FRANCISCO EN EL SEPULCRO DE SANTIAGO Y LOS OTROS HECHOS DEL AÑO 1214

FRANCISCO SUÁREZ SALGUERO

~ 1 ~

Francisco Suárez Salguero ha compuesto estos escritos esmerándose en ofrecer

la crónica cronológica que el lector podrá aprovechar y disfrutar. Lo ha hecho

valiéndose de cuantas fuentes que ha tenido a mano o por medio de la red in-

formática. Agradece las aportaciones a cuantas personas le documentaron a tra-

vés de cualquier medio, teniendo en cuenta que actúa como editor en el caso de

algún texto conseguido por las vías mencionadas. Y para no causar ningún per-

juicio, ni propio ni ajeno, queda prohibida la reproducción total o parcial de este

libro, así como su tratamiento o transmisión informática, no debiendo utilizarse

ni manipularse su contenido por ningún registro o medio que no sea legal, ni se

reproduzcan indebidamente dichos contenidos, ni por fotografía ni por fotocopia,

etc.

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A MODO DE PRÓLOGO

UNA MISA EN EL SIGLO XIII

Lo que Guillerme Durand (siglo XIII)1 nos ofrece sobre la Liturgia de la Misa en su

obra Rationale divinorum officiorum nos puede sorprender y aprovechar. Es lo que pre-

sentamos en este a modo de prólogo para el año 1214.

El canto grave y triste del Introito abre la ceremonia: expresa la espera de los Pa-

triarcas y los Profetas. El coro de los clérigos representa el coro de los Santos de la

Antigua Ley, que suspiran antes de la venida del Mesías, que ellos, entretanto, no ve-

rán.

El obispo entra, entonces, y aparece como la figura viva de Jesucristo. Su llegada

simboliza el aparecimiento del Salvador, esperado de las naciones.

En las grandes fiestas van delante de él siete antorchas, para recordar que, según la

palabra del Profeta, los siete dones del Espíritu Santo reposan sobre la cabeza del Hijo

de Dios. Él se adelanta bajo un palio triunfal, del cual los cuatro portadores son com-

parados a los cuatro evangelistas.

Dos acólitos caminan a su derecha y a su izquierda y representan a Moisés y Elías,

que aparecieron en el Tabor a los dos lados de Nuestro Señor. Ellos nos enseñan que

Jesús tenía reunidas en Su persona la autoridad de la Ley y la autoridad de los Pro-

fetas.

El obispo se sienta en su trono y permanece en silencio. Parece no desempeñar nin-

gún papel en la primera parte de la ceremonia.

Su actitud transmite una enseñanza: nos recuerda, por su silencio, que los primeros

años de la vida de Nuestro Señor se desenvolvieron en la oscuridad y en el recogi-

miento.

El subdiácono, entretanto, se dirige a la cátedra y, volviéndose a la derecha, lee la

Epístola en voz alta. Entrevemos aquí el primer acto del drama de la Redención.

La lectura de la Epístola es la predicación de San Juan Bautista en el desierto. Él

habla antes que el Salvador haya comenzado a hacer oír Su voz, mas no habla sino a

los judíos.

1 Canonista y escritor litúrgico francés, que llegó a ser obispo de Mende.

~ 4 ~

También el Subdiácono, imagen del Precursor, se vuelve hacia el Norte, que es el

lado de la Antigua Ley. Cuando la lectura termina, él se inclina delante del obispo,

como el Precursor se humilló ante Nuestro Señor.

El canto del Gradual, que se sigue a la lectura de la Epístola, se reporta aún a la mi-

sión de San Juan Bautista: simboliza las exhortaciones a la penitencia que él hizo a los

judíos, a la espera de los nuevos tiempos.

En fin, el Celebrante lee el Evangelio. Momento solemne, porque es aquí que comien-

za la vida pública del Mesías; su palabra se hace oír por primera vez en el mundo. La

lectura del Evangelio es la figura de Su predicación.

El Credo sigue al Evangelio, como la fe sigue al anuncio de la verdad. Los doce ar-

tículos del Credo se reportan a la vocación de los doce Apóstoles.

Cuando el Credo termina, el obispo se levanta y habla al pueblo. Escogiendo ese mo-

mento para instruir a los fieles, la Iglesia quiso recordarles el milagro de Su expansión.

Ella les muestra cómo la verdad, recibida antes solamente por los doce Apóstoles, se

expandió en un instante, en el mundo entero.

Tal es el sentido místico que Guillerme Durand atribuyó a la primera parte de la Misa.

Y nos lleva luego por lo que sigue: como después de una especie de preámbulo en el

que nos introduce, él llega a la Pasión y al Sacrificio de la Cruz. Pero aquí sus comen-

tarios se tornan tan abundantes y su simbolismo tan rico, que es imposible, por medio de

un análisis simple, darnos o hacernos una idea. Es necesario ir al original o convendría

hacerlo. Podemos así entrever algo del genio medieval al respecto de la celebración li-

túrgica de la Misa. Podemos imaginar todo lo que un ceremonial litúrgico contenía de

enseñanzas, de transmisión emocional y de vida para los cristianos del siglo XIII.

El uso tan constante y sorprendente del simbolismo nos llama la atención si no esta-

mos suficientemente familiarizados con la Edad Media o tenemos ideas equivocadas de

la época.

Podemos decir que se equivocaron los benedictinos del siglo XVIII cuando no vieron

en la liturgia medieval sino un simple juego de fantasías individuales.

Sin duda, tales interpretaciones medievales no fueron nunca aceptadas como dogmas.

No obstante, es notable que lo esencial de la liturgia venga a variar poco en la adopción

de símbolos. Por ejemplo, Guillerme Durand, del siglo XIII, atribuyó a la estola el mis-

mo significado que Amalario de Metz en el siglo IX, el significado de la dignidad de

Cristo.2

Pero lo que resulta más interesante en los visto, sobrepasando la explicación en sí, es

el estado de espíritu que tal explicación suponía.

2 Puede leerse a Ivorra, A. (2007): Los sentidos de la liturgia en Amalario de Metz. Bautismo y Euca-

ristía, Toledo, Instituto Teológico San Ildefonso.

~ 5 ~

A través de todas las cosas de este mundo se puede llegar a lo espiritual, se puede in-

tuir y entrever a Dios.

He aquí el verdadero genio de la Edad Media.3

3 Puede leerse a Mâle, E. (1958): L´Art Religieux du XIII Siècle en France. Étude sur l’inconographie du

moyen age et sus ses sources d’inspiration, Paris, Librairie Armand Colin, 51.

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AÑO 1214

~ 8 ~

REINO DE LEÓN

En los primeros momentos de este año 1214, optando por actuar en solitario, se fue

retirando el rey leonés Alfonso IX del pacto y compromisos contraídos con los reinos de

Castilla y Portugal contra los musulmanes (aquel tratado de Coímbra de 1212).

También se sabe que el rey leonés mantiene relaciones amorosas con la portuguesa

Aldonza Martínez de Silva.4

De otra parte, ya en el mes de agosto, podemos destacar del reino de León en este año

1214, la muerte del infante Fernando, hijo de Alfonso IX y de su primera esposa, Teresa

de Portugal.5

El difunto infante, en cuanto primogénito varón, era por derecho propio el heredero

del trono leonés. Ahora debiera sucederle como heredero el otro hijo varón de Alfonso

IX, que también lleva el nombre de Fernando, a la sazón con 13 años de edad,6 pero que

es hijo de su segunda esposa, Berenguela de Castilla, habiendo sido también anulado

este matrimonio, de 1197, como podemos recordar. Pero pasa que Alfonso IX de León

se inclina en su mayor aprecio, también por circunstancias políticas, por sus hijas San-

cha y Dulce, hijas de Teresa, las cuales están muy descontentas en Portugal.7

4 Esta dama de preclaro o distinguido linaje portugués, que tiene un hijo de padre desconocido cuando se

convierte en amante del rey leonés, le dará a Alfonso IX, entre los años 1214-1218, un hijo y dos hijas ile-

gítimos: Rodrigo, Aldonza y Teresa.

Doña Aldonza llegó a León posiblemente en 1191 como acompañante de la entonces infanta Teresa de

Portugal cuando iba a casarse.

5 Este hijo nació en 1192 ó 1193, por lo que murió a la edad de 21 ó 22 años. Su madre, Teresa de Portu-

gal, cuya muerte será en 1250, era prima hermana de su padre. Ambos se casaron, como podemos recor-

dar, en 1191, en la histórica Guimarães, siendo hijos de este matrimonio: Sancha (que acabó monja), el

ahora difunto Fernando y Dulce (acompañante de su madre y monja). El matrimonio entre Alfonso y Te-

resa fue anulado posteriormente por el Papa Celestino III, por razones de parentesco. Entonces Teresa,

dejando a su esposo, regresó a Portugal, retirándose al monasterio de Lorvão.

Se desconoce la fecha de fundación de este monasterio, pero hay noticias de su actividad en el siglo X,

siendo probable que se iniciara su construcción tras la primera conquista de Coímbra (año 878). El primi-

tivo monasterio de San Mamede de Lorvão, de adscripción benedictina, se transfirió a la Orden de Cister

por imposición del rey Sancho I (1185-1211), expulsando a la comunidad masculina de monjes y sustitu-

yéndola por una femenina cisterciense, siendo esto confirmado por el Papa Inocencio III en 1211.

Del primitivo monasterio románico no queda nada. Lo que podemos ver hoy es el resultado de lo allí

realizado durante los siglos XVII-XVIII. Los edificios actuales se enmarcan en el barroco estilo Joanino

(propio del reinado de Juan IV de Portugal), de grandilocuencia expresiva que acabó con casi todo el pa-

trimonio medieval portugués.

El de Lorvão fue el primer monasterio femenino de Portugal. Actualmente es un centro psiquiátrico.

6 Será el futuro San Fernando, el rey Fernando III el Santo, de Castilla (1217-1252) y de León (1230-

1252).

7 Alfonso II de Portugal (1211-1223), por sus reformas, produjo mucho descontento nobiliario. La preo-

cupación llegó a la Santa Sede. El Papa Inocencio III respaldó a los prelados portugueses, que se oponían

~ 9 ~

Después de su defunción, el cadáver del infante Fernando fue llevado a la catedral de

Santiago de Compostela, donde recibió cristiana sepultura, junto a su abuelo el rey Fer-

nando II.8

a las reformas impuestas por su nuevo soberano, y ordenó al arzobispo de Santiago de Compostela, y a

los obispos de Zamora, Astorga, Guarda y Lisboa que, bajo amenazas eclesiásticas, obligasen al monarca

lusitano a respetar el testamento de su difunto padre (Sancho I). Así, las reformas de Alfonso II de Por-

tugal provocaron el descontento de la nobleza portuguesa, la cual pidió la ayuda de Alfonso IX de León.

Varios hermanos de Alfonso II de Portugal, entre ellos los infantes Pedro y Fernando, abandonaron Por-

tugal.

Por su parte, Teresa de Portugal, la reina madre del infante Fernando ahora difunto, solicitó también el

apoyo de su antiguo esposo, Alfonso IX de León, quien invadió el reino de Portugal, en marzo de 1212,

como podemos recordar, acudiendo con un ejército del que formaba parte el infante Pedro de Portugal y

el infante Fernando de León, así como numerosos nobles portugueses que militaban en el bando de las in-

fantas descontentas y sublevadas. Alfonso IX se apoderó de las regiones del Miño y de Trás-os-Montes,

ocupó varias plazas portuguesas y derrotó a los portugueses en la batalla de Valdévez, municipio cercano

a Guimarães, donde se encontraba Alfonso II de Portugal.

8 Y donde también recibirá sepultura en su momento el rey Alfonso IX de León. Los restos del infante

Fernando reposan actualmente en un sepulcro de piedra que se halla en la Capilla de las Reliquias de la

catedral compostelana, una capilla que hace las veces de Panteón Real. Sobre la sepultura del infante Fer-

nando no se halla ninguna inscripción, pero sí una estatua yacente del difunto, representado con aspecto

juvenil.

~ 10 ~

SANTIAGO DE COMPOSTELA

Los franciscanos andan por el mundo recorriendo los caminos y yendo a muchos luga-

res. Francisco de Asís peregrinó y llegó a Santiago de Compostela. Encaminándose des-

de Italia, se embarcaron él y unos compañeros desembarcaron luego en Barcelona, visi-

tando posteriormente Vich. Se dirigieron por el Camino de Santiago pasando por Jaca,9

Rocaforte,10

Burgos, Villasilos,11

Palencia, Sahagún…12

Algunos de los frailes que le

acompañaron hasta Santiago se quedaron aquí formando una fraterna comunidad.13

Con

fray Benincasa de Tuderto mandó también Francisco a unos frailes a organizar casa e

iglesia en La Coruña. Luego marchó Francisco a otros lugares, los conocidos como Ciu-

dad Rodrigo,14

Arévalo,15

Ayllón16

y Huete,17

predicando y dejando también por do-

quier sus características, aunque aún incipientes, comunidades fraternas.

9 Provincia de Huesca.

10

La antigua Sangüesa, en Navarra (se fundó ya aquí una casa franciscana).

11

Cerca de la localidad burgalesa de Castrojeriz, donde hizo que milagrosamente se libraran las viñas de

una plaga de gusanos.

12

Realizando milagros a su paso.

13

Una fraternidad. Se conoce como Convento de San Francisco del Valle de Dios y se fundó en Santiago

de Compostela todavía a comienzos del siglo XIII. Está en el casco viejo de la ciudad. Según la tradición,

este convento lo fundó supuestamente el mismo San Francisco de Asís, peregrino en Santiago de Com-

postela en este año 1214 como estamos relatando.

Se cuenta que San Francisco fue acogido por una familia compostelana regida por un hombre carbonero

que se llamaba Cotolai y que tenía su casa en el lugar compostelano conocido como Monte Pedroso.

San Francisco le encomendó a Cotolai que construyera un monasterio, a lo que el carbonero le replicó

que no tenía recursos para ello. Entonces San Francisco le mostró un tesoro que se encontraba cerca de la

ermita de San Paio do Monte, un tesoro que le permitiría realizar la obra encomendada. Y Val de Deus

(Valle de Dios) era un terreno propiedad del monasterio benedictino de San Martiño Pinario (San Martín

Pinario), cuyos monjes lo cedieron a cambio de una cesta anual de pescado, cesta que real y simbólica-

mente siguió entregándose hasta finales del siglo XVIII.

