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Hijos de la Inquisición Carta-Ensayo a Joseph Lovett Mi nombre es Alfonso Rodríguez Sauza, y soy nativo de la ciudad de Apaseo el Alto, Guanajuato, México. Estoy casado con Esmeralda, y tengo 5 descendientes (Joshua, Alexa, Noéli, Edna y Sharleen Allison) y me gano la vida como Perito Traductor e intérprete simultáneo. Nuestros padres son Don Alfonso Rodríguez Aguilar (quien falleció hace algunos años) y nuestra amada Teresa Sauza (originalmente Sosa) Jiménez. Mi hermano es José Martín, y nuestras hermanas son, Estela, Modesta y Teresa Rodríguez Sauza. Esta es mi atesorada familia… Desde tiempo atrás, hemos venido investigando algunas cosas sobre el pasado de nuestra familia… y después de analizar tradiciones orales, costumbres, practicas, observaciones religiosas {o falta de}, hábitos alimenticios, cuentos y leyendas de esta región, lo que hemos podido destapar, sinceramente, ¡nos ha dejado maravillados! ¡Viendo con alegría cómo todo apunta hacia un pasado hebreo! Yo tengo recuerdos muy vívidos, de mi abuelito materno Maximino Sosa Rico, y de las historias que me contaba de Israel, hace muchos años atrás, sobre la “Tierra Prometida”, como él la llamaba… Recuerdo cómo se recorría hacia un lado en su camita, para que yo cupiera y me pudiera sentar junto a él [todavía recuerdo esa mesita azul, al lado de la cama, y un botecillo, lleno de petróleo, alumbrando el cuarto… mientras que salía un humo negro, como de tren, del mechón de trapo que ardía magníficamente, manchando la pared y el techo en su trayecto… ], para poder escuchar, fascinado, sus relatos de Israel … de cómo escaparon de Egipto… de la diáspora … de como ya habían regresado nuevamente a la tierra prometida por DIOS … de que nunca más iban a ser desplazados … y sobre la forma increíble en que iba a prosperar Israel … de cómo esto iba a traer grandes cambios al planeta, para bien … y tantas y tantas otras cosas maravillosos de ésa naturaleza… Ahora entendemos el por qué de muchas de las prácticas que existen aquí en Apaseo… Como por ejemplo, ¿por qué cierran tan temprano, todas las tiendas y el comercio, los días jueves? ... ¡Ahora entendemos, que la costumbre de cerrar temprano esa tarde,

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Hijos de la Inquisición

Carta-Ensayo a Joseph Lovett Mi nombre es Alfonso Rodríguez Sauza, y soy nativo de la ciudad de Apaseo el Alto,

Guanajuato, México. Estoy casado con Esmeralda, y tengo 5 descendientes (Joshua, Alexa, Noéli, Edna y Sharleen Allison) y me gano la vida como Perito Traductor e intérprete simultáneo. Nuestros padres son Don Alfonso Rodríguez Aguilar (quien falleció hace algunos años) y nuestra amada Teresa Sauza (originalmente Sosa) Jiménez. Mi hermano es José Martín, y nuestras hermanas son, Estela, Modesta y Teresa Rodríguez Sauza. Esta es mi atesorada familia…

Desde tiempo atrás, hemos venido investigando algunas cosas sobre el pasado de nuestra familia… y después de analizar tradiciones orales, costumbres, practicas, observaciones religiosas {o falta de}, hábitos alimenticios, cuentos y leyendas de esta región, lo que hemos podido destapar, sinceramente, ¡nos ha dejado maravillados! ¡Viendo con alegría cómo todo apunta hacia un pasado hebreo!

Yo tengo recuerdos muy vívidos, de mi abuelito materno Maximino Sosa Rico, y de las historias que me contaba de Israel, hace muchos años atrás, sobre la “Tierra Prometida”, como él la llamaba… Recuerdo cómo se recorría hacia un lado en su camita, para que yo cupiera y me pudiera sentar junto a él [todavía recuerdo esa mesita azul, al lado de la cama, y un botecillo, lleno de petróleo, alumbrando el cuarto… mientras que salía un humo negro, como de tren, del mechón de trapo que ardía magníficamente, manchando la pared y el techo en su trayecto… ], para poder escuchar, fascinado, sus relatos de Israel … de cómo escaparon de Egipto… de la diáspora … de como ya habían regresado nuevamente a la tierra prometida por DIOS … de que nunca más iban a ser desplazados … y sobre la forma increíble en que iba a prosperar Israel … de cómo esto iba a traer grandes cambios al planeta, para bien … y tantas y tantas otras cosas maravillosos de ésa naturaleza…

Ahora entendemos el por qué de muchas de las prácticas que existen aquí en Apaseo… Como por ejemplo, ¿por qué cierran tan temprano, todas las tiendas y el comercio, los días jueves? ... ¡Ahora entendemos, que la costumbre de cerrar temprano esa tarde, es lo que quedó de la práctica de antaño, de irse a casa antes de lo acostumbrado, para adelantar las preparaciones que tenían que realizar el viernes antes del ‘Shabbat’! … Y como cuando moría un bebe, nos preguntábamos de dónde venía esa costumbre de llevar limones a su funeral… y tantas cosas así…

Como está también la manera en que nuestros ancestros colgaban los borregos y los chivos de una pierna, después de ser sacrificados… un hábito que yo conservo hasta el día de hoy (cosa que se hace, para permitir que se le escurra fuera toda la sangre al animal sacrificado, antes de cocinarlo. Una costumbre que no se observaba aquí por los nativos otomíes y chichimecas. Al contrario, la costumbre de comer morronga {sangre cocida y hasta cruda, por los chichimecas} es algo bastante arraigado aquí).

Tantas cosas que nos han sido reveladas, y de tal manera, que no queda más, que concluir que ¡en verdad somos los “Hijos de la Inquisición”! ¡Que habían estado perdidos, pero que ahora reclaman su identidad y raíces judías! ¡Ahora estamos totalmente convencidos, de que sangre judía corre por nuestras venas!

Y como ya lo verás, nuestra ascendencia judía viene, no solo de parte de nuestra madre, sino también de nuestro padre…

Allá en el 2004, comencé a escribir una novela histórica, sobre un hombre oscuro, de hace

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unos 270 años atrás, que vivió aquí en la región… Los detalles curiosos que pude averiguar de él, me despertaron sospechas de que ese hombre fue sefardí… Y muchas cosas pasaron en el lapso de ése año y hoy, incluyendo el fallecimiento de mi padre, lo que cambió mi vida de forma radical… Así que, dejé a un lado el terminar el relato de esa figura histórica, y la levantaba, de vez en cuando, para agregarle algo aquí y allá, pero nunca hice realmente lo que se requería para poder terminarla… Pero cuando escuche de ese proyecto tuyo, Joseph, “Hijos de la Inquisición”, supe justo ahí en ese momento, que había llegado el tiempo de terminar de armar las piezas de este rompecabezas, y de sacarlo al mundo, en especial a mis hermanas y hermanos hebreos…

Mi novela habla de un tipo obscuro, misterioso y algo místico, quien es el personaje central de la historia… un hombre que me inspiró a subir las montañas y peñascos de esta región, para verme, cara a cara, con sus pobladores, con el fin de escuchar esas historias que han sido recontadas, una y otra vez, bajo la luz y calor de una fogata, allá arriba en los cerros… Para oír los cuentos y leyendas urbanas que han capturado la imaginación, de generaciones y generaciones, a través de los siglos…

Joseph, haré lo mejor por resumir, en los siguientes párrafos, esta historia para ti, cuidando de no revelarte toda la trama y el desenlace de la novela… Nunca te hubieses imaginado que una historia así se hubiese dado aquí, en esta pequeña ciudad… Esta es la turbia historia de un ladino, que se dice amasó una enorme fortuna, en lingotes de oro y plata, aquí, como resultado de muchísimos robos que se dieron aquí en este lugar… Este fue un punto estratégico del Camino Real de Guanajuato y Michoacán ya desde el siglo XVI… Se especula de algunos sitios, aquí en la región, donde pudo haber quedado escondido lo que quedó de ese enorme botín, sin embargo, hasta el día de hoy, nadie ha tenido éxito en localizarlo…

En mi novela también verás, de cerca, el México de ese tiempo y las cosas que pasaron en aquel entonces, que no solo determinaron el desenlace de aquél hombre, sino también el destino de este país…

Por favor disfruta la siguiente narrativa, que encapsulará la novela, y que a la vez te hablará un poco sobre nuestros antepasados comunes, los sefarditas, que vinieron aquí a esta tierra, y sabrás lo que les pasó, cómo fueron forzados a borrar su pasado judío, como producto de la Inquisición que vivieron…

Max, el Azote del Camino Real…

Los ancianos hablan de un hombre que una vez asechó ésta parte de México, tierra hermosa, llena de cerros y montañas… Alguien a quien pocas personas de este lugar le vieron su verdadera cara… Que cuando salía de su cueva, casi siempre usaba un disfraz para entrar a los pueblos y mezclarse entre la gente… Un hombre descrito como un completo solitario, a quien no le agradaba estar entre la muchedumbre… que cabalgó sobre estos cerros de Apaseo el Alto, montando un soberbio caballo negro.

¿Y dónde está este Guanajuato? … Bueno, es el centro geográfico de México… Un lugar preferido por los primeros europeos, que vinieron a este país en busca de tesoros… Donde la mayoría se estableció para hacerse rico… Un territorio que una vez fue regido por la fiera y poderosa tribu de los chichimecas. ¡Un pueblo guerrero, a quien los aztecas y los purépechas no solo temieron, sino que nunca pudieron someter! (Mi esposa es de un pueblo llamado San Juan de la Vega, Guanajuato, poblado por los descendientes de esta tribu. Tan violentos son sus habitantes de este lugar, que la policía no entra allí, al menos que vaya acompañada del ejercito). Una tribu valiente, que una vez mandó en estas tierras, hasta que llegaron los conquistadores sefarditas, que vinieron junto con el General Cortez. Y que no fue, sino hasta después de muchas batallas, feroces y

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sangrientas, que esta raza finalmente se doblegó ante el hombre blanco.

Estoy hablando de una tierra conocida como el “granero” de México, que tuvo en su superficie, algunas de las Haciendas más acaudaladas y productivas de la Nueva España. De hecho, tan valiosas fueron estas tierras ante los ojos del General Cortez, que después de que derrotó a los aztecas, se vino aquí, con su hijo, para reclamar estas codiciadas tierras en nombre de la Corona española. Y muy pronto se dieron cuenta, que la fortuna de esta tierra, no solo consistía en valles fértiles y excelentes praderas para pastoreo, sino que también, metido en lo profundo de las barrigas de algunos de sus cerros, ¡se hallaba un incalculable tesoro en oro y plata! ¡Guanajuato fue sede de algunas de las más minas de oro y plata más renombradas y productivas del mundo, durante aquella época! ¡Vetas que llenaron, una y otra vez, por casi tres siglos, el baúl de tesoros de la Corona española!

Y es así Joseph, en este contexto y con estos telones de fondo que he colocado para ti, en que ahora te traigo este sumario de la fascinante y provocadora historia del judío conocido como “Max Rodríguez”.

Y esta novela histórica tiene lugar en el pequeño y obscuro villorio, que se conoció en aquél entonces como “Villorio de San Andrés” o “El Paso Alto” y “Paso Peligroso”.

Esta pequeña aldea llena de chozas, que se levantó al pie del último megalito de las montañas de la “Sierra Madre Oriental”, que se alza sobre el camino que desciende a los llanos del Bajío agrícola, era en esos días, un lugar que despertaba temor en los corazones de los conductores de diligencias, y en realidad, inquietaba a todos los viajeros de ese antiguo periodo colonial…

Este lugar fue estratégico, porque todo el oro de Guanajuato y la plata de Zacatecas tenía que ser transportada en carruajes jalados por caballos, y estos viajaban a través de una red de terracerías que existían en aquellos días, el famoso Camino Real. Y el Creador de estos cerros, determinó que el destino de este hermoso lugar, sería convertirse en la pasadera para poder atravesar al otro lado de estos cerros… Que una porción de ese Camino Real atravesaría justo por en medio de San Andrés, que subiría por la Cañada y de allí, con rumbo al sur, hacia la colonial ciudad de Valladolid (ahora conocida como Morelia, Michoacán), y continuaría hasta la Ciudad de México, para después dirigirse hasta su destino en el Puerto de Veracruz, desde donde continuaría por mar, hacia España…

La hacienda del Cochero…

Jamás podría decirse que está completo el preámbulo de esta novela, sin antes decirte estas cosas de Max: Solo un judío que vivió en éste Estado, durante éste tiempo tan sangriento, cuando el “Santo Oficio” estaba en todo su apogeo [comenzó en México en 1571 y terminó, según, en 1820), puede entender cabalmente el horror que conlleva el concepto de la “Inquisición”… Un tiempo cuando su poder profano, convirtió a hombres como a Tomás de Torquemada [el Inquisidor General) en seres irracionales y despiadados, ¡capaces de atacar salvajemente a su propia gente! Como fue el caso de este judío que se odiaba a sí mismo y a su pueblo hebreo… Solo un hombre que vivió las cosas que se dieron en ese tiempo, puede haber cometido algunas de las cosas que le atribuyen al forajido… cosas verdaderamente horripilantes que relató en mi novela…

¿Qué? ¿Crees que estoy exagerando? Solo para que te des una pequeña idea sobre de lo que estoy hablando, déjame contarte algo muy relevante a esta historia:

Tío Pedro Cervantes, un pariente de la aldea de Galvanes (que, de acuerdo a un artículo que escribió el Dr. Francisco Sauza Vega, significa “persona disfrazada-difícil de reconocer”) una noche fría de Diciembre me contó esta historia:

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Dice que nuestros antepasados hablaban en voz baja cuando hacían referencia a la famosa Hacienda del Cochero (mi pariente, Vange Jiménez Sauza, Presidenta de la Academia Nacional de Turismo, me confirmó, en una conversación que tuvimos hace tiempo, que ella se acuerda de que sus familiares hablaban de “un servicio de coche de caballos de antaño, que iba de la hacienda de La Cuevita a la Hacienda del Cochero en la ciudad de Guanajuato” {Googlealo}) [Lugar donde los jesuitas tuvieron su centro de operaciones. Una enorme construcción que fue levantada por Vicente Manuel de Sardaneta y Legazpí, primer Marqués de Rayas… Dueño de la veta de plata más rica de la región, La Valenciana, con intereses también en las minas Rayas, Mellado y Cata, propietario de la Hacienda de Burras, junto con su hermano José Joaquín ‘el ‘poderoso’, sacerdote jesuita. El segundo se convertiría en rector del Colegio Jesuita de Guanajuato, y quien también iniciaría la construcción del templo de La Compañía de Jesús. Él y su hermano se hacían llamar los ‘lacayos perpetuos del Santo Oficio’. Estos fueron dos de los hombres más ricos de su tiempo, que construyeron una fortaleza de roca, que tenía unas cámaras subterráneas del inframundo, con paredes de 4-8 metros de ancho, a prueba de ruidos. En la entrada de este lugar, colgaba un letrero que decía: ‘Mortal, que cruzas el umbral de este lugar, aquí acaba la vida y comienza la eternidad’… Este lugar se ubica en lo que antes eran las afueras de esta ciudad que convirtieron en la capital del Estado, y yace sobre la propiedad de la famosa mina de La Valenciana. Lugar con una negra historia, usado en el pasado para ocultar la tortura y la exterminación clandestina de una “gente no deseada”, ¡principalmente la nuestra!].

