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ANEXO SEGUNDO

LOS ESCENARIOS DEL PENTATHLÓN EN LA CIUDAD DE MÉXICO

Dr. Jorge Hernández Ibarra

CAPÍTULO I.- Página 14 - ¿POR QUÉ LOS FUNDADORES DE LA INSTITUCIÓN, ELIGIERON LAS CALLES ADYACENTES AL ESTADIO NACIONAL, PARA REALIZAR SUS EJERCICIOS FÍSICOS Y MILITARES? El ESTADIO NACIONAL de la Ciudad de México, por aquellos años constituía el símbolo deportivo de la Universidad, era su icono deportivo; el único espacio abierto y adecuado para ejercicios físicos, no había ningún otro campo deportivo. En el Estadio Nacional se practicó y prosperó el atletismo universitario, así como el fútbol americano, deportes de mucho arraigo estudiantil en aquellos años.

Entrada principal del Estadio Nacional

El PENTATHLÓN, constituido por estudiantes universitarios, tenía que acudir a su centro deportivo universitario, al Estadio Nacional. Era obvio que no se les permitiera ingresar al estadio a las 6 de la mañana, por lo que en las calles de Orizaba, Jalapa y Tonalá, sobre todo Orizaba, decidieron hacer sus prácticas.

En el México post-revolucionario inmediato, poca atención tuvo el deporte por parte de las autoridades gubernamentales y fue en el periodo presidencial del General PLUTARCO ELÍAS CALLES (1924-1928), cuando fue notorio el impulso al deporte. Indudablemente fue factor muy importante, la colaboración del Secretario de Guerra y Marina, el General JOAQUÍN AMARO, quien estimuló en el ámbito militar, la práctica deportiva (página 9 de Anexo Primero) fundamentalmente en la equitación, el polo, la gimnasia, la natación y la esgrima. Entre los civiles estaba de moda el frontón a cesta, frontón a mano y el frontenis. Se impulsó el fútbol, el béisbol y el baloncesto.

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En el interior de Estadio Nacional, el equipo de atletismo de la Universidad Nacional de México, el que posiblemente

representó a México, en los Primeros Juegos Centroamericanos y del Caribe Fotografía tomada de la agenda 2012 de la UNAM.

El Gral. JOAQUÍN AMARO creó la estructura del ejército moderno en nuestro país y fue gran impulsor del deporte y de la cultura. En reconocimiento a tan importante hecho, se le erigió hermosa estatua ecuestre en el Campo Marte.

En terrenos al sur de la COLONIA ROMA, a iniciativa del entusiasta y deportista, primero Rector de nuestra Máxima Casa de Estudios (página 2) y después Ministro, el primero de la nueva Secretaría de Educación Pública, Lic. JOSÉ VASCONCELOS (1921-1924), se construyó el ESTADIO NACIONAL (1923). Obra del gobierno obregonista, que tenía capacidad para unos 30,000 espectadores y que se utilizó para diferentes acontecimientos (página 264); en él rindieron la protesta de ley cuatro presidentes de la República: En 1924 el Presidente Gral. PLUTARCO ELÍAS CALLES, en 1928 el Presidente Provisional Lic. EMILIO PORTES GIL, en 1930 el Presidente Constitucional Ing. PASCUAL ORTÍZ RUBIO, y en 1932 el Presidente Substituto ABELARDO L. RODRÍGUEZ. En ese estadio se celebraron los primeros Juegos Centroamericanos y del Caribe, con la asistencia de únicamente tres países: Cuba, Guatemala y México (l926). El estadio fue demolido en la época del Presidente Lic. MIGUEL ALEMÁN VALDÉS (1949), para construir el Multifamiliar Benito Juárez, y a un costado de este complejo habitacional, próximo a la calle de Jalapa, colindando con la Escuela Benito Juárez, el Pentathlón colocó la piedra simbólica de su fundación, lugar al que por muchos años asistimos cada 9 de julio (página 85).

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JOSÉ VASCONCELOS

El Presidente Plutarco Elías Calles en la entrega de banderas a los equipos que representaron a México en

los Primeros Juegos Centroamericanos y del Caribe, en el Estadio Nacional. A su derecha, con el sombrero en la mano izquierda José Manuel Puig Casauranc, quien intervino en la solución de la autonomía universitaria.

Fotografía tomada de publicación del Fideicomiso Archivos Plutarco Elías Calles y Fernando Torreblanca

Sobre la Colonia Roma hay curiosos detalles que bien vale la pena mencionar:

Ya en la época independiente del país, la Ciudad de México empezó a crecer ; se iniciaron asentamientos urbanos en su periferia o cerca de ella, mismos que fueron llamados “fraccionamientos” por ser una nueva parte o fracción de la ciudad. Después de la intervención francesa, se quedaron establecidas en México varias familias francesas y por ser un grupo extranjero, se le conoció como la “Colonia Francesa”, ya que efectivamente eran colonos. El grupo adquirió unos terrenos para construir sus casas y el área fue conocida como la “Colonia Francesa”, y con el tiempo cuando se referían a ella, decían simplemente “la colonia”; por lo que se hizo costumbre a todo nuevo fraccionamiento llamarle colonia. Aprovecho la oportunidad para señalar el error de llamarle al Centro de la Ciudad de México, colonia Centro; no es colonia, es simplemente el Centro de la Ciudad de México.

