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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS CENTRO UNIVERSITARIO DE INVESTIGACIONES BIBLIOTECOLÓGICAS POSGRADO EN BIBLIOTECOLOGÍA Y ESTUDIOS DE LA INFORMACIÓN POLÍTICA CULTURAL Y POLÍTICA BIBLIOTECARIA EN MÉXICO. TESIS QUE PARA OPTAR POR EL GRADO DE: MAESTRO EN BIBLIOTECOLOGÍA Y ESTUDIOS DE LA INFORMACIÓN PRESENTA: ARTURO DELGADO SÁNCHEZ ASESOR: DR. EGBERT JOHN SÁNCHEZ VANDERKAST. México, D.F., 2011

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO

FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS CENTRO UNIVERSITARIO DE INVESTIGACIONES BIBLIOTECOLÓGICAS

POSGRADO EN BIBLIOTECOLOGÍA Y ESTUDIOS DE LA INFORMACIÓN

POLÍTICA CULTURAL Y POLÍTICA BIBLIOTECARIA EN MÉXICO.

TESIS

QUE PARA OPTAR POR EL GRADO DE:

MAESTRO EN BIBLIOTECOLOGÍA Y

ESTUDIOS DE LA INFORMACIÓN

PRESENTA:

ARTURO DELGADO SÁNCHEZ

ASESOR:

DR. EGBERT JOHN SÁNCHEZ VANDERKAST.

México, D.F., 2011

Con todo mi afecto para:

Carmen Sánchez Castillo (Q.E.P.D.): En mis sueños de niño tengo un mayo y desde entonces me formaste para vivir siempre en abril. Agustín Delgado Arellano (Q.E.P.D.): Me llevaste de tu mano a recibir y a despedir al sol, a explicarme sobre la estrella que todos tenemos y cuya obligación es colocarla en el firmamento. David Delgado Pineda: Porque abordaste este viaje desde la partida y juntos navegamos días aciagos pero iguales de luz. Convidándome de tu fuerza para expandir velas hasta alcanzar puerto e izar esta bandera que también es tuya. Gracias, mi pachuco. Damaris Delgado Pineda: Porque en ti reconozco tantas cosas que representan demasiado para mí, porque siempre dices lo que piensas y casi nunca piensas como yo. Gracias, mi guerrera y jamás desistas. Dra. Estela Morales Campos: Por mostrarme los caminos a la luz de la inteligencia y continuar los pasos hacia tantos horizontes… Dra. Elsa Margarita Ramírez Leyva: De tan grácil, fresca y dulce

didáctica. Mtra. Azucena Reyes Miranda: La colega, la amiga que me extendió su mano con los sueños que me dieron forma para llegar hasta aquí y seguir. Muchas gracias, líder.

Para aquellos que, en humildes casas de puertas abiertas,

aguardan el nuevo día con una flor.

Enorme gratitud: Dr. Egbert John Sánchez Vanderkast, Dra. Elsa Margarita Ramírez Leyva, Dra. Rosa María Martínez Rider, Dr. Jesús Francisco García Pérez, Mtro. Miguel C. Gama Ramírez, Dr. Roberto Garduño Vera. Los Iconos: Mtra. Ema Hernández Gómez, Dr. Jesús Francisco García Pérez, Mtro. Ricardo Montes Gómez, Mtra. Angélica Guevara Villanueva, Dra. Silvana Elisa Cruz Domínguez, Mtra. María de los Ángeles Escutia Montelongo, Mtro. Apolinar Sánchez Hernández, Mtra. Juana Yolanda Guillén Cruz, Mtro. Alberto Begne Guerra, Dr. Luis Arturo Méndez Reyes, Mtro. Oscar Espíndola, Mtro. Alejandro Ortiz Mar, Lic. Carlos Pérez Rangel, Lic. David Díaz Cástulo, Lic. Zoila De La Vega, Lic. Genaro Rodríguez Ramos, Dr. Agustín Corona Ramírez, Lic. José Villaseñor Villalobos, Lic. Diego Santana Zúñiga, Lic. Javier Torales Chávez, Lic. José Luis Trujillo, Lic. Crescencio Juárez Flores, Lic. Fernando Cuellar Reyes, Ing. Fernando Bello, Mtro. Jesús Granados, Mtro Víctor Cabello. De patrias, banderas y sueños: Gabriela Pedroza Marín, Nohemí Mogollan Ramírez, Fabiola Galván Escalona, Celia Tijerin González, Tzamna Pichardo Lagunas, Ingrid Lynn Paredes Moreno, Marilú Cabrera Vázquez, Monserrat Rangel González, Alicia García Varela, Amalia Vargas Espinosa, Elizabeth Cruz Ávila, Paula Razo Gutiérrez, Natalia Salazar, Ofelia I. González Meneses, Mari Carmen Montes Morales, Rosa María Contreras Rodríguez, Rosalía García, Yelly Cuevas, Ana Luisa Valenzuela, Araceli Mercado Trujillo, Mari Carmen Arriaga Ramírez, Laura Becerril Olivares, Refugio Gárnica Yáñez, Leticia Silvia Ochoa, Brenda Saldaña Mejía, Adriana Del Pilar Colín, Rosa Isela Alonso Espinosa, Ana Rosa Chávez Meneses, José Alejandro Trejo, Juan Carlos Ortiz Alderete, Carlos y Gonzalo Balderas Duran, Alejandro Portilla, Alan García, Francisco Silva O., Joel Tequipanecatl S., Gonzalo Tecuapetla S., Ulises Morales M., Ricardo Machorro J., Fernando Armas Meza, César A. Vidales Beltrán, Ubaldo Arriaga Ramírez, Miguel A. Hernández V. y Brenda A. Morales M., Ada Lilia Bolaños G. y Arturo López León, Benjamín y Clotilde, Moisés Monroy, Javier Caballero Lara y todos aquellos que de alguna manera se han vinculado a mi propuesta. Las raíces: Mis hermanas Rosa, Juana, Guadalupe y mi hermano Luis que nunca dejan de brindarme su apoyo y me siguen apreciando como el hermano pequeño. Gracias a todos mis sobrinos, a Karen, Mariana, Sara, Rebeca, Olivia, Ruth, Edith, Tania, Rubén y a David Meléndez Ojeda siempre atento a mis sueños.

Tlazohcamati al dador de vida y a todos ustedes porque aparecen

impecables en los párrafos de este documento.

“Si me preguntan quién soy o que horizonte cabalgo se reirán con lo que

salgo porque ni yo sé quién soy, lo que si seguro estoy que he sido como ave

errante que he salido triunfante en metas que me he trazado y a nada me le

he rajado mirando siempre adelante”. “Afuera la gente hace lo suyo por vivir afuera la gente quiere averiguar afuera

la gente habla del amor afuera todo tiene que cambiar afuera me están llamando… y voy”.

“Quiero darle mi día a los que sueñan a los que hacen el pan de madrugada a

los que ponen piedras sobre piedras a los que me mantienen tan despierto”.

“El cazador se ha tomado tan naturalmente su tarea, que no repara en que

pone su vida en juego cada día”.

“Aquel que en su nombre traerá palabras, magias, cantos, tradiciones y

colores […], papeles, mitos, rocas, notas que nos hagan recordar”.

“Mejor buenos recuerdos que un pasado perdido, lo que fue tan hermoso

que no caiga al olvido”.

“Paso toda la noche durmiendo, pero a la vez me mantienen despierto

intensos sueños”.

TABLA DE CONTENIDO

INTRODUCCIÓN I

CAPÌTULO 1

POLÍTICA CULTURAL Y DE INFORMACIÓN EN EL CONTEXTO DE LA UNESCO 1.1 Introducción 1

1.2 Política cultural desde la visión de la UNESCO 2

1.3 La agenda de la UNESCO 4

1.4 Estrategia de la UNESCO sobre políticas de información 11

1.5 Estrategia de la UNESCO sobre políticas de información y política bibliotecaria

como propuesta cultural 17

CAPÍTULO 2

DESARROLLO DE LA POLÍTICA CULTURAL EN MÈXICO

2.1 Introducción 31

2.2. Política cultural en México durante los años ochenta a 2009 32

2.3 Acuerdos y tratados culturales firmados por el estado mexicano con la

UNESCO 44

2.4 El papel de la biblioteca en el desarrollo cultural de México 50

2.5 La política editorial del estado mexicano 64

2.6 La política de fomento a la lectura del estado mexicano 70

CAPÍTULO 3 VERTIENTES INTEGRADORAS ENTRE POLÍTICAS DE INFORMACIÓN Y POLÍTICA

CULTURAL

3.1 Introducción 76

3.2 Políticas de información y política cultural en la configuración de un modelo

Cultural 77

3.3 Convergencia y divergencia entre política de cultural y políticas

de información 80

3.4 Vertientes integradoras en las políticas de información y la política cultural 84

3.5 Balance 97

CONCLUSIONES 99

BIBLIOGRAFÍA 103 ANEXOS 109

CUADROS, TABLAS Y FIGURAS

CUADROS

Cuadro 1 Acuerdos, Convenciones, Protocolos y Manifiestos de la UNESCO

orientados hacia una política cultural vinculada a la política de

información y/o política bibliotecaria 19

Cuadro 2 Acuerdos, Convenciones y Protocolos de la UNESCO orientados hacia una

política cultural y su inferencia en las bibliotecas 25

Cuadro 3 Convenciones ratificadas por México ante la UNESCO 46

Cuadro 4 Sector de Bibliotecas para el Sexenio de José

López Portillo (1976-1982) 52

Cuadro 5 Sector de Bibliotecas para el Sexenio de Miguel de la Madrid (1982-1988) 54

