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1 87 5 - CENTENARIO DE CAMPANA-1975 JORGE P. FUMIERB LOS ORIGENES E C A M PA N A HASTA LA CREACIGM DEL PAHTIDO it APUBLICA N CI.PAL i R. Amadeo vi PANA 1875 En e] eenicnario de la ciudad MUNICIP ALIDAD DE CAMPANA 1975

Fumiere - Origenes de Campana

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Historia de la Ciudad de Campana

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  • 1 8 7 5 - CENTENARIODE CAMPANA-1975

    JORGE P. FUMIERB

    LOS ORIGENESE C A M PA N A

    HASTA LA CREACIGM DEL PAHTIDO

    it

    APUBLICAN CI.PALi" R. Amadeovi PANA

    1875

    En e] eenicnario de la ciudad

    MUNICIPALIDAD DE CAMPANA1975

  • Queda heeho el depositoque previene la ley 11.723

    Impreso en la ArgentinaPrinted in Argentina

    JORGE P. PUM/IfiRE

    -Inmnv. L\L9M~ -

    1

    fcjM^itB^nniwiiMi>iiiitii*yirr if"

    LOS ORIGENESDE CAMPANA

    HASTA LA CREACION DEL PARTIDO

    MUNICIPALIDAD DE CAMPANA19 7 5

    %

  • LA ESTANCIA

    LOS PRIMITIVOS HABITANTES. LA ESTANCIAEN PODER DE LUIS DEL AGUILA

    ^

    1 En las epocas que precedieron al descubrimiento dc Ame-rica, el territorio en que se fund6 mas tarde el pueblo de Caipana estaba ocupado pnr una tribu de indios guaranles.Las poblacioncs de estos prinritivos habitautes de la comarca

    se hallaban a unas venite cuadras aprox^adarne^te del limiteEste de nuestro pueblo, en terrenos que pertenecicron liltima-mente al Ingeniero R6mulo OlaTnendi, y al' pie de las barrancascomprendidas entre las puntas conocldas por de Chevez y Urien.Habian elegido ese lugar, sin duda porque la relativa dis-

    taneia de la costa y la vegetacion exhuberante de sus alrededo-res, permitianles, en cicrto rnodo, gstar a cubierto de los ataquessorpresivos de las tribus vecinas,En ese paraje habian levantado tarnbien cl tumiilo en que

    sepultaban sus muertos y que, descubierto y removido en 1877por los senores Pedro Pico y Estanislao S. Zeballos, permitioconocer algunos aspectos de la vida de esta civilizacion nidi-mentaria.En otra parte de este Erabajo hago referencia a las circuns-

    tancias del hallazgo de este monumento funerario y transerikdlas partes mas interesantes del incorme elevado por dichos se-nores ate Sociedad Cienfifica Argentina bajo cuyos auspiciosse terminaron los trabajos de investigaci6n.

    2. En las inmediaciones de la Canada de la Cruz, las dis-tribution y poblacion de estancias so inicio en 1580, con lafundacion de Buenos Aires, efectuada por don Juan de Garay.Una de las primeras estancias del paraje fue ia quo despue^sse llamo "de Campana",

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  • Los documentos que hemos consultado con respecto al origene historia de esta antigua estancia en que habia de fundarse elpueblo, no nos permiten remontarnos mas alia del afio 1680, enque es adquirida pot el Capitan Luis del Aguila, quien llegca Buenos Aires en 1675 a raiz de la real oideiianza que dispusoreforzar la pequeila guarnicion de esta plaza, en previsi6n deposibles ataques de alguna eseuadra extranjera.^Quien fue y cual ha sido la personalidad de este lejano con-

    vecino? Comencemos por decir que D. Luis del Aguila abrazola carrera de las armas, al igual que la mayor parte de loshidalgos de su tiempo.Era el entonces teniente D. Luis del Aguila, no s6b un mi-

    litar de un valor a toda prueba, sino tambien hombre dotadode un gran sentido practico, fuerte espiritu de empresa y tenazen sus propositos. Unia a ello un alto concepto de si mismo ycierta independencia de criterio, mal avenida con las discipli-nas de su profesion, pero que un complete dominio de. si mismoconseguia disimular a la peifeccion. Era, por lo dem&s, "per-sona cristiana y celosa del servfcio de ambas Majestades".1

    Don Luis del Aguila gozaba en la incipience poblacion deun alto prestigio, merced al cual fue requerido mas de unavez por el Cabildo de la ciudad para prestar servicios de bienpublico.

    tQu& explicaci6n tiene el hecho de que Luis del Aguila, ads-cript a la guarnicion de Buenos Aires, haya adquirido estastierras de Campana, entonces lejanas de ese centra de pobla-cion y, mas que todo, que se haya dedicado a las actividadespecuniarias simultaneamente a las del fuero militar? Podriamosdecirlo con probabiEdades de verosimilitud, si nos detenemos

    a eehar una mirada al panorama de la epoca.Iniciada en 1580 por D. Juan de Garay la repoblacion de

    Buenos Aires con el prop6sito de agrcgar el ultimo eslabon ala cadena de poblaciones que se venian sucediendo desde el

    Istmo de Panama, esta ciudad llevo, durante muchos anos, unavida anemica y hasta miserable.

    El sistema colonial que Espafia habia pueslo en practica en

    America, se caracterizaba por su completa restricci6n en ma-

    3 Acuerdos del extinguido Cabildo de Buenos Aires, publicados por elarchxvo cenehaxi be la naci6n, t. XVI, pagina 176,

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    teria politica, social y economica, sistema moldeado en el cri-terio absolutista con que se gobernaba la Mctropoli.En materia comercial, las limitacioncs eran casi prohibitivas;

    s61o Cadiz y Sevilla tenian autorizacion para comerciar con elNuevo Mundo. Cada scis meses salian las flotas conduciendolas mercancias que los colonos de America necesitaban, mer-cancias que las tierras de aqui no producian y que a los colo-nos les cstaba vedado adquirir en otra parte.Las flotas llegaban solamente hasta Portobelo, en Centro

    America, que era donde se celebraban las operaciones mer-cantiles.

    Alii afluian los comerciantes de toda la America, vendiendoselos cargamentos al doble y hasta quintuple de su precio pri-mitive, y los galeones, cargados con los productos del sueloamericano, especialmente metales ricos, volvian a los puertosde origen.Los efectos vendidos en Portobelo se repartian por todo el

    territorio de America debiendo, los destinados al Rio de laPlata, cruzar por tierra el Istmo, seguir por via maritima alCallao para, de alii, iniciar la larga ruta terrestre que porPotosi y C6rdoba, llegaba a Buenos Aires. Es de imaginarseel enorme recargo de precio que sufrian las mercancias coneste costosisimo y absurdo dcrrotero. Los altos precios a quenecesariamente se cotizaban las mercaderias llegadas de lametr6poli los ponia fuera del alcance de la mayor parte de lapoblacion, que debia arras trar asi, una vida llena de privaeio-nes y de miserias. Las pcticiones elevadas a los reyes de Espariapor el Cabildo para iratar de remediar ese estado de cosas,i'ueron numerosas y vanas.

    Esa situacion perjudieaba por igual a los habitantes de laciudad y a los oficiales de la guarnicion de la plaza que nogozaban, en el orden econdraico, de privilegio alguno. Coloca-dos, como el resto de la poblacion, en esa situacion de estrechez,los oficiales resolvieron dedicarse en las horas libres, a otrasclases de actividades para poder afrontar los altos precios delas mercancias especialmente medicamentos y ropas que leseran necesarios para, ellos y sus familiares. Unos, los que cuen-tan solo con capitales exiguos, se instalan con pequefios comer-cios, generalmente pulperias que les

    _

    resultan productivas por

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  • Alcalde de la Santa Hermandad conjuntamente con el capitanIsidro Antonio de Velazco. Ausente en ese rnes de la ciudad,por encontrarse en su estancia de la Canada de la Cruz, seordena hacerle conocer su nombramiento y se le pide baje a laciudad para tomar posesion del cargo.Un tanto contrariado por ese nombramiento, Luis del Aguila

    hace no obstante, su prcsentaci6n al Cabildo, siete dias des-pues.2 Su investidura de Alcalde de la Santa Hermandad nofue obsticulo para que el mismo Cabildo, a petici6n del capi-tan Antonio Lobo Sarmiento, su sucesor en el abastecimientode carne en ese ano, lo obligase a reconstruir el corral dehacienda corao se habia convenido en el ano anterior.Terminado su mandato de Alcalde al finalizar el ano, Luis

    del Aguila se presento nuevamente al Cabildo para hacer elabasto de carne en 1685 y luego en 1686. En este ano, el Pro-curador del Cabildo elevo una petition solicitando que dichoabasto no se concediese mas, en adelante, a pcrsonas del fueromilitar, pero esa peticion no prosper. Por su parte, el Reyproclam6 el respeto terminante a la jerarqma dentro de la fa-milia militar y prohibe a raiz de ciertos excesos perjudicialesa la disciplina por cedula del 12 de julio del mismo ano, alos oficialcs de la guarnici6n, continual' teniendo tiendas ymantener comcrcio alguno con los soldados. La lectura delpetitorio elevado al Rey por el capitan Nicolas de Torres, al-ferez Antonio Melendez y tres mas en representation de loscatorce companeros que integran 3a ofitialidad pidiendo serevoque esa disposition, permite apreciar el grado de miseria

    2 Se le notifico de "la election que al susodicho se le hizo el dia 1de Alcaldes la Santa Hermandad y enterado dip que acepta el dicho oficioy agradece a este Cabildo la honra y merced que le hace con lo que yocl dicho Pedro de Roxas, Regidor decano, en nombre de este Cabildo ]eentrego al susodicho la vara de la Real Justicia y h recibi juramento porDios nuestro Seuor y una senal de la Cruz segtin forma de dereeho socargo del que prometi6 usar y ejercer bien y fielmente el dicho oficio deAlcalde la Santa Hermandad admim'strando justicia a las partes con todaiguaklad en los casos en que le tocaren y es de su obligation, gnardar ycumplir las leyes, ordennnzas y provisioties de S. M, segun es obligado,y a la conclusion de dicho juramento dijo: si juro y amen, eon lo quecfuedo reeibido". (Acuerdos del exlmguldo Cabildo de Buenos Aires, cit,t. XVI, pagina 181).

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    porque atravesaba esa gente a la que no se pagaba mayor

    emolumento que la asignada a los soldados rasos.

    3. Durante el gobierno de Agustln de Robles, el teniente

    Luis del Aguila tienc una destacada actuaci6n en la prepara-

    tion de la defensa de la ciudad, poniendo en pie de guerra a

    todos los elementos que hablan actuado en la toma de la

    Colonia del Sacramento, permitiendo asf. desbaratar los planes

    de las escuadras francesa y dinamarquesa que tcman el propo-

    sito de apoderarse de las tierras del Rio de la Plata.

    En esas circunstancias, Luis del Aguila fue ascendido al

    grado de capitan.

