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Hacia la hipertelevisión, Experiencia Hipertexttual Carlos Scolari Hacia la hipertelevisión. Los primeros síntomas de una nuevaconfiguración del dispositivo televisivo. Carlos ScolariGrup de Recerca d’Interaccions Digitals (GRID)Universitat de [email protected] Resumen El texto propone un primer mapa de las transformaciones que ha sufrido la televisión desde la difusión delos nuevos medios interactivos. Si consideramos que las nuevas textualidades conviven con lastradicionales dentro de una misma ecología mediática, puede resultar pertinente analizar lascontaminaciones entre ellas. La televisión del siglo XXI le está hablando a un espectador formado en otrasexperiencias mediáticas, lo cual le obliga a modificar sus dispositivos gramaticales y narrativos. En elartículo se analizan algunos rasgos pertinentes de aquella que hemos dado en llamar hipertelevisión. Abstract The article proposes a first map of the transformations that are shaping television since the diffusion of thenew interactive media. If we think that the new textualities coexist with the traditional ones inside the samemedia ecology, it could be pertinent to analyze the contaminations between them. The television of the XXIstcentury is speaking to audiences formed in other media experiences and it’s constrained to modify itsgrammatical and narrative properties

Hacia La Hipertelevisión-Scolari

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Hacia la hipertelevisin, Experiencia HipertexttualCarlos Scolari

Hacia la hipertelevisin. Los primeros sntomas de una nuevaconfiguracin del dispositivo televisivo.Carlos ScolariGrup de Recerca dInteraccions Digitals (GRID)Universitat de [email protected] ResumenEl texto propone un primer mapa de las transformaciones que ha sufrido la televisin desde la difusin delos nuevos medios interactivos. Si consideramos que las nuevas textualidades conviven con lastradicionales dentro de una misma ecologa meditica, puede resultar pertinente analizar lascontaminaciones entre ellas. La televisin del siglo XXI le est hablando a un espectador formado en otrasexperiencias mediticas, lo cual le obliga a modificar sus dispositivos gramaticales y narrativos. En elartculo se analizan algunos rasgos pertinentes de aquella que hemos dado en llamar hipertelevisin.AbstractThe article proposes a first map of the transformations that are shaping television since the diffusion of thenew interactive media. If we think that the new textualities coexist with the traditional ones inside the samemedia ecology, it could be pertinent to analyze the contaminations between them. The television of the XXIstcentury is speaking to audiences formed in other media experiences and its constrained to modify itsgrammatical and narrative propertiesPalabras claveHipertelevisin paleotelevisn neotelevisinIntroduccinEn los ltimos quince aos los investigadores de la comunicacin digital hemos estado tan ocupados en elanlisis de los nuevos medios que nos hemos hasta cierto punto olvidado de los viejos medios. Siconsideramos que las nuevas textualidades conviven con las tradicionales dentro de una misma ecologameditica, puede resultar interesante analizar las contaminaciones entre ellas.Las nuevas formas que adopta la televisin, ms que encuadrarse dentro de un proceso evolutivo lineal delarga duracin - teorizado por la semitica segn la serie paleo/neotelevisin (Eco, 1986) - deberan seranalizadas desde una perspectiva ecolgica-reticular. Podra entonces decirse que la aparicin de otrasespecies en el ecosistema como los videojuegos o la web est modificando el entorno, obligando a lasviejas especies (televisin, prensa, radio, etc.) a adaptarse. En algunos casos estamos asistiendo alnacimiento de especies bastardas, o sea, medios que adoptan o simulan gramticas y narrativas de otrosmedios.Desde el momento en que los nativos digitales una generacin crecida entornos digitales interactivos- handesarrollado nuevas competencias perceptivas y cognitivas (y, como bien apuntara McLuhan, hannarcotizado otras) a partir de sus experiencias hipertextuales, los medios tradicionales deben adaptar sudiscurso a estos nuevos espectadores. No es lo mismo conquistar una audiencia formada en la radio, laprensa o en la misma televisin que producir programas para nuevas