Guía BasketMe NCAA March Madness 2014

MARCH MADNESS 2014 GUIA BASKETME 1


DIEZ ÚLTIMOS TORNEOS ................................................................................................. 3

EAST REGION

Análisis de los equipos .......................................................................................... 15

MIDWEST REGION

Análisis de los equipos ........................................................................................... 40

SOUTH REGION

Análisis de los equipos……………………………………… ..................................... 74

WEST REGION

Análisis de los equipos ......................................................................................... 105

Créditos y agradecimientos ......................................................................................... 130


ULTIMA DÉCADA DE TORNEO NCAA

Jorge Diez. Como siempre, ahora que comienza el camino hacia el título nacional, repasamos las diez últimas ediciones de la Final Four de la NCAA.

SAN ANTONIO 2004

Campeón: UConn MOP: Emeka Okafor Connecticut repetía victoria cinco años después del primer título de Calhoun y sus Huskies en 1999 de la mano de Richard Hamilton. Esta vez, era la generación de Ben Gordon y Emeka Okafor los triunfadores. UConn se había beneficiado del tercer batacazo de Stanford como número uno de la década, esta vez ante #8 Alabama en segunda ronda, disfrutando de un plácido camino hasta San Antonio culminado con una cómoda victoria ante, precisamente, los Crimson Tide en Elite Eight. Los cruces de regiones habían deparado una final adelantada en el Alamodome, pues los Huskies se cruzaron en semis con la Duke del famoso quinteto formado por Chris Duhon, Daniel Ewing, JJ Redick, Luol Deng y Shelden Williams. Los Devils parecían los grandes favoritos cuando se inició la Madness, pero a la hora de la verdad su gran quinteto se vino abajo, Williams acabó eliminado por faltas y el colapso de los de coach K en los últimos 4:30 del partido propició la victoria de UConn. Aun así, Chris Duhon tuvo el triple de la victoria en sus manos. En la otra semifinal, Georgia Tech, que llevaba a la F4 aprovechando el pinchazo del #1 de su región Kentucky ante #9 UAB (uno de los upsets de la década) se impuso a una buena Oklahoma State que reunía nombres conocidos en el profesionalismo como Tony Allen, John Lucas y Joey Graham. Fue John Lucas con un triple el que igualaba un partido que había dominado casi por completo GT. Los Yellow Jackets estaban liderados por el backcourt formado por Jarrett Jack y B.J. Elder, pero fue Will Bynum, que salía desde el banquillo, el que anotase en la última posesión de su equipo la canasta ganadora. En el partido decisivo UConn se mostró muy superior a Georgia Tech. Los de Calhoun tenían más calidad, presencia física, profundidad y variedad de recursos. A los ya mencionados Gordon y Okafor se unían Josh Boone, Rashad Anderson y Talick Brown en un quinteto titular que complementaban desde el banquillo escuderos de lujo como Marcus Williams, Charlie Villanueva y Denham Brown. Segundo titulo para los Huskies, que demostraban su buen trabajo de planificación con la segunda de las tres generaciones de F4 reunidas en tan sólo once años (99, 04, 09).


SAINT LOUIS 2005

Campeón: North Carolina MOP: Sean May Por fin, Roy Williams era campeón nacional. North Carolina conseguía en el Edward Jones Arena el primero de sus dos trofeos de la década. con una excelente generación que se marchó en desbandada camino al profesionalismo tras la victoria, dejando paso a una generación que se coronaria cuatro temporadas más tarde. UNC era una de las grandes favoritas, con uno de los mejores equipos reunidos en los últimos años. Raymond Felton, Jackie Manuel, Rashad McCants, Jawad Williams y Sean May formaban un magnifico quinteto titular. Marvin Williams y David Noel, una rotación de autentico lujo. Los Tar Heels casi se quedaron por el camino, ganando con sufrimiento y polémica a Villanova en Sweet 16, para luego barrer a Wisconsin y tomar rumbo a Missouri. Fue también el torneo del infarto y las prórrogas. Los otros tres participantes en la fiesta de Saint Louis llegaron con victorias en el tiempo suplementario. Con dos sorpresas. La primera #5 Louisville (Francisco Garcia, Taquan Dean, Larry O’Bannon…), que había tumbado a #1 Washington en Sweet 16 antes de protagonizar el dramático partido ante West Virginia en Elite Eight. Tambien #5, Michigan State (Maurice Ager, Alan Anderson, Paul Davis, Shannon Brown) ganaba a una #1 Duke aún con Redick y Williams para luego ser partícipe de uno de los partidos más intensos, emocionantes y controvertidos de la década. #2 Kentucky esperaba a los de Izzo en Elite Eight, y tras un disputado partido Patrick Sparks lanzaba a la desesperada intentando empatar el partido para Kentucky sobre la bocina. El balón botaba varias veces en el aro antes de colarse. Los Wildcats estallaban de alegría mientras los árbitros decidían que había que revisar la acción en video. Casi diez minutos de nervios, protestas y revisiones hasta que los colegiados daban la canasta por válida. El partido se iba a la primera de las dos prórrogas que necesitó Michigan State para conseguir su billete a la F4. Quien cumplía era Illinois, en otro partido para el recuerdo frente a #2 Arizona. Todo un clásico. Quince abajo a falta de cuatro minutos, y espectacular remontada de los Illini que culmina un triple de Deron Williams que manda el partido a la prórroga. En el tiempo suplementario, Illinois termina por derrotar a los desmoronados Wildcats. Toda la emoción se quedó en Elite Eight. Las semifinales nacionales se saldaban con claros triunfos de UNC e Illinois. Estaba servida una de las mejores finales universitarias de lo que llevamos de siglo. El gran equipo Tar Heel frente a un quinteto Illini de excepción, con tres eléctricos guards (Deron Wiliams, Dee Brown y Luther Head), Roger Powell de enganche y James Augustine por dentro. North Carolina llevó el ritmo del encuentro, y parecía romper el partido yéndose 15 arriba en la segunda parte. De nuevo Illinois nos ofreció otra remontada espectacular. Con el 70-70 en el marcador, Williams y los suyos se secaron, y North Carolina cerraba con oficio la victoria.


INDIANAPOLIS 2006

Campeón: Florida MOP: Joakim Noah La temporada 2005-2006 parecía empezar sin un favorito claro para alzarse con el Torneo, pues había un ramillete de equipos (Duke,UConn,Villanova, Michigan State, Texas) que aspiraban a ello. Con quien nadie contaba era con Florida, que había perdido a Walsh, Roberson y David Lee, y no era votada ni para entrar en el Top25. Al llegar el torneo, surgió una, si no la mayor, de las cinderellas de la década. George Mason desde su seed 11, alcanzó la FF tras derrotar a Michigan State, North Carolina y Connecticut, tres de los grandes equipos de la NCAA. La acompañaban UCLA, dando muestras de su solidez, y una LSU que con Tasmin Mitchell, Tyrus Thomas y Glen Davis contaba con un frontcourt de auténtico lujo. El último invitado era Florida, que había vencido al seed 1 de su región, la Villanova de los pequeñitos (Nardi,Foye,Allan Ray y Lowry), gracias a la monstruosa actuación de Noah y Horford en la pintura. Ningún seed 1 había alcanzado la meta y quizá UCLA era la favorita por su defensa y profundidad, pues contaba con Farmar, Afflalo, Mbah a Moute, Darren Collison o Ryan Hollins, todos ellos ahora en la NBA. Así lo demostraron dejando en 45 puntos a LSU, los mismos en los que se había quedado Memphis contra ellos en Elite 8. Florida por su parte resolvió como un trámite el partido ante George Mason, y muchos señalaban que la presión defensiva de UCLA sobre los bases de Florida les destrozaría. Taurean Green (ex Cai Zaragoza) si sucumbió, pero los Bruins no contaban con la trabajada defensa de los Gators, con un Noah colocándoles 6 tapones y dominando a placer, mientras Lee Humphrey apuntillaba desde fuera. El 73-57 final fue el fiel reflejo de unos Gators que habían vivido la explosión de su camada sophomore (Horford, Noah, Green,Brewer) y que con un solo senior (Adrian Moss, ex-Los Barrios y ex-Cáceres de Leb Oro) daban a Florida el primer título de su historia.

ATLANTA 2007

Campeón: Florida MOP: Corey Brewer En lugar de saltar a la NBA como es habitual cuando se triunfa, los vencedores Gators decidieron volver en bloque para ganar un segundo título consecutivo, para el que eran máximos favoritos, con Kansas (Chalmers, Rush, Julian Wright, Sasha Kaun, Collins,etc.) y North Carolina(Tyler Hansbrough, W.Ellington, Rayshawn Terry, Brandan Wright,Lawson...) como alternativas. Pero también había llegado a la competición, “el elegido” en posiciones interiores, un Greg Oden freshman que acompañado de Mike Conley y Daequan Cook, habían formado una de las mejores clases de la nación y aspiraban a derrocar a los Gators antes de dar el salto a la NBA.


A pesar de lo conseguido el año pasado, Florida perdió algunos partidos, que le hicieron ceder el número 1 de la nación a Ohio State. Los cuatro favoritos mencionados llegaban hasta Elite8, pero de ahí solo pasarían Florida y Ohio State, pues la infravalorada UCLA (ya sin Farmar, pero con Westbrook, aunque freshman) volvió a usar su excelente defensa para parar a Kansas y la Georgetown de Hibbert y Jeff Green hacia lo propio con North Carolina. Mientras en una semifinal se revalidaría la final del año pasado, en la otra esperaba el duelo entre Hibbert y Oden. Hibbert ganó la partida a Oden, pero Mike Conley fue muy importante en aquel torneo y consiguió clasificar a los Buckeyes para la final. Allí se enfrentaron a una Florida que había derrotado a UCLA aplastándoles de nuevo en el rebote y con un Lee Humphrey que conseguía el récord de triples en el torneo NCAA. La final fue dominada por Florida, a pesar de que Oden (25 puntos 12 rebotes y 4 tapones) hizo mucho daño al juego interior de los Gators, incapaces de pararle (Horford le hizo frente en la segunda mitad del choque), pero los de Donovan encontraron en el exterior (10/18 en triples) gracias a Green y Humphrey un respiro para ganar (84-75) Segundo título para las huestes de Donovan y entrada en la leyenda para ese quinteto mágico (Green-Humphrey-Brewer-Noah-Horford)

SAN ANTONIO 2008

Campeón: Kansas MOP: Mario Chalmers Antes de empezar la temporada de nuevo había un ramillete de favoritos tras la descomposición de Ohio State y Florida. North Carolina (con Hansbrough al frente), UCLA (que mantenía el bloque salvo Afflalo, y con la llegada de Kevin Love parecía obtener la amenaza interior que les faltaba), Kansas (a pesar de perder a Julian Wright), Memphis (con Derrick Rose y un equipo que había sido candidato las dos pasadas temporadas) y Georgetown (en la que Hibbert y Jeff Green habían decidido volver para su temporada senior). El final de temporada, aparte del impacto del freshman Kevin Durant en Texas, dejaba a los favoritos intactos, salvo quizá Georgetown que no se mostraba tan sólida como se esperaba. Memphis por su parte solo había perdido un partido (ante el número 2 de esa semana, la Tennessee de Chris Lofton, ahora en Estudiantes) y eran el rival a batir. Desde el principio comenzó North Carolina a batir rivales con amplias diferencias hasta llegar a la FF, mientras Kansas sin tanto estilismo, generaba muchas más dudas y estuvieron a un triple de caer ante la sorpresa de la década junto a la George Mason de 2006. Stephen Curry al mando de Davidson habían derrotado a Gonzaga, Georgetown y Wisconsin con actuaciones por encima de 40 puntos del escolta incluidas. Finalmente sucumbieron por 59-57 ante los Jayhawks.


En el otro lado, Memphis también arrasaba rivales (92-57 a Michigan State en Sweet Sixteen y 85-66 a la Texas de Durant en Elite Eight), enfrentándose en la semifinal a una UCLA que alcanzaba su tercera FF consecutiva y que había encontrado en Love (MOP de su región), la pieza que les faltaba. Por primera vez desde que se instauró el bracket de 65 equipos (1985) los 4 números 1 de cada región llegaban a la FF, por lo que se esperaba una FF de gran calidad con la esperada final entre North Carolina y Memphis. Pero no fue así, porque Kansas, quizá el equipo más flojo para los analistas antes de disputarse, dieron la sorpresa, derrotando a una UNC que salió dormida y ya iba 28 puntos abajo en la primera parte, una distancia que resultó insalvable. En la otra semifinal, UCLA fue incapaz de hacer frente a Douglas Roberts (28 puntos) y Derrick Rose (25), y ni Kevin Love planteó los problemas previstos a los Tigers. Con estos resultados, y un Derrick Rose espectacular en todo el torneo, el favorito estaba claro: Memphis iba a ganar el título. Pero a Kansas siempre se le ha dado bien ir de tapado, y Memphis tiraba el campeonato cuando en el último minuto tanto Douglas Roberts como Rose fallaban tiros libres que permitían a Chalmers empatar el partido sobre la bocina y llevarlo a la prórroga. El parcial 18-2 entre el final del tiempo regular y el inicio de la prórroga, dejaba bien a las claras quien acabaría siendo el ganador (Kansas por 75-68)

DETROIT 2009

Campeón: North Carolina MOP: Wayne Ellington Esta vez el favorito era unánime. North Carolina contaba con unos Hansbrough, Lawson, Ellington y Thompson ya junior, completados por la juventud de Ed Davis y la veteranía de Danny Green. Un equipo completísimo y que ya tenía la experiencia de no haber logrado su objetivo las dos últimas temporadas. UCLA, Connecticut, Duke (Singler, Scheyer), Louisville(T.Williams, E.Clark) o Pittsburgh (Sam Young, Blair) se repartían el favoritismo para ser segundos en esta temporada. Pero una temporada universitaria da para mucho y UCLA confirmaba que a pesar de contar con Collison o Jrue Holiday, no estaban preparados para llegar a tan altas cotas. Sin embargo Michigan State, Villanova, Memphis (con Tyreke Evans sustituyendo a Rose) o la Oklahoma de Blake Griffin ascendían al final de temporada en las previsiones. Louisville y Pittsburgh lograron llegar a Elite 8 como seed 1, en un torneo sin muchas sorpresas, pero allí tanto Michigan State (la FF se jugaba en su casa y tenían que estar), como Villanova se deshicieron de ellos. Por otro lado, North Carolina se paseó todo el torneo, y solo Oklahoma había conseguido ponerles en algún aprieto.


El cuarto equipo sería Connecticut (Thabeet, A.J. Price, Jeff Adrien, ahora en el Breogan de Leb Oro,) que derrotaba a una eficaz y sorprendente Missouri, pero al que la baja de Dyson por lesión restaba favoritismo. En la primera semifinal, los Spartans de Izzo con Raymar Morgan (18 puntos 9 rebotes) y Kalin Lucas (21 puntos) ofreciendo su mejor cara y el apoyo del público derrotaban a una Connecticut, que a pesar de contar con mucho poderío interior, tuvo enfrente a un Goran Suton con oficio para minimizar los daños. En la segunda, North Carolina se desharía de una Villanova peleona, pero a la que le falló el lanzamiento exterior (5/27) lo que permitía a la mayor calidad de North Carolina imponerse. El duelo final era claro: la calidad de North Carolina contra el sentimiento de todo un Estado, muy afectado por la crisis económica, que representaba Michigan State. Pero el cuento no tuvo un final feliz para los anfitriones, pues North Carolina se mostró muy superior y acabó llevándose un campeonato merecido, eran el mejor equipo de la nación.

INDIANAPOLIS 2010

Campeón: Duke MOP: Kyle Singler En un año en el que la calidad de la competición sufrió un bajón, la igualdad entre los equipos se hizo patente y permitió varias sorpresas que añadieron encanto al torneo final. El principal favorito era una Kansas (Xavier Henry, Cole Aldrich, Sherron Collins) que solo había perdido dos partidos durante el año, pero en segunda ronda se encontró con la Northern Iowa del “patillas” Lucas O´Rear, Ali Farokhmanesh y Jordan Eglseder siendo eliminados, aunque estos a su vez caerían con Michigan State, que alcanzó la Final Four, tras derrotar a Tennessee, que había derrotado en Sweet Sixteen a la Ohio State de un Evan Turner desesperado. Otro de los grandes favoritos era Syracuse (Andy Rautins, Wesley Johnson), pero la mayor sorpresa del año se llamó Butler, que derrotó a los Orange, y que de la mano de Gordon Hayward y el buen trabajo como conjunto consiguieron llegar a la final, que se disputaba prácticamente en su casa y que hizo recurrente la comparación con la película Hoosiers. También fue el campeonato de otras sorpresas como los empollones de Cornell que con un gran equipo (Wittman, el ahora en Melilla Foote y L. Dale) llegaron hasta Sweet Sixteen, tras eliminar a Temple y Wisconsin, donde caerían con Kentucky ante la diferencia física de su rival; la Saint Mary´s de Omar Samhan que hizo un gran torneo; Ohio venciendo a Georgetown en primera ronda con un gran D.J.Cooper; o una Old Dominion que alcanzó segunda ronda tras derrotar a la Notre Dame de Harangody. Para el recuerdo los partidos que protagonizaron Florida y BYU en primera ronda, individualizado en el duelo Boynton vs Fredette, y que se resolvió tras dos prórrogas; o el duelo de Sweet Sixteen entre Kansas State (Denis Clemente, Jacob Pullen) y Xavier (Joe Crawford) que también necesitó dos prórrogas.


Por su parte en la retina de los aficionados quedó la escena de Bob Huggins consolando a un Da´Sean Butler que yacía en el suelo lesionado gravemente de la rodilla en la semifinal del torneo que los Mountaineers perdieron ante Duke. Para llegar hasta ahí habían derrotado a Kentucky (Wall, Cousins, Patterson, Bledsoe y Orton; los 5 en primera ronda del draft) en Elite Eight con la sorpresiva actuación de Joe Mazzulla, héroe por un día. Así, la Final Four de Indianápolis reunió a los dos equipos mencionados que protagonizaron una de las semifinales (Duke y West Virginia) y a la correosa Michigan State que sucumbió ante el buen hacer de la Butler de Coach Stevens. La final fue un partido duro en el que Duke se impuso gracias al talento de Singler (elegido mejor jugador) y Nolan Smith, pero sobre todo al trabajo en los aros y en defensa de Lance Thomas y Brian Zoubek, que impusieron sus cuerpos ante la falta de centímetros de Butler. Con todo, Hayward dispuso de un triple forzado desde medio campo, que mientras estuvo en el aire contuvo el aliento de millones de personas, para ganar el partido, pero el balón no encontró la red, y la Cenicienta no pudo bailar en el final de la fiesta.

HOUSTON 2011

Campeón: Connecticut MOP: Kemba Walker El March Madness 2011 será recordado por el cambio de formato que supuso que de los 65 equipos clasificados de años anteriores, se pasase a los 68, que para ajustar un cuadro de 64 equipos tradicional, provoca cuatro enfrentamientos iniciales llamados First Four. Desde esta ronda llegó al torneo VCU, que tras derrotar a Southern California, de la mano de su peculiar entrenador, Shaka Smart , fue la gran sorpresa del campeonato desde su seed 11. Tras vencer a Georgetown, Purdue, Florida State y Kansas, alcanzaron las semifinales nacionales donde caerían ante la, de nuevo, sorprendente Butler. Los Bulldogs de Brad Stevens, fueron junto a VCU, los grandes animadores del Torneo por segundo año consecutivo, algo que muy poca gente podía esperar. A base de trabajo y solidaridad grupal, consiguieron no echar de menos a Gordon Hayward, ya en la NBA, y llegar a la final tras deshacerse de Pittsburgh, Wisconsin y Florida, aunque no pudieron hacerse con el campeonato tampoco esta vez. Sus rivales en Elite 8, Florida, habían finiquitado en la ronda anterior la andadura universitaria del jugador del año, Jimmer Fredette, en un partido apasionante. Los otros dos equipos que llegaron a la Final Four fueron dos equipos de renombre. Por un lado, la Kentucky de Calipari, que a punto de caer en primera ronda con Princeton, tuvo en Brandon Knight a su jugador caliente en los momentos finales y se acabó deshaciendo de la Ohio State de Sullinger, y la North Carolina de Harrison


Barnes, equipo que había resucitado para el Torneo final después de una irregular temporada. Quien evitó que los Wildcats llegaran a la final fueron los Connecticut Huskies, quienes acabaron haciéndose con el título merced a una de las mejores temporadas individuales de un jugador en la última década. Su título tiene un nombre propio, el de Kemba Walker, aunque detrás tuvo dos grandes acompañantes como Jeremy Lamb y Alex Oriakhi. Eso sí, para llegar hasta ahí, tuvieron que sufrir en Elite 8 ante la Arizona de un Derrick Williams que había destrozado a Duke en la ronda anterior con una gran actuación, infalible por momentos. La final fue un partido de errores más que de aciertos, y dos equipos entregados a la defensa provocaron un partido que terminó 53-41, con Butler haciendo la peor puntuación en una final desde 1949 y el peor porcentaje de tiro global con un 19%. Entre otras peculiaridades, se puede señalar que este Torneo estuvo monopolizado por la Big East, no solo por el título logrado sino también porque hasta 11 equipos de dicha conferencia se clasificaron para el Torneo, aunque la mayoría cayó en las primeras rondas, en parte obligados por enfrentamientos fratricidas. Por otro lado, debido a las sorpresas de VCU y Butler, la suma de los seed de los 4 equipos de la Final Four fue la más baja de la historia, superando la del año 2000; mientras Butler con un seed 8, igualó a UCLA y Villanova como el seed más bajo que ha alcanzado la final. Pero no fue suficiente, y por segundo año, a la Cenicienta la dieron las 12.

NEW ORLEANS 2012

Campeón: Kentucky MOP: Anthony Davis Por fin Calipari pudo alzar su primer título nacional. Esa fue la principal noticia de un torneo que dejó la impronta de un futuro jugador importante en la NBA como Anthony Davis y de una universidad mítica como Kentucky volviendo a campeonar, a falta de grandes historias. Sin cenicientas dispuestas a bailar, la Final Four reunió una suma de seeds muy baja: Kentucky (1), Ohio State (2), Kansas (2) y Louisville (4). Precisamente estos últimos fueron los encargados de poner en dificultades a los Wildcats en semifinales en un duelo de sabor muy añejo y tremenda rivalidad. En la final sería la Kansas de Thomas Robinson quien sucumbiría. En contraposición a la lógica aplastante y la carencia de sorpresas que rigió la mitad decisiva del torneo, los primeros días trajeron upsets y emociones fuertes. Para empezar, los First Four (o primera ronda), en su segunda temporada de vigencia, vivieron dos remontadas históricas: Western Kentucky sobre Mississippi Valley State y BYU sobre Iona. La segunda ronda se abrió con un jueves más o menos tranquilo, incluso algo soso. El viernes, sin embargo, se desató la tormenta. Fue casi cuestión de unas pocas horas. La locura en su máxima expresión. Norfolk State (15) dio la campanada ante Missouri (2). Impresionante sí… pero no más que el momento en el que se confirmaba que Lehigh (15) iba a eliminar a Duke (2). Ya pensábamos que el


día había sido inolvidable con dos seeds 2 fuera a las primeras de cambio, cuando de repente nos dimos cuenta de que Ohio (13) tumbaba a Michigan (4). Parecía un terremoto dispuesto a derribar grandes torres. South Florida (12) sobre Temple (5), Purdue (10) sobre Saint Mary´s (7)… y antes North Carolina State (11) había perdido ganado a San Diego State (6) con claridad. Horas que se ganaron sitio inmediato en la historia de la locura de Marzo. Vimos también como una de las grandes favoritas, North Carolina, se desmoronaba herida por las lesiones de Kendall Marshall y John Henson. A Indiana de vuelta en la élite, en la segunda semana de torneo, después de una larga y cruda travesía por el desierto, eliminada por Kentucky en un duelo con sabor a tradición e historia. Vimos a Bo Ryan obrar milagros. A Butler, esta vez, no la vimos.

ATLANTA 2013

Campeón: Louisville MOP: Luke Hancock El desenlace del torneo nacional de 2013 está plasmado en la espalda de Rick Pitino. Un recuerdo en forma de tatuaje, marca imborrable del final feliz de una historia cargada de emociones y pasión. Del estallido de la pierna de Kevin Ware en la final regional ante Duke (la otra imagen imborrable, por motivos muy distintos, de aquel Marzo) surgió la energía que impulsó a Louisville a remontar dobles dígitos por dos veces en la Final Four de Atlanta, ante Wichita State primero y frente Michigan después. Los Cardinals, con un juego intenso y de frenética actividad, supieron manejar la carga emocional del accidente de Ware y siguieron la inercia de una temporada llena de momentos épicos (una de sus cinco únicas derrotas llegó ante Notre Dame tras cinco prórrogas) y rachas prolongadas para proclamarse campeones. Un suplente como Luke Hancock (con una F4 excelente y su 5/5 en triples en la final, en un inesperado duelo de secundarios con Spike Albrecht) brillaron junto a los Russ Smith, Peyton Siva, Chane Behanan o Gorgui Deng. Pitino conseguía su segundo título universitario y se convertía en el primer entrenador en ganar la NCAA con dos equipos diferentes. Louisville era favorita como seed 1 y uno de los equipos más potentes y exigentes (para el rival) del país, pero la carga emocional de todo lo sucedido hasta la victoria final hizo que casi todo lo demás pasase a un segundo plano ensombrecido por la épica y las sensaciones a flor de piel. Y eso que fue el año en el que Wichita State, una cinderella muy entrecomillada, llegaba a la Final Four con su seed 9 tras tumbar a Pittsburgh, Gonzaga, otra sorpresa como La Salle (seed 13) y Ohio State. El conjunto genialmente entrenado por Gregg Marshall tuvo contra las cuerdas a la campeona Louisville en semifinales. Preludio de su, hasta ahora, temporada perfecta. También fue el año del resurgir de Michigan como candidato nacional. Un equipo de mucho talento (Burke, Stauskas, Robinson III, Hardaway Jr., McGary…) que dejó momentos de juego excelentes. Fue el año histórico de Gonzaga (número uno del país), de una Indiana de nuevo grande (hasta que se estrelló contra el muro de la cuarta semifinalista nacional, Syracuse), del espectáculo de Florida Gulf Coast (hasta sweet 16 entre sorpresas y jugadas para el highlight), de la Miami que irrumpía en la


ACC dejando el dominio Duke-UNC un poquito más lejos (ya tres años, con este 2014, sin victoria de ninguno de los dos gigantes), de los finales apretados de Ohio State, del elegante upset de Harvard, de los apasionantes “casis” de Southern University y Davidson… En casi todos los torneos, a la larga, lo que siempre queda grabado como imagen principal es la figura del ganador. En 2013, quizá, con más fuerza que nunca.




#1 VIRGINIA CAVALIERS

(28-6, 16-2 ACC) Charlottesville, Virginia

Iván Ortiz. El año que Syracuse entraba en la ACC. El año que Duke se hacía con

uno de los debutantes de más nivel. Entre todos ellos se coló Virginia, a base de

solidez, constancia y buen juego. A base de tener las piezas adecuadas, todas en

sintonía y haciendo un juego acorde a lo disponible. A base de todos, en general, se

hizo Virginia con la ACC. Se lo quedaron todo, sin pedir permiso. Apenas perdieron

dos partidos en la regular season y en uno de ellos, ante Maryland, no cayeron hasta

la prórroga. Tan solo Duke en el Cameron fue capaz de vencerle en el tiempo, aunque

los Cavaliers se tomaron buena venganza de esto al final. Trece victorias consecutivas

hasta la derrota ante Maryland, y ganaron en partidos de todos los estilos. Un equipo

que ha conseguido estos registros anotando 65,8 puntos por partido, el 294 de toda la

nación, es que optimiza muy bien lo que tiene y además provoca que los demás entren

en su estilo, que estén a su merced.

El año apuntaba a un nombre, el de Joe Harris. Hombre versátil capaz de aportar por

dentro y por fuera, de infinita clase y infinidad de recursos en todos los apartados, ha

hecho un buen año, pero ha compartido méritos con casi todos sus compañeros.

Malcolm Brogdon aporta anotación y dirección, combinando muy bien ambos

apartados, aunque si se quería un poco más de control, se buscaba a London

Perrantes, de buena selección ofensiva y con una interesante mano desde la línea de

triples. Ambos incluso se podían ir combinando en la pista para que Brogdon pudiese

anotar desde diferentes maneras, pues también tiene buen tiro de media distancia,

aunque en el “2” se contaba con el trabajador y intenso Justin Anderson. Al mismo

tiempo que Harris y con similar polivalencia se va cocinando Anthony Gill, que se las

ha ingeniado para aportar muy bien en los minutos que ha contado, tanto de media

distancia como en segundas oportunidades por dentro, peleando y luchando por ir

sumando. Akil Mitchell al rebote con su envergadura y Mike Tobey al físico con su

cuerpo y ya tenemos la base bien montada. Entre ellos, y con la aportación de Darion

Atkins por dentro si las cosas se ponían problemáticas, estaba la columna vertebral

de Virginia.

Puede parecer la explicación más breve de todas las escritas, y para un equipo que ha

ganado la ACC y que ha obtenido un primer seed puede parecer que nos olvidamos

de cosas, pero realmente el éxito ha estado en la optimización y en el buen hacer de

todos ellos. En la regularidad y en la conciencia de su trabajo, en saber lo que tenían

que hacer, y en la buena predisposición al rol determinado.

Incluso podríamos decir que es un equipo complicado para el aficionado en ocasiones.

Provocan situaciones de poca fluidez, se toman su tiempo para anotar bien y tienen un

ritmo pausado, pero poco se puede decir viendo los resultados que han obtenido. Y

eso que tampoco empezaron de manera muy brillante, perdiendo ante Green Bay,

quedándose en unos tristes 38 puntos ante Wisconsin, pero fue entrar en ACC y

transformarse en un equipo al que era prácticamente imposible meterle mano y hacer

que se saliese de su plan predeterminado.


Llegan en un momento de forma envidiable, y han sido galardonados con un primer

seed que les obligará a ofrecer su mejor versión hasta el final. Pueden parecer a

simple vista un posible candidato a upset, pero han rendido de manera excelente y

regular en uno de los territorios más complicados, han obtenido resultados que hacía

años que no conseguían, y no han dado en los últimos meses ni un solo motivo para

dudar de ellos, por lo que no se debería empezar a dudar ahora. Virginia puede

llevarse por delante a cualquier rival, en cualquier situación y de cualquier estilo, y los

campeones tienen esa característica, la de tener la calidad y la predisposición

suficiente para ganar a quien haga falta, sin importar a quien tengan delante.

LA ESTRELLA: Joe Harris – Ha tenido un buen año, a pesar de que no haya sido el

máximo anotador y que las defensas rivales ya lo tengan bien controlado, pero Harris

está en todos los partidos y su clase se observa nada más recibe el balón. Un jugador

de los que gusta, de los que en cualquier momento pueden sacar un tiro, un pase, un

movimiento inteligente, para conseguir su objetivo. Es luchador como el que más y

tiene la oportunidad para hacer algo grande e importante con Virginia este año.

NO PERDÁIS DE VISTA A: Malcolm Brogdon – Ha sido el máximo anotador del

equipo, el hombre más usado por partido, así que podría ocupar sin ningún problema

el apartado de estrella de Virginia. Puede ser director, puede entrar en situación

anotadora, puede entrar a canasta a pesar de los impedimentos, puede hacerse su

propio tiro de media distancia, y puede abrirse al costado si el director en ese

momento es otro. Brogdon hace muchas cosas y las hace bien. Ni nosotros ni los

rivales deben perderle de vista.

#2 VILLANOVA WILDCATS

(28-4, 16-2 Big East) Villanova, Pensilvania

Javier Rajo. Los Wildcats fueron una de las grandes sorpresas de la temporada a pesar de que el año pasado ya fueron un equipo de Madness y mantuvieron de cara esta temporada a la mayor parte de la plantilla. El trabajo de Jay Wright después de una época un poco complicada en el que el conjunto no acababa de dar la talla fue de primer nivel, llegando a ser top-5 del país. Eso sí, el calendario que han tenido los de Villanova hasta el momento tampoco es especialmente complicado, destacando las victorias logradas ante dos equipos que estaban ranqueados como Kansas y Iowa, pero derrotas ante Syracuse y las dos de coferencia ante el otro gran equipo, los Creighton Blue Jays de Doug McDermott. A pesar de esas derrotas ante Creighton, eso no les impidió proclamarse campeones de la temporada regular en la Big East ya que fueron los dos únicos partidos que no ganaron, siendo un equipo que ha demostrado ser muy regular y no tener problemas para ganar a equipos de nivel medio-alto hasta la sorprendente derrota en el torneo de conferencia. El base del equipo es Ryan Arcidiacono, un jugador que vive bastante de su tiro de tres puntos. Comparado con Mike Bibby cuando estaba en edad escolar, Ryan mejoró los lamentables porcentajes con los que lanzó el año pasado (34%) dónde ya era el


director de juego titular del conjunto, siendo esta campaña un jugador que toma mejores decisiones y facilitando algo más el juego aprovechándose de unos compañeros más preparados para sostener al equipo en la anotación. Eso sí, sigue sin ser un base creador. Como siempre, uno de sus principales características es su entrega y lucha, siendo una persona que no dá nunca un balón por perdido. En los puestos de Wing nos escontramos con Darrun Hilliard y James Bell, dos jugadores ya veteranos de tercer y cuarto año. Ambos son los dos máximos anotadores de los Wildcats. Bell fue esta temporada uno de los líderes del equipo, acabando seleccionado en el primer quinteto de la Big East, al realizar la mejor temporada de su carrera universitaria cuando hasta el momento nunca había pasado de ser un jugador de rol. Ambos son dos lanzadores muy buenos desde la línea de tres, formando con Arcidiacono una de las tripletas más poderosas en el tiro exterior. Por dentro, JayVaughn Pinkston y Daniel Ochefu fueron dos piezas también importantísimas de diferentes maneras. Pinkston acabó elegido en el segundo equipo de la conferencia, siendo la principal referencia anotadora del conjunto por dentro y el máximo reboteador. Es un jugador físico, atlético y intenso, que este año ha ganado en madurez en su juego y ya no juega tan fuera de control, siendo bastante más inteligente que en el pasado. Por su parte Ochefu es un jugador que todavía esta desarrollando su juego. No tira mucho a canasta ni anota muchos puntos, pero su rebote, defensa e incluso capacidad para pasar el balón son cosas muy necesarias en este equipo. Desde el banco el conjunto cuenta con jugadores bastante sólidos, dos de ellos dos freshman que han sido un tremendo acierto en el recruiting por parte de Wright, Kris Jenkins como recambio interior y sobretodo Josh Hart, un wing elegido en el mejor quinteto freshman de la conferencia. Además, dos veteranos ya conmo Tonny Chennault y Dylan Ennis también son habitulaes contribuídores del backcourt. Algún periodista catalogó a Villanova como uno de los mejores equipos de los que nadie habla que recuerda, y con un técnico que ya sabe lo que es jugar una final four a cargo de este conjunto hace cuatro años, los de Philadelphia están preparados para darle la razón. La estrella: James Bell. En un equipo verdaderamente sin una estrella, Bell se erigió esta campaña como el jugador más sorprendente. No os perdáis a...: JayVaughn Pinkston. Capaz de lo mejor y lo peor, nunca sabes lo que te espera.

#3 IOWA STATE CYCLONES

(26-7, 11-7 Big 12) Ames, Iowa

Luis Argeo. No mucha gente creía allá por octubre que Fred Hoiberg fuera capaz de

repetir el éxito de la temporada anterior tras la marcha de sus mejores anotadores y su

reemplazo con jugadores JUCO o novatos. Entiéndase por éxito aquellos meritorios

resultados: 11-7 de conferencia, semifinales de torneo Big 12 y pasar una ronda del

baile contra un rival con mejor seed. Pero Hoiberg ha demostrado que es un tipo que


sabe lo que hace entre universitarios. Este año, con el viento en contra, sus chicos han

conseguido igualar el récord de 11-7, terminando terceros en una Big 12 mucho más

dura cada año, para luego alcanzar la final del torneo de conferencia y ganarla como

cualquier equipo serio y respetable de la tabla nacional. La última vez que los

Cyclones habían conseguido el título del torneo, las Torres Gemelas seguían en pie

(año 2000)

Para semejante éxito, “The Mayor” Hoiberg ha sabido diseñar un equipo con precisión

de relojero suizo, algo que puede llevarles por tercer año consecutivo a vencer en esa

segunda ronda del baile, y quizá, con cuerda para rato, seguir tumbando nuevas

parejas. Los puntales de la anotación han ido cumpliendo tal y como se había previsto

en pretemporada. Los senior Melvin Ejim (nombrado Jugador del Año en la Big 12) y

DeAndre Kane (transfer desde Marshall) han dado una lección de entrega, trabajo y

constancia a sus compañeros más jóvenes. Casi nunca fallan en ataque. Ejim llegó a

los 18.4 puntos y 8.7 rebotes por partido (a TCU les endosó 48 puntos él solo, con un

20 de 24 en tiros). Kane supera los 16 puntos de media, pero además es un destacado

distribuidor, y con sus 5.8 asistencias ha abierto la puerta de par en par al juego

ofensivo colectivo. Los Cyclones terminaron la temporada como equipo más pasador

de la Division I (18.7).

Al poder anotador de los veteranos se une la facilidad con la que el forward

sophomore Georges Niang ve el aro, como ya demostró en su año novato. Su

atrevimiento dentro y fuera del arco de tres, al poste bajo, o jugando pick and rolls

contribuyó en la victoria de encuentros decisivos, como los dos últimos de temporada

regular contra Oklahoma State (prórroga incluida) y Kansas State. En el torneo de

conferencia, sus fans le vieron sudar y hasta sangrar por la victoria ante Kansas. En el

partido de la final, frente a Baylor, cerró el partido (13 puntos) con dos importantes

tiros libres y una canasta que volvió locos a sus seguidores en las grandas.

Este título del Big 12 Tournament ha servido para confirmar que los Cyclones son un

equipo que podría dar guerra en el baile cuando se vea emparejado con equipos a

priori más poderosos. Ya en semifinales se enfrentaron a Kansas planteando un juego

rápido y alegre, más una defensa de ayudas molesta con la que aplacaron la batería

anotadora de los Jayhawks. El duelo de canadienses (Wiggins vs. Ejim) se decantó del

lado del veterano, no en puntos (19 frente a los 22 del jayhawk), pero sí en

sensaciones de cara a lo que se avecina. Los de Iowa pasaron a la final del torneo de

conferencia con una gran dosis de confianza tras batir a Kansas. Esa dosis no ha

hecho más que crecer tras proclamarse campeones.

Ahora, los sorteos les han enmarcado en la Región East, con un seed # 3. Deberían

ganar sin excesivos problemas a NC Central y esperar a una North Carolina más

ladradora que mordedora. Ganando a los Tar Heels, todo lo demás a partir del Sweet

16 sería ya un éxito.

El juego alegre y casi sin fallos de estos Cyclones es muy agradable de ver. Si

consiguen controlar el ritmo del juego, resistiendo los envites anotadores de sus

rivales, pueden llegar con opciones de victoria a cualquier final de partido.


La estrella: Melvin Ejim. El jugador del año en la Big 12 es un todoterreno

experimentado. Tras cuatro años de programa, al alero canadiense le ha llegado la

hora de que se despida del basket colegial por todo lo alto. Tendrá varias

oportunidades para ello.

No perdáis de vista a: DeAndre Kane. Combo-guard de gran versatilidad. Sabe

crearse sus tiros y ordenar el juego en ataque para sus compañeros. De su acierto

dependerá que los Cyclones avancen en el Tournament. Último año para exhibirse.

#4 MICHIGAN STATE SPARTANS

(26-8, 12-6 Big Ten) Lansing, Michigan

Josemi Diz. Temporada de contrastes en East Lansing. Al comienzo del curso, los de

Tom Izzo partían en el ‘Top 3’ de la mayoría de rankings y como uno de los claros

favoritos al título. Cuatro meses y ocho derrotas después, unidas a las lesiones de sus

mejores jugadores, hacían que más de uno se olvidase de ellos. Hasta que este

pasado fin de semana, con la plantilla ya al completo, se han paseado en el ‘Big Ten

Tournament’, ganando sin excesivos problemas el torneo. Lo cual ha traído como

consecuencia, que otra vez se vuelva a hablar de ellos como uno de los claros

favoritos al título. El propio Tom Izzo se ha encargado de bajar la euforia diciendo “ni

antes éramos tan malos, ni ahora somos los Globetrotters”.

La realidad es que estamos ante un equipo difícil de evaluar, debido a los problemas

físicos que han tenido durante toda la campaña. Adreian Payne se perdió 10 partidos,

Branden Dawson 13 y el dúo Harris, Appling, seis cada uno. Demasiadas ausencias

como para intentar ganar una conferencia tan dura como la ‘Big Ten’, a pesar de partir

como claros favoritos. Todo sea dicho, perder en el Breslin Center contra Illinois o

Nebraska, a pesar de las bajas, no es excusa.

Parece difícil que un equipo sea capaz de ganar seis partidos seguidos y llevarse el

título, si ha sido incapaz de ganar dos seguidos desde enero, hasta el mencionado

anteriormente ‘Big Ten Tournament’. Si por algo se han caracterizado los equipos de

Izzo, es por su defensa y dominio del rebote, pero este equipo ha carecido de ello.

Pero volvemos a la pregunta del millón. Esa inconsistencia para ganar partidos con

continuidad, esa falta de defensa y rebote, ¿achacable a las lesiones o un problema

real?. En el Torneo saldremos de dudas.

Lesiones o no, lo que si hemos podido ver durante el curso, es que ofensivamente, si

este no es el equipo más talentoso de la era Izzo en East Lansing, no debe andar muy

lejos. La facilidad para anotar de este grupo es excelsa. Appling, Harris, Dawson,

Payne, Valentine e incluso Trice, son jugadores con facilidad para anotar en dobles

dígitos. Buena suerte a la hora de intentar defenderles. Incluso Kenny Kaminski

saliendo desde el banco es un arma peligrosa, con su 47% en tiros de tres.


Como viene siendo habitual, Izzo volvió a preparar un calendario exigente para tener

listos a sus chicos en marzo. El duelo ante Kentucky, con victoria espartana, ponía

cara a cara a los que muchos pensaban hace unos meses, eran los mejores equipos

de la NCAA. También hubo buenas victorias ante Oklahoma y Texas. Aunque se

perdió ante North Carolina en East Lansing y ante una venida a menos Georgetown en

el Madison Square Garden. Dichos encuentros, unidos a la dura ‘Big Ten’, hacen que

a nivel competitivo, los Spartans estén más que listos para enfrentarse y batallar ante

cualquiera en marzo.

Cuando comenzó la temporada, Izzo partía con Appling, Harris, Dawson, Payne y

Costello. El bajo rendimiento de éste último, unido a la progresión y gran nivel

mostrado por Valentine, han provocado ese cambio, que le ha dado buenos resultados

tras lo visto este pasado fin de semana en Indianapolis.

Por intentar sacar algo positivo de la cantidad de lesiones sufridas durante el curso, es

el paso al frente que dieron jugadores como Trice o Valentine, aparte de la aportación

de Kaminski o de los novatos Ellis III y Schilling en momentos puntuales.

Estamos ante un equipo, que si no vuelve a sufrir ningún percance en forma de lesión

en alguno de sus jugadores importantes, por talento debe estar en la Final Four, a

pesar de partir como cabeza de serie número cuatro en la región Este. Y es que Izzo

dispone de un quinteto titular NBA. Gary Harris y Adreian Payne seguramente saldrán

en la primera ronda del próximo Draft, con Keith Appling y Branden Dawson en

segunda. El tiempo dirá dónde saldrá Valentine.

La estrella: Gary Harris. Este equipo dispone de talento a raudales, pero Harris es sin

duda el mayor de todos. A pesar que sus porcentajes han bajado este año, es un

jugador difícil de defender, debido a su gran uno contra uno. Puede anotar de tres con

facilidad o atacar el aro sin problemas. Muy buen defensor, ha promediado dos robos

por partido esta campaña, gracias a su rapidez de manos.

