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LA PIEL EN LA PRÁCTICA DIARIA Glosodinia. Antes y después del diagnóstico José Carlos Moreno-Giménez Servicio Dermatología. Hospital Universitario Reina Sofía. Córdoba. España. INTRODUCCIÓN Unos de los retos ante los que nos encontramos los dermatólogos es el tratamiento de los pacientes que re- fieren trastornos sensoriales en la lengua y, por exten- sión, en la mucosa oral. Se trata habitualmente de muje- res en edades posmenopáusicas que, tras «penar» por distintos especialistas (médicos generales, otorrinola- ringólogos, odontoestomatólogos, médicos naturistas, etc.), buscan en el dermatólogo su última esperanza; desgraciadamente, el especialista se encuentra incómo- do ante estos casos, sin saber muy bien qué hacer. El presente trabajo trata de situar la enfermedad en el mo- mento actual, revisando sus aspectos diagnósticos, las pruebas complementarias requeridas y las posibles me- didas terapéuticas; en definitiva, como indica el título: «qué hacer antes y después de establecer el diagnóstico de glosodinia». EL PRIMER PASO: ESTABLECER EL DIAGNÓSTICO La Internacional Association for the Study of Pain (IASP) la define como «una entidad nosológica distinti- va, caracterizada por la presencia de una sensación no remitente de quemazón, u otras formas de dolor, en au- sencia de otros cambios en la cavidad oral» 1 . Según Ro- dríguez Pichardo 2 , «…son diversas sensaciones anorma- les, principalmente quemazón de la lengua o de otras regiones de la mucosa, que no pueden ser explicadas por ninguna anomalía local, clínica ni histológicamen- te…». Llama la atención, contrastando con la aceptación ge- neral de la definición, que esta entidad haya recibido nombres tan variados a lo largo de la historia (glosodi- nia, boca dolorosa, lengua dolorosa, disestesia oral, es- tomatopirosis, glosospirosis o estomatodinia), pero po- siblemente el término de mayor aceptación es el «síndrome de la boca quemante» (SBQ). Uno de los temas de debate actuales plantea si el SBQ es una enfermedad o tan sólo un síntoma que potencial- mente puede corresponder a la expresión subjetiva de numerosas afecciones locales o sistémicas. Las nuevas investigaciones hacen pensar en la presencia de cam- bios neuropáticos como base de la dolencia, por lo que podría identificarse como una enfermedad neuropática 3-5 . De todas maneras, lo más lógico parece establecer dos tipos de cuadros diferentes, aunque posiblemente for- mando parte de un mismo proceso: el SBQ primario, esencial o idiopático, en el que no puede establecerse una causa local o sistémica, y el SBQ secundario a dis- tintos procesos locales, sistémicos o psicológicos. Esta opinión es compartida por autores como Woda y Pionchon 6 , que recientemente unifican distintos cuadros de dolor crónico del área maxilofacial (SBQ, dolor atípi- co facial, odontalgia atípica, alteraciones del músculo masticador y de la articulación temporomandibular) bajo el concepto de «dolor idiopático orofacial», e inclu- 524 Piel. 2005;20(10):524-9 62 Correspondencia: Dr. J.C. Moreno Giménez. Servicio Dermatología. Hospital Universitario Reina Sofía. Avda. Menéndez Pidal, s/n. 14004 Córdoba. España. Correo electrónico: [email protected] 113.930 PUNTOS CLAVE – Los pacientes con glosodinia suelen ser mujeres en edades posmenopáusicas, que buscan en el dermatólogo su última esperanza y, desgraciadamente, el especialista no sabe muy bien qué hacer en estos casos. La glosodinia es «una entidad nosológica distintiva, caracte- rizada por la presencia de una sensación no remitente de quemazón, u otras formas de dolor, en ausencia de otros cambios en la cavidad oral». – Actualmente, el término «síndrome de la boca quemante» (SBQ) es preferible al de glosodinia o a otros términos, como boca dolorosa, lengua dolorosa, disestesia oral, estomatopi- rosis o glosospirosis. Por sexos, es más frecuente en las mujeres (relación 7:1) en- tre 38 y 78 años de edad. Es excepcional en la pubertad o en edades inferiores a los 30 años. Está definida por dos hechos clínicos fundamentales: a) tría- da sintomática que incluye dolor mucoso, disgeusia y xeros- tomía, y b) ausencia de lesiones perceptibles. La cancerofobia, hecho habitual observado en estos pacien- tes, es un dato más de ansiedad o fobia que experimentan ante la posibilidad de padecer un proceso maligno. – La inclusión del SBQ dentro del grupo del «dolor orofacial idiopático», así como nuevas y sofisticadas técnicas explora- torias, hacen pensar que en realidad se trata de una patología neuropática. La relación con el paciente afectado de SBQ es fundamental; se trata de un enfermo desconfiado, dada su «peregrinación» por las consultas, en las que por sistema se le ha reiterado que su mucosa es sana. Los pacientes con SBQ precisan un estudio detenido y una terapia individualizada durante períodos prolongados. El SBQ debe considerarse como una patología multidiscipli- naria. Los estudios realizados han demostrado la eficacia del ácido alfalipoico, el clonazepam y la terapia cognitiva, pero los tra- bajos son escasos como para poder establecer conclusiones definitivas.

