24
37 RLA. Revista de Lingüística Teórica y Aplicada Concepción (Chile), 47 (1), I Sem. 2009, pp. 37-60. CL ISSN 0033 - 698X PERMANENCIA Y DESPLAZAMIENTO, HIPÓTESIS ACERCA DE LA VITALIDAD DEL MAPUZUGUN 1 PERMANENCE AND DISPLACEMENT, HYPOTHESIS ABOUT THE VITALITY OF THE MAPUZUGUN HANS GUNDERMANN Universidad Católica del Norte, Chile [email protected] JAQUELINE CANIHUAN Universidad Tecnológica Metropolitana, Chile [email protected] ALEJANDRO CLAVERÍA Universidad Católica del Norte, Chile. [email protected] CESAR FAÚNDEZ Universidad Tecnológica Metropolitana, Chile [email protected] En homenaje al Dr. Adalberto Salas RESUMEN El artículo examina la situación actual de la lengua mapuche, a través de los resultados de investigación entregados por tres recientes estudios sociolingüísticos basados en encuestas de amplia cobertura. En todos los casos se concluye que la vitalidad del mapuzugun se encuentra sujeta a un rápido retroceso. Las hipótesis que explican la pérdida de vitalidad y tendencias de desplazamiento presentan divergencias. Se discute cada una de ellas y se propone un esquema explicativo más completo. Palabras claves: Bilingüismo, pueblo mapuche, vitalidad lingüística, desplazamiento. ABSTRACT This article examines the current situation of the mapuche language based upon the re- sults of three sociolinguistic studies using wide coverage surveys. In every case we conclude 1 Este artículo se preparó con base en la información generada por el estudio “Perfil sociolin- güístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región” (CONADI–UTEM, 2007) y por el Proyecto Fondecyt N°1060973 “Comunidades translocales: grupos y redes sociales indígenas en un contexto de postcomunalidad”. Utilizamos la grafía del mapuzugun propuesta por la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (CONADI).

Gunder Mann

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Mapungun, lengua del oprimido

Citation preview

  • 37

    RLA. Revista de Lingstica Terica y AplicadaConcepcin (Chile), 47 (1), I Sem. 2009, pp. 37-60.

    CL ISSN 0033 - 698X

    PERMANENCIA Y DESPLAZAMIENTO, HIPTESIS ACERCA DE LA VITALIDAD DEL MAPUZUGUN 1

    PERMANENCE AND DISPLACEMENT, HYPOTHESIS ABOUT THE VITALITY OF THE MAPUZUGUN

    HANS GUNDERMANNUniversidad Catlica del Norte, [email protected]

    JAQUELINE CANIHUANUniversidad Tecnolgica Metropolitana, [email protected]

    ALEJANDRO CLAVERAUniversidad Catlica del Norte, [email protected]

    CESAR FANDEZUniversidad Tecnolgica Metropolitana, [email protected]

    En homenaje al Dr. Adalberto Salas

    RESUMEN

    El artculo examina la situacin actual de la lengua mapuche, a travs de los resultados de investigacin entregados por tres recientes estudios sociolingsticos basados en encuestas de amplia cobertura. En todos los casos se concluye que la vitalidad del mapuzugun se encuentra sujeta a un rpido retroceso. Las hiptesis que explican la prdida de vitalidad y tendencias de desplazamiento presentan divergencias. Se discute cada una de ellas y se propone un esquema explicativo ms completo.

    Palabras claves: Bilingismo, pueblo mapuche, vitalidad lingstica, desplazamiento.

    ABSTRACT

    This article examines the current situation of the mapuche language based upon the re-sults of three sociolinguistic studies using wide coverage surveys. In every case we conclude

    1 Este artculo se prepar con base en la informacin generada por el estudio Perl sociolin-gstico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Regin (CONADIUTEM, 2007) y por el Proyecto Fondecyt N1060973 Comunidades translocales: grupos y redes sociales indgenas en un contexto de postcomunalidad. Utilizamos la grafa del mapuzugun propuesta por la Corporacin Nacional de Desarrollo Indgena (CONADI).

  • 38

    RLA. Revista de Lingstica Terica y Aplicada, 47 (1), I Sem. 2009

    that the vitality of mapuzugun is subject to a quick regress. The hypotheses that explain such a loss of vitality and displacement tendencies diverge. We discuss each of them and we propose a more comprehensive explanation scheme.

    Keywords: Bilingualism, mapuche people, linguistic vitality, displacement.

    Recibido: 01-10-2008. Aceptado: 26-03-2009.

    1. INTRODUCCIN

    Es notorio y preocupante el retroceso del mapuzugun, la lengua mapuche, y su reemplazo por el castellano. El pueblo mapuche comparte este problema con la comunidad indgena aymara chilena cuyo idioma, el jaqui aru, permanece vigente pero igualmente amagado por la lengua nacional. Fenmenos de despla-zamiento lingstico son comunes a las lenguas amerindias del continente, aun cuando todava conserven contingentes importantes de hablantes. La desaparicin de algunas lenguas indgenas y las amenazas a la pervivencia de otras constituye una de las preocupaciones que en materia cultural aborda la poltica indgena de los ltimos quince aos2. Su accin constituye algo ms que un gesto de reconoci-miento tnico; es tambin una manera de enfrentar el retroceso lingstico en cur-so. El inters acadmico por la situacin del bilingismo en los pueblos indgenas de Chile no es nuevo3. Bajo impulso de organismos pblicos y tambin privados4

    se han llevado a efecto durante los ltimos aos algunos estudios extensivos. Con ellos se ha ido estableciendo un perl de la distribucin, caractersticas y factores concurrentes en el bilingismo y en los fenmenos de desplazamiento de las prin-cipales lenguas indgenas de Chile. Todos conrman que en el caso mapuche la lengua originaria se encuentra sometida a fuertes presiones de cambio que inciden en un sostenido retroceso del nmero de hablantes y en el deterioro de sus niveles

    2 Durante 1996 se cre en el Ministerio de Educacin el Programa de Educacin Intercultural Bilinge (PEIB). Por su parte, la Corporacin Nacional de Desarrollo Indgena (CONADI) cuenta con una Unidad de Cultura y Educacin.

    3 En el campo de los estudios mapuches podemos citar a lvarez-Santullano y Contreras, 1995; Chiodi y Loncn, 1995 y 1999; Croese, 1983; Durn y Ramos, 1988b; Durn y Ramos, 1986 y 1987a y b; Fernndez, 1986; Fernndez y Hernndez, 1984; Forno, 2003; Giannelli, 2005; Gun-dermann, 2005; Gundermann y Godoy, 2005; Hernndez, 1993; Hernndez y Ramos, 1979, 1983 y 1998; Lagos, 2004; Salas, 1992 y 1996; Snchez, 1993-1994; Seplveda, 1984, Vergara y Gun-dermann, 2005. El listado es referencial, no exhaustivo. En el de los pueblos indgenas andinos (aymara, quechua y atacameo) los autores principales son: Mamani M., 1982; Harmelink, 1985; Gonzlez S., 1990; Grebe, 1986; Gundermann, 1994 y 1995-96); Mamani J.C., 2003; Vergara y Gundermann, 2005 y Gundermann, Gonzlez y Vergara, 2007.

    4 En particular, el Centro de Estudios Pblicos (CEP), asociado a un sector de la derecha poltica del pas.

  • 39

    de competencia5.Menos acuerdo existe, sin embargo, en las razones que explicaran el empobre-

    cimiento de los hablantes y el aumento del monolingismo castellano. Sobre esta materia tres tesis se han sostenido. La primera, a cargo del destacado, y recorda-do, lingista Adalberto Salas podemos resumirla como la de la persistencia de la lengua en los espacios intratnicos tradicionales (Salas, 1992, 1996). Unos aos atrs y con base en un estudio de encuestas sociolingsticas a hogares aymaras, atacameos y mapuches, principalmente rurales, Vergara y Gundermann (2005), esbozaron una explicacin histrico estructural limitada del desplazamiento. Ms recientemente, Ziga (2007) aplic un modelo elaborado para la dinmica so-ciolingstica de Papa Nueva Guinea a la interpretacin de la realidad mapuche, con datos provenientes de una encuesta aplicada a individuos, indgenas y no in-dgenas, rurales y urbanos. Una nueva investigacin de la vitalidad del mapuzugunen el sur de Chile, realizada esta vez con innovaciones en los medios de evaluacin, conrm lo ya conocido de la distribucin del bilingismo (Gundermann, Ca-nihuan, Clavera y Fandez, 2008). Representa tambin una ocasin para revisar crticamente las tesis que se han sostenido acerca del bilingismo y la permanencia o desplazamiento del mapuzugun en Chile.

    2. LA VITALIDAD DEL MAPUZUGUN SEGN UNA INVESTIGACIN RECIENTE

    El ms reciente estudio de la distribucin del bilingismo mapuche - castellano se dise en base a encuestas: una de atributos sociolingsticos a hogares mapuches, otra de actitudes referidas a lengua y cultura indgena, y una tercera de medicin de competencia, todas aplicadas por entrevistadores mapuches hablantes del ma-puzugun. Complementariamente, se consider un componente cualitativo de en-trevistas a personalidades culturales y polticas indgenas6. El test de medicin de

    5 Mayores detalles pueden encontrarse en Vergara y Gundermann, 2005; Ziga, 2007, y Gun-dermann, Canihuan, Clavera y Fandez, 2008.