El convento primitivo se vino abajo a comienzos del siglo XVIII y no quedan de él más que cinco arcos

apuntados que se conservan en el claustro principal y el sepulcro de Cotolai. Estos arcos estaban en la

Sala Capitular en la que Carlos V celebró Cortes en 1520. La reconstrucción, no sin dificultades, que

conllevaba cambiar la orientación de su iglesia, se inició en 1742.

14

Provincia de Salamanca.

15

Provincia de Ávila. Arévalo participó con sus milicias concejiles en la batalla de Las Navas de Tolosa.

16

Provincia de Segovia.

17

Provincia de Cuenca.

~ 11 ~

En Huete vio frustrarse Francisco su intento de pasar a las tierras marroquíes nortea-

fricanas, teniendo que aceptar el reprimido deseo de evangelizar a los mahometanos o

de sufrir el martirio en ese intento. Sufrió en estos momentos una verdadera persecución

de judíos y hubo de refugiarse en un lugar llamado San Miguel del Monte,18

cerca de

una población llamada Alcocer.19

De aquí, viéndose Francisco con salud precaria, deci-

dió retornar a Italia.20

No es cualquier cosa, con todo lo acontecido, que Francisco de Asís haya peregrinado

–y del modo que ha peregrinado– a Santiago de Compostela.21

Esta peregrinación se en-

marca en el contexto del fervor colectivo consiguiente a la victoria de los cristianos en

Las Navas de Tolosa en 1212, dentro de la campaña declarada por el Papa como cru-

zada de Occidente contra la peligrosa amenaza almohade. Y Francisco de Asís, que per-

sigue anunciar el evangelio a los musulmanes, incluso sufriendo martirio, quiso viajar al

Imperio de Miramamolín,22

de modo parecido a como antes planeó embarcarse hacia Si-

ria.23

18

Fue una iglesia que acabó derribada en el siglo XIX y que ya forma parte del más que valioso patrimo-

nio perdido. Probablemente se levantó dicha iglesia entre finales del siglo XII y comienzos del XIII, en la

falda del cerro o colina sobre los restos de la que fuera una pequeña ermita mozárabe con la misma ad-

vocación de San Miguel. Como la mayoría de las iglesias parroquiales y otros edificios medievales de

Guadalajara, la iglesia de San Miguel se levantó siguiendo la tradición constructiva y artística de rai-

gambre islámica, esto es, dentro del denominado estilo mudéjar. Sea como fuere, en 1259 la iglesia estaba

ya perfectamente organizada y financiada (así lo demuestra la documentación de la que se dispone).

Se trataría de una iglesia mudéjar de tres naves cuya cabecera se levantaría unos dos metros sobre el

nivel de la calle, dada la pendiente de la colina sobre la que se asienta, con cabecera provista, probable-

mente, por un único ábside semicircular decorado al exterior con arquillos ciegos. Un pórtico de estilo

románico, planteado quizás ya con la construcción original, rodearía los frentes sur y occidental de la

iglesia. Es de suponer, además, que existiera una torre campanario, quizás a los pies de la iglesia.

19

Provincia de Guadalajara, en la comarca de La Alcarria.

20

Ya en Asís se le unirán algunos nobles y letrados, destacando entre ellos los que serán (frailes): Pací-

fico, Tomás de Celano, Juan Parenti, Alberto y Agnello de Pisa, Elías, etc.

21

Resulta que numerosos lugares con fundaciones tempranas de conventos franciscanos, algunos muy

alejados de toda posible ruta, y tradiciones muy enraizadas aseguran que fueron fundaciones del propio

San Francisco, “il Poverello” de Asís.

Uno de los aspectos de aquel viaje es el itinerario seguido por el santo peregrino, y esto tiene mucho

que ver con las ciudades por las que pasó y en las que fundó. Si entró por el norte y por tierra para seguir

el Camino de Santiago francés, el tradicional e histórico. Si entró por mar desde Génova, en barco hasta

Barcelona. Si lo hizo también por mar a alguno de los puertos del sureste, Cartagena, Alicante o Valencia,

y subiera por este itinerario o camino del sureste… O que entrara por un lado y regresara por otro. Mu-

chas incógnitas y muchas ciudades para un viaje que debió de producirse entre 1213 y 1214, fechas mar-

cadas por dos noticias conocidas que le sitúan en Italia: en la Pascua de 1213 recibe la donación del

Monte Alvernia, y en noviembre de 1215 en que asiste al IV Concilio de Letrán.

22

Resultando ahora circunstancialmente que Al-Nasir ya había muerto (podemos recordarlo del año

1213).

23

Años después veremos a Francisco de Asís dirigirse a Egipto con los mismos propósitos.

~ 12 ~

San Francisco de Asís predicando en la catedral de Ciudad Rodrigo.

Obra del pintor Jerónimo Prieto.

Entre las figuras se encuentro el actual (desde 2011) obispo de Ciudad Rodrigo,

Cecilio Raúl Berzosa Martínez

~ 13 ~

POISSY (REINO DE FRANCIA)

En la cortesana y regia Poissy, situada como en los aledaños de París, nació el 25 de

abril, un niño hijo de Blanca de Castilla, hija de Alfonso VIII y de Leonor Plantagenet.

Blanca es nuera del rey Felipe II Augusto de Francia, estando ella casada con su hijo el

delfín Luis.24

El recién nacido recibe también al bautizarse el nombre de Luis.25

Podemos recordar, de finales del siglo pasado, cómo los reyes Felipe II Augusto de

Francia y Juan I de Inglaterra, acordaron la conveniencia de que el heredero al trono de

Francia, Luis, se casara con una infanta de Castilla. En 1199 llevaron a cabo las nego-

ciaciones los embajadores de ambos reinos, encargándose la ya anciana Leonor de

Aquitania de escoger de entre sus nietas a la requerida infanta. Se desplazó para ello

hasta Castilla, llegándose concretamente a Palencia. Y allí escogió, a la futura reina de

la flor de lis, como ella decía.26

La intención original era llevar como prometida del

príncipe Luis a la entonces hija mayor soltera de los reyes de Castilla, Urraca, pero al

final Leonor escogió a Blanca, su segunda nieta, ya que a su parecer esta infanta enca-

jaría mejor en la corte de Francia. Con apenas 12 años de edad la infanta Blanca se des-

pidió de sus padres y hermanos y emprendió viaje con su abuela hacia Francia y poco

después, el 22 de mayo de 1200, se celebró la boda con el heredero de la corona.

24

Será rey de Francia por breve período de tiempo como Luis VIII entre los años 1223-1226.

25

Primo hermano de nuestro Fernando III el Santo. Será San Luis de Francia, rey Luis IX, sucesor de su

padre, entre los años 1226-1270. De todos modos, Luis no fue el hijo mayor o primogénito de Luis y

Blanca, sino el segundo, ya que el mayor fue Felipe, nacido en 1209. Pero pasó que éste murió en 1218,

por lo que la sucesión al trono pasó a Luis.

26

Supuestamente.

~ 14 ~

REINO DE CASTILLA

Desde el anterior año 1213, en Toledo, estando decidido el arzobispo Rodrigo Jimé-

nez de Rada a proteger la ciudad de un nuevo ataque musulmán, está intentando la cons-

trucción de un castillo que proteja la ruta por la que se accede desde el sur. Se está le-

vantando dicha fortaleza y atalaya en unos acantilados que se erigen sobre el río Mila-

gro.27

Hubo no pocas vicisitudes al respecto. El mismo arzobispo toledano y los defen-

sores del lugar resultaron atacados por no pocos almohades bastante furiosos. Muchos

de esos defensores resultaron muertos y hubo también bastantes heridos. Finalmente tu-

vieron que ser llevados a Toledo (los muertos y los heridos) en las habilitadas carretas.

Era ya avanzada la Cuaresma y próxima la Semana Santa. Se fueron sucediendo sus ce-

lebraciones en Toledo, presidiendo el arzobispo las que a él le correspondieron.

En fecha 3 de junio concedió Alfonso VIII a la Orden de Santiago la localidad cas-

tellana de Alhambra,28

junto con sus términos pedáneos o aledaños. En Alhambra, sobre

las ruinas de un templo romano, comenzó a construirse una iglesia que se dedique al

Apóstol San Bartolomé.29

También cedió el rey castellano a la Orden de Santiago el castillo de Eznavejor o To-

rre de Joray, para repoblar en ese espacio o territorio. Pero fue resultando en la práctica

que la deseada población se fue estableciendo más al sur, en el castillo ahora llamado

Santiago de Montizón, que había sido fortaleza de los musulmanes.30

Pero pasado el verano, a 6 de octubre, lunes, murió el rey Alfonso VIII, a causa de

unas fiebres malamente sintomáticas, encontrándose en Gutierre-Muñoz,31

una aldea de

Arévalo, cuando iba de camino hacia Plasencia a entrevistarse allí con su yerno el rey

Alfonso II de Portugal.

27

Seguramente hubo aquí, en el siglo XI, una atalaya musulmana. En Retuerta del Bullaque, al noroeste

de la provincia de Ciudad Real, en comarca natural e histórica de los Montes de Toledo en sus laderas

hacia el sur.

28

Provincia de Ciudad Real, como todas las poblaciones y lugares que a continuación se mencionan en

este apartado.

29

Tiene planta de cruz latina, de una sola nave, con dos capillas laterales en el crucero. En el exterior de

la iglesia, el aparejo de sus muros está formado por denominadas verdugas y machones de ladrillos, bus-

cando el refuerzo de las esquinas y de la fachada baja con grandes sillares, mostrándose restos de la an-

terior edificación. El interior presenta una bóveda encamonada con lunetos y vanos termales utilizados

como ventanas para iluminar el templo. En excavaciones arqueológicas se descubrió una cripta bajo el

presbiterio o altar mayor.

30

En el siglo XV, este castillo pasará a conocerse con el nombre del maestre santiaguista Rodrigo Man-

rique, pasando la población a llamarse Villamanrique.

31

En la provincia de Ávila, un lugar recorrido por cañada real.

~ 15 ~

Genealogía de los reyes de Castilla y de León de la casa de Borgoña:

los reyes leoneses en verde, los reyes castellanos en rosa

y los reyes castellanos-leoneses en amarillo

~ 16 ~

A Alfonso VIII de Castilla, muerto a la edad de unos avanzados 59 años, se le conoce

también como el de Las Navas o el Noble. Su reinado se prolongó bastante desde que

heredó la corona castellana, durante 46 años, desde 1158.32

Era hijo de Sancho III de

Castilla (muerto en 1158) y Blanca Garcés de Pamplona (muerta en 1156). Como ve-

mos, de parte de padre era descendiente de los reyes provenientes de la Casa de Bor-

goña y del Condado de Barcelona, y de parte de madre era descendiente de los reyes de

Pamplona y del linaje de Don Rodrigo Díaz de Vivar el Cid Campeador.33

Al morir su padre, tenía Alfonso VIII tan sólo 3 años de edad, designándose entonces

como tutor suyo a Gutierre Fernández de Castro y como regente a Manrique Pérez de

Lara. Así se intentó equilibrar en el poder a las muy destacadas familias las Casas de

Castro y de Lara. Sin embargo, como podemos recordar, se originó una sangrienta riva-

lidad entre dichas familias nobiliarias. Los Lara lograron apoderarse del joven trasladán-

dolo a Haza,34

en la zona de su influencia.

Aquella rivalidad nobiliaria (cuando la infancia de Alfonso VIII) derivó en una inu-

sual guerra civil, generando mucha incertidumbre, la misma que aprovecharon los otros

32

Así se relata su muerte por parte el arzobispo de Toledo, Rodrigo Jiménez de Rada, en su obra histó-

rica De rebus Hispaniae: “Habiendo cumplido LIII años en el Reyno el noble Rey Alfonso, llamó al Rey

de Portugal su yerno para verse con él; y habiendo empezado su camino dirigido a Plasencia, última ciu-

dad de su dominio, empezó a enfermar gravemente en cierta aldea de Arévalo que se llama Gutierre Mu-

ñoz, donde últimamente, agravado de una fiebre, terminó la vida y sepultó consigo la gloria de Castilla,

habiéndose confesado antes con el arzobispo Rodrigo, y recibido el sumo Sacramento del Viático, asis-

tiéndole Tello, obispo de Palencia, y Domingo, de Plasencia”.

Alfonso VIII, como también su esposa la reina Leonor, poco después, recibió sepultura en el monasterio

de Santa María la Real de las Huelgas, en Burgos, monasterio cisterciense que, como fuimos contando, él

mismo había fundado.

33

Puede leerse, por ejemplo, la bibliografía que sigue sobre el rey Alfonso VIII de Castilla. González J.

(1960): El reino de Castilla en la época de Alfonso VIII. 3 vol., Madrid, CSIC; Martínez Díez, G.

(2007): Alfonso VIII, rey de Castilla y Toledo (1158-1214), Gijón, Ediciones Trea.

Y apareciendo en la literatura el rey Alfonso VIII de Castilla tenemos:

Lope de Vega (1617): Las paces de los Reyes y Judía de Toledo.

Antonio Mira de Amescua (1625): La desgraciada Raquel.

Luis de Ulloa y Pereira (1650): Alfonso Octavo, rey de Castilla. Príncipe perfecto, detenido en Toledo

por los amores de Hermosa ó Raquel, hebrea muerta por el furor de los vasallos (poema narrativo).

Juan Bautista Diamante (1667): La judía de Toledo.

Pedro Francisco Lanini Sagrado (1675: El rey don Alfonso el Bueno.

Vicente García de la Huerta (1778): Raquel, Tragedia española en tres jornadas (teatro).

Jacques Cazotte (1790): Rachel ou la belle juive. Nouvelle historique espagnole.

Franz Grillparzer (1851): Die Jüdin von Toledo.

Lion Feuchtwanger (1955): Die Jüdin von Toledo.

José Luis Velasco (1990): Fernando el Temerario.

Jesús Sánchez Adalid (2007): El alma de la ciudad.

Gonzalo Giner (2008): El sanador de caballos.

Abraham S. Marrache (2009): La Historia de Fermosa: la amante de Alfonso VIII.

Kristo Šagor (2012): Die Jüdin von Toledo, (drama detrás de Feuchtwanger), estreno 5 de mayo de

2012.

