicana. Don Tom -como se lo llamaba
familiarmente- residía, desde hacía veinte años, en Méjico.
Realiza una visita a los distritos clubs rotarios de América del Sur.
El miércoles 9 de febrero de 1927 visitó al presidente de la
República. Luego se trasladó a La Plata y participó de una excursión
a la estancia de Pereyra Iraola.
Distrito 63
El 21 de abril de 1927 se formó el Distrito 63, del Rotary Club, que
comprende a la República Argentina, el Brasil y el Uruguay.
Preocupación por la Patagonia
En la reunión del 5 de mayo de 1927, se resuelve visitar al ministro
de Agricultura y entregarle un informe, seguramente preparado por
el socio Emilio Mongay, sobre la Patagonia. Este socio tenía una
preocupación notable, manifestada cuantas veces podía, por
defender el territorio de nuestro sur. Quería apoyar -manifestaba- a
los pobladores de la región que carecían, a veces, de medios de
transporte, de seguridad, de albergues cómodos y de comunicaciones
rápidas con los centros más poblados.
"Ayuda a las poblaciones de la Patagonia"
En "El Rotariano Argentino", Don Emilio Mongay, se refirió, con el
asentimiento del Rotary Club de Buenos Aires, a "La ayuda a las
poblaciones de la Patagonia". Señaló que por la naturaleza de sus
negocios estaba vinculado a la Patagonia. Luego agregó: "que hace
unos treinta y cinco años la población se reducía a unos cuantos
establecimientos rurales y a otras tantas casas de negocio que
situadas, casi todas ellas, sobre la costa del Atlántico, constituyeron
la base de las ciudades de San Antonio, Deseado, Santa Cruz, San
Julián y Gallegos."
Fueron hombres de coraje que con sus familias se internaron en
aquellos desolados parajes para poblar la Patagonia.
Debido a los bajos precios, carnes y lanas, motivados por las
huelgas, por falta de una legislación aduanera apropiada, sin
orientación y amparo gubernativo, estos pobladores sufrieron una
seria merma en sus entradas que se ha agravado con la carestía de la
vida y de la mano de obra. Deben pagar derechos de pastaje y
arrendamientos atrasados que desde algunos años no se cobraban
debido a la imposibilidad de exigirlos. Esta importante disertación se
publicó en la revista el 17 de enero de 1927, siendo presidente Don
Cupertino del Campo.
Periodistas en Rotary
El 30 de junio de 1927 fueron propuestos, dentro de la clasificación:
Periodistas, como socios activos, los conocidos hombres de prensa
de ese entonces Rodolfo Luque, del diario "La Prensa" y Angel
Bohigas, de "La Nación".
Temas religiosos o políticos
Rotary International -se trató en la reunión del 4 de agosto de 1927-
reitera comunicaciones enviadas con anterioridad. Sugiere que en las
reuniones rotarias no deben tratarse temas de índole política ni
religiosa.
José Félix Uriburu
En el acta del Club -27 de agosto de 1927- se habla de la visita
efectuada al general José Félix Uriburu sobre su reincorporación al
Club. Dijo el general Uriburu "que acepta complacido. Depende,
claro está, de la mejoría de su salud".
Jorge A. Mitre
El fundador y primer presidente del Rotary Club de Buenos Aires,
director durante muchos años, del diario "La Nación" renunció al
Club, por razones de trabajo en el diario, en el segundo semestre de
1935. Para ese entonces, muy pocos socios fundadores seguían
perteneciendo al Rotary Club de Buenos Aires.
Donación de una casa
Siguiendo con el principio de "Dar de sí antes de pensar en si", el
socio Dr. Gregorio Aráoz Alfaro -informe el 22 de septiembre de
1927, el Rotary Club de La Plata- donó una casa para que en ella
funcione la "Liga Popular contra la Tuberculosis".
Almuerzos semanales
Grande era entonces la insistencia del Rotary Club internacional
proponiendo que en Buenos Aires se cambiaran los almuerzos
quincenales de los lunes por almuerzos semanales. La comisión
directiva trataba el asunto. Pero los obstáculos eran muchos. Por lo
tanto, en cada reunión se posponía esa necesaria decisión.
Primer acto público
Con el título de "Nuestro Primer Acto Público" -un estímulo a los
escolares- "El Rotariano Argentino" debido a la iniciativa del
incansable Cupertino del Campo, presidente entonces de la
institución, realiza el 15 de diciembre de 1927, la siguiente reunión:
"En la sala de Conferencias del Colegio Nacional Mariano Acosta
tuvo lugar el 15 de diciembre nuestro primer acto público -se lee-
que tenía por objeto la distribución de los premios instituidos por
nuestro Club, para los alumnos de los establecimientos escolares que
hubieran sobresalido por sus condiciones de carácter y camaradería".
Se les obsequió el libro Del Pasado, de Ada Elflein, "libro que
enaltece la virtud y mantiene vivo -dijo Cupertino del Campo- el
sentimiento de patriotismo".
Tucumán
Se resuelve cooperar para la organización del Rotary Club de
Tucumán (20-10-1927).
Aviación
En diversas oportunidades, nuestro Rotary Club se ocupó de la
aviación civil. Por eso el 3-12-1927 se creyó oportuno invitar a los
pilotos franceses en calidad de invitados de honor, señores Costes y
Le Brix, que se encontraban en Buenos Aires.
Max Glücksmann
El activo Max Glücksmann, socio del Rotary, invitó a los miembros
del Club a presenciar una película que él había hecho preparar sobre
paisajes y pueblos de la República Argentina. A la vez, hablaría
sobre el tema "El cine como educador y como elemento de
propaganda argentina".
Tanto Glücksmann corno Cupertino del Campo estaban preocupados
por la imagen de la Argentina en el exterior.
Max Glücksmann, socio del Club, conocido productor de discos y de
la cinematografía, apoyó a Rotary preparando películas sobre la
Argentina, que se difundían en el exterior. En la fotografía aparecen
en primer plano, el Dr. Cupertino del Campo, el Dr. Tomás Amadeo
y el señor Glücksmann. En segundo plano, apoyado en la columna,
Ignacio Corsmi, conocido cantor de esos años, y Francisco Lomuto,
de lentes, al lado de Corsini.
El Rotary Club y la Fundación de ICANA
En el almuerzo del 19 de diciembre de 1927, con la asistencia del
Comisionado Especial del R. 1., Don James H. Roth, el Dr.
