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. Guía Práctica para una prevención eficaz Alicia Acero Achirica ,

Guía Práctica Para Una Prevención Eficaz

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adicciones

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  • .Gua Prctica para una prevencin eficazAlicia Acero Achirica

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  • .Gua Prctica para una prevencin eficazAlicia Acero Achirica

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  • La Asociacin de Tcnicos para el Desarrollo de Programas Sociales (ADES), organiz un Grupo de Discusin con expertos en prevencin de las drogodependencias, con objeto de recoger opiniones y sugerencias sobre los contenidos y aspectos metodolgicos que recoge esta Gua.

    ADES agradece la participacin en el mismo a los siguientes profesionales:

    Juan Manuel Camacho Grande (Ayuntamiento de Madrid)

    Remedios Comas Verd (ATICA Servicios de Salud)

    Francisco Jos de Antonio Lobo (ADES)

    Juan del Pozo Irribarria (Delegacin del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas)

    Marta Franco Fernndez (Agencia Antidroga. Comunidad de Madrid)

    Elisa Freijo Corbeira (Agencia Antidroga. Comunidad de Madrid)

    Mari Paz Gonzlez San Frutos (ADES)

    Emiliano Martn Gonzlez (Ayuntamiento de Madrid)

    Sonia Moncada Bueno (Delegacin del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas)

    Ana Ordez Franco (Ayuntamiento de Madrid)

    Juan Francisco Orsi Lorenzi (Proyecto Hombre)

    Juan Carlos Prez Aguilar (Agencia Antidroga. Comunidad de Madrid)

    Elena Ramn Cercas (FEMP)

    Teresa Salvador Llivina (CEPS)

    ADES (Asociacin de Tcnicos para el Desarrollo de Programas Sociales)

    Martnez Izquierdo, 82 28028 Madrid

    Maquetacin y diseo: A.D.I.

    Martn de los Heros, 66 28008 Madrid

    ISBN: xxxxxxxxxxxxxxxxx

    Depsito Legal: xxxxxxxxxxxxxxxx

  • Presentacin

    Presentacin

    La prevencin representa sin duda la mxima prioridad de cuantos trabajamos en el tema de las drogodependencias y en el marco del Plan Nacional sobre Drogas en nuestro pas. Por ese proyecto ha apostado ADES, junto a otras ONGs que, des-de hace aos, han hecho de la prevencin el eje de su actividad. Sabemos que no es una tarea sencilla pues prevenir no eliminar un problema sino algo ms complejo: ser capaces de anticiparse a su aparicin ofreciendo a la vez alternativas positivas y saludables a nuestros nios y jvenes.

    Por eso sabemos que la prevencin no es slo una cuestin de buenas inten-ciones, sino que requiere planificacin, rigor, buenos mtodos, constancia (como cualquier otra medida educativa) y evaluacin. Si no rene estos requisitos se que-dar en un gesto testimonial, un acto de promocin corporativa o, como mucho, una accin de sensibilizacin. Adems, debe basarse en la evidencia cientfica: un programa llegar a ser preventivo no por el deseo de los que lo aplican sino porque puedan demostrarlo fehacientemente.

    La presente Gua ofrece al menos tres aportaciones para facilitar esta tarea pre-ventiva: en primer lugar, constituye una herramienta prctica y de fcil utilizacin para los planificadores y ejecutores de programas preventivos. En ella se expone

  • Introduccin

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    Introduccin claramente y siguiendo un Modelo Lgico la secuencia de un programa comuni-

    tario a partir de los ms recientes avances de la investigacin.

    La segunda aportacin consiste en una acertada capacidad de agrupar y ordenar fuentes de datos e informaciones existentes en nuestros pas que se encontraban dis-persas y que representan un referente imprescindible para los tcnicos y voluntarios que trabajamos en este mbito.

    Finalmente, otros aspectos interesantes de la Gua son su exposicin, clara y didctica, y la utilizacin de una terminologa precisa, homologada y de muy fcil comprensin. Todo ello hace de esta Gua un instrumento til y asequible para to-dos aquellos que, desde las Administraciones Pblicas o las organizaciones sociales, se planteen poner en marcha un programa preventivo.

    Slo me resta manifestar mi ms sincera felicitacin a la autora del trabajo, Alicia Acero, profesional con una dilatada y slida experiencia en el campo de la prevencin de drogodependencias, y mi agradecimiento a la Delegacin del Gobier-no para el Plan Nacional sobre Drogas que, con su apoyo, ha hecho posible este trabajo. Por nuestra parte, esperamos contribuir al ahorro de tiempo y esfuerzo de muchos agentes de prevencin y, en definitiva, a hacer ms atractivo y eficaz este proyecto en el que creemos.

    Francisco Jos de Antonio Lobo.

    Presidente de ADES.

  • Introduccin

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    Introduccin

    ndice

    ndice.

    1. Introduccin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9 Por qu es necesaria una gua prctica de prevencin?........................................ 9

    En qu consiste y qu ventajas ofrece el Modelo Lgico? ................................... 14

    Qu fases componen el Modelo Lgico?................................................................ 17

    2. Fase I: Valoracin de necesidades y fortalezas o activos . . . . . . . . . . . . . 21

    Anexo 1: Fuentes de datos y utilizacin................................................................... 37

    1. Encuestas................................................................................................................ 37

    2. Factores de riesgo y proteccin. ........................................................................ 41

    3. Teoras y modelos tericos. ................................................................................ 43

    3. Fase II: Identificacin de recursos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49

    Anexo 2: Principales fuentes de recursos para la prevencin............................... 61

    4. Fase III: Seleccin de programas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65

    Anexo 3: Fuentes de datos y utilizacin................................................................... 83

    Los programas de prevencin de drogodependencias en Espaa........................ 83

    1. Programas escolares ............................................................................................. 85

    2. Programas comunitarios ..................................................................................... 93

  • 65. Fase IV: Implementacin y evaluacin de programas . . . . . . . . . . . . . . . 101 Anexo 4: Fuentes de datos y utilizacin:.................................................................. 119

    1. Sistema EDDRA................................................................................................... 119

    2. Idea-Prevencin..................................................................................................... 125

    6. Fase V: Evaluacin Final . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 127 Anexo 5: Fuentes de datos y utilizacin................................................................... 141

    1. Banco de Instrumentos para la Evaluacin de Intervenciones Preventivas ............................................................................................................. 141

    2. Indicadores utilizados en los programas y/o investigacin de prevencin sobre drogas...................................................................................... 142

    7. Bibliografa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 155

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  • 9Por qu es necesaria una gua prctica de prevencin?

    El campo de la prevencin de las drogodependencias ha avanzado mucho en conocimientos y experiencias en las ltimas dcadas. Por ello, disponemos en la actualidad no slo de esos conocimientos acerca de la etiologa de los consumos de drogas y de las bases tericas que los sustentan, sino tambin de programas ade-cuados para conseguir que los adolescentes no se inicien en el consumo de drogas, retrasen la edad de inicio o consuman de un modo menos peligroso.

    En Espaa estos avances han sido especialmente notables porque se han con-centrado en un perodo de tiempo sorprendentemente corto. De hecho, hasta finales del ao 1996 no existieron, en el marco del Plan Nacional sobre Drogas, unos criterios y unas exigencias metodolgicas consensuadas para los programas de prevencin. Puede afirmarse que la indudable evolucin impulsada por nuestro pas en el campo asistencial no haba tenido su correspondencia en el mbito de la prevencin. Es verdad que, desde mucho ms atrs, se dispona de un estimable nmero de programas aplicados en diferentes contextos (escolar y comunitario, fundamentalmente) e incluso que algunos de ellos posean una dilatada trayectoria y un adecuado desarrollo tcnico que inclua elaborados procesos de evaluacin.

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    Introduccin Pero, no es menos cierto que estos programas respondan a ciclos que eran fruto

    de iniciativas institucionales o sociales concretas, en ocasiones muy limitadas en el tiempo, por lo que carecan del marco y las condiciones necesarias para hacer viable la generalizacin de las polticas de prevencin.

    La sensibilidad mostrada en los ltimos aos por las distintas instituciones que integran el Plan Nacional sobre Drogas hacia la prevencin est posibilitando el creciente desarrollo de nuevos espacios de trabajo y colaboracin encaminados a conseguir el mximo consenso y a unificar unos criterios de calidad en el mbito preventivo. Se est construyendo, aunque a menudo nos parezca que demasiado lentamente, una cultura comn de intervencin y de evaluacin orientada a afron-tar los grandes retos que nos depara el futuro en el mbito de la prevencin del uso inadecuado de las drogas.

    El primer paso fundamental en este recorrido lo constituy, sin duda, la apro-bacin por la Comisin Interautonmica del Plan Nacional sobre Drogas de los Criterios bsicos de intervencin de los programas de prevencin. A continua-cin, se han venido concretando una serie de estudios, documentos y medidas importantes para el impulso y la ordenacin de la prevencin en Espaa entre los que podramos destacar: las investigaciones sobre las bases tericas que sustentan los programas y sobre la evidencia cientfica en prevencin, entre las que ocupan un lugar preeminente los excelentes trabajos del profesor Becoa; la creacin de instrumentos de registro nacionales y autonmicos, promovida por la Delegacin del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas con la colaboracin de los Pla-nes Autonmicos sobre Drogas; la evaluacin de programas, planteada en algn caso, como el programa Construyendo Salud, con una perspectiva longitudinal; la configuracin de bases de datos especficas de programas de prevencin, como la desarrollada en Espaa por Idea Prevencin o en Europa por el OEDT y que

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    Introduccin se denomina EDDRA, y el avance producido en los sistemas de informacin con

    la creacin del Observatorio Espaol sobre Drogas en 1998; la experiencia sobre transferencia de buenas prcticas municipales impulsada por distintos organismos como la FEMP; los numerosos proyectos de colaboracin institucional como el alcanzado entre los Ministerios Sanidad, Educacin e Interior para promover la educacin para la salud en la escuela; la implicacin creciente en la aplicacin de programas preventivos de las organizaciones sociales ms representativas del sector como Proyecto Hombre, UNAD, Cruz Roja, FAD, etc.