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LA PIEL EN LA PRÁCTICADIARIA

Glosodinia. Antes y después del diagnósticoJosé Carlos Moreno-Giménez

Servicio Dermatología. Hospital Universitario Reina Sofía. Córdoba. España.

INTRODUCCIÓNUnos de los retos ante los que nos encontramos los

dermatólogos es el tratamiento de los pacientes que re-fieren trastornos sensoriales en la lengua y, por exten-sión, en la mucosa oral. Se trata habitualmente de muje-res en edades posmenopáusicas que, tras «penar» pordistintos especialistas (médicos generales, otorrinola-ringólogos, odontoestomatólogos, médicos naturistas,etc.), buscan en el dermatólogo su última esperanza;desgraciadamente, el especialista se encuentra incómo-do ante estos casos, sin saber muy bien qué hacer. Elpresente trabajo trata de situar la enfermedad en el mo-mento actual, revisando sus aspectos diagnósticos, laspruebas complementarias requeridas y las posibles me-didas terapéuticas; en definitiva, como indica el título:«qué hacer antes y después de establecer el diagnósticode glosodinia».

EL PRIMER PASO: ESTABLECER EL DIAGNÓSTICO

La Internacional Association for the Study of Pain(IASP) la define como «una entidad nosológica distinti-va, caracterizada por la presencia de una sensación noremitente de quemazón, u otras formas de dolor, en au-sencia de otros cambios en la cavidad oral»1. Según Ro-dríguez Pichardo2, «…son diversas sensaciones anorma-les, principalmente quemazón de la lengua o de otrasregiones de la mucosa, que no pueden ser explicadaspor ninguna anomalía local, clínica ni histológicamen-te…».

Llama la atención, contrastando con la aceptación ge-neral de la definición, que esta entidad haya recibidonombres tan variados a lo largo de la historia (glosodi-nia, boca dolorosa, lengua dolorosa, disestesia oral, es-tomatopirosis, glosospirosis o estomatodinia), pero po-siblemente el término de mayor aceptación es el«síndrome de la boca quemante» (SBQ).

Uno de los temas de debate actuales plantea si el SBQes una enfermedad o tan sólo un síntoma que potencial-mente puede corresponder a la expresión subjetiva denumerosas afecciones locales o sistémicas. Las nuevasinvestigaciones hacen pensar en la presencia de cam-bios neuropáticos como base de la dolencia, por lo quepodría identificarse como una enfermedad neuropática3-5.De todas maneras, lo más lógico parece establecer dostipos de cuadros diferentes, aunque posiblemente for-mando parte de un mismo proceso: el SBQ primario,esencial o idiopático, en el que no puede establecerseuna causa local o sistémica, y el SBQ secundario a dis-tintos procesos locales, sistémicos o psicológicos.

