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Hay que recuperar el cobre escrito por José Cademartori Friday, 14 de July de 2006 El 11 de julio pasado se cumplieron 35 años desde la Nacionalización del cobre, impulsada entonces por el gobierno del presidente Salvador Allende. Pero hoy parte importante de los minerales están en manos privadas e incluso de transnacionales. “Si Chile recuperara el dominio absoluto sobre todas sus reservas y las administráramos soberanamente tendríamos por muchos años la más extraordinaria oportunidad histórica de superar rápidamente la pobreza y las desigualdades” dice José Cademartori, ex ministro de Economía de Allende. Hay que recuperar el cobre Por José Cademartori En la larga odisea para ser dueños de nuestro destino, el 11 de Julio de 1971 será recordado como un hito clave de nuestra historia. Veinte años después de presentado el primer proyecto de ley de nacionalización de nuestra riqueza básica por los senadores comunistas Elías Lafferte y Salvador Ocampo, el Presidente Allende firmaba la reforma constitucional que proclamó: El estado de Chile tiene “el dominio absoluto, exclusivo, inalienable e imprescriptible” de todas las riquezas minerales yacentes en el subsuelo del territorio. Este principio fundamental viene a ser como una segunda acta de la independencia, después de aquella que rubricara O’Higgins luego

Hay que recuperar el cobre - Salvador Allende | … · Web viewEn la larga odisea para ser dueños de nuestro destino, el 11 de Julio de 1971 será recordado como un hito clave de

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Hay que recuperar el cobre    escrito por José Cademartori  

Friday, 14 de July de 2006El 11 de julio pasado se cumplieron 35 años desde la Nacionalización del cobre, impulsada entonces por el gobierno del presidente Salvador Allende. Pero hoy parte importante de los minerales están en manos privadas e incluso de transnacionales. “Si Chile recuperara el dominio absoluto sobre todas sus reservas y las administráramos soberanamente tendríamos por muchos años la más extraordinaria oportunidad

histórica de superar rápidamente la pobreza y las desigualdades” dice José Cademartori, ex ministro de Economía de Allende.   Hay que recuperar el cobrePor José CademartoriEn la larga odisea para ser dueños de nuestro destino, el 11 de Julio de 1971 será recordado como un hito clave de nuestra historia. Veinte años después de presentado el primer proyecto de ley de nacionalización de nuestra riqueza básica por los senadores comunistas Elías Lafferte y Salvador Ocampo, el Presidente Allende firmaba la reforma constitucional que proclamó: El estado de Chile tiene “el dominio absoluto, exclusivo, inalienable e imprescriptible” de todas las riquezas minerales yacentes en el subsuelo del territorio. Este principio  fundamental viene a ser como una segunda acta de la independencia, después de aquella que rubricara O’Higgins luego de la victoria sobre el dominio español.La norma constitucional allendista ha sobrevivido intacta hasta nuestros días. Resistió el golpe de estado, la larga dictadura, todos los intentos por suprimirla, desvirtuarla, o traicionarla. Habría que esculpirla con letras de granito a lo largo de la cordillera y grabarla en la memoria profunda de cada chileno. En el período en que el pueblo carecía de fuerzas para defenderla, hubo militares y civiles de la dictadura que se opusieron a su derogación, defendiendo su carácter estratégico. Las leyes son propias de la democracia. Hablar de leyes para referirse a un tiempo de dictadura, resulta un contrasentido. Sin embargo, José Piñera, uno de los incondicionales de Pinochet y de las transnacionales mineras, redactó una supuesta ley, -la No 18.097,- para darle una apariencia de legalidad al robo alevoso de

nuestras reservas vitales. Terminada la tiranía, lo que se imponía era anular las resoluciones de Pinochet que repugnaban la conciencia democrática o perjudicaban el patrimonio nacional. Sin embargo, muchas de ellas siguen en pié, como son, el decreto de amnistía para los crímenes de la dictadura, el código laboral,  la venta fraudulenta de las empresas del estado, la “LOCE”, el sistema electoral, la entrega de nuestras riquezas naturales y la propia caricatura de constitución que implantó el dictador. Además muchas de estas normas, nominadas “leyes orgánicas”, sólo podrían derogarse cuando la derecha no pueda imponer su veto, que le garantiza el sistema binominal.  Ahora ya es conocida la historia secreta de cómo se impuso en los primeros años de la Concertación la decisión de mantener e incluso ampliar la ley Piñera y demás privilegios a favor del capital internacional. Al interior de los partidos de gobierno, algunos dirigentes fueron partidarios de cumplir el Primer Programa de la Concertación que establecía el compromiso de recuperar la soberanía nacional de nuestro patrimonio. Pero, fueron derrotados por la camarilla formada por antiguos funcionarios de Pinochet, coludidos con  tecnócratas de los nuevos partidos gobernantes, los cuales, operando con sospechosos recursos desde un supuesto Centro de Estudios del Cobre, formaron un lobby destinado a defender los intereses del capital transnacional. Esos técnicos concertacionistas son ahora altos funcionarios de las compañías privadas. Pero, la responsabilidad política de los tres últimos Presidentes y de sus ministros de entonces, al reafirmar las normas de la dictadura es innegable. Más de uno de esos personeros está ahora arrepentido, mientras otros todavía ejercen en la Moneda su influencia negativa.La inconstitucionalidad de la ley Piñera debe declararla el Tribunal Constitucional. Lo hará el actual o uno nuevo, más adelante, de eso no nos quepa duda. Es una batalla más que debemos y podemos ganar. Ya Radomiro Tomic fue uno de los primeros en denunciarla, pero muchos otros juristas, como Armando Uribe, también la reclaman. La Confederación de Trabajadores del Cobre acordó llevar una demanda ante el Tribunal, pero pudieron más las presiones gubernamentales y el acuerdo quedó en suspenso. Anular la llamada ley Piñera puede ser un terremoto político, pero jurídica y moralmente sería impecable. Ninguna ley ni tratado puede estar por encima de la Constitución, ni puede contradecirla. Su anulación nos dejaría a un paso de la renacionalización. Las compañías transnacionales quedarían desnudas y tendrían que negociar en condiciones desmedradas, con un nuevo tipo de