    6 La fase de campo se realiz entre mayo y julio de 2007 en las regiones del Biobo, la Araucana, y las actuales de los Ros y los Lagos. La aplicacin de los instrumentos consider un uso extensivo de la lengua nativa. Por este medio se busc adems disminuir durante el proceso de entrevista la posibilidad de ocultamiento y autorrepresin lingstica. El estudio se circunscribi a 58 comunas con mayor presencia de poblacin mapuche. En bsqueda de estimaciones ms precisas y con niveles de error ESTADSTICOSSIMILARESALAPOBLACINOBJETIVOSEAPLICUNMUESTREOESTRATIlCADOPORRESIDENCIARURALurbana con base en informacin del Censo de Poblacin y Vivienda 2002 (INE, 2002), y por el grado de competencia conocido en el uso de la lengua mapuche, segn la encuesta CASEN 2003 (MIDE-PLAN, 2003). La seleccin de la muestra se realiz por conglomerados y la de las unidades muestrales fue multietpica (entidad o manzana censal, hogar e individuo). Para estimar los errores muestrales a priori, se supuso que la seleccin corresponde a un muestreo aleatorio simple para estimadores de proporcin con varianza mxima y un nivel de conanza de 95%. El tamao de la muestra ascendi a 2.017 hogares con 7.801 integrantes, a los que se aplic el cuestionario con preguntas de caracteri-

    Permanencia y desplazamiento, hiptesis acerca de la vitalidad del mapuzugunH. GUNDERMANN ET AL.

  • 40

    RLA. Revista de Lingstica Terica y Aplicada, 47 (1), I Sem. 2009

    competencia fue preparado con la nalidad de disponer de un medio de evaluacin directa de las habilidades de produccin en la lengua indgena. Su elaboracin se bas en instrumentos aplicados por estudios anlogos en Latinoamrica. Discri-mina entre hablantes y no hablantes del mapuzugun y, al interior de los hablantes, entre pasivos y activos en los niveles de competencia bsica, intermedia y alta (para mayores detalles, confrntese Gundermann et al., 2008). Por su intermedio se aade informacin de nuevo tipo al perl de caracterizacin sociolingstica del mapuzugun que se viene construyendo desde hace algunos aos.

    Segn el test de competencia un 61,7% de la poblacin mapuche de 10 aos o ms carece de competencia en su lengua. Constituye una proporcin muy alta de personas, que se acerca a dos tercios del total. Seguramente muchos mapuches monolinges del castellano conocen algo de vocabulario, saludos o frases conven-cionales, pero son incapaces de comunicarse en su lengua, aun de manera bsica o elemental. Slo un 38,3% del total demuestran competencia. El nivel bsico alcanza un 4,0% y el intermedio un 9,6%. Ambas categoras expresan grados de conocimiento y capacidad de produccin lingstica en una escala ordinal. Com-parten la condicin de ser insucientes para desplegar una comunicacin expedita con la lengua mapuche. Ninguna de las dos puede considerarse, en la mayora de las situaciones, una etapa de aprendizaje. Entre quienes poseen estos niveles prevalecen las personas adultas o que ya desarrollaron capacidades comunicativas. Competencia alta demuestra un 24,7% de los mapuches, concentrndose este atributo entre los adultos y adultos mayores. Representa la proporcin de la po-blacin que posee el mayor capital lingstico en su lengua. Un lugar prominente ocupan en este grupo algunos mayores que, adems, dominan mejor su lengua que el castellano. No obstante, sabemos que en los das presentes esto constituye ms la excepcin que la regla. En un panorama de bilingismo como el mapuche, la lengua minoritaria puede poseerse sin que las personas la empleen activamente en la comunicacin. La entienden en mayor o menor medida, pero no la hablan. Este fenmeno est presente, aunque su cuanta no es alta. Slo un 5,2% del total es hablante pasivo de la lengua originaria.

    La distribucin del bilingismo mapuche maniesta una considerable hetero-geneidad. Hay zonas en que el mapuzugun ha desaparecido, en otras se conserva poco y en unas cuantas se mantiene vital. Los resultados del test de competencia as lo conrman. La Tabla I pone en evidencia esta variacin segn regiones admi-nistrativas. La Araucana es la mejor posicionada en el bilingismo mapuche, pero sin que el estado de cosas all presente pueda ser considerado libre de problemas. Un poco ms de la mitad de las personas demuestra competencia en su lengua (un

    zacin general, cultural y sociolingstica. Al interior de cada hogar se seleccion al azar una persona de 10 aos o ms, a los que se aplic un test de actitudes y uno de evaluacin de competencia en mapuzugun, de los cuales se consideraron 2.010 casos.

  • 41

    51,6%), pero slo un tercio (33,2%) presenta una competencia alta, situacin de dominio a la que se debe aspirar para asegurar la vitalidad de la lengua. Junto con personas que pueden desenvolverse uidamente en su lengua encontramos tam-bin un 13,1% de casos con competencia intermedia y un 5,3% con competencia bsica. Los dems son monolinges del castellano. De este modo, la regin de la Araucana mantiene el mayor volumen de hablantes del mapuzugun en el sur de Chile. Con todo, no debe olvidarse que el desplazamiento de la lengua tambin all est desarrollndose activamente.

    Tabla I. Distribucin de la competencia con el mapuzugun segn regiones de residen-cia (en cifras ponderadas y proyectadas).

    Nivel de competencia en mapuzugunTotalSin competencia Bsica Intermedia Alta

    Regin del Biobo 15657 80,0% 445 2,3% 1342 6,9% 2121 10,8% 19565 100%

    Regin de la Araucana 80212 48,4% 8715 5,3% 21689 13,1% 54974 33,2% 165590 100%

    Regiones de los Ros y los Lagos 57537 90,8% 738 1,2% 824 1,3% 4245 6,7% 63344 100%

    Total 153406 61,7% 9898 4,0% 23855 9,6% 61340 24,7% 248499 100%

    Fuente: Test de competencia lingstica, mayo-julio de 2007, UTEM-CONADI.

    Una proporcin intermedia de hablantes presenta la Regin del Biobo. Se debe recordar, no obstante, que en su interior se encuentran dos zonas con un marcado contraste. El rea pehuenche en la comuna de Alto Biobo cuenta con muchos hablantes competentes de todas las edades. Por el contrario, en el sur de la provincia de Arauco (comunas de Lebu, Caete, Los lamos, Contulmo y Tira) los hablantes desarrollados escasean; el estado de la lengua es, por tanto, parecido a algunas reas de las regiones de los Ros y los Lagos. Considerado el conjunto, slo un 10,8% de las personas tiene competencia alta, un 6,9% competencia interme-dia y un 2,3% competencia bsica. En consecuencia, un 80,0% de los pobladores mapuches de la regin no tiene competencia en su lengua. Las de los Ros y de los Lagos presentan la situacin regional ms dicultosa de permanencia de la lengua. Apenas un 6,7% de la poblacin mapuche de esta extensa zona principalmente mayores y ancianos- posee competencia alta demostrable. La mayora se encuentra en las comunas cordilleranas de la provincia de Valdivia. La competencia interme-dia y la bsica se presentan en porcentajes mnimos. Como resultado, un 90,8% del total no tiene competencia alguna en la lengua originaria.

    Un factor signicativo de variacin en la vigencia de la lengua mapuche es la

    Permanencia y desplazamiento, hiptesis acerca de la vitalidad del mapuzugunH. GUNDERMANN ET AL.

  • 42

    RLA. Revista de Lingstica Terica y Aplicada, 47 (1), I Sem. 2009

    residencia rural o urbana. La permanencia del mapuzugun es mucho mayor en las zonas rurales que en los pueblos y ciudades del sur de Chile. Los hablantes son escasos en el grupo de los residentes urbanos: un 6,0% con competencia alta, un 5,3% con intermedia y un 2,1% con bsica. Aumentan notoriamente en las zonas rurales: un 33,0% con competencia alta, un 11,5% con intermedia y un 4,8% con bsica. Las fuertes diferencias detectadas pueden entenderse por la presin que reciben los indgenas urbanos para hablar el castellano y, al mismo tiempo, la ausencia de redes sociales y estmulos sucientes para el empleo regular y la trans-misin de la lengua.

    Los resultados de la medicin de competencia justican una visin pesimista acerca de la disminucin de hablantes y el declive intergeneracional de la lengua originaria. La Tabla II entrega cifras ponderadas y proyectadas al conjunto de la poblacin mapuche del sur de Chile, rural y urbana, segn tramos de edad en de-cenios. Basta una somera inspeccin de los datos para hacer evidente la correlacin entre el aumento o disminucin de la competencia y los tramos de edad altos o los de jvenes y adultos jvenes. As, por ejemplo, apenas un 14,3% de aquellos entre 10 y 19 aos comprueban competencia, concentrndose en los niveles bsicos e intermedio y con un buen nmero de hablantes pasivos. Algo parecido se repite con los integrantes del tramo entre 20 y 29 aos, entre quienes slo un 19,4% demuestra competencia. Entre los mayores la situacin se invierte. Una mayora de aquellos que integran el tramo de edad de 70-79 aos maniesta competencia (un 73,3%), la mayora en el nivel de alta.

    Tabla II. Distribucin de la competencia en mapuzugun segn estratos de edad en el sur de Chile (regiones del Biobo, Araucana, los Ros y los Lagos).