    El dia 1

  • contar, en la tropa, con una clientela facil y constante, Losotros, los mas afortunados, los que cuentan con mayores capi-tales pero que van mermando dia a dia, se dedican a operacionesde mayor volumen, o compran extensiones de tierra para dedi-cate a las cxplotacioncs pecuniarias con vistas al abasto decame. Es asi como el teniente Luis del Aguila adquiere lasuerte de estancia dc Campana cuya escritura la extiende elaTferez Diego de la Plaza. Se explica que haya adquirido estastierras relativamente lejanas como hemos dioho, por el hechode que, tiempo antes de esa epoea, habia ya en explotacionmas de eincuenta estancias en las cercanias de Buenos Aires,raz6n por la cual, los nuevos adquhentes se veian precisadosa alejarse cada vez de aquel centre de poblacion.Una vez que D. Luis del Aguila tuvo su establecimiento po-

    blado de ganado cimarr6n reeogidc en la campana, se present6a pr'incipios de 1683 ofreciendo al Cabildo hacer el abasto decame a la eiudad durante ese ana, obtenicndo la concesidntras una enconada puja con el capitan Francisco Maciel, el. mis-

    ,

    mo que pOCO despues (1687) fuc nunibrado lugartcniente delGobernador y Capitan General D. Jose Herrera y Sotomayor.Por aquella epoca, no solamente existia la prohibici6n de co-merciar con el exterior, sino que no habia tampoco, dentro dela pequefia poblacion, libertad de comercio ni de industria. ElCabildo limitaba la eantidad de detenninados negocios y fijabalos precios de los articulos de primera necesidad amen de otrosque no lo eran y los cuales no podian venderse a mayor precioque el establecido por la autoridad local. En lo que respectaal abasto de carne, se concedila mediante una especie de lici-tacion, que no podia ser mis rigurosa. Esa licitacion se reno-va.ba anualmente. En las primeras reuniones de cada aiio, dis-poiiia que, por el termino de varios dias, el pregonero de laeiudad llamara de viva voz y a son de tambor, a los intercsadosen la presentacion de precios a los cuales ofredan hacer elabasto. A medida que estos eran recibidos, se hacian conocerpublicamente con el objeto de que fueran mejorados. No obte-nidas nuevas ofertas a pesar de la insistencia del pregon, secitaba a los licitantes mas ventajosos y, con la base de la ofertamas baja, se procedia al remate.Como se v63 los medios para obtener precios minimos, no po-

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    dran ser mas eficaces para la poblacion, ni mas perjuiciales

    para los ganaderos quienes, Uevados de este modo a una com-petencia ruinosa, llegaron hasta abstenerse de toda presentacidn

    obligando a las autoridades a intervenir en forma compulsiva

    para impedir faltara a la poblacion tan indispensable eleniento.

    Poblada la estancia de Campana con hacienda vacuna, el

    teniente Luis del Aguila se dispuso a obtener a toda costa en

    aquel ano de 1683, la concesion para el abasto a la poblacion

    de Buenos Aires que ya estaba a punto de serle otorgada al

    va nombrado capitan Francisco Maciel. En efecto; como aprincipios del mes de abril y durante nueve dias consecutivos,

    se habian dado los pregones de rigor, sin que se prescntaraoferta mas conveniente que la del citado capitan. Es recien al

    finalizar el noveno y ultimo pregon, que se presenta el teniente

    Luis del Aguila y ofrece al Cabildo hacer el abasto a los mismos

    precios que su compel idor, pero, con el aditamento de que

    proveera a titulo gracioso la came necesana para el manteni-

    miento de los treinta esclavos que trabajaban en la construc-cion de la Iglesia Catedral.

    Esta mejora en la oferta, no convenci6 a los miembros delCabildo que reconocieron que "es buena limosna, pero no es

    general para el bien publico". Empecinados en esa competi-

    ci6n, Francisco Maciel no baja los precios ofrecidos, pero pro-mete en cambio reedificar a su costa, cl corral en que se ence-

    rraba la hacienda para la matanza y que se encontraba, a la

    sazon, en estado ruinoso, Nucstro exconvedno, que no ceja

    en su empeno, resuelve bajar los precios y promete igualmente

    hacer la reedificacion que ofrece su competidor. Dispone en-

    tonces el Cablido, en su reunion del 7 de abril sacar la licita-

    cion que ofrece su competidor. Dispone entonc.es el Cablido,

    en su reunion del 7 de abril sacar la licitacion a nueyo pregon

    y remate, y el teniente Luis del Aguila obtiene al fin la con-cesion para el abasto de carne a la eiudad en aquel citado ano.

    Debemos agregar que, al finalizar el mismo, el corral ue dejadopor el teniente del Aguila en el mismo estado ruinoso en quelo habia recibido, no habiendo dado cumplimiento a su promesa

    de reparacion,Al ailo siguiente, 1684, Luis del Aguila es elegido, a propuesta

    del Regidor Capitan Pedro Fernandez de Castro y Velazco,

  • minante de apresar a toda persona de otra ciudad que se en-cuentre en ia carnpana cumpliendo misi6n igual.A partir de esa fecha no tenemos mas noticias del capitan

    Luis del Aguila, Es probable que esa quizas penosa expedici6n,realizada en la epoca menos propicia para sus 60 afios, hayaquebrantado su salud hasta llevarlo al sepulcro.

    Luis del Aguila habia contraido matrinionio con dona Barbarade los Reyes, de cuyo matrimonio nacid un hijo al que se leimpuso el nombre de Juan. Fallecida su esposa, del Aguilacontrae nuevo matrimonio con la joven Teodora Martinez. Viu-da esta al poco tiempo, contrae, a su vez, nnevas nupcias conel capitan Gomez de Saravia.

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    BIBUOTECA PUBUCA MUNICIPALDr. OCTAVIO R AMADEO CAMPANA-

    CAPITULO II

    EL CAPITAN ESTEBAN LOMEZ

    El dia 20 de- octubre de 1731 y ante el escribano Jose deEsquivel, dofia Teodora Martinez de Saravia, viuda del capi-tan Luis del Aguila vende al capitan Esteban Lomez, la parte

    de la estancia que le cupo como heredera de su f'inado esposo

    en la partici6n que se hizo de sus bienes entre ella y don Juandel Aguila, liijo de su finado esposo en el primer matrimonio

    con dofia Barbara de los Reyes. En esa escritura se hace refe-renda a un documento firmado en octubre del ano anteriorrelacionado con la repartition de los bienes pero ese documentono ha aparecido.

    Dias despues el capitan Esteban Lomez se presento al Al-calde de primer voto de la ciudad de Santisima Trinidad ypuerto de Santa Maria de Buenos Aires, solicitando se le d6posesion del terreno que habia comprado a dona Teodora Mar-tinez de Saravia y, tambien, que dicha senora declare si escierta la venta hecha a su favor. El Alcalde de primer votoaccede a su pedido y comisiona para dar posesion del campoa don Francisco de la Camara y al piloto Francisco Sintamantepara el caso de que sea necesaria la medici6n de las tferras,El cornisionado Camara y el piloto Sintamante se trasladarona la Canada de la Cruz y en presencia de la vendedora dieronposesion judicial con citaci6n de vecinos linderos de las tierrasmencionadas, al comprador Esteban Lomez. Los linderos pre-sentes fueron: el capitan don Pedro Martinez y el capit&n Cris-

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  • t6bal Melo. La relacion del piloto Sintamante es muy imper-fecta y puede decirse que no bubo mensura, pues sdlo midioalgunos frentes de los poseedores de la Cana de la Cruz hastallegar a las tierras del capitdn Lomez que dejo sin medir porconsiderarlo innecesario. El 9 de octubre de 1751, don EstebanLomez por ante el escribano don Jose Garardo, extendj6 cartade deudo a favor de don Nicolas del Valle y de don FranciscoAlvarez Campana por la cantidad de cuatro mil quinientosnoventa y dos pesos con siete reales, que dichos Valle y Cam-pana prestaron a Esteban Lomez, quedando este obligado consus. bienes al pago de dicha suma mas los intereses corres-pondientes.

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    CAPITULO III

    DON FRANCISCO ALVAREZ CAMPANA

    1. El 19 de mayo de 1759, clon Esteban Lomez y su hijo elpresbitero Miguel Geroniino Lomez extienden un documentoante testigos por el eual daban cn yenta a don Francisco Al-varez Campana las tierras que poseian en la Canada de laCruz y compradas a doila Teodora Martinez de Saravia conespecificacion del precio que por dielias tierras debian abo-narsele y en pago de la deuda de Lomez a Campana. En estedocumento se dice que se arreglara. el precio de las tierrassegun lo que resulte de la mensura que se debe practicar ydeclarase que la tierra se compone de legua y media de tierrafirme y media de bafiados. El 3 de julio del mismo ano donPedro Jose Birubel en nombre de don Francisco Alvarez Cam-pana pide embargo de la estancia y bienes de don EstebanLomez en virtud de habersele pucsto dificultades en la entregade las tierras que le habian vendido. El embargo fue decretadopor el liceneiado don Francisco Antonio Moreira, del Consefode Su Majestad y Cider de la Real Hacienda, comisionandopara su ejecuci6n al Juez ad hoc don Pedro Garcia Posse. El5 del mismo mes el presbitero Miguel Ger6nimo Lomez, a nom-bre de su padre extiende un nuevo documento a don FranciscoAlvarez Campana allanando las dificultades para la entrega dela estancia y especificando que las tierras deben contarse parasu avaluo del siguiente modo: 6000 varas de frente al RioParana de las Palmas sobre la tierra firme por una legua ymedia de fondo, mas otra suerte de estancia en la Canada de

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  • la Cruz con 4040 varas sobre dicha Canada por 4000 varas defondo, de acuerdo a la memura hecha por el Juez Comisionadoel capitan del Puerto, don Juan Antonio Guerrero y el pilotodon Juan Bautista Ezcurra, A partir de esa echa cornienza aconocerse este lugar por el nombre de "El Rincon de Campana".

    2, jiQuien fue Francisco Alvarez Campana? Un vecino es-pectable de figuracion deseollante en cl Buenos Aires de me-diados del siglo XVIII y que, por acusaciones en que la ernula-cion tuvo influencia preponderante, se le privo de la Hbertaduna vez y se 1c vejo en otra con pretextos tan graves comoinconsistentes.

    (jCuales fueron las causa s que determinaron su prisi6n? Nose conocen en realidad a ciencia cierta. Segun unos se le acus6de conspiracion, pero ello es inexacto. El hombre que leg6 sunombre al pueblo fue un acaudalado comerciante espanol quepuso su fortuna y la grandeza de su coraz6n al servicio de los"humildes y de los necesitados. Fue un amigo de los deshereda-dos y de los nines, y asi como su espiritu filantropico lo llev6a la undaci6n de obras para socorrer al mcnestcroso no trepid6en cnadrarse ante el poder cada vez que un abuso o una injus-ticia manifiesta herla las fibras sensibles de su hombria de bien.

    Alvarez Campana fue un ap6stol y un jnartir. Lo que seescribio respecto a su obra, aporta suficientes elementos de jiu-cio para juzgarla serena y justicieraroente aun cuando no todoha trascendido hasta nosotros. Algunos docurnentos nos banllegado fragmentados y de otxos no puede apreciarse su ver-dadero valor por aparecer incomplelos y sin firma. La contra-dicci6n que emana de algunos de ellos es a veces desconcer-tante y, para poder bacer brillar la luz de la verdad se haeenecesario no perder de vista la parcialklad que evidencian yefectuar prolijas confrontaciones de los dispares elementos dejuicio.

    Dos nebulosas pretenden empanar la limpida trayectoria denuestro hombre, Su prision prime.ro, que va de 1766 a 1771, yuna acusaci6n verbal, pero vehemente y publica que, a lapuerta del asilo que el fundara, le bace poco despues el ca-pellan del mismo doctor Gonzalez Islas. Segun esa acusaci6n,Campana habria consolidado su fortuna con los bienes perte-necientes a las huexfanas de la ciudad.

