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FITOPLASMAS Y ESPIROPLASMAS DE IMPORTANCIA AGRÍCOLA PARA COLOMBIA. Presentado por Karen Dayanna Jaimes Campos UNIVERSIDAD DE SANTANDER UDES FACULTAD CIENCIAS EXACTAS, NATURALES Y AGROPECUARIAS PROGRAMA DE MICROBIOLOGÍA INDUSTRIAL BUCARAMANGA 2019

FITOPLASMAS Y ESPIROPLASMAS DE IMPORTANCIA ......1 FITOPLASMAS Y ESPIROPLASMAS DE IMPORTANCIA AGRÍCOLA PARA COLOMBIA. Presentado por Karen Dayanna Jaimes Campos Monografía de grado

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  • FITOPLASMAS Y ESPIROPLASMAS DE IMPORTANCIA AGRÍCOLA PARA

    COLOMBIA.

    Presentado por

    Karen Dayanna Jaimes Campos

    UNIVERSIDAD DE SANTANDER UDES

    FACULTAD CIENCIAS EXACTAS, NATURALES Y AGROPECUARIAS PROGRAMA DE MICROBIOLOGÍA INDUSTRIAL

    BUCARAMANGA 2019

  • 1

    FITOPLASMAS Y ESPIROPLASMAS DE IMPORTANCIA AGRÍCOLA PARA

    COLOMBIA.

    Presentado por

    Karen Dayanna Jaimes Campos

    Monografía de grado como requisito para obtener el título de Microbióloga Industrial

    Director:

    Fredy Alejandro Ortiz Meneses

    Codirector:

    Carlos Andres Antolinez Delgado

    UNIVERSIDAD DE SANTANDER UDES

    FACULTAD CIENCIAS EXACTAS, NATURALES Y AGROPECUARIAS PROGRAMA DE MICROBIOLOGÍA INDUSTRIAL

    BUCARAMANGA 2019

  • 2

    AGRADECIMIENTOS

    A Dios por siempre estar presente y permitirme tener los recursos necesarios

    para poder sacar mi estudio adelante, a mi papá que desde el cielo espero que

    esté orgulloso de cada paso que doy en la vida, a mi mamá por la motivación

    constante y el apoyo brindado a lo largo de este proceso, a mis hermanas y mi

    hermano por darme palabras de aliento y creer en mí, al profesor Fredy A. Ortiz

    por confiar en mí desde un inicio para dar este primer gran paso, al profesor

    Carlos A.Antolinez por el apoyo y la paciencia dirigiendo este proyecto y a todas

    las personas que estuvieron presentes en este proceso, donde me ayudaron a

    mejorar día a día.

  • 3

    TABLA DE CONTENIDO

    LISTA DE TABLAS 5

    LISTA DE FIGURAS 5

    RESUMEN 7

    ABSTRACT 8

    INTRODUCCIÓN 9

    1. Cultivos Agrícolas de Importancia Económica en Colombia: Solanáceas,

    Palma de Aceite y Poaceae 11

    1.1 Cultivo de Solanáceas 11

    1.1.1 La papa (Solanum tuberosum y Solanum phureja). 12

    1.1.2 Tomate (Solanum lycopersicon L.). 12

    1.2 Cultivo de Palma de Aceite 14

    1.3 Cultivo de Poáceas 15

    2. Especies de Fitoplasmas y Espiroplasmas Reportadas en Colombia para

    los Cultivos de Solanáceas, Palma de aceite y Poaceae 19

    2.1 Fitoplasmas 19

    2.1.1 Generalidades. 19

    2.1.2 Clasificación. 19

    2.2 Espiroplasmas 25

    2.2.1 Generalidades. 25

    2.2.2 Clasificación. 26

    2.3. Distribución 27

    2.4. Especificidad de los Fitoplasmas y Espiroplasmas 28

    2.5. Ciclo de Infección 29

    2.6. Vectores 30

    2.7 Sintomatología de las Plantas 36

    3. Especies de Fitoplasmas y Espiroplasmas que están Reportadas en

    Colombia para los Cultivos de Poaceae, Palma de Aceite y Solanáceas 38

    3.1. Familia Poaceae 38

    3.1.1. Cultivo de maíz. 38

    3.2. Palma de Aceite 39

  • 4

    3.3 Familia Solanaceae 43

    3.3.1 Cultivo de papa (Solanum tuberosum L.). 43

    3.3.2 Cultivo de Lulo (Solanum quitoense). 44

    3.4 Otros Cultivos Agrícolas de Importancia Económica donde se han

    Reportado Especies de Fitoplasmas y Espiroplasmas en Colombia 45

    3.4.1 Familia Euphorbiaceae. 45

    3.4.1.1 Cultivo de yuca. 45

    3.4.2 Familia Rubiaceae. 48

    3.4.2.1 Cultivo de café. 48

    3.5 Árboles Ornamentales Reportados con Fitoplasmas y Espiroplasmas en

    Colombia 49

    3.5.1 Familia Oleaceae. 49

    3.5.1.1 Arboles de Urapan (Fraxinus uhdei). 49

    3.5.2 Familia Altingiaceae. 50

    3.5.2.1 Liquidambar styraciflua. 50

    4. Nuevas Especies de Fitoplasmas y Espiroplasmas que pueden ser

    Introducidos a Colombia desde el Exterior 51

    4.1 Especies de Fitoplasmas reportadas en Ecuador 52

    4.1.1 ‘Candidatus Phytoplasma aurantifolia’. 52

    4.2 Especies de Fitoplasmas reportadas en Cuba 53

    4.2.1 Fitoplasma del grupo 16SrI-Z. 53

    4.3 Especies de Fitoplasmas reportadas en Argentina 54

    4.3.1 Candidatus Phytoplasma fraxini. 54

    4.3.2 Fitoplasmas del grupo 16SrIII 55

    4.4 Especies de Fitoplasmas reportadas en Honduras 57

    4.4.1 Fitoplasmas del grupo 16SrIV. 57

    4.5 Especies de Fitoplasmas reportadas en Perú 58

    4.5.1 Fitoplasmas X-enfermedad del grupo 16SrIII (Candidatus fitoplasma

    pruni). 58

    5. Posibles Estrategias de Manejo que se pueden Aplicar para las Epifitias

    Causadas por Espiroplasmas y Fitoplasmas 59

    5.1 Emplear Semillas Sanas 60

    5.2 Eliminación de Hospederos de Insectos Vectores 61

    5.4 Monitoreo de Vectores de Fitoplasmas y Espiroplasmas 61

    5.5 Aplicación de Insecticidas 62

  • 5

    5.6 Eliminación de las Plántulas Enfermas 63

    5.7. Empleo de Cultivos de Barrera 63

    5.8. Resistencia Genética 63

    5.9. Resistencia Inducida 64

    6. Consideraciones Finales 65

    7. Conclusiones 66

    8. BIBLIOGRAFÍA 67

    LISTA DE TABLAS

    ● Tabla 1. Principales países productores de tomate en el año 2011.

    ● Tabla 2. Riqueza de especies de Poaceae por región natural en Colombia.

    ● Tabla 3. Grupos taxonómicos de Fitoplasmas.

    ● Tabla 4. Efecto en el potencial biológico de vectores de Mollicutes

    fitopatógenos.

    ● Tabla 5. Resumen de pérdidas económicas por la presencia de ML.

    LISTA DE FIGURAS

    ● Figura 1. Cultivo de tomate (Solanum lycopersicum).

    ● Figura 2. Planta de palma de aceite.

    ● Figura 3. Familia Poaceae.

    ● Figura 4. Fitoplasma dentro de una célula de floema.

    ● Figura 5. Espiroplasma citri creciendo en el floema de una planta.

    ● Figura 6. Espiroplasma aislado de plantas de maíz infectado.

    ● Figura 7. Secuencia de eventos en la hibernación, adquisición y

    transmisión de fitoplasmas y espiroplasmas por insectos vectores.

    ● Figura 8. Principales síntomas causados por fitoplasmas y espiroplasmas.

    ● Figura 9. Síntomas presentados por Fitoplasmas y Espiroplasmas en el

    cultivo de maíz.

  • 6

    ● Figura 10. Casos de Marchitez Letal acumulados por año desde la

    aparición de la enfermedad.

    ● Figura 11. Marchitez Letal en palma de aceite.

    ● Figura 12. Síntomas de Marchitez Letal en frutos de Palma de aceite.

    ● Figura 13. Plantas de lulo afectadas por la enfermedad del machorreo.

    ● Figura 14. Plantas de lulo con síntomas de “escoba de bruja” producidas

    por la enfermedad del machorreo.

    ● Figura 15. Enfermedad cuero de sapo asociada a fitoplasmas que afectan

    al cultivo de yuca.

    ● Figura 16. Sintomáticos nogal cafeteros en los bancos de germoplasma

    en Quindío.

    ● Figura 17. Microscopía electrónica de transmisión de células de pecíolo

    de café afectadas por CCD.

    ● Figura 18. Microscopía electrónica de fitoplasmas.

    ● Figura 19. Síntomas observados en árboles liquidambar en 2009.

    ● Figura 20. Enfermedad púrpura de la papa (PPT) en Ecuador.

    ● Figura 21. Plantas de papaya con síntomas asociados a fitoplasmas

    causante de BTS.

    ● Figura 22. Planta de alfalfa sintomática (Medicago sativa) afectada por

    fitoplasma de ArAWB.

    ● Figura 23. Planta de ajo con síntomas de “tristeza”, la planta que expresa

    síntomas hasta el final del ciclo del cultivo.

    ● Figura 24. Secuencia de síntomas característicos del Amarillamiento Letal

    del Cocotero.

    ● Figura 25. Síntomas causados por fitoplasmas en cultivo de zanahoria.

    ● Figura 26. Trampas amarillas para el monitoreo de insectos vectores.

  • 7

    RESUMEN

    Título: Fitoplasmas y Espiroplasmas de Importancia Agrícola Para Colombia.

    Monografía

    Autor: Karen Dayanna Jaimes Campos.

    Palabras claves: Bacterias fitopatógenas, taxonomía, Mollicutes, floema y

    alteraciones vegetativas.

    Descripción:

    Los Fitoplasmas y Espiroplasmas son bacterias fitopatógenas de forma

    pleomórfica, carentes de pared celular y son causantes de alteraciones

    vegetativas drásticas en plantas vasculares. Su clasificación taxonómica es

    Dominio bacteria, Filo Firmicutes y clase Mollicutes, son bacterias pequeñas (±

    500 nm de diámetro) rodeadas por una membrana celular única, cambian

    continuamente de hospedante (plantas e insectos) y en la naturaleza requieren

    ambos organismos para su supervivencia y dispersión. Al ser parásito obligado

    se ha dificultado su identificación así como la obtención de cultivos puros en

    condiciones in vitro, lo cual ha conllevado el desarrollo de una serie de técnicas

    para su detección e identificación, y las relaciones que pueden presentar con

    sus insectos vectores. Los Mollicutes se asocian a muchas enfermedades que

    generan cambios morfológicos en la estructura de las plantas infectadas que

    dependen del tipo y edad de la planta hospedera, de la cepa de fitoplasma que

    coloniza, de la etapa de la enfermedad y de las condiciones ambientales (Lee et

    al., 2000).