No perdáis de vista a: Branden Dawson. Aunque Harris, Payne e incluso Appling,

tengan más talento que él, es la clave y el que marcará hasta dónde llegue este

equipo. Con Dawson en forma, los Spartans dominan el rebote y los partidos. Puede

jugar de 3 y 4. Saca ventajas en las dos, ya que es muy difícil de parar por su físico y

movilidad.

#5 CINCINNATI BEARCATS

(27-6, 15-3 American) Cincinnati, Ohio

Iván Ortiz. La fórmula de Cincinnati no es demasiado complicada, pero es una fórmula

y está claro que cuando apenas pierdes seis partidos en todo el año, no puedes

discutir que esté mal. La fórmula del éxito reside en crear buenas situaciones

ofensivas para Sean Kilpatrick. Ya se encargara de conseguir que acabe entrando


dentro del aro. Más de veinte puntos por partido le avalan y le hacen merecedor de tan

magno reconocimiento dentro del ataque del equipo.

El problema es que tampoco aparecen muchas más opciones anotadoras además de

la que hemos mencionado. Justin Jackson es un interesante alero que va aportando

sus cosas, Titus Rubles se encarga de ir recogiendo y peleando en las cercanías del

aro para buscar todas esas opciones secundarias tan importantes, y completan

Shaquille Thomas para ayudar más a que Kilpatrick anote y Ge'Lawn Guyn para

bueno, para sacar a cinco y que el partido pueda empezar.

Profundidad hay, porque luego Jermaine Sanders es un buen alero que puede abrir el

campo e intentar tiros desde la línea de tres puntos, apartado en el que son un poco

tímidos, a excepción claro de Sean Kilpatrick. De los 573 tiros de tres puntos que han

probado en todo el año, 261 los ha ejecutado Kilpatrick. 92 cada uno han probado

Sanders y Guyn. Luego por fuera está Troy Caupain que da rotación a los hombres de

fuera. Bueno, le da rotación a Guyn y permite que Kilpatrick pueda cambiar de

compañero. Kevin Johnson, también de primer año como Caupain, va teniendo sus

opciones también por fuera, es decir, que hay unos 8/9 hombres que van teniendo

opciones, pero en realidad no es una profundidad que aporte un grueso muy

importante, sino que va más destinada a mantener al quinteto y que puedan coger aire

para seguir rindiendo bien.

Poca profundidad útil y un sistema con pocas opciones ofensivas. Planteado de esta

forma puede parecer que Cincinnati ha entrado casi de rebote, y no es así para nada.

El punto favorable es que Kilpatrick es una opción anotadora muy buena, excelente,

que si no tiene forma fácil de anotar, ya se buscará la vida para que lo parezca y

conseguir su objetivo. Trabajan todos juntos y son un bloque muy sólido, y es un caso

que no se suele dar pero tienen más hombres con tendencia a irse dentro que para

fuera. Mientras el mundo del baloncesto universitario va tendiendo a abrirse cada vez

más, a poner hasta cuatro por fuera y un solo hombre, perdido y desamparado, por

dentro, ellos plantean a dos por fuera y tres con más ganas de irse hacia dentro al

contacto físico y las cercanías del aro. Y ante eso muchos equipos no tienen

respuesta. Es ahí donde pueden sacar real beneficio los Bearcats, en tener un

esquema que dista de lo que muchos rivales proponen.

Tienen un bloque sólido que tiene bien asumido lo que tiene que hacer. Dependen

mucho de que Sean Kilpatrick esté bien, pero suele estarlo casi siempre, y no sería

para nada raro que sacase una versión mucho más buena en este Madness,

aprovechando que entran en una muy buena situación y en buena forma. El bloque

está bien trabajado para jugar en consonancia con el plan establecido, y los

componentes tienen muy bien asumidas sus funciones y conforman un grupo muy

fuerte mentalmente y con pocas fisuras.

LA ESTRELLA: Sean Kilpatrick – Es la referencia principal del ataque de los

Bearcats y su acierto dictamina en un porcentaje decisivo el resultado final del equipo.

Existe muy buena sintonía en torno a su figura, pues todos trabajan para que Kilpatrick

pueda anotar bien, a lo que suele contestar con agradecimiento y muy buenos


números. Cuando el equipo ha logrado tener tan buenos resultados confiando en su

acierto, es que talento existe para dar y regalar. Ahora toca confirmarlo y que la

presión no pueda.

NO PERDÁIS DE VISTA A: Justin Jackson – Es el hombre que puede ayudar un

poco más a Kilpatrick en la anotación, y es interesante comprobar los resultados

estadísticos que ha obtenido desde una posición secundario. Alero que puede ir

sumando mientras los demás están más pendientes de otra figura. Tiene una

interesante capacidad para aportar bien en cualquier punto de la pista, y jugadores de

este perfil son los que maximizan el bloque en torno a una figura y lo hacen candidato

a grandes logros.

#6 NORTH CAROLINA TAR HEELS

(23-9, 13-5 ACC) Chapel Hill, North Carolina

Iván Ortiz. De menos a más. Capaces de lo más bueno y de lo más malo. North

Carolina no ha sido capaz de encontrar un punto intermedio en esta temporada,

aunque sí fueron capaces de encontrar un rendimiento óptimo a tiempo en la ACC

para estar en el tren superior durante buena parte de la temporada. Porque las cosas

no empezaron nada bien para ellos. Tratemos de hacer un resumen.

North Carolina fue durante el non-conference capaz de vencer a Michigan State,

Louisville y Kentucky para al mismo tiempo olvidarse de cómo hacer las cosas bien

ante Belmont y UAB. Perdieron ante una todavía en formación Texas para al día

siguiente sufrir ante Davidson y recurrir a una prórroga para ganar. Todo esto sin

empezar todavía la ACC. La empezaron, y perdieron los tres primeros partidos. Mala

señal. Vencieron a Boston College y volvieron a perder ante Virginia. Desde ese punto,

en el que North Carolina se veía con un 1-4, vencieron doce partidos consecutivos y

solo Duke en su campo, en el último partido, fue capaz de romper la racha. Las dudas

parecían ya pasadas, North Carolina podía pasar buenos o malos momentos pero

tenía capacidad para sacar victoria. No la saco ante una Pittsburgh que le anuló en el

apartado ofensivo y se quedaron fuera del ACC Championship a las primeras de

cambio.

Y esta ha sido la versión reducida del año. Un año en el que se esperaba de nuevo a

James Michael McAdoo y sí es cierto que ha estado, que ha formado parte del grupo,

que incluso ha mostrado que tiene muchísima clase y unos recursos más que

interesantes, pero no ha sido ese hombre referencia y esa estrella que todos

esperaban. Un año en el que tuvieron que sobrevivir a la salida de P.J.Hairston y a

toda la polémica surgida a su alrededor, que salpicó también a Leslie McDonald y se

perdió el inicio de temporada. El que ha dado un paso más que interesante

aprovechando todos los factores ha sido Marcus Paige, que con la presencia de Nate

Britt a su lado para subir el balón, ha aparecido como una muy buena referencia

anotadora al no estar P.J Hairston como “2”. Tiene que mejorar mucho todavía su


selección de tiro, y ganar un poco de regularidad, pero desprende un aroma de clase y

talento que es imposible no apreciar, y hay que valorar por obligación. Roy Williams ha

contado con una variedad interior que le permitía adaptarse a cualquier rival. Brice

Johnson aportaba la envergadura y Kennedy Meeks la fuerza y la presencia. Joel

James ha sido el tercero en discordia y incluso se optaba en ocasiones por sacar a

Jackson Simmons a pista para que hiciese trabajo en la pintura.

Un capítulo aparte merece J.P.Tokoto. Despierta sensaciones muy opuestas a cada

uno de los aficionados. Tiene un físico privilegiado, le gusta acabar fuerte a canasta y

es todo intensidad y molestia en defensa, además de ser una pieza muy versátil en

diferentes sistemas defensivos. Por el contrario, su mecánica de tiro es un dolor, su

porcentaje de tiros libres es muy irregular, y su manejo del balón es muy mejorable.

Pero se ha ganado con todo un puesto en el equipo de Roy Williams.

Con el año que han tenido y la irregularidad de muchas de sus piezas, apostar por

North Carolina es jugar con mucho fuego. Pueden mostrar su modo más arrollador y

llegar hasta el final, que pueden tardar veinte minutos en aparecer y cuando se den

cuenta han perdido el partido y su rival no le deja entrar en el encuentro. Puede

aparecer McAdoo en el partido y sumar más desde dentro con Marcus Paige por fuera,

que puede desaparecer del partido y no dar noticias de aparición. Si ya es difícil

apostar en esta competición, las cosas se complican cuando hay que apostar por

North Carolina. Pero talento, dentro del grupo, hay muchísimo. Y el que queda por

aparecer. Sólo les falta un punto de regularidad, de estabilidad, que bien es cierto que

este año ha sido difícil por muchos motivos que no entran en el plano deportivo, pero

si lo consiguen, es un nombre que siempre hay que tener muy presente para cualquier

cosa, sin importar números, posiciones ni registros. Lo llevan en el nombre y lucharán.

LA ESTRELLA: Marcus Paige – Se buscaba al nuevo Kendall Marshall y se ha

encontrado un perfil diferente pero igual de interesante. Nate Britt se ha quedado con

más parte de la dirección y cuando están los dos en pista, Paige se abre hacia el

exterior y busca anotar. Sigue teniendo buenas maneras para pasar a la contra, es

rápido y se suma siempre que puede, pero se ha mostrado como un anotador al que

controlar muy de cerca en cada partido.

NO PERDÁIS DE VISTA A: Brice Johnson – Es un hombre que a simple vista puede

parecer frágil, indefenso y a merced de los rigores de un juego interior, pero es más

duro de lo que la apariencia muestra, y tiene una excelente capacidad para anotar tras

recibir un contacto. Buen rebotador ofensivo, tiene envergadura para aprovechar las

segundas opciones y es un baluarte muy apreciado para el equipo.


#7 CONNECTICUT HUSKIES

(26-8, 12-6 American) Storrs, Connecticut

Iván Ortiz. Admirable el trabajo que está haciendo Kevin Ollie para levantar un

programa que no acabó de la manera más elegante uno de los periodos más exitoso

de toda su historia. Tras mantener la moral y el rendimiento con la sanción, ahora

regresan al lugar que les toca con argumentos para ser una de las piezas más

sorprendentes de todo el evento.

Forman parte de una AAC que todavía está ganándose un puesto en el panorama,

pero que cuenta con muy buenos conjuntos. Por si todo lo que ha conllevado el

proceso de cambio en Connecticut fuese poco, Ollie se las ha visto y deseado para

conseguir un bloque sólido y con cierta estabilidad, algo que ha conseguido pero con

el que todavía hay que seguir trabajando para que todos rindan al máximo.

Una buena actuación sería el colofón perfecto para una excelente temporada de

Shabazz Napier, que se despide este año de los Huskies. Se esperaba que con Ryan

Boatright formase uno de los dúos exteriores más letales y ofensivos de toda la

nación, pero la temporada de Boatright ha sido un poco tímida y falta de acierto.

Debería asumir en el próximo año el hueco que libera Napier, pero tiene que dar un

paso adelante muy grande si quiere ir recuperando un terreno que de momento está

perdiendo.

Ollie ha formado un equipo con múltiples opciones ofensivas, no limitándose a un

Napier que suele estar bastante controlado. DeAndre Daniels es un luchador para la

causa y un hombre que puede anotar cerca del aro con mucha regularidad, entrando

desde fuera y causando desajustes desde esa posición. Muy interesante ha sido el

crecimiento de Niels Giffey, el alemán que abierto para el tiro, moviéndose de manera

sensacional sin balón y leyendo de manera inteligente las defensas rivales, ha tenido

momentos muy buenos con gran acierto. No solo Ollie ha obtenido una buena versión

de Giffey, sino que ha empezado a moldear a un prometedor Amida Brimah, que si da

los pasos necesarios y sigue una buena evolución, puede ser una pieza interior muy a

tener en cuenta. Altura, envergadura y físico todo en uno para un diamante en bruto

que se pule en Connecticut. Veteranía ha aportado un Lasan Kromah que ha llegado a

Connecticut con el objetivo de trabajar por y para el equipo en todo lo necesario, un

hombre de los que todo entrenador quiere tener.

Con la misma clase se van formando otros talentos como Phillip Nolan en el interior y

el anotador Omar Calhoun en el exterior. Dos hombres que apuntan a heredar el

legado de los Huskies y a hacer que el programa se vaya manteniendo en el puesto

que se merece por historia y por calidad. Muy interesante la evolución de Calhoun y la

seriedad con la que Nolan ha asumido en muchas ocasiones la titularidad, trabajando

para el equipo.


Todo ello con una aportación menor de Tyler Olander, que fue suspendido durante una

semana por conducir bajo los efectos del alcohol. Olander con problemas, Enosch

Wolf expulsado tras tener una fuerte discusión con su pareja e iniciarse un cruce de

rumores y de artículos que no favorecían al alemán, y todo ello en el entorno de un

grupo que se volvía a levantar tras superar una sanción dura. Ha sido una lástima no

contar bien con Olander, pues es un jugador que su lucha y su trabajo en la pintura,

aunque tosco, siempre se agradecía, y acababa duro todas las acciones cerca del aro,

pero entre Daniels de fuera hacia dentro, y la rotación de Nolan y Brimah como

hombres altos, han cubierto bien el espacio liberado.

Kevin Ollie está haciendo un excelente trabajo que debe confirmar ahora en Marzo. Es

un equipo que no está testado en estos ambientes todavía, y sí es cierto que tiene

trabajo por delante y muchas cosas que podrían ser todavía mucho mejor. Pero está

en el buen camino y no merece otra cosa que buena suerte y muchos éxitos. No solo

Ollie sino un grupo que ha hecho lo más difícil, y ahora debe demostrar que merece

ser reconocido por lo que son, por un grupo con talento y con un futuro brillante por

delante. Calidad para hacerlo bien, tienen de sobra.

LA ESTRELLA: Shabazz Napier - El director y líder de Connecticut está ante su

última oportunidad en los Huskies. Su nombre ya quedará grabado en la retina de los

aficionados y en los libros de historia del programa, pero no hay sensación mejor que

acabar el periplo universitario con una buena actuación en Marzo. Napier es un

exterior con estilo, con una capacidad para anotar de cualquier manera y ha ido

desarrollando una visión de juego muy buena que permite a hombres como Giffey,

Kromah o Calhoun anotar si se mueven bien y interpretan los huecos rivales.

NO PERDÁIS DE VISTA A: Ryan Boatright - No ha tenido el año que todos

esperaban, y se ha mostrado en ocasiones poco atrevido y cuando lo ha hecho, no ha

escogido ni mucho menos la opción correcta para intentar anotar, pero tiene una

calidad ofensiva que no se puede negar, y en un despiste puede colarse y empezar

una racha de puntos que puede ser muy difícil parar. Si se une bien con Napier, hacen

de Connecticut un equipo imparable en ataque. Pero se ha de unir bien.

#8 MEMPHIS TIGERS

(23-9, 12-6 American) Memphis, Tennessee

Iván Ortiz. Han sobrevivido con buenos números a un cambio que muchos

pronosticaban como más traumático de lo que ha acabado siendo. Josh Pastner ha

mantenido una línea modesta tras también unos años un poco raros e inestables para

tratar de dotar al equipo de una solidez alejada de los grandes focos pero con los

objetivos muy claros. Es uno de esos equipos que gusta al aficionado por su estilo, por

su intensidad y por su manera de jugar, por lo que esperemos que sigan haciéndolo, al

menos durante unos partidos más.


Es un equipo que se mueve muy cómodo en ataque y al que le gusta ser ofensivo, irse

a grandes números de anotación, no en vano promedian 77,6 puntos por partido,

ocupando el puesto 35 de toda la nación. Además, son el cuarto equipo que más

asistencias da por partido, con 17,4 y el vigesimotercero con mejor porcentaje de tiro,

con un 47,9%. Buenos argumentos para hablar del juego ofensivo de Memphis,

aunque en defensa las cosas son también al mismo estilo, con números elevados pero

en puntos recibidos. Quien algo quiere, algo le cuesta que dirían.

Empezando por la dirección de Joe Jackson, cuenta a su lado con una legión de

exteriores que en cualquier momento pueden hacer daño al rival. Michael Dixon Jr. es

uno de los más importantes y un jugador que en un momento dado puede tomar una

buena racha de anotación sin apenas darte cuenta. Geron Johnson sabe acabar duro

a canasta y Chris Crawford es un muy buen trabajador y también con buenas nociones

ofensivas, incluso con un juego más abierto desde fuera. Entre los cuatro se van

intercambiando las tres posiciones que están disponibles por fuera.

Por dentro van un poco más escasos, y no porque no tengan opciones, pues contaban

con un Kuran Iverson que al final entre unas cosas y otras no ha tenido el impacto que

esperaban. Shaq Goodwin y Austin Nichols han rendido muy bien, Dominic Woodson

todavía no ha entrado con regularidad, y si tocaba pelear un poco más por dentro se

solía recurrir a David Pellom, pues Nick King solía andar más de fuera hacia dentro.

Debe ser vital que se mantengan alejados de las faltas. Por este motivo en más de

una ocasión, Josh Pastner opta por cuatro abiertos y un solo hombre dentro,

escogiendo entre Goodwin y Nichols, y dejando a uno con más movilidad entrando y

saliendo, pero parte del éxito del estilo de Memphis es esa velocidad que puede

quedar patente con cuatro hombres rápidos y anotadores por fuera y un hombre

dentro que trabaje para desgastar. Jackson, Dixon, Johnson y Crawford son un

cuarteto muy bueno que con Goodwin/Nichols se pueden adaptar muy bien.

Interesante dualidad la que ofrece aquí Memphis y una variante más al juego interior

clásico que tanto se estilaba con anterioridad.

Se han adaptado muy bien a actuar de manera regular ante rivales de más entidad a

la que estaban acostumbrados en años anteriores, así que no hay motivo para pensar

que no puedan seguir ofreciendo ahora un buen rendimiento. Es más, que pregunten a

Louisville como se les puede ganar, porque no han sido capaces en los dos

enfrentamientos. Ni en casa ni fuera pudieron con ellos. Florida apenas les pudo ganar

por dos puntos y en una de las dos ocasiones que se enfrentaron, vencieron a

Oklahoma State. El caso es que suelen ofrecer versiones un poco distintas en según

qué partido, y ahora no hay momento para la duda, solo hay que ofrecer la buena,

pero Memphis tiene calidad más que de sobra para ofrecer un rendimiento excelente.

Y si les da por anotar como saben, harán disfrutar mucho a los aficionados.

LA ESTRELLA: Joe Jackson - El exterior clásico americano que tanto hace disfrutar

con sus buenas acciones ofensivas pero que tan nervioso puede poner en ocasiones

con sus dudosas decisiones. Jackson es talento para lo bueno y para lo malo, aunque

se va viendo a un hombre con más conocimiento de causa y interpretación de juego.


Ha mantenido un buen nivel a pesar del cambio de nivel y se mantiene como la

principal referencia en ataque de los Tigers.

NO PERDÁIS DE VISTA A: Shaq Goodwin - Tiene un físico espectacular y es una

figura de desequilibrio en la pintura tanto para atacar como para defender. Si consigue

no caer en problemas de faltas, es un hombre que puede decantar un partido para

Memphis. Intimida, cuando recibe en ataque no le importa cuántos tenga delante si

tiene el objetivo de anotar, y se ha conseguido combinar muy bien con Austin Nichols

para formar un juego interior de corte clásico pero sólido y con calidad.

#9 GEORGE WASHINGTON COLONIALS

(24-8, 11-5 Atlantic 10) Washington D.C.

Jorge Díez. Los Colonials son un equipo que ha tenido varias presencias en el

Madness pero todas ellas concentradas en períodos de éxito (1993-99 y 2005-07).

Ahora vuelven a bailar y esperan que sea el inicio de otro de esos períodos de triunfos.

Para ello cuentan con una interesante mezcla de senior americanos y de

underclassmen internacionales que les han llevado a protagonizar una muy buena

campaña y obtener un seed 9 que les enfrentará a Memphis, un equipo muy a su

alcance.

George Washington es un equipo equilibrado, con una buena predisposición tanto

ofensiva como defensiva que les ha llevado a una muy buena campaña. Solo

cosecharon dos derrotas en su calendario de fuera de conferencia y ambas fueron

contra Marquette, por entonces en el ranking, y Kansas State, que se ha clasificado

para el Baile. A cambio lograron derrotar a Maryland, Creighton, Georgia y Miami(FL)

demostrando potencial ante equipos de las major, aunque fueran equipos medios. Ya

en su conferencia nada pudieron hacer ante equipos y defensas superiores como

Saint Louis y VCU pero obtuvieron un muy buen tercer lugar en una cargada Atlantic

10.

Si todo esto ha sido posible seguramente ha sido gracias a un nombre: Maurice Creek,

un jugador con talento de major pero al que las circunstancias le han llevado a los

Colonials. En origen fue un muy prometedor recruit de Indiana, pero al final de su

primer año comenzó con un calvario de lesiones y operaciones durante dos años que

le impidieron volver a rendir a su nivel en un equipo además ya muy competitivo para

readaptar un jugador. Es por eso que decidió pedir el transfer en su último año y

desembarcar en George Washington donde ha vuelto a recuperar sensaciones y

vuelve a ser ese buen producto ofensivo que siempre fue. Es un escolta con un muy

buen lanzamiento exterior y de media distancia al que las lesiones le han restado

posibilidades en otras parcelas del juego, pero no talento.

Aunque el talento de Creek es diferencial para GW, no está solo. Junto a él en el

backcourt está el base Joe McDonald, un jugador intenso capaz de ir hacia el aro y

distribuir el balón de forma correcta, aunque no es tan importante esta labor por el tipo


de juego de los Colonials. Completa el juego exterior Kethan Savage, un sopho que

venía siendo el segundo máximo anotador del equipo pero que se rompió el pie en

enero y ha estado fuera desde entonces. Volvió para jugar un minuto ante VCU en el

último partido que disputaron, y su participación al nivel adecuado en el Baile es más

que dudosa. Sin él en pista quien ha asumido más minutos configurando un equipo

más clásico es Patricio Garino. El argentino es un alero de buena defensa y también

importante en ataque donde puede salir a lanzar ocasionalmente pero también jugar

dentro.

Importante es también el juego interior donde GW cuenta con una muy buena pareja

para un equipo de su nivel. Isaiah Armwood es un jugador físico, buen reboteador, que

puede anotar cerca del aro pero también lanzar de media distancia; un perfil similar al

que tiene el danés Kevin Larsen. Ambos son dos jugadores con decentes capacidades

de pase, así que no solo son importantes recibiendo el balón al poste para anotar sino

también para entregarlo desde ahí a los exteriores que se mueven mucho sin balón.

Sin Savage, el banquillo se ha visto debilitado por la promoción de Garino a titular, por

lo que solo cuentan con dos elementos: el serbio Nemanja Mikic, único tirador

realmente fiable más allá de Creek (aunque cuentan con un freshman portorriqueño,

Miguel Cartagena, que también es un gran lanzador si fuera necesaria su participación

pero apenas dispone de minutos) y John Kopriva como recambio interior.

Los Colonials son un buen equipo aún sin la participación de Savage y pueden

sorprender a muchos sin tener el nombre de otros conjuntos. Será difícil que Memphis

les saque del partido porque son fiables tanto en ataque como en defensa, pero si

quieren avanzar ronda necesitarán de un Armwood poderoso en la pintura y del talento

de Creek convirtiendo puntos.

La estrella…Maurice Creek. Un jugador que en principio estaba destinado a la NBA y

que solo las lesiones ha hecho que aún le disfruten en los Colonials. Su certero tiro y

su talento de un nivel superior puede ser la clave de que el ataque de GW funcione.

No os perdáis a…Isaiah Armwood. Un interior físicamente poderoso, buen

reboteador, pero que a pesar de su aspecto es también un buen jugador ofensivo. Le

necesitan implicado y acertado para poder dominar la pintura.

#10 SAINT JOSEPH'S HAWKS

(24-9, 11-5 Atlantic 10) Philadelphia, Pensilvania

Javier Rajo. Después de muchos fracasos a pesar de contar a menudo con buenas plantillas los Hawks regresan al baile por fin. Lo hacen por segunda vez en diez años, que son los que se cumplen esta campaña del equipo de Jameer Nelson que fue número 1 del país. Los de Philly consiguieron la victoria en el torneo de conferencia derrotando en la final a la favorita VCU, y acabaron con el mejor record propio en la A-10 desde el equipo de Nelson al llegar a las once victorias, aprovechándose claramente de las marchas de Temple, Xavier y Butler hacia otras conferencias. A


pesar del buen hacer del equipo en la A-10, habría que destacar que el equipo no tiene victorias de mérito contra conjuntos del resto de conferencias, los grandes partidos contra Villanova, Creighton y LSU se saldaron con derrotas. Chris Wilson es el base del equipo, siendo un jugador algo limitado que destaca por su buena capacidad defensiva y por ser un jugador que comete pocos errores con la pelota. Más de la mitad de sus tiros llegan desde la línea de tres puntos. A su lado se encuentra Langston Galloway, el máximo anotador del conjunto. A pesar de que el año pasado se esperaba un gran salto en su juego que lo convirtiese en uno de los mejores jugadores de la conferencia ha tenido que ser en su año senior cuando ha cogido el toro por los cuernos. Destaca sobre todo por su lanzamiento desde larga distancia y la línea de tiros libres, pasando a ser un jugador menos unidimensional ahora mejorando su juego con balón, capaz de anotar con más eficacia creándose el mismo su tiro. Su toma de decisiones en ocasiones no es la mejor, y su capacidad de pase es bastante limitada, centrándose casi únicamente en la anotación. El puesto de alero es para DeAndre Bembry, que fue nombrado el mejor freshman de la A-10 junto a E.C Matthews de Rhode Island. Bembry encajó de maravilla desde el principio, siendo un jugador bastante completo con un potente motor, que rebotea, defiende, corre la pista, puede pasar el balón y tira bien desde la larga distancia. Sin lugar a dudas es un jugador que habrá que tener muy en cuenta en el futuro cercano. El cuatro es Halil Kanacevic, otro jugador que al igual que Bembry destaca por ser muy completo. Anota, rebotea y asiste a un gran nivel, siendo capaz además de poner un tapón y medio por partido. Posiblemente sea el jugador clave del equipo por todo lo que es capaz de poner sobre la cancha. Le acompaña en la pintura Ronald Roberts Jr, un jugador super eficiente a la hora de anotar cerca del aro y que además posee una buena capacidad reboteadora. Sin lugar a dudas los Hawks presentan un quinteto titular de primer nivel aunque flojeen un poco en el puesto de base, siendo su gran problema su banquillo donde Papa Ndao, Daryus Quarles y Isaiah Miles son los jugadores que aportan minutos de descanso, siendo todos ellos muy limitados en cuanto a talento y nivel. La estrella: Langston Galloway El mejor anotador y tirador del conjunto. No os perdáis a...Halil Kanacevic. Nombre a tener muy en cuenta para un buen futuro en Europa.

#11 PROVIDENCE FRIARS

(23-11, 10-8 Big East) Providence, Rhode Island

Jorge Díez. En la época de las rotaciones largas y minutos repartidos para mantener

la frescura, los Friars parecen reivindicar un baloncesto más de los 80, con una

rotación comprimida (incluso para el baloncesto universitario) de solo 6 hombres. Un

dato escalofriante para refrendarlo: en los últimos 26 partidos, Bryce Cotton, su mejor

jugador, solo se ha perdido 14 minutos de juego y eso que han disputado incluso

varias prórrogas. Pero parece que la fórmula les ha funcionado y vuelven al Madness

después de 10 años con un seed 11 que les enfrentará a North Carolina.


Los Friars tuvieron un calendario sencillo (en el que cayeron contra sus tres únicos

rivales de entidad: Maryland, Kentucky y UMass) y en conferencia se mostraron muy

por debajo de Villanova y Creighton, las dominadoras de la misma; sin embargo

aprovecharon la debilidad de la Big East tras las salidas de prestigiosos programas y

se alzaron con el título que les daba billete directo.

Hablar de lo que tendrá en pista Providence no es complicado, porque como decíamos

son solo 6 los jugadores que cuentan con minutos (en parte porque Kris Dunn, exterior

de talento que sí contaba, se lesiono el hombro a principio de temporada). A pesar de

las limitaciones de efectivos, Providence es un equipo que cuenta con un buen perfil

físico, con muchos centímetros que poner en la pintura, incluso con un frontcourt

poderoso con 3 hombres por encima de 2,05. Con estas limitaciones de banquillo,

sobre todo en el exterior, será habitual ver a Providence intentar frenar el ritmo de

juego, con una defensa 2-3 que les proteja de las faltas y les permita aprovechar su

físico para dificultar la operatividad de la zona. De que su defensa funcione depende

gran parte del éxito del conjunto, porque en ataque son un equipo que necesita

aprovecharse de errores del rival para conseguir puntos en transición, pues en estático

no son un gran equipo.

Cuando se trata de jugar a media cancha, cuentan con jugadores interesantes e

intensos que pueden anotar dentro y fuera, pero el único anotador realmente

consistente es Bryce Cotton. Claro que no siempre es fácil cuando tienes que disputar

todos los minutos de juego y la fatiga conlleva malos tiros y decisiones. Es muy capaz

de irse hacia dentro aprovechando la movilidad de todo el equipo (y logrando forzar

muchas faltas para ir a la línea) pero también de decidir desde el exterior con

asiduidad. El inicio de sus movimientos para romper la defensa rival es el inicio de

gran parte del juego ofensivo de los Friars. Pero no está solo porque tanto Josh

Fortune como sobre todo LaDontae Henson son jugadores igual de capacitados para

amenazar dentro y fuera. Sobre todo un Henson que es el jugador más intenso del

equipo y que desde la posición de alero ayuda a los Friars en todas las facetas de

juego. Por dentro salen con Tyler Harris, un 4 que juega dentro y fuera (pudiendo salir

al triple a lanzar) y que juega de 3 con quintetos de tres altos, y Kadeem Batts, un

senior que aporta más presencia en la pintura que Harris. El único miembro del

banquillo que salta a cancha (en minutos limitados, 20 por partido) es Carson

Desrosiers. Es un 2,15 cm que les aporta mucha más presencia en la zona, sobre todo

en defensa donde es capaz de cambiar muchos tiros y que puede ser importante para

dificultar los puntos de los anotadores interiores de North Carolina.

No será sencillo que los Friars tengan una larga andadura en el torneo porque los

problemas de faltas y el cansancio son una amenaza en cada partido para ellos, sobre

todo si los sufre Cotton quien no tendrá fácil parar a Paige con estas limitaciones. Para

tener opciones necesitan imponer su físico en defensa y lograr muchos puntos fáciles

porque no son un gran equipo ofensivo a media pista. La otra opción es que Cotton y

Henson estén a un muy buen nivel, algo que pueden alcanzar, y lo logren mantener

durante los 40 minutos. Pero el peligro siempre está al acecho en cualquier percance,

sobre todo si lo sufre Cotton, que les dejaría descabezados.


La estrella…Bryce Cotton. Sin Dunn todas las opciones de Providence pasan por él,

tanto en anotación como en creación. El senior ha mejorado su juego en estos años en

los Friars y ahora es capaz de producir tanto con el balón en sus manos como jugando

sin él a través de bloqueos, pues su tiro sigue siendo su principal amenaza hacia el

rival.

No os perdáis a…LaDontae Henson. Porque es el escudero de Cotton y si él está

acertado van a tener una oportunidad. Aunque no tenga su mejor partido en ataque,

no va a dejar de intentar producir y ponerle intensidad a su juego; no en vano es el

máximo reboteador del equipo desde la posición de alero.

#12 HARVARD CRIMSON

(26-4, 13-1 Ivy League) Cambridge, Massachusetts

Jorge Díez. En nuestra guía del año pasado, Alejandro González destacaba como

estrella del conjunto a Tommy Amaker. Y no es para menos destacar al entrenador por

encima de los jugadores, pues Amaker ha construido un programa muy sólido en esta

prestigiosa institución académica. Este es el quinto año consecutivo por encima de las

20 victorias y el tercero que consiguen billete para bailar. Y como colofón, el primer

triunfo de Harvard en la historia del torneo NCAA sobre New Mexico en la primera

ronda del torneo pasado. Todo ello ha creado un halo entorno a Harvard esta

temporada, que se confirmó con sus derrotas ajustadas ante Colorado y Connecticut;

sus victorias ante mid major potentes como Green Bay o Vermont y su absoluto

dominio en la Ivy.

Esta consideración a un equipo de la Ivy (la liga de las universidades más prestigiosas

académicamente y única que otorga su plaza para el Madness mediante la liga

regular) no es habitual. Y esta basado en el éxito de la temporada pasada que fue

conseguido además sin dos de sus mejores jugadores (y capitanes), Brandyn Curry y

Kyle Casey, suspendidos por un escándalo académico que afectó a más de un

centenar de estudiantes de Harvard.

Con ellos de vuelta esta temporada, Harvard es un rival a tener en cuenta y un low

major que pocos equipos se querrían encontrar. Los Crimson cuentan con un núcleo

de 7 jugadores que son los que van a determinar el éxito o el fracaso de su Torneo;

siendo quizá el mejor de todos es Wesley Saunders, eje central del conjunto por ser no

solo el máximo anotador, sino también el jugador más decisivo a la hora de crear

ventajas. Harvard es un equipo que al no contar con centímetros en su pintura, vive de

situar abiertos a todos sus jugadores mientras genera cortes y bloqueos buscando la

mejor opción; aprovechándose de que cuenta con tres exteriores capaces de decidir

por sí mismos o encontrar a sus compañeros. Y en este papel es fundamental

Saunders, un jugador capaz de competir atléticamente en conferencias superiores y

que se va fácil a canasta provocando una primera ruptura defensiva que haga fluir el

juego. Su tiro exterior no ha mejorado lo suficiente, pero aún así sigue siendo un muy

buen jugador.


Junto a él hay dos bases capaces de llevar la manija y que juegan juntos en muchos

momentos del partido: Siyani Chambers, quien irrumpió con fuerza el año pasado, es

un buen tirador y distribuidor, siendo un jugador veloz y con hambre por la canasta;

mientras Brandyn Curry es un base quizá con algo más de talento para el pase, más

estético y pausado. Laurent Rivard, exclusivamente un tirador, es el otro jugador

exterior de importancia.

Por dentro, a pesar de la falta de centímetros cuentan con jugadores interesantes pero

incapaces de competir a un nivel superior. Kyle Casey es un cuatro con cierto talento

ofensivo que le permite incluso tirar de fuera, mientras Moundou-Missi es un jugador

importante, pues a pesar de su falta de altura tiene un cierto punto atlético (para ser un

jugador de la Ivy) que le permite paliarlo en parte. Es un jugador de mucha actividad

en ataque, poniendo bloqueos y moviéndose continuamente en la zona ofreciendo

unos segundos de referencia ofensiva en la pintura por si fuera factible el pase

mientras se pega con los interiores el resto del choque. En el banco cuentan con

Jonah Travis, un jugador muy bajo para desempeñar la posición incluso de 4, pero

fuerte y que sabe usar su cuerpo para alejar al defensor y ofrecer alternativas.

Echarán de menos a Kenyatta Smith, su mejor presencia en la pintura y que esta

temporada solo ha podido disputar 2 minutos debido a una lesión en el pie, que le tuvo

fuera los primeros 17 partidos y de la que recayó en su reaparición. Una baja que

pueden echar mucho en falta en el Torneo porque su presencia física se antojaba

importante para competir con equipos repletos de centímetros y talento.

La estrella...Wesley Saunders. Es además de un jugador de talento como otros

integrantes de Harvard, el de mejor perfil físico. Esto le ayuda en sus penetraciones

pero tiene que seguir trabajando su tiro si quiere ganarse un buen futuro profesional.

No os perdáis a...Siyani Chambers. Varios jugadores podrían entrar en esta

categoría, pero puestos a elegir, lo hacemos con el base sophomore que durante el

torneo puede tener una de esas explosiones anotadores que dinamiten la defensa

rival.

#13 DELAWARE FIGHTING BLUE HENS

(25-9, 14-2 Colonial Athletic Conference) Newark, Delaware

Jorge Díez. Lejos queda aquel equipo que Monte Ross empezó a dirigir hace 8

temporadas y que solo logró ganar 5 partidos. Hace 5 años también ganaron los Hens

apenas 7 partidos pero desde entonces temporada a temporada han ido aumentando

sus prestaciones. Es el quinto año consecutivo en el que mejoran su récord tanto

general como en la CAA y han obtenido así el premio del billete al Torneo tras derrotar

a William&Mary. Desde 1999 no lograban los Hens acceder al torneo, algo que solo

han hecho 5 veces (todas en la década de los 90).

Tiene mérito su temporada porque no solo han sido el mejor equipo de la Colonial,

sino que también han tenido un duro calendario fuera de conferencia que a pesar de


terminar con varias derrotas (Richmond, Villanova, Ohio State) ha permitido verles

compitiendo a muy buen nivel contra equipos que estarán en el Madness, lo que hace

pensar en que puedan ser una de las sorpresas del torneo.

Si esto es posible es gracias a su trío exterior, uno de los más potentes de todas las

low major y que en un buen partido puede poner contra las cuerdas a cualquier

conjunto. Esta preponderancia exterior se ha hecho más visible esta temporada tras la

graduación de Jamelle Hagins y la imposibilidad de contar con el recruit Zacharry

Douglas que ha pasado esta temporada en un prep. Ello ha dejado el juego interior en

manos de Carl Baptiste, un antiguo transfer de St. Joe's que en su temporada senior

ha logrado dar un paso adelante y establecerse como una cierta amenaza ofensiva.

En realidad Baptiste es un jugador pequeño y ancho, y aunque fue una canasta suya

la que dio el billete, no parece probable que pueda ser decisivo en ese aspecto, pero

seguirá aportando su trabajo dentro y rebote, que será importante ante equipos

superiores.

Pero volvamos al exterior porque ahí es donde los Hens van a dar que hablar. Aunque

mencionábamos antes el trío exterior, en realidad Delaware juega con 4 pequeños;

uno de ellos Usher como falso 4, mientras que Anderson, al que dejábamos fuera del

trío principal, es un prolífico tirador que se aprovecha de la atención que generan sus

compañeros. Los tres grandes nombres de este equipo están entre 18 y 20 puntos, lo

que asegura una capacidad ofensiva que les hace imprevisibles a un partido.

Es Jarvis Threatt quien lleva el timón del conjunto pero sin renunciar al ataque, pues

siendo el más flojo de los tres en el lanzamiento, es un buen penetrador y un jugador

capaz de crear sus opciones en dribbling y sacar faltas para ir a la línea. En general

los tres son capaces de hacerlo y ante la falta de referencias en la pintura, su juego se

basa mucho en lo que pueda crear cualquiera de los tres y en encontrar posiciones de

tiro. Devon Saddler es el escolta, otro muy buen penetrador y jugador que también

sabe leer la situación de los compañeros para asistirles. Es quizá la estrella del

conjunto, pues no en vano es el máximo anotador histórico de la universidad. Queda

Davon Usher, un alero usado de 4 y que es el mejor tirador de los 3, recien transferido

de Mississippi Valley State para su temporada senior y que ha terminado siendo

decisivo.

Threatt, Saddler y Usher están en 37 minutos por partido, lo que da una medida de la

falta de banquilla de la que adolecen los Blue Hens y que les puede costar caro en el

Madness debido a la intensidad requerida. Solo Pinkard, un tirador irregular, y Cazmon

Hayes cuentan con algunos minutos en el exterior, mientras que Marvin King-Davis es

la única alternativa por dentro, pero también falto de centímetros.

No ha sido un camino de rosas la temporada para Delaware, pues fuera de la cancha

han tenido que sufrir las suspensiones por un mes de Saddler, Threatt y King-Davis

por diversos asuntos; pero aún así se han sobrepuesto a base de puntos y ritmo alto,

por lo que serán un equipo divertido de ver en el Madness. Sus esperanzas están

puestas en la inspiración de sus mejores jugadores, pues en defensa no son un gran

equipo y si no consiguen anotar con fluidez van a sufrir mucho porque tampoco


pueden asegurar segundas oportunidades ni una anotación regular en el interior. Aún

así son un equipo experimentado y capaz de sobreponerse a las dificultades, pues no

parece que les vaya a temblar el pulso.

La estrella...Jarvis Threatt. Podía haber sido cualquiera de los tres dentro de su

tridente, pero elegimos al base por la capacidad que tiene de involucrar a sus

compañeros y porque en partidos de tensión, serán importantes sus visitas a la línea.

No os perdáis a...Davon Usher. Por ser el jugador más distinto de los 3 y además el

mejor lanzador, lo que puede dinamitar un partido, aunque ante Michigan State será

complicado.

#14 NORTH CAROLINA CENTRAL EAGLES

(28-5, 15-1 MEAC) Durham, North Carolina

Jorge Díez. Otro representante de North Carolina que alcanza el Torneo NCAA y este

además con la celebración de hacerlo por primera vez en la historia (pocas

oportunidades habían tenido de lograrlo, en 2011 fue cuando pasaron a Division I).

Pueden congratularse porque además su seed no ha sido malo para una primera

experiencia y aunque Iowa State es un equipo superior a ellos, pueden competir el

partido. Han llegado hasta aquí en una temporada irregular, pues a su valiosa victoria

fuera de casa ante North Carolina State le unieron algunas ante equipos realmente

pobres. Luego llegada la MEAC la dominaron sin problemas, quizá gracias a la

experiencia que les otorgaba su calendario (muy sencillo en general pero con algunos

equipos de nivel como Cincinnati, Wichita State, Maryland)

Si hay algo que destacar de este grupo son dos cosas: son el equipo más veterano de

todo el Madness, la experiencia siempre es valiosa en torneos así aunque ninguno se

haya visto a este nivel antes, y son un equipo con una buena defensa para competir

los partidos aunque Iowa State tiene suficiente talento técnico-físico para tirarla abajo.

A los Eagles les gusta jugar a pocos puntos, haciendo que su rival cometa errores y

nutrir así su ataque de canastas fáciles. De hecho, hay un dato clave para ellos: 70

parecen los puntos por debajo de los que dejar a sus rivales, pues sin prórrogas,

cuando un rival ha llegado a esta cifra solo han vencido una vez (ante Norfolk State,

justo 70 anotaron sus rivales). Y es que aunque su media de puntos se sitúe en los

70, está influenciada por la solvencia con la que han dominado su débil conferencia.

A pesar de esta media de puntos, en ataque están en manos de lo que Jeremy Ingram

sea capaz de conseguir. El escolta es un anotador de volumen, que asume muchos

tiros en el juego ofensivo de los Eagles, en parte porque él es el único jugador con

capacidad para anotar ante equipos importantes y en parte porque es su juego. Es

además junto a Reggie Groves el único lanzador exterior del equipo, lo que le

convierte todavía en más importante porque NCC es un equipo que sufre en esa

parcela y esto hace que los rivales se puedan cerrar sobre Copeland o Jawara, los

jugadores que deberían aportar presencia y puntos en la pintura. Así mismo, para que


este ataque funcione ante los Cyclones, necesitaran que Emmanuel Chapman, el

hombre para todo del conjunto y base del mismo, esté acertado y clarividente; y que

los otros dos anotadores del conjunto: Jordan Park y Alfonzo Houston aporten puntos

para evitar que toda la defensa se cierre sobre Ingram.

La verdad es que parece bastante complicado que los Eagles tengan alguna

oportunidad ante los Cyclones y aunque su experiencia es importante, solo un Ingram

a máximo rendimiento y un partido acertado de los demás, pueden hacer que North

Carolina Central haga valer su defensa y avance a la siguiente fase. Demasiados

interrogantes como para plantear un posible upset. Posible, pero no probable.

La estrella...Jeremy Ingram. Un buen tirador exterior pero un anotador que necesita

muchos tiros durante el partido. Será complicado que Iowa State le conceda buenas

posiciones, pero Ingram deberá estar acertado en primera ronda por el bien de los

Eagles.

