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Acto de beber La joven pastor protestante fue calle abajo, pasando el economato el restaurante de barra y las desperdigadas tabernas A dos bloques a su izquierda se erguía el refugio de los sin hogar Otro bloque más allá el almacén de comida todas las familiares fachadas distintivas de un barrio de viejos y altos edificios que oradaban el cañón de pobreza y desesperación en alquitranadas calles y resquebrajadas aceras de cemento Había dejado el Centro Comunitario del barrio descorazonada. Con el declive económico el ayuntamiento entró en modo de recortes fiscales. El programa de cuidado diurno para ancianos estaba en peligro. Para las parejas y demás cuidadores de los ancianos la idea de perder el programa era más demoledora que la realida sentida por los ancianos a los que iba dirigido muchos de ellos ya no conscientes de su alrededor inmediato. El programa permitía a unos cuidadores ira trabajar seguros del bienestar de sus amados A otros les proporcionaba tregua de la tensión diaria de servir a un adulto con

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Acto de beber

La joven pastor protestante fue calle abajo, pasando el economato

el restaurante de barra y las desperdigadas tabernas

A dos bloques a su izquierda se ergua el refugio de los sin hogar

Otro bloque ms all el almacn de comida

todas las familiares fachadas distintivas de un barrio

de viejos y altos edificios

que oradaban el can de pobreza y desesperacin en alquitranadas

calles y resquebrajadas aceras de cemento

Haba dejado el Centro Comunitario del barrio

descorazonada. Con el declive econmico

el ayuntamiento entr en modo de recortes fiscales.

El programa de cuidado diurno para ancianos estaba en peligro.

Para las parejas y dems

cuidadores de los ancianos la idea de perder el programa

era ms demoledora que la realida sentida por los ancianos a los que iba dirigido

muchos de ellos ya no conscientes de su alrededor inmediato.

El programa permita a unos cuidadores ira trabajar seguros del bienestar de sus amados

A otros les proporcionaba tregua de la tensin diaria de servir a un adulto con

las capacidades de un nio. Lo apropiado era organizarse pronto

y cabildear la continuacin de los fondos del programa.

No saba responder a la pregunta de por qu Dios nos hizo tan frgiles,

de por qu la sociedad formada por la creacin de Dios era tan injusta

La pastor saba que, en las semanas por venir,

habra similares llamadas al orden de otros grupos buscando

continuar programas de fondos destinados a refugios y comedores para los sin techo

para programas extraescolares y clnicas de salud

La paradoja que observaba era que, cuando el

desempleo creca y con l la necesidad de estos mismos servicios

menos dispuesta estaba la sociedad a darlos.

Senta el fro de la hmeda noche otoal metrsele en huesos y

msculos. Bajo su impermeable

vesta el usual traje de pastor episcopaliano

de pantalones y camisa negra con alzacuellos blanco

Dese llevar puesto el suter para detener el fro.

El brazo del atacante agarr a la pastor por el cuello y

la empuj dentro de un callejn. Su cuerpo fue presionado contra el de su atacante.

Durante los primeros latidos no hizo nada por

resistirse. Su mente se haba alejado de las calles y los peligros que encerraban tanto de da

como de noche. Devolviendo su concentracin al momento supo que tena que actuar

rpidamente. Con su pierna derecha pate contra la espinilla del otro.

Oy el deslizamiento del metal. Un cuchillo estaba ahora colocado en su garganta.

Hazlo otra vez y te rajo."

A la pastor le sorprendi la voz. Era grave, gutural y una mujer la posea. Podra haber sido

ilgico pero se sinti menos en peligro. La violacin no era motivacin

Se relaj. Si la estaban atracando, la suma de dinero que llevaba era pequea y

se podran reemplazar su identificacin y su nica tarjeta de crdito.

Su cese de resistencia fue notada por la voz. Eso est mejor."

Con veloz movimiento la pastor fue empujada contra la pared de ladrillo

de la tintorera local. Levant las manos para amortiguar el impacto

La cascada superficie rasp sus palmas desgarrando la piel. Sangr.

La voz orden. Date la vuelta y mantn las manos dnde pueda verlas."

La pastor se movi despacio. Preferira no ver a su atacante

Saba que poder identificar a quin le hara dao

la pondra en mayor peligro

La pastor baj la mirada deliberadamente. Slo sus propio

zapatos entraban en su lnea de visin.

