Hipnosis Ericksoniana

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    HIPNOSIS ERICKSONIANA:

    UNA REVISIN DE LOS DATOS EMPRICOS1

    William J. Matthews, James Conti y Lorrie Starr

    La hipnosis ha probado ser una herramienta clnica perdurable y vlida usada por una

    variedad de profesionales de la salud. Desde el siglo 18, ha sido practicada de acuerdo a variados

    estilos y enfoques, desde el uso de Anton Mesmer de su propio magnetismo animal, al estilo

    autoritario y directivo de Sigmund Freud, al enfoque flexible y utilitario de Milton Erickson. Para Freud

    y otros en el ltimo siglo, la hipnosis en si misma era un tratamiento para ser usado en la remocin y

    el alivio de los sntomas. Pero la hipnosis hoy, como lo han indicado Kirsch, Lynn y Rhue (1993), es

    utilizada no solamente como una modalidad de tratamiento exclusiva, sino que como coadyuvante

    de algunas otras formas de terapia.

    Una interrogante que debe ser considerada antes de discutir los asertos de la hipnoterapia

    ericksoniana, es si la hipnosis, como intervencin clnica, aumenta o no la efectividad del

    tratamiento. Kirsch, Montgomery y Sapistein (1995) llevaron a cabo un met a-anlisis de 18 estudios

    en los cuales la terapia cognitivo-conductual fue empleada con y sin hipnosis. Sus resultados indican

    que el resultado del tratamiento fue aumentado significativamente por la adicin de la hipnosis. Sus

    datos mostraron una mejora de un 70% en aquellos clientes que recibieron hipnoterapia cognitiva-

    conductual, al ser comparados con sujetos que recibieron terapia conductual-cognitiva no

    hipntica. Kirsch y sus colegas concluyeron que el efecto de aadir hipnosis a la psicoterapia es

    sustancial, particularmente en el tratamiento de la obesidad, donde en un seguimiento a largo

    plazo, se encontr que la prdida de peso fue mantenida. De este modo, en la afirmacin ms

    general, la hipnosis es efectiva como una forma de tratamiento auxiliar. Dados esos datos, son

    relevantes dos interrogantes: (1) Cun efectivo es un enfoque de hipnosis cuando es comparado

    con otros enfoques? (2) Qu elementos de un enfoque son centrales para su efectividad?

    LA INFLUENCIA DE MILTON ERICKSON

    Las ideas de Erickson respecto a la psicoterapia (en la cual la hipnosis jugaba un rol

    importante) han contribuido al desarrollo de un nmero de enfoques teraputicos (v.g., terapia

    breve, terapia estratgica, terapia orientada a la solucin, programacin neurolingstica). Los

    numerosos Institutos Erickson en los Estados Unidos, Europa y Australia; los centenares de libros que

    1 Ericksonian Hypnosis: A Review of the Empirical Data. In W. Matthews and J. Edgette (Eds.), Current Thinking and Research in Brief Therapy. Solutions, Strategies, Narratives . Vol. 2. New York: Brunner/Mazel, 1998 (Traduccin: Mario Pacheco)

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    han sido publicados; y las diversas conferencias nacionales e internacionales que detallan las

    intervenciones clnicas derivadas de las ideas de Erickson.

    Cuando Rodolfa, Kraft y Reilley (1985) distribuyeron cuestionarios a 500 miembros de la

    Sociedad Americana de Hipnosis Clnica, 161 profesionales respondieron a los cuestionarios,

    incluidos mdicos, psiclogos y dentistas, con un promedio de edad de 50 aos. Los autores

    reportaron que (1) Erickson fue la opcin ms respondida en trminos de un terico especfico con

    quien ellos identificaban su trabajo; (2) Erickson fue preferido en esa poblacin en una razn de 10 a

    1; y (3) quienes contestaron seleccionaron a Erickson como aquel que tena la mayor influencia

    como contribuyente al campo de la hipnosis.

    En forma similar, los resultados del estudio reflejaron la popularidad de la hipnosis

    ericksoniana y su influencia en una amplia variedad de aplicaciones, como la medicina

    conductual, opcin de materiales de lectura, asistencia a entrenamiento e intereses de

    investigacin. Los dos libros ms citados como representativos en el campo de la hipnosis fueron:

    Advanced Techniques of Hipnosis and Therapy: Selected Papers of Milton H. Erickson, M.D. (Haley,

    1967), seguido de Clinical and Experimental Hipnosis (Kroeger, 1963). A la vez que la muestra de

    Rodolfa et al. (1985) puede estar sesgada (al considerar que slo retornaron el 32% de los

    cuestionarios), refleja la visin comn de la influencia de Erickson en el campo, particularmente en

    las dos dcadas pasadas.

    DE LA CREENCIA INTUITIVA A LA VALIDACIN EMPRICA

    Thomas Kuhn (1970), en su seminal The Structure of Scientific Revolutions describe el proceso

    de la ciencia a travs del paso de tres fases distintas: la fase pre-paradigmtica, durante la cual

    diferent es teoras compiten por la dominacin de un campo dado; la fase paradigmtica, en la

    cual ocurre el proceso de resolucin de enigmas cientficos; y la fase revolucionaria, en la cual el

    paradigma previo es reemplazado por un paradigma nuevo. El trabajo rev olucionario de Milton

    Erickson ha desafiado al paradigma clnico previo orientado psicodinmicamente, en el cual el

    enfoque causal, lineal e histrico se concentraba primariamente en las maquinaciones

    intrapsquicas del individuo proponiendo en su lugar un paradigma clnico orientado en el

    presente, orientado a soluciones y basado en la naturaleza interaccional de la naturaleza humana.

    Siguiendo la tesis de Khun, sugeriramos que ahora enfrentamos la fase paradigmtica del

    desarrollo cientfico con respecto a las ideas de Erickson. Para que no ser vctimas crdulas de la

    ausencia de datos y comprometernos en una prctica clnica no informada, que podra ser

    ineficiente y falta de tica, no basta con creer simplemente en las ideas de Erickson. La simple

    profesin de una creencia suplica la interrogante: Qu mritos tiene esa creencia? Necesitan

    analizarse las preguntas bsicas de la investigacin concernientes a la efectividad teraputica de

    este enfoque. Qu elementos resultan en un cambio[teraputico] al ser investigados con un

    control de varianza: el poder de una sugestin particular, la creencia del cliente respecto a que la

    hipnosis ser efectiva, o la creencia en la competencia en el terapeuta? Las sugestiones indirectas

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    son tan efectivas como las sugestiones directas en la produccin de la respuesta a la hipnosis y/o al

    tratamiento clnico? Cun efectivo es el uso de las metforas? Cmo le dan significado los

    clientes a la metfora?

    Algunas de esas interrogantes bsicas necesitan una evaluacin ms formal y emprica. En

    la ausencia de apoyo emprico para varias de las ideas y asertos ericksonianos, el trabajo de Milton

    Erickson y sus seguidores ser rechazado como un culto o una mana y se aislar de la comunidad

    cientfica ms amplia, no muy distinto a lo que sucedi con Sigmund Freud y el psicoanlisis. El foco

    de este captulo estar en la segunda interrogante: Qu elementos son centrales en el enfoque

    ericksoniano? La cuestin de la efectividad en trminos de resultados de la psicoterapia, es desde

    luego, muy significativa (cf., VandenBos, 1996), pero est ms all de nuestro alcance aqu.

