25
GRISELDÁ GAMBARO LA MALASANGRE

GambaroGriselda LaMalasangre.pdf

Embed Size (px)

Citation preview

GRISELDÁ GAMBARO

LA MALASANGRE

i LA MALASANGRE ÜRISELDA GA MBARO z

, ESCENA I LA MALASANGRE iz-ra

w

(Jn salón hacia 1840, las paredes tapizadas de rojo granate.2 La vestimenta de los personajes varía también en distintas tonalidades de rojo? Una gran mesa de roble lustrado, enteramente vacía, un sofá, tres sillas de alto respaldo y un pesado mueble, aparador o cómoda, con candelabros. (Jn piano en un extremo. Dos puertas laterales y a foro, una ventana con cortinas.

El padre que viste de rojo muy oscuro, casi negro, está de pie, de espaldas, enteramente inmóvil, y mira hacia abajo a través de los vidrios de la ventana. Después de un momento, entra la madre. Trae una bandeja con un botellón de cristal y dos -copas. ' MADRE: está el vino. (Con una sonrisa tímida.) Te lo qui

se traer yo.

1981 (ocho escenas) Sé estrenó el 17 de agosto

de 1982 en el teatro Olimpia, Buenos Aires.

Personajes

Dolores: Soledad Silveyra Rafael: Oscar Martínez

Padre: Laura Murúa Madre: Susana Lanteri Fermín: Patricio Contreras S?“ ' Juan Pedro: Danilo Devizia

Servidora de escena: Marisa Rouco Asistente de dirección: Ernesto Korovsky Escenografía); vestuario: Graciela Galán Puesta en escena y dirección: Laura Yusem ' 2. Un salón hacia rojo granate. La

acotación ubica la acción de la pieza en el se

— - i ...... .1- m... r-.....'|:- annmnrhhtin An nl nnrím-In meleta FI hiqrnriador Ernesto Quesada (La - no de una familia en el periodo resista. El historiador Ernesto Quesada (La época de Rosas. Buenos Aires:

Ediciones de| Restaurador, 1950) afirma que “el año 40

¿m? W fue el momento crítico y culminante de la época de Rosas [...] e! período álgido de la Iu

cha entre unitarios y federales; el instante supremo del poderío de Rosas y e| punto céntríco de su época" (p. 126). De todos modos. la inevitable asociación de los personajes

. y la acción con la figura de Juan Manuel de Rosas y su familia. no es el punto central de

- A ' —. - la obra, ya que como afirma David W. Foster, “la pieza de traza el retrato de amiá- una sociedad fundada en el ejercicio arbitrario y sangi-iento del poder en aras de 1a pa: y el bienestar, que tiene profundos ecos para el espectador argentino/latinoamericano contemporáneo". (“La malasangre“

de Griselda Gambaro y la configuración dramática de un tema histórico argentino, en: Teatro argentino de los '60. Polémica, contírluidad y

, ruptura. Oávaldo Pellettieri (editor) (Buenos Aires: Corregidor. 1989), p. 200. 3. La vestimenta de los personajes [m] tonaüdades de rojo. El espacio y la vestimenta de los personajes van a presenté: a lo largo de la pieza distintas gradaciones de un mismo _ V color. Véase en la misma acotación,_que 1a

vestimenta del padre es de un “rojo muy os

.. . . - curo casi negro" acentuando un significante que remite al color de la dlvlsa federal

b b d mvus ones. - mr: u ' . , _ _ 1' La Para l? puesta er.‘ escena se Fabajo s: re la ase e amd‘: ¡acI ¡sta ( punzó“). y al título de la obra: ei ¡’OJD se asocna a la sangre vertzda Por razones Dolm

segur: un feportaje realizado a sus integrantes dnas antes el estreno. aparec: o en a rev a cas‘ al sometimiento a un emblema‘ y por extensión’ a la muerte. TeaLrQ/‘¡buerto 1981. n91 (octubre 1982) pp. 6-14. ¿H9

GRISELDA GAMBARO

PADRE: —Te__lo agradezco. (Una pausa. Secamente.) ¿Por qué dos copas? ¿Quién bebe conmigo? :

MADRE: —-Pensé... ‘muxa: PADRE: —Mejor que no pienses. (La madre deja {a bandeja so— Í? bre ¿a mesa. El padre uuelue a mirar por la ventana, el rostro ácido y malhumorado)‘ Ninguno me gusta. Ninguno me gusta de todos ésos. H0 hay uno que valga nada. Creen que van a venir acá y que soy ciego y tontoF MADRE: —(Se acerca y mira con él.) El tercero...

PADRE: -(Frfamente.) El tercero, ¿qué? MADRE: -Parece agradable.