Un lugar donde se dieron cosas de lo más horrible e inenarrables! Donde mujeres y hombres, acusados de ‘tener pacto con el maligno o de servir los intereses del demonio’ eran torturados sin misericordia… Esa es la razón por la que muchos sefardíes prefirieron unirse a las bandas de bandidos, hermanos-en-armas que asaltaban los carros de caballos, prefiriendo morir como soldados, como guerreros, que quedarse a esperar a que los apresaran por ser judíos practicantes (que practicaban el judaísmo), para después sufrir vejaciones y torturas inimaginables, allí, en ese diabólico lugar, a manos del inquisidor Antonio Fernando de Miera. “Hombre de aspecto siniestro y mirada intimidante” es como describieron a este sanguinario y violento monstruo…

Así dice el documento que lo nombró inquisidor: “Nosotros los inquisidores, contra la ‘herética pravedad’ {que en términos inquisitoriales significa judíos} y apostasía de México; y todos los reinos y provincias de esta Nueva España; por autoridad apostólica, convenimos que en la ciudad de Guanajuato tengamos personas de toda satisfacción y confianza, por cuanto, para las causas de fe, el Santo Oficio de la Inquisición confía en vos, Don Fernando Miera, vecino de dicha ciudad, para que con toda solicitud, puntualidad y secreto, haréis y cumpliréis lo que por nosotros fuere cometido y encomendado… las cosas tocantes a este Santo Oficio...”

Esa noche, el Tío Pedro me dio una escalofriante descripción de una cierta silla de madera que usaban para torturar al acusado: “Te sentaban y te ataban a ella, cabeza y cuerpo, para que no te pudieras mover… Entonces le daban vueltas, centímetro por centímetro, a un tornillo de acero que estaba localizado atrás, en la nuca, ¡y hacían esto hasta que te perforaban el cerebro! ¡Imagínate cuantos gritos se han de haber escuchado en ese lugar, las pobres almas que le gritaban a La Huesuda para que viniera y misericordiosamente se llevara sus vidas!”… Esa noche, no logré conciliar el sueño, de solo pensar en esa horrenda cosa que me contó…

Este lugar fue descubierto por accidente en los años cincuenta del siglo pasado… La existencia de este lugar nunca fue reconocido por el Santo Oficio, aun así, ¡hoy se levanta como un museo y como un verdadero y tangible testimonio de lo que hicieron los jesuitas! Ellos se aseguraron de destruir todos los archivos del Oficio, los registros escritos que tenían los ejecutadores de la Iglesia Católica Romana [ICR] en Guanajuato… O al menos eso es lo que ellos creen…

Y a pesar de todo esto, todavía hay quienes intentan justificar estos horrendos actos, diciendo que “este no era un órgano de intolerancia religiosa, sino más bien, un órgano de

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contrainteligencia política” (¿contra quién, Max?)… Llámale lo que quieras, pero al final del día, es bueno saber que un día, pronto, DIOS les va a exigir un pago por todo esto a los malvados perpetradores de estos crímenes, amén…

La mayoría de los mexicanos no saben esto, pero esa costumbre del México antiguo, de quemar, durante las festividades populares, una efigie de “Judas” en la calle, con palomitas y toda la cosa, tenía un sentido no tanto simbólico sino más bien literal…

Sí Joseph, solo Max sabe lo que es vivir en un lugar donde el simple hecho de que sospecharan que eras judío representaba una amenaza monumental contra tu vida… Sin saber a qué hora vendrían a tocar tú puerta los inquisidores… Viviendo en miedo y confinado a un escondite…

¡Ja!, pensándolo bien, con solo ver lo que está sucediendo hoy en día en Israel, viendo como nuestros hermanos se tienen que esconder en búnkers contra bombas, vemos que las cosas no han cambiado mucho, ¿verdad?... Los Hamas (terroristas árabes, falsamente llamados “palestinos”) nos quieren borrar de la faz de la tierra. Pero lo que no consideran estos terroristas, es que, de no ser por los avances que los judíos han traído a todas las ciencias, en especial la médica, ¡Ni siquiera existirían ellos hoy!

¡La ironía en todo esto! Esta dizque “religión de paz” predica y lleva a cabo solo muerte y destrucción… Como el ‘Estado Islámico’ (ISIS), que ahora está en Siria y en Irak, ¡espeluznantemente cortándoles las cabezas a los niños católicos y cristianos, porque sus padres no se sometieron a su dios falso!… Les pregunto a todas esas personas que critican a Israel, a los que apoyan un boicot en contra del Estado Judío, una Nación que solo se está defendiendo de los Hamas yihadistas homicidas: ¡¿Dónde están tus protestas en contra de este horror?! ¡¿Dónde está tu voz en contra de esta atrocidad?! ¡No alcanzo a escuchar tus gritos de ira e indignación, por este horrendo baño de sangre y carnicería que se está llevando a cabo allí! ¡¿Dónde está la voz de la comunidad cristiana por esos pobres hermanos que han caído en manos de esos desalmados monstruos?! ¡¿Dónde está la voz, pero más importante que eso, los recursos ($) para ayudarlos, de la institución más rica y poderosa del mundo?! ¡¿Dónde están las acciones del supuesto ‘líder de la Iglesia’ para rescatar a esas personas?! ¡¿Dónde está la voz de protesta del Papa jesuita Francisco?! … ¡Su silencio es ensordecedor!!!! …

Terroristas islámicos, seguidores “no de una religión, sino de la psicosis criminal empeñada en la aniquilación de la raza humana, lo que es el plan de Satán, y Alá es Satán” (como Avi Lipkin enfáticamente y verazmente expresa)… Estas pobres personas, a las que les han lavado el cerebro, ¡ahora se han convertido en el “azote” de la tierra!

Los orígenes de la Leyenda de Max...

La narrativa de esta novela te va a hablar sobre su vida como niño en la majestuosa Hacienda del Real Monte de Espejo, en donde vivió con sus padres (y he tomado unas fotos soberbias de lo que queda del una vez glorioso Monte de Espejo [que viene del latín ‘speculum’ que significa oráculo, ‘instrumento para la observación’], donde su padre fungió como tenedor de libros, ‘tipo de escribano’ del Patrón)… Y de lo que sucedió después de que los jesuitas se adueñaron del lugar…

¿Pero qué crees? Se adueñaron del lugar por una ‘donación’, ¿puedes creer eso? ¡¿Te imaginas hacer algo así?! … Todo este asunto se me hace muy raro a mí… ¿Quién regala un ‘oráculo’ así de valioso y de imponente? …

Sin duda muy extraño, considerando que el dueño anterior, el Capitán don Martín Pérez Romo [con seguridad judío], heredó esta propiedad de dos de sus hijas que murieron antes que él, y

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en un giro muy extraño de acontecimientos, este hombre, poco antes de morir, cede la propiedad a un par de hijos suyos, y unos años después, ¡estos dos simplemente deciden regalar la propiedad! Sí, ‘dan como ofrenda’ toda la enorme propiedad, y Santo Cielo, ¡A ni más ni menos que a los jesuitas! ¡A los inquisidores mismos!

Quizás ya comienzas a ver a donde voy con todo esto Joseph… Con seguro, estos dos ‘bachilleres’ fueron de los pocos sefardíes que contaban con recursos suficientes como para no ser forzados a vender sus tierras. Apuesto a que fueron de los que encontraron una manera de prosperar, tanto como ganaderos como agricultores de cereales. ¿Pero entonces, qué fue lo que pasó allí? … ¿Fue acaso una extorsión? … ¿Terminaron cediendo la propiedad, para evitar que los mandaran a los aposentos de la muerte de la Hacienda del Cochero? Lo que sí sabemos, es que, después de que eso pasó, la hacienda he ido en decadencia… ¿Justicia de DIOS? ... Yo creo que sí.

Sí, solo DIOS sabe lo que verdaderamente sucedió allí, pero fueron cosas lo suficientemente terribles como para dañar psicológicamente a Max y dejarlo cicatrizado de por vida, cosas tan abominables, que obligó a su familia a salir huyendo del lugar, buscando refugio en la Hacienda de Mandujano (construcción cuya finalización estaba en marcha), allá en el año de 1748… ¿Qué fue lo que vivió Max, que lo llevó a rebelarse y pelear en contra de estos hombres malvados y poderosos? ¿Qué fue lo que lo hizo decidirse a fugarse de allí, para unirse a la tétricamente célebre banda de asaltantes de carrozas, conocidos como “Los Despiadados del Cerro”?…

En esta novela, serás testigo también de cómo esa salvaje y brutal época en que vivió, lo mutó en uno de los asesinos más vengativos y despiadados que haya asechado estas tierras, durante ese periodo de tiempo, en que la Nueva España estaba ya en sus últimos suspiros… ¡Pero eso sí, a diferencia de sus enemigos, no era de los que le encantaba derramar sangre inocente, solo ejecutaba a aquellos que, directa o indirectamente, tenían las manos llenas de sangre! ¿Encontró la redención? Esas preguntas serán contestadas en mi novela…

Te voy a llevar por un salvaje recorrido al interior de su alma… Basado en algunas de mis propias experiencias en esta vida, viviendo también en un México violento, haré mi mejor esfuerzo por imaginarme cómo fueron sus luchas internas, como contendió por conservar los valores judíos, de preservación de la vida y protección de los inocentes, en medio de derramamiento de sangre e injusticia extrema a su alrededor… Su intento desesperado por mantener viva su identidad judía, en un mundo lleno de antisemitismo y persecución, de parte de la ICR… Aferrándose a su entrañable sueño, de un día poder usar las riquezas que había acumulado, para crear algún tipo de catalizador, para ser un activador del regreso de su pueblo a su amada Israel…

En breve, vas a leer la historia de un hombre, quien desde niño se le enseño a esconder su pasado judío, a fingir ser lo que no era, hasta que llegó al punto en su vida, donde se decidió a nunca más ocultar su carácter judío por miedo, ¡y a pelear en contra de esos crueles ‘poderosos’! Max, el maestro en el arte de privar a los opresores de su pueblo, de eso que más valoraban en el mundo: El poder del oro.

Y termino este preámbulo, dejándote con esta última cosa fascinante de la novela: En las manos de Max, estuvo la oportunidad de haber cambiado el futuro trágico de México… Pudo haber ladeado el resultado de la Guerra de Independencia de España, de tal manera, que habría posibilitado a José María Teclo Morelos Pérez y Pavón, tomar control de la Nación… Si Morelos se hubiese convertido en el gobernante de un México independiente, sus políticas seguramente habrían traído, una enorme prosperidad y desarrollo a la gran mayoría de sus habitantes… Pero el pensar de Morelos fue considerado “la cosa más peligrosa”, por “los poderosos”. Cosa que lo llevó a ser juzgado y procesado en 1815, a manos de la “policía del pensamiento”. Fue terriblemente humillado en el Palacio de la Inquisición, y después lo colocaron frente a un pelotón de fusilamiento. Sé bien que el hubiera no existe, pero si tan solo Max hubiera… ¿????

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Es todo lo que puedo decir de ella por ahora, ¡pero te garantizo que vas a disfrutar mucho esta novela!

Ya protegí la obra con los derechos de autor, y ahora ando buscando la editorial apropiada. Y Joseph, si conoces a alguien que puede estar interesado, por favor déjame saberlo. Estoy seguro que encontrarás esta obra, no solo fascinante y divertida, sino también muy reveladora.

¿De dónde viene el patronímico Rodríguez? ...

Me enteré, al platicar con nuestros amados viejitos, tanto de Guanajuato como de Michoacán, que es muy probable que los primeros españoles que llegaron a esta área, fueron una banda de soldados criptojudíos (judíos que escondían su religión), que portaban los apelativos de Rodríguez, Paredes, Hernández, Álvarez, Pérez, Cervantes, Jiménez, Toledo, Guerrero, Mendoza, López y otros. [Es realmente sorprendente, la poca cantidad de mexicanos, que saben que la terminación EZ y ES, al final de sus apellidos, son una mención ‘encriptada’ de EretZ {que significa ‘hijo de’ – EretZ Yisrael: Tierra de Israel-La Gran Israel}, para recordarles de donde vienen sus antepasados…].

Existe una alta probabilidad, de que nuestro precursor Rodríguez conformaba parte del bravo ejército sefardíe que vino con Cortez a conquistar estas tierras, y que, como premio por haber hecho eso, se les recompensó con tierra (solares), pero como seguramente estaban bajo sospecha de ser criptojudíos, es casi seguro que el Virrey ordenó que se les asignara, enviara y colocara aquí, en San Andrés, a esos guerreros (nadie sabe con certeza cuantos fueron), entre los inmensos peñascos que sirven como contorno, como el declive de la Sierra Madre Oriental. Las planicies que están para arriba, al sur de aquí, son fértiles, pero también estaban pedregosas, y había que desmontarlas de matorrales y árboles…

Y solo para que te des una idea de la abundancia de árboles que cubrían toda esta área, y del trabajo que se requería aplicarle para hacerlas productivas, les tomó más de 200 años, en desmontar la selva de mezquites que se extendía, desde Apaseo el Alto hasta Celaya, 31 kilómetros, ¿imagínate eso?...

Así que, el Virrey encontró para ellos un lugar donde habitar, como un gesto salido de “su bondadoso corazón”… ¡Ja! Si como no… ¡Ellos habían conquistado el lugar y merecían las mejores tierras, que no les fueron concedidas! Pero obtuvimos un pedazo de tierra muy hermoso, de hecho, tan formidable, que el Virrey tenía una mansión aquí, en el vecino municipio de Apaseo el Grande, para su esparcimiento.

De esta manera, el representante del Rey de España, echó a toda esta gente velluda, trigueña y de tez clara, con ojos de color, a los cerros rocosos de la Labor de San Andrés … Los quería lejos de los fabulosos, mucho más ideales y fértiles, llanos del Bajío, que les fueron dados, claro está, a los criollos… Porque una de las cosas menos entendidas, no solo en este país sino en todo el mundo, es que unos fueron los conquistadores y otros los explotadores…

Pero, gracias a DIOS - YAHVÉ, estas peñas también estaban repletas de árboles frutales, como la guayaba y el aguacate, y árboles de sombra, como el fresno y el nogal.

Mi abuelo, Ciriaco Rodríguez Guerrero [su esposa fue Modesta Aguilar Mejía] fue oriundo de “Los Nogalitos”, una aldea situada en lo más alto del “Cerro de Arriba”, que en el pasado, fue un extraordinario escondite y puesto de observación, con la mejor vista para divisar de lejos a los viajeros que se acercaban a este Paso. Situado en lo grueso de (como lo describe mi primo Pancho) ‘una exuberante biosfera, muy peculiar y extraña’, de selva y bosque, ¡con manantiales por doquier! (Tengo un DVD de éste lugar, filmado en el 2005).

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Así que, como puedes ver Joseph, al final, gracias a DIOS, como comentaron mis 3 hermanas el otro día, “ÉL encontró como bendecir a SU pueblo después de todo”… ¡y la sola existencia de nuestra familia y el hecho de que sigamos aquí, en pie, en este punto del planeta, es un testimonio a la fidelidad de DIOS y prueba fehaciente de ello!

Gregorio Paredes, el Jinete sin Cabeza…

Sí existen también por allí, algunos relatos en conflicto sobre nuestros orígenes, pero son teorías que no se mantienen a flote… Seguramente la curia mantiene fuera de la vista, bajo llave, la poca documentación que existe… Pero la historia de un hombre, una supuesta leyenda obscura de este lugar, ha sobrevivido a través de los años [y dicho sea de paso, digo ‘supuesta’, porque hasta la fecha, no existe ninguna documentación de él… Bueno, hasta ahora].

El relato épico nos dice que este hombre le “vendido su alma al diablo”… y dice que se convirtió en un bandido con “poderes diabólicos”…“Capaz de asaltar, él solo, sin la ayuda de nadie más, a un grupo de hombres armados”… ¡Y fíjate! Dice que se sobrepuso a escuadras de hombres duros, soldados, acostumbrados a matar, ¿utilizando solo “hechizos y trucos”? … Exactamente lo que pensé que dirías… ¡Ni en un millón de años crearía yo eso! ¡Ni loco!... O como dicen, con tanta delicadeza los españoles, “¡Me corto los cojones antes de creer eso hombre!” Sin embargo, lo que más me intriga como hebreo, es entender y descubrir el sofisticado sistema que debió haber concebido para llevar a cabo sus robos y esconder el botín…

Y sigue la historia diciendo que… “Este hombre se convirtió en el ‘azote’ (chicote, de 9 puntos) de toda esta región”, haciéndose pasar con el nombre de Gregorio Paredes, “El Jinete sin Cabeza”, o “Pecheras” (me suena a esas corazas que los soldados españoles llevaban puestas). Y que corría como el viento, y que era capaz de transformarse en un nahual (espíritu maligno)… Demasiada superstición en todo esto… Y yo creo que todo esto fue por diseño, ¡en un intento por distorsionar, deformar y borrar todo rastro de lo que realmente fue ese hombre! ... O ¿será que estoy haciendo mucho escándalo sobre algo que, a fin de cuentas, solo se trataba de un tipo desconocido, que asaltaba diligencias y que portaba un trapo negro en la cabeza, para cubrirse la cara?...