    Nivel de competenciaSin competencia Bsica Intermedia Alta Total

    10-19 aos 27559 85,7% 1993 6,2% 1378 4,3% 1209 3,8% 32139 100%

    20-29 aos 30864 80,6% 2748 7,2% 3177 8,3% 1488 3,9% 38277 100%

    30-39 aos 31349 69,1% 1617 3,6% 5258 11,6% 7121 15,7% 45345 100%

    40-49 aos 26341 61,2% 1345 3,1% 5383 12,5% 9968 23,2% 43037 100%

    50-59 aos 16586 47,5% 1578 4,5% 4354 12,5% 12428 35,6% 34946 100%

    60-69 aos 12530 44,5% 183 0,7% 3003 10,7% 12422 44,1% 28138 100%

    70-79 aos 5205 26,7% 170 0,9% 1016 5,2% 13082 67,2% 19473 100%

    80 y ms aos 1417 25,4% 264 4,7% 270 4,8% 3624 65,0% 5575 100%

    Total 151851 61,5% 9898 4,0% 23839 9,7% 61342 24,8% 246930 100%

    Fuente: Test de competencia lingstica, mayo-julio de 2007, UTEM-CONADI.

    pcResaltado

  • 43

    El tercio y algo ms de personas mapuches que el test de competencia esta-bleci como hablantes debemos considerarlo como un sntoma del retroceso que padece la lengua y no como una situacin estabilizada de bilingismo. La forma que toma la distribucin de los hablantes segn estratos de edad sugiere un con-tinuo y progresivo retroceso de la competencia y del empleo del mapuzugun. Esa progresin es notablemente ordenada, como se advierte en la tabla precedente. Congruente con ello es tambin la percepcin de los entrevistados acerca de la prevalencia de uso del mapuzugun a medida que consideramos la generacin de los padres y luego la de los abuelos. Por lo dems, las observaciones informales que se logran en la interaccin con personas mapuches, la percepcin de stos mismos acerca de lo espordico del uso de la lengua, la constatacin de que la mayora de los mbitos de interaccin social estn penetrados extensivamente por el castella-no, as como las propias declaraciones de personalidades culturales y polticas del pueblo mapuche atestiguan sobradamente y conrman el sentido general de los resultados presentados.

    Las diferencias en la proporcin de hablantes y en el dominio de la lengua se-gn regiones, reas y tipos de residencia resalta la heterogeneidad del bilingismo mapuche. Tal variacin puede considerarse un reejo de la ausencia de uniformi-dad temporal del proceso de cambios lingsticos. Podra al respecto pensarse que la lengua logra sostenerse y transmitirse y por tanto mantenerse vital slo en algu-nas partes. Ello es slo parcialmente cierto. Lo es en el sentido que hay regiones y zonas particulares en su interior donde se mantiene ms vigorosa. Esa proposicin es tambin vlida para microzonas (y por extensin tambin para grupos locales). No lo es en cuanto a aspectos claves para la existencia social del mapuzugun en posicin de lengua subordinada. Con avances diversos, en todas partes el proceso de transformaciones lingsticas se dirige hacia resultados de desplazamiento. La lengua qued o est cada vez ms quedando relegada a las generaciones de mayores y ancianos sin que se produzca una transmisin extensiva de la misma. Su empleo se limita, la frecuencia de uso se enrarece y las situaciones sociales que la implican son exclusivamente intratnicas. Expresan bien lo anterior las muy desfavorables distribuciones de la lengua que encontramos en nios, adolescentes y adultos j-venes.

    Los trminos del problema no son desconocidos. Estudios previos basados en encuestas, segn se detalla ms abajo, tambin entregaron resultados sombros y comparten la preocupacin por el extendido retroceso del mapuzugun. Los que aqu resaltamos vienen entonces a ampliar y conrmar la vigencia y el dinamismo de la tendencia de desplazamiento.

    Permanencia y desplazamiento, hiptesis acerca de la vitalidad del mapuzugunH. GUNDERMANN ET AL.

  • 44

    RLA. Revista de Lingstica Terica y Aplicada, 47 (1), I Sem. 2009

    3. TRES EXPLICACIONES DE LA PRDIDA DE VITALIDAD DEL MAPUZUGUN

    Adalberto Salas es quien primero y ms explcitamente ha formulado un esquema complejo, pero discutible, acerca de la distribucin y la dinmica del bilingismo mapuzugun-castellano y el desplazamiento del primero por el segundo. Varias hi-ptesis se encuentran en la base de su argumento. Primero, su comprensin de la distribucin del bilingismo en un continuum rural-urbano; distribucin que, como segundo aspecto, se la aprecia afectada por el aislamiento geogrco: favo-rablemente en los casos de ruralidad ms extrema, y desfavorablemente cuando una integracin ms avanzada conduce a los indgenas a la residencia indgena urbana o a la proximidad con los centros urbanos. En tercer lugar, acepta que la antigedad de las relaciones entre mapuches y no mapuches tiene un efecto en la persistencia de la lengua, cuestin que puede apreciarse cotejando regiones y reas del sur de Chile. Finalmente, considera que las tomas de posicin mapuches respecto de la lengua propia, la nacional y el bilingismo tienen un efecto sobre la persistencia o no de la lengua nativa, su empleo, transmisin y vitalidad (Salas, 1992: 43-56; 1996: 266-268). Como se puede advertir, constituye una tesis de la persistencia de la lengua, limitada a los espacios intratnicos tradicionales, y del desplazamiento en las dems.

    El continuum rural (las comunidades mapuches)-urbano (los centros urbanos donde residen, o a los que se remiten para distintos efectos) y la del aislamiento-integracin geogrcos pueden considerarse variantes de la ya clsica tesis del con-tinuum folk-urbano elaborada por el antroplogo Robert Redeld en la dcada de 1940 (Redeld, 1944 y 1963). Para estos nes, lo rural o tradicional corresponde con la persistencia y vigencia social de la lengua, y lo urbano o moderno con su desplazamiento hacia el monolingismo castellano. La explicacin histrica con base en la antigedad del contacto se impone en virtud de la heterogeneidad de los procesos que afectan a grupos mapuches distribuidos por un muy extenso territorio del sur de Chile. Las prcticas lingsticas mapuches, a su vez, nos llevan a la consideracin de un plano microsocial de anlisis.

    La tesis del continuum rural-urbano ocupa la imagen de ondas de intensidad decreciente, en un espejo de agua, por ejemplo, a medida que se alejan de las fuen-tes de emisin: las ciudades regionales primadas, los centros urbanos de alguna importancia, luego los pueblos y villorrios, en ese orden de importancia. Segn esta metfora, a mayor distancia y aislamiento respecto de los centros urbanos y del dominio que desde stos se ejerce sobre la lengua nativa, mayor permanencia tiene la lengua minoritaria. Si bien algunas distribuciones estadsticas de hablantes pueden estimular juicios de esa naturaleza7, esta hiptesis se demuestra incapaz

    7 En nuestros propios datos, las diferencias rural y urbana; la vigencia de la lengua en las comu-

  • 45

    de incluir en un mismo esquema de explicacin situaciones de notable perma-nencia de la lengua en algunos sitios de las inmediaciones de la capital regional de la Araucana o, en un nivel de anlisis microsocial, la buena salud de la lengua entre familias residentes en zonas donde, por el contrario, el balance general es crtico. No es adecuada para entender el pasado ni aclarar el presente de la lengua mapuche. Una hiptesis espacial es capaz de gracar una distribucin de atributos lingsticos, pero difcilmente de explicarlos. Las relaciones espaciales por s solas no constituyen factores explicativos. Son un efecto o resultado de fuerzas externas e internas y de procesos histricos generales y particulares.

    Resulta acertada la intuicin de Salas (1992) al otorgar a la comunidad local mapuche un papel relevante en la reproduccin de la lengua (la poblacin rural ms cerca del extremo vernculo (Salas, 1992: 46), pero por razones un tanto distintas a las que sustentamos. Desde su punto de vista, la orientacin de la vida hacia el asentamiento tradicional () determina cul ser la lengua predominante en un individuo dado (Salas, 1992: 45), aseveracin que se condice poco con el hecho de que, por razones histricas y sociolgicas en varias zonas importantes esa posibilidad prcticamente no existe. O que, cuando se hace presente, la posicin personal respecto de la lengua puede ser decisiva: muchos padres de familia prohben hablar en mapudungu (a sus hijos) (Salas, 1992: 47). Asimismo, en varios pasajes del argumento el campo del bilingismo se dicotomiza para sostener que la transmisin y permanencia se asocia a la orientacin de la vida tradicional y a la inversa con la vida urbana. Se destaca menos, entonces, el amplio espacio in-termedio, en los hechos ms representados que el polo conservador y, sobre todo, el importante volumen de poblacin mapuche monolinge de castellano existente ya en la dcada de 1990. Por lo dems, plantea lo anterior para un momento en que la sociedad indgena es mucho ms uida en su movilidad y en que los espa-cios rurales se han redenido signicativamente por relacin con el pasado. Puede uno, entonces, preguntarse acerca de las posibilidades de hacer realidad la orienta-cin tradicionalizante de la vida mapuche. La propia historia mapuche moderna de algunas regiones debe tambin ponernos en alerta acerca de las dicultades que se alzan ante los individuos para participar de ese polo tradicional.

    Debido a lo anterior es que una perspectiva ms precisa se logra considerando que los efectos de la exposicin externa8 son anulados, matizados, pero tambin reencauzados o incluso potenciados por el sistema de relaciones propias a la socie-dad indgena. De ah que el anlisis de la fuerza causal de las relaciones externas

    nas de la cordillera andina, por denicin alejadas de los centros urbanos provinciales y regionales ubicados en el llano central o la costa; la existencia de algunos enclaves lingsticos geogrcamente aislados hasta tiempos recientes.

    8 La fuerza deletrea de las ciudades, la participacin masiva en el sistema escolar, las relaciones intertnicas conictivas en ciertos enclaves geogrcos o, ms recientemente, la incrementada movi-lidad laboral interregional y las migraciones.

    Permanencia y desplazamiento, hiptesis acerca de la vitalidad del mapuzugunH. GUNDERMANN ET AL.

  • 46

    RLA. Revista de Lingstica Terica y Aplicada, 47 (1), I Sem. 2009

    debe complementarse con otros niveles de anlisis: las relaciones y prcticas socia-les internas y lo que all ocurre en materia de comunicacin verbal; la articulacin entre las relaciones externas e internas, y la puesta del conjunto anterior en una perspectiva de proceso. En denitiva, con Salas no se resuelve satisfactoriamente en un argumento articulado una explicacin de las tendencias del bilingismo mapuche. Se avanza en la identicacin de aspectos y factores concurrentes en el proceso, pero no se formulan adecuadamente como una totalidad comprensiva.

