Financiamiento de La Iglesia Catolica

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Análisis crítico sobre la división económica de la iglesia, sus ingresos y egresos. Desde el derecho canónico se analizan las formas de financiamiento de la iglesia católica.

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UNIVERSIDAD CATLICA NUESTRA SEORA DE LA ASUNCIN CAMPUS DE ITAPAFACULTAD DE CIENCIAS JURDICAS

DERECHOCANNICO

SOSTENIMIENTO ECONMICO DE LA IGLESIA

ALUMNOS: JUAN MANUEL PETTA CLOSS EMILIO JOEL GONZALEZ CARDOZOPROFESOR: RVDO. P. LIC. GILBERTO PENAYO ROMEROCURSO: 4AO: 2.015

NDICEIntroduccin.. 3Sostenimiento Econmico de la Iglesia 4Quines sostienen las actividades de la Iglesia?.......... 8Para qu las Actividades?.......................................... 9Inversiones en la Iglesia Catlica.. 11Conclusin.. 20Bibliografa.. 21

INTRODUCCINCuando hablamos en materia de financiacin econmica, siempre hay que hacerlo de la manera ms clara y transparente posible. Esto con el fin de que las crticas que se consigan, principalmente porque se trata de administracin de dinero en la mayora de los casos, sean positivas y que ayuden a construir.La Iglesia Catlica mediante sus fines propuestos, necesita como cualquier organizacin una solvencia econmica importante para desarrollar los proyectos. Y estamos hablando de una institucin de aproximadamente 2000 aos; es decir que su magnitud de repente a priori podra considerarse incalculable, y sus proyectos son extendidos a nivel global. A partir de esa base podemos empezar a analizar cmo se organiza en materia econmica y de alguna manera saber de dnde se consiguen los fondos suficientes para solventar todos los gastos.A modo de presentacin, comentamos que se har de manera concisa pero a la vez completa, una compilacin de informaciones respecto al sostenimiento econmico de la Iglesia, tratando de encontrar la veracidad en los textos informativos, pero nunca saliendo de la base fundamental del Derecho Cannico y por ende del Cdigo de Derecho Cannico.Por tanto lo expuesto, buscamos responder Cmo se financia y sostiene sus actividades la Iglesia Catlica?

SOSTENIMIENTO ECNOMICO DE LA IGLESIA. MODOSEn materia econmica, primeramente debemos aclarar que la Iglesia Catlica no es una entidad centralizada, sino que est conformada por distintas personalidades jurdicas cannicas, las cuales son titulares de sus respectivos patrimonios y lo gestionan de manera autnoma, obteniendo los recursos para el efecto de acuerdo a lo que prescribe el Cdigo de Derecho Cannico, en lo cnones comprendidos a partir del CC. 1259 y tambin cuestiones establecidas de derecho positivo o mejor dicho leyes en materia civil de acuerdo a las de los distintos Estados donde ella se encuentre presente, tratando de llevar adelante su misin. Es decir, que no podemos hablar de un patrimonio nico, de la Iglesia Catlica, como sealan las crticas internacionales que atribuyen al Vaticano una fortuna incalculable. Porqu decimos que la Iglesia Catlica no es una entidad centralizada, porque se halla dividida en: Provincias Eclesisticas (Agrupacin de dicesis); Conferencias Episcopales (Asambleas de Obispos de un determinado territorio); Dicesis; Parroquias; Asociaciones de fieles; Etctera.Pero cuales son los modos, en que Iglesia consigue su financiamiento para la bsqueda del cumplimiento de su misin. Remitindonos al Cdigo de Derecho Cannico encontramos CC. 1263-1267:1.- Donaciones de los Fieles y Colectas.A travs de las donaciones de sus propios fieles la Iglesia consigue adquirir bienes que son denominados temporales y que por ende los necesita. Dentro de estos se encuentran aquellos que los fieles ofrecen libremente a la Iglesia, ya sea por iniciativa del mismo o motivada por la peticin de una autoridad competente. Siempre dejando de lado la cuestin de que la pretensin se vuelva permanente como sera en el caso de una fundacin y sin que esta relacin jurdica entre el que ofrece y el que acepta conlleve determinados efectos jurdicos posteriores. Las donaciones estn consideradas como espontneas de los fieles, y las que provienen de las colectas.El C. 1267 da unas normas sobre estas donaciones espontneas, fijando su destino para garantizar su adecuado uso y evitar los abusos que puedan existir en la administracin de las mismas. Por ejemplo, en el caso de que las donaciones se entreguen a los superiores o administradores de cualquier persona jurdica cannica son hechas a esa misma salvo que el donante aclare diciendo o identificando una finalidad distinta. As tambin se establecen las garantas que deben observarse en la aceptacin o rechazo de las mismas que esas actuaciones en algunos casos pueden perjudicar a la persona jurdica.En cuanto a las colectas, que son a la vez donaciones voluntarias de los fieles pero a pedido de la autoridad competente y destinadas a un fin determinado. Se trata de la forma ms tradicional de colaboracin econmica de los fieles al mantenimiento de la Iglesia. En la bsqueda de coadyuvar con una causa nacional o internacional la autoridad competente en base a sus atribuciones tambin puede solicitar las donaciones va colectas especiales para cubrir esas determinadas necesidades.2.- Los Tributos.C. 1263 Para subvenir a las necesidades de la dicesis, el Obispo diocesano tiene derecho a imponer un tributo moderado a las personas jurdicas pblicas sujetas a su jurisdiccin, que sea proporcionado a sus ingresos, odo el consejo de asuntos econmicos y el consejo presbiteral; respecto a las dems personas fsicas y jurdicas slo se le permite imponer una contribucin extraordinaria y moderada, en caso de grave necesidad y en las mismas condiciones, quedando a salvo las leyes y costumbres particulares que le reconozcan ms amplios derechos.