PADRE: -(Oscuro.) Si. MADRE: —(Pierde seguridad.) Va a estar en la casa.

PADRE: -Sí. ¿Y con eso?

MADRE: -(Tímidamente.) Es mejor que sea agradable, ¿no? PADRE: Y también pareceinteligente, (La remeda.)¿no? - - Í MADRE: —(!nsegura.) No sé.

PADRE: qué otras condiciones tiene? Mi mujercita sagaz. MADRE: -(Se aparta.) Benigno, por favorf

PADRE: -(La rodea con un brazo, la-hace mirar por ¿a ventana. Con dulzura.) Miremos juntos. Dos ven más que uno. ¿Qué más ves? .

MADRE: -TienÍ: aspecto... (Se interrumpe.)

44...} et rostro ácido y malhumorado. La sinestesia (imagen que reúne diferentes sentidos,

visual y gustativo en este caso), caracteriza el uso de una ‘uengua poética por parte del hablante dramático básico. procedimiento denominado líteraturízación, así como en el habla de Ia pareja imposible. Aquí la función es la de perfilar el carácter de Benigno. ¿E?

- - o v . dírnrtnmpnr, llama uv: ¡u yuluJu ....,......_._, , fi, gusta 1...} y que soy ciego y tonto. La acción es' introducida directamente en ei momento en que Benigno selecciona al futurdpreceptor de su hija. Más adelante se

informará sobre ‘las razones de una elección, que, a primera vista, resulta extraña. fiBenigno, porfavor. El nombre de los personajes adquiere en la obra un sentido simbólico

" ' ---- ---= nr-rinnn‘: demostrará semgno, pur n... Ilullluut. ...._ ...... l Así, el nombre del padre. tiene un sentido irónico, ya que por sus acciones demostrará

ser lo contrario a lo que su nombre significa. También resuita paradójico el nombre de la madre, Candelaria. que connota "luz". cuando es el personaje más ciego con respecto

a lo que la rodea. El preceptor, ilamado Rafael, nombre ligado a lo pictórica y a io estético. es, por su defecto ia imagen de lo opuesto. La belleza, en todo caso, no

es ïñsible, sirio que responde a su moral y a su alma.

PADRE:

MADRE: PADRE:

MADRE: PADRE:

MADRE: PADRE:

MADRE: PADRE: MADRE: PADRE:

MADRE:

PADREL

MADRE:

PADRE: MADRE: PADRE:

MADRE:

PADRE:

MADRE:

PADRE:

LA MALASANGRE

-Es muy atildado.

-Querés decir buen mozo.

Que está bien vestido. Con guantes... rojosÍ vista penetrante! ¿Y qué más ves? Estuve atinado en pedirte que miráramos juntos.

—(lr1segura.) Y... y no veo más.

-Sí. Ves más. ¡Te gusta la cara! (La empuja brutalmente.) ¡Fuera!

-¿Pero por qué? mi cara tenés que mirar, imbécil!

-Te miro, ¡y no me insultes!

Como si hubiera oído mal, se toca la oreja. Mira a su alrededor, divertido.) ¿Qué? Yo dicto la ley.“ Y los halagos. Y los insultos. Dije io que dije, y lo puedo repetir. (Muy

bajo.) imbécil. '

-Te pedí que no me insultes.

—¿Por qué?

-Por Tespeto. ——(Com0 síguiéndole el juego, alarmado.) ¡Y pueden oír!

Lo dije muy bajo. ¡Y lo puedo gritar alto! Nadie oye lo que yo no quiero. Oyen, pero no entienden. ¡Fuera, fuera de aquí!

aleja hacía la puerta, se vuelve. suavemente. ) Te odio.

—(Se dirige hacia ella.) ¿Qué?

——Ho quisedecirlo. —

-¿Qué? (Le toma el brazo, como si quisiera hacerle una caricia. Pero después de un momento, se lo tuerce.)

. Con guantes... rojos. Ya es posible advertir aquí el sentido cruel e irónico del discurso del

perscínaje. ObseÍva el detalle de los guantes del candidato, como símbo|o de obediencia obsecuencian lo que lo hará desgartarlo inmediatamente

¿{ue hacia todos los ¿me lo rodean—. excede el marco familiar y remite a la figura histórica

de Rosas.

GRISELDA GAMBARO

¿Qué? Yo tampoco entiendo Io que no me gusta oír. (Le tuerca más el brazo.) ¿Qué?

MADRE: -(Aguanta el dolor, mega) Te amo.

PADRE: —(DuIcemente.) ¡Después de tanto tiempo! Otra vez... MADRE: -(Guarda silencio un momento, luego, como el padre

acentúa [a presión.) Te... amo?