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    De su encarcelamiento, sabemos que luego de los cinco anosque dur6 el proceso, fue absuelto. Con respecto a la acusacionque le hizo un hombre de los meritos y de las virtudes deldoctor Gonzalez Islas la eonsideranios precipitada y sin fun-damento y sabemos que el acto de la reparation de un malmoral mferido a consecuencia de la misma, le impresiono detal manera que le fue fatal. Cuando nos hallamos en presenciade una persona que se ha earacterizado siempre por sus obrasde bien y vemos caer de pronto sobre la misma una acusacionque afecta substancialmente su personalidad moral, lo mtimode nuestro entendimiento nos dice que nos hallamos, o bienante un. lamentable equivoco o bien ante un ,cmico simulador.No admitimos en estos casos, los terminos medios. Si se es unsimple simulador de la virtud, la notification al malvado dela absolution ansiada ha de llenarle de innienso placer, porqueno ha habido para el, en el fondo, cuestion de conciencia, sinode habilidad. Pero, cuando se es en verdad puro y limpio dealma y el preciado don de la honradez es puesto en tela dejuicio, no es precisamentc placer lo que se experimenta ante lareparaci6n justiciera, sino una honda, una profunda emotionque los corazones sensibles y generosos eomo el de AlvarezCampana, no siempre pueden soportar.Es al doctor Vicente G. Quesacla, eminente jurisconsulto y

    hombre de letras, que con el doctor Miguel Navarro Viola di-ligiera la erudita y prestigiosa publicacidn de historia, literaturay derecho titulada "La Revista de Buenos Aires", a quien enbuena parte debemos el conocimiento documentado, pretiso eimparcial, de la obra de don Francisco Alvarez Campana. Susituaci6n eminente en los circulos periodisticos y literarios defines del siglo pasado y su influencia destacada en los circulossociales y oficiales, le perrnitieron el examen de numerosos do-curnentos de sumo valor hist6rico c ineditos existences en losarchives publicos y especialmente privados como el del doctorMiguel Olaguer Feliu. Esos docurnentos perrnitieron al doctorQuesada reunir y publicar los antecedentes de todas las obrasde caridad y asistencia social del antiguo Buenos Aires.1 La

    1 Los public6 en La Revista de 'Buenos Aires. Eotre otros, citarexnoslos siguierttes trabajos: "Fundaci6n del Colegio de Iluerfanas en BuenosAires, t. II, pagina 178. "Fundacion de los hospilales de hombres y mu-

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  • intervencion que en uno de esos aspectos de la filantropiacupo al seuor Campaija, hace que el doctor Quesada se hayaocupado de el en forma especial perrnitiendonos, a rtuestra vez,exhumar del olvido la personalidad y la obra de ese anLiguOpropietario de estas tierras.Una de esas publicaciones se refiere tambien al doctor Jose

    Gonzalez Islas, capellan de la Iglesia de San Miguel y que esel sacerdote que liizo a Alvarez Campana la acusaci6n verbala que nos hemos referido.

    3. Es a partir del ano 1755, durante la -gobernacion de donJuan de Andonacgui, que los sontimientos generosos de Cam-pana surgen a la consideracion publica y son solicitados parala accion comun. Levantada de la turnba eual riuevo Lazaro araiz de la real aprobaci6n, la Hermandad de la Santa Caridadcreada par el doctor Gonzalez Islas para dar gratuitamentecristiana sepultura a los pobres, soliciLo y obtuvo de AlvarezCanrpana su concurso, designandosele Hermano Mayor de lacofradia. Este filautropo mostrose active y diligente y, graciasa 61, en poco liempo volvio la Hermandad al esplendor de susprimeros dias.

    Buenos Aires no contaba en aquella epoca con estableci-miento alguno en que recoger las ninas que tenian la desgraciade perder sus padres. Es entonces que Alvarez Canrpana "pro-pone a los cofrades reunidos en la capilla de San Miguel el dia21 de setiembre de 1755, la fnndacion del Colegio de Huerfa-nos para cuyo efecto solicitd el correspondiente permiso bajo laexpresa condici6n de reservarse el patronato y titulo de fun-dador, ofreeiendo hacer a su costa el cereado y edificio corres-pondientes". "Los cofrades le otorgaron el permiso pedido ylo felicitaron per su piadoso y crisliano prop6sito". Tres rnesesdespues, el dia 20 de noviembre, el Colegio estaba en condi-ciones de comenzar a prestar servicios.

    jeres en Buenos Aires", id., pagina 332. '"Breve [instruction de ]a funda-ci6n de la Santa Caridad, Colegio de Ninas Huerfanas, Hospital de Po-bres Enfennas do esta ciudad de Buenos Aires", t. XXIII, pagina 136."Casa de Nhlos Expositos-Documeinos ofieiales", id,, pagina 267. "Colegiode lluerfanas-Breve instruction de lo qua ha ocurrido en este Colegio enel ano 1777 que vino el Capellan de Espa&a", id., pagina 294, "El Pres-bitero doctor don Jose Gonzalez-Fragmentos de varios infoiTnes sobre susmeritos y servicios id,, pagina 300.

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    Desde esa epoca es capeilan de la nucva institucion el mismodoctor Gonzalez Islas. Alvarez Campana habia corrido con laconstruccjon del Colegio, recibia las limosnas y administrabalos cortos productos de las labores de las huerfanas.Segun b que afirma el doctor Quesada en su articulo "La

    Fundacion del Colegio dc Huerfanas de Buenos Aires" publi-cado en la revista ya citada, Alvarez Campana prometio a laHermandad, asegurar las rentas del establecimento mediantela compra de "una estancia poblada de ganados".2 La comprade la estancia en que se halla nuestro pueblo se realiza, cornodijimos, en 1759 y ello parece demoslrarnos que estas tierrasfueron adquiridas con tan loable finalidad. No creemos starlejos de la verdad si afirmaramos que las haciendas de Cam-pana proveyeron diariamente al asilo de la carne necesariapara la manutencion de las pupilas, ni ercemos aventurado su-poner, por determinadas circunstancias, que las huerfanas pa-saban, por grupos, la estacion veraniega en este paraje eon*vertido asi en la primera colonia de vacaciones de que se tengaconocimiento. 5

    La Hermandad de la Santa Caridad se habia fundado, comohemos dicho, con el prop6sito de dar cristiana sepultura. a loscadaveres de los desamparados y que hasta entonces eran arro-jados a las orillas o en los grandes baldios de la cindad dondeServian de alimento a las bestias. Como es sabido, los cemen-terios estaban en esa epoca junto a las iglesias, tenian el ca-racter de institucion religiosa y los curas parrocos eran lostinicos que tenian dominio sobre ellos.Do acuerdo a lo que estaba establecido, rsingun cadaver era

    sepultado en esos lugares si no se abonaban los diezmos co-rrespondientes, no siendo la pobreza raz6n de fuerza para ad-mitir excepciones. La obra piadosa emprendida por don AlonsoGonzalez quedo sin efecLo por disposicion del obispo Fray Jos.6de Peralta y a solicitud de los mismos curas parrocos, Los

    2 La Revista de Buenos Aires, t. TT, pagina 186.3 Posteriormente el Colegio de Huerfanas obtuvo del jRey dc Espanft y

    para su sostenimiento, la estancia Las Vacas situada en el Cannelo (R. O.del Uruguay). La Santa Hermandad adquirio una barea para traer deella materiales y provisiones y tambien para la conduction de las nifiasque, por grupos, pasaban alii la esiacioo del estio.

    21

  • nobles sentimientos de Alvarez Campana vuelven a porterse demanifiesto ante la reproduction incesante de ese espectaculo yse decide a aibitrar los niedios a m aleance para ponerle fin.A ese efecto se dirige por nota al Rey de Espafia y en una

    externa exposition lo irnpone de todo Io que aqui oeurre. ElRey se mostro afectadn por estos hechos y e! 29 de abril de1760 expidio la siguiente cedula conminando scriamentc a losparrocos de la ciudad: 'To el Rey, Reverendo en Cristo p. obr.de la Iglesia Catedral de la ciudad de Buenos Aires, de mi con-sejo, Por don Francisco Alvarez Campana, Hermano Mayorde la Cofradia dc la Santa Caridad de esa ciudad se me harepresentado que los curas de esa iglesia en la cual se entierranlos cadaveres de los pobres que se eneuentran on las calles, noquieren darles graciosamente sepnltnra y pretenden se les pagueel entierro con el producto de las limosnas que se recogen, ex-poniendo, asimismo, que sobre el asunto hay instancia pendienteante ese Tribunal Eclesiastico, y que por este moiivo se a-etraenlos devotos de un act tan piadoso, pues dan limosha con eldeterminado animo de que unicamente sirva para sufragio paralos referidos pobres, y no para que se paguen derechos por losentierros que deben hacer de balde los curas; cuya inhuma-nidad, expresa, ha Uegado a tanto, que han dilatado por mu-chos dias el dar sepultura a los cucrpos, por esperar a que sejunte la limosna correspondiente para la satisfaction de susderechos parroquiales, dando lugar a que los coman los cerdosy otros animales, por tenerlos arrojados en lugares muy inmttn-dos. Y para ocurrir a todos estos ctanos, ha suplicado me dignedeclarar, que los curas no deben llevar derechos algunos de laslimosnas que dan los fieles para que se hagan sufragios por lasalmas de los difuntos pobres. Y visto en mi consejo de lasIndias, como tambien la certificaci6n que comprueba lo ree-rido, y teniendo presente lo que dijo mi fiscal, ha tenido porconveniente prevenirles les manifieste la smna cxtraneza que hacausado la poca humanidad, con que olvidados los curas delas obligaciones de su ministerio han diferido dar sepultura alos pobres con tanto escandalo y mal ejemplo, reprehendiendo-les severisirnamente y obligandolcs (como os ruego y encargo)a que los entierren dentro del tiempo que alii se acostumbracon los demas que dejan bienes; y os encargo igualmente que

    22

    cuanto antes evaeueis el plcito que se anuncia estar pendientesobre si los expresados curas deben o no cobrar de las limosnasque se recogen, los mencionados derechos, dando aviso al refe-rido mi consejo de la resolution que tomeis en esta materia".Fechado en Aranjuez a 29 de abril de 1760. Yo el Rey Pormandato etc. Juan Manuel Crespo,A partir de esa fecha los cadaveres de los desheredados de la

    foriuna reciben mas piadosa sepultura pero Alvarez Campanamalquistd para si numerosas voluntades.En 1764 Campana es nuevamente solicitado en el orden civil

    para prestar servicios de bien publico. En efecto: el dia 1$ deenero de ese ano, a] igual que todos los primeros de enero deesa epoca, al son de campanas se reunio el CabUdo para elegirlas autorldades que habian de gobernar la ciudad. A esa reu-nion asistio el Oidor de la Real Audiencia y Auditor de la gentede Guerra don Juan Manuel de Lafjarden en representacion delGobemador y Capit&n General don Pedro de Ceballos en cuyonombre, iuvocando la protection divina y la fidelidad a la me-tropoli, exhorto a los senores eabildantes a hacer los nombra-mientos de las nuevas autoridades en r;crsonas idoneas, habilesy de cristianos procederes, para que asi atiendan al bien de lacausa publica y al servicio de ambas Majestades. En presenciade esta autoridad sc inieia el acto de la election. El nombrede Campana se proniuicia y su designation es impuesta por una-nimidad. Otro de los Regidores propone tambien a Campanapara el alto cargo de Procurador General y una nueva apro-bacion general sanciona la propuesta. Don Francisco AlvarezCampana queda asi electo Regidor y Procurador General dela ciudad de Buenos Aires.* Al cnterarse Campana de los nom-bramientos reeaidos sobre su persona se dirige al Cabildo pornota de cuyo contenido nos enleramos por el acta de la sesi6ndel 3 de enero y que dice asi: . . ."se ley6 un escrito presentadopor don Francisco Alvarez Campana y las certificaciones dedos medicos, la una de don Angel Castelli y la otra de don JuanParan, justificando con elks los males habituales que pasa,los que hace presente a este Cabildo para que se le exoneredel cargo de Regidor, quedandole el de Procurador General, por

    Acuerdos del Extingitido Cabildo de Buenos Aires, cit.. serie III, t.HI,pigina 219.