¿O, fue en verdad, como dicen algunos, el “Maestro del Disfraces” por excelencia?...

Es fácil ver el por qué mi imaginación fue hecha prisionera, hace muchos años atrás, Joseph, por todos estos cuentos y leyendas…

La experiencia de escuchar historias a la luz de una fogata, con las estrellas como testigas de lo que se estaba diciendo allí, destellando sus luces, como asintiendo a la veracidad de las palabras que salían de la cara del narrador, iluminado por el fuego… De intentar absorber y capturar, hasta la última divulgación reveladora que salía de la boca de los ancianitos, escuchando las cosas que ellos afirman escucharon de sus padres y abuelos…

Y, déjame decirte, que disfruté grandemente, el honor y el placer, de haberme sentado a la mesa con algunos cuantos de ellos… como las muchas ocasiones en que me senté con el muy conocedor, aguzado y estimado “Tío Pedro” Cervantes de Galvanes, y con sus hijos, entre ellos, el igual de inteligente y estimado J. Jesús Cervantes Núñez. Estos parientes míos, que siempre me muestran su extraordinaria hospitalidad, ofreciéndome un refresco, un vaso de tequila, pulque o cualquier cosa que tengan a la mano, cada vez que paso a visitarlos, disfrutan sentarse conmigo para tener una larga, interesante y confortable plática… evocando días del pasado… Todo esto, hizo que me interesara más y más en el tema, y así, esta novela es mi especulación, de cómo creo yo que se dieron las cosas aquí en la antigüedad…. Se lo debo a mis antepasados hebreos…

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¿Quién fue este “Jesús Sosa Piedra” y cuál fue su vínculo con el Emperador Maximiliano de Habsburgo?

¡Joseph, la narrativa de la historia del antepasado de mi madre, es tan inimaginable como la anterior! Y casi podría apostar la vida, a que las cosas que te voy a contar, de este episodio tan importante de la historia de México, es algo que tú, probablemente, ¡nunca has escuchado en tu vida! Y mucho menos, en la forma en que yo te lo voy a contar… Así que, ponte cómodo, toma una taza de café, y disfruta de esta interesante historia del antecesor de mi madre.

No podría decirte cuanta documentación existe de un tal “Jesús Sosa Piedra”, qué claro está, no fue su verdadero nombre… Nuestro primo, el Doctor Francisco Sauza Vega, quien es el cronista de esta pequeña ciudad, ha escrito una novela histórica sobre nuestro ancestro en común, titulada: “Jesús Sosa Piedra, Una Historia Sin Fin”, que de manera interesante relata cómo este hombre, ataviado de vestimentas raras, que no hablaba español, de piel y pelos claros, en un momento de 1867, se escondió dentro de un corral de caballos, chivas, borregos y toros. Este establo estaba situado, en la diminuta aldea rural conocida como Galvanes (un anexo construido para albergar a los trabajadores de la Hacienda La Cuevita, como lo puntualiza Francisco). Allí estaba ese joven europeo, sucio, con hambre y escondiéndose en las sombras, después de noches huyendo por su vida, corriendo entre los cerros y en dirección a las grandes haciendas, construidas sobre llanos cubiertos de bordos, camino a Michoacán. Numerosos aldeas pequeñas brotaban por doquier [estas pequeñas comunidades estaban habitadas por los sefarditas, que una vez fueron dueños de estas tierras, que ahora estaban en manos de los poderosos terratenientes, porque les había faltado el $ para hacerlas producir, así que se vieron obligados a venderlas, a precios infames, a estos criollos adinerados… y tristemente, muchos de nuestros hermanos terminaron como los esclavizados peones de estos hombres].

Así que aquí estaba el “Jesús” de ojos azules, en medio de la nada, después de que apenas pudo escaparse de las manos de los mercenarios liberales. Solo unos días antes, su káiser había sido traicionado por el Coronel Miguel López, en la entonces pequeña ciudad de Querétaro…

¿Cuál káiser? Bueno, ¡ni más ni menos que el Emperador Maximiliano!, quien había sido capturado, hace unos días, por el ejército de Juárez. [Archiduque de Austria, de la dinastía de los Habsburgo, y Emperador de México, 1864-67). Mi primo transmite, a través de su narrativa, la manera en que él se imagina que se desenvolvió este aprieto en que se encontró “Jesús” (que, como ya lo dije antes, no fue su verdadero nombre). Nos habla de su odisea para escapar una muerte violenta en Querétaro, después de la caída del Imperio… Y como fue que lo descubrieron dentro del corral de la pequeña aldea campesina, y muchas otras cosas interesantes…

En esta novela, la posición que mi primo ha adoptado, es que “Jesús Sosa Piedra” fue un soldado francés. Ahora Sr. Lovett, te presento con una alternativa que me convence más y aquí está mi argumento:

Vamos a examinar esto con detalle… En todo caso, es más probable que descendemos de un soldado austriaco o belga en lugar de un francés, porque un buen grupo de los dos primeros se quedaron a pelear hasta los últimos días, mientras que la mayoría de los franceses habían pelado gallo. Ve, cuando Napoleón III les ofreció a sus combatientes un “escape” de México, un aventón en barco de regreso a Europa, ¡la mayoría de ellos se fueron! (Solo para terminar 3 años más tarde en la guerra franco-prusiana). Pero en su partida, también se llevaron con ellos, a una buena porción de los austriacos y belgas que, de forma pusilánime, decidieron abandonar a “Maximiliano, Rey de su Reina”.

Se rumora, que de los aproximadamente 9,000 soldados que salieron con Maximiliano, de la Ciudad de México con rumbo a Querétaro, que como 5 a 6 mil eran mexicanos que habían sido

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enrolados a la prisa. Eso nos dejaría como con alrededor de 3 a 4 mil soldados austriacos-franceses-belgas (con polacos, húngaros, italianos y checos entre sus filas). Así que, en verdad, la posibilidad de que nuestro antepasado haya pertenecido a cualquiera de estos grupos étnicos es considerable, pero lo que me lleva a concluir que nuestro antepasado “Jesús” fue hebreo, son, entre otras cosas, las costumbres y creencias que tenía mi abuelito Maximino; las características raciales de nuestra familia, que sobresalen a los de los pueblos nativos; como ya mencione, las costumbres de las que ahora tenemos una explicación de donde vienen; las fuertes creencias religiosas que han sido transmitidas a través de las generaciones; y no menos importante, el fuerte testimonio a nuestras raíces judías, de parte de nuestros parientes que aún viven en Galvanes, como el anteriormente aludido y abundantemente informado Tio Pedro Cervantes.

Un giro inesperado de la trama a la pregunta de quién fue Jesús…

También, no podemos descartar el hecho de que muchos de los hombres que se quedaron con Maximiliano no solo fueron soldados, sino también judíos de todos los ámbitos de la vida, como fue el caso del judío prusiano Dr. Samuel Siegfried Karl von Basch, el hombre que fielmente se quedó junto al Emperador hasta que fue ejecutado… ¿Por qué habríamos de encasillar a nuestro ancestro y decir “o fue un oficial francés o un soldado francés”? El Dr. Francisco también dice que “dada su corta edad, debió ser un soldado”… Ok, ese es un argumento válido, pero yo no sustentaría todo mi caso sobre la edad que aparece escrita en una sola acta matrimonial…

Antes que nada, tengo que decir, que si fue un soldado imperial, entonces era ya un hombre completo, no un muchachillo… Pero si en verdad era tan joven como dicen, entonces les pregunto a aquellos que sostienen este punto de vista: ¿Y qué si esa rara vestimenta eran las prendas de un joven judío, que trabajó para el gobierno imperial, tal vez como ayudante de escribano, revisor de documentos administrativos, legales, operacionales, de todo tipo… del staff administrativo, en fin, de un oficinista imperial?

Es un hecho que nuestra gente tiene una inteligencia y habilidad natural para el trabajo administrativo. Dime, ¿en qué tiempo, a través de la historia, no han sido reclutados nuestros hermanos y hermanas, por todo el mundo, para convertirse en administradores o expertos revisadores de documentos de aquellos en el poder? La Biblia está llena de cosas así… Es más, ¡nosotros los judíos prácticamente revolucionamos todo esto de las funciones de oficina!

José, ¡tú y yo ahora nos damos el lujo de usar nuestras computadoras y de surfear el Internet, gracias a los hebreos que los inventaron! ¿No son acaso nuestros niños los que aprenden a leer a las edades más cortas? ¿Acaso no somos los que abrimos libros más que nadie? “Jesús” pudo haber sido un joven asistente, en las muchas capacidades que existían entonces, de uno de los miembros del staff de colaboradores y asesores del Emperador… Recuerda, la población de México en ese tiempo era mayormente analfabeta, y la mayoría del staff tenía que ser traído del extranjero.

Hasta también existe la posibilidad, aunque leve, de que ‘Jesús’ haya sido uno de los hijos de Maximiliano, que supuestamente, le habían nacido fuera del matrimonio en Europa, que fueron traídos aquí, a escondidas, para heredar el reino…

Maximiliano fue un hombre inteligente, que se rodeó de judíos, porque valoraba la lealtad de nuestra gente y los necesitaba para administrar efectivamente su reino. Conocía bien las destrezas que poseemos. El hermano de Francisco, Elías Sauza Vega, a quien estimo muchísimo y con quien estoy muy agradecido, es un traductor – experto revisor de documentos, con áreas de especialidad, de pericia – escribano, como yo… Supongo que esta inclinación intelectual nos viene de manera natural.

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De las tres personas más cercanas al Emperador, que conformaban su círculo élite durante su reinado, quizás dos fueron judíos [El antes mencionado Doctor Basch, quien tuvo la vida del Heredero de los Habsburgo en sus manos; Stephan Haspan, su viejo amigo de la vida y uno de sus colaboradores {de quien no tengo la seguridad si también fue judío como el Dr.}, y el astuto e ingenioso jesuita, padre Agustín Fischer].

La lista de las más de 100 familias judías que vinieron con Maximiliano…

Pero he dejado para el último, el asunto candente que más me intriga: ¿Y qué sí nuestro antepasado fue miembro de cualquiera de las más de 100 familias judías que vinieron con Maximiliano a México?

Hace algunos años, mientras caminaba en una de las calles céntricas de la ciudad de Querétaro, vi un localito de libros usados, y me dio curiosidad por ver que tenían, así que entré para echar un vistazo…En un rincón, al fin del local, se hallaba un estante lleno de lo que parecían ser tomos y tomos de enciclopedias viejas y sucias, a las que nadie les prestaba mucha atención… pero allí también estaba un libro, con una pasta roja desgastada, que llamó mi atención. Lo tomé y comencé a hojearlo…

Repentinamente me detuve, cuando me encontré con un retrato de Maximiliano, vestido en su atuendo militar… y recuerdo que pensé en lo parecido que fueron sus rasgos faciales a los de mi abuelito, Maximino Sauza (Sosa) Rico [su esposa fue Rosa Jiménez Terrazas], ¡por no hablar del par de ojos azules penetrantes y deslumbrantes que ambos tenían!

Continué hojeando el libro, hasta que vi la palabra Inquisición en uno de los párrafos, así que tomé unos momentos, me apoyé en uno de los estantes y comencé a leer algo de su contenido… No recuerdo ni el título ni el nombre del autor aunque me fuera la vida en ello, pero lo que sí recuerdo, es haber leído algo sobre la existencia de un cierto registro en Europa, que supuestamente contenía los nombres de todas las familias judías que se embarcaron en el Novara, con el Emperador y su esposa, Carlota Amalia de Bélgica, para encontrarse con su destino en México. Desafortunadamente, no compré el libro en esa ocasión, pero a medida que me fui adentrando más y

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más en este asunto, entonces después regresé a ese changarrito sobre la Calle Juárez (¡qué ironía!), para ver si, por suerte, todavía lo podía encontrar allí, pero fue en vano.

Joseph, sería extraordinario si tú, o cualquiera de nuestros hermanos y hermanas hebreas que leen tu página de Facebook, sabe algo acerca de ese libro del que hablé. ¿Crees que exista la lejana posibilidad, de que los nombres de los pasajeros que desembarcaron en esa fecha, en el Puerto de Veracruz, hayan sido, de alguna forma, grabados y almacenados en un registro por parte de las autoridades portuarias mexicanas? Ese documento ciertamente le traería un final a la “Historia Sin Fin” de Francisco…

La pareja Real que amó a los judíos…

Se dice que Maximiliano y Carlota amaban a los judíos, lo que seguramente fue una de las razones que contribuyó a que perdieran el favor de los “podridos en plata y oro” (los conservadores y la ICR). No importaba ni un solo cacahuate que hayan sido ellos los que le ofrecieron la Corona (ya desde 1859), fueron todo menos estúpidos. Podían ver que su “asociación conjunta”, en este negocio de despojar de manera exclusiva a México, estaba casi muerta… y aun cuando el imperio de Max estaba agonizante, la única razón por la que siguieron financiándolo, aunque muy raquíticamente al final, fue porque las cosas en Europa, políticamente hablando, no se veían muy favorables para la ICR o para los criollos magnates… Y por si eso fuera poco, veían como los masones de los EE.UU., y su evangelio de “América para los americanos”, estaba ya proyectando una sombra amenazante sobre ellos, amenazando con quitarles a México…

Así que, para estas alturas, solo existían realmente 2 opciones: O seguían apoyando a este austriaco, de quien pensaron se convertiría en un tirano y no lo hizo, o ¡podían correr con el botín y ver con espanto, por el espejo retrovisor, a “el indio” corriendo detrasito de ellos! Juárez finalmente volvería a tomar completamente el control de la Nación… Este hombre, al cual odiaban más que a cualquiera sobre la faz de la tierra, al que, peyorativamente, se referían como “el indio Juárez”, ¡les causó a estos hombres poderosos muchas pesadillas bañados en sudor! …

Y aludiendo nuevamente ese libro rojo que ya mencioné, continué leyendo la disertación del autor sobre el tema del antisemitismo, y noté que hizo referencia a una especie de proclamación, que Maximiliano supuestamente había hecho en público, poco después de arribar e instalar la sede de su Imperio en la hermosa ciudad de Querétaro, un 19 de febrero de 1867… Y yo recuerdo que él dijo que esa declaración decía algo así como “mi reino será un refugio para todos los judíos de México (quizás, una de las razones por las que hoy, tantas familias judías viven en esta ciudad y región) y los invito a todos, para que se reúnan alrededor de mi reino, para que vengan a vivir, trabajar y prosperar, sin el miedo de ser el blanco de persecución. Yo les garantizo la total protección de sus derechos”… ¿Dónde escuché yo eso antes?

¿Qué la Inquisición en México no terminó en 1820?

Pero, espera un segundo, ¿qué no cerraron aquí el changarro los del “Tribunal del Santo Oficio” en 1820? (Un ‘oficio’ que fue todo fue menos santo, de hecho, ¡es vista ante los ojos de la gran mayoría, como una de las instituciones más horrendas y terribles que jamás haya conocido el hombre!)

Parece ser que no se pueden poner de acuerdo, los de la ICR, en cuanto a cuando fue, exactamente, que los ‘hombres de Loyola’ dejaron de operar aquí. Primero dijeron que había sido

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en 1769, y después la cambiaron a 1820, para después decir que fue en 1834…

La esquivez de la Santa Sede en todo este asunto, me ha llevado a concluir, que el astuto diseño de los jesuitas nunca dejó de trabajar, en lo más mínimo. ¿Y por qué habría de hacerlo?, si su fin último era borrar, de todos los futuros descendientes de los sefardí en México, hasta el último vestigio de legado judío que aún conservaban. Estos “discípulos de Loyola”, ahora laboraban exclusivamente bajo sombras. [En 1773, la orden de los jesuitas fue extinguida por el pontífice y debido a esto, fue envenenado. Weishupt, un jesuita que tuvo la visión de infiltrar y tomar control de la sociedad secreta más poderosa de Europa, los Rothschilds, lo logró en 1782, para poder seguir avanzando su meta de dominio mundial. Fue así como la masonería fue infiltrada por los jesuitas, encubriéndose en la clandestinidad como los “iluminados”].