generaciones con competenciasinterpretativas generadas en experiencias hipertextuales como la navegacin en la web, el uso del softwareo los videojuegos.1. Hipertelevisin: un breve zapping terico1.1 La serie paleo/neotelevisin La televisin es el medio de masas por excelencia, el canal audiovisual que llega a mayor cantidad deconsumidores y, sin dudas, la experiencia comunicacional ms impactante del siglo XX. Nacida como mediounidireccional e impregnada de una ideologa de servicio pblico en Europa - mientras que, en los EstadosUnidos, su espritu fue siempre comercial - en los aos '80 la televisin comenz a vivir un proceso detransformacin. Los grandes monopolios estatales (la BBC inglesa, la RAI italiana, etc.) debieron compartirsu espacio con las nuevas cadenas privadas. La multiplicacin de los canales tuvo sus consecuencias en laeconoma televisiva - la segmentacin de las audiencias - y en las formas de consumo ahora fragmentadoal ritmo del zapping-.Esta transformacin fue definida por Umberto Eco en 1983 como el paso de la paleotelevisin a laneotelevisin (Eco, 1986), una oposicin posteriormente retomada en un contexto acadmico por Casetti(1988) y Casetti y Odin (1990). Entre otras cosas la neotelevisin arrasa con la oposicin entre informacin(realidad) y entretenimiento (ficcin), anula las diferencias culturales para sumergir al espectador en un flujo televisivo que lo acompaa a lo largo de la jornada. La televisin, en esta fase, comienza a mirarse y arepresentarse a s misma. Segn Eco "la caracterstica principal de la Neo TV es que cada vez habla menos(como haca o finga hacer la Paleo TV) del mundo exterior. Habla de s misma y del contacto que estestableciendo con el pblico" (1986, 200-201). Para generar este efecto la televisin se muestra a s misma,abre al pblico su dispositivo tcnico de enunciacin: los espectadores pueden ver los micrfonos, lascmaras y las salas de redaccin de los telediarios.La dupla paleo/neotelevisin tuvo a finales de los aos 80 una gran acogida en el mundo acadmico y deah en ms no result difcil encontrarla en muchos anlisis semiticos del medio televisivo (Abril, 1995;Imbert, 1999; Farr, 2004; Carln, 2004). La oposicin paleo/neotelevisin tambin ha sido utilizada porinvestigadores que trabajan en otros contextos epistemolgicos como la teora crtica (Malmberg, 1996) olas ciberculturas (Piscitelli, 1995).1.2 Crtica de la neotelevisin Ya a mediados de los aos 90 Semprini marc algunos lmites del concepto de neotelevisin, indicando queel trmino no permita dar cuenta de todos los cambios que estaba viviendo el medio:La puesta en escena de lo privado y de la intimidad de los individuos, la aparicin de los talk shows de tiposociopoltico y las diferentes formas de intrusin del medio televisivo (docudrama, TV-verdad, televisincompasiva, etc.) difcilmente entran en tal definicin. Ellas modifican sustancialmente el rol del medio y larelacin enunciativa entre pblico y emisores. Desde un punto de vista ms general, es un paradigmaunificado que resulta cada vez ms difcil de aplicar al medio televisivo (Semprini, 1994:43).Tambin Cavicchioli y Pezzini (1993), en un trabajo donde se analizaban las producciones de la TV verititaliana, identificaron algunas categoras de programas que no podan ser encuadradas en el concepto deneotelevisin: Algunos programas, en particular los que denominamos ventana sobre el mundo, noparecen poder entrar en la definicin, aunque sea amplia y generosa, de neotelevisin (1993:61). Puederesultar significativo que en las ltimas investigaciones dedicadas al medio televisivo surgidas en lasemitica italiana, cuna terica del concepto de neotelevisione, prcticamente ni se lo mencione (Pezzini,2002; Peverini, 2004).Si bien reconocemos que las oposiciones pueden servir para generar taxonomas cientficas(vertebrados/invertebrados, sociedad/comunidad, etc.), resulta un tanto incmodo encuadrar la historia deun medio en una serie lineal de estados. Reducir la evolucin de la televisin a una sucesin de etapas (dela paleo a la neotelevisin) puede facilitar su transmisin en contextos didcticos pero se corre el riesgo desimplificar procesos sumamente complejos y multideterminados.1.3 La televisin y la ecologa de los medios El sistema de los medios y sus interfaces conforma una red sociotcnica muy parecida a un hipertexto. Endeterminados momentos