Cupertino del Campo recordó que el 17 de octubre de 1926, en
presencia del embajador de los Estados Unidos, asistente a la
reunión almuerzo, el Rotary Club de Buenos Aires lanzó la idea de
constituir un centro cultural anglosajón-argentino. La finalidad era la
de promover un acercamiento espiritual entre nuestro país, Estados
Unidos y Gran Bretaña. Se fundó, con posterioridad, la Asociación
Argentina de Cultura Inglesa".
ICANA
Más tarde el Rotary Club convoca a una reunión para constituir un
"Instituto Cultural Argentino-Norteamericano". Se designó una
comisión provisional para darle fundamento a la sociedad sobre la
base siguiente:
1) Promover el conocimiento recíproco de la cultura de la República
Argentina y los Estados Unidos y facilitar el intercambio cultural
entre los mismos países.
2) Procurar el conocimiento mutuo de los dos países en todos los
aspectos y contribuir al acercamiento de los mismos y de sus
respectivos pueblos, en demanda de armonía y cooperación
internacionales.
Con esto el Rotary Club ha cumplido su promesa y da por terminada
su intervención en este asunto.
Lo manifestado en aquella reunión memorable y otra efectuada en el
Plaza Hotel, el 3 de diciembre de 1927, según consta en el Libro de
Actas del Instituto Cultural Argentino Norteamericano, "sirvió para
sondear la opinión de quienes simpatizaban con la idea".
Por iniciativa del Rotary Club de Buenos Aires se fundó el Instituto
Cultural Argentino Norteamericano (ICANA). En su primera
comisión directiva -según el rotario Enrique Gil en el cargo de
secretario honorario.
Su constitución se produjo, en realidad, el 9 de mayo de 1928, en el
salón de actos del diario "La Prensa". El 25 de julio de ese mismo
año, fue dictado por el Poder Ejecutivo un decreto especial
otorgando la personería jurídica.
Así, su primera comisión directiva (1928-1929) quedó integrada por
las siguientes personalidades: Presidente, Dr. Alfredo Colmo;
vicepresidente 1°, Francisco Barroetaveña; vicepresidente 2°,
Coriolano Alberini; secretario honorario, Dr. Enrique Gil;
prosecretario, Víctor Daniel Goytía; tesorero, Gustavo A. Lanús;
protesorero, Alejandro Bunge; vocales, Carlos A. Aldao, Carlos
Kinkaid, Cupertino del Campo, Ernesto Nelson y C. T. Brady.
Como se puede apreciar, sus integrantes, en su mayoría, eran
prominentes figuras del Rotary Club de Buenos Aires.
El Dr. Julio Alvarez, integrante de la comisión de ICANA, ha escrito
"Paralelismo en los próceres a través de los dibujos de Cupertino del
Campo": "El creyó fundamentalmente que era necesario abrirnos a
la lengua inglesa. Pero al mismo tiempo ocurrió una cosa muy
argentina, que ese grupo de hombres, de caballeros argentinos, el
mismo día forman la Cultural Inglesa y el Instituto Cultural
Argentino Norteamericano".
El miércoles 19 de junio de 1935, el Rotary Club de Buenos Aires
felicita a las nuevas autoridades de ICANA. En su comisión figura
como presidente el Dr. Cupertino del Campo y en la comisión
también otros rotarios.
Al hacerse cargo de la presidencia, el Dr. Cupertino del Campo,
manifestó: "Desde luego, el Dr. Alfredo Colmo, cuya memoria será
siempre inolvidable en esta casa, primer presidente y uno de los
fundadores del Instituto, al que sirvió durante seis años con ejemplar
consagración y singular talento, organizándolo y haciéndolo digno
de la consideración y el respeto de que goza en el país y en los
Estados Unidos. Cumpliendo ampliamente nuestro programa, el Dr.
Colmo trató por todos los medios posibles no sólo de hacer conocer
en la Argentina la cultura norteamericana, sino también de llevar a
los Estados Unidos el exponente de la muestra, dando él mismo en
la Universidad de Columbia, por especial invitación, una serie de
notables conferencias".
Luego, acerca del Dr. Enrique Gil, también rotario, agregó: "Por las
simpatías que el Dr. Gil se ha granjeado entre los miembros de la
colectividad norteamericana y en los Estados Unidos, gracias a su
notoria y larga campaña de divulgación de los altos valores
culturales de esa gran nación, ha contribuido considerablemente a la
prosperidad del Instituto. Es, pues, una gran ventaja el que siga
ayudándonos con sus consejos y con su acción".
De esta manera, la obra cultural y de acercamiento entre los pueblos,
según lo previene R. I., se hacía efectiva a través de nuestro Rotary
Club de Buenos Aires.
Doctor Alfredo Colmo
Conviene recordar a este rotario que dejó una trayectoria perdurable
en el Rotary Club de Buenos Aires. Cursó estudios universitarios en
la facultad de Derecho. Obtuvo el título de doctor en jurisprudencia,
en 1901. Ejerció, asimismo, el profesorado en el colegio Nacional y
en la Escuela Normal de Profesores. Obtuvo la cátedra de derecho
civil, en 1904. Secretario de Juzgado en lo civil, en 1908, más tarde
juez y, por último, Vocal de la Cámara de Apelaciones. Durante los
años 1911-1914, se lo designó representante del país, con el cargo
de Cónsul General en Toulouse y Liverpool. Participó en Congresos
y conferencias internacionales de pedagogía. Le interesaban los
asuntos sociales y educativos y el Derecho Internacional.
Sus obras denunciaban cultura jurídica y madurez intelectual. Su
producción no se limitó a temas de su especialidad, sino que
incursionaba en historia política, pedagogía y ciencias sociales. En
uno de sus libros se refiere a la Revolución del 6 de Setiembre.
Estudia, una novedad para entonces, los movimientos
revolucionarios latinoamericanos. Arriba a conclusiones que
especifican las ideas que profesaba respecto de la evolución
democrática de los pueblos del continente y su naturaleza
rudimentaria. Por desgracia para el país, muchas de ellas se hicieron
realidad.
Le atraían los viajes al exterior y fueron frecuentes sus visitas a
Europa y América. En los Estados Unidos despertaron interés sus
conferencias tanto jurídicas como pedagógicas.
El día 28 de agosto de 1928, con motivo del centenario del Tratado
de Paz Argentino-Brasileño, el doctor Alfredo Colmo pronunció en
el Rotary Club de Buenos Aires, un discurso que fue muy celebrado.