No os perdáis a...Emmanuel Chapman. Por lo completo que es y por hacer un

trabajo más oscuro que el que realiza Ingram a través de puntos, merece Chapman

que se le preste atención también a él.

#15 MILWAUKEE PANTHERS

(21-13, 7-9 Horizon League) Milwaukee, Wisconsin

Iván Ortiz. Habían ganado apenas ocho partidos en total en todo el año anterior. Han

acabado en un modesto quinto puesto de la Horizon y incluso sin conseguir un registro

de victorias y derrotas positivo. Pero de alguna manera se las ingeniaron para eliminar

primero a Valparaíso, y luego a la máxima candidata Green Bay para acabar

imponiéndose ante Wright State. Vencieron a tres de los cuatro equipos que acabaron

con un registro positivo en la Horizon. Con el momento de forma que exhiben, no es

buena idea dudar de ellos.

Y todo ello con una rotación principal de cinco hombres. Hay más, por supuesto, pero

cuatro hombres disputan más de treinta minutos por partido, y tan solo Matt Tiby se

sale de esta línea, a pesar de ser en muchas ocasiones uno de los mencionados por el

entrenador Rob Jeter como importante dentro del esquema. Pero cuentan con un

esquema muy clásico en este caso. Jordan Aaron y Steve McWhorter son la línea

exterior, Austin Arians como alero clásico, y por dentro los trabajadores Kyle Kelm y

Matt Tiby. La ayuda con la que cuentan es la de J.J. Panoske por dentro, JeVon Lyle

por fuera y para todo lo que se preste, Malcolm Moore. Pero en muy pequeña

cantidad, pues Panoske apenas disputa diez minutos por encuentro, Moore unos trece

y Lyle no alcanza los diez, eso cuando entra en juego, que no lo hace siempre. Estilo

clásico y rotación corta, por lo que Milwaukee

Muchísimo mérito el de un equipo que a inicio de temporada ostentaba el dudoso

honor de ser el principal candidato a ocupar la última plaza, y que vio como tenía que


dejar fuera durante unos partidos a Jordan Aaron por violar la normativa del equipo.

No se vinieron abajo con nada y siguieron trabajando como un grupo, como una

familia, y la recompensa llega en forma de presencia en el Tournament.

Entran sin ninguna presión, con la sensación que ya han conseguido hacer una

temporada muy grande, muy por encima de lo que todos pensaban, pero puede estar

ahí la motivación para Milwaukee, la de demostrar que no se conforman y que quieren

seguir rompiendo pronósticos.

LA ESTRELLA: Jordan Aaron – Ha cometido fallos, y Milwaukee le necesita en su

mejor versión y centrado en el baloncesto para poder rendir. Quince puntos por partido

a pesar de todo y uno de los referentes morales de este equipo. Si Aaron tiene acierto,

el ataque va mucho mejor. Exterior clásico con movilidad y recursos para que el balón

acabe entrando en la canasta.

NO PERDÁIS DE VISTA A: Kyle Kelm – Durante los partidos de ausencia de Aaron y

cuando al equipo más le costaba anotar, Kelm tiraba del equipo y les mantenía activos

y en el partido. Aporta en todas las facetas del juego, no se arruga en ninguna

situación y su liderazgo y presencia han sido claves para que Milwaukee no se viniera

abajo esta temporada y mantuviese opciones de hacer algo bonito este año.

#16 COASTAL CAROLINA CHANTICLEERS

(21-12, 12-5, Big South) Conway, South Carolina

Lo mejor que se puede decir de Coastal Carolina es que cuentan con el apodo más

curioso de todo el baile. Hasta 1993 fueron una sede afiliada a la universidad de South

Carolina; por eso en 1960 decidieron cambiar su apodo de Trojans por uno más

emparentado con la matriz (los Gamecocks). Por ello eligieron el nombre del gallo

protagonista de un cuento (The Nun’s Priest Tale) de la conocida obra Canterbury

Tales (de hecho la mascota se llama Chauncey en honor al escritor de la obra).

Su conferencia ha estado muy igualada este año y para llegar hasta aquí los

Chanticleers se lograron hacer con el torneo de conferencia jugado en su propia casa,

a pesar de que fuera de la Big South terminaron con un record de 7-7, enfrentándose

únicamente a Louisiana-Lafayette de los equipos que están en el Madness. Será la

tercera vez que se vean en esta situación después de haberlo logrado en 1991 y 1993.

Son un equipo orientado al exterior pero que también cuenta con algunos centímetros

gracias a la presencia de 3 africanos en el interior que les permiten competir en ese

aspecto con Virginia, aunque son jugadores sin talento para hacer daño en la

anotación. Por tanto todo dependerá del acierto de sus exteriores, ya que los

Chanticleers son un equipo que juega rápido, con mucha decisión individual y mucho

tiro exterior. Los tres pequeños con los que juegan son tiradores que asumen muchos

tiros y cuyo juego libre puede hacer daño a un equipo serio y organizado como

Virginia, aunque una victoria se presenta como utópica.


Elijah Wilson, el máximo anotador, es probablemente el mejor jugador de Coastal

Carolina; pues siendo solo un freshman ya se ha situado a la altura de sus dos

compañeros exteriores. Uno es Josh Cameron, un base poco distribuidor y más

pendiente de lanzar triples, y el otro es Warren Gillis, un escolta que jugando de alero

se muestra como el jugador más completo del equipo y a pesar de ser peor lanzador,

es importante su labor a la hora de distribuir el balón, y liberar a Cameron de la tarea.

Los senegaleses Diagne (con tiro exterior) y El Hadji Ndieguene (pívot) son los

encargados de rebotear y anotar lo que les caiga por físico; mientras que también

puede jugar de 4 (siendo un alero) el camerunés Michel Enanga y el montenegrino

Uros Ljeskovic. Por fuera tienen a Eric Smith como base suplente y al jugador con

menos vocales en su apellido de la historia: Colton Ray-St.Cyr, jugador que más allá

de la curiosidad es el único recambio fiable entre los pequeños.

En definitiva un equipo con muy pocas opciones de victoria ante Virginia, pero que si

logra que sus tres pequeños se encuentren entonados el día del partido, pueden

dinamitar el choque y poner en problemas a los Cavaliers a base de ritmo veloz y tiros

abiertos.

La estrella…Elijah Wilson. Siendo un freshman ya ha sido uno de los mejores

jugadores de su conferencia, así que si progresa puede ser un nombre a tener en

cuenta en las low major. Buen anotador exterior, necesita calmarse ante Virginia y

estar acertado para que su equipo tenga una mínima opción.

No os perdáis a…Warren Gillis. Porque es el jugador un poco más distinto dentro de

las low major: ni es un anotador de 3 pequeño ni es un interior de cierto físico y

escasos centímetros. Su capacidad de pase puede hacer funcionar a Coastal Carolina

y la necesitan para encontrar canastas fáciles en la enmarañada defensa de Virginia.




#1 WICHITA STATE SHOCKERS

(34-0, 18-0 Missouri Valley Conference) Wichita, Kansas

Iván Ortiz. Poco queda por comentar a día de hoy sobre la campaña de Wichita State.

No han perdido un solo encuentro en todo el año, ni uno solo. Han pasado por buenos

momentos, han tenido que remontar partidos, han tenido que apretar los dientes ante

rivales los cuales ponían las cosas complicadas, pero dentro de toda esa vorágine y

en una competición tan abierta como esta, no han caído y entran en Marzo con un

brillante cero en su contador de derrotas.

Wichita State llevaba un tiempo dentro del punto de mira de los especialistas, pero el

año pasado confirmaron que su propuesta iba en serio y aspiraban a lo máximo, y no a

algún que otro susto disperso. El año ha sido bueno pero también ha tenido momentos

difíciles. Sí es cierto que su calendario non-conference fue un poco más modesto pero

a pesar de ello tienen en su bolsillo interesantes victorias ante BYU, Saint Louis, y

Tennessee. Y un elevado porcentaje de mérito es del buen hacer de todos ellos.

Missouri State les llevó hasta la prórroga en un encuentro que llegó a estar muy

perdido para Wichita cuando se vieron casi veinte puntos por debajo en el marcador.

Sudores fríos cuando a falta de un par de minutos para acabar el partido apenas

ganaban por dos puntos a Indiana State en su territorio. Por lo sufrido, acabaron

haciéndose con el título venciendo en la final a los Sycamores sin demasiados

problemas.

Gregg Marshall tuvo que iniciar el año con las importantes marchas de Malcolm

Armstead en la dirección y Carl Hall en la pintura, además de la fuerza y la intensidad

desinteresada de Ehimen Orukpe. Fred Van Vleet ha asumido el mando de Wichita

State sin ningún tipo de problema. Base un poco más calmado, con buena toma de

decisión y entrada a canasta, pero con menos tendencia anotadora que Armstead. No

han tenido ningún problema en ello, pues Ron Baker y Tekele Cotton se han quedado

sin problemas con buena parte de los tiros exteriores que asumía Malcolm en el

pasado y buena parte de los puntos se han repartido bien entre todos ellos. Cada uno

con sus características, proporcionan el escudo perfecto para Van Vleet. La marcha de

Carl Hall en el interior ha sido bien suplida por Darius Carter y Chadrack Lufile, dos

excelentes capturas desde JUCO en un movimiento clásico de Gregg Marshall, pues

de ahí obtiene la mayor parte del talento que llega a Wichita State. Carter tiene la

envergadura y la aportación ofensiva, tiene movimientos y sabe como anotar cuando

tiene la posesión, mientras que Lufile tiene más fuerza y presencia en la pintura pero

menos recursos. La unión de ambos es la fórmula perfecta para defender la pintura.

Recambio es lo que aporta un hombre como Nick Wiggins, hermano de Andrew

Wiggins y que abre otra opción ofensiva en momentos de atasco, aunque las

habilidades de Nick son mucho más modestas que las de Andrew. Evan Wessel,

hombre recurrente para que Van Vleet y Baker se tomen un respiro, y Kadeem Coleby,

físico y defensivo pero con aportación de cara a canasta si la situación es buena y

segura, completarían la columna principal de Wichita State.


Y dentro de todo este entramado de cambios, de ensamblaje de estilos y de

características, aparece Cleanthony Early, el hombre referencia perfecto para un

equipo como este, pues suma buenos números a pesar de no ser el centro de cada

ataque, pueden estar pasándose el balón durante más de veinte segundos que Early

la recibirá y encontrará la manera de obtener un beneficio para el equipo. Alero alto

con buena mano desde el exterior y una más que notable habilidad para obtener

beneficio y conseguir anotar tras contacto en el interior. Es el hombre sobre el que se

pondrán más miradas, y el más cercano a hacer una buena carrera profesional.

Ahora es el turno de demostrar que el excelente registro que lucen no ha sido fruto de

la casualidad, de un calendario benévolo y de una Missouri Valley más modesta. La

exigencia está en el punto más elevado, pero durante tantos meses han mantenido su

estilo, se han sabido reinventar en diferentes situaciones de partido, y no hay motivos

para pensar que estos Shockers no pueden acabar llegando hasta lo más alto. Al fin y

al cabo, este evento lo gana quien llega hasta el final sin perder ningún partido, y ellos

todavía no han perdido uno en toda la temporada.

LA ESTRELLA: Cleanthony Early - Una de las más brillantes capturas de Gregg

Marshall desde JUCO, ha asumido el mando del equipo y es el hombre que buscan

sus compañeros cuando las cosas no van bien o necesitan una referencia para llevar

al equipo. Early puede anotar desde cualquier situación y es un hombre que no

necesita ser el centro de atención para sumar sus puntos y aportar beneficios al

equipo.

NO PERDÁIS DE VISTA A: Ron Baker - Forma junto a Fred Van Vleet y Tekele

Cotton la línea exterior de Wichita State. En este apartado podrían entrar muchos

nombres, pero Baker recupera la esencia clásica del estilo universitario. Melena rubia,

buen tirador desde media y larga distancia, hábil con el balón y un buen apoyo para

subir el balón y ordenar el ataque.

#2 MICHIGAN WOLVERINES

(25-8, 15-3 Big Ten) Ann Arbor, Michigan

Javier Rajo. Los Wolverines podrían estar considerados hasta cierto punto como una

de las sorpresas de la temporada. Si nos dicen a principios de temporada que sus dos

mejores jugadores no iban a ser Mitch McGary y Glenn Robinson JR, pensaríamos

que los pupilos de Beilein están en apuros. Pero nada más lejos de la realidad,

liderados por Nick Stauskas que ya había realizado un gran año freshman la campaña

pasada y la sorpresa de Cavis LeVert, Michigan se proclamó campeón de la

temporada regular de la Big Ten con mucha suficiencia sobre sus rivales, consiguiendo

incluso ganarle la partida dos veces a sus paisanos de Michigan State (aunque

perdieron la final del torneo contra ellos)

El equipo tuvo que superar las bajas de Trey Burke y Tim Hardaway Jr que pusieron


rumbo la NBA , y se encontró con la desagradable sorpresa de la lesión de Mitch

McGary a principios de curso, un jugador que se perderá toda la campaña y estaba

llamado a liderar al conjunto después de un gran final de año freshman la campaña

pasada.

La baja de Burke la cubrió el freshman Derrick Walton Jr., un jugador que fue de

menos a más durante la campaña y acabó siendo uno de los freshman más sólidos de

la Big Ten. Tiene ciertos problemas en la creación en media pista, dónde cuenta con la

ayuda de Stauskas y Levert. Destaca sobretodo a la hora de pasar el balón en el juego

en transición, siendo un jugador habilidoso con el balón en las manos que corre la

pista a gran velocidad. Es un correcto tirador, y no suele precipitarse a la hora de

tomar las decisiones.

Nick Stauskas se convirtió en la estrella del equipo, proyectando en el próximo draft

como un jugador con serias posibilidades de salir en el top-20 si se presenta. Es un

wing que destaca sobretodo por su tiro, ya sea tras cacth&shoot o creándoselo él

mismo, no tiene miedo de lanzar con jugadores encima y puede penetrar y finalizar

con eficacia cerca del aro a este nivel a pesar de no ser de los mejoses atletas de la

competición. Además es seguramente el mejor pasador del equipo, ya que a pesar de

que sus funciones son sobre todo anotadoras es capaz de ver perfectamente al

hombre desmarcado, sobretodo cortando hacia canasta.

Caris LeVert ocupó el puesto de Tim Hardaway Jr., haciéndolo prácticamente igual de

bien que su predecesor. Destaca sobretodo por su juego 1vs1, poseyendo un buen

crossover y un rápido primer paso. Puede finalizar cerca del aro pero también lanzar

desde la línea de tres puntos, desde dónde llegan más de un tercio de sus

lanzamientos, anotándolos con buena eficacia. Sus problemas llegan en el tiro de

media distancia, desde donde no lanza demasiado ni lo hace con buenos porcentajes.

Al igual que Stauskas, es un buen jugador tanto en el catch and shoot como

creándose él mismo sus tiros. A pesar de su carácter anotador tiene un buen ojo para

ver al hombre liberado y es un buen jugador en el pick and roll.

Glen Robinson Jr. ocupa la posición de falso cuatro, realizando una temporada por

debajo de lo esperado cuando estaba llamado a ser uno de los líderes del equipo. A

pesar de ello es un jugador importante, uno de los mejores jugadores en transición de

la competeción, siendo capaz de finalizar con gran acierto cerca del aro. Además es

un gran tirador desde media distancia, seguramente su tiro favorito, el cúal realiza con

un buen acierto a pesar de no ser uno de los mejores tiros que se pueden realizar en

el basket. Sus problemas llegan desde la línea de 3 puntos desde dónde sigue siendo

un flojo lanzador. Al contrario que el año pasado ahora se atreve con su juego 1vs1,

aunque los resultados no son los mejores y todavía tiene bastante trabajo por delante,

empezando por su manejo de balón. Otro punto débil es su motor, ya que a pesar de

ser un jugador atlético no es nada intenso ni agresivo.

Por dentro el puesto de center lo ocupan Jordan Morgan desde inicio y Jon Horford

desde el banco, dos jugadores de perfil defensivo y poco talentosos que destacan por


su fortaleza. Morgan fue uno de los jugadores más eficientes anotando desde cerca

del aro, aunque obviamente lo hace siempre en buenas y cómodas situaciones.

Además de Horford el otro jugador que contará con minutos es el freshman Zack Irvin,

que destaca sobretodo por su capacidad para lanzar en situaciones de catch&shoot

siendo todavía incapaz de crearse sus propios tiros y Spike Albrecht, un base

suplente limitado con buen lanamiento exterior, algo que como podemos observar es

una de las características del conjunto.

Los Wolverines consiguieron victorias importantes ante con juntos de élite de la Big

Ten (dos veces MSU, dos veces Nebraska, dos veces OSU, Wisconsin, Iowa) pero

tampoco podemos obviar que en los partidos non conference perdió ante Arizona,

Duke, Iowa State (y un sorprendente pinchazo ante Charlotte), siendo su victoria más

destacada la conseguida tras prórroga ante Florida State, que ni siquiera es un equipo

de Madness. Por lo que es obvio que han pasado por serios problemas cuando han

jugado contra equipos de fuera de su conferencia.

La estrella...Nick Stauskas. Capacidad de anotación y tiro de primer nivel

No os perdáis a...Caris LeVert. Unos de los jugadores más divertidos para ver jugar

que te puedes encontrar gracias a su gran talento individual.

#3 DUKE BLUE DEVILS

(26-8, 13-5 ACC) Durham, North Carolina

Iván Ortiz. Temporada con más altibajos de los habituales en Durham, pero Duke

entra en Marzo con buenas sensaciones y uno de los estados de forma más positivos

de toda la temporada. No pudieron acabar bien el año y Virginia les venció en el último

encuentro por hacerse con la ACC, en la que acabaron terceros a solo un encuentro

de Syracuse pero empatados con North Carolina, contra la que perdieron en su campo

tras posponerse el primero por los problemas climáticos, pero a la que vencieron en

Durham. Tropiezos sorprendentes, victorias importantes, en sí a pesar de las

sensaciones ha sido un año clásico en Duke. Capaces de vencer a Syracuse tras

perder ante North Carolina, dejar en el encuentro siguiente a Virginia Tech en 48

puntos y después de todo esto, olvidarse la victoria en casa de Wake Forest.

Una de las dudas que más despertaba Duke era su altura, su presencia en la pintura

después de la marcha de Mason Plumlee. Las esperanzas se depositaban en su

hermano Marshall, pero pronto se vio que el tema dependería de la intensidad de Josh

Hairston, de lo que pudiese ayudar Amile Jefferson, al que le gusta y se siente cómodo

entrando desde fuera hacia dentro, y lo que tardase Jabari Parker en cogerle el punto

físico a la competición. Para el nivel al que debe rendir Duke y los rivales que se va a

encontrar por el camino, es una configuración de escasa altura. Y más de un

encuentro se fue por ahí. Si bien hemos visto un poco más de Marshall Plumlee, su rol


se ha limitado a ir colocando bloqueos a los hombres exteriores y intentar incordiar

todo rebote posible, poco más.

La adaptación de Jabari Parker fue inmediata y la entrada de Rodney Hood tras un

año de pausa fue brillante. Formaron una sociedad increíble, anotando desde

cualquier punto que quisieran. Brutal inicio de Parker con unos números y una

efectividad en el tiro increíble. La recuperación de Andre Dawkins devolvió al equipo

una de sus señas de identidad de los últimos años, el tiro exterior, si bien Coach K ha

tenido muchas dudas en esta temporada con Rasheed Sulaimon, del que se esperaba

un segundo año increíble tras un primero muy prometedor y se ha visto superado en

algún momento por Matt Jones en la rotación. Tímido y más dedicado a la defensa, se

ha ganado buenos minutos sin sacar a relucir su mejor arma, el tiro exterior. De tener

los tres un buen día en el tiro, Duke es un auténtico dolor de muelas.

La dirección se la han repartido Quinn Cook y Tyler Thornton, combinándose en más

de una ocasión en pista para mantener a Tyler abierto para sumar una amenaza más

en el tiro. Cook sigue evolucionando y es el líder emocional de estos Blue Devils,

aunque sigue teniendo una asignatura pendiente con la regularidad anotadora. Tiene

que mejorar su toma de decisiones para intentar anotar. Tiene muy buenos recursos,

sabe entrar entre tráfico, no tiene mal tiro desde fuera, pero no siempre escoge el

mejor momento. Tyler Thornton se ha convertido en la extensión del entrenador en la

pista. Llegó con no demasiado renombre y se ha convertido en un hombre clave con

su entrega, su actitud defensiva, su capacidad para obtener faltas en ataque y si tiene

el día, con su tiro.

Ha sido una temporada curiosa en el aspecto de la rotación. Coach K no acostumbra a

tener rotaciones muy amplias, pero este año ha sumado muchos nombres a la causa,

aunque no todos con las mismas oportunidades, lo que ha provocado también que

Alex Murphy se marchase a Florida en busca de más opciones. Semi Ojeleye ha

tenido sus momentos, más destinados a cumplir en el plano defensivo y no

complicarse la existencia, y ha sido habitual ver más de los 6/7 hombres a los que nos

tenía acostumbrados el equipo en las temporadas anteriores.

Si tienen un buen día en el tiro y se aplican en defensa, en un abrir y cerrar de ojos se

han ido en el marcador. Pero han tenido un año muy irregular, y no siempre se han

dado estas dos variables. Sufren mucho en la pintura, y en algunos momentos han

llevado el estilo hasta usar a Jabari Parker como el hombre más alto, para abrir el

juego y atacar desde fuera. Según el rival que tengan delante, pueden abusar de la

pintura sin ningún problema.

LA ESTRELLA: Jabari Parker – Parece mentira como un hombre de primer año

puede desprender sobre la cancha esa veteranía, esa cantidad de recursos técnicos y

esa calma en todas las situaciones. Parker es la herencia más brillante de la vieja

escuela, todo movimientos depurados y clase. Ha hecho absolutamente de todo

durante esta temporada: anotar desde fuera, postear a su defensor y anotar en

reverso, entrar por fuerza a canasta y anotar en movimiento acrobático, ha subido el

balón y ha anotado a la contra, y todo ello con unos números en el tiro muy buenos.


Escoge lo que hacer siempre bien. Un veterano de primer año con un futuro brillante

por delante.

NO PERDÁIS DE VISTA A: Rodney Hood – Duke no es un equipo que reciba a

muchos transfers en el equipo. Puede sonar a broma cuando hasta hace nada estaba

Seth Curry en el equipo, pero no es una norma muy habitual. Hood llegó desde

Mississippi State, y tras un año parado, ha irrumpido en el escenario con muchísima

fuerza, y ha sido junto a Jabari uno de los hombres clave en muchas victorias de

Duke. Alero de envergadura, con un más que notable tiro exterior y una muy buena

capacidad para anotar en entrada a pesar de la gente que tenga delante. Velocidad y

movilidad, un comodín que puede anotar desde donde se proponga sin ningún

problema.

#4 LOUISVILLE CARDINALS

(29-5, 15-3 American) Louisville, Kentucky

Javier Rajo. Tras el campeonato del año pasado y a pesar de las bajas de Siva y

Dieng los Cardinals vuelven a estar como se esperaba otro año más en la pomada.

Quizás no tengan el impacto comercial de otros equipos a la hora de que se hable de

ellos en la prensa al no contar con jugadores tan mediáticos de cara el draft, pero el

conjunto dirigido por Pitino sigue siendo de los más firmes candidatos al trofeo final.

Los Cardinals compartieron el título de la conferencia regular con Cinccinati, aunque

hay que destacar que los dos partidos ante equipos ranqueados que tuvieron en su

calendario de fuera de conferencia (Kentucky y North Carolina) se saldaron con

derrotas, al igual que los dos partidos disputados contra Memphis en la AAC. En el

torneo de conferencia arrasaron, proclamándose campeones en lo que fue casi un

paseo.

La estrella del equipo es el escolta Russ Smith. Smith ya fue el año pasado uno de los

máximos responsables de la victoria final de los Cards, pasando de entrar al draft y

quedándose un último año para mejorar los defectos que le achacaban de cara el

profesionalismo los scouts. Es un escolta con altura y cuerpo de base, que este año

ganó en muchísma consistencia con su tiro pero que la llegada del JUCO Chris Jones

para cubrir la baja de Siva en la posición de base le impidó demostrar realmente como

lo puede hacer en esa posición con total control, algo fundamental en su futuro. El

jugador tiene un perfil totalmente anotador, y aunque no toma buenas decisiones a la

hora de elegir sus tiros este año ha mejorado algo en esa faceta, viéndose reflejado

perfectamente en unos mejores porcentajes y en las casi cinco asistencias por partido

que dá. Eso sí, la principal característica en su juego sigue siendo conseguir sus

propios tiros.

Luke Hanckok ocupa la posición de alero, un jugador que destaca sobretodo por su

capacidad de tiro. Por dentro, el equipo cuenta con uno de los interiores más

poderosos de todo el baloncesto colegial, Montrezl Harrell, con la compañía de


Sthepan Van Treese. Este último es un jugador muy limitado ofensivamente, que

destaca por su capacidad defensiva, de poner bloqueos, hacer circular

adecuadamente la pelota y ayudar correctamente en el rebote.

Harrell, por su parte, es el jugador con más potencial de cara el profesionalismo que

presentan los Cardinals. A pesar de que es undersized, tiene una buena envergadura,

capacidad atletica y un físico de primer nivel que hace que sea muy difícil de contener

cuando juega cerca de la canasta, no rehuyendo nunca el contacto. Es un interior que

juega por encima del aro, corre fenomenalmente la pista y se deja el alma en el juego,

siendo muy intenso y enérgico. Por contra, es un jugador con un limitadísimo juego al

poste y con un mal tiro, siendo un jugador técnicamente hablando con bastante

problemas.

Defensivamentre es un buen jugador, pero se come muchas fintas y no tiene los

mejores fundamentos. A pesar de mejorar con respecto a la anterior campaña se

podría decir que posee las aptitudes pero todavía no se aprendió la teoría.

Desde el banco Pitino cuenta con diversas opciones. Los freshman Terry Rozier y

Mangok Mathiang dan descanso en las posiciones de base y pívot respectivamente,

mientras que Wayne Blackshear, un jugador que a priori estaba llamado a ser titular y

subir sus prestaciones con respecto a sus anteriores dos campañas, ocupa al final el

puesto de sexto hombre.

La baja de Chane Behanan que acabó finalmente fuera del equipo no supuso ningún

obstáculo para un conjunto que contando con Pitino a los mandos volverá a estar en la

pomada.

La estrella: Russ Smith: Talentoso jugador que en ciertos detalles te puede hacer

recordar a Allen Iverson.

No os perdáis a...: Montrez Harrell: Bestia físicamente hablando muy difícil de parar

cerca del aro.

#5 SAINT LOUIS BILLIKENS

(26-6, 13-3 Atlantic 10) Saint Louis, Missouri

Jorge Díez. Parece que los Billikens bajo el mando de Jim Crews han llegado para

quedarse como un equipo habitual del torneo. Crews sustituyo a Rick Majerus, el

entrenador que devolvió a Saint Louis al torneo 11 años después, y ha continuado su

senda confirmando a los Billikens como uno de los equipos más poderosos de una

cargada A10. Este es el tercer año consecutivo que logran clasificarse y el segundo

que ganan la liga regular, aunque no lograron hacerse con el torneo A10. Y no solo es

el hecho de clasificarse, si no también de obtener un buen seed, aunque ahora ha

llegado el momento de ratificar su potencial porque su techo los dos últimos años ha

estado en la segunda ronda, donde ni ante Michigan State ni ante Oregon hicieron

prevalecer su defensa. Esta temporada su rival saldrá del duelo entre North Carolina


State y Xavier, pero de superarlo esperaría en segunda ronda Louisville, que puede

ser de nuevo un muro demasiado alto.

Y eso si logran pasar la primera ronda, pues su temporada no ha tenido el mejor final

posible y llegan en un momento pésimo de juego. Su calendario ha sido muy cómodo,

pues fuera de la conferencia solo perdieron ante Wisconsin y Wichita State, los dos

únicos equipos de entidad, y en la A10 lograron 12 victorias consecutivas que les

aseguraron el título de liga regular, pero han terminado la temporada perdiendo cuatro

de sus cinco últimos partidos, incluidos los cuartos de final del torneo A10 ante un rival

muy flojo como St. Bonaventure.

No es la mejor carta de presentación para ellos, sobre todo si el rival es North Carolina

State, un equipo con una trayectoria radicalmente opuesta. Sin embargo, si algo hace

fiables a los Billikens es que cuentan con una de las mejores defensas del país, lo que

siempre les hace competitivos. A falta de talento en ataque que les iguale a los

grandes nombres del país, tienen en su defensa pegajosa su seña de intensidad y es

muy complicado superarles, pues son un equipo físico e intenso que te introduce en

una sucesión de presiones y trampas que hacen complicado encontrar buenos tiros

ante ellos. Y si logran atascar el ataque rival y recuperar la posesión cuentan con

jugadores como Jett o McCall Jr para lanzarse a la canasta rival a toda velocidad

tratando de lograr canastas fáciles.

Algo más complicadas se les ponen las cosas si se ven obligados a jugar en estático,

con algunos jugadores interesantes, pero sin un anotador de primer nivel, sobre todo

ahora que Kwain Mitchell ya no está en el equipo. Por ello en ataque juegan con Rob

Loe poniendo bloqueos en el exterior, no solo para liberar a los exteriores, sino

también para aprovechar el buen tiro de Loe en el pick and pop y porque Loe es un

jugador con una buena capacidad de pase, lo que le permite también encontrar a

Evans en el interior. Curiosamente es Loe el jugador más alto del equipo y el pívot del

mismo, sin embargo es un 3-4 como Dwayne Evans quien está en todos los ataques

más cercano al aro. Trata de ganar la posición para recibir e irse rápidamente hacia

canasta aprovechándose de su velocidad y no en vano es el máximo anotador y

reboteador del equipo, un jugador todo energía.

La energía e intensidad es casi la característica que te piden para entrar a Saint Louis

antes que las notas. Sabe bien de ello Jordair Jett, el base del equipo y jugador más

peculiar con sus largas rastas. Sin Mitchell ha asumido más importancia en los

Billikens y ha sido nombrado jugador del año de la A10. En realidad su parcela de

mayor eficacia es la defensa, donde es un jugador de primer nivel, pero su confianza

en ataque ha crecido este año y ha protagonizado y decidido partidos en este aspecto.

Es sobre todo un jugador para entrar a canasta y aprovechándose de su físico llegar

hasta el aro, aunque es habitual verle intentar suspensiones (con desigual fortuna).

Junto a él en el backcourt sale de inicio Mike McCall Jr., otro buen defensor, capaz de

llevar también el timón del equipo y mejor lanzador que Jett, aunque peor jugador.

El otro puesto se lo disputan dos jugadores distintos, según si Crew quiere jugar con 3

pequeños, saliendo con Austin McBroom, o más habitualmente con un jugador con


más centímetros como Jake Barnett. En cualquier caso, ambos jugadores aportan lo

mismo como principal virtud: un buen tiro exterior; siendo McBroom un jugador de

backcourt y Barnett un 3-4 pero pequeño. Junto al perdedor de dicho duelo, en el

banco esperan Grandy Glaze para el exterior, otro jugador intenso para dar minutos de

respiro, el freshman Mike Crawford que ha tenido un primer año interesante y los

centímetros de John Manning si Loe se tiene que ir al banco, por faltas o por

descanso.

Los Billikens tienen la espina clavada de esa segunda ronda y aspiran a quitársela,

pero para ello tienen que salir del bache en el que sorprendentemente se han metido.

Su defensa va a responder en los momentos clave, pero tienen que contar con una

aportación fluida de Loe-Evans-Jett en ataque para que el equipo pueda seguir

compitiendo.

La estrella…Dwayne Evans. Quizá Jett se merecía el lugar este año, pero Evans es

el jugador más regular de este equipo y motor del mismo por lo que aporta en la zona

a base de puntos y rebotes por encima de sus limitaciones físicas. Le necesitan a

pleno rendimiento para producir en ataque

No os perdáis a… Jordair Jett/Rob Loe. Es importante que compartan puesto, uno

por excéntrico pero también por nivel alcanzado en ambos lados de la pista siendo el

líder exterior y el neozelandés porque sus centímetros y lanzamiento exterior pueden

ser fundamentales para desatascar muchos ataques.

#6 MASSACHUSETTS MINUTEMEN

(24-8,10-6 Atlantic 10) Amherst, Massachusetts

Jose Luis López. Tarde del 16 de marzo de 2014. Jugadores y cuerpo técnico acuden

al Amherst Company Brewing Launge & Game Room de Amherst, localidad del estado

de Massachusetts. Allí, junto a algunos aficionados, esperan noticias del Comité de

Selección de la NCAA. Afuera, al fondo, nieve apilada. Dentro, por lo que desprenden

las imágenes, calor y expectación. Ya desde la preseason había señales de que este

equipo podía hacer algo notable. Blue Ribbon la situaba 4ª de la Atlantic 10. Los

expertos de la CBS la hacían oscilar entre el tercer y el cuarto puesto, excepto Matt

Norlander que la colocaba…1ª. Tras la temporada regular se obtendría el 5º puesto.

Algo peor de lo previsto. De repente se hace el silencio. En las pantallas se adjudica el

seed 6 de la Midwest a los Minutemen. Saltos de alegría y aplausos llenan la sala. El

júbilo es entendible, pues desde 1998, UMass no asiste al Gran Baile. 16 años son

muchos años. Solo endulzados por las semifinales alcanzadas en el NIT en el año

2012.

Pocos cambios experimenta el equipo a la vuelta de las vacaciones. Terrell Vinson,

graduado, y Jesse Morgan, lesionado de gravedad durante la temporada anterior y

que pide el transfer a Temple. A cambio estará disponible Derrick Gordon, transfer de


Western Kentucky del que se espera mucho en su año sophomore. Continúan los

titulares Cady Lalanne, Sampson Carter y Raphiael Putney y sobre todo, el alma y

motor del equipo, Chaz Williams. Nativo de Brooklyn, que llegó a UMass procedente

de Hofstra, se había debatido al acabar la temporada y durante el verano, entre

intentar dar el salto a la NBA o aceptar una oferta de Turquía para empezar su carrera

profesional. Finalmente ni lo uno ni lo otro. Decidió apurar su ciclo universitario para

felicidad de los seguidores Minutemen, de sus compañeros y, sobre todo, de su

entrenador Derek Kellogg, antiguo estudiante y jugador de la propia universidad, que

en su 6ª temporada al frente del equipo creía tener un bloque preparado para dar

guerra.

La temporada comenzaba de la mejor manera posible. Victoria en el TD Garden de

Boston ante los Eagles de Boston College. En una segunda parte vertiginosa, 54

puntos anotados por los chicos de Kellogg, los Minutemen se imponían con Chaz

Williams al timón y con un Cady Lalanne espectacular (27 puntos y 12 rebotes). Era un

inicio magnífico que se vio refrendado por una racha de otras 9 victorias consecutivas,

que dejaron a los Minutemen como uno de los pocos imbatidos de la División I de la

NCAA a mediados de diciembre. Con victorias de mérito, como las conseguidas ante

LSU (24 puntos y 9 asistencias de Williams); Nebraska, una de las revelaciones del

año con Terran Petteway; New Mexico, lo que les valió para conseguir el Charleston

Classic Championship; Clemson o BYU. 10 triunfos seguidos que colocaban a UMass

en el ranking de la AP en el puesto 22 a mediados de diciembre.

El 21 de diciembre llegaba la primera derrota ante Florida State, en un apretado final

en el que las torres de los Seminoles, Bojanovsky y Ojo, tuvieron mucho

protagonismo. No se vinieron abajo los Minutemen y enlazaron otras seis victorias,

entre otros, ante Providence o ante los recientes campeones del Tournament de la

Atlantic 10, los Saint Joseph’s Hawks. A mediados de enero UMass tenía un balance

de 16-1, lo que la encaramaba al puesto 13 en el ranking de la AP, la posición más

alta desde que en 1996 tocasen el cielo con el número 1.

Los dos últimos meses han sido más complicados para UMass. Con un 7-6, cerraron

el calendario regular, dando muestras de fatiga algunos de sus jugadores más

importantes. Continuaron las victorias meritorias ante VCU, finalista del Tournament, o

George Washington, sus verdugos en el mismo, tras ganar a Rhode Island en la

primera ronda, pero con la invitación al March Madness podemos concluir que ha sido

una temporada bastante notable, más teniendo en cuenta el éxito de la Conferencia en

su conjunto, que ha logrado colocar a 6 universidades en el Baile por vez primera en

su historia.

El quinteto titular lo forman Chaz Williams, senior muy rápido de tan solo 5-9 pies;

Derrick Gordon, escolta de segundo año, una flecha al contraataque y que defiende

muy bien las líneas de pase, pero con un tiro exterior muy poco amenazante;

Sampson Carter, junior muy versátil pueda jugar de 3 o de 4 con su 6-9 de altura;

Raphiael Putney senior también con 6-9 destaca por su rapidez y Cady Lalanne, otro

junior con 6-9 y gran facilidad para rebotear. Desde el banco ayudan bastante Maxie

Esho, junior muy reboteador e incisivo, que en los últimos encuentros ha sido una de


las bazas más importantes del equipo, el sophomore Trey Davis base suplente que da

un respiro a Williams y a Gordon y Tyler Bergantino, un pivot sophomore bastante

tosco.

Los Minutemen realizan un juego muy rápido y atlético, basado en su director de

orquesta y en la facilidad rebotadora de sus interiores, no excesivamente altos, pero

muy saltarines. Han sido el 26º equipo en capturas por partido de toda la NCAA. Es un

juego muy coral con 7 jugadores con más de 8,5 puntos de media por partido.

A partir de ahora, UMass tiene un camino muy complicado. Su primera pareja de baile

saldrá del duelo entre Iowa y Tennessee, uno de los cuatro enfrentamientos que en

Dayton completarán el cuadro de 64. Cualquiera de los dos será un rival muy duro

para lograr el pase a la 3ª ronda. De lograrlo le puede esperar Duke. Después

Michigan. Más tarde Louisville, Kentucky o Wichita State…casi nada.

Alcanzado la mitad de marzo compitiendo con los mejores se han cumplido todas las

expectativas en Amherst. Pasar la primera ronda ya sería optar a matrícula. Más allá

no deja de ser un sueño.

La estrella: Chaz Williams. Senior. Una delicia de jugador. De aspecto tosco y con un

físico un tanto peculiar (a mí me recuerda a Vinnie Johnson, el fantástico microondas

de los Bad Boys), es el corazón del equipo. Máximo anotador del equipo (15,8 puntos

por partido), tercer máximo asistente de la NCAA (7 asistencias por partido), 3 veces

en el primer equipo de la Atlantic 10, candidato al Premio Bob Cousy, 1º en

asistencias, 4º en robos, 8º anotador, todo esto en la Atlantic 10.

Jugador bajito pero muy fuerte. Con gran facilidad para las entradas y para ver los

desmarques de sus compañeros. Muy entretenido de ver.

No os perdáis a: Cady Lalanne. Junior. Gran capacidad de salto. Muy luchador y

atlético. Muy veloz corriendo el contragolpe. Esta temporada regular la ha cerrado con

medias de 11,4 puntos y 8 rebotes. Situándose 6º en la Atlantic 10 en rebotes y 3º en

tapones por partido.

#7 TEXAS LONGHORNS

(23-10, 11-7 Big 12) Austin, Texas

Luis Argeo. Tal y como se esperaba en otoño, la joven plantilla de Rick Barnes ha

plantado batalla a los gallitos de la Big 12 a lo largo de la temporada. En un año de

transición y reconstrucción, tras el tropezón del pasado curso, no desentonar entre el

coro ya iba a ser un todo un logro. Y ese propósito podría ser el reconstituyente de

cara al Gran Baile: “vamos a ver hasta dónde llegamos”. Sin la pesada obligación de

llegar lejos con la que acuden otros equipos, los de Texas podrán jugar su basket,

divertirse, sorprender. El lapsus del año pasado – el equipo texano llevaba 14


temporadas consecutivas acudiendo a la cita guiado por Barnes - ya está olvidado, y

su juventud es la garantía de bonanza para años venideros.

En Austin han disfrutado de esta reciente temporada. Los jóvenes Longhorns apenas

perdieron dos encuentros entre los 13 disputados contra equipos non-conference: el

partido de semifinales del CBE Classic contra BYU y una derrota en casa contra la por

entonces envalentonada Michigan State (con el mejor partido de la temporada del

spartan Adrian Payne). Destaca entre las victorias de Texas la conseguida en Carolina

del Norte (86-83) contra un top-25 igual de enfático: los Tar Heels.

Texas llegó a situarse entre los Top 25 durante buena parte del invierno, sentando las

bases sobre las que apoyar el equipo: un junior, Jonathan Holmes, experimentado y

tirando del carro anotador. Unos sophomores atrevidos y hambrientos, respaldando a

su líder según el partido (Javan Felix y Cameron Ridley, con sus triples y rebotes,

consiguieron desequilibrar encuentros claves como los jugados en casa contra

Oklahoma State o Baylor, por ejemplo). Y un freshman dirigiendo al equipo, Isaiah

Taylor, a quien dan descanso otros recruits de este año igual de insaciables aunque

menos eficientes. Así fue como los chicos de Rick Barnes han ido ganándose el

respeto entre analistas y rivales y, aunque los tropiezos iniciales contra Oklahoma y

Oklahoma State los desestabilizaron entre los rivales directos de conferencia, los

Longhorns enseguida cogieron una racha de siete victorias consecutivas que, por

inesperadas, les posicionaron entre los equipos a tener en cuenta este año en la Big

12.

Entre los highlights de la temporada, no podrá faltar el triple sobre bocina de Holmes,

un buzzer beater que dio la victoria a Texas contra Kansas State (21 enero) y que

despertó la ilusión de los aficionados en Austin, que por entonces empezaron a

creerse la idea de que su equipo podría aspirar al título de conferencia. No

sospechaban que luego llegarían victorias más importantes contra Kansas y Baylor, o

la revancha contra los Cowboys de Marcus Smart.

Pero igual de inesperada resultó la última derrota de la temporada contra unos Red

Raiders que apenas se jugaban el honor. La derrota ante Texas Tech (59-53) significó

caer hasta la cuarta posición en la tabla y perder cualquier opción de entrar en un Top

25 que les hubiera asegurado una travesía más llevadera en el baile de marzo. Porque

ese es el talón de aquiles de los Longhorns de este año: al igual que podrían derrotar

a cualquiera, podrían caer ante cualquiera.

Algo parecido experimentaron los Horns en el torneo de conferencia. Tras un partido

“abusador” contra unos irreconocibles Mountaineers (66-49), Texas no supo encarrilar

la semifinal y falló en lo fundamental, la defensa ante Baylor, que jugaba su tercer

partido seguido y conseguía el pase a la final (86-69). Holmes, anulado por los rivales

(6 puntos), se enfrentó más a las faltas personales que a los Bears.

Además de Holmes, dos jugadores titulares serán esenciales para el juego de Texas

en este NCAA Tournament. Cameron Ridley es un pívot pesado, de los que

incomodan al rival en la pintura propia y ajena, músculo interior con estadísticas muy


destacables (11.5 puntos y 8.1 rebotes de media, nueve dobles-dobles). Isaiah Taylor

se ha convertido en el base anotador y distribuidor que los Longhorns pretendieron en

temporadas anteriores, un jugador que está ayudando a olvidar las esperanzas

depositadas en Kabongo, por ejemplo. Los dos habrán de superar a rivales de distinta

índole en sus respectivas posiciones, y eso es algo que a lo largo de la temporada no

han acabado de dominar.

Su seed #7 y una primera victoria en la Región Midwest les plantaría en tercera ronda

ante la Universidad de Michigan (#2). A los Longhorns les cuesta anotar, y aunque se

presuma un partido bajo en puntuación, lo tendrían complicado ante los Wolverines.

La estrella: Jonathan Holmes. Aunque solamente sea por su condición de veterano,

la responsabilidad recae sobre él. El alero junior sabe que este año tiene que devolver

a los Longhorns a su nivel de años anteriores.

No perdáis de vista a: Javan Felix. Si este sophomore tiene el punto de mira

ajustado, sus triples pueden desesperar a cualquier defensa rival. Su corta estatura no

le resta capacidad anotadora de otras maneras, Felix es un valiente que sale a darlo

todo en la cancha.