Esta opinión es compartida por autores como Woda yPionchon6, que recientemente unifican distintos cuadrosde dolor crónico del área maxilofacial (SBQ, dolor atípi-co facial, odontalgia atípica, alteraciones del músculomasticador y de la articulación temporomandibular)bajo el concepto de «dolor idiopático orofacial», e inclu-

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Correspondencia: Dr. J.C. Moreno Giménez.Servicio Dermatología. Hospital Universitario Reina Sofía.Avda. Menéndez Pidal, s/n. 14004 Córdoba. España.Correo electrónico: [email protected]

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PUNTOS CLAVE

– Los pacientes con glosodinia suelen ser mujeres en edadesposmenopáusicas, que buscan en el dermatólogo su últimaesperanza y, desgraciadamente, el especialista no sabe muybien qué hacer en estos casos.

– La glosodinia es «una entidad nosológica distintiva, caracte-rizada por la presencia de una sensación no remitente dequemazón, u otras formas de dolor, en ausencia de otroscambios en la cavidad oral».

– Actualmente, el término «síndrome de la boca quemante»(SBQ) es preferible al de glosodinia o a otros términos, comoboca dolorosa, lengua dolorosa, disestesia oral, estomatopi-rosis o glosospirosis.

– Por sexos, es más frecuente en las mujeres (relación 7:1) en-tre 38 y 78 años de edad. Es excepcional en la pubertad o enedades inferiores a los 30 años.

– Está definida por dos hechos clínicos fundamentales: a) tría-da sintomática que incluye dolor mucoso, disgeusia y xeros-tomía, y b) ausencia de lesiones perceptibles.

– La cancerofobia, hecho habitual observado en estos pacien-tes, es un dato más de ansiedad o fobia que experimentanante la posibilidad de padecer un proceso maligno.

– La inclusión del SBQ dentro del grupo del «dolor orofacialidiopático», así como nuevas y sofisticadas técnicas explora-torias, hacen pensar que en realidad se trata de una patologíaneuropática.

– La relación con el paciente afectado de SBQ es fundamental;se trata de un enfermo desconfiado, dada su «peregrinación»por las consultas, en las que por sistema se le ha reiteradoque su mucosa es sana.

– Los pacientes con SBQ precisan un estudio detenido y unaterapia individualizada durante períodos prolongados. ElSBQ debe considerarse como una patología multidiscipli-naria.

– Los estudios realizados han demostrado la eficacia del ácidoalfalipoico, el clonazepam y la terapia cognitiva, pero los tra-bajos son escasos como para poder establecer conclusionesdefinitivas.

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yen enfermedades de causa desconocida, en cuyo casolas molestias se deberían al proceso subyacente, o sincausa aparente que deben ser consideradas como el ver-dadero SBQ.

Ya en 1989 Lamey y Lewis7 consideraban que se podíaestablecer 3 prototipos de SBQ; aunque no son acepta-dos de forma universal, es útil conocerlos, ya que pue-den orientarnos sobre su etiología:

– Tipo 1. Constituye un grupo de pacientes que no pre-sentan molestias al levantarse pero las van experimen-tando de forma progresiva durante el día y alcanzan sumáxima intensidad por la noche. Este tipo parece ligadoa alteraciones nutricionales, diabetes mellitus o enfer-medades sistémicas8.

– Tipo 2. Es la presentación más frecuente, ya que en-globa al 55% de los pacientes. Refieren molestias duran-te todo el día que pueden incluso dificultar el sueño, loque repercute de forma evidente en su estado de ánimoy relaciones sociales. Este tipo puede estar relacionadocon alteraciones funcionales de las glándulas parotídeaso con la toma de antidepresivos9.

– Tipo 3. Los síntomas son intermitentes, con perío-dos libres de dolor. La molestias surgen especialmenteen relación con las comidas, por lo que se piensa corres-pondería a pacientes con alergia alimentaria10.