"El Rotary Club -dijo- se asocia de pleno corazón, a todas las
manifestaciones vinculadas con la fraternidad internacional, que
constituye uno de sus principales mandamientos. Extendido en todos
los confines del globo, su religión social del altruismo y de recíproca
vinculación, resulta un arma de primer orden en pro de la concordia
del género humano
Y continuó: "Nos sobran motivos para mirar retrospectivamente con
optimismo, la incontenible floración de nuestros impulsos
generosos, ante la doble visión de las dos patrias hermanas, dándose
el mutuo ósculo de la paz y luego perfilándose entre arreboles y
ruidos de gloria, tiene ámbitos de toda amplitud para las loas que
celebren, allá en lo alto, este epinicio y esta apoteosis de dos grandes
almas colectivas, que se refunden en una sola alma".
Había nacido en Buenos Aires, el 22 de junio de 1878.
El Rotary Club de Buenos Aires lo eligió, durante los períodos
1928-1929 y 1931-1932, presidente de la institución, fundada por
Jorge Mitre, en 1919.
El Rotary Club de Paraná
El sábado 3 de marzo de 1928 se inaugura el Rotary Club de Paraná.
Concurren miembros de la comisión directiva y Don James H. Roth,
uno de los amigos entrañables de Paul Harris.
Nombres olvidados
Nuestro Rotary recuerda a menudo en los homenajes a los socios,
cuyos nombres hemos olvidado, pero que también, con acciones
solidarias, hicieron la grandeza del Club.
Arturo Capdevila
Breve fue la actuación del poeta Arturo Capdevila en nuestro Club.
Poco tiempo permaneció. Hizo su presentación en verso, como se
recordará. Fue presidente del Comité de Homenaje a Don Ricardo
Rojas, el autor de El profeta de la pampa y El Santo de la Espada. Y
renunció al Club, el 7 de marzo de 1928.
"El Rotariano Argentino"
Don Cupertino del Campo fue un orientador eficaz del órgano de
prensa llamado "El Rotariano Argentino". El 30 de abril de 1928,
Don Cupertino del Campo anunció que no podría continuar en la
dirección, muy a su pesar, pues el 14 de mayo de 1928 viajaría a los
Estados Unidos.
El Dr. Alfredo Colmo dirigirá, durante su ausencia, "El Rotariano
Argentino".
El Dr. Alfredo Colmo, presidente, en la reunión del 15 de octubre de
1928, propuso al socio, señor Rodolfo Luque, periodista y abogado,
para que se desempeñe en la dirección de dicha publicación.
Luque aceptó dirigir la revista del Rotary, gracias a la cual hoy
podemos, en parte, reconstruir la desconocida historia de Nuestro
Rotary Club de Buenos Aires.
El Dr. Alfredo Colmo
Un dato ignorado. Los "Premios Naciones de Ciencias y en Letras"
fueron instituidos por la Ley N° 9.414, del 13-10-1913. Desde 1914
hasta 1919, el primero de esos premios se declaró desierto. Y en
1920, lo obtuvo el Dr. Alfredo Colmo; el segundo, lo compartieron
Ataliva Herrera y Alfonsina Storni, y, el tercero, se lo otorgaron a
Carlos A. Leumann, Horacio Caillet-Bois y Hernán Félix Gómez.
En el caso del Dr. Alfredo Colmo no se especifica el nombre de la
obra literaria. La curiosidad aumenta, pues se trataba de un juez y
jurista de renombre.
Acción rotaria
Las condiciones principales de la acción rotaria -se puede leer en el
boletín del Rotary Club de Buenos Aires- son: asistencia,
camaradería y cooperación rotariana.
Comités del Club
La comisión directiva decide organizar comisiones o comités del
Club, de acuerdo con la modalidad del Rotary Internacional. Se
constituye entonces -29-10-1928- la Comisión de Servicios del
Club, de Servicio Internacional, de Servicio de la Comunidad y de
Servicio Profesional, etcétera.
Banderas Argentinas
Nuestro Club, para ese entonces, intercambiaba banderas con otros
clubes. ¿En dónde están las numerosas banderas que se recibieron de
los centros rotarios de todo el mundo? Por ejemplo, el 8 de
noviembre de 1928 se resuelve encomendar al socio Arnaldo
Massone que viajaba a Italia, la entrega de banderas argentinas a los
clubes de Roma, Génova y Trieste.
Reuniones en el Plaza Hotel. Un dato de interés
Es sabido que el Rotary Club de Buenos Aires mantenía, no obstante
el pedido del Rotary Internacional, la vigencia de los almuerzos
quincenales. El 8-11-1928 se resolvió que las distintas comisiones
internas se reunirían teniendo como pretexto un almuerzo en el Plaza
Hotel.
Al margen de las reuniones previstas para el primer y tercer lunes de
cada mes, de manera oficial, se dispuso que los lunes que no eran
utilizados para las reuniones ordinarias y que quedaban libres de los
almuerzos obligatorios, servirían para las comisiones.
Desde hace más de cincuenta años realiza sus tradicionales
reuniones en los salones del Plaza Hotel de Buenos Aires. Puede
apreciarse una vista panorámica de los miércoles rotarios.
También se iban a hacer extensivas estas convocatorias a los socios.
El pago, estaba previsto, era individual y estaría a cargo de cada uno
de los que concurría. Se denominaban almuerzos de comisiones. No
habría discursos ni asistirían huéspedes especiales.
Era, evidentemente, una manera de iniciar la costumbre de los
almuerzos semanales.
Las oficinas
Don NoeI F. Tribe, activo, entusiasta, comenzó a preocuparse por la
sede del Rotary Club de Buenos Aires. Se le encomendó en su
condición de secretario honorario que buscara un local que pudiera
ser alquilado para la secretaría, acaso en el edificio del domicilio
actual, se decía en 1928.
El ausentismo, una preocupación
Se plantea el problema del ausentismo. Para entonces la
reglamentación de los almuerzos quincenales se tornaba más flexible
con el fin de atraer socios. Algunos de ellos solían faltar más de la
cuenta y, a veces, el ausentismo superaba el límite previsto por el
Rotary Internacional.
Entonces se decidió visitar a los consocios para que manifiesten su
voluntad de concurrir con mayor asiduidad a los almuerzos (26-11-
1928).
Banderas, nuevamente
El Rotary Club de París obsequió al Rotary Club de Buenos Aires
una bandera francesa. Además, querían contar con una bandera
argentina (10-12-1928).
