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Pensamientos para el triduo. La unidad del misterio pascual ene algo importante que enseñarnos. Nos dice que el dolor no solamente es seguido por el gozo, sino que ya lo conene en sí. Jesús expresó esto de diferentes maneras. Por ejemplo, en la úlma cena dijo a sus apóstoles: "Vosotros os entristeceréis, pero vuestra tristeza se cambiará en alegría" (Jn 16,20). Parece como si el dolor fuese uno de los ingredientes imprescindibles para forjar la alegría. La metáfora de la mujer con dolores de parto lo expresa maravillosamente. Su dolor, efecvamente, engendra alegría, la alegría "de que al mundo le ha nacido un hombre". Otras imágenes acuden a la memoria. Todo el ciclo de la naturaleza habla de vida que sale de la muerte: "Si el grano de trigo, que cae en la erra, no muere, queda solo; pero si muere, produce mucho fruto" (Jn 12,24). La resurrección es nuestra pascua; es un paso de la muerte a la vida, de la oscuridad a la luz, del ayuno a la fiesta. El Señor dijo: "Tú, en cambio, cuando ayunes, úngete la cabeza y lávate la cara" (Mt 6,17). El ayuno es el comienzo de la fiesta. El sufrimiento no es bueno en sí mismo; por tanto, no debemos buscarlo como tal. La postura crisana referente a él es posiva y realista. En la vida de Cristo, y sobre todo en su cruz, vemos su valor redentor. El crucifijo no debe reducirse a un doloroso recuerdo de lo mucho que Jesús sufrió por nosotros. Es un objeto en el que podemos gloriarnos porque está transfigurado por la gloria de la resurrección. Nuestras vidas están entretejidas de gozo y de dolor. Huir del dolor y las penas a toda costa y buscar gozo y placer por sí mismos son actudes equivocadas. El camino crisano es el camino iluminado por las enseñanzas y ejemplos de Jesús. Es el camino de la cruz, que es también el de la resurrección; es olvido de sí, es perderse por Cristo, es vida que brota de la muerte. El misterio pascual que celebramos en los días del sagrado triduo es la pauta y el programa que debemos seguir en nuestras vidas. Domingo de Ramos: Celebramos la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén en la que todo el pueblo lo alaba como rey con cantos y palmas. Por esto, nosotros llevamos nuestras palmas a la Iglesia para que las bendigan ese día y parcipamos en la misa. Vivir la Semana Santa es acompañar a Jesús con nuestra oración, sacrificios y el arrepenmiento de nuestros pecados. Asisr al Sacramento de la Penitencia en estos días para morir al pecado y resucitar con Cristo el día de Pascua. Lo importante de este empo no es el recordar con tristeza lo que Cristo padeció, sino entender por qué murió y resucitó. Es celebrar y revivir su entrega a la muerte por amor a nosotros y el poder de su Resurrección, que es primicia de la nuestra. La Semana Santa fue la úlma semana de Cristo en la erra. Su Resurrección nos recuerda que los hombres fuimos creados para vivir eternamente junto a Dios.

Folleto Triduo Pascual

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Page 1: Folleto Triduo Pascual

Pensamientos para el triduo.

La unidad del misterio pascual �ene algo importante que

enseñarnos. Nos dice que el dolor no solamente es seguido por el gozo,

sino que ya lo con�ene en sí. Jesús expresó esto de diferentes maneras.

Por ejemplo, en la úl�ma cena dijo a sus apóstoles: "Vosotros os

entristeceréis, pero vuestra tristeza se cambiará en alegría" (Jn 16,20).

Parece como si el dolor fuese uno de los ingredientes imprescindibles

para forjar la alegría. La metáfora de la mujer con dolores de parto lo

expresa maravillosamente. Su dolor, efec�vamente, engendra alegría, la

alegría "de que al mundo le ha nacido un hombre".

Otras imágenes acuden a la memoria. Todo el ciclo de la naturaleza

habla de vida que sale de la muerte: "Si el grano de trigo, que cae en la

�erra, no muere, queda solo; pero si muere, produce mucho fruto" (Jn

12,24).