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La Colonia Roma es un barrio residencial construido a principios del siglo XX, en los terrenos de lo que fuera la Hacienda de Romita, que fueron comprados por el empresario inglés EDWARD WALTER ORRIN, dueño del famoso Circo Orrin. A las calles del fraccionamiento o Colonia Roma, les puso los nombres de las ciudades donde el circo había presentado funciones con éxito: Jalapa, Puebla, Orizaba, Córdoba, etc.

CAPÍTULO I (páginas l6, 24). Poco tiempo después de la fundación del Pentathlón, las reuniones matutinas a las 6 horas, se hicieron en el BOSQUE DE CHAPULTEPEC, lugar que inspiró a MIGUEL AUGUSTO ARANDA (página 82), para componer la marcha “ADELANTE PENTATHLÓN”, que consideramos nuestro primer himno: “Muy de mañana y con la luz primera, ya nuestra marcha en el BOSQUE resonó, bajo la FRONDA se pierde la columna y en lo alto un lucero se ocultó….”

CHAPULTEPEC comprende amplia superficie con un cerro de origen volcánico y precioso bosque, zona en donde brotaban manantiales de agua dulce. Chapultepec en náhuatl significa “cerro de chapulines” por abundar en aquel entonces, los verdes saltamontes. El bosque llama la atención por sus grandes y frondosos árboles, conocidos como ahuehuetes “viejos del agua”.

El “Ahuehuete de Chapultepec”, hermoso óleo obra del notable pintor mexicano José María Velasco.

La tribu nahua, llamada mexicath (mexicano), que fue la última que partió de la

mítica Aztlán “lugar de las garzas”, peregrinó durante 164 años de los cuales, en 1280, por 19 años permaneció en Chapultepec. Los mexicas, que después llamarían los españoles como aztecas, consideraron a Chapultepec un lugar sagrado.

En 1428 NEZAHUALCÓYOTL “Coyote Hambriento”, el Huey (grande, excelso) Tlatoani (el que habla) de Tetzcoco y aliado de los mexicas, construyó al pie del cerro, un palacio y enriqueció la flora con más ahuehuetes. En 1465 MOCTEZUMA ILHUICAMINA “Flechador del Cielo”, condujo el agua de los manantiales a la ciudad de MÉXICO-TENOCHTITLAN y en las rocas, al pie del cerro, mandó esculpir la imagen de su hermano TLACAELEL. Años después, el Tlatoani (título de los gobernantes mexicas) MOCTEZUMA XOCOYOTZIN, esculpió su imagen y la de AHUIZOTL, además de construir estanques para peces y ornamentar el bosque con plantas traídas de Mesoamérica.

El Gobierno Colonial en 1620, construyó el acueducto de 904 arcos para traer el

agua potable de los manantiales, a una fuente llamada del Salto del Agua, en la Ciudad de México; fuente que a la fecha se ignora donde está, pues fue quitada piedra por piedra para dejar espacio libre a la actual Av. Lázaro Cárdenas o Eje Central, y a unos metros al poniente, se construyó una semejante, únicamente ornamental.

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Entre 1908 y 1910 se construyó el actual Parque Zoológico y en 1919, el presidente Venustiano Carranza amplió el bosque hacia el oriente. A la fecha, el Bosque de Chapultepec es el bosque urbano más grande de América Latina (647.5 ha).

Fuente del Salto del Agua, hermosa joya colonial.

Al hermoso bosque de Chapultepec, con sus atractivas calzadas, acudía el pueblo de México a disfrutar de ese regalo de la naturaleza. Un día, el 13 de noviembre de 1927, paseaban en automóvil el Gral. Álvaro Obregón con otras personas, y precisamente en la Calzada del Lago, les arrojaron una bomba de dinamita al interior del automóvil. Todas las víctimas del atentado salieron ilesas.

Los pocos arcos que se conservan del importante acueducto que traía el agua de los manantiales de Chapultepec a la Ciudad de México. La arquería tenía una extensión de 4 kilómetros y terminaba en la hermosa

fuente donde brotaba el agua a la manera de pequeña cascada, por lo que se le llamó Salto del Agua.

LA FUENTE DE LAS RANAS.- CAPÍTULO IV (página 86). La Fuente de las Ranas en el Bosque de Chapultepec fue el sitio elegido por los pentathletas para reunirse e iniciar su instrucción matutina. La Fuente de las Ranas fue construida en el periodo

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gubernamental del Gral. Álvaro Obregón; es una fuente que en el pretil o vallado tiene ocho ranas equidistantes, de color verde grisáceo y de sus bocas brotan delgados chorros de agua. En el centro de la fuente está un pato, que también arroja por su ancho pico un chorro de agua. Para la construcción de la fuente, se tomó como modelo la fuente del Parque María Luisa de la ciudad de Sevilla, España. Las mismas dimensiones e inclusive, la cerámica de la fuente son sevillanas. Para la construcción del monumento a los Defensores de la Patria, la fuente fue trasladada a la parte posterior del zoológico.