PADRE: ——(La suelta, la besa en la mejilla. Con naturalidad.)

Gracias, querida. Ahora dejame. Hace frío en el patío. Deben estar congelados. No quiero que esperen más. (La madre sale. El padre toca el cordón del tím- g bre. Mira por la ventana. Se asoma Fermín. Es alto y robzisto, se advierte que entre ei padre y él hay una especie de compiicidad, de acuerdo tácito en sus respectíuos roles. FERMIN: , PADRE: -(Mira por la ventana. ) El tercero que se vaya. Hace frío.

FERMIN: —Sí, señor;

PADRE: -¡Fermin! Si tarda, podés empujarlo.

FERWH: -(Como siguiendo un juego.) ¿Cómo sé que tarda?

¿Debe correr? (El padre se encoge puerilmente de hombros. Fermín, con una sonrisa.) L0 haré, señon. (Sale. )

PADRE: -(Mira por‘ la ventana.) Tomaste frío tontamente. Se va a mirar en el espejo y desconfiará de su cara o de sus uñas rcñosas bajo los guantes. (Se vuelve. Infan

- - - » til.) ¿Qué hice, qué hice? ¿Por qué me echanFYo es1 taba ahí en la fila, ¡buenitq! ¡Y me cómpré guaptes ro

9. Te... arma-Aquí Se pone en evidencia la contradicción entre la frase y iel sentimiento,

producto del ejercicio de la violencia. ]0....de acuerdo tácito en sus respectivos roles. El personaje de Fermín es el doble de

Benigno. pero encarna la fuerza bruta, el brazo ejecutor de su poder. Su entendimiento se realiza’ a través de simples miradas que Fermín interpreta y lo lleva a actuar sobre sus víctimas ‘en forma que no haya posibilidad de error. "3 1 I.¿Qué hice, guantes rojos! Benigno reproduce en estilo directo los

supuestos

pensamientos del candidato rechazado, en un ejercicio de imaginación que revela su sentimiento de omnipotencia: puede “saber” hasta lo que los otros piensan y sienten.

60

12

13.

14,

LA MALASANORE

bruto es! (Ríe espasmóqiicamente, se atora. Ácido.) Ninguno me sirve de todos esos. El ‘primero demasiado orgulloso, el segundo demasiado alto, el tercero no está, el cuarto... Y ése que sale de la fila, ¿cómo se atreve? ¿Es que “yo” dije que podían saltar como can— guros para entrar en calor? (Mira algo que lo sorprende, se uuefue.) ¡Oh! ¡Oh, oh, Dios mío! (Ríe espasmódicamente, con alegría. sacude el cordón’ del timbre.) Dios mío, te agradezco. Te agradezco la consideración mis deseos, yo pecador. (Canturrea) La madre se me calienta, la hija se me enamozzura...‘2 (Se asoma Fermín.) El que da vueltas... El que menos luce...13

mín sale. El padre se sirve uino y bebe. Contento.) Veremos sí con éste ócurre lo mismo. (Ríeespasmódícamente. Canturrea.) La madre se me calienta, la hija se me enamora... (Fermín abre la puerta a Rafael, quien entra y se inclina. Viste un traje de tela liviana, está amoratado de frío. Tiene rostro muy hermoso, sereno y manso. Su espafda está deformada por una joroba y camina levemente inclinada)"

. La madre se me cafienra, ia hija se me enamora... Esta fráse. reiterada más adelante. introduce en la intriga el nivel de prehistoria (¡o que ha sucedido antes de la acción presente). Hubo otro preceptor. que fue despedido ante las sospechas de Benigno hacia su esposa e hija. lo que Io motivan a elegir al preceptor deforme. Reafirma, además, el uso del lenguaje grosero del personaje.

El que ntenos luce... Rafael es el elegido por lo que no es, más que por una cualidad positiva. Según la especulación de Benigno, es el menos peligroso, aunque luego se verá que su expectativa será defraudada. l Su espalda está deformada por unajoroba... En el nivel de la fábula o intriga, hasta aquí teníamos el comienzo propiamente dicho. La entrada a escena de Rafael marca el momento del enlace de la obra. La joroba resuelve el enigma planteado por la elección de Benigno. ya ‘que hasta entonces, el personaje permanecía en la extraescena. fuera de la visión del espectador.