    SUPUESTOS BSICOS DE LA HIPNOSIS ERICKSON IANA

    Hay cuatro supuestos bsicos que subyacen a la hipnosis ericksoniana, que sern

    considerados segn los datos empricos hasta la fecha. Esos supuestos son: (1) la hipnosis es un

    estado alterado de consciencia; (2) hay indicadores de este estado alterado que lo distinguen del

    estado de vigilia; (3) la hipnotizabilidad del sujeto/cliente es ms una funcin de las habilidades del

    hipnotista (v.g., estrategias de utilizacin) que de habilidades del sujeto/cliente; y (4) el uso de

    sugestiones indirectas es, al menos en algunos casos, ms efectivo en la produccin de respuestas

    hipnticas que la sugestin directa.

    HIPNOSIS: EL PROBLEMA DEL ESTADO/NO ESTADO Histricamente, la hipnosis ha sido considerada por los profesionales y el pblico lego, como

    un estado alterado de consciencia, es decir, un estado de funcionamiento que es fundamental y

    significativamente diferente estado de vigilia y/o del dormir (Bowers, 1966; Fromm, 1979; Gill y

    Brenman, 1959; Hilgard, 1965a; Orne, 1959; Tart, 1975; Weitzenhoeffer, 1953, 1989). Erickson fue un

    vigoroso proponente de la posicin del estado alterado (Haley, 1967; Erickson y Rossi, 1979, 1980), as

    como lo han hecho sus numerosos seguidores (v.g., Dolan, 1991; Edgette y Edgette, 1995; Lankton y

    Lankton, 1983; Matthews, 1985; Gilligan, 1987, por nombrar algunos pocos). Este estado alterado de

    consciencia es producido a travs de alguna forma de induccin hipntica en la persona dispuesta

    a responder. El estado producido se distingue de otros estados alterados, a la vez que la

    sugestionabilidad es una caracterstica de este estado alterado, y no es la nica caracterstica

    distinguible (Kirsch y Lynn, 1995).

    La posicin del estado ha sido desafiada articuladamente por numerosos tericos del no

    estado, que sugieren que el comportamiento producido por la hipnosis es completamente

    explicable en ausencia del constructo de un estado alterado (Barber, 1969, 1979; Barber y Ham,

    1974; Orne, 1959; Sarbin, 1950; Sarbin y Coe, 1972). Sarbin y Slagle (1979) indicaron los problemas

    tautolgicos en la definicin de la hipnosis como un estado alterado:

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    Ningn anlisis sofisticado de la hipnosis puede evitar el reconocimiento de la tautologa contenida en la explicacin clsica de la hipnosis. La tautologa puede ser expresada en forma

    simple: comportamientos ordinarios agrupados en la hipnosis, como catalepsias, rigidez, paramnesias y actos posthipnticos, que son los efectos del trance hipntico; la presencia del

    trance hipntico es observado por la presencia de catalepsias, rigidez, paramnesias y actos

    posthipnticos. La circularidad proviene de la falta de un criterio independiente. (p. 274)

    La revisin de la literatura en fisiologa indicadora de estado hipntico, efectuada por

    Sarbin y Slagles (1979), considera una amplia variedad de investigacin en las funciones respiratoria,

    cardiovascular, hemodinmica, vasomotora, genitourinaria, gastrointestinal, endocrina, y cutnea.

    Esos autores concluyen que (1) simplemente no hay evidencia que los cambios fisiolgicos en las

    funciones mencionadas ms arriba sean atribuibles al estado de trance hipntico, y (2) que esos

    cambios fisiolgicos pueden ser influenciados por estmulos condicionados, procesos simblicos e

    imaginera (p. 300). Las investigaciones empricas cuidadosas y sistemticas han fracaso, hasta

    ahora, en producir algn indicador fisiolgico del estado hipntico que se replicable

    consistentemente (Kirsh y Lynn, 1995; Sarbin y Slagle, 1979). Sin embargo, como lo sealan Kirsch y

    Lynn (1995), podra haber un indicador identificable del estado que haga que el estado hipntico

    no pueda falsificarse.

    T. X. Barber (1969, 1979; Barber y Ham, 1974) ha publicado una prolfica investigacin para

    establecer una explicacin alternativa para el estado hipntico. Los datos producidos por Barber y

    sus colegas (v.g., Barber y Ham, 1974) los han llevado a concluir que los comportamientos

    hipnticos (v.g., produccin de ampollas, remocin de verrugas, reduccin del dolor) y fenmenos

    (amnesia, regresin de edad, progresin de edad, alucinaciones visuales y auditivas, catalepsia del

    brazo, etc.) son funciones de las motivaciones, actitudes y expectativas de los clientes/sujetos, ms

    que el resultado de un estado alterado de consciencia.

    Literalidad como un indicador del estado hipntico Erickson (Erickson, Hershman y Secter, 1961; Erickson y Rossi, 1979; 1980, vol. III) fue un

    vigoroso proponente de la literalidad como un claro indicador del trance hipntico. Report

    (Erickson y Rossi, 1980, vol. III) haber evaluado respuestas literales en 1.800 sujetos hipnotizados y

    3.000 sujetos no hipnotizados a lo largo de 25 aos. Haca una pregunta simple, Le molestara

    decirme su nombre?2 Erickson afirm que el 95 por ciento de los sujetos no hipnotizados (en estado

    de vigilia) respondieron a la pregunta implicada y dieron sus nombres. En contraste, de un 80 a un

    97 por ciento de los sujetos hipnotizados (desde trances leves a profundos) dieron una respuesta

    literal No. Aunque inicialmente interesantes, esos datos por ltimo estn muy severamente

    confundidos como para permitir establecer conclusiones. Como Green, Lynn, Weekes y asociados

    (1990) indicaron apropiadamente, que el estudio de Erickson fue una serie de ensayos informales a

    travs de 25 aos, y el experimentador (Erickson) no estaba ciego a las hiptesis, la hipnotizabilidad

    2 (N.T.) Do you mind telling me your name?

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    de los sujetos no fue evaluada formalmente, a algunos sujetos les hizo la pregunta en el estado de

    vigilia y mientras estaban hipnotizados, a otros les pregunt solamente cuando estaban

    hipnotizados, y no fue definida la profundidad de la hipnosis. Quiz, ms significativamente, no

    hubo intentos por controlar las exigencias caractersticas del contexto.

    En su primer est udio experimentalmente controlado de literalidad, Green y sus colegas

    (1990) compararon el desempeo de sujetos muy hipnotizables con sujetos motivados por la tarea,

    y encontraron que el 87,5 por ciento de los sujetos hipnotizables no dieron respuestas literales.

