37
( ) ACONDICIONAMIENTOS DE METAFÍSICA EXPERIMENTAL O SOBRE EL ENTRENAMIENTO FILOSÓFICO QUE PRESCRIBE PLATÓN Y EPICURO Hernán Martínez Millán

Hernán Martínez Millán - [email protected]/23123/1/Acondicionamientos.pdf · la diseñada por P. Hadot en Ejercicios espirituales y filosofía antigua, y

Embed Size (px)

Citation preview

  • ( )

    AcondicionAmientos de metAfsicA

    experimentAl o sobre el entrenAmiento

    filosfico que prescribe plAtn

    y epicuro

    Hernn Martnez Milln

  • 102 Nombre del autor Titulo del articulo 103

    AcondicionAmientos de metAfsicA experimentAl o sobre el

    entrenAmiento filosfico que prescribe plAtn y epicuro1

    Resumen: En este artculo describir la rutina fatigosa con que Platn acondiciona a Scrates en los dilogos Lisis, Crmides, Laques y Eutidemo. Tambin referir los ejercicios de probada metafsica experimental que Epicuro prescribe a sus discpulos para hacer frente a la intranquilidad de nimo. Estas dos terapias que se sirven de ejercicios desiguales para acondicionar el alma, buscan robustecer los rganos que ayudan a vivir tranquilo. Los acondicionamientos de metafsica experimental que ensea Scrates en estos dilogos preparan para resistir a las conflagraciones amenazantes del deseo. En tanto que los acondicionamientos que disea Epicuro, entrenan el alma-cuerpo para que una vez eliminada el ansia de inmortalidad, el discpulo, a travs del clculo de los deseos, gane la serenidad de nimo. Entrenamiento idealista. Entrenamiento materialista. Palabras claves: Entrenamiento, Scrates, Platn, Epicuro, ejercicio, alma.

    Abstract: In this article I analyze the exhausting routine that Plato has Socrates follow in the dialogues Lysis, Charmides, Laches and Eutydemos. Also discuss the exercises in experimental metaphysics that Epicurus prescribes to his disciples to deal with spiritual restlessness. These two kinds of therapy that serve as distinct exercises for training the soul seek to fortify the organs that help a person life a calm life. The training in experimental metaphysics that Socrates teaches in these dialogues prepares a person to resist the threatening outbursts of desire. As for the training that Epicurus recommends, they train the body-soul so that once the worry about immortality is eliminated, the disciple, through a curbing of the desires, gains spiritual serenity. Idealist training. Materialist training.

    Keywords: Training, Socrates, Plato, Epicurus, exercise, soul.

    Hernn Martnez Milln2: Profesor de Filosofa Antigua3

    1 Agradezco a D. Balderston, editor de Variaciones Borges, The University of Iowa, haber corregido este artculo que publica la Escuela de Filosofa de la Universidad Industrial de Santander.

    2 Realiz estudios en la Universidad de Valladolid, Espaa. Tesina: Una lectura desde la perspectiva biolgica de la doctrina de la potencia y del acto. DEA. Profesor Departamento de Humanidades: Universidad Santo Toms de Bucaramanga. Profesor Asociado del Departamento de Estudios Sociohumansticos: Universidad Autnoma de Bucaramanga. Ha sido profesor de Filosofa Antigua de la Universidad Santo Toms de Bogot, Universidad San Buenaventura y de la Universidad Colegio Mayor Nuestra Seora del Rosario. Correo electrnico: [email protected]

    3 Con este artculo inicio un nuevo perodo de creacin filosfica inspirado en el perfume de la pia, gustus y olfactus de la felicidad recuperada.

  • Titulo del articulo 103

    AcondicionAmientos de metAfsicA experimentAl o sobre el entrenAmiento filosfico que prescribe plAtn y epicuro

    introduccin

    En este artculo describir prcticas espirituales en la filosofa griega que acondicionan al filsofo, robusteciendo su alma, con la intencin de ejercitarlo en la prctica de la sabidura (filosofa: arte para la vida, ) que ensea a ser feliz. El cuidado de s o construccin de s, requera en el mundo griego una serie de ejercicios experimentales, cuya meta era acondicionar el alma (), es decir, el cuerpo, para que pudiera hacer frente a los reveses del da sin flaquear. La prctica de la sabidura socorrera al filsofo, expuesto continuamente al desorden que pueden causar las pasiones, pero que asistido por el entrenamiento fatigoso () al que somete su cuerpo-alma, podra salvar su tranquilidad de nimo.

    Los ejercicios esforzados de metafsica experimental que ensean el arte del buen vivir en la Grecia Antigua, orientan la teora hacia la prctica firme del cuidado de s y, por otra parte, ensean cmo la salud () del alma o el corpulento estado psquico del filsofo, requiere una prctica severa del cuerpo, cuya meta de tales acondicionamientos era la serenidad o apaciguamiento del cuerpo y/o alma.

    La seleccin de filsofos griegos y sus respectivas doctrinas que ensean el arte del buen vivir a partir de ejercicios experimentales de metafsica, aportar a la hermenutica erudita sobre los filsofos antiguos, una nueva tcnica de interpretacin que exige de parte del curioso investigador del mundo griego, leer los textos conservados como ejercicios experimentales de metafsica del arte de vivir, es decir, como un testimonio que depone el filsofo en donde describe la rutina que asegura el acondicionamiento espiritual que hace frente a las perplejidades ms inquietantes de la vida. Su filosofa o prctica espiritual describe el camino que conduce al apaciguamiento, tras su empeo fatigoso. Entonces, los trazos filosficos que se conservan de estos amantes del buen vivir que eran los griegos, exponen sus vidas, o lo que es lo mismo, las prcticas cuidadosas en que se aplicaron para liberarse de la desdicha. Filosofa como arte para la salvacin.

  • 104 Hernn Martnez Milln

    Revisar la rutina espiritual que proponen Platn y Epicuro (Idealismo y Materialismo). Dos versiones que presentan la salvacin () a travs de una fatigosa rutina filosfica que asegura y preserva el ms hermoso y bello bien: el cuidado de s mismo. La descripcin de los ejercicios o acondicionamientos de metafsica experimental que disean estos filsofos, precisar cmo sus filosofas se encuentran amistosamente en la prctica del gimnasio (), pero tambin, cmo se enfrentan en la palestra () por tener fines que disputan (Idealismo versus Materialismo). La experiencia de la gimnasia () en Atenas, ofrece la arena frecuentada por estos filsofos que intentarn cuidar de s, aunque las rutinas a las que se sometern incansablemente endurecern ste o aquel miembro, segn la doctrina lo valore o lo desestime. Platn ejercitar los pectorales para que dcilmente se sometan al poder de la inteligencia (), consiguiendo esculpir un cuerpo bizarro que resiste a las pasiones por la accin del seoro que la inteligencia ejerce sobre los pectorales, acondicionados robustamente para resistir impvido ante el deseo que amenaza con abatir la ciudadela interior, fortificada a partir de los ejercicios de metafsica experimental: soteriologa platnica. En tanto que Epicuro ejercitar la regin abdominal () por medio del cuidado que ha de tenerse con el rgimen diettico. El rgimen de vida frugal que prescribe Epicuro, acondiciona al sabio, para que sobrio, moderado y templado, disfrute de los bienes que le son permitidos, alejndose del dolor perturbador: soteriologa epicrea.

    La aplicacin esforzada -anloga a la que se somete el gimnasta- (acondicionamientos de metafsica experimental) para entrenar el alma que sugieren Platn y Epicuro, cuyo propsito era vigorizar el miembro u rgano que permite vivir feliz, ensearn la ms bella de las sabiduras, la que no se arriesga a poner en peligro la salud del alma, que en Epicuro es alma-cuerpo, mezclados inextricablemente. Solamente la prctica (la dramtica filosfica experimental de Platn y la palabra teraputica de Epicuro), de ah la importancia de la rutina experimental que disean, acredita para aquellos llamarse filsofo, es decir, amante del arte del buen vivir. Las credenciales que facultan al filsofo para estar en posesin de la sabidura son sus obras (metafsica experimental). Sus acciones ajustadas a la teora catapultan la trabajosa rutina con que se ha esculpido. La prctica del filsofo evala la efectividad de la intencin teraputica de los argumentos. Como dira Epicuro: Vana es la palabra del filsofo que no remedia ningn sufrimiento del hombre1.

    La descripcin de los acondicionamientos de metafsica experimental en Platn la realizar a travs de la hermenutica del decorado y de la dramaturgia platnica que expondr a continuacin. Para el caso de Epicuro, sus tesis materialistas y hedonistas que registran los pocos fragmentos que se conservan, nos permitirn describir las prcticas fatigosas que proponen para liberarse de las ilusiones

    1 Usener, Epicurea, Fr. 221.

  • Acondicionamientos de metafsica experimental o sobre el entrenamiento filosfico que prescribe Platn y Epicuro

    105

    engaosas de la inmortalidad, que no hacen ms que fastidiar la salud psquica del hombre.

    Acondicionamientos de metafsica experimental o sobre el entrenamiento filosfico que ordena Platn y Epicuro para ser sabio. Es decir, en este artculo, sirvindome de las ms actuales herramientas hermenuticas para leer a los antiguos, bsicamente la diseada por P. Hadot en Ejercicios espirituales y filosofa antigua, y en Qu es la filosofa antigua?, sobre que la filosofa en este contexto es una eleccin de cierta manera de vivir2 u opcin existencial, describir algunas prcticas fatigosas (la para el caso de Platn y para Epicuro el hedonismo asctico que propone) que persiguen el cuidado de s. El ejercicio () para entrenar el alma que recomienda Platn y Epicuro, es el que este artculo busca describir. El proyecto metafsico trazado por Platn, la contemplacin de ese algo que es, exige una esforzada rutina () que aparta el alma de la locura del cuerpo consiguiendo quedarse sola en s misma. Tambin el hedonismo asctico que encontramos desdibujado en los fragmentos de Epicuro, permite imaginarnos el

    2 HADOT, P., Quest-ce que la philosophie antique? Gallimard, Pars, 1995. Ver. cast. de E. Tapie: Qu es la Filosofa Antigua?, FCE, Mxico, 1998. Sobre esta lectura actual que se propone sobre los clsicos, tambin pueden consultarse las obras de COMTE-SPONVILLE, A., Le Bonheur, dsesprment, Editions Pleins Feux, Nantes, 2000. Vers. Cast. de E. Folch : La felicidad, Desesperadamente, Paids, 2001,pp. 15. OFRAY, M., Cynismes. Portrait du Philosophe en chien, Grasset & Fasquelle, Pars, 1990. Ver. cast. de A. Bixio : Cinismos: Retrato de los filsofos llamados perros, Paids, Argentina, 2002, pp. 13. ONFRAY, M. Les sagesses antiques, Grasset & Fasquelle, Pars, 2006. Vers. Cast. de M. Galmarini: Las Sabiduras de la antigedad: Contrahistoria de la filosofa, I. Anagrama, Barcelona, 2007, pp. 43. NUSSBAUM, M., The Therapy of Desire Princeton University Press, 1994. Ver. cast. de M. Candel: La Terapia del deseo, Paids, Barcelona, 2003, pp. 22. NEHAMAS, A., The art of living. Socratic reflections from Plato to Foucault, University of California, 1998. Ver. cast de J. Brioso: El arte de vivir: Reflexiones socrticas de Platn a Foucault, Pre-Textos, Valencia, 2005. ONFRAY, M. Les sagesses antiques, Grasset & Fasquelle, Pars, 2006. Vers. Cast. de M. Galmarini: Las Sabiduras de la antigedad: Contrahistoria de la filosofa, I. Anagrama, Barcelona, 2007, pp. 43. Esta tcnica de interpretacin que propuso P. Hadot, se puede sintetizar, con la siguiente orientacin que ofrece L. Ferry para leer los textos que datan de la Antigedad: Originariamente, en la antigua Grecia, la filosofa se perciba como una actividad intelectualmente inseparable de una actitud vital. Su cuestin ltima era la de la vida buena, Cmo vivir? era su pregunta ms acuciante, y los rodeos ms sofisticados de las especulaciones de la fsica, las matemticas o la lgica no tenan, en ltima instancia, otro objetivo que el de alcanzar una respuesta que fuera tambin practicable FERRY, L., Quest-ce quune vie russie?, Grasset, Pars, 2002. Vers. cast de: M. Pino: Qu es una vida realizada? Una nueva reflexin sobre una vieja pregunta, Paids, Barcelona, 2003, pp. 33-34. Sobre esta tcnica de interpretacin, tambin puede consultarse mi artculo titulado Lineamientos generales para la interpretacin de la filosofa antigua: la analoga mdica (inflexin o tcnica de interpretacin) en Scrates, Franciscanum. Revista de las Ciencias del Espritu, No. 146 (mayo-agosto de 2007), Universidad de San Buenaventura, Bogot, pp. 40-44.