    23

  • no poder asistir a las fimeiones periodicas a que concurre dichoCabildo; y, enterados los sefiores cabildantes acordaron que,atendiendo a la notoriedad de las indisposieiones que padece yjustifica con los certificados que presenta, y esperando que eleondescender con sus suplicas sera estmruto para que con ma-yor esmero dedique su celo al bien publico como lo establececste Cabildo, se le dispensa del cargo de Regidor en atendona haberse asi consullado con el Excmo. Sefior Gobernador yhaber asentido ello, dejandole solo el de Procurador General,en cuya posesi6n se 1c pondra".

    . . y luego "se mando entrar adon Francisco Alvarez Campana para efeeto de que se rccibadel empleo de Procurador General a que ha sido eleeto, quienhizo el correspondiente juramento segiin costuinbre, en manosdel sefior Alferez Real dou Ger6nimo de Matorras respondiendoa su eumplimiento, "si juro y amen, con lo cual se cerrd esteacuerdo y lo firmarom de que doy fe". Huelgan los corncntariosrespecto al alto concepto de que gozaba Campana nueve afiosdespues de haber fundado cl Colegio de Huerfanas.El celo por el bien publico y su acendrado amor a las causas

    justas que earaeterizaron la vida de Campana, vuelven a po-nerse de manifiesto en el desempeno de su cargo de ProcuradorGeneral. Irnpuesto de las necesidades del vecindario, mandaconslruir puentes y tajamares en algunos puntos de la ciudadpermitiendo

    -por ese medio facilitar las comunicaciones y laexpansion de la zona habitable. Sus obras merecen las felicita-ciones del Cabildo y son tomadas como modelo para la eons-trucci6n de otras sinrilares. Persigue en forma tenaz a los queatentan contra la salud publica y a los comerciantes e indus-triales que explotan a la poblaci6n mediante el uso de pesas ymedidas adulteradas. Se someten a su consideration numerosascuestiones de interes general y en toclas se pronuncia en formaque evidencia su celo y la equidad de su espiritu. Retibio eli-tre otros mandatos del Cabildo y de la Metropoli, el de esti-mar los diczmos pereibidos por los parrocos y pronunciarserespecto al ejido de la Villa de Lujan pero no tuvo durante elano tiempo suficiente para expedirse sobre estas y otras cues-tiones de interes.Un rasgo que evidencia su generosidad, la ausencia completa

    de propositos mezquinos y su absoluto desinteres personal, lo

    24

    hallamos en la renuneia, que hace al final de su mandate, de

    todos aquellos derechos que le correspondian en su caracter de

    Procurador General. En el acta del Cabildo del dia 24 dc di-ciembre de dicho ano, se lee lo siguienle . . ."y en esta estado

    dijo el sefior Procurador General que hatia donation al Ilmo.

    Cabildo de aquellos costos que se acostumbran abonar por las

    instancias y presentaciones que asi por suoftcio, como por los

    encargos del muy Ilmo, Cabildo, le son pretisos practicar y ha

    practicado en su ano, de lo que enterados lc dan las gracias

    los senores, por los beneficios que resultan a esta ciudad, de su

    donation" 5a ,

    -

    Libre de las preocupaeiones que durante el. ano nan absor-

    bido su tiempo,. Alvarez Campana vuelvc, a principios de 1765,

    a sus actividades habituales reparlidas entre la atencion de sus

    intereses privados y la direction del Colegio de Huerfanas de-

    jada a la sazon al cuidado del capellan Gonzalez Islas. Grande

    fue su disgusto al comprobar que al establecimiento que el

    habia fundado se le estaba dando una orientation puramente

    religiosa. Hay que hacer notar que por aquella epoca el clero

    comienza a poner de manifiesto en el desempeno de sus fun-

    ciones un celo excluyente con el proposito de dar el mayor

    brillo posible a la Iglesia. Ya no se guardan en los actos vcli-

    giosos de caracter oficial las consideraciones y preemineneias

    para con las autoridades del orderi civil y se inicia eon olio

    una serie de rcncillas y de conflictos interminables y absurdos.

    Alvarez Campana sostema que la institution que 61 habia fun-

    dado era de caracter laico y en cambio la autoridad eclesiastica

    que se babia posesionado del establecimiento sostenia lo con-

    trario originandose asi un nuevo conflicto que trap como con-

    secuencia que entre Campana y el capellan Gonzalez se des-

    pertara una ojeriza profunda.4. Un dia de 1766 la poblacion de Buenos Aires es sorrpren-

    dida con la nueva de que don Francisco Alvarez Campana ba-

    bia sido arrestado por orden del Rey, segun se decia. Las

    causas de esa disposici6n no se conocen asertivamente pero,

    segun el doctor Quesada se la relacion6 con cierta aficion de-

    cidida al contrabando que se habia despertado en aquella epoca

    s Acuerdcs del extingnklo Cabildo de Buenos Aires, cit, serie III,t-

    III, pagina 219.

    *25

  • y segua an rumorcillo parece que esa fue la causa de su pri-sion en la cual se mezckron las pasiones de los bandos y losrencores de las rencfflas pequefias* No existe en el ArchivoGeneral de la Nation constantia alguna de ese proceso. En unacomunicacion que Campana dirigio posteriormente al Virreydeclara ignorar cuales han sido las causas dc su prision.En 1771 Alvarez Campana fue puesto en libertad y sostuvoque, como hmdador y patrono,le correspondia continuar con la

    direccion del Colegio de Huerfanas.Campana con el decidido apoyo de Vertiz se present6 al

    asilo pero el capellan se resistip a reconocerlo, siendo fete a suvez sostenido por el provisor don Juan Baltazar Maciel quienJe dio orden, bajo pena de censura, de no permitirle la entradaai Lolegio. irabose con ese motivo una acalorada disputa entreambos a la puerta misma del Colegioj enrostrindole a Campanael mal manejo de los bienes de las huerfanas y negandole eltitulo de fundador y de patrono.' En un escrito que tenemos ala vista, el capellan Gonzalez so pregimtaba por tine razonesCampana se consideraba como fundador y con derecho al pa~tronato del Colegio. "No por el fondo -deck- pues el terrenolo compr6 el padre del capellan. No por la construction pues,a mas de que las viviendas en que tuvieron las huerfanas suingreso, el padre capellan las hizo tambien. No por la dotationpues, Jejos de haber asignado alguna, se habi'a apropiado decuanto el capellan le daba". Segun esta ultima afirmaci6n, Cam-pana habna sido un delincucnte vulgar. Pero analicemos cadauna de estas afirmaciones y comprobaremos la inconsistcnciade los cargos.

    Se dice en primer Iugar que Alvarez Campana no compro elterreno. Tenemos cntendido que esto es exacto y no hemos ha-Jlaclo doeumento alguno en que Campana manifieste lo contra-no. Se dijo que Campana no fue el fundador. Para demostrarque lo tue, debemos hacer constar que en el Archivo GeneralHe la Nacion existe, entre los doeumcntos relatives a la Her^maudad de la Santa Caridad, un legajo caratulado "FranciscoAlvarez Campana" que contiene curiosas noticias. Con el objeto

    * La Re&ista de Buenos Aire*, t. V, pagina 358.7 La Revista de Buenos Aires, t V. pSgfcna 359.

    26

    de no despojar a este filantropo de sus meritos, a pesar de que

    el presbitero Gonzalez se los niega en su presentacion al obispo

    Azamor, debemos detallar la nomina de las personas que firman

    el aeuerdo del 21 de setiembre de 1755 y entre los cuales se

    encnentra el mismo doctor Gonzalez Islas y su padre el fun-

    dador de la Hermandad. Fueron los siguientes: Francisco Al-

    varez Campana, Herman Mayor; Jph. Basilio de Corvera, Al-

    calde Antiguo; Jph, Xavier Espinosa, Alcalde Moderno; Fran-

    cisco Ramos, Tesorero; Manuel 1. Pinto, Contador; doctor Jose

    Gonzalez, Capellan Mayor; Vicente de Arzac y Goyenecne,be-

    gundo Secretary Juan Alonso Gonzalez, Procurador; \alentin

    Cabral, Celador; Juan Antonio Giles, Conciliador; Pedro Ochoa

    de Amarita, Conciliador; Rafael de los Reyes y SerranoSecre-

    tario. Una vez que se obtuvo el permiso, se presento el mismo

    Alvarez Campana al Ilustrisimo sefior Obispo don Fray Ca-yetano Marscllano y Agramont solicitando su consentimiento

    para la fundacion, y leemos en la licencia estas palabras . . . y

    teniendo consideration a que el expresado don Francisco Al-

    varez Campana es persona de posibles y que segun la aplica-

    ci6n y santo celo que demuestra, no solo dedicara a estetin

    parte de su caudal, sino que con su eficacia y ejecutivas dili-

    geneias movera los animos de los fieles para la concurrencjahasta ponerla en perfecto estado", le concede el permiso que

    solieita". Las palabras transcriptas revelan no solo que Cam-

    pana era persona acaudalada y a cubierto, en consecuencia, de

    cualquier necesiclad, sino tambien el alto conccpto que merecia

    a los mas encumbrados personajes de la epoca. El gobernadorAndonaegui le otorgo por su parte igual consentimiento.

    El acta del 21 de setiembre de 1755 a que hacemos referen-

    cia mis arriba, es en la que consta la proposition de AlvarezCampana de fundar el Colegio para las huerfanas. No creemosnecesario abundar en otras consideraciones para demostrar la

    legitimidad de su titulo de fundador que el liistoriador Antonio

    Zinny le reconoce tambien ampliamente.5

    Que Campana se apodero de los bienes de las huerfanas yno hizo las construcciones prometidas, ni se ocupo de la ma-

    's Antonio Zbsnv. Historia de los gpbernadom de las prmincias ar-gentinas, edici6n do La Cultwa Argentina, Buenos Aires, 1920, vol. 1,pagina 104. 1 '

    27

  • nutencion de las ndnas? Veamos b que dicen los documentos.En cl acta de la reuni6n que tuvo la Hermandad el dia 25 denoviembre de^ 1781, consta que Campana expuso entre otrascosas que.

    .

    ,"se ha visto en el einpeno de hacer per si solo, el

    costo tanto de la nbra como en los gastos de alimentos, ves-tuarios y todo lo necesario como les consta a los Hermanos y atoda la ciudad"..