gobierno democrático inmune a las presiones imperiales.Los beneficios para todo Chile de la enmienda allendista en la constitución  sobre nuestros enormes recursos metalíferos, son contundentes. Desde la nacionalización hasta 1999, Codelco exportó 20 millones de toneladas y aportó al Presupuesto Nacional 25.000 millones de dólares. En el mismo lapso, las transnacionales extrajeron 27 millones de toneladas, bastante más que Codelco. Sin embargo entregaron a la Tesorería 1,300 millones de dólares. Es decir, apenas la vigésima parte de lo que aportó la empresa fundada durante la Unidad Popular. Codelco, hoy mismo, a pesar de que ha sido recortada y amputada por los tras gobiernos de la concertación, contribuye al financiamiento estatal más que la suma de todos los impuestos a las rentas de los capitales privados existentes en el país.Hay que recordar que no estamos hablando de una industria cualquiera. Chile posee más de 35% de todo el cobre comercializable que existe en el planeta. Somos el país con la reserva de metal más grande del mundo. A mucha distancia nos sigue el segundo, EE.UU y los demás vienen muy atrás. Somos además el primero por la magnitud de lo que producimos. Y también somos el primer y decisivo exportador en el mercado mundial. Nuestra situación en el comercio del cobre es aún más fuerte que la de Arabia Saudita, Venezuela y otros estados que conforman la OPEP y que son determinantes en los precios y en los abastecimientos de petróleo y gas. Es cierto que los hidrocarburos mueven la economía mundial y que sus reservas se agotarán a un plazo no muy lejano. Pero algo similar está ocurriendo con varios metales entre ellos el cobre: Reservas limitadas, consumo elevado y creciente a medida que el mundo se industrializa y se extiende la electrificación por inmensos territorios. Gran parte de lo que está sucediendo hoy con los extraordinarios precios del metal rojo, se debe a la rápida industrialización de China, India, otros países de Asia y a los nuevos usos del metal. Si Chile recuperara el dominio absoluto sobre todas sus reservas y las administráramos soberanamente tendríamos por muchos años la más extraordinaria oportunidad histórica de superar rápidamente la pobreza y las desigualdades. De lo que decida el país ahora y para los próximos años, depende, si aprovechamos o perdemos esta oportunidad. Necesitamos para eso que haya una sola política, única, nacional para nuestro cobre. No puede volver a ocurrir el desastre a que nos llevó autorizar sin control, inversiones extranjeras para extraer millones de toneladas y entregarles  hasta los yacimientos de reposición que estaban reservados a Codelco.

Un desastre que duró cinco años por la sobreproducción mundial creada desde Chile y que puso al precio por el suelo, causando la ruina de pequeños mineros, cesantía, menores recursos fiscales y recesión en todo el país. Ahora estamos a punto de permitir que ese desastre se repita. Los monopolios internacionales resolvieron invertir en los próximos años unos 7.000 millones de dólares para extraer en Chile y abastecer a sus filiales en el exterior, la cantidad necesaria para abatir lo más pronto posible los altos precios alcanzados por el metal. Chile es el país preferido por el capital multinacional, por la magnitud de nuestras reservas, la alta ley del mineral, los bajos costos y el fácil acceso al mercado mundial. Y además, por los bajos impuestos que pagan en Chile, sin royalty y por un estado que las deja hacer y deshacer, sin información cabal, sin controles.En lugar de acelerar el agotamiento de nuestras minas de una materia prima cada vez más escasa y no renovable, que también a la humanidad le conviene administrar con sobriedad, debemos autorizar aumentos de la extracción, limitados y prudentes. Las inversiones debieran realizarse preferentemente por Codelco y Enami y no por las compañías privatizadas, puesto que está demostrado que así conviene al estado y a todos los chilenos. Dada la magnitud de la rentabilidad del cobre, también Codelco puede acceder a financiamiento externo. Además las inversiones debieran orientarse a darle mayor valor agregado a nuestras exportaciones, por ejemplo, mediante la refinación y manufactura del concentrado, con lo cual cada tonelada exportada rendiría un precio más alto. Pero esto no les interesa a la Billiton, Angloamerican, Phelps Dodge, Luksic y sus congéneres. Para ellos, el negocio consiste en llevarse cuanto antes y en la mayor cantidad posible, la materia prima en bruto y al menor precio posible para que la ganancia quede en sus filiales instaladas en el exterior. Para ellos el negocio es espectacular. Sus inversiones por cuantiosas que sean, se pagan con las ganancias y en un plazo tan breve como no hay otros negocios en el mundo. La Billiton que explota La Escondida, el año 2004 obtuvo utilidades por 1.700 millones de dólares, lo que equivale al 94% de todo su capital. En un año, casi recuperó las inversiones efectuadas en quince años. Y la Escondida no es una excepción. El conjunto de las 17 compañías privadas más grandes obtendrá este año, utilidades del orden de los 16.000 a 18.000 millones de dólares. Estas cifras son equivalentes al total de inversiones que hicieron estas compañías. Nuevamente, se comprueba que en un solo año las ganancias recompensarán a las inversiones efectuadas en los 15 años pasados.

