4
Gayle Rubin con Judith Butler Gayle Rubin es una antropóloga que ha escrito una serie de artículos muy influyentes, entre ellos “Tráfico de mujeres: notas sobre una economía política del sexo”, “Pensando sobre el sexo”, “La amenaza del cuero” y “”. La Universidad de California publicará próximamente una colección de sus ensayos. Actualmente está trabajando en un libro basado en estudios etnográficos e históricos sobre la comunidad gay masculina del cuero en San Francisco. Rubin ha sido una activista feminista y escritora desde fines de 1960 y ha estado activa en las políticas gay y lesbianas por más de dos décadas. Ella supo ser una crítica ardiente del movimiento anti-pornografía y del maltrato a las minorías sexuales. Su trabajo ha ofrecido una serie de sugerencias metodológicas para el feminismo y los estudios de género que han modelado significativamente la emergencia de ambos campos de estudio. JB: La razón por la que quería hacer esta entrevista es que algunas personas dicen que vos estableciste la metodología para la teoría feminista, y luego la metodología para los estudios gay y lésbicos. Y creo que sería interesante como un modo de entender la relación entre esos dos campos si la gente pudiera entender cómo te moviste de tu posición en “Tráfico de mujeres…” a tu posición en “Pensando…”. Pero, a la vez, sería interesante también escuchar un poco sobre el tipo de trabajo que estás haciendo ahora. Así que pensé que debía empezar por el principio, a saber, “Tráfico de mujeres…”, y pedirte que desarrolles un poquito el contexto en el que lo escribiste, y también preguntarte cuándo empezaste a tomar distancia de la posición que elaboraste allí. GR: Bueno, supongo que yo tengo una idea diferente sobre la relación de esos trabajos con el pensamiento feminista y los estudios gay y lésbicos. Cada uno fue parte de un proceso continuo, un campo de estudio que se estaba desarrollando en ese tiempo. “Tráfico de mujeres…” tuvo sus orígenes en los inicios de la segunda ola del feminismo, cuando muchas de las que estábamos comprometidas a fines de

Gayle Rubin Con Judith Butler

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: Gayle Rubin Con Judith Butler

Gayle Rubin con Judith Butler

Gayle Rubin es una antropóloga que ha escrito una serie de artículos muy influyentes, entre ellos “Tráfico de mujeres: notas sobre una economía política del sexo”, “Pensando sobre el sexo”, “La amenaza del cuero” y “”. La Universidad de California publicará próximamente una colección de sus ensayos. Actualmente está trabajando en un libro basado en estudios etnográficos e históricos sobre la comunidad gay masculina del cuero en San Francisco.Rubin ha sido una activista feminista y escritora desde fines de 1960 y ha estado activa en las políticas gay y lesbianas por más de dos décadas. Ella supo ser una crítica ardiente del movimiento anti-pornografía y del maltrato a las minorías sexuales.Su trabajo ha ofrecido una serie de sugerencias metodológicas para el feminismo y los estudios de género que han modelado significativamente la emergencia de ambos campos de estudio.

JB: La razón por la que quería hacer esta entrevista es que algunas personas dicen que vos estableciste la metodología para la teoría feminista, y luego la metodología para los estudios gay y lésbicos. Y creo que sería interesante como un modo de entender la relación entre esos dos campos si la gente pudiera entender cómo te moviste de tu posición en “Tráfico de mujeres…” a tu posición en “Pensando…”. Pero, a la vez, sería interesante también escuchar un poco sobre el tipo de trabajo que estás haciendo ahora. Así que pensé que debía empezar por el principio, a saber, “Tráfico de mujeres…”, y pedirte que desarrolles un poquito el contexto en el que lo escribiste, y también preguntarte cuándo empezaste a tomar distancia de la posición que elaboraste allí.