PADRE:

RAFAEL: PADRE:

RAFAEL: PADRE: RAFAEL: PADRE:

RAFAEL: PADRE: RAFAEL: PADRE:

RAFAEL: PADRE:

RAFAEL: PADRE:

RAFAEL:

PADRE:

RAFAEL: PADRE: RAFAEL: PADRE:

GRISELDA GAMBARO

—(Con una sonrisa cordial.) Adelante. (Avanza hacia Rafael. No [e da [a mano. Lo rodea y le mira la espaida. Ríe con su risa espasmódíca.) Si... Es contrahecho... —Señ0r... ' R -Estará bien con nosotros. Como ve, tengo buen carácter. (Rafael sorbe.) Haciafrio afuera, ¿no? Me Ievanté tarde, la cama estaba caliente. Por eso esperaron tanto. Pero acá-no. No hace frío. ¿O si? —N0... No, señor, no hace frío.

—(Tímído.) Qgíero pedirle... (Selhterrumpe)

lo tome a mal Soy bruscó’, nadie me quiere, pero no se puede pedir gente que Io quiera a uno. Si no hay un interésj. LÏsted tiéne un interés.

-Sí, señor.

—Ent0nces... no digo amor, pero comprehderá.

—(No entiende. ) Sí, señor. . —(En un arranque.) ¡Bueno, se lo pido! (Se queda en

süencio, inmóvil. Luego camina nervioso. Se detiene,

-H0. Por qué usted quiere... ¿Nunca vi! (Ríe, se atora.)

15. A sus órdenes. Benigno maneja las acciones y el discurso de los otros personajes, dada su disposición de poder. Así, aun cuando Rafael duda, resbonde con la fórmula esperada.

RAFAEL: PADRE:

RAFAEL:

PADRE:

RAFAEL: PADRE:

RAFAEL: ‘PADRE:

RAFAEL: PADRE: RAFAEL: PADRE:

RAFAEL: PADRE:

LA MALASAHGRE

—(Humillado.) No soy una czuriosidad.‘6

tampoco. Y me desnudo. ¡Sólo cuando me baño! (Tierno y confidencial.) A oscuras. L0 otro a oscuras. Con un agujero en el camisón. (Ríe, se tapa [a boca, con vergüenza.)

¿No puedo. (Saluda inclinándose y se alga hacia ¿‘a puerta.) e

(Rafael jefe vuelve.) ¿Vio cuántos esperan en el patio?

-Sí.

larga fila. Muertos de frío. Saben que mi ‘casa es rica, que mí trato es bueno. Y yo los miré, hace rato que los miro, y cuando apareció ‘usted dije: _ése. Ése. —¿Por qué? e .

-(Remeda.) ¿Por qué? Por su linda cara. (Se aterca y ¡e da vueltas alrededor.) Y es limpio. (Lé pasa el pulgar por la mejilla.) Afeitado. (Señala lajorobáí.) ¡Pero esto! ¿Me deja", tocarla? Da suerte. (Ría) ¡Hombre

afortunado! - - —(Pálído de humillación.) Soy un buen profesïpr. —(Suauemente.) Lo veremos. (Arpsiosa) ¿Me pÏermite? —Ho.

—(Se acerca a láventana, aparta la cortina mira.) Llueve. Y no se van. Hi Se guarecen bajo el alero. Disciplinados y Saben hacer buena letra. (Se vuelve hacia Rafael.) Pero yo ya elegí. A usted. un buen profesor.

—(Blandamente.) Eso cuenta también. Desnúdese. (Ría) Hasta la cintura. Más no. (Le toca la ropa.) Limpia, pero raída. Liviana. Afeitado, pero macilento. Eso se llama hambre. Y no todos, en esta ciudad, (Ría) quieren tener a un contrahecho en casa. Pero yo sí. Y no será un criado. Tendrá cuarto aparte. Se

16. No soy ¿ina curiosidad. La resistencia de Rafael desnudarse, que luego será vencida

por el autoritarismo de Benigño. lo convierte en ‘un personaje humillado.

RAFAEL: PADRE:

RAFAEL: PADRE:

FERMiN: PADRE:

FERMÍN:

PADRE:

RAFAEL: PADRE:

RAFAEL:

sentará a la mesa con nosotros.” Y comerá. Nos trataremos de igual a igual.

«Gracias.

-Váyase, si quiere. (Un silencio. Se oye la lluvia.)

quiero irme.

-¡Trato hecho! Ordenaré que se vayan los otros. Carece de sentido hacerlos esperar. (Sacude el cordón del timbre.) Llueve mucho y el puesto está tomado. -(En la puerta.) ¿Señor?

-El puesto está tomado.

—Me alegro, señor. (Una pausa.) ¿Me necesita? —(_Isted llamó, señor.

—¿Que yo llamé? Ho me acuerdo qué quería. ¿Qué quería?

—Ya entramos las jaulas con los pájaros.

¡Eso! ¡Llueve tanto! —(_Isted sabe que a los pájaros los cuido. No debiera preocuparse, señor.