En estos casos la legtima autoridad reclama a las personas jurdicas o fsicas de forma obligatoria, pudiendo o no llevar una contraprestacin de un servicio pblico. Las formas ms clsicas de los tributos e histricas a la vez son los DIEZMOS y PRIMICIAS. As tambin el catedrtico, la pensin beneficial, el subsidio caritativo, el tributo en bien de la dicesis o patrono, las medias annatas y otros medios que son considerados y no se contrapongan con el CIC.

El tributo considerado ordinario es el que se impone de forma peridica o permanente y para su imposicin tiene que reunir las caractersticas de:

I. Autoridad Competente (Obispo diocesano);II. Personas Gravadas e importe del tributo;III. Opinin Presbiteral y del Consejo Diocesano de Asuntos econmicos;IV. Finalidad del tributo (Necesidades de la jurisdiccin, otros);

El c. 1263 faculta tambin al obispo diocesano a que pueda de alguna manera imponer otro tipo de tributo, a diferencia del ordinario uno de carcter extraordinario y en casos en los cuales existan graves necesidades y cuando escapen a las posibilidades de que puedan ser solventadas por medio de los tributos de carcter ordinario.

3.- Las Tasas.

Las tasas son las cantidades, precio que son pedidas por la autoridad eclesistica competente sobre una actividad de carcter administrativo, actos de potestad ejecutiva graciosa o de ejecucin de los rescriptos de la SEDE APOSTLICA, o en todo caso por una actividad de ndole judicial.

Con el fin de erradicar toda disposicin arbitraria respecto a la regulacin de las tasas, se ha propuesto la unificacin por regiones de las mismas, y con esto se evitan problemas dentro de la comunidad eclesial. Todas estas disposiciones que se comprenden en la actividad administrativa por parte de los obispos de las provincias eclesisticas, deben ser aprobadas por la Sede Apostlica.

4.- Celebracin de sacramentos y sacramentales.

En los casos de celebracin o mejor dicho administracin de sacramentos y sacramentales, hablando en materia econmico-administrativa, el c. 1264 en su segunda parte establece cuales deben o pueden entregarse en los citados casos.

En el Folleto EVC N 635, titulado "EL DINERO DE LA IGLESIA" el Rvdo. Padre Pedro Herrasti, de la curia del Arzobispado de Mxico, en la seccin "Costos de las ceremonias" deca lo siguiente: "Los Sacramentos de la Iglesia no se venden. No tienen precio. Querer comprar o vender, por ejemplo, el Cuerpo de Cristo, es un absurdo. La Gracia Divina es invaluable pues consiste en la participacin de la misma Vida Divina. Pero la ceremonia en la que se confieren los Sacramentos s tiene un costo que evidentemente debe pagar el que lo solicita.

En una Misa de Bodas, los dos Sacramentos: Eucarista y Matrimonio, son absolutamente gratuitos. Pero el sacerdote oficiante es un profesionista que merece sus honorarios. Cunto gana un mdico en una hora?, Cunto vale una hora de trabajo de un arquitecto o de un siclogo?