EpidemiologíaEl SBQ es un trastorno cuya frecuencia es controver-

tida, ya que se obtienen cifras que oscilan entre preva-lencias del 0,7 y el 4,6% o incluso del 14,8%11-13; estas di-ferencias pueden basarse en la utilización de criteriosdiagnósticos distintos, según su rigurosidad. Lipton etal11 consideran que aproximadamente hay 1,3 millonesde americanos afectados de esta enfermedad.

Por sexos, es más frecuente en mujeres (relación7:1)11 de 38 a 78 años, aumenta su frecuencia con laedad12 y es excepcional en la pubertad o en edades infe-riores a los 30 años12,13.

ClínicaEstá definida por dos hechos clínicos fundamentales:

la tríada sintomática, que incluye dolor mucoso, disgeu-sia y xerostomía, y ausencia de lesiones perceptibles.

El síndrome completo no es lo más frecuente, peropueden observarse formas paucisintomáticas.

El dolor es el síntoma fundamental en el SBQ, y puededescribirse por parte de los pacientes como quemazón,hormigueo o sensación de entumecimiento. El procesose inicia generalmente de forma espontánea aunque enalgunas ocasiones los enfermos lo relacionan con mani-pulaciones odontológicas o trastornos sistémicos14. Eldolor suele ser persistente y puede prolongarse 12 añoso más; la duración media se establece en 3,4 años15. Suintensidad es variable, aunque los pacientes suelen defi-nirlo como «intensamente desagradable». Afecta a cual-quier área de la mucosa, pero generalmente se localizaen el tercio distal de la lengua, el paladar duro y los la-bios15, y puede acompañarse de molestias en otras mu-

cosas, como la región anogenital, o incluso de cefaleas,dolor masticatorio, dolor en el cuello o los músculos su-prahioideos15.

La disgeusia afecta al 70% de los pacientes12 que refie-ren un sabor metálico o amargo y dificultades para cap-tar los sabores dulces.

Esta alteración en la sensación gustativa se ha relacio-nado con una perturbación en las fibras aferentes16, aun-que la sensación térmica, táctil y dolorosa está conser-vada. Las técnicas modernas han detectado alteracioneselectrofisiológicas en el examen del trigémino4.

La xerostomía, o sensación de sequedad de la muco-sa, es también un hecho referido aproximadamente enla mitad de los pacientes con SBQ, lo que suele corres-ponder más a una sensación subjetiva que a un hechoreal; no obstante, algunas alteraciones tanto en la canti-dad como en la calidad de la secreción salivar ha sidodemostrada en forma de disminución de la concentra-ción de iones, sodio, potasio y proteínas12,13.

La xerostomía parece estar relacionada con la apari-ción de alteraciones psicológicas, como la depresión17 o,más concretamente, con el uso de fármacos anticolinér-gicos o psicotrópicos, antihistamínicos o diuréticos18-20.

Perfil psicológicoSe ha establecido una estrecha relación de la enferme-

dad con factores psicológicos. Así, el comienzo del SBQse ha vinculado con vivencias traumáticas, como lamuerte de familiares próximos2, y algunas investigacio-nes psiquiátricas han demostrado perfiles alterados dela personalidad en el 40-50% de los pacientes12,21-23. Laansiedad es más evidente en pacientes con SBQ que enla población normal, pero menos que en los pacientespsiquiátricos. Mott et al22 postulan en su revisión que lasalteraciones encontradas, es decir, los trastornos delsueño y la depresión, son reactivas a la propia enferme-dad más que la causa de ella; no obstante, es cierto quealgunos pacientes se benefician del uso de antidepresi-vos, aunque también lo es que generalmente sólo se pre-cisan dosis bajas. En este sentido, no es recomendableel uso de antidepresivos tricíclicos, ya que suelen indu-cir sequedad de la mucosa.

La cancerofobia, hecho habitual observado en estospacientes, es un dato más de ansiedad o fobia que éstosexperimentan ante la posibilidad de padecer un procesomaligno.