Cuadro 6 Sector de Bibliotecas para el Sexenio de Carlos Salinas de Gortari

(1988-1994) 56

Cuadro 7 Sector de Bibliotecas para el Sexenio de Ernesto Zedillo Ponce de León (1994-

2000) 57

Cuadro 8 Sector de Bibliotecas para el Sexenio de Vicente Fox Quesada

(2000-2006) 59

Cuadro 9 Sector de Bibliotecas para el Sexenio de Felipe Calderón Hinojosa

(2006-2009) 61

Cuadro 10 Política editorial del estado mexicano (1979 – 2009) 65

Cuadro 11 Política de fomento a la lectura del estado mexicano

(1979 – 2009) 71

Cuadro 12 Convergencia y situación de la política cultural y

la política de información en los sexenios analizados 87

Cuadro 13 Convergencia y situación de la política cultural y la política

editorial en los sexenios analizados 89

Cuadro 14 Convergencia y situación de la política cultural y la política

de fomento a la lectura en los sexenios analizados 91

Cuadro 15 Convergencia y situación de la política cultural y la política

bibliotecaria en los sexenios analizados 93

Cuadro 16 Convergencia y situación de la política bibliotecaria y

la política de fomento a la lectura en los sexenios analizados 94

Cuadro 17 Convergencia y situación de la política bibliotecaria

y la política editorial en los sexenios analizados 96

TABLAS Tabla 1 Inversión sexenal en millones de pesos en materia de cultura

(1995 – 2009) 42

FIGURAS Figura 1 La cultura como modelo 79

Figura 2 Esquema multidimensional para la política cultural y la

política de información 82

Figura 3 Punto de encuentros de las políticas 84

I

INTRODUCCIÓN

El acceso a la información en nuestro país tiene una historia amplia pero es hasta las

décadas de los ochenta y noventa cuando el interés a este respecto toma matices de

mayor significación, lo cual se refleja en la formulación de intenciones y decisiones por

parte del estado para dar cumplimiento amplio a una prerrogativa humana en atención al

acceso y uso de la información.

La idea de cultura desde la perspectiva de los gobiernos posteriores al sexenio de López

Portillo es muy distinta a la utilizada por los gobiernos denominados posrevolucionarios,

pues a partir de los ochenta se crean las bases para una economía globalizada en donde

la cultura, la información y el conocimiento se distinguen “como piezas fundamentales

para el desarrollo económico, político y social”.1

La política cultural agrupa a las políticas de información2 (la política editorial, de fomento

a la lectura y la política bibliotecaria) y de su conceptualización emergen agentes políticos

e institucionales que determinan su integración en un proyecto de nación para asegurar el

cumplimiento por parte del estado con su obligación cultural hacia la sociedad, pero

también es una forma de legitimar a la cultura en el desarrollo económico y social en los

años que van de 1983 a 2009.

Bajo esta panorámica la investigación pretende dar cuenta sí efectivamente el acceso a la

información se encontraba presente en el proyecto cultural de la nación y su cumplimiento

resultaba favorable en un momento histórico en el que existe “una especie de pasmo

cultural a inicios de la década de los ochenta”.3

Un argumento que resulta determinante en la perspectiva de la presente investigación es

el reconocimiento de la política cultural del estado en lo referente al acceso a la

información de la sociedad a través de una política bibliotecaria que se contemple en un

1 Para García Canclini, el cambio de una visión cultural a otra en nuestro país se caracterizó por:”un ciclo de reproducción y afirmación cultural anterior al periodo de la década de los ochenta significó una barrera difícil de superar”. GARCÍA CANCLINI, Nestor. La cultura mexicana hacia el próximo milenio. En México hacia el 2000: desafíos y opciones. Pablo González coordinador. México: Nueva Sociedad, 1989 p. 379 2 GARCÍA MARTÍNEZ, Ana Teresa. Política bibliotecaria. Convergencia de la política cultural y la política de información. En. Boletín de la Asociación Andaluza de Bibliotecarios No. 71 (Junio 2003) p. 25 - 37 3 BLANCO, José Joaquín. Un chavo bien helado: crónica de los años ochenta. México: Era, 2000 p.13

II

proyecto cultural definido vinculado al desarrollo económico, educativo y político del

modelo económico globalizante.

De igual manera es necesario abordar el análisis del periodo referido (1976 – 2009) en

cuanto al acceso a la información impresa por parte de la sociedad para detectar lo

acontecido durante el mismo y derivar sus repercusiones inmediatas y mediatas en

atención a las políticas de información y la política cultural.

En nuestro país la política cultural siempre ha estado latente pero es hasta las décadas

de los ochenta y noventa cuando se manifiesta un mayor interés hacia este respecto

identificando funciones específicas como la conservación del patrimonio cultural –que

incluye el patrimonio bibliográfico–, el apoyo a la creación, la difusión y formación cultural

y la cooperación internacional.

Precisamente es en la difusión y la formación cultural donde la biblioteca emerge como la

institución “que tiene un papel protagónico al facilitar el acceso a toda la población a la

información, a los libros, a la lectura, y en general a los bienes y manifestaciones

culturales”.4

Es oportuno destacar que a pesar del desarrollo favorable experimentado por las

bibliotecas públicas en la década de los ochenta y hasta la actualidad, aun persiste un

vacío de investigaciones en nuestra especialidad que permitan conocer y explicar la

vinculación entre las políticas de información y la política cultural así como la forma en

que ambas influyen en el proyecto de nación para el acceso social a la información y la

cultura.

La mayoría de las veces se hace énfasis en aspectos cuantitativos de infraestructura de

bibliotecas públicas a nivel nacional pero se dejan de lado aspectos de orden legal, de

gestión, recursos humanos, planes, programas y proyectos que dan cuenta de una

política de información vinculada a una política cultural y de cuya integración se garantiza

la cobertura de objetivos gubernamentales en materia de cultura.

4 AGUADO, Álvaro, Myriam Mejía et. al. Lectura, biblioteca y comunidad. Santa Fé de Bogotá: CERLALC, 1993 p. 71

III

La problemática latente en el desarrollo de políticas de información y la política cultural

aparece incluso desde el concepto que se tiene de cultura en nuestra especialidad y que

en cierta forma no se contempla abiertamente como un objeto de estudio que se

contextualice al lado de la información, el conocimiento, los usuarios, las tecnologías de

la información y la biblioteca misma, o que también el bibliotecólogo no se visualice como

un promotor de la cultura. En función de esta problemática, surgen las siguientes

interrogantes:

¿Cuáles son los elementos que propician el establecimiento de una política cultural que

facilita el acceso a la información y a la cultura?

¿De que manera influyen las recomendaciones de la UNESCO en la aplicación y

desarrollo de las políticas de información y la política cultural en México?

¿Cuál es la responsabilidad y compromiso que mantiene la figura gubernamental en el

desarrollo de la política cultural?

¿En qué sentido las recomendaciones de la UNESCO motivan el reconocimiento de la

política bibliotecaria como elemento determinante en la estrategia cultural de nuestro

país?

¿Qué tipo de modelo cultural ha sido aplicado por nuestros gobiernos como estrategia

que permite el adecuado desarrollo de las políticas de información y la política cultural?

Para responder a las anteriores interrogantes se formulan las siguientes hipótesis:

1. El acceso a la información como parte fundamental de una política de información se

encuentra directamente relacionado con la política cultural en todos sus niveles.

2. La incorporación de políticas de información en la planeación nacional fue debido

a los compromisos adoptados a través de la UNESCO.

3. En un modelo de cultura se integran las políticas respectivas con la intención de

elevar y mejorar la estrategia cultural en un contexto cambiante.

IV

Los objetivos a los que se pretenden dar cobertura en la presente investigación,

considera los siguientes:

1. Analizar la conceptualización de la cultura y los elementos que constituyen la política

cultural.

2. Describir la asistencia que ofrece la UNESCO para el diseño y aplicación de la política

cultural en atención a la política de información y bibliotecaria.

3. Explicar la participación del estado mexicano en el diseño y aplicación de la política

cultural, de información y bibliotecaria.

4. Examinar el diseño de la política cultural y bibliotecaria desde la perspectiva de los

modelos de cultura que aseguran el acceso a la información y la cultura en nuestro país.

Para la elaboración del presente estudio se retoman tanto el método inductivo como el

analítico en la revisión de los diferentes planes, programas, proyectos y actores sociales

que intervienen en la política cultural y bibliotecaria como objetos de estudio.

Las fuentes de las que se parten para realizar este trabajo si bien pueden ser apreciadas

en la bibliografía relacionada con el tema elegido se encuentran vinculadas con la

postura bibliotecológica y sociológica funcionalista. En cierto modo, esto puede obedecer

a que las características de la investigación así lo ameritan.

Para dar cumplimiento a los objetivos planteados en la presente investigación se

organizaron los capítulos de la siguiente manera.

En el primero se analiza la percepción que tiene la UNESCO sobre las estrategias y las

recomendaciones que en relación a la política cultural y la política bibliotecaria formula

este organismo internacional desde de su creación en atención al acceso a la cultura y la

información.

En el segundo capítulo se estudia el desarrollo de la “cultura” en nuestro país con

especial énfasis en los sexenios que van de 1976 – 2009 en los cuales se exponen los

V

acuerdos firmados por el estado ante la UNESCO. Se explica además el papel que ha

tenido la biblioteca pública en la estrategia cultural de los gobiernos mexicanos desde el

sexenio de López Portillo y hasta la gestión de Calderón Hinojosa.