  • 106 Hernn Martnez Milln

    diseo de una prctica espiritual que pasa por el cuerpo y cuyo objetivo es salvar al sabio de la turbacin. Acondicionamientos de metafsica experimental: rutinas fatigosas que prometen acondicionar al sabio para contemplar esa esencia que realmente es (, como se llama en los dilogos juveniles) o para liberarlo de los deseos vanos perturbadores. La metafsica pasa por la experiencia de la carne, que acondicionada prepara al sabio tras el ejercicio filosfico (ya platnico, ya epicreo) para gozar de la autntica sabidura. Esta tcnica de interpretacin me permitir describir el camino que en estos dos filsofos conduce hacia la sabidura. Para Platn, la filosofa pretende liberar y separar el alma con respecto al cuerpo3. Para Epicuro, la filosofa busca apaciguar la carne y el alma: ataraxia. Metafsica experimental: el proyecto filosfico que propone Platn y Epicuro exige un entrenamiento arduo que promete la ms bella de las sabiduras, contemplar lo que es en el caso de Platn y, segn Epicuro, alcanzar la tranquilidad de nimo.

    El examen de estas doctrinas filosficas que proponen ejercicios para revestirse de sabidura, al asumir como tcnica de interpretacin la que considera la filosofa en la Grecia Antigua como arte del buen vivir, arroja como resultado un excedente de sentido hermenutico, que precisa en el caso de Platn, las tcnicas dramticas que le sirven para ilustrar con su personaje filosfico Scrates, los ejercicios filosficos que lo ponen a salvo de las deflagraciones amenazantes de la belleza. A su vez, con Epicuro demuestro, que su proyecto filosfico que persigue la ataraxia fundamentado en el examen inflexible de los placeres, se encuentra con el proyecto platnica en una misma intencin que nima a sus filosofas, la prctica de la sabidura, pero con una particularidad en uno y otro filsofo, que consiste en desembarazarse de la locura del cuerpo para contemplar esa realidad que es, sea este el caso de Platn, o bien, para conseguir una gozosa experiencia de la carne y del alma, que liberadas de la turbacin que ocasionan los vanos deseos, premia con la ms feliz de las sabiduras: la serenidad del alma. Precisar las prcticas que aconsejan stos dos maestros a sus discpulos los encuentra en una misma finalidad: cuidar de s mismo. Los ejercicios para alcanzar el cuidado de s, que en uno y otro proponen, huyen del desenfreno del placer.

    Estas dos escuelas habitualmente enfrentadas en los manuales de filosofa pueden limar sus asperezas fijando este lugar comn al que apuntan, el cuidado de s, pero no por ello, se eliminan los excedentes de sentido que formularon, los cuales saltan a la vista y se pueden apreciar en las prcticas espirituales diseadas por Platn y Epicuro. Examinar las prcticas espirituales que formularon, profundiza las serias diferencias que se encuentran en sus doctrinas, pero no por la va, de una aparente prctica asctica idealista para el caso de Platn y de un aparente hedonismo disipado para el caso de Epicuro. Analizar las prcticas que Platn y Epicuro maestros del arte del buen vivir- ensean para cuidar de uno mismo, atena la lnea de demarcacin entre idealistas ascticos y materialistas

    3 Platn, Fedn 67d-e.

  • Acondicionamientos de metafsica experimental o sobre el entrenamiento filosfico que prescribe Platn y Epicuro

    107

    disolutos, que como lo demostrar, el maestro del Jardn ya advierte sobre tales interpretaciones tendenciosas que han cubierto con un manto de dudas desde la antigedad- su propuesta filosfica.

    i. Acondicionamientos de metafsica experimental en platn.

    Todo da testimonio de un Platn dramaturgode xito, generosamente aplaudido en las escenas

    contemporneasM. Onfray, Las sabiduras de la antigedad.

    Aun as la extraordinaria verosimilitud de los escritos de Platn supera nuestras ms acrrimas preocupaciones y nos

    seduce a tomar sus dilogos no como obras de literatura sino como transcripciones de conversaciones reales.

    A. Nehamas, El arte de vivir.

    El escenario dramtico que disea Platn para presentar sus convicciones filosficas en el Lisis, Crmides, Laques y Eutidemo es el . Estos cuatro dilogos se ruedan en la Palestra. En el Lisis, la exposicin dramtica de la filosofa de Platn tiene lugar en una palestra construida hace poco4. El Crmides exhibe el drama que tiene lugar en la palestra de Tureas5. En el Laques, Platn presenta a los personajes imaginados de este dilogo, asistiendo al espectculo de un combate ()6. Tambin el Eutidemo7 est decorado por la infraestructura del gimnasio (palestra, dromos, pequea biblioteca y lavabos). El escenario dramtico en que presenta Platn a Scrates es conexo a una problemtica dominante de su filosofa: lo ertico (). El decorado de estos dramas aportado por el gimnasio y la cuestin sobre lo ertico, se integran diestramente al servicio de la confrontacin filosfica que pretende la belleza verdadera, aquella que al desnudar el cuerpo no fractura el aplomo, sino que se arroja a las delicias que brinda el alma bella y buena ( ). El decorado de estos dilogos y la cuestin sobre lo ertico que se problematiza, se suma al lugar favorito que frecuenta el Scrates platnico: el Liceo8. La dramaturgia platnica no es ingenua al representar la discusin sobre la amistad, el cuidado de la sabidura y de la virtud, el valor y la enseanza de la virtud -problemticas respectivas de las que se ocupan stos dilogos- en el gimnasio. El decorado, la cuestin planteada y los personajes de la pieza dramtica cooperan casi de manera invisible a favor del triunfo de

    4 Platn, Lis. 204.a.2 , , 5 Platn, Carm. 153.a.3-4 6 Platn, Laqu. 178.a.1-2

    7 Platn, Eutd. 271.a.1 8 Platn, Eutd.

  • 108 Hernn Martnez Milln

    Platn. Quiz all resida el genio de nuestro Adn filosfico9, por quien ingres la muerte a la filosofa, es decir, la concepcin de que filosofar es una meditacin o ejercicio para la muerte ( ). Platn acondiciona a Scrates para hacer frente a las penas que produce el deseo perturbador y lo inicia en el rito purificador de la sabidura que ensea a cazar las cosas en s mismas o mejor, aquello en virtud de lo cual son todas las cosas. Anestesiadas las carnes, el sabio muerto encontrar su reposo tras haberse ocupado toda la vida de la sabidura.

    El escenario filosfico que decora los dramas existenciales en que presenta Platn a sus personajes, comprueba la profundidad de la narrativa filosfica que se expondr en el dilogo. El ornamento del escenario preludia la conversacin en que se vern atrapados los interlocutores de Scrates. El gimnasio ateniense ha esculpido en los cuerpos aspiraciones a la fama, la riqueza, el poder y los honores. El gimnasio es una institucin poltica que prepara al hombre de Estado para encargarse de los asuntos que competen al ciudadano libre. El entrenador de atletas profesionales () encarna en los cuerpos fuertes y vigorosos, la enseaza que el ofrece por medio del discurso con las que se cincelar la obra de arte, la vida. El gimnasio endurece las carnes blandas, la rutina corporal de manera imperceptible pero eficaz, har lo propio con el alma: robusta, templada, valiente, moderada, se encontrar acondicionada para enfrentarse al combate de los asuntos pblicos. Tanto el como el asisten la formacin para la vida pblica en que se alistan Lisis, Crmides, los hijos de Lismaco y Melesias en el Laques, al igual que Clinias. El propsito ser hacerse lder o comandante () de los atenienses. Gobernar ser la meta para la que preparan los ejercicios de metafsica experimental que prescriben tanto como . El cuerpo atltico, cuidadosamente modelado por los ejercicios que aconseja el maestro de la fatiga corporal, se encontrar optimo para correr (), ya no en el lugar dentro del gimnasio diseado para esta prctica: el , sino en la . En la asamblea o concejo, el atltico demcrata vencer a sus rivales, coronndose de laurel. Footing del alma, la cual se entrena tenazmente para los negocios de la .

    En estos cuatro dilogos Scrates expresa el mismo inters: Cuidar de lo jvenes. Lisis, Crmides, los hijos de Lismaco y Melesias y Clinias, los pondr Platn en manos de Scrates, del verdadero mdico de la juventud que impedir que se echen a perder. Scrates, mdico de almas, examinar en estos jvenes las seales mrbidas () que ha causado la educacin retrica y democrtica ateniense. La dramaturgia platnica exhibe los cuerpos atlticos, arruinados por las enseas del sistema democrtico, es decir, feos o mal proporcionados, pues su belleza fsica notoriamente desproporcionada de su belleza psquica, desaira severamente la belleza bien proporcionada.