algunos nodos de esa red se activan y comienzan a relacionarse con otros dandolugar a nuevas configuraciones. La aparicin de nuevas especies (nodos), adems, modifica la ecologa delconjunto, ya sea causando la adaptacin de algunos elementos o la aparicin de hbridos que combinan loviejo con lo nuevo. Desde esta perspectiva podemos analizar cmo la llegada del cine remodel al teatro, oestudiar los efectos colaterales sobre la radio y el cine que caus la difusin de la televisin de los aos 50.Los modelos evolutivos lineales iluminan slo una parte de estos procesos.Si bien la oposicin paleo/neotelevisin podra llevar a pensar en la sustitucin total de un estado evolutivopor otro, en realidad siguen existiendo experiencias paleotelevisivas integradas al flujo neotelevisivo. SegnImbert se identifica una rigidez en la oposicin entre neotelevisin y paleotelevisin ya que hayactualmente una coexistencia de rasgos arcaicos y de otros postmodernos (1999).Finalmente, la oposicin entre paleo/neotelevisin que, no lo negamos, result de gran utilidad en sumomento - no puede ser aislada de las condiciones sociales de produccin de un determinado discursoterico. La neotelevisin, como ya vimos, nace cuando las cadenas privadas pusieron en discusin elmonopolio de la Radiotelevisione Italiana (RAI). En cierta manera la serie terica paleo/neotelevisin es unefecto colateral de la irrupcin en el ecosistema meditico italiano de un nuevo actor Silvio Berlusconi - aprincipio de los 80.1.4 Hipertelevisin: una primera definicin Muchas de las mutaciones neotelevisivas se agudizaron y aceleraron a fines de los aos '90. Los gnerosse confundieron an ms, lo informativo se termin de diluir en lo ficcional y el mundo real acab convertidoen reality show. Desde una perspectiva terica fue cada vez ms evidente que los medios de comunicacin,en vez de representar la realidad, la construyen (Vern, 1983, 2002). En el caso especfico de la televisin,el medio agudiz la tendencia a hablar de s mismo dando lugar a la llamada metatelevisin (Carln, 2006).Pero los cambios del medio van mucho ms all de una simple profundizacin de los rasgos distintivos de laneotelevisin: la combinacin con otras especies mediticas, las transformaciones en todo el ecosistemadebido a la difusin capilar de las tecnologas digitales y la aparicin de nuevos formatos y lgicas de usoestn rediseando de forma acelerada el sistema televisivo. Los investigadores apenas alcanzan a relevardesde sus ctedras universitarias o grupos de estudio estos procesos. Si la televisin habla cada vez msde s misma, resulta tambin cada vez ms difcil hablar de la televisin.Segn Vern Podemos hacer la hiptesis de que esta tercera etapa en la historia de la televisin masiva ser su ltima: esta tercera etapa anunciar entonces el fin de la televisin masiva como fenmenopropiamente histrico. La designacin televisin masiva, que es la que yo prefiero, indica bien la especie que estar en va de desaparicin: esto es inseparable de una rareza de la oferta, y por consiguiente, de una activacin de las grandes audiencias (2001).Ms all de sus lmites como instrumento terico, las transformaciones son tan profundas que la oposicinpaleo/neotelevisin se ha visto superada por la misma evolucin del ecosistema meditico. En este contextoquizs convenga buscar otro concepto para hablar de lo nuevo. Por ejemplo algunos pensadores lejanos almundo semitico han apostado por el concepto de postelevisin (Piscitelli, 1998; Ramonet, 2002) paradefinir de alguna manera lo que est pasando con el medio televisivo. (1)De forma totalmente operativa, proponemos en este texto el trmino hipertelevisin para definir el estadoactual del dispositivo televisivo. Este concepto no debera ser visto como una nueva fase de la seriepaleo/neotelevisin (por eso preferimos, al igual que Vern, descartar el concepto de postelevisin) sinocomo una particular configuracin de la red sociotcnica.Antes de entrar de lleno en el mundo de la hipertelevisin nos detendremos brevemente en el prefijo hiper (yen lo que denominamos experiencia hipertextual), un paso esencial para comprender el desarrollo tericoque recorreremos en las prximas pginas. Si cada texto genera a su lector (Eco, 1979) y, por extensin,cada interfaz construye a su usuario (Scolari, 2004), puede resultar pertinente preguntarse cmo afecta ladifusin de nuevas prcticas