Reunidos los jóvenes del Pentathlón, iniciaban sus actividades físicas o militares con el recorrido al paso veloz, por un espacio conocido como “la Carrera de la Milla” (una milla equivale a 1609 metros).

Belleza de una fuente, símbolo de una Institución, sitio de toda una tradición pentathlónica.

En la cima del Cerro de Chapultepec se encuentra un palacio, el ALCÁZAR DE CHAPULTEPEC, también conocido como el CASTILLO DE CHAPULTEPEC. Este último nombre se le dio por estar enclavado en la parte más alta del cerro, a la manera de los castillos medievales, que se construían en las partes altas para defensa de sus moradores; pero el nuestro no tiene fortificación alguna con características defensivas. Su construcción se inició en 1784 por el virrey MATÍAS DE GÁLVEZ, y fue terminado por su hijo el virrey BERNARDO DE GÁLVEZ Y MADRID, en 1786. El COLEGIO MILITAR fue instalado en el Alcázar en 1842, y fue en 1847 el escenario de la heroica defensa que hicieron los doscientos aguiluchos alumnos del plantel, contra los 8,000 soldados invasores norteamericanos, comandados por el Gral. WINFIELD SCOTT.

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Después de la guerra, el Alcázar quedó abandonado hasta 1858, y fue cuando el presidente MIGUEL MIRAMÓN, uno de los cadetes hechos prisioneros en esa contienda, que ordenó la reinstalación del Colegio Militar, hasta 1864. Después fue ocupado por el emperador MAXIMILIANO y su esposa CARLOTA, del Segundo Imperio Mexicano, quienes lo usaron como su residencia. Realizaron costosas obras para embellecer el edificio, además de un camino, la Calzada del Emperador o de la Emperatriz, que ahora es el Paseo de la Reforma y que comunicaba al Alcázar, con el actual Palacio Nacional en el Zócalo de la Ciudad de México.

PORFIRIO DÍAZ lo embelleció aún más y se instaló en él, y junto emplazó al Colegio Militar. En 1878 instaló al Observatorio Meteorológico y con tal motivo se construyó el “torreón”. A partir de 1934 dejó de ser residencia oficial de los presidentes de la República, para convertirse en el interesante museo de historia.

El día 10 de septiembre de 1944 en solemne ceremonia realizada en una de las terrazas del Alcázar de Chapultepec, los nuevos cadetes del PENTATHLÓN DEPORTIVO MILITAR UNIVERSITARIO protestaron su fidelidad a la Bandera de la Patria, hermosa ceremonia que nos dejó gratos recuerdos (Anexo Primero, pág. 10).

El Alcázar de Chapultepec o Castillo de Chapultepec, luce majestuoso en la cima del Cerro de los

Chapulines. Templo y santuario de lo heroico, del amor a la Patria. Cuna de héroes, emblema de un orgullo que llamamos Heroico Colegio Militar. Colegio de historial inmaculado.

La PLAZA DE LA REPÚBLICA y el MONUMENTO a la REVOLUCIÓN han sido escenario de muchas de las actividades del Pentathlón. Se encuentran en la colonia Tabacalera y distan de nuestro cuartel general, escasas tres cuadras. La plaza está circundada por las calles de Valentín Gómez Farías, José María Lafragua, Ignacio Ramírez y la que ahora se llama Avenida de la República.

Este abierto espacio, fue seleccionado por el presidente PORFIRIO DÍAZ para que ahí se construyera el Palacio Legislativo que albergaría las cámaras de diputados y senadores; obra que se le otorgó después de un concurso internacional, al Arq. francés ÉMILE BÉNARD. Por causas económicas y sobre todo por el movimiento revolucionario, la obra iniciada en 1910, quedó suspendida de 1911 a 1930, quedando únicamente construida la estructura de hierro del edificio.

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El arquitecto mexicano CARLOS OBREGÓN SANTACILIA, presentó

un proyecto que fue aceptado, para construir un monumento a la Revolución Mexicana, aprovechando parte de la estructura de la cúpula del frustrado palacio. Las obras se iniciaron en 1933 y se terminaron en 1938. El Monumento a la Revolución es además un mausoleo; en sus cuatro columnas se instalaron criptas para los restos de FRANCISCO I. MADERO, VENUSTIANO CARRANZA, PLUTARCO ELÍAS CALLES y LÁZARO CÁRDENAS. Posteriormente se colocaron los restos de FRANCISCO VILLA. En el sótano se encuentra el Museo Nacional de la Revolución.

El 4 de mayo de 1939 el PENTATHLÓN DEPORTIVO MILITAR UNIVERSITARIO se reunió por primera vez ante el Monumento a la Revolución (páginas 18, 86), para su primer desfile en la Ciudad de México. El destino lo relacionó con la tradición universitaria, pues recibió su primer “baño”. Después se trasladó a la

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ciudad de Puebla para participar en el desfile conmemorativo del triunfo de las armas mexicanas sobre las francesas (páginas 18 y 19).