—Gracias, Fermin. (Fermín se retira. Padre sonríe a Rafael.) Debiera preguntarle qué materias enseña. —Francés y latín, señor. Botánica, matemáticas.la -¿Matemáticas también? ¡soberbio! A mi me enseñará matemática, las niñas sólo necesitan saber que dos más dos son cuatro. (vagamente iasciuo.) ¿Y... y ¡o que le pedí? (Baja) Desnüdese.

-¿Para qué?

1?. Se sentará a Ia mesa con nosolros. Esta concesión de Benigno nos remite a las costumbres de la época. El que se podía sentar a la mesa de los señores de la casa, estaba en un escalón jerárquico superior al de los criados. Esto será desmentido a lo largo de la obra, en cuanto Rafael es sometido a toda clase de humillaciones.

16. Francés y....

matemáticas. Las materias que propone enseñar Rafael a Dolores nos si

túan en la problemática educativa de la época. Benigno se opone al aprendizaje de las matemáticas por las mujeres. Durante la época de Rosas. los estudios sistemáticos en escuelas y universidades atravesaron una grave crisis. La Universidad fue disgregada, ya que gran parte de los intelectuales que dictaban cátedras fueron exiliados.

PADRE: RAFAEL:

PADRE: RAFAEL: PADRE: RAFAEL:

PADRE:

RAFAEL: PADRE: RAFAEL: PADRE:

RAFAEL: PADRE: RAFAEL: PADRE:

LA MALASAHGRE

—-(Bromista.) Para saber si no miente.

miento. (Con una sonrisa crispada.) Tengo joroba desde la infancia. Mi padre quizá fue jorobado también... Nadie pudo decirme cómo la conseguí. Si usted quiere, puede tocarla.

-(Seco.) No a través de la ropa.

—N0... puedo.

—(Dulce g ansioso.) Quiero verla. Por favor. (L0 mira fijamente. Después, con lentitud, se deshace el nudo de la corbata, se quita la chaqueta, [a camisa.) -(Se acerca y observa con cwíosidad, como a un anímal extraño.) Nunca había visto. ¿Es un hueso? —(Con mortificacíón.) Hueso y carne.

—Es muy lisa.

muy lisa.

—(Tiende ¿a mano con asco, toca apenas.) Es la primera vez que veo, que toco. Me da asco. Fuerte, compacta. ¿No le pesa? Pobrecito, debe pesarle. C0mo cargar una bolsa con piedras. Siempre. Cuando duerme y come y camina. Y_.. hace el amor.

-H0. -(Ansioso.) ¿No hace el amor?

—Ho me pesa.

-Los genes‘ se acoplaron mal. (Se tienta. Rfe espasmédicamente.) ¡Qué capricho! (Se despereza, enderezando su espalda.) Cübrase. ¡A ver si se le resfría! (Ría) Brindemos. L0 acepto. (sacude el cordón del timbre. Sirue dos copas. Tíende una a Rafael quien se está vistiendo torpemenre. Espera con la copa tendida. Risueño.) Ligero... A! amo no se lo hace esperar. (Rafael toma la copa, nervioso, intenta beber, se [a tira encima. El padre lo observa, ríe.) Casi perfecto. (Canturrea) La madre se me caíienta, la hija se me enamora... (Un poco antes ha entrado Fermín, respondiendo al llamado. Con curiosidad burlona ha obseruado los gestos torpes de Rafael.)

FERMÍN?

RAFAEL: PADRE:

RAFAEL: PADRE: RAFAEL: PADRE:

PADRE:

RAFAEL:

PADRE:

DOLORES: PADRE:

RAFAEL: PADRE:

GRISELDA ÜAMBARO

—La corbata, señor, ¿se la anudo?

—Ho, gracias.

Fermín.) Que vengan las damas. Está el profesor. (Sale Fermín.) Usted jamás hubiera pensado tener tanta suerte... Ni le pido referencias. Suerte, ¿eh? ¿Y por qué?

—Ho sé, señor. Se [o agradezco.

joroba! ¡Muchacho, le da suerte! (Ría) señor.

——(Se asoma a la ventana.) Llueve. Dicen que en estos tiempos nadie es capaz de obstinarse en nada. (Ría) ¡Pero ésos de ahí abajo! ¡Qué buena madera! La necesidad es la

níejor obstinación... Esperan y no se convencen... ¡de que ya están sonados!

(Entrar: Dolores y la madre. Doiores es una hermosa muchacha de veinte años, de gestos vivos y apasionados, y una especie de fragilidad que vence a fuerza de orgullo, de soberbio desdén)”

—Mi mujer, mi hija Dolores. (A Razáei.) ¿Cuál es su nombre? -Rafael Sánchez.