    Adicionalmente, tambin reportaron que los sujetos hipnticos y los motivados por la tarea no

    difirieron en su frecuencia de respuestas literales. En un estudio a continuacin, Green et al. (1990)

    compararon la respuesta literal de un grupo de sujetos muy hipnotizables (tambin denominados

    hipnticos virtuosos) con un grupo de sujetos no hipnotizables simuladores. Adems, para evaluar la

    afirmacin de Erickson que los sujetos en estado de vigilia respondan casi invariablemente en una

    forma no literal, los autores evaluaron la frecuencia basa de respuestas literales en sujetos no

    hipnotizados en un ambiente natural. Encontraron que los hipnticos virtuosos dieron respuestas

    literales menos del 30 por ciento de las veces, que los sujetos no hipnotizables (simuladores)

    sobrepasaron a los sujetos hipnticos en respuestas literales (58,3 por ciento), y el desempeo de los

    sujetos hipnticos en respuestas literales fue igual que los individuos no hipnotizados en un ambiente

    natural (21,7 por ciento).

    En un segundo estudio de literalidad, Lynn, Green, Weekes y colegas (1990) investigaron

    sistemticamente el primer hallazgo que los sujetos simuladores eran significativamente ms literales

    en sus respuestas que los sujetos no hipnotizados. Para responder a esto, Lynn y asociados (1990)

    compararon la frecuencia de respuestas literales de sujetos hipnotizados con sujetos no

    hipnotizados, todos muy hipnotizables. Encontraron que el 87,5 por ciento de las respuestas de los

    sujetos hipnotizados eran no literales. Tampoco encontraron diferencias en la respuesta literal entre

    los sujetos hipnotizados y los motivados por la tarea no hipnotizados. Los resultados de esos estudios

    cuestionan fuertemente las afirmaciones de Erickson sobre la literalidad como un indicador de

    trance hipntico.

    En ausencia de cambios fisiolgicos o comportamientos (v.g., literalidad) claramente

    distinguibles que definiran a la hipnosis como un estado alterado, los tericos del estado se

    concentraron en los reportes subjetivos de los clientes/sujetos que los sujetos reportan que se

    sienten diferentes en su experiencia de hipnosis respeto al estado de vigilia normal. En un estudio

    bien diseado, Kirsch, Mobayed, Council y Kenny (1992) indagaron la exactitud de esta afirmacin.

    En su estudio, 60 sujetos fueron asignados al azar a cuatro condiciones experimentales: (1) en una

    induccin hipntica; (2) una induccin de un estado de alerta en la cual se les daba a los sujetos

    una versin modificada de la Escala de Susceptibilidad Hipntica de Stanford: Forma C

    (Weitzenhoffer y Hilgard, 1963), en la cual todas las referencias a relajacin, pesadez, etc., fueron

    reemplazadas con sugestiones para aumentar el alerta, la energa y sentirse livianos; (3)

    entrenamiento en relajacin basado en un procedimiento de relajacin estndar en el cual no se

    mencion la palabra hipnosis antes del procedimiento; y (4) entrenamiento en imaginera, en el

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    cual se dieron instrucciones para usar fantasas dirigidas a metas para producir respuestas

    hipnticas. Las descripciones de los sujetos [en forma de pregunta abierta] de sus estados de

    consciencia y de sus experiencias subjetivas de las sugestiones fueron evaluadas por 18 expertos en

    el campo, en el grado de disposicin a responder a la sugestin e indicadores de la presencia de

    hipnosis. Kirsch y asociados (1992) encontraron que los expertos no pudieron distinguir la induccin

    hipntica tradicional del entrenamiento en relajacin no hipntica, que la experiencia subjetiva de

    las sugestiones hipnticas despus del entrenamiento en relajacin es distinguible de las

    inducciones hipnticas, y que la sugestionabilidad no est relacionada con estados de la

    consciencia. En sus conclusiones, Kirsch y sus colegas (1992) fueron cuidadosos en afirmar que su

    estudio no apoya la nocin de la hipnosis como un estado alterado, en una forma que no niega la

    experiencia y el comportamiento que son producidos por sugestin (p. 661). Kirsch et al.

    concluyeron sugiriendo que la hipnosis, ms que ser un estado alterado de consciencia, es una

    interaccin interpersonal entre una persona en el rol de un sujeto que responde a las sugestiones

    ofrecidas por una persona en el rol de hipnotista.

    HIPNOTIZABILIDAD

    La perspectiva del rasgo De acuerdo a la perspectiva del rasgo, las personas varan en su habilidad para

    experimentar hipnosis, y su variabilidad es una caracterstica relativamente estable. En esencia, los

    tericos del rasgo (v.g., Brown y Fromm, 1986; Hilgard, 1965b; Kihlstrom, 1985; Orne y Dinges, 1989;

    Spiegel y Spiegel, 1978) sostienen que la habilidad para experimentar hipnosis existe primariamente

    dentro de la persona, no en el hipnotista. Kirsch y Lynn (1995), en la revisin del debate del rasgo,

    afirman: Hay un amplio apoyo para la hiptesis que la respuesta a la hipnosis es similar a un rasgo,

    una capacidad actitudinal de la persona: Diferentes mediciones de la hipnotizabilidad tienen

    correlaciones de moderada a altas, tpicamente en un exceso de 0,60, y se ha reportado una

    correlacin test -test de 0,71 para un intervalo de 25 aos en la administracin del mismo test (p.

    849)

    En esta nocin de un rasgo estable, est implcita la creencia que el clnico que usa hipnosis

    debiera tener una indicacin clara y confiable de la capacidad hipntica del cliente. Si el cliente

    tiene una baja capacidad hipntica, entonces no debiera emplearse tratamiento hipntico. Los

    tericos del rasgo son cuidadosos al sealar que si el clnico tienen xito en el uso de hipnosis en el

    tratamiento de clientes con baja capacidad hipntica, no hay forma de implicar que la

    hipnotizabilidad no fue relevante, sino que ms bien la efectividad del tratamiento es atribuible a

    los efectos no especficos del tratamiento (v.g., motivacin del cliente, expectacin positiva hacia

    el cambio, la relacin cliente-terapeuta). Hilgard (1982) advirti: La fuente principal de la creencia

    que todo el mundo es hipnotizable, sostenida por muchos clnicos que practican hipnosis, es una

    confusin entre el xito de su psicoterapia y el rol de la hipnosis en aquella (p. 398)

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    La perspectiva ericksoniana En el paradigma ericksoniano, esencialmente todos los individuos tienen la habilidad de

    responder hipnticamente. La esencia del logro de esta respuesta descansa en la tcnica

    hipntica individualizada. El uso de tcnicas estandarizadas es evitada porque dicha

    estandarizacin es, por definicin, inflexible y fracasa en la utilizacin de la singularidad del

    individuo especfico. Esta idea est en contraste directo con la de los tericos del rasgo

    mencionados anteriormente. La habilidad del individuo para experimentar hipnosis es una funcin

    de la creatividad del hipnotista, no un rasgo de quien responde (Bandler y Grinder, 1975b). Como lo

    ha observado Bates (1993), mientras que esta nocin del potencial universal de la hipnosis fue

    sugerido por Bernheim, Forel y Moll a finales del siglo 19 y a principios del siglo 20, fue Erickson quien

    le dio prominencia moderna a esta nocin (Erickson, 1958; Erickson y Rossi, 1979, 1980, vol, I). En esta

    teora, la resistencia del individuo para experimentar hipnosis es un reflejo y/o una funcin de la

    inflexibilidad del hipnotista.