    9 E. Lled, Introduccin general Dilogos, Gredos, Madrid, 1981, pp. 7.

  • Acondicionamientos de metafsica experimental o sobre el entrenamiento filosfico que prescribe Platn y Epicuro

    109

    Entonces, el decorado escnico de estos dilogos y la trama conceptual en que Platn expone sus consideraciones, son los dos trminos del binomio que organizan y constituyen la escritura de Platn. El guin en que presenta Platn las cuestiones que estos dilogos irn a detallar, salpicado de toda suerte de recursos retricos, eficazmente consigue herir la sensibilidad del lector y alistarlo entre sus devotos. La teora de la composicin literaria que impresiona los dramas filosficos de Platn, cuida extraordinariamente las dos partes de su escritura: escenarios y argumentos. En estos cuatro dilogos socrticos, a la mejor manera del , Platn dirige la Palestra en que se enfrentarn las opiniones sobre la amistad, el cuidado de la sabidura y de la virtud, el valor y la enseanza de la virtud. El teatro filosfico que expone el drama socrtico se apoya en el recurso literario del hiprbaton. Scrates, superintendente de la palestra (), vigilar a quienes entrenan su cuerpo para que no olviden que tales acondicionamientos de metafsica experimental tonifican el alma para retornarla al lugar de donde nunca debi descender. El escenario en que dibuja Platn a Scrates cuidando de la juventud es el gimnasio, pero la rutina trabajosa exige la esclerosis mltiple del cuerpo (hiprbaton). El endurecimiento patolgico de los rganos y los tejidos, prenda el cumplimiento de las obligaciones que demanda el director de la palestra, que se asegura de convencerlos a todos de no jugar a los dados en lo ms preciado: la salud del alma. El escenario de los cuerpos duros que persigue la fama en todos los estamentos de la vida pblica ateniense, a partir de Platn se har plataforma de la filosofa que exhorta a no perderse en frusleras gimnsticas (esteticismo individualista):

    , , , , 29.e , ;

    no te avergenzas de preocuparte cmo tendrs las mayores riquezas y la mayor fama y los mayores honores, y, en cambio no te preocupas ni interesas por la inteligencia, la verdad y por cmo tu alma va a ser lo mejor posible?10

    Scrates exhorta a los atenienses a renunciar a la riqueza, fama y honores que prometa la vida pblica ateniense, la cual utilizaba como medio el entrenamiento gimnstico para lograr vencer en la vida poltica. La dramtica platnica emplazada en el gimnasio, invirtiendo (hiprbaton) los valores que trabajosamente se consiguen en el entrenamiento corporal, ensear a cuidar () de la

    10 Platn, Apologa 29.d.7-29.e.3. Eggers Lan en su traduccin de la Apologa en vez de inteligencia traduce sabidura, palabra que me parece ms pertinente. Dicha traduccin est acompaada de un exhaustivo estudio preliminar en 117 pginas, que aborda temas como la diversidad de Apologas, un anlisis a las acusaciones presentadas, sobre el marco jurdico, la cronologa relativa al dilogo, la figura de Scrates como filsofo y por ltimo, el pensamiento tico-religioso de Scrates.

  • 110 Hernn Martnez Milln

    sabidura (), la verdad () y el alma (), estimados bienes para Scrates que terminarn por volver rugoso el cuerpo. Scrates en el gimnasio personifica la crisis misma de la sociedad ateniense que termin por arruinarse, tras la blandengue rutina que ordenaron sofistas y demcratas. Platn diagnosticar la crisis de su Atenas al pasear a Scrates por entre palestras y dromos, y propondr nuevos ejercicios para hacer frente a la crisis: acondicionamientos que conseguirn cuidar del alma.

    El escenario en que Platn emplaza estas conversaciones, avisa al lector moderno desmantelar el decorado, pues en el gimnasio, a fuerza de fatigar el cuerpo para lograr su corpulencia, se descuid la sabidura, la verdad y el alma (individualismo esteticista). Platn, exhibiendo al feo Scrates por entre palestras y dromos, realizar la crtica al anmico sistema democrtico y pretender convencer a los atenienses del cuidado del alma (individualismo esteticista), para as superar los efectos devastadores del vanidoso entrenamiento corporal (comunitarismo democrtico). A nosotros, sus lectores actuales, la pattica figura de Scrates envejecido rodendose de jovencitos bellos, que nos recuerda al Gustav Aschenbach de L. Visconti, a pesar del elogio de Alcibades en el Banquete de Platn, confirma aquello de que A partir de una cierta edad, un pensador responde por su rostro; su saber y su pensamiento deben responder por su cuerpo. Scrates horrendo: qu confesin! Su cuerpo se volvi nudoso: qu emblema de odio! La deformidad de este hombre revela su filosofa enferma11. Scrates envejecido, pasendose por el gimnasio y exhortando a sus conciudadanos a cuidar del alma, revela las claves hermenuticas del esteticismo individualista que nima el ejercicio filosfico que provoca Scrates. Una hermenutica que desmantele el decorado en que Platn presenta sus ficciones literarias, permite hacer un balance de los argumentos antidemocrticos que pincela su filosofa.

    En el Lisis, Crmides, Laques y Eutidemo, Platn al presentar a Scrates en el gimnasio cuidando de los jvenes y temiendo que se le adelante alguno que eche a perder semejantes naturalezas, dramatiza una prctica (el cuidado de s) que combatir con su programa filosfico -exhortacin socrtica- es decir, a travs del intelectualismo moral, pero asistido tambin por los ejercicios espirituales (metafsica experimental) que se siguen de tal va terica. La robustez del alma se consigue a fuerza de someterla a fatigosos exmenes (mtodo elntico: contra-decir). La revisin de las convicciones entrena al filsofo que se prepara para saludar la verdadera sabidura. El examen (ejercicio de metafsica experimental) de las convicciones de los interlocutores en cada uno de los dramas que dibuja Platn, exterioriza una problemtica, el animoso inters de las nuevas generaciones por comerciar con lo poltico y su penosa constitucin psquica, que

    11 Serres, M., Le cinq sens. Philosophie des corps mles, Grasset & Fasquelle, 1985. Vers. Cast. de M. Gmez : Los cinco sentidos. Ciencia, poesa y filosofa del cuerpo, Taurus, Bogot, 2003, pp. 117.

  • Acondicionamientos de metafsica experimental o sobre el entrenamiento filosfico que prescribe Platn y Epicuro

    111

    afea su bien intencionado propsito. La exhortacin socrtica, al instruir sobre los cuidados que hay que tener con la inteligencia, la verdad y el alma, le rest vala al inflamado proyecto de sofistas y demcratas, que habiendo entrenado a las nuevas generaciones en los vanidosos ejercicios retricos, descuidaron el entrenamiento especulativo (examen de las convicciones) con que se robustece el alma para poder contemplar la verdad, es decir, el criterio normativo que permite encausar las acciones.

    El drama socrtico-platnico escenificado en estos dilogos, representa a Scrates ofreciendo atencin diligente a estos jvenes, algunos de ellos epnimos de los dilogos. El drama teatraliza a un Scrates cuidando de estos jvenes, a un mdico de almas, que ha tenido que probar, examinar, experimentar en carne propia, el recetario que ahora ordena que se suministre a los jvenes anmicos por el sistema democrtico. Hermosos de apariencia fsica, pero incapaces de resistir con gallarda al juego infantil que proponen los hbiles hombres de palabra. Mdico probado es el Scrates de Platn. La cura que prescribe, no slo se aprueba en el recetario, sino que el mdico Scrates, frente al paciente, se sirve de su vida misma

    , para incitar o provocar a que se siga su propuesta de esculpir la vida (construccin de s), orientndose por los trazos que han delineado la vida del mdico y que ahora exhibe con arrogancia en sus dilogos Platn.

    En la Grecia Antigua se practica lo que se piensa (sabidura), la teora est acompaada de ejercicios que experimentalmente ajustan lo meditado. La filosofa en Platn no se contenta con la exhibicin pblica de las calidades intelectuales del filsofo. La robustez terica o especulativa con que presenta Platn a Scrates en estos dilogos, concierta con el decorado del Lisis, Crmides, Laques y Eutidemo. El ambiente que crean estos dos elementos: la robustez especulativa de Scrates y su presencia fea en el gimnasio exhortando a cuidar del alma, asegur para Platn la invencin de un recurso retrico, el dilogo filosfico, que al teatralizar el pensamiento aventaja la exposicin abstracta del tratado, pues Scrates no slo gracias a Platn- es la cabeza inspirada que conduce la conversacin, sino que sus opiniones conciertan con su vida . Platn se asegur que la mejor parte del drama filosfico le tocara a Scrates, que no consiste precisamente en dirigir la conversacin, como efectivamente lo hace, sino en personificar la va ms sensata que presenta Platn. La prctica de lo meditado por Scrates es lo que seduce a los lectores. Ante tal poder de seduccin la reciente hermenutica ha de aportar una explicacin. Por ello, la explicacin sobre el decorado, que ha sido tan despreciado en la interpretacin de los dilogos de Platn, es un elemento clave para que el lector acaso pueda deshacerse del encanto que estimula el Scrates de Platn.

    Como se sabe, la ejecucin de Scrates en el 399 a.J. es el motivo vital que sobrepuja a Platn. Su escritura filosfica intent cerrar las heridas que padeci por la ejecucin de Scrates que tan hondo lo lastimara. Su filosofa cauteriz el

  • 112 Hernn Martnez Milln

    mal que los verdugos atenienses, protegidos por la democracia, le ocasionaron. El ejercicio filosfico le cerr las heridas, o por lo menos, mitig la ausencia del maestro que al haber sido incriminado de manera tan vulgar, dej sobre el discpulo la responsabilidad moral y poltica de absolverlo, quiz no ante sus conciudadanos, cuanto que s ante el rgimen filosfico idealista que ha dominado la tradicin occidental. Scrates condenado por sus conciudadanos, qu injusticia! Scrates sin censura ante el rgimen idealista (descenso de las Ideas) que ms tarde protegi el cristianismo. La filosofa para Platn es un ejercicio

    , cuyo objetivo es atender a la perfeccin de alma12, cuidar de la virtud13, cuidar de ellos al mximo [de los jvenes]14, el alma es lo primero que hay que cuidar al mximo15 o como lo dice en el Lisis, personificando a un sabio que se ocupa de los anteriores fines de la filosofa de manera muy precisa: se me ha dado, supongo, por el dios, una cierta facilidad de conocer al que ama y al que es amado16. Como lo dije, este ltimo objetivo que pareciera desviarse de los citados, se vincula sin impedimento alguno ya que cuidar de uno mismo, segn el Scrates de Platn, implica ponerse a salvo del perturbador deseo de cazar la belleza sensible.

    To be in training es filosofar. El entrenamiento que promete cuidar del alma, precisa una rutina (ejercicios de metafsica experimental) que en el Lisis, Crmides, Laques y Eutidemo, Platn la hace visible, a travs de su personaje protagnico conceptual: Scrates17. La rutina a la que se ha sometido Scrates se muestra exitosa. Los trazos que delinean al protagnico personaje conceptual le dicen al lector que la rutina ha logrado esculpir tan espectaculares calidades espirituales. Y por otra parte, el ejercicio filosfico de Scrates que describen estos dilogos, de

    12 Platn, Critn, 45d .8 Sigo la traduccin de C. Eggers Lan para Eudeba (1974). Vase la extensa nota 19 a la traduccin que pone Eggers Lan.

    13 Platn, Eutidemo, 275.1-2 Tambin podra traducirse como lo hace Olivieri prctica de la virtud.

    14 Laqu. 179a.5 Lismaco explcita su intencin a Laques: Nosotros hemos decidido cuidarnos de ellos al mximo, y no hacer como la mayora que, una vez que llegan a muchachos, los sueltan a lo que quieran hacer, sino comenzar precisamente ya ahora a ocuparnos de ellos en todo cuanto podamos Laqu. 179.a.6-8

    15 Crmid. 157.a.1-216 Lis. 204.b.8 - 204.c.2

    17 Cfr. NEHAMAS, A., The art of living. Socratic reflections from Plato to Foucault, University of California, 1998. Ver. Cast de J. Brioso: El arte de vivir: Reflexiones socrticas de Platn a Foucault, Pre-Textos, Valencia, 2005, pp. 19.

  • Acondicionamientos de metafsica experimental o sobre el entrenamiento filosfico que prescribe Platn y Epicuro

    113

    igual forma, da cuenta del entrenamiento, que a su vez, permite al lector actual maravillarse ante la escultura que ha cincelado Platn en su obraje filosfico.