GR: Bueno, supongo que yo tengo una idea diferente sobre la relación de esos trabajos con el pensamiento feminista y los estudios gay y lésbicos. Cada uno fue parte de un proceso continuo, un campo de estudio que se estaba desarrollando en ese tiempo. “Tráfico de mujeres…” tuvo sus orígenes en los inicios de la segunda ola del feminismo, cuando muchas de las que estábamos comprometidas a fines de 1960 tratábamos de resolver cómo pensar y articular la opresión de las mujeres. El contexto político dominante en ese entonces era la Nueva Izquierda, particularmente el movimiento anti-bélico y la oposición al imperialismo militar de EEUU. El paradigma dominante entre los intelectuales progresistas era el marxismo, en sus varias formas. Muchas de las feministas de la segunda ola venían de la Nueva Izquierda y eran marxistas de algún otro tipo. No creo que uno pueda comprender totalmente los inicios de la segunda ola del feminismo sin entender su íntima, aunque conflictiva, relación con las políticas de la Nueva Izquierda y los marcos intelectuales marxistas. Hay un inmenso legado marxista en el feminismo y el pensamiento feminista está muy endeudado, le debe mucho al, con el marxismo. En un sentido, el marxismo le permitía a la gente hacerse toda una serie de preguntas a las que el marxismo no podía responder de manera satisfactoria. El marxismo, no importa cuán modificado, parecía incapaz de comprender cabalmente los temas de la diferencia de género y la opresión de las mujeres. Muchas de nosotras estábamos debatiéndonos con -o entre- ese marco dominante para hacerlo funcionar o descubrir por qué no lo hacía. Yo fui una de las tantas que finalmente concluyó que se podía ir sólo hasta aquí con un paradigma marxista y que, aun cuando era útil, tenía limitaciones en relación al género y al sexo. Debería agregar que había diferentes tipos de abordaje marxista. Había algunas formulaciones muy reduccionistas sobre la “cuestión de la mujer”, y algunas estrategias

Page 2: Gayle Rubin Con Judith Butler

especialmente simplistas para la liberación de las mujeres. Recuerdo un grupo en Ann Arbor, creo que se llamaba Hermanas de la Estrella Roja. Su idea de la liberación de las mujeres era movilizar grupos de mujeres para luchar contra el imperialismo. No había lugar en su enfoque para tratar /adress) específicamente la opresión de género; era sólo un precipitado de opresión de clase e imperialismo que presumiblemente se marchitaría después de la revolución de los trabajadores. Había un montón de gente trabajando en El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado, de Engels. Engels era parte del canon marxista y él sí habló sobre las mujeres, así que a su trabajo se le otorgaba un status especial. Había decenas de pequeños schemas sobre el ostensible derrocamiento del supuesto matriarcado originario y la invención de la propiedad privada como la fuente de la opresión de las mujeres. En retrospectiva, parte de esta literatura parece quaint, pero en su momento se la tomaba muy en serio. Dudo que las personas que no estuvieron ahí puedan imaginar la intensidad con que la gente discutía acerca de si existió o no un matriarcado originario y si su demise daba cuenta (accounted) de las diferencias de clase y la opresión de las mujeres. Incluso (even) lo mejor del trabajo marxista de esa época tendía a enfocarse en temas que estaban más cercanos a las preocupaciones centrales del marxismo, como la clase, el trabajo, las relaciones de producción e incluso pensamiento muy creativo sobre las relaciones sociales de reproducción. Por ejemplo, había una literatura maravillosa, muy interesante, que surgió sobre el trabajo doméstico. Existían buenos trabajos sobre la división sexual del trabajo, sobre el lugar de las mujeres en el mercado laboral, sobre el rol de las mujeres en la reproducción del trabajo. Parte de esta literatura era muy interesante y muy útil, pero no podía llegar a algunos temas nucleares que preocupaban a las feministas: la diferencia de género, la opresión de género y la sexualidad. Así que se hacía un esfuerzo general para diferenciar el feminismo del contexto político y sus preocupaciones dominantes. Un montón de gente estaba buscando leverage sobre el problema de la opresión de las mujeres y estaba buscando herramientas con las cuales uno pudiera tener diferentes perspectivas. “Tráfico de mujeres…” era una parte de ese esfuerzo y es un artefacto de ese conjunto de problemas. Hubo muchos otros artículos que lidiaban con temas similares; uno de mis favoritos era El matrimonio infeliz…”, por Heidi Hartman. El factor desencadenante inmediato de “Tráfico de mujeres…” fue un curso de economía tribal que dio Marshall Sahlins en la Universidad de Michigan, alrededor de 1970. Ese curso cambió mi vida. Yo ya había estado involucrada con el feminismo pero esta era mi primera experiencia de antropología, y yo estaba smitten. Me sedujo completamente el enfoque teórico de Sahlin, así como también la riqueza descriptiva de la literatura etnográfica. Después estaba co-escribiendo con dos amigos una monografía sobre el status de las mujeres en las sociedades tribales. Shalins me sugirió que leyera Las estructuras elementales del parentesco de Levi-Strauss. Para usar el lenguaje vernáculo de ese tiempo, “me partió totalmente la cabeza”. Al igual que otros trabajos del estructuralismo francés.