Sí mi hermano Joseph, el negro, ridículo y maligno espíritu del antisemitismo está vivito y coleando hoy en este mundo, así como lo estaba también en esos días.

Y el ver a tantos mexicanos, muchos de los cuales, sin saber, tienen ancestros sefarditas, que tienen una opinión negativa, distorsionada e irracional sobre el judío, solo demuestra el excelente trabajo que hicieron nuestros enemigos… dejando arraigado, antes que nada, un odio y desconfianza hacia los judíos y luteranos (evangélicos), en la parte más profunda de la mente de la gente… de cómo, astutamente, nos agruparon junto con las “brujas y hechiceros”, bígamos y demás “herejes”, para que en las mentes de la población general, fuésemos una misma cosa (por asociación). ¡La escena repugnante y crasa de un pueblo manipulado, que había sido adoctrinado, programado e intelectualmente ‘encarcelado’ por hombres religiosos, dentro de un lastimera, vergonzosa y deshumanizada fosa de idolatría, analfabetismo, ignorancia y pobreza! ¡Y lo hicieron de una manera tremendamente efectiva, debo decir!

Eso Joseph, en una capsula, es la marca que la ICR ha dejado aquí en México. ¡Una herencia que, hasta el día de hoy, aún no puede ser superada!

La hermosa y colonial Querétaro, una ciudad segura, moderna, vanguardista, progresista y limpia, y una que también ha sido declarada como sitio Patrimonio Mundial por la UNESCO… Pero aquí hay otras cosas que, últimamente, la gente ha dicho sobre este lugar:

“Este corredor industrial, que va desde la ciudad de Querétaro hasta León, Guanajuato, la conocerán las futuras generaciones como la “Franja de Oro” de México”: José Calzada Rivorosa, Gobernador del Estado. … “Centro industrial moderno y estratégico… Gran oferta educativa… Un imán para nuevas inversiones de la industria aeroespacial, automotriz y metalmecánica… Uno de los estados más importantes, a nivel nacional, en cuanto a las exportaciones en la industria automotriz y aeroespacial… Y uno de los estados que más aporta de acuerdo con su tamaño al PIB del país”: El Economista (periódico mexicano especializado en economía)…

Para algunos, esto quizás no significa mucho, ¡pero el que Maximiliano nunca haya hecha tal declaración en la Ciudad de México, ciertamente me llamó la atención! Y si el Emperador realmente dijo dichas palabras, entonces, definitivamente, se seguían dando algunas cosas aquí en la región, con respecto a los jesuitas… Sin duda, debió ser informado, enseguida que llego a Querétaro, de cosas que estos supuestamente “extintos inquisidores” aún estaban llevando a cabo, en contra de la población judía que reside aquí… Y tanto la ICR como Maximiliano sabían de la importancia de esta área, en esos días y hoy, para cualquiera que tiene intenciones de gobernar este

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país. [De hecho, tan importante es esta región a los ojos de la ICR, que la única replica que existe en el mundo, de la basílica de San Pedro en el Vaticano, ha sido levantada aquí, en Apaseo el Alto, Guanajuato, en la forma de un templo llamado El Sagrado Corazón de Jesús, que se levanta, observando todo el panorama, a 34 Km. de la ciudad de Querétaro].

Que ésta institución haya determinado situar su monumental marca pontificia aquí, y que se haya posicionado como lo hizo, en esta, la parte más católica de todo México, me dice que algo tremendo va a salir de aquí, otra vez, y pronto…

¿En realidad, quién fue este Maximiliano? … La historia jamás contada del Emperador de México…

Bueno, para cuando haya terminado esta carta-ensayo, espero haber contestado todas tus preguntas, sobre la imagen pública de Maximiliano de Habsburgo; el enigma que fue, y hago énfasis en fue, porque, después de que hayas terminado de leer lo que tengo que decir de él, sabrás todo lo que necesitas saber sobre este austriaco, que por poco y le cambia, para bien, el trágico destino a México… Joseph, ahora intentaré encapsular el contenido de cómo 8 o 9 libros sobre Maximiliano (de los cuales daré la bibliografía al final) en los siguientes párrafos, mientras que trato de hacerlo tan esclarecedor, breve y divertido como sea posible:

Ah, el totalmente malentendido Maximiliano… Uno de los hombres más valientes y nobles que haya pisado suelo mexicano… El mundo, y en especial este país, nunca ha podido comprender, cabalmente, quien fue en verdad este heredero de la ancestral dinastía de los Habsburgo; pero aún más importante que eso, lo que pudo haber hecho de México, de haber jugado bien sus cartas…

Por unos setenta años, el tema de Max fue, con mucho, el tema más candente en Europa, y en muchos otros lugares alrededor del mundo… Libros, y más libros, fueron inspirados y escritos sobre su efímero Imperio… Todos parecían estar fascinados, de cómo este príncipe de los Habsburgo había sido ejecutado por Juárez, pero no así en México… ¡Ja!, lo único que les importaba a los ‘poderosos’, era buscar la manera de cómo borrarlo, a él y todo acerca de él, de la mente de este agotado país, confundido y destrozado por la guerra, ¡y lo antes posible! El único libro de Europa, que fue traducido y diseminado aquí, fue escrito por el alemán, Félix zu Salm-Salm, en donde publicó puras mentiras (de acuerdo a Konrad Ratz, el excelente historiador y escritor austriaco).

¿Quién fue esta destacada figura histórica, que ahora yace en la Cripta Imperial de Viena, pero cuyo cadáver una vez colgó de una reata (por órdenes de Juárez), en lo alto de un templo católico dedicado a San Andrés y su ‘cruz aspada’? [La cruz en forma de X, símbolo visual de la Inquisición, que fue colocada sobre el “sanbenito”, vestimentas penitenciales usadas por los herejes ‘arrepentidos’, los trofeos de la inquisición que eran exhibidos dentro de las iglesias… La mismísima imagen que ahora aparece en calcomanías {junto con la otra, claro, que lleva el retrato del “iluminado” Ignacio de Loyola} que son colocadas en los vidrios de autos, y otras sobre algunas de las puertas de entrada a las casas de católicos de Apaseo el Alto. ¿Y cuál es el propósito de esas estampas religiosas? Declárale a los cristianos evangélicos de aquí, que su creencia de que “Solo JESUS Salva” no es bienvenido en ese hogar, ni tampoco el compartir ese mensaje cardinal de los evangélicos de que “Tanto amó DIOS a este mundo, que envió a SU HIJO YESHUA para Salvarlo, si tan solo cree en ÉL”.

Pero ni se imaginan, que al exhibir esa insignia, también están diciendo: “¡Judíos, dondequiera que se encuentren, los estamos vigilando y vamos a atrapar hasta el último de ustedes!”… ¡Eso es lo que, sin saberlo, comunican!

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Si le preguntas al feligrés católico común, o a un ateo, o a un evangélico, o a cualquier persona que te encuentres en la calle, qué significan esos dos emblemas, la gran mayoría de ellos no tienen ni la más mínima idea…

Y lo más triste de todo esto, es que eso incluye también, a los miles de descendientes de los sefardíes que viven aquí en la región, que han sido robados de su pasado judío, y que vienen a orar al interior de este templo de San Andrés [La construcción actual comenzó en 1833, pero fue nombrado santo patrono de este lugar en el siglo XVII, y se le hizo una ermita en su honor desde aquél entonces]. ¡No se imaginan, exactamente, por qué es que fue construido este altar para empezar!

Sí, algunos te van a dar la versión ‘oficial’ de la diócesis, con la que fueron indoctrinados, pero no tienen ni idea, de que en la original cornisa de la estructura que fue levantada allí, ¡se podía ver al santo patrono con su cruz aspada! Allí, en el punto más alto, estaba San Andrés (quien sabe de quién es en verdad esa imagen), gritándoles a los sefardíes de Apaseo el Alto (las campanas de su torre se escuchan a kilómetros de distancia): ¡Eh! ¿Te acuerdas de mí? Bueno, ya estoy de regreso, y tengo mi ojo ‘que todo lo ve’ sobre ti, ¡así que no intentes ser más listo que nosotros! ¡“La X de ‘tu vergüenza’ tiene su ojo ‘que todo lo ve’ puesto sobre ustedes! [La X… el enemigo de DIOS y torturador de SU pueblo… y todos aquellos luciferianos, del noveno anillo, saben exactamente de lo que estoy hablando].

¿Una coincidencia también, que este lugar haya sido llamado Villa de San Andrés desde un principio? ¡Nel pastel!

¿Quién fue este europeo, considerado aquí por algunos, como un tipo de “quijote”?

Mientras que otros, no lo ven ni como un villano ni como un héroe, sino más bien como… ¡un tipo que intentó unir un país que no quería estar unido! [Según algunos, razón principal por la que no tenía nada que hacer aquí en México]...

¿Quién fue este “káiser Max”? … Como lo llamó el gran y valiente guerrero austriaco, Coronel Khevenhüller…

El mundo en los días de Maximiliano…

Vamos a regresar atrás en la historia, para aprender sobre sus orígenes…

Antes que nada, para dispersar cualquier idea equivocada, este hombre no era ningún pendejo o cobarde, pese a lo que algunos historiadores, escritores y periodistas vendidos y mal-intencionados han escrito sobre él en el pasado, desesperados por hallar la forma de humillar y minimizar su figura histórica…

El propósito de esta carta-ensayo, no es la de intentar escribir algún tipo de hagiografía de Maximiliano, ¡pero sin duda que voy a hacer hincapié de su gallarda nobleza!

Mi meta es obtener la imagen más clara de quién fue Maximiliano y qué sucedió aquí durante su reinado. Algunos van a atacar este ensayo, sin importar su contenido, porque tienen que defender los intereses de sus poderosos amos. Lo que es importante para mí, es que mi antepasado “Jesús” sirvió a ese gobernante austriaco en el pasado. ¿En qué capacidad? Aún no lo sé. ¡Pero lo que sí sé, es que mi antecesor se quedó al lado de su káiser hasta el sangriento final! ¡No sigues a cualquier persona, así nada más porque sí, al menos que sea alguien verdaderamente especial! Punto.

Así que, para que yo te pueda pintar el cuadro más fidedigno de quién fue este hombre,

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primero tenemos que ver el mundo al cual nació Max…

La población mundial en ése entonces era como de 1 billón (ahora somos más de 7)… Europa acababa de experimentar la más sangrienta de todas las revoluciones en Francia… La Corona española acababa de perder la Nueva España, la más próspera de todas las colonias españolas {es decir, hasta que fue devastada por la Guerra de Independencia}… Había mucha agitación e inquietud en el mundo… La ICR había perdido su dominio, poder civil y su monopolio sobre las conciencias personales de las masas, después de la revolución francesa… y un nuevo poder había brotado y estaba creciendo en Norteamérica… Y en 1832, a ése mundo llegó Max.

Fue el favorito de su madre, a pesar de tener un hermano mayor llamado Joseph (José) … Desde una temprana edad, se distinguió por ser un joven listo y muy curioso … Un tipo muy nostálgico y romántico, al que le encantaba leer libros de historia … (increíble cuanto me identifico con él en estas cosas, excepto en lo de listo…).

Quizá no tan fuerte físicamente (considerado algo enfermizo y seguido se enfermaba del estómago), ¡pero tenía el corazón de un guerrero, el valor de un Rey David! … Disfrutaba participar en cosas que ponían su vida en riesgo, como el galopar sobre caballos y navegar las tormentas de los altos mares, explorar las junglas, la pesca en los océanos, por nombrar algunas…

Hay una maravillosa historia marginal, documentada, sobre el Emperador:

Max disfrutaba cabalgar el polvoriento y peligroso, lleno-de-bandidos, Camino Real con sus hombres, con el fin de explorar y reconocer estos llanos al sur de Querétaro, salpicados de prosperas haciendas, que yacen justo antes de llegar a las faldas de la Sierras, en el vecino estado de Guanajuato. Al viajar por este camino, se desviaba por alguna de sus muchas sendas y vías vecinales, para detenerse a descansar en uno de los ranchitos que cubrían el hermoso paisaje. [Y sin duda que él y sus hombres debieron haber quedado admirados, no solo de la imponente vista, sino también de ver esas preciosas mujeres allí, que no se parecían nada a las hembras nativas, quien también son bonitas, pero que tenían, claramente, un sabor diferente… Más de alguno de estos güeros se ha de haber enamorado de una encantadora mujer sefardita de esta tierra. Solo tienes que ver una foto de mi madre del pasado, pensarías que estabas viendo a una modelo de los años 40…].

Y estoy seguro que también ha de haber disfrutado algo de ese pulque fermentado de la localidad (una bebida de la planta del maguey. Efectiva para limpiar el estómago, llenar las venas de un torrente de sangre y promover una excelente digestión {pro bióticos})… Así que ya me lo imagino a él allí, buscando refugio del sol bajo un frondoso árbol, disfrutando de su fresco pulque y del efecto que tenía en su frágil estomago (como el mío). Esta bebida regenera tu sangre e incrementa el conteo de tus células rojas, sin siquiera mencionar que es un afrodisiaco natural… ¡Ja! ¡Puede que hasta haya dejado a otro descendiente directo en alguno de estos lugares! ¡Y todo es culpa del pulque! ¡Ja! ¡Ja! ¡Ja! …

Este cacho del Camino Real, que se convertía en una franja que atravesaba la Hacienda de Gamboa y que corría por su calle principal, fue tristemente célebre por estar infestada de asaltantes asesinos. Los bandidos tenían un escondite en el ominoso monte de la cercanía, llamado Cerro Prieto [“situado a un lado de la Hacienda El Terrero, cuyo nombre tomó del color de las abundantes rocas y terrenos, ricos en humus, de su suelo”: Francisco Sauza].

*[Hacienda de Gamboa, Guanajuato: Un lugar que Francisco el cronista describe de esta manera: “Ahora llamada Santa Cruz de Gamboa… Lugar llamado por los indios como el “Espinazo del Diablo”, establecida en el siglo XVI, por Don Bartolomé Orduña y Don Sebastián de Gamboa. Años después, la hacienda fue patrimonio de los padres Agustinos, cuya producción fue de las más voluminosas de la región.”].

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La Vida Amorosa de Maximiliano…

El primer amor de Max, fue una hermosa condesa alemana, quien sus padres estimaron que ella no estaba a la altura de él… Después de esa decepción amorosa, más adelante se enamoraría de una princesa llamada Amalia (que hasta el día en que murió, llevaba puesto un anillo que contenía un rizo de su pelo de ella), solo para perder a su prometida en 1853, a manos de la tuberculosis. Su corazón ahora sabía de total devastación y gran tristeza, a la tierna edad de 21… Trató de llenar ese vacío en su vida, teniendo aventuras amorosas con famosas actrices y bailarinas de su época… Fue un donjuán, que había visto mucho mundo y con todo el dinero del mundo a su disposición. Una combinación peligrosísima, que lo llevó a un periodo de su existencia en que anduvo sin rumbo fijo, por un tiempo, viajando a la deriva por la vida…

Yo creo que todos atravesamos eso en algún punto de nuestras vidas… Y ah, con que claridad puedo aún recordar esa etapa negra de mi caminar sobre esta tierra… Y como dice esa frase de la canción de Alejandro Sanz: “Que el dolor cuando es por dentro es más fuerte… {del tipo que} No se alivia con decírselo a la gente…”

¡Pero entiendan que de ninguna manera estamos hablando aquí de un inútil “playboy”!