El tercer capítulo analiza las vertientes integradoras entre las políticas de información y la

política cultural resaltando la presencia y aplicación de un modelo cultural que permite la

identificación esquemática de las distintas políticas estudiadas así como la convergencia

existente entre la política cultural y la política de información. Por último se ofrecen las

conclusiones y recomendaciones correspondientes a esta investigación.

1

CAPÍTULO 1 POLÍTICA CULTURAL Y DE INFORMACIÓN EN EL CONTEXTO DE LA

UNESCO

1.1 Introducción

Se explica el significado del término cultura desde la perspectiva de la Organización de

las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) haciendo

énfasis en los elementos que contiene así como en los propósitos y acciones adscritas

en su definición.

Se subraya la problemática de la definición de cultura de acuerdo al sentido del término

que le otorgan distintas disciplinas pero también se señala que el significado establecido

por la UNESCO tiene mayor cobertura y es aprobada por los especialistas como por los

estados miembros, mencionando además que la definición aceptada es resultado de un

desarrollo histórico que ha experimentado la cultura.

Las recomendaciones que la UNESCO establece en materia de políticas culturales

pretenden estimular la creatividad pero igualmente intentan garantizar la transmisión,

acceso, preservación y disfrute a los bienes y productos culturales generados a través

de las relaciones y prácticas sociales desarrolladas en cada país. De ahí la necesidad

de presentar la evolución que ha tenido la definición de política cultural en las

convenciones de la UNESCO.

Se definen y exponen la política de información y la política bibliotecaria como parte de

la estrategia cultural fundamentada en los principios de conservación, organización,

preservación, préstamo, transmisión, cooperación y acceso a la información que

contribuyen al desarrollo de los sectores productivos y social de cada país, lo que hace

que tanto la política de información y bibliotecaria sean consideradas en la planeación

nacional de aquellos países que han asumido las recomendaciones de la UNESCO en

materia de información.

En el último apartado se presentan las conferencias, acuerdos y recomendaciones que

la UNESCO ha formulado históricamente en dimensiones concretas como lo son la

2

información y las bibliotecas, como parte de las políticas culturales y cuya inferencia

contribuye a fortalecer la política de información y la política bibliotecaria con el objeto

de mejorar gradualmente el acceso social a la información pero de igual manera buscar

que los países generen sus propios recursos de información y dependan menos de

otros.

1.2 Política cultural desde la visión de la UNESCO

Olmos es enfático al subrayar que toda estrategia en políticas culturales “debe partir de

una definición clara del concepto de cultura sobre el cual se estructurarán las acciones

respectivas”.1 A partir de esta aseveración destaca la importancia que mantiene el

significado de cultura, cuyo sentido restringido o amplio del cual es objeto se deriva una

aplicación extensa o mínima en la formulación de las respectivas políticas culturales, lo

que conduce a reconocer el interés y prioridad que se les otorga en los planes

nacionales.

De ahí que el significado de cultura llegue a mostrar en ocasiones –de acuerdo a la

definición que se hace de la misma– la postura y tendencias asumidas, pero además,

de su comprensión puede deducirse si se continúa con una percepción elitista y

centralizada en aspectos exclusivamente artísticos, o si en su defecto se le favorece

desde una mayor diversidad fundamentada en un marco histórico y social de mayor

integración.

Ante la serie de posturas que pueden derivarse del significado de cultura como también

a la existencia a veces polisémicas del término, la UNESCO define a la cultura como “el

conjunto de los rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que

caracterizan a una sociedad o un grupo social. Ella engloba, además de las artes y las

letras, los modos de vida, los derechos fundamentales al ser humano, los sistemas de

valores, las tradiciones y las creencias”2

En la perspectiva de la UNESCO, el sentido de la cultura rebasa las posturas

reduccionistas centradas en cuestiones artísticas que entorpecen la formulación de 1 OLMOS, Héctor Ariel. Cultura: el sentido del desarrollo. México: CONACULTA, IMC, 2004 p. 35 2 ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LA EDUCACIÓN, LA CIENCIA Y LA CULTURA. Conferencia Mundial sobre las Políticas Culturales. Informe Final (1982 : México). París: La Organización, 1982 p.43

3

políticas de alcances sociales amplios e integradores para avanzar en una definición en

la que se da cabida a los aspectos sociales, antropológicos, materiales e inmateriales,

teóricos y pragmáticos, estéticos, lingüísticos hasta incorporar elementos simbólicos y

considerar como prerrogativas humanas a la cultura y a la información.

La misma UNESCO enfatiza que desde su definición “la cultura es el fundamento de la

vitalidad de toda sociedad e instrumento para su conservación y renovación”3. Es decir,

la cultura se posiciona como factor sustantivo para el desarrollo en las naciones pero

también se reconoce en ella la característica de renovación constante de la que es

objeto por parte de la sociedad y no como algo absoluto y sin capacidad de modificación

alguna, lo cual le asigna una característica de dinamismo que en igual sentido es un

rasgo distintivo en la sociedad pero sin marginar las culturas originarias y la diversidad

cultural.

Aunque la definición que establece la UNESCO de cultura data de la década de los

ochenta, su aceptación se mantiene hasta nuestros días debido a que es una definición

con mayor amplitud y cobertura que ha sido aceptada tanto por los especialistas

dedicados al estudio de la cultura como también por los estados miembros4 por medio

de las convenciones y acuerdos que estos firman en su momento.

No obstante, la aceptación que tiene ha sido lograda por la serie de conferencias que la

UNESCO ha realizado previamente desde la década de los setenta, como la de

Helsinki, pero fue hasta 1982 cuando alcanza un consenso entre los estados miembros,

lo cual le permite ser el sustento para formular políticas culturales adecuadas a los

momentos históricos posteriores a la década de los setenta y en la actualidad.

El significado de cultura es un elemento fundamental en la planeación de políticas

culturales, y del sentido que sobre la misma se tiene hace posible una acertada

3 ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LA EDUCACIÓN, LA CIENCIA Y LA CULTURA. Conferencia Mundial sobre las Políticas Culturales. Problemas y perspectivas. París: La Organización, 1982 p.17 4 Se conocen como estados miembros a todos aquellos países que se integran a la UNESCO con el propósito de adherirse a sus principios y objetivos que fueron declarados desde la creación de este organismo internacional. Hasta el momento contempla 193 estados miembros (además de siete miembros asociados) de la UNESCO, la fecha en la que se integraron como Miembros (o Miembros Asociados) de la Organización data de 1946 y hasta el año 2007 en que se une Singapur. México se integro desde 1946 y generalmente ha figurado como uno de los principales exponentes en el respeto y la colaboración entre los distintos estados miembros. UNESCO.ORG [En Línea] Disponible http://erc.unesco.org/portal/UNESCOMemberStates.asp?language=es consultado el 10 de abril de 2010

4

cobertura por parte de los estados miembros de la UNESCO, aunque para llegar a la

percepción de lo qué es la cultura se tuvo que experimentar un desarrollo histórico que

ha encontrado diversas circunstancias y que es objeto de posibles modificaciones en su

definición conforme a las prácticas culturales desarrolladas en cada país.

1.3 La agenda de la UNESCO Una vez aceptada la definición de cultura se derivan las acciones que permiten

planificar el acceso a la misma y su disfrute desde la perspectiva de la formulación de

políticas culturales que aseguren el acceso de la ciudadanía a la cultura. A manera de

antecedente, es hasta la década de los setenta cuando la atención a la cultura y su

vínculo con las políticas culturales comienza a tomar una formalidad de mayor atención

por parte de la UNESCO y sus estados miembros.

Conviene destacar que previamente a la conferencia de Venecia en el año de 1970 se

realizaron reuniones preparatorias de expertos celebradas sucesivamente en Mónaco

durante 1967, en Budapest en 1968 y en Dakar en 1969.5 En dichas reuniones los

representantes de todos los estados miembros tuvieron oportunidad de confrontar sus

experiencias y de intercambiar puntos de vista sobre la acción realizada y los resultados

obtenidos en materia de política cultural.

La Conferencia Intergubernamental sobre los aspectos Institucionales, Administrativos y

Financieros de las Políticas Culturales, celebrada en Venecia en 1970, se adquirió

conciencia del lugar que la cultura ocupa en el mundo contemporáneo, así como de las

responsabilidades que incumben a los países con respecto a la actividad cultural.

A su vez, la extensión del concepto de cultura a los diversos aspectos de la vida de las

poblaciones hizo que la Conferencia considerara fundamental “que el desarrollo cultural

se contemple en sus interacciones con el desarrollo económico y social”6 pero la

recomendación principal formulada en esta reunión fue que la UNESCO “organice

reuniones regionales de nivel ministerial y de otras clases, sobre las cuestiones

5 véase ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LA EDUCACIÓN, LA CIENCIA Y LA CULTURA. Conferencia Mundial sobre las Políticas Culturales. Problemas y perspectivas, op. cit., p.3 6 Ibíd.

5

fundamentales de política cultural, especialmente las que se refieren al acceso libre y

democrático a la cultura” 7

La Conferencia Intergubernamental sobre las Políticas Culturales en Europa, celebrada

en Helsinki en el año de 1972, se volvió a reafirmar que el desarrollo cultural es un

factor esencial del desarrollo integral que hace posible que cada uno ejerza su derecho

a la cultura.