    En Colombia son pocos los casos reportados de plantas infectadas con

    fitoplasmas y espiroplasmas, ello se debe a la poca investigación que se realiza

    en el área y al deficiente apoyo que se da a los productores para el manejo de

    insectos plagas y fitopatógenos; es por ello que en el presente trabajo nos

    planteamos como objetivos específicos: (i) una revisión sobre los problemas

    fitopatológicos causados por Fitoplasmas y Espiroplasmas en Colombia,

    describiendo los ciclos de vida de los patógenos, mecanismos de transmisión y

    biología sus vectores; a su vez (ii) describiremos los principales problemas

    causados por Fitoplasmas y Espiroplasmas en América Latina, información que

    es fundamental para (iii) establecer medidas de manejo que permitan evitar el

    ingreso de enfermedades al territorio nacional así como para el control de los

    problemas fitopatológicos ya presentes en el país.

  • 8

    ABSTRACT

    Title: Phytoplasmas and Spiroplasms of agricultural importance for

    Colombia.

    Monograph

    Author: Karen Dayanna Jaimes Campos.

    Keywords: Phytopathogenic bacteria, taxonomy, Mollicutes, phloem and

    vegetative alterations.

    Description:

    Phytoplasmas and Spiroplasms are pleomorphic phytopathogenic bacteria,

    lacking cell walls and are the cause of drastic vegetative alterations in vascular

    plants. Its taxonomic classification is Bacterial domain, Filo Firmicutes and

    Mollicutes class, they are small bacteria (± 500 nm in diameter) surrounded by a

    single cell membrane, continuously changing host (plants and insects) and in

    nature both organisms require for their survival and dispersion. Being an obligate

    parasite, its identification has been difficult, as well as the obtaining of pure

    cultures under in vitro conditions, which has led to the development of a series of

    techniques for its detection and identification, and the relationships they can

    present with their insect vectors. Mollicutes are associated with many diseases

    that generate morphological changes in the structure of infected plants that

    depend on the type and age of the host plant, on the phytoplasma strain it

    colonizes, on the stage of the disease and on the environmental conditions (Lee

    et al., 2000).

    In Colombia, there are few reported cases of plants infected with phytoplasmas

    and this is due to the little research carried out in the area and the poor support

    given to producers for the management of insect pests and phytopathogens; That

    is why in this paper we set out as specific objectives: (i) a review of the

    phytopathological problems caused by Phytoplasmas and Spiroplasms in

    Colombia, describing the life cycles of pathogens, transmission mechanisms and

    biology of their vectors; in turn (ii) we will describe the main problems caused by

    Phytoplasmas and Spiroplasmas in Latin America, information that is essential

    for (iii) establishing management measures that prevent the entry of diseases into

    the national territory as well as for the control of phytopathological problems

    already present in the country.

  • 9

    INTRODUCCIÓN

    Los Fitoplasmas y Espiroplasmas son microorganismos del dominio bacteria, filo

    Firmicutes y clase Mollicutes, ambos grupos se caracterizan por carecer de

    pared celular, tener un metabolismo simple, un estilo de vida tipo parásito,

    carecen de una forma definida, se encuentran en el floema de las plantas y son

    transmitidos por insectos vectores; su detección y clasificación se basa

    principalmente en el análisis de una región conservada del gen 16S rRNA y

    generalmente depende de herramientas moleculares como PCR, PCR anidado,

    RFLP (Restriction Fragment Length Polymorphism) y secuenciación de esta

    región (Gundersen et al., 1994; Sears y Kirkpatrick, 1994; Wei et al., 2007; Zhao

    et al., 2010).

    Durante más de 40 años se consideró que estos organismos no podían cultivarse

    fuera de su huespedes y dependían totalmente para vivir de una planta o un

    insecto vector. Se ha reportado que estos organismos han experimentado

    reducciones del genoma, las cuales han causado la pérdida de vías metabólicas,

    incluidas las de síntesis de ATP por las sintasas de ATP, y la síntesis de

    aminoácidos y nucleótidos (Bai et al., 2006; Oshima et al., 2004). Por lo tanto,

    los fitoplasmas y espiroplasmas deben obtener estos metabolitos esenciales de

    sus huéspedes y, a su vez, también requerirán estos metabolitos en sus medios

    de cultivo. Sin embargo, novedosas investigaciones como la aportada por

    Contaldo et al., 2012, consiguieron crecer fitoplasmas de diferentes grupos en

    un medio de cultivo artificial, lo cual puede servir para estudios posteriores.

    En las plantas, los fitoplasmas y espiroplasmas inducen síntomas muy variables,

    los más comunes son la formación de escobas de bruja, filodia (metamorfosis de

    órganos florales en hojas), virescencia (coloración verde de pétalos) y asimetría

    floral, marchitez, deformación general de la corona, elongación de tallos,

    formación de brotes en copos, enrojecimiento de hojas y tallos, enanismo

    generalizado, arrosetamiento de las ramas, proliferación de brotes,

    amarillamientos (“yellows”) que se caracterizan por presentar un follaje clorótico,

    necrosis del floema, decaimiento y muerte (Lee et al., 2000; Hogenhout et al.,

    2008). En plantas leñosas se pueden observar también síntomas como

    amarillamiento, enrojecimiento, hojas pequeñas, hojas entorchadas,

    aclaramiento de venas, alargamiento de venas, necrosis de venas, defoliación

    prematura, coloración de otoño prematura, frutos pequeños, crecimiento terminal

    pobre, follaje disperso, muerte regresiva (“dieback”), atrofia y decaimiento (Lee

    et al., 2000; Sinclair y Griffiths, 1994; Bertaccini y Duduk, 2009).

    Estos síntomas conllevan a múltiples enfermedades en plantas y por lo tanto,

    pérdidas económicas importantes al afectar cultivos frutícolas, plantas

    ornamentales y árboles maderables. Varios ejemplos de estas enfermedades

    pueden ser: el amarillamiento del aster el cual afecta una gran variedad de

    cultivos hortícolas (lechuga, zanahoria, apio, entre otros) y plantas ornamentales

  • 10

    en Norteamérica y parte de Europa; los amarillamientos de durazno y la

    enfermedad X en durazno y cereza en EE.UU (Gundersen et al., 1996); también

    los achaparramientos amarillos traen consigo pérdidas en los cultivos de arroz

    en algunas regiones del Sureste de Asia (Nakashima et al., 1993); además de la

    escoba de bruja de la papa y enmalezado del maíz con pérdidas en cultivos de

    papa y maíz en centro y Sudamérica; la escoba de bruja del camote y

    enfermedades relacionadas a las pérdidas de éste cultivo en Asia y Australia; la

    escoba de bruja de yuca y las pérdidas de este cultivo en Sudamérica;

    amarillamientos de la uva con pérdidas en la producción de uva en Europa y

    Australia; el declinamiento del peral y proliferación del manzano y otros

    declinamientos en frutales y las pérdidas en la producción de fruta fresca en

    Estados Unidos y Europa (Davis et al., 1997); otras enfermedades en cultivos de

    leguminosas como escoba de bruja del cacahuate, filodia de ajonjolí y soya con

    grandes pérdidas económicas de éstos cultivos en Asia; el amarillamiento del

    olmo, amarillamiento letal del cocotero y el achaparramiento de la mora con

    pérdidas de estos cultivos en los diferentes continentes; todas estas

    enfermedades causadas por fitoplasmas y espiroplasmas alrededor del mundo

    conlleva a pérdidas económicas devastadoras hasta el 80% del cultivo y

    producción total (Lee et al., 1993).

    La economía de Latinoamérica depende en gran parte de la exportación de

    alimentos y bienes primarios. Los recientes tratados de libre comercio han

    aumentado la tasa de importación y exportación de productos agrícolas como

    maíz, tomate, papaya, papa, entre otros, aunque Colombia hace parte de los

    países con amplio potencial agrícola, las pérdidas asociadas a plagas y

    enfermedades limitan el crecimiento y rentabilidad del sector, por lo tanto es

    fundamental estudiar a los agentes causales de enfermedad para así disminuir

    las pérdidas económicas que estos causan en diferentes cultivos (León y

    Granados, 1995-2004).

    En Colombia existen una gran cantidad de estudios acerca de enfermedades

    causadas por hongos e insectos, sin embargo, es escasa la información

    existente sobre enfermedades causadas por bacterias fitopatógenas como los

    espiroplasmas y fitoplasmas; los principales casos documentados se registran

    en plantas como Elaeis guineensis (palma de aceite) (Pérez y Cayón, 2010),

    Solanum quitoense (Betancourt y Villamar, 2004), Coffea arabica (Galvis et al.,

    2007) y Solanum tuberosum (Mejía et al., 2011). Es por ello que el propósito de

    esta monografía es realizar una revisión bibliográfica sobre las especies de

    Fitoplasmas y Espiroplasmas causantes de enfermedades reportadas en

    Colombia, para ello los objetivos específicos que se plantean son: a) Exponer las

    especies de fitoplasmas y Espiroplasmas que están reportadas en Colombia

    para los cultivos de Solanáceas, Palma de aceite y Poaceas. b) Reseñar nuevas

    especies de fitoplasma y espiroplasmas que pudieran ser introducidos a

    Colombia desde los países de Latinoamerica. c) Abordar las posibles estrategias

  • 11

    de manejo que pudieran ser aplicadas para las epifitias causadas por

    espiroplasmas y fitoplasmas.

    1. Cultivos Agrícolas de Importancia Económica en Colombia:

    Solanáceas, Palma de Aceite y Poaceae

    Colombia es un país ubicado en América del Sur sobre la línea ecuatorial lo cual

    es de gran ventaja gracias a su variedad de climas y ecosistemas ubicándola en

    una zona tórrida o intertropical, dicha ubicación hace que Colombia no tenga

    estaciones ya que el sol siempre se proyecta de manera vertical, haciendo que

    durante todo el año solo se distingan inviernos lluviosos y veranos soleados

    obteniendo una mayor productividad en cosechas. Además es un país

    privilegiado porque sus zonas límites se encuentran los océanos atlántico y

    pacífico, esto le da una ventaja de ser puerto de entrada de América del Sur y

    tener puertos disponibles hacia América, Europa y países de la Cuenca del

    Pacífico.

    Debido a la variedad de climas presentes en Colombia, el país tiene potencial

    para una gran variedad de productos agrícolas, este documento se basa en los

    siguientes cultivos agrícolas: solanáceas, palma de aceite y poaceae.

    1.1 Cultivo de Solanáceas

    La familia Solanaceae cuenta con alrededor de 98 géneros y cerca de 2.700

    especies, su distribución es cosmopolita pero generalmente se encuentran en

    zonas tropicales, los cuales los más comunes y de importancia económica son:

    los cultivos de papa (Solanum tuberosum), papa criolla (Solanum phureja),

    tomate (Solanum lycopersicon), uchuva (Physalis peruviana), lulo (Solanum

    quitoense), tomate de árbol (Solanum betaceum), ají (Capsicum sp.), pimentón

    (Capsicum annum) y tabaco (Nicotiana tabacum) (Chavarro et al., 2005;

    Cadavid, 2013).