    Abundan los ejemplos de la asombrosa inventiva de Erickson para individualizar3 sus

    inducciones hipnticas para ayudar al cliente/sujeto a experimentar hipnosis (Haley, 1967, 1973;

    Erickson y Rossi, 1980, vol. I). Esos ejemplos incluyen la induccin de la planta de tomate, en la cual

    a un cliente que sufra de un dolor canceroso intratable que no era sumiso a las sugestiones

    hipnticas directas, [Erickson le comunic las sugestiones] en dos niveles diferentes de significado

    (v.g., plantas de tomate y la necesidad de comodidad). Hay numerosos ejemplos en los cuales

    Erickson ofrece al sujeto ejemplos no verbales de respuestas hipnticas, como en la levitacin de

    mano, donde el sujeto con frecuencia eleva su mano. Al leer esos ahora familiares ejemplos de

    caso, no es irrazonable concluir que esas experiencias no podran haber ocurrido si se hubiesen

    dado sugestiones estandarizadas a los sujetos. Bates (1993) observ que una implicacin

    fundamental del enfoque de Erickson ha sido expandir el dominio de la hipnosis para incluir formas

    de comunicacin indirectas y no verbales. Es legtimo preguntarse, sin embargo, a travs de qu

    criterio esas comunicaciones se califican como ocurriendo dentro del dominio de la hipnosis. (Bates,

    1993)

    Cuando Robert Erickson, de tres aos, se cay por las escaleras y se hiri en una forma que

    requera atencin mdica inmediata, su padre utiliz en forma magistral el contexto de la situacin

    para ayudar a Robert a sobrevivir la experiencia de dolor. Erickson describe una serie de

    intervenciones en las cuales el dolor de Robert fue reconocido, y le pidi que se asegurara de la

    buena calidad de la costra que se estaba formando y que intentara contar los puntos que recibira

    (Haley, 1967). No hubo una induccin formal de hipnosis durante esta interaccin con Robert.

    Erickson afirm: La cuestin es establecer bien en qu punto fue empleada la hipnosis. Realmente,

    la hipnosis comenz con la primera afirmacin hacia l y se hizo patente cuando l dio todo su

    inters y prest atencin a cada uno de los eventos exitosos que constituyeron el manejo mdico

    de su problema (Haley, 1967, p. 422)

    3 (N.T.) tailoring en el original. Hacer a medida", "entallar

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    Pero la interrogante permanece: De acuerdo a qu criterio esta maravillosa intervencin

    con Robert constituye hipnosis? Al menos es cierto que se emple una tcnica de distraccin

    efectiva. Sin embargo, como Hilgard y LeBaron (1984) han indicado, la distraccin del dolor es

    distinta a la que se logra a travs de hipnosis y constituye una intervencin no hipntica. Como este

    ejemplo lo demuestra, Erickson estaba interesado en lo que funcionaba, sin importarle si una

    intervencin particular poda ser definida como hipntica o no hipntica.

    Es importante advertir que averiguar qu est incluido en el dominio de la hipnosis es vital

    para comprender el fenmeno (Bates, 1993). Que todos los individuos son hipnotizables es una

    funcin de los lmites (o los lmites expandidos) usados para definir a la hipnosis. Lo mismo se aplica

    al considerar si una intervencin particular es o no hipntica (como en el caso de Robert), y es

    responsable, por tanto, del cambio teraputico. Al usar una definicin amplia de la respuesta

    hipntica y lo que constituye un tratamiento hipntico, sera posible, desde luego, concluir que

    todo el mundo es hipnotizable y que todas las formas de comunicacin teraputica constituyen

    una forma de hipnosis, ya sea directa o no. Esas definiciones amplias de hipnotizabilidad e hipnosis

    hacen imposible la verificacin emprica y, por ltimo, no tienen significado.

    Aunque hay amplios datos para apoyar la nocin de la hipnotizabilidad como un rasgo, el

    debate aun es vigoroso. Gfeller (1993; Gfeller, Lynn y Pribble, 1987) sostiene que a travs de un

    enfoque de habilidades cognitivas, los sujetos inicialmente con baja hipnotizabilidad fueron

    capaces de aumentar sus habilidades hipnticas al punto de ser comparables con aquellos

    evaluados como muy hipnotizables. Se necesita mucha investigacin para determinar si esos

    resultados representan una hipnotizabilidad realmente aumentada o son una funcin de la sumisin

    a demandas experimentales externas. Adems, la relevancia del contexto clnico aun no ha sido

    establecida. No hay dudas que la complacencia aumentada, la motivacin y la expectativa son

    relevantes para el xito clnico. Sin embargo, es una cuestin separada si se est modificando un

    rasgo.

    SUGESTIN INDIRECTA Y DIRECTA

    Mientras que a Milton Erickson, en los inicios de profesional, como lo atestigua su trabajo

    (Hammond, 1984), no le fue extrao el uso de sugestiones directas en su enfoque hipntico, ha sido

    mucho ms celebrado por su uso extremadamente creativo de la indireccin (v.g., sugestiones

    indirectas, juegos de palabras, metforas y ancdotas) en el proceso de la hipnosis y la induccin

    hipntica. Como Erickson (Erickson y Rossi, 1980, vol. 1) ha afirmado: (1) La sugestin indirecta

    permite que se manifieste la individualidad, las experiencias vitales previas y los potenciales

    singulares del sujeto; (2) los psicodinamismos clsicos del aprendizaje, con procesos tales como la

    asociacin, contigidad, similitud, contraste, etc., estn implicados en un nivel ms [o] menos

    inconsciente, de modo que; (3) la sugestin indirecta tiende a rodear la crtica consciente, y

    debido a esto puede ser ms efectiva que la sugestin directa (p. 455)

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    En su exhaustiva revisin de la literatura sobre las sugestiones indirectas, Lynn, Neufeld y

    Mar (1993) sealaron el problema de la definicin operacional de las sugestiones indirectas. Esos

    autores concluyen que la sugestin indirecta, que cubre como un paraguas a un amplio rango de

    comunicacin, tiene dos componentes bsicos: (1) el uso de lenguaje permisivo v.g., puede,

    podra [can, may, might , could] en contraste con el lenguaje autoritario de la sugestin directa;

    (2) una aparente opcin de respuestas, en contraste con la sugestin directa que especifica

    claramente las respuestas definidas.

    Alman y Carney (1980) compararon la disposicin a responder de sujetos femeninos y

    masculinos a las sugestiones posthipnticas a travs del uso de sugestiones directas e indirectas en

    inducciones en citas de audio. Reportaron que las sugestiones indirectas fueron ms exitosas en la

    produccin de comportamientos posthipticos que las sugestiones directas.

    McConkey (1984) us sugestiones directas e indirectas con sujetos hipnticos reales y

    simulados. Encontr que mientras todos los sujetos simuladores reconocieron la expectativa para

    una alucinacin positiva, la mitad de los sujetos reales respondieron a las sugestiones indirectas y la

    otra mitad no. Concluy que la indireccin puede no ser la nocin clnicamente importante en

    comparacin con la creacin de un contexto motivacional donde todas las sugestiones sean

    aceptables y que haga a las ideas congruentes con las otras motivaciones y esperanzas del

    paciente (p. 312).