#8 KENTUCKY WILDCATS

(24-10, 12-6 SEC) Lexington, Kentucky

Jorge Díez. Un año más los equipos de Calipari se comentan solo: una pléyade de

talento joven, mucho juego de drive and kick y mucha irregularidad. Fin, pasemos al

siguiente equipo.

Bueno, como quizá dos líneas sean poco para un equipo tan en boca de todos de cara

al draft, sigamos un poco más. Además es interesante que los Wildcats vuelvan al

Torneo, pues tras tres presencias consecutivas bajo el mando de Calipari, incluido el

campeonato 2012, el año pasado se quedaron sin bailar debido a un equipo de un

talento inferior al que el hype indicaba (y con la lesión de Noel de por medio) Esta

temporada con Julius Randle a la cabeza han vuelto a juntar mucho talento físico-

técnico, a pesar del transfer de Wiltjer, pero siguen adoleciendo de esa irregularidad

que da la juventud y el ser un equipo con pocas horas de vuelo.

La primera mitad de temporada no fue mala para ellos pues sus derrotas fuera de la

conferencia fueron ante equipos potentes y presentes en el Baile (Michigan State,

Baylor y North Carolina) y a cambio lograron vencer al vigente campeón nacional,

Louisville, en un duelo de máxima rivalidad regional, a lo que añadieron un par de

victorias ante equipos potentes de mid major como Boise State o Belmont. Pero ya en

la conferencia, se han visto incapaces de seguir el ritmo de una imparable Florida y las

derrotas ante Arkansas (2) y South Carolina les han impedido pelear el título. Además

se han visto superados en tres ocasiones por Florida (incluida la final del torneo SEC),

aunque en dos de ellas vendieron cara su derrota.


Han sido agraciados con un seed 8, donde deberán vencer a Kansas State, un equipo

muy a su alcance; para enfrentarse después con el seed 1 de su región, Wichita State,

un duelo contrapuesto de estilos: el equipo ante la calidad individual de los Wildcats.

Pues hablando de talento puro y de proyectos NBA, Kentucky es el equipo más

cargado de la nación. El freshman Julius Randle es el jugador al que apuntan todos los

focos como más que probable Top5 del próximo draft. El ala pívot es un jugador con

un gran físico, aunque de aspecto algo rechoncho, pero también un talento versátil que

le hacen ser un jugador capaz de dominar muchos partidos de este nivel. A pesar de

ser el 4 del conjunto es habitual verle jugar muy exterior, haciendo lo que quiere en

cancha, pues es un jugador con fama de tener buena capacidad de pase y tiro,

aunque no son las virtudes que más ha mostrado en la NCAA. Lo que sí ha enseñado

es que es un reboteador de primer nivel y un anotador compulsivo, pues a este nivel

es imparable en penetración por pura superioridad física. Una superioridad que

también aprovecha en el poste, pero que le hacen forzar muchas situaciones y

obcecarse lo que puede llegar a ser contraproducente para el equipo a base de perder

balones. Junto a él encontramos en el juego interior a Cauley-Stein, un sophomore

que sorprendió el año pasado pero que esta temporada ha vuelto a expectativas más

terrenales: probable elección de final de lotería en el draft, es un pívot largo, móvil y

atlético, centrado sobre todo en el lado defensivo del juego capturando rebotes e

intimidando en las inmediaciones del aro, lo que supone un interesante complemento

para Randle. Ellos dos junto a lo que hay en el banquillo esperando una oportunidad

forman uno de los mejores juegos interiores de la competición, lo que ya es un activo

ante muchos equipos, pues ese nivel físico es muy complicado de igualar.

Mayores dudas quizá genere por fuera el equipo, pues ninguno de los tres freshman

que forman el trío titular ha acabado de asentarse. Los hermanos Harrison, dueños del

backcourt no han demostrado poder cumplir con el hype tan intenso que traían desde

instituto y no son decisivos a este nivel. Andrew, el base, es un jugador que ha ido

dejando mejores sensaciones con el paso de los partidos y es un jugador que puede

jugar con facilidad el pick and roll, pues además es peligroso en el lanzamiento (es

habitual verle usar el bloqueo para simplemente lanzar liberado de media distancia) y

penetrar a canasta, pero no al nivel de otros bases que ha tenido Calipari en sus

equipos (Wall, Rose, Evans…) Mientras, su hermano Aaron es un anotador, que con el

día puede ser muy peligroso desde la larga distancia, pero en general es un jugador

poco inteligente en la cancha y con tendencia a tomar decisiones precipitadas. Como

demostró en semis del torneo SEC puede ser un jugador a tener en cuenta ante

rivales menores (como Georgia) pero ante equipos más duros se diluye (6/17 en la

final ante Florida y de hecho su fama de tirador se ha visto reflejada solo en un 33% de

acierto en tiros de 3 durante el año) Completa la terna el alero James Young, otro

posible pick de lotería, un jugador con un gran físico y un buen lanzamiento exterior;

pero que aún tiene que madurar su manejo de balón para ser un jugador decisivo y

fiable, aunque va por buen camino para ello y su acierto en el lanzamiento exterior

puede ser vida extra para Kentucky.

En el banquillo Kentucky cuenta con varios jugadores que pueden disputar minutos,

pero son particularmente dos los que aportan con regularidad. Alex Poythress es un


alero con un físico privilegiado pero que ha decepcionado en sus dos años, pues a

pesar de ser proyectado tras el instituto como una elección Top10 del draft, es un

jugador con apenas incidencia en los partidos, que no asume responsabilidades y eso

ya le ha costado algún enfrentamiento con Calipari y un rol menor en este equipo a

pesar de ser un jugador de segundo año. En el interior es el freshman Dakari Johnson

quien está aportando y cada vez más; es un pívot con un físico poderoso pero también

habilidoso, lo que le hace ser una presencia en ambas pinturas. Más allá de ellos

cuentan con Polson como ocasional base (Aaron Harrison también ocupa ese lugar

algunas fases) y cierta amenaza desde el triple; Dominique Hawkins escolta centrado

en defender y Marcus Lee, una estrella de instituto en una primera temporada sin

minutos, pero otro buen físico que arrojar a la zona en caso de necesidad.

En definitiva Kentucky vuelve a ser un equipo poderoso y un seed 8 que traerá

quebraderos de cabeza a seed superiores. Tienen el talento suficiente para ser equipo

de Final Four, pero para ello deberían funcionar con regularidad, algo que parece

complicado con los Harrison a los mandos. Aún así, son uno de los mejores equipos

de la NCAA en el rebote, lo que les otorga muchas segundas opciones y hace difícil

que se vayan de los partidos; además de ser un equipo complicado en defensa. Una

vez más, la experiencia es uno de sus hándicap con solo un par de sophos como

importancia y sin ningún junior o senior que sepa de que va el Madness. ¿Virtudes o

defectos? La pregunta que deben responderse para saber hasta donde llegaran.

La estrella…Julius Randle. Casi sobrarían las palabras en un jugador archiconocido

que está en el bombo del Top5 del draft. Jugador físicamente poderoso, no tiene rival

en el baloncesto colegial, pero ese físico esconde también recursos técnicos que solo

tiene que pulir. Es también un excelente reboteador. Kentucky necesita que él no se

precipite ni se equivoque, que bastante lo hacen ya sus exteriores.

No os perdáis a…James Young. A uno le dan ganas de poner a los Harrison, pero

Young es el segundo mejor proyecto del conjunto y ya es también a día de hoy un

factor fundamental, pues su tiro exterior puede decidir partidos. Un buen torneo puede

subir su stock porque lo único que necesita es confirmar todo lo que ya se intuye.

#9 KANSAS STATE WILDCATS

(20-12, 10-8 Big 12) Manhattan, Kansas

Luis Argeo. Aurea mediocritas mal interpretada, esa podría ser la manera de definir la

actuación de los Kansas State Wildcats durante este curso baloncestístico. El equipo,

que no ha sabido encontrar en la templanza ni la moderación aristotélicas su estilo de

juego, ha sobrevivido en las medianías de la tabla durante la temporada regular,

resolviendo con talento, entrega y fortuna sus insuficiencias anotadoras, sus

mediocres porcentajes de tiro -triple, libre, global-, su sinsabor general. Ay, si el

filósofo levantara la cabeza…


Los Wildcats comenzaron a disputar partidos de conferencia con cierto hype

conseguido, principalmente, por la racha victoriosa contra equipos mucho peores que

ellos. La temporada en su Big 12 la inauguraron con victoria frente a Oklahoma State,

jugando duro, presionando a los guards rivales. La semana siguiente, ya ocupaban el

puesto #25 en el ranking nacional. Pero fue flor de un día: esa sensación de equipo

aguerrido, fiero, duro en defensa, no se prolongó durante mucho tiempo. Alternando

victorias (solamente en casa) y derrotas de diversa índole, los Wildcats fueron

perdiendo fuelle hasta pasar desapercibidos en una conferencia que cada año exige

mayor competitividad. Y aunque los chicos de Bruce Weber consiguieron un quinto

puesto en la temporada regular y un balance positivo (10-8) que les abrirían las

puertas del Gran Baile, el desconcierto que provoca su juego en las segundas partes

es el peor síntoma de cara a los partidos de eliminación directa en este torneo final.

Las dos derrotas contra Baylor en temporada regular, o contra Iowa State en el Big 12

Tournament son claras muestras de esa falta de templanza y moderación necesarias

para administrar bien sus finales de partido. ¿Cómo les saldrá el baile este año?

El año pasado, llegando con un seed #4 al torneo final, Kansas State perdió contra La

Salle (#13) en el primer choque, constituyendo uno de los tres upsets de su West

Region. En esta nueva edición lo tendrán más difícil que en la anterior. El comité les

concedió un generoso puesto # 9 en la región Midwest (a priori, en la parte más

controvertida de la tabla), por lo que se verán las caras con otros Wildcats, los de

Kentucky, rival inmediato muy mosqueado por sentirse underseeded. La victoria ante

los jóvenes talentos dirigidos por Calipari podría ser una sorpresa en la tabla. Luego

aparecerían, siguiendo la lógica clasificatoria, Wichita State (# 1) y, más adelante, la

campeona de 2013, Louisville (# 4)

Alguien debería explicar bien el concepto de “dorada mediocridad” a Bruce Weber y

sus chicos. Marcus Foster tiene todo para convertirse en un buen guard, pero en

ocasiones se sobrecarga de responsabilidad. Al equipo le cuesta anotar (69.7 ppg), y

eso les lleva a precipitaciones que se pagan caras. Aristóteles diría que la valentía

reside entre la temeridad y la cobardía. En ese término medio es donde Kansas State

habrá de buscar su juego. Equilibrio en los balances de ataque y defensa, armonía

anotadora, sensatez defensiva para llegar a un final de partido con posibilidades de

sacar el talento y la garra que un Wildcat puede demostrar.

La estrella: Marcus Foster. El freshman se ha convertido en el máximo anotador

(15.6) de un equipo donde varios jugadores anotan o, al menos, tiran. Se ha ganado la

confianza plena de su entrenador.

No perdáis de vista a: Thomas Gipson. Ha perdido muchos kilos, aunque sigue

siendo la referencia interior y la voz de los Wildcats. Sabe atraer a defensores dando

opciones a que sus compañeros exteriores puedan tirar más cómodos. Cuando tiene

problemas de faltas, el equipo sufre su ausencia.


#10 ARIZONA STATE SUN DEVILS

(21-11, 10-8 Pac 12) Tempe, Arizona

Iván Ortiz. Toca aprovechar al máximo los recursos mientras estén disponibles. Jahii

Carson es un candidato a dar el salto a profesionales mientras que Jordan Bachynski

acaba su ciclo en cuanto finalice esta temporada. En esta situación, Arizona State no

tiene otra opción que aprovechar lo que tiene en casa, que es muy bueno y de mucho

nivel, y intentar hacerlo lo mejor posible aprovechando que tienen la oportunidad,

porque después, tocará montar de nuevo la casa por los cimientos.

Entran tras acabar el año con tres derrotas consecutivas, así que no es la mejor

situación para afrontar un evento de este calibre, pero tienen jugadores que por sí

mismos pueden revertir un partido en un momento dado. Ahí es donde entra Jahii

Carson. Es un hombre que por su calidad en ataque puede desequilibrar un partido y

decantar la victoria hacia los intereses de los Sun Devils. Además de Carson, también

Bachynski es un elemento de desequilibrio en la pintura con su altura. Por dentro y por

fuera, tienen dos miembros que suman bien, que aportan en positivo y que le dan

mucho nivel al conjunto.

Completan el quinteto, primero como hombre alto abierto el danés Jonathan Gilling. Es

habitual que salga hacia fuera a recibir, que tire y pruebe a entrar desde la línea de

triple, liberando a Bachynski dentro. Jermaine Marshall y Shaquielle McKissic son los

hombres de apoyo que tiene Carson por fuera. Son jugadores de buen físico, Marshall

con buena capacidad de entrada y McKissic gusta de acabar duro todas sus acciones.

Quizás les haría falta una opción abierta de tiro pero es Carson quien asume con

regularidad esos tiros. Tienden más a la entrada con Marshall y McKissic, y en

ocasiones es Gilling quien usa el tiro exterior.

No tienen una rotación demasiado amplia y pueden pecar por ese lado si tienen algún

problema de faltas y si no están inspirados en el encuentro. Eric Jacobsen es el

hombre interior de rotación, jugador tosco y trabajador, aporta normalmente minutos

de relevo para Bachynski, aunque no al mismo nivel. Bo Barnes es usado en

ocasiones como el hombre que abre el campo, en respuesta a la necesidad

anteriormente mencionada, pero no cuenta dentro de la rotación con importancia

similar a la de los primeros. No hay mucho más. El ruso Egor Koulechov ha sido usado

por fuera para aportar un poco en todos los apartados, pero no cuentan con una

rotación base que usan siempre. De vez en cuando entran unos, en ocasiones entran

otros, pero tienden a ser pocos y se basan en los cinco titulares para ofrecer su mejor

versión. Que si están acertados es muy buena, porque Carson tiene capacidad para

decantar un partido completo si tiene uno de sus arranques y le da por anotar desde

cualquier punto y de cualquier manera, por complicada que parezca y por imposible

que aparente.

Tendrán que tener muchísimo acierto para poder rendir y obtener resultados positivos.

Tendrán que ofrecer todos su mejor versión, especialmente Jahii Carson, cuyo futuro

más inmediato puede depender en gran medida de su actuación en este Madness.


Hay mimbres interesantes en los que fijarse, pues el danés Gilling ofrece de manera

regular cosas muy buenas y es un punto de desequilibrio con su versatilidad y su

capacidad para entrar desde fuera hacia dentro. McKissic suele tener arranques

anotadores y entrando hacia la canasta es muy difícil pararle. Pero tendrán que estar

muy acertados porque la falta de profundidad les puede penalizar mucho, y a poco que

alguno de ellos se salga del guión o no ofrezca lo esperado, pueden sufrir.

LA ESTRELLA: Jahii Carson - Ha confirmado tras una temporada lo que todos

pensaban sobre él. Es un jugador con un manejo endiablado de balón, y una

capacidad para entrar a canasta haciendo rectificados y en posiciones complicadas

increíble. Tiene que ganar un poco de regularidad en el tiro, pero tiene buena

mecánica y un lanzamiento rápido. Se sabe crear su tiro y es casi imposible hacerle

perder el balón. Base de tendencia ofensiva que tiene que ir aprendiendo con tiempo a

controlar el tiempo del partido y a dirigir a sus compañeros.

NO PERDÁIS DE VISTA A: Jordan Bachynski - El techo de los Sun Devils es un

jugador que puede desequilibrar una partida en la pintura por sí mismo. Tiene buen

toque cerca de canasta y es un excelente intimidador. Tiene buen timing para sumar

tapones y rebotes, además de controlar bien el tema de las faltas. No es el más ágil y

no apoyará a la contra, pero en estático es un punto desequilibrante por altura. Ha

tenido un año muy bueno y una buena actuación aquí sería poner un broche muy

bonito a una carrera de evolución y de crecimiento en aportación.

#11 TENNESSEE VOLUNTEERS

(21-12, 11-7 SEC) Knoxville, Tennesssee

Jorge Díez. Tras la abrupta salida de Bruce Pearl del programa, no han sido tiempos

fáciles en Knoxville, pues Tennessee pasó de disputar 6 Torneos consecutivos (2006-

11) a no clasificarse en ninguno de los dos últimos ya bajo el mando de Cuonzo

Martin. Este año van a volver a bailar al fin, pero no ha sido precisamente un camino

de rosas su temporada y por ello el comité les ha otorgado ese seed 11 y la obligación

de enfrentarse a Iowa en la previa. Han sido el tercer mejor equipo de la SEC, pero de

una SEC muy debilitada, y partiendo de las altas expectativas que habían generado

con la combinación de su poderío interior y la capacidad anotadora de McRae, no es

suficiente.

La temporada ya empezó torcida con el transfer de Trae Golden que les dejaba sin un

base para dirigir el conjunto. A cambio traían a un Antonio Barton, que ha vuelto a

decepcionar igual que ya hizo en los Memphis Tigers. No fue mucho mejor el

comienzo de los partidos propiamente dicho pues cayeron ante Xavier en la

inauguración de la temporada aunque se resarcieron poco después ante el mismo

rival. Después, una combinación de derrotas asumibles (North Carolina State y Wichita

State, ambas en el Torneo) con otras dolorosas (UTEP, Texas A&M dos veces,

Vanderbilt) pero también una victoria de gran prestigio ante Virginia, todo un seed 1 de

este Baile, a la que destrozaron por 25 puntos.


Todo ello configura un equipo irregular pero que ha demostrado que a pleno

rendimiento es un equipo muy peligroso. El problema es que si Tennessee ha sido

tradicionalmente un equipo ciertamente anárquico, o de una anarquía controlada, con

la salida de Golden del programa se han quedado sin un base que pueda guiarles a

través de los 40 minutos. Es por eso que aunque los interiores (dos bestias como

Jarnell Stokes y Jeronne Maymon) se lleven muchos de los focos, sea Jordan McRae

el jugador más decisivo de este conjunto. McRae es el escolta titular de Tennessee

haciendo pareja con el “base” Antonio Barton; es un anotador prolífico y versátil, que

destaca en la media distancia pero que también tiene facilidad para anotar de lejos o

penetrar a canasta y aprovecharse de su envergadura para dejar canastas fáciles en

las inmediaciones del aro. Pero no es solo la anotación lo que McRae aporta a este

equipo, sino también la creación, pues Tennessee acostumbra a cederle el balón en

cancha contraria y que sea él quien decida y cree para sus compañeros, bien

aprovechando bloqueos o bien atacando en 1 vs 1 al rival, donde es difícil de parar por

su variedad de recursos. Antonio Barton queda así como un jugador marginal en

importancia y limitado en ataque al tiro exterior y alguna acción aislada. Es Josh

Richardson, un jugador de perfil físico y secundario para la intendencia quien completa

el juego exterior.

La otra alternativa para ellos es meter balones dentro (y no siempre es fácil alimentar

el poste si no tienes un base adecuado para ellos) donde cuentan con una de las

mejores parejas del baloncesto universitario. Tanto Stokes como Maymon son dos

bestias físicas, buenos finalizadores y reboteadores para hacer daño a cualquier

pintura de este Madness, pero no solo eso porque también son capaces de atraer y

hundir la defensa para sacar un buen balón fuera para el tiro exterior, o incluso jugar

entre ellos. Gran parte de las posibilidades de Tenn de tener una larga andadura, y

están capacitados para ello, reside en saber mantener en juego a sus interiores para

no depender solo de la fuente de puntos que es McRae.

En el banquillo cuentan con una rotación amplia, pero casi ninguno es un jugador

realmente importante. Sí lo es Armani Moore, el mejor jugador del banco, un exterior

atlético y muy completo que es fundamental en defensa pero que también puede

aportar ocasionalmente en ataque. También cuentan con un par de freshman

interesantes, pero a los que la experiencia les puede pesar: Darius Thompson ha

hecho una buena labor desde el banco como base suplente ante la mediocridad de

Barton, mientras Robert Hubbs III es un anotador que ha tenido problemas para

adaptarse al nivel de la NCAA. Por dentro, Derek Reese y A.J. Davis pero son dos

jugadores limitados de los que no podrán esperar mucha ayuda si alguno de los

interiores tiene problemas de faltas, como les pasó en semifinales de la SEC ante

Florida.

Es Tennessee un conjunto físico (tradicionalmente lo ha sido), que son complicados de

superar en defensa y que en ataque tienen talento suficiente para anotar ante

cualquier rival, por lo que no es un emparejamiento sencillo para ningún equipo desde

un seed 11. No sería sorprendente verles pasar un par de rondas si McRae está

acertado y los Vols consiguen nutrir a sus interiores de balones; pero así mismo

tampoco sería extraño verles superados e incapaces de anotar ante Iowa. La cara que


veremos en el Madness es una incógnita, pero están preparados para romper muchas

predicciones y su lado del cuadro si superan a Iowa (con UMass y Duke en el

horizonte) es propicio para imponer su juego interior y sorprender.

La estrella…Jordan McRae. El longilineo escolta es el jugador que puede sorprender

de esta Tenn. Es un anotador compulsivo y muy variado en sus acciones, pero que

también tiene un papel fundamental a la hora de crear juego. Si buscan el base de los

Vols no lo van a encontrar, pero si buscan el generador de juego, aquí lo tienen.

No os perdáis a…Jarnell Stokes/Jeronne Maymon. Cualquier equipo puede

echarse a temblar si tiene que parar a estos dos bichos de la pintura. Cuerpos

poderosos y buenos finalizadores al servicio de la producción de puntos y la

recolección de rebotes. Su actividad será fundamental en el devenir de los Vols en el

torneo.

#11 IOWA HAWKEYES (20-12, 9-9 Big Ten) Iowa City, Iowa

Jose Luis López. Fran McCaffery, tan serio como suele ser habitual, se mostraba

satisfecho el pasado domingo por la tarde de que su equipo hubiese sido seleccionado

para jugar la postemporada junto a las mejores universidades de la nación. En su

cuarta temporada en Iowa City, lograba convertirse en el 12º entrenador en colocar a

cuatro programas diferentes en la March Madness. En las mismas declaraciones

afirmaba no haber dudado un momento de que su equipo fuese invitado. Y que no

importaba que tenga que dilucidar con Tennessee, en una primera ronda, su pase al

cuadro final de 64.

Lo cierto es que el final de temporada de los Hawkeyes ha resultado mediocre. Con 6

derrotas en los últimos 7 partidos, con el estrambote de su rápida eliminación en el

Tournament de la Big Ten ante Northwestern, su brillante inicio de temporada queda

empañado. Pero es verdad que invitados, han sido invitados y que desde 2006 no les

sacaban a bailar.

Cuartos para Blue Ribbon en sus pronósticos de pretemporada. Entre cuartos y

sextos para los expertos de la CBS, Iowa terminó la temporada regular en el sexto

puesto de la potente Big Ten. Pero desde noviembre hasta el 18 de febrero, día en

que fue suspendido su encuentro ante Indiana debido al desprendimiento de una

lámina de acero del techo del Assembly Hall, según los técnicos por la nieve y hielo

acumulado en el tejado, los Hawkeyes llevaban una temporada muy notable con 19

victorias y 6 derrotas. Victorias importantes ante Xavier, Notre Dame, Nebraska, Ohio

State, Minnesota, Illinois o Michigan, lo que les hizo figurar en el ranking de la AP

durante 15 semanas, llegando a alcanzar la décima posición. Tras el planchazo, llegó

el desfondamiento, llevando su record a un 20-12.


Ya la pasada temporada habían dejado un buen sabor de boca los Hawkeyes, siendo

invitados para el NIT, torneo en el que solo cedieron en el MSG ante Baylor en el

partido final.

Iowa es un equipo bastante profundo que no perdía ningún titular de la temporada

pasada. Con hasta once jugadores participando en la rotación y con un importante

grado de veteranía, 3 seniors y 3 juniors con muchos minutos.

El quinteto titular más habitual es el formado por Mike Gesell, base sophomore muy

sobrio, buen defensor y con un lanzamiento un tanto errático; Roy Devin Marble,

escolta senior con mucha clase. Muy bueno en las entradas a canasta de las que

suele sacar dos puntos o dos tiros libres. Con buen manejo de balón y una visión de

juego bastante decente. Su tiro exterior es bastante mejorable. Melshan Basabe

también senior, es un buen jugador de complemento que ayuda en las labores

oscuras, destacando en la faceta reboteadora. El junior Aaron White es el hombre para

todo. Puntos, rebotes, bloqueos, lo que haga falta. Completa el quinteto Adam

Woodbury un 7-1 zurdo, con bastante movilidad, pero algo blandito.

Oglesby, Uthoff, Olaseni, Clemmons, McCabe y el freshman Jok, tienen sus minutos

saliendo desde el banco. Los más destacados son Jarrod Uthoff, alero fuerte, y Josh

Oglesby, escolta, que pueden llegar a ser muy buenos tiradores.

Los Hawkeyes hacen un juego bastante ofensivo, son el décimo equipo en puntos

anotados por partido, apoyados en un juego colectivo que les ha colocado en el

undécimo lugar de los equipos con más asistencias.

En Dayton les espera la Tennessee de Jarnell Stokes y Jordan McRae. No va a ser

un partido fácil. De superar este primer reto, los Minutemen de Massachusetts serán el

segundo escollo. Después cimas más altas, pues tienen en el cuadro a Duke. Después

Michigan. Más tarde Louisville, Kentucky o Wichita State…..

La estrella: Roy Devin Marble, hijo de la estrella de la misma universidad Roy Lane

Marble quién todavía es el máximo anotador del programa. El padre de Marble llegó a

disputar 29 partidos en la NBA entre Hawks y Nuggets. Su hijo también aparece en

algunos mocks predraft. Marble hijo ha sido candidato All America y seleccionado en el

primer equipo de la Big Ten, algo que no sucedía con ningún miembro de los

Hawkeyes desde 2007 con Adam Hulaska. Esta temporada ha sido el 1º en tiros libres

lanzados, 4º en robos y 4º en puntos por partido en la Big Ten.

Es el líder indiscutible del equipo. Sus movimientos son muy elegantes, se diría que

juega con frac. Amasa bastante balón en los ataques de su equipo. No le tiembla el

pulso en los momentos calientes.

No os perdáis a: Aaron White, con 6-8 es un jugador muy fibroso y móvil. Hace de

todo, lo que necesite el equipo. Ha terminado la temporada con 13 puntos y 6,7

rebotes de media. Típico jugador que al terminar el partido y mirar las estadísticas te

sorprende que haya hecho tantas cosas.


#12 NORTH CAROLINA STATE WOLFPACKS

(21-13, 9-9 ACC) Raleigh, North Carolina

Iván Ortiz. Fueron sorpresa a final de temporada por el nombramiento de T.J. Warren

como hombre del año en la ACC, pero si realmente North Carolina State estará en el

punto de mira durante el transcurso de todo el evento fue precisamente por eso, por su

presencia en el mismo. Con un registro modesto y provocando que la SMU de Larry

Brown se quedase fuera a pesar de contar con buenos argumentos. La sorpresa fue

mayúscula incluso para los propios Wolfpack, que no se esperaban la presencia.

Ahora les toca devolver la apuesta, les toca ofrecer rendimiento y demostrar que no se

han equivocado con incluirles, aunque necesitarán algo más que apostarlo todo a

Warren para sacar beneficios.

Y es que el rendimiento de North Carolina State ha sido muy intermitente y modesto. A

pesar de que hay que apuntarles a su favor, eso también es cierto, que han tenido que

ir recomponiendo piezas, que han tenido salidas, y que se han modelado de manera

correcta. T.J. Warren ha tenido un año sensacional. Un anotador en su máxima

expresión que puede conseguir que lo más complicado acabe entrando, que anota a

pesar de las dificultades y de quien se ponga por delante, y que puede hacerlo de

múltiples maneras. La modelación que hemos mencionado anteriormente ha pasado

también por la dirección. Anthony ‘Tiki’ Barber y Tyler Lewis tenían un estilo muy libre,

espectacular y ofensivo, y han adaptado todo ello por el bien del equipo. Lewis se ha

vuelto más comedido y Barber modera más sus intentos casi suicidas y inverosímiles

de entrar a canasta. Aunque Barber sigue teniendo ese toque tan clásico de base

americano eléctrico de anotar en una baldosa cuando menos te lo esperas.

Ralston Turner y Desmond Lee son dos hombres de trabajo para el equipo y la

presencia más notable en el exterior que tiene North Carolina State en plantilla a día

de hoy. Turner es un poco más atrevido en el apartado ofensivo pero todos trabajan

por el bien del equipo y en parte tratan de aportar más opciones de pase a los

directores en cuestión y liberar a Warren para que anote.

Muchísimo cuidado al potencial interior de los Wolfpack, porque tienen hombres para

todas las situaciones y pueden hacer mucho daño por ahí. Se amoldan a cualquier

estilo y incluso Warren puede actuar de cuatro abierto, combinándose con Turner y

Lee para dejar a un solo hombre dentro. El australiano Jordan Vandenbergh suele ser

el escogido de inicio, un hombre tosco y trabajador que hace su faena sin depender de

nada. Se esperaba algo más del prometedor Beejay Anya, pero ha tenido todo el año

problemas de faltas y su físico todavía no le permite disputar muchos minutos sin que

sea dosificado. Ahí han entrado en acción Kyle Washington y Lennard Freeman,

ambos de primer año pero que no han tenido ningún problema a irse al interior y

pelear todo lo necesario.

Es curioso el hecho que tengan más opciones casi para actuar por dentro que por

fuera, pues no es una configuración que se de muy habitualmente en el baloncesto


universitario. Warren al “3” permite que tanto Washington como Freeman pasen al “4”,

y se puedan rotar Turner y Lee en el “2”, pero todo dependiendo de la situación

interior. Pocos equipos pueden presumir de esta situación pero quizás se echa de

menos un poco de profundidad por fuera, alguien más que pueda actuar diferente, con

tiro, que pueda abrir el campo de manera diferente.

Tendrán mucha presión por el modo en el que han entrado y la situación generada a

raíz de su entrada, pero ello les debe motivar a hacerlo bien, a mostrar que lo correcto

ha sido darles una oportunidad en la locura. Además, Warren también tiene que

demostrar que merece todas las buenas menciones y el reconocimiento del público.

North Carolina State entra con mucho que demostrar y esperemos que lo cumplan con

creces.

LA ESTRELLA: T.J. Warren – Ha sido, a pesar de las dudas y de las posibles quejas,

el hombre del año en la ACC, y tiene que hacer buen honor a ese título. Puede anotar

casi de cualquier manera conocida, no tiene problema en asumir el peso del ataque y

el buen hacer de los Wolfpack depende casi siempre que Warren tenga un buen día.

Si lo tiene, y cuenta con un poco de compañía, son un excelente conjunto. Ha asumido

el rumbo del equipo después de las bajas con seriedad y buen hacer.

NO PERDÁIS DE VISTA A: Anthony Barber – A pesar de que este año haya estado

más comedido en la anotación y sus porcentajes de tiro todavía sean mejorables, es

un hombre que lleva el anotar en su estilo, y que en cualquier momento puede sacar

una acción para conseguir una canasta. Base eléctrico y rápido, muy hábil botando y

driblando, debe asumir un poco más de responsabilidad porque Warren estará muy

controlado siempre por las defensas rivales.

#12 XAVIER MUSKETEERS

(21-12, 10-8 Big East) Cincinnati, Ohio

Jorge Díez. La presencia de los Musketeers en el baile es muy sorprendente, pues si

bien es cierto que han mejorado su 17-14 de la temporada pasada; no lo han mejorado

lo suficiente. En cualquier caso vuelve el equipo que hasta el año pasado acumulaba 7

participaciones consecutivas en el Madness con frecuentes visitas al Sweet Sixteen,

así que saben de que va esto. Su calendario de fuera de conferencia ha sido irregular

(victoria y derrota ante Tennessee, victoria ante Cinncy pero también derrota ante

USC) y tampoco han destacado en la Big East como para ganarse la invitación. De

hecho acabaron la temporada con un 6-8 en sus últimos 14 partidos y con un 1-3 en

los últimos 4, por lo que se hace difícil comprender la invitación. Cierto es que su seed

no es muy alto y les han hecho disputar los First Four ante un equipo al alza como

North Carolina State, por lo que no tendrán fácil entrar en el cuadro de 64. Actualizado:

A la hora de salir esta guía, Xavier ya ha quedado apeada del torneo en el partido

disputado el martes ante los Wolfpack.


Xavier es un equipo que sí cuenta con un talento del nivel del Madness, pero no lo han

sabido convertir en un equipo ganador quizá por la juventud de su plantilla con un solo

senior entre los hombres relevantes. Son un equipo que en ataque tiene varios

creadores de juego lo que les permite anotar con soltura y eficacia a pesar de no ser

un equipo de ritmo alto. Su mejor jugador es Semaj Christon, un proyecto de primera

ronda del draft que sin embargo no acaba de despuntar como base, la posición a la

que parece predestinado en profesionales. Christon es un jugador de buen físico, con

capacidad de lanzar ocasionalmente desde fuera pero que genera casi toda su

producción tras dribbling, tanto atacando el aro como penetrando la defensa y

encontrando a sus compañeros. Pero no es el base del equipo, sino el anotador

principal; quien lleva la manija es el pequeño Dee Davis, un jugador todo corazón que

dinamiza el ataque y puede amenazar desde fuera ante sus limitaciones físicas. Con

ellos complementa el exterior el alero Justin Martin, jugador con un buen lanzamiento

de media y larga distancia.

En la pintura los Musketeers también cuentan con buenos anotadores como el senior

Isaiah Philmore que puede anotar desde la media distancia y sobre todo Matt

Stainbrook, un transfer que amenaza desde el poste bajo y es muy importante en el

rebote. La mala noticia para Xavier es que Stainbrook se lesionó a principios de marzo

y su aportación ha estado limitada en los últimos partidos. Jugará ante North Carolina

State, pero sin estar al 100% Xavier puede sufrir si no se encuentra cómodo, pues se

limitarían mucho las posibilidades ofensivas. Stainbrook solo anota 10 puntos por

partido, pero las opciones que aporta en ataque son muy importantes para la fluidez

general.

En el banquillo cuentan con un par de buenos elementos como Myle Davis, otro base

que a veces juega junto a Dee Davis y Semaj Christon formando un juego exterior

pequeño pero muy dinámico; y para la rotación interior con Jalen Reynolds y James

Farr, dos jugadores que aportan pelea en los aros. También el freshman Brandon

Randolph es una posibilidad para el exterior pero ha venido jugando poco.

Se puede decir que los Musketeers han cumplido ya llegando hasta aquí visto como

ha ido su temporada, sin embargo no es fácil olvidar la competitividad de equipos

anteriores y podrían suponer una sorpresa. Para ello necesitan a un Stainbrook

integrado en el juego y que su defensa se sitúe al nivel de su ataque, sobre todo para

parar a los atléticos jugadores de North Carolina State, para los que quizá no tengan

respuesta, sobre todo con un TJ Warren de dulce últimamente y ascendiendo en las

predicciones del draft.

La estrella…Semaj Christon. Aunque el escolta es un jugador que no ha acabado de

resultar todo lo dominante que Xavier espera, sí es el mejor jugador tanto en la

actualidad como en proyección futura. Buen físico, buen dribbling, si está acertado en

el tiro se convierte en un jugador con más recursos porque sino las defensas le

cerrarán el camino a la pintura.

No os perdáis a…Matt Stainbrook. Un jugador fundamental porque sabe buscarse

sus canastas al poste lo que rebaja la intensidad de la defensa sobre los exteriores y


es capaz de identificar las debilidades rivales para favorecer el ataque. La duda es si

estará sano para que lo veamos a pleno rendimiento.

# 13 MANHATTAN JASPERS

(20-12, 11-5 Metro Atlantic) Riverdale, The Bronx, New York

Iván Ortiz. Manhattan ha conseguido ser un conjunto contra el que nunca es sencillo

disputar un partido, y es que el planteamiento defensivo y el estilo que propone Steve

Masiello busca precisamente eso, que el rival no esté cómodo y de esta manera

potenciar las habilidades del equipo y no permitir que el partido se mueva en unos

términos en los que no van a poder obtener un beneficio.

Presionando el bote y la conducción cómoda del rival o bien en una defensa zonal muy

activa y móvil, Manhattan es un equipo con conocimiento de causa y que sabe muy

bien lo que tiene que hacer. Tienen veteranía y son un grupo muy sólido en el plano

defensivo, se mueven mucho, son duros cuando tienen que serlo y es muy difícil

sacarles del partido en ese aspecto.

El problema de Manhattan reside en que se encuentran mucho más cómodos en

ataques rápidos, cuando la defensa rival todavía no se ha situado y en momentos en

los cuales tienen espacios para moverse bien. Son muy activos y usan muchos

bloqueos para conseguir buenas opciones de tiro. Pero precisamente les falta eso, un

hombre que tenga tiro de manera consistente. Tienen hombres que pueden anotar

tiros, pero no tienen a hombres que resulten una amenaza constante abierta y

preparada. Shane Richards es quizás el hombre más destinado a ello.

La anotación pasa por que George Beamon y Michael Alvarado tengan un buen día y

se encuentren cómodos en sus posiciones de tiro. Tienen buena capacidad para

conseguir anotar, mientras que el interior lo gestiona Rhamel Brown, un excelente

taponador que resulta clave en muchas de las acciones defensivas. Tienen más

miembros interesantes, pues junto a Brown está el imponente Ashton Pankey, que no

tiene problemas tampoco en colocar tapones. Por fuera, Emmy Andujar es otro buen

trabajador de equipo, RaShawn Stores le puede imprimir al juego ese ritmo alto que

tanto gusta en ataque, que provoca desequilibrios y que abre opciones para Beamon y

Alvarado, es decir, que Manhattan cuenta con opciones y sobre todo con una

profundidad que les permite ejecutar bien esos mecanismos defensivos que implican

tanto trabajo físico.

Pueden dar la sorpresa. En realidad todos los participantes pueden darlo, no es

ninguna novedad, pero en el caso de Manhattan, son un grupo experimentado que

sabe a lo que está jugando. Son sólidos, por supuesto con sus fallos y sus puntos

débiles, pero es por ello que aplican sus mecanismos y tratan de imponer su modo de

juego, para que el partido se mueva en los puntos que ellos quieren, y ahí son muy

peligrosos. Equipo a tener en cuenta.


LA ESTRELLA: George Beamon – El anotador de Manhattan. Siempre está en

disposición de encontrar la manera para hacer puntos. Además de ello, es un jugador

muy sacrificado por el equipo. Depende un poco del día que tenga y de la comodidad

con la que le permitan poder anotar, pero en transición y con ligeros espacios, es letal.

Parte de las opciones de Manhattan pasan por Beamon y un buen día en la anotación.

NO PERDÁIS DE VISTA A: Rhamel Brown – El hombre que se encarga de que todas

las entradas a canasta y los tiros cercanos no sean sencillos y no acaben en una

canasta en contra de Manhattan. Registra 3,7 tapones por partido y este año acumula

más de cien. Intimidador y activo siempre, es el hombre clave para que la pintura esté

bien protegida.

#14 MERCER BEARS

(26-8, 14-4 Atlantic Sun) Macon, Georgia

Jorge Díez. Todo buen baile necesita alguna canción inesperada que haga vibrar a la

audiencia y transmita la necesidad de disfrutar como si mañana no hubiera otra

canción que escuchar. Y esto es lo que pueden representar los equipos de la Atlantic

Sun que en los últimos años se han caracterizado por protagonizar agradables

sorpresas desde seed bajos (como claros ejemplos la derrota en 2008 por un solo

punto de Belmont ante Duke o la andadura de Florida Gulf Coast la temporada

pasada).

Ahora son los Bears quienes han conseguido alzarse con el campeonato de la A-Sun

(precisamente en su despedida, pues la próxima temporada jugarán en la Southern

Conference), presentando así su firme candidatura a Cinderella del Baile 2014. Su

temporada no ha tenido victorias muy sonadas (Ole Miss es su mejor presa) pero sí ha

demostrado ser competitiva, particularmente ante dos equipos de la Big 12 que

estarán en el Baile como son Texas y Oklahoma, a los que plantó cara.

Y es que Mercer no es una universidad desconocida entre las low major. Bajo el

mando de Bob Hoffman (sexta temporada al frente del equipo), se ha logrado construir

un programa a tener en cuenta: en 2012 lograron un torneo menor de postemporada

como el Collegeinsider.com; en 2013 lograron acceder al NIT y derrotar en primera

ronda a Tennessee; y por fin este año han logrado el sueño: clasificarse para el

Torneo NCAA. Un claro ejemplo de equipo que ha ido subiendo los peldaños de la

escalera hasta obtener el premio gordo, sobre todo para una universidad como Mercer

que llevaba desde 1985 sin clasificarse para el Torneo y que de hecho esta es solo la

tercera vez que lo consigue en su historia. Además esta temporada es la tercera

consecutiva en la que consiguen más de 20 victorias, algo que es totalmente nuevo en

el campus de esta universidad privada de Georgia.

Aparte de Hoffman, si hubiera que buscar un responsable de este gran éxito los dedos

solo pueden apuntar a un jugador: Langston Hall, el base del conjunto que ya fue MVP

del CIT ganado en 2012 y que desde entonces ha seguido siendo la brújula de este


equipo. Hall es un jugador de talento superior a sus compañeros, un base que hace

fluir el juego, sabiendo distribuir de la forma adecuada, esto es acertando en el donde

y el cuando. Sus porcentajes (3 de sus 4 temporadas por debajo del 40%) no hacen

honor a un muy buen jugador de low major pero si dan una pista sobre el pequeño

base: el tiro de 3 es su principal amenaza en ataque (y de hecho en todas sus

temporadas ha acabado intentando más tiros de 3 puntos que de 2)

Pero lo bueno de este equipo es que también tiene centímetros, algo de lo que suelen

adolecer estos conjuntos, con la presencia de Daniel Coursey. El pívot es un jugador

que no es especialmente atlético ni tiene un talento notable; pero sin embargo sabe

ganarse la posición, es listo buscando los espacios para que sus compañeros lo

puedan encontrar y así él anotar cerca del aro. Su presencia física también se hace

importante en defensa porque les permite competir contra programas de conferencias

potentes. La presencia de Coursey y la inteligencia de sus compañeros es la que

permite que el juego de Mercer no sea simplemente una sucesión de movimientos de

balón por el exterior hasta que alguien decide lanzar de 3 como sucede en muchos de

estos conjuntos. Los Bears son un equipo que sabe mover muy bien el balón,

aprovechan los cortes hacia canasta o la presencia de Coursey para atraer la defensa

y luego sacar el balón al exterior para un tiro liberado; siendo además un conjunto sin

pizca de egoísmo, por lo que es habitual ver un extra pass buscando una mejor

opción.

El hecho de poner al equipo por delante del individuo es algo que también se observa

en las rotaciones de Hoffman. Pues si bien el quinteto titular está claro (acompañando

a Hall y Coursey están dos tiradores como Anthony White Jr. y Bud Thomas en las

alas y Jakob Gollon como falso 4, moviéndose entre el exterior y el interior) en el

banquillo hay otros 7 jugadores que disputan entre 9 y 18 minutos) Todo ello configura

un equipo con mucha intensidad en cancha ante el reparto de minutos y otorga

importancia a un banquillo que cuenta con jugadores que pueden ser importantes en el

Madness como Ike Nwanu, principal referencia anotadora del banquillo, y Monty

Brown, que es casi un 7 pies.

Como guinda a este pastel, hay que tener en cuenta un aspecto muchas veces

infravalorado en la competición universitaria: Mercer es uno de los cinco equipos más

veteranos de la competición y el segundo más veterano del Madness. Su quinteto al

completo está viviendo su última temporada universitaria y como curiosidad, Jakob

Gollon es el segundo jugador que más partidos ha disputado en la NCAA (152 hasta el

momento, solo por detrás de los 157 de David Lighty)

La estrella...Langston Hall. Aunque sus porcentajes puedan hacer pensar en un

chupón de los que abundan por las low major, Hall es más que eso. Es un jugador que

sí sabe mantener a sus compañeros involucrados en el juego ofensivo y que además

puede disparar desde la larga distancia.