El 12 de diciembre de 1943 tuve el honor de ser cadete del Pentathlón después

de haberle jurado fidelidad a mi Bandera, en ceremonia que se efectuó en el costado poniente de la Plaza de la República. Por muchos años ha sido una rutina, partir del cuartel general al paso veloz, hasta el Monumento a la Revolución, para realizar en sus explanadas, ejercicios militares y deportivos.

El 7 de junio de 1959 en la explanada oriente, tomó posesión como Comandante

General de la Institución el Ing. JORGE GILLING CABRERA (página 169). Y en septiembre del mismo año, en ese mismo lugar, el Pentathlón pasó revista para participar en la magna parada militar del 16 de septiembre. Júbilo de toda la muchachada, pues la Institución nuevamente desfilaba, después de ocho años de no participar. Se nos proporcionaron cuatrocientas armas, fue necesario intensa actividad para familiarizarnos nuevamente en su manejo, cascos con nuestro escudo, uniformes de campaña y botas nuevas para el personal. Fue un desfile de entusiasmo y fibra, de cosecha de aplausos y admiración de nuestro pueblo. Lució nuestra banda de guerra integrada por cincuenta elementos, y nuestra escolta con prestancia portó la Bandera Nacional, que volvía a ondear en importante desfile. Con orgullo y alegría observé desfilar a la gallarda juventud del Pentathlón Deportivo Militar Universitario.

El 24 de octubre de 1971 asistí a la toma de posesión del nuevo Comandante

General del Pentathlón y ante este Monumento a la Revolución, el Dr. ISAURO MARTÍNEZ GÁLVEZ protestó cumplir y hacer cumplir nuestro Código Fundamental.

El 15 de mayo de 1977, en la explanada oriente de la Plaza de la República, la disciplinada juventud del Reclutamiento N° 89 juró lealtad a nuestra Enseña Patria.

Primer Comandante de Infantería Dr. ISAURO MARTÍNEZ GÁLVEZ

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MONUMENTO A LA MADRE y JARDÍN DEL ARTE.- El monumento se puede admirar desde la Av. de los Insurgentes y queda al frente del Jardín del Arte, llamado así, porque los domingos se instala una galería al aire libre, donde varios pintores exponen a la venta sus pictóricas obras. El monumento y jardín están entre dos calles: Sullivan y Villalongín, en terrenos que fueron ocupados por la Estación Colonia del ferrocarril que funcionó desde 1880.

El Monumento a la Madre fue construido en 1944 por el Arq. LUIS ORTÍZ MONASTERIO utilizando piedra de cantera. Se trata de una torre central en un arqueado muro con tres esculturas: en un extremo una mujer y en el otro un hombre y en el centro, más grande, la madre con su hijo en sus brazos. Fue inaugurado el 10 de mayo de 1949 por el Presidente de la República Lic. MIGUEL ALEMÁN VALDÉS.

El Monumento a la Madre dista del cuartel pocas cuadras, por lo que hemos acudido ahí a realizar nuestras prácticas, nuestras reuniones dominicales para la lectura de la Orden de la Semana y ceremonias diversas. Se tuvo la autorización del Departamento del Distrito Federal, para colocar en la explanada un asta-bandera, por la que hábilmente trepaba cada domingo un pentathleta, para colocar en la argolla de la punta, el cordel para izar la bandera. El Jardín del Arte fue el sitio de reunión de los

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conscriptos del Servicio Militar Nacional del Centro de Adiestramiento Río Blanco, a cargo del Pentathlón Deportivo Militar Universitario (página 195).

En agosto de 1957, en la explanada del monumento, se realizó la ceremonia de premiación a los triunfadores de diversas competencias, como la Prueba Pentathlónica, la Prueba Militar, se condecoró al Mejor Estudiante, al triunfador del Concurso de Oratoria, la entrega de la Medalla del Trabajo para el pentathleta más distinguido en el año y los ascensos al grado inmediato superior correspondientes.

El 5 de octubre de 1958 se realizó la Jura de Bandera del Reclutamiento 52 y el 8 de diciembre de 1958 se entregaron las preseas por antigüedad y cumplimiento, al personal del Pentathlón que se hizo acreedor, asimismo se entregaron las patentes de ascenso al grado inmediato superior, como un reconocimiento al cumplimiento de los deberes y preceptos pentathlónicos.

El 15 de mayo de 1977, en la explanada del monumento, se realizó el juramento de lealtad a nuestra Enseña Patria por parte de los nuevos cadetes que habían constituido el Reclutamiento N° 89.

La primera Bandera Nacional “Pentathlón Universitario”, elocuente símbolo de nuestra Patria, a la que todos los pentathletas le hemos jurado fidelidad por toda nuestra vida.

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CAMPO DE POLO ANÁHUAC o CAMPO MARTE y el CASINO MILITAR. Estas dos instalaciones están comprendidas en la Unidad Artística y Cultural del

Bosque de Chapultepec, sita sobre el Paseo de la Reforma y que comprende además al Auditorio Nacional y a los teatros del Bosque, del Granero, Orientación y la Escuela Nacional de Danza.