34

Al sur de la actual provincia de Burgos.

~ 17 ~

reinos peninsulares pugnando entre sí y aunados contra Castilla. De este modo, en 1159,

el rey Sancho VI de Navarra (1150-1194) se apoderó de Logroño y de amplias zonas de

La Rioja, mientras que el tío paterno del joven Alfonso, el rey leonés Fernando II, se

apoderó de Burgos.

En 1160, en la batalla de Lobregal,35

los partidarios de la Casa de Lara, capitaneados

por Nuño Pérez de Lara, fueron derrotados por los miembros de la Casa de Castro, di-

rigidos por Fernando Rodríguez de Castro el Castellano.

La proximidad de Fernando II de León, con sus aliados los Castro, al lugar donde los

Lara custodiaban a Alfonso VIII hizo que éstos lo trasladaran a Soria, permaneciendo en

esta ciudad hasta 1162, cuando los Lara, acosados por el rey Fernando, que conquistó

Segovia y Toledo, decidieron entregarle al niño rey. Pero aquello, como podemos re-

cordar, lo impidió la intervención de un hidalgo sacando al jovencito del palacio real y

poniéndolo a buen recaudo, bajo la custodia de villas castellanas leales en territorios del

norte peninsular. Dicha custodia se fue efectuando en diversos lugares: primero en el

castillo de San Esteban de Gormaz36

y después en Atienza37

y en Ávila.38

En 1170 alcanzaba el joven Alfonso su mayoría de edad oficial, siendo entonces

cuando fue proclamado rey de Castilla con solemnidad, para lo cual se convocaron unas

Cortes a propósito en Burgos, hecho lo cual se concertó su matrimonio con la joven

Leonor de Plantagenet, hija del rey Enrique II de Inglaterra (muerto en 1189) y de

Leonor de Aquitania (muerta en 1204), aportando la novia como dote el condado de

Gascuña.39

La boda real se celebró luego en Tarazona (septiembre de 1170), teniendo el

novio 14 años de edad y la novia 10.

35

Cerca de Villabrágima (Valladolid).

36

Provincia de Soria.

37

Provincia de Guadalajara.

38

Ávila ostenta desde entonces el título honorífico de Ávila del Rey o Ávila de los Leales, por la defensa

del joven monarca que hizo la ciudad. A su vez, desde la estancia del joven rey en Atienza, se celebra

aquí la popular fiesta denominada La Caballada, que se desarrolla en el domingo de Pentecostés. Se si-

mula de algún modo lo que en 1162 pasó allí, cuando unos arrieros, con el rey niño disfrazado como si se

tratara de un arriero más, simulando ir de romería, sacaran a Alfonso desapercibidamente de la localidad,

llevándose al niño primero a Segovia y luego a Ávila.

39

El condado de Gascuña (o Guasconia) fue una entidad feudal característica de la Alta Edad Media

creada por Carlomagno en Aquitania en el año 781. Ludovico Pío (muerto en el año 840), hijo de Car-

lomagno (muerto en el año 814), recibió de éste, como podemos recordar, el condado de Gascuña, for-

mado sobre la base del ducado de Vasconia. Luduvico se adaptó rápidamente a las costumbres de los

uuasconum o vascones, habitantes de aquel territorio. Pasó que en el año 785, cuando Ludovico fue lla-

mado por Carlomagno a la germana Corte de Paderborn, se presentó a la usanza vascona, acompañado de

otros jóvenes de su misma edad vistiendo un traje que se componía de una túnica exterior redonda, ca-

misa de mangas sueltas, calzones largos, calzas con espuelas y una lanza arrojadiza en la mano.

El condado de Gascuña se organizó en torno a la ciudad ahora francesa de Bayona y el valle del río

Adur, manteniendo la tradicional estrecha relación cultural con los territorios del conocido como País

Vasco Francés y de la vertiente hispana de los Pirineos.

~ 18 ~

Lo primero que cuajaba en la mente y en la intención del joven monarca, cierto que

debidamente asesorado, era poder recuperar los territorios perdidos durante los difíciles

años de su minoría de edad, sin que aún fuera del todo un hombre ni estuviera en toda

su madurez. Para lograr sus objetivos se alió antes que nada con Alfonso II de Aragón.

Así, Alfonso VIII de Castilla y Alfonso II de Aragón atacaron a Sancho VI de Navarra

en 1173, logrando arrebatarle los territorios que el navarro había tomado al castellano

cuando éste era menor. Tras esto, reforzó el rey de Castilla su alianza con Alfonso II de

Aragón al concertar el matrimonio de éste con Sancha de Castilla, tía del rey castellano,

hermanastra de su padre Sancho III de Castilla.

Presionado por los ataques almohades, Alfonso VIII se vio obligado desde 1174 a ce-

der algunos territorios que eran de realengo a la Órdenes Militares, para que dichos te-

rritorios estuvieran mejor protegidos y no los arrebataran los moros. Así pasó con las

villas de Maqueda40

y Zorita de los Canes,41

cedidas a la Orden de Calatrava, o la villa

de Uclés,42

cedida a la Orden de Santiago. Precisamente en Uclés se estableció la Orden

Esta región sufrió muchos asaltos vikingos. Aunque los registros históricos en la región del Adur son

escasos desde que se establecieron allí sus pobladores y en los siguientes 150 años, en el año 886 se men-

ciona al rey García Sánchez II de Pamplona con el título de comes et marchio en limitibus Oceani. Algu-

nos asaltos escandinavos son atestiguados durante este período. En especial asaltos aguas arriba de las

orillas del Adur, destruyendo también monasterios. Tras esos episodios, no se habló ya de asaltos nórdi-

cos o escandinavos. Lo cierto es que algunos de los escandinavos se establecieron en la desembocadura

del Adur, cerca de Bayona, como en otras zonas costeras, hasta que, según se iba formando políticamente

este territorio, fueron definitivamente derrotados por el conde (o duque) Guillermo II Sánchez de Gascuña

en el año 982.

En el siglo XI fue desapareciendo el condado de Gascuña, reduciéndose a entidad histórica. El conde

Galindo II Aznárez de Aragón (893-922) contrajo matrimonio con Acibella, hermana del conde Gassia

Sans. El hijo de éste, Guillermo Sánchez de Gascuña, se unió en matrimonio con Urraca Garcés, hija del

rey de Pamplona García Sánchez I (925-970), de cuyo matrimonio nació Sancho Guillermo de Gascuña.

Sancho Guillermo era el segundo hijo, y fue enviado a la corte de Nájera para que fuese educado. Pero el

primogénito, Bernardo Guillermo, murió asesinado el 25 de diciembre de 1009 y Sancho Guillermo fue el

que heredó el condado de Gascuña y el condado de Burdeos, que su padre Guillermo Sánchez había in-

corporado a Gascuña en 977-978. De su época en Nájera, Sancho Guillermo había fraguado una grandí-

sima amistad con Sancho III el Mayor (1004-1035), lo que llevó a que ambos monarcas estuviesen siem-

pre unidos con muy buenas relaciones.

En 1020, el condado de Lapurdi y Bayona surgieron por primera vez en la misma zona como conse-

cuencia de un tratado entre Pamplona y Gascuña, un tratado que fue motivado por el apoyo del rey pam-

plonés al conde de Gascuña en sus enfrentamientos con el conde de Toulouse.

El 4 de octubre de 1032 falleció Sancho García sin descendientes varones, y el rey de Pamplona intentó

hacerse con el gobierno de Gascuña. Pero fue Eudes, hijo de Guillermo el Grande, duque de Aquitania y

conde de Poitiers, quien recibió el condado en 1033. En el año 1063 se produjo la fusión del condado con

el ducado de Aquitania, reunidos por Guillermo VIII de Aquitania.

Posteriormente, el enlace matrimonial de Leonor de Aquitania con Enrique Plantagenet (Enrique II de

Inglaterra) permitió la transferencia del condado y el territorio ducal de Aquitania con dependencia feudal

vasalla de los reyes de Inglaterra.

40

Provincia de Toledo.

41

Provincia de Guadalajara.

42

Provincia de Cuenca.

~ 19 ~

de Santiago como sede principal, tras las dificultades de estos caballeros en otros luga-

res, por ejemplo en Cáceres, donde se fundaron pero cayó muy reforzada en manos de

los almohades. Precisamente desde Uclés inició Alfonso VIII una ofensiva contra los

musulmanes que culminó en la reconquista de Cuenca en el año 1177, el 21 de sep-

tiembre.43

En lo cultural destacó Alfonso VIII por ser el fundador del Studium Generale de Pa-

lencia.44

Y su Corte regia fue siempre una demostración de cultura, desenvolviéndose en

ella muchos trovadores y sabios, atraídos especialmente por la reina consorte, la inglesa

y gascona Leonor.

En 1179, el 29 de marzo, firmó Alfonso VIII con su aliado el rey Alfonso II de Ara-

gón, en Soria, el Tratado de Cazola, por el cual ambos monarcas se reparten sobre el

papel, ya que no tuvo resultados reales, los territorios del reino navarro, además de fijar

en él las zonas de reconquista a los musulmanes que cada monarca puede emprender

variando el hasta entonces vigente Tratado de Tudilén que habían firmado Alfonso VII

de León (el Emperador) y Ramón Berenguer IV de Barcelona.45

El 12 de enero de 1180, se encontraba Alfonso VIII en Carrión de los Condes fir-

mando aquel Fuero de Villasila y Villamelendro tras la petición efectuada por los clé-

rigos sobre dichas villas.

Tras fundar Plasencia en 1186, y con intención de unificar a la nobleza castellana, Al-

fonso VIII relanzó la reconquista, que es recuperar las tierras hispanas de manos musul-

manas o dispersas de varias maneras. Ciertamente se propuso Alfonso VIII engrandecer

Castilla. Así, recuperó parte de La Rioja que estaba en manos de los navarros y reinte-

gró ese territorio en su reino. Estableció una alianza convencida de todos los reinos pe-

43

Día de San Mateo, por lo que desde entonces se celebra mucho esta fiesta en Cuenca.

44

Que está en el origen de la creación de las Universidades. Hay que tener en cuenta que el Studium

Generale de Palencia decayó tras la muerte de este monarca.

45

Se adjudica en el Tratado de Cazola a la Corona de Aragón la conquista de las plazas y términos de Já-

tiva, Denia y Biar hasta Calpe y en dirección a Valencia. Para Castilla quedaba la tierra situada al otro la-

do del castillo de Biar. Además de repartir, una vez más, el reino de Navarra, como ya se había realizado

por dos veces en Carrión de los Condes (Tratado de Carrión de 1137 y de 1140), en el Tratado de Tudilén

(1151), lugar que está actualmente despoblado y cercano a Fitero (Navarra), en el Tratado de Lérida

(1157) y en el Tratado de Cuenca (1174 y 1177).

Comparando el Tratado de Cazola con el de Tudilén queda claro que Aragón perdía el derecho a ane-

xionarse el reino de Murcia (como habrá de reiterar el Tratado de Alcaraz, de 1243) y parece quedar per-

judicado Aragón en este nuevo pacto. Así quedó estipulado con las menciones de que los acuerdos se fir-

maban a perpetuidad y vinculaban a los sucesores de unos y otros; y se reforzaban con una cláusula: Que

ninguno de los dos quite o disminuya al otro algo de la parte a cada uno asignada, ni de otro modo uno

de los dos maquine astutamente algún obstáculo contra la ya dicha división.

Se incumpliría este tratado al conquistar Jaime I las ciudades de Villena y Sax (ambas en la provincia

de Alicante) y al pretender Játiva el infante castellano, lo que provocará, como veremos, la firma del

Tratado de Almizra en 1244.

Pasaba, pues que por el Tratado de Cazola el reino de Murcia, cuya conquista correspondía a Aragón,

pasaba a Castilla y a cambio de ello el rey Alfonso II de Aragón se veía libre del vasallaje que debía ren-

dir a Alfonso VIII de Castilla.

~ 20 ~

ninsulares cristianos (de Portugal, León, Navarra y Aragón con Castilla) para arrebatarle

a los almohades las tierras dominadas por ellos.

En 1188 se reunió Alfonso VIII en Carrión de los Condes con su primo Alfonso IX de

León, cuando éste acababa de suceder a su padre Fernando II como rey. Ambos monar-

cas firmaron un pacto de buena voluntad, si bien lo rompió pronto Alfonso VIII, apro-

vechándose de la debilidad política de su primo. El castellano fue a invadir el reino leo-

nés y se quedó con varias poblaciones del mismo, destacando entre ellas Valencia de

Don Juan46

y Valderas.47

Las hostilidades entre los reinos de Castilla y León se prolon-

garon hasta el 20 de abril de 1194, cuando se puso fin al enquistado conflicto con la

firma del Tratado de Tordehumos, por el cual se comprometía el rey castellano a de-

volverle al leonés los territorios que le había conquistado, mientras el monarca leonés se

comprometía a contraer matrimonio con Berenguela de Castilla, hija de Alfonso VIII,

firmando también el rey leonés que, si moría si descendencia, el reino de León pasaría a

ser anexionado por el de Castilla.

El acuerdo con el reino de León permitió al rey Alfonso VIII romper la tregua que

mantenía con los almohades desde 1190, iniciando así incursiones en sus territorios an-

dalusíes. Las tropas castellanas llegaron entonces en campaña casi hasta Sevilla, estando

muy unido al rey Alfonso VIII el muy guerrero arzobispo de Toledo Martín López de

Pisuerga (muerto en 1208).

El califa almohade Abu Yaqub Yusuf al-Mansur (1184-1199),48

que se encontraba en

el norte de África, cruzó a la Península por el estrecho de Gibraltar, desembarcando en

Tarifa al frente de un poderoso ejército con el que arremetía hacia tierras castellanas.

Alfonso VIII fue enterado de esto y reaccionó reuniendo a su ejército en Toledo, y aun-

que consiguió ser apoyado por los reinos cristianos de León, Navarra y Aragón para ha-

cer frente a la amenaza almohade, no esperó que llegaran las tropas correspondientes a

estos reinos. Anticipándose o de modo como impaciente se dirigió Alfonso VIII a Alar-

cos,49

que fue donde sufrió una estruendosa derrota, el 19 de julio de 1195. Esto supuso

46

Esta población leonesa se denominó Comeniaca y Castrum Covianca en época romana. En la Alta

Edad Media aparece como Cives Quoianka y Coyanza o Coyança (tal y como aparece en el escudo actual,

además de ser evocado en el gentilicio coyantino), nombre que perduró hasta el siglo XIII en que se cam-

bia (supuestamente por resultar malsonante) por Valencia, primero Valencia de León o Valencia de Cam-

pos y finalmente Valencia de Don Juan nombre en honor al infante Juan de Portugal (1349-1396), primer

duque de la villa, hijo del rey Pedro I de Portugal (muerto en 1367) y de Inés de Castro (muerta en 1355).