Criterios diagnósticosAunque no es fácil instaurar criterios diagnósticos «de

inclusión», podemos establecer que el síntoma funda-mental es la sensación de quemazón o dolor, aunque po-siblemente deberíamos incluir la sequedad u otra seriede trastornos o anomalías sensoriales que deben cum-plir las condiciones siguientes1: a) se experimenta inten-samente en la mucosa oral; b) no remite durante untiempo mínimo de 4-6 meses; c) es continuo o dura lamayor parte del día; d) no interfiere necesariamente conel sueño, y e) en general, no empeora, pero puede incre-mentarse con la comida o la bebida.

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SEGUNDO PASO: ¿QUÉ HACER ANTES DE LA ENFERMEDAD?

Para actuar de forma lógica sobre el SBQ es funda-mental conocer las causas que lo determinan.

EtiopatogeniaLa etiopatogenia de la enfermedad es poco conocida,

y además controvertida, porque el SBQ puede represen-tar un complejo de múltiples enfermedades con sínto-mas superpuestos.

La inclusión del SBQ dentro del grupo del «dolor oro-facial idiopático», así como nuevas y sofisticadas técni-cas exploratorias, hace pensar que en realidad se tratade una afección neuropática5.

Desde un punto de vista global, cuando consideramosun paciente con SBQ, es necesario descartar una seriede factores locales o generales como causa de éste; sólosi somos capaces de eliminarlos, habremos conseguidosu resolución. Una vez excluidos estos factores, queda-ría un pequeño grupo que compondrían el verdaderoSBQ, en el que habría que considerar las causas neuro-páticas.

Factores localesSon muy diversos los factores locales implicados y

comprenden infecciones, sensibilidad de contacto, gal-vanismo, prótesis dentarias inadecuadas, traumatismos,hábitos orales parafuncionales o disfunción de las glán-dulas salivares.

La lengua geográfica o glositis benigna migratriz debeser descartada siempre en el SBQ. En la experiencia deGorsky et al24 representaba el 15% de los casos de su serie.

Los agentes infecciosos, tanto bacterias como hongos,han sido clásicamente implicados en la etiología delSBQ. Entre las primeras cabe destacar Enterobacter,Klebsiella25, bacteria fusoespirilar26 e incluso Helicobac-ter pylori27; sin embargo, se trata de hallazgos esporádi-cos cuya trascendencia etiológica es discutible. Las le-vaduras del género Candida han sido sin duda las másimplicadas y su papel es muy controvertido, ya que aun-que hay trabajos que abogan por su implicación etiológi-ca28,29, otros no la comparten e incluso demuestran quela presencia de cultivos positivos para esta levadura nodifieren de los encontrados en la población normal24. Nodebemos olvidar que la anemia, las prótesis dentariasinadecuadas y la propia xerostomía pueden explicar laparasitación secundaria de las Candida spp. Considerolícito la realización de tratamientos anticandidiásicos enel SBQ, pero la falta de respuesta no puede hacernosreiterativos en el mismo.

Las prótesis dentarias no han escapado a la considera-ción de los estudiosos de este síndrome. Bessker et al30

consideran importante los fallos de diseño de estas pró-tesis: defectos en la superficie, factores de espacio o in-correcta extensión de la superficie de impresión. Perotambién las prótesis y otros materiales dentales puedenser causa de reacciones alérgicas. Los alergenos gene-ralmente implicados son: peróxido de benzoilo, cloruro

de cobalto, mercurio, metacrilato, sulfato de níquel ycromo10,31. Generalmente, la sensibilidad de contacto aalgunos de estos materiales se manifiesta clínicamenteen forma de eritema, edema o incluso ulceración en laencía, y es excepcional el hallazgo de pruebas positivasen pacientes con SBQ primario, en los que además re-sulta inefectivo el cambio de dentadura31,32.

Diversos conservantes, saborizantes u otros aditivospresentes en algunos alimentos, como el ácido sórbico,el aldehído cinámico, el ácido nicotínico y el propilengli-col, han demostrado ser los causantes del SBQ, pero lasmolestias que determina son intermitentes y siempre es-tán relacionadas con la ingesta alimentaria10,33.