    En sntesis, puede afirmarse que, gracias a stos y a otros muchos esfuerzos de difcil plasmacin en estas lneas, en Espaa disponemos de una base terica slida que sustenta los programas de prevencin, de un conocimiento muy actualizado acerca de su evidencia cientfica, de una variedad de programas validados y de una serie de instrumentos para la planificacin, diseo y evaluacin de estos programas. Todo ello, enmarcado en una poltica preventiva explcita que no deja lugar a dudas sobre sus compromisos y recomendaciones: la Estrategia Nacional sobre Drogas 2000-2008 prioriza claramente la prevencin y marca un gran nmero de objetivos especficos para los prximos aos. Incluso formula una serie de metas en cantidad creciente, ao a ao, de programas y de participantes.

    Sin embargo, tal y como tambin reconoce la Estrategia Nacional, el gran reto en los prximos aos no es otro que la generalizacin de los programas preventi-vos. Porque, a pesar del incuestionable avance de la extensin de estos programas durante los ltimos aos, nos encontramos muy lejos de lo que sera una oferta universal a la poblacin escolar y en un estadio muy embrionario si, trascendiendo la comunidad escolar, tenemos en cuenta otros mbitos tan destacados como la familia o la poblacin laboral.

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    Introduccin Entre las mltiples dificultades que existen actualmente para impulsar ese proce-

    so de generalizacin (mayor dotacin presupuestaria y de recursos humanos para la prevencin, ms implicacin de las instituciones y de las organizaciones sociales, mayor sensibilizacin social), no debemos olvidar la importancia de un aspecto tan decisivo como el nivel de formacin y capacitacin especfica de los profesio-nales y voluntarios que trabajan en este mbito. De hecho, la mayora de los pro-fesionales que trabajan en prevencin no han recibido una formacin especfica sobre esta materia en sus correspondientes disciplinas acadmicas por lo que han tenido que ir adaptndose a las circunstancias recurriendo a una actualizacin de carcter prcticamente autodidacta. De modo similar, entre los voluntarios existe en trminos generales ms disposicin y buena voluntad que capacitacin adecuada sobre la materia.

    En este sentido, tenemos la sensacin de que existe un divorcio entre los avances que se han producido en el rea de la investigacin, tal como han plasmado en documentos distintas instituciones, y el gran colectivo de ejecutores o potenciales ejecutores de los programas. Esto supondra que no estamos siendo capaces de tras-ladar el alto grado de conocimientos de que efectivamente dispone la ciencia pre-ventiva, algunas instituciones competentes y determinados grupos muy restringidos de expertos a los profesionales y voluntarios que trabajan directamente con las or-ganizaciones y las comunidades. Y, si revisamos los diversos dficits existentes, los que se perciben como ms habituales cuando se analizan los proyectos aplicados, son los de carcter metodolgico. Parecera que se comparten los grandes principios y los conceptos ms gruesos relacionados con la prevencin, pero que hay una difi-cultad para concretarlos en la aplicacin real de los programas.

    Por todo ello, consideramos que existe un dficit metodolgico en la planifi-cacin y evaluacin de programas preventivos, y esto es as porque se trata de un

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    Introduccin espacio sobre el que se ha trabajado insuficientemente. Nos referimos ms concre-

    tamente a la explicitacin de las diferentes fases exigibles en el desarrollo de los programas preventivos y de los anlisis que se deben dar en la compleja toma de decisiones que conlleva el diseo y la implantacin de estos programas. Tanto ms si tenemos en cuenta el mbito comunitario con la lgica dispersin de mediadores sociales y de organizaciones que operan en la comunidad.

    Es verdad que existen documentos muy valiosos como los antes citados e inclu-so alguno tan especfico como la Gua para la evaluacin de las intervenciones preventivas en el mbito de las drogodependencias, editada por el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanas (OEDT). Pero, a la vista de su escasa uti-lizacin deberemos concluir que, o bien no han sido suficientemente difundidos, o bien resultan poco asequibles y de difcil aplicabilidad. O, seguramente, ambas cosas a la vez.

    De aqu que esta propuesta de la Asociacin de Tcnicos para el Desarrollo de Programas Sociales (ADES), apoyada por la Delegacin del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, buscara reforzar esta vertiente de los programas preventi-vos. La gua se basa en la aplicacin de un modelo lgico y en la recopilacin de las principales experiencias y fuentes de datos existentes en nuestro pas para facilitar su identificacin y enriquecer en la prctica nuestros programas. Esto es, poner cuantos conocimientos e instrumentos tengamos disponibles en condiciones de ser utilizarlos en el desarrollo de un modelo lgico, es decir, un plan general de implementacin y planes de acciones y actividades. Pero, todo ello se aborda ofre-ciendo respuestas concretas adecuadas al caso, porque no es cuestin de explicar nicamente cmo se define un objetivo especfico sino de integrar los objetivos en su secuencia correcta, pertinente y adecuada a las necesidades del programa, a la

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    Introduccin estrategia preventiva seleccionada y a la poblacin destinataria a la que se dirigen

    esos objetivos.

    Nuestro deseo, con este documento, es contribuir con tantas otras entidades e investigadores al esfuerzo de poner al alcance de los profesionales y voluntarios de la prevencin nuevas herramientas que puedan hacer ms fcil y eficaz su trabajo. En consecuencia, el objetivo bsico del texto es dotar a los profesionales de la pre-vencin de nuevos conocimientos y estrategias metodolgicas dirigidos al diseo, implementacin y evaluacin de programas preventivos, concebidos desde una perspectiva operativa y orientados a la aplicacin prctica.

    En qu consiste y qu ventajas ofrece el Modelo Lgico?

    Durante los ltimos aos han aparecido en nuestro pas diferentes publicaciones orientadas a facilitar la planificacin, el diseo y la evaluacin de programas de prevencin de drogodependencias (Czares y Beatty, 1994; Alvira, 1991; Frojn y Santacreu, 1993; Krger, Winter y Shaw, 1997). Entre todas ellas destaca, tanto por su inters tcnico como por su valor como modelo de referencia institucional, la citada Gua para la evaluacin para las intervenciones preventivas en el mbito de las drogodependencias, editada por el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanas (OEDT). Este documento ofrece un modelo bsicamente cualitativo y se formula mediante preguntas abiertas que conforman lo que podra ser un cues-tionario autoaplicado. Su formato es muy sugerente porque coloca al planificador ante los principales interrogantes que debe formularse al planificar y evaluar las ac-tividades de prevencin. Pero, a pesar de sus indudables ventajas y de la influencia que ha tenido en el contexto europeo, caracterizado por una escasa tradicin eva-luadora, la gua tiene claras deficiencias y resulta poco operativa. Algunas de ellas

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    Introduccin las describen muy acertadamente Fernndez Hermida y Secades (2003): No consta

    en esta gua del OEDT la toma de datos de los propios participantes o miembros de los grupos objetivo finales en los programas, ni las pautas de correccin que permitieran a tal evaluacin llegar a tal resultado valorativo que posibilitara la comparacin entre diversos programas. Por otro lado, tampoco se contempla en este protocolo el uso de medidas previas a la intervencin contra las que comparar las tomadas con posterioridad a la misma, o el uso de grupos de comparacin o de control contra los que comparar los resultados obtenidos en los grupos que han recibido la intervencin preventiva.

    De aqu la necesidad de explorar nuevas aproximaciones al tema que nos ocu-pa buscando principalmente respuestas ms concretas y ms operativas a certeras preguntas del manual europeo. Y, como en tantos mbitos de la investigacin y la aplicacin de programas de intervencin en drogodependencias, hemos localizado interesantes aportaciones en las instituciones pblicas de salud norteamericanas, especialmente en SAMHSA. A pesar de las conocidas dificultades para trasladar estos enfoques y estos programas a nuestra realidad, tanto por razones culturales como por la disparidad de polticas de salud en ambos continentes, no se puede negar el inters de adoptar abordajes concretos como el que representa el Modelo Lgico, recogido en Achieving Outcomes: A Practitioners Guide to Effective Prevention, obra desarrollada por el National Center for the Advancement of Prevention (fundado por el HHS SAMHSA Center for Substance Abuse Preven-tion). La gua expone un modelo orientado a verificar la evidencia cientfica y dar validez a las actuaciones preventivas. Por lo que se presenta como una herramienta de capacitacin que ayuda a directivizar el proceso para demostrar los resultados preventivos desarrollados por el CSAP como respuesta a las demandas del sector

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    Introduccin para orientar, seleccionar e implementar programas de prevencin basados en la

    evidencia cientfica.

    Este modelo define un proceso, e intrnsecamente una forma de pensar y un lenguaje comn, que acerca y aglutina en una misma tarea a la poblacin, organiza-ciones y tcnicos en base a una metodologa homognea. Introduce procedimientos concretos para la medida y evaluacin que, a su vez, incrementan el control sobre la direccin del programa y los resultados finales. En sntesis, ofrece un proceso basado en teoras cientficamente contrastadas y que aporta certezas sobre qu se est trabajando, por qu y para qu.

    Sus caractersticas diferenciales son las siguientes:

    El Modelo Lgico plasma una sucesin de eventos relacionados de forma lgi-ca (objetivos, estrategias, grupos diana, hiptesis de trabajo, resultados a corto plazo y resultados a largo plazo) que ponen en relacin los inputs y outputs de la accin con los resultados que se obtienen finalmente tras desarrollar la intervencin preventiva.