mediticas interactivas (como navegar en la web, vivir enSecond Life ovideojugar) a los medios tradicionales. Esta experiencia de fruicin hipertextual ha construido un tipo delector acostumbrado a la interactividad y las redes, un usuario experto en textualidades fragmentadas congran capacidad de adaptacin a nuevos entornos de interaccin. Los medios de comunicacin han debidoadaptarse a estos nuevos espectadores. Esto no significa, conviene repetirlo, que desaparezcan las formastelevisivas anteriores sino que pasan a un segundo plano o se combinan con las nuevas para dar lugar aformatos hbridos.2. Gramtica de la hipertelevisinLa televisin de inicios del siglo XXI posee una serie de rasgos pertinentes que la caracterizan. Si una delas caractersticas de la neotelevisin era la disolucin de los lmites entre ficcin y realidad, el gnerohbrido que termina por mezclar las cartas es el reality show. Despus de tibias experiencias como la TVverit (Cavicchioli y Pezzini, 1993) el reality show se ha convertido en el gnero por excelencia de la ltimadcada, la gran novedad meditica que derriti los ndices de audicencia y atraves las pginas de ms deun journal o libro de comunicacin. (2)Otras caractersticas de la hipertelevisin no tienen antecedentes en la paleo o neo televisin. Veremos acontinuacin algunos de ellos, los ms evidentes y sintomticos. Por ejemplo las series de ficcintradicionales contaban con un grupo bsico de personajes de los cuales uno tenda a distinguirse del resto(Lucy en I Love Lucy, el Marshall Matt Dillon en Gunsmoke, etc.). La simplicidad de estas estructuras se puede confrontar con series contemporneas como ER, CSI Las Vegas, 24 o The Sopranos, en las cualescomo mnimo ms de diez personajes aparecen en ms del 50% de los episodios. Incluso obras coralescomo Dallas, cuyas tramas familiares se armaban y desarmaban a travs de los aos, estn lejos de lasestructuras complejas de Desperate Housewives o The Sopranos (Johnson, 2005). Desde una perspectivasemitica se puede sostener que la hipertelevisin expande las historias y, en el mismo movimiento,multiplica los programas narrativos (Scolari, 2008).Estas transformaciones narrativas repercuten en la interfaz de la televisin. La confrontacin de diferentesinterlocutores fsicamente separados por medio de un sistema multipantalla, o la modularizacin de lainformacin que se expresa en los telenoticieros, son claros ejemplos de adopcin de formas visualesprovenientes de las interfaces digitales. Vered (2002) habla directamente de una windows aesthetics en latelevisin contempornea. La fragmentacin de la pantalla tambin se ha convertido en la marca de fbricade algunas ficciones como 24.Por otro lado, la hipertelevisin retoma uno de los mitos ciberculturales nos referimos en este caso alconcepto de /tiempo real/ - y lo repropone en clave televisiva. Lo que comenz como un coqueteo artsticode algunas series como X-Files donde en un episodio (Cops 7 temporada, 2000) se simulaba unagrabacin en tiempo real - o ER quienes llegaron realmente a transmitir un episodio en directo (Ambush 4 temporada, 1997) es otro de los rasgos distintivos de la hipertelevisin. La obsesin por el directoaparece en los reality shows pero tambin en ficciones que simulan el tiempo real como la ya mencionada24.Finalmente, debemos apuntar que los relatos de la hipertelevisin no se agotan en un captulo o ni culminanal final de la temporada, ya que se extienden a travs de los aos. Esta caracterstica que nos reenva alas estructuras folletinescas del sigo XIX y a buena parte de los gneros de masas del XX - se haacrecentado en la primera dcada del siglo XXI. Pero la especificidad de la hipertelevisin no se encuentratanto en la extensin lineal de las historias como en su expansin en diferentes medios. La hipertelevisinse caracteriza por integrar sus relatos dentro de narraciones transmediticas (Jenkins, 2006). Por ejemplo latrama del videojuego basado en la serie 24 se ubica entre la segunda y la tercera temporada televisiva. Deesta manera la experiencia ldica se integra a un macrorrelato que la sita dentro de un universo narrativomayor. En el caso de Big Brother, una misma narrativa se difunde a travs de diferentes plataformas. Porejemplo ya la edicin inglesa del 2001 se difundi por televisin terrestre, televisin digital, internet, telefonamvil, telefona