    Stone y Lunny (1985) investigaron la efectividad de las sugestiones directas e indirectas en la

    extraccin de movimientos del cuerpo despus de la induccin de trance. Reportaron que las

    sugestiones indirectas eran ms efectivas que las sugestiones directas en la extraccin de los

    comportamientos blanco. Sin embargo, no encontraron que las sugestiones indirectas fueran ms

    efectivas con los sujetos resistentes, como Erickson y Rossi (1980, vol. 1) afirman.

    Bandler y Grinder (1975b) indicaron que el procedi miento de induccin hipntica doble,

    basado en la nocin de Erickson de dos niveles de comunicacin, en la cual Erickson ofreca un

    conjunto de sugestiones en un tono diferente de la voz mientras intercalaba otro conjunto de

    sugestiones en un tono de voz diferente, era superior a la hipnosis tradicional. Bandler y Grinder

    utilizaron dos hipnotistas hablando en forma simultnea al sujeto, e hipotetizaron que este

    procedimiento de induccin era particularmente efectivo.

    Matthews, Kirch y Mosher (1985) compararon una induccin estndar (Escala de

    Susceptibilidad Hipntica de Stanford, Forma C [Weitzenhoffer y Hilgard, 1963]) con una induccin

    hipntica doble (en la cual se dirigi a travs de un audfono al hemisferio dominante una

    induccin indirecta ericksoniana de levitacin de mano, mientras que se dirigan al hemisferio no

    dominante, en un segundo canal, simples mensajes infantiles). No encontraron diferencias

    significativas entre las dos inducciones en trminos de profundidad de trance medida por las

    respuestas conductuales a la sugestin. Adicionalmente, reportaron que la induccin hipntica

    doble realmente puede haber disminuido la disposicin hipntica a responder. No encontraron

    apoyo a la tesis de Bandler y Grinder de la mayor profundidad del trance al usarse una induccin

    doble.[1]

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    10

    Mosher y Matthews (1985) investigaron la idea adelantada por Lankton y Lakton (1983) que

    una serie de metforas entrelazadas crearan una estructura natural para la amnesia del material

    presentado al medio del material metafrico. Los autores compararon el tratamiento en grupos que

    recibieron historias mltiples entrelazadas con sugestin indirecta para hipnosis, con miembros de los

    grupos controles que recibieron metforas mltiples entrelazadas sin sugestiones indirectas para

    amnesia. Encontraron apoyo para el efecto estructural de amnesia de las metforas entrelazadas,

    pero tambin reportaron que la sugestin indirecta no aumentaba el efecto de la amnesia.

    Matthews, Bennett, Bear y Gallagher (1985) compararon las respuestas de sujetos en la

    Escala Hipntica Clinica de Stanford (SHCS) (Morgan y Hilgard, 1978) con las respuestas de sujetos

    en la misma escala con las sugestiones escritas en forma indirecta (Escala de Sugestin Indirecta,

    ISS). No encontraron diferencial conductuales significativas entre las dos escalas. Sin embargo,

    reportaron que los individuos que recibieron sugestiones indirectas se percibieron como ms

    hipnotizados que aquellos que recibieron el SHCS. Debiera advertirse que la administracin del ISS

    toma considerablemente ms tiempo que el SHCS, lo cual puede ser tomado en cuenta para la

    diferencia del reporte de los sujetos.

    En un estudio de seguimiento, Mattehws y Mosher (1988) compararon la induccin directa y

    la indirecta, y las sugestiones directas y las indirectas, usando el SHCS y el ISS, los cuales ahora

    fueron igualados en el tiempo de entrega. De este modo, un cuarto de los sujetos recibi induccin

    directa seguida de sugestiones directas, un cuarto recibi induccin indirecta seguida de sugestin

    indirecta, y la mitad restante de los sujetos recibieron un procedimiento mixto. Las resultados no

    apoyan la eficacia de la induccin y la sugestin indirecta sobre la induccin y la sugestin directa.

    Contrariamente a lo esperado, los datos tambin revelaron que los sujetos que recibieron

    inducciones y sugestiones indirectas reportaron sentirse ms resistentes al hipnotista que los sujetos

    que recibieron inducciones y sugestiones indirectas.

    Woolson (1986) compar las respuestas de 56 sujetos en el SHCS y en una adaptacin del

    SHCS con frases indirectas. No encontr diferencias significativas entre los sujetos que recibieron

    sugestiones indirectas y aquellos que recibieron sugestiones directas en trminos de respuestas

    objetivas o profundidad hipntica. Los datos de Woolson fueron consistentes con los resultados de

    Van Der Does, Van Dyck, Spinhoven y Kloosman (1989), los cuales compararon los puntajes de los

    sujetos en una escala estndar de hipnotizabilidad y en una escala individualizada (v.g., entallada)

    en donde el hipnotista de acuerdo al estilo ericksoniano tena la libertad para usar cualquier

    procedimiento de induccin y oraciones que parecan tiles para cada sujeto. No encontraron que

    el estilo de las sugestiones y/o el estilo de la construccin de las frases, fueran significativamente

    determinantes de las respuestas de los sujetos. Los resultados de Van Der Roes y sus colegas fueron

    consistentes con los de Murphy (1988), quien compar las respuestas conductuales a sugestiones

    indirectas y sugestiones directas especficas, y no encontr apoyo para la gran efectividad

    [anunciada] de las sugestiones indirectas.

    En un estudio que investiga la disposicin a responder hipntica de sujetos sordos,

    comparados con sujetos que escuchan (Isenberg y Matthews, 1991; Matthews e Isenberg, 1992) no

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    11

    encontr diferencias conductuales para las sugestiones directas versus las indirectas para ambos

    grupos en el ISS o el SHCS. En resumen, la investigacin dirigida por Matthews y sus colegas no

    apoya la aclamada superioridad de las sugestiones indirectas para los comportamientos

    observables en las escalas des hipnosis estandarizada.

    Siguiendo una lnea similar de investigacin, Lynn y sus asociados (Lynn, Neufeld y Matyi,

    1987; Lynn, Weekes, Mayti y Neufeld, 1988; Weekes y Lynn, 1990) llevaron a cabo una serie de

    estudios que compararon las respuestas de los sujetos en la Escala de Susceptibilidad Hipntica

    Indirecta Alman-Wexler (AWIHSS; Prat, Wood y Alman, 1984) y la Escala Grupal de Susceptibilidad

    Hipntica de Harvard (HGSHS: A) de la cual se deriv la AWIHSS. Estos estudios no encontraron

    apoyo para la creencia que las formas indirectas de comunicacin en un contexto hipntico son

    superiores a las sugestiones directas para producir respuestas hipnticas observables.

    Interesantemente, Lynn et al. (1987), en estudios replicados con posterioridad por Weekes y Lynn

    (1990), reportaron que las sugestiones indirectas produjeron una mayor involucracin subjetiva en el

    rango de respuestas involuntarias, que las sugestiones indirectas; los autores encontraron que estas

    ltimas aumentaban el temor a una evaluacin negativa del hipnotista.

    En su discusin de la literatura respecto a las sugestiones indirectas y las directas, Lynn et al.