Nada pas. Nada fue dicho, ninguna orden dada

La pastor se pregunt si estaban jugando con ella.

Por qu deba ser su miedo objeto del desatino de otro? Saba que en incidentes como

ste se alteraban las percepciones. El tiempo pasaba lentamente

tan intolerablemente

No esperara ms, no importaban las consecuencias

La pastor levant la cabeza. Mientras lo haca sus ojos recorrieron las botas negras

vaqueros negros, camiseta negra, chaqueta de cuero

negra y largo cabello negro de la mujer que estaba ante ella

Su mirada subi hasta captar la Belleza

de la aceitunada piel y oscuras facciones de la mujer

Los ojos de la mujer zanjaban el abismo entre luz y oscuridad

Sus ojos eran de un cristalino azul marino. La pastor encontraba

difcil creer que la duea de tales ojos le hubiera puesto una navaja en la garganta

y an as, lo haba hecho.

La mujer estaba mirando fijamente a la joven pastor.

Te conozco." La voz de la mujer traicion

el aire de intimidacin que se desmoronaba.

La pastor se prepar mientras la mujer extenda la mano del cuchillo

La mano temblaba. Con ella tambin la hoja a unas pulgadas

de la mejilla de la pastor. La imagen de la pastor volaba por

la conciencia ya confundida de la mujer

La pastor no era muy alta pero tena presencia. Su corto pelo rubio

caa en mechones sobre la frente y encima de sus orejas. Sus ojos eran verde

esmeralda, claros e inteligentes

Valientes dado que se atrevan a igualarse con los de la mujer

La mujer no estaba segura de por qu haba cogido a la pastor a punta de cuchillo

de porqu estaba en el callejn con ella

Tena que haber tenido una razn. La contempl en un esfuerzo

por disminuir su desorientacin

Agit la cabeza intentando deshacerse del palpitante dolor en sus sienes

La mujer apunt a la cruz que colgaba del cuello de la pastor.

Es oro?"

La pastor no le contest.

La mujer agarr la cruz y se la arranc a la pastor.

Alcanzando su cartera la pastor rog. Por favor, no. Llvate el dinero, no la cruz".

La mujer observ emerger el fuego de la pastor. Le gust lo que vio, una desenfrenada y vivida

chispa de vida. Cualquier cosa que la mujer buscara, ahora tena un pedazo de ello en la mano

y no iba a dejarlo. Contest a la pastor con satisfaccin. No necesito tu dinero

Eh, Rev.! Est bien?"

La pastor y su atacante volcaron su atencin a la fuente de la pregunta.

Tres hombres jvenes estaban cruzando la calle hacia el callejn.

La mujer volvi a mirar a la pastor. Senta un

obsesionante vaco que no poda explicar. No haba acabado con la pastor

Lo que an necesitaba ser tendra que esperar

La mujer mir al callejn cortado por una cerca de madera.

Sera su ruta de escape. Corri hacia la cerca y se iz sobre un contenedor de basura industrial

que estaba adyacente a ella. Lanz una mirada final a la pastor antes de escalar la madera.

Profundamente dentro, la pastor senta que haba algo familiar en la mujer

Record las palabras de la mujer, Te conozco

Y la pastor se pregunt si era verdad.

La maana despus

El sol de media maana lanzaba un rayo de luz a travs de la claraboya industrial. La mujer

yaca en su cama, brazos y piernas encogidos en posicin fetal

Senta la calidez de la luz del sol en su mejilla.

No era bienvenida. Se senta febril y, si pudiera moverse sin dolor, habra

buscado el fresco aire de octubre yndose por la salida de incendios. Volvi a dormirse.

Para medioda su dolor de cabeza haba remitido

dejando slo un irritante dbil rastro para recordarle cuan desvalida estaba

cuan esclava de las traiciones de su cuerpo. Lentamente abri los ojo

permitndoles ajustarse a la brillante luz. Sus brazos se apretaron contra su

pecho. Era una nia buscando refugio de los acechantes demonios

Una lgrima cruz su mejilla.

Saba que no haba escapatoria de sus demonios. Residan dentro de ella.

Sinti en una mano un peso extrao. Se qued mirando la mano ignorando su contenido.

Despacio, con un sentido de presagio abri la mano.

Sus ojos estudiaron la cruz y cadena de oro. No eran suyas.

No las conoca. No recordaba cmo haba conseguido su posesin. Se

incorpor a una postura sentada y estudi ms la cruz y cadena.