La conclusión que se desprende del enorme despojo que está sufriendo el pueblo chileno, es muy clara. Debemos acelerar la lucha por recuperar el legado de Allende. Entretanto para avanzar hacia ese  objetivo hay que poner en marcha una verdadera estrategia nacional del cobre. Una política que ponga en práctica todas las atribuciones legales posibles para controlar los manejos de las compañías, para impedir la evasión tributaria, para fiscalizar a quién venden y a cuales precios. Una política nacional única para las exportaciones, llegando a implantar el estanco de las exportaciones a cargo del estado, como está previsto en la ley que creó la Comisión Chilena del Cobre.   Entretanto, tenemos también un problema inmediato que abordar y una crítica al Ministro de Hacienda, Andrés Velasco. El ha resuelto sin más discusión lo que se hará con los excedentes ya acumulados en la Caja Fiscal y los que se obtendrán en el futuro inmediato, por el alto precio del cobre. Se calcula que por este solo año esos excedentes llegarían a 10.000 millones de dólares. Se trata de una suma equivalente a poco menos de la mitad del total del presupuesto fiscal. Supera todo lo que en un año se asigna a los ministerios de Salud y Educación sumados. Ya de por sí esta es una suma colosal. Hay que imaginarse lo que podría hacerse con 30.000 millones de dólares si esta situación se mantuviera otros dos años más.Algunas de las aprehensiones que se han manifestado es que los dólares en que están nominados estos excedentes no debieran volcarse al mercado de divisas, pues un exceso de dólares de oferta produciría un mayor alza artificial del peso chileno que afectaría a muchos exportadores y a productores nacionales perjudicados por importaciones abaratadas artificialmente. Pero esa no es la causa de la caída del dólar que lleva años. La causa principal es que el Ministerio de Hacienda y el Banco Central se niegan a intervenir y controlar el tipo de cambio, con la excusa que es el mercado, (dominado por grandes compañías y por los especuladores) el que debe decidir. Constituir ahorros con los excedentes en forma de activos financieros es aceptable, siempre que sea parciales y transitorios, su administración sea estatal, transparente y controlada, para evitar las cuantiosas pérdidas ocasionadas por los escándalos Davila e Inverlink que afectaron a Codelco y la CORFO. Pero, sería un grave error, perder esta coyuntura tal vez única, al no utilizar una parte importante de esos excedentes en un plan extraordinario de inversiones productivas y sociales que resolverían en importante medida, agudos problemas como el desempleo y la pobreza

extrema. Destinar todos los excedentes a constituir Fondos Financieros por plazo indefinido que serían colocados en el exterior en depósitos bancarios o en valores bursátiles y administrados por intermediarios extranjeros, todo con el objeto de utilizar solamente los intereses y dividendos de esos fondos, sería renunciar a dar ahora mismo un salto de calidad en el desarrollo económico del país. Vivir de las rentas de bonos y acciones, como lo hacen los supermillonarios, no corresponde a nuestra condición de país situado aún en un bajo nivel de desarrollo económico y social. Se aduce el ejemplo de Noruega que ha hecho lo mismo con las ganancias de su petróleo, pero se oculta que Noruega, desde hace varios años, tiene un ingreso por habitante cuatro veces mayor y un sistema de seguridad social muy superior al nuestro.Los excedentes del cobre pertenecen a todos los chilenos. Desde luego hay que pensar en las agudas necesidades sociales que pueden ser atendidas con inversiones en dólares. Como ejemplos podemos indicar la importación inmediata de ambulancias para los centros de salud de numerosas comunas urbanas y rurales, donde son cuestión de vida o muerte para miles de familias. Ahora pueden adquirirse en el exterior equipos de rayos X, escáneres, quirófanos, laboratorios químicos y muchos aparatos e instrumentos médicos que hacen falta urgentemente en hospitales públicos y postas de emergencia. Para muchos enfermos de escasos recursos y que en Chile no pueden ser atendidos ahora por falta de medios en los hospitales, se pueden destinar subsidios en dólares para ser atendidos en centros de salud de calidad reconocida, como en Cuba u otros países. En materia de educación se puede importar para los jardines infantiles, modernos equipos de enseñanza. Para las escuelas públicas se puede importar equipos de computación, laboratorios de física, química y biología avanzados. Las universidades estatales pueden, sin costo para ellas, ser dotadas de instalaciones e instrumentos de investigación de punta, para dar un fuerte impulso al desarrollo científico y tecnológico nacional. Se puede ampliar considerablemente el número de becas completas en el exterior para cortas o medianas estadías, para profesores, técnicos, profesionales y jóvenes científicos que por sus limitados recursos no pueden hacer postgrados fuera del país. Tales son algunos ejemplos de inversiones sociales que ahora son posibles de financiar.Junto a un presupuesto extraordinario de inversiones sociales, hay que concordar  en un plan extraordinario de inversiones productivas, tanto del sector público como del privado. Ellas deben crear nuevas fuentes permanentes de trabajo en todo el país,