¡Este es un hombre que mejoró y modernizó en gran manera las fuerzas navales de la familia! Alguien que, entre los valientes hombres de la mar, fue conocido como una persona con apertura mental, honestidad y celo por hacer bien su trabajo… ¡Sí, un hombre diferente al idiota que nos han pintado aquí a los mexicanos, sino un príncipe inteligente y sensato, que fundó un instituto hidrológico durante su tiempo como marinero! Un hombre que fue nombrado Virrey por su hermano, el Rey Francisco Joseph, en 1857, para que gobernara el reino de Venetia-Lombardo (un lugar violento, con luchas internas, que estaba peleando por liberarse del Imperio austriaco y una tierra en caos, que intentaba levantarse de las cenizas de la guerra de 1848-49). Pero en 1859, cuando Lombardo fue anexado al estado embrionario de Italia, Maximiliano tuvo que salir de Milán para salvar la vida. [La burla cruel que le jugó el destino… No tenía ni idea de que, 8 años después, tendría que enfrentar un dilema parecido, en un reino muy similar a este, pero al otro lado del Océano Atlántico…).

Le ofrecen la Corona de México a Maximiliano…

Así que, aquí estamos ya en 1859… Maximiliano se casa con Carlota (una mujer aristócrata con una mente privilegiada como la de él) por conveniencia. Cuando la ICR y los conservadores ven esto, viajan a Europa para ofrecerle la Corona de México, ¡pero para su sorpresa, él la rehúsa! El eterno soñador prefiere tomar un barco a Brasil, a la tierra de su fallecida Amalia, donde funda una misión botánica. Max fue un idealista. Quería ver un mundo diferente al lugar liado de injusticias, corrupción y de sangre en el que se había convertido. Amaba la naturaleza y todo lo que DIOS había creado… No por algo es considerado el primer hippie de la historia, o al menos, ¡el único hippie que conozco que se haya convertido en Emperador! Y después de ver la prosperidad que Brasil había alcanzado bajo la monarquía, comenzó a albergar ideas de que él también podría traer esa bonanza a México…

Así que adelantamos ahora la película 4 años, hasta 1863… México está en un estado de gran caos, como producto de la Guerra de Reforma (liberales contra conservadores). Juárez preside una nación que está hecha pedazos y en la bancarrota. No le queda otra opción más que incumplir con las deudas internacionales del país… Las fuerzas francesas son despachadas al país y toman completo control de la Nación… Una vez más, los conservadores van con Max para ofrecerle la

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Corona, pero esta vez sí la acepta…

Arriba al puerto de Veracruz, en mayo de 1864… Cuando llega, muy pronto descubre que los conservadores le habían dado otra historia muy diferente sobre la situación real del país. Ya no había multitudes, echándole porras, después de salir del puerto con rumbo a la Ciudad de México, sino más bien, solo lo recibía un paisaje desolado, ¡que amenazaba con explotar con furia en cualquier momento! La Guerra de Reforma fue una batalla para ver qué grupo de ‘poderosos’ se quedaría con México… La banda de ‘iluminados’ de Juárez o la pandilla de Ignacio Loyola del Vaticano… La tierra que pisaba Maximiliano aún estaba caliente bajo sus pies y seguían vivas las brasas, del infierno que había sido desatado sobre esta pobre tierra y su gente, sin embargo, ¡lo peor aún estaba por venir!

Los errores que le costaron un Imperio…

Y si algo podemos señalar algo como el error más grande que cometió Max, tiene que ser que confió en alguien en quien no debió (y hablaré de este hombre al final*, antes de la bibliografía). Ve, es que fue demasiado bueno, demasiado compasivo y demasiado idealista para hacer el trabajo que tenía que hacerse. Tuvo que haber sido más como un Rey David, en esta tierra violenta, devastada, llena de peculiaridades e injusticias étnicas…

En su libro “Diario de Guerra”, el Comandante Carl Khevenhüller, el joven aristócrata austriaco que peleó a favor del Imperio, escribe esto: “Para que Maximiliano pudiera tener éxito en México, debió haber sido un tipo como de tirano, característica que estaba lejos de formar parte de la personalidad de Maximiliano”… ¡Guau!... ¡Y ese era precisamente el tipo de gobernante que yo, mi antepasado judío, y aquellos hebreos que vinieron con él, estaban anhelando! ¡Un reino donde habría paz y justicia para todos! Pero es claro que aún no había llegado el tiempo para que ese reino apareciera… pero ahora, parece que ese reino viene pronto ya, al ver como se asoma esa guerra de Salmos 83 para Israel, donde todos sus enemigos islámicos serán aniquilados (ver Bill Salus)… sí señor, su tiempo se acerca rápidamente.

También cometió el error de juicio monumental, ¡de permitirle al Mariscal Acille Bazaine salirse con la suya! ¡Simplemente debió haber puesto a otro en su lugar! Este hombre se opuso con coraje al Emperador, cuando éste le expreso sus pensamientos de crear un ejército conformado por mexicanos que no iban a estar bajo el mando del mariscal, y muy probablemente, bajo el liderazgo del General Miramón… Es por eso que, cuando se fueron los franceses, después de que habían estado en México desde la batalla del 5 de mayo del año 1862, ¡Maximiliano se quedó sin una fuerza verdadera con que defender su imperio!

¡Había perdido, el Mariscal Bazaine, a 11,000 de sus hombres, gracias a la táctica insensata de ir a perseguir a los guerrilleros al interior de su terruño! ¡Caray, este tipo sí que me hace enojar! De hecho, Maximiliano estaba tan lejos de ser un hombre de guerra y derramamiento de sangre, que también erró cuando gastó el $ que le habían enviado, para, primero, antes que nada, consolidar su Imperio a través de un ejército fuerte, se lo gastó él en las artes y en los museos… De hecho, la huella más perdurable que dejó, hasta la fecha Maximiliano, es el hermoso Paseo de la Reforma de la Ciudad de México, y el hecho de que esta ciudad es la que más museos tiene en el mundo… Definitivamente, un hombre de paz…

Solo escucha lo que un hombre, quién fue su lingüista, dijo sobre él: José Luis Blasio, quién primero fue el intérprete-traductor de Félix Elion (el belga que fue el Jefe de Gabinete Imperial de Maximiliano) y después se convertiría en el Secretario Particular de Max, escribe en su libro: “Maximiliano se hizo mi amigo (lo que algunos han torcido y asociado con una supuesta homosexualidad del monarca) y fue un gobernante muy noble, que siempre me trató bien, con

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respeto y amabilidad”… Trae a la luz un aspecto del Emperador que nadie más había revelado, cuando dice que “a Maximiliano le gustaba reír y que a veces, le gustaba jugarle bromas a la gente”… También lo describe como “bondadoso, enormemente generoso y un amante de la naturaleza”…

¡Sí, ése era Maximiliano, y no iba a cambiar para nadie!

¡Max se había decidido! Iba a traer enormes cambios a México, para el bien de la gente. Con valentía, adoptó algunas de las reformas que los liberales proponían y conservó otras que ya habían efectuado (algunos dicen que lo hizo bajo órdenes de Napoleón III, pero veremos más adelante cuanto le cumplía sus deseos-¡nada!). Hasta llegó al punto de invitar a algunos de los más moderados, para que se unieran a su gobierno. Eso fue lo que terminó de cabrear a la facción conservadora {la Iglesia católica y los terratenientes podridos en dinero).

Fue entonces el tiempo en que, según los rumores, un gran número de hacendados de Guanajuato, enormemente poderosos y pudientes, se reunieron poco después de que el Emperador hizo eso, y también dicen los rumores que fue en la imponente Hacienda de Mandujano (como a 6 Km al sureste de Apaseo el Alto), y que el destino del Imperio de Maximiliano se decidió en esa junta…

¡De verdad que Maximiliano tenía planes titánicos para este país! Iba a aprobar leyes que hubiesen reformado los poderes del Estado y de la Iglesia, la política, el ejército, la educación y la cultura, las relaciones raciales, el estilo de vida de la gente, la arquitectura…y allí le paro. Buscó ser un conciliador nacional; trabajó duro por unir las dos facciones, por el bien del país, pero nunca pudo… ¡Su principal objetivo fue la justicia y el bienestar para todos (la frase de su firma era “Equidad en la Justicia”)! Canceló las deudas de los peones, arriba de $10 pesos; el castigo corporal; no más Tiendas de Raya {tiendas propiedad de los hacendados con el propósito de esclavizar y hacer que los trabajadores cayeran en una deuda eterna} y restauró la propiedad comunal…

Ni tampoco buscó los intereses de Francia, sino aquellos de México y su empobrecida gente. Razón por la cual Napoleón III retiró las tropas francesas del país en 1867. No pudo implementar su visión de México… Su imperio fue muy efímero, ¡y estuvo en constante lucha los tres años que duró!

Y se necesita de agallas para hacerle frente al hombre más poderoso del mundo, para confrontar al pontífice romano. ¡Y esto fue precisamente lo que hizo, cuando alejó al clero del gobierno y declaró que los servicios que prestaba la Iglesia serían gratuitos! ¡Esto les dio donde más les dolió! ¡Hizo que la Iglesia ‘rasgara sus vestimentas’ en indignación y rabia! No había obedecido sus órdenes de suprimir la tolerancia de cultos; de aplicar mano dura a los judíos y luteranos, ¡y para rematar, no le regresó a la Iglesia, la propiedad que Juárez le había quitado y nacionalizado! ¡Caramba! ¡Hasta hizo oídos sordos al pontífice de Roma, quién le gritaba, de forma enfática, que obedeciera, desde su trono en el Vaticano!

Ve, el Emperador sabía sobre la riqueza natural que poseía este país, y estaba completamente convencido de que, bajo su dirección, él podía guiarlo a transformarse, de un país de gente pobre y analfabeta, ¡a una potencia de primer orden! Solo que los ‘poderosos’ no iban a permitir semejante cosa…

Sus ideas progresivas-vanguardistas, ¡fue la causa de que los poderosos, inmorales y ambiciosos “criollos” (descendientes de europeos, nacidos en Hispanoamérica) lo aborrecieran aún más!… Hablaban entre ellos de cómo a Maximiliano le gustaba “coquetear” con los líderes liberales… Lo calumniaron por todo el país, para así, socavar su carácter y el apoyo de la gente para con su imperio (un arma y método muy poderoso para destruir, cuando primero desprestigias y difamas la reputación de tu enemigo, y después lo acabas… Preferido con pasión, por los ‘maestros

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instigadores’). Lo pintaron como un oportunista y un mantenido, pagándole a ‘periodistas’ vendidos {diciendo que había comprado su castillo de Miramar con la lote de Carlota, algo que Konrad Ratz después desmintió}… Regaron el rumor de que él era un homosexual, y otras difamaciones de esta calaña… Un montón de chismes-estiércol, que fue la causa de que Benito Juárez y sus seguidores crecieran más y más, y contra esto, el Emperador no supo que hacer para revertir el curso de la situación…

Los hacendados (poderosos latifundistas) de esta región central, también regaron la patraña de que era masón; que planeaba abolir la religión católica en México (algo que ha sido tan efectivo aquí, y que hoy, al igual que ayer, siempre gana el apoyo de las maltratadas masas ignorantes y fanáticas)… ¡Dijeron de todo sobre él, excepto la verdad! ¡Ni una palabra, se escuchó ni se leyó, de cómo Max planeaba implementar una transformación a gran escala en este país, ni de cómo los indios nativos iban a ser tratados de manera muy diferente a como los venían tratando hasta ahora! … Los murmullos no paraban, en una obvia campaña por desacreditar al hombre.

Max había determinado en su corazón, que él iba a hacer lo que se requiera para realizar cambios monumentales a la estructura de poder de México, para por fin, beneficiar a los menos afortunados (los 98%)…

Eso, por sí solo, me dice que este hombre no solo fue de buen corazón, sino también valiente…

El Momento de la Verdad había llegado para Maximiliano, después de que su suerte había sido echada…

Así que por fin estamos aquí, en 1866, y su destino estaba ya decidido…

Max rompe relaciones con Napoleón III, en lo grueso de la guerra contra Juárez, y el emperador francés lo deja a su suerte. Pero se haría justicia, 3 años después de que murió Max, porque en 1870, el Vaticano caería en su punto más bajo, peor que antes (1798), porque había sido rebajado y humillado, a tal punto, que el pontífice ya no poseía territorio físico {Estados Pontificios} y el último poder civil que empuñaba {Roma} ¡le fue arrancado de las manos! Y no sería, sino hasta el 11 de febrero de 1929, que lo recuperarían, cuando Mussolini era “il duce” de Italia [se levanta el Estado de la Ciudad del Vaticano {ver Apocalipsis 13:3}]… Y el otro gran jugador en todo esto, Napoleón III, vio como le cayó encima el II Imperio francés, al colapsarse en 1871, ¡arriba de la cabeza de ese condenado traidor que abandonó a Maximiliano!

La situación estaba así: A Maximiliano lo dejaron solo para que encarara probabilidades aplastantes, una situación enormemente peligrosa e inestable en México y una muerte segura. ¡Su ejército estaba desorganizado, fuera de control y no le quedaba ni un solo aliado, que le procurara el dinero necesario para comprar soldados y armas! … Dicen que la presión hace una de dos cosas: ¡O crea diamantes o rompe con tuberías!

El fatídico año de 1867… El fin de la esperanza para México…

La Ciudad de México cae en manos de las fuerzas liberales, a principios de ese año… Febrero 13 (ese 13 nuevamente, que día tan malo para decidir salir de la ciudad, el # favorito de los ‘iluminados’) Max sale para Querétaro, con alrededor de 8 a 9 mil soldados, unas semanas después de que la mayoría de los soldados franceses salieron para Europa…

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¡¿Te imaginas los pensamientos que le debieron haber pasado por la mente a ese hombre?! ... ¡Pensando en la posibilidad de tener que volver a vivir otro episodio como el de Milán! ... ¡Los conservadores aquí, ya estaban diciendo que su hermano lo había echado del reino por ineptitud! … ¡Qué mentirosos! … Y que perdería este reino, como le había perdido el reino a su hermano… Y como si esto fuera poco, agrégale toda esta humillación y mofa adicional que tendría que sufrir, ¡no solo en las cortes de Europa, pero donde quiera que fuese!

¡¿Pelear o salir huyendo?!

El momento que nos llega a todos, en que se decide si ‘aquí corrió o aquí quedó’, le había llegado a Max: ¡Huir a Europa como un cobarde o quedarse a pelear y morir como un hombre!

Y llegó hasta el punto de que, por poco y zarpa para Europa en dos ocasiones, (la primera vez, fue disuadido por su esposa, quien regresó a encarar a Napoleón III, exigiéndole que cumpliera su palabra de dejar sus soldados aquí por 6 años; y en la segunda ocasión, cuando el cura Fischer regresó de Roma, y lo persuadió de no hacerlo, asegurándole que ya venía en camino la ayuda)…

Puedes decir todo lo que quieras de Maximiliano, pero se enfrentó a una situación que, ¡pondría a prueba a cualquier hombre! …

¡Lo único que lo haría quedarse en Querétaro, sería que por fin hubiese encontrado algo por que morir! Y todo parece indicar que, finalmente, en su noble corazón, ¡nació un genuino deseo por levantarse a pelear con todo por algo en lo que creía!

Después de que entendió que había sido traicionado, y sabiendo lo que sus dos enemigos tenían planeado para esta nación, dejada de la mano de DIOS (y vaya que, ni diez años después, sí que llevaron a México de nuevo a la obscuridad, violencia y la injusticia, cuando los dos ‘poderosos’ por fin ‘acordaron’ trabajar juntos), se decidió, como un verdadero hombre, a ¡pelear hasta el fin por México!

¡Este hombre se había hecho de valentía y aguantó hasta el triste final! ¡No se iba a rendir sin pelear! ¡Negándose a abandonar a los maltratados indios, ladinos y mestizos de este país!

¡Qué gran historia de redención!

¡Viva Maximiliano!

La Traición de Juárez…

La Guerra de Secesión norteamericana había terminado (1861-65), dos años atrás, así que la atención ahora estaba enfocada en lo que sucedía en el sur (el presidente Lincoln había sido baleado por los jesuitas, el 14 de abril de 1865)… Los ‘poderosos’ de los EE.UU. le ofrecieron a Maximiliano el dinero que necesitaba para comprarse unos mercenarios, para ir tras de Juárez y acabarlo; pero a cambio de eso, convertiría a México en un protectorado de los EE.UU.… Maximiliano y el General Miramón (el soldado más valiente y osado de su tiempo) rechazan la oferta como verdaderos patriotas… Pero después, se la presentan a Juárez, ¡y él acepta los términos! La única razón, por la que nunca se materializó ese malvado acuerdo, fue porque el Senado de los EE.UU. la consideró inmoral (lee también “México, Tierra de Volcanes”).