No os perdáis a...Daniel Coursey. Como decíamos, no es muy atlético, no tiene

mucho talento, no tiene carisma...pero es un pívot y eso se valora en las low major. Su


sola presencia física ya hace variar las posibilidades de Mercer que de otra forma

quedaría en un equipo menor.

#15 WOFFORD TERRIERS

(20-12, 11-5 Southern Conference) Spartanburg, South Carolina

Iván Ortiz. Iniciaban el año como un conjunto con claras necesidades de mejorar en

su apartado ofensivo, y acabaron siendo más valorado por las buenas maneras en

este plano que por otra cosa. A decir verdad, en la Southern no se consideraba otra

cosa que no fuese Davidson. En parte la clasificación de Wofford viene beneficiada por

la derrota de estos ante Western Carolina, a los que vencieron para poder entrar ellos.

Si bien es cierto que el registro en la Southern de Wofford es ligeramente más positivo

que el de Western Carolina.

Tienen un estilo calmado pero ordenado, estilo que comparten muchas mid-majors

que mueven el balón, van pasando y cortando hasta que encuentran una opción

segura con la que anotar.

Karl Cochran es el go-to-guy de Wofford y la principal referencia ofensiva. No tiene

ningún tipo de inconveniente en tirar desde la línea de tres puntos en cuanto le dan un

poco de espacio, y no es nada malo en el tema. Aunque le pueda faltar un poco de

altura para la labor, Lee Skinner es el hombre que más suele batallar en las cercanías

del aro, y entre ellos dos se reparten buena parte de las funciones de Wofford en el

ataque, aunque Spencer Collins es un excelente complemento para Karl Cochran en el

exterior. Si hubiese que nombrar una base de Wofford, estaría en ellos tres.

Tienen profundidad de rotación, pero la calidad desciende fuera de los tres que hemos

mencionado. Eric García es el hombre que suele subir el balón, permitiendo que tanto

Cochran como Collins estén por fuera y se abran a posiciones más anotadoras. Si

necesitan probar otras opciones anotadoras acuden a Jaylen Allen y John Swinton, si

hay que buscar más opciones en las cercanías del aro acuden a C.J. Neumann,

siendo este el quinto en discordia de manera últimamente habitual junto a Skinner en

la pintura y Justin Gordon, que aporta un punto más intermedio, aunque con más

tendencia al interior. Tienen rotación, pero falta altura, pues ni Neumann ni Skinner

son demasiado altos para las labores que suelen cumplir, aunque sí que tienen

movilidad, como en el caso de Skinner, que complica la vida a hombres menos hábiles

en ese aspecto.

Su función principal va a ser la de disfrutar del evento, la de aprender y ofrecer lucha a

quien tengan por delante. Son un conjunto modesto, con su estilo y su configuración

personal, con menor poder de decisión sobre lo necesario pero con una implicación

importante y con las ganas de demostrar que si bien no pueden obtener una victoria,

que pueden ofrecer lucha y dificultades a cualquier rival que tengan delante.

LA ESTRELLA: Karl Cochran – El hombre clave para que Wofford esté en el baile. El

exterior es un excelente arma ofensiva y el hombre referencia para que la anotación


de los Terriers vaya hacia delante. Si tienen alguna pequeña opción de sorprender,

pasa por un buen partido de Karl. Tiene capacidad también para subir el balón aunque

le gusta más anotar, que es su labor principal y en la que mejor rinde.

NO PERDÁIS DE VISTA A: Lee Skinner – Es el hombre que más suele aportar por

dentro en un equipo que no va demasiado sobrado de altura. Skinner es un interior

con movilidad, que le pone muchas ganas y que no tiene problemas en irse hacia su

defensor y tratar de anotar tras contacto si esto es necesario. En un evento con juegos

interiores duros y con todos aportando el máximo, van a necesitar una buena dosis de

Lee Skinner si quieren ofrecer lucha.

#16 CAL POLY MUSTANGS

(13-19, 6-10 Big West) San Luis Obispo, California

Después de 20 años jugando en Division I, los Mustangs han logrado clasificarse para

el torneo final. Probablemente nadie lo pensaría antes del torneo de la Big West

teniendo en cuenta el récord negativo, tanto en la temporada como en la Big West.

Pero sin embargo un buen torneo de conferencia donde eliminaron a los dos

principales equipos de la misma les ha llevado hasta aquí. Disfrutarán del ambiente

porque del juego es más dudoso, incluso ante Texas Southern con quien tienen la

previa antes de enfrentarse a Wichita State tienen un partido complicado. Son el

invitado sorpresa que nadie esperaba.

Como es lógico en un equipo con record negativo incluso dentro de la Big West, son

un equipo con más limitaciones (muchas más) que virtudes. No tienen físico y juegan

con mucho pequeño pero tampoco es que sean un buen equipo desde el triple como

otros conjuntos de su nivel. Su jugador más diferencial (es un decir) es Chris Eversley,

un jugador versátil de 2 metros que en muchas ocasiones juega de 5, en otras de 4, y

que no solo es su mejor anotador sino también quien decide el desarrollo del juego.

Cuando le hacen llegar el balón a 4-5 metros del aro, llega el momento de decidir si

tira desde ahí, penetra o pasa a un compañero. Es el líder de un conjunto mediocre

por lo que nadie debe esperar un jugador de excelso talento pero sí un jugador

intenso y que guía al equipo.

Junto a él tienen importancia dos jugadores como Dave Nwaba, un escolta atlético que

rompe hacia canasta y ayuda en el rebote, y Kyle Odister, otro escolta con buen

lanzamiento exterior lo que ayuda a crear espacios al equipo. Para completar el

quinteto cuentan con un base mediocre como Jamal Johnson y un interior que aporta

un punto físico pero no demasiados centímetros como Joel Awich, procedente de

Kenia.

En el banco tienen otras opciones, sobre todo para el interior como un 2,05 como

Brian Bennet (jugador más alto del equipo) o Zach Gordon, cuya importancia se ha

reducido. En el exterior ni Maliik Love ni Ridge Shipley son jugadores que puedan


aportar a este nivel. Mientras, a Reese Morgan le han recuperado hace pocos partidos

tras lesión y habrá que ver como de sano está y si puede aportar.

En definitiva, un conjunto muy mediocre al que es difícil concebirle esperanzas más

allá de la racha positiva por la que atraviesan y la confianza que da. Tratarán de llevar

el partido, cualquier partido, a un ritmo lento donde con pocas posesiones se

minimicen sus errores y puedan maximizar los puntos que anoten; complicado en

cualquier caso. Aún así, a todos nos gustaría poder estar en su lugar y que los focos

de todo el país alumbren, así que...enhorabuena Mustangs.

La estrella…Joe Callero. No puede haber otra estrella que el entrenador que ha

conseguido llevar a un equipo tan limitado en todos sus miembros y en una racha tan

negativa hasta el Madness.

No os perdáis a… Chris Eversley. No es un anotador especialmente prolífico, ni un

jugador con capacidades técnicas o físicas de importancia; pero es un líder en cancha

para los Mustangs y es suficiente. Su versatilidad es su mejor arma.

#16 TEXAS SOUTHERN TIGERS

(19-14, 12-6 SWAC) Houston, Texas

Borja Boto. Es difícil ser un equipo de una conferencia pequeña en el inmenso

océano que es la NCAA. Y más en estos tiempos de realignment eternos y autopistas

que conducen hasta la creación de macro-conferencias con todos los poderosos. No te

echan en cuenta todo el año y solo pondrán tu reseña cuando ganes tu torneo de

conferencia. Participas en el gran baile. Te cuelas con tu camisa de cuadros y tus

bambas en una fiesta de esmoquin y etiqueta obligatoria.

No hablo de mid-majors ni de semi mid-majors, hablo de conferencias pequeñas.

Porque de entre todas hay niveles. De pequeño tamaño ratón a pequeño tamaño

escarabajo pelotero. Ahí se encuentra la SWAC, la conferencia sureña formada por las

llamadas HBCU (historically black colleges and universities). La última en RPI. Año a

año desde 2009 (si no tenemos en cuenta esa cosa rara que fue la Great West).

Es solo un día. Será en Dayton un martes o un miércoles, pero lo disfrutas igual. Se

llame play-in-game o se llame First Four. Antes hablaba de dureza, dificultad, pero

quizá también tenga sus cosas buenas: es posible que la sensación de éxito pleno al

llegar hasta ahí con esos medios sea algo que ningún Duke o Kansas pueda

experimentar.

A pesar de ser la última en todo, de esta conferencia han salido jugadores con

carreras largas y fructíferas, como Avery Johnson o Lindsey Hunter (sureños,

sureños). Entre campos de algodón y maizales, con el sudor de su frente, también

brotan profesionales de la pelota naranja.


La SWAC la forman 10 universidades y permanece intacta desde hace unos cuantos

años. No es la Ivy League, pero se podría decir que también son un selecto club del

que no todo el mundo puede formar. Esta temporada el torneo de conferencia sufría

una alteración ante el hecho insólito de que cuatro programas eran declarados no

elegibles para la post-temporada (digo el torneo, las sanciones por APR –las notas,

vaya- son habituales aquí).

Ante la posibilidad de un torneo descafeinado con solo seis equipos, la NCAA ha

otorgado un permiso especial para que todos los equipos lo puedan disputar y que el

que tenga todos los papeles en regla y llegue más lejos, sea el que represente a la

SWAC en el torneo final.

El campeón de la regular, Southern, estaba baneado, y los directivos pusieron el

caché necesario para que este año el torneo de conferencia se disputase en el Toyota

Center de Houston (Texas Southern está allí), así que se puede decir que la entrada

para el baile se la han servido en bandeja de plata a los Tigers.

Centrándonos en este conjunto, hay dos nombres que resaltan con mayúsculas: Mike

Davis, el entrenador, y su pívot titular, Aaric Murray.

Mike Davis es un perro viejo en la competición de las cuatro siglas. No hace falta

peinar canas para acordarse de cómo tuvo el marrón de dirigir a Indiana tras la

despedida del viejo loco Bobby Knight. ¿Plaza difícil? No, la que más. En lo que fue un

periplo a mi gusto más que aceptable, consiguió meter a un equipo ¡con Jared Jeffries

como estrella! en la final del gran baile. No sirvió, porque a decir verdad casi nada iba

a servir.

Tras entrenar a UAB en su estado natal de Alabama, le llegó el reto absoluto de

hacerse cargo de estos Tigers de Texas Southern. Como siempre que ha cogido a un

equipo, se puede decir que no va mal: tres años, un campeonato de liga regular y un

billete al torneo final. Y ya son tres equipos con los que lo consigue, todo un logro.

Esta pequeña universidad tejana solo lo había conseguido cuatro veces, la última en

2003.

Y el otro nombre al que hacía referencia es Aaric Murray. Porque además de los

resultados, dos cosas hay que reconocerle a Mike Davis desde que se ha hecho cargo

de Texas Southern: primero, su valentía confeccionando el calendario (este año

prácticamente todos sus partidos no-conferenciales han sido fuera de casa y muchos

contra majors, con el premio de la victoria en cancha de Temple –ay, Temple-) y

segundo, conseguir a un jugador del nivel de Aaric Murray.

Murray es un 2,08 que fue un top-100 de jugadores de instituto en la clase de 2009 y

que tiene cuerpo y talento suficientes como para destacar en universidades de primer

nivel. Digo esas dos cosas dejando entrever que le faltan otras. Cabeza, la primera.

Sobre todo cabeza.

Natural de Philadelphia, tras dos prometedoras campañas jugando en casa para

LaSalle (en la segunda promediaba 15 puntos en apenas 28 minutos de juego), le


pareció que su juego tenía poca exposición y que debía buscar el transfer. No se

entendía con Giannini. Tampoco lo hizo muy bien con Huggins en West Virginia

cuando, en una mala noche de diciembre de 2011, fue arrestado por posesión de

marihuana.

Tenía que empezar de cero. Buscar su redención. Y Mike Davis y Texas Southern le

ofrecieron la posibilidad. Ahora en la cancha promedia más de 20 ppp, y deslumbra

como en aquella citada victoria en cancha de Temple en la que anotó 48. Fuera de ella

visita dos veces al día un centro de rehabilitación con la ayuda de John Lucas –el ex

NBA experto en tratar jugadores con estos problemas- mientras sueña con poder

ganarse algún día el pan en la mejor liga del mundo. O si no donde sea.

Como lo hicieron en otro tiempo Avery Johnson o Lindsey Hunter.

Con el sudor de su frente.

La estrella es: Aaric Murray. Se planteó saltar a la NBA tras su temporada freshman

y desde entonces todo ha ido de mal en peor. En Texas Southern empieza a sacar la

cabeza de debajo del agua, y parece dispuesto a demostrar que ha cambiado.

Lógicamente en la SWAC -donde ha sido nombrado jugador del año- es una fuerza

interior imparable, pero centrado, ante equipos de cierto nombre, también ha

destacado: 48 a Temple, 30 a Tulsa, 28 a Stanford. Ha trabajado en movimientos al

poste y a pesar de su dolorosa mecánica de tiro, tampoco se le debería dejar solo a

cuatro metros del aro. Bien en TL. Sus números de tapones en una conferencia tan

modesta no me valen, debe mejorar defensivamente si quiere que los ojeadores se

detengan en verle más tiempo.

No te pierdas a…: Es cruel, pero esta sección podría ser un calco de la anterior. El

único jugador de los Tigers al que alumbra algún foco es Murray. Voy a citar los dos

nombres de los dos siguientes mejores anotadores del equipo: D’Aris ‘D.D.’ Scarver,

transfer de Marshall, muy tirador pero poco metedor y Jose Rodriguez, un boricua-

dominicano del Bronx que llega de JUCO. Este chico también tiene una historia detrás,

puesto que su hermano pequeño fue asesinado hace un par de años y parece que se

ha sobrepuesto con el baloncesto. Quién sabe, quizá algún día lo veamos jugando

para Piratas de Quebradillas.




#1 FLORIDA GATORS

(32-2, 18-0 SEC) Gainesville, Florida

Jorge Díez. A pesar de que Florida era uno de los equipos a tener en cuenta antes de

empezar la temporada, una vez iniciada parecía complicado verles en el Baile con el

número 1 nacional que ahora ostentan. A una plantilla extensa le unían la experiencia

que da haber llegado tres temporadas consecutivas a Elite Eight, las puertas de la

Final Four; una excelente carta de presentación. Sin embargo han tenido que pasar

por bastantes dificultades para llegar hasta aquí. En pretemporada hubo una plaga de

lesiones que dejó prácticamente sin banquillo al equipo e hizo que varios jugadores

empezarán retrasados su preparación; a eso se le unió las suspensiones de Wilbekin,

timón y líder de este equipo, Finney Smith y Damontre Harris; y culminó con la guinda

de la no elegibilidad en el primer semestre de Chris Walker, el mejor recruit de este

año.

Todo ello produjo que Eli Carter (transferido desde Rutgers) haya tomado esta

temporada como redshirt para recuperarse de la lesión y D. Harris dejara el equipo,

aunque un mes después fue readmitido con vistas a la temporada 14-15 y sin poder

disputar esta. Estos inconvenientes ayudaron a que los Gators perdieran su segundo

partido de la temporada ante un duro rival como Wisconsin pero a partir de ese

momento solo un tiro de Napier en los últimos instantes les ha conseguido mandar a la

lona. Desde el 2 de diciembre, fecha de esa derrota ante Connecticut, acumulan 26

victorias consecutivas, incluidos triunfos ante Kansas, Memphis y un impoluto 18-0 en

una devaluada pero siempre peligrosa SEC. A su triunfo en la liga regular y el torneo

de la SEC quieren añadir ahora el título nacional, que no saborean desde 2007.

Y para lograrlo no cuentan como otros equipos con un gran proyecto NBA que los

ojeadores tengan marcado en rojo en sus libretas de cara al draft; pero sí con muy

buenos jugadores universitarios, algunos con opciones de encontrar un hueco en un

banquillo NBA y otros predestinados a equipos potentes de Europa.

Sorprendía el año pasado que escogiésemos a Wilbekin como estrella del conjunto de

Florida en esta misma guía, pero el base no ha hecho más que confirmar su calidad

esta temporada. El jugador natural de Gainesville (sede también de la universidad)

tiene dos caras: una conflictiva fuera de la cancha y otra de líder natural dentro. Es un

base que mezcla a la perfección las características de anotador y de distribuidor, no

siendo especialmente destacado en ninguna de ellas pero útil y decisivo en ambas si

el partido lo requiere, y es además un consumado defensor. A pesar de la llegada de

un buen proyecto de instituto para la posición como Kasey Hill, es Wilbekin el

termómetro de este equipo y de quien dependen muchas de sus opciones, sobre todo

si el balón quema mientras los segundos del reloj van pasando inexorablemente.

Pero no es Florida un equipo que dependa de un solo jugador. Si solo se pudiera

destacar una característica de los Gators esta sería su defensa, una de las mejores

del país. Esta defensa se crea no solo a través de buenos defensores individuales,

también de mucho trabajo táctico. Es marca de la casa su defensa de presión a toda


pista donde Yeguete antes era la pieza clave como punta de lanza gracias a sus

características físicas; pero un lugar que ahora también ocupan Finney Smith o

Prather. Esta defensa permite solo 58,5 puntos y tiene argumentos para frenar a

prácticamente todos los equipos y jugadores de la competición.

En ataque es donde Florida sufre un poco más sin la presencia de un gran talento que

dé un paso al frente y a veces pecan de cierta irregularidad. Sin embargo tienen

versatilidad y armas suficientes para sostener partidos de alta anotación, aunque no es

el terreno donde mejor se mueven. El máximo anotador de esta temporada, y una de

las mayores sorpresas de la NCAA, es Casey Prather; un senior que ha progresado

enormemente en sus 4 años en Florida y que es un alero físico que se aprovecha muy

bien de ello para llegar a canasta y aprovechar lo que sus compañeros crean, pero

que también es capaz de realizar buenos pases si su opción a canasta está cerrada.

Junto a él completa las alas Michael Frazier, uno de los mejores tiradores de la

competición y principal encargado de no dejar que las defensas rivales se cierren.

En el juego interior tienen dos grandes defensores: el ala pívot es el francés Will

Yeguete (también puede jugar de 3), un jugador castigado por las lesiones pero con un

muy buen físico y capacidades defensivas; mientras que el pívot es Patric Young, una

pequeña roca algo falta de centímetros para ocupar esa posición en la NBA. Young

fue en su tiempo un gran proyecto NBA, pero ahora aspira a ocupar un puesto de

tercer interior; lo que no quita para que esté algo infravalorado a nivel NCAA. Se trata

de uno de los mejores pívot de la competición, gran defensor (tras progresar de ser

simplemente un monstruo atlético que saltaba a todas las fintas) y correcto anotador.

Esa capacidad anotadora es la que más se pone en duda, pero en este tiempo de

universidad Young ha desarrollado algunos movimientos para ejecutar su gancho con

ambas manos que le dan réditos pero carece de un touch natural que le haga un

anotador eficiente.

En el banquillo aguardan su oportunidad Kasey Hill y sobre todo Dorian Finney Smith,

uno de los mejores sextos hombres de la competición. El transfer procedente de

Virginia Tech es un alero con talento de titular y un jugador versátil que ayuda tanto en

el rebote como en la fluidez ofensiva, aunque tiene en el tiro su principal lacra. Por

dentro, la elegibilidad de Chris Walker para el segundo semestre les viene muy bien,

pues el freshman es un jugador verde pero con una capacidad atlética tremenda lo

que les aporta una presencia física desde el banquillo que no poseían. También ha

sido una agradable sorpresa desde el banco DeVon Walker, un 3-4 que aporta físico y

lanzamiento exterior, el principal punto débil del conjunto.

Tras la salida de anotadores prolíficos pero que también abusaban del balón como

Walker, Rosario o Boynton; Florida se ha configurado este año como un conjunto más

colectivo en ataque donde todos tienen sus oportunidades. Las alternativas son

variadas desde meter el balón a Young al poste, trabajar para el tiro liberado de

Frazier, el pick and roll con Wilbekin&Hill al mando hasta aprovechar las capacidades

atléticas de Prather, Yeguete y Finney Smith.


Variedad de armas defensivas y ofensivas porque Florida es probablemente el equipo

de la competición con más recursos. Aparte del tiro exterior donde flojean más, tienen

la experiencia (4 senior en el quinteto), el físico y talento suficiente para ganar la

NCAA. Pero para ello tendrán que superar la competencia de la dura South Region,

donde el comité de selección ha puesto muchas trabas para ser el número 1 nacional.

La estrella...Scottie Wilbekin. El base es un defensor de primer nivel, de lo mejor de

toda la competición, y en ataque no es un base distribuidor pero sabe como involucrar

a sus compañeros y no es anotador, pero sabe como sumar puntos y sobre todo

decidir partidos.

No os perdáis a...Patric Young. Porque llega al final de su carrera universitaria sin

explotar pero sí habiendo mejorado mucho. Es inamovible en la zona, un buen

defensor y reboteador, y un jugador que puede ser importante a lo largo del torneo con

puntos en el poste bajo.

#2 KANSAS JAYHAWKS

(24-9, 14-4 Big 12) Lawrence, Kansas

Luis Argeo. Antes de comenzar la temporada, Bill Self afirmaba que el freshman

Andrew Wiggins -¿alguien no lo conoce a estas alturas?- era el jugador más

promocionado y publicitado que Kansas ha tenido desde, probablemente, el bueno de

Danny Manning. Quizá incluso desde los remotos tiempos de Wilt Chamberlain. Danny

Manning ganó el título nacional y fue elegido nº 1 del draft de aquel 1988. Y qué decir

de Chamberlain… Sobran las palabras. Así pues, y tras haberlo visto en acción, nadie

duda de que tenemos ante nosotros a otro próximo profesional a las puertas de una

meteórica carrera. Pero…, transcurridos unos meses desde las alegres declaraciones

de su entrenador, al joven Andrew Wiggins le han surgido cercanos competidores con

quienes disputarse el trono del draft 2014, y ni siquiera ha conseguido convencer a los

entrenadores de la Big 12, que hace semanas otorgaban el título de Player of the Year

de la conferencia a un jugador prototípico, completo aunque no sobresaliente, otro

canadiense, el alero senior de Iowa State… ¡Melvin Ejim!

Si en torno al torneo que hará Wiggins pueden surgir dudas, éstas se pueden hacer

extensibles a todo el conjunto de Bill Self, tras las sensaciones que los Jayhawks han

transmitido a lo largo de la temporada. O en el torneo Big 12. Que sí, que Kansas ha

dominado hasta alzarse en el primer puesto de regular sin excesivos problemas. ¡Por

décima vez consecutiva! Nadie dudaba de ello allá por el mes de octubre. El equipo es

sólido. Sin embargo, son las cuatro derrotas ante contrincantes de conferencia,

sumadas a las cuatro anteriores de los primeros meses del curso contra universidades

inferiores en plantilla y reputación -aunque no en pronósticos-, las que abren los

resquicios por los que se cuelan ciertas dudas sobre la solidez de un equipo llamado a

figurar en lo más alto del torneo final.


A finales de noviembre, Kansas perdía en casa ante Villanova durante un partido

trabado y de bajo marcador que podría volver a repetirse una vez avanzado el baile de

marzo. Si no con los Wildcats (enmarcada en otra región), con otro equipo de juego

parecido. Florida y San Diego State también son rivales con mejor ranking que

derrotaron a los de Kansas en los partidos previos a la temporada regular de la Big12.

Contra todos ellos, Bill Self veía cómo su equipo se quedaba muy lejos de su media

anotadora (que este año alcanzó los 79.6 ppp), siendo el partido contra San Diego

State el de menor puntuación del año, con 57 puntos (14 de la estrella canadiense).

Todos los partidos perdidos en su conferencia fueron a domicilio. Kansas se ha

mostrado intratable en Lawrence, pero el baile no lo disputarán en casa, ni ante tantos

seguidores jaleando desde sus gradas. Comenzada la temporada en la Big12, la

primera derrota llegaría en el octavo partido, jugado en Texas contra unos Longhorns

que por entonces despejaban de un plumazo las últimas dudas germinadas tras un

comienzo titubeante. El derbi perdido en la prórroga ante Kansas State no hizo tanto

daño como la derrota ante una fiera herida, una Oklahoma State decepcionante y

ávida de triunfos; y la derrota de la última jornada, en West Virginia, no podrá

achacarse a un exceso de relajación de los Jayhawks, sabedores ya de su indiscutible

liderazgo en la conferencia. En dicho partido, Wiggins marcó un nuevo récord de

puntuación para un freshman de Kansas, con sus 41 puntos en 39 minutos. KU perdió.

Embiid no jugó aquel partido. Pero, ¿dónde estaban el resto de sus compañeros?

Los Jayhawks devolvieron el golpe a los Cowboys en cuartos de final del PHILLIPS 66

Big 12 Championship, con otro partido destacable de Wiggins y un final con prórroga.

La semifinal, sin embargo, fue un suplicio para el joven canadiense, que no pudo

encontrar su tiro y acabó perdiendo ante Iowa State 94-83 y, con ello, su posibilidad de

conseguir un nuevo título y un seed #1 en el gran baile.

Es cierto que Wiggins no está solo ante el peligro. La gran sorpresa de la temporada

ha sido la vertiginosa asimilación del novato, Joel Embiid, que apenas lleva tres años

jugando bajo una canasta. El pívot camerunés ha desviado los focos y la presión que

soportaba su compañero, y eso ha beneficiado al rendimiento del equipo. Sin

embargo, una lesión de espalda que le impidió jugar los dos últimos partidos de la

temporada regular y el torneo de conferencia se ha convertido en la china del zapato

que puede entorpecer el baile de Bill Self este año. Embiid no tiene fecha de

reaparición, y podría perder todo marzo recuperándose. Por su parte, el jugador

tapado de Kansas, el alero Perry Ellis, se está aprovechando de la sombra alargada

de Wiggins y Embiid mientras estos dos se disputan el nº 1 del draft. Este sophomore

ha duplicado sus números respecto al año pasado, llegando a los 13.2 puntos y 6.4

rebotes (30 en semis frente a Iowa State). De él depende, en buena medida, el

equilibrio de los partidos comprometidos para los actuales Jayhawks. La inmediata

aportación del SG freshman Wayne Selden Jr. así como la dirección del otro guard, el

junior Naadir Tharpe, han hecho olvidar al desaparecido quinteto del año pasado,

comandado por Ben McLemore y el center Jeff Withey. Sin duda, el actual quinteto es

mucho más sólido, tanto en defensa como en ataque, y eso habrá de notarse en este

campeonato. Incluso sin Embiid.


Este año, los Jayhawks tienen la obligación de superar la actuación del último baile,

cuando Kansas cayó por dos puntos ante Michigan (a la postre, subcampeón del título)

en el Sweet 16. La marca no parece difícil de salvar desde su seed # 2 en la Región

Sur, pero de ahí en adelante, las fisuras de la temporada y la lesión de Embiid (Kansas

ha hecho un 3-2 desde su ausencia) pueden precipitar el final de los Jayhawks antes

de lo esperado por fans y analistas, lo que se convertiría en un auténtico fracaso,

incluso para las aspiraciones personales del gran Wiggins.

Por el camino se podrían encontrar con la aventurada New Mexico, Syracuse (# 3), y a

partir del Elite Eight podrían llegar UCLA o Florida (# 1). Sin duda, la Región Sur es

una de las más duras e impredecibles para pronosticar un ganador. Sin Embiid, los

Jayhawks lo tendrán más difícil todavía.

La estrella: Andrew Wiggins. El alero está llamado a hacer el Tournament de su vida

y entrar en la NBA como hicieron algunos grandes jugadores, con hitos históricos

universitarios. ¿Lo conseguirá?

No perdáis de vista a: Joel Embiid. Si su espalda le permite jugar, el Jugador

Defensivo del Año en la Big 12, la torre de los Jayhawks, la gran sorpresa de la

temporada será fundamental para Kansas en el transcurso del campeonato.

#3 SYRACUSE ORANGEMEN

(27-5, 14-4 ACC) Syracuse, New York

Juan Carlos Garnica. Empezaron la temporada como un equipo rondando el Top 10,

y la han pasado casi siempre entre los cinco primeros, con tres semanas en el nº 1 y

otras ocho en el nº 2, llegando a acumular un histórico 25-0 inicial, pero la sensación,

llegando el Torneo Final, es que el año no ha sido tan bueno, lo que es prueba del

máximo nivel de exigencia que el exitoso otoño de la carrera de Jim Boeheim

demanda.

Lo cierto es que Syracuse ha acabado 27-4, 14-4 en su debut en la ACC, superando a

Duke y North Carolina, y aunque en el Torneo de Conferencia cayó ante The Wolfpack

a las primeras de cambio, siguen siendo cifras notables.

Pero más allá de estadísticas, la sensación es de que estamos ante un equipo

competitivo- solamente en Virginia, sin Jerami Grant, en el segundo tiempo fue

desarbolado por un rival-, con gran capacidad para gestionar el clutch time, gracias a

la monumental temporada del freshman maravilla Tyler Ennis, que a veces ha rozado

la perfección en los momentos calientes, siempre conservando una sangre fría y una

calma en la tormenta sencillamente admirables, al punto de pasar a ser objeto de

deseo para el próximo draft.


En cualquier caso, las cinco derrotas cosechadas en el tramo final - dos en casa ante

equipo inferiores como Boston College y Georgia Tech- han disparado las alarmas en

la exigente afición naranja, por lo que la situación requiere análisis.

Por lo pronto la lesión en la espalda de Grant, sin ser decisiva -ya antes el equipo

había dado señales de fatiga- sí que se ha notado, tratándose de un jugador que

aporta 12 puntos y 6 rebotes por partido y es un atleta que marca diferencias en la

zona con su capacidad atlética, su tempismo y su naturalidad para asumir

responsabilidades. A la fecha de escribir este texto parece que Grant está

perfectamente recuperado, habiendo sido de los mejores en la derrota ante NC State.

Pero si hubiera que escoger un aspecto cardinal para evaluar la crisis del equipo, sin

duda alguna sería la mala racha en el tiro del escolta Trevor Cooney, un jugador

sobre cuyo rendimiento gravita el sistema ofensivo de Cuse, en la medida que su

acierto desde la línea de 3 abre las defensas y fomenta espacios que habilitan a los

tres mejores atacantes del equipo, Ennis, Grant y el líder senior CJ Fair, para poder

encontrar buenas opciones de ejecutar sus jugadas. Cuando el rubio de Delaware las

metía, el equipo era una máquina bien engrasada, cuando dejó de hacerlo llegaron los

problemas.

Fair ha firmado un año a la altura de las expectativas, entrando en el listado final del

Wooden Award y jugando partidos excelsos como en la victoria ante Duke, pero de él

se espera todavía más, que lidere al equipo en el Gran Baile y lo lleve lo más lejos

posible que, visto lo visto, sería repetir Final Four. Letal a 4-5 metros tanto en tiro

como penetrando, su eficacia disminuye cuando se aleja, aunque su tiro de 3 es

medianamente fiable. Buena ayuda en rebote, con seis capturas por partido.

Por dentro, fuera de juego desde diciembre DaJuan Coleman por lesión en la rodilla,

Rak Christmas y Baye Keita han hecho un trabajo aseado, mejor bajo su propio aro

que en el contrario.

El de Philly progresa inadecuadamente- recordemos que era un top 20 en su recruiting

class- pero al menos es una presencia bajo aro, ya ha empezado a mostrar un tiro de

4 metros y un gancho estimables. Continua eso sí con el peor leverage de la historia

del college basketball. Keita, el de las manos blandas, hace lo que se le pide, poner

centímetros bajo aro y ayudar en rebote y defensa, aunque últimamente se le ve

inseguro, algo poco adecuado, tratándose e un senior.

La rotación de 7 la completa el transfer Michael Gbinije, uno de esos McDonalds

inflados de Duke, que está completando una correcta temporada desde el banquillo,

mostrando mejor tiro del que se le presumía y ayudando en la dirección del equipo en

los escasos momentos que Ennis descansa, aunque a veces se le ve un poco

indeciso.

Lamentablemente el prometedor novato Tyler Roberson, un forward top 20, no ha

contado con la confianza de Boeheim, a pesar de que cuando ha tenido minutos ha

exhibido destellos de futuro titular; sin duda, haberle otorgado mayor protagonismo


habría redundado en beneficio del equipo, en previsión de lesiones o problemas de

faltas.

El resto de elementos es muy dudoso que lleguen a pisar el parquet durante el Torneo

Final.

La zona de Syracuse sigue siendo efectiva y, salvo debacle en su punto sensible, la

bombilla, mantiene al equipo en los partidos, frustrando a los rivales.

Mantener el acierto en los tiros libres, talón de Aquiles histórico, y recobrar el dominio

en el rebote (aspecto este en que también se observan preocupantes brotes

marrones) serán igualmente aspectos relevantes en el futuro del equipo naranja.

Realmente es difícil prever qué pasará, con máximo de concentración y Grant al 100%

esta plantilla tiene madera de campeona, pero en un año abierto a cualquiera, tener el

control en los momentos decisivos en manos de un novato, por muy maduro,

equilibrado e inteligente que éste sea, normalmente no ha sido recompensado con el

máximo galardón.

Un Sweet Sixteen sería el objetivo mínimo, repetir FF un éxito: más no es posible

pedirlo, solo disfrutarlo.

La estrella...Tyler Ennis. Porque el freshman se ha puesto la NCAA por montera en

muchos partidos, tomando siempre la mejor decisión y mostrándose como un base de

los que saben que decisión tomar.

No os perdáis a...CJ Fair. Porque aunque Grant también puede entrar en esta

categoría como un proyecto NBA, Fair tiene la experiencia y el talento para ser

importante en este Madness.

#4 UCLA BRUINS

(26-8, 12-6 PAC12) Los Angeles, California

Jorge Díez. No están siendo fáciles estas últimas temporadas para una universidad

histórica como los Bruins, quien bajo el mando de Ben Howland llegó a dos Final Four

consecutivas, pero que en los últimos cinco años (sin contar este) se había clasificado

tres veces al torneo final para avanzar solo hasta segunda ronda. Un bagaje muy

pobre para lo que representa UCLA. Más aún cuando el año pasado cayeron en la

primera ronda Todo ello ha provocado que sea Steve Alford, procedente de New

Mexico, quien se haga con las riendas del equipo y ha conseguido que los Bruins

cuenten (victoria sobre Arizona en la final de la PAC12 incluida) aunque para ello

tendrán que refrendarlo en el Torneo. Para llegar hasta aquí no tuvieron muchas

dificultades fuera de la conferencia (derrotas ante Missouri y Duke, sus únicos rivales

de entidad) pero dentro de la misma no pudieron pelearle el título a Arizona con feas

derrotas ante Oregon State y Washington State. Por ello este seed 4 puede ser


merecido, pero también esconde muchas posibilidades de sufrir un upset. No parece

probable ante Tulsa, pero quién sabe si en segunda ronda ante la defensa de VCU.

Lo que sí se puede decir de este equipo es que han hecho de la necesidad virtud. Ante

la falta de un base puro en toda la plantilla, se han puesto en manos de Kyle

Anderson, el jugador que hace y deshace por completo en su juego (y con mucho

acierto, son el 10º mejor equipo del país en % de tiros de campo). Anderson es un

jugador de segundo año que ha dado un paso adelante en esta temporada como

sophomore tras un discreto primer año. Es un alero (en realidad menos de pívot puede

jugar de todo a este nivel) de 2,05 centímetros que está entre los favoritos a vencer en

el Bob Cousy Award, el premio al mejor base de la competición. Normalmente el

ataque se inicia entregando el balón a Kyle Anderson y a partir de ahí él crea, tanto en

aclarados como aprovechando el pick and roll; aunque parece que lo hace todo a

cámara lenta, tiene una visión y capacidad de pase privilegiada por lo que casi

siempre elige la opción correcta. Sus virtudes se ven maximizadas por sus

compañeros, pues los interiores son los hermanos Wear (Travis y David) dos

jugadores atléticos y móviles que destacan sobre todo por su lanzamiento de media

distancia (e incluso con rango hasta el triple), con los que puede ejecutar con eficacia

tanto el pick and roll como el pick and pop y además Jordan Adams es un jugador que

se mueve bien sin balón cerca del aro para terminar jugadas. Por si fuera poco en el

banquillo tienen un par de tiradores freshman pero plenamente capacitados para

ejecutar al rival saliendo de bloqueos como Bryce Alford y Zach LaVine. Todo esto

genera un equipo centrado en aprovechar las situaciones que Anderson les crea, que

no son pocas, y la mejora de Anderson en su propio tiro ha hecho que sea más difícil

aún pararle.

El quinteto base está compuesto, además de por Anderson y los hermanos Wear, por

Norman Powell, un escolta junior muy atlético pero de importancia relativa en ataque; y

por Jordan Adams, el mejor anotador del conjunto. Adams es un sophomore como

Anderson (y que junto a Muhammad, ahora en los Wolves, y Tony Parker formaban

una gran clase 2013 de novatos) que el año pasado sorprendió con un gran

rendimiento y al que una lesión apartó del torneo final, minando las posibilidades de

UCLA en el mismo. Es un jugador de físico rechoncho (aunque más atlético de lo que

parece en un primer vistazo) pero de amplios recursos técnicos y con un buen

lanzamiento en suspensión. Aunque Anderson ha crecido esta temporada, la

importancia de Adams no es menor pues es el máximo anotador del conjunto y

fundamental en el ataque.

Si Anderson no está en el campo, el juego de UCLA varía y bien aprovechan más

jugadas para Adams, bien combinan a Bryce Alford y Zach LaVine juntos. Ambos son

dos escoltas con cierta capacidad de manejo de balón por lo que tratan más de

ejecutar (cualquiera de los dos) carretones y salidas de bloqueos liberados para poder

lanzar con comodidad. Ambos son los jugadores de repuesto exterior, pero cualquiera

de ellos puede entrar en los minutos importantes por Powell, dependiendo de lo que

precise en ese instante el equipo. El recambio interior corre a cargo de Tony Parker,

un jugador que en su segunda temporada tampoco ha arrancado del todo, pero que da


una alternativa a los Wear, pues él es un jugador más de poste bajo y aporta una

presencia física en la pintura que será importante ante conjuntos de un perfil físico

menor.

Los Bruins son un conjunto sobre todo anotador, que trata de lograr canastas rápidas

cortocircuitando el ataque rival y robando balones, pero que también tiene con

Anderson un poderoso juego a media cancha donde aprovechar a sus tiradores, pues

casi todos sus jugadores son una amenaza de 3. Después del año pasado, muchos

tienen la sensación de una UCLA débil y poco experimentada para este tipo de

torneos donde la anotación muchas veces se ve comprimida, pero quizá hayan

aprendido del año pasado y puedan imponer su juego. En cualquier caso, todo estará

en manos de Kyle “Slow Motion” Anderson, pero que nadie se olvide de Jordan

Adams.

La estrella…Kyle Anderson. El alero es el jugador por el que pasa la mayoría de

juego ofensivo de UCLA, así que más bien deberíamos referirnos a él como el base.

En cualquier caso, el término point forward se hace carne en él y ahora aspira a que el

verbo sea ganar. Su mejora en el tiro le hace brillar aún más y su función como

catalizador es clave en los Bruins.

No os perdáis a…Jordan Adams. Si Anderson es el catalizador de juego, Adams es

el ejecutor. El escolta es un jugador de sangre fría, con un instinto asesino cuando se

trata de hacer puntos que se antoja fundamental para que UCLA avance, sobre todo

porque sin Anderson es el único jugador capaz de crearse sus puntos.

#5 VIRGINIA COMMONWEALTH RAMS

(26-8, 12-4 Atlantic 10) Richmond, Virginia

Iván Ortiz. Pueden cambiar de sitio, pueden jugar ante rivales diferentes a los que no

conocen y no saben lo que les tendrán preparado, pero Shaka Smart ha dotado a este

programa de una identidad tan fuerte y personal que no importan los rivales, ni los

lugares, van a conseguir que los rivales entren en su HAVOC sin ningún remedio. La

palabra HAVOC en sí significa caos, un desorden, un poco de locura, y puede incluso

parecer un poco de esto cuando ves a VCU sobre la pista, pero es precisamente el

objetivo de todos los estudiados movimientos que realizan los Rams cuando están

presionando al rival. Que no acierten, que entren en una duda y cometan un error, que

regalen la posesión por no saber qué hacer.

Este año ha faltado una parte los wild dogs, nombre que recibían los exteriores Briante

Weber, que este año se ha ido hasta los 3,4 robos por encuentro gracias a su

excelente anticipación de movimientos, Rob Brandenberg, uno de los miembros clave

en la presión inicial que aplican los Rams, con una capacidad intuitiva para ir a la

ayuda excelente, y faltaba esta temporada en la ecuación Darius Theus, con buena


presión y intenso, pero Shaka Smart ha inculcado el estilo sin ningún problema a sus

nuevos chicos, Melvin Johnson y JeQuan Lewis, este último incluso promediando un

robo por encuentro. Ahí reside también otra llave del éxito de VCU. Quien viene, sabe

a qué estilo va a jugar y se adapta sin ningún problema. No es nuevo para nadie el

estilo que tienen los Rams, y el que llega, solo necesita las claves tácticas para entrar

en el HAVOC. La lucha, la intensidad y las ganas son el resto de ingredientes

necesarios para adaptarse.

El ataque se basa también en la velocidad y la intensidad de movimientos. Briante

Weber es un hombre destinado casi en su totalidad a la defensa, pero este año se ha

mostrado en ocasiones con muy buenos recursos ofensivos y encadenando momentos

anotadores más que interesantes. A la aparente dualidad que muestran Treveon

Graham por fuera y Juvonte Reddic por dentro, los dos hombres que asumen el peso

mayoritario del ataque y los que mejores números tienen este apartado, además de

Weber hay que incluir a Melvin Johnson, hombre que no se lo piensa dos veces para

tirar y que tiene una función muy valiosa para el equipo cuando es necesario abrir el

campo y buscar otras opciones. Si ya contar con dos hombres anotadores es positivo,

tener cuatro es un lujo que pocos pueden permitirse. Graham es un anotador

excelente y Reddic es un hombre que aporta en todas las facetas del juego. VCU no

es un equipo con mucha presencia interior, pero cada uno aparenta diez centímetros

más con toda la intensidad y todas las ganas que le ponen en cada acción. Juvonte

Reddic es un jugador con una capacidad para rebotear excelente pero al mismo

tiempo se mueve muy bien en ataque y siempre está dispuesto.

El único problema que tienen es el ataque en estático. En momentos de velocidad y

cuando causan esa confusión a los rivales con su movimiento, el ataque funciona bien,

pero en momentos más moderados es cuando VCU se enfría y el ataque se vuelve

muy predecible, y con poca mordiente. Mucho movimiento de balón pero sin intención

de anotar, y es ese hueco el que pueden aprovechar para hacer daño los rivales.

Porque dentro de tanta buena obra siempre hay resquicios y si han perdido ocho

encuentros en todo el año es que hay puntos débiles que se pueden aprovechar.

Pero ahora entran en el momento del año que más les gusta. No hay mejor entorno

para que VCU se adapte que la locura de Marzo. Los Rams siempre sacan su mejor

versión en este evento y este año vienen bien curtidos, con buenas victorias y tras

rendir bien en la A10. Además, pueden presumir de tener una victoria ante Virginia a

inicios de año. Pudieron acabar de manera excelente y no cerraron el año con un buen

final, pero la capacidad de retomar el rendimiento a pesar de los tropiezos de este

equipo es muy buena.

La estrella...Treveon Graham – El anotador principal de VCU, el referente ofensivo

del equipo. Es increíble la labor de Graham para firmar números excelentes sin

parecer que los va haciendo. Tiene momentos increíbles de anotación, buena

mecánica de tiro pero es que además lo hace adaptándose a la perfección al sistema

de los Rams. Anota casi desde cualquier situación y siempre está para el equipo.