El Dr. Enrique Loudet, Encargado de Negocios de la República
Argentina en Centro América, es portador, también, de una bandera
que el Rotary Club de San José de Costa Rica obsequia al de Buenos
Aires (10-12-1928). También se envían sendas banderas al Rotary
Club de Nueva York y de Texas, y al de Tokio, Japón, y de Madrid,
España.
Bolivia y Paraguay
El Rotary Club de Buenos Aires, que tiene como presidente al Dr.
Alfredo Colmo, resuelve enviar telegramas a los rotarios de La Paz y
de Asunción para solicitar sus buenos oficios e impedir todo
conflicto armado entre Bolivia y el Paraguay (10-2-1928).
Don Noel F. Tribe
Insistentemente proponía a la comisión directiva ayuda a los
desposeídos. Por ejemplo, presentó el 24-12-1928 el afligente
problema de los niños lisiados. El Rotary creó una comisión que iba
a presidir el señor Tribe.
Renuncias
Siendo Gobernador del Distrito, Don Cupertino del Campo,
renuncian al Club, Matías Sánchez Sorondo y Emilio Mongay (19-1-
1929). Este último fue incansable defensor de los problemas que
afectaban a los colonos de la Patagonia.
Luque y el Boletín Rotario
El periodista Luque propone reformas en "El Rotariano Argentino" y
el aumento de sus páginas. Se recomienda duplicar la tirada -"tiraje",
se dice en el acta-, para una mayor difusión de los propósitos del
Rotary (21-1-1929).
CAPITULO XIV
EL DOCTOR CLODOMIRO ZAVALIA
El Rotary Club de Buenos Aires y Mar del Plata. Por primera vez:
oficinas alquiladas. Muebles para la secretaría. Renuncia un
periodista. Tacna y Arica. Gobernador del Distrito 63. La Guerra del
Paraguay. Edison. El Secretario rentado. Un libro. Se implantan las
reuniones semanales. (Comienzan el 24-2-1930.) Dr. Rodolfo N.
Luque. Donación de una biblioteca. Heriberto Coates. Banderas.
Quinquela Martín.Tesorería. Reuniones-almuerzos: los lunes. El
seiscientos sesenta (660): Un número clave.
Doctor Clodomiro Zavalía
Hijo de una familia tradicional. Sus primeros estudios los realizó en
Santiago del Estero y a comienzo del siglo, llegó a Buenos Aires,
para estudiar en la Facultad de Derecho.
Se graduó en 1908. Al tiempo que desempeñaba diversas funciones,
actuó en la Cámara de Diputados de la Nación. Fue cronista
parlamentario en el diario "El País". Al obtener su título
universitario fue designado Secretario del Juzgado del Crimen, más
tarde Fiscal y, en 1915, Juez Federal en la ciudad de La Plata.
Durante su actuación como Ministro de Gobierno de la provincia de
Buenos Aires, recibió cálidas muestras de respeto por su desempeño.
Hombre de acción y hombre de meditación, en 1919 es designado
profesor suplente de Procedimientos, en la Facultad de Derecho de
Buenos Aires. También accedió a la cátedra, como titular, de
Derecho Procesal. Es fundador y primer titular de Derecho Público
Provincial y Municipal, Director de la Revista, órgano oficial de la
Facultad; miembro del Consejo directivo y Decano, entre 1931 y
1936. Vicerector de la Universidad de Buenos Aires y rector, al
renunciar al cargo, el doctor don Mariano Castex. En 1933, presidió
la Asamblea Universitaria que eligió al doctor Angel Gallardo, a
quien también hubo de suceder, temporariamente. En diciembre de
1946, renunció a la cátedra universitaria, por considerar
menoscabada su investidura de profesor, ante el avasallamiento a
que eran sometidos los profesionales. Al ser invitado a
reincorporarse, declinó el ofrecimiento.
El Rotary Club de Buenos Aires lo tuvo, en épocas de
transformación, entre los socios que más descollaron. En 1925, se
dedicó a múltiples actividades profesionales en varias entidades
políticas y privadas.
Fue presidente de la Junta consultiva de abogados ferroviarios y del
Rotary Club de Buenos Aires.
Miembro de número de la Academia Nacional de Derecho y
Ciencias Sociales en 1926, se incorporó a ella con una disertación
sobre "La personalidad de las Provincias en la Organización
Constitucional". Posteriormente, fue secretario de esa corporación y
presidente, a partir de mayo de 1959.
El doctor Zavalía es autor de numerosos libros sobre temas de
jurisprudencia y universitarios. Ilustró frecuentemente a la opinión
pública, en temas jurídicos y constitucionales, como colaborador y
editorialista de "La Nación". Animó generosas iniciativas, como
miembro de diversas entidades, entre ellas la Institución Mitre, de la
que fue consejero.
Su deceso fue considerado como la pérdida de un alto valor
espiritual, cuya capacidad y serena visión de los problemas
esenciales, lo señalaban como una figura de consulta.
Entre sus obras pueden mencionarse: Historia de la Corte Suprema;
Derecho Federal; Derecho Publico y Provincial; Jurisprudencia de
la Constitución Nacional; Defensa Social de la Nación.
Periodista, escritor, magistrado, ministro, profesor, la figura del
doctor Zavalía, era una de las más completas del escenario público y
de las más reputadas por la dignidad de su vida y su labor sin
renunciamientos.
Servirá esta semblanza de testimonio para conocer la fecunda
laboriosidad del doctor Zavalía.
Había nacido en Tucumán. Durante su presidencia, entre 1929 y
1930, el Rotary Club de Buenos Aires implantó los almuerzos
semanales, que se continúan realizando sobre la base de la
conformación que le dio el Dr. Zavalía.
El Rotary Club de Buenos Aires y Mar del Plata
Muchos de los rotarios viajaban en verano a Mar del Plata. El socio
Oscar Rodríguez Saráchaga tuvo la feliz idea que, durante años, se
llevó a la práctica con éxito. Consistía en una reunión, todos los
sábados, a las 12.50, en Mar del Plata, con la participación de los
integrantes de todos los clubes rotarios del país. De esa manera se
cumpliría con la asistencia necesaria. Las reuniones -se comentaba-
eran divertidas y plenas de buen humor y camaradería rotaria.
Luego, en Buenos Aires, se les reintegraba el importe a los
asistentes, pues el pago se percibía entonces trimestralmente.
Por primera vez: oficinas alquiladas
Hasta ese entonces, fue Don Noel F. Tribe, el secretario honorario,
la persona que prestaba o alquilaba, por una cantidad exigida. En un
principio facilitaba sus propias oficinas para la secretaría del Club.