—Rafael, digamos. (A Dolores.) Te enseñará latín y francés. Botánica. ¿Sabés lo que es botánica?

. —Cómo son las hojitas y los árboles y los pajaritos en los árboles. (Alusfua) ¿Te lo enseñaba el otro? (Dolores [e vuelve la espalda.) Y dibujo. (A Rafael.) ¿Dibujo samba?‘20

señor.

alhajal Dolores, podés darle la bienvenida. (A Rafael.) Estaba muy encariñada con su viejo profesor. Bueno, no tan viejo, ¿no?

19. Enzran_ Dolores... soberbio desdén. La acotación remarca no sólo los rasgos físicos del personaje protagonista, sino que también anticipa y define su interioridad. A partir de aquí comienza el desarrollo de la pieza. 20. Cómo son las hryilas... ¿Dibujo sabe? La ironía de Benigno sobre las materias y la alusión al preceptor anterior iniclan un dlálogo donde se marcan las posturas enfrentadas de Dolores y su padre, a raíz de una situación pasada.

LA MALASANGRE

DOLORES: —(Lo mira desafiante.) No.

MADRE: —(Tímídamente.) No estuvo muchp tiempo...

PADRE: —(La hace callar conja mirada.) Ese es el peligro. Si

son viejos son ñoños, y si son jóvenes son aprovechados. Pero algunos ya entran con el pie torcído en la vida, o la espalda,“ (Festeja riendo con una corta risa que interrumpe cubriéndose la boca.) y no son peligro para nadie. (A [a madre.) Traéte tu bordado y sentáte allí. (Le señala el sofá.) Pero te autorizo a ausrsrntelrtea.22 (Ríe espasmódicamente y sale.) ' (Dolores mira a

Rafael, seria e ínamistosamente.) MADRE: «(Con una sonrisa torpe.) Bienvenido. Estará cómo

do con nosotros. Dolores es... DOLORES: —(La interrumpe, secamente.) Como soy.

MADRE: —5iéntese. RAFAEL: —Gracias. (Pero no [o hace, ya que Dolores y la madre

están de pie.) DOLORES: -(Lo mira. Después de un silencio. ) Es mejor morirse

de hambre que aceptar lo que no merecemos. RAFAEL: un buen profesor. DOLORES: -O lo que merecemos por taras.

MADRE: —(Confusa.) No le haga caso. Siéntese. (Se sientauRa

fael hace lo mismo.) ¿Comerá con nosotros? (Teme haber hablado de más. Se levanta. Rafael hace lo mismo.) O...tal vez con los criados. Pero la comida es buena. La misma. Sin vino. RAFAEL: —C0meré con ustedes, señora. El señor ha tenido esa

bondad. DOLORES: extraordinario! Papá es demasiado bondadoso. (Con una sonrisa torcida.) Ya lo verá usted. Una bondad

21. Pero atgunos ya entran", o Ia espafda. El chiste verbal y los dobles sentidos del discur

so son una de las características dei habla de Benigno, junto a los ya señalados (la crueidad y la grosería). . 22. Traéte cu bordado... Pero te autorizo a ausentarte. La costumbre de la época. de

requerir la presencia de Ia madre o sustituta entre dos fiavenes, queda fuera de lugar para Benígnc. dada la condición de Rafael.

GRrsELDA GAMBARO

LA MALASAHGRE

desbordante como un río... (Borra la sonrisa.) que aho- DOLORES: —P0rque lo eligió mi padre. ga?“ Mamá, te mandaron a buscar tu bordado. Y todavla RAFAEL: —Tambíén at otro. estás acá. ¡Vaya perrito!“ DOLORES: —AI otro lo elegí yo. Sin mostrar demasiado interés, por

MADRE: ' supuesto. Duró quince días. Para mí era un viejo, pero a DOLORES: después venga. pero no habrá peligro. Lo dijo pa- mi padre le parecía buen mozo, sospechaba. (Ríe, áci

pá, (Mirando a Rafaei.) ¡y es cierto! da.) Ho sólo de mí. también de mi madre. MADRE: -(Mirancio a Rafael.) Enseguida vuelvo. Si quieren P RAFAEL: —(Mansamente.) Ho sospechará conmigo.

empezarm (Sata) l DOLORES: —(Lo mira.) Es evidente.

DOLORES: —(Furíosa, ua hacía el gran aparador; abre un cajón. RAFAEL: -Ho me agreda.