¡El Último Desafío de Maximiliano! …

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Así que el ejército de Juárez, con una fuerza superior a los 40,000 hombres, armados con los nuevos rifles Springfield, de un tiro, y de soldados americanos {que poseían artillería moderna, que había sobrado de la guerra civil}, desciende del norte para derrocar a Maximiliano.

Descienden sobre Querétaro de la ciudad de San Luis Potosí, para rodear y asediar la ciudad… El General Miramón idea un soberbio plan de ataque contra los juaristas que avanzan, pero Leonardo Márquez, Lugarteniente del Imperio que envidiaba a Miramón, convence al Emperador de congelar las tropas dentro de la ciudad… Ese error, les permitió a los liberales cerrar el círculo sobre la ciudad el 6 de marzo. Después de eso, el último contraataque significativo que las fuerzas imperiales pudieron lanzar, se llevó a cabo el 26 de abril, en la heroica y sangrienta batalla del Cimatario! … Donde los austriacos lograron que el enemigo se replegara al cerro, ¡solo para ser dominados por una masa enorme de mercenarios, que los atacaron del lado opuesto!

¡Y por casi 3 semanas, Max y todos sus hombres (incluyendo Jesús Sosa Piedra”) bravamente aguantaron la arremetida de las hordas en este asedio!

¡Santo cielo!, nuestro antepasado, bien pudo haber sido uno de los 135 hombres (oficiales y soldados, y unos cuantos civiles) que, en los últimos días, justo antes de la caída, fueron condecorados por su valor, con la Medalla de Honor de bronce, ¡por el mismísimo Maximiliano, en el Convento de la Cruz! ¡¿Quién puede decir que “Jesús” no fue uno de esos soldados que fueron galardonados?!

De este enorme convento, el Emperador apenas logra escapar al Cerro de las Campanas, que convirtió en el Cuartel General del Imperio, ¡para el último desafío de Max!

Los Últimos Días de Imperio…

Un grupo de soldados, uno de los pocos contingentes que quedaban, que habían sido dejados para defender un granero de suma importancia en el suroeste, observaba de lejos, ¡el arrollante ataque, de un enjambre de miles de juaristas que envolvió el Cerro! Después de resistir valientemente, ¡el último bastión austriaco-francés finalmente colapsó, bajo un total y concentrado ataque!

Imagínense esa escena… estos soldados, arriba de este granero fortificado, con asientos de primera fila, ¡para observar el monumental hecho histórico que estaba por darse frente a sus ojos! … Y me imagino que lo que estaban viendo frente a ellos, ya para ése punto, debió ser como… en cámara lenta… Irreal a la mirada fija de estos hombres cansados, hambrientos y agotados de pelear, encerrados dentro de esta impenetrable estructura de roca… Allí, frente a ellos, estaban miles y miles de soldados liberales, ¡cada uno de ellos subiendo con avidez ése cerro, para reclamar para sí, la fama de haber capturado a Maximiliano!...

Estaban luchando en contra de la “Fuerzas Especiales” de los Guerreros Imperiales, los que permanecían vivos y atrincherados con Maximiliano, en lo alto de este Cerro, que no es tan grande (a 1 Km de distancia de la última casa, en aquél entonces), quienes, por unas semanas, fueron cruelmente sometidos a tener que ver, como sus enemigos tiraban los ensangrentados cadáveres de sus de sus hermanos, que habían sido torturados, al río y los arroyos, en una clara guerra psicológica, para derrumbar el espíritu y la voluntad de estos hombres por seguir peleando... ¡Pero no desmayaron!

¡Jaque Mate!

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15 de mayo de 1867: Maximiliano es puesto en jaque mate…

Finalmente, se dejaron de escuchar los ruidos de disparos, el griterío de los hombres y los estruendosos truenos de los cañones… El único ruido que venía de afuera, que se alcanzaba a escuchar, eran los quejidos de dolor de los soldaos caídos afuera, que yacían a un lado de la entrada a la guarnición de piedra…

Y de repente, ¡se levantó un rugido para celebrar la victoria de esta dispareja y variada banda de mercenarios!

Dentro de esa estructura de piedra, con Max, ¡estaban los sobrevivientes del baño de sangre que acababa de darse fuera de esas paredes! Allí, parados con él, estaban unos cuantos colaboradores cercanos, 4 soldados élite y sus Generales mexicanos Miramón y Mejía, leales hasta el fin….

Sí, el Emperador finalmente había sido capturado, pero no, hasta que solo quedaron 4 soldados de ese famoso batallón austriaco-francés, ¡considerado en su día, como uno de los mejores del mundo! … Sí, por fin habían sucumbido ante la masiva embestida de la menospreciada y harapienta cuadrilla de mercenarios, que era el ejército de Juárez.

El hombre – bajo las órdenes directas de la curia romana – abandona el lugar después de hacer su trabajo…

El Lugarteniente Márquez, el cruel y despiadado “Tigre de Tacubaya”, se les escurrió a los sitiadores, y lo siguió Santiago de Vidaurri y 1000 Dragones de la caballería de Julián Quiroga, con la ‘supuesta’ misión de ir a la Ciudad de México por los refuerzos, para poder levantar el acorralamiento… Se había ganado el apodo de “tigre”, por su salvajismo, después de que ejecutó, de forma brutal, a prisioneros de guerra en 1859, en la ciudad de Tacubaya. Después mintió, diciendo que esta carnicería se había ejecutado bajo órdenes explicitas del General Miramón, pero después se descubrió, ¡que el cura, Francisco Javier Miranda, había sido el que mandó que se hiciera esa matanza!

¡Pero espera! Este clérigo no solo dio la orden de masacrar, a sangre fría, a aquellos prisioneros de guerra, ¡sino que también ordenó, que se le diera el mismo tratamiento, al grupo de estudiantes de medicina que estaban allí con ellos! ¡¿Qué tipo de hombre manda que se masacren a los pasantes que estaban auxiliando y tratando a los caídos en el campo de batalla?!

Márquez sabía bien lo que le esperaba si lo agarraban, porque, esos tipos de actos viles jamás se olvidan… así que se escondió por unos meses, y después salió para La Habana, Cuba.

“¡Si te agarran, te destazan!”…

Puedo imaginarme a “Jesús Sosa Piedra”, con la vista clavada en lo que estaba sucediendo en el Cerro… para después ser sacudido y despertado de ese “estado surreal”, al darse cuenta que había llegado el fin… ¡“Jesús” sabía que nada podía hacer ya, para rescatar a su káiser! ¡Se acabó! ¡El Imperio había sido derrotado!

Y ese entendimiento, junto con saber lo que le esperaba si lo agarraban, ¡hizo que corriera con todo hacia los cerros! Pero no solo “Jesús”, pero todo soldado imperial, que aún seguía con vida

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en la ciudad o los campos de batalla, ¡sabía que no habría misericordia de parte de los crueles mercenarios! Así que solo tenía esta opción: “¡Corre lo más rápido que puedas hacia las laderas que rodean Querétaro y sigue, hasta que llegues a los barrancos que llevan a los peñascos y montañas de Apaseo el Alto! … ¡Ve, corre a buscar refugio entre las cuevas o donde te puedas esconder!”…

Les habían puesto precio $ a su cabeza de cada uno de estos hombres…

Algunos se fueron con rumbo al oeste, hacia el estado de Jalisco; otros huyeron al sur (si nuestro antepasado fue un soldado, entonces algo me dice que pudo haber sido de los jinetes que cabalgaban con el Emperador por su pulque, porque parecería que conocía bien el terreno, puesto que escogió uno de los mejores lugares para esconderse)… Muchos se siguieron, hasta que llegaron a los bosques de pino de Michoacán… Como soldados, y ahora como forajidos venadeados, la única manera que sabían sobrevivir era como bandidos, emboscando carruajes y caravanas llenas de lingotes de oro y plata, que cruzaban por aquí con rumbo a la Ciudad de México.

Los Últimos Días de Maximiliano…Maximiliano fue juzgado, junto con otros, en el bello y majestuoso Teatro de la República.

[El gobierno utiliza mucho este edificio para llevar a cabo ceremonias oficiales, y cada vez que voy allí, para hacer alguna interpretación simultanea para el gobernador o el presidente municipal, se me pone chinita la piel, con solo pensar en lo que padeció Max durante su juicio, en ese lugar…].

Se le encontró culpable de “crímenes contra México”. El victorioso Benito Juárez, presidente de la itinerante República de México, un conocido masón, lo presionaron para que dilatara 34 días la ejecución. [Carlota se había regresado a Francia y Austria, para rogarle a los ‘poderosos’ a que le ayudaran a su esposo, pero todo fue en vano... La versión oficial dice que esta mujer enloqueció, cuando se dio cuenta de que nunca más volvería a ver su esposo…

Pero cabe destacar, que como último recurso, fue al Vaticano a ver al Papa ‘Pío’ IX, donde se le dio algo para ‘calmar sus nervios’ y terminó durmiendo allí esa noche. A la mañana siguiente, fue declarada loca…

Dicen que en sus breves momentos de lucidez, que corría, buscando por toda la casa a Maximiliano… Pasó el resto de su vida apartada de todos, hasta que murió en 1927. Es un hecho que muchas celebridades de ése tiempo, también le imploraron al Presidente Juárez a que le perdonara la vida a Maximiliano, pero nada lo hizo cambiar de parecer.

Rolando Deneke escribió en su libro, que Juárez le perdonó la vida a Max, argumentando que Maximiliano fue liberado porque los dos eran masones, y que el Emperador pasó sus últimos días bajo el nombre de ‘Justo Armas’ en Centroamérica, proposición que, posteriormente, fue demolida por Konrad Ratz.

Pero finalmente, en ese sombrío día del 19 de junio de 1867, Max, quién probablemente no durmió ni siquiera un poquito, hizo todo lo que pudo, para mostrarse animado esas primeras horas de la mañana… Dicen que el extremadamente alto General Miramón apareció a la mesa, donde ya se encontraban Maximiliano y el General Tomás Mejía esperándolo, para tomar juntos el último alimento de sus vidas sobre la tierra, y que no se asomó ni una pista de miedo o preocupación al rostro de Miramón, cuando se sentó a la mesa con ellos… Algo que le ha de haber dado a los otros dos hombres, ¡hasta más valor!

Ya me puedo imaginar esa escena… Allí, a la mesa, tres hombres desayunando, como si no estuviera ocurriendo nada… Luchando contra cualquier duda, por una última vez, que pudieran estar sintiendo en su interior… Negándole a su espíritu cualquier oportunidad de marchitarse en este, que sin duda era, el momento más difícil de sus vidas…

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Una vez que terminaron, fueron llevados al ya famoso Cerro en un coche de caballos… Cuando llegaron allí, dicen que el hombre que le abrió la puerta al Emperador escuchó que este dijo, al momento en que puso pie fuera del carruaje: “Verdaderamente un bonito día para morir”. Fueron llevados hasta arriba del cerro, hasta que llegaron a una pared, que apresuradamente había sido levantada unos días atrás… Cuando fueron colocados, con la espalda a la pared, pudieron clavarles la mirada a sus ejecutadores… Aquí estaba este pelotón de fusilamiento, con una expresión siniestra y llena de odio en sus caras, que a propósito vistió uniformes que parecían franceses, para humillar una última vez al Emperador antes de su muerte…

Colocaron a Max en medio, pero él se hizo a un lado y le ofreció a su General, Miguel Miramón, “la oportunidad de ponerse en medio, en el lugar de CRISTO, como reconocimiento al enorme valor y lo intrépido que fue este hombre, ¡que nadie en México se atrevería a poner en duda!”… ¡Qué nobleza de Maximiliano! Y allí, a su lado, estaba también el General Mejía, el igual de noble guerrero indio…

José Tüdös, su cocinero húngaro, también estaba allí, a poca distancia, junto con el judío Dr. Basch… De acuerdo a la narrativa, se dice que Maximiliano le dirigió estas palabras a José en su idioma (el primero hablaba varias lenguas) y le pidió que se llevara con él, de regreso a Austria, su atesorado sombrero y pañuelo, para que se los entregara a su amada madre, y que le dijo estas palabras: “Dile que mi último pensamiento fue para ella”… [Al tiempo de escribir esto… no pude evitar detenerme por unos segundos… y miré para el techo, imaginándome esto… y comencé a llorar… Al punto de que ya no podía contener el río de lágrimas que me salió de los ojos, que cubrió toda mi cara y mojó mis mangas… nada más imaginándome esta escena desgarradora… un hombre tan justo y compasivo, tan sensible, rayando en la ingenuidad, a punto de ser sacrificado a los malvados dominios de este mundo… pero un día, todas estas injusticias serán traídas a la Corte del REY venidero YESHUA-HAMASHIAK-JESÚS… ¡Amén!] … Entonces se metió la mano en

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el bolsillo y sacó un reloj… tenía la foto de su esposa Carlota, y le dijo a José, mientras que el Dr. Basch observaba como ocurría esta conmovedora escena ante sus ojos… {Hombre, ¡algo así no se puede inventar!}… Allí, llorando lagrimas por su buen amigo que estaba a punto de morir a tiros: “Llévate este recuerdo a mis esposa”… le dijo, “y dile que mis ojos se llevan su imagen al cerrarse”… “y que me la llevo conmigo al más allá”…

Con estas palabras, también me dice que este hombre creía en la existencia del Único DIOS Verdadero, no el dios falso que gobierna este mundo ahora… Maximiliano sabía que esta realidad material no era todo lo que existía, que en verdad había algo más… y esto no es algo que diría un masón... o al menos así lo creo, de lo que me puedo acordar de aquellos días cuando estaba interesado en esas cosas, en mis años de universitario…

Se dice que las últimas palabras de Maximiliano fueron estas: “¡Voy a morir por una causa justa, por la independencia y la libertad de México! ¡Que mi sangre selle las desgracias de mi nueva patria! ¡Viva México!”

¡Inmediatamente después de que gritó estas palabras, los mosquetes de este pelotón de fusilamiento escupieron sus ardientes cargas! Miramón y Mejía cayeron muertos en el acto, pero Maximiliano yacía en el piso, en intenso dolor… Sin embargo, a pesar de eso, pudo reunir fuerzas para gritar en español: “¡Hombre! ¡Hombre!” (¡Pidiéndoles a los ejecutores, que por misericordia, le apuraran y terminaran el trabajo!). El oficial a cargo se acercó a él, junto con algunos de sus hombres. Dos de ellos le dispararon en el pecho, a quemarropa, ¡pero se cebaron sus tiros! Y después vino un tercero, y le coloco la punta de su mosquete, justo por encima del corazón, y enseguida el soldado jaló el gatillo…

Y ésa última descarga no solo le puso fin a la vida del Emperador, a la edad de 34 años, pero tendría consecuencias que aún hoy se están sintiendo en México… Aun cuando mis compatriotas no lo saben, ese disparo aún repercute en la vida de cada mexicano hasta este día de hoy, porque la oportunidad real que tuvo este país de alcanzar su máximo potencial, ¡ese día murió junto con Maximiliano!

Libertad de Consciencia…

Como acabo de decir, México había perdido su más grande oportunidad de experimentar un verdadero cambio radical que beneficiaría a todos. ¡Algo que hubiera traído mucho bien!

Y desde entonces, este país ha divagado, sin rumbo, a través de largos periodos de su existencia… sumergido en violencia, derramamiento de sangre, falta de aprendizaje, superstición e idolatría y otros padecimientos… Se le está alimentando de telenovelas basura, diversión – distracción, a través de los medios masivos de comunicación, para poder así entorpecer las mentes y controlar las masas… La mayoría de sus ciudadanos, no siendo capaces nunca de liberarse de la esclavitud de sus ‘amos’… ¡Un país sujeto por las cadenas de la ignorancia, que sin duda, nos ha mantenido en las tinieblas del atraso intelectual y tecnológico!