    A continuacin, precisar cul es la prctica filosfica que aconseja Scrates para atender a la perfeccin del alma. Primero me ocupar de los trazos con que delinea Platn a Scrates, que presentan el entrenamiento fatigoso a que se ha sometido Scrates para esculpirse. Es decir, me ocupar del decorado de los dilogos y de los personajes, pues stos lo reitero- al dramatizar la doctrina que se expondr, dan mayor fuerza a la exposicin filosfica, consiguiendo acreditar la propuesta de Scrates e imponerse ante los lectores que toman parte en el drama, sugirindoles adoptar el exitoso entrenamiento.

    Primero -en estos cuatro dilogos de Platn que teatralizan la exposicin filosfica que respectivamente se desarrolla- se presenta a un Scrates cuyo entrenamiento psquico se practica cercado por la belleza del joven interlocutor. Platn exhibe a un personaje literario que resiste ante las descargas del placer que amenazan con arruinar la serenidad.

    Lisis es descrito por Platn as:

    En torno a stos haba otros mirando, entre los cuales estaba Lisis de pie, entre nios y jvenes con su corona, destacando por su aspecto y mereciendo, no slo que se hablase de su belleza, sino tambin de todas sus otras cualidades

    18.

    Lisis es bello y de excelentes calidades psquicas . La armona entre bella presencia fsica y virtud, encara a Scrates ante el objeto de deseo ms apetecible e irresistible.

    Crmides de hermoso de rostro y figura , que an no estaba en edad 19 cuando Scrates se march a la batalla de Potidea, entra a la palestra:

    Por lo que a mi hace, amigo mo, soy mal punto de comparacin. En relacin con bellos adolescentes soy un cordel blanco, porque casi todos, en esta edad, me parecen hermosos. -Ahora bien, realmente, ste me pareci maravilloso, por su estatura y su presencia. Y tuve la impresin de que todos los otros estaban enamorados de l. Tan atnitos y confusos se hallaban cuando entr. Otros muchos admiradores le seguan.

    18 Lis. 206.e.8-207.a.319 Carmd. 154.a.8

  • 114 Hernn Martnez Milln

    Estos sentimientos, entre hombres maduros como nosotros, eran menos extraos, y, sin embargo, entre los jvenes me di cuenta que ninguno de ellos, por muy pequeo que fuera, miraba a otra parte que a l, y como si fuera la imagen de un dios.

    20

    En este dilogo, Scrates es presentado por Platn, amante de todos los jvenes. Se maravilla ante la estatura y presencia de Crmides. Llama la atencin que se diga que Estos sentimientos, entre hombres maduros como nosotros, eran menos extraos, es decir, quedarse atnitos y confusos

    , pues para los mismos jvenes, Crmides era la imagen de un dios . Platn enfrenta a Scrates feo, ante la belleza misma. De bellas proporciones es Crmides: rostro y figura de un dios.

    Laques no es descrito explcitamente por Platn. Pero el dilogo permite colegir del siguiente pasaje, la belleza de Laques y tambin la belleza interior (individualismo esteticista) con que Platn vela la fealdad de Scrates

    Pues bien, Lismaco, no sueltes ya a este hombre. Que yo en otro lugar lo he visto defender no slo el prestigio de su padre, sino tambin el de su patria. Porque en la retirada de Delion marchaba a mi lado, y yo te aseguro que, si los dems se hubieran comportado como l, nuestra ciudad se habra mantenido firme y no hubiera sufrido entonces semejante fracaso.

    20 Crmd. 154.b.8.c.8

  • Acondicionamientos de metafsica experimental o sobre el entrenamiento filosfico que prescribe Platn y Epicuro

    115

    Laques en Delion fue un valiente guerrero. El lector actual deber imaginarse el entrenamiento fsico al que se someti Laques para dar muestra en Delion de sus cualidades en el arte de la guerra, que en Atenas compromete, no slo una rutina fatigosa en la palestra, en las pistas de carreras y las salas que sirven para aplicar aceites y polvos; sino en los salones de la palestra destinados a la conversacin en torno al arte de la guerra: Polemologa .

    En el Eutidemo, el joven con el que juegan los arrogantes Dionisodoro y Eutidemo, Clinias:

    [] se mostraba bien proporcionado y su aspecto era realmente bello y distinguido

    21.

    Platn ofrece un rasgo ms o nota distintiva del joven Clinias:

    Es hijo de Axoco cuyo padre, a su vez, fue Alcibades el viejo y primo hermano de Alcibades, el que ahora est vivo-. Se llama Clinias.

    Imaginaos a Clinias! Primo hermano de Alcibades22. Con semejante parentesco, el drama filosfico nada ms empezar- tensa el arco del desarrollo del dilogo a su mxima expresin. Platn escenifica las claves hermenuticas del largo alegato filosfico que Scrates mantiene con los pancraciastas, como tambin lo ha hecho en los otros dilogos al enfrentar a Scrates con la belleza.Entonces, en el Lisis, Crmides, Laques y Eutidemo, Platn representa a Scrates cercado por la belleza bien proporcionada de los cuerpos y por las aparentes cualidades virtuosas de los jvenes con que dialoga. La dramaturgia platnica

    21 Eutd. 271.b.4-5 U. Schmitd traduce: mientras que aqul es fuerte y de muy buen aspecto.

    22 Todos estos dilogos juveniles cooperan para acondicionar a Scrates a travs de una rutina fatigosa que vence el deseo con que Eros amenaza la ciudadela interior del sabio. La rutina fatigosa cuyo fin es extinguir las llamas amenazantes de Eros se prueba en el Banquete. Scrates ejercitado en salvar su vida de las conflagraciones que provoca el pirmano Eros, cuenta en el Banquete cmo resisti ante las trampas que Alcibades le tendi para conseguir los favores que un amante concede a su amado. Alcibades insiste en que Scrates pese a las trampas que le tendi sali completamente victorioso, me despreci, se burl de mi belleza y me afrent; y eso que en este tema, al menos, crea yo que era algo Banqu. 219.c.3-5

  • 116 Hernn Martnez Milln

    que se ambienta en el gimnasio, se ha esforzado en cuidar de los detalles menos apreciables para un lector deseoso de exposiciones como las que registran los tratados. Scrates enfrentado a la belleza: . Platn trabaja esforzadamente en disear una escena que ponga a Scrates feo delante de la belleza de los jvenes. Esta es la primera clave hermenutica que nos ofrece el decorado con que Platn ambienta sus piezas dramticas que se ruedan entre palestras, pistas de atletismos y salones para tonificar el cuerpo (aceites y polvos) y el alma (conversaciones y conferencias): Body care and body soul. La exposicin de Scrates enfrentado a la belleza entrena o acondiciona el alma de Scrates para aprender a resistir al deseo perturbador. Este camino que conduce a la sabidura, pues el sabio no comercia con ninguno de los bienes del cuerpo, ensea a renunciar a los sentidos sensualistas que extravan al amante de la sabidura que caza lo real. La terapia platnica le devolver a Scrates el aplomo, pero sin evitar arriesgarlo a las llamas abrasadoras del deseo.

    Segundo, la dramaturgia filosfica inventada por Platn, desarrolla cuidadosamente la peligrosa exposicin de Scrates feo ante la belleza. Scrates excitado. Platn despierta su deseo sexual, aviva el fuego que amenaza con echar a perder la tranquilidad de nimo del sabio. La ciudadela interior del sabio parece de golpe desplomarse. Lo expone a las llamas de Eros que pueden abrasar por completo. La prueba de Scrates -que dibuja Platn- careado ante la belleza, exhibe la caracterstica ms propia del acondicionamiento metafsico en que Scrates se ha esforzado y ahora prueba, en el ejercicio mismo, su firmeza o templanza. Platn se asegura de probar el personaje literario que ha esculpido para comprobar la efectividad de los acondicionamientos metafsicos. Es a su personaje literario, que confiesa sin ambages antes de morir, que siempre dijo que hay que atender a la perfeccin [del alma]23, a quien somete al fuego abrasador de los cuerpos y almas bellas. El episodio mismo es la teora y la puesta a prueba verdad de la teora- evala la eficacia del entrenamiento con que Platn ha edificado a Scrates.

    En el Lisis, Scrates se precia a s mismo de tener una cierta facilidad de conocer al que ama y al que es amado.24 Maestro probado en cosas de amor es Scrates. Los lmites de la ignorancia de Scrates en este dilogo- desaparecen en la facilidad de conocer al que ama y al que es amado 25. Scrates maestro experimentado en lidiar con lo ertico. El comercio que ha mantenido con los asuntos de lo ertico, ha sido regalado por el dios 26. Platn reconoce la excelencia de la sabidura de Scrates, a travs de las herramientas dramticas que puede fcilmente producir: Oyendo todo esto, se ruboriz

    23 Platn, Critn 45d

    24 Lis 204.c.1-2 .25 Lis 204.c.2 26 Lis 204.c.1

  • Acondicionamientos de metafsica experimental o sobre el entrenamiento filosfico que prescribe Platn y Epicuro

    117

    [Hipotales] ms an27. La sabidura de Scrates desciende del cielo. A este sabio de lo ertico, los dioses le han regalado (descenso) la ms bella y til de las sabiduras (idealismo), pues como dira Aristfanes en el Banquete: los hombres no se han percatado en absoluto del poder de Eros28, el cual es para Platn la incitacin mayor al mal29. Scrates, que sabe del poder de Eros, extingue rpidamente los fuegos con que enardece.

    Scrates es sabio, y no exactamente en desenmascarar las pretensiones tericas de sus adversarios, sino en aconsejar al que ama para que no asuste a la caza antes de apresarla:

    Por ello precisamente, Scrates, te consulto y, si tienes otro medio, aconsjame sobre lo que hay que decir o hacer para que sea grato a los ojos del amado

    30.

    Scrates aconsejar a Hipotales. Scrates alcahuete. El arte amatorio socrtico secundar a Hipotales en su pretensin, mostrndole aquellas cosas de las que conviene hablar31. Lo que sigue en el dilogo, todos los giros que asume la cuestin del gobierno de uno mismo32, tienen por finalidad ensear lo que se debe hablar para rebajar al amado33, como lo consigue Scrates al dialogar con Lisis:

    Ni puedes, por consiguiente, tenerte por un gran sabio, si no sabes nada.

    34.

    Scrates le muestra a Hipotales (prctica concreta) cmo se habla con el amado: rebajndole y hacindole menos. La razn ertica que promueve Scrates caza a

    27 Lis 204.c.3 . 28 Banqu 189.c.4-5

    29 Platn, Timeo 69.d.1

    30 Lis 206.b.9-206.c.3 La cursiva es ma, tanto en el texto griego como en la traduccin al espaol.

    31 Lis 206.c.5-6 32 Lis 208.c.2 , o si se quiere traducir: dejan que hagas lo se

    te de la gana? 33 Lis 210.e.3-4 34 Lis 210.d.7

  • 118 Hernn Martnez Milln

    su presa por medio del dilogo, que tras examinar la complexin psquica de lo cazado, termina por desestimar y entregar a los perros. El intelectualismo moral en este dilogo es un medio para demostrar que se es amigo de quien se pueda sacar provecho, pues de no ser as, nadie buscara abrazarse a un cuerpo entorpecido y lleno de maldad. Scrates, como una perra de Laconia35, tras haber atrapado la caza, se complace con sus miserias espirituales. Scrates decepciona a Hipotales a travs de la conversacin que sostiene con Lisis, liberndolo de los embrujos perturbadores del deseo. La palabra teraputica de Scrates desinflama los fuegos chispeantes con que Hipotales se haba encendido estimulado por sus palabras torpes. Hipotales: torpe cazador de amantes que espanta la caza con elogios.