Saca cuadernos, libros, una carpeta con dibujos. - DOLORES: No me tomo el trabajo. Usted ya está agredido Arroja todo sobre la mesa.) ¡Acérquese! ' por naturaleza. (Como Rafael ua

a hablar.) ¡H0 me RAFAEL: que tenía otro profesor. Entonces seguire

conteste

! ¿Quiere vino? mos... l RAFAEL: -No. A DOLORES: Tenía otro, ¡con Ia espalda derecha! (Una DOLORES: —¿Cómo va a tornar vino sin permiso? Yo si. (Se sirve y 1 pausa.) Perdóname. Quería decir... que no era seryii. _ ‘alza la copa hacia Rafael. Con una heíada)” Brin— l 5 | Duran: - tamnnrn. ¡(ina pausa.) O si. (Como ella lo mtra, do por usted. Bienvenido a esta casa. (Bebe. Arroia [a co t’ RAFAEL: tampoco. (Una pausa.) O si. (Como ella lo mira, do por usted. Bienvenido a esta casa. (Bebe. ArrQja [a co—

buriona.) H0 hay límites muy claros, señorita. pa contra la pared. Entra [a madre. Mira con sorpresa. DoIi DOLORES: '-Para algunos. (Abre la carpeta. ) Acérquese. Esto es lores, con hipócrita dulzura.) Se me voló la copa, mamá.

: II‘ lo que dibujo. Hada torpe, ¿no? Quería servirle al profesor y se me voló la copa. RAFAEL: -(Mira.) No. Está muy bien. "

g E uu. 1.a l g DOLORES: -Tengo talento. J 1 1 RAFAEL: —Diría que si.

F" I’ DOLORES: Me los hacía mi profesor. A mi me tiemblan las manos. Odio el dibujo. I RAFAEL: -Yo haré que a usted le guste. DOLORES: (Lentamentef) Nadie

hace que me guste nada.

¡Nadie hace gustarme nada! RAFAEL: —Quiero decir... DOLORES: —Le haré salir canas verdes.25

RAFAEL: qué?

23. Una bondad... que ahoga. Dolores desengaña g: Rafael sobre la supuesta bondad de su padre. La comparación bondad/río "que ahoga" alude al poder omnímodo de Benigno. que hasta le permite

hacer concesiones. 24. ¡Vaya perrito! Dolores se caracteriza por la sinceridad y hasta brutalidad de su discursof

Vemos aquí ei desdén con que se dirige a su madre. hasta compararla con un animal.

25. Le haré salir canas verdes. La amenaza de Doiores, cumplida en principio, anticipa el

fina! trágico.

26. Con una furia helada. El oximoron, unión de elementos antltéticos u opuestos,

marca la vehemencia del temperamento de Dolores. La furia —asociada siempre al calor de Ia expresión de un sentimientm, adquiere así una gran tensión por la utilización del recurso poético.

LA MALASANGRE

Rafael y Dolores en el salón.” Están estudiando, con libros y cuadernos sobre la mesa, sentados del mismo‘ lado. Sílencío. Se asoma la madre. Dolores la mira fríamente’.

MADRE: RAFAEL: MADRE: DOLORES:

—(Con una sonrisa incómoda.) ¿Todo bién?

señora. (Va a incorporarse.)

—Ho, no, me voy. Solo quería saber si necesitaban algo. —(Con dulzura venenosa.) No, mamá. Tanta preocu

Hpación me conmueve. Estamos estudiando, ¿(“lo ves?

DOLORES:

RAFAEL: DOLORES: RAFAEL: DOLORES:

RAFAEL: DOLORES:

— Si, si. (Torpe) Estudien. Hasta luego... (Sale) -(La remeda con unasonrisa tórcída.) Estudian... Me duele Ia cabeza. (Silencio de Rafael, los Qios bajos sobre su libro). Se dice: lo siento o se pregunta si duele mucho. Hay que ser cortés. Me duele la cabeza. levantar los ojos, neutro.) ¿Mucho? como para no poder escribir. E"

—Está progresando muy bien. ,

inteligente. (Arrqia el lápiz.) ¡H0 estoy en vena! (Se — oye afuera el ruido de un carro y de las herraduras de los caballos sobre las piedras. Ambos atienden.) Todas las mañanas pasa. Pero por deferencia hacía mi padre, muchas veces no gritan... “melones”?

levantar los ojos.) Sigamos. Si se esfuerza... que no estoy en vena!

27. Rafael y Dolores en ef salón. Entre la primera y la segunda escena, ha transcurrido un

cierto tiempo. no representado en el discurso. Este recurso. el corte temporal. se denomina elipsís.

28. Se oye afuera el ruido... "meiones". Nuevamente, la extraescena invade la acción. El pa

saje del car

r0, y el grito de "melones" alude a Ia actividad de la policía secreta de Rosas,

conocida como La Mazorca. Los “melones" sería un eufemismo referido a las cabezas cortadas de los opofsitores al régimen, que eran dejadas en las Esquinas de las caltes.

