FAVILA Y EL OSO

Había una vez, un osezno y un pequeño príncipe de Asturias. El príncipe vivía muy bien, pero el oso, tenía que aguantar las regañas de su madre.

¡MAL OSO! NO SE HACE ASÍ, TE LO

TIENES QUE COMER DE UN

BOCADO

¡QUIERO ESTE COCHE, PAPÁ!

EL OSO SE ESCAPÓ DE SU MADRE Y SE ADENTRÓ EN EL CASTILLO DE FAVILA, Y VIO LO BIEN QUE VIVÍA Y SE LLENO DE TANTA RABIA QUE LE GUARDÓ RENCOR PARA TODA LA VIDA.

ESE CASTILLO ES MIO, ¡SOLO MÍO!

CUANDO EL REY DON PELAYO MURIÓ, QUE ERA EL PADRE DE FAVILA, EL ANTIGUO PRÍNCIPE PASÓ A SER EL REY DE ASTURIAS.

YA SOY EL REY, JAJA.

Dos años después, el rey fue a dar un paseo a los montes con un viejo amigo suyo.

AL QUE SE ACERQUE A MI

LE CURRO

TU VAS POR ALLÍ Y YO POR

AQUÍ.

ARGG…. ¡VIVA LA REPÚBLICA!

MIENTRAS EL OSO SE COMÍA A FAVILA Y CELEBRABA SU MUERTE, EL REY GRITABA COMO UNA CHICA.

CRÉDITOS

Irene Calvo M. 6º A C. P. Laviada