decenas de miles de nuevos empleos de calidad. En el sector público está planteado la refinación y manufactura de cobre, con los beneficios permanentes ya explicados. Hay que incorporar valor agregado a minerales valiosos que se hoy se exportan como materia prima sin elaborar, como el molibdeno, el litio, el oro, la plata. Se puede invertir los dólares excedentes en levantar una planta experimental para transformar el carbón en gasolina y otros derivados, como se está haciendo con éxito en otros países. Otras fuentes de energía renovables y no contaminantes pueden tener un gran impulso en nuestro territorio. Está el proyecto de integración firmado por Chávez, Kirchner, Lula y Morales del gasoducto del sur, con el cual tendríamos otra fuente adicional de energía, participando con financiamiento en dólares para su construcción. Las Pequeñas y Medianas Empresas de la minería, industria, agricultura, pesquerías artesanales y servicios deberían acceder a recibir créditos blandos en dólares para importar maquinarias y herramientas y para comprar patentes extranjeras por nuevos métodos de producción que los liberaría de pagar royalties. El gobierno puede financiar más publicidad, promoción, giras de conocimiento y marketing de sus productos en el exterior. Proponemos organizar un gran debate y una consulta popular acerca del destinos de estos recursos extraordinarios. Las organizaciones sindicales y gremiales, los colegios profesionales, las universidades, las municipalidades, las juntas de vecinos, los centros de padres son quienes mejor conocen sus carencias y necesidades. Debieran plantear sus demandas, sugerir los usos más adecuados y eficientes de esos excedentes. Así entendemos una democracia moderna, participativa, un gobierno donde los ciudadanos son consultados, escuchados y atendidos. Los excedentes del cobre son de todos y todos deben recibir sus beneficios.·        Discurso en la conmemoración del 35 aniversario de la nacionalización del cobre, 11 de Julio, 2006.·        José Cademartori es economista y ex ministro del Gobierno de Salvador Allende. Cerrar ventanaJorge Lavanderos Illanes, Extracto de uno de sus libros Importancia de la Producción de Cobre Para Chile

En lo profundo de nuestros sueños,

abajo de nosotros mismos,

reside la veta oculta y mágica

que ha de llevarnos

con nuestra propia y firme decisión

a mejores días.

Al hablar del cobre en Chile, existe un concepto y una realidad, que debe primar en cualquier análisis que se haga de él, es el concepto de dimensión, importancia o magnitud, que este metal tiene en nuestra economía y en el mundo en general. Y en ese aspecto, yo quedaría plenamente satisfecho de esta presentación, si los lectores de este libro pudieran adquirir conciencia de la verdadera importancia del cobre chileno.

Con sus 742 mil km. cuadrados, el territorio chileno es apenas el 0,25 % de la superficie terrestre, sin embargo en este minúsculo porcentaje del planeta de la superficie de la tierra, se concentra el 37 % de las reservas mundiales de cobre. Poco importa que ciertas estimaciones digan que Chile posee sólo un tercio de estas reservas, y que otros digan que estas sobrepasan el 40 % de las reservas mundiales, lo que importa es comprender la dimensión que tiene esa riqueza cautiva, y en razón de ella, la importancia de Chile en la producción y sobretodo en el comercio mundial de cobre.

Lo que debemos tomar conciencia es que esas reservas mundiales de cobre, no se encuentran en el país más grande del mundo, Rusia, ni en el país más poblado del mundo, China, que cuenta con 1250 millones de habitantes, sino que en un pequeñísimo país donde viven apenas 15 de los 6000 millones de habitantes de este planeta. Es entonces una anomalía de la naturaleza, concentrar una tan colosal riqueza en un muy pequeño espacio del planeta.

Es tal la colosal magnitud de esta riqueza, que solamente una vez que los chilenos tomemos una real conciencia de la dimensión del cobre chileno, podremos comprender que en Chile no puede existir ningún tema político o económico, que pueda resistir una comparación con el cobre. Sin embargo, el cobre es un tabú en los medios de comunicación y en la discusión pública. Este olvido y ocultamiento no es casual, sino que es perfectamente planificado, puesto que mientras menos se hable del cobre, su expoliación se podrá efectuar de manera más tranquila.

El Formidable Porvenir del Cobre

Siendo las reservas de cobre chilenas, lejos las más grandes del mundo, y las de más bajo costo, ellas se transforman en una de las más rentables inversiones mundiales de las que quieren apoderarse los grandes conglomerados metalúrgicos del planeta, por dos razones:

1) la inmensidad de estas reservas, y;

2) el espectacular porvenir económico del cobre

La automatización, la computación y los robots ya han invadido las fábricas de todos los países desarrollados, y en el curso de este nuevo siglo, toda la industria mundial será automatizada, y la única fuente de energía que moverá la industria será la electricidad. Toda la nueva economía, la sociedad de la información, la Tercera Ola como ya hace años la llamó Alvin Toffler, tendrán como única fuente de energía la electricidad, y la electricidad tendrá siempre un soporte casi único en su distribución por intermedio del cobre. Por los siglos de los siglos, la humanidad seguirá consumiendo cobre, pero el cobre de mina desaparecerá a

más tardar dentro de un siglo, y las fabulosas reservas chilenas desaparecerán en 30 años.