    El cultivo de Solanáceas es reconocido mundialmente por su importancia en

    términos de vegetales cultivables y el amplio rango de utilidad agronómica de

    sus especies, que incluyen al importante género Solanum (The International

    Solanaceae Genome Project, 2004). Como país tropical, Colombia puede

    garantizar la producción permanente de muchas especies de esta familia, que

    se presentan como una alternativa promisoria de cultivos con mejores

    posibilidades de competencia en escenarios de mercados globalizados. Sin

    embargo, la alta susceptibilidad a patógenos en las solanáceas afecta de forma

    significativa los cultivos y puede causar grandes pérdidas en la producción de

    vegetales y frutos (Carreño et al., 2007).

  • 12

    1.1.1 La papa (Solanum tuberosum y Solanum phureja).

    Constituye una de las principales actividades agrícolas de las zonas andinas. El

    cultivo comercial de esta planta se realiza entre los 2.000 y 3.000 msnm (metros

    sobre el nivel del mar), pero las zonas de óptima producción en función de

    calidad y cantidad de producto se ubican entre los 2.500 y 3.000 msnm ubicados

    principalmente en los departamentos de Cundinamarca, Boyacá, Nariño,

    Antioquia, Caldas y Santander (Castro, 2005).

    La papa es uno de los cultivos de importancia económica para el país que genera

    mayor cantidad de empleo rural directo por cada hectárea cultivada. Estudios

    recientes realizados por el ICA indican que la papa, en promedio, require 125

    jornales/h, esta cifra lo ubica como el segundo cultivo más demandante de mano

    de obra dentro de los cultivos transitorios, siendo levemente superado por el

    tabaco rubio. Así mismo, si se compara dentro del total de cultivos (transitorios y

    permanentes), la papa se localiza en el cuarto lugar, después del tabaco negro,

    banano y tabaco rubio según la Sociedad de Agricultores de Colombia, Instituto

    Colombiano Agropecuario (Ríos, 2005).

    1.1.2 Tomate (Solanum lycopersicon L.).

    La producción de tomate está distribuida en gran parte del territorio nacional a

    cargo de pequeños y medianos agricultores. El cultivo de esta hortaliza se

    presenta como una actividad de alto riesgo económico debido a los altos costos

    de producción por el uso intensivo de mano de obra e insumos, los altos índices

    de pérdidas en la poscosecha, por ser un producto altamente perecedero, los

    problemas fitosanitarios, la escasa tecnificación en la producción, los bajos

    rendimientos y la carencia de cultivares nacionales (Vallejo, 1999).

    Figura 1: Cultivo de tomate (Solanum lycopersicum).Fuente: Paredes (2009).

  • 13

    Tabla 1. Principales países productores de tomate en el año 2011.

    No. País Producción (Ton)

    1 China 48.576.853

    2 India 16.826.000

    3 Estados Unidos de América 12.624.700

    4 Turquía 11.003.400

    5 Egipto 8.105.260

    6 Irán (República Islámica) 6.824.300

    7 Italia 5.950.220

    8 Brasil 4.416.650

    9 España 3.821.490

    10 Uzbekistán 2.585.000

    34 Colombia 595.299

    *Tomado de: (Faostat, 2013).

    Si bien se cultiva tomate en más de cien países, tanto para consumo fresco como

    para industria, los diez principales productores concentran más del 70% del total

    mundial, Colombia ocupó para el año 2011 el puesto No. 34 en la producción

    mundial de Tomate (Tabla 1). Su distribución está dispersa por todo el país,

    cultivandose en 18 departamentos; sin embargo cerca del 80% de la producción

    está concentrada en los departamentos de Cundinamarca, Norte de Santander,

    Valle del Cauca, Caldas, Huila, Risaralda y Antioquia. Se calcula que una

    hectárea requiere alrededor de 160 jornales por ciclo de producción, lo cual

    representa aproximadamente 2.398.240 jornales utilizados en el país

  • 14

    anualmente en este cultivo. El rendimiento promedio por hectárea a nivel

    nacional es de 26 toneladas y corresponde al rendimiento obtenido en

    condiciones de producción a campo abierto bajo estas condiciones se ha

    desarrollado en zonas con alturas entre los 0 y 2.400 m.s.n.m, quiere decir en

    regiones de clima cálido o frío moderado (Jaramillo et al., 2014).

    1.2 Cultivo de Palma de Aceite

    En Colombia la palma de aceite (Elaeis guineensis) es un cultivo tropical el cual

    necesita condiciones ambientales estables. Se encuentra mejor adaptada en la

    franja ecuatorial, entre los 15º de latitud Norte y Sur donde se caracteriza por

    crecer en un rango de temperatura alto para sus procesos de fotosintesis,

    respiracion y crecimiento, la temperatura óptima de este cultivo oscila entre 25-

    29ºC, así como la radiación solar, ya que es una planta heliófila, es decir,

    requiere sol directo para su desarrollo y crecimiento, la duración de la exposición

    de la radiación solar es un factor importante, en la producción de la palma de

    aceite, necesita unas 1.500 horas de sol bien distribuidas durante el año para

    asegurar una buena maduración de sus racimos (Surre y Ziller., 1963). La

    disponibilidad de agua, mediante la lluvia, la humedad relativa y el riego, también

    es indispensable para la planta a lo largo de su vida.

    La palma de aceite se introdujo en Colombia hace más de 80 años y hoy en día

    la producción de este cultivo oleaginoso es uno de los más importantes de la

    economía agrícola colombiana ya que el aceite obtenido de la palma es la

    principal materia prima de la industria nacional de aceites y grasas. Sin embargo,

    el cultivo de la palma de aceite es de tardío rendimiento, ya que comienza a

    producir frutos tres o cuatro años después de la germinación de la semilla (Rey

    et al., 2004). Según la Federación Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite

    (Fedepalma) en el 2018, Colombia es el cuarto productor de aceite de palma en

    el mundo y el primero en América, se encuentra ampliamente distribuida en el

    país dentro de la franja altitudinal tropical, cubriendo una extensión total de

    516.961 hectáreas sembradas, 430.884 hectáreas en producción y 86.077

    hectáreas en desarrollo ubicados en 160 municipios de 21 departamentos donde

    los principales son César, Córdoba, Casanare, Bolívar, Magdalena, Meta,

    Nariño, Santander, Norte de Santander, Sucre, entre otros. Genera 66 plantas

    de beneficio activas que reúne 6.000 productores, 170.794 puestos de trabajo

    entre directos e indirectos que benefician a miles de familias. La producción de

    aceite de palma pasó de 15 mil toneladas a inicios de los años 60, a 232 mil

    toneladas en 1989 y a más de 1.6 millones de toneladas en 2018, con un valor

    de la producción que bordea los $3.3 billones en la actualidad. En la última

    década, la producción de aceite de palma ha crecido a una tasa promedio del

    9,2%, lo que refleja su dinamismo.

  • 15

    Esta planta produce dos importantes aceites: (1) aceite de palma, el que es

    blando y se utiliza extensamente en oleomargarina, manteca y grasas para la

    cocina y en la fabricación industrial de muchos otros productos para la

    alimentación humana, y (2), aceite de almendra de palma (palmiste) el que posee

    un alto contenido de ácido láurico y el cual a su vez produce jabones de excelente

    espuma y además los productos arriba mencionados, también los aceites

    vegetales están siendo transformados en muchos otros productos para uso

    técnico como: biocarburantes y aceites biológicas naturales (Mejía., 2006).

    Sin embargo, según la Corporación Centro de Investigación en Palma de Aceite

    (Cenipalma) (Silva y Martínez, 2009) el cultivo de palma de aceite está

    susceptible a estas principales enfermedades que son: La pudrición del cogollo

    (PC), que es una enfermedad muy limitante de la palma de aceite, causada por

    Phytophthora palmivora; la enfermedad Anillo rojo–hoja corta es causada por el

    nematodo Bursaphelenchus cocophilus, cuyo vector es el insecto conocido como

    el picudo negro, Rhynchophorus palmarum y la Marchitez letal (ML) de la palma

    de aceite es una de las enfermedades más limitantes del cultivo en Colombia; ha

    sido reportada tanto en la Zona Central como en la Oriental. Las investigaciones

    de Cenipalma han demostrado que el vector del agente causante de la ML es el

    insecto conocido como el saltahojas de la palma (Haplaxius crudus), siendo este

    un insecto que se encuentra en todas las plantaciones.

    Figura 2. Planta de palma de aceite. Fuente: ICA (2000).

    1.3 Cultivo de Poáceas

    Conocida anteriormente como las gramíneas, actualmente son reconocidas por

    el Comité Internacional de Nomenclatura para Algas, Hongos y Plantas (2017)

    como la familia de poáceas; son un grupo de plantas herbáceas muy importantes

    en buena parte de los ecosistemas terrestres (Tzvelev, 1989; Kellogg, 2000,

  • 16

    2001; Davis, 2004), son plantas cosmopolitas (Figura 3) ya que se encuentra en

    gran parte de los nichos ecológicos del planeta, su capacidad de adaptación se

    deriva de su diversidad morfológica, fisiológica y reproductiva; se estima que

    constituyen aproximadamente el 20-45% de la cubierta vegetal de la Tierra (Hilu,

    1985; Kellogg, 2001). La familia Poaceae comprende entre 10000 y 11000

    especies (Davis, 2004), las cuales han sido agrupadas en 651-898 géneros

    (Tzvelev, 1989; Clayton y Renvoize, 1999). Éstas son una de las familias de

    plantas más importantes en la flora mundial, tanto por el número de especies

    que contiene como por su importancia económica y ecológica (Kellogg, 2000,

    2001; Davis, 2004). Son una de las familias de plantas vasculares más

    importantes, tanto por el número de especies que contiene como por su

    importancia económica y ecológica, pues de algunas de sus especies provienen

    los cereales y es la fuente de la mayor parte del azúcar mundial, del forraje para

    herbívoros domésticos y salvajes, de celulosa para papel, así como también de

    bambú y la caña para la construcción (Giraldo, 2010a).