    (1993) revisaron los estudios clnicos y experimentales que incluan la induccin rpida de analgesia

    (IRA) (Barber, 1977). El IRA es diferente a las inducciones hipnticas tradicionales, pues emplea

    sugestiones con lenguaje permisivo, dobles vnculos e implicaciones, para la analgesia inducida

    hipnticamente. Lynn et al. investigaron cuatro estudios en donde se us el IRA para el dolor dental,

    dolor en el pinchazo y dolor parapljico crnico; en todos esos estudios no se apoy la hiptesis

    que el IRA es efectivo en el alivio del dolor agudo. Los resultados de esos estudios son consistentes

    con los de un estudio anterior de Van Gorp, Meyer y Dunbar (1985), que no encontraron que el IRA

    fuera efectivo en la reduccin del dolor por presin, al ser comparado con la hipnosis tradicional.

    Al considerar los datos disponibles, Lynn et al. (1993) concluyen: "Los estudios mejor

    controlados no dan apoyo a la superioridad de las sugestiones indirectas, y hay indicaciones que

    las sugestiones directas son superiores a las sugestiones indirectas en trminos de la modificacin

    dela experiencia de hipnosis de los sujetos. Sin embargo, la conclusin principal es que las

    diferencias entre una amplia variedad de sugestiones no existen o son de naturaleza trivial" (p. 138)

    ERICKSON : UNA PERSPECTIVA DE INFLUENCIA-SOCIAL

    Si no hay apoyo emprico para la nocin de un estado hipntico, si la hipnotizabilidad es

    quiz ms una funcin del sujeto/cliente que de las habilidades de utilizacin del hipnotista, y si no

    hay datos empricos convincentes a favor de la superioridad de la sugestin indirecta, de qu

    hablamos, entonces, cuando nos referirnos a Erickson y la hipnoterapia ericksoniana? (Matthews,

    1985, en prensa), Sherman y LYnn (1990) sugieren que la brillantez clnica de Milton Erickson puede

    ser comprendida dentro de un marco psicolgico social. La habilidad singular de Erickson era su

    habilidad para aumentar la motivacin, las expectativas del cliente, y la creencia que el cambio

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    teraputico ocurrir. Nosotros propondramos que el "trance" hipntico, profundidad del "trance" e

    hipnotizabilidad son constructos que, en ltimo trmino, tienen menos significado que expectativa y

    motivacin. Sherman y Lynn sugieren adems que la maestra clnica de Erickson, es atribuible al

    uso que haca de la reactancia del paciente, la siembra, el encuadre/reencuadre; aumento del

    esfuerzo del paciente; y a la inclusin del paciente como un participante activo en el contexto de

    influencia social. Discutamos brevemente este punto.

    EXPECTATIVA

    De acuerdo con Kihlstrom (1985): "La hipnosis puede ser definida como una interaccin

    social en la cual una persona, designada como sujeto, responde a las sugerencias ofrecidas por la

    otra persona, designada como hipnotista, para experiencias que implican alteraciones en la

    percepcin, la memoria y la accin voluntaria" (p. 385). Kihlstrom ofrece una definicin

    parsimoniosa basada en la teora del aprendizaje social que no requiere la nocin del estado [de

    consciencia], pero coloca en su lugar la importancia de la relacin interaccional entre el hipnotista

    y el sujeto/cliente que le otorga significado a la naturaleza de la relacin. En la teora del

    aprendizaje social, el comportamiento humano es una funcin de procesos cognitivos que implican

    la adquisicin de informacin. Esta informacin puede ser adquirida por experiencias directas o

    vicarias. La expectativa y el valor de reforzamiento son conceptos centrales en la teora del

    aprendizaje social, es decir, cul es la probabilidad que ocurra el evento (expectativa) y qu valor

    es colocado en el evento (reforzamiento) (cf. Rotter, 1954).

    Kirsch (Kirsch, Lynn y Rhue, 1993) han construido un argumento convincente, basado en la

    teora del aprendizaje social, para el rol de la expectacin como un determinante singularmente

    poderoso del comportamiento hipntico. Kirsch ha mostrado que las correlaciones entre

    expectativa e hipnotizabilidad son ms altas que las correlaciones entre imaginacin e

    hipnotizabilidad. Se ha mostrado que la imaginera orientada a metas, considerada por Barber

    (1969) como una [variable] especialmente importante del comportamiento hipntico, est

    mediada por la expectacin (Vickery y Kirsch, 1985). Kirsch (Kirsch et al., 1993) seala que una

    buena induccin hipntica es definida por lo que el sujeto cree que es una buena induccin

    hipntica, y una buena experiencia de "trance" est basada en la creencia subjetiva y

    expectativas de cmo ser la experiencia hipntica. Ms que ser un artefacto de la hipnosis, Kirsch

    concluye que "la expectativa es un aspecto esencial de la hipnosis, quiz el aspecto ms esencial"

    (p. 143).

    Erickson fue un maestro en la influencia social y la manipulacin de expectativas. Su

    flexibilidad y su disposicin pragmtica para lograr metas teraputicas positivas est bien

    documentada. El objetivo de Erickson en el contexto de la terapia era utilizar la reactancia o

    resistencia del cliente, de modo que ste pudiera desarrollar un sentimiento de maestra personal, al

    asociar o reasociar habilidades desde un contexto al contexto deseado. Como parte de este

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    13

    proceso, Erickson suministraba la atmsfera clnica en la cual los clientes aprendan a modificar

    creencias, percepciones y comportamientos; y buscaba crear la expectacin para el cambio.

    INDIRECCIN

    Muchas de las intervenciones de Erickson estaban basadas en la indireccin y en el rodeo

    de la resistencia/reactancia del cliente. Es importante hacer una distincin entre los acercamientos

    indirectos y el uso especfico de sugestiones indirectas para un comportamiento hipntico

    particular. Mientras que los daros empricos no apoyan a las sugestiones indirectas, hay algn

    apoyo general para los acercamientos indirectos (Sherman y Lynn, 1990). Los psiclogos sociales

    han observado hace tiempo que para que las personas mantengan un sentido de maestra social,

    a menudo reaccionan o desafan las amenazas percibidas (una nocin que puede afirmar

    cualquier clnico que haya trabajado con adolescentes). Para contrarrestar la posibilidad de

    reactancia, los psiclogos sociales han usado el engao y medidas discretas en sus investigaciones

    (Sherman y Lynn, 1990).

    Claramente, Erickon comprenda esta nocin y usaba el engao y el disfraz de metas

    especficas para lograr los resultados deseados (cf. Haley, 1967, 1973). Comprenda que algunos

    clientes, para mantener su sentido de maestra personal, deban desafiarlo refutando la experiencia

    de hipnosis. Sin embargo, Erickson asuma que en el fondo el cliente quera tener la experiencia

    hipntica. Era excepcionalmente hbil para explotar el desafo del cliente, al instruirlo para que

    fracasara y/o por definicin, cualquier respuesta del cliente era alguna forma de xito. (Haley, 1967;

    Erickson y Rossi, 1980, vol. IV).