El broche de la cadena estaba roto. La cruz era muy simple de lnea

y forma. No era moderna. Tena aspecto de antigedad.

La mujer cerr sus ojos buscando un recuerdo

Cul fue su ltimo recuerdo?

Cundo perdi la consciencia?

Jirones del da anterior vinieron a ella uno a uno

Los entreteji en un esfuerzo

por terminar el tapiz que le dira todo lo que necesitaba saber.

Record haber ayudado en la

barra de la taberna de los Campos Elseos.

Sintiendo una creciente presin contra sus sienes,

se fue antes de la hora de apertura. No recordaba nada ms.

Le era difcil ignorar la creciente pauta

Se levant y cruz el espacio abierto del tico hasta los altos ventanales,

de suelo a techo, que componan la fachada del edificio.

La ciudad llevaba horas despierta. El barrio se ocupaba de su

negocio, un organismo de dependencias

El camin de entregas delante del mercado estaba siendo descargado

mientras jvenes y viejos entraban en l para comprar los comestibles

esenciales para alimentarse ellos y sus familias

En la esquina el kiosquero permaneca observando

para impedir que su inventario desapareciese misteriosamente

bajo la chaqueta de un cliente

Jacob, el abogado local, un hombre que orgullosamente respaldaba la imagen del

estereotpico anciano judo que viva la conviccin de la justicia social y el cuidado por su

prjimo, estaba fuera de su oficina fumando en pipa. Saliendo a su lado y ofrecindol

una taza de caf a Jacob estaba Liza

su esposa y jefa de oficina, que haca tiempo haba decretado que

no sera vctima de su humo de segunda mano

Jacob acept el caf agraciando a Liza con un beso en su mejilla

La mujer saba que, con el tiempo, Jacob lleg a disfrutar el tener una razn

para dejar los confines de su parca oficina para unirse el ritmo de la vida de fuera

Y el con tiempo Jacob lleg a apreciar que era la sabidura

de Liza la que le daba razn para as hacerlo.

Haba ms Jacobs y Lizas. En lugar de judos eran musulmanes, budistas

hinds y un surtido de denominaciones

cristianas que inclua catlico, episcopaliano, baptista, ortodoxo oriental

luterano y metodista. En lugar de polacos haba viejos vecinos italianos

irlandeses y griegos

mezclndose con los nuevos afroamericanos, asiticos

europeos orientales y occidentales, y

de Medio Oriente. La mezcla de ocupaciones abarcaba toda la gama

comerciantes locales,obreros, funcionarios municipales

suministradores de servicios baratos y los pocos

profesionales como la mujer que se neg a marcharse permanentemente

habiendo nacido en el barrio,

teniendo que irse para recibir educacin pero regresando, atrada por una fuerza ms

cercana al temperamento de una mstica que al de una moderna urbanita.

El barrio como unidad intentaba intensamente sobrevivir contra las presiones del siempre

cambiante y complicado mundo. El barrio intentaba proteger y cuidar a quienes traspasaban

sus fronteras. Muchos de ellos cerca del lmite de la vida, fsica y emocionalmente

La preocupacin fundamental del barrio eran siempre los nios

y los ancianos, los ms

vulnerables. El barrio era un frgil y vulnerable bastin constreido en su capacidad de ofrecer

salvaguarda, aunque lo que poda ofrecer era ms que lo que muchos haban conocido antes

de caer bajo su cuidado.

El barrio no poda escapar a la suciedad y brutalidad de la gran ciudad.

An as, sobreviva y en ocasiones un nicho dentro de l medraba

La mujer saba que ella

posea en los Campos Elseos uno de esos raros nichos.

Regres a su tico. El extenso enclave resultaba de la combinacin de divisores limitados

Techos altos y claraboyas rodeados por muros de ladrillo crema.