    Aporta un mayor grado de comprensin del problema e incrementa el consen-so entre las partes implicadas y actuantes en la bsqueda de soluciones.

    Permite anticipar el proceso dinmico y complejo que implica la aplicacin de programas.

    La sistematizacin de un proceso como el Modelo Lgico representa una par-te tan importante como las acciones de planificacin y evaluacin y ayuda a integrar ambas.

    Finalmente, la utilizacin del Modelo Lgico aporta numerosas ventajas sobre otros modelos conocidos, entre las que podemos destacar:

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    Introduccin El Modelo Lgico aporta comprensin y elementos de juicio muy tiles si

    no existe consenso previo sobre el programa, qu se espera de su aplicacin y qu instrumentos de evaluacin deben utilizarse.

    Ayuda a monitorizar el proceso, suministra instrumentos para la deteccin y seguimiento de los cambios que genera el programa, hace posible la replica-cin de la aplicacin de programas y corrige as posibles errores.

    El Modelo Lgico sirve como estructura evaluativa, ya que permite identificar los aspectos y datos ms relevantes para realizarla.

    Ayuda a revelar o descubrir supuestos bsicos de importancia para la preven-cin. Con esto aporta elementos para reflexionar sobre lo que se est haciendo e identificar nuevos planteamientos que son objeto de validacin.

    Ayuda a restringir la tendencia a realizar inferencias o afirmaciones no funda-mentadas, objetivando las potencialidades reales y lmites de cada programa.

    El Modelo Lgico promueve la comunicacin y simplifica los procesos de transmisin y de marketing del programa.

    Qu fases componen el Modelo Lgico?

    El Modelo Lgico se estructura en cinco fases que describen ntidamente el pro-ceso de planificacin y evaluacin de los programas de prevencin de drogodepen-dencias desde una perspectiva comunitaria. Las cinco fases son las siguientes:

    1. Valoracin de necesidades y fortalezas o activos.

    2. Identificacin de recursos.

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    Introduccin 3. Seleccin de programas.

    4. Implementacin y valoracin.

    5. Evaluacin final.

    Pero la principal aportacin de este modelo no son tanto las fases en s, bastante coincidentes por otra parte con otras propuestas metodolgicas suficientemen-te conocidas en este campo, sino la capacidad de operativizar cada una de ellas planteando objetivos muy especficos y sugiriendo estrategias concretas y recursos susceptibles de ser utilizados, desglosando ambos paso a paso. Aqu reside precisa-mente una de las principales aportaciones de la presente gua. No se limita a tras-ladar ideas de otra realidad sociocultural sino que incorpora los planteamientos, los recursos y las fuentes de informacin propios de la realidad actual de nuestro pas facilitando su conocimiento y accesibilidad. De tal modo que el lector, sea un estudioso o un tcnico que interviene en prevencin, encontrar una relacin de experiencias, recursos y documentos existentes y fcilmente disponibles en nuestro pas que le facilitarn su bsqueda y harn ms sencilla su tarea. Revisemos a con-tinuacin cada una de las cinco fases que comparten una estructura similar con los siguientes contenidos:

    Glosario de trminos ms utilizados en cada fase.

    Cuadro resumen de los procedimientos que conlleva.

    Secuencia de los pasos del proceso.

    Fuentes de datos y su aplicacin.

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    Introduccin Consiguiendo resultados: Modelo Lgico

    A.- VALORACION DE NECESIDADES Y FOR-TALEZAS O ACTIVOS

    B.- IDENTIFICA-CION DE RECUR-SOS

    C.- SELECCIN DE PROGRAMAS

    D.- IMPLEMENTACION Y VALORACION

    E.- EVALUACION FINAL

    Recopilar datos de la realidad sobre la que se va a intervenir y definir de modo genrico el problema de consumo de drogas en esa realidad

    Examinar los re-cursos internos y las habilidades y capacidades de los componentes del equipo gestor de la intervencin pre-ventiva

    Delimitar mbitos de concentracin de riesgo

    Desarrollar modelos l-gicos, un plan general de implementacin y planes de accin

    Informar de los re-sultados inmediatos e intermedios

    Identificar y definir:- Poblacin/es y lugares donde el objetivo sea la reduccin del consumo- Poblacin/es y lugares donde el objetivo sea la prevencin universal

    Examinar e iden-tificar los recursos propios de la comu-nidad sobre la que se va a actuar

    Identificar y priori-zar los factores de riesgo y proteccin ms relevantes en la poblacin objeto de intervencin

    Utilizar cada plan de accin para hacer seguimiento de :- Las mediciones del pro-ceso- Las diferencias entre resultados esperados y los resultados inmediatos e intermedios obtenidos

    Perfilar y resumir la evaluacin de proceso desde los planes de accin

    Identificar los fundamen-tales factores de riesgo y de proteccin

    Identificar y re-clutar agentes comunitarios y crear redes de cola-boracin

    Examinar las opcio-nes basadas en la evidencia cientfica

    Recopilar y analizar los resultados inmediatos e intermedios. Si estn por debajo de lo esperado:- Consultar- Realizar las adaptaciones necesarias- Reevaluar

    Valoracin final de re-sultados y de impacto

    Plantear una hiptesis de trabajo a partir de las aportaciones de la literatura

    Buscar el equilibrio entre fidelidad del modelo terico y su adaptacin al diseo del programa

    Reevaluar los resul-tados finales a 12 y 18 meses cuando sea posible y elaborar informes.

    ACHIEVING OUTCOMES:A Practitioners Guide to Effective Prevention. Substance Abuse and Mental Health Services Administration SAMHSA. CSAP 2002.

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    Introduccin

  • 1Fase I:Valoracin denecesidades yfortalezas oactivos

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  • 23FaseI:Valoracindenecesidadesyfortalezasoactivos

    Fase I: Valoracin denecesidades yfortalezas o activos

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    Parece claro que, ante un proceso de planificacin de un programa preventivo, podemos contar simplemente con una evidencia anecdtica que nos aproxime a una percepcin de la naturaleza del problema, pero parece obvio afirmar que es absolutamente necesario llevar a cabo una recopilacin de datos ms rigurosos y objetivos que confirmen y completen esa percepcin.

    Por lo tanto, las dos metas principales de esta fase son: 1) Comprender la natu-raleza y extensin del problema general de abuso de drogas en la comunidad sobre la que queremos intervenir y 2) Identificar los factores de riesgo y proteccin en la poblacin general o en poblaciones particulares.

    Las preguntas a las que debemos hacer frente seran de est ndole: cul es real-mente el problema de drogas de esta comunidad?, quines estn consumiendo drogas?, qu factores son determinantes en esta problemtica de consumo?, sobre qu aspectos tenemos que intervenir para afrontar adecuadamente este problema?

    Y los pasos a seguir se exponen a continuacin.

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    FaseI:Valoracindenecesidadesyfortalezasoactivos

    1FaseI:Valoracindenecesidadesyfortalezasoactivos

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    FaseI:Valoracindenecesidadesyfortalezasoactivos

    1FaseI:Valoracindenecesidadesyfortalezasoactivos

    1A. VALORACION DE

    NECESIDADES Y FORTALEZAS O ACTIVOS

    I. Recopilar datos de la realidad sobre la que se va a intervenir , agruparlos y definir de modo genrico el pro-blema de consumo de drogas en esa realidad

    II. Identificar y definir po-blaciones diana y lugares donde se va a intervenir

    III. Identificar Riesgos y fortalezas

    IV.- Plantear la hiptesis de Trabajo (teora tentativa/aproximativa de cambio)

    I. Recopilar datos de la realidad sobre la que se va a interve-nir , agruparlos y definir de modo genrico el problema de consumo de drogas en esa realidad

    1. Obtener medidas de lneabase sobre la pre-valencia del uso de drogas en grupos o poblacin general del rea geogrfi-ca de inters

    1. Utilizar las diferentes medidas de prevalencia para identificar qu/quin/dnde se est contri-buyendo ms a las medidas de prevalencia e indicadores de uso de drogas

    1. Establecer la valoracin de los componentes del equipo de informantes clave con acceso y ca-pacidad comprensiva e interpretativa de la informacin disponible

    1.- Revisar programas y literatura cientfica sobre validacin de programas

    II. Identificar y definir: Poblacin/es y lugares

    donde el objetivo sea la reduccin del consumo

    Poblacin/es y lugares donde el objetivo sea la prevencin universal

    2. Obtener medidas de lneabase sobre inciden-cia (casos nuevos)

    2. Para prevenir el inicio: Utilizar datos de incidencia y preva-lencia para edades comunes de inicio

    2. Utilizar una variedad de fuentes de datos que abarque desde los datos de encuestas y estudios, hasta la informacin aportada por los infor-mantesclave

    2.- Plantear una teora aproximativa asociando los hallazgos de la literatu-ra cientfica y la valoracin de informacin resultante del anlisis de datos de consumo de drogas del anlisis de necesidades.

    III. Identificar los fundamenta-les factores de riesgo y de proteccin

    3. Para poblacin predeterminada:3.1. Para reducir uso/abuso: Ob-

    tener medidas de prevalencia dentro de la propia poblacin predeterminada

    3.2. Para retrasar el inicio: Obtener medidas de inciden-

    cia dentro de la comunidad correspondiente a la pobla-cin predeterminada

    Obtener medidas de preva-lencia dentro de la propia poblacin predeterminada identificando a los que ya consumen

    3. Analizar los datos para: Establecer prioridades

    para la seleccin del programa

    Seleccionar las medidas ms apropiadas para establecer la lineabase

    IV. Plantear una hiptesis de trabajo a partir de las apor-taciones de la literatura

    ACHIEVING OUTCOMES:A Practitioners Guide to Effective Prevention. Substance Abuse and Mental Health Services Administration SAMHSA. CSAP 2002.