No perdáis de vista a...Juvonte Reddic – VCU no tiene un estilo orientado hacia el

interior así que Reddic suele ser el hombre más referente en este apartado. Es

intenso, tiene movilidad y una excelente capacidad para capturar el rebote. Además,

también tiene buenas manos para interceptar el balón. Para todo el trabajo que suele

tener ahí dentro, lo asume muy bien y firma números como quien entra en la oficina

cada día.

#6 OHIO STATE BUCKEYES

(25-9, 10-8 Big Ten) Columbus, Ohio

Ignacio Morejón. Los Buckeyes llegan al Torneo de la NCAA en una situación

bastante diferente al de las últimas temporadas. Acostumbrados a figurar entre los

favoritos a llegar lejos (fueron Elite 8 en 2013 y llegaron a la Final Four en 2012), un

curso grisáceo (quintos en la Big Ten) les ha llevado a partir como seed 6 y se

enfrentarán a Dayton en un interesante duelo estatal al que muchos expertos señalan

como posible upset.

Ayudada por un calendario que parecía diseñado por su mejor amigo, Ohio State tuvo

unos primeros meses de competición fulgurantes. Los partidos, prácticamente todos

en Columbus y ante rivales muy asequibles en su mayoría, caían uno tras otro del lado

Buckeye. A principios de enero, un inmaculado balance de 15-0 les aupaba a un

inesperado (y ficticio) número 3 en el ranking nacional. Sus señas de identidad

funcionaban a la perfección: defensa asfixiante, gran intensidad, juego en equipo y

confianza en sí mismos. Y en eso que llegaron los partidos de conferencia.

La Big Ten este año se presumía igualada y con muchos equipos con potencial para

llegar al baile de marzo (hasta 6 se han acabado colando). Y la temporada regular ha

sido una carnicería fratricida de la que los de Columbus salieron con muchas

dentelladas y cicatrices. Cuatro derrotas consecutivas en enero (algo no visto en la

capital de Ohio en más de un lustro) les devolvían a la realidad y sacaban a la luz en

toda su crudeza sus debilidades, especialmente el tiro exterior, la falta de presencia en

la pintura y la ausencia de otro anotador fiable aparte de Ross.

A partir de ahí, una montaña rusa: grandes victorias (Wisconsin e Iowa a domicilio y

Michigan State en casa) y derrotas incomprensibles o dolorosas (la colista Penn State

por partida doble, Michigan en casa). Nada ilustra mejor lo que ha sido la temporada

que su actuación en el torneo final de la Big Ten: victoria con suspense hasta el último

segundo contra una débil Purdue, remontada agónica contra Nebraska tras ir 18 abajo

y a punto de vencer a los favoritos, Michigan, tras otra gran remontada.

El mayor problema del equipo ha sido la falta de consistencia ofensiva. El acierto en el

tiro exterior ha sido muy errático, condenándoles a grandes baches en ataque durante

los partidos que ante rivales de entidad les acababan costando la derrota. LaQuinton

Ross tuvo un mediocre inicio de temporada y se veía que le podía la presión de su

nuevo rol de anotador clave. Desde Deshaun Thomas a Evan Turner, pasando por


Jared Sullinger, Jon Diebler o William Buford, los Buckeyes de Thad Matta siempre

habían contado con una referencia ofensiva clara cuando las cosas no salían bien.

Incluso con 2 ó 3 en algunas temporadas pasadas.

Aunque Ross mejoró a medida que la temporada transcurría, jugando buenos partidos

y casi doblando su media de puntos respecto a la temporada pasada, no consiguió

sacudirse del todo la irregularidad ni mostrarse como una baza segura que diese

confianza a sus compañeros.

El otro que tenía que haber subido su producción de cara a canasta era Aaron Craft.

Pero ha quedado claro que no puede jugar a lo que no es. Sus muchas y apreciadas

virtudes son otras. Craft no ha jugado una mala temporada, simplemente ha seguido al

mismo nivel que siempre (sus estadísticas son casi idénticas a las de las dos últimas

temporadas) cuando se esperaba más de él. Su reacción anotadora para sacar del

pozo al equipo en febrero del curso pasado hacía presagiar un año senior más

ofensivo, pero no ha sido así. Los mismos pases que antes acababan en un tiro de un

talentoso compañero, ahora le venían de vuelta con la frase “finaliza tú” grabada. Y su

juego en general se ha resentido.

Shannon Scott, Lenzelle Smith Jr y Sam Thompson han tenido partidos con buenas

anotaciones y es algo que pueden hacer en momentos puntuales, pero son más

jugadores de equipo y les falta mentalidad (y calidad) para hacerlo de manera

consistente y regular. Los apagones ofensivos han acabado afectando a la moral del

equipo, incluso teniendo partidos en los que su defensa, una de las mejores de la

NCAA y su principal bastión, perdía precisión y efectividad.

El otro gran problema ha sido el ya esperado agujero en la pintura en ambas zonas. Y

eso que, sorprendentemente, Amir Williams ha vuelto de las catacumbas para

demostrar que puede ser útil al proyecto cuando muchos ya le dábamos por perdido

tras su lamentables dos primeros años en el equipo. Su aportación fue la sorpresa

más agradable de la exitosa primera parte de la temporada hasta que la Big Ten dio

una medida real de sus posibilidades: bien para echar una mano, pero no te va a

ganar el campeonato y difícilmente va a ser decisivo en los partidos clave. Y si ya eso

no es muy prometedor, detrás de él, nadie. Porque el novato Trey McDonald ha

tenido pocos minutos y ha demostrado ser voluntarioso y poco más. En mi opinión

OSU es el equipo más flojo en el juego interior de todo el top25 y se tenía que notar

antes o después.

Otra gran decepción ha sido Amadeo Della Valle. Tras un gran europeo sub 20 en el

que fue MVP, muchos pensábamos que podía ser la clave para la extrema necesidad

de tiro de media y larga distancia de los Buckeyes. El que la defensa sea el caballo de

batalla de Matta ha sido la tumba de las opciones del italiano. Al estar más fuera que

dentro en la rotación, los minutos que ha jugado se le notaba incómodo, y ya se sabe

cómo rinde un tirador sin confianza. El otro novato con fama de anotador, Marc

Loving, tuvo minutos y algún partido bueno durante el bache de Ross, para perder

peso en las rotaciones en los partidos de la Big Ten.


Por todo lo expuesto arriba, Ohio State llega al March Madness como una gran

incógnita. Capaces de lo peor y de lo mejor, incluso varias veces en el mismo partido,

pueden eliminar a cualquiera en un buen día o hacer las maletas contra Dayton sin

que nadie se rasgue las vestiduras. Si son capaces de olvidar la temporada y empezar

de cero a nivel mental, pueden dar algún disgusto y llegar más lejos de lo esperado.

Aunque sus carencias son conocidas y están contrastadas, por otra parte acumulan

una gran experiencia en partidos importantes y situaciones límite, y eso siempre ayuda

en un torneo tan exigente y despiadado.

La estrella...Aaron Craft. Llevamos años hablando de su defensa, de su entrega, de

su liderazgo y demás virtudes, así que no me voy a repetir. Pase lo que pase,

siéntense y disfruten de los últimos partidos de alguien que ha conseguido una

estatura de leyenda en el campus de Ohio State como nadie lo había hecho desde el

legendario Havlicek. Puede que llegue a algo en el baloncesto profesional o no, pero

esto es aún NCAA y Craft representa la esencia misma del baloncesto universitario y

se merece que no nos perdamos su último baile.

Atención a...LaQuinton Ross. De largo el jugador más talentoso de cara al aro de

toda la plantilla, sin sus puntos los Buckeyes no van a ningún sitio. A pesar de su

mejora en el segundo tramo de la temporada, “Q” tiene algunas cuentas pendientes

consigo mismo y con la afición, y la Locura de Marzo es el mejor escaparate posible. Y

de paso le puede ayudar a posicionarse algo mejor en el draft. Un win-win necesario

para ambas partes.

#7 NEW MEXICO LOBOS

(27-6, 15-3 MWC) Alburquerque, New Mexico

Jorge Díez. Los representantes de la MWC en este Madness son en parte versiones

opuestas de cómo llegar al mismo. Si San Diego State es un equipo netamente

defensivo con problemas ofensivos, los Lobos son un muy buen conjunto en ataque.

Pero la diferencia es que New Mexico también es un equipo capaz de defender a buen

nivel, lo que les configura como un equipo peligroso, si cabe más que San Diego State

y así lo demostraron ganándoles la final de la MWC. Con esa victoria se aseguraban

un billete, de todas formas lo iban a lograr, que supone el tercero consecutivo y el

cuarto en cinco años aunque la segunda ronda ha sido su techo. Todo ello conseguido

bajo el mando de Steve Alford, quien abandonó el programa para recalar en UCLA, y

ahora es el ex-asistente Craig Neal quien les ha vuelto a llevar al mismo punto.

Ese seed 7 les proporciona un enfrentamiento ante Stanford, un equipo similar a ellos

en cuanto a equilibrio y que tiene muchas posibilidades de producir uno de los partidos

más bonitos de primera ronda. Su temporada no ha sido todo lo brillante que fue bajo

el mando de Alford, aunque lo cierto es que este tenía un equipo superior. En los

partidos de fuera de conferencia tuvo enfrentamientos con cuatro rivales que ahora

bailarán y solo saldaron uno con victoria (Cinncy), cayendo en los otros tres (Kansas,

New Mexico State y UMass). Ya en la conferencia supieron jugar al ritmo bajo de


SDSU y llevarse dos de los tres partidos contra ellos, aunque no pudiendo ganar la

MWC. Llegados a este punto los Lobos no quieren tener una salida rápida del torneo,

como tuvieron el año pasado ante Harvard.

Esa experiencia quizá les valga este año, pues son un equipo veterano en su quinteto

titular y cuentan con underclassmen con hambre en el banquillo. Pero sobre todo son

un equipo muy compacto y con posibilidades en todas sus líneas. Su principal

fortaleza quizá la tengan en el interior, donde el australiano Cameron Bairstow y Alex

Kirk forman un dúo físico y de buen nivel anotador. Bairstow de hecho ha explotado

esta temporada doblando su producción de puntos y es una amenaza constante en el

poste bajo donde es capaz de moverse con mucha soltura hacia canasta para anotar

encontrando el espacio, pero también tiene la habilidad de salir a lanzar de media

distancia; un poco lo mismo que puede hacer Kirk (que tiene aún mejor tiro), lo que les

convierte en una pareja versátil y muy anotadora en el poste. Pero no solo eso, porque

también son ambos buenos reboteadores y jugadores sin una capacidad atlética

extraordinaria, pero sí con centímetros y una presencia física en la pintura que les

convierte en un equipo difícil de superar en la zona.

Pero para que los interiores brillen siempre es necesario que los exteriores les hagan

llegar el balón, y eso es lo que consigue New Mexico con un dúo de backcourt de alto

nivel defensivo y ofensivo. Kendall Williams es el mejor jugador exterior, un base

atlético y dinámico que es también una amenaza desde el exterior y la principal fuente

de puntos de los Lobos en esa parcela del campo. Esa importancia ofensiva hace que

necesite a su lado a un jugador complementario que le libere de ciertas tareas, y en

esa definición encaja como un guante el también australiano Hugh Greenwood. El

escolta que parece salido de la serie Rompecorazones, aunque el parecido era mayor

cuando se enfrentó a España en el Mundial Sub19 de 2009, es un jugador capaz de

todo en ambos lados de la cancha. Así es habitual verle subir el balón para liberar a

Williams de esa tarea y es también un jugador sacrificado en defensa; lo que en todos

los equipos se conoce como el pegamento del conjunto. Completa el quinteto y el

juego exterior otro jugador intenso y físico, Deshawn Delaney que ha sido una

interesante adquisición este año procedente de JUCO.

Si la experiencia la pone el quinteto titular (2 senior y 3 junior) en el banco tienen gente

con ganas de ganarse un hueco para el próximo año. El principal activo desde el

banco es el freshman Cullen Neal, un buen anotador para el juego exterior que es

particularmente prolífico en el lanzamiento exterior pero que tampoco tiene problema

en entrar hacia canasta. Menos nivel dan los sophomores Cleveland Thomas, que a

veces se encarga de la posición de base, y Nick Banyard, el único interior con minutos

junto al 2,18 freshman Obig Aget, que apenas tiene oportunidades pero cuyos

centímetros pueden ser importantes en caso de problemas de faltas de Kirk.

En definitiva los Lobos son un equipo paciente en ataque donde tienen varios

jugadores capaces de asumir la responsabilidad por lo que son una interesante

muestra de poderío exterior-interior, pero que no se olvidan de la parcela defensiva,

donde los exteriores asfixian a los rivales buscando que cometan errores y no

encuentren un tiro cómodo tanto por la presencia física exterior como por la capacidad


defensiva de sus interiores, donde destacan los casi 3 tapones de Kirk, que no parece

el típico jugador universitario que se va a ese volumen. Stanford es un equipo

incómodo para ellos porque es capaz de igualar su físico por dentro (aunque sus

centímetros estén radicados en peores jugadores) y además hacer daño con la

versatilidad y movilidad de Powell y Huestis; pero el duelo realmente apasionante

puede estar en ese Kendall Williams vs Chasson Randle que marque el devenir del

partido.

La estrella…Cameron Bairstow. No se le puede negar este puesto al australiano

después de pasar de anotar menos de 10 puntos a más de 20. Si existiera el premio

probablemente sería el jugador más mejorado de la NCAA. Un anotador muy solvente

y versátil, pero también un jugador que en defensa no es sencillo de superar.

No os perdáis a…Kendall Williams. El atlético base podia ser considerada también

la estrella del equipo, pero con Bairstow en ese lugar, el otro jugador a observar es

este dinámico guard que lo mismo se lanza hacia el aro que anota de 3 con soltura. Es

quizá el instrumento más libre de una orquesta bien afinada.

#8 COLORADO BUFFALOES

(23-11, 10-8 PAC12) Boulder, Colorado

Jorge Díez. A pesar de que Colorado fue un programa baloncestístico de éxito en los

40,50 y 60 después vivieron una sequía desde 1969 a 1997 sin acudir al torneo, y

antes de que Tad Boyle tomara las riendas del equipo en 2010, solo habían logrado

volver en el año 2003. Pero Boyle se ha sabido aprovechar de la debilidad de la

PAC12 en las últimas temporadas y con una buena labor reclutando talento ha

conseguido configurar un equipo a tener en cuenta. Los Buffaloes van a vivir este

Madness su tercer torneo nacional consecutivo, hecho sin precedentes en la historia

de la universidad. Sin embargo no se han clasificado tan sobrados como su principio

de campaña hacia esperar (perdieron con Baylor y Oklahoma State pero también

derrotaron a Kansas y Harvard) por una sencilla razón: su mejor jugador, Spencer

Dinwiddie, se rompió el cruzado. Desde entonces, una irregular campaña con 9-8 de

récord, que hace dudar de ellos de cara al Madness donde tienen un seed 8 que les

enfrentará a Pittsburgh. Si lograsen avanzar de ronda, sería con toda seguridad

Florida, el número 1 nacional, quien se interpondría en su camino.

Con Dinwiddie no solo pierden a su mejor jugador, sino también al más creativo en

fase ofensiva y generador de la mayoría de juego de los Buffaloes. Sin él, este peso

recae en Ashia Booker, un diminuto base que se encuentra más cómodo lanzando

(con malos porcentajes) que generando juego para los demás. Ahora se ve obligado a

ejecutar más el pick and roll, donde es peligroso porque puede lanzar pero también

irse hacia canasta a pesar de su falta de centímetros en la finalización; pero carece de

la visión y creatividad de Dinwiddie. Que Booker esté acertado es fundamental para

sostener el ataque del equipo. Sin embargo no está solo, pues Colorado cuenta con un

par de sophomores que ya sorprendieron agradablemente la temporada pasada. Josh


Scott es el mejor jugador sano del conjunto, un pívot de buen nivel NCAA, que supone

una amenaza al poste y un seguro en el rebote ahora que Andre Roberson juega, es

un decir, en las canchas NBA. No es un jugador especialmente atlético ni ágil, lo que

le penaliza contra interiores de mayor nivel, pero sí supone una presencia en defensa

y un seguro en ataque dándole el balón al poste, algo que tendrán que hacer mucho

los Buffaloes para producir puntos. Ocasionalmente puede lanzar de media distancia

pero no es un jugador que sobresalga en ese terreno. Quien sí destaca ahí es Xavier

Johnson, jugador que el año pasado jugaba de 4 pero que esta temporada se ha visto

desplazado al 3 para acabar de formar la columna vertebral de Colorado. Es un

jugador atlético, con capacidad tanto para lanzar como para penetrar y una fuente de

puntos necesaria, además de una inestimable ayuda al rebote.

Completan el equipo titular Xavier Talton, un buen lanzador de 3 que tiene que asumir

el balón cuando Booker decide jugar entre pantallas y sobre todo Wesley Gordon, un

jugador que quizá no destaque tanto en números como otros compañeros pero al que

el propio staff ha señalado como el factor X de Colorado. Es un jugador atlético, que el

año pasado permaneció como redshirt su temporada freshman y que por tanto ha

podido aportar desde el inicio. A pesar de sufrir algunas pequeñas lesiones, es un

jugador que complementa muy bien a Scott y permite a otros jugadores brillar gracias

a su trabajo sucio poniendo bloqueos, su intensidad en defensa o en el rebote o

acudiendo a las ayudas cuando es necesario. La suma de Gordon esta temporada ha

permitido crear un frontcourt muy físico y difícil de superar, además de joven lo que

hace pensar en que Colorado puede ser un equipo temible en este aspecto en el

futuro.

Llegado el momento de hablar del banquillo encontramos ya aquí un punto débil de los

Buffaloes, pues no tienen jugadores capaces de aportar con consistencia. Eli Stalzer

aporta algunos minutos como exterior, igual que Jaron Hopkins que puede jugar de 1 o

de 2 y lanzar desde la larga distancia, mientras que Dustin Thomas aporta su físico e

intensidad como 3-4. Pero todos ellos son underclassmen de aportación limitada aún y

que no constituyen ninguna garantía de cara al Madness. En general este equipo de

Colorado es un equipo muy joven (solo Dinwiddie, fuera, y Booker no lo son, ambos

junior) lo que hace pensar en que ya es un éxito que hayan llegado hasta aquí sin su

máxima estrella y todo lo que venga será bienvenido y una experiencia para el asalto

del próximo año, pues si Dinwiddie decide permanecer, como parece probable,

volverán a estar aquí.

En cualquier caso no se van a rendir tan pronto y van a salir a jugar de tú a tú a

Pittsburgh, un equipo al que pueden igualar en intensidad y físico, y poner en

problemas pues la defensa de Colorado es de buen nivel y los Panthers son un equipo

a su alcance. Eso sí, su defensa no es suficientemente buena por sí sola para vencer

el partido por lo que necesitarán de un Booker acertado, no solo en el tiro sino también

en sus decisiones, y de un Josh Scott participativo para que pueda imponerse en la

pintura a base de puntos. Para ello se antoja fundamental que Booker y Talton lo

alimenten como lo hubiera hecho Dinwiddie.


La estrella…Josh Scott. Sin Dinwiddie en el equipo, el pívot va a ser fundamental

porque necesitarán asegurarse muchos puntos y eso es labor de Scott en el poste

bajo. No es especialmente atlético, no es especialmente técnico pero sí muy

productivo a este nivel.

No os perdáis a…Xavier Johnson. Quizá Booker podía entrar aquí por la necesidad

de que esté acertado o Wesley Gordon porque el staff técnico de los Buffaloes lo dice;

pero la elección es Johnson porque su versatilidad como 3-4, su físico y su buen

lanzamiento exterior pueden ser una pesadilla para muchos rivales, aunque aún es un

jugador con mucho que pulir.

#9 PITTSBURGH PANTHERS

(25-9, 11-7 ACC) Pittsburgh, Pensilvania

Iván Ortiz. Desde el punto de vista de quien escribe estas líneas, Pittsburgh es uno de

los bloques más trabajados en el apartado defensivo de toda la nación. Es una delicia

ver sus movimientos, sus ayudas para que los rivales no circulen bien el balón, su

capacidad para interpretar las decisiones de cada uno de sus oponentes. Su éxito se

inicia desde ahí, y todos están en la misma sintonía. A partir de ahí, tienen también

una interesante cantidad de recursos para atacar el aro de diferentes maneras.

Recursos que pueden parecer en primera instancia un poco limitados, pues no tienen

una rotación demasiado grande, y que se han reducido con la ausencia de Durand

Johnson, lo que nos dejaría con unos siete hombres habituales que se reparten las

maniobras de los Panthers, cuatro de ellos incluso en más de treinta minutos por

partido. Destacable este factor teniendo en cuenta el enorme desgaste defensivo que

tienen todos ellos durante cada partido. Han contado con una excelente aportación de

los hombres de primer año, que se han comportado como auténticos veteranos. Josh

Newkirk ha aportado sus buenos minutos como relevo en la dirección, uno de los

puntos más curiosos de Pittsburgh. La función de subir el balón no es exclusiva de un

hombre, fuera de cuando esté Newkirk en pista que tampoco se da en demasiados

minutos. James Robinson y Cameron Wright se turnan las funciones, apoyándose

incluso en Lamar Patterson que con su físico puede combinar por fuera y por dentro,

situándose curiosamente como el máximo asistente por partido del equipo. Mucho

movimiento y rotación en el ataque.

Fuera de este factor, James Robinson es un talento en formación que puede dar

muchas alegrías en el futuro. Estilista en su acciones, derrocha talento y siempre toma

buenas decisiones. Bonita mecánica de tiro y clase al servicio del equipo. Cameron

Wright es un excelente defensor, muy intenso y con buena capacidad hombre a

hombre, y aporta sus cosas en ataque. Entre Robinson, Wright y Newkirk con el apoyo

de Patterson se van moviendo por fuera. La herencia de Lamar Patterson ya está

preparada en Jamel Artis, un alero con buen físico, velocidad, buena defensa y

capacidad para acabar fuerte sus acciones ofensivas.


Talib Zanna es el mimbre principal de la pintura, y un baluarte reboteador sensacional.

Es muy interesante el rol que ocupa dentro del equipo Michael Young, el hombre de

primer año que suele iniciar como “4” pero que se abre en muchas ocasiones a la

esquina para anotar. Puede alternarse bien en ese puesto con Patterson, ambos

pueden intentar anotar desde dentro y desde fuera, y eso provoca más de un

desajuste que los Panthers pueden aprovechar.

No son un equipo muy tirador desde fuera, y una parte importante de estos tiros los

asume Lamar Patterson. 194 de los 491 triples intentados han sido suyos, y ha sido el

único que ha pasado la centena en cuanto a tiros de tres puntos intentados. Los

siguientes ya serían Durand Johnson y James Robinson, que han intentado 65.

Sensible pérdida la de Durand que deja a Pittsburgh un poco más huérfana en el

exterior, en apenas solo tres hombres y obligando a Lamar Patterson a que actúe un

poco más por fuera.

Son un equipo con una configuración muy personal a los que es muy difícil sacar

mentalmente del partido. Sus mecanismos defensivos son excelentes y no tienen

ningún problema en adaptarse a encuentros toscos y faltos de ritmo, se mueven en

diferentes registros. Si no les pasa factura la acumulación de minutos, no podemos

descartar a estos Panthers ante nadie, especialmente si Patterson empieza a anotar y

si Zanna cierra la puerta del juego interior. Hay más miembros, por supuesto, pero si

estos dos hombres están en buen momento, los Panthers tienen mucho terreno

positivo por delante.

LA ESTRELLA: Lamar Patterson – La rotación menor de Pittsburgh obliga en

muchas ocasiones a ocupar más de una posición, son sus diferentes características,

durante un encuentro. No tiene ningún problema en hacerlo. Es el hombre más

importante y uno de los pocos que tiene capacidad para asumir el peso del ataque y

ponerse a anotar con cierta insistencia. El buen hacer y en muchos casos la fluidez de

juego de Pittsburgh dependen en buena medida que Patterson tenga un buen día en

todas las facetas.

NO PERDÁIS DE VISTA A: James Robinson – Se va formando con tranquilidad, sin

prisas y dando todos los pasos adecuados. Hay madera de excelente jugador en

James Robinson y esta es una buena oportunidad para ver como rinde en un gran

escenario. Estilista de depurados movimientos, excelente toma de decisiones, buen

físico y mecánica de tiro. Tiene que ir ganando en atrevimiento, ser un poco más

agresivo, pero con su trabajo y sus buenos pases, está siendo una de las piezas

importantes de estos Panthers.


#10 STANFORD CARDINAL

(21-12, 10-8 PAC12) Stanford, California

Jorge Díez. Los Cardinal aparecían a principio de temporada como un equipo a tener

en cuenta en la PAC12 ya que regresaban todos sus jugadores importantes, pero al

final han tenido un año peor de lo esperado. Han pasado el corte justo al final,

probablemente gracias a llegar a semis del torneo de la PAC12 (aunque el comité ha

metido muchos equipos de esa conferencia, hasta seis), pero lo importante es que

vuelven a bailar y con ganas de repetir lo que hicieron en su última participación en

2008 (Sweet Sixteen). Johnny Dawkins, el entrenador, respira aliviado, pues su puesto

estaba en peligro sin esta clasificación.

Los Cardinal configuraron un calendario con algunos duelos de interés, pero solo

consiguieron derrotar a Connecticut, mientras caían ante BYU, Michigan y Pittsburgh.

Después en la conferencia se mostraron irregulares y acabaron empatados en la

tercera plaza con otros tres equipos. Pero a pesar de un resumen algo pobre, lo cierto

es que Stanford es un buen equipo sin tener un gran proyecto de jugador NBA, un

conjunto con experiencia que llegada la hora de la verdad puede dar el do de pecho en

el sorteo porque centímetros, físico y talento tienen para ello. Aunque los Lobos son un

buen equipo, no les será fácil vencer a los Cardinal.

Destacábamos a principio de temporada a Dwight Powell como estrella del conjunto,

pero sin embargo ha sido Chasson Randle quien ha dado un rendimiento de juego

más alto. Esto ha sido particularmente importante porque Aaron Bright pidió el transfer

tras 7 partidos y Randle ha tenido que llevar la manija a tiempo completo, aunque por

el tipo de juego que propone Dawkins, no ha tenido que centrarse tanto en crear y sí

en anotar con eficacia, algo que no había conseguido hacer hasta ahora. El juego de

Stanford es un juego de mucha movilidad, aprovechando las virtudes de sus mejores

jugadores: Randle es un jugador capacitado para lanzar sin balón y se siente cómodo

sin él, más que creando para sus compañeros; mientras los interiores como Powell y

Huestis son versátiles, capaces de lanzar de fuera o aprovechar los espacios que

genera el que no haya nadie en la pintura para ir hacia el aro. Cualquiera de los dos es

importante, pero mientras Powell es un jugador netamente ofensivo, Huestis es un

jugador que se mueve mejor en términos defensivos y de rebote. Junto a ellos y tras la

baja de Bright, Anthony Brown ocupa el 2, aportando lanzamiento y rebote; mientras

Nastic les otorga más presencia en la zona. Con este desplazamiento de posiciones,

Stanford cuenta con un equipo con muchos centímetros para hacer daño a la mayoría

de rivales, aunque New Mexico no va a tener problemas en igualar esto.

En el banquillo los jugadores en los que confiar no abundan porque han tenido

también la baja por lesión del prometedor Rosco Allen. Así, solo cuentan con el

lanzamiento de Robbie Lemmons (no precisamente acertado esta campaña), los

centímetros de John Cage y lo que aporte el freshman Marcus Allen en el backcourt,

que tampoco es mucho por el momento.


Por todo ello tiene más mérito si cabe que Stanford haya llegado hasta aquí. De un

equipo que mantenía la estabilidad del curso anterior, pasaron a inicio de campaña a

perder a dos piezas importantes, aunque no claves, como Bright y Allen. Esto ha

mermado la rotación del conjunto y la intensidad que le puedan imprimir al juego.

Stanford es un buen equipo en ambos lados de la pista, al igual que New Mexico, y es

posible que quien logre imponer su estilo entre la presencia de los Lobos en la pintura

y la versatilidad de los Cardinal fuera de ella, se lleve el partido. Aunque no conviene

olvidar a Chasson Randle que tiene la capacidad de dinamitar el partido en otro duelo

de nivel como el que va a tener ante Kendall Williams.

La estrella…Dwight Powell. Quizá la temporada de Chasson Randle se merecía

estar aquí, pero Powell es el mejor jugador y el más útil llegado este caso. Es un

jugador muy versátil, que puede incidir dentro y fuera de la zona y que puede hacer

daño a Bairstow, en lo que se presenta como un apasionante duelo.

No os perdáis a…John Huestis. No, tampoco os debéis perder a Randle, pero

Huestis es un jugador distinto y su aportación va a ser fundamental en ambos lados de

la cancha. Es un buen reboteador, jugador versátil como Powell y gran defensor

además de un jugador atlético. Esas características le proporcionan en principio la

misión más importante para Stanford en primera ronda: parar a Bairstow.

#11 DAYTON FLYERS

(23-10, 10-6 Atlantic 10) Dayton, Ohio

Jorge Díez. Dayton simplemente fue un equipo de mitad de la tabla en la Atlantic 10,

sin embargo lo bonito del Madness es que cualquier equipo tiene opciones reales de

llegar al mismo, y eso lograron los Flyers, un equipo irregular, tras alcanzar la final de

la A10 y protagonizar un gran final de campaña con 10 victorias en los últimos 11

partidos hasta llegar a esa final. Precisamente el único rival que les había vencido fue

St.Joseph’s, que también logró batirles en la final. Antes de los partidos de conferencia

habían sufrido derrotas dolorosas como ante Illinois State o USC, pero también

lograron la victoria ante Gonzaga como principal activo de su temporada y perdieron

de solo un punto ante Baylor.

El seed 11 es un buen lugar para ellos, sobre todo teniendo en cuenta que el comité

les otorgó el billete directo en lugar de mandarles a jugar el First Four (disputado en

Dayton) como se temía. No lograban bailar desde 2009, pero sin embargo sí fueron un

equipo habitual a principios de siglo. Este lugar en el bracket les enfrentará a Ohio

State, en lo que será un bonito duelo de estilos contrapuestos, pues si los Buckeyes

son un gran equipo defensivo, los Flyers son un equipo netamente ofensivo, que hace

honor a su apodo dirigiéndose volando hacia el aro. Dayton ha tenido muchos

problemas ante buenos equipos defensivos y los Buckeyes no parecen el mejor rival

para ellos.


Los Flyers son un equipo sin muchos centímetros en sus hombres importantes y eso

hace que desarrollen un juego abierto, con múltiples opciones ofensivas donde la

distribución de balón para tomar buenos tiros es importante. Esta característica hace si

cabe más importante al senior Devin Oliver, un jugador que es capaz de hacer de todo

en el conjunto. Es un 4 que puede salir fuera a lanzar o amenazar dentro, buen

reboteador, sabe identificar las debilidades del rival para encontrar tiros abiertos de

sus compañeros…los Flyers le necesitan activo desde un inicio, algo que no será

sencillo ante el físico de los Buckeyes. Por eso es importante la presencia de

Kavanaugh, un 2,11 cm en su quinto año, para contrarrestar la pintura de OSU.

Por fuera la historia del duelo estará en Jordan Sibert, máximo anotador del equipo y

que es un transfer procedente precisamente de Ohio State. Sibert es una amenaza

desde el exterior y necesitarán su acierto para tener opciones y que la pintura

permanezca abierta al tráfico ofensivo de los Flyers. Junto a él salen de inicio los

sophomores Khari Price, un pequeño base, y el alero Dyshawn Pierre, ambos dos

amenazas ofensivas aprovechándose de la atención que generan Oliver y Sibert.

Es Dayton un equipo además que cuenta con un profundo banquillo para mantener la

intensidad y movilidad continua que demanda su entrenador. Así en la posición de

base cuentan con el freshman Scoochie Smith que en próximos años puede saltar a la

titularidad y ser una pieza importante de este equipo por la fama con la que llegó

desde el instituto; Kendall Pollard y otro transfer (desde Georgetown) como Vee

Sanford para las alas, siendo este el mejor elemento del banquillo y un jugador

siempre dispuesto a acelerar el ritmo; mientras que Jalen Robinson y Devon Scott son

los recambios interiores para aportar intensidad y físico.

En el fondo Dayton cuenta con una rotación de 10 hombres que les permiten mantener

un ritmo vivo y atacar la canasta con convicción, pero para ello necesitan que Sibert

les abra la defensa rival y no verse enmarañados en las trampas que los Buckeyes

dispondrán. No parece sencillo, pues Craft es uno de los mejores defensores de la

nación y les pondrá en muchas dificultades para iniciar los movimientos ofensivos, lo

que puede determinar el fracaso de los Flyers a la hora de competir. Sin embargo si

encuentran buenos tiros tanto dentro como fuera del aro, sus posibilidades

aumentarán exponencialmente a pesar del mayor físico y experiencia de Ohio State.

La estrella…Devin Oliver. No solo porque sea el jugador que permite competir al

conjunto en todos los aspectos, sino también por su posición en el campo que será

muy importante ante Ohio State. Si consigue dinamizar el ataque de su equipo, los

Flyers tendrán mucho ganado.

No os perdáis a…Jordan Sibert. Porque es el máximo anotador del equipo y su

mayor amenaza desde la larga distancia pero también por el morbo que da verle ante

el equipo que no le dio oportunidades. ¿Saldrá suficientemente motivado?


#12 STEPHEN F. AUSTIN LUMBERJACKS

(31-2, 18-0 Southland) Nacogdoches, Texas

Jorge Díez. Los Lumberjacks llevan a un gran nivel un par de temporadas pero el

competir en la Southland hace que solo puedas llegar al Torneo si ganas la

conferencia. El año pasado se quedaron a las puertas con una derrota por 2 puntos en

la final, a pesar de su campaña de 27 victorias, y se vieron abocados al NIT donde

estuvieron a punto de derrotar a Stanford. Esta temporada finalmente sí lo han logrado

y han batido su propio récord de victorias, lo que les ha llevado no solo a su segundo

Madness (el anterior fue en 2009), también a un seed muy alto. Pero haciendo honor a

la verdad, su calendario ha sido muy sencillo, aunque las derrotas ante Maryland y

East Tennessee State son asumibles para ellos.

Este éxito ha llegado tras ver como su entrenador Danny Kaspars se iba a Texas State

y le sustituía Brad Underwood. Quizá pocos apostaban porque el sustituto superase al

maestro, pero contaba con una estructura trabajada y un equipo de mucha

experiencia. Los Lumberjacks fueron un equipo de buen nivel defensivo el año pasado

y aunque esta temporada quizá no han estado tan acertados en este aspecto, sí han

desarrollado un ataque muy eficiente que ha logrado hacerles anotar a alto nivel a

pesar de sus carencias físicas.

Y es que si algo destaca de los Lumberjacks es esa configuración de 5 jugadores muy

pequeños, a pesar de contar con Tanner Clayton, un jugador que será útil para

competir en el Madness pero con el que sin embargo prefieren no jugar. Stephen F.

Austin se caracteriza por un juego muy fluido con continuos movimientos y pases,

haciendo que sus jugadores salgan y entran de la zona, aunque Jacob Parker sí suele

fijarse más ahí. Esto se debe a que Parker es un jugador con una muy buena

capacidad de pase y puede surtir de balones a sus compañeros desde esa posición,

tanto al exterior como en cortes hacia canasta, algo que Thomas Walkup y el bosnio

Nikola Gajic ejecutan a la perfección. Junto a esos tres jugadores, todos ellos buenos

reboteadores y finalizadores cerca del aro (a pesar de no medir ninguno más de 2

metros), el backcourt de los Lumberjacks es al menos dinámico.

Desmond Haymon es el segundo mejor jugador de este equipo y el jugador capaz de

atraer la atención de las defensas en el exterior para dar espacio al movimiento por la

pintura. Es un buen tirador saliendo de bloqueos, pero también es capaz de atacar el

aro con agresividad y es un jugador capaz de crear ventajas que puedan aprovechar

sus compañeros. Esto es importante porque el base es Trey Pinkney, un diminuto

jugador que también es capaz de romper defensas con el primer paso y favorecer los

desajustes del rival, pero que sin embargo no puede amenazar el aro como Haymon.

Junto a ellos cobra importancia un tercer guard, Deshaunt Walker que es un buen

tirador y junto a Haymon se encarga de abrir las defensas.

Junto al que empiece en el banco, dependiendo de la configuración de inicio, de los

seis nombrados arriba, SFA cuenta con Tanner Clayton en el banco, un 2,05 cm que


sale solo en los momentos en los que el equipo necesita mayor presencia en la

pintura, pues no es un jugador de nivel, aunque sus centímetros sí los nota un equipo

tan bajo como los Lumberjacks.

No va a ser fácil que SFA logre sobrepasar la defensa de VCU, pero ellos también son

capaces de defender a buen nivel a media pista y de rebotear al mismo nivel. Sin

embargo las carencias de este equipo son muchas y los centímetros los pueden notar

a este nivel. Además no se han probado de verdad ante equipos potentes y VCU

parece una primera ronda muy dura para ellos.

La estrella...Jacob Parker. Porque ofrece algo distinto al conjunto y a pesar de que

se tiene que batir en la pintura, es un jugador importante también por su capacidad de

pase.

No os perdáis a...Desmond Haymon. El desequilibrio en uno vs uno de este equipo

se crea a través suyo porque es un jugador que realmente puede amenazar el aro

tanto de lejos como de cerca.

#13 TULSA GOLDEN HURRICANE

(21-12, 13-3 Conference USA) Tulsa, Oklahoma

Jorge Díez. A pesar de que Tulsa no tiene un largo historial de éxitos (en 2000

alcanzaron su tope llegando a Elite 8 y cuentan con otras dos participaciones en S16),

sí han tenido buenos entrenadores en su historia: Nolan Richardson, Bill Self, Tubby

Smith… Quizá por eso sorprenda que confiaran en un asistente para guiar al

programa. O puede no sorprender si tenemos en cuenta que llevaban desde 2003 sin

pisar el torneo final y que habían dejado de ser un equipo atractivo. Si a eso le unimos

que el asistente se llama Danny Manning, antigua estrella universitaria y de amplia

carrera NBA, todo empieza a encajar. Lo que podía parecer un reclamo para futuros

recruit ha terminado siendo un acierto en solo dos temporadas, donde Manning ha

usado sus 6 años como asistente en Kansas para situar a Tulsa en el mapa.

El ex-jugador de Kansas se hizo cargo del equipo la temporada pasada donde les dejó

con un record de 17-16 pero con un grupo de jugadores muy joven que esperaba

evolucionaran en el futuro como grupo. Y eso han hecho esta temporada donde

aprovechándose de la salida de Memphis de la conferencia, se han hecho con el

billete automático que otorga ganar el torneo. ¿Si alguien lo esperaba? Pues

probablemente no, menos aún tras empezar cayendo en seis de los siete primeros

partidos de la temporada (ante Creighton y Wichita State, pero también ante equipos

menores). Empezaron los partidos de conferencia con un récord de 8-9, pero ese

grupo tan joven ha conseguido crecer y en la C-USA se mostraron competitivos hasta

quedar empatados en liga regular con otros tres equipos en el primer lugar y llevarse

el torneo de conferencia venciendo a dos de ellos. Para ellos el haber llegado hasta

aquí y poder enfrentarse a UCLA ya es un premio grande en un equipo con tanto

underclassmen, pero una vez aquí, no van a renunciar al sueño.


Los Golden Hurricane son bajo las ordenes de Manning, un equipo versátil en ataque y

sobre todo un conjunto que puede poner en problemas a los ataques rivales. Su juego

es activo en esa parcela del campo con una mezcla de interiores físicos y exteriores

intensos, que ha provocado que lleven dos meses sin que un rival anote más de 70

puntos ante ellos. Claro que les será complicado lograr que UCLA en la figura de

Anderson no genere juego como para superar esa cifra, algo que necesitan para tener

alguna opción.

Esta intensidad y juego se refleja en una rotación larga donde solo dos jugadores

superan, y no por mucho, los 30 minutos. Son Shaquille Harrison, el base más fiable

del conjunto por su mezcla de anotación y creación; y sobre todo James Woodard el

mejor jugador de este programa, tanto por ser el anotador más efectivo como porque

es un jugador capaz de ejecutar el pick and roll y encontrar a sus compañeros con

inusitada facilidad; además de aportar un toque atlético a un conjunto que se ve

obligado a jugar muchos minutos por fuera con tríos pequeños, pues el único alero

(que juega de 4) con el que cuentan es Rashad Smith, jugador que el año pasado solo

pudo disputar 4 partidos por lesión y que es el mejor apoyo anotador de Woodard. Que

el equipo está orientado hacia el exterior lo demuestra que estos tres jugadores son

los máximos anotadores del mismo y el cuarto es Pat Swilling Jr., un senior con buen

lanzamiento exterior pero con el que sin embargo no podrán contar pues desde

febrero está suspendido y bajo investigación por asalto sexual. Los otros dos

exteriores con minutos (muchos, por encima de 20 por partido) son dos pequeños

bases como Rashad Ray y Tim Peete, más pequeño el primero y algo mejor anotador;

más defensivo y experimentado (senior) Peete y por tanto titular como complemento

del poder anotador del resto.

Con tanto base y exterior capacitado para jugar el pick and roll y penetrar, lo que le

gusta a Manning, o al menos lo que tiene en esta Tulsa, es interiores con capacidad

para jugar dentro-fuera y que lo mismo puedan continuar en el pick and roll como

abrirse para el pick and pop. Ahí encajan los sophos D’Andre Wright y Lew Evans, dos

jugadores cuyo rango llega hasta el triple pero que también pueden incidir en el aro.

Más limitado es el otro interior con el que cuentan, Brandon Swannegan.

Los interiores titulares de UCLA, los Wear, son versátiles y por ahí parece difícil que

pueda hacer daño UCLA, pues además cuentan con una desventaja física importante,

incluido en el exterior con la altura de Anderson o LaVine. Tulsa tiene muy complicado

poder sorprender a los Bruins, para ello quizá necesiten colocar un pequeño sobre

Anderson para dificultarle la creación, pero con la mejora de Anderson en el tiro, es un

peligro que pueda lanzar sobre él. Todas las esperanzas están puestas en Woodard,

pero aún así, el trabajo ya está hecho. Esos 40 minutos de sueño quizá tengan más

utilidad de cara al futuro, donde la mayoría de jugadores tienen dos años más para

volver al Madness (los únicos que no son underclassmen son los senior Peete y

Swilling Jr; y el exterior junior Marquel Curtis que cuenta con algunos minutos).

La estrella…James Woodard. Un jugador capaz de ejecutar un pick and roll a la

perfección con un compañero, hacer una ayuda que termine en tapón en la jugada

siguiente y después subir el balón hasta convertir un triple. A pesar de su falta de


centímetros tiene el talento físico y técnico para hacer de todo. El jugador diferencial

de estos Golden Hurricane.

No os perdáis a…Danny Manning. Es difícil señalar a un jugador por encima de otro

más allá de Woodard, por lo que es de justicia reseñar a Manning que ha propuesto un

tipo de juego atractivo con un equipo muy joven y que ha dado pronto sus réditos.

#14 WESTERN MICHIGAN BRONCOS

(23-9, 14-4 MAC) Kalamazoo, Michigan

Jorge Díez. Los Broncos vuelven 10 años después al torneo en su cuarta

participación. Y para ello han tenido que romper la tiranía del estado de Ohio en la

figura de Akron y Ohio que llevaban 5 años imponiéndose en la MAC. Y por si fuera

poco, Toledo (también radicada en Ohio) era la principal favorita de esta conferencia,

aunque en liga regular quedaron empatadas en la cabeza de la clasificación. Como

victorias de prestigio cuentan con una ante New Mexico State al abrir la temporada (y

una derrota por solo 6 puntos ante Missouri) como único bagaje debido a lo sencillo de

su calendario fuera de conferencia donde a pesar de todo cayeron con asiduidad.