    Algunos aos atrs, al autor principal de este artculo le correspondi partici-par de un estudio del contexto sociolingstico de comunidades escolares aymaras, atacameas y mapuches de Chile. Se realiz en 44 comunas del pas con una alta proporcin relativa de indgenas y focalizadas por el Programa Orgenes y por el Programa de Educacin Intercultural Bilinge del Ministerio de Educacin (Ver-gara y Gundermann, 2005)9. Sus resultados aportaron un diagnstico ms que preocupante acerca de la lengua mapuche. En las regiones del Biobo y la ex de los Lagos, la poblacin indgena de las comunidades escolares estudiadas es minorita-ria. Hace excepcin la Araucana en que el promedio mapuche de esas localidades se alza hasta un 54,9% (Gundermann, 2005: 69). En la prctica, no existen en-tonces comunidades escolares compuestas exclusivamente de indgenas, por lo que los hablantes del mapuzugun slo encuentran contextos en que el castellano opera como la lengua universal. Con frecuencia esos hablantes representan minoras en los propios segmentos mapuches de las comunidades escolares consideradas. Con distribuciones de bilingismo como las anotadas, la vigencia de la lengua origi-naria queda principalmente librada a lo que los individuos mapuches y sus redes sociales internas hagan o dejen de hacer.

    Las declaraciones de competencia pusieron en evidencia un variado panorama, por lo general pesimista. En la Regin del Biobo un 45,6% de los que con 18 o ms aos se declaran mapuches sealan poseer competencia en su lengua. Entre ellos, la competencia activa alta llega a un 41,8% (aportado principalmente por casos del Alto Biobo, una zona lingsticamente conservadora) (Gundermann, 2005: 56). En la Araucana, a su vez, respecto de un 67,1% de los autodeclarados mapuche seala competencia con su lengua, pero donde la competencia activa alta llega slo al 27,3% de ellos (Gundermann, 2005: 70). En la ex Regin de los La-

    9 El estudio fue encargado por este ltimo Programa y realizado por un consorcio universitario compuesto por el Instituto de Estudios Andinos de la Universidad Arturo Prat de Iquique y el Insti-tuto de Estudios Regionales de la Universidad Catlica de Temuco, con el apoyo de PROEIB Andes, de Cochabamba, Bolivia. En un primer momento tambin particip la Universidad de Los Lagos. El trabajo de campo se llev a efecto en 2002 y 2003. Con la excepcin de Putre en la regin aymara y Puerto Saavedra en la costa de Cautn, se consider slo comunidades escolares rurales con la ms alta presencia relativa de indgenas del pas. En este sentido es que sus resultados pueden considerarse expresivos de las mejores situaciones de persistencia de las lenguas nativas continentales de Chile. Una encuesta a hogares donde se preguntaba por el conocimiento y uso de la lengua nativa entre sus miembros y un test de actitudes lingsticas y culturales proporcion la informacin de base.

  • 47

    gos (provincias de Valdivia y Osorno), la competencia declarada llega a un 49,5%, pero donde apenas un 12% tendra competencia alta (Gundermann, 2005: 87). Segn otros registros, la lengua indgena ya no es mayoritariamente la primera lengua aprendida: entre los que declaran competencia prima claramente el caste-llano y mapuzugun de manera simultnea o a veces el castellano (Gundermann, 2005: 59, 73 y 89). Se reconoce, asimismo, que el mapuzugun tiende a emplearse escasamente en la comunicacin y su mayor frecuencia de empleo se limita al hogar y las relaciones familiares (Gundermann, 2005: 61-64; 75-81 y 91-94). Por ltimo, la informacin de la o las lenguas que empleaban ms frecuentemente los padres y los abuelos de los hablantes pone en evidencia para las tres regiones (aun-que con momentos de inicios e intensidades variables) la antigedad del desplaza-miento de la lengua indgena en favor del castellano. En cada caso se incorporan consideraciones histricas y sociolgicas que permiten contextualizar el proceso (2005: 64-66, 81-83 y 94-97). En Arauco, Valdivia y Osorno, la situacin de pervivencia de la lengua se presenta especialmente crtica. Se seala que si bien en el resto de las reas mapuches del sur de Chile la vitalidad del mapuzugun tambin disminuye rpidamente, el proceso todava no alcanza la gravedad que reviste en las provincias indicadas.

    Este es el primer estudio extensivo que se lleva a efecto en el sur de Chile para cuanticar dimensiones relevantes del panorama sociolingstico mapuche. Los resultados preliminares publicados representan un avance en el reconocimiento de las difciles condiciones en que pervive el mapuzugun. Sin embargo, la contex-tualizacin y explicacin de la dinmica social y lingstica que revela la vitalidad o prdida de vitalidad de la lengua fue todava bastante incipiente. La muestra de hogares, basada en un universo sui generis (44 comunas con porcentajes relativos altos de indgenas y con presencia de proyectos pilotos de educacin intercultural bilinge) levanta obstculos para la comparacin de resultados con estudios pos-teriores. El instrumento de recoleccin de datos, una encuesta a hogares donde se consiguen declaraciones de conocimiento y competencia, suele ser objeto de dudas por generar resultados de evaluacin lingstica indirectos. Una respuesta de tipo histrico estructural al desplazamiento de la lengua est slo esbozada y debe enriquecerse con la consideracin de otros planos de anlisis.

    Ms recientemente, Ziga (2007) elabor, apoyndose en los resultados de la Encuesta Mapuche realizada por el Centro de Estudios Pblicos (CEP) en 2006 (CEP, 2007) y con arreglo al modelo de anlisis de la vitalidad de una lengua propuesto por Landweer (2000), un consistente balance de la pujanza actual del mapuzugun. Consigna un 43,6% de hablantes entre activos y pasivos (rurales y urbanos del sur de Chile, incluida la Regin Metropolitana) (Ziga, 2007: 18)10.

    10 Se habr advertido que las proporciones de hablantes que arroja uno u otro estudio dieren entre s. Ello es atribuible a las distintas muestras y universos de referencia: comunidades escolares

    Permanencia y desplazamiento, hiptesis acerca de la vitalidad del mapuzugunH. GUNDERMANN ET AL.

  • 48

    RLA. Revista de Lingstica Terica y Aplicada, 47 (1), I Sem. 2009

    Este mismo autor concluye su artculo manifestando una viva preocupacin por la rpida disminucin del bilingismo mapuche11. Los criterios empleados son la posicin relativa en el continuum rural-urbano; los mbitos de uso o desuso de la lengua; la existencia o no de diglosia y, en tanto que comunidad bilinge, la presencia de fenmenos de code swiching; la dinmica poblacional y de grupo en la sociedad mapuche; la distribucin de los hablantes en las redes sociales de las que participan; la fuerza identitaria de la comunidad lingstica; el prestigio de la lengua y la existencia de una base econmica estable y aceptable que favorezca o al menos no desestimule el empleo de la lengua verncula. Para cada una de estas dimensiones se proponen escalas ordinales que gradan las respuestas en cuatro valores (Ziga, 2007: 12).

    Respecto del primer criterio se asume que la sociedad mapuche se hace progre-sivamente ms urbana y que sus segmentos rurales sostienen una creciente facili-dad de comunicacin, movilidad e interaccin con centros urbanos. Es precisa-mente en los medios urbanos donde menos condiciones propicias se encuentran para el empleo de la lengua por los bilinges (Ziga, 2007: 12-13). En cuanto a los mbitos de uso, la escala contempla desde el empleo restringido al hogar, hasta otro en que se ocupa en todas las circunstancias de la vida mapuche. Mientras ms delimitado y restringido a lo domstico es el empleo de la lengua originaria, me-nos vitalidad es invocable para ella (Ziga, 2007: 13). Y este sera el caso con el mapuzugun. A su vez, la diglosia supone bilingismos relativamente estabilizados en que ambas lenguas cumplen funciones complementarias, lo que se contrapone

    rurales con alta presencia indgena en zonas de mayor conservacin relativa de la lengua; mapuches rurales y urbanos del sur de Chile y la Regin Metropolitana y, en la ms reciente investigacin, presentada ms arriba, mapuches rurales y urbanos de las cuatro regiones meridionales de residencia tradicional. Cambian tambin los registros de edad que se consideran para efecto de cmputos. No obstante, en el ltimo de los estudios, los resultados del test de competencia (medicin directa) son inferiores en 8,3 puntos porcentuales de los que arroja la encuesta a hogares (medicin indirecta ba-sada en auto declaraciones de competencia). Esto ltimo es atribuible a los mtodos e instrumentos y slo parcialmente a las muestras. Es decir, que cuando se trabaja con declaraciones de competencia se tiende a incluir individuos que bajo un escrutinio directo (test de competencia) no logran calicar como hablantes. En algo incide la tendencia de los respondentes por aparecer ante entrevistadores mapuches, hablantes competentes en su lengua integrando hogares con ms haberes lingsticos que los que efectivamente poseen. Cuestin asociable tambin al aumento de la identicacin ma-puche y a cambios en la valoracin de la cultura indgena. Por otra parte, el instrumento empleado para registrar comprensin y produccin declarada un instrumento que quiso ser sensible a todas las condiciones de posesin de la lengua, aun las ms elementales incluy un cierto nmero de casos con conocimientos tan bsicos de la lengua que con el ltro del test ya no pudieron quedar inscriptos como hablantes. Ntese que los resultados van a contracorriente de lo supuesto, en el sentido de que con un instrumento de medicin indirecto se esperaba encontrar subdeclaracin de competencia. Y, por el contrario, con este ltimo se obtiene sobredeclaracin.