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    Glosario de trminos:

    Edad de inicio: Edad media del comienzo del primer consumo para las distintas sustancias.

    Evidencias anecdticas: Se trata de informaciones derivadas de un informe subjetivo, observacin o ejemplo, que puede ser ms o menos fiable pero que no puede considerarse cientficamente vlido o generalizable a un grupo ms amplio. Se trata de la escala ms baja de calidad de la evidencia.

    Fuentes de datos: Se refiere a las encuestas disponibles o a las instituciones que pueden facilitar datos relevantes para el conocimiento de la situacin relacionada con las drogas en un entorno determinado. Antes de iniciar un programa es til revisar los datos ya disponibles en fuentes fiables de informacin pues este paso asegura no tener que duplicar esfuerzos para conocer la situacin de partida.

    Datos de lnea-base: Observaciones o datos sobre la poblacin o rea objetos de estudio antes de llevar a cabo la intervencin o tratamiento que se puede utilizar como base de comparacin una vez que el programa se haya implementado.

    Grupo objetivo: Grupo de personas, hogares, organizaciones, comunidades u otras unidades identifica-bles al que se dirige una intervencin preventiva. Pueden distinguirse dos tipos de grupos objetivos: los grupos objetivos finales (grupo de personas que se benefician en ltima instancia de la intervencin) y grupos objetivos intermedios (grupo de personas a las que se dirige una intervencin que desempea un papel de mediacin).

    Meta: Resultado o cambio especfico, medible y claramente definido, que puede ser razonablemente esperado al final de una intervencin metdicamente seleccionada.

    Incidencia: Nmero de casos nuevos de una enfermedad o proceso en una poblacin definida y en un plazo determinado. Generalmente, se expresa como tasa de incidencia, con el nmero de casos en el nu-merador y la poblacin en riesgo en el denominador. Normalmente, las tasas de incidencia se presentan de forma estandarizada, tales como nuevos casos por 100.000 habitantes.

    Indicador: Toda medida simple (unidimensional) que puede ser utilizada de forma directa para enten-der o representar un fenmeno. Todo rasgo, seal o instrumento que contribuye a la comprensin de un suceso y de cuya ocurrencia concluimos que dicho suceso o fenmeno tiene lugar. Los indicadores deben ser vlidos, sensibles y especficos.

    Objetivo: Relacin medible de los cambios esperados en riesgos, cualidades u otras condiciones sub-yacentes tal y como aparece expresado en la teora de cambios que sirve de gua para el programa. En prevencin son los cambios en las condiciones ambientales o personales relacionadas con el consumo de drogas que se prevn como resultado de una intervencin preventiva. Pueden ser objetivos finales e intermedios.

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    FaseI:Valoracindenecesidadesyfortalezasoactivos

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    1

    Paso I: Definir de modo genricoel problema de consumo dedrogas en esa realidad,

    PasoI

    1

    Resultados: Cambios observados en las mediciones estudiadas. Posibles consecuencias que se derivan de cualquier tipo de intervencin. Impacto o modificacin registrado en el estado de salud, en la actitud o en los conocimientos de un individuo o un grupo de poblacin, como consecuencia de la aplicacin sobre el mismo de una intervencin.

    Prevalencia: Nmero de casos que presentan una determinada caracterstica, conducta, problema o enfermedad en una poblacin determinada y en un momento dado. Se expresa como una proporcin (por ejemplo, la prevalencia de consumo de tabaco es del 34%). En el numerador estn los casos que presentan la caracterstica y en el denominador el total de la poblacin en que se incluyen los casos. Se pueden expresar casos prevalentes por 100, por 1.000, por 100.000, etc., en funcin de la magnitud de la prevalencia.

    Programa: Intervencin estructurada diseada para cambiar las condiciones sociales, fsicas, econmicas o polticas en un rea geogrfica definida o en una poblacin determinada. En prevencin del consumo de drogas, generalmente se refiere a un conjunto de actividades coordinadas, realizables en funcin de unos recursos previamente establecidos, que tiene por objeto el logro de objetivos generales y especfi-cos relacionados con las drogas.

    Factores de Proteccin: Aquellas caractersticas individuales, ambientales o sociales que reducen la probabilidad de que una persona se implique en el consumo de drogas o de que ste llegue a causar pro-blemas importantes. Debe tenerse en cuenta que los factores de proteccin no son el valor opuesto a los factores de riesgo sobre una misma variable, sino que se trata de otros factores cuya presencia amortigua el impacto de los factores de riesgo.

    Resiliencia: Es un proceso que implica una compensacin de los factores de proteccin frente a los factores de riesgo y una acumulacin gradual de fuerza emocional que permite a los nios responder con xito a los cambios en sus familias, escuelas y comunidades.

    Factores de Riesgo: En general, son aquellas condiciones sociales, econmicas o biolgicas, conductas o ambientes que estn asociados con o causan un incremento de la susceptibilidad para una enfermedad especfica, una salud deficiente o lesiones. Referidos al consumo de drogas, son aquellas condiciones individuales, sociales o ambientales que incrementan la probabilidad de que una persona se implique en el consumo de drogas o de que ste llegue a causar problemas importantes.

    Hiptesis de trabajo: Suposicin fundada en observaciones o reflexiones, que conduce a predicciones refu-tables. Sera toda conjetura elaborada en forma que permita su comprobacin y refutacin.

    Alonso, C., Salvador, T. et al. (2004)

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    Paso I: Definir de modo genricoel problema de consumo dedrogas en esa realidad,

    PasoI

    1

    En primer lugar, nos podemos dirigir a mediadores comunitarios (policiales, ju-diciales) que nos pueden indicar la disponibilidad. Educadores que pueden apor-tarnos el nivel de determinados problemas como el fracaso escolar, que nos indican la incidencia segn grupos de edad y cursos. Informacin procedente tambin de los centros de tratamiento. Datos, todos ellos, que deberan ser comparados con los disponibles a nivel local, autonmico y estatal. Adems, hay que tener en cuenta que estos informantes clave sean representativos de la poblacin para que no slo no aporten una informacin sesgada sino que puedan ayudarnos a interpretar otros datos que tengamos disponibles.

    Algunas fuentes a nivel comunitario son las siguientes:

    Archivos de datos de instituciones pblicas y privadas

    Bases de datos

    Observacin directa

    Otros archivos pblicos o privados no relacionados directamente con el tema.

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    1Se trata, en ltima instancia, de establecer medidas de lneabase, tanto sobre la

    prevalencia como sobre la incidencia de consumo.

    Otro paso ms all es acudir a las fuentes de datos disponibles. En este sentido, el instrumento ms til lo constituyen sin duda las encuestas sobre consumo de drogas a la poblacin general o a sectores especficos de poblacin (escolares, m-bito laboral, etc.). En Espaa existe una importante tradicin en la realizacin de este tipo de estudios. Los ms relevantes y de alcance nacional se impulsan desde el Observatorio Nacional sobre Drogas que se ubica en la Delegacin del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas. Tambin llevan a cabo encuestas otras insti-tuciones y organizaciones sociales aunque suelen ser ms limitadas en sus mbitos territoriales o ceirse a sectores especficos de poblacin.

    En el Programa Nacional de Encuestas del Observatorio Espaol sobre

    Drogas destacan la Encuesta Domiciliaria sobre Drogas y la Encuesta sobre

    Drogas a la Poblacin Escolar. En el Anexo 1 sobre Fuentes de Datos y

    utilizacin se describen las principales caractersticas de ambas encuestas y

    sus virtualidades ms destacadas de cara a la implementacin de programas de

    prevencin.

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    Paso II: Identificar y definirpoblaciones y reas geogrficas,

    PasoII

    1

    Si pretendemos reducir el abuso de sustancias hemos de identificar qu grupo o

    grupos de poblacin est contribuyendo en mayor medida a ese abuso: ese grupo o

    grupos sern la poblacin objetivo a la que deber dirigirse el programa.

    Si, por el contrario, nuestro objetivo es prevenir el uso de sustancias, debere-

    mos identificar la edad ms comn de inicio y, por lo tanto, enfocar el programa

    hacia el grupo de edad inmediatamente anterior a ese grupo en el que hemos iden-

    tificado la edad de inicio.

  • Paso III: Identificar los factoresde riesgo y proteccin en lapoblacin definida, P

    asoIII

    1

    Las fuentes citadas anteriormente, como las encuestas nacionales o autonmicas, no descienden a un nivel descriptivo de carcter local ni, mucho menos, comunita-rio; por lo tanto, es preciso hacer una identificacin de los factores particulares de riesgo y proteccin de ese grupo al que vamos a dirigirnos.

    En el Anexo 1 sobre Fuentes de datos y utilizacin se recogen los principales factores de riesgo y de proteccin que suelen citarse en la literatura cientfica. Ellos pueden constituir una referencia para desarrollar nuestro trabajo.

    31

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    Paso IV: Plantear una hiptesisde trabajo a partir de losdatos resultantes del anlisisde necesidades, P

    asoIV

    1

    La hiptesis de trabajo es el instrumento que permite establecer una relacin lgica entre los datos resultantes de la evaluacin de necesidades y el desarrollo posterior e inmediato de la definicin de metas y objetivos.

    Una hiptesis de trabajo rene los cambios que esperas que ocurran respecto a los factores de riesgo y proteccin identificados en nuestra poblacin defini-da; o, dicho de otro modo, esos cambios puestos en relacin con las medidas de lneabase recogidas en la primera evaluacin de necesidades. Esos cambios tienen que verse reflejados en los componentes especficos que contenga el pro-grama de prevencin.

    Hay que tener en cuenta la medida en que los factores de riesgo y proteccin pueden ser modificados o no. As, los factores de riesgo y proteccin se agrupan en tres categoras:

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    11. Algunos pueden ser completamente modificables (por ej. el fracaso es-

    colar).