Lo que percibe el ministro del Sacramento se llama "estipendio" por no llamarlo limosna o propina.

Pero adems las bodas incluyen muchas cosas que hay que pagar honestamente: flores, cantores, alfombras, luz, empleados, trmites, limpieza, etc... El mantenimiento de un templo tambin exige cosas como impermeabilizacin, reparaciones, reformas, que deben salir, de los usuarios. Eso es comn en restaurantes, cines, teatros, hospitales, transportes, etc. En un restaurante por ejemplo, no tan solo estamos pagando el costo de los alimentos sino todo el servicio y el inmueble.

Podemos decir que el sacerdote vive de las ceremonias, porque es el momento en que el fiel recompensa a su ministro de todo lo que hace por la feligresa. Es cuando el sacerdote percibe algo por las horas gratuitas en el confesionario, por las consultas interminables, en su oficina, por los cursos o plticas, por el tiempo empleado en administrar la parroquia a su cargo, por las visitas a los enfermos, a los hospitales por las horas de estudio y las mil actividades que consumen sus das. Tan solo en las ceremonias es cuando la gente contribuye al sostenimiento de sus sacerdotes."

Sobre este punto nos limitamos a exponer cuestiones conceptuales ya que lo expresado por el Rvdo. Padre es bastante claro y conciso a nuestro parecer.

QUENES SOSTIENEN LAS ACTIVIDADES DE LA IGLESIA?Adems de que ya se han mencionado la participacin de los fieles y las personas jurdicas como contribuyentes a la causa principal de la iglesia hay que destacar que la contribucin de los Estados en s, al sostenimiento econmico de la Iglesia catlica es diferente en cada caso. En algunos pases como Espaa, Italia, Portugal o Hungra el Estado no financia directamente las actividades religiosas de la Iglesia, sino que los ciudadanos pueden elegir donar un porcentaje de sus impuestos para esta causa. Un sistema similar se da en Alemania o Austria, aunque all se impone un impuesto eclesistico a todo aquel que se declare catlico para contribuir al mantenimiento de la Iglesia.

Sin embargo en pases como Argentina, Blgica o Luxemburgo, es el Estado el que se hace cargo de los sueldos y pensiones de los titulares de oficios eclesisticos mediante una partida de sus presupuestos. Todo lo contrario ocurre en otros pases como Francia, donde no se permite subvencin alguna con fondos pblicos, aunque el Estado s se hace cargo del mantenimiento de los templos que son de su propiedad (los construidos con anterioridad a 1905) y tambin paga a los capellanes de las fuerzas armadas, hospitales pblicos y prisiones.

Tambin puede darse que los pases eximan a la Iglesia del pago de cierto tipo de impuestos o tasas, as como que otorguen subvenciones para restaurar o mantener el patrimonio artstico, para fomentar el mecenazgo, o para financiar instituciones catlicas de carcter benfico, de enseanza o asistencial; entre otros.De este modo preferimos deducir las actividades desarrolladas en la gran mayora de los pases donde la Iglesia se encuentre representada, en labores fundamentales que deben ser sostenidas y administradas para lograrlas, as tambin respondemos a la pregunta:

PARA QUE LAS ACTIVIDADES?

I. Labor pastoral y evangelizadoraLa tarea de la evangelizacin de todos los hombres constituye la misin esencial de la Iglesia (cf. Pablo VI, Evangelii nuntiandi, n.14).

En las actividades de la Iglesia se encuentra su accin pastoral que est muy unida tambin a la labor social y todo se hace con generosidad, como servicios de la Iglesia a la sociedad porque Dios mira a los ojos a cada persona, ve nuestras carencias, nuestras necesidades, y le ofrece su amor. La Iglesia prolonga esa accin todo lo que hace. Por eso, en la actividad pastoral se realiza con la participacin de muchas personas, seglares y voluntarios que entregan su tiempo y esfuerzo al servicio de los dems.

II. Labor litrgicaLa Liturgia es la cumbre a la que tiende la accin de la Iglesia y, al mismo tiempo, la fuente de donde mana toda su fuerza, pues los trabajos apostlicos se ordenan a que todos, hechos hijos de Dios por la fe y el bautismo, se renan, alaben a Dios en medio de la Iglesia, participen en el sacrificio y coman la Cena del Seor. (Sacrosanctum concilium. Concilio Vaticano II).