Esta localidad fue, en 1055, sede del importante Concilio de Coyanza, convocado por el rey Fernando I

(1037-1065), estableciéndose en él buenas o aceptables reglas religiosas y de convivencia cívica para los

súbditos del reino. Entre dichas reglas, no obstante, cabe que resaltemos la renuncia al rito hispano de

siempre o mozárabe y la acogida o recepción del que resultaba como nuevo rito católico romano; se aban-

donaba así el rito visigótico establecido desde los tiempos posteriores al Imperio Romano, aceptado por

los reyes de Asturias. Se subordinaba así (o se mostraba la más plena comunión) de las diócesis de la aún

primaria España a la autoridad pontificia romana.

47

También en la provincia de León.

48

Conocido también como Yusuf II.

49

Una ciudad fortaleza que estaba aún en construcción, no lejos de Ciudad Real, junto al río Guadiana.

~ 21 ~

para Castilla la pérdida de un considerable territorio y la fijación de la nueva frontera

entre Castilla y el Imperio Almohade en los Montes de Toledo. Los almohades invadie-

ron incluso el valle del Tajo, llevando a cabo peligrosos asedios en ciudades como To-

ledo, Madrid y Guadalajara en verano de 1197.

Plasencia50

fue reconquistada por los almohades. Pero volvería al poder de Alfonso

VIII al cabo de uno o dos años. Para asegurar entonces la defensa de la ciudad, el rey or-

denó que se completasen las murallas, lo cual se concluiría en 1201. Las murallas fue-

ron construidas como un sistema de defensa duplo, con un muro de gran espesura y

una barbacana, con un foso entre ellos. La defensa se reforzaba por la presencia de se-

tenta torreones semicirculares, torres defensivas contiguas a la alcazaba, siete puertas

principales y dos postigos o puertas menores.

Alfonso VIII, muy preocupado, se encontró en una peligrosa situación que le llevó a

la posibilidad de perder Toledo y todo el valle del Tajo, por lo que fue solicitando al

Papa Inocencio III, desde 1211, la predicación y muy amplia convocatoria de una cruza-

da. Así se hizo y no sólo respondieron los súbditos castellanos sino también los arago-

neses (con su rey Pedro II) y los navarros (con su rey Sancho VII). Además, se enrola-

ron, como era de esperar las órdenes militares de Calatrava, el Temple, Santiago y Hos-

pital o San Juan. Acudieron además caballeros cruzados franceses, occitanos y de toda

la cristiandad. Así se fraguó la batalla de Las Navas de Tolosa, victoriosa para los reinos

cristianos en 1212, tal como fuimos contando. Fue derrotado el califa almohade Al-Na-

sir, Miramamolín, el 16 de julio del citado año. Y en 1213 se hacía Alfonso VIII con la

fortaleza de Alcaraz. Se despejaba y ampliaba así el dominio en avance del rey caste-

llano.51

Como dijimos antes, el rey Alfonso VIII se había casado con Leonor Plantagenet (sep-

tiembre de 1170), en Tarazona.52

Puede decirse que los soberanos eran entonces unos

críos (14 años de edad él y 10 años ella). Fuimos resaltando que la influencia de la reina

fue muy buena y positiva en todo, sobresaliendo en lo político y en lo cultural. Tuvieron

10 hijos:53

Berenguela,54

Sancho,55

Sancha,56

Urraca,57

Blanca,58

Fernando,59

Mafalda,60

Leonor,61

Constanza62

y Enrique.63

50

En la provincia de Cáceres, ciudad que había fundado Alfonso VIII. Parece ser que la toma de Plasen-

cia podría haber sido comandada por Aben Jucef, jefe militar de Yusuf II, o por el propio Yusuf.

51

En la actual provincia de Albacete. Tras un azaroso asedio, con el arzobispo de Toledo, Rodrigo

Jiménez de Rada, Alfonso VIII conquistó Alcaraz y entró en ella con sus acompañantes el 23 de mayo de

1213, por la puerta de Granada. La población derrotada había estado gobernada por Aben Hamet, que tras

su rendición y los acuerdos de la misma, fue escoltado por las tropas castellanas hasta Jaén. A partir de

esta fecha, serán los castellanos quienes hostiguen más fuertemente a los musulmanes, y se van

repoblando los territorios vecinos, desde la fortaleza de Alcaraz, formándose el poderoso y extenso alfoz

de Alcaraz. Al mismo tiempo, se procede a la organización del concejo alcaraceño y se le dota de un

fuero importante basado en el de Cuenca.

52

Actualmente en la provincia de Zaragoza.

53

Hay constancia documental de esos 10 hijos, aunque es posible o probable que tuvieran otros más que

no están documentados, dado sobre todo que hay años en los que nos constan registros al respecto. Puede

~ 22 ~

Ahora es su hijo Enrique I quien sucede como rey de Castilla a Alfonso VIII. Tiene 10

años de edad. Así pues, se abre un período de regencia en el reino castellano. Antes de

su muerte, Alfonso VIII había confiado la tutela del joven Enrique a su madre, la reina

Leonor, pero la reina también murió en este año, 24 días después que el rey, como ahora

contaremos. Antes de fallecer, la reina Leonor había confiado la guarda y custodia del

joven rey a su hija y hermana mayor de Enrique, la reina Berenguela de León, que (aho-

ra infanta de Castilla) reside en la corte castellana desde que fue anulado su matrimonio

con Alfonso IX en 1204, tal como ordenó el Papa Inocencio III. Pero Berenguela no lo

está teniendo fácil.64

Ya iremos viendo el desenvolverse del reinado de Enrique I de

Castilla, quedando también como señor de Guipúzcoa.65

constatarse que no pararon de tener hijos y que hay restos óseos en las tumbas reales que pueden avalar

que los hijos de la pareja fueran al menos 12.

54

Nacida en Segovia (1 de junio de 1179). Reinó en León y en Castilla. Fue esposa de Alfonso IX de

León. Murió el 8 de noviembre de 1246 y su sepultura está en el monasterio burgalés de las Huelgas.

55

Nació el 5 de abril de 1181 y murió el 9 de julio de ese mismo año.

56

Nacida en 1182 y muerta en 1184.

57

Nacida en 1186 y muerta en 1220, el 2 de noviembre. Casada en 1211 con el rey Alfonso II de Por-

tugal.

58

Nacida en 1188 y muerta en 1252. Fue reina consorte de Francia por su matrimonio, en 1200, con el

que sería rey Luis VIII de Francia.

59

Infante que fue heredero. Nacido en 1189 y muerto en 1211.

60

Nacida en 1191 y muerta en 1204.

61

Nacida probablemente en 1190 y muerta en 1244. Fue reina consorte de Aragón por su matrimonio, en

1221, con Jaime I.

62

Muerta en 1243. Señora del monasterio de Santa María la Real de las Huelgas en Burgos.

63

Nacido en 1204 y muerto en 1217. Sucesor de su padre en el reino de Castilla como Enrique I.

64

La regencia de la infanta Berenguela fue importunada por los miembros de la Casa de Lara, familia

muy destacada de la alta nobleza castellana que ya se había destacado, como podemos recordar, por su in-

tervención política durante la minoría de edad del difunto Alfonso VIII, siendo combatida la Casa de Lara

entonces por la Casa de Castro. Ahora, encabezados por el conde Álvaro Núñez de Lara, los miembros de

la Casa de Lara se negaron a apoyar a la infanta Berenguela como regente del reino y la obligaron a re-

nunciar a la regencia de su hermano para evitar los conflictos que caracterizaron los primeros años del rei-

nado de su padre Alfonso VIII, cuando llegaron a producirse choques armados como la batalla de Lobre-

gal (año 1160) o la batalla de Huete (año 1164).

65

Ir a Epílogo I.

~ 23 ~

Días después de la muerte del rey Alfonso VIII murió también su esposa, la reina Leo-

nor Plantagenet, el 31 de octubre de este año 1214, con lo cual quedó huérfano de sus

padres el jovencísimo rey sucesor Enrique I.

La reina Leonor murió a la edad de 54 años. Había nacido en 1160, en el castillo nor-

mando de Domfront. Antes de convertirse en reina de Castilla fue princesa de Ingla-

terra, hija del rey Enrique II de Inglaterra y de su esposa la reina Leonor de Aquitania.

Fueron sus abuelos paternos Godofredo V de Anjou (muerto en 1151) y la reina Matilde

de Inglaterra (muerta en 1167), hija del rey Enrique I de Inglaterra (muerto en 1135).

Por parte de madre fueron sus abuelos el conde Guillermo X de Poitiers (muerto en

1137) y su esposa Leonor de Châtellerault, duquesa de Aquitania (muerta en 1130).

El matrimonio entre Alfonso VIII de Castilla y Leonor Plantagenet sirvió para refor-

zar la frontera pirenaica, fortalecida con la dote mutua que se intercambiaron los espo-

sos. Leonor Plantagenet, como ya dijimos antes, aportó además como dote de boda el

condado de Gascuña, aunque Alfonso VIII nunca pudo anexionarlo a la corona de Casti-

lla. Sin embargo, numerosos caballeros gascones vinieron a la Península para ayudar a

su señor en la lucha contra los almohades. Hacia 1180 el monarca castellano y su esposa

decidieron fundar un monasterio de monjas cistercienses, el de Santa María la Real de

las Huelgas en Burgos. Aquella fundación, dependiente en principio del monasterio de

Santa María de la Caridad de Tulebras,66

se convirtió desde 1187, por deseo de los re-

yes, en casa madre de todas las abadías femeninas cistercienses en territorio de Castilla

y fue elegido por Alfonso VIII y su esposa como panteón real para ellos y sus descen-

dientes. De hecho, aquí recibieron sepultura en este año Alfonso VIII y su esposa Leo-

nor.67

Podemos recordar también que la reina Leonor hizo construir en la catedral de Toledo

una capilla dedicada a Santo Tomás Becket (también llamado Tomás Canturiense o de

Canterbury),68

con cuya vida y muerte estuvo tan involucrada su familia. Fue ésta de

Toledo la primera capilla dedicada a este Santo fuera de las Islas Británicas.69

De otra parte hemos de notificar también que anticipándose en unas semanas a la

muerte del rey castellano, el 16 de septiembre, murió en Burgos Diego López II de Ha-

ro, señor de Vizcaya y alférez mayor de Castilla, de sobrenombre el Bueno.70

Tenía 62

66

Al sur de Navarra. Fue la primera fundación cisterciense femenina en España.

67

Ir a Epílogo II.

68

Así era conocido entonces.

69

Dicha capilla no se conserva actualmente, pues fue destruida cediéndose su espacio a la capilla que hay

dedicada al Apóstol Santiago, habiendo sido edificada por el condestable Álvaro de Luna (muerto en

1453) para ser su propia capilla funeraria.

También es de recordarse que la reina Leonor, sobre el solar de la que fue mezquita de Cuenca, recon-

quistada por Alfonso VIII en 1177, hizo que se comenzase a construir la catedral de la ciudad, dedicada a

Santa María y, en su momento, a San Julián de Cuenca, de estilo gótico anglo-normando.

70

El Malo para sus contrarios o enemigos.

~ 24 ~

años de edad.71

Recibió sepultura en el claustro monástico de Santa María la Real de

Nájera.72

Fue hijo de Lope Díaz de Haro, conde de Nájera, muerto en 1170, y de la con-

desa Aldonza. Pasa a la historia como magnate de primer orden o de muchísima impor-

tancia en el reino de Castilla.73

Fue decisiva su función en el relevante ascenso de su

linaje Haro y en la consolidación de la identidad nobiliaria del mismo, lo que habrá de

notarse en adelante.74

No fue ni asiduo ni constante siempre en la corte regia castellana antes de 1178, pues

le era contraria al respecto75

la influencia de la familia Lara, también después de 1179.

Así, entre 1179 y 1183 hubo de exiliarse a Navarra, y no fue la primera vez. Volvió a la

corte castellana en posición de fuerza, obteniendo el oficio de alférez, uno de los dos

más prestigiosos con el de mayordomo mayor. El ascenso de sus parientes en el reino

vecino de León le abrió nuevas oportunidades en 1187, cuando su hermana Urraca Ló-

pez de Haro contrajo matrimonio con el rey Fernando II, como podemos recordar. Die-

go dejó entonces el reino de Castilla, pero la suerte de su familia –y de él mismo– en

León acabó al año siguiente, en 1188, cuando murió el monarca leonés. Pero había

adquirido un crédito suficiente en Castilla como para poder negociar, como negoció, su

vuelta en condiciones favorables: el oficio de alférez, con todos sus oficios y gobiernos

le fueron devueltos.

Recordemos que, al mando de la retaguardia castellana, participó en la batalla de Alar-

cos contra los almohades en 1195, teniendo que vérselas con la defensa fronteriza y te-

rritorial castellana luego de aquella desastrosa derrota. A partir de 1199, le apartó de sus

funciones el rey Alfonso VIII, siendo relevado del oficio de alférez por el conde Álvaro

Núñez de Lara. Se dio así la tercera vez que hubo de exiliarse de Castilla Diego López

de Haro, pasando al servicio de Navarra entre los años 1201 y 1206.76

Cuando Alfonso VIII invadió Navarra, puso prolongado asedio sobre Estella, que era

donde Diego se encontraba, pero no se rindió la plaza. Escarmentó el rey castellano de

haberse enfrentado a Diego. En su primer testamento, en 1204, el monarca reconoció

71

Se le supone nacido hacia 1152.

72

La Rioja.

73

El cronista Juan de Osma, vinculado a la cancillería real de Castilla, que fue obispo de Osma (Soria) y

de Burgos, pretendió suponer y saber sobre la posibilidad de que Alfonso VIII viera en Diego López II de

Haro a un probable regente de su hijo Enrique. Pero la muerte de Diego se anticipó a la del monarca.