El comité les ha deparado un duelo ante un número 3 como Syracuse que

precisamente no es el rival que mejor les viene, pues además de la diferencia de nivel,

está el hecho de la defensa zonal que plantean siempre los de Boeheim y que anula

las principales virtudes de este equipo. Ambas radican en sus dos senior: David Brown

es un escolta al que le gusta salir de bloqueos para lanzar (aunque un 33% en triples

para 237 triples lanzados no es un gran porcentaje) y que ha vuelto a la actividad tras

prácticamente dos temporadas parado por lesiones. Por su parte, Shayne Whittington

es un 5 con centímetros (2,13) y que se muestra cómodo anotando al poste bajo, pero

también lanzando en un rango limitado e incluso pasando. Esta dos características sí

pueden ser importantes a la hora de atacar a Cuse en la bombilla, clave de su zona,

pero no parecen suficientes para ponerles en peligro.

Los dos son buenos jugadores para una conferencia como la MAC, pero sin embargo

a este nivel sus virtudes se ven minimizadas. Aún en la MAC, Western Michigan es un

equipo que no suele ser capaz de crear ventajas en uno vs uno y tiene que recurrir a

un juego con mucho corte y pick and roll para generar debilidades en la defensa que

les permitan tiros cómodos.

Junto a Brown y Whittington, cuentan con un equipo más limitado: Austin Richie es el

base que se encarga básicamente de subir el balón y lanzar de 3, pues Brown es

muchas veces quien dirige las operaciones; Connar Tava es el falso 4 que sabe

moverse sin balón y es una ayuda al rebote; mientras Tucker Haymond es un alero

freshman con cierto tiro pero que tiene que madurar su juego aún. En el banco solo

Jared Klein y Kellen McCormick como tiradores exteriores y A.J. Avery como interior

trabajador aportan con regularidad y de hecho la rotación de los Broncos es así de

limitada.


El seed 14 ya es suficiente premio para un equipo trabajado pero con serias

limitaciones de talento que parece que les sitúan lejos de poder dar la sorpresa. En

cualquier caso, si Whittington encuentra la forma de competir con el poder físico de

Cuse y les hace daño en el centro de la zona y Brown encuentra opciones, tienen una

oportunidad de divertirse.

La estrella...Shayne Whittington. También podía haber ido Brown en este lugar, pero

ponemos al pívot por la importancia que tendrá en este primer duelo. Un jugador alto y

con cierto talento ofensivo, pero sin un desarrollo físico que le permita competir ante

rivales superiores.

No os perdáis a...David Brown. Esta temporada ha sido la de su renacimiento. Un

buen tirador saliendo de bloqueos pero además el jugador que tiene que decidir en

muchas situaciones por donde irá el ataque de los Broncos.

#15 EASTERN KENTUCKY COLONELS

(24-9, 11-5 OVC) Richmond, Kentucky

Jorge Díez. Esta es la octava vez en la historia (la última en 2007) que los Colonels

acuden al Madness. En ninguna de las anteriores han logrado ganar su partido de

primera ronda y tampoco parece probable esta temporada en la que tendrán enfrenta

a la Kansas de los monstruos Embiid y Wiggins. Y es que los Colonels son un equipo

sin físico, capaz de ganar una conferencia como la OVC pero muy difícilmente pueden

plantar cara a equipos superiores con ese déficit. Eso sí, el triple es el principal

protagonista de muchas sorpresas que pueden dar los equipos pequeños, y en eso

Eastern Kentucky no tiene nada que envidiar a nadie.

Con este arma como bandera se presentaron a inicios de temporada y así han

seguido. La clave para ellos es que les entren los tiros, pues así se van a altas

anotaciones y consiguen superar sus limitaciones. Cuando han anotado 70 puntos

solo han caído en dos ocasiones, y en ambas por un margen ajustado de 6-7 puntos.

Su temporada no es que haya sido brillante con derrotas ante equipos muy superiores

como VCU (a la que llevaron a la prórroga), North Carolina State o Wisconsin, pero

también ante otros mucho más mediocres y ni siquiera lograron llevarse la liga regular

de la OVC que fue a parar a Belmont.

Que el triple es una religión en los Colonels lo demuestra el hecho de que los 9

jugadores con minutos de la temporada han intentado triples y 8 de ellos han anotado

9 o más (solo el “pivot” Eric Stutz no ha logrado anotar con 0/3). De hecho incluso a un

tio llamado Monte Burney le dio tiempo a tirarse un par de triples en los 3 minutos de

los que ha dispuesto durante la temporada. ¿Sabes tirar? Sal a la cancha y

demuéstralo.

Hablando en términos un poco más serios y baloncestísticos (sin dejar de ser verdad

lo anterior), lo cierto es que los Colonels son un buen equipo ofensivo si les entran los


tiros exteriores y uno muy mediocre si no. Su juego, con muy pocos centímetros, se

basa en una defensa mediocre pero muy centrada en cortar líneas de pase y

adelantarse a las acciones rivales (lo que genera puntos fáciles en su contra) para

poder generar puntos fáciles. Si tienen que atacar a media pista, recurren a mucho

movimiento y a decisiones individuales que de nuevo les permita lanzar de 3, con un

defensor encima o no, eso es lo de menos. De hecho tienen un porcentaje de 39%

como equipo, lo cual es una muy buena cifra teniendo en cuenta que lanzan 25 triples

por partido. Eric Stutz es el único jugador entre los importantes que se sale un poco

del guión, pues es un 2,05 que les dota de cierta presencia en la pintura pero con

escasa importancia ofensiva.

A su mediocre defensa le unen que son un equipo muy malo a la hora de asegurar el

rebote (normal si casi todo el tiempo de juego lo ocupan con 4 jugadores en 1,95 cm o

menos), por lo que Kansas no es precisamente un buen rival para ellos. Se hace difícil

ver de que manera podrán parar una penetración de Wiggins, a Selden jugando pick

and roll o aún con el estado dudoso de Embiid, a la batería de interiores con la que

cuenta Kansas (Perry Ellis, Black, Traylor...) que no tendrían que tener ni la mínima

dificultad.

Eso sí, ellos tienen su fe puesta en el triple y si Kansas se confía en defensa, por ahí

les van a hacer daños pues sí son buenos tiradores casi todos y además esta

temporada han demostrado que no les asusta ir por detrás en el marcador y asestar el

golpe definitivo a través de dagas desde la larga distancia.

La estrella...Glenn Cosey. Su acierto desde la línea de 3 es realmente terrorífico y

además es un jugador dinámico a la hora de crear algo de juego que no implique un

triple.

No os perdáis a...Corey Walden. Peor lanzador que Cosey, pero también un buen

anotador y un jugador agresivo en defensa, lo que le permite robar muchos balones.

#16 ALBANY GREAT DANES

(18-14, 9-7 American East) Albany, New York

Jorge Díez. Will Brown está viviendo su décima temporada al frente del equipo y el

año pasado fue renovado hasta 2017. No es extraño, pues bajo su mando, los Great

Danes han conseguido clasificarse cuatro veces para el torneo NCAA

(2006,2007,2013 y esta campaña), y todavía más mérito tiene lo logrado este último

par de años. Albany no es el mejor equipo de la American East y así lo demuestra su

balance y que no se haya llevado la liga regular en ninguno de los dos años. Sin

embargo, cuando el balón quema y la victoria y la derrota cobran especial relevancia

es cuando Albany da un paso al frente. A pesar de la ventaja que supone organizar el

torneo final, el mérito de Albany no es menor tras deshacerse de Vermont y Stony

Brook, los dos mejores equipos de la conferencia. Durante el año han tenido muchas

derrotas de las que afean su resumen del año (también afectados por una temporada


con muchas lesiones) y quizá su mayor "victoria" fuera jugar de tú a tú a Pittsburgh, un

equipo de las major que también viaja al Torneo.

Albany es un equipo con una mezcla interesante de juventud y experiencia, a la que

unen un toque internacional (4 australianos, un danés y un georgiano) que puede

hacer las delicias de muchos aficionados a este lado del charco si es que consiguen

convertirse en una de las Cenicientas, que no parece probable.

Que no son un equipo potente lo demuestra el hecho de que no tuvieran ni un jugador

en el primer quinteto de la conferencia. Sin embargo sí tuvieron a dos miembros en el

segundo quinteto, los dos jugadores australianos que son precisamente las estrellas

del conjunto. Peter Hooley es quizá el mejor jugador, un escolta que puede anotar con

fluidez desde el exterior pero también el jugador capaz de crear juego para sus

compañeros, no en vano puede jugar también de base (y lo hace ocasionalmente) y es

habitual verle iniciando el pick and roll donde esa mezcla de peligrosidad en el

lanzamiento exterior (40% de 3) y capacidad de pase le hacen peligroso. Pero quizá el

jugador más decisivo es Sam Rowley, un 4 bajito pero con muchos fundamentos en el

juego al poste bajo y con capacidad para anotar con ambas manos o de abrirse para

lanzar; lo que le hacen también habitual de los pick and roll y el jugador que determina

los 2vs1 del rival, aspecto que aprovecha para sacar balones al exterior con acierto.

Fuera de estos dos jugadores, Albany cuenta con una pléyade de complementos

centrados en favorecer el juego de sus estrellas. DJ Evans es el base, un jugador

pequeño, sacrificado en defensa y que trata siempre de imprimir un ritmo alto al juego,

pero que delega en Hooley a media cancha. El alero es para Gary Johnson, un

jugador atlético y defensivo, pero que ha mejorado este año sus prestaciones

ofensivas; mientras que el pivot es John Puk, un jugador con centímetros pero sin

juego ofensivo donde se limita a poner bloqueos y tratar de buscar alguna posición

cerca del aro, siendo en defensa donde su presencia cobra importancia como

intimidador para los Great Danes.

En el banco esperan algunos jugadores útiles para las low major, pero que lo pasarán

muy mal ante los focos nacionales. Luke Devlin es la principal alternativa por dentro

para asegurar el rebote con David Wiegmann y Michael Rowley(hermano de Sam)

como los otros jugadores con presencia; mientras que por fuera el tirador Dallas

Ennema tiene minutos prácticamente como único exterior de importancia desde el

banco tras la lesión de Anthony Odunsi que le dejó fuera para la temporada al quinto

partido; lo mismo que sucedió con Shengelia, el georgiano procedente de Rhode

Island y que les podía haber dado cierta presencia en la pintura.

La estrella...Sam Rowley. El australiano es un ala pivot sin centímetros pero con

muchos recursos al poste bajo. No puede competir contra el juego interior de Florida si

pasan la previa, pero seguro que dejará alguna buena acción a base de fundamentos.

No os perdáis a...Gary Johnson. Porque aunque Hooley es el segundo mejor

jugador del conjunto y el anotador exterior, Johnson es un jugador importante por su

físico y equilibrio en ambos lados de la cancha.


#16 MOUNT ST. MARY’S MOUNTAINEERS

(16-16, 9-7 NEC) Emmitsburg, Maryland

Mount St. Mary's es una pequeña universidad privada de apenas 2000 estudiantes,

pero que sin embargo ha logrado clasificarse habitualmente para el Madness (4 veces,

suficiente para estos niveles) y son un equipo con tradición baloncestística, no en vano

cuentan en sus vitrinas con el título nacional de 1962. Título de la Division II, claro. Su

récord es bastante feo este año en el que empezaron perdiendo sus 5 primeros

partidos (claro que tuvieron partidos muy duros ante Villanova, BYU, West

Virginia...fuera de casa) pero quizá no haga del todo justicia a un equipo que ya el año

pasado había llegado a la final de la NEC.

Son un equipo que gusta de jugar a ritmos altos, probablemente debido a la ausencia

por lesión del cruzado de su pivot titular, el croata Kristijan Krajina. Esto ha mermado

mucho sus posibilidades en la pintura y les obliga a jugar con 4 pequeños

continuamente donde un 7 pies como Talor Danaher ocupa el centro de la zona con

sus 2,15 cm que pueden ser importantes ante un equipo pequeño como Albany.

Ocasionalmente los Mountaineers también pueden poner junto a él a Gregory Graves,

un cuatro que se atreve con el tiro exterior, pero es una solución puntual.

Hablando de tiro exterior, es una de las características de un equipo tan pequeño,

pues todos sus exteriores son buenos lanzadores. En ataque dependen un poco de lo

que genere su base Julian Norfleet, un jugador hábil en el pick and roll porque sabe

elegir la mejor decisión y además es una amenaza desde la media y larga distancia.

Junto a él cobra importancia Rashad Wack, el mejor anotador que tienen siendo un

tirador que asume muchos tiros y que puede ejecutar la suspensión tanto saliendo de

bloqueos como esperando el balón doblado de Norfleet. Sam Prescott es quien rompe

un poco esta dinámica de tiradores, pues aún pudiendo lanzar, es el jugador más

atlético del grupo y el que menos tiene de lanzarse a canasta.

Para completar el quinteto tienen dos opciones: un tirador de juego sin balón como el

freshman Byron Ashe (o también Will Miller, otro buen lanzador, y que puede jugar de

3 o falso 4) o un jugador más físico como Khalid Nwandu que aún siendo un jugador

de poco más de 1,90 también ocuparía posiciones de frontcourt.

En definitiva, los Mountaineers son un equipo con muy poco físico para aspirar a

derrotar a Florida ni aún en un día de gracia en el tiro exterior, pero sin embargo ante

Albany, un conjunto sin centímetros pueden tener sus opciones si Norfleet consigue

hacerse con el ritmo del partido y Whack está acertado.

La estrella...Julian Norfleet. Aunque no es el máximo anotador del conjunto, sí es su

jugador más completo. A la amenaza que como Whack proporciona, él le suma el ser

el creador de la mayoría de juego ofensivo que los Mountaineers logran producir.

No os perdáis a...Rashad Whack. El pequeño jugador es un tirador que gusta de

asumir muchos tiros y Mount St. Mary's le va a necesitar a buen nivel para poder

derrotar a Albany.




#1 ARIZONA WILDCATS

(30-4, 15-3 PAC12) Tucson, Arizona

Jorge Díez. Tras unos años turbulentos por la salida de Lute Olson, parece que los

Wildcats han encontrado la estabilidad suficiente con Sean Miller en el banco para

volver a ser uno de los equipos más poderosos del país. Si ya en su segunda

temporada (esta es la quinta), les situó en Elite Eight con Derrick Williams al frente; en

la actual ha conseguido que en diciembre ascendieran al número 1 de los rankings por

sexta vez en la historia. Y aunque en la segunda parte de la temporada han sufrido

más, han terminado siendo un seed 1 con todo merecimiento. Además tienen un

cuadro factible para llegar hasta la Final Four, terreno que no pisan desde 2001,

aunque Oklahoma State puede ser un rival duro en segunda ronda.

Para llegar hasta esta posición han vencido a equipos tan fuertes como Duke,

Michigan o San Diego State, lo que da muestra de su fiabilidad, y aunque en la PAC12

sufrieron algunas derrotas y terminaron perdiendo la final del torneo ante UCLA, no

empaña una excelente temporada. La clave de dicha campaña ha estado en una

extraordinaria mezcla de juventud y experiencia aderezada con un tremendo poderío

físico y también la importación de un base, en una universidad que estaba

acostumbrada a reclutarlos.

Los Wildcats han tenido por tradición grandes bases, pero el año pasado ya tuvieron

que traer como transfer a Mark Lyon y esta campaña desembarcó TJ McConnell,

jugador que ha terminado siendo clave. El jugador procedente de Duquesne se ha

hecho por completo con la manija del equipo y es un jugador fundamental en ambos

lados de la cancha. Un base con espíritu pasador antes que anotador, pero que

también puede convertir algunos tiros de media y larga distancia, y un defensor tenaz

en la presión que Sean Miller pone en práctica. Junto a él en el backcourt está Nick

Johnson, con seguridad el mejor jugador de este equipo a nivel universitario. Es un

escolta con una capacidad atlética de primer nivel que le permite llegar al aro con

facilidad y que ha ido mejorando su tiro exterior, pero que además es un jugador

creativo en el pase, lo que permite que Arizona tenga varios creadores de juego (de

hecho 3 con Hollis Jefferson en el quinteto) que es un valor añadido ante la falta de

anotadores de primer nivel, sobre todo tras la baja de Ashley.

Brandon Ashley al que mencionábamos era el 4 titular del equipo pero una lesión

acabó con su temporada y les ha dejado sin su mejor anotador interior y digamos el

único anotador puro del equipo (aunque con menos importancia en este aspecto que

otros jugadores). Esto ha hecho que Aaron Gordon que ha estado jugando todo el año

de 3, como era su deseo, haya tenido que pasar al 4 (posición que quizá sea más

adecuada a sus características). Gordon era uno de los grandes nombres de esta

camada freshman pero sus actuaciones universitarias han creado cierto escepticismo

hacia su proyección NBA. Es un jugador con un físico privilegiado para este deporte y

además es ya un muy buen defensor tanto interior como exterior, pero en cuanto a

talento ofensivo está lejos de otros compañeros de clase. Sí es un buen pasador, pero

sus puntos solo vienen a través de la intensidad y el esfuerzo y carece de movimientos


o fiabilidad en el tiro para guiar a esta Arizona en este aspecto, algo que sería

necesario.

El cambio de puesto de Gordon ha dejado hueco para que Rondae Hollis Jefferson,

otro freshman de campanillas, sea el alero titular. Es un jugador que tampoco es un

anotador fiable en este punto de su carrera pero que sin embargo cuenta con las

capacidades físicas y técnicas para ser un jugador muy completo. Como Gordon es un

defensor de importancia y un jugador creativo gracias a su manejo y capacidad de

pase, además de un buen reboteador. Completa el quinteto el polaco Kaleb

Tarzcewski, un jugador con mucha fama de instituto que decepcionó en su primera

campaña pero que en esta segunda está demostrando que puede ser útil a nivel

universitario. Es un pívot de 2,15 de cierta movilidad y que ha aprendido a anotar sus

ganchos cerca del aro por lo que es tenido en cuenta por sus compañeros a la hora de

iniciar jugadas. Su físico es también importante al rebote.

Lo grave de la lesión de Ashley es no solo el movimiento de puestos que ha supuesto,

sino también el hecho de que ha dejado sin elementos de banquillo al equipo. Solo

Gabe York, el mejor tirador del equipo que puede actuar de 1-2, es un jugador fiable

en partidos de máximo nivel; pues otro tirador como Jordin Mayes ha tenido un par de

campañas muy decepcionantes y el freshman Elliot Pitts aunque entregado y buen

tirador es posible que no esté preparado aún para el Madness. Por dentro la situación

es más dantesca porque lo único que aporta Matt Korchek son sus 2,08 centímetros

de humanidad durante 5 minutos por choque. No será extraño ver configuraciones con

Hollis Jefferson de 4 y Gordon de 5 durante el Madness cuando el polaco esté en el

banco.

A pesar de esta falta de efectivos de recambio, sobre todo en el interior, Arizona es

una de las máximas favoritas porque tiene muchas virtudes de las que echar mano: no

cuenta con un equipo de grandes anotadores, pero sí tiene diversidad de creadores de

juego que facilitan esta labor y una capacidad de pase en el equipo que da fluidez al

juego. Pero más allá de su juego ofensivo, donde son diferenciales es en el aspecto

físico y defensivo. Son uno de los equipos más atléticos de todo el país y con mayor

cantidad de buenos defensores, además de trabajado dicho aspecto en conjunto, lo

que les hace una pesadilla tanto a la hora de atacarles como de luchar por el rebote. Y

ambos aspectos van a ser muy importantes en un torneo donde cada balón cuenta.

La estrella…Nick Johnson. No, no es Aaron Gordon. El mejor jugador de este equipo

es el escolta junior, que no solo es el mejor jugador defensivo del conjunto, sino

también un jugador completo en ataque y que como segundo generador de juego tiene

mucha importancia en el mismo. Crecimiento continuo y muy buen jugador NCAA.

No os perdáis a…TJ McConnell. Tampoco entra Gordon aquí, aunque es un jugador

a tener en cuenta. El factor X del conjunto es el base que hace que esta maquinaria

funcione y que va a ser todavía más importante de cara al Madness. Es el peor

proyecto NBA del quinteto, pero un jugador fundamental la andadura de Arizona.


#2 WISCONSIN BADGERS

(26-7, 12-6 Big Ten) Madison, Wisconsin

Ignacio Morejón. Llega marzo, llega la March Madness y, como no podía ser de otra

manera, los Badgers de Bo Ryan están en el cajón de salida. Nada más ni nada

menos que 16 temporadas consecutivas accediendo al torneo les contemplan. Y sin

embargo hay algo en el viento en Madison que susurra que esta vez va a ser diferente,

que hasta podría ser como en 1941. Orgullosos de su perenne etiqueta de

overachievers, el fiasco de la derrota en el primer partido del torneo de 2013 contra

Ole Miss fue un revés muy duro. En unas declaraciones de pretemporada, la estrella

Sam Dekker decía con los dientes apretados que se habían conjurado para que esta

temporada fuese especial.

Y por lo visto hasta ahora no hablaba en vano: parten como seed 2 en su conferencia

tras un magnifico segundo puesto en la temporada regular de la Big Ten. Su rival será

American University y no niegan que, aunque siempre hay que ir partido a partido, esta

vez miran algo más lejos en el cuadro.

Para los no iniciados, decir que Wisconsin es un caso especial. Fiel espejo de la

filosofía del gran Bo Ryan, su juego de equipo conecta directamente con la esencia

misma del baloncesto NCAA. El colectivo por encima de la individualidad. Siempre un

pase más si es necesario, siempre hay que llegar a la ayuda defensiva por lejos que

esté. Operar como un bloque compacto y sincronizado tanto en ataque (precisión,

organización) como en defensa (una de las mejores del campeonato). Parecen una

legión romana entrando en combate: el que cada uno haga su parte sin salirse del

engranaje es esencial para vencer y sobrevivir.

Y las huestes de Bo tomaron la competición al asalto y sin hacer prisioneros. El que

les tocase uno de los calendarios non conference más difíciles de todos (el segundo

según los índices de la NCAA) no les arredró. Al contrario, lo convirtieron en un

portentoso tour de force ganando todos los partidos más los dos primeros de la Big

Ten. Un total de 16 victorias consecutivas, record histórico del programa y una cuarta

posición provisional en el ranking nacional que sabía a poco. Entre las víctimas

estaban ilustres como Florida (#1 en su momento), St Louis o UVA (también #1).

Pero la Big Ten de este año ha sido una jauría de lobos hambrientos y Wisconsin no

pudo escapar indemne de tanta batalla sangrienta. Tras los mencionados dos primeros

partidos ganados vinieron 5 derrotas en 6 partidos que arrojaron dudas sobre su

consistencia. Para callar bocas encadenaron 8 victorias consecutivas (incluyendo a

Michigan, Michigan State e Iowa) que les dejaba en segunda posición de la liga regular

y les hacía ser optimistas de cara al torneo de conferencia. Tras apalizar a Minnesota

en cuartos, no pudieron contra los a la postre campeones Spartans de Michigan State

que tuvieron un gran dia.


En el análisis de pretemporada cuestionábamos la viabilidad de los Badgers como

candidatos por su aparente falta de presencia en la pintura tras la graduación de la

estrella del curso anterior, Jared Berggren. No contábamos (¿alguien lo hacía?) con

la explosión del junior Frank Kaminsky. El pívot de 2.13 ha pasado de ser un jugador

de banquillo que ayudaba lo que podía a ponerse el traje de estrella, batiendo por el

camino el record anotador histórico de la universidad con sus 43 puntos a North

Dakota. La otra sorpresa en el frontcourt ha sido el novato Nigel Hayes, un ala-pívot

nombrado Mejor Sexto Hombre de la Big Ten y que tiene un rango de tiro que le

convierte en un emparejamiento difícil para los rivales.

El mejor jugador de los Badgers, el talentoso alero sophomore Sam Dekker, sigue

dejando destellos de que podría dominar los partidos a su antojo, pero su aparente

dejadez y frialdad deja su temporada en aceptable a secas para lo que se esperaba de

él.

La tripleta que forma el backcourt (Gasser, Brust y Jackson) ha rendido a la

perfección tanto en ataque como en defensa. Ben Brust ha sido el segundo máximo

anotador con 12.9 ppg y Traevon Jackson el máximo asistente (3.9apg). Mención

especial para Josh Gasser que, viniendo de una temporada en blanco por una grave

lesión de rodilla, se ha convertido en el alma del equipo y la extensión de Ryan en la

cancha. Sus 9.2ppg vienen acompañados de un 44.3% de triples y siempre es el

encargado de secar a la estrella exterior de los rivales. Un gran año el suyo con mucho

mérito. Los otros jugadores que juegan minutos con regularidad son el base novato

Bronson Koenig y el alero Duje Dukan, aunque su relevancia es bastante menor que

la de los jugadores anteriores.

Veremos hasta donde llegan los de Bo Ryan en el año en que tienen las cosas más de

cara para dar la campanada y plantarse en las rondas finales. Lo que es seguro es

que serán fieles a su estilo hasta la muerte y que en cualquier caso serán un rival

temible. Dos razones más para creer: juegan las primeras rondas en casa (Milwakee)

y son un grupo bastante experimentado comparado con muchos de sus rivales. Como

andan diciendo en Madison, the answer my friend is blowing in the wind…

La estrella: Sam Dekker. Un talentazo versátil, con buena mano y gran IQ que no ha

acabado de dar todo lo que tiene dentro (que es muchísimo). Tras su mal partido en la

eliminación contra Ole Miss en el torneo del año pasado y una temporada aceptable a

secas para lo que se esperaba de él, tiene que dar un salto cualitativo y echarse el

equipo a los hombros. Si Dekker no hay paraiso. Preparado está, pero ¿será capaz?

Atencion a: Frank Kaminsky. El sietepiés Frank the Tank ha pasado de ser jugador

de refuerzo a liderar a los de Madison en puntos (13.6), rebotes (6.4), tapones (1.7) y

porcentaje de tiros de campo (54.2%). Ahí es nada. Veremos si es capaz de mantener

su producción en el momento de la verdad. Si lo hace podremos ver muchas sonrisas

entre los seguidores Badgers.


#3 CREIGHTON BLUEJAYS

(26-7, 14-4 Big East) Omaha, Nebraska

Iván Ortiz. Doug McDermott. No se puede empezar un escrito sobre Creighton sin

mencionar antes a su máximo exponente, a su referente, al hombre que decidió seguir

un año más para poner su nombre en todos los libros históricos de la competición.

Pero su lucha más importante empieza ahora, porque Doug ya ha puesto su nombre a

la altura de los grandes, pero ahora le toca poner el de Creighton a la misma altura,

porque volvió para eso, para cumplir un objetivo junto a un grupo de compañeros que

han formado un grupo sólido e interesante a su alrededor. Todos confían en

McDermott. Y si los rivales han decidido poner a los cinco defensores en pista encima

de él no hay ningún problema, porque tienen recursos para seguir anotando.

Creighton se vuelve un poco más predecible sin McDermott en pista. Y es que tener a

todo un rival pendiente de un hombre también tiene sus beneficios. Mayor facilidad

para mover el balón, hombres libres en más posiciones, pero también saben que de

cualquier manera, Doug se las ingeniará para conseguir que el balón entre a través de

la canasta. No importa el modo, el final será el mismo. Sin McDermott se mantiene un

buen movimiento de balón, pero se nota mucho que falta algo, y es que también

aporta una buena cuota de liderazgo, una dosis importante de tranquilidad a todos.

Falta en ocasiones esa agresividad hacia la canasta.

Pero si bien un alto porcentaje de la situación y el estilo de Creighton se basan en

quien hemos dedicado dos párrafos, nadie consigue estos resultados por sí solo, hay

un muy buen grupo detrás que ha permitido a este equipo llegar hasta donde está

ahora. Ethan Wragge es uno de los hombres que mejor representa lo que se necesita

en estos casos. Anotación cuando se necesita, pelea y entrega desinteresada. Austin

Chatman es el encargado de imprimir ritmo desde la dirección, y es un hombre que

sabe aprovechar muy bien los espacios para poder entrar a canasta. Si no, siempre

puede encontrar abierto y dispuesto para tirar a Jahenns Manigat. No tiene el tiro más

estético, y en ocasiones entra en rachas no demasiado positivas, pero siempre está

dispuesto y si tiene el día acertado, es una tortura. Si las lesiones le respetan, Grant

Gibbs es otro muy buen escudero en la zona exterior para Creighton.

Pueden sufrir en la pintura, pues la pelea de Wragge se puede hacer en ocasiones

escasa ante equipos con potencial en ese aspecto y McDermott va variando bastante

su posición y no siempre se le puede encontrar por dentro. Will Artino es uno de los

hombres que suele entrar a aportar un poco de lucha en la pintura, pero su aportación

se limita en muchos casos a esto, a ayudar al rebote, a pelear cada rebote ofensivo

que se precie. Por fuera sí que pueden hacer buena rotación, pues además de la

mencionada están Devin Brooks, un hombre seguro y de buena toma de decisiones, y

Avery Dingman, un hombre hábil y con buena capacidad para entrar a canasta.

Dingman es un poco más polivalente y lucha en más de una ocasión por el rebote.


Es la última oportunidad para McDermott, y es probable que Creighton necesite un

buen tiempo para encontrar otro hombre como Doug para cimentar un equipo

candidato. Este año ha de ser el suyo, y el panorama universitario tiene muchas ganas

por ver como estos chicos hacen un buen Madness y consiguen llegar hasta el final.

No sería una sorpresa, ni nada que rompiese esquemas, pues ya de sobra todos

sabemos de lo que es capaz Doug y de lo que son capaces sus compañeros si su líder

y referencia tiene el día inspirado sobre la pista. Pueden batir a cualquiera. Que

pregunten en la Big East de lo que son capaces. Villanova, uno de los nombres fuertes

del año, no fue capaz de vencerles. Y se crecen en los grandes escenarios, en los

momentos importantes.

LA ESTRELLA: Doug McDermott – Ha sido uno de los nombres del año. Se ha

pasado casi toda la temporada rompiendo registros y superando marcas históricas. Es

una delicia verle en acción, tirando desde fuera con su altura y una efectividad

tremenda, entrando por fuerza y encontrando siempre el espacio, tirando en reverso

tras igualarse a su par. Es la última oportunidad que vamos a tener de disfrutar de este

soberbio jugador aquí, por lo que solo queda deleitarse con su clase el tiempo que le

quede en Creighton.

NO PERDÁIS DE VISTA A: Ethan Wragge – Es una de las ayudas principales de

Creighton y el encargado en más de una ocasión de solventar las situaciones más

físicas. Al coincidir con McDermott en pista muchas veces, que suele moverse mucho

por fuera, la tarea de bregar en la pintura se la queda toda Wragge, que lo hace de

manera excelente. No es el que más luce, pero es quizás de los más necesarios en el

esquema de Creighton.

#4 SAN DIEGO STATE AZTECS

(29-4, 16-2 MWC) San Diego, California

Jorge Díez. Los Aztecs antes de la llegada de Steve Fisher (1999) al banquillo solo

habían logrado acceder 3 veces al Torneo NCAA, pero poco a poco SDSU ha

construido un programa muy sólido y esta será la quinta vez consecutiva (novena en

total) que accedan al Baile. De hecho no solo han logrado ser un habitual del Torneo,

sino que también su nombre empieza a sonar para una posible presencia en la Final

Four. Durante el año solo Arizona consiguió vencerles en los partidos de fuera de

conferencia (victorias sobre Kansas, Creighton o Marquette) y Wyoming y New Mexico

(dos veces, incluida la final de la MWC) en los de conferencia, lo que compone un

resumen que bien vale el seed otorgado.

A pesar de estas altas expectativas, no será fácil para San Diego State, pues sufren

del síndrome de Dr. Jekyll y Mr.Hyde según el lado de la cancha del que estemos

hablando. Los Aztecs son uno de los mejores equipos defensivos del país, y en este

aspecto pueden debatir la hegemonía a cualquier equipo de las major (Arizona,


Florida, Virginia), pero es en ataque donde sufren en demasía, tanto que les puede

provocar una rápida salida del torneo.

En defensa el grupo atlético con el que cuenta SDSU es un valor añadido, además

todo ello aderezado con una defensa colectiva muy trabajada que impide los puntos

fáciles, y si el rival logra llegar hasta el aro, ahí está el sophomore Skylar Spencer, uno

de los mejores taponadores de la competición. Mientras tanto en ataque, tras la baja

de Jamaal Franklin y Chase Tapley, todo depende de lo que sean capaces de crear

Xavier Thames y Winston Sheperd, un backcourt muy dinámico pero que no se basta

para suplir las dificultades de los Aztecs en conseguir canastas fáciles cerca del aro, lo

que agrava su relativa falta de tiro exterior.

El base de este equipo, Xavier Thames, es probablemente el jugador más importante,

a la hora de crear el juego que necesita el equipo pero también de anotar, pues es

habitual verle trabajar sin balón entre bloqueos para recibir en buena posición que bien

le permite lanzar de 3 (es el mejor tirador del equipo) o poder atacar en ventaja el aro.

Si Thames juega sin balón, es Sheperd quien tiene el balón en sus manos para

hacerselo llegar a Thames o crear el mismo en el uno contra uno, principal fuente de

creación de este equipo. Todo ello porque los otros tres jugadores son mediocres

anotadores (Spencer de hecho no llega a esta categoría) O'Brien se mueve bien en la

media distancia y es capaz de dar fluidez a la circulación de balón, mientras Josh

Davis lucha sus opciones cerca del aro, pero sin grandes movimientos ofensivos ni

recursos. Esta incapacidad ofensiva está también reflejada en el banquillo donde solo

Dwayne Poole II desde la posición de 4 es un jugador fiable y capaz de anotar tanto de

3 como en las inmediaciones del aro; mientras Matt Shrigley y Aqueel Quinn aportan

un cierto tiro exterior al equipo que puede desatascar algunos partidos si están

acertados.

El estilo de San Diego State es muy apropiado para una liga donde su regularidad es

un activo y les permite ganar la mayoría de sus partidos, pero la cosa cambia a un solo

partido, donde de hecho New Mexico les ha logrado vencer en los últimos años en su

propia conferencia. Su defensa es un valor ante cualquier equipo menor que intente

anotarles, pero ante equipos con mayor talento van a necesitar un acierto ofensivo

superior al que han tenido en su temporada porque de otra forma tienen un techo más

limitado del que su temporada y las expectativas podían hacer pensar.

La estrella...Xavier Thames. Aunque es un equipo que destaca por su parcela

defensiva, es el base el jugador en el que tienen depositadas gran parte de sus

esperanzas ofensivas, por lo que su aportación se antoja clave.

No os perdáis a...Skylar Spencer. Su capacidad taponadora es de primer

nivel y en el Madness podemos verle intimidando y cambiando tiros ante

muchos rivales. Muy necesario en el esquema defensivo.


#5 OKLAHOMA SOONERS

(23-9, 12-6 BIG 12) Norman, Oklahoma

Luis Argeo. Muy lejos queda aquella Final Four de 2002 en la que los Sooners

sucumbieron en semis ante los toscos Indiana Hoosiers de Jeffries y Coverdale,

aunque en Oklahoma sigan recordándola como si se tratara de la última edición. Lo

cierto es que, desde entonces, apenas han podido superar un Elite 8, y tomando como

referencia la era Lon Kruger (tercera temporada en el banquillo), apenas se han

asomado una vez al baile, tras bambalinas. Fue el año pasado, y cayeron a las

primeras de cambio ante San Diego State (55-70).

¿Cuánto han cambiado las cosas en Norman (OK) de un año para otro? 12-6 en

conferencia, una victoria más que la temporada pasada. Su balance no parece, a

priori, demasiado convincente, aunque en la poderosa Big 12 dicha marca sirve para

acabar el curso con laureles en la cabeza. Oklahoma ha terminado segunda en la

tabla, por detrás de Kansas, el único equipo de conferencia al que los chicos de

Kruger no han podido vencer en este curso. Lo mejor de todo es que el equipo tiene

muy buena química.

Las carambolas de resultados entre contrincantes directos de conferencia fue

favoreciendo a los Sooners en las últimas jornadas de temporada regular, cuando

encandenaron cinco victorias en los seis partidos finales, entre las que destacan las

conseguidas contra Oklahoma State, Kansas State o Texas. Eso no sólo valió para

que Oklahoma se ganara a pulso su segundo puesto en la Big 12, sino para conseguir

un cómodo lugar en el Top 25 nacional y la posibilidad de entrar en el Phillips 66 Big

12 Championship con mayor confianza que el año pasado (cuando fueron seed 4).

¿Llegarán con suficiente seguridad al torneo final?

Buddy Hield y Cameron Clark han tomado el bastón de mando cedido por los

graduados Romero Osby y Steven Pledger, y cada noche suman 32 de los 82.5

puntos de media que anotan los Sooners este año, la octava mejor anotación nacional.

Destacando sobre el resto, Buddy Hield (SG) supera los 13 tiros por partido con

aceptables porcentajes, aunque rara vez consigue noches como la ofrecida en Iowa

State el 1 de febrero, con 30 puntos (5 de 8 en triples). Su carácter tirador estimula a

otros compañeros, como Isaiah Cousins (24 puntos ante Texas) o el base freshman

Jordan Woodard, convirtiendo a OU en un equipo impredecible en ataque. Al versátil

Cameron Clark le da descanso otro senior con muñeca suelta, Tyler Neal, que ha

hecho meritorios partidos contra rivales directos (Oklahoma State, WVU).

Oklahoma tiene tiro, pero sufre contra equipos grandes, pues adolece de corta

estatura. Esa desventaja siempre le acarrea problemas cuando el contrincante sabe

defender su juego exterior. Así fue como sucumbieron a las primeras de cambio en el

Torneo Phillips 66 Big 12. Isaiah Austin y Baylor dominaron a OU en el juego interior y

los tiros lejanos de los Sooners no fueron suficientes para remontar y pasar la segunda


ronda. De cara al torneo final, si consiguieran mantener la concentración y aplicarse en

defensa, según los cruces, podrían dar la sorpresa y llegar de nuevo a aquellos Elite 8

de 2009 en los que cayeron ante North Carolina. Entonces contaban con Blake

Griffin...

Desde su seed #5 en la Region West, el primer obstáculo que han de salvar es el

partido contra unos grandes y agresivos North Dakota State (#12), que podría

constituir uno de los upsets del torneo. Pasando de ronda, San Diego State (#4) –

¿revancha del año pasado a la vista?- y Arizona (#1) se les interpondrían antes de

salvar esos Elite Eight. Los Sooners ya están afinando su punto de mira.

La estrella: Cameron Clark. Cuando este senior está entonado, el equipo se

contagia. Su aportación anotadora y reboteadora es fundamental para los Sooners.

Los contrincantes lo saben. Querrá acabar su ciclo con las mejores sensaciones.

No perdáis de vista a: Ryan Spangler. La fuerza de Spangler sostiene los tableros

de los Sooners, a pesar de sus limitados 6-8 pies de altura. Regresó de Gonzaga a su

tierra natal, los fans lo veneran.

#6 BAYLOR BEARS

(24-11, 9-9 Big 12) Waco, Texas

Luis Argeo. ¿Los Bears de Waco en la final del torneo Big 12? Nadie daba por ellos

un dólar tras el terrible comienzo de temporada, pero los Baylor Bears tienen fe en su

juego, en su grupo, en su talento. Y ya sabéis lo de la fe y las montañas. Así como

quien no quiere la cosa, no sólo consiguieron remontar un balance de conferencia que

la primera semana de febrero señalaba un lastimero 2-8, sino que lograron un final de

9-9 para llegar al Big 12 Tournament con ganas de hacer historia desde abajo,

ganando cuatro partidos en cuatro días (1950 fue el último año en el que ganaban un

título de conferencia). No lo lograron. Iowa State tenía las mismas ganas de triunfo

(74-65), y su acierto de tiro en la segunda parte superó cualquier estrategia defensiva

de los Bears.

Ya desde la primera ronda del torneo de conferencia, los chicos de Scott Drew fueron

superando a sus rivales y progresando tanto en juego como en puntuación hasta llegar

a esa final, donde hicieron su marcador más corto del torneo y donde se les vio, en

momentos clave, con mucha fe pero poco fuelle. Así es como Baylor afronta su octava

aparición en el Gran Baile, con inconmensurables ganas de mejorar sus anteriores

marcas y con la moral por las nubes.

Los años pares han sido gratos para los seguidores de los Bears. En 2010 y 2012

consiguieron alcanzar los Elite Eight. El año pasado consiguieron el título de la NIT

tras un cómodo torneo y victoria final ante Iowa. La edición de 2014 debería ser igual o

mejor que las anteriores.


Armas ofensivas tienen de sobra, aunque no cuenten con un jugador deslumbrante

que haya podido compararse a otros nombres de la competitiva Big 12. Los Bears

corren, y cuando no corren, encuentran los tiros con paciencia. Y pelean bajo los

tableros en busca de segundas oportunidades. Jefferson, Gathers y Austin son tres

currantes de la pintura en defensa y ataque, y su presencia y la seguridad que

transmiten a los guards bajo su aro provoca que el ataque comience ya en campo

propio. El cerebro de los de Baylor, el junior Kenny Chery, es un sólido playmaker

(más de 5 asistencias por partido) que también ha conseguido anotar en partidos clave

(16 puntos en la final del torneo Big 12), y que se entiende bastante bien con el tirador

del equipo, Brady Heslip (.473 % en triples)

El NCAA Tournament les ha reservado un seed # 6 inquietante para sus rivales,

excesivamente alto para algunos analistas. Si consigue vencer a un dark horse como

Nebraska (#11) en segunda ronda -partido típico de upset-, su siguiente cruce

posiblemente sería contra los Creighton Bluejays (#3) de Doug McDermott. Entonces,

la sorpresa podría provenir de esos Baylor Bears repletos de fe.

La estrella: Cory Jefferson. Líder de anotación y rebotes de los Bears, su trabajo

durante cuatro años lo ha consolidado como el alma de los actuales Bears. El punto

débil del senior surge cada vez que va a la línea de tiros libres, algo que en finales

apretados se convierte en todo un problema de equipo.

No perdáis de vista a: Isaiah Austin. Inconfundible por sus gafas y su aspecto de

araña zancuda. Aunque haya perdido la visión en un ojo, este gigante no deja balón

sin taponar en su pintura. La defensa de Baylor se resiente cuando el sophomore no

está en la cancha. Austin también puede tirar desde lejos.

#7 OREGON DUCKS

(23-9, 10-8 Pac 12) Eugene, Oregon

Iván Ortiz. Empezar la temporada teniendo que sancionar a dos de tus hombres, en

este caso Dominic Artis y Ben Carter porque se han dedicado a vender zapatillas que

la universidad les proporcionó para ellos. La cosa no fue a más, se perdieron ambos

nueve partidos, los jugadores pagaron lo recibido a obras de caridad y Dana Altman

les apoyó asegurando que tuvieron un error pero que nunca habían dado problemas.

En lugar de venirse abajo, Oregon ganó los trece primeros partidos que disputó. Pero

fue entrar en la PAC-12 y se desplomaron de entrada como un peso muerto en el mar.

Utah les hizo sufrir hasta el final y ganaron en la prórroga, pero después de esto

perdieron cinco partidos consecutivos. Se salvaron gracias a un excelente sprint final

en el que vencieron a UCLA tras dos prórrogas, y a Arizona dejándola en apenas 57

puntos. Impredecibles pero se las arreglaron para acabar terceros, empatados con

Colorado, Arizona State, Stanford y California, todos con un 10-8 en conferencia, pero

por delante gracias al mencionado buen inicio de temporada.


El retorno de Dominic Artis no hizo más que sumar recursos y calidad a un juego

exterior que estaba a un nivel excelente y que a día de hoy cuenta con una excelente

rotación. Johnathan Loyd es el hombre que sube el balón y que le da muchísimo ritmo

al equipo, apoyado por el excelente anotador Joseph Young, el también excelente

aportador ofensivo Jason Calliste y el prometedor Damyean Dotson. Con tanto

exterior, la entrada de Artis, sumada a la aportación siempre segura de Elgin Cook le

daba a Altman una profundidad de la que pocos pueden presumir.

Ben Carter se sumaría a una pintura en la que Mike Moser imponía su ley con el

apoyo de Richard Amardi, que salía para darle un punto más si cabe de fuerza y

intensidad. Incluso podríamos sumar a Waverly Austin, que tiene pocos minutos pero

también es un miembro de aportación en la pintura, más cuando Carter no estaba

presente. Pueden tener su estilo y ser incluso un poco irregulares, pueden pecar de

alocados y de intentar cosas que van a tener poco éxito, pero profundidad tienen

mucha y cualquiera de ellos puede tener un buen momento.