    Desarrollos recientes en las ciencias cognitivas sugieren las limitaciones de los clientes para

    hacer auto-reportes conscientes de sus procesos cognitivos, por consiguiente se necesita el

    desarrollo de mtodos alternativos para trabajar con los niveles tcito y analgico de la

    experiencia humana (Gonalves y Craine, 1990). La metfora, la analoga y/o las historias pueden

    ser herramientas tiles para sugerir la posibilidad de cambio en este nivel de representacin

    cognitiva tcita o inconsciente. Para Erickson, el valor de esa forma de expresin en terapia era la

    oportunidad para reestructurar y redirigir la visin de si mismo del cliente y su relacin con el

    problema presente.

    Esta nocin de rodear la reactancia del cliente por medio de la indireccin (v.g., con

    historias, ancdotas o metforas) hace surgir interesantes interrogantes con respecto a cmo la

    indireccin puede ser percibida por el cliente. El hecho que el terapeuta asuma que est siendo

    indirecto no significa necesariamente que el cliente perciba la intervencin en forma similar.

    Matthews y Langdell (1989) llevaron a cabo un estudio clnico que usaba hipnosis y metforas

    mltiples entrelazadas (Lankton y Lankton, 1983) con seis clientes provenientes del centro de

    consejera de la universidad. Todos los clientes recibieron ocho sesiones de terapia (cuatro sesiones

    de empleo de hipnosis y metforas entrelazadas, con cuatro sesiones de uso de un acercamiento

    cognitivo-conductual).

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    14

    En entrevistas posteriores al tratamiento, cinco de los seis clientes reportaron esencialmente

    un recuerdo completo de las metforas que haban recibido y reconocieron que las metforas

    estaban relacionadas con su problema presente. Esos clientes tambin afirmaron que sus

    problemas presentes (v.g., ansiedad, depresin moderada, problemas con los estudios). El sexto

    cliente, sin embargo, no report tener recuerdos de las metforas que se le haban relatado, como

    la teora lo haba predicho, y no report mejora clnica. El quinto cliente que report una mejora

    clnica positiva indic que a ratos l estuvo consciente de lo que el terapeuta estaba haciendo (el

    propsito de las historias), le gust eso y confi en el terapeuta, y crey que el terapeuta estaba

    trabajando en su beneficio. El sexto cliente, a la vez que report amnesia total, dijo que no le gust

    el proceso ni se sinti cmodo con el acercamiento del terapeuta. Aunque el estudio de Matthews

    y Lahgdell (1989) tiene claras deficiencias metodolgicas y limitaciones de generalizacin, al menos

    sugiere que el significado de los clientes pueden atribuirle a la indireccin, el cual puede diferir

    significativamente del terapeuta.

    LA IMPORTANCIA DEL ESFUERZO

    Sherman y Lynn (1990) citan la teora de la disonancia cognitiva como apoyo para el

    concepto que mientras mayor sea el esfuerzo ejercido para alcanzar una meta, ms grande ser el

    valor [de recompensa]atribuido a la meta. Erickson crea en el valor del esfuerzo (Lankton y

    Lankton, 1983; Matthews, 1985). Sus tareas que implicaban transportar objetos, escalar cerros, visitar

    museos, estaban diseadas para aumentar el esfuerzo del cliente en el logro de las metas

    teraputicas deseadas. Mientras ms grande sea el esfuerzo del cliente, es ms probable que se

    comprometa con el proceso.

    SIEMBRA/PREPARACIN

    Erickson estaba claramente interesado en influenciar los pensamientos y percepciones del

    cliente, y con frecuencia usaba la tcnica de la siembre o preparacin, para comenzar a orientar

    el pensamiento del cliente en la direccin teraputica deseada. Su caso del reencuadre de la

    impotencia del esposo como un cumplido a su esposa (Haley, 1973) es un ejemplo dramtico de

    influencia sobre la percepcin del cliente y la alteracin del significado del problema inicial

    presentado. Numerosos estudios (v.g. Higgins, Rholes y Jones, 1977; LaRue y Olejnik, 1980; Wilson y

    Capitman, 1982) suministran apoyo emprico para la idea que preparar a un sujeto con un

    concepto particular afectar claramente el comportamiento subsecuente. Hay numerosos

    ejemplos clnicos de Erickson sembrando ideas de cambio o sugiriendo comportamientos

    particulares al principio de la terapia, o en una sesin dada de modo que esos comportamientos

    pudieran ocurrir despus. La siembra de ideas en esta forma est directamente relacionada con la

    nocin de expectacin discutida ms arriba (cf. Haley, 1967, 1973; Erickson y Rossi, 1980, vol. IV).

    Erickson les peda con frecuencia a sus clientes que pensaran o se imaginaran llevando a cabo

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    15

    algn comportamiento particular4. Sherman y Lynn (1990) afirman que al guiar la imaginera de los

    clientes y la clase de resultados que buscaban, Erickson presumiblemente afectaba el cmo se

    comportaban esos clientes cuando estaban frente a la situacin relevante (p. 41)

    EL CLIENTE COMO UN PARTICIPANTE ACTIVO

    En este proceso de guiar la imaginera del cliente, Erickson, a la vez que estaba claramente

    dirigiendo el proceso teraputico, estaban buscando involucrar al cliente como un participante

    activo. Sherman y Lynn (1990) notan que la investigacin psicolgica apoya el concepto que las

    palabras auto-generadoras y las ideas tienen un mayor peso y significado en la memoria que la

    informacin que proviene de una fuente externa. En el uso de las metforas, Erickson estaba dando

    a los clientes la oportunidad para desarrollar una comprensin nueva y diferente del problema

    presente y su resolucin, distinta a la que llevaban al entrar en terapia. Matthews (1996) discute

    acerca de Erickson con el teln de fondo de los desarrollos recientes en la terapia narrativa.

    Al describir el paradigma narrativo, Gonalves (1994) y Lakoff (1987) sealaron que: (1) los

    seres humanos somos relatores de historias; (2) los pensamientos son esencialmente metafricos e

    imaginativos; (3) la manipulacin de los pensamientos es una bsqueda intencional de significado;

    y (4) la realidad es un conjunto de problemas mal estructurados que pueden ser extrados a travs

    de operaciones hermenuticas y narrativas. Dentro de esta perspectiva, las intervenciones clnicas

    de Erickson pueden ser vistas como una forma de reconstruccin narrativa que usa tcnicas

    directas e indirectas (v.g., historias y metforas) para asistir al cliente en la construccin de una

    narrativa vital ms til.

    CONCLUSIN

    La investigacin emprica revisada en este captulo da poco apoyo a las creencias

    tradicionalmente sostenidas por los ericksonianos respecto a la hipnosis como un estado con

    marcadores identificables para la universalidad de la sugestionabilidad hipntica, o para el

    aumento de la efectividad de las sugestiones indirectas al ser comparadas con las directas. Por el

    contrario, hemos argido que la efectividad, la creatividad y la ingeniosidad de Milton Erickson

    puede ser comprendida en trminos de su aparente intuicin de la importancia de la expectacin,

    creencia y motivacin del cliente y el terapeuta. Hay considerable apoyo cientfico para este

    punto de vista. Matthews (1985) sugiri un marco ciberntico o interaccional dentro del cual

    considerar el trabajo de Erickson, en lugar de un marco lineal o causal. Al alejarnos de un modelo

    jerrquico (v.g., el terapeuta como experto, el cliente como un recipiente pasivo), Matthews

    sugiere que el cliente informa e influencia al terapeuta, as como tambin el terapeuta influencia al

    cliente.