El espacio era complementado con muebles de lnea simple

y forma no muy diferente de la cruz que sostena en su mano. Se situ

junto a su oficina de escritorio de teca, aparador

y mesa de ordenador, con una alta estantera abierta alineando la pared del tico

Ante ella estaba su nica extravagancia, la cocina de chef

con isla de madera slida

A un lado de la isla tres taburetes altos invitaban a los visitantes a descansar

informalmente. A su derecha la alcoba, una simple cama de acero negro con

adyacentes mesitas de noche de teca, una alta cmoda

y un espejo independiente. Una serie de biombos orientales proporcionaban

la privacidad que precisaba. Haba puesto, a la derecha

de la entrada del tico, el mobiliario de la sala de dos

sofs tapizados de beige descansando en ngulo recto

con una mesa de caf negra con parte superior de cristal. Sus ms valiosos libros

estaban cuidadosamente catalogados en estantes colgados de la pared

Un centro de entretenimiento independiente

contena un complicado equipamiento de sonido y vdeo. Y finalmente

a la derecha estaba el rea de comedor comprendida de una simple mesa

de madera con seis sillas de cuero negro

Las reas de comedor, estar y dormitorio estaban an

ms delimitadas por las pocas zonas de alfombras que ella estaba dispuesta a usar para

proporcionar calidez. Su preferencia era maximizar

la exposicin de los bien pulidos suelos de roble.

A lo largo del tico colgaban una edicin limitada de fotografas en blanco y negro

Originale A carboncillo y lpiz, y ediciones limitadas

de impresiones de la forma femenina. Acentuaba

su espacio con algunas esculturas de sobremesa seleccionadas

y artesanas de alfarera.

Era su hogar. Era un santuario que consenta compartir con slo un puado de amigos

Pocos en las calles de abajo eran conscientes de su existencia

El da se haba medio ido y ella tena

trabajo que hacer. Le aliviaba que el trabajo pudiera hacerse sin dejar este espacio. Pero

tambin saba que pronto tendra que dejar su proteccin y se pregunt, mirando una vez ms la

cruz y cadena, quin estaba en mayor peligro, ella o quienes la encontraban La calle

Los bares estaban cerrando. La calle estaba esparcida con las ltimas aves nocturnas

apestando a cerveza y humo de cigarrillo. Dos mujeres iban calle abajo, la ms baja

pavonendose claramente y reclamando posesin de la ms alta

Acercndose a ellas estaba la joven pastor

La pastor se detuvo al verlas. Su mirada se mantuvo, una creciente ofensa

apropindose de ella. La mujer ms baja not ser objeto del escrutinio de la pastor

y no le gust.

Mientras pasaban bajo una farola la mujer ms baja desafi a la clrigo de paso

Qu mira,

Padre?"

La pastor dirigi su contestacin a la mujer alta. Contena un desafo.

Hola."

Sintindose despreciada, la mujer baja expres su creciente irritacin con una inclinacin

burlona. Procedi a la presentacin. Nicki, te presento a la buena reverenda

Elizabeth Kelly.

Beth es la nueva pastor de St. Ann."

Nicole se sinti subyugada por la mirada de la joven pastor. Permaneci callada

Algo estaba terriblemente mal pero no saba el qu.

La mujer baja estaba atnita por la pasividad de Nicole. Eh, machota, mira para aqui

Entumecida, Nicole hizo lo que se le peda. La mujer baja la tom en un beso baboso y

exagerado. Repelida

Beth retrocedi un paso y empez a ir hacia su destino

Nicole se apart de su compaera y observ marcharse a la pastor.

La mujer baja no pudo evitar notarlo. Eh, Nicki. Si acercarte a Dios te pone cachonda

tendremos que ir por la iglesia."

Cierra el pico, Page!"

Page saba andar con pies de plomo con la voltil griega. Que te pica?"

Nada. Vamos."

Page no pudo evitar expresar su admiracin. Tienes que admitir que la pastor tiene pelotas

para estar todava paseando por las calles tan tarde."

Nicole no tena punto de referencia. A qu te refieres?"

Diablos, ta, dnde has estado? La comidilla

del barrio es que la asaltaron hace un par de semanas

El cabrn le rob la cruz de su abuela."

Cruz?"

S. Asaltar a un pastor es vil."

Nicole sinti un miedo consumidor. Fue un hombre?"

Supongo. No llam a los polis. Debe ser esa mierda de perdonar los pecados."

Nicole reprendi. Te importa?"

Page fue sincera. Sabes, Nicki, nunca voy a entenderte."

Nicole le ech una buena mirada crtica a Page. Tena razn

Page no tendra jams posibilidad

de entenderla. Page era un buen rato, nada ms. Nunca podra ser ms Colegas

Beth entr en la oficina del padre David. Buenas noches, David."

David levant la vista del borrador de su homila de domingo. Beth, entra, por favor."

Beth acept la invitacin.

David se quit sus gafas de montura de alambre. Toma asiento."