No es un dato relevante ni determinante para el caso que nos concierne, pero durante

esta temporada, Arik Armstead tuvo cuatro minutos ante Washington State. La

importancia de este dato reside en que Armstead es un defensive lineman del equipo

de Football de Oregon, al que llegó con muy buena consideración. Imparables

hubiesen sido de poder contar en la pintura con Armstead y Moser. Dos puntos y una

falta personal le dio tiempo a hacer durante su participación. Se decantó por el

Football a tiempo completo.

Pueden aparecer de cualquier manera, y es uno de los motivos por los cuales Oregon

puede ser uno de los conjuntos más divertidos en este evento. Si tienen todos un buen

día, son un equipo excelente para ver, con Young anotando de manera compulsiva,

con Moser atrapando todos los rebotes como si tuviese un imán en sus manos, con

Loyd imprimiendo ritmo y velocidad al juego, con Dotson dando destellos de calidad y

apoyando en la anotación a sus compañeros, con Amardi imprimiendo fuerza en la

pintura para que Moser esté un poco más liberado. Altman tiene en sus manos un

sinfín de armas, pero tienen que tener el día. Les falta en ocasiones ese punto de

tener conciencia de partido, de gestionar bien todo lo que concierne al resultados y a

los momentos de juego. Pueden tener apagones y sin darse cuenta verse en una

desventaja importante, momentos en los que no acaban de aprovechar las dudas

rivales, les faltaría un poco ese conocimiento de la situación. El problema es que aquí

no se permite apagones ni desconexiones. Aquí es todo a una sola carta, y Oregon

tiene que mostrar la buena. Tienen que dejar de lado todos los caracteres y los

pensamientos individuales para centrarse en el objetivo porque capacidad para

hacerlo bien, tienen.

LA ESTRELLA: Joseph Young - Llegó con la vitola de excelente anotador desde

Houston y ha rendido de la misma manera sin perder un solo ápice de lo que prometía

ofrecer. Uno de esos hombres que hace falta, que puede anotar cuando se le pida, y

puede liderar un ataque. Exterior de corte clásico, con la canasta en su mente de la

manera que sea, y que busca por sus medios intentar anotar. Al sistema de Oregon le


viene muy bien tener un anotador central como Young para establecer una serie de

roles alrededor de su figura.

NO PERDÁIS DE VISTA A: Mike Moser - Si hablamos de Young como el anotador

por fuera, Moser es la figura interior. En el caso de ambos, no iniciaron sus periplos en

Oregon, pero no han tenido ningún problema en adaptarse al esquema de los Ducks.

Moser es un hombre interior excelente, un reboteador nato y un anotador fuerte y

feroz. Puede ser una figura clave en la pintura si tiene el día inspirado y aporta todo lo

que tiene.

#8 GONZAGA BULLDOGS

(28-6, 15-3 WCC) Spokane, Washington

Iván Ortiz. Gonzaga ha pasado en muy poco tiempo de ocupar buena parte de las

portadas a pasar casi desapercibida una vez acabó el non-conference. Mucha

curiosidad por ver cómo se adaptaban tras la marcha de Kelly Olynyk y, una vez vista

la nueva configuración, se perdió a Gonzaga del mapa. Ha sido una buena temporada

para ellos, en cuanto a registros y números, pero ha dado la sensación que el hecho

disputar la West Coast, con una St. Mary’s venida a menos y con la única rivalidad de

BYU y una creciente San Francisco le ha dejado todo el año muy fuera de los focos y

de la primera plana de todos los artículos. Que tienen mimbres interesantes, que se

han sabido recomponer bien, pero que han pasado muy desapercibidos y no hay

verdadera referencia de las posibilidades de los Bulldogs.

El cambio de Gonzaga, o en este caso la adaptación, pues se han basado en

miembros ya presentes en el equipo, ha sido el aumento de importancia en la pintura

del polaco Przemek Karnowski y la entrada con buenas maneras de David Stockton en

la dirección, dedicándose al pase para liberar como apoyo en funciones más

anotadoras a Kevin Pangos. Este es un punto muy importante pues Pangos se

encuentra mucho más cómodo en funciones ofensivas, y a pesar que estaba haciendo

un buen trabajo en la dirección, si Stockton se ocupa de esta función (4,1 APG) puede

hacer más daño el canadiense en el ataque.

Przemek Karnowski está entrando todavía en el estilo de competición, pero es un

físico imponente, se puede medir con quien quiera y es un factor siempre determinante

tener un hombre como el polaco en el equipo. Se pega con quien sea necesario y

descarga de mucho trabajo a los hombres que trabajen por dentro. La compañía suele

ser Sam Dower que va fluctuando bastante entre fuera y dentro. Nos queda un

miembro del quinteto que es Gary Bell, el francotirador de apoyo, un hombre con una

excelente capacidad para anotar en los momentos más clave y es un hombre muy

importante, pues tiene una muy interesante capacidad para asumir el grueso de los

puntos cuando haga falta.

Puede fallar un poco en el tema de la rotación, pues fuera de un quinteto muy

equilibrado y de calidad, los recambios son un poco escasos. Kyle Dranginis es uno de


los nombres más usados en este apartado. Hombre polivalente, de anotación en

cualquier situación y con buena capacidad física, es un jugador que se centra más en

apoyar al equipo que su beneficio propio. Drew Barham es el apoyo que se suele usar

por dentro, es fuerte y sirve para asumir un poco de desgaste físico para descargar de

presión a los de dentro. Gerard Coleman por fuera y ahí se acaba la profundidad. Han

sobrevivido de momento y es muy probable que estén ya acostumbrados a asumir

grandes cantidades de minutos por hombre, pero hay situaciones que no van a poder

controlar.

No van a conseguir de entrada quitarse la duda de eso, de ser uno de los equipos que

genera más incógnitas de cara a su posible rendimiento en los encuentros. Para

alimentar todo esto, no tienen un inicio sencillo, pero estos chicos han pasado un buen

año, llegan en buen momento, están acostumbrados a partidos duros y saben

gestionar sus recursos, y es probable que incluso puedan beneficiarse de este factor,

de no estar tan expuestos al fallo, que es lo que acabó con ellos en el pasado. Desde

ahí pueden ser sorpresa, o como mínimo, completar un evento acorde a su posición y

a su capacidad, y no arrepentirse de lo que podía ser y no fue.

LA ESTRELLA: Sam Dower – Ha pasado de un perfil más secundario a ser el

hombre más importante en todos los apartados estadísticos principales de Gonzaga.

El hombre que le da un punto más a los Bulldogs cuando está en pista, de aquellos

que siempre suma y que en muchas ocasiones, lo hace sin que parezca evidente, sin

que apenas te des cuenta que te está haciendo mucho daño. No es el prototipo de

estrella que se suele estilar, que aparece en todas, que tiene su buena cuota de

posesión, pero es el que más hace falta para que el equipo rinda.

NO PERDÁIS DE VISTA A: Kevin Pangos – Tiene un tiro letal y muchas armas para

hacer daño en el ataque, pero ese físico le puede penalizar para hacer cosas grandes

en el futuro. Fuera de este hándicap, que para este caso no es lo más relevante,

Pangos es un hombre con el que disfrutar con su increíble rango de tiro y sus múltiples

armas ofensivas, pues cuenta además con una curiosa capacidad para encontrar

huecos imposibles cuando entra a canasta. La aparición de David Stockton en la

dirección ha liberado un poco más al canadiense para hacer lo que mejor sabe, y así

se puede disfrutar mucho mejor de Pangos.

#9 OKLAHOMA STATE COWBOYS

(21-12, 8-10 Big 12) Stillwater, Oklahoma

Luis Argeo. Así, de entrada y en frío, imaginarse a Marcus Smart en la Final Four de

este madness sí puede parecer una locura, un desvarío. ¿Cuánto se han torcido las

cosas para pensar algo así ahora en marzo?

El equipo cumplía a principios de temporada con los requisitos para pronosticar un

viable viaje hacia la candidatura con la que desbancar de la poltrona a la autoritaria

Kansas y su década jayhawk al frente de la Big 12. Los tres pilares del equipo decidían


regresar un año más a clase, siendo uno de ellos, Marcus Smart, postulante a ocupar

puestos de cabeza en el draft 2014. La química del equipo quedaba, pues,

perfectamente nivelada. El otoño se presentaba esperanzador. En noviembre, el

potente base de los Cowboys endosaba 39 puntos a los Memphis Tigers en la cuarta

victoria del curso. Y Oklahoma State conseguía un # 5 en el ranking nacional.

Semanas después, Memphis devolvía el golpe ganando el Old Spice Classic y dejando

a Smart en 12 puntos. Ante la derrota, el base no quiso ampararse en el virus

estomacal que padecía. “No encontré mi groove”, afirmó.

Las semanas fueron transcurriendo, la racha victoriosa continuaría, hasta que llegó el

partido esperado del año contra los Kansas Jayhawks. Los Cowboys perderían en

Kansas 78-80. Smart había afirmado antes del partido que Wiggins aún debía

demostrar que era un número 1 de cara al draft. Pero él mismo dejó una estadística

dudosa (3-14 en tiros, 0 de 6 en triples) que, en los siguientes partidos de los

Cowboys, no sería capaz de maquillar. Cuatro derrotas seguidas desquiciaron a

Marcus Smart, que acabó encarándose con un fan bocazas de Texas Tech ante quien

descargó toda su frustración. Por entonces, los Cowboys ya habían descendido al

puesto # 19 del ranking. Sin Smart, sancionado tres partidos, sus compañeros

siguieron en caída libre. Tres nuevas derrotas los alejaban irremediablemente del

sueño de ganar la temporada regular, que acabarían con un 8-10 en partidos de

conferencia.

La sanción de Smart, por raro que parezca, tuvo un efecto positivo en la plantilla de

Travis Ford. Por un lado, sirvió para que el joven base exorcizara sus demonios y se

librara de toda la presión mediática que gira en torno a él. Por otro lado, sus

compañeros Le’Bryan Nash y Markel Brown se dieron cuenta de lo importantes que

son para su equipo. No son escuderos del líder, sino piezas tan importantes como él

en cada partido. El final de temporada traería una victoria sobre Kansas en casa, y tras

pasar la primera ronda del Torneo Big 12 ante Texas Tech, volverían a verse las caras

con los Jayhawks, esta vez en terreno neutral. Oklahoma State perdería nuevamente,

pero llegando a una prórroga y con un partido peleado. Wiggins acabó con 30 puntos

(y una canasta decisiva). Smart se tuvo que tragar sus palabras de principios de curso,

una vez más.

Ahora, los Cowboys llegan al Gran Baile como un animal herido. Son peligrosos. Su

seed # 9 en la Region West es engañosa. El año pasado, con un # 5, cayeron a la

primera de cambio contra Oregon (# 12). Este año, podrían ser ellos las “pseudo”

cenicientas. Desde que Smart cumplió aquella sanción, el balance del equipo es de 5-

2. Y su juego, mucho más nivelado. Sin presencia interior contundente, Nash, Brown y

Smart se valen por sí mismos, más la ayuda del triplista Phil Forte (45 % en 3’s), para

desconcertar cualquier defensa rival. Se enfrentan a Gonzaga (# 8) en el partido de

salida. Luego les esperaría Arizona (# 1). La bomba de relojería ya hace tic tac...

La estrella: Marcus Smart. El base hacelotodo de los Cowboys sabe que nada saldrá

bien si él o sus compañeros no se concentran en el juego. Si se olvida de


individualidades y del draft, y su aportación en puntos (vengan como vengan) y

rebotes es regular, el equipo podría dar más de una sorpresa.

No perdáis de vista a: Markel Brown. El senior es consciente de su importancia en el

grupo. Además de su tiro, sus penetraciones, su fuerza y explosividad hacen de él un

guard difícil de sujetar. Con 17.1 ppp es el segundo anotador de los Cowboys. Sus

porcentajes han aumentado año tras año.

#10 BRIGHAM YOUNG COUGARS

(23-11, 13-5 WCC) Provo, Utah

Jorge Díez. Aunque han estado on the bubble hasta el último momento con dudas de

si se les iba a invitar o no, aquí están los mormones a seguir ofreciendo buen

baloncesto como acostumbran a hacer. El año pasado se lo perdieron después de 6

años consecutivos asistiendo pero sus méritos merecen preparar el smoking de nuevo.

Su invitación es más que merecida a pesar de algunas feas derrotas porque sin contar

con Gonzaga dentro de la WCC (1-2) han disputado partidos contra muchos equipos

que bailaran con ellos con el resultado de 4 victorias (Weber State, Mount St.Mary’s,

Stanford y Texas) y 4 derrotas (Iowa State, Wichita State, UMass y Oregon)

Precisamente con Oregon se enfrentaran para rememorar su duelo de diciembre (algo

que al comité de selección le gusta hacer todos los años). Aquel partido disputado en

casa de Oregon se resolvió en la prórroga después de un espectacular duelo entre

Tyler Haws y Jason Calliste; por lo que el enfrentamiento de primera ronda está más

que abierto.

Seguro que será un bonito duelo ofensivo, pues Oregon es también un equipo

anotador, como lo es BYU. Los Cougars son el tercer equipo del país que más puntos

anota y tienen a uno de los mejores anotadores de la competición en la figura de Tyler

Haws. Sin embargo antes de hablar de los que están, probablemente hay que hacerlo

de los que no están. Kyle Collinsworth, segundo mejor jugador y chico para todo de

esta BYU (14 puntos 8 rebotes 4,6 asistencias 1,7 robos) se rompió el cruzado en la

final de la WCC ante Gonzaga y habrá que ver como afecta eso al equipo que pierde a

su mejor reboteador y principal catalizador de juego, lo que deja gran parte de las

opciones de BYU en manos de Carlino y Mika.

Pero antes de entrar con ellos, sí conviene hacer mención a Tyler Haws, el escolta

junior que es como una daga para las defensas rivales. Se aprovecha de los bloqueos

de sus compañeros como principal movimiento para poder lanzar nada más recibir o

iniciar así el movimiento. Sin Collinsworth su importancia será aún mayor y tendrá

menos espacio. Tampoco es que necesite mucho espacio para armar su tiro porque

además es capaz de anotar creándose él mismo las ventajas, pero todo será más

complicado ahora.

Junto a él dos serán las piezas que tendrán que dar un paso adelante. Matt Carlino es

el base del conjunto, pero es un jugador que se aprovechaba de las virtudes de


Collinsworth, porque él es un jugador más preocupado de anotar que de distribuir para

sus compañeros, por lo que no siempre toma las mejores decisiones y además no está

lanzando con eficacia, por lo que el problema se agrave. Si quieren pasar una ronda,

les puede valer con el Carlino anotador si está inspirado, pero si quieren tener una

andadura mayor (lo cual se antoja muy complicado sin Collinsworth) necesitan un

Carlino mucho más templado y sabiendo identificar ventajas. Unas ventajas que tiene

que generar el pívot freshman Eric Mika. A pesar de que le faltan algunos centímetros,

es un jugador con proyección, pues ya es un buen anotador tanto al poste bajo como

en tiros de media distancia; lo que permite que los exteriores estén mucho más

liberados (no es habitual que los Cougars tengan un interior así).

Mika no es muy atlético y es un jugador que brilla más en el perfil ofensivo que en el

defensivo (aunque puede hacer su labor) y por eso será importante la presencia de

Nate Austin a su lado, un buen reboteador que también puede anotar sus tiros de

media distancia y que sin Collinsworth verá incrementarse sus minutos con seguridad.

El otro puesto de titular seguramente vaya para Anston Winder, lo que va a hacer que

BYU juegue con jugadores muy pequeños en el exterior, un escolta que puede hacer

de base por momentos liberando a Carlino para jugar sin balón y buscar posiciones de

tiro, pero que además se ha mostrado fiable en los tiros abiertos. Es además un

jugador que gusta de acelerar el juego lo que puede permitirles algunos puntos fáciles.

Las opciones de banquillo son mucho más limitadas. Skyler Halford es un jugador

pequeño pero intenso que ha tenido sus momentos de acierto a lo largo de la

temporada y que entonado puede ser una buena fuente de puntos. Menos se espera

de Frank Bartley IV y parecido de Josh Sharp que tendrá que ejercer de rotación

interior para Austin y Mika.

Es una pena que Collinsworth no pueda ser de la partida porque BYU es un equipo

irregular pero con capacidad para pasar un par de rondas. Ahora tendrán que pelear

mucho el partido ante Oregon en el que será fundamental que Haws esté acertado,

pero también que Mika esté surtido de balones (algo que tiene que entender Carlino)

porque Oregon no tiene un juego interior potente y que Mika haga daño en la pintura

puede ser el catalizador que necesitan los Cougars para encontrar espacios. No es un

reto menor para un freshman, aunque sea tan prometedor como Mika.

La estrella…Tyler Haws. Jugador realmente espectacular y delicioso de ver. No tiene

miedo de ejecutar su tiro con el defensor encima. Anotador versátil pero

predominantemente saliendo de bloqueos. Su acierto es fundamental porque ahora

BYU ya no cuenta con su segundo máximo anotador.

No os perdáis a…Eric Mika. Es solo un freshman, pero un jugador que promete

desde instituto. Un pivot de los que no suelen tener los Cougars y por ello le tienen

que aprovechar. Es una amenaza tanto jugando de espaldas como jugando de cara y

eso es lo que necesita BYU, que amenace la pintura de los de Eugene.


#11 NEBRASKA CORNHUSKERS

(19-12, 11-7 Big Ten) Lincoln, Nebraska

Iván Ortiz. Espectacular cambio de ritmo el que dieron los Cornhuskers en la Big Ten

tras un inicio de campaña desastroso. Victorias de muchísimo mérito ante punteros y

una línea anotadora que puede sorprender a muchos y que puede dar muchas

alegrías en el futuro, pues la gran mayoría apenas están dando sus primeros pasos.

Recibir una at-large es sin ninguna duda un premio excelente a una temporada de

sorpresa y crecimiento por parte de los Cornhuskers.

El neozelandés Tai Webster se ha adaptado muy bien a una línea exterior en la que

Shavon Shields lleva el peso anotador por una parte mientras que Ray Gallegos lleva

la voz de la experiencia por otro. Los tres han formado una línea de muy buen

rendimiento, que complementan a la perfección Terran Petteway fluctuando por dentro

y fuera al mismo tiempo que suma puntos casi desde donde quiera, y el imponente

Walter Pitchford en la pintura y cercano a los diez puntos por encuentro. Hemos de

contar que Webster es de primer año mientras que Shields, Pitchford y Petteway

apenas están en su segundo. Ray Gallegos es el único senior de este bloque que ha

rendido por encima de lo que todo el mundo pensaba este año, pero que promete ir a

más. Nebraska ha navegado durante unos años en el desconocimiento general y

ahora están asomando la cabeza y presentándose al mundo como un futuro nombre a

tener en cuenta. No en vano están haciendo también en el centro un importante

esfuerzo para ocupar posiciones más elevadas en el futuro.

Tienen medios para hacer muchos más puntos de los que hacen, pero se mueven en

totales anotadores bastante modestos. Por otro lado, son un conjunto muy seguro con

el balón y tratan de minimizar los fallos a causa de su modesta capacidad reboteadora.

Para no tener problemas el primer paso es no cometer fallos y Nebraska es un equipo

que comete pocos, así que sus rivales deben aprovechar al máximo todas las

posesiones ofensivas con las que cuenten para conseguir sacar algo beneficioso ante

ellos.

En cuanto a profundidad de rotación han tenido la mala suerte de no contar durante

todo el tramo final de temporada con Deverell Biggs, que aportaba una buena cantidad

de puntos por encuentro y figuraba como un jugador clave dentro de la rotación de

Nebraska. Por ello ganó relevancia por fuera Benny Parker mientras que Leslee Smith

cubría las opciones de forward y David Rivers ayudaba en el rebote, que buena falta le

hacía al equipo en muchos partidos. De no contar con la ausencia de Biggs hablamos

de un equipo con hasta nueve hombres útiles en una rotación habitual de partido, algo

de lo que no muchos equipos pueden presumir.

Nebraska debe considerar esta participación como un punto motivacional para el

futuro. La base funciona, se están poniendo las piezas adecuadas y el equipo llega a

este tramo de la competición en un momento de forma muy bueno y con optimismo

por continuar la senda marcada. Han ganado partidos que nadie esperaba y han

provocado que equipos de mucho talento se estrellasen contra ellos. No hay que


descartarles para nada porque igual que han ido haciendo durante todo el año, pueden

continuar ahora que es cuando más cuentan las cosas.

LA ESTRELLA: Terran Petteway - Es uno de los jugadores más divertidos en

pantalla para el aficionado por su energía y sus ganas de hacer cosas en ataque. En

algún momento esta pasión le provoca hacer acciones con poco futuro, pero nunca

dejará de probarlo y siempre mostrará su pasión y su energía. Le gusta acabar fuerte

cuando entra, tiene un más que interesante tiro de media distancia, y ese físico

delgado pero con altura le da una versatilidad bastante interesante. Uno de los

nombres a apuntar y a seguir de cerca en este evento.

NO PERDÁIS DE VISTA A: Tai Webster - Todavía se muestra un poco tímido, y no

ha sacado toda su naturaleza ofensiva, pues apenas promedia unos pocos puntos por

partido, pero Webster es una de las piezas que más deben cuidar en los Cornuskers.

Tiene mucho talento, una capacidad para anotar excelente y se puede adaptar muy

bien a la dirección, algo que ya ha asumido sin problemas en más de un tramo de

partido. Jugador que tiene un brillante futuro por delante y que esta participación

sumará un logro más a una lista de éxitos que todavía tiene mucho por incrementar.

#12 NORTH DAKOTA STATE BISON

(25-6, 12-2 Summit Conference) Fargo, North Dakota

Jorge Díez. En la temporada 2008-09 los Bison consiguieron su primera presencia en

el Torneo NCAA en su segundo año como parte de la Division I. Esta temporada lo

han vuelto a conseguir tras quedarse a las puertas el año pasado, cayendo en la final

de la Summit ante la South Dakota State de Nate Wolters.

Con Wolters en la NBA, NDSU ha dominado la Summit gracias a un equipo que no

tuvo bajas de importancia lo que les ha permitido seguir progresando, pues son un

equipo muy trabajado. Y eso que la temporada no empezó muy bien con 3 derrotas en

los primeros 5 partidos del año (justificables ante St.Mary's y Southern Miss) pero se

rehicieron para vencer a Notre Dame y Delaware como principales activos, cayendo

solo ante una poderosa Ohio State.

North Dakota State es un equipo de un buen nivel baloncestístico y sobre todo un

equipo equilibrado en ambas parcelas del juego. Son un equipo difícil de superar en

defensa y en ataque un conjunto con la calidad y fluidez suficiente para anotar ante los

rivales que se van a encontrar en el Madness. No en vano son el equipo de la nación

con el mejor porcentaje en tiros de campo (50,8%) y su pivot Marshall Bjorklund

ostenta el mejor porcentaje de toda la competición entre los jugadores en activo. De

hecho esta temporada su porcentaje es de 63,6%, el peor de sus 4 años en la NCAA.

Pero se equivoca quien piense que Bjorklund es un pivot atlético que tiene ese acierto

gracias a hundir en el aro todo lo que llegue a sus manos. Muy al contrario, es un

jugador con un touch cerca del aro y una variedad de recursos ofensivos (tiro a tabla,


giros para ganchos, juego al poste...) que le hacen una potente amenaza en la pintura,

de lo que se aprovecha Bison.

Esta presencia anotadora, algo de lo que carecen muchos de los equipos de las low

major, permite una mayor libertad a los jugadores exteriores. Entre ellos destaca Tyler

Braun, estrella del equipo y uno de los mejores jugadores entre las conferencias

pequeñas. Es un jugador con talento y clase, de los que puede hacer todo sobre una

cancha de juego. De hecho aunque Lawrence Alexander sea el base nominal del

conjunto, es Braun quien decide gran parte del juego ofensivo, tanto iniciando pick and

roll como atacando el mismo la canasta, pues su rango de acciones va desde el tiro

exterior hasta la penetración con igual solvencia y recursos. Junto al ya mencionado

Alexander, completa el backcourt Kory Brown, un jugador físico y más orientado hacia

las labores defensivas. Mientras que para cerrar el quinteto cuentan con TrayVonn

Wright, un ala pívot atlético que es importante en defensa y el rebote, pero también en

ataque gracias a esas condiciones físicas.

El quinteto titular de North Dakota State es uno de los mejores entre equipos de su

nivel porque cuenta con recursos suficientes en todos los aspectos: físico, capacidad

defensiva, un anotador interior, un creador de juego exterior... Sin embargo las

expectativas decrecen al echar un vistazo al banquillo, pues allí apenas hay jugadores

en los que confiar. El mejor elemento desde el banco es Mike Felt, que puede aportar

su tiro exterior en partidos atascados, mientras que Chris Kadling y Jordan Aaberg

aportan presencia interior pero muy poco más.

La estrella...Tyler Braun. Uno de los hombres destacados de la Summit y

entre las mid major. Un jugador que se convierte en el catalizador de su equipo

porque es el que más talento tiene, y no solo en la anotación. Jugador de clase.

No os perdáis a...Marshall Bjorklund. Porque seguro que a Oklahoma la

pone en muchos problemas. Su porcentaje no es una casualidad, es mezcla de

touch y unos buenos fundamentos.

#13 NEW MEXICO STATE AGGIES

(26-9, 12-4 WAC)

Jorge Díez. Curiosa la temporada de los Aggies, un equipo de low major con talento

físico de al menos mid major destinado a dominar su conferencia pero que sin

embargo se ha mostrado irregular a lo largo del año. Empezó cayendo derrotada ante

Western Michigan (a la postre parte del Baile también) para recuperarse con victorias

sencillas que se vieron empañadas por 4 derrotas consecutivas. Aunque dichas

derrotas llegaron ante grandes equipos como Arizona, New Mexico o Gonzaga. Se

rehicieron con su victoria de mayor prestigio del año en la reválida ante los Lobos,

pero después durante los partidos de la WAC cayeron en partidos en los que no

debían haber sido derrotados. Así fue como perdieron el título de la WAC a manos de


Utah Valley State, pero sin embargo no se pusieron nerviosos y lograron el billete al

vencer el torneo a una Idaho que llegó a la final sorprendiendo a propios y extraños.

Bueno, para hacer honor a la verdad, sí se pusieron nerviosos ante Utah Valley State,

pues Ross-Miller lanzó un balón al rival al final del choque que provocó una pelea

multitudinaria con avalancha de aficionados incluida.

El Baile no es nuevo para los Aggies, pues han participando en 21 ocasiones en él y 4

de las últimas 5 veces, aunque no pasan una ronda desde 1993. Aún así, son un

equipo de las low major que nadie quiere, pues son un rival realmente duro capaz de

derrotar a la mayoría de equipos que están en el torneo. Para ello son claves dos

hechos: el talento de Mullings y el físico de sus interiores. Y es que si hablamos

puramente de baloncesto, Daniel Mullings es el mejor jugador de este equipo. Es un

escolta atlético, con buen manejo y recursos en penetración para anotar ante cualquier

defensa, aunque sufre en su tiro exterior. No solo es el mejor anotador, sino que

también es capaz de crear para los demás, algo en lo que ha ido mejorando con el

paso de los años y ahora tiene un pase y visión de juegos de buen nivel. Esta

capacidad es importante para un equipo que quiere jugar a muchos puntos pero que

no tiene un base de nivel, siendo KC Ross-Miller el mejor jugador para ese puesto,

pero que no ha jugado en el final de campaña tras ser suspendido por el incidente ya

comentado. De cualquier manera la suspensión se extendió solo hasta el final del

torneo WAC, por lo que se espera que pueda estar en los partidos del Baile, aunque

habrá que estar atentos a las posibles noticias sobre ello. Su presencia vendría bien

para desahogar a Mullings de la creación en ciertas fases del choque, pues van a

necesitar al escolta a pleno rendimiento todo el tiempo que puedan. El otro guard con

el que juegan los Aggies (a veces juegan con tres pequeños y en otras con tres

jugadores de frontcourt) es DK Aldridge, un jugador que ha dado un salto de calidad a

este equipo como apoyo de Mullings, pues es un anotador solvente, incluido su tiro

exterior.

La otra clave del conjunto es el poderío físico y anotador de su frontcourt,

probablemente el mejor entre los low major. El nombre que destaca por encima de

todos es el del canadiense-indio Sim Bhullar, un gigante de 2,26 cm que realmente

sabe hacer ciertas cosas cerca del aro. Si recibe en la posición adecuada es un buen

anotador pues pocos jugadores a nivel universitario pueden pararle por el diferencial

de altura y solo una lentitud lógica en sus movimientos hace que puedan llegar ayudas

a su tiro. En el otro lado de la cancha sobra decir lo imponentes que pueden llegar a

ser sus centímetros. Para acompañarle dos buenos anotadores y reboteadores como

Renaldo Dixon (también suspendido un partido por el incidente ante Utah Valley State)

y el sudafricano Tshilidzi Nephawe; un 2,05 y un 2,08 que pueden jugar juntos y que

con Bhullar forman un trío que puede ser una muralla para muchos equipos (por algo

los Aggies están entre los 10 mejores taponadores de la nación.

Desde el banquillo (aunque sin Ross Miller y tras el incidente ha pasado a la

titularidad) el mejor hombre es Kevin Aronis, un implacable tirador saliendo de

bloqueos y cuyos puntos serán muy importantes para que los equipos no se puedan

cerrar tanto sobre Bhullar ni centrar toda la atención en Mullings. Cuentan con un par


de exteriores más en la figura de Ian Baker y Travon Landry pero no cuentan con

ningún recambio en el interior tras la lesión de rodilla en diciembre del francés Remi

Barry por lo que es Nixon quien ha pasado a salir desde el banco y hacer casi

obligatoria la presencia de tres pequeños en el quinteto titular.

La estrella...Daniel Mullings. El canadiense es un jugador que ha ido mejorando con

el paso de los años y este Madness puede ser un buen escaparate para su talento.

Solo con su dribbling no lo tendrá sencillo ante San Diego State, por lo que deberá

mostrarse acertado en la suspensión.

No os perdáis a..Sim Bhullar. El nombre más conocido de este equipo, un pívot

indio-canadiense de 2,26 cm que realmente sabe anotar en las cercanías del aro y que

en defensa es una muralla difícilmente salvable. Ha mejorado su condición y agilidad,

lo cual es una buena noticia para su juego.

#14 LOUISIANA-LAFAYETTE RAGIN’ CAJUNS

(23-11, 11-7 Sun Belt) Lafayette, Louisiana

Jorge Díez. Seguramente tanto los aficionados de los Ragin’ Cajuns como los no

aficionados tenían buenas razones para desear la clasificación de este equipo de la

Sun Belt para el torneo. Los aficionados de Louisiana-Lafayette porque no saboreaban

las mieles del éxito desde 2005, pero además tanto esa clasificación como la de 2004

fueron eliminadas de la NCAA de los libros de récord. La causa fue que Orion Greene

(un par de años en la NBA y ahora en Libia) siguió un curso a distancia de otra

institución para mantener su elegibilidad, algo prohibido, por lo que se eliminaron todos

los partidos que disputó. La verdad es que es poca cosa comparándolo con las

decenas de violaciones que cometió el programa durante la década de los 70. Y los no

aficionados porque así pueden disfrutar en directo de Elfrid Payton, un base que aspira

a la primera ronda del próximo draft y un jugador de talento muy superior al de la

conferencia donde juega. Además, no todos los días se ve a un entrenador

prometiendo un tatuaje si llega al torneo. Bob Marlin, queremos fotos. A nivel de

curiosidad, este pasado verano Louisiana-Lafayette estuvo de gira por España, por lo

que puede que un puñado de españoles tengan la esperanza de que ellos sean la

Florida Gulf Coast de este año.

Probablemente la presencia de Payton sea la causa de que les hayan otorgado un

seed 14 porque su temporada no ha sido precisamente buena para contar con un

jugador de ese nivel. No han logrado ninguna victoria ante un rival decente y solo una

ante un equipo presente en el Baile (un seed 16 como Coastal Carolina). En la propia

Sun Belt quedaron en tercer lugar, muy lejos de Georgia State. Sin embargo, lograron

su clasificación tras vencer en la prórroga a la propia Georgia State. Ahora se

enfrentarán a Creighton en lo que se presenta como un duelo de alto voltaje anotador,

terreno en el que los Ragin’ Cajuns se encuentran cómodos.


Hablando de su juego, son un equipo netamente ofensivo y con talento suficiente para

tener una larga andadura en el torneo si encuentran su ritmo. El mejor jugador es sin

duda Elfrid Payton, un base alto con problemas en el tiro pero talento en el dribbling

para suplirlo. Será realmente difícil para Creighton pararlo, pero Payton no solo tiene

que estar activo en su anotación sino también mantener involucrados a todos sus

compañeros, pues Creighton es un equipo capaz de anotar al mismo nivel que ellos e

incluso más. El juego de los Ragin’Cajuns es muy libre y algo anárquico, con 4

pequeños que tratan de lanzar rápido y solo un interior, pero eso sí, un interior de

primer nivel. Shawn Long es un rara avis en equipos de low major porque es un 2,05

sophomore con talento para jugar. Es un pívot (en NCAA) móvil que puede salir a

lanzar al triple o poner el balón en el suelo con facilidad, y en defensa es un buen

reboteador e intimidador. Él puede ser decisivo en el enfrentamiento de primera ronda.

Si estos dos son los jugadores de talento, alrededor cuentan con un grupo de buenos

anotadores para un equipo de Sun Belt, si están acertados. Este condicional concierne

sobre todo a Xavian Rimmer, un jugador tendente a asumir malos tiros pero con

capacidad de meterlos, ya que es un jugador muy de rachas. En la final de la Sun Belt

metió 27 puntos y ante Creighton le necesitarán a ese nivel para completar la

amenaza de Payton-Long y sostener el ritmo. Completa el quinteto Bryant Mbamalu,

jugador pequeño pero físico y la alternativa de poner a Elridge Moore, un alero de 1,98

que puede hacer de falso 4, o Kevin Brown más pequeño y sin mucho que aportar. En

el banco esperará su oportunidad uno de los dos y Steven Wronkoski, otro exterior

intrascendente en principio, además de JJ Davenport, el recambio interior de Long,

que es un 2x2 metros en el sentido literal del término, pues el término sobrepeso se le

queda corto. Esta rotación se ha visto afectada por la perdida por lesión de Kasey

Sheperd, un jugador que sí podía aportar y que se estaba mostrando muy eficaz en la

larga distancia.

No son un buen equipo en defensa y más allá de la buena labor que pueden hacer

Payton y Long ahí; no cuentan ni con físico en la defensa individual para parar a casi

nadie ni con táctica en la colectiva para ser un buen conjunto en ese aspecto. Por eso

su opción estará en cuidar sus posesiones, son un equipo que pierde mucho la bola, y

en que su trío principal esté acertado. Puede deparar un duelo bonito a base de

puntos, aún con la diferencia de seed y no sería descartable una sorpresa que termine

con la temporada de Creighton por anticipado.

La estrella…Elfrid Payton. No todos los días un equipo de la Sun Belt tiene un

proyecto de primera ronda. Su capacidad de dribbling se antoja fundamental para que

el equipo no dependa solo del acierto exterior, pero además también le necesitan

activo en el otro lado de la cancha. Está ante la oportunidad de reivindicarse

definitivamente.

No os perdáis a…Shawn Long. Hubiera sido fácil poner aquí a Davenport, aunque

sería difícil perdérselo al saltar a cancha, pero es de recibo poner a Long, un jugador

aún joven y que puede dar que hablar en próximas temporadas. Un jugador bastante

completo a estos niveles y que puede ser complicado de parar para Creighton.


#15 AMERICAN EAGLES

(20-12, 13-5 Patriot) Washington D.C.

Jorge Díez. En los Madness de 2008 y 2009 hacían su aparición los Eagles por

primera vez en el Torneo NCAA. Allí tuvieron buenas actuaciones, aunque saldadas

con derrota, en sus enfrentamientos ante Tennessee y Villanova. Es quizá lo que les

puede pasar esta temporada en la que vuelven a tener billete para el Gran Baile. Para

ello se han sobrepuesto a un 4-7 en partidos de fuera de la conferencia y a la segunda

plaza en la liga regular de la Patriot, pues en la final derrotaron con mucha solvencia a

Boston University dejándoles en solo 36 puntos.

Es American un equipo que juega a muy pocos puntos, menos de 60, pero que

también permite muy pocos. Esto es fruto de un juego paciente donde tratan de

minimizar errores y buscar buenas posiciones de tiro, con mucho movimiento sin

balón, intentando crear ventajas en el bote para seguir circulando la bola o con

Wroblicky en el interior para que pueda anotar o distribuir. Los Eagles son en definitiva

un equipo que juega bien al baloncesto, con algunos jugadores de cierto talento, pero

que también sufre de irregularidad y eso en un torneo donde se van a enfrentar a

equipos con mucho más talento, puede ser mortal para sus intereses.

Su quinteto es de ciertas garantías, pero lo cierto es que en el banquillo no cuentan

con nadie que pueda aportar en la pintura y con escasos suplentes validos para el

exterior. En la pintura el referente es Tony Wroblicky, un jugador senior que ha

aumentado su importancia en el juego esta temporada y que puede dejar una buena

impresión en el Torneo. Es un jugador muy activo en ataque, participando mucho del

juego tanto poniendo bloqueos como intentando ganar la posición para ir rápido hacia

canasta o recibiendo en el poste bajo para desde ahí identificar la ventaja y permitir

que los tiradores de American realicen su función. Estos dos tiradores son Jesse Reed

y John Schof, dos jugadores con buen lanzamiento exterior pero que pueden hacer

más cosas en la pista, lo que permite generar ventajas cuando deciden atacar el aro o

seguir circulando el balón a un jugador con una mejor posición tras amagar el tiro.

Esta importancia de Wroblicky y los exteriores, hace que el base del equipo Darius

'Pee Wee' Gardner pase algo más desapercibido. Es un jugador diminuto que ha

llegado esta temporada al equipo tras pedir el transfer desde Stephen F. Austin y que

se muestra activo en defensa para poder salir vertical hacia canasta contraria si roba

el balón. No tiene sustituto en su posición así que es el jugador de los Eagles que más

está en cancha, aunque prácticamente igual que Schoof y Reed; todos por encima de

35 minutos.

Cierra el quinteto titular Kyle Kager, un jugador junior importante por sus centímetros

para ayudar a Wroblicky, pero con pocos minutos porque es habitual ver a American

jugar con 4 pequeños. El principal elemento desde el banquillo es el sophomore serbio

Marko Vasic, jugador con cierto talento ofensivo para ayudar al equipo. Otro exterior

como Charlie Jones es el otro jugador que puede disputar algunos minutos, porque el


principal suplente exterior, el freshman nigeriano Yilrat Yiljep no ha disputado la

segunda mitad de la temporada, dejando cojo al equipo en este aspecto.

Es por tanto American una universidad que va a sufrir la intensidad del Madness a la

hora de mantener la concentración durante los 40 minutos. Los Eagles necesitarán

mantener el oxígeno fluyendo porque en cuanto sufran un bloqueo mental, pueden

echar a perder todas sus opciones. Mientras tanto, su baloncesto paciente y metódico,

bien ejecutado, les puede valer para estar en el partido ante cualquier rival. En

cualquier caso, es este equipo de American un equipo con recorrido, pues solo sufrirán

la graduación de Wroblicky y quizá el estar en el Madness ya sea premio suficiente,

más el valor añadido que puede tener para ellos la experiencia adquirida pensando en

la temporada que viene.

La estrella...Tony Wroblicky. Tiene centímetros pero no físico y aún así su

aportación es fundamental para este equipo. Jugador con recursos en ataque y

buena visión de juego para obtener tiros claros parar sus compañeros.

No os perdáis a...Jesse Reed/John Schof. Cualquiera de los dos puede tener

el día desde la larga distancia, pero se equivocaría Wisconsin si solo les niega

su lanzamiento.

#16 WEBER STATE WILDCATS

(19-11, 14-6 Big Sky) Ogden, Utah

Los aficionados de los Wildcats tienen que respirar al fin, pues parecían vivir en una

maldición. Los últimos 4 años Montana les había privado del sueño de estar presentes

en el Madness (a pesar de contar con Damian Lillard), pero por fin este año se han

quitado esa espina ganando la conferencia. Weber State es un equipo con varias

presencias ya en el Madness y que incluso a finales de los 60-principios de los 70 era

un equipo a tener en cuenta; pero de eso hace mucho y su última presencia databa de

2007.

Su calendario no ha sido de gran dificultad (UCLA, BYU y algunos buenos equipos de

low major) pero aún así han acumulado muchas derrotas. Esto quizá explique porque

han logrado llegar al Madness este año: por el bajón de Montana más que por su

propia mejora, pero poco importa llegado el caso. Ahora les toca salir ahí fuera y

disfrutar del choque ante Arizona porque pensar en la victoria parece ser soñar

demasiado.

Si hubiera que elegir una razón para concederles una mínima oportunidad esta sería

su escolta, Davion Berry, un jugador con un talento superior al de sus compañeros. De

buen nivel técnico, es un buen tirador incluso tras bote, aunque es capaz también de

driblar hacia canasta. Además de su capacidad anotadora es un jugador inteligente y

con una visión de juego y capacidad de pase suficiente para crear la mayoría del juego


de los Wildcats, incluso por encima del base nominal Jeremy Senglin que amenaza

desde el exterior jugando sin balón.

Por dentro cuentan con un buen par de jugadores para la Big Sky pero que van a tener

imposible desarrollar su juego ante Tarczewski y Gordon. Kyle Tresnak es un jugador

con ciertos fundamentos pero sin demasiado físico, que es capaz de finalizar cerca del

aro con eficacia (en pinturas de la Big Sky), mientras que Joel Bolomboy (padre de RD

Congo y madre rusa) es un cuatro centrado en rebotear todo lo que pueda. Completa

el equipo Jordan Richardson, cuya función es amenazar desde el exterior.

En el banquillo solo cuentan con un par de nombres y ambos freshman por lo que no

parece posible esperar mucho de ellos: Richaud Gittens es un jugador para dar

minutos de refresco en las alas, mientras que Kyndahl Hill es la rotación interior, sin

poder aportar ni muchos centímetros ni mucho talento.

Este equipo de Weber State tiene muy complicado plantar siquiera cara en el partido a

la defensa de Arizona, pero sin embargo han cumplido llegando al Madness, pues sus

mejores jugadores son senior que llevaban años intentando acceder y van a tener aquí

su broche.

La estrella…Davion Berry. Cuando es el escolta quien crea más juego que el base a

estos niveles, suele indicar un talento superior a la media de su conferencia. Es el

caso de Berry, que va a ser importante ante Arizona para subir el balón y poder

mantener cerca a su equipo a base de puntos y concediendo canastas fáciles a sus

compañeros (al menos todo lo fáciles que pueden ser ante Arizona)

No os perdáis a…Kyle Tresnak. Le destacamos porque es el segundo mejor jugador

del equipo, pero será complicado verle brillar teniendo que enfrentarse a los

centímetros y capacidad atlética de Arizona. Si se supiera buscar la vida, la labor de

Berry y por tanto las posibilidades de Weber State, se vería facilitada.


El equipo de BasketMe.com y en especial los miembros de la sección de baloncesto

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PRODUCCIÓN Y EDICIÓN: Jorge M. Díez

DISEÑO Y GRAFISMO: Noemí Álamo

EQUIPO DE REDACCIÓN: Luis Argeo, Borja Boto, Jorge M. Diez, Juan Carlos Garnica, Jose Luis López, Ignacio Morejón, Iván Ortiz y Javier Rajo.

Nota del editor: Quiero agradecer personalmente a quien tuvo palabras de aliento y a quien no tuvo temor de arrimar el hombro cuando las dificultades para sacar esta guía adelante a tiempo iban aflorando. Los nombres no son necesarios cuando hay hechos.

And there’s no mountain too high. No river too wide.

Sing out this song and I’ll be there by your side

mailto:[email protected]

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Guía BasketMe NCAA March Madness 2014