A este gran polo de desarrollo de la electricidad y del consumo de cobre, se sumará la necesaria e ineludible electrificación e ingreso al desarrollo de los países de menor desarrollo. Para ello tomemos sólo el caso de China, que actualmente consume alrededor 1,1 kg. de cobre por habitante, mientras que los EEUU consumen alrededor de 12 kg. Esto quiere decir que dentro de 50 años, cuando China alcance el nivel de desarrollo de los EEUU, solamente China consumirá casi el doble de cobre, que lo que actualmente consume todo el mundo. Si a ello agregamos la India, Indonesia, Indochina, América Latina, África, el consumo de cobre se podría cuadruplicar en unas decenas de años más.

Debido al inexorable agotamiento en el futuro de las reservas chilenas, el precio del cobre alcanzará niveles hoy insospechados en 10 a 15 años más. Este brillante porvenir del cobre, lo conocen muy bien las grandes transnacionales, gracias a variados estudios en ese sentido, de diversas instituciones de análisis y programación estratégica de los recursos energéticos y metálicos, y es esa la razón por la que han llegado en masa a nuestro país a apoderarse de las mayores y mejores reservas de cobre del mundo.

Sobreproducción*

Durante el gobierno militar, las únicas inversiones privadas que se hicieron en el cobre, fueron Mantos Blancos, la Disputada de Las Condes en 1978 (que desde esa fecha no ha pagado un sólo dólar de impuesto a la renta) y La Escondida que comenzó en 1989. Todas los otros yacimientos e inversiones se iniciaron en los gobiernos de la Concertación. En consecuencia, y esto tiene que quedar bastante claro, es principalmente bajo estos gobiernos que las transnacionales extranjeras se han apoderado de la mayor parte

de nuestro cobre. Y lo han hecho en forma tan apresurada, que provocaron una tan importante sobreproducción mundial de cobre que han hecho colapsar el precio, y destruyeron los muy importantes ingresos que Chile retiraba de este sector de la minería.

Es así como en los primeros 5 años del gobierno de la Concertación, en el resto del mundo la producción disminuyó en 62.000 toneladas, mientras que la producción de las empresas extranjeras instaladas en Chile aumentó en 720.000 toneladas, con una disminución de Codelco en 109.000 toneladas. Esto quiere decir que entre 1990 y 1994, el aumento mundial de la producción de cobre era generada única y exclusivamente por empresas extranjeras instaladas en Chile. Fue esta sobreproducción la que generó la caída de 20 % en el precio nominal del cobre entre 1989 y 1994.

A partir de 1995, países como Indonesia, Australia y Perú, también aumentaron moderadamente su producción, lo que hace que en los 10 años de los dos gobiernos de la Concertación, Chile ha aportado el 77% del crecimiento mundial de la producción de cobre, producción que supera ampliamente el aumento del consumo. Entre 1989 y 1998, la producción mundial aumentó en 3.286.200 toneladas, mientras que el consumo mundial aumenta solamente en 2.345.900 toneladas, lo que significa que hubo una producción por sobre el consumo mundial de 940.700 toneladas.

Menos aún se puede culpar de esta sobreproducción a la crisis asiática, puesto que nunca antes había existido un consumo tan elevado, como en la época de la crisis asiática. El aumento mundial del consumo de cobre de los últimos 3 años previos al 31 de diciembre de 1998, fue de 1.167.800 toneladas, es decir casi el mismo aumento que los 6 años anteriores de 1989 a 1995, que fue de 1.178.300 de toneladas. El aumento del consumo de cobre durante los 3 años en que se extendió esta crisis, fue superior incluso al aumento mundial del consumo registrado en toda la década de los ochenta.

La responsabilidad en esta sobreproducción mundial por parte de las empresas extranjeras instaladas en Chile recae directamente en los gobiernos de la concertación, puesto que esas inversiones extranjeras sólo se podían efectuar con la autorización del gobierno chileno. Es esta política displicente de la Concertación la que ha destruido los considerables ingresos que Codelco aportaba a las arcas fiscales.

Tributación de las Empresas Mineras Extranjeras

¿Qué deben hacer las empresas para no pagar impuesto a la renta en Chile? ¡No tener o no declarar utilidades!. Esto lo saben bien las grandes empresas tanto chilenas como extranjeras. Una buena gestión empresarial se traduce generalmente en declarar misérrimas utilidades, o declarar pérdidas. En esta excelencia en la gestión, se destacan las sociedades anónimas cerradas, las sociedades de personas y muy especialmente las sociedades contractuales mineras, estatuto en el que se encuentran la casi totalidad de las empresas extranjeras del cobre.

Por lo tanto, para no pagar impuesto a la renta en Chile, las transnacionales extranjeras del cobre ponen en ejecución todos los subterfugios posibles para no declarar utilidades, a pesar que estos subterfugios sean sancionados por las leyes chilenas. En esta tarea son amparadas por las mismas instituciones del Estado que deberían fiscalizarlas, y que permiten la elusión y evasión tributaria que efectúan la totalidad de las empresas extranjeras del cobre.