Por primera vez -29-1-1929- el Rotary Club de Buenos Aires tiene
oficinas arrendadas a Don Noel F. Tribe y no prestadas. La sede
estaba en un sexto piso del inmueble ubicado en Bartolomé Mitre N°
441, y se abonaban 120 $ mensuales.
Muebles para la secretaría
Don Erico Werth, de Nordiska Kompaniet, es la persona que se
encargará de suministrar los muebles necesarios para la secretaría.
Claro, sus precios más accesibles que otros que se consultaron en
negocios similares, permitían una mayor elasticidad en el pago. Por
ejemplo, se tiene el precio: 740 $. Además de escritorios, armarios,
se adquiere un cristal para escritorio, una alfombra, una biblioteca,
un sillón giratorio y una cortina. La comisión resuelve adquirir otros
muebles, también a Nordiska Kompaniet, y el costo asciende a
1.960$.
Renuncia un periodista
"El Rotariano Argentino" pierde, con la renuncia del periodista, Don
Angel Bohigas, de "La Nación", un puntal, un colaborador que
ayudaba con su experiencia periodística a la difusión de las ideas
rotarias. Don Angel Bohigas se jubiló en "La Nación" con el cargo
de subdirector.
El periodista Angel Bohigas, del diario LA NACION; fue socio del
Rotary Club de Buenos Aires y activo colaborador del boletín
rotario.
Tacna y Anca
Se festejará el 1° de julio de 1929, la solución del asunto
internacional de Tacna y Arica entre Chile y el Perú. Se invita a
dicho almuerzo de esa fecha, a los embajadores de Chile, Perú y
Estados Unidos. Este último país intervino en la mediación de dicho
asunto.
Gobernador del Distrito 63
Siendo presidente del Rotary Club de Buenos Aíres, el Dr.
Clodomiro Zavalía, el Gobernador del Distrito 63 era el Dr. Alfredo
Colmo (9-9-1929).
La guerra del Paraguay
El consocio, Dr. Oscar Rodríguez Saráchaga, presentó la iniciativa
de modificar la leyenda colocada sobre los trofeos obtenidos en la
Guerra del Paraguay y que se encuentran en el Museo Histórico
Nacional (23-9-1929).
Edison
En esa fecha, la Asociación Argentina de Electrotécnicos organizó
un banquete e invitó a los socios del Rotary Club de Buenos Aires
con motivo del 50° aniversario del invento de la lámpara eléctrica de
Edison (14-10-1929).
El secretario rentado
El secretario rentado, denominado jefe de secretaría, Dr. Rosendo
Michans, percibe en la actualidad $ 350 (24-2-1930).
El 20 de noviembre de 1930, siendo presidente del Club, el Dr.
Arnaldo Massone -por licencia del titular- se resuelve designar al
jefe de secretaría del Rotary, Dr. Rosendo Michans, como secretario
ejecutivo, según la modalidad de los clubes de otros países. Don
Noel F. Tribe, desde la fecha, será el secretario honorario del Club.
El cargo lo ostentaba y a partir de ahora será reconocido con esa
designación (20-11-1930).
Un libro
El Dr. Tomás Amadeo propone, en su condición de presidente de la
Comisión de Servicio Internacional, la edición de un libro sobre el
Rotary de cada uno de los países (en varios idiomas). Esta será una
importante contribución de todos los rotarios del mundo (24-2-
1930).
Se implantan 1as reuniones semanales. (Comienzan el 24-2-1930.)
Siendo el presidente, el Dr. Clodomiro Zavalía y secretario, Don
Noel F. Tribe, se implantan, después de muchas indecisiones, la
reunión semanal de socios. Por lo tanto, se adopta la modalidad de
los almuerzos cada semana, tantas veces pedido por el Rotary
Internacional.
Se aumenta, al imponerse la misma, de seis a trece, el número de los
referidos almuerzos trimestrales en el Plaza Hotel (24-2-1930).
Se aprueba, por unanimidad, el aumento propuesto. El Dr. Zavalía
concluyó su mandato, el 24 de febrero de 1930 y asumió el
periodista del diario "La Prensa", Rodolfo N. Luque.
Doctor Rodolfo N. Luque
Su padre, Don Clodomiro Luque, fue un periodista que actuó en
Santiago del Estero y Rosario de Santa Fe, como corresponsal de un
importante diario porteño.
En 1904, ingresa en "La Prensa", sección Archivo, para
desempeñarse más adelante en distintas épocas, como reportero,
cronista y secretario.
Se especializó en Derecho Constitucional, realizó estudios e
investigaciones sobre la política del país y acerca del desarrollo
económico. A partir de 1930 sus funciones fueron de mayor
responsabilidad: editorialista jefe. Ingresó a la Facultad de Derecho.
Paralelamente a las tareas periodísticas debió agregar más tarde las
de abogado.
Su tesis, al graduarse de doctor en leyes, en el año 1910, se tituló:
"Antecedentes, argentinos sobre legislación de imprenta".
Ejerció la docencia en colegios nacionales y fue profesor de Historia
e Instrucción Cívica. Sus colegas lo llevaron, en repetidas
oportunidades, a la Presidencia del Colegio de Abogados, en 1930.
Recibió la máxima distinción que se le otorga a un periodista: el
Moors Cabot, correspondiente a 1960, entregado por la Universidad
de Columbia.
Presidente, por tres períodos del Rotary Club: 1930-1931; 1940-
1941 y 1941-1942, y más tarde gobernador del distrito 133 del
Distrito Internacional, período 1955-1956, se lo consideró siempre
un propulsor de las ideas rotarias.
En 1957, dio a la estampa el libro titulado: Menos gobierno y más
libertad, con el objeto de aportar elementos de juicio e ideas en
materia de reorganización del país.
Parco en palabras, era considerado un amigo noble. En determinada
ocasión confesó: "No tengo más que amigos".
Como abogado gozó de reconocida nombradía y su bufete, al decir
de Don Leopoldo Herrera, fue "un altar donde se rendía culto
permanente a la ley, al decoro de la profesión y a nobles impulsos de
la conciencia moral".
Además de su extensa labor de redactor que abarcó prácticamente su
vida, el doctor Luque publicó: El profesionalismo político y el
impuesto a la renta, conferencia en la Liga Nacional de
Contribuyentes Territoriales, año 1925, Impresiones sobre el estado
actual de Italia, conferencia en el Instituto Popular de Conferencias,
año 1926: El trabajo, la fortuna fácil y la suerte, año 1928, Por qué
no son más cordiales las relaciones entre los países americanos; La
libertad civil y las garantías constitucionales, 1956, De Carlomagno
a Roosevelt, prólogo para un libro del doctor Claudio Sánchez
Albornoz, y Menos gobierno y más libertad.