La Liturgia, alabanza a Dios, es la fuente de todo el resto de acciones y actividades de la Iglesia catlica. De aqu nace, incluso, la inmensa labor social de la iglesia y todos los servicios que pueda prestar en beneficio de la sociedad. Y, desde aqu, la Iglesia ofrece esperanza, consuelo, ayuda, formacin humana, apoyo espiritual en momentos de dificultad.

III. Labor caritativa y socialLa Iglesia debe obrar, bien sea trabajando por la justicia, cuando la pobreza sea fruto de la injusticia, bien tratando de curar las llagas de los pobres y denunciando las causas que las producen, tanto personales como sociales, y, en todo caso, exigiendo y promoviendo la dignidad trascendente de la persona humana. (LX Asamblea Plenaria. La caridad en la vida de la Iglesia).

Dentro de todas las actividades de la Iglesia, una de las ms reconocidas es la labor social, aunque todas las acciones de la Iglesia y todos los servicios que presta significan un profundo beneficio para toda la sociedad. Se puede consultar la Memoria de actividades donde, desde datos auditados, se da cuenta de la inmensa labor de la Iglesia y, tambin, el destino del dinero.

IV. Labor educativaHay temas que estn de permanente actualidad dentro de las actividades de la Iglesia catlica. Uno de ellos es la gran aportacin que la Iglesia en su conjunto hace en beneficio de la sociedad con toda la oferta educativa a travs de los centros concertados. Tambin es una inmensa labor de social de la Iglesia y uno se los servicios que la Iglesia presta en beneficio de la sociedad.

V. Labor culturalDentro de las actividades de la Iglesia, se encuentra todo lo que hace en beneficio de la sociedad con el cuidado del patrimonio cultural. Tambin es un servicio social de la Iglesia a la sociedad porque el patrimonio cultural que est al cuidado de la Iglesia supone una fuente de riqueza y un valor para toda la sociedad. Adems tiene una finalidad litrgica, evangelizadora y pastoral. Este patrimonio implica grandes gastos de rehabilitacin y de mantenimiento continuos. Por ejemplo, proyectos de construccin de templos y proyectos de rehabilitacin.

INVERSIONES EN LA IGLESIA CATLICA

Respecto al punto a tratarse optamos por citar con toda responsabilidad una publicacin de una Revista Electrnica denominada COMPROMISO EMPRESARIAL que surgi en Espaa en junio de 2005 impulsada por un grupo de profesionales con la finalidad de difundirlas mejores prcticas, anlisis y tendencias sobre iniciativas relacionadas con la innovacin social. Es decir, optamos por dejar de lado crticas que nos parecieron poco confiables y crebles respecto al destino del patrimonio de la Iglesia en inversiones sospechosas.

Respecto a las inversiones que hace la Iglesia, lo que menciona el autor de la publicacin titulndola como LA CONTRIBUCIN SOCIAL DE LA IGLESIA: UNA REVOLUCIN SILENCIOSA, es lo siguiente:

La Iglesia Catlica no dispone de ejrcitos, ni tiene reservado un asiento en los grandes organismos internacionales (ONU, FMI, Banco Mundial), no suele acudir a las grandes citas internacionales, ni su voz se escucha entre los grandes financieros; sin embargo, a su jefe, le siguen ms de 1.000 millones de personas en todo el mundo, un ejrcito silencioso cuya contribucin social es difcilmente igualable.

La labor social de la Iglesia catlica es muy poco conocida. Este hecho contrasta con la enorme actividad que despliega a lo largo de todo el territorio nacional. Ninguna organizacin, pblica o privada, puede esgrimir las cifras que maneja la Iglesia en su actividad asistencial.

En 1942, cuando el ejrcito alemn invadi Rusia, Stalin buscaba desesperadamente nuevos respaldos y alguien le seal la conveniencia de contar con el apoyo del Papa. El dictador pregunt sarcsticamente: Y cuantas divisiones tiene el Papa?. Tuvieron que transcurrir 47 aos para que esa pregunta fuese contestada definitivamente. Un Papa, Juan Pablo II, venido del teln de acero, demostr que la fuerza moral era un arma con poder suficiente para deshacer la divisin del mundo que se estableci en Yalta.

La Iglesia catlica, posiblemente la institucin ms antigua del mundo (despus del pueblo judo), sigue enfrentndose a retos similares con las mismas armas. Todava nadie ha conseguido elaborar una teora convincente que explique cmo una organizacin que cuenta con recursos tan limitados es capaz de tener una influencia tan grande en el mundo. Pese a los negativos augurios sobre el futuro y la salud de la Iglesia, la realidad dista mucho de la imagen de ella que los medios de comunicacin transmiten con frecuencia.