fija, audio, vdeo, libro y prensa (Jones, 2003).A estas propiedades podramos sumar muchas otras, desde la aparicin incipiente de lgicas colaborativas- donde los usuarios participan en la generacin de contenidos o en su distribucin en lnea (como enYoutube.com) - hasta el desarrollo de nuevas formas de consumo asincrnico (gracias a dispositivos degrabacin digital como el TiVO) o la por ahora incipiente difusin de la mTV (mobile Television) 3. Conclusiones: hipertelevisin, sociedad y poderA medida que Internet se desarrolla desde un instrumento orientado a la investigacin (research-oriented)de las elites hacia un medio comercial de masas, las semejanzas entre los sitios web y la televisin seincrementarn (Seiter, 2000:228). Esta promiscuidad meditica se enriquece por la presencia de otrasexperiencias interactivas, desde el consumo de videojuegos hasta el uso del software o las interaccionescon los dispositivos mviles. El ecosistema meditico est en tensin, nuevas especies comienzan apoblarlo y los sujetos tambin debemos adaptarnos a este nuevo entorno. En este contexto la televisin - unmedio que, al igual que la prensa, ve con temor cmo las nuevas generaciones lo abandonan a favor deotras experiencies mediticas debe transformarse y adaptarse para sobrevivir. En otras palabras, latelevisin debe simular lo que no es: un medio interactivo.Si la interfaz de la televisin no permite la interaccin, entonces la mejor manera de remediar (Bolter yGrusin, 2000) las experiencias interactivas es simulando la accin de usuario en la pantalla. Esta mutacinde la pantalla televisiva se puede reducir al siguiente axioma: lo que una interfaz no puede hacer, lo simula(Scolari, 2004: 191). Las nuevas textualidades televisivas - con sus multipantallas, relatos transmediticos ymultiplicacin de los programas narrativos - seran impensables si en la ltima dcada millones de usuariosno hubieran vivido experiencias hipertextuales. La hipertelevisin les est hablando a ellos, a loshiperlectores, a los videojugadores, a los televidentes formados en la navegacin dentro de entornosinteractivos.Sin caer en la futurologa podemos sostener que se perfila un nuevo tipo de consumo televisivocaracterizado por una recepcin fragmentada, ubicua y asincrnica: un programa diferente en cada aparatoa la misma hora. Esta imagen rompe con 50 aos de televisin sincrnica y derriba ms de una teora sobrela pantalla chica. Al fragmentarse el consumo televisivo en miles de situaciones individuales, donde cadausuario tiene acceso a un programa diferente tal como sucede en la World Wide Web - estalla el conceptode aldea global de McLuhan. Se rompe as dentro de la cultura electrnica esta reminiscencia de la culturaoral, que reenva al momento en que toda la tribu escuchaba al mismo tiempo al anciano contando los mitosde su pueblo alrededor del fuego.Las consecuencias que implica la prdida de este sentido comunitario que la vieja televisin tan biengarantizaba - estn por verse. Es posible que no estemos asistiendo a la muerte de la televisin (Gilder,1992; Vern, 2001; Missika, 2006) sino a la rearticulacin de su rol vertebrador de la sociedad. La televisinha sido uno de los ms formidables instrumentos de broadcasting para la creacin de agenda y gestin dela opinin pblica. Ahora bien, Qu sucede cuando la televisin estalla y se atomiza en millones deexperiencias individuales de narrow y nanocasting? Qu medio-institucin se encargar de hacer circularel cemento ideolgico por usar la metfora de Gramsci que mantiene unida la sociedad? Cmo seconstruye la hegemona en un ecosistema meditico fragmentado? Los desafos que plantea lahipertelevisin interpelan al corazn de las formas de reproduccin de nuestra sociedad

Notas(1) Vern (2001) reconoce que la televisin est entrando en una nueva fase pero se niega a utilizar elconcepto de postelevisin para hablar de ella: No utilizo los trminos de paleo y neo; no ser queen razn de los hechos, es que entramos en una tercera fase ya que, en consecuencia, una simpledicotoma no sera adecuada, salvo para volver a caer en los errores cometidos a propsito de lamodernidad, llamaramos a una nocin cualquiera, post".(2) Valgan como ejemplos el nmero monogrfico de Designis titulado Los formatos de la televisin(DeSignis 7/8, Gedisa, 2005) o el volumen Understanding Reality Television (Holmes y Jermyn,2004)