    Scrates alcahuete, verdad de esta hermenutica del decorado y de los acondicionamientos de metafsica experimental. Scrates feo expuesto ante la belleza de Lisis que amenaza con encender por donde pasa, es puesto a salvo por Platn al agraciarlo de conocimiento. La belleza de Lisis esculpida en materiales porosos ha sido arruinada por el golpeteo del cincel del sabio: indelicado, arrogante, dolido por el bien ajeno. Lisis que fue presentado como destacando por su aspecto y mereciendo, no slo de que se hablase de su belleza, sino tambin de todas sus otras cualidades, se convierte por la accin de la narrativa platnica en una suerte de caricatura de la belleza, simplemente despreciable, que se tira a los perros. El maestro que ha comerciado con lo ertico, paga suficientemente a Hipotales y a los espectadores los de Platn y nosotros- el reconocimiento que l mismo se atribuye de ser conocedor de tales asuntos, pero todo ello gracias a la dramaturgia platnica, que al ambientar dentro del gimnasio, el examen del que ama y del que es amado, nada ms iniciar el dilogo se asegura de probar la facilidad de Scrates para lidiar con lo ertico. Idealismo: los dioses regalan la facilidad de conocer al que ama y al que es amado.

    En el Crmides, la estrategia de Platn al exponer a Scrates frente a la belleza, aporta nuevas claves a la hermenutica del decorado y de los acondicionamientos de metafsica experimental. Quiz el Crmides y el Banquete sean los dos dilogos donde Platn mejor esculpe a Scrates bajo los trazos de una arquitectura resistente a las embestidas del placer. La escultura del personaje literario Scrates aparece tan ejercitada para someterse a la fuerza con que se presenta la belleza fsica, que estremece al lector moderno, pues la rutina fatigosa idealista de la definicin nos permite imaginar a Scrates de fea catadura y de mala constitucin corporal, pese a sus carnes duras y fibrosas. Crmides el Tadzio de L. Visconti- estimula el deseo que Platn deber extinguir con una cascada helada de preguntas.

    La bella presencia de Crmides: como si fuera la imagen de un dios, excita al

    35 Platn, Parmnides 128b.8 128c.2 Sin embargo, tal como las perras de Laconia,

    vas persiguiendo y rastreando los argumentos.

  • Acondicionamientos de metafsica experimental o sobre el entrenamiento filosfico que prescribe Platn y Epicuro

    119

    soldado que ha regresado a sus distracciones habituales. Scrates no utilizar su escudo para defenderse del adversario en el campo de batalla, sino para traslucir la buena naturaleza de Crmides. Despus de tanto tiempo, hermenutica del deseo. Scrates, sin pudor alguno es representado por Platn a punto de arder. La lea est encendida:

    Entonces ocurri, querido amigo, que me encontr como sin salida, tambalendose mi antiguo aplomo; ese aplomo que, en otra ocasin, me habra llevado a hacerle hablar fcilmente. Pero despus de que -habiendo dicho Critias que yo entenda de remedios- me mir con ojos que no s que queran decir y se lanzaba ya a preguntarme, y todos los que estaban en la palestra nos cerraban en crculo, entonces, noble amigo, intu lo que haba dentro del manto y me sent arder y estaba como fuera de m, y pens que Cidias saba mucho en cosas de amor, cuando, refirindose a un joven hermoso, aconseja a otro que si un cervatillo llega frente a un len, ha de cuidar de ser hecho pedazos . Como si fuera yo mismo el que estuvo en las garras de esa fiera, cuando me pregunt si saba el remedio para la cabeza, a duras penas le pude responder que lo saba.

    36.

    Despus de tanto tiempo Scrates regresa: hermenutica del deseo. Privacin de la carne y del ejercicio filosfico, pero preparacin trabajosa en el arte de la guerra: coraje para combatir al enemigo. La palestra de Tureas amplifica el escenario de la guerra de Potidea que tan cruel ha sido- al resuelto combate contra la belleza que ha dejado como sin salida a Scrates. Las deflagraciones de la belleza han emboscado a Scrates. La guerra de Potidea es una simple escaramuza ante las hostilidades de la belleza del joven Crmides: hermoso de rostro y figura . La guerra, escenario en que el hombre viril prueba resueltamente su

    36 Crmid 155.c.5-155e.3

  • 120 Hernn Martnez Milln

    virtud (valenta), termina por ser en el dilogo un acondicionamiento para librar la ms ardua de las batallas: la ofensiva de la belleza.

    Platn va ms lejos en la constitucin dramtica de Scrates como soldado de armas pesadas. El Hoplita se presenta ante Crmides como mdico. Scrates: hombre de guerra y terapeuta. La escultura del yo de Scrates brilla por sus armas pesadas (valor) y tranquiliza las almas jadeantes asaltadas impetuosamente por el placer. El encuentro con el irresistible Crmides da lugar para que Platn disee los materiales que constituyen a este hombre experimentado en la guerra y cuidando de la salud, recurdese que un mdico vale ms que muchos hombres, como dice el poeta del canto XI de la Ilada37. Scrates tutelado por Ares y Asclepio, recetar el remedio para la cabeza 38 de Crmides, que nada tiene que ver con hierbas. El ensalmo que mitigar el dolor de cabeza se ocupar primero del alma, pues a juicio del mdico Scrates que sigue las enseanzas del mdico tracio Zalmoxis- no hay que intentar, por separado, ser mdico del alma y del cuerpo39. El dilogo sorprende al lector con este giro que impone al drama Platn, pues el dolor de cabeza del bello Crmides, que Critias interpreta como flojera o debilidad, viendo la ocasin ms propicia para obligarlo a mejorar toda su capacidad intelectual40, pone en escena al mdico de almas Scrates que examinar: si tienes [Crmides] ya bastante sensatez, como Critias piensa, o ests falto de ella41. La dramaturgia platnica -ante la pregunta del mdico de almas- ruboriza las mejillas de Crmides y cnicamente realza su belleza: Entonces se ruboriz Crmides, y todava pareca ms hermoso

    . La fiera bella est atrapada por el cervatillo feo, que captura a sus presas pidindoles que den cuenta de la virtud que dicen poseer. Como se trata de la salud del alma para recuperar la salud de la cabeza -no se olvide que el piloto del alma, el entendimiento, se encuentra en la cabeza- Platn ha dispuesto toda la situacin dramtica que pincela en este dilogo para terminar conviniendo que el saber es lo que promueve la salud (intelectualismo moral). La escultura del personaje dramtico Scrates que dibuja Platn en este dilogo es expuesta sobre las brasas de la belleza de Crmides que amenaza con echar a perder la serenidad, el ms preciado de los bienes que porta el sabio, pero que rpidamente se incorpora provisto del instrumental del mdico para examinar a

    37 En el Banquete 214.b.7 Platn cita estas mis palabras de Idomeneo a Nstor:

    38 Carmid 155.e.2-3 39 Carmd 157.b.6-7

    40 Carmd 157.c.9.d.1

    41 Carmd 158.c.2-4

  • Acondicionamientos de metafsica experimental o sobre el entrenamiento filosfico que prescribe Platn y Epicuro

    121

    Crmides (mtodo elntico). El soldado Scrates, probado en Potidea, al volver a la palestra de Tureas, exhibe pblicamente los materiales virtuosos con los que est hecho, para echar por tierra la belleza de Crmides, pues como lo he mencionado, Platn se asegur que nada ms empezar el dilogo se conviniera desnudar su alma antes que su figura, para conseguir limpiamente cerrar la pieza dramtica con la conclusin de que en el saber reposa la salud. El rubor avergonzado de Crmides (tcnica dramtica de Platn) provocado por la indagacin de Scrates, exhibe la inarmnica y aparente belleza, de la que presuntamente gozaba Crmides, segn Critias.

    La hermenutica del decorado y de los ejercicios de metafsica experimental con que acondiciona Platn a Scrates para resistir a las llamas del placer que amenaza consumir a su hombre de papel (ficcin literaria), manejado a su antojo, reconfigura el lugar de produccin del intelectualismo moral: la belleza que amenaza al sabio con sus ardores, pronto se consigue sofocar examinando la belleza del alma del joven que no chispea como la de sus carnes. Intelectualismo moral: la salud es el saber. Scrates arde de deseo, el pirmano Crmides lanza chispas sobre las fibras del Hoplita, que despus de tanto tiempo Aparece entonces el mdico de almas: examinar la sensatez de Crmides, que nada ms preguntar, consigue que se ruborice. La armona entre belleza fsica y psquica se agrieta. Critias y su casa han decepcionado (pese a las ironas con que termina el dilogo) a Scrates que en ltima instancia preguntaba si su alma era de buena naturaleza. Hermenutica del decorado y del entrenamiento espiritual: entre palestras, pistas de atletismo y ungentos a partir de la dieta mediterrnea (las olivas que avivan el deseo), las salas reservadas a la conversacin instalan el coloquio de Scrates que ensea a ocuparse de la salud del alma por medio del saber.

    Del Laques, slo me interesa destacar, siguiendo la lcida interpretacin que sobre este dilogo propuso M. Foucault de Scrates como parresiats , y que para nuestra exposicin se capitaliza en el retrato que hace Nicias de Scrates como parresiasts, es decir, como un sujeto capaz de estrechar la relacin entre el lgos y el bos42 o entre la verdad y la verdad de la vida de Scrates43. La dramaturgia platnica se concentra en la constitucin de Scrates como maestro verdadero que ensea a cuidar del alma, pues as logra Platn dibujar el nivel de acuerdo que hay en Scrates entre vida y lgos, o como lo dira Laques: [] al armonizar en la vida real su propio vivir con sus palabras y hechos44. La dramaturgia platnica se hace ejemplarizante. Lismaco y Melesias

    42 Foucault, M. Discourse and Truth, Vers, Cast. De A. Gabilondo y F. Fuentes: Discurso y verdad en la antigua Grecia, Paids, Barcelona, 2004. pp. 133

    43 Ibd., pp. 13844 Laq 188.d.4-6

  • 122 Hernn Martnez Milln

    que estn interesados en que sus hijos lleguen a ser mejores por medio de las enseanzas que cuidan del alma, buscan a un tcnico en el cuidado del alma

    que, asimismo, sea capaz de cuidar bien de ella y que haya tenido buenos maestros

    de eso. Platn, sorprendentemente!, ayudado por las tcnicas literarias ejemplarizantes, describir a Scrates como aquel tcnico en el cuidado del alma en que palabras y hechos conciertan bellamente. Las principales caractersticas de la dramtica ejemplarizante (relacin entre lgos y rga) con que Platn describe a Scrates en boca de Nicias son:

    La prctica o ejercicio del dilogo que propone Scrates busca examinar el 1. modo de vida actual y el que ha llevado en su pasado [el interlocutor]. De dicha prctica, que pretende el auto-examen 2. , est tan convencido Scrates que no deja a su interlocutor hasta que se haya sopesado bien y suficientemente todo

    . Scrates filntropo. El auto-examen que acompaa Scrates hace sufrir 3. al interlocutor. Pese al dolor que se experimenta, Nicias (el auto-examen siempre es personal) 4. se alegra de estar en contacto con Scrates, pues busca una vida posterior mejor, gracias al auto-examen. La experiencia personal del auto-examen al que se ha sometido Nicias, pese 5. al dolor que ha experimentado, le permite afirmar que no le resulta nada inslito ni desagradable exponer[se] a las pruebas de Scrates.