    2. Otros pueden modificarse parcialmente pero no completamente (por ej. la disponibilidad de tabaco y alcohol en una comunidad puede ser controlada pero nunca eliminada completamente).

    3. Otros factores de riesgo y proteccin no pueden ser modificados directa-mente por efecto del programa (por ej. deprivacin econmica extrema).

    En consecuencia, debemos establecer prioridades en base a las posibilidades de intervencin que vienen condicionadas tanto por esta modificabilidad de los factores como por los recursos disponibles y la participacin comunitaria. Ten-gamos siempre en cuenta que un programa de prevencin no es una frmula mgica.

    Las metas se refieren a los resultados finales y los objetivos se refieren a los re-sultados a corto plazo (que pueden ser inmediatos e intermedios). De tal modo, que una meta comprende distintos objetivos y los objetivos constituyen los pasos que hay que dar para conseguir alcanzar una meta.

    Tambin deberemos revisar programas y literatura cientfica sobre teoras y validacin de programas. A partir de ello, plantearemos una teora aproximativa asociando los hallazgos de la literatura cientfica y la valoracin de los datos.

    En nuestro pas contamos con instrumentos de gran utilidad para desarrollar adecuadamente este paso. En primer lugar, disponemos de la base de datos de prevencin IdeaPrevencin que ofrece una gama muy amplia de los programas preventivos realizados en nuestro pas en los ltimos quince aos. Por otra parte, se han llevado a cabo en los ltimos tiempos importantes revisiones de la literatura

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    1cientfica nacional e internacional en prevencin. Los documentos ms interesantes en este sentido son los dos libros del profesor Becoa que recogen las principales bases tericas que sustentan los programas de prevencin, por un lado, y la eviden-cia cientfica existente sobre la eficacia de los programas de prevencin por otro. En el Anexo 1 se clasifican las diferentes teoras revisadas por Becoa (1999).

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  • 37Anexo1:Fuentesdedatosyutilizacin

    Anexo 1Fuentes de datosy utilizacin

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    -1. Las Encuestas.

    Entre las principales fuentes de datos a utilizar en esta fase de valoracin de necesidades y fortalezas adquieren un valor especial las encuestas, dirigidas tanto a poblacin general como a poblaciones especficas. En Espaa existe una larga tradicin en la realizacin de estudios sobre consumo de drogas y son muy nu-merosas las instituciones pblicas y organizaciones sociales que, en uno u otro momento, han llevado a cabo alguna investigacin en este sentido.

    Aunque, sin lugar a dudas, las ms interesantes son las dos series histricas del Observatorio Espaol sobre Drogas (la Encuesta Domiciliaria sobre Drogas y la Encuesta sobre Drogas a la poblacin Escolar que describiremos a continua-cin), tambin pueden encontrarse en nuestro pas todo un conjunto de estu-dios sociodemogrficos sobre drogas de mbito autonmico o local y otros ms generales que incluyen informacin referida al fenmeno de las drogas. Entre los ms conocidos podemos citar:

    Encuesta Nacional de Salud. Ministerio de Sanidad y Consumo.

    Encuesta sobre Drogas de Galicia. Xunta de Galicia.

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    1 Encuesta Vasca sobre Drogodependencias. Observatorio Vasco sobre Drogode-

    pendencias.

    Drogas y Escuela. Gobierno Vasco.

    Los Andaluces y las Drogas. Junta de Andaluca.

    Estudio Epidemiolgico Juventud y Drogas. Gobierno de Baleares.

    La incidencia de las drogas en el mundo laboral. FAD y Plan Nacional sobre Drogas.

    El Consumo de Drogas en el Municipio de Madrid. Ayuntamiento de Madrid.

    Encuesta Domiciliaria sobre Drogas:

    Se trata de una serie histrica que se realiza cada dos aos, concretamente los aos impares, y su primera edicin se remonta a 1995. El universo es la poblacin general de 15 a 64 aos. El ta-mao de la muestra suele oscilar entre 8.000 y 15.000 sujetos. El diseo muestral es probabilstico y polietpico y es una encuesta con representacin a nivel autonmico (es necesario destacar este aspecto porque aporta un instrumento de gran inters para los planificadores de los programas preventivos). Los datos son recogidos a travs de un cuestionario precodificado que se adminis-tra mediante entrevista cara a cara en el domicilio del entrevistado, excepto las preguntas sobre conductas de consumo de drogas que se contestan mediante un cuestionario autoadministrado. La encuesta en general tiene un adecuado grado de convergencia con los estndares europeos que marca el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanas (OEDT). De hecho, Espaa es uno de los pocos pases europeos que realizan encuestas de este nivel de calidad y con esta periodicidad.

    Recoge informacin sobre consumo de sustancias psicoactivas, tanto de comercio legal (al-cohol, tabaco, tranquilizantes) como ilegal (cnnabis, xtasis, base o crack, cocana en polvo,

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    1anfetaminas, alucingenos, herona, otros opiceos e inhalables voltiles). Los perodos de refe-rencia para los que se pregunta el consumo son: alguna vez en la vida, ltimos 12 meses y ltimos 30 das. Igualmente se hacen preguntas sobre la frecuencia de consumo, edad del primer consumo y tiempo transcurrido desde la ltima vez que consumi. Adems, con respecto al alcohol, se pregunta separadamente la frecuencia y cantidad consumida de cada tipo de bebida alcohlica (vino, cerveza, destilados, etc.) tanto en los das laborables como en los fines de semana.

    Ms all de las prevalencias de consumo, la encuesta ofrece informacin sobre un conjunto de elementos de gran trascendencia para la elaboracin de los programas preventivos. Entre ellos podemos destacar los siguientes:

    Opiniones y actitudes hacia las drogas: riesgo atribuido a las distintas sustancias y a su frecuencia de consumo as como el grado de rechazo hacia cada una de ellas.

    Disponibilidad percibida por los ciudadanos de cada una de las sustancias.

    Importancia atribuida a las drogas ilegales en su entorno ms inmediato y frecuencia con la que perciben ciertas situaciones vinculadas al trfico y al consumo de drogas (je-ringuillas tiradas en el suelo, personas inyectndose drogas, vendedores que les ofrecen drogas, personas esnifando, etc.).

    Actuaciones ms idneas para resolver el problema de las drogas a juicio de los ciudada-nos, entre las que se incluye una larga relacin de propuestas (educacin en la escuela, campaas publicitarias, control policial, administracin de metadona, legalizacin, etc.).

    Encuesta sobre Drogas a la Poblacin Escolar:

    Como en el caso de la anterior, la Encuesta Escolar sobre Drogas a Poblacin Escolar se en-cuadra en el Programa Nacional de Encuestas del Observatorio Espaol sobre Drogas. Tambin tiene un carcter bienal y su primera edicin corresponde al ao 1994, por lo que, en estos mo-mentos, nos permite ya analizar la evolucin de las tendencias de consumo de la ltima dcada en nuestro pas. El universo lo componen los estudiantes espaoles de secundaria de 14 a 18 aos,

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    1tanto de colegios pblicos como privados, de todas las Comunidades Autnomas. La muestra es muy amplia y alcanza a ms de 20.000 estudiantes. Los datos son representativos tanto a nivel nacional como autonmico. El diseo muestral es probabilstico y la asignacin por Comunidad Autnoma es disproporcional con el fin de aumentar el peso relativo de las comunidades ms pequeas. Dentro de cada colegio se seleccionan generalmente dos aulas y en ellas cumplimentan los alumnos sus cuestionarios.

    Esta encuesta es especialmente rigurosa en su metodologa y ha demostrado una alta fiabi-lidad en todas sus ediciones, asimismo cumple todos los estndares de calidad que establece el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanas (OEDT). Pero, sin duda, el aspecto ms importante a destacar es que se trata de un instrumento especialmente indicado para la planificacin de los programas preventivos. En EE.UU., que vienen aplicando una encuesta muy similar desde 1975, la denominan monitorizando el futuro, lo que explica muy acer-tadamente el autntico valor de este estudio para identificar tendencias emergentes que van apareciendo entre los adolescentes y que constituyen una base imprescindible para orientar las polticas preventivas.

    La encuesta permite bsicamente:

    Estimar la prevalencia de consumo de las distintas sustancias.

    Identificar los patrones de consumo y las caractersticas sociodemogrficas ms impor-tantes de los consumidores de las distintas sustancias.

    Estimar las edades medias de inicio al consumo de cada sustancia.

    Analizar las motivaciones para el consumo y no consumo de drogas.

    Conocer las opiniones, percepciones y actitudes ante determinados aspectos relaciona-dos con los consumos de drogas.

    Identificar factores asociados al consumo de las diferentes sustancias.

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    1Todas estas variables tienen una gran utilidad a la hora de valorar las necesidades de la pobla-

    cin objeto de intervencin y establecer las prioridades del programa que vamos a implementar. La mayor parte de esta informacin se extrae directamente del anlisis de datos de la encuesta y se presenta como tal en los informes del Observatorio Espaol sobre Drogas. Sin embargo, tambin se llevan a cabo otros anlisis multivariables con el objetivo de hallar la constatacin estadstica de la existencia de asociaciones o relaciones entre variables. Para ello se cruzan indicadores tales como los distintos tipos de consumo (experimental, habitual, abusivo) o la edad de inicio al consumo con cinco escenarios de estudio: patrones de ocio y tiempo libre, comunicacin fami-liar, grado de satisfaccin personal, consumo de drogas por parte del grupo de iguales y normas paternas.