Las lesiones en los nervios periféricos también se hanimplicado en el SBQ, basándose en que los síntomas quepresentan estos pacientes son semejantes a los observa-dos en casos de neuritis o neuromas34,35.

Diversos estudios han demostrado la presencia de há-bitos parafuncionales (presión de lengua, bruxismo) enpacientes con SBQ10,36, que deben ser interpretadoscomo un signo de ansiedad y relacionados con aconteci-mientos estresantes, abuso de alcohol y enfermedadesneurológicas. En este sentido, el bruxismo nocturno esprobablemente el resultado de una interacción entre elsistema límbico y motor37.

Las alteraciones en la secreción salivar pueden teneruna función relevante en la producción del SBQ, ya quela radioterapia, las enfermedades sistémicas (como elsíndrome de Sjögren) o diversos medicamentos que al-teran la glándula salivar determinan molestias semejan-tes al del SBQ. Algunos autores han constatado una dis-minución en el volumen secretado8,14, mientras queotros abogan por la presencia de un déficit en los com-ponentes (especialmente las glucoproteínas) de la sali-va34,38 que pueden desencadenar, además, un déficit de-fensivo en la mucosa oral. En este sentido, Mizukawa etal39 estudian el papel de un péptido antimicrobiano, ladefensina-1, en la saliva de pacientes con diversas enfer-medades de la mucosa oral, y hallaron un déficit de ésteen el liquen plano, la leucoplasia y la glositis asociada ala deficiencia de hierro, pero las concentraciones obte-nidas en pacientes con glosodinia fueron semejantes alas encontradas en la población normal.

Factores sistémicosDiversos factores han sido implicados en este aparta-

do, como la menopausia, la diabetes mellitus, los défi-cits nutricionales o la toma de fármacos.

El papel de la menopausia está bien comprobado; dehecho, el 90% de las mujeres afectadas de SBQ se en-cuentran en etapas peri/posmenopáusicas24,40-42. Sueleiniciarse entre 3 años antes y 16 años después de estaetapa. La explicación a este hecho se ha ligado lógica-mente a las alteraciones hormonales inherentes a esteperíodo; sin embargo, la terapia hormonal sustitutiva noha logrado la remisión de los síntomas en ninguna oca-sión30,42,43, lo que se ha achacado a alteraciones en laexpresión de los receptores estrogénicos en la mucosaoral43.

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La asociación entre diabetes y SBQ es controvertido.Algunos autores la relacionan con la diabetes mellitustipo 2 e incluso con el empleo de algunos tipos de insuli-na30; sin embargo, no todos comparten esta opinión8,23.Esta controversia puede deberse a los criterios de inclu-sión empleados en el diagnóstico de SBQ, ya que no de-bemos olvidar la mayor propensión de los pacientes dia-béticos a presentar infecciones orales en general ycandidosis en particular; no obstante, tampoco pode-mos obviar el hecho de la aparición de cuadros de neu-ropatía en pacientes con diabetes que pueden predispo-ner a la aparición del SBQ.

También se ha considerado la presencia de déficit nu-tricionales en los pacientes con SBQ. La carencia delgrupo de vitaminas B (B1, B2, B6 y B12) es el más docu-mentado44, aunque no está presente en todas lasseries45; incluso la terapia sustitutiva pocas veces esexitosa31,46.

Algunos estudios encuentran valores bajos de hierro yácido fólico en pacientes con SBQ, por lo que sus auto-res lo correlacionan con algún tipo de anemias, espe-cialmente con la anemia perniciosa44,47.

Diversas medicaciones pueden determinar la apari-ción de sequedad en la mucosa oral y producir moles-tias. No correspondería en sentido estricto a un SBQpero es necesario considerarlas. Se han implicado enello ciertos fármacos: diuréticos, antihistamínicos, anti-colinérgicos, inhibidores de la angiotensina II, etc.48,49.