El CASINO MILITAR en los años 40 era importante centro de actos sociales; era famosos sus bailes de toda índole y los jóvenes del Pentathlón eran muy solicitados como “chambelanes”, obviamente portando el uniforme de gala de la Institución. Se danzaba a los acordes melodiosos de las grandes orquestas mexicanas: La de Luis Arcaráz, la de Juan García Esquivel, Ismael Díaz y la del norteamericano radicado en México, Everet Hoagland y otras que escapan a mi memoria.

El CAMPO MARTE nombre con el que mejor era conocido, fue construido fundamentalmente para la práctica del polo y otras exhibiciones ecuestres; pero se utilizó para todo tipo de eventos militares y gubernamentales.

A la entrada al Campo Marte se encuentra la estatua ecuestre del brillante militar mexicano General de División JOAQUÍN AMARO.

Entrada principal al Casino Militar

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El PENTATHLÓN DEPORTIVO MILITAR UNIVERSITARIO realizó en el Campo Marte varias de sus importantes ceremonias, señalaré algunas de ellas:

En la amplia explanada colindante del Campo Marte y la veranda del Casino Militar, en 1946, se llevó a cabo la ceremonia de entrega de la bandera cubana al Pentathlón Universitario como reconocimiento a la labor de la Institución, por parte del gobierno del país caribeño (página 69). El Sr. Embajador de Cuba, manifestó su deseo de que en su patria se fundara una institución con las mismas características y finalidades del Pentathlón.

Vista panorámica del Auditorio Nacional y al costado derecho el Campo Marte.

En el primer plano se encuentra el Jefe del Pentathlón Dr. Armando L. Bejarano

haciendo el saludo militar, el Sr. Embajador de Cuba portando la bandera de su país, el Dr. Gustavo Baz Prada y atrás de ellos otros importantes personajes.

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El Campo Marte el 22 de julio de 1956 fue el escenario para celebrar los festejos del XVIII Aniversario y la Jura de Bandera del Reclutamiento número 47. El 15 de noviembre de 1959 celebramos el XXI Aniversario de nuestra

fundación con la premiación de los ganadores en los certámenes realizados. El Prof. ANTONIO SERVÍN en representación del Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México hizo entrega de un estandarte de nuestra máxima casa de estudios.

Con motivo de la celebración del XXV Aniversario de la fundación, organizada

por el Jefe del Pentathlón Ing. JORGE GILLING CABRERA, el Sr. Presidente de la República Lic. ADOLFO LÓPEZ MATEOS, efectuó en inolvidable acto, la reposición de la Bandera Nacional. No se nos autorizó conservar la anterior, por lo que fue incinerada posteriormente.

El Sr. Presidente de la República Lic. ADOLFO LÓPEZ MATEOS, es recibido por el Comandante General

del Pentathlón Ing. JORGE GILLING CABRERA, en el Campo Marte.

Honores a nuestra primera bandera nacional, momentos antes de entregarla para su incineración.

Ceremonia que se efectuó en el Campo Marte.

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LA PLAZA DE LA CONSTITUCIÓN DE LA CIUDAD DE MÉXICO.

El escenario más importante para el Pentathlón Universitario lo es la Plaza de la Constitución. En esa gran plaza surgió la idea de organizar a un grupo de universitarios bajo un régimen militarizado, únicamente como disciplina; grupo al que posteriormente se le llamaría Pentathlón. En esa gran plaza, nuestra juventud pentathlónica ha mostrado su arrojo y coraje, su fibra y destreza, sus admirables ejecuciones resultado de su decisión, constancia y adecuada preparación física y militar. Ellos, por esa gran plaza, con paso firme y movimientos precisos, han significado su disciplina, subordinación y respeto, así como su incondicional servicio a su patria.

Sin duda alguna, en la Plaza de la Constitución el Pentathlón acogió la admiración y cariño de nuestro pueblo, y para muestra de lo que hacemos basta un “botón”, como reza el refrán, por lo que transcribo lo publicado por los principales diarios de la ciudad, en relación al desfile del 20 de noviembre de 1958:

“AQUÍ”.- (diario preferentemente deportivo).-“Lo mejor, Pentathlón y Hacienda”. “Lo demás, la rutina, la costumbre, lo gris”. “….Como apuntamos anteriormente, dos contingentes se distinguieron. Su desempeño fue magnífico. Una suma de factores que arrojan una realidad satisfactoria. En forma principal, las huestes pentathlónicas, que con su arrojo, marcialidad, condición atlética y variedad, acapararon la atención. Desde las pirámides a pie firme, el tumbling y la caballería que ejecutó con temeridad sus acciones a todo ritmo, hasta sus actos de defensa personal, fueron muy aplaudidos. Ofrecieron una nota brillantísima en este desfile”.

“ESTO”.- (diario preferentemente deportivo).- “Maravilló el alarde de pericia y habilidad, de fibra y coordinación de los voluntarios del Pentathlón Universitario, pirámides peligrosas, escalofriantes. El escuadrón montado del Pentathlón, se llevó muchas palmas con sus ejercicios de gran peligrosidad, azotones, golpes y heridas no los arredraban”.