    11 Tanto los datos presentados como las consideraciones hechas sobre la vitalidad etnolin-gstica del mapudungun son alarmantes. Obsrvese que no hay contradicciones: todo apunta en la direccin de una lengua minoritaria que est siendo abandonada por un nmero sustancial de sus hablantes (Ziga, 2007: 22).

  • 49

    con el cambio de cdigo (code switching) favorable al empleo del castellano en las prcticas comunicativas de los mapuches bilinges. Este ltimo sera el caso ms extendido (Ziga, 2007: 13-14). La dinmica poblacional reere a la existencia de una masa crtica suciente para la reproduccin de la lengua y tambin a la presencia de poblacin inmigrante. La mapuche es la comunidad lingstica origi-naria y la chilena castellano hablante es la inmigrante, hoy claramente mayoritaria. La situacin generalizada es la de que esta ltima prescinde del todo de la lengua nativa, incluso de formas pasivas de competencia (Ziga, 2007: 14). A su vez, la densidad y la orientacin (endo o exoindgena) de las redes sociales que integran los sujetos mapuches bilinges es un parmetro de importancia para evaluar las oportunidades de comunicacin en la lengua verncula que ofrece el sistema de relaciones sociales mapuche. El autor omite pronunciarse sobre el particular por no contar con dominio profesional e informacin sobre la materia (Ziga, 2007: 14-15).

    La siguiente dimensin de evaluacin remite a la identidad tnica y al recono-cimiento interno y externo de ella. Una identidad tnica fuerte y un signicativo reconocimiento interno y externo tendran un efecto favorable en el empleo de la lengua minoritaria. A su vez, cuando funciona como identicador tnico, la lengua puede ayudar a sustentar la identidad colectiva. Estas valoraciones estaran cambiando favorablemente sin que la informacin de la que dispone el autor le permita ir mucho ms lejos en su anlisis (Ziga, 2007: 15). El prestigio de la lengua, a su vez, puede presentarse desde una completa desacreditacin externa e interna, hasta su exacto contrario. Los valores que adopte esta dimensin inci-dirn en la viabilidad futura de la lengua. Desde una situacin de bajo prestigio, los cambios en curso (propiciados por la poltica indgena, por ejemplo) estaran incidiendo en una mejora de su vala social (Ziga, 2007:.15). Finalmente, la existencia de una base econmica autnoma o dependiente incidir en las eleccio-nes que en materia lingstica adopten los hablantes. Advierte el autor que, debido a la fuerte dependencia econmica externa de la sociedad mapuche, difcilmente puede provenir de aqu un estmulo a la continuidad de la lengua (Ziga, 2007: 16).

    Los datos provenientes de la encuesta CEP12conrman la existencia de posicio-nes desfavorables y valores negativos para la lengua en las escalas ordinales cons-truidas para cada una de las ocho dimensiones. La conclusin general es lapidaria. Desde el anlisis multidimensional que emprende se elabora una tesis que avala la visin de la dinmica sociolingstica mapuche como desplazamiento. Estos resul-tados guardan una importante convergencia con aqullos obtenidos en el estudio

    12 Investigacin basada en una muestra probabilstica por conglomerados y multietpica en que se entrevist a 1487 personas mapuches rurales y urbanas y un grupo de control compuesto por igual nmero de no mapuches vecinos de los anteriores en las regiones del Biobo, Araucana, las actuales de los Ros y los Lagos, adems de la Regin Metropolitana.

    Permanencia y desplazamiento, hiptesis acerca de la vitalidad del mapuzugunH. GUNDERMANN ET AL.

  • 50

    RLA. Revista de Lingstica Terica y Aplicada, 47 (1), I Sem. 2009

    de 2003 (Vergara y Gundermann, 2005) y en el de 2007 (Gundermann et al.,2008). Con todo y lo valioso del estudio de Ziga resulta til incorporar algunas observaciones crticas. Primero, puede uno preguntarse por la adecuacin entre el instrumento de evaluacin elaborado para una realidad de Papa Nueva Guinea y la historia, sistema regional y patrn de relaciones intertnicas del que participa la sociedad mapuche. Un esfuerzo de ajuste habra sido provechoso. En segundo lugar, la nocin de masa crtica podra ser objeto de un mayor desglose y anlisis debido, primero, a la heterogeneidad de contextos de vida mapuche y la variacin de las proporciones que en ellos ocupan los indgenas. Segundo, la pluralidad de situaciones de mono y bilingismo existentes (desde reas con un monolingismo castellano generalizado y ya antiguo, hasta lugares con persistentes bilingismos). Y tercero, el efecto diferenciado que la variacin consignada en los dos puntos previos tiene sobre la reproduccin de la lengua nativa.

    A su vez, la asociacin entre identidad tnica y lealtad lingstica podra ser tambin objeto de una mayor elaboracin: no en todos los casos y as lo pone en evidencia el ejemplo mapuche- se da una relacin de correspondencia directa entre uno y otro asunto. Una fuerte identidad tnica mapuche con una impor-tante legitimidad interna no se compadece con las tendencias de desplazamiento acelerado que se observan en la lengua nativa. Otro tanto sucede con el criterio de prestigio: ste puede envolver varias y contradictorias valoraciones. Parece muy general, asimismo, organizar el anlisis de los datos principalmente segn una di-MENSINTNICAMAPUCHENOMAPUCHEYRESIDENCIALRURALURBANA%SRIESGOSOinsistir en que la pertenencia a un grupo tnico como el lugar de residencia son factores determinantes en el nivel de competencia lingstica (Ziga, 2007: 18). La relacin entre pertenencia tnica y continuidad lingstica es un dato obvio en las circunstancias de Chile, pero la identicacin tnica no guarda una relacin unvoca con competencia activa o transmisin de la lengua. Las distribuciones de los hablantes segn la residencia rural o urbana, a su vez, encuentran una hete-rogeneidad zonal y en la base familiar de importancia, tanto que la apelacin a la residencia oscurece ms que aclara los factores concurrentes hoy en la persistencia o abandono de la lengua.

    4. EL MODELO DE DESPLAZAMIENTO EN CURSO

    Con el trabajo de Fernando Ziga hemos avanzado en un razonamiento y anli-sis sociolingstico diversicado que atiende a una batera de dimensiones relevan-tes de caracterizacin de la vitalidad lingstica del mapuche. Nuestra principal observacin a su esfuerzo es que el anlisis no es llevado sucientemente lejos, re-visando la adecuacin de sus instrumentos, integrando los factores en un esquema unicado y comprometindose ms en su explicacin sociohistrica. Considera-

  • 51

    mos que un conjunto coordinado de hiptesis explicativas podra mejor hacer jus-ticia a la complejidad del proceso de reemplazo en que se encuentra el mapuzuguno lo que de manera anloga vive el jaqui aru aymara del norte de Chile (Gunder-mann, Gonzlez y Vergara, 2007). Estas deben reconocer niveles de explicacin y, en cada caso, dimensiones, aspectos o factores concurrentes, tanto externos como internos. Pero aquello no consiste slo de una perspectiva estructural de procesos regionales, dominacin social, polticas educacionales o accin de instituciones; tambin debe destacarse a los actores sociales mapuches y chilenos, a n de cuentas los agentes productores del proceso sociolingstico en desarrollo. Corres-ponde entonces prestar suciente atencin a sus prcticas comunicativas y a las consecuencias de ellas. En un plano subjetivo cabe incorporar las motivaciones, valoraciones, racionalizaciones y evaluaciones de esas prcticas, hasta donde ello sea posible de pesquisar. Este ejercicio analtico debe complementarse con un es-fuerzo de integracin de esos niveles y aspectos y, con ello, de puesta en relacin y jerarquizacin de los mismos. No obstante y a pesar de la importancia de la construccin de una sntesis, esto resulta todava insuciente si acaso el modelo de explicacin no se pone en perspectiva histrica. De una parte, postulando las etapas y atributos caractersticos del proceso; de otra, contextualizando el mismo en un marco regional y nacional tambin cambiante. Aqu hacemos una contribu-cin a la resolucin de tal empresa intelectual.

    En los prrafos siguientes intentaremos formular, con base en la informacin precedente, un modelo de explicacin de la dinmica de reproduccin y reem-plazo lingstico del idioma mapuche, en tanto que lengua regional minoritaria y minorizada. Sostenemos la tesis de que la dinmica de la lengua mapuche es la de una transformacin tendiente a su desaparicin y completo reemplazo por el castellano. Ciertamente, ello no se ha realizado y, de llegar a realizarse, lo ser en el largo plazo. Esto no es algo irreversible y no necesariamente ocu-rrir as en la prxima o incluso las prximas dos o y tres generaciones. Lo que importa destacar es que el proceso en que se encuentra la lengua mapuche hoy puede caracterizarse segn un conjunto de tendencias que la dirigen hacia su desaparicin. As se desprende del anlisis de informacin correspondiente a dimensiones cruciales para la reproduccin de una lengua: la disminucin de los haberes o capital lingstico que toma caractersticas dramticas en algunas zonas; la paulatina interrupcin de la transmisin de la lengua; las modalidades recesivas del uso del mapuzugun e incluso las actitudes ambiguas de los propios mapuches respecto de su idioma.

    El desplazamiento lingstico que analizamos sigue lo que pudiramos calicar de un modelo genrico de cambio sociolingstico moderno. Las caractersticas que adquiere el reemplazo de la lengua mapuche (como lengua dominada) por el castellano (en posicin dominante) son comunes o generales a otras realidades de Chile (la aymara en particular) y probablemente a numerosas lenguas amerindias

    Permanencia y desplazamiento, hiptesis acerca de la vitalidad del mapuzugunH. GUNDERMANN ET AL.