    .Haeia esa exposicion para que se le decla-

    rase fundador y patrono del Colegio de Hucrfanas y en aquellaocasion expreso que tenia ademas el prop6sito de fundar unhospital de muj'eres y una casa para ninos expositos. A esapeticion contestaron los Hermanos que "son testigos de cuantoha referido y es todo notorio como lo atestiguan y no habraquien lo niegue". Esa acta esta" firmada por todos los Hermanosy el mismo capellan doctor Jose Gonzalez Islas y su padre elpresbftero don Alonso Gonzalez, circunstancia esta que no sedebe olvidar. El doctor Vicente Quesada en un articulo titulado"Breve Introduction de la Fundacion de la Santa Caridad, Co-legio de Huerfanas, Hospital de Pobres Enfermos dn esta ciu-dad de Buenos Aires"8 hace referenda tarnbien a esa reuni6ny dice: "Desde el ano 1755 a mediados, que fue CampanaHermano Mayor y corrio con la obra de la extensidn del Co-legio, anualmente fue reeleeto y a los seis anos, couvocado aCabildo feconvino a la Hermandad de este modo: que con-tando, desde el primer arlo de su gobierno, que los Hermanosse compromctieron a auxiliar con sus limosnas para de estemodo (por tener parte en la construccidn de la casa) tenerderecho como fundadora la Hermandad al Colegio de Huer-fanos, puesto que ningtmo de los Hermanos le habia auxiliadoni con un medio real, no debian disputarle el derecho de pa-tr6n y fundador y menos ingerirse la Hermandad en el gobiernodel Colegio, pues de pensar lo contrario protestaba desistiendode seguir con 3a construccion en adelante; aunque respondieronlos Hermanos ser verdad que con nada le habkn auxiliadoporque no habian podido y que le daban las gracias por sufervor y celo; pero para que prosiguiese, como tal patr6n yfundador y que la Hermandad con ningun titulo se pensaseintroducir, desde Iuego renunciaba a eualquier derecho quepudiese tener y solo quedarla como auxiliadora del tal Colegio

    9 La Reoista de Buenos Aires, t. XXIII, pajrina 143.

    28

    de Hu6rfanaS". Este es a la letra o ensubstance to que se

    d finio en aquel acuerdo y que,autmizado V

    ^^"d?principales Hermanos, consta en el hbro de

    acta d l Cahlda

    En esa virtud, prosiguid Campana con el empleode Hafflano

    Mayor y el doctor Gonzalez Islas con elgobierno interior de

    kSe

    S

    drio que Campana no proveia a las necesidadesdel Col^ia

    Veamos agaves de las paWs del doctor Quesada la si ua-cion^n que quedaron el capellan Gonzalez y^Rer secuestmdo Campana y no poder en consecuencra

    contmuar

    ;3mia:''A dW caida de Campana, solo con elauxilio del Todopoderoso pudo el capellan no ^bor

    desmayado

    de animo, viendose precisado a sostenerpor s,

    -*^Jgpeso como el de ISO personas scmre sus

    si6n la mas oportuna para que la Hermandadhi:biese auxiliacH

    aTanta misek pues carecian de todo f^J^STS^dia como que diariamente lo preciso

    les^^o^ Ss-

    pero dejaron tan solo con el empeno al capellancomo los *s

    dpulos del Ecdentor cuando su prec1S1on quoomnes rehe*Q

    es

    Pfulgerunt". Pero no por eso hubieron de perecer,V&

    el eapefc con unas criaturas y por bamosanduvo toda la

    oiudad v con las limosnas que recogi6tuvieron para aigunosS mantener y, pa?a que en adelante tuviesen alguna

    SCdesoSpaildo /na de las principales viviendas pusc, elcapellan escuela public* para ninas que, a^ co^lgmensual de 5 jeales que contribuia cada una,

    al fin tuvo aquei

    So la casa" Nada de eso preciso hacer el capellan Gon-zilez mien?as

    a

    Campana estaba en libertad, porque con loque

    recogan .sjn tim queria casar*e

    Kevista de Buenos Aires, t. II, pagma 34b ).

    29

  • enviaba de la estaneia y lo que adquiria en la ciudad, proveiaai sustento diario del establecimiento.

    Si el Colegio se hubiese podido mantener con las labores delas huerfanas, la ayuda de los Hermanos o las contribucionespubhcas la caida de Campana no hubiese afectado mayormentea esa nobilmma institution. Pero heroos visto que no fue asiLa presentaei6n de Alvarez Campana al Colegio despues de

    '

    f excajcelaci6n se debi6 a disposiei6n de Vertiz quien, luegode un debido examen e infonnaci6n3 ordeno se procediera deconformed en la petici6n clevada por Campana y que, entreotras cosas decra:

    . .Ocuniendo para ello a Ja impartial jus-tificaci6n de V. S. para que en consideraci6n del inconcusoaerecho que, coma fundador y patrono me- incumbe, con inhi-bition de otra cua quier persona en la custodia, direction ytutela de dicbo Colegio de Huerfanas, se sirva ampararme enel goce y posesi6n de estas onerosas funciones y ejercicios depi representaei6n, como igualmente en las honorificas e inhe-rentes regahas del referido patronato, ordenando en conformi-dad, que el Teniente del Bey aetualmente Hermano Mayor yel doctor Gonzalez, capellan de dieha Hermandad, se separende cualquiera intervention que pueda ser impedimenta del li-tre uso y ejercicio de los derechos y facultades de mi patronato3'nrmado: Francisco Alvarez Campana.11 En utra parte de lagresentaci6n decla: "Hasta por los arlos de 1166 permitio lattovidencia que logrando mis emulos lanzarme violentamenteel dommio y libre uso de mis bienes, sintiese igualmente )amgente angustia de que se me separase por orden o disposici6nque ignore, de las regalias y anexas facultades a la representa-tion de fundador y patrono, ingiricndose extrafias e indepen-dientes personas en la direction, gobiemo v demas dispositionfces relatiyas a mi peculiar ministerio y representaci6n despo-/andorne de esta suerte de las prerrogativas y funciones priva-nyas de mi patronato". Vicente G. Quesada, que tambien trans-cribe ese pasaje del escrito, dice al respecto: "Hacemos estananscnpcion para probar que no debe tomarse como evidenteto que asevira el doctor Gonzalez, a pesar de su intachablereputacion de virtuoso, porque era emulo de Alvarez Campana".

    J* Alvarez Campana se aparto de la obra del asilo a que11 La Revista de Buenos Aires, l, V, pdgina 359.

    30

    babia dedicado sus bienes y sus mejores entusiasmos. La acu-*aci6n lanzada por el sacerdote Gonzalez Islas habia cundido

    por la ciudad como reguero de polvora y el nombre de Cam-

    pana fue el pasto de las murmuraciones y de los chismes basta

    que, Uegado a oidos del mismo Campana, dolorosamente im-presionado se present6 en queja a las autoridades las que dis-pusieron por sentencia judicial la reparaci6n del mal inferido.

    Pero la comprobaci6n de la malcdicencia fue de todos modosfatal para Campana. "Cierta mafiana nos dice Pastor S. ObU-

    gado- pasando con su sobrino por esa misma iglesia de SanMiguel, desfigurado Alvarez Campana por los sufrimientos, a

    oir alcanzo la rnurrnuraci6n de dos beatas saliendo de comul-

    gar, al no series contestado el saludo por el buen mozo que

    pasaba. Pero has visto nrujer, que tieso se ba puesto el sobrino

    del encarcelado desde que sali6 el to de chirona, purgando

    sus gatuperios? "Quebrantado por la pesadumbre, desde esedfa cay6 en cama el benefactor pues basta en el umbral de la

    iglesia tropezaba con la calumnia". "Cuan cierto es que de la

    cahimnia algo queda! Siempre bay oidos mtts abiertos para el

    mal del pr6jimo que para la justification del inocente. "Otrostres arlos transeurrieron en tramites y apelaciones, engrosando,

    subiendo y creciendo el expediente como una montana. "Lleg6

    la bora de la reparation y, saliendo Campana de nuevo mas

    limpio que patena, al tapar con esta el caliz, dio vuelta el cura

    en la solemne misa del desagravio, dirigiendose a la puerta de

    San Miguel, donde la ofensa se le infiriera y en cuyo propio

    sitio establecia la ley tuviera lugar la rcparaci6n. "Parado frente

    al parroco a la entrada de la iglesia, le rodeaba numeroso grupo

    de vecinos y curiosos : de entre los que, viendo a Campana tandemudado, se escapo mis de una exclamaeion compasiva: "Co-mo lo ban dejado! jpobre hornbre! La calumnia mata! "Ya eleartulario bajaba las antipan-as5 leida la sentencia en que, entreotras cosas imponia al ofensor que, tomando al calumniado de

    la mano, prcsentara al publico como inocente y le pidiera per-

    d6n por la ofensa, declarando tres veces en alta voz que no

    habia tenido raz6n en su dicbo. "A cumplir esta primera parte

    de su reparaci6n dirigi'ase, cuando Campana, todo tremulo yemocionado, retrocedta a la vez que se le aproximaba el ca-

    lumniador. "Los sentimientos y amar^-uras de largos anos ba-

    31

  • bian de tal modo consumido su ffsico que, agotaba toda energiaen la prolongada comprobacion de su inocencia, desfalleciendoel animo y quebrantada su naturaleza toda, al extenderse lamano para satisfacerle, se dcsplomo cooio fulminado por invi-sible conmociom cayendo para sicmpre cl anciano en el mismositio en que se le habia afrentado. "No fue que el bonrado sefiorde Campana llegara a ser convicto de malversaeion de fondos,sino que la ultima justificacion. marehando como suele la jus-ticia, con pie dc plomo, tardo tanto, que llego al fin de susdias! La cafumnia mata y no es este el unico case que recuerdala cr6nica del siglo pasado. Esta toc6 de reehazo a todos losque mas o menos cerca tuvieron partieipacion en tan escabrosoasunto. Hasta el prelado que amenazara al eapelMn de SanMiguel con la excomunion en boga si no prohibia la entrada delColegio a su fundador, inurio a su vez en el destierro el diaantes de fondear en Montevideo el galeon de Indias, cuyo ca|6nde Espafia trafa la real comprobacion de su inocencia.12

    El establecimiento fundado por Campana fue trasladado deledificio levantado por la Hermandad de la Santa Caridad, alIugar dondc hoy se halla, calle Keconquista junto a la iglesiade la Merced. Sobre la puerta del edificio existe una piedrade marmol en que estan esculpidas estas sencillas palabras quetienen para nuestro pueblo un alto valor evocativo: "Colegiode Huerfanas" "La idea realizada por don Francisco AlvarezCampana no se ha pcrdido; fecundizada por la experiencia ybajo la direccion prudente y digna de la Soeiedad de Benefi-cencia, ha dado excelentes frutos. Este Colegio es un plantelen el cual pneden educarse pirofesoras que llevan mas tarde alas escuelas parroquiales la ensenanza moral y religiosa quefonnan el eorazon de esas ninas que seran madres mas tarde."II faut que nous fassions des meres que sachent elever leursenfants".

    Las dos versiones que se han publicado tiempo despues sobreese aspeeto a la vida de Alvarez Campana, con ser dispares ensu esencia, coineiden, no obstante, en su parte final: que alfallecer Campana su cadaver fue envuelto en un cuero de vacay abandonado en las afueras de la ciudad por no habersele po-

    12 Pastor S. Oblihado, Tradiciones y Kectierdos, Serie 7*, BuenosAires 1908, pagina 289.

    32

    dido dar cristiana sepultura en razon de haber pesado sobre ella excomunion de la iglesia a raiz de su queja al Rev. No hemoshallado dato alguno que confirme o niegue este hecho. Sa-bemos que en aquella epoca los cementerios dependian de lasiglesias y que los libros de defunci6n se llevaban en las mismas.San Miguel, que es donde fallecid Campana (vivia este en laesquina opuesta que mira al nordeste) 13 no tenia en aquellaepoca categona de parroquia de modo que las anotaciones co-rrespondientes se hacian en la iglesia de Monserrat o en la deSan Nicolas de Bari. Los libros de la actual Catedral pasarona la de la Merced al elevaise aquella a la jerarqufa de Melropo-litana. Por especial defcrencia dc la Curia Eclesiastica han sidorevisados en estas tres iglesias los libros de la epoca del fallc-cimiento de Alvarez Campana, con resultado negalivo. jSer&verdad que sus despojos han tenido tan ingrato fin?En la iglesia de San Miguel existe una lapida, c'olateral al

    altar mayor entrando hacia la dereeha que dice:

    Hie facetSacerdos et Theologian dr.D.losepli Gonzalez IslaZelo religionis succensus, charitatis soladitatem

    y grotantibus faeminis nosQComiumORFANIS PUELLIS CALEGIUM

    Hoc templum Arcangelo Michaeli dilatum primusIn hac civitate fundavit ac rexit

    Omnibus demum ornatus virlutibus obutAnno Dominii MDCCCI

    Die XVII Ene

    Joachin Belgrano, PatrOno CarissimO.No obstante cstar firmada por el mismo doctor Gonzalez Islas

    el acta en que consta que la iniciativa de la fnndaeion delAsilo corresponde a Campana, no se ha guardado posteriormentepara su memoria, el homenaje de la verdad.