74

Una lucha propagandística en torno a su persona y a los roles que desempeñó, todo ello clave entre sus

sucesores y sus relaciones con la monarquía en momentos delicados de finales del siglo XIII, traería

consigo que se elaborase sobre él una leyenda dorada y mítica positiva o, por el contrario, una leyenda

negra y negativa. De ahí sus contrapuestos apodos: el Bueno o el Malo.

75

Según parece.

76

Y luego parece ser que pasó de nuevo a León por un tiempo. Y hubo de desnaturarse, porque el rey Al-

fonso VIII prestó ayuda al monarca leonés en el asedio de los castillos de Aguilar de Campoo y Mon-

teagudo, que eran de su hermana Urraca López de Haro, viuda de Fernando II.

~ 25 ~

que había sido perjudicial y desmesurado con él. Así, cuando Diego constató que se po-

día mostrar confiado y decidió retornar a Castilla, en 1206, Alfonso VIII le restituyó de

nuevo como alférez, aunque en 1208 volvió de nuevo a pasarle el cargo a Álvaro Núñez

de Lara. Con todo, en ese mismo año, el rey nombró a Diego López II de Haro como

uno de sus cinco albaceas. En 1212, como bien podemos recordar, le puso al mando de

uno de los tres ejércitos cristianos para atacar a los almohades en la batalla de Las Na-

vas de Tolosa, batalla que produjo la derrota más decisiva de los musulmanes y supuso

el más claro retroceder de los mismos en Al-Ándalus, con el consiguiente y muy signi-

ficativo avance de la reconquista cristiana.

Diego López II de Haro contrajo un primer matrimonio con María Manrique, hija de

Manrique Pérez de Lara, primer señor de Molina,77

de quien nació Lope Díaz II de Ha-

ro, sucesor de Diego en el señorío de Vizcaya. Apodado Cabeza Brava, se distinguió al

lado de su padre en la batalla de Las Navas de Tolosa.78

De su segundo matrimonio, con Toda Pérez de Azagra (ahora viuda), hija de Pedro

Ruiz de Azagra (muerto en 1186), señor de Estella y primer señor de Albarracín (geo-

grafía que nos resulta del todo familiar), nacieron: Lope Ruiz de Haro,79

Pedro,80

Urra-

ca,81

Aldonza,82

María,83

Teresa84

y Mencía.85

77

Molina de Aragón (Guadalajara).

78

Al parecer, María Manríquez de Lara, la primera mujer de Diego López II de Haro, fue liviana de

costumbres y desleal con su marido, al que abandonó. Este hecho, junto al dudoso comportamiento de

Diego años atrás en la batalla de Alarcos, provocó una anécdota muy reproducida por varios autores a lo

largo de los siglos pero probablemente poco fiable. Al comenzar la batalla, su hijo Lope le advirtió: “Se-

ñor, haced hoy de forma que no me llamen hijo de traidor” A lo que Diego respondió: “Os han de llamar

hijo de puta, mas no de traidor”.

79

Llamado el menor o el chico, para distinguirlo de su hermanastro mayor Lope Cabeza Brava. Regirá el

territorio o antiguo reino de Jaén y tendrá los señoríos de La Guardia de Jaén y Bailén.

80

Señor de Cárcar (Navarra).

81

Que contrajo matrimonio con el conde Álvaro Núñez de Lara y al enviudar fue abadesa cisterciense en

el monasterio riojano de Cañas.

82

Casada con Rodrigo Díaz de los Cameros, conocido como el Trovador, hijo de Diego Jiménez, señor

de los Cameros, y de Guiomar Rodríguez de Traba.

83

Esposa del conde Gonzalo Núñez de Lara, hijo del conde Nuño Pérez de Lara y de la condesa Teresa

Fernández de Traba. Ya viuda entrará en el monasterio cisterciense de San Andrés de Arroyo (provincia

de Palencia), donde tras hacer el noviciado sucederá a su tía Mencía López de Haro como abadesa.

84

Contrajo matrimonio con el infante Sancho Fernández de León, hijo del rey Fernando II y de la reina

Urraca López de Haro.

85

Esposa de Álvaro Díaz de Cameros, cuñado o hermano del marido de su hermana Aldonza.

~ 26 ~

Diego López II de Haro había construido el castillo de Haro,86

que pasa ahora a la

Orden de Santiago. También pasó a los caballeros de Santiago Segura de la Sierra.87

Y

quedó asegurada en poder de los cristianos la ciudad de Úbeda.88

Motivo gráfico de la página del Tumbo Menor de Castilla

(Archivo Histórico Nacional)

donde se muestra la donación de los reyes Alfonso VIII y Leonor

del castillo de Uclés a la Orden de Santiago

86

En Villaescusa de Haro (Cuenca).

87

Provincia de Jaén.

88

También en la provincia de Jaén.

~ 27 ~

Diego López II de Haro

Escudo de la Casa de Haro

~ 28 ~

DEL MAGREB A SANTA MARÍA DE VALBUENA EN EL REINO DE

CASTILLA

El 18 de agosto, exiliado en el Magreb, murió Pedro Fernández de Castro el Caste-

llano, teniendo 60 años de edad y dejando atrás una vida bastante azarosa.89

Fue hijo

primogénito de Fernando Rodríguez de Castro, que también se apodó el Castellano

(muerto en 1185), y de Estefanía Alfonso, conocida como la Desdichada (muerta en

1180). Heredó de sus padres el Infantado de León y desempeñó el cargo de mayordomo

mayor del rey Alfonso IX de León en diversos períodos. Sus abuelos paternos fue-

ron Rodrigo Fernández de Castro el Calvo y su esposa Eylo Álvarez (hija de Álvar Fá-

ñez, el Minaya de Alfonso VI, y de Mayor Pérez) y sus maternos fueron el rey Alfonso

VII el Emperador y su amante la condesa Urraca Fernández de Castro. Fue sobrino de

los reyes Fernando II de León y Sancho III de Castilla, primo por tanto de los reyes Al-

fonso IX de León y Alfonso VIII de Castilla.

Su cuerpo difunto, habiendo sido trasladado a la Península, acabó reposando en Cas-

tilla, tras recibir sepultura en el monasterio cisterciense de Santa María de Valbuena.90

Como podemos recordar, en 1180 fue asesinada su madre, Estefanía Alfonso, a manos

de su padre, por haber creído que ella le era infiel con otro hombre. Pedro Fernández de

Castro heredó de su padre, entre otros dominios, el del señorío de Trujillo91

y el del In-

fantado de León. Tras la muerte de su padre, se declaró vasallo de su primo Alfonso

VIII de Castilla y le entregó el señorío de Trujillo, que Alfonso VIII cedió a la Orden de

Santiago en 1186, junto con la mitad de sus rentas, a fin de que la Orden poblase los te-

rritorios comprendidos entre los ríos Tajo y Guadiana. Un año después, en 1187, Pedro

Fernández de Castro consignó en su testamento que, en caso de que falleciese sin dejar

descendencia, todos sus castillos situados en la Extremadura leonesa92

pasarían a ser de

la Orden de Santiago. En ese mismo año donó el castillo de Peña Falcón a la Orden de

89

Aproximadamente, pues su nacimiento pudo ser entre los años 1155-1160.

90

En Valbuena de Duero (Valladolid). Posteriormente recibieron allí también cristiana sepultura dos de

sus hijos: Álvaro y Elo.

91

En la actual provincia de Cáceres, donde poseyó varias fortalezas y lugares extremeños.

92

En el norte de las actuales Extremadura y sur de la provincia de Salamanca.

~ 29 ~

San Julián del Pereiro,93

a favor de su tío Fernando Díaz, al tiempo que donaba a la

Orden de Santiago los castillos de La Solana y de Santa Cruz de los Cáñamos.94

Gobernó por mandato real varias e importantes tenencias, de muchos y muy dispersos

lugares. Entre los años 1185 y 1188 se mantuvo fiel como vasallo de su primo Alfonso

VIII de Castilla, pero en 1189 se enemistó con él y pasó al servicio de su otro primo el

rey Alfonso IX de León. Siguiendo los pasos de su padre, se metió en líos: comenzó a

aliarse con los almohades en diferentes momentos y circunstancias, sobre todo para per-

judicar a Alfonso VIII de Castilla.

En los años finales del siglo XII tufo una actitud diversa o cambiante según fueran sus

relaciones y las relaciones entre sí de los respectivos reinos de León y Castilla, depen-

diendo también de cuanto dimanaba de la Iglesia, de la Santa Sede o del poder de las

Órdenes Militares. Por ejemplo, cuando en 1191 contrajeron matrimonio el rey Alfonso

IX de León y Teresa de Portugal, hija del rey Sancho I de Portugal, con el propósito ma-

nifiesto, entre otros, de aliarse ambos reinos frente a Castilla, quedaron como garantía

en manos de los portugueses una serie de fortalezas, controladas por Pedro Fernández

de Castro, pues se le sabía enemigo de su primo Alfonso VIII. En aquel año 1191, como

podemos recordar, se coaligaron los reinos de Navarra, Portugal, León y Aragón, for-

mando la llamada Liga de Huesca, cuyo propósito era combatir en bloque al reino de

Castilla, siendo entonces también cuando el Papa Celestino III amenazaba con la exco-

munión a Alfonso IX de León, acusado de casarse de manera ilegítima e incestuosa por

su parentesco con Teresa de Portugal.

Entre los años 1192 y 1193 estuvo ocasionalmente en Castilla. Se cuenta95

que por la

intercesión de San Isidoro y por las oraciones de quienes le encomendaron curó mila-

grosamente de una grave enfermedad que por esas fechas padeció cerca de Sevilla.

La firma del Tratado de Tordehumos en 1194, que él intentó sabotear, frustró sus aspi-

raciones o medras, por lo cual decidió abandonar los reinos peninsulares cristianos y di-

rigirse a tierras norteafricanas. Pactando con los almohades luchó a favor de ellos en la

batalla de Alarcos en 1195, batalla en la resultó tan rotunda la derrota de Alfonso VIII.

Después de esta batalla, medió en las negociaciones que hubo en Toledo entre los reyes

Alfonso VIII y Alfonso IX, cuando éste último exigía al soberano de Castilla que le de-

volviera una serie de fortalezas que le tenía realmente sustraídas o conquistadas, no ac-

cediendo Alfonso VIII a las peticiones de Alfonso IX. Tras la frustrada entrevista entre

los dos soberanos, Pedro Fernández de Castro se dirigió a León junto a Alfonso IX, lu-

chando ambos desde ese momento contra el reino de Castilla, al tiempo que el rey leo-

nés le nombraba de nuevo mayordomo mayor, cargo que desempeñó hasta el año 1197.

Durante la guerra o tensiones que se mantuvieron luego entre los reinos de Castilla y

León, y con el propósito de ayudar a Castilla, que se encontraba en una difícil situación

tras la derrota cristiana en la batalla de Alarcos, el Papa Celestino III excomulgó al rey

93

Que no tardará en ser la Orden de Alcántara, como ya sabemos. 94

Ambos en la actual provincia de Ciudad Real.

95

En la obra del cronista y obispo Lucas de Tuy Milagros de San Isidoro.

~ 30 ~

Alfonso IX de León, a Pedro Fernández de Castro y a otra serie de nobles que habían

ayudado a los moros en la lucha contra Castilla; al mismo tiempo, el Papa exoneraba a

los vasallos del rey leonés de los juramentos de lealtad que le habían prestado.

No obstante, en 1197, gracias al matrimonio entre Alfonso IX de León y la infan-

ta Berenguela de Castilla, hija de Alfonso VIII, cesaron los enfrentamientos entre ambos

reinos, a pesar de la oposición del Papa al matrimonio, por el parentesco y porque la in-

fanta Berenguela aportó como dote al reino de León los castillos que Alfonso IX re-

clamaba a Castilla.

En 1204 volvió a desempeñar Pedro Fernández de Castro el cargo de mayordomo ma-

yor del rey Alfonso IX de León, e ingresó como familiar en la Orden de Calatrava, jun-

tamente con su esposa, Jimena Gómez, y sus hijos Álvaro Pérez de Castro y Elo Pérez

de Castro. Un año después, en 1205, donó a la Orden de Calatrava (conocida entonces

como Orden de Salvatierra) y a su maestre Martín Martínez (1199-1207), entre otros

lugares y heredades, el hospital de Santa Olalla.96

En 1204 su primo Alfonso VIII de

Castilla le devolvió todas sus propiedades, que se las había ido confiscando el reino de

León.

Consta su presencia ocasional en el reino de Castilla entre los años 1205 y 1206, en

las ciudades de Sevilla y Zaragoza en 1206, en Castilla de nuevo en 1207 y en Urgel en

1208. En 1209 estuvo en el reino de León, así como entre los años 1211 y 1213, levan-

tando con ello sospechas en el reino de Castilla, pues consideraban los castellanos que

Pedro Fernández de Castro incitaba a Alfonso IX de León a aliarse con los musulma-

nes para combatir a Castilla, que estaba en 1211 y 1212 en todo lo concerniente a la ba-

talla de Las Navas de Tolosa. Mientras castellanos, navarros y aragoneses se enfrenta-

ban a los almohades en dicha batalla, los leoneses no participaron en la misma, aunque

tuvieron presentes la amenaza del Papa de excomulgar a los magnates, soberanos y

cristianos que estuvieran activamente ajenos a la cruzada, que se aliasen con los musul-

manes y luchasen en contra de los reinos cristianos. Ya hicimos al respecto las debidas

consideraciones.

En 1213 donó Pedro Fernández de Castro al monasterio de Santa María de Sobra-

do97

cuanto poseía en la localidad de Mayorga y en sus inmediaciones,98

propiedades

con las que se formaría la Granja de Terrados, situada al norte de Mayorga y junto al río

Cea, adquiriendo para ello por 3.000 maravedíes los derechos que allí tenía su hermano,

Martín Fernández de Castro.99

Pedro Fernández de Castro el Castellano contrajo matrimonio por primera vez con Ji-

mena Gómez, hija del conde Gómez González de Manzanedo (muerto en 1182) y de su

esposa la condesa María Pérez de Lara. Posteriormente, contrajo un segundo matrimo-

96

Provincia de Toledo.

97

Provincia de La Coruña.

98

Al norte de la provincia de Valladolid.

99

El cual confirmó la venta en 1216.