Además de la atención a otras temáticas analizadas en este evento como la utilización

de los medios de comunicación, la necesidad de elaborar instrumentos de análisis del

desarrollo cultural, el reforzar las políticas culturales, asegurar la formación de personal

dedicado a la acción cultural y la cooperación cultural, la tendencia central que emergió

de este evento fue “el deseo de una especificidad cultural europea que vaya

acompañada de una apertura al mundo, especialmente hacia los países en desarrollo”.8

La conferencia de Yogyakarta (Indonesia) celebrada durante 1973, sale a relucir el

desarrollo cultural pero se insiste en la ampliación del acceso de las poblaciones a la

vida cultural de sus comunidades y su participación. Del mismo modo se abordó la

problemática de la relación entre educación permanente y desarrollo cultural.

Por otra parte, se reiteró la necesidad de formar especialistas en desarrollo cultural, los

instrumentos de análisis del desarrollo cultural y la cooperación cultural. Pero el aspecto

más determinante de esta reunión fue “la necesidad de fortalecer la cooperación cultural

regional y de fomentar la cooperación internacional, basándose en el reconocimiento de

la diversidad de la cultura”.9

En 1975 durante la conferencia de Accra (África), se discutieron aspectos relacionados

con la identidad cultural como impulsora de un acto liberador, igualmente se puso

atención a los aspectos vinculados con la diversidad cultural como una realidad viva. Se

destacó a su vez que la acción cultural es una empresa educativa pero también que la

educación desempeña una función cultural.

7 Ibíd, p.4 8 Ibíd, p.5 9 Ibíd, p.6

6

Se vuelve a reiterar que la cooperación internacional favorece el enriquecimiento de

culturas. Pero el eje esencial de este evento fue que “al mismo tiempo que la diversidad

cultural representa en África una realidad viva, debe percibirse como un factor de

enriquecimiento y de equidad y no de división”.10

En la conferencia de Bogotá en 1978, se abordó la cuestión de la identidad cultural, se

reconoció que la diversidad cultural debe ser considerada un factor de equilibrio y no de

división. Se afirmó que el desarrollo cultural es un factor determinante de cualquier

transformación de las estructuras económicas y sociales, y que el desarrollo económico

encuentra su fundamento y su finalidad en la cultura.

Se volvió a insistir en la cooperación internacional para fortalecer los lazos culturales.

Aunque lo más destacado de esta conferencia fue “la importancia de la comunicación

en los procesos culturales y se prestó especial atención a la creación cultural y al

fomento del libro”.11

La conferencia de Bagdad en 1981, examinó cuestiones específicas de la cultura árabe,

aunque se destacó la función que la cultura desempeña en la cohesión nacional y su

papel creador en todas las civilizaciones. Pero el eje principal de esta conferencia fue la

insistencia en “la creación de equipos culturales y de las industrias culturales”.12 Al igual

que en las anteriores conferencias, se volvió a subrayar la necesidad de estimular la

cooperación cultural regional e internacional.

Las conferencias realizadas previamente a la denominada Mundiacult comenzaron a

revelar de forma regional no solamente la problemática y avances que presentaba cada

país en la dimensión cultural mediante diagnósticos elaborados por la UNESCO, sino

también daban a conocer los principios que en políticas culturales se venían

desarrollando en cada uno de los estados miembros.

Igualmente se observa que el término política cultural ya era utilizado y por lo tanto es

posible suponer que figuraba en los planes nacionales y de forma gradual se estaban

10 Ibíd, p.7 11 Ibíd, p.9 12 Ibíd, p.10

7

superando las limitadas aseveraciones que en materia de cultura persistían anterior a la

década de los setenta.

La agenda desarrollada a lo largo de la década de los setenta dejaba implícita la

definición de política cultural que se hace más evidente cuando el mismo organismo

internacional declara que las “políticas culturales buscan fijar objetivos, crear estructuras

y disponer de medios suficientes para lograr las metas que se han fijado, pero no

parecen que deban determinar el contenido de la vida cultural ni orientar la creación

intelectual”.13

Lo anterior demuestra entonces que las prácticas y relaciones culturales son creadas

por la sociedad misma pero que precisan de medios de difusión y transmisión que se

encuentran dentro de los tramos de control de los respectivos gobiernos sin que estos

asuman posturas impositivas en materia cultural y deberían estar abiertos a la

diversidad que como área temática comenzaba a ser impulsada en las conferencias

regionales al igual que el mismo término de política cultural.

El terreno preparado por estas conferencias impulsó la realización acertada de la

llamada Mundiacult que se llevó a cabo en 1982 en México y donde se logró avanzar

en líneas de acción temática que en materia de cultura se discutirían en este foro. Así,

como producto de este evento, se elaboró el documento “Declaración de México”, en

el cual destacan no solamente la formulación de la definición de cultura sino los

principios que deben regir las políticas culturales de los estados miembros de la

UNESCO; a saber:

“1. Identidad Cultural; representa un conjunto de valores únicos e irremplazables ya que las

tradiciones y formas de expresión de cada pueblo constituyen su manera más lograda de

estar presentes en el mundo.

2. Dimensión cultural del desarrollo; la cultura constituye una dimensión fundamental del

proceso de desarrollo y contribuye a fortalecer la independencia, la soberanía y la identidad

de las naciones.

13 Ibíd, p.25

8

3. Cultura y democracia; la democracia cultural supone la más amplia participación del

individuo y la sociedad en el proceso de creación de bienes culturales en la toma de

decisiones y en la difusión y disfrute de la misma.

4. Patrimonio Cultural; comprende las obras de artistas, arquitectos, músicos, escritores y

sabios, así como creaciones anónimas, surgidas del alma popular y el conjunto de valores

que dan un sentido a la vida.

5. Creación Artística e Intelectual y Educación Artística; la libertad de pensamiento y de

expresión es indispensable para la actividad creadora del artista y del intelectual.

6. Relaciones entre Cultura, Educación, Ciencia y Comunicación; el desarrollo global de la

sociedad exige políticas complementarias en los campos de la cultura, la educación, la

ciencia y la comunicación, a fin de establecer un equilibrio armonioso entre el progreso

técnico y la educación intelectual y moral de la humanidad.

7. Planificación, Administración y Financiación de las Actividades Culturales; la sociedad

debe realizar un esfuerzo importante dirigido a planificar, administrar y financiar las

actividades culturales, tomando en consideración las necesidades y problemas de la

sociedad.

8. Cooperación Cultural Internacional; una más amplia cooperación y comprensión cultural

subregional, regional, interregional e internacional es presupuesto importante para lograr un

clima de respeto, confianza, diálogo y paz entre las naciones”.14

Cabe mencionar que en este evento internacional México estuvo representado por la

Secretaría de Educación Pública, la Secretaría de Relaciones Exteriores, la

Subsecretaría de Cultura, el Representante Permanente de México ante la UNESCO y

la Comisión Nacional de los Estados Unidos Mexicanos para la UNESCO.

En su discurso inaugural, Fernando Solana subrayó que:

“No hay en todo lo dicho ni palabras nuevas. En uno y otro

foro se han repetido. Pero no podemos desaprovechar éste

14 ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LA EDUCACIÓN, LA CIENCIA Y LA CULTURA. Conferencia Mundial sobre las Políticas Culturales. Informe Final (1982 : México), op. cit., p.43-47

9

que la UNESCO nos ofrece para explorar nuevos caminos

que permitan a los países aquí reunidos revisar y fortalecer

sus políticas culturales, de modo que éstas ayuden a los

contemporáneos a recuperar su tiempo y a desarrollar todas

las posibilidades que la ciencia, la técnica, las

comunicaciones y la educación modernas nos ofrecen”.15

Como se puede observar, en la representación de México aparecen funcionarios de la

Secretaría de Educación Pública –institución responsable de asuntos culturales–, y

embajadores de la Secretaría de Relaciones Exteriores. En la lista de asistentes

también se contó con la participación de la Federación Internacional de Asociaciones de

Bibliotecarios (IFLA) representada por Adolfo Rodríguez Gallardo.

El total de recomendaciones que se formularon en esta conferencia denominada

Mundiacult16 fueron 181, y de las mismas las relacionadas con la información, el

archivo, la biblioteca, los derechos de autor y temas afines solamente se identifican

cuatro, mismas que a continuación se presentan:

1. “Recomendación No. 60 sobre Manuscritos, Archivos y documentos.

… que presten atención especial a la conservación, la valorización y la utilización de los

archivos y las bibliotecas, de carácter público o privado, que representan el testimonio vivo

de las civilizaciones creadoras y constituyen a menudo una documentación irremplazable.

… que prosigan la acción con miras a incluir los manuscritos antiguos y los documentos de

archivo como elementos del patrimonio cultural.

2. Recomendación No.62 sobre Acceso a la documentación de interés histórico.

… que tomen las medidas apropiadas a fin de liberalizar la consulta de la documentación y

los archivos de interés histórico y cultural, incluidos la documentación y los archivos

contemporáneos”.

3. Recomendación No. 116 sobre Fomento del libro en África. a) Que promuevan una política editorial acertada que pueda proporcionar al desarrollo del

libro las bases logísticas necesarias.

15 Ibíd., p.181 16 Ibíd., p.58

10

4. Recomendación No. 132 Formación de especialistas en derecho de autor. 1. Recomienda al Director General que preste atención dentro del Programa de la UNESCO

a la preparación de especialistas en la materia de derechos de autor, para que se

aprovechen las experiencias que la UNESCO ha ido sumando en la materia, y se utilicen de

acuerdo con las necesidades de los Estados”.17

Es notable la atención hacia la dimensión cultural desde los diversos aspectos que

fueron abordados en la Mundiacult y cuya realización es un avance enorme ante la

complejidad que como fenómeno representa la cultura en la década de los ochenta.