    13 Se deduce no solo de las Actas del extinguhlo Cabildo de BuenosAires, (afio 1764), en que consta que su casa es tomada como pmito dereferencia para determiuar distancias, sino que esa ubicacion se halla tam-bien precisada en el eeoso de la poblacion efectuado en el afio 1778.(Docurnentos para la Historia Argentina, publicada por la Seccion deI Hstoria de la Facultad de Filosofia }' Letras de Buenos Aires, t. XI, pa-gtna 352). Para esa fecha Don Francisco Alvarez Campana Labia falleddo.

    33

  • jiQue Alvarez Campana consolido su fortuna con los fondosde las pobres huerfanas? Esa acusacion se haee al.mismo honi-bre que de su peculio personal habia dispuesto la construceiondel asilo, coffipr la estancia para asegurarle provisiones y ren-tas, y hubiese tarabien fundado hospital para mujeres y casapara ninos exp6sitos, si no se le hubiese menospreciado y per-seguido. No creemos que Campana haya siclo un delineuente,como.no lo fue en su epoca, casi ninguno de los hombres de suclase. {.a probidad en el mancjo de los bienes ajeiios fue unode los timbres de honor de la mayoria de aquellos varones,animados a veces de un fatuo amor a la gloria, por competen-cias banderizas quizas, o por la incurable vanidad humana,pero jamas por un proposito de lucro personal.Tal don Francisco Alvarez Campana, el fflAntropo austere, y

    jiisto que lego su nombre a nisestro pueblo y sobre cuya viday sobre cuya memor-ia, parece haberse cebado hasta la sacie-

    dad, el infortunio y la ingratitud.

    CAFTTULO IV

    EL PRESBITERO CAYETANO ESCOLA

    1, En 1805 la esfancia es adquirida en publica subasta por elpresbitero doctor Cayetano Escola en la ajmoneda judicial quede ejla se hizo a dona Isabel Gil de Campana, extendiendosela correspondiente eserituxa por ante el escriba.no Mariano Gar-cia Eehabure,Nacido el padre Escola probableinenle en el ano 17741 en un

    hogar de opulencias y de halagos al par que profundamentecristiano y ejemplar, manifesto desde pequefio una decidida in-clinaeion al estudio que le fue llevando insensibletnente hacialas especulaciones ttlosoficas y que le determinan luego a abra-zar la carrera eclesiastica. Inscripto en la Real Universidad deSan Felipe, de Santiago de Chile- le fueron entregadas el 2 demayo de 1797, las cartas dimisorias para su ordenaci6n sacer-dotal, al Obispo de Cordoba doctor Angel Mariano Morenoque se hallaba a la sazon en Buenos Aires;1 Doctorado en teo-logia en la citada Real Universidad de San Felipe, de Santiago

    1 Supongo esta feclia porque en esa epoca los sauerdotes se consagra-ban eomo talcs a la edad de 23 affos, salvo dfspensa en algunos casos, deuno o dos anos.

    2 El IS de fnarzo de 1793 se matriculo' en Can6nes y Leyes. El 15 dejvmio del misiuo afio e graduo de Bachiller e'o Teologia y el -26 de fe-bre>^4e 1798 de Bachiljp^.en leyes, (Jose TV-wjio Medina, Los estu-ciiuilX&'forasteros en la '}.B'i Uninerstd.a'd de V. Felipe, de Santiago deChile, on Ilunmnidadas, revista publicada por la Facultad de Huroanida-des y Giencias de k Educad6n de la Universidad de La Plata, La Plata,1928, t. XVII, pagina 58).

    3 ABCHTVO ras i,a curia eclesiastica MKTBOfuuTANA. Corresponden-ce con el R. P. Manuel Juan Sanguinetli.

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  • de Chile, regresa poco despues a la ciudad natal sin que po-damos precisar los templos en que ejercio su sagrado minis-teno por no haber podido hallar la menor referenda. Nos in-clmamos a creer que no ha ejercMo el sacerdocio inmediata-roente despues de su ordenacion. 4

    .

    Sumamente sencillo, pleno de aquella sencillez que caracte-nza los espintus selectos, siente por la vida apacible del hom-bre de campo y por la naturaleza toda, la admiraci6n del filosofoy el amor del artista. No es en las ciudades, no es en las in-quietudes de los grandes nucleos de poblacion sino en el simpleccmracto con la tierra generosa donde, para el padre Escola,esta la alegna y el sentido verdadero de la vida. Radicado enCampana en 1805 como hemos .dicho, dispuso como primeraprovidencia, la construction de la vivienda.No ha de ser como hasta alii, el rancho clasico de nuestras

    pampas, de endebles paredes de adobe y techo de paja que seban de estremccer a impulsos de los: vientos suaves para su-cumbir muy luego a imperios del pampero asolador. Ha de serahora en la Uanura infinita, la expresi6n de un temperarnentonuevo que liable de metodo, de prevision, de sedentarismo. Elpadre Escola ha elegido para levantar la morada, la parte sudde sus dominios para estar Io mas oerca posible de la poblaciondc Capilla del Senor que entonces, lo mismo que Campana.perteneeian al partido dc la Villa de Lujan. Y la casa que surgeaIk es construida con ladrillos, es la primera casa de este ma-terial que se levanta en la comarca.La clase del material empleado, las dimensiones de la vivien-

    da y la distribution de las distintas dependencias, todo ha deser nuevo para los vecinos del lugar. La novedad se traduceen admiration y la admiraci6n en asombro y ese asombro, rnag-nifieado por la fantasia de varias generaciones, ha llegado anuestros dlas saturado de leyenda. El padre Escola adquierepara la exploration de su predio cuarenta eselavos negros 5 ytodos los implementos necesarios para las tareas agiopeouarias.

    * Inform aciones haiadas con pOsterioridaiWen suponex quo st Wic6a la ensenanza superior por la que haWa manifestado vocaci6n. En 1796aparece hacrando oposicion en Dereclio Can6nigo a la catcdra de Senten-eias y en 1798 a k de Dereebos.1^LVf'^ }?lli:cion AW\> y las actas de defunci6n se Kalian en losJitaos de la Cuna Parroqmal de Exaltari6n de la Cm

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    Junto a cada uno dc csos afiosos ombues que alcanzamos a di-Visar desde el camino al Puentc de Romero, tenia su hogaruna familia dc negros cuyos jefes desempeiiaban finalidadesdeterminadas en la exploration del vasto predio.Y cuando todo estuvo construido, cuando ya las actividades

    se desenvolvian en forma segura y normal, el padre Escolagustaba montar a caballo y, perdsendose en direccida al nortevenia a detenerse al borde de la barranca junto al Loreley.Gozabase desde esa altura en la contemplation del ancho

    Parana bordeado de retorcidos ceibos y de la extension infinitade las islas del Delta confundida con cl cielo en la penumbradel horizonte. El panorama que se divisa desde alii es en rea-lidad encantador. Por uno de esos caprichos de la naturaleza,el Rio Parana viene deseribiendo desde lo lejos una ampliacurva y, en el punto preciso en que parecc va a ser besado porla barranca que se acerca, vuelve coquetamente a alejarse conla misma suavidad formando ante la vista del espectador, unextenso lago de lineas perfectas. La belleza del lugar cautivola sensibilidad exquisita del padre Escola que ha de ubicar aquiese complemento indispensable a los espiritus selectos: las plan-tas y las flores. Puedc haccrlo al lado de su morada, mas quiereque junto al color del cielo y al perfume de las flores se escucheel suave murmullo de las aguas. Y al conjuro de esa ansiedadque ha de brindarle la alegria plena del vivir, el padre Escolapuebla de drboles y de flores que el mismo ha de euidar, todala parte del bajo desde el pie de las barrancas hasta las aguasmismas, y desde la bajada de Berutti hasta el sendero que txazo.Un dia sintio Escola preocupado su espiritu por ciertas in-

    quietudes. El Pdncon de San Pedro habia sido asaltado y des-truido por las tropas realistas que nicrodeaban por esos parajeS.Poco despues, la flotilla espanola que conducia de vuelta lastropas que en San Lorenzo habian recibido la dura lecci6n delercador de los Granaderos, venia sembrando la desolacidn entodosjas poblaciones n&s encontraba a su paso sin que Zaratese sdi-vara. Pero Zarate' esta- a un paso y cuando los realistaspasan por Campana, frente al atrayente monte levantado porEscola, los ojos de aquel grupo no lo ven, porque estan ence-guecidos por la humareda que el viento trae desde alii. Es des-puds. la misma escuadra espanola con asiento en Montevideo,

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  • que durante mas de im and ha de continuar inquietando nues-tras costas con sus inccsantes incuisiones en procura de provi-siones. El padre Escola obtiene entonces de don Gervasio Po-sadas, medidas de proteccion para sus bienes, y el 31 de mayode 1814, el Director Supremo expide un decreto por et quecrea el cargo de Guardacosta de Carnpana y nombra para ocu-parlo} a don Mariano Escola, familiar de nuestro ex convecino.

    Para asiento de la guardia, Escola hace levantar un edificioen el preciso lugar en que se halla boy la Subprefectura Ma-ritima y, para el facil acceso al rio hizo rrivelar un sendero que,con el andar del tiempo y ligera modificacion, habia de con-vertirse en nuestra averiida principal. Es pues el padre Escolaa quien se debe la primera manifcstaeion de vida en el erialinculto y deseonocido, en que mis tarde habia de florecer nues-tro pueblb.

    2. La permanencia del presbitero Escola en Campana, nohabia de implicar renunciamicnto a toda otra actividad y 'me-nos arm, indifereneia a las preocupaciones politicas de la epoca.Sus frecuentes viajes a la ciudad y las estadas prolongadas ensu residencia de la Recoleta, no tenian otra finalidad que lade mantenerse al tanto de los acontecimientos que, muy hregode su radicacion en Campana, se inician con las invasiones in-glesas y continuan con los sucesos del ano 10.Escola sigue con viva preocupacion la marcha de los acon-

    tecimientos y esta del lado de aquella falange de patriotas quedieron alma al movimiento emancipador de ese ano, entre loscuales se contaban sus mejores amigos a los que secunda yalienta con sus consejos y entusiasnios. El entonces propietariode estas tierras forma parte de esa legion de religiosos quedesde muy distintos seetores ya sea ostensible o recatadamcnteban de trabajar por la libertad de nuestro pueblo y que tan in-justamente han sido relegados al olvido por muchos de nuestroshistoriadores. El presbitero Escola esta con todo ese clero na-tivo que mas tarde, en ocasion de M declaration de j.-iinde-pendencia, refirma una vez mas la profundidad de sus send-mientos patri6ticos.Es preciso no olvidar, como ocurre con tanta frecuencia, que

    sobre los 29 signatarios del acta de la Independencia Argentina

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    que se supone redacto un monje mas de la mitad de loscongresales, diez y seis, son curas y frailes.En el afio 1820, el padre Escola toma una intervention direeta

    en los acontecimientos polfticos, esta vez cn defensa del prin-cipio federal y en oposicion al unicato que, irnperando en lacapital, pretende subyugar al resto del pais, propendiendo asia que se intensifique la guerra civil que abre al final, las puer-tas a la noche de la tiiania. Cuando el padre Escola intervieneactivamente en politica, lo hace para prcstigiar la election delGral. Alvear a la gobernaci6n de Buenos Aires porque para el,Alvear es la encamacion del federalismo y el federalismo es,en aquellas circunstancias, la unica forma de calmar las pa-siones y conciliar las asplraciones polfticas del momento.Inmediatamente despues del triunfo de la Canada de la Cruz,

    cerca de Campana, que dio a los ejercitos federales el dominiode toda la campana norte de Buenos Aires, desde el Arroyodel Medio hasta las proximidades de la ciudad, el General Al-vear, de acuerdo con Lopez, pidi6 a los Alcaldes pedaneos delos pueblos de esa parte de Buenos Aires, el envio de djputadospara integrar una junta rural con el fin de proccder a la elec-cion de un gobernador intcrino hasta tanto todos los pueblosnombrasen representantes. La mayoria de los pueblos de esaparte de la provincia envian sus diputados y la Junta Rural, quese titula de "Representantes de los Pueblos Iibres de la Cam-pana" se reune en Lujan, Villa a la que el padre Escola repre-senta en esas circunstancias.6 El padre Escola es el alma dela Junta. Es 61 quien con palabra calida y convincente marca ala junta el derrotero a seguir. Para el, Alvear es sin dispntas, elhombre que las circunstancias exigen y dejandose guiar por eseconvencimiento entabla convcrsaciones cntrc los congresales.