Falleció en esta capital, el 1° de noviembre de 1967.
Había nacido en Villa del Rosario, Córdoba, en diciembre de 1888.
Rodolfo N. Luque se incorpora al Rotary Club de Buenos Aires en
1927. Luego ocupó la presidencia del Rotary y le dio su verdadera
importancia periodística al Boletín Rotario.
Donación de una biblioteca
Se donó una biblioteca infantil a los niños de Mar del Plata. La
iniciativa pertenece al socio, Dr. Oscar Rodríguez Saráchaga. El
dinero lo reunieron los socios y el saldo de 50 $ lo agregó el Rotary
Club de Buenos Aires (24-2-1930).
Heriberto Coates
El señor Coates, rotario y propulsor del rotarismo, envió una carta
proponiendo obsequiar a los ex gobernadores del Distrito 63 con un
distintivo recordativo como agradecimiento por sus gestiones (1-6-
1930).
Banderas
Se le envió una bandera argentina al Rotary Club de Asunción,
Paraguay, como reconocimiento de la Casa Argentina en la capital
paraguaya (26-6-1930).
Una delegación de rotarios uruguayos trajo en la fecha (4-9-1930)
una bandera de aquel país hermano.
Quinquela Martín
Se invitó al pintor de la Boca, Quinquela Martín, como huésped de
honor del Rotary (21-8-1930). En "El Rotariano Argentino" se dan
más informaciones sobre su visita.
Tesorería
El 20 de noviembre de 1930, el estado de la tesorería del Rotary es
el siguiente: ingresos: $ 7.286,41; salidas: 100 $, Saldo, $ 7.186,41.
Reuniones-almuerzo: los lunes
Las reuniones-almuerzo, ahora semanales, continuaban
realizándose los lunes, en el plaza Hotel.
El seiscientos sesenta (660): un número clave
El Rotary Club de Buenos Aires fue, por fecha de fundación, el
número 660. Así consta en el Rotary Internacional. En 1920 había
758 clubes. Otro dato que, seguramente, nuestros socios deseaban
conocer.
APENDICE I
Notas complementarias
Trayectoria del Rotary Internacional hasta 1930
Presidente del Rotary Internacional hasta 1930. El Distrito 63.
Clubes argentinos fundados hasta 1930. El Distrito 63. El Distrito
63. Modificaciones. Los primeros gobernadores de los distritos del
Rotary. Distrito 63. El primer gobernador argentino. Primera
conferencia rotaria de los clubes del distrito. ¿Quién era James
Roth? Don Donato Gaminara. Don Heriberto Coates.
Trayectoria del Rotary Internacional hasta 1930
1905. Paul Harris funda el Rotary Club en Chicago, Estados Unidos.
1906. Se adopta como emblema del Rotary la rueda de carruaje,
precursora del símbolo actual.
1907. El Club comienza su actividad, preocupándose de la ética en
los negocios y por las cuestiones de índole solidaria en Chicago.
1908. El segundo Rotary es fundado en San Francisco, California.
1909. Este año, son agregados a los dos primeros, otros clubes en
Oakland, Seatle, Los Angeles, Nueva York y Boston.
1910. Los Rotary suman ya dieciséis. En la Primera Convención
Rotaria, celebrada ese año en Chicago, se agregan bajo la
denominación de Asociación Nacional de Rotary Clubs. Asume la
presidencia Paul Harris y lo secunda Chesley Perry.
1911. En Europa, también, comienzan a funcionar el Rotary Club en
las ciudades de Londres, Dublin y Belfast. Aparece la revista "The
National Rotarian", órgano oficial del movimiento.
El lema es "Se beneficia más quien mejor sirve".
1912. Se incorporan Glasgow y Edimburgo en Escocia.
La Asociación Nacional de Rotary Clubs se denomina desde
entonces Asociación Internacional de Rotary Clubs.
La revista oficial se titula "The Rotarian", "El Rotario."
1913. Se celebra en Búfalo, Nueva York, una Convención
internacional. Intervienen delegados de Canadá, Inglaterra, Irlanda,
Escocia y los Estados Unidos.
Hay, para esa fecha, 50 clubes y 5.000 rotarios.
1914. Estalla la Primera Guerra Mundial. Se funda un Rotary Club
en Phoenix, Arizona.
Los clubes rotarios llegan a cien (100).
1915. Se funda el Club rotario de Honolulú.
Se crea el cargo de "Gobernador de Distrito".
Para entonces, había 186. Luego, al finalizar el año se alcanza a 200,
con el que se funda en Columbus, Georgia, Estados Unidos.
1916. Se funda el primer club de habla castellana en la Habana,
Cuba.
Se registran 247 clubes y 27.000 socios.
1917. Al entrar Estados Unidos en la guerra, Rotary presta
numerosos servicios: campañas, venta de bonos de la libertad,
fomento de instrucción militar entre los civiles, se piden donaciones,
ropas, comestibles, cigarrillos, libros.
Se establece un Fondo de donaciones. Dará lugar después a la
Fundación Rotaria.
En Huntington, Indiana, se funda el Club N° 300. En Julio de ese año
existen 311 clubes rotarios con 32.600 asociados.
1918. En Montevideo, Uruguay, se funda el primer Club de
América del Sur.
Se constituye el Rotary Club Aliado de Francia. Más tarde se llamó
Rotary Club de París.
Club Número 400. Pertenece a Fort, Kansas.
Hay 407 clubes con 40.000 socios.
1919. Se funda el Rotary Club de Buenos Aires.
China, Panamá, Filipinas, India y la República Argentina elevan a
quince (15), con la fundación de Rotary Clubes en Shangay,
Panamá, Manila, Calcuta y Buenos Aires, el número de países en los
cuales funciona el rotarismo. El Club N° 500 se funda en Fremont,
Nebraska.
El Rotary Club de Buenos Aires es el N° 660.
1920. Se funda en Madrid, España, y en Tokio, el primero del Japón.
En julio suman 758 los clubes y 56.800 los rotarios.
1921. El Rotary Club N° 1.000 se crea en York, Inglaterra. Primera
Convención Rotaria realizada fuera de los Estados Unidos en
Edimburgo. Se fundamenta la defensa de la paz internacional.