    Por otra parte, la Encuesta Escolar ha incorporado en sus dos ltimas ediciones un cuestionario dirigido a los profesores de estos mismos centros escolares para conocer sus experiencias, opiniones y propuestas respecto de los programas de prevencin de las drogode-pendencias en el medio escolar. Este estudio complementario nos puede aportar informacin muy determinante de cara a la intervencin en los centros escolares de nuestra Comunidad Autnoma. El cuestionario recoge aspectos tales como: grado de formacin de los profesores en la materia, conocimiento de los programas de prevencin existentes, expectativas del pro-fesorado hacia la prevencin, estado de situacin de los consumos entre la poblacin escolar, nivel de aplicacin de los programas, disponibilidad del profesorado hacia la prevencin en el aula, etc.

    2. Los factores de riesgo y de proteccin.

    Existen distintas clasificaciones de los factores de riesgo y proteccin, segn los diferentes autores que los han estudiado o han realizado revisiones de los mismos. Entendemos que una de las visiones ms globales y completas es la que realiza Becoa (2002) a partir de datos del CSAP (2001), y que se resume en el siguiente cuadro.

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    1Principales factores de riesgo y proteccion para el consumo de drogas

    Dominio Factores de riesgo Factores de proteccin

    Individual Rebelda. Amigos que se implican en conductas problema Actitudes favorables hacia la conducta problema Iniciacin temprana en la conducta problema Relaciones negativas con los adultos Propensin a buscar riesgos o a la impulsividad

    Oportunidades para la implicacin prosocial Refuerzos/reconocimiento por la implicacin pro-

    social Creencias saludables y claros estndares de conducta Sentido positivo de uno mismo Actitudes negativas hacia las drogas Relaciones positivas con los adultos

    Iguales Asociacin con iguales delincuentes que consumen o valoran las sustancias peligrosas

    Asociacin con iguales que rechazan las actividades de empleo y otras caractersticas de su edad

    Susceptibilidad a la presin de los iguales negativa

    Asociacin con iguales que estn implicados en activi-dades organizadas en la escuela, recreativas, de ayuda, religiosas y otras

    Resistencia a la presin de los iguales, especialmente a las negativas

    No fcilmente influenciable por los iguales

    Familia Historia familiar de conductas de alto riesgo Problemas de manejo de la familia Conflicto familiar Actitudes parentales e implicacin en la conducta

    problema

    Apego Creencias saludables y claros estndares de conducta Altas expectativas parentales Un sentido de confianza bsico Dinmica familiar positiva

    Escuela Temprana y persistente conducta antisocial Fracaso acadmico desde la escuela elemental Bajo apego a la escuela

    Oportunidades para la implicacin prosocial Refuerzos/reconocimiento para la implicacin pro-

    social Creencias saludables y claros estndares de conducta Cuidado y apoyo de los profesores y del personal del

    centro Clima instruccional positivo

    Comunidad Disponibilidad de drogas Leyes y normas de la comunidad favorables al consu-

    mo de drogas Deprivacin econmica y social extremas Transicin y movilidad Bajo apego al vecindario y desorganizacin comunitaria

    Oportunidades para participar como un miembro activo de la comunidad

    Descenso de la accesibilidad a la sustancia Normas culturales que proporcionan altas expectati-

    vas para los jvenes Redes sociales y sistemas de apoyo dentro de la co-

    munidad

    Sociedad Empobrecimiento Desempleo y empleo precario Discriminacin Mensajes prouso de drogas en los medios de comu-

    nicacin

    Mensajes de los media de resistencia al uso de drogas Descenso de la accesibilidad Incremento del precio a travs de los impuestos Aumentar la edad de compra y acceso Leyes estrictas para la conduccin bajo el consumo de

    drogas

    CSAP (2001)

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    13. Teoras y modelos explicativos del consumo de drogas.

    En cualquier campo del saber se precisa tener un marco terico que nos per-mita situar el trabajo cotidiano. Este suele basarse en la informacin disponible sobre el fenmeno en el que trabajamos y tener suficiente validez en funcin de la evidencia emprica disponible. En el campo de las drogas tenemos un buen nmero de teoras y modelos explicativos. La mayora se han orientado a expli-car por qu las personas consumen drogas, lo que posee una gran relevancia ya que si sabemos las causas del consumo nos ser ms factible aplicar programas preventivos para evitarlo o minimizarlo.

    En Espaa disponemos de una extensa revisin de las teoras y modelos expli-cativos ms importantes reseados en la literatura cientfica gracias a la excelen-te labor del profesor Becoa (1999). En el siguiente cuadro se sintetizan los tres grandes grupos en los que han sido clasificados por este autor.

    Clasificacin de las teoras y modelos explicativos.

    I. Teoras parciales o basadas en pocos componentes.

    1. Teoras y modelos biolgicos.

    2. Modelo de salud pblica

    3. Teoras de aprendizaje

    4. Teoras actitudconducta

    5. Teoras psicolgicas basadas en causas intrapersonales

    6. Teoras basadas en la familia y en el enfoque sistmico

    7. El modelo social

    8. Otros.

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    1II. Teoras de estadios y evolutivas.

    1. Modelo evolutivo de Kandel

    2. Modelo de etapas motivacionales multicomponentes de Werch y Dicle-mente.

    3. Modelo del proceso de reafirmacin de los jvenes de Kim et al.

    4. Teora de la madurez sobre el consumo de drogas de Labouvie.

    5. Teora de la pseudomadurez o del desarrollo precoz de Newcomb.

    6. Modelo psicopatolgico del desarrollo de Glantz.

    7. Modelo de enfermedad del desarrollo psicosocial de la dependencia de drogas de Chatlos.

    8. Teora de la socializacin primaria de Oetting et al.

    III. Teoras integrativas y comprensivas.

    1. Modelo de promocin de la salud.

    2. Teora del aprendizaje social y teora cognitiva social de Bandura.

    3. Teora del desarrollo social de Catalano, Hawkins et al.

    4. Teora interaccional de Thomberry.

    5. Teora de la conducta problema de Jessor y Jessor.

    6. Teora para la conducta de riesgo de los adolescentes de Jessor.

    7. Modelo integrativo general de la conducta de consumo de drogas de Botvin.

    8. Modelo de estilos de vida y factores de riesgo que lo condicionan de Cala-fat et al.

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    19. Teora de la influencia tridica de Flay y Petraitis.

    10. Modelo de autocontrol de Santacreu et al.

    Adaptado de Becoa (1999)

    Sin nimo de describir todas y cada una de las teoras y modelos recogidos en el cuadro anterior y a ttulo meramente orientativo, vamos a sintetizar cinco de las principales y ms conocidas teoras as como su grado de aplicabilidad a los pro-gramas preventivos.

    Modelo evolutivo de Kandel.

    Se trata de la teora ms conocida entre las de estadios y evolutivas. Se basa en que el consumo de drogas sigue unos pasos secuenciales donde se comienza por unas primeras sustancias de iniciacin (drogas legales) que sirven de elemento facilitador para el posterior consumo de otras sustancias, especialmente marihuana en segundo paso y luego las otras ilegales.

    Este modelo aport un enfoque indito que ha tenido una gran incidencia en la comprensin del fenmeno de las drogas y en la forma de abordar la prevencin priorizando las denomina-das drogas puerta de entrada que son bsicamente el alcohol y el tabaco.

    Teora de la socializacin primaria de Oetting.

    Su objetivo es solventar las limitaciones de las teoras anteriores que analizan un solo aspecto del problema o no indican los elementos de unin de unos componentes con otros. La pre-misa fundamental es que, aunque la base biolgica de la conducta humana es incuestionable, esencialmente todas las conductas sociales humanas son aprendidas o tienen componentes principales que son aprendidos. Y, por lo tanto, las conductas sociales desviadas, tales como el uso de drogas, el crimen y la violencia, estn entre estas conductas sociales aprendidas.

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    1 Es una teora aplicable a cualquier tipo de programa preventivo (universal, selectivo o indica-do) y explica el paso del uso de drogas al abandono mediante cambios (de ambiente, de lugar, de iguales) cuando el ambiente es intolerante con las drogas, al tener problemas fsicos, etc.

    Teora del aprendizaje social de Bandura.

    Esta teora ha sido redenominada por el autor como teora cognitivo social y es una de las ms utilizadas en el campo de las drogodependencias. Insiste en el concepto de autoeficacia como un componente central y como el elemento explicativo ms importante relacionado con la ad-quisicin, mantenimiento y cambio de la conducta. Es una teora comprensiva de la conducta humana que considera a un tiempo tanto los factores de aprendizaje, los procesos cognitivos y la parte social en la que vive y se desarrolla la persona.

    Muchos de los programas preventivos ms eficaces se apoyan en esta teora ya que ofrece un modo idneo de poder conceptualizar el problema de la dependencia a las distintas sustancias y considerando los elementos que llevan tanto al inicio y mantenimiento como al abandono de las mismas.

    Modelo del desarrollo social de Catalano, Jawkins y colaboradores.

    La asuncin principal de este modo es que los seres humanos son buscadores de satisfaccin y que la conducta humana depende del inters percibido por la persona de sus actos; esto es, las personas se implican en actividades o interacciones a causa de la satisfaccin que esperan recibir de ellas. El modelo asume una serie de pasos o desarrollos que van a llevar a una con-ducta prosocial o antisocial.

    Tiene una gran aplicabilidad para los programas de prevencin pues, interviniendo en aquellos puntos que causan el consumo de drogas, se pueden interrumpir con medidas pre-ventivas lo que se consideran procesos causales que van a llevar al consumo. Los autores llegan a afirmar que es posible intervenir en todos los pasos del mismo, aunque ello exige intervenciones mltiples al incluir mltiples factores.

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    1Teora de la conducta problema de Jessor y Jessor.

    Desde su formulacin inicial ha sido un punto de referencia y recientemente se han hecho reformulaciones de las que ha nacido una nueva teora denominada teora para la conducta de riesgo de los adolescentes. En sta, considera unos factores de riesgo y proteccin, unas conductas de riesgo y unos resultados de riesgo. Da un gran peso para la aparicin de las conductas de riesgo en adolescentes a la pobreza organizada socialmente, la desigualdad y la discriminacin, los cuales son un elemento fundamental en mantener una parte de la pobla-cin adolescente en riesgo.