    El padre Escola es nombrado secretario de la Junta y enese earacter queda a su cargo la redaction de todas las notas,proclaims y controversias. Alvear queda electo por dicha JuntaGobernador Interino en la sesi6n del de julio y el padreEscola redacta el clia 3, desde Santos Lugares, la famosa pro-

    6 EI partido de Exalfcacion de la Cruz estaba representado por Don< laspar Chac6n (BartolOme Mitbe, ll'tstoria de Belgmno, Buenos Aires,1 887, t IE, pAgfna 489).

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  • clama al pueblo de Buenos Aires cuyo original se halla en 1Archivo General de la Nacion. 7La ciudad no reeonoei6 el nombramiento del general Alvear

    y nombro Gobernador al coronel Dorrego. La situaci6n se re-solvio por las armas y Alvear fue vencido.

    El padre Escola fue hecho prisioncro en San Nicolas el 2 deagosto y remitido a Buenos Aires siendo recluido en el fuertesin forma alguna de juicfo.* Tres meses despucs, la Junta deBuenos Aires deereto su excarcelacion pero disponiendo quecontinuase arrestado dentro de la ciudad, eon probibieion abso-luta de salir a la campana. Escola pone entonces al frente desu estancia de Campana a don Juan Manuel La Sota, que habiaocupado el cargo de Alcalde en San Nicolas, y, a partir de esafecha, el interes por su posesion va decayendo por gravitacionpropia de las circunstancias.

    _

    El presbitero Escola es hombre de altos prestigios en laciudad. Cuando el Cabildo llamo a elecciones para clegir elec-tores de ernpleos consejiles de acuerdo con el bando del 23de novierabre 1821, result6 electo por la pairoquia de SanNicolas de Bari, comenzando a reunirse en la Sala Capitular amediados dc diciembre, con sus colegas don Cornelio Saave-dra, Mariano Andrade, Gregorio Perdricl, Rafael Pereyra Lu-ccna, Mariano Reyna, Francisco Orma, Julian Viola, Tom&sRebollo, Manuel Galup, Francisco Belgrano y Francisco Es-calada, 9 vale decir, todo lo mas conceptuado y distinguido dela sociedad porteria dc entonces.

    El padre Escola no abandona ya la pob'tica y el dia 30 deJulio de 1S24 finna por ante el escribano Jose Maria Jardon,

    7 Expediente perteneciente al archivo general he la nachSn, Divi-sion Gobiemo National, Secci6n Gobiemo, Subdivision Gobiemo, "GuerraCivil, otxos. Sup., Decretos, Cabildos y Alcaldes". Puede verse el facsimilede kjfiltima parte de este mamfiesto con todas sus firmas inclusive la delpresbitero Escola, que figi.ua en ultimo termino, en La anarqtda del ctfio20 en Buenos Aires desda el punio de vista instHucicnal, por RicahqoLevene, Buenos Aires, 1032, pagiha 136.

    * Consta en el acta de la Honorable Junta do Representantes de Bue-nos Aires de fecfei noviernbie 7 de 1820. (archivo general i>l: la na-ciojj, Division Gobiemo Nacional, Subdivision Gobiemo, "Gob. 1S20, Coq-#rcso Nacional").

    0 Acuerdas del Kxtinguido Cabildo de Buenos Aires, cit, Serie IV, t.IX, pagina 552.

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    la escritura de vcnta de su estancia de Campana que pasa apoder de don Jose Julian Arriola y don Mariano Escalada. En1829 el presbitero Escola integraba la Legislatura de BuenosAires conro diputado por la scccion de Pergamino, Guardia deAreco y Arrecifes.En los primeros dias del mes de diciembre de aquel ano

    1829 se reunio la Legislatura de que Escola formaba parte,para tratar una de las cuestiones mas trascendentales en la vidainstitucional dc un pais, la conccsi6n de facultades extraordi-narias a un goberaante que en este caso era don Juan Manuelde Rosas. 1

    Es cierto que la lucha entablada enIre unitarios y federatesamenazaba no tener fin. Es cierto que el pais requeria paz ytranquilidad para el desarrollo organico de sus actividades. Esverdad que solo una mano fuerte y energica seria capaz enaquellas circunstancias de encauzar a todas las voluntades porla senda de la comprension, de la coneordia y de la convenien-cia corniin. Pero no es menos cierto tambien, que para salvarun peHgro se creaba otro de no menor importancia cual era elde otorgar facultades exbraordinarias a un gobernante, lo queimplicaba abandonar la vida, la bacienda y la seguridad de loshabitantes a su criterio personal, a sus intereses politicks y alas maquinaciones de su ambicion,A una buena parte de la poblacion y espeeialmente a la

    mayoria de Ja Legislatura no le interesaba ese peligro. Noquerian que los vencidos quedaran tranquilos ni toleraban quepor el contrario, nolicias sensacionales para aumentar la eon-una politica de coneordia viniese a conciliar los animos de unafamilia ya tan desgarrada por las luchas fratricidas. Esparcen,fusion, maquinan conspiraciones y crean fantasmas que aterran,s61o para fomentar el ambiente propicio al otorgamiento de unpoder absoluto que acabe con la oposici6n por medio delterror. Y es con ese ambiente que el 5 de diciembre se ha dediscutir en la Legislatura aquel proyecto propiciado por donTomas Anchorena. No corresponde a esta obra entrar en deta-il' s sobre las altemativas de aquella discusion historiea. Que-rOmOS solamente consignar que solo el padre Escola y dos otres mas, fueron los unices que tuvieron en aquellas circunstan-cias supremas, el valor beroico de hacer frente al hombre que

    41

  • ho titubeo en mancliar con raudales de sangre las paginas denuestra histona. "Conviene conozeamos esa discusidn

    -dice Bil-bao- porque elk es una leccion provechosa para la actualgeneracicm y las que nos sucedan; una ensefianza que no de-bemos olvidar en la vida de la republics y un homenaje a loshombres de bien que, por lo regular, no recibcn otro premioque el martmo, al desaparecer agobiados por esas mayoriascompactas que se presentan en los congresos a servir de ins-trumentos ciegos a los poderes personales, sin acordarse de sudigmdad de hombre ni de sus deberes de ciudadanos". Unaensenanza que no debemos olvidar y un homenaje a esosbombres de bien Tal lo que nos leg6 y tal lo que debemosaun a! padre Escola.Llegamos al aiio funesto de 1842, en que los excesos de la

    tirania liegan a su apogeo. Una mafiana mientras se oficiabala pnmera misa en San Nicolas de Bari," cuarro mazorquerosse introducen sigilosamente en el templo y se ocultan tras lasanehas columnas. Observan cual es el sacerdote que dice lamisma y cuando tienen la certeza dc que es el padre Escola,se encamman hacia el altar y uno, el que baee de jefe de lapartida, se coloca a su lado y cubriendo con su roio poncho elcaliz que Escola levanta en alto, lanza una carcajada siniestraal par que, con adernan hosco, le invita a continuar el oficio.Toda la hombm de bien, toda la dignidad, toda la integridadaei padre Escola se resume en un hondo suspiro y estallandoen un gesto de snprema indignation, da un violento empeilonai malvado que retrocede tambaleante. El padre Escola levantalos brazos al cield e implorando la proteceidn divina se alejade altar negandose a continuar la misa; los desalmados quitanentonces el poncho y se retiran profiriendo estruendosas car-cajadas no sm antes derribar a rebencazos algunas imagenes desantos porque "se parecfan a Lavalle".

    Escola es desde entonces, objeto de continuas persecucionesy vejamenes. Acusado arbitrariamente de unitario activo esencerrado en los calabozos de la policfa y obligado a contribuir

    1S68.MANVEL BlLBAO> HiStHa

    ^RSaS

    '*' *'

    pisina^ Buenos Akes

    A*. ? ?n 1836 el Pre,sbItero Escola oficiaba en el Santuario de La Villade J-ujan peio poco despues fue trasladado a Buenos Aires.

    42

    al ejercito eon veinte personeros.33 Era esta una pena de la

    habil creacidn de Rosas porque llenaba cumplidamente dos fi-nalidades impoitantes. Una, la de contar con tropas a costa de

    los opositores o simples sospechosos; la otra, la de tener unmotivo para haccr cternas las persecuciones. La persona a la

    que se imponia como pena la entrega de personeios debia estar

    muy lejos de considerar cumplido el castigo con la simple en-trega de los mismos. El castigo involucraba la responsabilidad

    de la permanencia de los mismos en las filas por todo el tiempo

    que se deterrninaba, de tal modo que cn case de desercion, etc.,el castigo estaba en la obligation de contribuir en su rcernplazo,

    con nuevos personeros. Estas supuestas evasiones daba lugar a

    nuevas persecuciones y nuevos excesos, y permitian cjercer

    sobre el sospechado o perseguido, una vigilancia constants Las

    persecuciones y vejamenes de que fue objeto de continuo elpadre Escola por el delito ya enunciado, tenninaron por aca-

    rrearle, ya casi septuagenario, una afeccion cardSaea que no

    habia de tardar en llcvarlo al sepulcro. Cicrto dfa en que tran-

    sitaba por una de las calles de la ciudad, fue brutal e injusta-

    mente golpeado por una patrulla de mazorqueros que avanzaba

    en sentido contrario; oprimida su garganta por toda la rebeldia

    contenida, cayo en el umbral do la puerta de la botica El In-

    dio" expirando momentos despues en brazos del propietano

    de la misma, don J. Burgos quien arrostrando elpeligro que

    entrafiaba socorrer a un "unitario" lo llevo a sus habrtaciones

    prodigando instilmente al noble anciano los mas sohcitos cui-

    dados.13 .,.

    ,

    Asi murio el padre Escola "el hombre de bien que no recibio

    otro premio que el martirio", el que planto el primer arbol. el

    que levanto la primera vivienda y el que trazO el primer ca-

    mino en el lugar hoy ocupado por el pueblo de Campana,

    is De mi aichivo. Correspondencia con uno de los descendientes delos familiares del presWtero Esopla. Eduabdo Gotiebsez, loi cita tainbjen

    en sii libra El ?mal del Tirana, Buenos Aires, 1-398, parina 163. fcn dicliaobra fieura "Ascola" en lugar de "Escola", pero segun afcmaci&n de dicho

    flfBcendienle, sc trata de la misma persona. No debe^sorprender esta ctite-rencia, pnes son rnuchos los casos analogos que podran citarse.

    is Me ha sido referido por el mlsmo descendiente de la familia Escolaquten manifesto haber oido este reklo de labios de sus padres y comenta-

    dos en reuniones de caraeter familiar.