De hecho, la institucin fundada en una remota provincia del antiguo Imperio Romano se encuentra en uno de los perodos ms florecientes de sus 2.000 aos de historia. Los catlicos han pasado de 266 millones en 1900 a 1.078 millones en el ao 2010, segn el Pew Reseach Center, un crecimiento del 314%. Por comparacin, la poblacin creci un 263% en el siglo pasado, lo que prueba que la Iglesia no se ha limitado a beneficiarse del baby boom, sino que ha conseguido atraer a nuevos seguidores. Lo que s es verdad es que el centro de gravedad se ha desplazado en este ltimo siglo. Ya no se encuentra en Europa y Norteamrica sino en las regiones menos desarrolladas. En 1900 slo el 25% de los catlicos vivan en los pases ms pobres, hoy el 67% de los catlicos viven en Asia, frica y Amrica Latina.

No parece que estos resultados puedan atribuirse a su podero econmico. A pesar de las intermitentes campaas que denuncian las enormes riquezas de la Iglesia, la realidad es que, aunque no viva en la miseria, su situacin econmica est lejos de ser boyante. Por grandes que sean los recelos y prejuicios contra la Iglesia catlica nadie puede sostener seriamente que, por citar un ejemplo cercano, un presupuesto ligeramente superior a los 600 millones de euros (el presupuesto de la Iglesia catlica espaola para 2012) pueda competir con nuestras flamantes empresas del IBEX 35. Cmo comparar esa cifra con los 44.000 millones de euros de ingresos del Grupo Santander o los 62.837 de Telefnica en el 2011?

Y si lo que medimos es la riqueza de sus directivos, el resultado es, incluso, ms desproporcionado. El sueldo de un obispo es de aproximadamente 1.000 euros mensuales, es decir 20 30 veces inferior al de un director general y dos o tres veces menor que el salario del director general de una ONG. Las responsabilidades de un obispo, sin embargo, no son inferiores a las del consejero delegado de una empresa del IBEX 35, ni tampoco es menos exigente su formacin: la mayora de los obispos son licenciados y doctores y, antes de acceder al cargo, han desarrollado ente 20 y 25 aos de experiencia pastoral y de gobierno. No parece, sin embargo, que la justificacin de los megasueldos de nuestros empresarios cinco estrellas, se encuentre en sus resultados de estos ltimos aos de crisis, salvo que los bonus se calculen en proporcin a los Eres ejecutados.

Muchas nueces y poco ruido

Qu empresa u organizacin atiende al 75% de la poblacin espaola? De acuerdo con el CIS, ste es el porcentaje de las personas que se declaran catlicas en nuestro pas, aunque los servicios de la Iglesia no se circunscriben exclusivamente a los que profesan la fe catlica. Las estadsticas muestran, asimismo, que el nmero de personas que demandan y utilizan los servicios religiosos es muy importante: entre siete y ocho millones de fieles salen de sus casas todos las semanas para asistir a misa los das festivos, en el que, sin ninguna duda y a mucha distancia de cualquier otro, constituye el evento social ms importante por el nmero de personas que participan.

En Espaa durante el ao 2010 se bautizaron 349.820 nios, cerca de 74.289 parejas solicitaron contraer matrimonio cannico, 280.654 nios recibieron la primera comunin, 100.000 la confirmacin y un porcentaje mayoritario de los fallecidos recibieron sepelio catlico. Miles de nios, jvenes y adultos reciben semanalmente formacin y catequesis en las parroquias y dems centros de la Iglesia. Los fieles catlicos reciben diariamente consejo y acompaamiento espiritual de los 19.892 sacerdotes pertenecientes a las 69 dicesis espaolas.

Cifras que, ms all de cualquier ideologa, prueban la existencia de una importante demanda social de la poblacin espaola y justifican por s solas la inexcusable colaboracin del Estado, segn los representantes de la Iglesia. Pero la Iglesia no se limita a predicar la fe desde los templos y administrar los sacramentos. Una parte importante de su misin tiene que ver con la labor asistencial a favor de los sectores ms desfavorecidos.