Dentro de los elementos que conforman la cultura y que también fueron dignos de

atención aparecen la información, los archivos, los libros, la biblioteca y los derechos de

autor, con lo cual la misma UNESCO los ratifica como elementos culturales que son

parte de una política cultural.

A partir de entonces, las consideraciones hacia la cultura han encontrado un tratamiento

más especializado y es de esperar que los estados miembros mejoraron el diseño y la

aplicación de sus políticas en cuanto a información y biblioteca se refieren de acuerdo a

las condiciones socioeconómicas existentes en cada estado aunque en igual sentido

quedaba ratificado que la información formaba parte de la cultura y por lo mismo era

objeto de atención al igual que el resto de recursos contemplados en la misma.

Consecuentemente, la línea de recomendaciones fue reafirmada en la Conferencia de

Estocolmo en 1998,18 sin dejar de lado la Reunión de la Conferencia General de la

UNESCO en 2001,19 año en que se formula la “Declaración Universal de la UNESCO

Sobre Diversidad Cultural”,20 pese a que en su contenido se refiera exclusivamente a

la Diversidad pero no así a la información y la biblioteca.

17 véase Recomendación No. 60 p.100, Recomendación No.62 p.101, Recomendación No. 116 p.135, Recomendación No. 132 p.145 18 ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LA EDUCACIÓN, LA CIENCIA Y LA CULTURA. Conferencia General Estocolmo. La UNESCO en el siglo XXI. [En Línea] Disponible http://unesco.org/images/001177 consultado el 30 de octubre de 2010 19 ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LA EDUCACIÓN, LA CIENCIA Y LA CULTURA. Declaración universal de la UNESCO sobre diversidad cultural. [En Línea] Disponible http://www.oei.es/pensariberoamerica/ric01documentos02.htm consultado el 30 de octubre de 2010 20 ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LA EDUCACIÓN, LA CIENCIA Y LA CULTURA. Declaración Universal de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural: comentarios y propuestas. Montevideo: Trilce, 2005 155 p.12

11

A pesar de estos embates en cuanto a las tendencias de que es objeto la cultura,

difícilmente podemos asegurar que la fatalidad sea el destino final de la dimensión

cultural en los estados miembros de la UNESCO, más bien es de esperar la formulación

de medidas que harán frente a estas tendencias y donde una vez más la cooperación

internacional superara las posturas unívocas que en materia cultural pudieran

prevalecer desde una visión estrictamente del mercado.

Después de realizar una revisión general con respecto a la manera en cómo ha

evolucionado el tratamiento hacia las políticas culturales, es posible resaltar que los

avances en esta materia como en política de información y política bibliotecaria son

evidentes ya que por una parte se llega a un acuerdo sobre el concepto de cultura pero

además se establece una definición de los principios que deben de estar contenidos en

la formulación y aplicación de una política cultural.

Asimismo es pertinente señalar la importancia que mantienen tanto la política de

información y bibliotecaria dentro de la política cultural en donde son incluidas como

parte del quehacer cultural del ser humano y que necesariamente deben estar

contempladas en los planes nacionales para asegurar el acceso de la sociedad a los

beneficios que se desprenden pero que también forman parte de las prerrogativas

humanas que difícilmente pueden ser omitidas por los estados democráticos.

1.4 Estrategia de la UNESCO sobre políticas de información

Para otorgar cumplimiento a la libertad de expresión y la libertad de comunicación, se

hace necesario diseñar e incorporar una política de información en donde la intervención

del estado garantice de forma adecuada los mandatos contenidos en la prerrogativa

indicada, para así dar respuesta a las exigencias sociales en condiciones de eficiencia,

igualdad y seguridad que conlleven el establecimiento de políticas de información de

cobertura amplia en todos los sectores sociales y productivos, pero también a coordinar

los niveles político – administrativos involucrados en ello, y asimismo, los aspectos

vinculados con la infraestructura correspondientes.21

21 En consideración de esto mismo, Guinchat explica que la información: “responde a la necesidad del ser humano de expresarse; a un requerimiento que en determinado momento se vuelve un derecho fundamental del hombre; por eso debemos tener el derecho de expresarnos, de informar e informarnos, y tal prerrogativa natural debe estar garantizada por el Estado, aunque debe ser definida por la sociedad; pero se le debe considerar de forma integral, pensando en la creación

12

De acuerdo a la UNESCO en sus Recomendaciones para los Sistemas Nacionales de

Información (NATIS) menciona:

“Pide a los Estados Miembros de la UNESCO que:

tomen las disposiciones apropiadas para crear un

sistema nacional de información, o una infraestructura

para los servicios de información, teniendo en cuenta la

infraestructura económica y social del país y su

patrimonio cultural, dentro del marco de sus planes

generales y sectoriales de desarrollo nacional y de su

política de comunicación.

Recomienda que:

Ese sistema o infraestructura nacional esté apoyado por

medidas apropiadas de legislación, financiamiento y

personal calificado, y por el uso de técnicas modernas

de información, y que se coordinen adecuadamente sus

diversos elementos”.22

La anterior recomendación ofrece elementos implícitos para deducir que se trata de una

política de información desde el momento en que hace alusión a la intervención del

estado. En relación a la política de información, conviene recuperar del mismo documento

la siguiente aseveración, que expresa:

“Convendría formular una política nacional de información

que refleje las necesidades de todos los sectores de la

comunidad, y de la comunidad nacional en su conjunto,

para orientar el establecimiento de un plan nacional de

información cuyos elementos deberían incorporarse en

los planes nacionales de desarrollo”.23

de información, la manifestación de ideas y del conocimiento, además de su circulación, disponibilidad, uso y su lectura”. GUINCHAT, Claire y Michel Menou. Introducción general a las ciencias y técnicas de la información y documentación. Madrid: UNESCO, 1990 p.483 22 ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LA EDUCACIÓN, LA CIENCIA Y LA CULTURA. Conferencia Intergubernamental sobre el planeamiento de las infraestructuras nacionales de documentación, bibliotecas y archivos. Informe Final. (1974 : París). París: La Organización, 1974 p.16 23 Ibíd, p. 27

13

Pero a pesar de que la política de información no tiene aun una definición general –como

término– pues se le considera como un área de estudio emergente, persiste el interés

por definirla para así formular un significado y disponer de una comprensión amplia que

permita su identificación y entendimiento.

Así, una definición que intenta dar cuenta del significado de política de información,

refiere a ésta como “un conjunto de políticas y leyes interrelacionadas relativas a la

creación, producción, colección, gestión, distribución y recuperación de información”.24

En la misma perspectiva, Almada define a la política de información “como el estudio de

las orientaciones y directrices que rigen la actuación de los diferentes sectores o grupos

de la sociedad en la generación, organización y transferencia de la información, en su

distribución, disponibilidad, acceso y recuperación, como medios para la comunicación en

la sociedad”.25

Conforme a estas definiciones se puede comprender que la política de información,

además de sus propósitos de amplia cobertura, contiene dimensiones específicas en las

cuales advertir aspectos relacionados con la gestión de la organización, conservación,

difusión, estrategias y acceso a la información que se produce en determinadas áreas del

conocimiento y en los sectores productivos y grupos sociales.

Una de las características de la política de información es la creación de planes,

programas de acción, proyectos que den cuenta de la necesidad de una planificación en

la cual incidan estudios de viabilidad, recursos económicos y humanos; asimismo se

puede añadir la actividad de difusión como una acción encaminada para dar a conocer la

existencia de sistemas de información, por mencionar un ejemplo.

Pero además de la dimensión que se relaciona con la gestión, aparece otro elemento que

igualmente puede derivarse de las definiciones mostradas, y es el que se vincula con la

infraestructura que se requiere para precisamente contar con los recursos materiales,

equipamiento e instalaciones físicas para las distintas unidades y sistemas de

24 GARCÍA MARTÍNEZ, Ana Teresa, op. cit., p.31 25 ALMADA NAVARRO, Margarita y Egbert Sánchez Vanderkast. Curso aplicación de políticas de información. México. UNAM, CUIB, 2005 h.[2] no publicado solo como material de curso

14

información que contribuyan al desarrollo de la política de información materializada en

los programas y proyectos correspondientes, aspecto este que por sus mismas

características resulta indispensable en la mencionada política.

Sumado a lo anterior, es pertinente incorporar los fundamentos jurídicos que representan

los soportes legales en los cuales se garantizan tanto la formulación como la aplicación

de la política de información, ya que las disposiciones y las normativas existentes en

atención a la información vienen a respaldar las acciones que se establecen en los

proyectos y programas, asegurando de este modo su operatividad bajo la regulación

legal respectiva que el marco jurídico le brinda.

A manera de síntesis, Zapata hace hincapié en que la política de información –como

cualquier política pública– “debe tener tres instrumentos que permitan su consolidación.

Como lo son las leyes o marcos jurídicos, los espacios de concertación integrados por

instituciones públicas, representantes del sector privado y organizaciones de la sociedad

civil, y los documentos en los cuales se materializan planes y proyectos”.26 No obstante,

pareciera que en su manera de describir a la política de información llega a pasar por alto

aspectos como la infraestructura que también es determinante y necesaria en la

formulación y aplicación de las políticas de información.

En un contexto económico, político, social, educativo y cultural en donde las políticas de

información pueden estar implícitas, explícitas, latentes e incluso ser interdependientes,

revelan que su formulación, diseño, aprobación y aplicación se caracterizan por una serie

de acciones complejas que precisan de una normatividad y recursos pero también de una

sensibilidad política para hacer operable la serie de planes, proyectos y programas

orientados al cumplimiento del derecho a la información.