~ 31 ~

nio con María Sánchez de León, hija del infante Sancho Fernández de León, herma-

nastro del rey Alfonso IX de León, y de su esposa Teresa Díaz de Haro, nieta de Fer-

nando II (muerto en 1188). Fruto de su primer matrimonio nacieron tres hijos: Álvaro,

Elo y Estefanía.

Escudo de los Castro

Monasterio de Santa María de Valbuena

~ 32 ~

REINO DE NAVARRA

El rey Sancho VII de Navarra, en mayo, desde Tudela,100

su sede de gobierno más

habitual, mejoró el préstamo otorgado en noviembre de 1213 a Pedro Fernández de

Azagra, señor de Albarracín,101

y otorgó otro préstamo de 8 muzmudines a su hermano

Gonzalo Fernández de Azagra garantizado con derechos sobre los castillos de Burbá-

guena y Ródenas, de los que Gonzalo es señor.102

También obtuvo el rey navarro103

los

castillos de Jorcas104

y Olocau o Linares.105

100

Navarra.

101

Provincia de Teruel.

102

En la provincia de Teruel.

103

De total comportamiento como banquero.

104

Provincia de Teruel.

105

Provincia de Castellón.

~ 33 ~

REINO DE ARAGÓN

Siendo el reino de Aragón vasallo de la Santa Sede, el Papa Inocencio III envió al

mismo a un legado suyo para dividirlo en dos gobernaciones, encomendadas respectiva-

mente a Pedro de Ahones106

–al norte del Ebro– y a Pedro Fernández de Azagra –al sur

del Ebro–. Al mismo tiempo, Inocencio III obligó con toda determinación a Simón IV

de Montfort a que entregara en Narbona al pequeño rey heredero Jaime I a sus súbditos

aragoneses y catalanes. Y en las Cortes celebradas enseguida en Lérida, con acuerdo de

Paz y Tregua, Jaime I tomó juramento de fidelidad hacia su persona y reino a Pedro

Fernández de Azagra, señor de Albarracín, y a otros nobles y magnates vasallos. Mien-

tras tanto, como ya sabemos, Jaime I sigue bajo la tutela de los caballeros templarios en

el castillo de Monzón,107

siendo su particular protector y valedor el maestre de Aragón

Guillermo de Montrodón. Más o menos así están las cosas en el reino de Aragón, al hilo

de los hechos y sucesos que venimos contando.

106

Su muerte trágica será en 1225. Está enterrado en Daroca (Zaragoza).

107

Provincia de Huesca.

~ 34 ~

BOUVINES (REINO DE FRANCIA)

El 27 de julio de este año 1214, domingo, hubo destacada batalla en Bouvines, Fran-

cia, victoriosa para el rey Felipe II Augusto de Francia contra Otón de Brunswick, el

emperador Otón IV del Sacro Imperio Romano Germánico, y su aliado el rey Juan I,

apodado Sin Tierra, de Inglaterra.108

Con Otón de Alemania y Juan de Inglaterra lucharon también, coaligados, los condes

de Flandes y de Boulogne. El monarca inglés, Juan I, realmente no estuvo presente en la

batalla, pues permanecía aún en La Rochelle,109

habiendo sido derrotado en la batalla de

La Roche-aux-Moines.

Pasaba que el rey Juan I de Inglaterra, al aliarse con Otón IV, en realidad atacó en

Francia ambicionando París. Mientras que los ingleses atacaban a los franceses por el

sur, las huestes imperiales tenían el campo libre para atacar a la capital por el norte.

El 16 de febrero de este año 1214, el rey inglés desembarcó con sus tropas en La Ro-

chelle. Alertado Felipe de Francia, bajó rápidamente hasta Châtellerault con su hijo

Luis.110

Juan de Inglaterra, estando apercibido del movimiento de los franceses, inició

una maniobra de repliegue con la intención de engañar a sus enemigos y tratar de ale-

jarlos cuanto pudiera de París. Pero Felipe Augusto, con gran agudeza, advirtió la ma-

niobra y detuvo su ejército en Chinon. Para hacer frente al ataque de Otón IV por el

norte, Felipe dividió su ejército en dos a fin de prevenir las dos amenazas que se cernían

sobre su reino. Felipe marcharía hacia el norte para enfrentarse al emperador, en tanto

que su hijo Luis iría hacia el sur para luchar contra los ingleses. Para evitar que quedara

cerrada cualquier vía de escape en caso de derrota delante de la capital francesa, el rey

de Inglaterra tomó la decisión de asaltar la fortaleza de la Roche-aux-Moines en vez de

evitarla. Desde allí pensaba Juan de Inglaterra, el Plantagenet, dirigirse a París con más

108

Realmente es a partir de ahora cuando se va a quedar sin tierra o va a perderlas en gran cantidad de

extensión. Recordemos por otra parte que, en 1211, mediante la Dieta de Núremberg, el germano empe-

rador Otón fue depuesto, siendo colocado en su lugar Federico II Hohenstaufen, candidato electo para

sucederle, hijo del emperador Enrique VI (muerto en 1197) y de Constanza I de Sicilia (muerta en 1198).

El Papa Inocencio III favoreció la elección imperial de Federico II y alentó al rey Felipe II de Francia a

luchar contra Otón. Aliado con Juan I de Inglaterra, tío materno de Otón, éste pudo mantener su posición

hasta que fue derrotado en Bouvines, como ahora estamos contando. Otón IV acabará depuesto más defi-

nitivamente en 1215. Su muerte será en 1218. Y el Imperio Romano Germánico tendrá como titular a

Federico II (1220-1250).

109

En la costa atlántica.

110

El futuro Luis VIII de Francia (1223-1226).

~ 35 ~

tranquilidad, sin tener que retroceder constantemente si Luis, el Capeto, atacaba y perse-

guía a los ingleses.

La fortaleza de la Roche-aux-Moines estaba gobernada por Guillaume des Roches, el

senescal de Anjou y celoso guardián de la misma, completamente determinado a no ce-

der para nada ante el ejército inglés.

El príncipe Luis llegó allí el 2 de julio, justo cuando comenzó el asedio. Entonces,

Juan de Inglaterra, calculando el peligro de su situación, huyó sin presentar combate de-

jando en el lugar las armas o pertrechos del asedio.

Así pues, la batalla de la Roche-aux-Moines permitió que Francia consolidara sus po-

siciones en el sur de sus dominios y debilitó allí las fuerzas inglesas, quedándose con las

armas de asalto que les sirvieron para conquistar otras plazas fuertes.

Y la batalla de Bouvines puso fin a la guerra entre Inglaterra y Francia que se pro-

longaba desde 1202, resultando un incremento de las rebeliones de los barones ingleses

contra su rey Juan el apodado Sin Tierra.111

Otra consecuencia tiene que ver con la

consolidación cada vez más afianzada de la dinastía de los Capeto en Francia y el for-

talecimiento, con expansión, de este reino.112

Reiteramos nuestra explicación diciendo que en su empeño para retomar las tierras

que había perdido en Normandía y Anjou, y no pudiendo contar con el apoyo de los ba-

rones ingleses, Juan de Inglaterra tuvo que aliarse con Otón IV, el emperador del Sacro

Imperio Romano Germánico y con los condes de Flandes y de Boulogne.

El emperador tenía un asunto pendiente con el rey de Francia, que había apoyado a su

rival, Federico Hohenstaufen, rey de Sicilia. Como si se tratara de un duelo, Felipe II

Augusto de Francia aceptó el desafío del germano. Se enfrentaba por tanto a Otón IV,

que dirigía las tropas alemanas, en coalición con sus aliadas tropas inglesas y flamen-

cas.113

111

Ya veremos, en 1215, cómo se firmará en Inglaterra la famosa y muy importante Carta Magna, ante-

cedente de nuestras modernas democracias, por la que los nobles ingleses le dirán clarísimamente al rey

que él también está bajo el imperio de la ley.

112

En los próximos cien años pertenecerá a Francia el prevalente dominio político y militar en Europa.

113

Como siempre (históricamente se exageran los números), se ofrecen muchos miles de participantes en

la contienda, ciertamente interviniendo muchos miles de hombres por los respectivos bandos. El rey de

Francia, tal como luego vino a interpretarse, había corrido un gran riesgo al aceptar aquel desafío, pero

con la victoria ponía fin a la perversa coalición contra su reino. El resultado de la batalla de Bouvines se

consideró en Francia un auténtico juicio de Dios, un duelo entre buenos y malos, y un reflejo del bíblico

juicio de Salomón; así lo interpretaron los franceses y así se interpretó en otros lugares. El reino de Fran-

cia se imponía y se hacía respetar.

Según el historiador medievalista Jean Favier (1932-2014), Bouvines es “una de las batallas decisivas

y simbólicas de la historia de Francia”. Es muy general la opinión de los historiadores en que fue una

batalla que tuvo sus importantes consecuencias y mucha repercusión. Para Otón IV supuso ser definitiva-

mente depuesto como emperador germánico, pasando esta corona al Hohenstaufen Federico II. De otra

parte, Fernando de Portugal, conde de Flandes (por su matrimonio con Juana de Constantinopla, pupila

del reino de Francia), pasó quince pesados años en la prisión del Louvre. Y otro que perdió fue Juan Sin

Tierra. Desposeído de Normandía, Maine, Anjou, Touraine y Bretaña desde 1206, Juan cesó en sus hosti-

lidades y hubo de conceder a sus barones cuanto éstos le obligaron a firmar en la Carta Magna (año

1215).

~ 36 ~

El retorno de Felipe II Augusto a París tras su victoria fue triunfal y de entrada apo-

teósica.114

No tardó el rey Felipe II Augusto de Francia, dando gracias a Dios, en fundar

una abadía, la de Nuestra Señora de la Victoria, en Senlis.115

La batalla de Bouvines. Cuadro de Horace Vernet (1789-1863)

Lo que representa el cuadro de Vernet es lo siguiente: Antes de la batalla, estando los franceses en misa,

con el rey Felipe II Augusto, éste se quitó la corona y la puso sobre el altar, diciendo: “si alguien aquí piensa que puede llevar esta corona siendo más digno que yo de llevarla, le permito que dé un paso ade-lante y la tome”. Entonces los hombres del rey de Francia se reafirmaron en su fidelidad al monarca y se

aprestaron con entusiasmo a dar la batalla.

114

Las celebraciones de la victoria francesa en París fueron aprovechadas por la monarquía, con gran

abuso, para reforzarse y para hacer una de las primeras manifestaciones de la unidad nacional francesa.

Después de Bouvines, la paz duró en Francia, como veremos, hasta 1337. Fue allí “la gran paz del siglo

XIII”, lo que contribuirá al desarrollo social y cultural, como en todos los demás órdenes de la vida.

Ciertamente, Bouvines marcó un hito en la historia europea.

115

La dedicación de la iglesia en honor a Nuestra Señora de la Victoria fue en 1225. Realizó la consagra-

ción el arzobispo Guarin de Senlis, entonces canciller de Francia.

~ 37 ~

~ 38 ~

SAN JUAN DE ACRE

En San Juan de Acre, el 14 de septiembre de este año 1214, asesinado por uno al que

le había censurado su mala vida,116

murió el patriarca católico Alberto de Jerusalén,

también conocido por su nombre secular de Alberto Avogadro o por su otro nombre

eclesiástico de Alberto de Vercelli, por haber sido antes obispo de esta sede italiana.117

Tenía 65 años de edad.118

Era italiano, nacido en Castrum Gualterii, cerca de Parma.119

Sin duda se le recordará por haber sido el primer regulador o legislador de la aún inci-

piente y nueva Orden del Carmelo, cuyos orígenes fundacionales fuimos contando. Al-

berto entregó una Regla a los carmelitas en 1209. Bartolo Avogadro,120

un hermano de

Alberto, ya formaba parte de los carmelitas.

Alberto recibió en su juventud una buena educación en la línea curricular de Artes y

Leyes, pero se determinó finalmente por los estudios eclesiásticos de filosofía y teolo-

gía. Entró a formar parte de los Canónigos Regulares de San Agustín de la Santa Cruz

de Mortara y allí fue elegido prior.121

En 1184 fue elegido obispo de Bobbio y un año

después, en 1185, fue trasladado a la diócesis de Vercelli, de donde fue obispo durante

20 años, desplegando allí una destacada actividad, muy provechosa en lo pastoral y no

menos en lo necesariamente político del momento, dada la situación geográfica de su

jurisdicción. Fue hombre de confianza en la Santa Sede y varios Papas le encomendaron

misiones diplomáticas de primer orden. Buscó la paz y el entendimiento entre la Iglesia

y los gobernantes temporales. Destacadamente fue mediador entre el Papa Clemente III

(1187-1191) y el emperador germano Federico I Barbarroja (1155-1190), siendo nom-

brado príncipe del Imperio por el sucesor de éste, Enrique VI (1191-1197). Al obispo y

príncipe Alberto de Vercelli se debió la paz alcanzada entre Milán y Pavía en 1194 y la

paz alcanzada entre Parma y Piacenza en 1199.

Al mismo tiempo, como queda dicho, desempeñó una excelente labor pastoral en su

diócesis de Vercelli, llevando a cabo importantes tareas: obtuvo la confirmación de la

116

Según parece, fue el maestre del Hospital de Santo Espíritu, al que San Alberto había depuesto.

117

Se trata de San Alberto Avogadro, cuya conmemoración en el santoral es el 17 de septiembre.

118

Si nació, como se supone, en 1149. Parece ser que Alberto nació a mediados del siglo XII en el seno

de una noble familia de apellido Avogadro, condes de Sabbionetta.

119

En realidad, no resulta fácil o posible identificar con seguridad la localización de Castrum Gualterii

entre las actuales Gualtieri (en la diócesis de Guastalla) y Gualtirolo (en la Reggio Emilia).

120

San Bartolo del Monte Carmelo, muerto probablemente en 1195. Se conmemora el 29 de marzo.

121

En 1180, sin que antes se sepa apenas nada de él con total certeza. Hemos de señalar que Mortara es

una localidad italiana perteneciente a la actual provincia de Pavía.

~ 39 ~

bula de Eugenio III (1145-1153) que ponía la abadía de San Columbano122

bajo la juris-

dicción del obispo de Bobbio, estableció un fondo de cien liras de Pavía para el soste-

nimiento de tres maestros (un teólogo, un gramático y un escritor) en su escuela cate-

dralicia, reorganizó el capítulo de canónigos en Biella, disponiendo la elección de su

preboste y reduciendo o adaptando el número de canónigos según la renta de la Iglesia.