    En este segundo aspecto de la dramaturgia filosfica inventada por Platn, en donde se desarrolla cuidadosamente la peligrosa exposicin de Scrates feo ante la belleza -siendo en el Laques belleza: la intencin de cuidar al mximo de los hijos de Lismaco y Melesias que manifiestan todos los interlocutores- Platn presenta a su obra de arte, Scrates, aprobado por sus conciudadanos Nicias y Laques, y estimulado por stos a ensear y examinar sus almas 45).

    Scrates parresiasts: vida y hechos lo demuestran. El Scrates del Laques es tan virtuoso que jams cesara en su empeo de hacerse mejor, hasta el punto de llegar a solicitar la ayuda de otros maestros para lograrlo: irona del artfice de la bella obra. Si la belleza es el resultado del entrenamiento sobre uno mismo, nuevamente Platn traza en este dilogo las caractersticas del ms bello de los maestros, pero cincelndolas en su personaje protagnico para que pueda exhibirlas sin la necesidad de decirlas. Scrates es una existencia filosfica. El examen que propondr Scrates y sus resultados finales, no slo evidencian el carcter aportico de este dilogo, sino la ignorancia, capaz de afear a cualquiera, pese a sus bien proporcionadas formas. La dramaturgia ejemplarizante del Laques desarrolla la exposicin sobre el cuidado de uno mismo, mximo bien al que aspira la filosofa, a partir de la verdad de la vida de Scrates.

    45 Laq 189.b.2

  • Acondicionamientos de metafsica experimental o sobre el entrenamiento filosfico que prescribe Platn y Epicuro

    123

    En el Eutidemo, los resultados que obtiene Platn de la dramtica exposicin de Scrates feo ante la belleza de Clinias, se ganan desde la confrontacin violenta con los pancraciastas. La dramtica coopera para que Scrates consiga la victoria. Como en ningn otro dilogo, en el Eutidemo a Platn le interesa la victoria con la que se coronar Scrates enfrentado a los pancraciastas: listos verdaderamente para cualquier combate , pues Scrates derribar el engreimiento de los pgiles, examinando el saber que dicen tutelar.

    La contienda no ser nada fcil, pues los adversarios de Scrates, Dionisodoro y Eutidemo, son:

    fsicamente fortsimos, pues son muy hbiles en la lucha en armadura y saben hacer hbil a otro que les pague un dinero; adems, dominan perfectamente bien la lucha en los tribunales, a la vez que saben ensear a otro a hablar y escribir discursos apropiados para los tribunales

    46.

    Scrates combatir con sujetos tan extraordinariamente acondicionados, que Platn no deja de presentarlos como la encarnacin viva del proyecto cvico ateniense: diestros para el combate y habilidosos asamblestas. Batalladores con armadura son Eutidemo y Dionisodoro, pero tambin de poderosas armas discursivas para pleitear en los tribunales de justicia, pues como lo dice el filsofo-dramaturgo han coronado su esfuerzo en el arte del pancracio al convertirse tan hbiles [] en la lucha con palabras y en refutar siempre lo que se diga, igual si es falso que verdadero.47 El entrenamiento fsico de los discpulos de Pancracio no se queda rezagado de su entrenamiento psquico. Para sorpresa de Scrates, el arte de la lucha en armadura que antes enseaban los pancraciastas, no se compara en nada con el arte que ahora prometen exhibir y ensear: la virtud48.

    La pieza dramtica provoca el paroxismo. La arrogancia de Eutidemo y Dionisodoro induce a semejante exaltacin de los nimos. El lector descarga sobre las ficciones literarias su reprobacin ms vehemente. Oculto Platn en el

    46 Eutd 271.d.2-447 Eutd 272.a.7 -272.b.1

    . La cursiva es ma tanto en el texto griego como en el espaol.

    48 Eutd. 274.a.10-274.b.1

  • 124 Hernn Martnez Milln

    disfraz de la arrogancia que ha prestado a los maestros de la virtud, re complacido mientras que sus ficciones reciben el odio de la dspota tradicin idealista que l se encarg de vigorizar enfrentndola ante odiosos arrogantes, que una vez caen en manos de su otra ficcin literaria, Scrates, son vencidos de la manera ms trgica: deconstruyendo sus pretensiones soberbias, afeados.

    Los maestros en armadura y en virtud, nuevamente nada ms empezar el dilogo, han quedado atrapados ante las redes del mtodo de indagacin que prctica Scrates y que en cada dilogo, ms all de la efectividad para lograr la definicin de la virtud examinada, exhibe la robustez psquica que lo acompaa, ya que la lucha con palabras que practican los sofistas y en la que prometen entrenar a sus discpulos pronto se ver minada por Scrates, pues los pancraciastas refutan siempre todo, sea falso o verdadero. La dramtica platnica sin reparo alguno, ilustra la estupidez que acompaa a los soberbios maestros en virtud. Platn desestima a Eutidemo y Dionisodoro, quiz esta sea la razn por la que los presenta hbiles en el combate pero desequilibradamente estpidos en el cuidado de s: acondicionados fsicamente pero faltos de inteligencia. Su delgadez espiritual lastima la sensibilidad de los espectadores del drama. Su raquitismo conceptual se compara con el juego de los nios. Nieras: quines son entre los hombres los que aprenden? Los inteligentes o los ignorantes?49 Eutidemo y Dionisodoro juegan con Clinias, pues como se ha dicho independientemente de lo que conteste, el joven ser refutado50. El juego infantil que practican los sofistas, y quiz tal entretenimiento no sea el que incomod a los atenienses afectos al platonismo, sino su inters en ensear estas mismas cosas, servir para que Platn detrs de bambalinas- engae a sus lectores conmovindolos ante escenas que slo l ha sabido crear con efectos catrticos. Clinias hundido y alterado por las tcnicas de los maestros en virtud, es decir, por Platn quien ha dibujado la situacin dramtica, colabora a la victoria de Scrates en el dilogo, pues una vez derrotado por los diestros pancraciastas, le facilita a Platn, exponer ante el auditorio su personaje, que no siendo bello de apariencia fsica, lo es de alma.

    Los extranjeros Dionisodoro y Eutidemo hacen lo mismo que en las iniciaciones de los coribantes, es decir, danzan y juegan. Nieras. Puerilidad. Los maestros que prometan ensear la virtud al joven Clinias son como nios juguetones. Scrates revelar entre saltos juguetones de los coribantes, las claves de toda iniciacin sofstica: se debe aprender la correccin de las palabras

    51 o como traduce Olivieri es menester

    49 Eutd 275.d.3-4

    50 Eutd 275.e.5-6

    51 Eutd 277.e.4

  • Acondicionamientos de metafsica experimental o sobre el entrenamiento filosfico que prescribe Platn y Epicuro

    125

    que aprendas el uso correcto de los nombres. Como lo dijo L. Robin, en su traduccin para la Pliade ce sont les premiers des sacrements sophistiqus. Scrates reclama seriedad a Eutidemo y Dionisodoro brincando juguetonamente consagran a Clinias a la sofstica. El poder del drama que Platn ha diseado aparece claramente. Ridculo de los pgiles en armas: brincando juguetonamente con palabras. Platn, que por medio de Scrates exige seriedad a sus interlocutores, hace sacudir de la risa a los espectadores inocentes que divierte con las travesuras de los pgiles.

    La exposicin de Scrates ante la belleza del joven Clinias, por medio de la dramtica platnica, le asegura a Platn el mejor de los escenarios para representar el drama del cuidado del alma del bello Clinias antes de que alguno lo eche a perder- bajo la tutela de Scrates, que sin haberse autoproclamado maestro en virtud sabe de qu se est tratando, y no como los juguetones pancraciastas, que luego de haber hecho rer al auditorio, hieren la sensibilidad del espectador con esa caricatura de hombres robustos infantiles tendidos en la arena por la indagacin de Scrates, que pide ser escuchado sin que se ran. La risa libera del resentimiento que siembra la irona. Muy seguramente el sofista de la Grecia Antigua, practic el ejercicio de la risa para liberarse de la pesadez que se sigue del entrenamiento que propone el Scrates de Platn. La irona que lanza Scrates quema avivando la herida, la terapia del sofista precisa aletargar el dolor por medio de la risa: el cuidado teraputico que ofrece la risa del sofista. Seriedad reclama Platn para que la irona logre acertar su narctico revelador. Este dilogo protrptico que desenmascara la brillantez

    52) del entrenamiento que imparten los pancraciastas, dndoles Scrates ms de los mismo, ya que l tambin intent hacer lo propio con stos hbiles hombres de palabra, querindolos atrapar y rodear con palabras 53, se ambienta en los lavabos del gimnasio seguramente con la intencin de sugerirle al lector, que el auto-examen al que induce Scrates, limpia o purifica de los engaosos misterios sofsticos como en los que pretenden iniciar los pancraciastas- exigindole al hombre interesado en el cuidado de s examinar el asunto bien

    , pues como lo dice en el Protgoras [] no [hay que] jugar a los dados y [arriesgarse] en los ms precioso: la salud del alma.

    Esta hermenutica del decorado y de la dramaturgia platnica, permite al intrprete que desmantela la arquitectura del gimnasio -que a su vez se encuentra emplazada astutamente en las arquitecturas del deseo que disea Platn, advertir que el suceso mismo que se describe en el dilogo es la teora, y la puesta a prueba (la escenificacin) verdad de la teora- evala la eficacia del entrenamiento con que Platn ha edificado a Scrates.

    52 Eutd 305.e.5 53 Eutd 295.d.2

  • 126 Hernn Martnez Milln

    ii. Acondicionamientos de metafsica experimental en epicuro.

    Los angelitos culones, mofletudos, desnudos y excitadospor la voluptuosidad estiran sus cuerpos en el ter

    sideral [] El cerdo representa la glotonera, la pereza, la intemperancia, la gula, la voracidad, la lujuria [] los discpulos

    del filsofo del Jardn se parecen a los cerdos.M. Onfray, Teora del cuerpo enamorado.

    Epicuro es el anti-Platn.A. Comte-Sponville, El mito de caro.

    El arte de evitar el sufrimiento []La algodicea epicrea desvela la posibilidad de una

    verdadera filosofa vivida y practicadacomo una terapia.

    M. Onfray, Las sabiduras de la antigedad.

    Como es de uso regular en estos pozos de sentido, el primer obstculo con el que se encuentra el arquelogo del saber (curador) que desempolva las piezas que le harn visibles las claves hermenuticas, son las fuentes bibliogrficas (que en el mundo griego son bio-bibliogrficas, o como dira Derrida, egodicea: la aventura del yo). Con Epicuro la historia de las ideas no ha sido benvola. Unos cuantos fragmentos se conservan de su prolija produccin literaria54 y con tan mala suerte,

    54 Reproduzco el catalogo de obras escritas por Epicuro que registra Digenes Laercio en el libro X de la Vitae philosophorum:

    Digenes Laercio, Vit. 10.27.7-10.28.28. Tantos, pues, y tan grandes son como he dicho los libros de Epicuro; pero los ms importantes son stos: treinta y siete libros De la naturaleza; De los tomos y del vacuo; Del amor; Eptome de los escritos contra los fsicos; Dudas contra los megricos; Sentencias selectas; De las sectas; De las plantas; Del fin; Del criterio o regla; Queredemo o de los dioses; De la santidad o Hegesianax; cuatro libros De las Vidas; De las obras justas; Neocles, a Temista; Convite; Eurloco; A Metrodoro; De la vista; Del ngulo del tomo; Del tacto; Del hado; Opiniones acerca de las pasiones, a Timcrates; Pronstico; Exhortatorio; De las imgenes mentales; De la fantasa; Aristbolo; De la Msica; De la justicia y dems virtudes; De los dones y gracia; (714) Polimedes; Timcrates, tres libros; Metrodoro, cinco; Antidoro, dos; Opiniones acerca de las enfermedades, a Mitre; Calstolas; Del Reino; Anamenes; Epstolas.