Beth hizo lo que se le sugiri. Habl con desarmante sonrisa. Me ests poniendo nerviosa."

David le devolvi la sonrisa. Le gustaba la nueva joven pastor. No lo ests. Slo deseaba

comprobar cmo te va."

"Estoy bien, David."

"Cmo est la Sra. Wesley?"

"La enfermera cree que morir pronto. He pasado un par de noches hasta tarde leyndole. Se

asusta y eso le calma."

"Cmo de tarde?"

"Tarde. David, no te preocupes. He completado mi cuota de asaltos este ao."

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David se retrep en su silla. Me gustara que permanecieras de un pedazo."

"Dios lo quiera."

"Oh, por favor! Dios te dio inteligencia para saber no tentar al peligro."

"David, bromeaba. Tengo cuidado."

"De acuerdo. Tienes cuidado. Que tal si te dosificas. S que tienes la mitad de mi edad y ms

del doble de energa, pero quemarse es probable y no necesito or del Obispo que te llev a una

tumba temprana."

"No ests siendo un poco dramtico?"

"Cunto dormiste anoche?"

"Lo bastante para una mujer con la mitad de tu edad."

"Si no fueron al menos siete u ocho horas, no fue bastante. Si no te cuidas por tu propio bien,

hazlo por la gente a la que has de ayudar. Diablos, hazlo por m. No necesito ms estrs."

Beth miraba sus manos con incomodidad. Le gustaba David y desesperadamente deseaba

serle de ayuda . Mejorar."

"Gracias. Ahora, que planes tienes para la tarde?"

Beth mir al hombre afectuoso. No saldr. Hay un libro que he estado queriendo conseguir."

David apuntill suavemente. Otro de los telogos alemanes?"

Beth se puso en pie. No. Un bien respetado telogo feminista norteamericano."

"Bueno, cundo puedo esperar la prxima entrega de nuestra saludable discusin?"

"Que tal algn almuerzo de la prxima semana?"

"No puedo esperar. Buenas noches, Beth."

"Buenas noches, David."

Beth recorri el vestbulo y despus los escalones hasta la tercera planta. La entrada de su

apartamento era la primera puerta a la derecha. Vivir en el recinto de la iglesia tena sus

ventajas. Los desplazamientos mnimos eran una de ellas.

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Se haba mudado al estudio a mitad de agosto. Ese primer da no pudo evitar notar la sorpresa

de David cuando se dio cuenta de la extensin de sus mnimas pertenencias. Consistan

literalmente en la ropa puesta, su mochila, su porttil, una bolsita de cuero llena de cositas que

colgaba de su hombro y media docena de cajas de libros, enviadas por UPS, que haban llegado

la semana anterior.

Devolviendo lo tomado

Llevaba horas en las sombras decidida a no irse hasta cumplir su resolucin. No conoca la

rutina de la iglesia. Slo poda esperar que la joven pastor entrara sin escolta en el santuario en

algn momento del da.

Era ahora el momento que Nicole haba esperado. La joven pastor entr en la baslica a travs

del crucero, su tarea del momento era preparar el altar para la misa. Nicole se movi

rpidamente, no dando oportunidad a su miedo para que la hiciese regresar a la seguridad del

anonimato. Sin ser detectada se qued en el centro del altar. Beth sinti una presencia. Se

volvi para ver quin se le haba unido. La alta morena desgreada le sobresalt. Beth sinti una

oleada de miedo as como de furia. Furia alimentada por la audacia de la desconocida. Asaltarla

en la calle era una cosa. Pero hacerlo en la iglesia, otra. Habl con voz adusta y mesurada.

"Qu quieres?"

Nicole subi el primer escaln de altar. Desafiante, Beth se mantuvo firme en el tercero. Nicole

llevaba puesta una trinchera negra, sus manos escondidas en los bolsillos. Extendi la mano

derecha y abri su palma a Beth. Es tuyo?"

Beth mir abajo, reconociendo la cruz y cadena de oro. Devolvi su mirada inflexible a la

desconocida. Sabes que s."

Nicole se sinti penitente. Te her?"

La pastor se sinti confusa por lo que vea en los ojos de la otra mujer. Habl menos

severamente, Los cardenales sanarn."

Esforzndose por controlar su vacilante voz, Nicole intent explicarse. S que no tienes motivo

para creerme pero no lo recuerdo. Mi amiga me dijo lo que te pas. Todo cuanto s es que

despert con tu cruz en mi mano."