1922. Brasil, Noruega y Holanda también son países en los cuales
funciona, desde esa fecha, el Rotary Club. A partir de entonces se
denomina Rotary International.
1923. En Bélgica, Italia y Chile se fundan clubes rotarios.
1924. Suiza, Las Bermudas y Trieste también cuentan con clubes.
Existen 100.000 rotarios en todo el mundo.
1925. Se fundan clubes en Checoslovaquia, Guatemala, Austria,
Hungría y Portugal.
Zurich cuenta con una oficina subsidiaria de la Secretaría General
del Rotary de Boston. Se le entrega la carta constitutiva al Club N°
2.000, de Ketchikan, Alaska.
1926. Suecia, Venezuela, Finlandia y Colombia llevan el número de
Rotary a 2.004.
La primera Conferencia Rotaria del Pacífico tiene lugar en
Honolulú.
1927. Paraguay, Costa Rica, El Salvador, Ecuador, Bolivia,
Alemania y Java cuentan asimismo con clubes. El Club N° 3.000 es
el que corresponde a Talca, Chile.
1928. En Grecia y en la Federación Malaya se fundan clubes.
1929. Egipto, Palestina, Yugoslavia, Nicaragua, Honduras,
Rumania, Ceilán y Luxemburgo forman parte del Rotary
Internacional.
1930. Con la presencia de 11.000 rotarios tiene lugar en Chicago la
convención celebratoria de las bodas de plata del Rotary.
Se implanta la condición de socio de servicio anterior para los
rotarios que se retiran de su profesión o de su negocio.
Rotarios en todo el mundo: 150.000. Incluye a Argelia, Marruecos,
Rhodesia, Kenia, Estonia y Siam.
APENDICE II
Notas complementarias
Presidentes de Rotary Internacional
Presidentes del Rotary Internacional
Cuando el Rotary Club, fundado en 1905, deja de ser una institución
de servicio desinteresado, circunscripta a los Estados Unidos, se
transforma en la "Asociación Internacional de Rotary Clubs",
antecedente y fundamento de la actual sigla universal: Rotary
Internacional.
1911-12. Paul Harris. Fundador y presidente de honor.
1912-13. Glenn C. Mead (Estados Unidos).
1913-14. Russell F. Greiner (Estados Unidos).
1914-15. Frank L. Mulholland (Estados Unidos).
1915-16. Alíen D. Albert (Estados Unidos).
1916-17. Arch G. Klumph (Estados Unidos).
1917-18. E. Lesslie Pidgeon (Canadá).
1918-19. John Poole (Estados Unidos).
1919-20. Albert S. Adans (Estados Unidos).
1920-21. Estes Snedecor (Estados Unidos).
1921-22. Cradwoford C. Mc Cullough (Canadá).
1922-23 Raymond M. Havens (Estados Unidos).
1923-24. Guy Gundaker (Estados Unidos).
1924-25. Everett W. Hill (Estados Unidos).
1925-26. Donaid A. Adams. (Estados Unidos).
1926-27. Harry H. Rogers (Estados Unidos).
1927-28. Arthur H. Sapp (Estados Unidos).
1928-29. I. B. Tom Sutton (México).
1929-30. M. Eugene Newson (Estados Unidos).
1930-31. Almon E. Roth (Estados Unidos).
APENDICE III
Notas complementarias
El distrito 63
El distrito 63
Cuando se funda el Rotary Club de Buenos Aires, en 1919, su
padrino es el Rotary Club de Montevideo.
Enumeramos, a continuación, hasta 1930, los clubes que se van
formando en la República Argentina:
Buenos Aires 8 de noviembre de 1919.
Rosario 8 de septiembre de 1922.
La Plata 25 de julio de 1925.
Córdoba 30 de noviembre de 1926.
Mendoza 25 de junio de 1927.
Bahía Blanca 20 de diciembre de 1927.
Santa Fe 8 de febrero de 1928.
Concordia 16 de marzo de 1928.
Paraná 7 de abril de 1928.
Salta 23 de mayo de 1929.
San Juan 23 de junio de 1929.
Tucumán 29 de junio de 1929.
Corrientes 15 de julio de 1929.
Resistencia 21 de julio de 1929.
Posadas 16 de septiembre de 1929.
Azul 23 de abril de 1930.
El Distrito 63
El Rotary Internacional, ante la acelerada expansión de los clubes,
resuelve que se asocien por Distrito, para que esta organización
facilite la comunicación con la Secretaría general. Entonces el
Rotary Internacional se denominaba, como es sabido, "Asociación
Internacional de Rotary Clubs".
En 1927 se constituyó un Distrito que llevaba el número 63
destinado a los clubes establecidos en América del Sur, más
precisamente los afincados en la República Argentina, el Brasil, el
Paraguay y el Uruguay.
Dicho Distrito 63 se mantuvo así hasta 1929: Se separó entonces el
Brasil que integró otro Distrito. En el 63 quedaron la Argentina, el
Paraguay y el Uruguay.
El Distrito 63. Modificaciones
Recién se vuelven a producir modificaciones en 1938. El Distrito 63
se dividió en dos. Se les asignó los números 30 y 31. El primero,
abarcaba el centro, norte y Oeste de la Argentina y la República del
Paraguay. El segundo, el sur
de la Argentina, provincia de Buenos Aires, la Mesopotamia y la
República Oriental del Uruguay.
Los primeros gobernadores de los distritos del Rotary
Desde 1927, el Distrito 63 (la Argentina, el Brasil, el Paraguay y el
Uruguay) tuvo como gobernadores:
Donato Gaminara (Rotary Club de Montevideo: 1927-28).
Cupertino del Campo (Rotary Club de Buenos Aires: 1928-29).
Distrito 63
Cuando en 1929 se resuelve modificar los Distritos permanecen en
el 63 la Argentina, el Paraguay y el Uruguay.
Alfredo Colmo (Rotary Club de Buenos Aires: 1929-30).
Heriberto P. Coates (Rotary Club de Montevideo:1930-31).
El primer gobernador argentino
Como se ha podido apreciar, el Dr. Cupertino del Campo es el
primer argentino que ocupa la gobernación del Rotary (1928-29) en
este Distrito 63.
Su brillante trayectoria, su preocupación por cumplir con el ideal
rotario, lo hacen acreedor a esa alta distinción.
El 12 de abril de 1928 se reúnen los delegados brasileños, uruguayos
y argentinos en Buenos Aires. Está presente, además, el
Representante Especial del Rotary Internacional, don Jaime H. Roth,
íntimo amigo y colaborador de Paul Harris, y también el animoso
don Heriberto Coates (del Uruguay) y, por unanimidad, proponen a
Don Cupertino del Campo para el cargo.