“EXCELSIOR”.- “Pentathlón, Hacienda y Defensa Nacional, los mejores grupos”. “Las delegaciones del Pentathlón Universitario y del Club Deportivo Hacienda, fueron las que más gustaron a los miles de espectadores que se congregaron en las aceras de las calles para ver pasar la columna. Los del Pentathlón Deportivo Militar Universitario, presentaron frente al balcón presidencial vistosos números de pirámides humanas, tumbling sobre la marcha, pirámides sobre caballos, los que llevaron al trote a lo largo toda la calle frente a Palacio y como número especial se presentaron los pentathletas juniors, grupo compuesto por niños de 6 a 15 años”.

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“NOVEDADES”.- “Pentathlón Universitario”. “El paso de los cadetes del Pentathlón fue, asimismo nota impresionante en el soberbio desfile. Esa demostración de tumbling sobre el pavimento y sobre la marcha, fue en verdad, un alarde. Y también lo fueron las pirámides humanas y la exhibición ecuestre que electrizó materialmente a los espectadores, sobre todo por el valor demostrado por los jóvenes jinetes”.

“LA PRENSA”.- “Pentathlón y Hacienda”. “Después, poco a poco, fueron haciendo se aparición en la magnífica Plaza de la Constitución, para saludar al Sr. Presidente, que estuvo en el balcón central de Palacio acompañado de varios miembros de su Gabinete, los diversos contingentes que integraron la columna que una vez más resultó llena de colorido y sorprendente por la acción que realizaron sus componentes. Y entre toda la columna destacaron enormemente el Pentathlón Deportivo Militar Universitario, la Secretaría de Hacienda con el contingente del Club Deportivo Hacienda y el grupo representativo de Puebla en el INJM [Instituto Nacional de la Juventud Mexicana]. Pero una mención aparte merece el Pentathlón Deportivo Militar Universitario. Abrió su banda de guerra, grande y sonora, seguida de las banderas de la Institución, escoltadas gallardamente. Luego en pleno asfalto, el público presenció la ejecución perfecta y arriesgada de tablas de simulacro de ataque con bastones que suplieron a los fusiles, tumbling con “salto del tigre” sobre un individuo y hasta sobre cinco; a través de pirámides humanas y sobre ellas de hasta tres pisos; demostraciones de defensa personal con marrazos, pirámides enormes ayudándose de grandes escaleras, un carro con paralelas, equipos de basquetbol y box; y cerrando con fuerte impresión, su caballería magníficamente montada, realizando ejercicios suicidas a todo galope como el “apache”, el “carro romano” y arriesgada pirámide humana sobre cinco caballos galopando. Y aquí una censura para los organizadores que no permitieron la libre realización de algunos ejercicios por los jóvenes del PDMU, contingente de auténticos deportistas, a pretexto de unos segundos más o menos de tiempo.

“EL ZÓCALO”.- “Los gallardos integrantes del Pentathlón Universitario que se hicieron aplaudir por los diversos ejercicios y pirámides que realizaron al pasar frente al Palacio Nacional, IGUAL QUE LO HACEN TODOS LOS AÑOS”.

En la Plaza de la Constitución un primero de mayo del año de 1936 o 1937, tres

jóvenes practicantes de la Benemérita Cruz Roja Mexicana (página 47), en un puesto de primeros auxilios instalado en el Zócalo, para atender problemas médicos durante la manifestación que en esa fecha, cada año realizan los obreros del país, ante la forma en que la juventud obrera se manifestaba, tuvieron la idea de organizar en la UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO un grupo de estudiantes, que bajo la disciplina de un régimen castrense, le permitiera durante sus estudios y demás actividades, a conducirse positivamente en su propio beneficio.

Los tres practicantes fueron: JOSÉ URBANO BLANCHET CECEÑA, LUIS SÁENZ ARROYO y CARLOS VON RETTEG.

Por aquellos años, el Sr. Presidente de la República general LÁZARO CÁRDENAS, simpatizaba con una juventud mexicana militarizada (página 194), por lo que existía hasta cierto punto, un ambiente favorable a la idea. Comentaron su propósito e hicieron proyectos con otros estudiantes de la Facultad de Medicina y así fue como doce estudiantes fundaron nuestra Institución.

Años después, en la Plaza de la Constitución el Sr. Presidente de la República general de división MANUEL ÁVILA CAMACHO, por lealtad a su país, manifestada durante la Segunda Guerra Mundial, condecoró al COLEGIO MILITAR y al PENTATHLÓN. El Jefe de la Institución Dr. ARMANDO LEÓN BEJARANO, tuvo el honor como nuestro máximo representante, de recibir la condecoración (página 70).

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RESUMEN HISTÓRICO DE LA PLAZA DE LA CONSTITUCIÓN.

“La ciudad se extiende en círculos de jade Irradia destellos de luz como plumas de quetzal;

A su lado, los señores se pasean en barcas: Sobre ellos se extiende el aroma de las flores.