La resurrección es nuestra pascua; es un paso de la muerte a la

vida, de la oscuridad a la luz, del ayuno a la fiesta. El Señor dijo: "Tú, en

cambio, cuando ayunes, úngete la cabeza y lávate la cara" (Mt 6,17). El

ayuno es el comienzo de la fiesta. El sufrimiento no es bueno en sí

mismo; por tanto, no debemos buscarlo como tal. La postura cris�ana

referente a él es posi�va y realista. En la vida de Cristo, y sobre todo en

su cruz, vemos su valor redentor. El crucifijo no debe reducirse a un

doloroso recuerdo de lo mucho que Jesús sufrió por nosotros. Es un

objeto en el que podemos gloriarnos porque está transfigurado por la

gloria de la resurrección.

Nuestras vidas están entretejidas de gozo y de

dolor. Huir del dolor y las penas a toda costa y

buscar gozo y placer por sí mismos son ac�tudes

equivocadas. El camino cris�ano es el camino

iluminado por las enseñanzas y ejemplos de Jesús.

Es el camino de la cruz, que es también el de la

resurrección; es olvido de sí, es perderse por Cristo,

es vida que brota de la muerte. El misterio pascual

que celebramos en los días del sagrado triduo es la

pauta y el programa que debemos seguir en

nuestras vidas.

Domingo de Ramos:

Celebramos la entrada triunfal de Jesús a

Jerusalén en la que todo el pueblo lo alaba como

rey con cantos y palmas. Por esto, nosotros

llevamos nuestras palmas a la Iglesia para que las

bendigan ese día y par�cipamos en la misa.

Vivir la Semana Santa es acompañar a Jesús con nuestra oración,

sacrificios y el arrepen�miento de nuestros pecados. Asis�r al Sacramento

de la Penitencia en estos días para morir al pecado y resucitar con Cristo el

día de Pascua.

Lo importante de este �empo no es el recordar con tristeza lo que

Cristo padeció, sino entender por qué murió y resucitó. Es celebrar y revivir

su entrega a la muerte por amor a nosotros y el poder de su Resurrección,

que es primicia de la nuestra.

La Semana Santa fue la úl�ma semana de Cristo en la �erra. Su

Resurrección nos recuerda que los hombres fuimos creados para vivir

eternamente junto a Dios.

Page 2: Folleto Triduo Pascual

Jueves Santo:

Este día recordamos la Úl�ma Cena de Jesús con sus apóstoles en la que les lavó los pies dándonos un ejemplo de servicialidad. En la Úl�ma Cena, Jesús se quedó con nosotros en el pan y en el vino, nos dejó su cuerpo y su sangre. Es el jueves santo cuando ins�tuyó la Eucaris@a y el Sacerdocio. Al terminar la úl�ma cena, Jesús se fue a orar, al Huerto de los Olivos. Ahí pasó toda la noche y después de mucho �empo de oración, llegaron a aprehenderlo.

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Sábado Santo o Sábado de Gloria:

Se recuerda el día que pasó entre la muerte y la Resurrección de Jesús. Es un día de luto y tristeza pues no tenemos a Jesús entre nosotros. Las imágenes se cubren y los sagrarios están abiertos. Por la noche se lleva a cabo una vigilia pascual para celebrar la Resurrección de Jesús. Vigilia quiere decir “ la tarde y noche anteriores a una fiesta.”. En esta celebración se acostumbra bendecir el agua y encender las velas en señal de la Resurrección de Cristo, la gran fiesta de los católicos.

Domingo de Resurrección o Domingo de Pascua:

Es el día más importante y más alegre para todos nosotros, los católicos, ya que Jesús venció a la muerte y nos dio la vida. Esto quiere decir que Cristo nos da la oportunidad de salvarnos, de entrar al Cielo y vivir siempre felices en compañía de Dios. Pascua es el paso de la muerte a la vida.

¿Por qué la Semana Santa cambia de fecha cada año?

El pueblo judío celebraba la fiesta de pascua en recuerdo de la liberación de la esclavitud de Egipto, el día de la primera luna llena de primavera. Esta fecha la fijaban en base al año lunar y no al año solar de nuestro calendario moderno. Es por esta razón que cada año la Semana Santa cambia de día, pues se le hace coincidir con la luna llena.

En la fiesta de la Pascua, los judíos se reunían a comer cordero asado y ensaladas de hierbas amargas, recitar bendiciones y cantar salmos. Brindaban por la liberación de la esclavitud.

Jesús es el nuevo cordero pascual que nos trae la nueva liberación, del pecado y de la muerte.

JHS El sol de la Eucaris@a

La nave de la Iglesia El árbol de la cruz