No es sencillo contabilizar la aportacin de la Iglesia a la sociedad. La Iglesia catlica no es un holding del que dependa un nmero determinado de filiales, sino una realidad heterognea en la que conviven una multitud de organizaciones muy dispares. Entre ellas destacan: la Nunciatura Apostlica, la Conferencia Episcopal Espaola, 69 dicesis, 22.700 parroquias, 905 monasterios de clausura, rdenes y congregaciones religiosas con ms de 60.000 miembros, 13.000 instituciones inscritas en el Registro de entidades religiosas (cofradas, hermandades, fundaciones, ONG), miles de fundaciones pas no autnomas, legados; otras instituciones como el Arzobispado castrense, organismos supra diocesanos (universidades pontificias, universidades catlicas, etc.). Es decir, cerca de 40.000 entidades que operan con total autonoma.

No es sencillo, pero en estos ltimos aos la Vicesecretara de Asuntos Econmicos de la Conferencia Episcopal Espaola ha realizado un enorme esfuerzo por recopilar los datos y ofrecer una cifra global, y los resultados son sencillamente sorprendentes. Ms de dos millones de personas (discapacitados, enfermos de sida, mayores de edad, madres solteras, hurfanos, reclusos, inmigrantes, indigentes) son atendidos anualmente en los diversos centros e instituciones vinculados a la Iglesia catlica.

Ninguna institucin, ninguna empresa, administracin pblica u ONG est en condiciones de ofrecer unos resultados que se aproximen algo a estas cifras. La contribucin econmica de la Iglesia a las labores asistenciales supera los 20.000 millones de euros anuales, una cifra que invita a la reflexin, sobre todo si la comparamos con los 150 millones que recibe a cambio del Estado cada ao (Memoria Justificativa 2010).

Slo Critas Espaola presta anualmente asistencia a 6.492.499. Esta organizacin, constituida por 5.600 Critas parroquiales, agrupadas en 68 Critas diocesanas que, a su vez, estn distribuidas en 13 Critas regionales, es la red de asistencia social ms importante en nuestro pas. El 93% del trabajo que se realiza en Critas se lleva a cabo por sus cerca de 60.000 voluntarios, lo que demuestra el enorme valor que pueden aportar las acciones desinteresadas de los voluntarios ms all de los recursos puramente econmicos. El peso de los voluntarios, adems, les permite mantener unos gastos de estructura muy reducidos, cercanos al 7%.

Slo en el 2010 Caritas y Manos Unidas, la otra organizacin social de la Iglesia Catlica que realiza su actividad en los pases menos desarrollados, destinaron 298.782.122 millones de euros a financiar sus actividades. Del total de fondos que Critas recibe, apenas un 8,6 % procede de subvenciones de la Administracin central. Las subvenciones que recibi Critas de la Administracin central en el 2007 supusieron un total de 17.347.453 euros. Puede que esta cifra no diga mucho, pero quiz ayude a valorar mejor la generosa contribucin del Estado si la comparamos con los 20.350.000 euros que el Gobierno socialista decidi destinar a la famosa cpula de Barcel en el palacio de la ONU en Ginebra con el fin de decorar la nueva sala dedicada a la Alianza de las Civilizaciones.

Que el presupuesto que las empresas invierten en comunicar su accin social sea en ocasiones superior al que gastan en las propias acciones es algo que no sorprende ya a nadie (Vid. ONG o empresa, quin es el ineficaz?). Philip Morris en el ao 1999 destin 75 millones a actividades filantrpicas y 100 millones de dlares en comunicarlo. La Iglesia catlica, sin embargo, se sita en las antpodas de esta estrategia.

El primer spot de televisin sobre las actividades de la Iglesia catlica se realiz en 2008. (Vid. La Iglesia cambia el cepillo por los spot) y los gastos que destina Critas a comunicar su accin social no llegan al 1% de su presupuesto. Pero no se trata slo de invertir en publicidad. Compromiso Empresarial se puso en contacto con las Hermanas de la Caridad, que atienden en Madrid a los enfermos de sida en el paseo de la Ermita del Santo, para tratar de recoger su opinin, y la respuesta que obtuvo es que sintindolo mucho no conceden entrevistas. No tenemos tiempo, los enfermos reclaman toda nuestra atencin, explicaron.

Para algunos esto no es sino una prueba ms de su obstinada falta de adaptacin al mundo moderno. Para otros, se trata por el contrario de la manifestacin de un carisma que quiere dar testimonio del valor de lo escondido en un mundo dominado por el espectculo.