Poema Náhuatl

La gran metrópoli MÉXICO-TENOCHTITLAN, construida en una isleta del Lago de Texcoco, tenía en su centro una gran plaza: El RECINTO CEREMONIAL. El pueblo Náhua, pueblo de guerreros y grandes artífices de la política, pues lograron con sus vecinos importantes alianzas militares, realizaban en esa gran plaza sus ritos religiosos. Plaza enorme con pirámides y oratorios, al que acudían en grandes concentraciones la población, para diversas ceremonias como la de “Panquetzaliztli”, dedicada al dios guerrero y que finalizaba con sacrificios humanos. El espacio sagrado, se encontraba aislado del mundo profano por un muro y todo el conjunto reproducía el concepto cosmogónico del mexica del “quincuence”: Cuatro rumbos y un centro, centro en el que se elevaba el Templo Mayor. Sobre esa gran plaza los conquistadores españoles construyeron su Plaza Mayor.

La ciudad de México-Tenochtitlan, la más poderosa urbe del México antiguo, sede del poder económico, político y religioso del pueblo mexica, causó enorme admiración entre los teules (corrupción española de la palabra náhuatl “teotl”, que significa dios, diosa), como así les decían nuestros antecesores a los conquistadores, cuando la vieron por vez primera. Fundada en 1325, rodeada de agua, en admirable cuenca, la más extensa de otras regiones lacustres de origen volcánico y entrecruzada por multitud de canales, fue una ciudad de cuyo Recinto Ceremonial, partían grandes calzadas orientadas hacia los puntos cardinales, accesos a la ciudad desde las orillas del lago, las que configuraban en la gran urbe, cuatro barrios o calpullis. BERNAL DÍAZ DEL CASTILLO el cronista de la conquista, describe en su libro “Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España” (Capítulo LXXXVII), el efecto que les produjo la primera visión de la ciudad de México-Tenochtitlan:

“Y desde vimos tantas ciudades y villas pobladas en el agua, y en tierra firme otras grandes poblaciones, y aquella calzada tan derecha por nivel cómo iba a México, nos quedamos admirados, y decíamos que parecía a las casas de encantamento que cuentan en el libro de Amadís, por las grandes torres y cues y edificios que tenían dentro del agua, y todas de cal y canto; y aun algunos de nuestros soldados decían que si aquello que veían si era entre sueños. Y no es de maravillar que yo aquí lo escriba desta manera, porque hay que ponderan mucho en ello, que no sé cómo lo cuente, ver cosas nunca oídas ni vistas y aun soñadas, como vimos”.

En el Recinto Ceremonial se construyeron sesenta y ocho oratorios, el edificio más grande e importante lo fue el Huey-Teocalli o Gran Teocalli que hoy conocemos como el Templo Mayor. (“huey” es un término que significa grande, excelso, importante). Este Recinto Sagrado estaba delimitado por una ancha plataforma.

El 13 de agosto de 1521 fue la triste fecha de la rendición del pueblo nahua y México-Tenochtitlan con su Centro Ceremonial fueron ruinas y cenizas. Hernán Cortés en una de las Cartas de Relación enviadas a Su Majestad manifiesta: “Asimismo viendo que la ciudad de Temixtitlan que era cosa tan nombrada y que de tanto caso y memoria

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siempre se ha hecho, pareciónos que en ella era bien poblar, porque estaba toda destruida, y yo repartí los solares a los que asentaron por vecinos”.

Hernán Cortés se aferró en construir la “Muy Grande e Insigne Ciudad de México”, sobre las ruinas de México-Tenochtitlan y no en Coyoacán como le sugerían sus capitanes. Quería hacer la ciudad más grande del mundo y para ello trajo a naturales de Otumba y de Tepeapulco, famosos por su excelencia en la construcción; y en el área del Recinto Sagrado hizo la PLAZA MAYOR.

El Templo Mayor en el Recinto Ceremonial de México-Tenochtitlan

En Europa y sobre todo en las ciudades españolas, era común que en el interior

de ellas se destinara un amplio espacio, rodeado de edificios, al que afluían algunas calles, en el que los vecinos se reunían para su convivencia, para celebrar sus fiestas y actividades comerciales. A ese lugar se le llamó “plaza”, del griego “plateira” y del latín “platea”, que significa “calle ancha”. A la plaza más grande, la de mayor importancia, la que era el núcleo principal en la vida de la ciudad, se le conoció como “plaza mayor”, “plaza central” o “plaza principal”. Pero también era común, que en uno de los edificios que circundaban a la plaza, se alojara a la tropa que protegía a la ciudad e inclusive en la plaza realizaban sus ejercicios militares, por lo que también se les llamó “plaza de armas”. Muchas de La plazas españolas son de gran fama: La Plaza Mayor de Madrid, la Plaza Mayor de Salamanca, la Plaza Mayor de Cataluña, etc.

La Plaza Mayor de la Nueva España en el año de 1803.

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En la Capital del “Virreinato de la Nueva España de la Mar Océano”, se hizo la Plaza Mayor, majestuosa, amplia, enorme, única en el mundo, construida en un

terraplén a la orilla de un lago de vasta extensión, que podía semejarse al mar, la que ya para el año de 1554, era la admiración de propios y extraños y durante los tres siglos de la dominación española, fue el escenario más importante en la vida de la Nueva España.