    En el mundo, esta familia ocupa el tercer lugar en cuanto al número de géneros,

    después de las Asteraceae y las Orchidaceae, el quinto lugar en cuanto al

    número de especies, después de las Asteraceae, las Orchidaceae, las

    Leguminosae y las Rubiaceae, y el primer lugar desde el punto de vista

    económico, pues de ella provienen los cereales y es la fuente de la mayor parte

    del azúcar mundial, de los pastos para animales domésticos y salvajes y del

    papel, así como de los bambúes y las cañas para la construcción (Hilu, 1985;

    Tzvelev, 1989; Kellogg, 2000, 2001; Davis, 2004). Las poáceas son la fuente

    más grande de bienestar en el mundo, ya que no sólo nos suministran el pan

    que es la base de la alimentación de todos los pueblos, sino que son también los

    principales constituyentes de las praderas y las sábanas que alimentan los

    ganados, así como a buena parte de la fauna silvestre. Por lo tanto, la carne, la

    leche, los derivados lácteos, el cuero y la lana son productos generados por las

    poaceas (Chase y Luces, 1972; Gould y Shaw, 1992). Entre la importancia

    económica podemos destacar, además de los anteriores, los siguientes datos:

    El arroz alimenta más seres humanos que cualquier otro producto vegetal; el

    trigo se cultiva extensamente en todas las regiones frías del mundo, y la

    superficie de las tierras agrícolas destinadas a éste exceden la de cualquier otro

    cultivo; el maíz se cultiva en casi todo el planeta entre los 58º latitud norte y los

    40º latitud sur, y desde el nivel del mar hasta los 3.600 m de altitud, así como

    desde climas secos hasta climas muy húmedos (Gould y Shaw, 1992). Ningún

    otro cultivo se distribuye en un área tan grande, y sólo el trigo ocupa una

    superficie más grande. Del mismo modo, una poaceae (Saccharum officinarum

    L.) es la fuente de la mayor parte del azúcar mundial (Gould y Shaw, 1992).

  • 17

    Figura 3: Familia Poaceae. Fuente: Bailey L.H. (2016)

    En la tabla 2 se exponen las regiones naturales de Colombia donde se

    encuentran mayor abundancia de especies de poaceas, las cuales son la Andina,

    la Orinocense, la Caribe y la Guayanesa, con 616, 277, 210 y 195 especies,

    respectivamente. Al igual que en otras áreas tropicales, en Colombia las

    subfamilias de Poaceae muestran una distribución asociada con la altura sobre

    el nivel del mar y con la precipitación; un ejemplo claro es la región Andina que

    presenta un amplio gradiente altitudinal, desde las tierras bajas (cerca del nivel

    del mar) hasta más de 5.000 m de altitud. Así, la cordillera de los Andes genera

    una gran variedad de ambientes que permite el establecimiento de una rica flora

    y un alto grado de endemismo (Jorgensen et al., 1995).

    Tabla 2. Riqueza de especies de poaceas por región natural en Colombia. El

    total de especies no representa la suma de las cantidades parciales por región,

    pues una misma especie puede crecer en varias regiones naturales. Lo mismo

    sucede con los porcentajes.

    Región

    Natural

    Área (Km2) Número de

    especies

    Porcentaje

    de especies

    Andes Ca. 335.159 616 67,9

  • 18

    Orinoquia 266.300 277 30,5

    Llanura del

    Caribe

    (excluida la

    Sierra

    Nevada de

    Santa Marta)

    116.418 210 23,2

    Guayana Ca. 36.000 195 21,5

    Valle del río

    Magdalena

    Sin datos 191 21,1

    Sierra

    Nevada de

    Santa Marta

    17.000 171 18,9

    Amazonia 300.020 171 18,9

    Valle del río

    Cauca

    Sin datos 132 14,6

    Chocó

    Biogeográfic

    o

    70.806 122 13,5

    Islas

    Caribeñas

    45 46 5,1

    TOTAL 906

    *Tomado de: (Giraldo, 2011). (*Ca. = Cantidad aproximada).

  • 19

    2. Especies de Fitoplasmas y Espiroplasmas Reportadas en Colombia

    para los Cultivos de Solanáceas, Palma de aceite y Poaceae

    2.1 Fitoplasmas

    2.1.1 Generalidades.

    Los fitoplasmas fueron descubiertos por Doi et al., en el año 1967, que buscaban

    el agente patógeno responsable del amarillamiento del áster. A estos

    organismos unicelulares se les llamó inicialmente organismos similares a

    micoplasmas (OSM) o (MLO, micoplasma like organisms) debido a su similitud

    morfológica con los micoplasmas, microorganismos parásitos de animales y a su

    sensibilidad a los antibióticos de la familia de las tetraciclinas (Ishiie et al., 1967).

    En 1994 el Comité de Taxonomía de los Mollicutes, de la Organización

    Internacional de la Micoplasmología (IOM por sus siglas en inglés) estableció el

    nombre actual de fitoplasmas (Kirkpatrick, 1991).

    2.1.2 Clasificación.

    ● Reino: Bacteria

    ● Phyllum: Firmicutes

    ● Clase: Mollicutes

    ● Orden: Acholeplasmatales

    ● Familia: Acholeplasmataceae

    ● Género: Candidatus phytoplasma

    Figura 4. Fitoplasma dentro de una célula de floema. Fuente: Oropeza (2010).

    Los fitoplasmas se clasifican e identifican según grupos y subgrupos

    ribosomales, los cuales se basan principalmente en el análisis de la secuencia

    16S rDNA que corresponde al gen que codifica para el RNA ribosomal,

    subunidad 16S (Lee et al., 1998, Zhao et al., 2010; Martini et al., 2012, Davis et

    al., 2012). Los ARN ribosómicos han adquirido vital importancia en el estudio de

    la evolución de las bacterias. En concreto, los genes ribosómicos 16S y 23S son

  • 20

    utilizados como cronómetros moleculares en el estudio de la filogenia microbiana

    y sistemática. Así, el estudio del gen 16S rDNA (con regiones muy conservadas)

    mediante RFLP, se ha utilizado para separar los fitoplasmas en diferentes grupos

    y subgrupos los cuales pueden contener una o varias especies (Tabla 3)

    (Schneider et al., 1993).

    Siguiendo las reglas de la Organización Internacional de Micoplasmologia se

    propuso el uso taxonómico de la denominación ‘Candidatus’ para su uso con

    microorganismos procariotas no cultivables, solo descritos con base en estudios

    moleculares (IRPCM, 2004), lo que llevó al taxón provisional a nivel de género

    denominado 'Candidatus Phytoplasma'. Más de 40 especies de Candidatus

    phytoplasma han sido identificadas en este género, basado en que las especies

    comparten por lo menos un 97.5% de la identidad de la secuencia del gen 16S

    RNAr. Las especies de fitoplasmas se consideran claramente una población

    bacteriana ecológicamente separada y generalmente en la descripción de la

    especie se sugiere incluir información adicional sobre las plantas infectadas e

    insectos vectores, si se llegan a conocer (Hodgetts et al., 2008).

    Tabla 3. Grupos taxonómicos de Fitoplasmas.

    Grupo 16Sr Especies

    Candidatas

    Tipo de cepa Número de

    acceso del

    Banco de

    Genes

    Distribución

    geográfica

    del grupo

    I-A Ca.

    Phytoplasma

    asteris

    Aster yellows

    whitches

    broom

    NC_007716 Norte

    América,

    Europa

    I-B Ca.

    Phytoplasma

    asteris

    Onion yellows NC_005303 Todo el

    mundo

    I-C Ca.

    Phytoplasma

    asteris

    Clover

    phyllody

    AF222065 Norte

    América,

    Europa

    I-D Ca.

    Phytoplasma

    asteris

    Patilownia

    witches broom

    AY65206 Asia

  • 21

    I-E Ca.

    Phytoplasma

    asteris

    Blueberry

    stunt

    AY265213 Norteamérica

    I-F Ca.

    Phytoplasma

    asteris

    Apricot

    chlorotic leaf

    roll

    AY265211 España

    II-A Peanut

    witches broom

    L33765 Asia

    II-B Ca.

    Phytoplasma

    aurantifolia

    Lime U15442 Península

    Arábiga,

    Suramérica

    II-C Cactus

    witches broom

    AJ293216 Asia, África

    II-D Ca.

    Phytoplasma

    australasiae

    Papaya yellow

    crinkle

    Y10097 Australia

    III-A Ca.

    Phytoplasma

    prumi

    Western

    Xdisease

    L04682 Norteamérica

    III-B Clover yellow

    edge

    AF189288 América,

    Asia, Europa

    IV-A Ca.

    Phytoplasma

    palme

    Coconut lethal

    yellowing

    AF498307 Florida,

    Caribe

    IV-B Ca.

    Phytoplasma

    palme

    Phytoplasma

    sp. LfY5

    (PE65)-

    Oaxaca

    AF500334 México

  • 22

    IV-D Ca.

    Phytoplasma

    palme

    Carludovica

    palmata leaf

    yellowing

    AF237615 México,

    Honduras

    V-A Ca.

    Phytoplasma

    ulmi

    El yellows AY197655 Norte

    América,

    Europa

    V-B Ca.

    Phytoplasma

    ziziohi

    Jujube

    witches broom

    AB052876 Asia

    V-C Ca.

    Phytoplasma

    vitis

    Alder yellows AY197642 Europa

    V-G Jujube

    witches broom

    related

    AB052879 Asia

    VI-A Ca.

    Phytoplasma

    trifolii

    Clover

    proliferation

    AY390261 Norte

    América, Asia

    VII-A Ca.

    Phytoplasma

    fraxini

    Ash yellows AF092209 América

    VIII-A Ca.

    Phytoplasma

    luffae

    Loofah

    witches broom

    AF353090 Taiwán

    IX-A Pigeon-pea

    witches broom

    AF248957 América

    IX-D Ca.

    Phytoplasma

    phoenicium

    Almond

    witches broom

    AF515636 Medio Oriente

  • 23

    X-A Ca.

    Phytoplasma

    maliu

    Apple

    proliferation

    AJ542541 Europa

    X-C Ca.

    Phytoplasma

    pyr

    Pear decline AJ542543 Europa

    X-D Ca.

    Phytoplasma

    spartii

    Spartium

    witches broom

    X92869 Europa

    X-F Ca.

    Phytoplasma

    prunorum

    European

    Stone fruit

    yellowRice

    yellow dwarfs

    AJ542544 Europa

    XI-A Ca.

    Phytoplasma

    oryzae

    Rice yellows

    dwarf

    AB052873 Asia, África,

    Europa

    XII-A Ca.

    Phytoplasma

    solani

    Stolbur AJ964960 Europa,

    América

    XII-B Ca.

    Phytoplasma

    australiense

    Australian

    grapevine

    yallows

    L76865 Australasia

    XII-C Strawberry

    lethal yellows

    AJ243045 Australia

    XII-D Ca.

    Phytoplasma

    japonicum

    Japanese

    hydrangea

    phyllody

    AB010425 Japón

    XII-E Ca.

    Phytoplasma

    fragariac

    Strawberry

    yellows

    DQ086423 Europa

  • 24

    XIII-A Mexican

    periwinkle

    virescence

    AF248960 México,

    Florida

    XIV-A Ca.

    Phytoplasma

    cynodontis

    Bermudagras

    s whitteleaf

    AJ550984 Asia, África

    XV-A Ca.

    Phytoplasma

    brasiliense

    Hibiscus

    whitches

    broom

    AF147708 Brasil

    XVI-A Ca.

    Phytoplasma

    graminis

    Sugar cane

    yellows leaf

    AY725228 Cuba

    XVII-A Ca.

    Phytoplasma

    caricae

    Papaya

    bunchy top

    AT725234 Cuba

    XVIII-A Ca.

    Phytoplasma

    americanum

    Potato purple

    top wilt

    DQ174122 Norteamérica

    XIX-A Ca.