    La principal implicacin que tiene esta teora para la prevencin es que un abordaje com-prensivo es ms eficaz que un abordaje parcial. Adems, se deben reducir los factores de riesgo y aumentar los de proteccin con la idea de un cambio en el estilo de vida, especial-mente en aquellos jvenes que viven en ambientes sociales adversos. Pero, quizs uno de los principios que subyace a la teora de Jessor es no cargar toda la responsabilidad en el individuo ya que tambin tiene un gran peso la responsabilidad del contexto social, por lo que tambin se requieren cambios en el mismo.

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    Fase II: Identificacinde recursos

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    Fase II: Identificacinde recursos

    .La efectividad y la sostenibilidad de los esfuerzos preventivos deben basarse en

    una dotacin adecuada de recursos internos y externos, tanto de la propia organi-zacin como de sus niveles de coordinacin con otras instancias. De igual modo, se debe contar con un grado especfico de preparacin de la comunidad que, a su vez, viene determinada por los mediadores de esa comunidad.

    Existen tres elementos bsicos a la hora de valorar la capacidad de nuestra organizacin que son los niveles y tipos de recursos con los que se cuenta para cubrir las demandas que conlleva la implementacin del programa:

    1. Determinar nuestra capacidad interna (humana, tcnica y financiera).

    2. Medir la capacidad externa (humana, tcnica y financiera).

    3. Identificar y captar a los colaboradores de la comunidad.

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    B.- IDENTI-FICACION DE RECURSOS

    I.- Examinar los recursos internos y las habilidades y capacidades de los compo-nentes del equipo gestor de la intervencin preventiva

    II.- Examinar e identificar los recursos propios de la comunidad sobre la que se va a actuar

    III.- Identificar y reclutar agentes comunitarios y crear redes de colaboracin

    I.- Examinar los recursos internos y las habilidades y capacidades de los componen-tes del equipo gestor de la intervencin preventiva

    1.- Valorar el nivel de competen-cia de responsables y tcnicos del equipo del programa en aspectos como: administracin de recur-sos, capacidad planificadora, comunicacin, toma de decisio-nes, resolucin de conflictos y creatividad

    1.- Examinar el grado de cono-cimientos sobre el problema de drogas que posee la poblacin afectada y la asuncin de roles de liderazgo en salud comunitaria.

    1.- Identificar potenciales colabora-dores y participantes para conformar equipos de trabajo

    II.- Examinar e identificar los recursos propios de la comunidad sobre la que se va a actuar

    2.- Examinar habilidades para:- Contactar con el tejido social y con los informantes clave de la comunidad- Tener alcance a los mediadores de la comunidad, voluntarios y participantes en el programa- Movilizar grupos de personas que se impliquen en la accin preventiva

    2.- Determinar las normas comu-nitarias relevantes sobre conduc-tas de abuso de drogas

    2.- Valorar apoyos locales disponibles (fundaciones, organizaciones y aso-ciaciones del entorno, agrupaciones de comerciantes)

    III.- Identificar y reclutar mediadores y crear redes de colaboracin

    3.- Valorar las necesidades tcni-cas, de seguimiento y evaluacin de los destinatarios

    3.- Identificar mediadores y va-lorar su competencia y acceso a recursos que puedan dar soporte a las acciones que se desarrollen

    4.- Determinar los recursos finan-cierosy costes de la implementacin

    ACHIEVING OUTCOMES:A Practitioners Guide to Effective Prevention. Substance Abuse and Mental Health Services Administration SAMHSA. CSAP 2002.

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    Glosario de trminos

    Capacidad de diseminacin: Grado en que un programa est preparado para su utilizacin por otras personas en un mbito determinado. En ella intervienen la disponibilidad de materiales, la facilidad de aplicacin, los mecanismos de difusin, los costes, etc.

    Mediadores: Personas que actan como mediadores en un programa, no slo facilitando la participacin del grupo objetivo en las actividades sino tambin poniendo a los individuos en situacin de que tales actividades afecten a su conducta en la direccin prevista. Pueden ser profesionales (por ej. Profesores) o no profesionales (voluntarios, padres, etc.)

    Competencia cultural: Significa ser capaz de entender y apreciar las diferencias y similitudes culturales intra e intergrupales. Para los trabajadores de la prevencin, ser culturalmente competente o sensible re-quiere tanto la habilidad como el deseo de acercarse a los valores en que se basa la comunidad con la que se est trabajando, sus tradiciones y sus costumbres. Desde este punto de vista, la competencia cultural es la capacidad de los profesionales que trabajan en prevencin para incorporar consideraciones tnicas y culturales en todos los aspectos del trabajo preventivo.

    Recursos para la prevencin: Medios materiales y humanos para la realizacin de programas de pre-vencin. A ttulo de ejemplo, en Espaa, si una persona o un grupo desea implicarse en intervenciones preventivas puede explotar la obtencin de recursos en los siguientes mbitos: Administracin Central, Administracin Autonmica, Administracin Local y numerosas organizaciones sociales.

    Alonso, Salvador et al. (2004)

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    Paso I: Determinar la capacidadinterna del equipo de gestin, Pas

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    Segn Lusthaus, Anderson y Murphy (1995), la capacidad interna del equipo de gestin se puede traducir en una serie de requisitos que se organizan del siguiente modo:

    1. Liderazgo estratgico: Supone contar con el ejercicio explcito del liderazgo (cultura de direccin, desarrollo de recursos, etc.); capacidad de planificacin estratgica (evaluacin del entorno, desarrollo de tcticas para alcanzar obje-tivos y metas, etc.); estructura (asignar roles y responsabilidades, sistemas de coordinaccin, sistemas de control, etc.); capacidad de direccin (estructura legal, procesos de toma de decisiones, mtodos directivos, contactos exter-nos)

    2. Sistemas, procesos o dimensiones de los recursos humanos: Planificacin de los recursos humanos (reclutamiento, seleccin y orientacin); forma-cin y desarrollo profesional (direccin, seguimiento y evaluacin del des-empeo); manejo de incentivos, equidad, etc.

    3. Recursos nucleares: Infraestructura (sistemas, equipamientos, herramientas); tecnologa (comunicacin, informacin) y financieros (planificacin finan-ciera, direccin y seguimiento contable y sistemas de auditora financiera).

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    Paso II: Evaluar lacapacidad externa, Paso

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    24. Direccin de programa: Planificacin (identificacin de necesidades, estable-cimiento de objetivos, valoracin de alternativas y desarrollo de sistemas de evaluacin); implementacin (registro de participacin y coordinacin de ac-tividades) y seguimiento (sistemas de evaluacin de proceso y comunicacin de feedback a los mediadores).

    5. Direccin de procesos: Planificacin (identificacin de necesidades, bsqueda de alternativas, establecimiento de objetivos y prioridades, desarrollo de activi-dades y de sistemas de evaluacin); solucin de problemas y toma de decisio-nes (definicin de problemas, bsqueda de alternativas, eleccin de soluciones y seguimiento de las decisiones); comunicacin (intercambio de informacin, registro y transmisin de informacin a los miembros de la organizacin) y seguimiento y evaluacin (registro de datos, valoracin de la ejecucin, utili-zacin de la informacin, introduccin de cambios en la organizacin y en el programa).

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    Paso II: Evaluar lacapacidad externa, Paso

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    Las investigaciones y la experiencia sobre prevencin comunitaria identifican como un elemento bsico el nivel de preparacin de la comunidad para asumir el programa o la intervencin preventiva. La preparacin comunitaria se refiere al grado de conocimiento y toma de conciencia del problema, el inters que suscita y la capacidad y habilidad de esa comunidad para iniciar y soportar las iniciativas preventivas que se desarrollen.

    Segn Edwards et al. (2000), y en la misma lnea que los hallados por el NIDA, existen nueve estadios de preparacin de la comunidad:

    Tolerancia comunitaria: Existen normas tolerantes y a favor del comportamien-to que queremos modificar.

    Negacin: No existe reconocimiento, o ste es muy pequeo, acerca de las evi-dencias del problema.

    Reconocimiento vago: Creencia general de la existencia del problema, pero el reconocimiento se basa slo en uno o dos incidentes.

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    Paso III: Crear estructurasde colaboracin, Paso

    III

    2Pre-planificacin: Hay un reconocimiento del problema, una identificacin de los lderes, pero una escasa planificacin acerca de cmo afrontar los problemas y los factores de riesgo.

    Preparacin: La planificacin est lista y enfocada a aspectos prcticos, incluso existen lderes activos.

    Iniciacin: Existe suficiente informacin que justifica el programa de preven-cin y altas expectativas respecto al inicio del programa.

    Institucionalizacin: Ms de un programa de prevencin est ya desarrollndo-se, pero puede que no sea de forma estable.

    Consolidacin/expansin: Existen programas estandarizados que son asumi-dos como un valor integrado por la comunidad; estn siendo desarrollados nuevos programas en orden a alcanzar a poblaciones de ms alto riesgo. La evaluacin es regular y ms sofisticada.

    Profesionalizacin: Existe un detallado conocimiento de la prevalencia, los factores de riesgo y la efectividad de los programas existentes. La programacin se disea sobre necesidades y factores de riesgo concretos e identificados y el equipo posee una alta capacitacin.

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    Paso III: Crear estructurasde colaboracin, Paso

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    Crear estructuras de colaboracin es el proceso a travs del cual distintas agen-cias, organizaciones o grupos configuran un equipo de trabajo para afrontar una misin comn. Esto genera un efecto de capitalizacin a travs de la suma de los otros programas o actividades que desarrollan esas otras organizaciones.