RAFAEL;

DOLORES:

RAFAEL:

DOLORES:

RAFAEL: DOLORES:

RAFAEL: DOLORES:

RAFAEL:

DOLORES:

GRISELDA SAMBA RO

—Se añade “or” para el comparativo. Por ejempio, prudenti, mudent¿'or...29

—(Se levanta y lo enfrenta del otro lado de la mesa. Acentúa.) No me importa. Home in-te-re-sa. mirarla.) Su padre ordenó que la mañana estuviese dedicada al latín.

padre es un imbécil! ¡Latín! En una ciudad salvaje. La mejor cabeza es la cortada. El mejor ruido es el silencío.30 Quiere que aprenda latín. ¡Hay que ser imbécil! —(La mira.) Si se niega a estudiar, tendré que decírselo. -Acá son todós cuenteros. Uno más no desbordará el río. (Se asoma el padre. Rápidamente, Dolores toma una hoja, y luego, tanto ella como Rafael, se quedan quietos, como concentrados. El

padre los mira y lanza su risa espasmódíca. Rafael saluda y ua a incorporarse. Con un gesto de la mano, el padre [e indica que no, ríe g se marcha.) -Deberé informarte... por qué no lo hizo? (Lo remeda.) Deberé informarle... ¿Y qué hará mi padre? ¿Me pondrá en penitencia? (Niega, con una sonrisa burlona.) Le rezongará a usted. Para eso le pága.

—S¡éntese por favor. (Dolores lo mira, finalmente se sienta en su lugar) Y el superlativo se forma agregando "ssimus", prudenti, prudentior, prudentíssimus. (Dolores, con ostensible indiferencia, tararea.) Atiénda— me. Me hace el trabajo muy difícil.

-Para eso le pagan. '

29. Se añade “or”..., prudentior... Es significativa le elección del adjetivo y el superlatlvo:

“prudente, prudentlsimo" ¡nmedlatamente después de Ia referencia de Dolores a la violencia política imperante.

30. En una’ ciudad saluaje... es el silencio. Dolores reacciona violentamente ante la lección de Rafael. Mide 1a distancia entre el estudio del latín (una lengua muerta) y la realidad

que la rodea. "La mejor cabeza es la cortada" y "El mejor ruido es el silencio" reprodu- g cen la ideología del régimen rosista desde la perspectiva de Dolores: el discurso del au- A toritarismo y la censura.

RAFAEL:

DOLORES:

RAFAEL: FERMÍN:

DOLORES:

FERMÍN:

DOLORES:

FERMÍN:

RAFAEL: FERMÍN:

LA MALASANGRE

«Me pagan para que le enseñe. No para que se burle de mi.

para que me burle de usted. Eso tranquiliza a mi padre.

(Entra Fermín. Trae una bolsa granate, que mantiene

¡alejada del cuerpo. ) F ERMÍH: DOLORES:

—Permis0, señorita.

Ve [a bolsa, se incorpora con un sobresaito.) ¿Qué traés ahí, Fermín?

—(Con una sonrisa.) ¡Melones! (Mete la mano en la bolsa, [a saca ensangrentada.) —(Pálida.) ¡Lleváte eso! (Se cubre la boca con la mano.) ¡Huele mal! ¿Cómom?

—(Sonríe.) ¡Pasaron y compré! Pensé, a la niña le gustará. (Hurga en la bolsa.)

no! -¡Salga de aquí! - —(Sonríente, pero oscuro.) No me alce la voz, señor. dado. (A Dolores.) Niña, ¿Qué piensa? Fui a hacer las compras al matadero. Y en el camino, pasó el carro. Mire (Saca un melón.) Es un melón. Pura miel. Me dije, la niña se vueive loca por los melones...

-Pero nunca...¡nunca más comí...! (Se rehace.) ¡Qué broma estúpida! ¡Se lo diré a

mi padre! ¡Bruta bestia asquerosa!’

—(Muy contento.) ¡Niña! ¡Si fue su padre! Me dijo andá a divertir a la niña y al jorobado. ¡Estudian mucho! (Ría) ¿No lo quiere?

(Aparta el rostro.) Rafael, sigamos con la iección. ¿Dónde estábamos?

—(Se huele ia mano, se la seca sobre la ropa.) Compré carne podrida. Para darle un susto. ¡Pero fue idea del Señor!

—Está bien Fermín. Dígale gracias. _ —(Por1e el mefón sobre [a mesa, entre los libros.) L0

dejo acá. Se lo pueden comer. (Vengatiua) ¡Le voy a