La corrupción se ha apoderado completamente de México. A nuestros líderes políticos solo les importa enriquecerse. Y cada 6 años, llega un nuevo Presidente, quien se proclama el ‘Patrón’ de México. Qué tan incrustado y enraizado estará esta figura del pasado, en las mentes y almas del pueblo mexicano, que la mayoría de la gente ve al Presidente como un ser omnipotente y omnisciente, que no puede ser cuestionado y que hace básicamente lo que quiere…

La ICR, y los conservadores de México, sacrificaron a Maximiliano en el altar de sangre de sus intereses egoístas y mezquinos, colaborando indirectamente en su ejecución.

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Los dos ‘poderosos’ estaban en una lucha para ver quién se iba a adueñar de México. ¡Lo último que querían ver, era que Maximiliano, quien poseía ‘pensamientos peligrosos’, saliera con vida de ese Cerro! … El solo pensar que el sueño del Emperador, de alguna manera, pudiera materializarse en un México donde prevaleciera la justicia y la compasión, donde todos los hombres tuvieran la misma oportunidad de lograr la prosperidad y el desarrollo intelectual, donde ningún hombre sería esclavizado y explotado, había sido la causa de sudoraciones excesivas y muchas pesadillas, para muchos de los ‘crema y nata’ de los instigadores, ¡sin excepción! [El Papa Pío IX, en su encíclica del 15 de agosto de 1854, escribe con respecto al tema de la libertad de consciencia: ‘Las doctrinas o extravagancias absurdas y erróneas a favor de la libertad de conciencia, son unos de los errores más pestilentes: una de las pestes que más se debe temer en un estado.’… Este mismo papa, en su encíclica del 8 de diciembre de 1864, anatematizo ‘a los que sostienen la libertad de conciencia y de cultos’ como también ‘a los que aseveran que la iglesia no puede emplear la fuerza.’ … En contraste, la basada-en principios- judeo-cristianos ‘Constitución de los Estados Unidos garantiza la libertad de conciencia’ y dice que ‘nada hay más precioso ni de importancia tan fundamental como eso’…].

El cadáver de Maximiliano fue llevado del Cerro al Convento de Capuchinas {de los descalzos monjes capuchinas}, que sirvió como su capilla o sala de velatorio… La imagen de Maximiliano, tendido así, dentro de ese ataúd, en el interior de un templo lúgubre, estaba como presagiando los tiempos negros en que, 9 años después, volvería a caer México… cuando la mayoría de los mexicanos, otra vez se deslizarían en un estado triste y lamentable…

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Un tiempo tétrico, que comenzó en 1876, cuando el General Porfirio Díaz se convirtió en dictador… Este ‘poder absoluto’ con el que gobernó sobre México, duró 34 años… Culminando en la sangrienta y salvajemente violenta Revolución Mexicana de 1910, así como Carlota había pronosticado que le sucedería a este país…

Y tristemente, 147 años después, en este 2014, vemos como nuestra nación, y el mundo en general, está cayendo otra vez en tiempos violentos y convulsivos… ¡Guau! Después de que tuvimos una verdadera oportunidad de ser grandes en 1864… El año en que Maximiliano llegó a México por mar, y exactamente 100 años antes de que yo también llegara a este país, pero por nacimiento (1964)…

El Fin… ¿?

Joseph, espero que hayas disfrutado esta narrativa, que escribí especialmente para ti.

Y antes de poner la bibliografía y unas últimas notas, termino con esta narrativa de mi antepasado y Maximiliano, dejándote ahora con un dialogo muy breve, que supuestamente tuvo lugar entre Maximiliano y un hombre no especificado, en el interior de una de las muchas Casonas enormes (estas casas grandísimas son las mansiones coloniales de aquél entonces) que existen en el centro histórico de esta gran ciudad de Santiago de Querétaro, Querétaro, sitio Patrimonio Cultural de la UNESCO…

Encontré este relato fascinante, y me encantó como me lo contó mi pariente en Galvanes, Guanajuato {lugar donde nuestro antepasado, y muchos otros que conformaron el Imperio de Max, se escondieron}. [Este lugar sigue siendo la misma aldea que está a un lado del mismo, inalterado camino rural en el cual viajaba Maximiliano. Estas terracerías, pequeños y polvorientos caminos secundarios, no eran el Camino Real per se, pero todos ellos terminaban conectados a este en algún punto].

Mi Tio Pedro Cervantes, un hombre sabio, en sus setentas u ochentas, me describió este episodio, como la noche en que se selló la suerte de Maximiliano…

Espero poder recrear, de manera fiel, la extremadamente acalorada y tensa atmosfera que existía en esa estancia, en el momento más decisivo de la vida de Maximiliano…

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En una de las últimas noches del mes de febrero de 1867… En el interior de una magnifica Casona, dentro de un cuarto elegante, cubierto de libros, se llevó a cabo una conversación, que fue escuchada ‘sin querer’, por alguien presente, pero al otro lado de la pared… [Creo que le podríamos llamar, la versión de los criptojudíos de México, en aquella época de 1800s, de lo que hoy

es la …).

Y la escena supuestamente se dio del siguiente tenor:

Max: “¡¿Por qué les está tomando tanto tiempo para darme ya su decisión final?! ¡Les he dado muchas concesiones lucrativas para su industria y negocios!... dijo el visiblemente alterado gobernante, mientras se paseaba sobre el piso, caminando nerviosamente de un lado a otro en la habitación… ¡El Imperio estaba en su situación más negra, inestable y peligrosa que haya enfrentado jamás! … Cara a cara con la realidad de que había sido abandonado completamente a su suerte, ¡y a punto de recibir todo el embate de los juaristas, que ya venían del norte! … ¡Guau! Max estaba experimentando exactamente lo que sintió Moctezuma, cuando Cortéz se le fue encima con todo… Casi imposible sobrevivir algo así… Estoy seguro que te puedes imaginar lo eléctrico que debió haber estado la atmosfera allí en ese cuarto, cuando continuó diciendo: “Lo juro… ¡Vencemos a esos mercenarios, y lo primero que voy a hacer, es derribar a esos terratenientes de sus tronos de soberbia y arrogancia! ¡Voy a someter a esos hacendados insensibles! ¡Esos despiadados traicioneros!”… Acto seguido, se fue hacia un escritorio, levanto un puñado de papeles en el aire y le dijo al desconocido: “¡Estas leyes van a ser promulgadas inmediatamente! ¡Voy a traerles a estas pobres almas una mejor vida y esperanza, así sea lo último que haga en esta vida!” [Esas almas que menciona, eran casi el 97-98% de la población en ese entonces… ¡O sí! ¡Estamos hablando aquí de

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los súper ricos y los miserablemente pobres! Y ese mismo analfabetismo y pobreza extrema continua siendo la causa raíz de cada uno de los estallidos sociales que ha vivido este país]…

El desconocido: “No puedo ni concebir como rayos piensas hacer eso…” dijo su interlocutor, allí sentado en un confortable ‘confidente’ ‘de plush’, junto a la vitrina guarda bebidas hecha de madera fina…

Max; ¿Cómo? ¡Educando e iluminando estas masas con conocimiento científico! ¡Así es como!... ¡¿Qué no tienen nada de compasión por esta gente?! ¿Qué acaso no piensan dejarlos salir nunca de su prisión? … ¡Hombre! ¡Van más de 300 años ya! Tú sabes tan bien como yo, que esta gente está tan metida en la superstición y la ignorancia, ¡que los veo atrapados allí para siempre si no hago yo algo al respecto!”… Vaso en mano, el Emperador caminó hacia uno de los dos balcones de ese estudio en el segundo piso… Y mientras estaba parado allí, tomó algo de aire fresco, junto con una mirada a los colores naranja y rojo, que adornaban esa hermosa puesta de sol de un invierno que ya agonizaba…

Vio una mujer india, de la Sierra, en la calle. Buscaba un lugar donde ponerse de cuclillas, a un lado de una de las entradas de la Casona, que se estaba al otro lado de la calle… Fue entonces que envolvió por completo al infante, con un delgado rebozo que llevaba puesto, alrededor de su cuerpo de ella, en un delgado rebozo que llevaba puesto, en un intento por darle al bebe algo de su calor en esa tarde fría… Intentaba amamantar a esa criatura que llevaba en brazos… desesperadamente intentando aplacarlo para que dejara de llorar… Debió ser una de las muchas pobres limosneras, que era tan común ver en estas calles de Querétaro… Entonces se hizo para atrás, como si sintiera repugnancia por esa escena tan patética frente a él…

Entonces caminó hacia el otro lado de esa opulenta y espaciosa habitación, llena de todo tipo de cosas caras y refinadas… Por una ventana, que estaba colocada a la mitad, vio, a través de las pesadas cortinas, como un montón de gruesos nubarrones se iban juntando a la distancia, por el lado noreste… Entonces fue cuando volteó, encarando a su interlocutor, y dijo: “Puedo traer muchas cosas buenas… avances a este país… ¡si solo se me concede la oportunidad!”… Volvió a darse la vuelta y se dirigió al otro balcón, deteniéndose a la entrada de la plataforma, y dijo muy quedito, como si le hablara al cielo, articulando como algún tipo de plegaria a alguien allá fuera, pero fue lo suficientemente fuerte, que el extraño visitante la pudo escuchar claramente: “Por favor, déjame ladear la balanza del poder… los convertiré en libres pensadores, te lo prometo…” (Como lo dijo Tomás Jefferson, uno de los fundadores de los EE.UU.: “La Iglesia siempre está aliada con el déspota”… siempre en contra del libre pensamiento). Algo me dice que estas últimas palabras, dichas suavemente por el Emperador, fueron más que nada, lo que determino el resultado de esta reunión, al menos para el forastero… Eso era lo último que quería escuchar del Emperador…

El desconocido: “¿Iluminar? ¿Avances? ¡¿Qué avances?! ¡Esos indios primitivos no serían capaces de reconocer un avance si se les parara enfrente! ¡Todo lo que necesitan es que alguien les diga que hacer!”…dijo el hombre grande y robusto, al levantarse del sofá, ¡sin creer lo que acababa de escuchar del gobernante! Y enseguida contra-argumentó con: “¡Aquí estamos, en medio de esta @#$%^&* guerra, tu reino en juego, y tú me estás hablando de educar a esos pobres diablos apestosos!”… Se encaminó nerviosamente a la vitrina del licor, le sirvió más de ese caro whisky escocés a su vaso, ¡y se lo tomó de un solo golpe! A estas alturas, ya sudando copiosamente, se sirve otro y vuelve a empinarse el brazo, echándose otro largo trago, y baja lo que quedó, y lo pone sobre la barra… Y en un intento por recobrar la compostura, respira con profundidad y corre sus manos sobre su cara y cabello, como jalándolas para atrás, tratando de liberar algo de la presión que sentía, y continuó: “Maximiliano, por qué no dejas, por ahora, todas esas ideas tuyas tan ‘agradables’ guardaditas por allí... Además, ¡el educar a los súbditos solo trae revolución!”

Dado que ahora Max lo veía con cara de pocos amigos, evidentemente sintiendo que se le retorcían las entrañas de ver que este ‘invitado’ le estaba hablando así, en un tono algo sarcástico

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[como los poderosos amos de este hombre desconocido, que le faltaban el respeto a Maximiliano y a su posición en este país], el extraño decidió bajarle el tono a sus palabras…“¿Libres pensadores? Mí káiser, ¡no necesitas preocuparte por hacerlos pensar por sí mismos a esos imbéciles, solo tienes que ocuparte en lo que quieres que piensen! Emperador, te trajeron aquí para gobernar con mano dura sobre estos miserables campesinos”… ¡Va por su vaso una vez más y se toma lo que quedaba de un jalón! Toma la botella nuevamente, mientras que ordena sus pensamientos, y se sirve otro trago hasta la coronilla, y esta vez dice en un tono mucho más sumiso, cambiando su táctica, en un último intento desesperado, como el que avienta patadas de ahogado, de convencer a este Habsburgo de que aceptara su oferta, tratando de rescatar, egoístamente, sus propios intereses, que se perderían si se derrumbaba el Imperio: “Su Majestad Imperial, por favor escucha lo que voy a decir. Puedo obtener el dinero y podemos ganar esta guerra, ¡pero hay una decisión que necesita ser tomada! Ya hemos hablado de esto en el pasado, pero ahora ha llegado el momento de que tú tomes esta decisión. He colocado ante ti, el camino que debes andar a fin de salvar tu Imperio… Y sacó un trapo fino de seda negra de su bolsa, que tenía letras rojas y un símbolo sobre él, y lo tendió sobre el mostrador y dijo: “La pregunta es, ¡¿estás dispuesto a pagar el precio por conservarlo?! Cuando el hombre dijo esto último, tenía un aspecto maléfico en su rostro… ¡algo ciertamente muy perturbador!

¡Hacía frio en ese lugar, y hubo un silencio pesado en esa habitación, por lo que pareció como horas! … Ya para entonces, estaba completamente oscuro allá afuera, ¡y el aire dentro de esa estancia estaba cargado de expectativa y urgencia! La lluvia ya había comenzado a caer a cantaros allá fuera, y los dos hombres podían escuchar el bullicio de gente, corriendo por refugiarse de las lágrimas frías que lloraba el cielo… El Emperador se había quedado allí, parado, los ojos clavados en ese trapo y lo que representaba (el oído en la pared asegura que la palabra ‘nefilim’ estaba escrita en el trapo, pero nunca lo pudo constatar), y después de un rato, volteó a ver a ese hombre misterioso, quien esperaba ansiosamente su respuesta, y le dijo: “¡Rehúso aceptar eso! ¡Ni tampoco me convertiré en lo que ellos quieren, con tal de preservar mi reino! ¡Me he enamorado verdaderamente de esta gente hermosa y noble, y me rehúso hacerles lo que tus amos me piden que les haga! ¡Nunca venderé mi alma de esa manera, ni tampoco haré sino aquello que sirva los intereses de este gente! ¡Pelearé entonces hasta el fin con los soldados que tengo aquí ahora!…”

A esto, contestó el visitante: “Maximiliano, por favor sal de aquí, vámonos mientras todavía podemos... Vámonos al sur, se les está preparando allí, a un grupo de hombres, para venir aquí a pelear… Hay soldados que…” Y siguió hablando, mientras que Maximiliano ordenaba sus pensamientos…

La faz del Emperador se volvió sombría, al caminar hacia un retrato de su esposa, Carlota, que colgaba de la pared… Y mientras contemplaba su imagen, solo un pensamiento se escuchaba en su cabeza: “Jamás podría regresar otra vez a Europa como un hombre derrotado… ¡No, nunca!”… Y después habló: “Como dije, me quedaré a pelear con los que decidan permanecer a mi lado”…

Entonces el extraño contestó: “¿Hasta qué punto estas dispuesto a llevar esto mi káiser?”…

Fue entonces que el Emperador clavó sus ojos, de color azul obscuro, en los de su interlocutor, y con un tono en su voz que revelaba a un hombre resuelto, dijo sin vacilar: “Hasta sus últimas consecuencias”…

El ‘invitado’, después de ver al Emperador comportarse de una manera en que jamás lo había visto antes, viendo con frustración, de que no se iba a echar para atrás en su decisión, se volvió y tomó asiento de nuevo en el suntuoso sofá, esforzándose por tratar de pensar en algo que decirle a este hombre, algo que posiblemente le pudiera cambiar su parecer… Entonces descansó su cabeza sobre sus manos por unos segundos, y dijo: “No puedo creer lo que te ha pasado… Maximiliano, ¿en verdad estas dispuesto a sacrificar la vida por un montón de salvajes? ¡Ahora mismo, en este preciso momento, el ejército de Juárez viene hacia acá, como una plaga de langostas

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para hacer pedazos lo que queda de tu Imperio! ¡¿Vas a abandonar a tu querida esposa a su suerte para hacer esta insensatez?! Entonces se decidió allí mismo, a jugar el papel del ‘amigo preocupado’, y mostró una cara de falsa tristeza, mientras se acercaba más al Emperador: “Max, mi querido amigo… ¡por favor date cuenta que aquí no estás jugando un rol en alguna obra teatral, en donde vas a terminar como el héroe, con el aplauso estruendoso de una audiencia mundial! ¡Esto es en serio y solo Dios sabe lo que te harán si te capturan! Por favor mi querido Maximiliano, escucha lo…”

¡Pero antes de que pudiera decir otra palabra más, Maximiliano lo paró en seco y lo tomó de la camisa y le grito!: “¡¿Crees que estoy jugando?! ¡¿Crees que estoy haciendo esto para emerger de esta situación como un héroe para el mundo?! ¡Maximiliano por fin se había hartado de escuchar a este hombre! ¡Enfurecido, lo aventó contra la pared! Después lo soltó, cuando el hombre pidió misericordia, y se dirigió rápidamente hacia el enorme levita del visitante, que colgaba del perchero, ¡lo tomó y se lo arrojó!: “¡Sal de aquí! ¡Ahora mismo! ¡Váyanse al infierno tú y todos tus cómplices luciferianos! ¡Y les dices a esos demonios, que un día los veré quemándose en el lago de fuego! ¡Lárgate!”