    43

  • CAPITULO V

    MARIANO DE ESGALADA Y JOSE JULIAN AEJRIOLA

    de ^scakda y Jose Julian Amok * En efecto: el dk 4 dearzo de aquel ano se celebro entre k S partes el siguientecontrato de compraventa: "En Buenos Aires, Capital^e Lprovmcua de este aombre en Sud America, boy cuaS de ma zo del ano de graeia Mil ochoeientos veinte /cuatro ante mites^TLTt'^ PtKC de eIIa y ^ Present de lotestigos al hnal denommados, comparecieron de una parte elpresbfero Doctor Don Cayetauo Escola y de feWte^ta!Don Manano de Escalada y don Jo*6 Julian Arnola od7dd v I

    1 m5 n0i ente nabiles para contratar, a aZnesdoy fe conozco y dijeron: Que por cuanto el primed e Mcoinprometido en venta al segundo y tercero una Estancia delle a5clI\ura >

  • rebaja cede en favor tfe los compradores. 5*? Para proceder a laentrega de las dos mil cabezas de ganado vacuno en que sevende y debe quedar poblada la estancia a que se refiere estecompromiso, se contara inraediatamente la totalidad de quecoiisten los cuatro rodeos en que en el dia se balia dividido- elexceso que results de las dos rail rescs lo marcani con unasena particular el Doctor Eseola a fin de que se distinga delas dos mil cabezas vendidas, quedando de cuenta y rfesgo delcomprador la extraction tanto de este ganado como de losdemas objetos que se reserva para el termino perentorio de dosmeses, en irtteligencia que las dos mil cabezas vendidas entra-ran a tasaci6n. So obliga asimismo el Doctor Escola, a hacerdesalojar de su cuenta el puesto de Urien, comprendido enterreno de la Estancia que vende o sus inmediaciones, comotambien la posesfdn denoininada de la Sota. 7? Respecto aque los Senores Escalada y Arriola compran k totalidad de lahacienda, el Doctor Escola les cede en toda m'Opiedad la actiona la marca peculiar a dicho Establecimicnto. &? Diehos com-pradores se obligan solemnemente a pagar al Sefior DoctorEscola lucgo que este les liaya entregado la Estancia y que eliosnayan tornado posesion dc eUa, la cantidad de once mil pesosal contado y el resto del valor segi'm tasaeion (deducidos loscuatro mil pesos de rebaja estipulados por el articulo cuarto deeste instrument) pagadero la rmtad en el termino de un afioy Ja ultima mitad a dos afios con el respective interes de unseis

    :

    por ciento al afio segun el correspondiente prorrateo. S? Io-meditarrrente de Armada esta escrilura por los senores contra-tantes, los compradores entxegaran al vendedor la cantidad dcseis mil pesos a cuenta de los once mil que deben entregarle alcontado; con el bien eotendMo que los compradores quedan conel derecho de mandar a la referida Estancia la persona o pei-sonas que estimen convenient para que se bagan cargo cletodos los ensures que constituyen aquel establcdnuento: confacu tad de que el Doctor Escola pueda habitar la casa con laiamiha e mdividuos que tiene bajo sus auspicios, por el terminode dos meses contados desde el dia de la total entrega de losonce mil pesos que debe rceibir al contado. Y a la inviolabili-dad de este contrato obligan cada uno de los otorgantes, losque pueden sus personas, y todos ellos sus bienes nmebles y

    46

    raices prescntes y futuras, sometiendose, como sinrestnccion

    se someten, a los sefiores Jueces a qulenesel conoenmento de

    este contrato pueda corresponded en cualquier grado o mstan-

    cia por las leyes permitido para que se lo bagan cumphrcomo

    cosa pasada en autoridad de fuzgada y consentida quepor tal

    la reciben: renunciando, como expresamenterenuncmn, todas

    las leyes de su favor inclusa la que prohibe lareminoiacion de

    todas; y firmando. en preseneia de Don Angel Goltin,Don An-

    dres de San Vicente y Don Lino Ferreira de la Cruz,vecmos

    de cuyo conotimiento e idoneidad doy fe -DoctorCayetano

    Escola-Mariano de Escalada-Tose Julian Arriola- Ante p: Jose

    Maria Tardon. Escribano Publico."2. Heehas las tasaciones por los peritos nombrados por

    ei

    Camarista doctor Vilkgas, casi ciuco meses despues deJegaii-

    zado el compromiso de venta, se firma la siguiente escnturacle

    acuerdo a la cual la estancia de Campana pasa definihvainente

    a poder de los senores Escalada y Arriola: En BuenosAires

    Capital de la Provincia del mismo nombre, en Sud America,

    hoy treinta dc julio del afio dc Gracia de Milochocientosvemte

    v cuatro, por ante mi el infrascrito Escribano Publico de eila yen presencia de los testigos al final denominados,

    comparecio

    cl Presbitero Doctor Don Cayetano Escola de estevecindano

    a quien doy fe conozco, y dijt>: Que por este publico instru-mento y cn aquella forma que mas autenticidad y

    vahdez tenga

    en derecho, otorga: que vende y iraspasa en ventaperpetua,

    irrevocable y hereditaria a los senores Don Jose JulianArriola

    y Don Mariano dc Escalada tambien cle este vecindano,sus

    herederos y succsores en el derecho de esta Escntura en cual-

    quiera manera que sea, una Estancia de campo para lanianu-

    tencion y procreo de gunados de su Integrapropiedad situada

    en cl Partido de la Canada de la Cruz sobre el Rio Parana;

    compuesta do diez mil y cuarenta varas de frente lassets mil

    al Parand con nueoe mil de fondo y las cuatro mil ycuaren a

    restantes al cornplemcuto de dicbo frente bacia laCanada c e

    la Cruz con cuatro mil varas de fondo comprend.daentre la

    Cafiada de la Cruz y el Rio Parana por sus costados entrete-

    rrenos de Don Ramon Urien, dc los Martinez, Mercado,Ro-

    driguez, Meigarejo, Albanis o Melos por las suertes prmeipales

    y confinantes con Francisco Zambrano por la partede arnba, la

    47

  • cual Ie correspond* en toda propiedad de que se halla en paci-Ica posesion, por haberla rematadq en publiea subasta en elano pasado de mil ochocientos cinco en ]a almoneda judicialque de ella se le bizo a Dona Isabel Gil Campana segun rc-sulta de la Escritura de venta en esta sazon otorgada a su favorpor el finado Escribano Publico Don Mariano Garcia Echaburuque en fehaciente testimonio dicen los cornpradores ban tenidoa la vista y que el vcncledor se obliga a entregarles luego quellcgue a dicha estancia para en mayor guards de sus derechos,y con cuyo titulo se conforman en prueba de lo cual suscribeneste iustrurnento; bajo del que,, sus dimensiones y limites se Javende garanrida por libre de todo censo, cmpeno, hipoteca es-pecial o general y de cualquiera oh-o gravamen que declara noticnc, por la cantidad de veinte mil nuevccientos trece pesos aque por una parte asciende la tasacion general de las tierras,ganados y edificios que constituyen la referida estancia, dedu-cidos cuatro mil pesos que el otorgante rebaja a los cornprado-res, y cle quinientos que han estipulado por el valor de unacasa edificada por el vendedor en parte del terreno de estaventa y en que babita Don Juan Manuel La Sota y cuyas doscantidades que compone la total de veintiun mil cuatrocientostrece pesos en que se verifica esta venta con todas las entradas,salidas, usos costumbres, derechos, scrvidumbres, montes cul-tivados, incultos, bailados, pastos, potreros, abrevaderos, gana-do lanar, vacuno, caballar, derecho de rnarca que tenia la es-tancia, y demas ensercs que por menor, constan de las respec-tivas tasacioncs de los ramos de albanilcria, carpinteria, herre-ria y de agiicultura practicadas con anuencia de vendedor ycornpradores y consentidas por ellos, incluso todos los edificios,dos mil cabezas de ganado vacuno y todo el lanar y caballar-declara el otorgante haber recibido en esta forma: doce milcuatrocientos diez y ocho pesos que tiene recibidos de manode los cornpradores en dinero efectivo, usual y corriente; cuatromil treinta y ocho pesos cinco y cuartillo reales que deberinseries entregados dentro del termino de un ano; y cuatro milnuevecientos cincuenta y seis al vencimiento de los dos anoscontados ambos plazos desde la fecha en adelante, y con elrespective interes de un seis por ciento al ano a estilo de co-mercio; en cuyos terminos se da por recibido del total valor

    48

    de los veintiun mil cuatrocientos trece pesos y respecto a que

    su recibo no es de presente, renuncia la exception y leyes dela Non Numerata Pecunia y demas que por aquel defecto pu-dieran oponerse a la validez y subsistencea de esta venta. Ensu consecuencia otorga a favor de los cornpradores, la mas efi-

    caz carta de pago y recibo en forma, y se aparta por si y anombre de sus herederos, del derecho de propiedad, posesi6ny dominio que sobre la relacionada estancia en los diversos ar-

    ticulos y ramos que la componen hasta el dia tuvo, que trans-mite integro y sin modification alguna a los cornpradores y sus

    sucesores para que a su virtud ejerzan sobre ella ilimitadamentetodos los actios de la projjiedad que ban adquirido por su dinerolegitimo titulo y justo precio, sobre que renuncia, asi mismo, laley del engano y enorme lesion porque declara no tener en este

    contrato fraude, dob, robo ni engano reclamable y que cual-quiera exceso o demasia que pudiese haber a su favor, los cede

    a los cornpradores con fuerza de donation intervivos cumph-damente insinuada, por todo lo cual y antes de que se le entre-guen los cuatro mil nuevecientos cincuenta y seis pesos cinco ycuartillo reales del segundo y ultimo plazo, se obliga a estar

    por la mensura de los terrenos de la relacionada estancia, a

    cuya seguridad y saneamiento en los terminos descriptos, se

    obliga igualmente asi como a defender a su costa y mention,

    cuantos pleitos se les suscitasen a los cornpradores en contra-

    diction de esta venta, hasta dejarlos en quieta y pacifica po-sesi6n de la estancia a que ella se reficre; devolviendole en

    caso de no podcr sanearla, la cantidad en que ella se ha ve-rificado con mas los costos y costas de la cobranza acreditadospor su simple relation jurada en que difieren, aunque por de-recho otra cosa se requiera, siendo condition final y expresa

    que los cornpradores por el 'derecho de la marca que les txa-

    pasa igualmente en toda propiedad el vendedor, debera en-

    tregarse sin retribuci6n alguna setenta terneros herrados de

    la ultima hierra para cuyo fin les cede el otorgante la demasiade ganado vacuno de toda espetie que exceda a las dos mil

    cabezas estipuladas en este contrato; y en serial de posesi6n

    y efectiva entrega de la preonominada estancia, otorga a favorde los cornpradores esta escritura de lo que consiente se les

    den cuantos testimonies pidan. Y por su parte, los expresados

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  • Don Jose Julian Arriola y Don Mariano dc Escalada, aceptanesta venta en los terminos en que queda relacionada, obli-gandose como se obligan expresamcnte a dar y pagar Bsa yllanamente sin necesidad dc pleito ni aprcmio alguno judicial

    ' al doctor Don Cayetano Escola, la cantidad de ocho mil nue-vecientos noventa y cmco pesos medio real, a los plazos deun ano y dos que van estipulados asi como el respective iflt-teres de un seis por ciento al ano asi como el jjoner en manode dicho doctor Escola al vencimiento de cada termino lacorrespondiente cantidad en moncda de oro o plata usual ycorriente con exclusion de todo papel moneda creado o porcrear que no tenga en el circulo un valor igual a la monedametalica que represent; y que en caso que no lo cumplierense les estreche al pago por la via ejecutiva sin perjuicio deque corra el interes concertado todo el tiempo de la demora;para cuyo efecto renunci