Si Codelco tiene utilidades, con mayor razón deberían tenerlas las empresas privadas extranjeras, porque es de conocimiento público que tienen costos de explotación muy inferiores a Codelco, y estas mismas empresas lo publicitan y se vanaglorian de ello. Que las empresas extranjeras del cobre no declaren utilidades, es una realidad tan aberrante, que a cualquiera persona con o sin

conocimientos de tributación o de la minería del cobre, le debe parecer inventadas y sólo destinadas a dañar la imagen de las empresas extranjeras del cobre. Pero desgraciadamente para nosotros los chilenos, esta es la triste realidad, ya que la casi totalidad de las empresas extranjeras del cobre declaran pérdidas, y ello es ocultado no sólo por las mismas empresas, sino que lo más inexplicable de todo, es que los mismos organismos del Estado chileno encargados de fiscalizar a estas empresas, son los que ocultan y amparan esta falta de tributación.

El principal subterfugio que estas empresas desde antiguo han utilizado para no declarar utilidades, son los precios de transferencia.

Precios de Transferencia

Se le llama así a los precios de exportación o de transferencia entre empresas relacionadas, o de filiales de una misma casa matriz, precios que son muy inferiores a los que existen normalmente en el mercado. Esto se produce de la siguiente manera: la empresa instalada en Chile, relacionada con la casa matriz americana, inglesa, japonesa, australiana, etc., le puede comprar el cobre a su filial chilena a través de filiales comercializadoras de cobre, a precios inferiores incluso de 30 % a los de la Bolsa de Metales de Londres, puesto que ese es el objetivo esencial de la inversión que han realizado en Chile. Muchas de estas sociedades comercializadoras de cobre, tienen su base en países con paraísos fiscales, con el fin de disminuir su tributación. Esta situación no es nueva, puesto que en los años 50 y 60, cuando la Gran Minería pertenecía en totalidad a capitales norteamericanos, los precios de exportación de estas empresas eran un 30,8 % inferiores a los precios de la Bolsa de Metales de Londres, o los de Enami, según un estudio realizado por el Economista Patricio Meller publicado en junio de 1988, en la revista Nº 24 del Cieplan.

Los Precios de Transferencia, son lejos el principal subterfugio que utilizan las empresas extranjeras para no declarar utilidades. Por ello es que, conocer la realidad sobre las ventas y los precios de exportación de la minería privada en Chile es muy difícil, porque el secreto es muy bien guardado hasta por Cochilco, que es el organismo que por disposiciones del DL 1.349 de 1976, modificado por la ley 18.840 de 1989, debe conocer las condiciones de todos los contratos de exportación e importación de cobre y sus subproductos.

Cochilco publica una serie de diversos datos, como los embarques físicos por producto, (concentrado, refinado, metálico, etc.) por país de destino de los embarques, pero no publica el valor de las exportaciones por empresa, que es la información más relevante. Si Cochilco publicara el valor de las exportaciones por empresa, que por lo demás está en conocimiento de todas las empresas competidoras en el mercado internacional, cualquiera persona interesada en el tema del cobre, le sería relativamente fácil deducir el precio de venta de cada empresa, al ser comparada con su producción y exportación física, datos que si publica Cochilco. Esta acción de Cochilco, al ocultar el valor de las exportaciones de las empresas extranjeras, trae como consecuencia que se impide conocer los precios de transferencia de estas empresas, que es el principal subterfugio que ellas emplean para "trasladar" sus utilidades a sus casas matrices, y no pagar impuesto a la renta en Chile.

Para acallar las críticas a los Precios de Transferencia, el gobierno dictó en 1997 la ley 19.506, que le dio facultades al S.I.I., para fiscalizar los Precios de Transferencia, y que se basa en que las transacciones entre partes relacionadas, deben efectuarse como si entre comprador y vendedor no existieran vínculos de ninguna especie. Pero ya desde 1974, el DL 824 o Ley de la Renta, establece en su art. 36 que: "Sin perjuicio de otras normas de esta ley, para determinar la renta efectiva de los contribuyentes que efectúen importaciones o exportaciones, o ambas operaciones, la Dirección Regional podrá, respecto de dichas operaciones, impugnar los precios o valores en que efectúen sus transacciones o contabilicen su movimiento, cuando ellos difieran de los que se

obtienen de ordinario en el mercado interno o externo. Para estos efectos, la Dirección Regional podrá solicitar informe al Servicio Nacional de Aduanas."

No son entonces los instrumentos legales los que faltan, para fiscalizar los precios de transferencia de las empresas mineras, y mejorar su casi inexistente tributación, sino que la voluntad política de muchas autoridades de gobierno.

Excesivo Endeudamiento y Pago de Elevados Intereses

Otra de las formas que implementan las empresas extranjeras para disminuir sus utilidades, es aumentar los gastos, pagando a la casa matriz asesorías y consultorías diversas, y sobre todo, pagando abultados intereses financieros a la casa matriz, para lo cuál han sido debidamente autorizadas por el Banco Central.