    Phytoplasma

    castanae

    Chesnut

    witches broom

    AB054986 Japón

    XX-A Ca.

    Phytoplasma

    rhamni

    Buckthorn

    witches broom

    X76431 Alemania

    XXI-A Ca.

    Phytoplasma

    pini

    Pine shoor

    proliferation

    AJ632155 España

  • 25

    XXII-A Ca.

    Phytoplasma

    cocosnigeriae

    Coconut lethal

    decline

    Y14175 Oeste de

    África,

    Mozambique

    XXIV-A

    Sorghum

    bunchy shoot

    AF509322 Australia

    XXV-A Weeping tea

    witches broom

    AF521672 Australia

    XXVI-A Sugar cane

    phytoplasma

    D3T1

    AJ539179 Mauritania

    XXVII-A Sugar cane

    phytoplasma

    D3T2

    AJ539180 Mauritania

    XXVIII-A Derbil

    phytoplasma

    AT744945 Cuba

    XXIX-A Ca.

    Phytoplasma

    allocasuarina

    e

    Allocasuarina

    mulleriana

    phytoplasma

    AY135523 Australia

    XXX-A Ca.

    Phytoplasma

    cocosnigeriae

    Tanzania

    lechal decline

    X80117 Tanzania

    *Tomado de: (Reveles et al., 2014).

    2.2 Espiroplasmas

    2.2.1 Generalidades.

    Son bacterias helicoidales, móviles, no poseen pared celular, se ha demostrado

    que sus hábitats son las plantas, insectos, y con menos frecuencia en garrapatas

    y crustáceos. Los insectos son el principal reservorio y las plantas son

  • 26

    importantes en la transmisión horizontal entre hospedadores de insectos. Los

    espiroplasmas podían ser cultivados en medios artificiales, lo que facilitó su

    caracterización en comparación con la de los fitoplasmas (Fletcher y

    Wayadande, 2009).

    2.2.2 Clasificación.

    ● Reino: Bacteria

    ● Phyllum: Firmicutes

    ● Clase: Mollicutes

    ● Orden: Entomoplasmatales

    ● Familia: Spiroplasmataceae

    ● Género: Spiroplasma

    Figura 5. Espiroplasma citri creciendo en el floema de una planta. Fuente:

    Gasparich, 2002.

    Figura 6. Espiroplasma aislado de plantas de maíz infectado. A. Típica

    morfología helicoidal de espiroplasma. B. Espiroplasmas activos de cultivo

    líquido. Observado por microscopía de campo oscuro. Fuente: Agrios 2005,

    pág. 692.

  • 27

    Entomoplasmatales es un pequeño orden de bacterias de la clase Mollicutes,

    que incluye el género Espiroplasma, del cual demostró que contiene cuatro

    principales clados (Gasparich, 2004):

    ● Mycoides-Entomoplasmataceae: Contiene los clados compuestos que

    son Mycoides y Entomoplasmataceae, el clado Entomoplasmataceae

    tiene especies de Entomoplasma y Mesoplasma que comparten un

    hábitat huésped común, la superficie del insecto/planta. El clado Mycoides

    es un derivado del clado Entomoplasmataceae y contiene varias especies

    de Mycoplasma de animales rumiantes, incluido M. mycoides (Johansson

    y Pettersson, 2002).

    ● Apis: La mayoría de los aislamientos examinados por Gasparich y

    colaboradores en el 2004, cayeron en el clado Apis, las tres especies en

    este clado abarcan los serogrupos XIII, XXVI y XXIX y se aislaron de un

    grupo diverso de insectos (mosquitos, avispas e insectos neópteros) y la

    planta representativa son las flores (Hackett et al., 1992).

    ● Citri-Chrysopicola-Mirum: Los miembros de este clado representan

    diversas asociaciones con vectores, incluidas las abejas, las garrapatas,

    los saltahojas, las superficies de plantas/flores, Drosophila y camarones

    (Williamson y Poulson, 1979). Este clado también es de especial interés

    debido a la patogenicidad de algunos miembros. Las enfermedades

    incluyen enfermedades en cítricos (S. citri), espiroplasmosis de abejas

    melíferas (S. melliferum), achaparramiento del maíz (S. kunkelii),

    enfermedad del bígaro (S. phoeniceum) y la reciente describe la

    enfermedad de la acuicultura del camarón (S. penaei) (Nunan et al.,

    2005).

    ● Ixodetis: Este clado contiene un solo miembro, S. ixodetis (serogrupo VI),

    que se aisló de una garrapata (Tully et al., 1995). S. ixodetis representa el

    límite superior conocido para el tamaño del genoma de espiroplasma a

    2220 kbp y tiene una hélice única, fuertemente enrollada. No está claro si

    esta morfología inusual es una característica derivada recientemente o si

    representa un carácter primitivo y ancestral (Trachtenberg, 2004).

    2.3. Distribución

    Los fitoplasmas al ser fitopatógenos limitados a las estructuras del floema son

    propagados por insectos chupadores de savia del orden hemíptera,

    pertenecientes principalmente a las familias: Cicadellidae y Fulgoroidea, quienes

    se alimentan de los fluidos que conduce el floema, y es allí donde adquieren los

    fitoplasmas para posteriormente transmitirlos a otras nuevas plantas; estas

    bacterias pueden pasar el invierno en vectores infectados, así como en plantas

    perennes que sirven como reservorios para fitoplasmas, además, los fitoplasmas

    se pueden diseminar por medio de propagación vegetativa a través de esquejes,

  • 28

    tubérculos de almacenamiento, rizomas o bulbos (Lee et al., 1992). Los

    fitoplasmas se han asociado con enfermedades en más de mil especies de

    plantas que pertenecen a más de 98 familias y con numerosos vectores de

    insectos del suborden homoptera (Cicadellidae, Cixidae, Cercopidae, Psyllidae

    y Fulgoridae). Geográficamente, los fitoplasmas tienen una distribución global

    con informes de al menos 85 países (Costanzo, 2012). Sin embargo, la

    distribución varía de acuerdo a la especie del fitoplasma, ya que muchos parecen

    estar restringidos a un continente o a una región geográfica específica. Este

    aislamiento geográfico puede estar relacionado con la distribución de sus plantas

    hospederas y los insectos vectores que son nativos de una región en particular

    (Lee et al., 2003). Por ejemplo el fitoplasma del achaparramiento del maíz, se

    limita a América Central y del Sur y parte de Norteamérica; estas regiones

    corresponden con el área de distribución geográfica de sus insectos vectores

    Dalbulus maidis y D. elimatus (Costanzo, 2012).

    2.4. Especificidad de los Fitoplasmas y Espiroplasmas

    Tanto las plantas como los insectos vectores son hospedantes naturales

    de los fitoplasmas y espiroplasmas, el rango de hospedante de los insectos

    vectores y plantas varía en las diferentes especies. Algunas de estas

    bacterias tienen una baja especificidad sobre el insecto vector mientras que

    otros son altamente específicos, dependiendo de la interacción fitoplasma–

    insecto (Camarena et al., 2008).

    La gama de plantas hospedantes para cada fitoplasma depende del

    comportamiento alimenticio del vector, por ejemplo los insectos vectores

    monófagos (los cuales se alimentan de una sola especie de planta) se transmiten

    a los fitoplasmas solo en poblaciones de esa especie vegetal en particular. Los

    insectos oligófagos (los cuales se alimentan de un rango restringido de plantas)

    diseminan el fitoplasma en pocas especies vegetales. Finalmente, los insectos

    polífagos (que se alimentan de un amplio rango de especies vegetales)

    transmiten los fitoplasmas a un mayor número de plantas (Christensen et al.,

    2005).

    La evolución de los fitoplasmas es regida por las características ecológicas que

    permiten que surjan nuevas especies de fitoplasmas, ejemplos de éstos se dan

    cuando algunos fitoplasmas comparten tanto insectos vectores como plantas

    hospedantes y con el tiempo, las plantas hospedantes pueden estar infectadas

    con dos o más fitoplasmas, la interacción y el intercambio horizontal de material

    genético entre estos fitoplasmas puede suceder y como resultado se da el

    surgimiento y evolución de nuevas cepas de fitoplasmas, ocasionalmente y

    cuando los insectos vectores polífagos se alimentan de estas plantas o insectos

    oligófagos se ven forzados a alimentarse de estas mismas plantas, aún cuando

    no son sus fuentes de alimentación habituales, por lo tanto, estas plantas no

  • 29

    hospedantes pueden quedar infectadas por el fitoplasma o los fitoplasmas que

    poseen estos insectos, creándose nuevos nichos para fitoplasmas que pueden

    evolucionar independientemente de otras cepas de fitoplasmas, o pueden ser

    transmitidos nuevamente a las plantas de donde proceden o nuevas plantas no

    hospedantes por los mismos u otros insectos (Beanland et al., 2000). Si los

    efectos causados por los patógenos en nuevos hospedantes no son severos y

    no causan una mortalidad elevada, se considera que son hospedantes alternos,

    y a diferencia de los hospedantes principales, éstos no son esenciales para la

    sobrevivencia del patógeno, pero podrían representar reservorios permanentes

    de fitoplasmas (Bové y Garnier, 2002).

    2.5. Ciclo de Infección

    En las plantas, los fitoplasmas y espiroplasmas son parásitos intracelulares,

    donde se localiza en los tubos cribosos del floema, cuyo ambiente químico es

    complejo y es rico en nutrientes que toman indiscriminadamente (Christensen et

    al., 2005). Este ambiente tan complejo, junto con su elevada presión osmótica

    e hidrostática, sirve de medio de cultivo para su multiplicación. Los fitoplasmas y

    espiroplasmas son inoculados en las células del floema por el vector y de allí se

    dispersan sistémicamente usando la continuidad del sistema vascular de la

    planta. Debido a su reducido tamaño los fitoplasmas y espiroplasmas, pasan por

    los poros de los tubos cribosos (Christensen et al., 2005). Como en la mayoría

    de los Mollicutes, los fitoplasmas y espiroplasmas se reproducen asexualmente

    por gemación o fisión binaria (Poncarova et al., 1998; Miyata y Ogaki, 2006). Una

    vez que el insecto vector adquiere estos patógenos debe existir un periodo de

    incubación (periodo de latencia) para que este insecto esté habilitado para

    transmitirlo (Christensen et al., 2005). Este periodo es variable y se puede ver

    afectado por las condiciones ambientales, principalmente la temperatura. En los

    fitoplasmas, este periodo de latencia variar de unos pocos días hasta 80 días

    (Weintraub y Beanland, 2006) y entre 15 a 20 días para espiroplasmas (Bové et

    al., 2003). Los fitoplasmas y espiroplasmas son de carácter persistente y

    propagativo dentro de sus insectos vectores, es decir, una vez que el insecto

    hospedante los adquiere, estos patógenos se multiplican dentro del vector,

    siendo potencialmente infectivos por el resto de su vida (Purcell, 1982 y Fletcher

    et al., 1998), lo cual facilita la dispersión de los patógenos a nuevos hospederos

    (Bové et al., 2003; Weintraub y Beanland, 2006).