Beth alarg la mano y tom posesin de cadena y cruz. Los guard protectoramente en su

puo. Haba abandonado toda esperanza de volver a verlos. Su alivio y gratitud no fueron

expresadas.

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Las palabras de Nicole fueron sentidas. Lo lamento."

Beth devolvi la mirada a su contrita atacante. No se senta inclinada a perdonar. Todo cuanto

ofreci fue silencio.

El desdn de la pastor cal profundamente en Nicole. Haba esperado algn indicio de

absolucin de la clrigo. No estaban los religiosos en el negocio de perdn? Obviamente eran

humanos y sujetos a emociones humanas. Nicole se dio la vuelta y camin despacio por la

nave hacia la entrada principal de la iglesia. Al alcanzar las puertas centrales mir atrs. Beth se

mantuvo firme, tan fra y dura como estatua de mrmol. Con un suspiro se march no

sintindose mejor y de alguna forma peor que cuando entr porque, dnde haba habido

esperanza, ahora haba slo vaco. Beth abri la mano y estudi cruz y cadena. El broche haba

sido reparado. No haba indicio del dao infligido.

Fuera de la lluvia

Miguel estaba en la entrada de La Taberna observando la furia de la tormenta de media tarde.

Nicole se acerc y se qued al lado de l. Es una forma de limpiar las calles."

Miguel agit la cabeza. Sabes, te quiero pero hay veces en que te pierdes la magia."

"Qu tiene de malo ser un poco prctica?"

"No es lo que este barrio necesita."

"Oh, dgame, sabio anciano, qu necesita este barrio?"

"Nia, no soy tan viejo."

"Slo mostraba respeto a mis mayores."

"Bruja."

"Volvamos a ti."

Miguel habl pensativamente. Esperanza. Es lo que este barrio necesita."

"Es lo que todos necesitamos." Nicole sinti que su mano izquierda empezaba a temblar. El

temblor empez a subir por el brazo. Asi el tembloroso miembro con su otro brazo y lo apret

contra su cuerpo.

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"No discutir contigo." Miguel devolvi su atencin a la calle de la ciudad. Eh, no es sa la

nueva pastor?"

Nicole mir. Su incomodidad apretada contra ella. S."

"Creeras que la iglesia podra permitirse un paraguas. Se est empapando."

"Es slo otro bloque."

Miguel escogi no refrenar su sarcasmo. Dios, es que te va querer a tu prjimo, verdad?"

"No es un prjimo."

"No, es tambin condenadamente mona." Miguel dio un par de pasos en la acera. Estando bajo

el dosel de los Campos Elseos, grit. Reverenda! Salga de la lluvia!"

Otra ola de la lluvia le cay encima. Beth vacil. No tena razn para no aceptar la invitacin.

Sujeta al incesante torrente agradecera cualquier resguardo.

Nicole volvi dentro de la taberna, ocupando su puesto detrs de la barra.

Miguel indic a Beth que entrara. Reverenda, escogi un da infernal para dar un paseo."

Beth entr. Le asombr lo que vio. La taberna era exquisita. La mezcla de oscura madera bien

pulida, grciles adornos y remates de latn, y simples medias cortinas verdes proporcionando

privacidad entre cubculos la transportaron a Irlanda. Un pas que haba recorrido antes de entrar

en el seminario. Su mirada fue a la barra. Todo desapareci de su vista salvo la mujer lavando

vasos detrs de ella.

Miguel disfrutaba observando a la reverenda apercibirse de este inesperado refugio. Le

gusta?"

Beth susurr. S."

"Es slo parte de los Campos Elseos."

Beth devolvi su atencin al latino. Nunca pens que los Campos Elseos fuesen una taberna."

"Nicki y sus griegos." Miguel aguard a que Nicole se acercarse a ofrecer a la pastor un poco de

su tradicional hospitalidad. Le defraud su reticencia. Hay un bar con baile abajo y un

restaurante gastronmico arriba." Dijo lo ltimo para sacarle una contestacin a Nicole pero,

una vez ms, le defraud con su resolucin en limpiar cada vaso detrs de la barra. Le gui a

Beth, Pero no confe en m. El Jardn es mi beb."

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"Suyo?"

"Soy cocinero y gerente. Nicki me mantiene cerca para poder tener servicio de cocina a todas

inoras de ia nociie. No es cierto, Nicl