Hasta 1930, el Distrito y los gobernadores ofrecían la situación
descripta. Ello nos ayuda a valorar el desinterés de los hombres del
Rotary Club de Buenos Aires.
Primera conferencia rotaria de los clubes del distrito
El jueves 12 de abril de 1928 tuvo efecto en los salones del Plaza
Hotel el acto de esta primera conferencia. Estaban reunidos el
Gobernador del Distrito 63, ingeniero Don Donato Gaminara; el
representante especial del Rotary Internacional, Don James Roth,
quien había conseguido la creación de cuarenta clubes en esta parte
del continente; delegados argentinos, uruguayos y brasileños. Entre
ellos, Enrique Gil, Juan A. Martín, Ernesto Nelson y Carlos Ishiy,
por el Rotary Club de Buenos Aires. Nicanor de Elia, Eduardo
Evans, Arturo Covernton, Hugo Buchanan y Enrique Lacassin, por
Rosario; Enrique Herrero Ducloux, Pastor Molla Villanueva,
Germán Sempé, Bernardo Dawson, Julio Sanchez Viamonte, José
Luis Silva Lezama y Juan Urrutia, por La Plata; Manuel Ceretti,
Juan C. Alurralde y Pedro N. Rosas, por el de Mendoza; Angel
Sánchez Elia, por el de Bahía Blanca; Juan Barbagelata, por el
Paraná; Nicanor Molinas, Horacio Caillet-Bois y Carlos Ariotti, por
el de Santa Fe; Moisés Ortelli, por el de Concordia; Juan A.
Albertotti y Raúl Senra, por el de Río de Janeiro, y Santos Horacio
Castro y Virgilio Scarabelli, por el de Montevideo, y los señores
Demetrio Canelas, Carlos Calvo, Carlos Tejada Sorzano, por el
Rotary Club de Bolivia, especialmente invitados a participar en la
Conferencia.
Don Cupertino del Campo, presidente, saluda al señor Gobernador,
Ingeniero Donato Gaminara y se refiere a la significación que tiene
la conferencia para los Rotary Clubs del Distrito 63.
Cuando el Ing. Donato Gominam ocupó, en 1928, la Gobernación
del entonces Distrito 63, se realizó la Primera Conferencia Rotaria
de 1os Clubes del Distrito. Habló el Dr. Atilio Dell'Oro Maini
(fotografía) en el Plaza Hotel. Se refirió a la solidaridad y al sentido
universal del Rotary.
Entre otros discursos y diversas sesiones de la comisión a la Primera
Conferencia se recuerda la palabra de Don Atilio Dell'Oro Maini:
"El Rotary -dijo- al elegirnos como miembros se propone
transformar aquella solidaridad espontánea y fatal, que lo mismo
sirve para el amor que para el odio, en solidaridad libre y voluntaria
para el bien.
De ahí, el sentido universal y preciso de la idea de servicio". Don
James Roth, Representante Especial del Rotary Internacional, habló
de "Fundación y Desarrollo". "Fomentamos -sostuvo- la amistad y el
mutuo entendimiento entre los ciudadanos de los diferentes países,
borrando diferencias individuales de raza, de lengua y de
costumbres".
¿Quien era James H. Roth?
A lo largo de estas páginas suele aparecer el nombre de Don James
H. Roth. ¿Quién era? Había nacido en California. Era apoderado de
The California Packing Company, una de las casas del ramo
conservas de frutas, pescados, frijoles, más fuertes de los Estados
Unidos.
Estaba al frente de un comercio en Ventura. Estuvo en esa firma 7
años. Luego viajó a México. Luego entró en la carrera consular de
los Estados Unidos y permaneció diez años. Visitó Ecuador, Perú,
Brasil. Renunció a la carrera diplomática. Pero, como rotario, en
1925, fue designado Representante Especial de Rotary Internacional
en España y Portugal. En 1926 recibió el nombramiento de
Comisionado Especial de Rotary International.
Ha organizado clubes rotarios en Portugal, Venezuela, Colombia,
Ecuador, Perú, San Salvador, Costa Rica y en otros países.
Desde hacía 27 años, en 1927, que recorría América Latina en su
condición de hombre del Rotary International y amigo personal y
consejero del fundador, Paul Harris, a quien acompañó a Buenos
Aires y Montevideo.
Don Donato Gaminara
Durante 1927-28, Don Donato Gaminara, de profesión ingeniero,
perteneciente al Rotary Club de Montevideo, fue el Gobernador de
Distrito. Sobresale, entre muchos hombres entusiastas, su pasión por
la causa rotaria.
Nació en Montevideo, en 1866. Se graduó de ingeniero Civil en
1905. Decano de la facultad en 1920-26. Ex presidente del Rotary
Club de Montevideo, 1925-26, y luego gobernador.
A su actuación, siempre mencionada en el Distrito 63, se agrega su
profundo sentido humano y su fraternal disposición rotaria.
Don Heriberto P. Coates
A la tarea incansable de este ciudadano perteneciente al Rotary Club
de Montevideo se le debe la creación del Rotary Club de Buenos
Aires.
Por lo menos, las conversaciones preliminares que realizó junto con
Francisco Ghigliani y Cornelio Van Domselaar con Jorge Mitre,
Noel Tribe, Santiago O'Farrell, Marsich Stiles, P. Browne y otros
rotarios porteños.
El presidente del Rotary Internacional, Dr. George Hager lo llamó
por su "labor obstinada" en bien del Rotary, el "Paul Harris de
Sudamérica".
Su esfuerzo, apenas trascendía, pero lo llevaba a cabo con espíritu
emprendedor, mientras otros desfallecían.
Perteneció, en los primeros años del rotarismo, a la Junta Directiva
Internacional y fue Gobernador sudamericano y tenía jurisdicción
sobre cinco países.
Llegó, guiado por su ideal, a muchas naciones, instalando clubes en
la Argentina, el Brasil, el Paraguay, Chile, Perú, Bolivia, Ecuador,
Colombia, Venezuela y Centro América, Cuba, México y Estados
Unidos.
Falleció en 1940.
Fue este rotario "el abuelo de Rotary Club de Montevideo" un
hacedor, un símbolo que nadie puede sustituir cuando se habla de
"dar de sí antes de pensar en sí".
(Datos tomados de Historia del Rotary Club de Montevideo 1918-
1983, por Enrique Brussoni, Montevideo, 1984).