La verdad es que las instituciones religiosas nunca han considerado una prioridad la aparicin en los medios de comunicacin de masas, pero lo que nadie discute es su profundo conocimiento de la realidad social. Mucho antes de que nuestros polticos atisbasen la gravedad y profundidad de la crisis y publicasen a los cuatro vientos las medidas para intentar paliar sus efectos, en las oficinas de Critas ya llevaban tiempo lidiando con ella.

Puede que en el INEM conozcan las cifras de desempleados, pero slo las organizaciones como Critas estn en condiciones de ponerles rostro a las personas que sufren las consecuencias sociales de la crisis econmica. En una rueda de prensa de Critas en el ao 2008 en la que se present el documento Critas ante la crisis, se aclar: En su mayora se trata de mujeres solas con cargas; mujeres inmigrantes reagrupadas de 40 o ms aos que buscan trabajo por primera vez (generalmente esposas de maridos en paro); hombres en paro reciente procedentes de empleos de baja cualificacin de los sectores de la construccin y de la hostelera, muchos de ellos inmigrantes con autorizacin de trabajo; familias jvenes (20 a 40 aos de edad) con nios pequeos y casos de mujeres mayores con pensiones no contributivas o pensiones mnimas que no llegan a cubrir las necesidades mnimas; as como inmigrantes en situacin irregular que han visto endurecidas sus condiciones de vida.Ese es el cuadro concreto que Critas puede pintar no a brocha gorda, sino con un conocimiento preciso y detallado de la realidad social.

De uno en uno

No es necesario compartir las creencias religiosas para reconocer que la motivacin que impulsa a muchas religiosas y religiosos catlicos tiene un efecto beneficioso en el servicio que prestan. Benedicto XVI ha sealado recientemente las diferencias entre el perfil especfico de la actividad caritativa de la Iglesia y la labor asistencial de las instituciones del Estado. El Estado que quiere proveer a todo, que absorbe todo en s mismo, se convierte en definitiva en una instancia burocrtica que no puede asegurar lo ms esencial que el hombre afligido cualquier ser humano necesita: una entraable atencin personal (Encclica Deus Critas est, n. 28).

Hacer cuentas sobre las personas atendidas, por difcil que sea, es una cuestin de tiempo. Mucho ms complicado es, en todo caso, medir esa atencin personal.

Y cuando nos enfrentamos con la labor social de las organizaciones religiosas est muy claro que los indicadores que utilizan las empresas y las ONG para evaluar la calidad del servicio se quedan muy cortas. Cmo podemos cuantificar el desvelo por los enfermos de sida de las Hijas de la Caridad? Cmo la paciencia y comprensin de las Hermanitas de los Pobres? Qu indicadores seleccionamos para evaluar la entrega de los misioneros combonianos en frica? Y la dedicacin de los sacerdotes salesianos por los nios de la calle en Amrica Latina? Hay muchas cosas difciles de medir, y sas suelen ser las ms importantes.

En una ocasin, una voluntaria, sorprendida ante el crecimiento y los frutos de la labor de las Misioneras de la Caridad, le pregunt a la madre Teresa de Calcuta cmo comenz su obra. La Madre Teresa la mir a los ojos, sonri y mientras atenda a uno de los enfermos le contest: Hija ma, un buen da iba caminando por las calles de Calcuta y tropec en una esquina con un enfermo moribundo, me pare, lo recog en brazos y me lo lleve a casa. Ese fue el primero, despus vino un segundo y un tercero Qu cmo comenc? De uno en uno, hija ma, de uno en uno. stas, segn algunos expertos, son las armas secretas de la Iglesia catlica que Stalin no supo descubrir.

Es tan rica la Iglesia?

Not really, as contestaba el conocido vaticanista John L. Allen en la seccin Think Again de la revista Foreign Policy (Noviembre/Diciembre 2008), a la pregunta de si la Iglesia nadaba en la riqueza. En opinin del periodista, los dineros de la Iglesia se han exagerado indebidamente.

Con frecuencia escuchamos que el Vaticano posee inmensas riquezas, pero su presupuesto anual es inferior a los 400 millones de dlares. Una cantidad muy alejada del presupuesto de la Universidad de Harvard, que sobrepasa los 3.000 millones de dlares. Otra cifra para meditar: la cartera de todos los fondos de inversin del Vaticano en acciones, bonos y valores mobiliarios apenas llega a los 1.000 millones de dlares. Muy lejos de los 19.848 millones de euros en que se calcula la fortuna de Amancio Ortega, repartida entre sus participaciones burstiles, la sociedad patrimonial Ponte Gadea y las Sicavs Keblar, Alazn y Gramela. En cuanto al rico patrimonio artstico, los tesoros que guarda el Vaticano, como la Piedad de Miguel ngel estn valorados contablemente en los libros a un euro; en realidad no tienen ningn valor de mercado pues no pueden ser vendidos ni ser objeto de garanta.