El sínodo celebrado en Vercelli en 1191 estableció la organización disciplinar de la vida

religiosa de la diócesis.123

Podemos recordar o destacar también cómo Alberto de Vercelli, con el abad cister-

ciense Pedro de Lucedio, hizo las debidas correcciones a la regla de los umiliati, aproba-

da por el Papa Inocencio III el 16 de junio de 1201.124

El 17 de febrero de 1204, Inocencio III instó a Alberto de Vercelli a que aceptara el

patriarcado de Jerusalén, cargo o ministerio para el que había sido elegido por el enton-

ces celebrado Capítulo de la Orden del Santo Sepulcro. Alberto aceptó, como era de es-

perar, y el Papa le concedió el correspondiente palio, nombrándole su legado en el

(mantenido como) reino de Jerusalén. Igual que en Vercelli y en relación a la Santa Se-

de, también como patriarca de Jerusalén desempeñó y desarrolló una muy considerable

labor religiosa, pastoral y política.

En el principado de Antioquía depuso Alberto al patriarca griego Simeón. Intentó en

vano liberar al patriarca latino Pedro de Angulema, a quien el conde Bohemundo IV de

Trípoli había depuesto y encarcelado, poniendo en su lugar a Simeón. Pedro de Angu-

lema murió finalmente en prisión, de modo totalmente injusto por parte de Bohemundo

y de Simeón. En 1206 ratificó el contrato y compromiso matrimonial entre el rey Hugo

I de Chipre y Alicia de Champagne. Por consejo y decisión de Alberto eligieron los ca-

nónigos de Antioquía al cisterciense Pedro de Lucedio como nuevo patriarca.

122

La abadía de Bobbio tiene su origen en el monasterio que fundó el irlandés San Columbano en el año

614, siendo dicho monasterio el origen de la ciudad (y la diócesis) de Bobbio, en Piecenza, región italiana

de Emilia Romagna. En los tiempos de la Alta Edad Media fue aquél un monasterio de gran resistencia

antiarriana. Tuvo una de las mejores bibliotecas medievales, inspirando este hecho a Umberto Eco en su

novela El nombre de la rosa (1980). La abadía como tal la disolvieron los franceses en 1803.

San Columbano fue enterrado allí el 23 de noviembre del año 615 (en el santoral se celebra el 23 de no-

viembre), siendo sucedido por santos abades que frenaron el arrianismo imperante y rampante que propi-

ciaba aún sobre todo el lombardo rey Rotario (muerto en el año 652).

La abadía de San Columbano dependió directamente de la Santa Sede y fue muy disputada en lo políti-

co y en lo eclesiástico durante muchísimo tiempo. San Alberto Avogadro, obispo de Vercelli, influyó

mucho en el final de los líos al respecto. Bobbio fue siendo diócesis anexionada a la de Vercelli.

123

Organización mantenida muy positivamente durante siglos.

124

Los umiliati (humillados) conformaron una orden religiosa surgida en Alessandria (Piamonte italiano)

Fueron uno de los muchos o variados movimientos espirituales de aquellos tiempos contrastando con las

costumbres relajadas y licenciosas, de lujo y hasta de ostentación de muchos clérigos y eclesiásticos, y

abogando por un retorno a una vida más austera, sobria, pobre, frugal y evangélica. Inicialmente fueron

condenados como herejes, pero el Papa Inocencio III pudo reintegrarlos en la Iglesia como verdaderos

católicos por concesión de bulas. La orden fue finalmente abolida en 1571.

~ 40 ~

En 1211 excomulgó Alberto al rey León I de Armenia, regente del reino armenio de

Cilicia, que se había apoderado de las posesiones de los caballeros templarios, aunque

dos años más tarde, en 1213, León I se sometió a lo mandado por Alberto y fue absuelto

de su censura.

En Chipre, Alberto intentó por entonces reconciliar al rey Hugo I con el antiguo re-

gente Guillermo de Montbeliard y declaró inválida la elección de Durando como arzo-

bispo de Nicosia, por juzgarla una elección interesada políticamente pero no favorable a

la Iglesia en la comunión con la Santa Sede.

El 4 de septiembre de 1210 bendijo el matrimonio contraído y celebrado por Juan de

Brienne y María de Montferrato, reina de Jerusalén.125

Como Jerusalén sigue controlado en poder de los musulmanes, el patriarca Alberto no

pudo dejar de residir en San Juan de Acre. Y el Papa Inocencio III no dejó de encomen-

darle encargos y misiones de mucha importancia, dado que Alberto se distinguió siem-

pre por ser hombre de total y entera confianza para el Papa, siendo un hombre de paz,

de entendimiento, de inteligente negociación, de gran prudencia, de piedad y muy capaz

en todo. A su prudencia y actividad atribuyó el Papa que Tierra Santa no caiga por com-

pleto en poder musulmán. El Papa le tenía invitado a participar en el que está previsto

como IV Concilio de Letrán.126

Sucede a Alberto en el patriarcado de Jerusalén Raúl de Merencourt. Él será quien

acuda al Concilio.127

125

Muerta, como podemos recordar, en 1212.

126

Se tendrá en Roma en 1215.

127

Hasta su muerte en 1225. Asistió al IV Concilio de Letrán, en el que se impulsó la predicación de la

quinta cruzada.

~ 41 ~

~ 42 ~

REINO DE ESCOCIA

El 4 de diciembre de este año 1214 murió el rey Guillermo I de Escocia, a la edad de

72 años, siendo, desde 1165, un reinado prolongado durante 49 años.128

Sucedió a Mal-

colm IV (1153-1165), hermano suyo. Su coronación tuvo lugar en el navideño día del

24 de diciembre de 1165. Era hijo del príncipe Enrique de Escocia y de Adeline de

Varenne. Podemos recordar que fue apresado en Alnwick por el rey Enrique II de In-

glaterra en 1174, viéndose obligado a reconocerse vasallo. Recuperó la independencia

de Escocia en 1189, bajo el reinado de Ricardo I de Inglaterra, pero fue derrotado por

Juan I en 1209.

En el palacio de Woodstock se casó con Ermengarda de Beaumont, el 5 de septiembre

de 1186. Tuvieron estos cuatro hijos: Margarita, Isabel, Alejandro (que ahora le sucede

como Alejandro II) y Marjorie.

Alejandro II fue coronado el 6 de diciembre. Tiene 16 años de edad.

El rey Guillermo I de Escocia

128

Su reinado fue el segundo más largo de la Historia de Escocia antes del Acta de Unión con Inglaterra

en 1707 (el de Jacobo VI fue el más largo, entre los años 1567-1625).

~ 43 ~

BERGEN (REINO DE NORUEGA)

Del reino de Noruega tenemos la noticia de la muerte del noble Haakon, de sobre-

nombre el Furioso o el Loco,129

personaje que hemos de entender, como su trayectoria

vital, en el contexto de las prolongadas guerras civiles noruegas,130

de las que nos hace-

mos eco en las ocasiones que se requieren.

Haakon, hijo del sueco Folkvid, lagman131

de Värmland (Suecia), y de Cecilie Si-

gurdsdatter, hija bastarda del rey Sigurd II de Noruega (muerto en 1155), fue jarl132

de

los birkebeiner.133

Estuvo casado con Cristina Nilsdotter, hija de Nils Blaka, un noble

sueco de origen noruego, y de Catalina Eriksdotter, hija de Eric IX de Suecia.134

Les na-

ció un hijo: Canuto Håkonsson.

En 1193 se nombra bastante a Haakon siendo destacado como jefe prominente de los

birkebeiner, luchando a favor del rey Sverre I de Noruega (muerto en 1202) contra los

mercenarios conocidos como Øyskjegg, Øyskjegger o barbudos de las islas. Éstos cons-

piraron con Harald Maddadsson (muerto en 1206), jarl de las Islas Orcadas,135

reunien-

do un poderoso ejército de allí y de Shetland.136

Hacia la primavera de 1194, el rey Sve-

rre I navegó con su flota hacia el sur para enfrentarse a los Øyskjegger. Ambas flotas se

encontraron el 3 de abril teniendo lugar la batalla de Florvåg frente a Askøy, una isla

noruega que se encuentra al norte de Bergen. La experiencia de los veteranos birkebei-

ner se mostró decisiva para derrotar a los isleños.

Abundamos ahora en la poquita de explicación siguiente: Los Øyskjegg (barbudos de

las islas) son guerreros hiberno-nórdicos, realmente los últimos vikingos propiamente

dichos ya a finales del siglo XII y principios del XIII, siendo procedentes de las Orcadas

129

Por la actitud que mostraba en combates y campos de batallas.

130

Entre los años 1130-1240.

131

Jurista sabio.

132

Título nobiliario escandinavo que puede equivaler al de conde o duque.

133

La facción política noruega contraria a los bagler, siendo éstos quienes conformaban el partido políti-

co más eclesiástico, así como de aristócratas y mercaderes.

134

Eric el Santo o San Eric, muerto en 1160. Se conmemora el 18 de mayo.

135

Situadas al norte de Escocia.

136

Islas más al norte de las Orcadas.

~ 44 ~

y Shetland. En 1193, como estamos contando o podemos recordar, durante el gobierno

del jarl de las Orcadas Harald Maddadsson, estalló en las islas una rebelión contra el rey

Sverre I de Noruega, siendo dicha rebelión la que puso en escena a los Øyskjegger, que

apoyaban al pretendiente Sigurd Magnusson (muerto en 1194), hijo ilegítimo de Mag-

nus V de Noruega (muerto en 1184). Los guerreros estaban acaudillados y comandados

por Olaf, cuñado de Maddadson que se unió a Hallkjell Jonsson (muerto en 1194), yer-

no de Erling Skakke (muerto en 1179) y también cuñado del rey Magnus V, quien tomó

el papel de jefe militar de facto. Jonsson reclutó a las tropas en las Orcadas y Shetland

y, en la primavera de 1194, los Øyskjegg navegaron hasta Noruega y se establecieron

en Viken.137

En enero de 1204, murió Haakon III de Noruega, hijo de Sverre I, convirtiéndose en-

tonces Haakon el Loco, como podemos recordar, en regente de Noruega mientras

Guttorm, nieto de Sverre I fuera menor de edad (tenía 4 años). Un día después de la co-

ronación de Guttorm, Haakon también fue proclamado jarl y jefe de los birkebeiner.

Guttorm murió en agosto repentinamente y Haakon se convirtió en candidato real entre

los peculiares caudillos birkebeiner, los lendmann. No obstante, durante el thing (asam-

blea, dieta) de Nidaros, el arzobispo y los bóndi (campesinos y artesanos libres) de

Trøndelag se posicionaron en contra.138

Finalmente, fue su medio hermano Inge Bård-

sson (Inge II) quien resultó coronado rey de Noruega. Haakon el Loco siguió siendo jarl

y comandante del ejército, recibiendo la mitad de los beneficios de la corona.

Entre 1204 y 1208, Inge y Haakon lucharon contra la sublevación de los bagler, enca-

bezados por los pretendientes a la corona Erling Steinvegg y Felipe Simonsson, hasta

que se llegó al acuerdo de Kvitsøy. Por dicho acuerdo, Inge y Haakon reconocían a los

bagler como gobierno de las regiones orientales de Noruega con Felipe como jarl, bajo

el gobierno nominal de Inge. Los birkebeiner por su lado, conservaron el resto del país.

El jarl Haakon gobernó desde Bergen la parte occidental de Noruega.

Las relaciones entre Haakon e Inge parece que se volvieron tensas. Cuando Felipe

mostró claras intenciones de seguir reivindicando la corona como rey, rompiendo el

acuerdo de Kvitsøy, Haakon intentó postular también por la corona, pero Inge se negó

rotundamente. Finalmente se llegó a un acuerdo, comprometiéndose los hermanos a he-

redarse mutuamente a la muerte de uno u otro, y los hijos de ambos serían herederos

legítimos. El hijo de Haakon, Canuto Håkonsson, parece que estuvo en mejor posición

de heredar el reino, pues Inge sólo cuenta con un hijo ilegítimo. En este año 1214, el jarl

Haakon estuvo bajo sospecha de encabezar un levantamiento de los bóndi de Trøndelag

137

Obsérvese el parecido o parentesco de la palabra Viken con la palabra vikingos. Téngase en cuenta

que la existencia de los Øyskjegg fue efímera, pues el grueso del ejército encontró su fin el 3 de abril de

1194, cuando las flotas de ambos bandos se enfrentaron en la batalla de Florvåg, ganada por el rey Sverre

I de Noruega con sus veteranos birkebeiner al mando de Haakon el Loco, habiendo un altísimo coste de

vidas humanas (parece ser que murieron en esa contienda unos dos mil quinientos soldados). Sverre pen-

só que la complicidad de Harald Maddadson en la revuelta era manifiesta y se apoderó de Shetland, cuyo

dominio pasó a Noruega. Maddadson nunca volvería a recuperar el dominio de las islas; de hecho Shet-

land sería territorio noruego durante los dos siglos siguientes.

138

Parece ser –es posible– que el origen sueco de Haakon jugó en su contra.

~ 45 ~

contra Inge, pero nunca se llegó a un conflicto abierto entre ambos hermanos. Haakon

murió de causas naturales tras la Navidad de este año 1214, asumiendo Inge el control

de sus propiedades.

Haakon fue enterrado en la catedral de Bergen.139

139

Antigua catedral de la que actualmente no existen sino unos cimientos, habiendo sido demolida en

1531. Un monumento ocupa esa plaza, en la fortaleza de Bergenhus.

~ 46 ~

LEMNOS

Murió en este año 1214 el noble veneciano Filocalo Navigajoso, habiendo sido el pri-

mer gobernante latino de la isla de Lemnos, en el mar Egeo.

Tras la cuarta cruzada, en los años 1203-1204, cuando la partición latina del conquis-

tado Imperio Bizantino, la mayoría de las islas del mar Egeo fueron asignadas a la re-

pública de Venecia. Varios nobles venecianos se establecieron allí y reclamaron el go-

bierno de estas islas como feudos en cuanto titulares y vasallos del emperador latino de

Constantinopla. Así, Filocalo recibió el gobierno de Lemnos y el título de megaduque,

como solían tener (o haber tenido) los grandes aristócratas y cortesanos bizantinos.