    La estructura de colaboracin estar formada por aquellos individuos que estn muy interesados en el problema especfico o, de modo ms general, en la prevencin del abuso de drogas. Los padres representan un elemento obvio, pero tambin pueden incluirse los medios de comunicacin, profesionales del medio escolar, de la salud, de los servicios sociales, instancias legales y judiciales, etc.

    Algunos de los posibles beneficios de crear estas estructuras de colaboracin seran:

    Simplificar y facilitar el proceso de evaluacin de necesidades.

    Identificar dficits en los servicios y trabajar juntos para cubrirlos.

    Expandir la disponibilidad de servicios dentro de programas cooperativos.

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    Anexo2:Principales

    fuentesderecursosparalaprevencin

    Anexo 2Principales fuentes derecursos para la prevencin-

    Proveer de mejores servicios a travs de la creacin de redes de intercomunica-cin acerca de las necesidades de los participantes.

    Aportar diversas perspectivas a travs de los miembros que poseen distintas experiencias.

    Reducir la competitividad para intervenir sobre los problemas.

    Establecer cauces de comunicacin con ms organizaciones de la comunidad y, de este modo, hacer llegar a ms amplios segmentos de la comunidad las iniciativas que se desarrollan.

    Amplificar la visibilidad de las actuaciones a travs de los medios de comuni-cacin y la comunidad.

    Facilitar el intercambio formativo para los miembros de los equipos.

    Rentabilizar recursos y eliminar la duplicacin de esfuerzos.

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    Anexo 2Principales fuentes derecursos para la prevencin-Para obtener los recursos necesarios de cara a la aplicacin de programas de

    prevencin en nuestro pas, podramos citar, de modo sinttico, los siguientes m-bitos:

    Administracin Central:

    El rgano de coordinacin de las actuaciones que se realizan en materia de drogodepen-dencias en el conjunto del estado es la Delegacin del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, dependiente del Ministerio del Interior. Entre los numerosos recursos que pueden obtenerse de este organismo, podemos citar:

    Centro del Informacin y Documentacin: Dispone de un importante fondo biblio-grfico (libros, publicaciones peridicas, videos) que puede ser consultado in situ, o mediante correo, fax, e-mail o pgina web. Uno de los aspectos ms interesantes para los planificadores y ejecutores de programas preventivos es la importante co-leccin de programas, materiales e instrumentos preventivos, tanto nacionales como internacionales, que puede encontrarse en este centro. Su direccin electrnica es: [email protected].

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    Observatorio Espaol sobre Drogas: Como se coment en el anexo 1, lleva a cabo el Pro-grama de Encuestas Nacionales (encuestas domiciliaria y escolar) que poseen un gran valor para la aplicacin de programas preventivos. Pero, el Observatorio no es slo eso: integra un amplio abanico de fuentes de informacin, procedente de instituciones pblicas y pri-vadas, que aportan informacin actualizada sobre diferentes aspectos relacionados con los consumos de drogas, las drogodependencias y los problemas sanitarios y sociales asociados a ellas.

    El Observatorio edita peridicamente un informe donde se agrupan diez grupos de indi-cadores sobre diferentes vertientes del fenmeno (sociolgicos, sanitarios, preventivos, asis-tenciales, de oferta). Estos informes pueden consultarse en la pgina web de la Delegacin: www.mir.es/pnd.

    Convocatorias anuales para financiacin de proyectos de prevencin, tanto de investigacin como de carcter aplicado.

    Tambin existen otros organismos de la Administracin Central que pueden ofrecer asesoramiento y, eventualmente, ayudas econmicas para el desarrollo de programas de prevencin: entre ellos, los Ministerios de Sanidad; Educacin, Cultura y Deporte; Trabajo y Asuntos Sociales, etc.

    Administracin Autonmica.

    Todas las Comunidades y Ciudades Autnomas disponen de un Plan Autonmico sobre Drogas que, dependiente de una u otra Consejera (generalmente de Salud o de Asuntos So-ciales), tienen las competencias de la planificacin y realizacin de los programas preventivos en sus respectivos territorios. Estos planes autonmicos disponen de un Comisionado Auto-nmico sobre Drogas en cuya oficina existe un departamento especializado en prevencin. En ellos se pueden obtener asesoramiento, documentacin, materiales y, eventualmente, financiacin para aplicar programas de prevencin.

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    Administracin Local.

    Algunas diputaciones, cabildos insulares y numerosos ayuntamientos de ms de 20.000 habitantes dispones de Planes Locales o Municipales sobre Drogas. Ellos han sido los pri-meros impulsores de los programas de prevencin en nuestro pas y la mayora desarrollan programas de carcter escolar, comunitario y familiar. En estos planes pueden encontrarse cuantiosos recursos aprovechables en programas de prevencin.

    En cualquier caso, la Federacin Espaola de Municipios y Provincias (FEMP) dispone de un Programa de Drogodependencias donde pueden aportar informacin sobre planes muni-cipales existentes en Espaa, principales programas que se llevan a cabo, recursos existentes y

    catlogos de buenas prcticas, como se recoge en el Anexo 3 de esta gua.

    Organizaciones sociales.

    Finalmente, nuestro pas posee un tejido asociativo muy amplio y con un sector de or-ganizaciones sociales especializado en el mbito de la prevencin (organizaciones de padres, juveniles, culturales, deportivas, especficas del sector de las drogas) que pueden aportar experiencia y recursos de gran inters en la realizacin de programas preventivos.

    El listado de las principales asociaciones de mbito nacional puede encontrarse en la web de la Delegacin del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas y, las de mbito auton-mico y local, en los respectivos Planes Autonmicos y Municipales sobre Drogas. En los Anexos 3 y 4 de esta gua se referencian explcitamente algunas de las principales ONG y los programas de prevencin concretos que estn impulsando.

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    FaseIII:Seleccindeprogramas

    Fase III: Seleccinde programas

    .Los esfuerzos por conseguir resultados positivos de la intervencin preventiva

    se vern incrementados si se seleccionan programas de los denominados basados en la evidencia cientfica, ya que eso significa que se trata de programas que han demostrado sus resultados positivos de modo consistente y constante a lo largo del tiempo y tras repetidas aplicaciones.

    La gua norteamericana recomienda seleccionar programas que en la clasifica-cin del CSAP se encuentren bajo los epgrafes de prometedores, efectivos o modelos. Como se expone ms adelante, en nuestro pas no disponemos de una clasificacin semejante, no obstante s pueden identificarse programas que concitan un determinado grado de consenso entre las instituciones y profesio-nales que se ocupan de la prevencin.

    Se consideran programas basados en la evidencia cientfica a aquellos que estn conducidos por una teora e incluyen actividades basadas en los postulados que contempla esa teora. Es importante que el enfoque de nuestros programas sea plausible y para ello la revisin de modelos tericos puede ayudar a alcanzar este es-tatus. Adems, el conocimiento de la literatura cientfica puede contribuir a refinar nuestra hiptesis de trabajo del programa.

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    En sntesis, podra afirmarse que la revisin de los modelos tericos ya existentes cuyo resumen se recoge en el Anexo 1- optimiza las oportunidades de conseguir resultados positivos en la intervencin actual que pretendemos desarrollar.

    Existen bases de evidencia cientfica y seleccin de programas basados en los criterios de rigurosidad que ayudan a identificar, revisar, catalogar y diseminar los programas efectivos en prevencin. Como se apuntaba ms arriba, pueden clasificarse en:

    Los denominados programas prometedores, que constituyen la prime-ra categora del continuum, son aquellos que han demostrado resultados positivos, pero an no han validado la consistencia de esos resultados en el tiempo o la evaluacin a la que han sido sometidos todava no es lo sufi-cientemente rigurosa para demostrar esa consistencia.

    Los programas efectivos, que s han demostrado un patrn de consisten-cia en sus resultados positivos.

    Los programas modelo, que poseen resultados consistentes y fcil capa-cidad de diseminacin con ayuda tcnica de quienes conocen la aplicacin del programa.

    Pasos para facilitar la seleccin de un programa de intervencin

    Una vez que se tiene claro cules son las necesidades sobre las que actuar, las relaciones entre los factores de riesgo y proteccin encontrados en la evaluacin de la realidad sobre la que pretendemos intervenir, la poblacin y rea geogrfi-

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    ca y cmo todo ello est contribuyendo al problema de uso de drogas detectado, es el momento de pasar a elegir qu programa vamos a implementar. Es difcil identificar un programa que se adapte con total fidelidad al escenario y condicio-nes particulares definidas anteriormente, por lo que hay que encontrar el punto de equilibrio entre fidelidad y adaptacin.

    Los pasos a seguir para seleccionar el programa, basndonos en la evidencia cientfica, son:

    1. Examinar qu programa basado en la evidencia se aproxima ms a las condi-ciones y datos resultantes del anlisis de necesidades que hemos realizado.

    2. Determinar cmo la teora y resultados del programa basado en la eviden-cia preseleccionado se ajustan a nuestras condiciones. Esto es, si los resulta-dos finales descritos en el programa basado en la evidencia se parecen a las metas que hemos propuesto y si los objetivos a corto plazo que hemos defi-nido se aproximan a los resultados a corto plazo obtenidos en el programa basado en la evidencia que estamos considerando a priori como posible.

    3. Centrar la seleccin en los programas que se adecuen a nuestra capacidad, metas y objetivos.

    4. Asegurar que la eleccin realizada refleje las caractersticas de la poblacin y comunidad en la que se va a intervenir. No todos los programas basados en la evidencia cientfica se adaptan a las distintas caractersticas culturales de cada comunidad.

    5. Contactar con otros grupos y profesionales que hayan implementado la inicia-tiva seleccionada para recibir informacin sobre su experiencia de aplicacin.

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    6. Evaluar los recursos que sern necesarios en funcin de los requerimientos del programa concreto que se haya seleccionado.

    7. Repetir este proceso para