Pero también es conveniente asumir las recomendaciones que a este respecto formulan

organismos internacionales como la UNESCO, para de esta manera situar al país en el

mismo nivel que en materia de política de información se encuentran los países

desarrollados y en consecuencia tratar de ser participe con la información que cada país

miembro produce.

26 ZAPATA LÓPEZ, Fernando. Algunos cimientos para las políticas públicas. En Congreso Internacional del mundo del libro (2009 septiembre 7 – 10) MEMORIA. México: FCE, 2009 p. 62

15

Sobre esta línea nos podemos percatar del interés por reconocer a la información como

un recurso valioso para la sociedad con el propósito de que exista la garantía de una

sociedad más informada mediante el uso adecuado de la información que se refleje en el

mejoramiento de su calidad de vida; vista así, y siguiendo a Braman, “utilitariamente la

información se convierte en una fuerza constitutiva de la sociedad, al aplicarse a una

amplia gama de fenómenos y procesos en las que se encuentra involucrada la

información, y donde sus flujos son valiosos en la construcción del poder social y de la

realidad”.31

Por eso es difícil pensar en la creación de sistemas de producción, almacenamiento y

acceso a la información sin una base educativa y cultural que garantice la formación de

ciudadanos que dispongan de las competencias mínimas para el uso adecuado de la

información, ya que la desatención a este respecto puede generar condiciones de

exclusión social que son inadmisibles en sociedades que buscan la equidad y la justicia

social; de ahí que no sea extraño observar la estrecha relación que mantiene la política

de información con la política educativa y la política cultural, de cuya vinculación se

puede fortalecer el cumplimento de la política de información.

Cuando se hace mención de la generación, diseminación y acceso a la información, es

preciso hacer referencia a otra política que destaca dentro del espectro de acción que

contiene una política de información; dicha política a la que se hace alusión es la política

bibliotecaria, la cual puede ser definida como:

“El conjunto de decisiones que adoptan los poderes públicos

inspirados en los principios bibliotecológicos, para conseguir el

equilibrio entre el derecho del ciudadano a la información y la

obligación del Estado a satisfacer las necesidades de

información de la población, configurando un plan de actuación

en el que se organizarán los recursos humanos, materiales,

jurídicos, institucionales y financieros para el establecimiento de

un sistema bibliotecario que proporcione el acceso y uso de la

información a la población en los distintos niveles”.27

31 BRAMAN, Sandra. Defining information: an approach for policymakers. En Telecommunications policy (September 1999) p. 241 27 GARCÍA MARTÍNEZ, Ana Teresa, op. cit. , p. 35

16

Se podría suponer que desde esta definición la política bibliotecaria se vincula

directamente con la biblioteca pública, pero generalmente no es así, ya que este tipo de

política se asume con la creación de un sistema bibliotecario en los distintos niveles que

van desde la biblioteca pública, la escolar, la biblioteca nacional, las bibliotecas

especializadas y los centros de información, así como aquellas bibliotecas de formato

digital que son creadas dentro de cada subsistema en cuanto a tipo de bibliotecas, pero

entendiendo que estas unidades de información no son únicamente espacios de

conservación sino lugares vitales de constante asistencia y consulta de los distintos

sectores sociales, educativos y productivos de un país.

Desde la percepción de los principios bibliotecológicos, la política bibliotecaria se

fundamenta precisamente en la organización, análisis, conservación, transmisión, uso,

difusión de la información y el conocimiento, y para lo cual recurre igualmente a las

técnicas y métodos utilizados en la bibliotecología así como a la normatividad

internacionalmente existente para el análisis y control de la información, como también

del servicio de préstamo que se proporciona. Esto revela el sustento de elementos

teórico – prácticos de la bibliotecología que se contemplan en la política bibliotecaria.

Desde su definición nos permite identificar otros elementos que la conforman y la

caracterizan pero que simultáneamente contribuyen a la consistencia de la misma y son,

entre otros, la necesidad de un marco jurídico que a través de legislaciones específicas

asistan no solamente a la creación y sostenimiento de sistemas bibliotecarios en distintos

sectores –educativo, productivo, cultural, etc.– sino que también regulen la

fundamentación de acciones mediante planes, programas y proyectos que se formulan y

pretenden desarrollar en los sistemas bibliotecarios.

Por lo tanto, el elemento jurídico destaca la importancia de conceder una legislación

adecuada que aseguren tanto la creación y la permanencia de los sistemas bibliotecarios

así como el desarrollo de las actividades implicadas en sus funciones correspondientes.

Por su cobertura a diferentes sistemas bibliotecarios de los distintos sectores que

conforman la sociedad, la política bibliotecaria se proyecta como la serie de planes,

programas y proyectos que se deben tener en consideración para garantizar el adecuado

ejercicio de la prerrogativa del derecho a la información, pero también con plena

17

orientación a la satisfacción de necesidades de información de quienes hacen uso de los

distintos sistemas bibliotecarios y que tienen desde estos espacios el acceso a la

información y al conocimiento, de ahí que fundamentados en la necesidad de la

planeación que caracteriza a la política bibliotecaria esta latente su evaluación

correspondiente.

Dentro de la política bibliotecaria los distintos sistemas bibliotecarios se significan por

adquirir un papel protagónico en los que aparecen como medios para facilitar el acceso

de la sociedad a la información –en cualquiera de sus soportes–, a la lectura y en general

a los bienes y manifestaciones culturales reconociendo mediante la aplicación de la

política bibliotecaria que la libertad, prosperidad y desarrollo de la sociedad, son valores

humanos fundamentales que solo podrán alcanzarse sí ciudadanos bien informados28

ejercen sus derechos democráticos y desempeñar un papel activo en la sociedad, de ahí

que su presencia en la política cultural y de información sea amplia y sustantiva.

1.5 Estrategia de la UNESCO sobre políticas de información y política bibliotecaria como propuesta cultural

Uno de los objetivos que establece la UNESCO es aquel que se vincula directamente con

el sector de comunicación e información y en el cual se preocupa por “auxiliar a los

estados miembros en la implementación y desarrollo de políticas nacionales de

información”.29 Esto se puede observar desde la creación y aplicación del Programa

General de Información, el NATIS y UNISIST en donde la política de información y la

política bibliotecaria están explicitadas y se dirigen a la gestión, legislación e

infraestructura entre otras dimensiones contenidas en las políticas mencionadas

orientadas hacia los estados miembros.

Se debe hacer énfasis que tanto los sistemas bibliotecarios como la información y el

conocimiento contenidos en sus acervos son elementos sustantivos a través de los

cuales se hace llegar la cultura a la sociedad, y aun más, que históricamente:

28 GILL, Philip. Directrices IFLA/UNESCO para el desarrollo del servicio de bibliotecas públicas. México: CNCA, DGB, 2002 p. 171 29 ELLIS, Simons. Indicators on informations literacy and the information for all programme; a challenge for libraries. [En Línea]. Disponible http://www.ifla..org./iv/ifla74/index,htm Consultado el 12 de Diciembre del 2009

18

“Las bibliotecas son los depósitos del conocimiento humanístico, científico

y tecnológico, y que pueden tipificarse como culturales y universales

porque el objetivo de las mismas es preservar para la posteridad todas las

manifestaciones culturales derivadas del conocimiento elaborado por las

diferentes generaciones humanas constituidas en sociedad, por lo que, las

bibliotecas son un fenómeno social universal, y también representan una

expresión cultural universal”.30

En lo que a información se refiere, encontramos que “el saber humano representa la

multiplicidad de rastros culturales que han podido ser codificados, conservados y

descifrados”,31 pero también la información como representación del pensamiento y del

conocimiento nos lleva a considerar que la sociedad recibe y está expuesta a aquella

proveniente tanto del lenguaje corriente de los medios masivos como de la generada por

el lenguaje literario, científico y técnico de la literatura especializada.

Apreciado de esta manera, la información representa un elemento sustantivo que se

encuentra latente pero que frecuentemente no se explica de manera amplia aunque es

manifiesta su presencia en la cultura a lo largo de la historia. Estas argumentaciones

sirven como sustento para advertir que tanto la biblioteca como la información forman

parte de políticas culturales y son merecedoras de políticas específicas que garantizan el

acceso a la información y el conocimiento de la sociedad.

Para demostrar el interés que históricamente existe por parte de la UNESCO en relación

a la incorporación de políticas de información y bibliotecaria en la política cultural de los

estados miembros de esta organización internacional, a continuación se exponen los

acuerdos, convenciones y protocolos con orientación hacia las bibliotecas, la información,

los derechos de autor, los soportes documentales y la tecnología de la información,

presentados de forma cronológica de acuerdo a las formulaciones de este organismo

internacional y que se exponen en el cuadro uno.32

30 MENESES TELLO, Felipe. Bibliotecas y sociedad: reflexiones desde una perspectiva sociológica. En Revista Interamericana de Bibliotecología v.18 n.2 (Julio – Diciembre 2005) p. 12 31 ESTRADA CARREÓN, Luis Felipe. Aunque lo que digan no es, con tal que lo aseguren basta. En Itinerarios de las miradas v.1 n.17 (Julio 2002) p.1 32 Respecto a las distintas formulaciones que hace la UNESCO en atención específica a la información y la biblioteca, expuestos en el PGI e UNISIST, y que fueron expuestas en las tesis recepcionales de maestría de Sánchez Vanderkast y Miguel C. Gama Ramírez, mismas que pueden ser consultadas para constatar lo aquí expresado; en tanto, en este apartado solo se dan a conocer las recomendaciones de las convenciones, acuerdos y protocolos que se vinculan ciertamente a la política de información y bibliotecaria, aun antes de programas como el PGI.