    4 (N.T.) Pseudo orientacin en el tiempo?

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    16

    Nuestra posicin es que la esencia del enfoque de Erickson era crear una expectativa para

    el cambio; interrumpir, distraer, ocupar la mente consciente; y crear un contexto para el cliente en

    el cual pudiera ocurrir un cambio de las narrativas de aquel. Desde esta perspectiva, la hipnosis es

    una interaccin social construida por el terapeuta y el cliente, a partir de la cual pueden emerger

    mltiples realidades para el cliente. La hipnosis se convierte en una forma de comunicacin en la

    cual se provee a los clientes de un contexto en el cual [puedan] desarrollar una narrativa vital ms

    til que la que llevaron a la terapia.[2]

    Finalmente, uno podra preguntarse: Cul es el propsito de hacer distinciones tan finas

    entre "trance" hipntico y expectacin, si al final dan como resultado el xito clnico? Nuestra tarea

    como cientficos/terapeutas es ser tan precisos como sea posible en nuestras definiciones

    operacionales y en el uso de los diversos constructos en nuestros int entos por comprender un

    fenmeno observado. El rol de la parsimonia requiere que nos quedemos con las explicaciones ms

    simples que se ajustan a los datos. Cuando no lo hacemos de ese modo, nos ofuscamos

    innecesariamente en el intento de comprender el mundo natural.

    [1] (N.T.) Aqu es necesario hacer un comentario: Bandler y Grinder dieron su propia interpretacin de la comunicacin a dos niveles; ellos la asociaron con la asimetra cerebral y las funciones de cada hemisferio. Realmente tena Erickson esa concepcin cuando invent la induccin por intercalacin? Revisemos las ideas de Erickson en su artculo The Interpersal Hypnotic Technique for Symptom Correction and Pain Control (1966/1980, Collected Papers, Vol. 4, p. 262-278). (Un caso al cual se refiere este artculo, Joe, est descrito en Terapia no convencional, p. 272-277) Se le ha pedido innumerables veces al autor que escriba en detalle la tcnica hipntica que ha empleado para aliviar el dolor intolerable o para corregir otros diversos problemas. La rplica verbal a esas solicitudes nunca pareca ser adecuada ya que estaba invariablemente precedida por la afirmacin que la tcnica en si misma no serva a otro propsito que el de asegurar y fijar la atencin de los pacientes, creando un estado mental de receptividad y respuesta, y por consiguiente permitindole beneficiarse de sus potenciales para diversos comportamientos, no advertidos o parcialmente reconocidos. [...] hay entonces una oportunidad para entregar sugestiones e instrucciones que sirvan como una ayuda y dirijan al paciente al logro de la meta o metas deseadas. En otras palabras, la tcnica hipntica sirve solamente para inducir una situacin favorable en la cual se instruye al paciente en un uso ms ventajoso de sus propios potenciales de comportamiento. (p. 262) Ms adelante indica, La tcnica ha sido empleada por el autor con sujetos nefitos y graduados de la universidad, en situaciones experimentales y con propsitos clnicos. A menudo ha sido usada para asegurar, fijar y mantener la atencin del paciente difcil y para distraerlo de las dificultades que impediran la terapia. Es una tcnica que emplea ideas que son claras y compresibles, pero que son irrelevantes en la relacin mdico-paciente y distraen al paciente. Por lo tanto, se impide que el paciente se entrometa intilmente en una situacin que no puede comprender y para la cual est buscando ayuda. (p. 262) Hacia el final del artculo reflexiona respecto al motivo que llev a los pacientes y sujetos experimentales mencionados en el artculo a responder a este procedimiento: Esta respuesta puede ser dada en una forma tan simple como la siguiente: Ellos saban muy bien por qu estaban buscando terapia; estaban deseosos de obtener beneficios; llegaron en un estado receptivo, dispuestos a responder a la primera oportunidad, excepto por el primer paciente experimental [mencionado en el artculo] [...] Esencialmente, entonces, todos los pacientes estaban en un marco mental para recibir terapia. [...] Su intenso deseo de terapia no era solamente un deseo consciente, sino que tambin un deseo inconsciente, como es juzgado clnicamente, pero ms importante, como es evidenciado por los resultados obtenidos. (p. 276-277) [2] (N.T.) Es conveniente deslizar aqu algunos comentarios generales respecto al tratamiento de los temas tratados en este documento, usando como teln de fondo las frases que sirven de conclusin a este artculo. Respecto al dilema si la hipnosis es un estado particular de consciencia con un funcionamiento distinto al estado de vigilia; cabe preguntarse a travs de qu mtodos los distintos investigadores pueden hacer que sus sujetos alcancen ese estado. Es la hipnosis una cosa que se coloca sobre el sujeto, o se despierta su potencialidad [susceptibilidad] "dormida" al "inducir" trance?

  • Instituto Milton H. Erickson de Santiago Centro Para el Desarrollo de la Psicoterapia Estratgica Breve

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    Al concebir a la hipnosis como el resultado de un proceso de interaccin entre el terapeuta y su cliente (la cual era, al parecer, la visin de Erickson, como puede desprenderse del enfoque de utilizacin), entonces, el "estado" hipntico ya no es una cosa sino que es un proceso; por consiguiente es necesaria una metodologa que pueda captar esos cambios "procesuales"; y no cabe duda que la tecnologa de las mediciones "objetivas", "cuantitativas", no sirve adecuadamente para ese propsito. Es la misma "hipnosis" (cosa o proceso?) la que se estudia en el laboratorio y en el ambiente clnico? Cmo se evalan diferencialmente las expectativas de los sujetos/pacientes respecto al proceso por el cual atravesarn y su relacin con el posible xito o fracaso de las tcnicas usadas? Cundo se habla de tcnicas hipnticas, los autores estn refirindose a las frases (contenidos) entregados durante la experiencia de "trance"; o se refieren a la utilizacin del proceso del sntoma/problema durante ese trance? Para finalizar, las siguientes palabras de de Shazer tienen mucha relacin con nuestro tema aqu: En resumen, la terapia breve puede verse como un refinamiento y desarrollo de los principios de Erickson para la resolucin de problemas clnicos. Esos mtodos naturalistas, indirectos, son tiles con o sin la mediacin de trances formales. Pues con frecuencia el observador ingenuo no tiene modo alguno de precisar sus observaciones al punto de poder decir "aqu se inicia la induccin del trance" o "ahora empieza el trance". Muchsimas veces las ideas sobre el "trance" y la "hipnosis" fascinan al observador y lo llevan a equivocarse. Gran parte de las descripciones del trabajo de Erickson examina con excesivo detallismo estas herramientas, de modo que la consideracin atenta de la corteza del rbol le hace perder de vista los principios implcitos en la totalidad del bosque. El inters por las tcnicas hipnticas de Erickson oscurece su empleo de la hipnosis. La hipnosis se parece ms a la novocana que a la extraccin de una muela. La novocana sola no desprende la muela, y por otra parte la muela podra extraerse sin utilizar novocana. (Steve de Shazer, Claves para la solucin en terapia breve. Ed. Paidos, Barcelona, 1991, p. 31)