El caso de "La Cia. Minera La Disputada de Las Condes", hasta 1998 segunda empresa extranjera del cobre, es el más conocido de todos, porque algunos reportajes sobre sus resultados han aparecido en la revista "Minería Chilena", y en particular la entrevista concedida por su entonces Vicepresidente, el Sr. Johan Lobenstein, en el Nº 121 de julio de 1991, donde dice entre otras cosas: "Un 96 % de estos pasivos corresponden a créditos de la casa matriz o de su filial en las Bermudas que actúa como entidad financiera con respecto a su filial, por especial disposición del Banco Central de Chile. Por ello Exxon no extrae utilidades de Disputada, sino que intereses de sus inversiones en la compañía. Estos pagos de intereses representaron un 21 % de las ventas el último año y un 20 % el año anterior."

En consecuencia, con este endeudamiento, el pago de intereses puede extenderse aún por décadas, y con una pérdida tributaria que ya debe haber sobrepasado los 500 millones de dólares, hasta que la mina se agote, la Cía. Minera La Disputada de Las Condes, no habrá pagado un sólo dólar de impuesto a la renta al Estado Chileno, siendo el ejemplo y modelo a imitar en relación a los "beneficios" que la minería extranjera aporta a nuestro país. Sabemos que esta empresa ha sido fiscalizada por el S.I.I., pero sus fiscalizadores no han encontrado anormal que durante 23 años esta empresa haya tenido sólo pérdidas y no haya pagado un sólo dólar de impuesto al Fisco.

Para premiar este ejemplo de empresas, el gobierno de Chile, y en particular el Ministerio de Economía, le otorgaron a esta Cia. Minera La Disputada de Las Condes, el Primer Premio establecido en Chile a la calidad total.

Hacer bien las cosas en este país, consiste entonces en que las empresas extranjeras del cobre declaren pérdidas y no paguen impuestos al fisco, y en razón de esta gestión de calidad moderna y eficaz, el fisco más encima les otorga premios.

Resulta aún más increíble el caso de la Cía. Minera El Abra, filial en un 49 % de Codelco. En la misma Memoria de Codelco por el ejercicio 1998, se reconoce que esta compañía pagó 68,1 millones de dólares en intereses, lo que representa el 17 % de sus ingresos, y que aparece en la Memoria de Codelco. Estos elevados intereses, explican en parte porque la Cía. Minera El Abra no entregó utilidades a Codelco, a pesar que sus costos directos son inferiores a los 0,40 dólares por libra de cobre, por lo que a pesar de sus elevados gastos financieros, debería arrojar utilidades. Sin embargo ese misterio no existe con Radomiro Tomic, que comenzó su explotación dos años después que El Abra, y que ya entregó alrededor de 140 millones de dólares de utilidades a Codelco por los ejercicios 1998 y 1999.

Los dos tercios de la inversión extranjera en la minería son créditos y no aportes directos de capital. Esto no es una casualidad o capricho de inversionista, sino que una muy bien montada y planificada operación, que permite:

a) aumentar los gastos y disminuir las utilidades de las filiales para no pagar impuestos en Chile,

b) que las casas matrices obtengan utilidades suplementarias en forma de intereses,sobre los cuales sólo se debe tributar en Chile apenas un 4 %.

La Ocultación de la Falta de Tributación de las Empresas Privadas del Cobre

Cochilco publica los aportes tributarios de Codelco y Enami al Estado, pero nada publica en relación a la tributación de la minería privada, a pesar que hasta 1995 no existía ningún impedimento legal para publicar la tributación por cada una de las empresas mineras, y desde 1995, el art. 35 del Código Tributario no impide "la publicación de datos estadísticos en forma que no puedan identificarse los informes, declaraciones o partidas de cada contribuyente en particular". Por lo cuál el S.I.I. está facultado para entregar la tributación global de la minería privada del cobre, incluso separada por cada subsector, entre Gran, Mediana y Pequeña Minería. Si Cochilco no publica la tributación del sector minero del cobre, la opinión pública no se entera que las empresas extranjeras del cobre no pagan impuestos en Chile, e incluso en el Senado hasta hace poco no sabían de este absurdo increíble.

El Necesario Impuesto a las Exportaciones de Cobre

Existe una realidad indesmentible e insoslayable que las empresas extranjeras del cobre no pagan impuestos en Chile o que su tributación es misérrima, y ello no se debe a que tengan un estatuto tributario privilegiado, si no porque recurren a diversos procedimientos para hacer desaparecer sus utilidades. Que las empresas extranjeras del cobre no declaren utilidades es una realidad tan increíble que a cualquiera persona con o sin conocimientos de tributación o de la minería del cobre le debe parecer inventadas y sólo destinadas a dañar la buena imagen de las empresas extranjeras del cobre. Pero desgraciadamente para nosotros los chilenos, la triste realidad es que, la casi totalidad de las empresas extranjeras del cobre por largos años declaran pérdidas.

Por estas razones, es absolutamente necesario establecer una nueva forma de tributación, la que no pueda ser eludida de ninguna manera por estas empresas mineras extranjeras. Este tipo de impuesto existe, y desde hace ya varios años que lo hemos estado explicando y solicitando en diversos informes. La única forma que estas empresas no puedan eludir la tributación al Estado y al pueblo chileno, es que paguen un impuesto a la exportación de cobre, independientemente del hecho que tengan o no utilidades. De la misma forma que CODELCO aporta un 10 % de sus ventas a las Fuerzas Armadas, tenga o no utilidades, así también las empresas extranjeras del cobre deberían tributar por el cobre que se llevan al extranjero.