Filocalo gobernó la isla desde la fortaleza de Kastro (o Palaiokastro)140

hasta su

muerte, a partir de la cual la isla queda dividida entre sus herederos. Su hijo, Leonardo

Navigajoso, recibió la mitad de la isla con Kastro, y sus dos hijas recibieron cada una un

cuarto de la isla con sus correspondientes castillos.141

La Isla de Lemnos

140

Actual Mirina.

141

El gobierno o dominio de esta familia en la isla duró sólo hasta el año 1278.

~ 47 ~

EPÍLOGO I

EL PAÍS VASCO Y CASTILLA

El nacionalismo vasco se cuida en esconder que las tres provincias históricas vascas o

vascongadas se anexionaron a Castilla de forma pacífica y de una manera normal hace

ya entre siete u ocho siglos.142

Los matrimonios entre nobles y la afinidad cultural fue-

ron las principales armas castellanas, no otras.

Así pues, lejos de la tergiversada imagen que quieren transmitir los nacionalistas, ha-

blándonos de un pueblo peculiarísimo aislado del resto de las regiones españolas, la his-

toria de lo que hoy conforman las tres provincias vascas está directamente vinculada a la

del reino de Castilla. Y a pesar de que el señorío de Vizcaya y el señorío de Arriaga

(aproximadamente el 40 % de la actual provincia de Álava) conservaron durante un

tiempo sus propias instituciones, no tardaron en adoptar la legislación castellana.

No obstante, cada una de las tres regiones históricas, cuyos territorios no correspon-

den exactamente a los actuales, protagonizó distintos procesos de unión al reino de Cas-

tilla. Así, el único punto en común entre las tres es que la anexión se efectuó en el mar-

co de la competencia entre la corona de Navarra y la corona de Castilla. Si finalmente la

balanza se inclinó a favor de los reyes castellanos fue por la capacidad de éstos de desa-

rrollar una política de mutua conveniencia para estas regiones, donde cabía el respeto

por sus arraigadas instituciones medievales.

En Guipúzcoa la población eligió su pertenencia a Castilla. Como podemos recordar,

la primera mención documental sobre Guipúzcoa data del siglo XI y es una documenta-

ción que la incluye como una tierra perteneciente al reino de Pamplona. Sin embargo,

los esfuerzos por mantener la zona de Guipúzcoa bajo la influencia navarra naufragaron

en 1076, con la muerte de Sancho IV de Pamplona. Ese año, la mitad occidental del te-

rritorio guipuzcoano pasó a Castilla, regida entonces por Alfonso VI, mientras el resto

se incorporó al dominio del rey navarro-aragonés (monarquía que duró hasta 1134, año

de la muerte de Alfonso I el Batallador). A partir de entonces serán los señores de Viz-

caya quienes gobiernen la mayor parte de Guipúzcoa en nombre de los reyes castella-

nos.

La nobleza defendía a Navarra mientras el pueblo estaba vinculado con Castilla. En el

año 1200, Alfonso VIII de Castilla incorporó Guipúzcoa de forma definitiva a su reino.

Nada pudo hacer Navarra para evitarlo, frente al potencial militar de los castellanos y la

firme decisión de las pueblas guipuzcoanas. Si bien la nobleza local era defensora de la

causa navarra, el pueblo, con vocación comercial, sentía mayor vinculación con el reino

de Castilla. Pronto la decisión se demostró sumamente acertada. Durante los siguientes

años, frente al inmovilismo navarro que en las últimas décadas del siglo XII sólo había

fundado San Sebastián (con el objetivo de obtener una salida al mar), Castilla promo-

vió una ambiciosa reestructuración del territorio. La fundación de un total de veinticua-

142

Así publicó este artículo (en el que aquí nos inspiramos) César Cervera en ABC (21 de octubre de

2014).

~ 48 ~

tro núcleos, en algunos casos se trataba sólo de la concesión de la categoría de villa,

asentó el dominio castellano en Guipúzcoa en la primera mitad del siglo XIII.

Además de para fortalecer su posición, los reyes castellanos vieron claro el potencial

marítimo de levantar villas en la zona. Entre los años 1203 y 1237, los reyes Alfonso

VIII y su nieto Fernando III impulsaron la creación de cuatro localidades costeras

(Fuenterrabía, Guetaria, Motrico y Zarauz) que en el futuro se revelaron cruciales para

la presencia marítima del reino de Castilla en el Cantábrico.

La nobleza alavesa entregó la región a Castilla. Hasta el siglo X, como podemos re-

cordar, la región de Álava era tan sólo un viejo territorio fronterizo del reino asturiano,

donde se repetían las invasiones musulmanas desde el valle del Ebro. Cuando el domi-

nio musulmán menguó en el norte de España, las coronas de Castilla y Navarra pusieron

sus ojos en la región de Álava y desplegaron su influencia sobre los condes locales. En

1076, con el asesinato de Sancho IV de Pamplona, el rey Alfonso VI de Castilla incor-

poró a su reino La Rioja, Vizcaya, Álava y, como ya hemos mencionado, parte de Gui-

púzcoa. No en vano, esta anexión y otras posteriores fueron sólo de carácter temporal y

hubo que esperar hasta principios del siglo XIII para que se produjera su unión defini-

tiva a Castilla.

Los hidalgos alaveses obtuvieron un estatuto jurídico privilegiado. Entre los años

1199 y 1200, la preeminencia navarra sobre Álava sufrió un vuelco en el contexto de un

episodio bélico contra Castilla. El rey Alfonso VIII de Castilla conquistó por la vía mili-

tar Vitoria y parte de Álava. Al contrario del caso de Guipúzcoa, donde la población de-

fendió la causa castellana y la nobleza la navarra, el dominio castellano sobre Álava fue

previamente negociado con los nobles alaveses, descontentos con la política de los reyes

navarros de fundación de villas. Sin embargo, el territorio dominado por el señorío de

Arriaga, cerca del 40 % de la actual Álava como antes señalábamos, fue independiente

respecto a Castilla hasta su autodisolución en 1332, fecha en la que se produjo la entre-

ga voluntaria de las feudales tierras de la Cofradía al rey Alfonso XI. En contrapartida a

la autodisolución de esta institución de orden feudal, los hidalgos alaveses obtuvieron

de Alfonso XI el reconocimiento de un estatuto jurídico privilegiado.

Así y todo, la adhesión a Castilla se puede considerar plena desde el siglo XIV, salvo

por un breve período de la guerra civil castellana en el siglo XIV entre Pedro I y Enri-

que de Trastámara, durante la que Carlos II de Navarra, como veremos en su momento,

retuvo bajo su corona a las villas más importantes de Álava.

Vizcaya vino a ser un baluarte militar para Castilla. En el período de los Tercios de

Flandes, entre los siglos XVI y XVIII, cuando se hablaba de vizcaínos se hacía refe-

rencia a cualquier habitante procedente de las regiones vascas. Es una demostración del

protagonismo que adquirió el señorío de Vizcaya en la incipiente monarquía hispánica.

Pero mucho antes de su adhesión, al igual que en Álava y Guipúzcoa, los nobles de Viz-

caya se vieron en la tesitura de si acercarse a la esfera de Navarra o a la de Castilla. En

su caso, la influencia castellana se impuso casi desde el principio y muchos historiado-

res afirman que el señorío de Vizcaya ya era vasallo del reino de Castilla en 1379. Con

todo, desde el siglo XII los reyes castellanos habían efectuado continuas alianzas con

los señores de Vizcaya para sus empresas en la Reconquista. En agradecimiento a su es-

fuerzo bélico, los monarcas castellanos dispensaron numerosos cargos, honores y esta-

~ 49 ~

dos a los nobles vizcaínos. Fue, por tanto, una región históricamente beneficiada y cui-

dada por Castilla.

Pasó que el señor de turno debió jurar defender y mantener los fueros del señorío. Te-

nemos que el señorío de Vizcaya fue heredado por los sucesivos descendientes de la fa-

milia López de Haro, de origen navarro pero de afiliación castellana, hasta que en 1370

recayó por herencia materna en el infante Juan de Castilla, permaneciendo desde enton-

ces el señorío vinculado a la Corona, primero de Castilla y posteriormente de España.

La única condición, como queda dicho, era que el señor de turno jurase defender y man-

tener los fueros del señorío (los fueros de Vizcaya), que en su texto afirmaban que los

vizcaínos podían desobedecer al señor que así no lo hiciera.

~ 50 ~

EPÍLOGO II

LAS SEPULTURAS DE LOS REYES

ALFONSO VIII DE CASTILLA Y LEONOR PLATAGENET

EN EL CORO DE LA IGLESIA DEL MONASTERIO CISTERCIENSE

DE SANTA MARÍA LA REAL DE LAS HUELGAS EN BURGOS

Las sepulturas de los reyes Alfonso VIII de Castilla y de su esposa Leonor Planta-

genet se hallan en el coro de la iglesia del monasterio cisterciense de Santa María la

Real de las Huelgas en Burgos. Estas sepulturas se labraron durante el reinado de Fer-

nando III el Santo (1217-1252), nieto de los mencionados monarcas, y hasta finales del

siglo XIII.

Tras su muerte en Gutierre-Muñoz (Ávila), el cadáver de Alfonso VIII fue trasladado

a Burgos, recibiendo sepultura en el mencionado monasterio de las Huelgas, donde tam-

bién fueron recibiendo sepultura casi todos los hijos de él y de Leonor.

En un principio, el cuerpo difunto de Alfonso VIII fue colocado en una de las capillas

de las denominadas Claustrillas, nombre con el que se conoce el claustro de este mo-

nasterio. Allí permaneció hasta que Fernando III el Santo, según se refiere en la tradi-

ción del monasterio, ordenó trasladar los restos de su abuelo y de su abuela al coro de la

iglesia, mandando labrar los muy dignos sepulcros.

Sepulcro doble que contiene los restos

de Alfonso VIII de Castilla y de Leonor Plantagenet

~ 51 ~

El sepulcro que contiene los restos de Alfonso VIII de Castilla se encuentra en la ac-

tualidad –no como en un principio– colocado junto al que contiene los restos de su es-

posa Leonor, formando un conjunto de sepultura doble, hallándose en la nave central de

la iglesia monástica, donde comienza el coro. Son sepulcros de piedra caliza policro-

mada, colocados sobre un pódium de forma cuadrada elaborado en piedra.

Escudos en uno de los laterales del sepulcro del rey Alfonso VIII

y de la reina Leonor Plantagenet

El conjunto sepulcral se halla compuesto por dos arcas rectangulares que están cu-

biertas con sendas tapas a dos vertientes, apoyándose ambos sepulcros sobre dos pedes-

tales pétreos rematados en prótomos con forma de felinos fantásticos, afrontados dos a

dos, en cada lateral del sepulcro.143

La decoración de los laterales del sepulcro así como

143

Prótomo o prótome (con significado de “parte anterior” o “busto”, en griego) es la representación en

altorrelieve de un animal real o imaginario, o también de un monstruo o de una persona. Viene a repre-

sentarse la cabeza, el busto o éste con los miembros anteriores. Se empleó como motivo decorativo o de

~ 52 ~

la parte superior de sus cubiertas es idéntica en ambos sarcófagos, aunque en los lados

frontales de los sepulcros aparecen los escudos propios de Alfonso VIII en uno, con-

sistente en un castillo incluido dentro de una arquería, y el de su esposa Leonor, en el

que aparecen tres leones coronados y pasantes colocados unos encima de otros, siendo

este escudo el propio de la Casa Plantagenet, de la que era la reina Leonor.

Los lados frontales de las cubiertas de los sepulcros muestran diferente decoración en

cada uno de ellos, apareciendo en la cabecera del sepulcro del rey la imagen sedente del

soberano, sentado sobre un trono sustentado por leones, al tiempo que entrega a la pri-

mera abadesa, que se encuentra arrodillada a su izquierda, el privilegio de fundación del

monasterio de las Huelgas de Burgos, mientras que en el lado frontal correspondiente a

los pies del sepulcro del rey se encuentra esculpida una cruz latina sostenida por dos án-

geles. En la cabecera del sepulcro de la reina aparece esculpido un Calvario en medio

relieve, hallándose el Crucifijo, cuyo tamaño es superior, entre la Virgen y San Juan,

mientras que en el lado frontal correspondiente a los pies del sepulcro de la reina apa-

rece representada la subida del alma de la soberana al cielo, apareciendo el cuerpo com-

pleto de la reina, en posición frontal y con las manos unidas, y siendo elevada por dos

ángeles que sujetan un manto.

Durante la exploración de los sepulcros del monasterio burgalés de las Huelgas a me-

diados del siglo XX, se comprobó que el cadáver de Alfonso VIII de Castilla se hallaba

momificado, excepto la cabeza, y hecho pedazos, pues los sepulcros del monasterio

fueron profanados por las tropas francesas durante la Guerra de la Independencia (1808-

1814). Durante dicha exploración se extrajeron del sepulcro del rey diversas prendas de

ropa, así como una túnica y una almohada.

soporte de elementos arquitectónicos ya en la Antigüedad clásica. Hay ejemplos al respecto en ménsulas,

cornisas, frontones, obras de orfebrería, monedas, cerámicas, etc., e incluso en embarcaciones.

~ 53 ~

ÍNDICE

A modo de prólogo

Una Misa en el siglo XIII ……………………………………………… pág. 3

Reino de León …………………………………………………………. pág. 8

Santiago de Compostela ………………………………………………. pág. 10

Poissy (reino de Francia) ……………………………………………… pág. 13

Reino de Castilla ……………………………………………………… pág. 14

Del Magreb a Santa María de Valbuena en el reino de Castilla ……… pág. 28

Reino de Navarra ……………………………………………………… pág. 32

Reino de Aragón ………………………………………………………. pág. 33

Bouvines (reino de Francia) …………………………………………… pág. 34

San Juan de Acre ………………………………………………………. pág. 38

Reino de Escocia ………………………………………………………. pág. 42

Bergen (reino de Noruega) …………………………………………….. pág. 43

Lemnos ………………………………………………………………… pág. 46

Epílogo I

El País Vasco y Castilla ………………………………………………. pág. 47

Epílogo II

Las sepulturas de los reyes Alfonso VIII de Castilla y Leonor Plantagenet

en el coro de la iglesia del monasterio cisterciense de Santa María la Real

de las Huelgas en Burgos ……………………………………………….. pág. 50