  • 52

    RLA. Revista de Lingstica Terica y Aplicada, 47 (1), I Sem. 2009

    de Latinoamrica (Adelaar, 1991). En los casos citados se renen aproximadamen-te los mismos elementos y stos se organizan en una secuencia y proceso seme-jantes, que tiene por resultado un estado regresivo de la lengua originaria en favor de la lengua nacional. Los principales factores concurrentes son la integracin de las regiones y territorios indgenas al pas, a travs de la accin del Estado y del mercado; logrndose por lo anterior, la propia transformacin sociocultural de los pueblos indgenas y, con ello, una reubicacin desventajosa de la cultura y lenguas nativas en el sistema de relaciones intertnicas.

    Consiste en un proceso de larga duracin, a lo menos de un siglo. En algu-nas zonas como Chilo ello viene dndose posiblemente desde hace ms tiempo. Tambin culmina ms tempranamente13. Un momento que nos parece representar un antes y un despus en las condiciones de reproduccin lingstica mapuche se da con la reorganizacin forzada de su sociedad en reducciones a partir de las ltimas dos dcadas del siglo XIX y las tres primera del siglo XX. Junto con ello, o en su reemplazo, cuando el proceso reduccional no alcanza algunas reas, se llevan a efectos desplazamientos a zonas marginales y aisladas. La otra cara del reasentamiento y los desplazamientos es el poblamiento de las zonas indgenas con contingentes de chilenos, hasta representar ya a principios del siglo XX denidas mayoras demogrcas, otorgando una inexin social decisiva a la conformacin de los sistemas regionales modernos del sur del pas. Desde entonces los mapuches integran estructuras sociales en que ocupan posiciones de inferioridad en cuanto a riqueza, poder econmico y poltico y prestigio social. En el espacio regional se distribuyen como una mirada de grupos sujetos a relaciones locales de domina-cin econmica y social. De lo anterior no escapa la cultura y la lengua nativa.

    Con la formacin de las regiones del sur del pas aumenta exponencialmente la interaccin mapuche con su entorno. De una parte con sujetos no indgenas cuando, ante la pobreza de tierras y para cubrir necesidades econmicas, se vincu-lan con las economas agrarias empresariales o, decididamente, migrando a medios urbanos. De otra, se establecen nexos continuos con agencias y agentes pblicos (y privados)14 con una fuerte incidencia en materias culturales. La expansin y demanda de escuelas estatales y privadas, o la alta participacin en la conscripcin militar as lo certican. Por lo dems, las relaciones intertnicas pueden ser uidas y cambiantes en el tiempo, segn las zonas de que se trate; la distancia social que pone lmites a la comunicacin entre sujetos tnicamente distintos no es algo ge-neral o inmutable en el tiempo y vara considerablemente en uno y otro sentido. Por cierto, los ujos de interaccin y comunicacin que el sistema de relaciones intertnicas regional construye y expande se realizan bajo evidentes condiciones

    13 Caso equivalente al andino atacameo de la provincia de El Loa en el norte del pas en que su lengua regional, el kunza, estaba ya a nales del siglo XIX en franca desaparicin.

    14 Los inicios de la incorporacin moderna del castellano en la sociedad mapuche y el papel que en ello le cupo a la escuela misional han sido tratados por Durn y Ramos (1988a).

  • 53

    de dominacin.Las instituciones culturales y los medios de comunicacin regionales han invi-

    sibilizado y obviado regularmente la cultura indgena; slo en el presente se han abierto muy tmidamente y casi de manera anecdtica, o aun folclorizante, a la cultura mapuche. Y esto, a pesar de que el mapuzugun fue dominante en el pasado, e importante desde el punto de vista del nmero de poseedores y usuarios durante el siglo XX, incluso hasta el presente. El propio ordenamiento social de las prcti-cas discursivas naturaliza, transforma en el orden de las cosas al castellano como la lengua general y al mapuzugun como la lengua de los indios. O, vista desde den-tro, el idioma nuestro, que se usa en dominios discursivos indgenas porque slo a ellos interesa que sea as. Insistamos en que pese a la existencia de prcticas y vo-luntad de resistencia lingstica, en los hechos la hegemona de los preceptos que privilegian el castellano es hasta ahora incontrarrestable. De esta manera, a medida que nos acercamos al plano de las prcticas de comunicacin lingstica mapuche, se pone en evidencia una relevante dimensin psicosocial y, en el corazn de ella, la cuestin del prestigio lingstico. Este se puede caracterizar por su ambigedad (lealtad cultural y lingstica en un plano discursivo, ambiente castellanizado en la comunicacin cotidiana) y una tendencia a referirla como herencia y patrimonio pero sin sentido de futuro (Gundermann y Godoy, 2005; Lagos, 2004; Gunder-mann et. al., 2008)15. Lo paradojal es que asumiendo la lengua mapuche como dada y el castellano como un bien cultural a adquirir, los mapuches emprendieron fatigosos trabajos para poseer una y se condujeron con la otra como algo que ah estaba y que no requera una inversin cultural equivalente, en el mismo instante en que se ltraban conceptos que jerarquizaron en perjuicio del mapuzugun la distribucin de los valores sociales adscritos a ambas lenguas.

    El desplazamiento del mapuzugun es tambin en un proceso con varias tempo-ralidades, debido a factores histricos, geogrcos o sociopolticos. Como hemos visto, la lengua mapuche no se sumerge en un camino conducente a su desplaza-miento en todas partes al mismo tiempo ni de la misma manera. Esto se da mucho ms temprano en un rea como la de Chilo debido a la coexistencia, prolongada por siglos, de relaciones cercanas entre huilliches, espaoles y chilenos. Tambin en Arauco y a ambos lados de Nahuelbuta el control territorial del Estado y el

    15 Existe la necesidad de contar con ms etnografas de las prcticas lingsticas. Estudios de dominios lingsticos y mbitos de uso del mapuzugun y castellano, prcticas de code switching,procesos de enseanza y aprendizaje de la lengua nativa, la cuestin de la lealtad cultural y lin-gstica, aspectos referidos al prestigio de la lengua, etc., son cada vez ms necesarios para anar el conocimientos de las dimensiones sociolingsticas del bilingismo mapuche. Ello supone estudios intensivos en hogares y localidades, con periodos de observacin prolongados, el uso de entrevistas focalizadas y de grupo, etc. No es suciente, aunque representa un paso necesario, el conocimiento de las prcticas lingsticas al interior de una familia mapuche (Hernndez y Ramos, 1983). Tampo-co de ello puede derivarse una suerte de promedio del bilingismo en su conjunto. La generalizacin de resultados en la investigacin etnogrca es terica (Strauss y Corbin, 1990).

    Permanencia y desplazamiento, hiptesis acerca de la vitalidad del mapuzugunH. GUNDERMANN ET AL.

  • 54

    RLA. Revista de Lingstica Terica y Aplicada, 47 (1), I Sem. 2009

    poblamiento con no indgenas se inicia al menos medio siglo antes. Otras zonas quedan aisladas. De all entonces las diferencias regionales y las variaciones locales que hemos detectado. Pero sealar esto no basta ya que es requisito reconocer dife-rencias en la fuerza, rapidez y extensin del cambio lingstico. Y ello es resultado tanto de factores externos16 como internos17. La formacin del sistema escolar en las zonas mapuches es un importante acelerador de los cambios, no slo a travs de la generalizacin del castellano y una accin represiva directa, sino de una manera ms amplia construyendo una hegemona de ideas acerca de educacin, cultura, lengua y civilizacin. Alcanzando con ello la colaboracin activa de los propios mapuches en el doble movimiento de expansin-contraccin de las lenguas en relacin.

    El proceso de cambios adquiere un carcter progresivo, en el sentido de que una vez tomada la senda del desplazamiento las tendencias de transformacin han mantenido una direccin general18. No obstante, los factores concurrentes en la dinmica de cambio no son exactamente los mismos antes que en el presente. Y, por tanto, la propia dinmica no es la misma ayer que la de hoy. Deseamos llamar la atencin acerca de las innovaciones recientes en el tipo de residencia y coexis-tencia tnica y su incidencia en la lengua. La aceleracin del cambio lingstico es tambin resultado de la expansin del mundo de relaciones mapuches con su entorno. No slo el inmediato (mejora de las comunicaciones, relaciones con mercados locales y pequeos centros de servicios urbanos), sino que tambin a tra-vs de la interregionalizacin de la sociedad. A travs de las migraciones y la movi-lidad tiene lugar en el ltimo medio siglo una importante redistribucin espacial de la sociedad mapuche, que aumenta su dispersin hacia reas urbanas, a veces rurales, exclusivamente castellano-hablantes. La expansin de los espacios sociales y el consiguiente aumento de la interaccin se han profundizado las ltimas dca-das (Gundermann y Gonzlez, 2008; Gundermann, Gonzlez y De Ruyt, 2008). Con todo ello se intensican y abren nuevas necesidades de comunicacin que

    16 La educacin escolar obligatoria en castellano y la expansin del sistema escolar en las regiones mapuches constituye una realidad ya hacia mediados del siglo XX.

    17 Los cambios en las prcticas, las actitudes y las valoraciones de las familias y las redes parentales respecto de la comunicacin con el mapuzugun y el castellano.