No quedaba ya nada por decir… La suerte de Maximiliano había sido echada esa noche…

¡El desconocido salió echando chispas de ese estudio! Decía cosas mientras bajaba las escalinatas, escoltado por dos soldados, siseando entre dientes cosas que ni siquiera la ‘oreja en la pared’ pudo discernir… ¡Después de ser echado a la calle por un guardia austriaco enorme, el desconocido les gritó, con coraje, a sus asustados siervos, quienes le trajeran a toda prisa su carro de caballos! ¡Como siempre, iba a cobrar su vengativa retribución con ellos! ¡Vapuleó al pobre chofer con desprecio, al tiempo que azotaba la puerta detrás de él, escabulléndose fuera de la ciudad, por la parte este, como un insecto! … Esta sería la última vez que se verían en esta vida, estos dos importantes personajes históricos…

Fin.***************************************************************************************************************

Notas Finales: *El hombre en que nunca debió haber confiado Max…Por ahora, como te prometí al comienzo de este ensayo, terminaré esta carta diciendo unas

cuantas cosas sobre este hombre llamado el padre Fischer:

¿Quién fue esa figura fría y despreciable que estuvo esa noche con el Emperador?

Solo me queda especular sobre ello, pero siento que fue ese hombre que estaba tan cercano a Maximiliano…

A la Iglesia se le había mantenido completamente informada, sobre todo lo que sucedía y se decía en privado, así que, ¿quién tenía ese tipo de acceso a información confidencial para poder escuchar estas cosas secretas? ¿Quién fue tan influyente, dentro del círculo íntimo del Emperador, para tener ese tipo de acceso? Y también, igual de importante, ¿quién tenía armado un sistema tan efectivo, que le permitiría comunicárselo rápidamente a la Santa Sede?

Un hombre, que tuvo una enorme influencia sobre Maximiliano durante todo su reinado, quién fue conflictivo y un individuo fascinantemente siniestro, nacido en 1825 y quien no fue para nada un aristócrata austriaco {pese al hecho de que trató de ennoblecerse, inventando la mentira de que era el hijo bastardo del Rey Württemberg}, sino el segundo hijo de una familia alemana pobre, un individuo con el nombre de Agustín Fischer…

Las cosas de admirar de este individuo, son que era un poliglota, un lingüista que hablaba español, inglés y alemán… Que aplicó una disciplina teutona a la meta de obtener tanta sabiduría y

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conocimiento como fuese posible… Un excelente e ingenioso negociador… Un hombre de educación avanzada, que poseía un carácter muy fuerte, siempre buscando sobresalir en toda ocasión.

Pero también tenía un lado muy oscuro, de mala fama…

Descrito por muchos como alguien que ‘no podía mantener los pantalones arriba ni la botella abajo’, batallaba mucho para mantenerse sobrio y en celibato… Un caza-fortunas malicioso, inflexible, intolerante y malvado, dedicado a los placeres de la carne…

En 1863, él y Max se conocieron en Roma. Y en ésa ocasión, Fischer impresionó grandemente al Emperador. Siempre hablaban en alemán y astutamente se fue ganando, poco a poco, toda la confianza del Habsburgo.

Maximiliano encomendó a este hombre para llevar un concordato al pontífice, buscando mejorar las tensas relaciones entre el Emperador y el Vaticano, pero más importante que eso, para buscar la ayuda financiera de la institución más pudiente y poderosa de la tierra. Este sacerdote jesuita sabía muy bien desde un principio, que el Papa Pío IX nunca pondría $ a disposición de Max, debido a las políticas liberales que había adoptado el austriaco, como el rehusarse a perseguir a las personas que no practicaran la religión católica y a los judíos de México, pero, sin embargo, le siguió dando al Emperador su famoso ‘ya merito’ y continuó alimentando falsas esperanzas, hasta los últimos meses antes de que el Emperador fuera baleado.

Cuando regresa a México, se topa con la noticia de que Maximiliano está en Veracruz, a punto de abandonar el país… Así que, de una manera ‘milagrosa’, logra convencer a la Iglesia para que de 11 millones de pesos, para seguir peleando la guerra. [La única razón por la que dieron este $, fue porque Fischer convenció al Papa, de que si no aflojaba ese billete, Max se iría a Europa. El jesuita solo estaba cuidando sus propios intereses, porque si se regaban las noticias de que Maximiliano había abandonado el reino, ¡Juárez les iba a caer con todo lo que tenía a los conservadores! Destruiría por completo al partido conservador, y su alta posición de Agustín, en la curia romana, se haría kaputt, pero, si por algún milagro el Imperio sobrevivía, entonces eso significaba que el jesuita sería nombrado arzobispo de México].

En gran parte, Maximiliano se quedó en México gracias a los esfuerzos de Fischer. Y la estrategia magistralmente malvada que diseño, ¡fue la de no permitirle al Habsburgo hablar con nadie que pudiera desanimarlo de quedarse en el país! ¡Este hombre prácticamente se convirtió en su sombra de Maximiliano!

Estuvo presente en la Ciudad de México cuando el General Porfirio Díaz, líder del ejército liberal, la capturó. Y curiosamente, considerando que este cura era la mano derecha de Max, supuestamente lo ‘encerraron’ (guiñando el ojo) por solo unos meses… ¡En verdad que es extraño que no lo hayan tratado los juaristas con más severidad, tomando en cuenta su posición en el Imperio! Verdaderamente, es muy sospechoso todo esto…

Bueno, pues se dice que él nunca fue a Querétaro para ver a Maximiliano, y que este supuesto amigo lo había abandonado a su suerte, después de que Maximiliano instaló su gobierno en Querétaro. Pero yo, personalmente, creo que Fischer fue el hombre que visitó a Max esa noche, unas semanas antes de que rodearan la ciudad… Que este fue el vil cobarde que le llevo ese mensaje a Maximiliano, de parte de los ‘poderosos’…

Una vez que se regó la noticia por todo el mundo, de que Maximiliano había sido ejecutado, en Europa acusaron a Fischer de la muerte del Habsburgo. Lo vieron por lo que realmente fue: ¡un judas traicionero! ¡Su misión había sido vigilar de cercas a Maximiliano, y el ver que sirviera los intereses de ellos, o ser eliminado! Todos le cerraron las puertas a este jesuita. Terminó como un maestro privado, viviendo en escasez. ¡Nunca más volvió a probar la abundancia y la buena vida, como lo hizo con Max!

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Y este cuadro aquí encarna lo que fue verdaderamente fue el hombre: En Paris, se pintó un lienzo donde, falsamente, Fischer aparece con Maximiliano durante sus últimos momentos… El sacerdote se muestra cubriendo su cara con la mano izquierda, como si llorará, mientras que el Emperador le coloca su brazo alrededor de él, como intentando consolar a su ‘amigo’…

¡Que actor tan farsante y que falso amigo resultó ser este jesuita Fischer! ¡El padre Soria fue el último que confesó a Max! ¡La única razón por la que Roma abiertamente lo apartó, fue porque tenían miedo de que de alguna manera los implicaría en todo esto, y que los embarraría también de su descrédito e infamia!

Moriría en la deshonra en 1887, a la edad de 62 años. Sus restos quedan enterrados en el Panteón Francés de México.

Así que, Sr. Lovett, ¡allí lo tienes! Como puedes ver, existen una infinidad de historias, narrativas, datos, tradiciones orales y prácticas, que nuestros antepasados nos pasaron a través de los siglos que testifican sobre nuestra herencia judía. Y nada nos encantaría más, a mi familia y a mí, que tú vinieras aquí, a Apaseo el Alto, Guanajuato, México, para que veas este lugar por ti mismo.

Hace años, hice un humilde intento por filmar un corto documental de estas tierras, y una copia de ese DVD está disponible a pedido tuyo. ¡No quiero terminar esta carta, sin primero felicitarte a ti y a tu equipo por el trabajo excelente que están haciendo! ¡Grandioso trabajo Sr. Lovett!

Son fascinantes los tesoros, figurativamente y literalmente hablando, que yacen latentes en este centro geográfico de México. Como quisiera que los ojos de los descendientes de los sefardíes de México pudieran ser abiertos con este trabajo que tú estás haciendo. ¡La mayoría de los sucesores de nuestros antepasados comunes no saben nada, absolutamente, sobre su herencia judía!

Y parafraseando lo que el gran Moshé una vez le dijo al pueblo judío, ‘¿vas a quedarte confortablemente sentado y solo observarás como pelean tus hermanos por sus vidas?’… Con esto, invitó a todo sefardí de América, para que, como yo, meta su solicitud para convertirse en

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voluntario del IDF [Fuerzas de Defensa Israelíes] a través de su Programa Machal ([email protected]). Por favor inscríbete, para que podamos unirnos a nuestros hermanos y hermanas en Israel, ¡en su lucha contra un malvado enemigo que quiere borrarnos de la faz de la tierra!

No habría honor más grande para este, el más indigno e insignificante de los siervos de DIOS, que el poder ayudar de alguna manera, en traer un despertar a todos los sefarditas del continente.

Le he pedido a DIOS, que me permita servir a SUS Dos Testigos que ya vienen, en cualquier capacidad, en el trabajo que deben hacer para reclutar los 144,000 judíos, y después lo que sea la voluntad de YAHVÉ, Amén.

P.D.: Se me ha dicho que existen archivos históricos almacenados en un viejo edificio, seguramente propiedad de la Iglesia Católica, en la vecina ciudad de Apaseo el Grande. Una municipalidad que está al norte de nosotros, bajo cuyo gobierno estuvimos hasta 1947. Casi podría apostar de que tienen allí muchos documentos reveladores, escritos por los sacerdotes de hace mucho tiempo atrás… Escritos que atestiguan de las cosas que han sucedido aquí, por poco más de 500 años. Pienso que la propiedad debe estar bajo la gestión de la jurisdicción eclesiástica local (diócesis) de Apaseo el Grande. Y me han dicho que se han visto renuentes a abrir esos archivos al público… ¿Me pregunto por qué será?

® © Indautor 2014

Y la Bibliografía…“Las Huellas de un Desconocido” -- Konrad Ratz“Diario de Guerra de Carl Khevenhüller” --- Carl Khevenhüller“Mis Memorias de Querétaro y Maximiliano” -– Félix Zu Salm-Salm“El Cerro de la Campanas, Memorias de un Guerrillero” -– Juan Antonio

Mateos“Por Querétaro Hacia la Eternidad, General Miguel Miramón en el Segundo Imperio” -– Carlos González Montesinos“El Segundo Imperio” – Erika Pani“Maximiliano Intimo. El Emperador Maximiliano y su Corte. Memorias de un Secretario Particular” -- José Luis Blasio“México, Tierra de Volcanes” – Joseph H. Schlarman“Jesús Sosa Piedra, Una Historia Sin Fin” – Francisco Sauza Vega

Citas de Hombres Famosos sobre la Orden de los Jesuitas:"La guerra [es decir, la Guerra Civil americana de 1861-1865] nunca hubiera sido posible sin la influencia siniestra de los Jesuitas." Abraham Lincoln (1809-1865; 16 º Presidente de los Estados Unidos).

“Mi historia de los jesuitas no se ha escrito elocuentemente, pero es apoyada por autoridades incuestionables, [y] es muy particular y muy horrible. Su restauración [de la

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Orden de los Jesuitas] [en 1814 por el Papa Pío VII] es sin duda un paso hacia la oscuridad, la crueldad, el despotismo, [y] la muerte. ... no me gusta el aspecto de los jesuitas. Si alguna vez hubo un cuerpo de hombres que merecieron la condenación eterna en la tierra y en el infierno, es esta Sociedad de [Ignacio de] Loyola." John Adams (1735-1826; segundo Presidente de los Estados Unidos).

"Es mi opinión que si las libertades de este país - los Estados Unidos de América - son destruidas, será por la sutileza de los sacerdotes católicos romanos jesuitas, porque ellos son los enemigos más hábiles y peligrosos de las libertades civiles y religiosas. Ellos han instigado la mayoría de las guerras de Europa”. Marqués de Lafayette (1757-1834;.. Estadista francés y general. Sirvió en el ejército continental de América bajo el mando del general George Washington durante la Guerra Revolucionaria Americana).

"Entre 1555 y 1931 la Compañía de Jesús [es decir, la Orden de los Jesuitas] fue expulsada de por lo menos 83 países, ciudades estados y ciudades, por participar en la intriga política y conspiraciones subversivas contra el bienestar del Estado, de acuerdo a los registros de un sacerdote jesuita de renombre [Thomas J. Campbell]. ... Prácticamente todos los casos de expulsión fue para la intriga política, la infiltración política, la subversión política, y de incitar a la insurrección política”. (1987) J.E.C. Shepard (historiador canadiense).

"Los jesuitas... son simplemente el ejército romano para la soberanía terrenal del mundo en el futuro, con el Pontífice de Roma por emperador... ese es su ideal... Es simple lujuria del poder, de la ganancia terrenal sucia, de la dominación -. Algo así como una servidumbre universal con ellos [es decir, los jesuitas] como amos - Eso es todo lo que representan. Tal vez ellos ni siquiera creen en Dios". Fyodor Dostoyevsky (1821-1881; famoso novelista ruso).

"[Los jesuitas] son los enemigos mortales de la libertad civil y religiosa.” R.W. Thompson (Ex-Secretario de la Marina estadounidense).

"Si rastreamos la masonería, a través de todas sus órdenes, hasta llegar a la gran cabeza masona del Mundo, usted descubrirá que el pavoroso individuo y el Jefe de la Compañía de Jesús [es decir, el Superior General de la Orden Jesuita] son una y la misma persona”. James Parton (historiador estadounidense).

"La Compañía de Jesús [es decir, la Orden de los Jesuitas] es el enemigo del hombre. Toda la raza humana debería unirse para derrocarlo. ... Porque no hay alternativa entre su extirpación total y la corrupción absoluta y degradación de la humanidad.” "Robert J. Breckinridge (autor).

"Los jesuitas... son una sociedad secreta - una especie de orden masónica - con características sobreagregadas de odiosidad repugnante, y mil veces más peligrosa." Samuel Morse (1791-1872; inventor estadounidense del telégrafo; autor del libro Conspiración Extranjera Contra las Libertades de los Estados Unidos).

"¿Por qué habrían de utilizar los jesuitas a su enemigo implacable, los judíos, para promover sus diseños de dominio mundial? Los Jesuitas nunca hacen nada abiertamente, donde puedan ser expuestos. Si se les reconoce como los culpables, serán imputados y sufrirán las consecuencias, pero si pueden utilizar a otra persona como la 'causa de los problemas del mundo ", especialmente a un enemigo que puedan destruir en el proceso, entonces han logrado simultáneamente dos de sus objetivos. El pueblo judío es el chivo expiatorio perfecto. Puesto que los Rothschilds son agentes jesuitas que operan encubiertos como judíos, utilizándolos [es decir, los Rothschilds] en la formación de los Illuminati, allá en 1776, efectivamente coloca la responsabilidad de esta conspiración en los judíos. Los Rothschilds ciertamente no son los únicos agentes jesuitas que operan bajo una fachada

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judía.” Bill Hughes “El Enemigo Desenmascarado”, 2004.