  • 30

    Figura 7. Secuencia de eventos en la hibernación, adquisición y transmisión de

    fitoplasmas y espiroplasmas por insectos vectores. Fuente: Alonso, 2011.

    2.6. Vectores

    La mayoría de los procariontes fitopatógenos como bacterias cultivables no

    requieren un vector activo para infectar plantas, sin embargo para otros

    procariontes como los de la clase Mollicutes, en los que se incluyen los

    fitoplasmas y espiroplasmas, los insectos vectores son indispensables para su

    transmisión, dispersión y multiplicación. Dichos vectores pueden sufrir

    alteraciones en el potencial biológico por la infección de estos patógenos, las

    cuales pueden ser favorables, de efecto adverso o neutrales (Tabla 4). Por

    ejemplo, se ha reportado que la presencia de fitoplasmas en ciertos vectores

    reduce el fitness o la capacidad biológica del insecto (Kirkpatrick et al., 1994a) y

    también ejemplos en los que se ha demostrado que aumenta la fecundidad y la

    longevidad del vector (Beanland et al., 2000). Sin embargo, también se ha

    argumentado que estos efectos pueden estar conjugados con factores

    ambientales, aislados del patógeno u otro tipo de variables múltiples, las cuales

    pueden afectar la relación insecto-patógeno (Arismendi et al, N. 2010).

    En los insectos vectores, los fitoplasmas pueden encontrarse intra o

    extracelularmente en los tejidos del insecto, los patógenos deben atravesar las

    células intestinales, replicarse en varios tejidos del insecto, pasar a las células

    glandulares salivales, en orden de alcanzar la saliva del insecto para que de esa

    manera el patógeno pueda ser inoculado en una planta mientras el insecto se

    está alimentando de ella (Hogenhout et al., 2008). Usualmente, los fitoplasmas

  • 31

    pueden ser generalistas, infectando varias especies de plantas diferentes, o

    especialistas, infectando una o algunas especies vegetales relacionadas. Como

    consecuencia, un fitoplasma generalista puede ser transmitido por varias

    especies de vectores. Los fitoplasmas de plantas especializadas pueden ser

    transmitidos por una estrecha gama de especies de vectores o por un vector

    específico (Ma et al., 2006). Asimismo, varios estudios han demostrado que los

    fitoplasmas son de carácter propagativo y persistente en su vector y pueden

    inducir cambios benéficos y detrimentales en ellos. La transmisión persistente

    y propagativa de estos mollicutes les permite sobrevivir en forma prolongada

    dentro de sus hospederos y ser infectivos por el resto de sus vidas (Fletcher et

    al., 1998) citado por (Arismendi et al., 2010).

    Los fitoplasmas son transmitidos por insectos pertenecientes al orden

    Hemiptera, principalmente en los subordenes Auchenorrhyncha y

    Sternorrhyncha; dentro de los Auchenorrhyncha se han reportado como vectores

    individuos de las familias Cicadellidae, Cixidae, Cercopidae, Delphacidae,

    Derbidae, Flatidae y dentro de los Sternorrhyncha se ha reportado sólo a una

    superfamilia como vectores de fitoplasmas y espiroplasmas (Weintraub y

    Beanland, 2006). Adicionalmente, pocas especies del orden Pentatomide,

    pertenecientes a las familias Pentatomidae (Mitchell, 2004) y Tingidae han sido

    reportados como vectores. Todos los hemípteros son insectos con aparatos

    bucales modificados tipo picador-chupador en forma de aguja (estiletes), los

    cuales utilizan para penetrar los tejidos de sus plantas huésped. Una vez

    perforan el tejido vegetal ubican los tejidos vasculares, xilema y floema para

    absorber los nutrientes de la planta. (Fletcher y Wayadande, 2009). Por lo tanto,

    el comportamiento alimenticio del vector es fundamental para el proceso de

    transmisión de fitoplasmas y espiroplasmas. El comportamiento alimenticio de

    un vector y la transmisión de un fitopatógeno se puede estudiar por medio de

    una técnica conocida como “Electrical penetration graphs” EPG. En esta técnica

    el insecto y la planta forman parte de un circuito eléctrico en el cual están

    conectados a una fuente de voltaje y un monitor por medio de un hilo de oro. Así,

    cuando el insecto penetra en los tejidos de la planta, un voltaje eléctrico recorre

    el circuito y este puede fluctuar dependiendo de las actividades del insecto. Estas

    fluctuaciones de voltaje se pueden observar como ondas y cada una de ellas

    puede ser caracterizada e identificada dependiendo de su significado biológico.

    De esta manera se puede identificar cuando el estilete del insecto está

    penetrando a través de los tejidos o cuando el insecto está ingiriendo alimento.

    Por medio de EPG se ha identificado que los hemípteros realizan un periodo de

    salivación corta tan pronto como penetran las células del floema, momento en el

    cual pueden transmitir un fitopatógeno si el patógeno ha infectado las glándulas

    salivales del vector y la saliva está contaminada (Weintraub y Beanland., 2016).

  • 32

    Tabla 4. Efecto en el potencial biológico de vectores de Mollicutes fitopatógenos.

    Vector (s) Patógeno(s)

    y/o

    enfermedad

    Efecto del

    vector

    Planta

    hospedante

    en el estudio

    Referenc

    ia

    CICADELLIDA

    E

    Dalbulus maidis

    (DeLong &

    Wolcott)

    Dalbulus

    elimatus (Ball)

    Dalbulus gelbus

    DeLong

    Dalbulus

    guevarai

    DeLong

    Dalbulus

    quinquenotatus

    DeLong

    & Nault

    Dalbulus

    tripsacoides

    DeLong &

    Nault

    Baldulus tripsaci

    Kramer &

    Whitcomb

    “Corn stunt

    spiroplasma

    (CSS)”

    (Spiroplasma

    kunkelii)

    “Bushy stunt

    phytoplasma

    (BSP)” (Ca.

    Phytoplasma

    asteris)

    CSS no

    reduce la

    sobrevivencia

    en D. maidis,

    pero sí en

    otras especies

    evaluadas

    BSP reduce la

    sobrevivencia

    en casi todas

    las especies,

    excepto en D.

    elimatus y D.

    gelbus

    Zea mays L.

    Madden y

    Nault

    (1983)

  • 33

    D .elimatus

    D. gelbus

    “Corn stunt

    spiroplasma

    (CSS)”

    (Spiroplasma

    kunkelii)

    Reduce

    longevidad y

    fecundidad.

    Z. mays Madden y

    Nault

    (1983),

    Madden

    et al.

    (1984)

    Circulifer

    tenellus Baker

    Spiroplasma

    citri

    Mortalidad

    prematura de

    ninfas y

    reducción de

    tasa

    reproductiva

    de hembras

    Brassica

    geniculata

    (Desf.) J. Ball

    Matthiola

    incana (L.) R.

    Br.

    Medio

    artificial de

    alimentación.

    Liu et al.

    (1983),

    De

    Almeyda

    et al.

    (1997)

    D. maidis

    “Aster yellows

    phytoplasma”

    (Ca.

    Phytoplasma

    asteris)

    Incremento de

    longevidad y

    adaptación a

    nuevos

    hospederos

    Callistephus

    chinensis (L.)

    Nees

    Purcell

    (1988)

    Paraphlepsius

    irroratus Say

    “X-disease

    phytoplasma”

    (Ca.

    Phytoplasma

    pruni)

    Efecto

    negativo en la

    longevidad,

    varía según

    temperatura

    ambiental

    Hordeum

    vulgare L.

    Trifolium

    repens L.

    Garcia-

    Salazar

    et al.

    (1991)

  • 34

    Macrosteles

    quadrilineatus

    Forbes

    “Aster yellows

    phytoplasma”

    (Ca.

    Phytoplasma

    asteris)

    Incremento de

    la

    sobrevivencia,

    favorecido por

    la temperatura

    ambiental

    Avena sativa

    L.

    C. chinensis

    Murral et

    al. (1996)

    M.

    quadrilineatus

    “Aster yellows

    phytoplasma”

    (Ca.

    Phytoplasma

    asteris)

    Mejora el

    comportamien

    to, en los

    machos

    incrementan

    su capacidad

    de búsqueda.

    C. chinensis

    Lactuca

    sativa L.

    Hoy et al.

    (1999)

    M.

    quadrilineatus

    “Aster yellows

    phytoplasma”

    (Ca.

    Phytoplasma

    asteris)

    Incrementa la

    longevidad y

    fecundidad

    A. sativa

    L. sativa

    Beanland

    et al.

    (2000)

    D. maidis

    “Bushy stunt

    phytoplasma

    (BSP)” (Ca.

    Phytoplasma

    asteris)

    Spiroplasma

    kunkelii

    Incremento de

    sobrevivencia

    de adultos

    Z. mays Ebert y

    Nault

    (2001)

  • 35

    Euscelidius

    variegatus

    Kirschbaum

    “Flavescence

    dorée

    phytoplasma”

    (Ca.

    Phytoplasma

    vitis)

    Reducción de

    la longevidad

    y fecundidad

    Vicia faba L.

    Bressan

    et al.

    (2005a)

    Scaphoideus

    titanus Ball

    “Flavescence

    dorée

    phytoplasma”

    (Ca.

    Phytoplasma

    vitis)

    Reducción de

    la longevidad

    y fecundidad

    V. faba

    Bressan

    et al.

    (2005b)

    M.

    quadrilineatus

    D. maidis

    “Aster yellows

    phytoplasma

    witches’-

    broom” (Ca.

    Phytoplasma

    asteris)

    Incremento de

    la tasa de

    sobrevivencia

    Arabidopsis

    thaliana (L.)

    Heynh.

    Nicotiana

    benthamiana

    Domin

    L. sativa

    C. chinensis

    Z. mays

    Kingdom

    y

    Hogenho

    ut (2007)

  • 36

    M.

    quadrilineatus

    E. variegatus

    “Chrysanthem

    um yellows

    phytoplasma”

    (Ca.

    Phytoplasma

    asteris)

    Reducción de

    la

    sobrevivencia

    de M.

    quadrilineatus

    pero no en E.

    variegatus.

    Fecundidad

    de M.

    quadrilineatus

    no fue

    afectada, pero

    la de E.

    variegatus fue

    incrementada

    Chrysanthem

    um carinatum

    Schousboe

    D’Amelio

    et al.

    (2008)

    PSYLLIDAE

    Cacopsylla

    melanoneura

    Föster

    “Apple

    proliferation

    phytoplasma”

    (Ca.

    Phytoplasma

    mali)

    Reducción de

    la oviposición

    y eclosión de

    huevos

    Malus

    domestica

    Borkh cv.

    Golden

    dilicious

    Malagnini

    et al.

    (2010)

    *Tomado de: (Arismendi et al., 2010).