Los factores psicogénicos, tal como hemos comenta-do, están habitualmente implicados en el SBQ, y resultatambién un hecho controvertido. Algunos autores consi-deran fundamental este aspecto en relación con elSBQ50-52, ya que encuentran un perfil psicopatológico eneste grupo de pacientes, especialmente en las escalas desomatización y depresión, así como un mayor grado deansiedad y fobias, sobre todo cancerofobia, que en lapoblación normal. También es cierto que el uso de medi-cación específica es útil en el tratamiento de estos pa-cientes, pero para otros autores esta serie de alteracio-nes son secundarias a la experimentación de un dolorcrónico53.

Tal como hemos comentado, los trastornos neuropáti-cos van cobrando interés con el paso del tiempo; de he-cho, se ha documentado que los pacientes con SBQ pre-sentan una percepción anormal de la intensidad en lamucosa oral15, una elevada sensibilidad del trigémino4 yalteraciones en el sistema microcirculatorio neurovas-cular de la mucosa54. Estos hallazgos sugieren alteracio-nes en la función sensorial del trigémino.

Por tanto, y a la luz de lo comentado, debemos plante-arnos la realización de una serie de pruebas en el estu-dio de los pacientes con SBQ (fig. 1).

TERCER PASO: DESPUÉS DEL DIAGNÓSTICODE GLOSODINIA

No cabe duda de que el SBQ tiene un impacto muy ne-gativo en la calidad de vida de los pacientes y, aunquedesde el principio debemos ser conscientes que su trata-miento es difícil y los éxitos escasos, no debemos consi-

derar esta enfermedad como incurable. El manejo tera-péutico del paciente con SBQ debería incluir los pasossiguientes:

Información al pacienteLa relación con el paciente afectado de SBQ es funda-

mental, muy desconfiado dada su «peregrinación» porlas diferentes consultas en las que por sistema se le hareiterado que su mucosa está sana y que el dolor que ex-perimenta no tiene razón de ser; por ello, es necesariodejar claro desde la primera visita que aunque aparente-mente no haya una lesión visible, su dolor es real, queno corresponde a un cáncer y precisará un tratamientoprologado con el que mejorará de forma paulatina; aun-que no se pueda prometer a priori que sus molestias de-saparecerán de forma completa y definitiva. El apoyopsicológico y, en caso necesario, la ayuda de los espe-cialistas en este terreno es fundamental.

Medidas complementariasSuele ser útil tomar algunas medidas preventivas,

como evitar el tabaco así como los alergenos alimenta-rios (conservantes y colorantes). En el mismo sentido,hay que considerar la medicación que habitualmentetoma la paciente para descartar los fármacos capaces deproducir xerostomía. Debemos aconsejar una dieta ali-mentaria fácil de masticar y digerir; los alimentos pican-tes, como veremos más adelante, no necesariamente tie-nen que ser contraproducentes.

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Figura 1. Diagnóstico del síndrome de la boca quemante (SBQ).

Molestias subjetivas: quemazón oral

Historia clínica y examen de la mucosa oral

Presencia de lesionessubjetivas

SBQ secundario

Estudio según sospechadiagnóstica

Sin lesiones objetivas

SBQ verdadero

Toma de medicamentos

Cultivos levaduras y bacterias

Curva de glucemia

Hemograma

Concentraciones de vitaminasy hierro

Pruebas epicutáneas(estándar y dentales)

Estudio psiquiátrico

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Si la salivación está alterada, debemos tratar de con-trolar la xerostomía con el uso de saliva artificial o in-cluso con el empleo de chicles sin azúcar38,55. Tambiénpodemos activar la secreción salivar con el uso de siala-gogos, como la pilocarpina, o incluso la piridostigmina,que a largo plazo resulta más útil por sus escasos efec-tos secundarios24,56.

Los hábitos parafuncionales y las tensiones muscula-res deben corregirse mediante técnicas de relajación ylas medidas físicas adecuadas. La colaboración delodontólogo en la comprobación del correcto ajuste delas piezas dentarias es fundamental.

El tratamiento suplementario vitamínico debe reali-zarse cuando se ha demostrado la presencia de un défi-cit, aunque generalmente sus efectos beneficiosos sobreel proceso son nulos.