19

Cuadro 1 Acuerdos, Convenciones, Protocolos y Manifiestos de la UNESCO orientados hacia una política cultural vinculada a la política de información y/o

política bibliotecaria

Año

Política Cultural Política de Información y/o Política Bibliotecaria

1948

Acuerdo destinado a facilitar la Circulación Internacional de materiales audiovisuales de carácter educativo, científico y cultural.

Se contextualiza en ambas políticas, pero con mayor alcance en la política de información.

1949

Primera Declaración Internacional sobre las necesidades y funcionamiento de las bibliotecas públicas, como respaldo a la educación popular y como un derecho al conocimiento.

Se contextualiza en ambas políticas, pero con mayor alcance en la política bibliotecaria.

1952

Convención Universal sobre Derechos de Autor.

Se vincula estrechamente con la política de información por los alcances que contempla en relación a los creadores.

1954

Convención sobre el canje internacional de publicaciones.

Se contextualiza en ambas políticas, pero con mayor alcance en la política bibliotecaria.

1958

Convención sobre el canje de publicaciones oficiales y documentos gubernamentales entre Estados.

Se contextualiza en ambas políticas, pero con mayor alcance en la política bibliotecaria.

1958

Convención sobre el canje internacional de publicaciones

Se contextualiza en ambas políticas, con igual alcance en la política de información y en la política bibliotecaria.

1964

Recomendación sobre la Normalización Internacional de las Estadísticas relativas a la Edición de Libros y Publicaciones Periódicas.

Está mayormente relacionada a la política de información.

20

Año

Política Cultural Política de Información y/o Política Bibliotecaria

1970

Recomendación sobre la Normalización Internacional de las Estadísticas relativas a las bibliotecas.

Se contextualiza en ambas políticas, pero con mayor alcance en la política bibliotecaria.

1971

Convención Universal sobre Derechos de Autor

Se vincula a la política de información.

1971

Creación de la Carta Internacional del Libros.

Esta mayormente relacionada a la política de información relacionada con el fomento a la lectura.

1972

Declaración sobre los Principios Rectores del empleo de las transmisiones por satélite para la libre circulación de la información.

Esta mayormente relacionada a la política de información en cuanto a los aspectos de infraestructura.

1982

La UNESCO organiza el evento en Londres El Congreso Mundial del Libro. Aprueba el programa de acción “Hacia una sociedad de lectura” que la Conferencia General hará suyo en 1983.

Se relaciona directamente con la política de información en relación con el fomento a la lectura

1985

Recomendación Revisada sobre la Normalización Internacional de las Estadísticas relativas a la producción y distribución de libros, diarios y otras publicaciones periódicas.

Esta mayormente relacionada a la política de información en relación a la política editorial.

1988

1989

Fomento del libro. Se financian actividades en este ámbito en 68 estados miembros, organizando más de 20 cursos de formación en las distintas profesiones del libro en todas las regiones. Bajo el título de “Año del lector” varios Estados organizaron por iniciativa de la UNESCO un programa de doce meses y movilizando a maestros, padres, asociaciones, editores y libreros, con una amplia participación de medios de comunicación.

Se relaciona directamente con la política de información en relación con el fomento a la lectura.

21

Año

Política Cultural Política de Información y/o Política Bibliotecaria

1992

Se realiza la primera Conferencia Mundial de Periodistas Científicos, que entre los temas examinados se encuentra el análisis de la citación de la infamación científica en las diversas regiones del mundo

Está relacionada con la política de información científica.

1992

La UNESCO realiza una consulta internacional reuniendo a los participantes, donadores de libros principalmente, y recomienda un trabajo metódico de organización en la donación de libros.

Se contextualiza en ambas políticas, pero con mayor alcance en la política bibliotecaria.

1992

La UNESCO crea la Red Internacional para la Disponibilidad de Publicaciones Científicas (INASP), la cual intenta modificar la precariedad de la información científica de que disponen los países del tercer mundo, reforzando los programas existentes de donación de libros y fomentando la constitución de bases de datos.

Se centra en una política de información científica.

1992

Inicia el “Periolibros” que es un proyecto encaminado a fomentar la democratización de la lectura con la publicación en 24 periódicos de América Latina. En México se realiza con la firma del acuerdo con la editorial mexicana FCE.

Se relaciona directamente con la política de información en relación con el fomento a la lectura.

1994

Formulación del Manifiesto UNESCO/IFLA sobre la Biblioteca Pública.

Se relaciona directamente con la política bibliotecaria vinculada a la biblioteca pública.

1999

Formulación del Manifiesto UNESCO/IFLA sobre la Biblioteca Escolar

Se relaciona directamente con la política bibliotecaria vinculada a la biblioteca escolar.

22

Año

Política Cultural Política de Información y/o Política Bibliotecaria

2003

Carta sobre la preservación del patrimonio digital,

Se relaciona a la política de información en atención al patrimonio y a la utilización de las tecnologías de la información.

2005

Informe mundial de la UNESCO. Hacia las sociedades del conocimiento.

Se relaciona con la política de información particularmente hacia los usuarios.

2006

Manifiesto de la IFLA/UNESCO sobre Internet.

Esta vinculada con la política de información y específicamente con la libertad de accesos a la información en Internet.

Fuentes: ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LA EDUCACIÓN, LA CIENCIA Y LA CULTURA. Conferencia mundial sobre políticas culturales. Problemas y perspectivas.(1982 : México). París: La Organización 1982 p.1-3. CONIL Lacoste, Michel. La memoria viva de la UNESCO 1946 – 1993. París: UNESCO, 1994 p.207, 298, 342, 402, 413, 425-426, ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LA EDUCACIÓN, LA CIENCIA Y LA CULTURA. Instrumentos Normativos. [En Línea]. Disponible http://portal.unesco.org./es/ev.php-URL. UNESCO/IFLA Library Manifestos [En Línea] Disponible http://www.unesco.org/webworld/libraries/manifestos consultados el 18 de septiembre de 2010

23

En este cuadro se muestran los acuerdos, convenciones y protocolos que ha emitido la

UNESCO a lo largo de los años desde la visión de una política cultural y donde podemos

encontrar veintidós que específicamente se dirigen a la información y la biblioteca. De

estas veintidós políticas se observan catorce de ellas que se orientan exclusivamente a la

política de información y que se distribuyen de la siguiente manera:

- Una para recursos documentales.

- Dos para Derechos de autor.

- Una para la Normalización estadística.

- Cuatro para el Fomento a la lectura.

- Tres hacia las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC).

- Una para la Industria editorial.

- Dos para la Información Científica.

Se observa una mayor tendencia de las políticas de información hacia el fomento a la

lectura y las TIC pero esto no significa que sean los únicos temas recurrentes en la

agenda de estas políticas, más bien son una respuesta a las tendencias y necesidades

planteadas por el entorno y que en cierta forma están siendo atendidas de manera

inmediata sin dejar de lado que el resto de las políticas con menor proporción numérica

no dejan de ser importantes y por eso mismo sean susceptibles de la atención

correspondiente.

En lo que respecta a la política bibliotecaria, en las tablas expuestas se logran percibir

ocho de estas políticas que se cuentan de la siguiente forma:

- Una, de gestión y funcionamiento.

- Cuatro, para la función de adquisición.

- Una, para la normalización estadística.

- Dos, hacia manifiestos.

Estas ocho políticas dan cuenta que las distintas funciones que se desarrollan en la

biblioteca tratan de ser cubiertas mediante los acuerdos y recomendaciones emitidas

pese a que la atención parece centrarse en la función de adquisición las demás funciones

en cierta manera pueden llegar a ser atendidas a través de los manifiestos en donde se

24

exponen las directrices que deben llevarse a cabo al menos en la biblioteca pública y

escolar por las distintas funciones que las caracterizan, lo que nos hace suponer que el

interés fundamental de las recomendaciones es alcanzar un eficiente funcionamiento en

este tipo de unidades de información para la satisfacción de necesidades de información

mediante el diseño adecuado de los servicios que se diseñan y ofrecen.

25

Cuadro 2 Acuerdos, convenciones y protocolos de la UNESCO orientados hacia una política cultural y su inferencia en las bibliotecas

Año

Política Cultural

Inferencia

1948

Acuerdo destinado a facilitar la Circulación Internacional de materiales audiovisuales de carácter educativo, científico y cultural.

Incide en las bibliotecas directamente relacionada con la función de la adquisición, canje y donación de documentos en formatos no impresos.

1949

Primera Declaración Internacional sobre las necesidades y funcionamiento de las bibliotecas públicas, como respaldo a la educación popular y como un derecho al conocimiento.

Esta dirigida específicamente al sector de las biblioteca públicas pero también podría orientarse a las bibliotecas escolares en atención a las distintas funciones que en estas unidades de información se realizan.

1952

Convención Universal sobre Derechos de Autor.

Esta destinada a la protección de los derechos de los creadores, e incide en todo tipo de bibliotecas bajo normativas de respeto a dichos derechos.

1954

Convención sobre el canje internacional de publicaciones.

Incide en la función de adquisición de publicaciones a nivel internacional y tiene alcances en bibliotecas universitarias, especializadas y bibliotecas nacionales.

1958

Convención sobre el canje de publicaciones oficiales y documentos gubernamentales entre Estados.

Igualmente se orienta hacia la función de adquisición en bibliotecas universitarias, especializadas y bibliotecas nacionales, al recomendar una normativa correspondiente hacia la función aludida a nivel internacional.