    18 Puede ser que en el presente esas tendencias estn redireccionndose, menos hasta ahora por la accin de la educacin intercultural que por un cambio en el contexto o ambiente sociocultural regional. Esto queda de maniesto por la fuerza de la armacin tnica y cultural mapuche que ha irradiado ampliamente, aunque no sea universal, entre sus miembros del campo y la ciudad. Pero tambin por algo de mayor aceptacin, tolerancia e incluso simpata que la cultura y la lengua ma-puches adquieren hoy para un sector de la poblacin no indgena regional (confrntese la encuesta CEP y algunos de los anlisis a que dio lugar en la revista Estudios Pblicos N105, 2007). Fenmeno este ltimo cuya solidez est por establecerse y que, sospechamos, puede ser reversible. No obstante, como lo seala nuestra propia revisin de las actitudes lingsticas y culturales, se da una notoria va-loracin y un claro erigir la lengua como un smbolo tnico, aunque no acompaado de un cambio importante en las prcticas cotidianas con la lengua (Gundermann et. al., 2008).

  • 55

    presuponen el uso expedito de una lengua comn (el castellano), la alfabetizacin y escolarizacin (en castellano), el consumo de medios de comunicacin de ma-sas (radio, televisin, ms recientemente internet) cuya lengua es el castellano, el aprendizaje en el manejo de medios de comunicacin personal (telefona conven-cional, telefona celular, internet), etc.19.

    Probablemente sea la vida urbana la expresin ms extrema de estas nuevas condiciones. La radicacin urbana mapuche en Concepcin, Santiago, Temuco u Osorno se inici a mediados del siglo XX, pero es desde la dcada de 1960 en adelante que ella amplica su volumen. Hoy se ha venido generalizando de otro modo. Las migraciones a larga distancia prosiguen, a la vez que se ha ido intensi-cando la doble residencia rural urbana en el sur de Chile. Est en juego tambin una redenicin de los hogares principales. Ahora algunos son urbanos, peri o suburbanos sin que por ello se abandonen las actividades rurales. Como sea, todo esto supone otra frecuencia e intensidad de relaciones con hablantes monolinges del castellano. Con ello se profundiza el efecto de relegamientoabandonoretrac-cin del mapuzugun.

    Pero podramos irnos deslizando sin darnos cuenta a suscribir una hiptesis ecolgica de cercana-lejana de los centros urbanos castellano-hablantes como principio que mejor explicara la dinmica sociolingstica del mapuzugn. Misma que criticramos al analizar las tesis en curso acerca de la distribucin y el desplazamiento de la lengua mapuche. En realidad, hemos hablado de algo MS COMPLEJO QUE UNA OPOSICIN CAMPOCIUDAD SE TRATA DE UN CONJUNTO DEnuevas condiciones de la migracin, la movilidad espacial y la comunicacin, ahora multiorientadas, en que esa distincin clsica es menos relevante. Por lo dems, la propia informacin del estudio en que se apoya este anlisis sugiere la importancia que en la continuidad lingstica tienen el impulso y las decisiones familiares en complementacin con las redes y grupos parentales. Y stos pue-den hoy estar presentes cerca o lejos de los centros urbanos. Lo ms cierto es que una intensa relacin con monolinges del castellano obliga a una competencia equivalente con la lengua y no, siempre y necesariamente, al abandono del ma-puzugun. A la inversa, en zonas muy distantes de las ciudades de la regin estn presentes familias y grupos en cuya biografa se ha acelerado el cambio lingsti-co para hacerse exclusivamente castellano-hablantes o, en contrario, para insistir en ella y mantenerla viva.

    19 Estos ltimos, posibles de utilizar con el concurso del mapuzugun. Otra cosa es que esa posibi-lidad se traduzca en un uso extendido. Pero no todo es negro: hoy la comunicacin con los mayores en el campo suele hacerse a travs de telfonos celulares y ello da ocasiones para, cuando se conoce, usar la lengua verncula.

    Permanencia y desplazamiento, hiptesis acerca de la vitalidad del mapuzugunH. GUNDERMANN ET AL.

  • 56

    RLA. Revista de Lingstica Terica y Aplicada, 47 (1), I Sem. 2009

    5. CONCLUSIONES

    El bilingismo mapuzugun-castellano es un hecho de larga data en la experiencia lingstica mapuche. Luego que la Araucana se incorporara a la administracin del Estado nacional a nales del siglo XIX, se estructura un sistema de relaciones sociales entre mapuches y chilenos mucho ms densas que en el pasado. Un aspecto de ello fue la accin de instituciones culturales como la escuela scal y misional y la generalizacin paulatina del bilingismo, no necesariamente con prdida generalizada del mapuzugun. Esto arranc antes en el rea meridio-nal (con heterogeneidades propias) y en Arauco, mientras que en unos pocos lugares, dentro y fuera de la Araucana, representa un fenmeno ms tardo. Es la dcada de 1960, aproximadamente, cuando el bilingismo termina de generalizarse en esta regin. Los vectores de transformacin tomaron a partir de entonces una direccin ms denida. Constituye este momento un punto de inexin importante, como antes lo fue la formacin del bilingismo mapuche desde nales del siglo XIX. Nuevos cambios en la residencia, la movilidad espa-cial y las comunicaciones se hacen presentes durante las ltimas dos dcadas y, con ello, no slo se intensica la redistribucin de la poblacin mapuche en el espacio nacional e internacional sino que, tambin, se crea una relacin mucho ms uida y dinmica hacia y desde los espacios de residencia tradicional. El castellano es la lengua exclusiva o principal de estos nuevos ujos de relaciones y comunicacin. En cosa de un siglo, entonces, se transita de un monolingis-mo extendido a un bilingismo subordinado de la lengua nacional, para de all dirigirse a otro estado, hacia el tercer cuarto del siglo XX, en que el castellano ya es universal. Este bilingismo no se estabiliz ni diferenci funciones sino que, por el contrario, abri paso al bilingismo subordinado de la lengua originaria y al monolingismo castellano dominantes hoy.

    En virtud de esa progresin del bilingismo y su deriva hacia un estado re-cesivo del mapuzugun, es que nos parece insuciente la tesis de la conservacin limitada propuesta un par de dcadas atrs por Adalberto Salas. Seguramente re-present un momento de la historia cultural y lingstica moderna mapuche pero, en el momento que se formul, ella ya no caracterizaba a la mayora de las zonas indgenas del sur de Chile y tampoco, desde luego, a los mapuches urbanos. Las fronteras sociales y lingsticas internas fueron hacindose ms permeables duran-te el ltimo medio siglo a medida que los espacios laborales, residenciales, edu-cativos, sociales y culturales fueron distendindose e implicando familias, redes y localidades rurales mapuches. La lengua de este ms abierto sistema de relaciones no pudo ser otra que el castellano.

    El anlisis multidimensional de la vitalidad del mapuzugun aplicado por Zi-ga a partir de la formalizacin realizada por Landweer para realidades de Nueva

  • 57

    Guinea tiene la ventaja de considerar aspectos importantes de las nuevas condicio-nes en que se desenvuelve la lengua mapuche. Toca asuntos relevantes como el re-conocimiento del carcter hoy mayoritariamente urbano de la sociedad mapuche y sus implicaciones para la vitalidad de la lengua, la orientacin interna o externa de las redes sociales y de comunicacin, las consecuencias para la comunicacin derivadas de que los mapuches representan minoras demogrcas socialmente dominadas, la posicin socioeconmica mapuche en las regiones de origen o en las reas de destino, etc. La interpretacin de los datos de la encuesta del CEP con base en la variacin de estos parmetros le lleva a suscribir la tesis del carcter re-cesivo actual del mapuzugun: lengua minoritaria que est siendo abandonada por un nmero sustancial de sus hablantes (Ziga, 2007: 22). Sus resultados son coherentes con hallazgos previos (Vergara y Gundermann, 2005) y con lo obte-nido mediante mediciones directas e indirectas por el estudio ms reciente (Gun-dermann et al., 2008). No hacemos reparos acerca de los resultados generales del estudio y tampoco la seleccin de las dimensiones con que se analiza la situacin mapuche. Consideramos discutible, no obstante, el que se aplique sin una cuida-dosa revisin un modelo de anlisis de la vitalidad lingstica trado, propiamente, del otro lado del mundo. Y que, adems, no integre el anlisis de las heterogneas dimensiones que se consideran en un conjunto articulado y jerarquizado de fac-tores. Resuelto esto, su propio anlisis podra enriquecerse considerablemente, ganando en pertinencia, profundidad, precisin, complejidad, contextualidad y perspectiva histrica.

    La solucin a algunos de estos problemas podra alcanzarse a travs de lo que denominamos un conjunto coordinado de hiptesis explicativas. El anlisis debe considerar niveles macro y microsociales. Por una parte, es indispensable incluir asuntos como el sistema de relaciones intertnicas, la dominacin social estructu-ral, la estructura de la distribucin espacial de la poblacin mapuche o los merca-dos de fuerza de trabajo de los que participan. Por otra, igualmente importante es considerar los grupos, las redes, los patrones de interaccin social y comunicativa mapuches y con no indgenas. Pero este segundo nivel interno interesa abordarlo no slo desde una perspectiva objetivante. Es en su dimensin subjetiva donde adquieren real preeminencia los actores sociales indgenas, sus prcticas sociales y comunicativas, sus juicios, motivaciones, valoraciones y visiones de la lengua y la cultura. Ya sea que el movimiento del anlisis transcurra desde los sujetos y su subjetividad hacia las relaciones sociales y los sistemas de contexto, o al revs, es necesario incorporar una perspectiva histrica de proceso. La integracin de estos planos y niveles es indispensable buscando arribar a un esquema explicativo integrador. En este trabajo hemos esbozado en qu podra consistir esta tarea, abriendo vas de anlisis y proponiendo algunas respuestas.

    Permanencia y desplazamiento, hiptesis acerca de la vitalidad del mapuzugunH. GUNDERMANN ET AL.