Si se sospechan cambios neuropáticos, el uso de áci-do alfalipoico puede resultar, como luego comentare-mos, de cierta utilidad.

Tratamiento médicoSe trata de un tratamiento sintomático y se basa fun-

damentalmente en el control del dolor, para el que sehan usado diversos medicamentos tanto de acción tópi-ca como sistémica.

Como medicación tópica se han empleado con buenosresultados la capsaicina, a concentraciones bajas, 3-4veces al día1,57. Por ello, comentábamos que no hay ra-zón para prohibir los alimentos picantes en el SBQ; sinembargo, nos parece más útil el uso de enjuagues de ta-basco disuelto en agua. La capsaicina, como ya sabemosactúa bloqueando la sustancia P, lo que indica su uso endistintas formas de dolor y prurito.

El clonazepam, un cuarto o medio comprimido 3 ve-ces al día, ha mostrado buena respuesta al dolor, lo quehace pensar en la participación de los receptores gaba(ácido gamma-aminobutírico) de la mucosa oral6.

Los anestésicos tópicos no son recomendables por laposibilidad de bloquear el reflejo epiglótico.

Los pacientes con un componente psicogénico pue-den no responder a esta medicación, y en estos casos serecomienda el empleo de benzodiacepinas, especial-mente cuando hay un cuadro de ansiedad14. Los antide-presivos tricíclicos no deben emplearse si hay signos dexerostomía, pero si éstos no están presentes pueden serbeneficiosos, aunque generalmente sólo precisan dosisbajas23. Inhibidores de la serotonina (sertralina, paroxe-tina, amisulprida) administrados durante 4-8 semanashan resultado de gran utilidad58,59. En caso de fracaso lacolaboración del psiquiatra puede resultar decisiva.

Bessho et al60 evalúan la utilidad de la medicina tradi-cional china (Kampo medicine), estableciendo unacomparación entre sai-boku-to y diazepam, y demues-tran una mayor utilidad de la primera con prácticamentenulos efectados secundarios, que alcanza unas cifras decuración del 92% a los 3 meses de tratamiento.

Grechko y Borisova61 demuestran la eficacia de la es-timulación eléctrica transcutánea usando un sistema,Elektronika-2M, de 45 mcroA, durante 10-20 min.

El ácido alfalipoico (ácido tiótico) es un antioxidantemitocondrial de gran potencia esencial en el ciclo deKrebs que produce un aumento del glutatión intracelu-lar e incrementa la producción de factor de crecimientonervioso (nerve-growth factor), por lo que puede estarindicado en distintos tipos de procesos neuropáticos62.Femiano et al63 realizan distintos tipos de estudios paraestablecer los perfiles de eficacia y seguridad en pacien-tes con SBQ, y llegan a la conclusión que a dosis de 600mg/día produce unos efectos altamente beneficiosossobre el proceso. Los autores aconsejan su asociacióncon un protector gástrico, ya que las molestias digesti-vas, habitualmente leves, son los únicos efectos secun-darios encontrados63-67. Los resultados beneficiosos delácido alfalipoico mejoran cuando se asocian con la psi-coterapia68.

Zakrzewska et al69 realizan una revisión sobre la efec-tividad, basada en la evidencia, de los diversos trata-mientos empleados en el SBQ, y llegan a la conclusiónde que los trabajos publicados son poco valorables, yaque los criterios de inclusión empleados no son unifor-mes y a veces discutibles. De los 9 ensayos incluidos enel estudio sólo 3 demuestran una acción favorable sobreSBQ (ácido alfalipoico, clonazepam y terapia cognitiva),pero los trabajos son escasos como para poder estable-cer conclusiones definitivas.

En conclusión, los pacientes con SBQ precisan un es-tudio detenido y una terapia individualizada durante pe-ríodos prolongados. Debemos considerarla como unapatología multidisciplinaria en la que deben colaborardermatólogos, odontólogos, psiquiatras, neurólogos, re-habilitadotes, etc. Sólo bajo esta concepción podremoslograr el alivio de los pacientes.

BIBLIOGRAFÍA

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