Este impuesto existe en la mayor parte de países con explotaciones mineras en el mundo, y en particular en Australia, Canadá, EEUU, Inglaterra, Sudáfrica, etc. países de donde provienen las principales empresas que poseen yacimientos de cobre en Chile. En esos países este tributo se conoce como Royalty, y tiene una tasa que se sitúa alrededor del 25 % del valor de sus ventas. No existe otra fórmula para que las empresas que explotan recursos naturales. Los economistas clásicos en especial David Ricardo, justificaban su existencia como la justa compensación a la extracción de una tonelada de mineral que se perdía para siempre. Por lo tanto, todas las grandes empresas mineras del mundo están perfectamente en conocimiento de esto y

deben pagar este tipo de tributo en los países de donde ellas provienen, por lo cuál están ética y jurídicamente imposibilitadas para oponerse a su implantación en Chile.

La base de este impuesto no son las utilidades declaradas, sino que el valor de cada libra de cobre que se exporta. Además, para incentivar a las empresas cupríferas a darle mayor valor agregado a sus explotaciones, este impuesto debe tener tasas diferentes en función del tipo de cobre que exportan, aumentando esta tasa en la medida que existe menor valor agregado en el país. De esta manera, para el cobre manufacturado o elaborado en Chile, la tasa de este tributo debiera ser de 0 %, pasando a 10 % por el cobre refinado, 15 % por el cobre fundido, 20 % por los concentrados de cobre, y 25 % por el mineral en bruto.

Estas tasas diferenciadas, tienen como objeto principal, a que se refine o elabore la totalidad del cobre que se produce en Chile. Estas tasas diferenciadas, tienen subsidiariamente como objetivo desincentivar que la manufactura de nuestro cobre se realice en el extranjero, puesto que en todos los países asiáticos, y también en Europa, por las importaciones de concentrados no existen aranceles o ellos son muy bajos, pero si el cobre es fundido o refinado, estos aranceles aumentan sensiblemente, alcanzando en ciertos países tasas superiores al 50 por ciento, no obstante el libre comercio que predican. Además evitan el efecto de los precios de transferencia.

Con este tipo de Royalty a la exportación de cobre, estaríamos logrando varios objetivos fundamentales, para por fin tener una verdadera Política de Estado para el Cobre, que recupere para el país los ingresos que el metal rojo debe aportar, tanto en el futuro inmediato, como en el mediano y largo plazo. El Royalty a la exportación de cobre, debe transformarse en la piedra angular de esta Política, y en una solución a la sobreproducción y la actual crisis del cobre.

En último término, si no se está de acuerdo con este nuevo tributo a las exportaciones de cobre, se debiera extender la aplicación de la Ley Reservada de las Fuerzas Armadas a todas las empresas exportadoras de cobre, dejando a todas las empresas mineras del cobre, en igualdad de condiciones competitivas, puesto que tanto Codelco como las empresas privadas, quedarían sometidas al mismo impuesto, y ello permitiría asignarlos al gasto social en educación, salud, vivienda y previsión como lo fue en el pasado.

Los Pretendidos Beneficios de la Inversión Extranjera

Los defensores de la inversión extranjera, tanto del gobierno, como de las multinacionales afirman que si esa inversión no se hubiera autorizado en Chile, igual hubiera provocado sobreproducción, si se hubiera invertido en otros países, y Chile hubiera además perdido los beneficios de esa inversión. Pero argumentar que Chile hubiera perdido los beneficios de esa inversión extranjera es completamente irreal, puesto que la inversión extranjera en el cobre no ha aportado ningún beneficio considerable a nuestro país, ya que no sólo destruyó los ingresos que obtenía el fisco, sino que además suprimió cerca de 20 mil empleos en la minería del cobre.

En segundo lugar, es falso que la misma cantidad que se invirtió en Chile, invertida en otros países hubiera podido crear la sobreproducción que se originó desde Chile. No existe ningún país en el mundo que tenga costos tan bajos, como los que en forma

natural tienen los yacimientos chilenos, porque no existen en el resto del mundo yacimientos de envergadura que tengan costos inferiores a los 40 cts. de dólar por libra, como La Escondida que tiene costos de 34 cts., Zaldivar que viene de reconocer costos de 38 cts., costos en lo que se sitúa también Collahuasi y El Abra, yacimientos que en conjunto producen 2 millones de toneladas. En que región del mundo se pueden producir 2 millones de toneladas a menos de 40 ctvs. de dólar por libra. Respuesta simple: No existe.

Los beneficios de la inversión extranjera en la minería son solo ilusiones que no tienen fundamento en la realidad, puesto que se han perdido más de 20 mil puestos de trabajo en la minería del cobre en los últimos 10 años, y que Chile ha dejado de percibir decenas de miles de millones de dólares, por efecto de la baja del precio del cobre provocado por la sobreproducción extranjera en Chile.

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* Este tema lo tratamos más latamente en un segundo apartado de este libro.

Gracias por su atenta lectura.

¡Pero No Olvide que todo esto deberían saberlo al menos 15 millones de chilenos!

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