En esa Plaza Mayor estuvieron ilustres personajes de la talla de ALEJANDRO VON HUMBOLDT y de SIMÓN BOLIVAR; sin embargo llegó a ser de una lúgubre plaza, pues ahí se instaló la horca para el suplicio y muerte de los sentenciados por la Real Sala del Crimen y Juzgado de la Ciudad. Ahí se festejó la proclamación de Su Majestad Don Carlos IV, para lo cual fue necesario despejarla de las inmundicias que había, fue empedrada y en 1796 se hicieron las obras para colocar en el centro de la plaza, la estatua ecuestre del mencionado monarca, obra de arte del magnífico escultor y arquitecto valenciano MANUEL TOLSÁ. Circundando a la Plaza Mayor se construyeron la CATEDRAL METROPOLITANA, el templo más suntuoso de la Colonia, en donde se invirtieron grandes cantidades de dinero y como señala el escritor y cronista mexicano don ARTEMIO DE VALLE ARIZPE: “Allí todos los virreyes y los grandes señores dejaron cumplidas muestras de su piedad”, ya que con sus riquezas creían comprar se entrada al cielo. Se construyó la casa de Hernán Cortés, un nada hermoso palacio-fortaleza como precaución para su seguridad, mismo que a su muerte, su hijo MARTÍN CORTÉS la vendió a la Corona Española para que fuera el PALACIO VIRREINAL, nuestro actual PALACIO NACIONAL. Se construyeron también en otros costados de la Plaza Mayor, las casas para el cabildo y la diputación y los portales como el de la Diputación, el de las Flores, el de Mercaderes.

Sobre 1810, las Cortes Españolas declaran su investidura sobre la soberanía de la Nación Española y el 19 de marzo de 1812 se firma la nueva Constitución en la ciudad de Cádiz. La CONSTITUCIÓN DE CÁDIZ, llamada por el pueblo como “La Pepa” por haberse firmado el día de San José, día de los “pepes”, decreta igualdad de derechos para los peninsulares como para los criollos, decreta un Estado Unitario y una nación homogénea compuesta por ciudadanos libres e iguales. Suprime los derechos feudales y la teocracia imperante; se decreta la libertad de expresión, de prensa, la abolición de la Inquisición, y limita el poder absoluto de los gobernantes, etc.

Muchos de estos principios del espíritu de la Constitución de Cádiz, molestaron a clérigos y ricos españoles del Nuevo Mundo, les afectaba a sus intereses. En México existía un irrefutable principio: “LAS LEYES SE ACATAN, PERO NO SE CUMPLEN” y como la nueva Constitución también limitaba el poder del virrey y el de los gobernantes de las cinco provincias en que estaba dividida la Nueva España, nadie quería aceptarla. Sin embargo, la Constitución tuvo que promulgarse en la Nueva España el 30 de septiembre de 1812 y para tener presente este significativo acto, se le puso a la Plaza Mayor el nombre de PLAZA DE LA CONSTITUCIÓN, nombre que conserva hasta la fecha.

En 1843 era Presidente de la República por sexta vez, el abominable ANTONIO LÓPEZ DE SANTA ANNA, a quien se le ocurrió hacer dos monumentos: Uno sería una estatua en bronce de su persona, la que estaría en el solar del Parián (hoy ahí se encuentra el edificio de la Suprema Corte de Justicia de la Nación), y el otro sería una columna para honrar a nuestros héroes libertadores, la que estaría en el centro de la Plaza de la Constitución. La obra se inició el 16 de septiembre de 1843, se hizo el “zócalo” (un zócalo en arquitectura y en este caso, es la obra de la parte inferior de la columna, que serviría para nivelar el terreno sobre el que se haría la construcción del monumento). La obra quedó inconclusa, gracias a la penuria por la que pasaba el país y quedó únicamente el zócalo en el centro de la monumental plaza. Con el tiempo, la

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gente utilizó ese zócalo como punto de referencia y así fue cómo a la Plaza de la Constitución se le empezó a llamar la PLAZA DEL ZÓCALO.

Proyecto que presentó Lorenzo de la Hidalga para la edificación del monumento a los héroes de la

Independencia. La columna sería corintia compuesta, sobre cuatro basamentos.

Así, ZÓCALO es el nombre incongruente y no oficial de la PLAZA DE LA

CONSTITUCIÓN, que pasa a la historia de México como un símbolo nacional que le da también el nombre, oficial o no, a otras plazas principales de grandes ciudades.

Vista parcial del Zócalo con un tranvía, varios camiones de pasajeros y automóviles de la época. Al fondo

la majestuosa Catedral Metropolitana. Se trata de una imagen en 1938. Aquí nació la idea del Pentathlón, aquí resonaron sus marciales desplantes, aquí sus rostros giraron para que

su mirada se inflamara con orgullo al saludar a nuestra Enseña Patria.

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El pentathlónico VICTOR ALBERTO ANZALDO Y REGALADO, entre los fotógrafos de prensa, imprimió en su cámara la presente fotografía. La Reina Isabel II monarca del Reino Unido y su esposo el Príncipe Felipe, Duque de Edimburgo, en la

PLAZA DE LA CONSTITUCIÓN, en su visita a nuestro país en 1975

Nuestro brillante escuadrón de caballería, escribiendo en la Plaza de la Constitución, una página más de la

presencia en nuestra patria del PENTATHLÓN DEPORTIVO MILITARIZADO UNIVERSITARIO.