    2.7 Sintomatología de las Plantas

    Los síntomas causados por los fitoplasmas sugieren por un lado perturbaciones

    en el balance de los reguladores de crecimiento y hormonas vegetales de las

    plantas hospederas y por otro, desórdenes en el funcionamiento del floema y

    alteración del contenido de la savia (Christiansen et al., 2005). Estudios han

    mostrado que los fitoplasmas son capaces de secretar proteínas de virulencia

    que afectan las células vegetales, las cuales pueden estar relacionadas con los

    cambios hormonales observados (Hogenhout et al., 2008).

    Según Camarena et al., en el 2008, las enfermedades de las plantas asociadas

    a la presencia de fitoplasmas se reconocen por un conjunto de síntomas que

    sugieren graves alteraciones en el equilibrio hormonal de la planta, la fotosíntesis

  • 37

    y las sustancias de reserva. Los síntomas que presentan las plantas con mayor

    continuidad son:

    ● Formación de escobas de brujas.

    ● Amarillamiento o clorosis.

    ● Elongación de tallos.

    ● Enrojecimiento precoz de las hojas y tallos.

    ● Esterilidad de las flores.

    ● Virescencia, donde los pétalos tienen color verde, sin desarrollo del color

    característico de la flor.

    ● Enanismo generalizado.

    ● Desarreglos vegetativos, como el desarrollo de grandes cúmulos de hojas

    o flores sin desarrollarse, acumulándose generalmente en lugar de las

    yemas axilares.

    ● Enrollamiento de hojas.

    ● Decaimiento general.

    ● Proliferación de brotes.

    ● Filodia, que es la metamorfosis de órganos florales en hojas.

    En plantas leñosas se pueden observar síntomas como amarillamiento,

    enrojecimiento, hojas pequeñas, hojas entorchadas, aclaramiento, alargamiento

    y necrosis de venas, defoliación prematura, coloración de otoño prematura,

    frutos pequeños, crecimiento terminal pobre, follaje disperso, muerte regresiva

    (“dieback”), atrofia y decaimiento (Lee et al., 2000). En algunos casos pueden

    haber plantas que incluso estando infectadas con fitoplasmas, carecen de

    síntomas en todo su tiempo de vida (Marcone, 2010).

    a) b) c) d)

    e) f) g)

  • 38

    Figura 8. Principales síntomas causados por fitoplasmas y espiroplasmas. a)

    Desarrollo de yemas adventicias que dan lugar a escobas de bruja, b)

    esterilidad de las flores, c) desarreglos vegetativos. d) brotación prematura, e)

    amarilleo de hojas y/o nervios, f) enrojecimiento y g) enrollamiento de las hojas.

    Fuente: García, 2004.

    Los efectos de los fitoplasmas en los insectos no son conclusivos, pueden

    disminuir la adecuación y en algunos casos pueden causar la muerte prematura,

    aunque también se ha demostrado que en otros casos pueden prolongar la vida

    del insecto vector y aumentar su tasa de reproducción (Beanland et al., 2000).

    Se propone que los fitoplasmas causan reacciones menos virulentas a sus

    hospedantes vectores. Una razón podría ser que el patógeno gana muy poco

    dañando a su vector, el cual constituye su único vehículo de transmisión

    (Christensen et al., 2005).

    3. Especies de Fitoplasmas y Espiroplasmas que están Reportadas en

    Colombia para los Cultivos de Poaceae, Palma de Aceite y Solanáceas

    3.1. Familia Poaceae

    3.1.1. Cultivo de maíz.

    Según Varón y Sarria (2007) en Colombia el cultivo de maíz es afectado por dos

    enfermedades principales conocidas como “enanismo arbustivo del maíz”

    (Mayze Bushy Stunt Disease MBSD) causada por fitoplasmas que pertenecen al

    grupo conocido como Aster yellows, todos miembros de la especie Candidatus

    Phytoplasma asteris y la otra causada por un Espiroplasma llamado

    Spiroplasma kunkeli causante del “achaparramiento del maíz” (Corn Stun

    Spiroplasma CSS). Estos patógenos tienen periodo de incubación en la planta

    entre 40 y 60 días, por lo cual los síntomas se manifiestan generalmente después

    de la floración.

    Los síntomas iniciales se caracterizan por la presencia de bandas blancas o

    cloróticas en la base de las hojas jóvenes. La infección avanza de manera

    sistemática y las bandas pueden llegar a cubrir toda la lámina foliar, la cual se

    torna amarilla o púrpura, dependiendo del genotipo. Además, se presenta

    enanismo, acortamiento de entrenudos, proliferación de brotes o mazorcas en

    los nudos, esterilidad masculina, ramificación excesiva o reducción de raíces.

    Las hojas pueden presentar ruptura de los bordes y en ocasiones permanecen

    entrelazadas en el cogollo o en la parte superior de las plantas. En infecciones

  • 39

    tempranas las plantas no producen y su altura se reduce significativamente.

    También presentan desarrollo anormal de las mazorcas y en ocasiones

    muestran estructuras reproductivas masculinas en el ápice de la mazorca.

    El achaparramiento del maíz es transmitido por el saltahojas Dalbulus maidis.

    Todos los estados del insecto (ninfas y adultos) son capaces de adquirir y

    transmitir la enfermedad, siendo más eficientes las ninfas. Las poblaciones de

    Dalbulus se incrementan en temporadas secas y temperaturas altas. El insecto

    tiene como hospederas, además del maíz, a Rottboellia exaltata (caminadora),

    Avena fatua (avena), Sorghum halepense (pasto Johnson) y Hordeum vulgare

    (cebada) (Taba, 2004).

    Las pérdidas inducidas por el achaparramiento están directamente relacionadas

    con el porcentaje de incidencia de la enfermedad, el porcentaje de plantas

    improductivas y el grado de severidad. Entre más jóvenes se enferman los

    cultivos, mayores son las pérdidas por planta (Varón y Sarria, 2007).

    a) b)

    Figura 9. Síntomas presentados por Fitoplasmas y Espiroplasmas en el cultivo

    de maíz. a) Bandas blancas en las hojas jóvenes. b) Desarrollo anormal de las

    mazorcas. Fuente: Varón y Sarria, 2007.

    3.2. Palma de Aceite

    La Marchitez Letal (ML), es considerada como una de las principales

    enfermedades de la palma de aceite (Elaeis guineensis Jacq.) en Colombia;

    principalmente en la Zona Oriental, donde los primeros casos se registraron en

    1994 (Torres y Tovar, 2004). La incidencia de dicha enfermedad ha venido

    creciendo a partir de 1999, principalmente se ha reportado en seis plantaciones

    del Bajo Upía, ésta zona comprendida entre el norte del Meta y Sur del Casanare,

    la Marchitez letal ha representado la pérdida de 552 hectáreas en la zona que

    han sido devastadas por la enfermedad, sin embargo cálculos más detallados

    indican que el área pérdida es mucho mayor contando las palmas que han sido

    erradicadas por concepto de manejo buscando reducir la presión de inóculo o

  • 40

    por erradicación de lotes enteros cuando las incidencias superan el 60 o 70% de

    incidencia de ML, datos conservadores estiman la pérdida de cerca de 900

    hectáreas. Los casos anuales presentan un aumento sustancial a través del

    tiempo, el total de casos acumulados suman más de 78.000 casos al mes de

    noviembre de 2008 (Figura 10) (Gutiérrez, 2008).

    Figura 10. Casos de Marchitez Letal acumulados por año desde la aparición de

    la enfermedad. Fuente: Gutiérrez, 2008.

    Uno de los principales problemas de la ML es el poco conocimiento que se tiene

    de la enfermedad, hasta el momento solo se ha reportado un posible vector el

    cixido americano de la palma Haplaxius crudus (Ruíz y Molina, 2014), este

    insecto cuando es adulto se puede alimentar de palmas, sin embargo sus

    estados inmaduros (ninfas) se desarrollan en diferentes especies de

    gramíneas y ciperáceas (Arango et al., 2012). Por lo tanto la presencia de

    gramíneas en las plantaciones de palma favorece el desarrollo de las

    poblaciones del vector. Este hecho dificulta el manejo y control de la población

    de vectores debido a que las gramíneas son abundantes como coberturas

    vegetales espontáneas en las plantaciones palmeras. Estudios realizados por

    Cenipalma han mostrado que el uso de leguminosas como cobertura vegetal

    reduce la incidencia de esta enfermedades al controlar el desarrollo de las

    gramíneas espontáneas en los lotes donde se hospedan los insectos vectores

    de esta enfermedad. Por tal motivo, al controlar las poblaciones de gramíneas,

    se reducen las poblaciones del insecto vector y se disminuye la transmisión de

    la ML en los cultivos de palma de aceite (Arango et al., 2011). En un estudio

    realizado por Álvarez et al., en el 2005 se identificaron por medio de análisis de

    PCR anidado con una homología del 99% fitoplasmas del Grupo Aster Yellows

    16SrI, en muestras de plantas enfermas, el 100% de los tejidos provenientes de

  • 41

    la base de las flechas, 75% de las flechas, 56% de inflorescencias, 50% de

    meristemo y 33% de hojas.

    Además, estudios económicos revelan que la enfermedad acarrea un sobrecosto

    de 84 dólares por tonelada de aceite producido y se estiman pérdidas de

    $13.050 millones de pesos colombianos que comprenden los años 1994-2007

    en las plantaciones afectadas (Tabla 5), este monto es el resultado de la suma

    de cuatro componentes económicos: 1) la pérdida asociada al costo de

    establecimiento y el mantenimiento durante los primeros tres años (fase

    improductiva), 2) la disminución en el ingreso esperado por la disminución de la

    producción de fruto fresco, consecuencia de la erradicación de la palma, 3) la

    pérdida en la producción de toneladas de RFF a la que se ha dado lugar en los

    lotes atacados por la enfermedad, mientras que la incidencia de la misma ha

    venido aumentando y 4) los costos asociados a erradicación de las palmas

    (Mosquera et al., 2003; Rocha et al., 2007).

    Tabla 5. Resumen de pérdidas económicas por la presencia de ML.

    Pérdida Millones de pesos

    Etapa improductiva 536

    Aumento de la incidencia 3.869

    Potencia toneladas RFF por

    hectáreas erradicadas

    8.459

    Erradicación 186

    Total de pérdidas asociadas a

    ML

    13.050

    *Tomado de: (Mosquera et al., 2003; Rocha et al., 2007).

    Según Torres y Tovar en el 2004, a partir de los primeros casos de ML en la

    Zona Oriental Colombiana, se diseminó a diferentes plantaciones del Bajo Upía

    y recientemente según la Coordinadora de Manejo Sanitario (2010), hay nuevos

    focos en otras subzonas en la Zona Oriental Colombiana. Además hay

  • 42

    evidencias de su posible presencia en la Zona Central Colombiana (Cenipalma,

    2010). La incidencia de esta enfermedad es mayor en los meses de lluvia y se

    manifiesta en focos localizados, preferentemente en lotes con problemas de

    drenaje (Calvache et al., 2004). Los materiales afectados manifiestan una

    sintomatología de difícil detección en sus estadios tempranos, lo cual dificulta un

    diagnóstico acertado y acciones de manejo oportunas.