  • Acondicionamientos de metafsica experimental o sobre el entrenamiento filosfico que prescribe Platn y Epicuro

    127

    que un gran nmero de stos fueron conservados por Digenes Laercio, por no decir casi todos. Mala suerte de Epicuro, pues fillogos y filsofos en algunos casos- han estimado las Vitae escritas por Digenes Laercio, como una suerte de coleccin de ancdotas desprovista de valor filosfico, a la sombra de las Crnicas de Apolodoro. El libro dcimo de la Vida de los ms ilustres filsofos ha permitido a detractores y simpatizantes, desdibujar o dibujar a su antojo las enseanzas del maestro del Jardn . Dspotas calumniadores y esplndidos intrpretes han encontrado en las Vitae philosophorum las anotaciones que aprueban sus afirmaciones. Parece ser que la filosofa estival que alegra las pieles de los intrpretes actuales, le ha permitido ha Epicuro recuperar la calidez con que acoge a sus alegres exegetas, amigos de la tierra. Gracias al coleccionista de sucesos curiosos, Digenes Laercio, hoy nos deleitamos leyendo la Carta a Meneceo la Carta a Herdoto, sus Mximas capitales y sus consideraciones, Acerca del sabio. Las sentencias conocidas como Gnomologio Vaticano encontradas por C. Wotke en 1888, al igual que los fragmentos curados por H. Usener (Epicurea, 1887), se suman a los escasos restos del todo epicreo, que pese a las fecundas excavaciones arqueolgicas del siglo XX pareciera gustar la inhumacin, muy seguramente de acuerdo con la sentencia epicrea que pide vivir oculto55.

    Los escombros conservados de la escultura de s que dise Epicuro, aunque siempre insuficientes para intentar imaginar los trazos con que Epicuro compuso su vida, han permitido a los intrpretes traducir o curar los restos de la obra (vida y escritos) del maestro del Jardn, pincelados por la tcnica de interpretacin que suele representarse el ejercicio filosfico en la Grecia Antigua como arte para la vida. Precisar, a partir de dichos escombros conservados, los ejercicios que segn Epicuro acondicionan el alma-cuerpo para hacer frente a la desdicha.

    La primera prctica que sugiere Epicuro para combatir la infelicidad es eliminar el ansia de inmortalidad56: Epicuro sanar las heridas que ha ocasionado el temor a los dioses y el temor a la muerte. La filosofa medicinal que prescribir el mdico materialista y hedonista Epicuro, cauterizar las heridas gangrenosas que nocivas filosofas de la inmortalidad han envenenado produciendo graves alteraciones psquicas. La terapia materialista y hedonista aconsejar la meditacin y la prctica de los principios, en este caso, de cmo liberarse del ansia de inmortalidad, que en ltimo trmino, hace de los dos primeros frmacos del cuadrifrmaco, pcimas que ensearn a eliminar el ansia de inmortalidad supraceleste. Los argumentos teraputicos del sabio del Jardn ensearn a no temer a los dioses ni a la muerte, pues los dioses para el sabio materialista no tienen ninguna responsabilidad csmica, ya que no han fabricado el cosmos, pues ste se gener a partir del choque azaroso de tomos simples en el vaco. El cosmos es el resultado del capricho de los tomos: la agregacin

    55 Fr.551. Us. 56 Carta a Meneceo 124.10-11

  • 128 Hernn Martnez Milln

    de tomos caprichosamente da como resultado tal cosa (cuerpos compuestos de elementos simples, tomos), no hay leyes internas a la naturaleza que permitan describir la regularidad y continuidad con que se suceden todos los fenmenos (deteleologizacin). La naturaleza intrnsecamente no est determinada por leyes universales que cooperan en la realizacin del todo. O bien, dira Epicuro siguiendo a su maestro Demcrito, slo hay agregacin y desagregacin de tomos en el vaco dominados por el capricho. Entonces, los dioses no han fabricado el mundo. Los dioses no son obreros que cuidadosamente siguiendo una razn universal han modelado todo cuanto existe debajo de la luna. Los dioses, sin responsabilidad csmica para Epicuro, son seres vivientes que gozan de plena felicidad, sin enredarse con splicas y demandas de los mortales, deseosos de bienes y males que arruinaran la felicidad de la que gozan los dioses. Esta cosmologa deshieratizada y liberada de supersticiosas piedades que confiesa el vulgo57, a quien jams Epicuro quiso agradar, dio paso a una prctica de la sabidura materialista que ensea a eliminar el ansa perturbadora de inmortalidad a partir de su lcida cosmologa atomista que proclama la ceguera de la naturaleza (deteleologizacin) y la indiferencia de los dioses: la naturaleza no se ajusta a unas leyes sempiternas que conducen sus regulares producciones, verdad de la fsica epicrea (rematerializacin). Liberacin del reo por parte del tribunal divino, pues los dioses, al no haber fabricado el mundo, no es de su competencia procesarle por los crmenes contra lo que no es de su obra (responsabilidad en el sentido griego, de causa, ). Verdad de la cosmologa-tica de Epicuro58. Slo hay tomos simples que se agregan o disuelven en el vaco caprichosamente.

    57 Epicuro, contrario a lo que piensan sus detractores, segn el fragmento 45 de Fragmentos y testimonios escogidos, nunca se mostr simpatizante con las lecturas que asocian lo agradable a los placeres del vulgo. Puede verse tambin Carta a Meneceo 131.1.8-12

    Cuando, por tanto, decimos que el placer es fin no nos referimos a los placeres de los disolutos o a los que se dan en el goce, como creen algunos que desconocen o no estn de acuerdo o mal interpretan nuestra doctrina, sino al no sufrir dolor en el cuerpo ni turbacin en el alma

    58 Digo cosmologa-tica de Epicuro, ya que el estudio de la naturaleza tiene un fin teraputico: la tranquilidad de nimo y el apaciguamiento de las carnes. Por ejemplo, la exhortacin Fr. 45 expresa claramente el propsito que nima la dedicacin en torno al estudio de la naturaleza: El estudio de la naturaleza no forma jactanciosos artfices de la charlatanera ni ostentadores de la cultura por la que pugna la mayora, sino espritus independientes, capaces, orgullosos de sus propios bienes y no de los que surgen de las circunstancias. Tambin: Si nada nos perturbaran los recelos ante los fenmenos celestes y el temor de la que la muerte sea tal vez algo para nosotros, y adems al desconocer los lmites de los dolores y de los deseos, no necesitaramos de la investigacin de la naturaleza Mximas capitales

  • Acondicionamientos de metafsica experimental o sobre el entrenamiento filosfico que prescribe Platn y Epicuro

    129

    El entrenamiento filosfico que asegura la felicidad para Epicuro, hace de la meditacin de estas tesis cosmolgicas, garanta de la felicidad del sabio que se entrena en la prctica trabajosa de stos principios (segunda prctica espiritual). La eliminacin del ansia de inmortalidad, tras la meditacin de los argumentos cosmolgicos catrticos que administra Epicuro, le sobreviene al sabio, el apaciguamiento de sus carnes que teman la furia de los dioses, y la paz de su alma, se contenta con el clculo prudente de los bienes. Epicuro insiste en la Carta a Herdoto a propsito de dicha prctica: retener en la memoria los principios ms importantes de modo suficiente para que sean capaces de socorrerse a s mismos en cualquier oportunidad con las reglas fundamentales, en cuanto se acojan a la teora de la Naturaleza59. Los principios generales de la fsica epicrea, a saber, nada nace de la nada y de los cuerpos los unos son compuestos, y los otros aquellos (elementos) de los que se forman los compuestos60, debern los discpulos de Epicuro fijarlos en la memoria para conseguir la serenidad de vida

    61). Los principios ms importantes de la fsica epicrea prometen alcanzar el ms preciado bien: la tranquilidad de la vida.

    La meditacin y prctica de lo meditado, es decir, la aplicacin del pensamiento a las consideraciones de la fsica atomista del maestro del Jardn y su simultneo trnsito por esta va tranquilizadora ante las amenazas de la clera divina, prometen al discpulo iniciarlo en la ms bella de las sabiduras:

    Un recto conocimiento de estos deseos sabe, en efecto, supeditar toda eleccin o rechazo a la salud del cuerpo y a la serenidad del alma, porque esto es la culminacin de la vida62

    Esfumado el temor ante lo divino y, a su vez, despachadas las promesas quimricas de la inmortalidad, el sabio se instala en la ms radical de las inmanencias

    : apaciguado por la terapia cosmolgica que renuncia al soberbio deseo de inmortalidad, el discpulo intentar ser feliz, es decir, conquistar la serenidad del alma , por medio del clculo prudente de los deseos

    : tabla aritmtica de los deseos. El siguiente entrenamiento ensear a calcular para no arriesgar la tranquilidad de nimo.

    59 Carta a Herdoto 10.35.4-7

    60 CH 10.40.8-41.161 CH 10.37.3 62 Carta a Meneceo, 128.1-3.

  • 130 Hernn Martnez Milln

    El ejercicio de la filosofa no tolera fingir que filosofamos, sino filosofar realmente: no necesitamos, en efecto, aparentar que estamos sanos, sino estarlo verdaderamente63. El entrenamiento que propone Epicuro, tras la deconstruccin de las cosmologas teolgicas (deteleologizacin) por medio de su materialismo atomista, ensea un novedoso ejercicio de metafsica experimental que consiste en el clculo prudente de los deseos (espiritualidad materialista). Tercer ejercicio que recomienda Epicuro: aprender a calcular. La tabla aritmtica de lo deseos: placeres naturales y necesarios, placeres naturales pero no necesarios y placeres no naturales y no necesarios64, arroja como resultado luego del concienzudo examen, la salud del cuerpo y la tranquilidad del alma. Filosofa prctica que pone fin a las dolencias del cuerpo y a las turbaciones del alma. La doctrina prueba su eficacia curativa, pues contrario a las imputaciones de los detractores del hedonismo en la versin de Epicuro, el maestro del Jardn se asegur de dejar en claro que no se eligen todos los placeres indiscriminadamente. La seleccin meditada que implica exponerse al goce de los placeres y la respectiva eleccin de animarse a gozar o abstenerse, se sirve de un criterio firme:

    [] hay ocasiones en que soslayamos muchos [placeres], cuando de ellos se sigue para nosotros una molestia mayor []

    65.