Basta comparar los ingresos anuales de la Iglesia en Espaa (aproximadamente 600 millones de euros en el 2012) con los de las principales empresas de nuestro pas para darse cuenta que la Iglesia est muy lejos de ser una organizacin con poder econmico. De acuerdo con la revista Fortune, los ingresos de las nueve empresas espaolas incluidas en el ranking Fortune Global 500 2012 superaron los 480.000 millones de dlares, es decir ms de 800 veces el presupuesto de la Iglesia en Espaa.

La situacin econmica, comenta Allen, no es mucho ms holgada en los Estados Unidos. Si bien, all la Iglesia tiene muchas propiedades, edificios, escuelas, hospitales y centros sociales, la realidad es que casi todos esos activos apenas generan ingresos suficientes para sostener sus actividades y programas, pues la mayora de sus beneficiarios son personas con muy pocos recursos o totalmente indigentes.

En general, ese es el cuadro de la mayora de las dicesis en todo el mundo, cuyos ingresos apenas sirven para cubrir los gastos mnimos, por no hablar de la situacin de los miles de misioneros que a menudo viven en regiones remotas en la pobreza ms absoluta. Los catlicos desde el Papa hasta abajo constantemente sugieren que la Iglesia debera adoptar una mayor sencillez, y ciertamente es justo esperar que la institucin que demanda una mayor justicia con los pobres predique con el ejemplo. Pero las imgenes de bolsas de dinero amontonadas en el atrio de las Iglesias simplemente no responde a la verdad.(1)

1.- http://www.compromisoempresarial.com/carrusel/2013/02/la-contribucion-social-de-la-iglesia-una-revolucion-silenciosa/#sthash.PLPMDG6H.dpufCONCLUSIN

Al momento de evaluar la cuestin expuesta en el trabajo realizado, notamos que al buscar el justo criterio y la sana crtica se pueden encontrar avances interesantes y que van de la mano con la administracin econmica de la Iglesia Catlica.Fundamentalmente creemos que al manejarse demasiado patrimonio y ms por hombres (al fin y al cabo la iglesia es dirigida por seres humanos) comprometidos de alguna manera, sobrevendrn opiniones que ataquen las cuestiones econmicas de la Iglesia; ms an cuando los hombres (quienes no son perfectos) dejan de lado lastimosamente cuestiones doctrinales y especficas que de alguna manera no debera dejar de lado por ser asuntos en los cuales stos deberan ser ejemplos. No obstante, olvidando las viejas prcticas, todo lo que se hace en materia administrativa y econmica desde la Iglesia Catlica, debidamente legislado en el CIC, y otros documentos importantes no compensan de ninguna manera con los menoscabos que puedan suscitarse por las actividades de algunos pocos que de algn modo quitan prestigio a las labores fundamentales que realiza la Iglesia. Hemos citado, las labores realizadas, es decir esas actividades a las cuales la Iglesia destina su patrimonio (totalmente descentralizado) en las distintas provincias eclesisticas y sus subdivisiones territoriales, en la bsqueda del cumplimiento de sus fines.Cabe destacar, que como alumnos de Ciencias Jurdicas, estamos muy conformes con el nivel de legislacin respecto a administracin econmica que plantea el Cdigo de Derecho Cannico y rescatamos la importancia de que las leyes positivas sean creadas con un enfoque idntico para buscar la mejor redaccin y por ende la mejor adaptacin al sistema jurdico de nuestro pas.

BIBLIOGRAFA

1.- Codex Iuris Canonici. 1.9832.- Recopilacin de textos para uso privado de los alumnos de Derecho Cannico. Rvdo. P. Gilberto Penayo Romero. Encarnacin. Paraguay. 2.015.3.- Folleto EVC N 635. Rvdo. Padre Pedro Herrasti. Arzobispado de Mxico. 1.993.4.- https://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Iglesia_cat%C3%B3lica5.- http://www.compromisoempresarial.com/carrusel/2013/02/la-contribucion-social-de-la-iglesia-una-revolucion-silenciosa/

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