    Las palmas enfermas expresan un complejo cuadro sintomático, que incluye

    clorosis en los tercios medio e inferior, y secamiento progresivo de las hojas

    medias y bajas, el cual empieza por las puntas de los foliolos, y pudrición de

    frutos y raíces. La enfermedad progresa rápidamente, y las palmas mueren en

    un lapso de pocos meses después de la detección de los síntomas (Torres y

    Tovar, 2004). Los síntomas de ML reportados originalmente incluyen

    amarillamiento de hojas, secamiento de ápices y márgenes de folíolos en las

    hojas de los tercios medio y superior, necrosis de haces vasculares, pudrición

    gradual de raíces, inflorescencias y racimos (Figura 11 y 12) (Calvache et al.,

    2004; Tovar, 2005).

    Estos síntomas hacen que la la ML sea considerada una enfermedad drástica y

    peligrosa, porque además de dispersarse rápidamente ya distancias cortas,

    causa la muerte de las plantas en un período de cuatro a seis meses después

    de la aparición de los primeros síntomas, y hasta el momento no ha podido existe

    un tratamiento curativo.

    Figura 11. Marchitez letal en palma de aceite. Izquierda. (A) Síntomas en la

    inflorescencia femenina de una planta afectada por la Marchitez letal. (B)

    Detalles de la pudrición al interior de la inflorescencia. Derecha. Apariencia de

    un foliolo en una planta sana comparado con los síntomas de secamiento

    característico en foliolo de palma afectada por la Marchitez letal. Fuente: Arango

    et al., 2011.

  • 43

    Figura 12. Síntomas de Marchitez Letal en frutos de Palma de aceite. Izquierda.

    Proceso de pudrición en la base de frutos de una palma afectada por la Marchitez

    Letal comparado con el aspecto de la de frutos en una palma sana. En los

    primeros hay fácil desprendimiento de frutos en un racimo inmaduro, mientras

    en frutos de una palma sana fue necesario cortarlos para removerlos. Derecha.

    Corte longitudinal de frutos de palmas afectadas por Marchitez letal comparados

    con los de una palma sana. Se observa el proceso de pudrición que se presenta

    en la base de ellos. Fuente: Arango et al., 2011.

    3.3 Familia Solanaceae

    3.3.1 Cultivo de papa (Solanum tuberosum L.).

    Segun Mejía et al., (2011), la papa (Solanum tuberosum L.) es un alimento básico

    y uno de los cultivos agrícolas más importantes en Colombia, llegando a unas

    162.000 hectáreas con una producción de más de 2.721.396 toneladas al año.

    En 2011, en Colombia, se encontraron síntomas relacionados con el fitoplasma

    de los grupos 16SrV y 16SrXII, en el cultivo de papa para lotes de semillas,

    multiplicación en tres áreas en los municipios de Guasca y Zipaquirá, (2.900-

    3.000 metros sobre el nivel del mar) en el Departamento de Boyacá, afectando

    la variedad "Criolla Colombiana". Los síntomas de la enfermedad son

    decoloración o coloración amarillenta de los folíolos, enrollamiento apical,

    enanismo, brotes axilares y entrenudos más gruesos (FEDEPAPA, 2011). Se

    llevaron a cabo análisis moleculares para verificar la asociación del fitoplasma

    con esta enfermedad. Los análisis RFLP confirmaron la presencia de fitoplasmas

    del grupo 16SrXII, además en muestras amplificadas con cebadores específicos

    identificaron el fitoplasma del grupo 16SrV, específicamente los relacionados

    con el subgrupo 16SrV-C donde se determinaron mediante análisis y

    secuenciación RFLP. Esta es la primera identificación de fitoplasmas de 16SrV

    en la papa, esta nueva enfermedad en Colombia podría causar graves pérdidas

    económicas ya que los lotes de semillas de papa se cultivan en áreas donde ya

    se ha informado una alta incidencia de la enfermedad.

  • 44

    3.3.2 Cultivo de Lulo (Solanum quitoense).

    El lulo o naranjilla (Solanum quitoense Lam.) es una planta que crece en forma

    espontánea en el área andina, en especial, bajo condiciones de sotobosque, en

    sitios frescos, sombreados, cercanos a corrientes de agua, con temperaturas

    entre 17 y 20 °C (Gattoni, 1961; Heiser, 1985; Medina et al., 2008), para

    Colombia, esta especie se encuentra en las regiones húmedas de los climas

    medio y frío moderado, en donde crece en forma espontánea como maleza a lo

    largo del callejón interandino entre Colombia y Ecuador, habiéndose intentado

    también su cultivo en Perú, Costa Rica, Panamá y Guatemala (Lobo, 1991). En

    el año 2014, en Colombia existían alrededor de 8.418 ha de lulo, con un

    rendimiento promedio de 10,2 ton/ha; el departamento del Huila fue el mayor

    productor (26 % del área total) y junto con Valle del Cauca, Tolima, Antioquia,

    Nariño y Norte de Santander produjo el 65 % del lulo, otros departamentos

    productores fueron Magdalena, Santander, Boyacá, Caldas, Caquetá y Cauca

    (Agronet, 2016).

    Según Betancourt y Villamar en el 2004, el machorreo de lulo es causado por un

    fitoplasma transmitido por el insecto Empoasca sp., con períodos de

    alimentación y de inoculación de 24 horas. Posteriormente, en un estudio

    realizado por Álvarez, et al., en el 2006, se identificó el fitoplasma causante del

    machorreo como perteneciente al grupo 16SrIII (Xdisease; con un 97% de

    homología) utilizando análisis filogenéticos la región rRNA 16S. Las plantas

    afectadas por el machorreo detienen su crecimiento y los síntomas se localizan

    en algunas ramas de la planta. En las hojas se presenta encocamiento o

    encrespamiento de la lámina foliar, moteado y clorosis en las márgenes. Algunas

    de las estructuras florales como los sépalos y pétalos se deforman, se alargan y

    se atrofian semejando primordios foliares (filodia) y no hay cuajamiento de frutos

    (Figura 13). En los tallos se observa acortamiento de entrenudos y proliferación

    de hojas y alargamiento de pecíolos y tallos formando un crecimiento

    desordenado en forma de roseta o escoba de bruja (Figura 14) (Tamayo et al.

    2001a, 2001b).

  • 45

    Figura 13. Plantas de lulo afectadas por la enfermedad del machorreo. Fuente:

    Tamayo et al., 2001a, 2001b.

    Figura 14. Plantas de lulo con síntomas de “escoba de bruja” producidas por la

    enfermedad del machorreo. Fuente: Tamayo et al., 2001a, 2001b.

    3.4 Otros Cultivos Agrícolas de Importancia Económica donde se han

    Reportado Especies de Fitoplasmas y Espiroplasmas en Colombia

    3.4.1 Familia Euphorbiaceae.

    3.4.1.1 Cultivo de yuca.

    La cassava o yuca (Manihot esculenta Crantz) es originaria de la frontera sur de

    la cuenca del Amazonas, donde ha sido consumida durante siglos por los

    indígenas (Olsen y Schaal, 1999), su cultivo se extendió desde América Latina,

    el oeste de la India, África y Asia, aumentando la producción mundial a cerca de

    250 millones de toneladas por año, según datos de la FAO en 2011 Colombia

    fue el tercer productor de yuca en América Latina y se estima que ha aumentado

    su producción en un 30% (Faostat, 2011).

    Dentro de los factores limitantes del cultivo de yuca se encuentran las plagas y

    las enfermedades, las cuales ocasionan pérdidas en su rendimiento; siendo una

    de gran importancia económica, la conocida como el “cuero de sapo” (CS). Esta

    enfermedad ha ocasionado pérdidas cercanas al 90% de la producción (Pineda

    y Lozano, 1981; Álvarez et al., 2003; 2009). El CS se reportó por primera vez en

    Colombia en 1971 (Calvert, 1994; Pineda et al., 1983) y posteriormente en Brasil,

    Costa Rica, Panamá, Perú y Venezuela (Calvert y Cuervo, 2002; Cuervo et al.,

    2004; Álvarez et al., 2006). Reportes recientes confirman su incidencia en Brasil

    (Oliveira et al., 2014; De Souza et al., 2014) y Paraguay (Cardozo et al., 2016).

    Además, se han registrado síntomas de la enfermedad en cultivos de yuca en

  • 46

    China y Tailandia (Álvarez et al., 2006). Esta enfermedad afecta las raíces de la

    yuca (Manihot esculenta Crantz), el principal medio de diseminación de la epifitia

    es el material vegetativo usado para la siembra; la incidencia y severidad pueden

    alcanzar niveles epidémicos y desde hace ya más de una década su prevalencia

    y distribución ha incrementado en Colombia hasta llegar a departamentos como:

    Atlántico, Bolívar, Córdoba, Sucre, Magdalena, Arauca, Amazonas, Casanare,

    Meta, Vaupés, Quindío, Tolima, Huila, Cauca y Valle del Cauca.

    La enfermedad se disemina rápidamente cuando se usa “semilla” vegetativa

    (estacas) provenientes de plantas enfermas ya que un tallo produce alrededor

    de diez estacas de “siembra” por esto es de vital importancia para el control de

    esta enfermedad emplear estacas provenientes de plantas sanas madre cuando

    se establece un nuevo cultivo. (Calvert et al., 2012). Adicionalmente, el agente

    causal tiene como vector una especie de “mosca blanca” o “palomilla” (Bemisia

    tuberculata) y algunas familias de hemípteros, como Cicadellidae y Delphacidae,

    que a pesar de no ser los más eficientes diseminadores contribuyen a agravar

    más el problema en las plantaciones de yuca. Es muy importante tener en cuenta

    que el mayor riesgo de diseminar la enfermedad está en el uso de materiales de

    propagación infectados (Álvarez et al., 2015). Según el estudio realizado por

    Álvarez et al., en el año 2009 se encontró relación entre la enfermedad cuero de

    sapo de la yuca (Cassava Frogskin Disease CFSD) causada por la presencia de

    un fitoplasma en tejidos de plantas con síntomas de CFSD, se determinó que el

    fitoplasma asociado a yuca, corresponde al grupo 16SrIII. Los análisis de RFLP

    del rRNA 16S, indicaron que los fitoplasmas que infectan la yuca pertenecen a

    los subgrupos de proteína ribosomal que se denominan 16SrIII-L y rpIII-H,

    respectivamente (Álvarez et al., 2009). La detección de fitoplasmas están

    estrechamente relacionados en muchos cultivos en América del Sur con la

    presencia y la amplia distribución de vectores de insectos específicos o la

    diseminación a través de material de propagación en estos diferentes ambientes.

    En las plantas de yuca, los fitoplasmas se detectan con amplificación por PCR

    directa solo en peciolos y nervios de hojas jóvenes, en cambio para la detección

    exitosa en las raíces se requiere un ensayo de PCR anidada.

    Los síntomas característicos de la enfermedad cuero de sapo de la yuca en las

    raíces son de un aspecto amaderado, leñoso y una cáscara gruesa, corchosa y

    quebradiza que es similar al corcho, frágil y opaco (Figura 15). La cáscara

    también presenta hendiduras en forma de labios que