    Entonces, el hedonismo que propone Epicuro aunque considera que el placer es el soberano bien, no se entrega al goce propio de los disolutos y tampoco, desestima el papel pedaggico del dolor en la construccin del sujeto, pues sabe Epicuro que la exposicin al dolor puede acompaarse posteriormente de mayor placer, lo que deja bien claro, que no todo placer es elegible, como lo creyeron sus crticos mal intencionados. El retrato de Epicuro que describe M. Onfray siguiendo la tradicin patrstica, se ajusta claramente a la depravada lectura de sus crticos que asocian el soberano bien de Epicuro con el goce precipitado del vientre:

    [] ha escrito cartas licenciosas (que en realidad ha redactado Ditimo el estoico), se acuesta con todas las mujeres de su escuela, prostituye a su propio hermano, colecciona prostitutas y no se resiste a la tentacin libidinal; saquea la filosofa de los dems, (el atomismo de Demcrito de Abdera, el

    63 Epicuro, Gnomologio Vaticano, Fr. 54.1-3

    64 CM 127.8-10

    Tambin vase el fragmento XXIX de Mximas capitales.

    65 CM 129.4-7

  • Acondicionamientos de metafsica experimental o sobre el entrenamiento filosfico que prescribe Platn y Epicuro

    131

    hedonismo de Aristipo de Cirene), no es ciudadano de Atenas, (qu horror!), frecuenta a los poderosos, profiere permanentemente obscenidades, vomita dos veces al da a causa de los excesos en la mesa, gasta cotidianamente fortunas en la alimentacin, por la noche tiene prcticas sectarias, detesta todas las otras filosofas; nunca ha degollado, desollado y comido nios de corta edad, es verdad, pero de eso se acusar a los cristianos cuando les llegue el turno de las calumnias66

    Epicuro: maestro liberador de los terrores de la mente 67) y matemtico riguroso de los deseos al establecer sus lmites. La tabla aritmtica de los deseos evala las utilidades que el sabio persigue al exponerse al placer y tambin, el gasto innecesario perturbador que acompaa el deleite. Prctica espiritual materialista: la operacin de sumar los deseos garantiza no arriesgarse a exponer el alma-cuerpo al dominio dspota de los placeres perturbadores.

    La cuarta prctica para resistir al deseo que amenaza al intentar desbordar los lmites que apaciguan el cuerpo-alma del sabio, es la dieta frugal que aconseja Epicuro. Moderacin al comer y al beber. Las apetencias desmedidas del vientre se traducen espiritualmente en excesos del carcter que amenazan la autonoma radical del sabio. El rgimen diettico moderado68 que manda observar Epicuro sacia el hambre, la sed y el fro69, que para Epicuro son bienes tan elevados, precisamente porque vienen de abajo, con los que el hombre puede llegar a rivalizar con Zeus en felicidad. Dialctica materialista: Los valores superiores [] vienen de abajo70. El rgimen diettico a base de masas y agua, ensea la ms bella de las sabiduras: la moderacin apacible.

    Estas prcticas que acondicionan al sujeto virtuoso, que para Epicuro es el hombre sereno 71), le exige estar entrenndose en el ejercicio de la filosofa, es decir, en la meditacin y la prctica de las mximas de la recta filosofa . Semejantes ejercicios

    66 ONFRAY, M. Les sagesses antiques, Grasset & Fasquelle, Pars, 2006. Vers. Cast. de M. Galmarini: Las Sabiduras de la antigedad: Contrahistoria de la filosofa, I. Anagrama, Barcelona, 2007, pp. 178.

    67 Epicuro, Mximas capitales X. 68 Tambin la frugalidad tiene su medida; el que no la tiene en cuenta sufre poco ms o

    menos lo mismo que el que desborda todos los lmites de su inmoderacin GV 63. 69 Ibd.., GV 33.

    70 COMTE-SPONVILLE, A., Le Mythe dIcare. Trait du dsespoir et de la batitude, Presses Universitaires de France, 1984. Vers. Cast de L. Arenas: El Mito de Icaro: Tratado de la desesperanza y la felicidad, A. Machado Libros, Barcelona, 2001, pp. 81.

    71 Op. Cit., GV 79.1

  • 132 Hernn Martnez Milln

    trabajosos de metafsica experimental reclaman asiduamente prestar a los deseos la siguiente interrogacin: Qu me suceder si se realiza lo que mi deseo trata de conseguir? Y qu si no se realiza?72(Quinta prctica espiritual que propone Epicuro). El hombre sereno que conquista da a da su libertad interior por medio del clculo racional de los deseos, goza de una dicha similar a la de los dioses, ya que su carne se encuentra satisfecha y su alma sosegada. Los acondicionamientos de metafsica esforzada que recomienda Epicuro, una vez eliminada el ansa de inmortalidad, ensean a ser feliz por la va del pensamiento (clculo moderado de los deseos): matemtica, es decir, conocimiento de lo que se puede gozar y de lo que hay que rehuir.

    iii. platn y epicuro: dos instructores personales que prescriben ejercicios fatigosos para cuidar de s.

    A modo de conclusiones provisionales que permitan la continuidad de esta conversacin inacabada que sostenemos con los griegos, dir que Platn -en los dilogos estudiados en este artculo- acondiciona psquicamente de manera tan robusta a su ficcin literaria Scrates, que puede extinguir fcilmente por medio del dilogo (mtodo elntico) las llamas amenazantes del deseo abrasador. La indagacin, el examen, la revisin de las opiniones sostenidas, la vida sin examen 73) que jams poda llegar a imaginarse el Scrates de Platn, anestesia las carnes que arden de d eseo y le permite a Scrates tras la recuperacin de su aplomo expuesto, presidir la conversacin ponindose a salvo de las deflagraciones amenazantes de la belleza. Esta hermenutica que propongo del decorado y de la dramaturgia en Platn, permite emplazar en la base del platonismo, las arquitecturas del deseo que se traman e intrigan en estos dilogos. Platn expone al cervatillo viejo y rugoso bajo de las garras de las fieras lbricas que amenazan con devorarle.

    La terapia platnica ensear a cuidarse de la garras de la belleza. Blindndose de verbo las heridas ocasionadas por la conflagracin ertica, sern adormecidas y serenadas. La dramaturgia platnica pincelada por el decorado del gimnasio ateniense, revela las claves de una hermenutica del decorado del dilogo que permite entre palestras y pistas de atletismo, explorar las arquitecturas del deseo que aguantan la filosofa de Platn. Arquitectura del gimnasio y arquitecturas del deseo, ensean las claves de esta nueva experiencia hermenutica que presta atento cuidado al escenario en que Platn recrea su ingeniosa propuesta para cuidar de uno mismo. Entre palestras, pistas de atletismo, lavabos y salones destinados a conferencias y masajes, Platn arriesga decididamente a Scrates, para luego rescatarlo de las llamas del deseo por medio del acondicionamiento fsico con que lo ha dotado. Scrates .

    72 Ibd.. GV 71.1-3

    73 Platn, Apologa 38.a.5

  • Acondicionamientos de metafsica experimental o sobre el entrenamiento filosfico que prescribe Platn y Epicuro

    133

    Los ejercicios de metafsica experimental que han logrado endurecer los rganos ms frgiles para la voracidad del deseo (el bajo vientre), acondicionados y entrenados tras la exposicin, exhiben arrogantemente la victoria con que se ha coronado Scrates. La dramaturgia diseada por Platn aproxima a Scrates a las llamas del deseo, que a punto de inflamarse por las chispas del placer, extingue el bro del deseo por medio del dilogo, cuyo objetivo es presentar al interlocutor feo y desagraciado: desarmona. Platn, entrenador personal (personal trainer) de Scrates, ilustra el drama filosfico entre gimnasios, seguro de que la exhortacin socrtica al cuidado del alma estremecer los cuerpos bizarros de los personajes de sus dilogos, y a su vez, conseguir la aprobacin del espectador-lector, que toma partido en la disputa por quien mejor est entrenado para extinguir los fogonazos de deseo. Platn: Scrates ejercitado en la filosofa ha modelado su vida. Bien proporcionado , ensear la ms bella de las sabiduras: la que resiste al deseo perturbador y se ejercita en los cuidados del alma para conseguir su liberacin y separacin del cuerpo, pues encadenada, cautivada y esclavizada por los cuidados propios del cuerpo, yace en tierra con su inteligencia oscurecida y traspasada de maldad.

    Epicuro, no menos exigente en el entrenamiento con sus discpulos que Platn con su ficcin literaria, ensear el arte del buen vivir libre de perturbaciones, a travs de la meditacin y la prctica de los principios, es decir, de sus tesis bsicas cosmolgicas y hedonistas. El estudio acerca de la naturaleza prepara para vivir apaciguado e imperturbable. Una vez libre el discpulo de las perplejidades acerca de los dioses con las que se aterroriza -cuidado teraputico que garantiza el ejercicio de la fsica- deber acondicionar su cuerpo-alma para interrogar sus apetitos y liberarlo(a) del dolor, al que el goce irreflexivo puede arrastrar (gasto innecesario perturbador). La prudente ponderacin de todos los deseos por medio de la tabla aritmtica que ensea a capitalizar las elecciones, cuyo rendimiento tiene siempre que ser favorable para la salud del alma del sabio, dise en la Grecia Antigua una rutina fatigosa y asidua, que ms all de la clasificacin escolar hedonista, nos hace pensar en una rutina asctica (ejercitada) que tras la interrogacin a la que hay que someter todos lo deseos (ejercicio de metafsica experimental), se perfecciona con una diettica a base de masas y agua que persigue la moderacin. El rgimen diettico, sin el que todo ejercicio en la palestra no es ms que escaramuza, acondiciona al hombre sereno que busca mantenerse libre de turbaciones. Epicuro:

    Ejercicios de metafsica experimental que requieren de una prctica severa del cuerpo, cuya meta era la serenidad o apaciguamiento del cuerpo y/o alma. Filosofar es para Platn y Epicuro estar entrenndose. Ejercicios de metafsica experimental que persiguen por sendas desiguales, salvar nuestras vidas 74)

    74 Platn, Protgoras 356.e.6 Tambin Epicuro GV 80.1-2

    La cursiva del texto griego es ma.

  • 134 Hernn Martnez Milln

    del desorden violento de las pasiones. El sabio entrenndose frecuentemente para resistir al deseo perturbador por medio de los ejercicios que ha probado y luego aconseja, se coronar de laurel.

    Territorio Guane, 25 de Junio de 2008.

  • ( )

    Heidegger witH dewey: mitsein, solicitude,

    And educAtionRyan Krahn

  • 136 Nombre del autor Titulo del articulo 137

    Heidegger witH dewey: mitsein, solicitude, And educAtion

    Abstract: Contra claims that depict Martin Heideggers Sein und Zeit as lacking an ethics of Others, I interpret the very Being of Dasein as Mitsein, ontology as ethics. On the basis of this ethical interpretation of Heideggerian ontology, I draw out the implications such an interpretation has on our ontic, solicitous comportment towards Others. I consider vorausspringen, a mode of positive solicitude, as opening up the possibility of a certain pedagogical orientation that serves as a practical, institutional counterpart to Heideggers ontology. I argue that this Heideggerian pedagogy is neither individualistic nor autocratic, but instead mirrors John Deweys directed freedom.

    Keywords: Mitsein, Solicitude, Pedagogy, Dewey, Being-with-others, Intersubjectivity.

    Resumen: Contra la acusacin que afirma la ausencia de una tica de los otros en Ser y tiempo, de Martin Heidegger, interpreto el verdadero ser del Dasein como ser-con (Mitsein) y la ontologa como tica. Sobre la base de esta interpretacin tica de la ontologa heideggeriana, extraigo las implicaciones que ella tiene sobre nuestro conmportamiento ntico, solcito con los otros. Considero el vorausspringen un modo de solic