  • 58

    RLA. Revista de Lingstica Terica y Aplicada, 47 (1), I Sem. 2009

    REFERENCIAS

    Adelaar, Willem. 1991. El problema de las lenguas en peligro. Amrica del Sur. En Robert Robins, Eugenius Uhlenbeck y Beatriz Garza (ed.). Lenguas en peligro.Mxico: INA, pp. 83-137.

    lvarez-Santullano, Pilar y Constantino Contreras. 1995. Situacin lingstica de los Huilliches. Hablar nativo y castellano adoptado, en Actas II JL. Buenos Aires, pp. 377-388.

    Centro de Estudios Pblicos (CEP). 2007. Estudio Opinin Pblica: los mapuches ur-banos y rurales hoy. Documento de Trabajo N367, Santiago: CEP.

    Chiodi, Franceso y Elisa Loncn. 1995. Por una nueva poltica del lenguaje. Temas y estrategias del desarrollo lingstico del mapudungun. Temuco: Instituto de Estudios Indgenas.

    Chiodi, Franceso y Elisa Loncn. 1999. Crear nuevas palabras. Innovacin y expansin de los recursos lexicales del mapuzugun. Temuco: UFRO CONADI.

    Croese, Robert. 1983. Algunos resultados de un trabajo de campo sobre las actitudes de los mapuches frente a su lengua materna, en RLA 21, pp. 23-34.

    Durn, Teresa y Nelly Ramos. 1986. Incorporacin del espaol por los mapuches del centro-sur de Chile durante los siglos XVI, XVII y XVIII, en Lenguas Modernas 13, pp. 17-36.

    Durn, Teresa y Nelly Ramos. 1987a. Incorporacin del espaol por los mapuches del centro-sur de Chile durante el siglo XIX, en Lenguas modernas 14, pp. 179-196.

    Durn, Teresa y Nelly Ramos. 1987b. El problema del contacto sociolingstico tem-prano entre mapuches y espaoles, en Actas de Lengua y Literatura Mapuche, 8-10, octubre de 1986 Temuco, pp.173-184.

    Durn, Teresa y Nelly Ramos. 1988a. Castellanizacin formal en la Araucana a tra-vs de la escuela, en Lenguas Modernas 15, pp. 131-154.

    Durn, Teresa y Nelly Ramos. 1988b. Comportamiento lingstico en poblacin escolar mapuche contempornea como expresin del problema de la vitalidad de la lengua, en Actas de Lengua y Literatura Mapuche 3, pp. 57-71.

    Fernndez, Csar. 1986. Bilingismo araucano espaol en Neuqun, en Segundo Congreso Nacional de Lingstica, San Juan, Tomo II, pp. 71-85.

    Fernndez, Isabel y Arturo Hernndez. 1984. Estudio exploratorio de actitudes en una situacin de bilingismo. El caso mapuche, en RLA 22, pp. 35-51.

    Forno, Amilcar. 2003. Actitudes hacia la lengua nativa entre mapuche-huilliches: resultados preliminares. En Alicia Tissera de Molina y Julia Zigarn (ed). Lenguasy culturas en contacto, Salta, pp. 123-132.

    Giannelli, Luciano. 2005. Redes y dominios de empleo de la lengua mapuche: resul-tados de una encuesta. En Sabine Dedenbach-Salazar (ed.). Contribuciones a las lenguas y culturas de los Andes, BAS, 42, Aachen: Shaker Verlag.

    Gonzlez, Sergio. 1990. El aymara en la provincia de Iquique-Chile y la educacin

  • 59

    nacional. Iquique: Taller de Estudios regionales, Cuadernos de Educacin Inter-cultural N1.

    Grebe, Mara Ester. 1986. Cambio sociocultural y bilingismo aymara-espaol en Isluga, en Lenguas Modernas 13, pp. 37-53.

    Gundermann, Hans. 1994. Cuntos hablan en Chile la lengua aymara?, en RLA 32, pp. 125-139.

    Gundermann, Hans. 1995-1996. Acerca de cmo los aymaras aprendieron el cas-tellano (terminando por olvidar su lengua), en Estudios Atacameos 12, pp. 97-114.

    Gundermann, Hans. 2005. Estudio del contexto sociolingstico de comunidades aymaras, atacameas y mapuche de Chile. En Jorge Ivn Vergara y Hans Gun-dermann (ed): Descripcin del contexto sociolingstico en comunidades indgenas de Chile, Santiago: Programa EIB MINEDUC Programa Orgenes, pp.13-97.

    Gundermann, Hans y Luis Godoy. 2005. Lengua, cultura y educacin intercultural en la Regin Metropolitana. Estudio cualitativo en colegios de comunas con alta presencia indgena. Informe de Investigacin, Santiago: UTEM.

    Gundermann, Hans y Hctor Gonzlez. 2008. Pautas de integracin regional, mi-gracin, movilidad y redes sociales en los pueblos indgenas de Chile, en Univer-sum 23 (1), pp. 82-115.

    Gundermann, Hans, Hctor Gonzlez y Jorge Ivn Vergara. 2007. Vigencia y despla-zamiento de la lengua aymara en Chile, en Estudios Filolgicos 42, pp. 123-140.

    Gundermann, Hans, Hctor Gonzlez y Larisa de Ruyt. 2008. Migracin y mo-vilidad mapuche entre Araucana y nor Patagonia, en Magallania (manuscrito enviado a publicacin).

    Gundermann, Hans, Jaqueline Canihuan, Alejandro Clavera y Cesar Fandez. 2008. Perl sociolingstico de comunidades mapuches de la Regin del Biobo, Araucana, los Ros y los Lagos. Informe de Investigacin. Santiago: CONADI - UTEM.

    Harmelink, Brian. 1985. Investigaciones lingsticas en el altiplano chileno. Un estudio entre la comunidad aymara chilena. Arica: Instituto Lingstico de Verano y Uni-versidad de Tarapac (mimeo.).

    Hernndez, Arturo. 1993. Heterogeneidad sociolingstica del pueblo mapuche y otras consideraciones para la implementacin de un programa de educacin bilin-ge-bicultural, en Actas I JLA, Buenos Aires, pp. 153-16.

    Hernndez, Arturo y Nelly Ramos. 1979. Estado actual de la enseanza del castella-no a escolares mapuches del rea rural: un problema de bilingismo y lenguas en contacto, en Estudios Filolgicos 14, pp. 113-127.

    Hernndez, Arturo y Nelly Ramos. 1983. Situacin sociolingstica de una familia mapuche. Proyecciones para abordar la enseanza del castellano, en RLA 21, pp. 35-44.

    Hernndez, Arturo y Nelly Ramos. 1998. Desaparicin-mantenimiento: contrapun-to actual de la lengua mapuche. En Luca Golluscio y Yosuke Kuramochi (ed.). Lingstica y literatura mapuches. Trabajos del I Simposio Binacional de Lingstica y Literatura Indgenas"UENOS!IRES4EMUCOPP

    Permanencia y desplazamiento, hiptesis acerca de la vitalidad del mapuzugunH. GUNDERMANN ET AL.

  • 60

    RLA. Revista de Lingstica Terica y Aplicada, 47 (1), I Sem. 2009

    Instituto Nacional de Estadsticas, INE. 2002. Censo de Poblacin y Vivienda 2002.Santiago.

    Landweer, Lynn. 2000. Endangered Languages. Indicators of Ethnolinguistic Vitali-ty, en Notes on Sociolinguistics 5 (1), pp. 5-22.

    Lagos, Cristin. 2004. La vitalidad lingstica del mapudungun en Santiago de Chile, sus factores determinantes y consecuencias socioculturales: estudio exploratorio desde una perspectiva socio y etnolingstica. Tesis de Magster en Lingstica. Santiago: Departamento de Lingstica, Universidad de Chile.

    Mamani, M. (1982). Bilingismo y su problemtica educacional en la Provincia de Parinacota. Tesis de licenciatura en Educacin. Arica: Universidad de Tarapac.

    Mamani, Juan Carlos. 2003. Los rostros del aymara en la provincia de Parinacota, Re-gin de Tarapac, Chile. Tesis de magster. Cochabamba: PROEIB-Andes - Uni-versidad Mayor de San Simn.

    Ministerio de Planicacin, MIDEPLAN. 2003. Encuesta de Caracterizacin Socioeco-nmica CASEN, Santiago de Chile.

    Redeld, Robert. 1944. Yucatn, una cultura en transicin. Mxico: EFCE.Redeld, Robert. 1963. El mundo primitivo y sus transformaciones. Mxico: EFCE.Salas, Adalberto. 1992. El mapuche o araucano. Fonologa. Gramtica y antologa de

    cuentos. Madrid: Editorial MAPFRE.Salas, Adalberto. 1996. Lenguas indgenas de Chile. En Jorge Hidalgo y Virgilio

    Schiappacasse et al. (ed). Etnografa. Sociedades indgenas contemporneas y su ideo-loga, Santiago: Editorial Andrs Bello, pp. 275-295.

    Snchez, Gilberto. 1993-94. Estado actual de las lenguas aborgenes de Chile, en Bo-letn de la Academia Chilena de la Lengua ;%NLNEA=$ISPONIBLEENHTTPWWWUCHILECLFACULTADESCSOCIALESLENGUAJESESTADOLGHTM;#ONSULTA=

    Seplveda, Gastn. 1984. Vitalidad etnolingstica de la lengua araucana, en CU-HSO pp. 223-238.

    Strauss, Anselm y Juliet Corbin. 1990. Basics of Qualitative Research. Grounded Theory Procedures and Techniques. Estados Unidos: Sage Publications.

    Vergara, Jorge Ivn y Hans Gundermann. 2005. Descripcin del contexto sociolings-tico en comunidades indgenas de Chile, Santiago: Programa EIB MINEDUC Programa Orgenes.

    Ziga, Fernando. 2007. Mapuduguwelaymi am acaso ya no hablas mapudungun? Acerca del estado actual de la lengua mapuche, en Estudios Pblicos 105, pp. 9-24.