1958

Convención sobre el canje internacional de publicaciones.

También se destina a la función de adquisición en bibliotecas universitarias, especializadas y bibliotecas nacionales, con normativas específicas.

1964

Recomendación sobre la Normalización Internacional de las Estadísticas relativas a la Edición de Libros y Publicaciones Periódicas.

Se orienta principalmente a la industria editorial de cada país, en atención a la cuantificación de su producción de libros y revistas.

26

Año

Política Cultural

Inferencia

1964

Recomendación sobre la Normalización Internacional de las Estadísticas relativas a la Edición de Libros y Publicaciones Periódicas.

Se orienta principalmente a la industria editorial de cada país, en atención a la cuantificación de su producción de libros y revistas.

1970

Recomendación sobre la Normalización Internacional de las Estadísticas relativas a las bibliotecas.

Se dirige a los distintos tipos de bibliotecas en relación a la cuantificación de datos que se obtienen de sus funciones y servicios, siguiendo una normativa que ofrece los instrumentos para una adecuada recolección de datos y posterior valoración.

1971

Convención Universal sobre Derechos de Autor.

Destinada a la protección de los derechos de los creadores, e incide en todas las bibliotecas bajo normativas de respeto a dichos derechos.

1971

Creación de la Carta Internacional del Libros.

Se orienta principalmente hacia las acciones que competen al fomento a la lectura no solo en bibliotecas públicas y escolares sino a nivel educativo e incluso en Casas de Cultura, visualizando al libro como objeto cultural.

1972

Declaración sobre los Principios Rectores del empleo de las transmisiones por satélite para la libre circulación de la información.

Se formulan recomendaciones en relación a la utilización de satélites como medios que integran las Tecnologías de la Información y que son utilizados para transmitir información de manera remota, por lo que puede incidir en cualquier tipo de biblioteca que cuenta con tecnologías satelitales.

1982

La UNESCO organiza el evento Londres: El Congreso Mundial del Libro, aprueba el programa de acción “Hacia una sociedad de lectura” que la Conferencia General hará suyo en 1983.

Se orienta principalmente hacia las acciones que competen al fomento a la lectura no solo en bibliotecas públicas y escolares sino a nivel educativo e incluso en Casas de Cultura, visualizando al libro como objeto cultural.

1985

Recomendación Revisada sobre la Normalización Internacional de las Estadísticas relativas a la producción y distribución de libros, diarios y otras publicaciones periódicas.

Se orienta principalmente a la política editorial de cada país, en atención a la cuantificación de su producción de libros y revistas, pero con modificaciones de acuerdo a los cambios operados por la utilización de tecnologías y el entorno del mercado.

27

Año

Política Cultural

Inferencia

1988

1989

Fomento del libro. Se financian actividades en este ámbito en 68 estados miembros, organizando más de 20 cursos de formación en las distintas profesiones del libro en todas las regiones. Bajo el título de “Año del lector” varios Estados organizaron por iniciativa de la UNESCO un programa de doce meses y movilizando a maestros, padres, asociaciones, editores y libreros, con una amplia participación de medios de comunicación.

Se orienta principalmente hacia las acciones que competen al fomento a la lectura no solo en bibliotecas públicas y escolares sino a nivel educativo e incluso en Casas de Cultura, visualizando al libro como objeto cultural.

1992

Se realiza en 1992 la primera Conferencia Mundial de Periodistas Científicos, que entre los temas examinados se encuentra el análisis de la citación de la infamación científica en las diversas regiones del mundo.

Se concretamente con bibliotecas especializadas y centros de documentación.

1992

La UNESCO realiza una consulta internacional reuniendo a los participantes, donadores de libros principalmente, y recomienda un trabajo metódico de organización en la donación de libros.

Incide en la función de adquisición de publicaciones a nivel internacional y tiene alcances en bibliotecas universitarias, especializadas y bibliotecas nacionales.

1992

La UNESCO crea la Red Internacional para la Disponibilidad de Publicaciones Científicas (INASP), la cual intenta modificar la precariedad de la información científica de que disponen los países del tercer mundo, reforzando los programas existentes de donación de libros y fomentando la constitución de bases de datos.

Se vincula concretamente con bibliotecas especializadas y centros de documentación.

1992

Inicia el “Periolibros” que es un proyecto encaminado a fomentar la democratización de la lectura con la publicación en 24 periódicos de América Latina. En México se realiza con la firma del acuerdo con la editorial mexicana FCE.

Se orienta principalmente hacia las acciones que competen al fomento a la lectura no solo en bibliotecas públicas y escolares sino a nivel educativo e incluso en Casas de Cultura, visualizando al libro como objeto cultural.

28

Año

Política Cultural

Inferencia

1994

Formulación del Manifiesto UNESCO/IFLA sobre la Biblioteca Pública.

Se orienta principalmente a la Biblioteca Pública.

1999

Formulación del Manifiesto UNESCO/IFLA sobre la Biblioteca Escolar.

Se orienta principalmente a la Biblioteca Escolar.

2003

Carta sobre la preservación del patrimonio digital

Se orienta hacia la conservación y preservación de acervos digitales que son creados en bibliotecas universitarias, especializadas y nacionales y que son considerados patrimonio cultural por los valores que le son asignados.

2005

Informe mundial de la UNESCO. Hacia las sociedades del conocimiento.

Se enfoca fundamentalmente hacia los usuarios y la forma en que debe serr formados en el manejo y uso de la información.

2006

Manifiesto de la IFLA/UNESCO sobre Internet.

La libertad de accesos a la información en Internet. Se orienta específicamente a la Biblioteca Pública pero igualmente puede ser útil a la biblioteca especializada, universitaria, escolar y nacional en atención a la libertad de accesos a la información en Internet.

Fuentes: ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LA EDUCACIÓN, LA CIENCIA Y LA CULTURA. Conferencia mundial sobre políticas culturales. Problemas y perspectivas.(1982 : México). París: La Organización 1982 Anexo II p.1-3 CONIL LACOSTE, Michel. La memoria viva de la UNESCO 1946 – 1993. París: UNESCO, 1994 p.207, 298, 342, 402, 413, 425-426. ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LA EDUCACIÓN, LA CIENCIA Y LA CULTURA. Instrumentos Normativos. [En línea] Disponible http://portal.unesco.org./es/ev.php-URL, UNESCO/IFLA. Library Manifestos [En Línea] Disponible http://www.unesco.org/webworld/libraries/manifestos/index_manifestos.html consultado el 22 de julio de 2010

29

En lo que compete a los alcances de las políticas culturales en cuanto al tipo de

biblioteca a las que van orientadas y que se muestran en el cuadro número 2, se deduce

lo siguiente:

- A bibliotecas públicas y escolares se dirigen siete.

- A bibliotecas especializadas, universitarias, nacionales y centros de

Documentación corresponden seis.

- A todo tipo de bibliotecas, siete.

- Hacia la industria editorial, dos.

A través de estos datos podemos comprender que la formulación de recomendaciones

elaboradas por la UNESCO no se dirige exclusivamente a un tipo de biblioteca como en

un primer momento se pudiera llegar a pensar sino que pretenden lograr una cobertura

hacia las distintas bibliotecas que existen y con lo cual se demuestra que el interés no

radica en un solo tipo de bibliotecas sino en los diferentes subsistemas que pueden

llegan a conformar cada una de ellas en un sistema nacional de información y para lo

cual es recomendable la emisión de recomendaciones para su acertado funcionamiento.

La atención que la UNESCO ha tenido en sus distintos eventos destaca que en el terreno

de la cultura la presencia de la biblioteca y la información, así como los objetos y

actividades que se dan alrededor de estos elementos generalmente encuentran una

recomendación como producto de la discusión y el análisis de los participantes; pero las

recomendaciones emitidas hacia los estados miembros en relación a la producción,

organización, distribución, transmisión y valoración de la información se orientan

básicamente a fortalecer las políticas de información y bibliotecarias de los respectivos

países.

Asimismo, las transformaciones que operan en la realidad producidas por la utilización de

tecnologías y las relaciones y prácticas culturales innovadoras, han encontrado el

tratamiento adecuado en esta serie de convenciones, lo que demuestra una firme

intención para la actualización de la política cultural pero en igual forma de las políticas

de información y bibliotecarias que son ajustadas a la dinámica de cambio que opera en

el entorno, es decir, aparece un planteamiento de prevención y ajuste conforme

aparecen transformaciones que exigen respuestas inmediatas.

30

En suma, las acciones formuladas por la UNESCO en relación con la información, la

comunicación y los sistemas bibliotecarios –traducidas en políticas correspondientes–, se

logra distinguir que desde sus comienzos este organismo ha tenido en consideración las

problemáticas relacionadas con las políticas culturales, donde la mayoría de las veces se

subraya que la cultura representa un factor sustantivo para el desarrollo y progreso de los

pueblos.

En igual sentido reconoce que tanto la información, la comunicación y los sistemas

bibliotecarios inciden en los procesos sociales, pero que también las estructuras de

información y comunicación hacen posible el desarrollo económico de los países, de aquí

la necesidad de crear sus políticas correspondientes.

Frente a esta propuesta, la serie de iniciativas y recomendaciones hacia los estados

miembros, en materia de información y biblioteca, enfatizan en la necesidad de

contextualizar tanto las políticas de información y bibliotecaria dentro de la política

cultural bajo una agenda de propuestas que enfatizan en una circulación libre y

equilibrada de la información, las cuales emergen como condiciones favorables para la

ruptura de dependencias económicas y políticas en los países en desarrollo.

Se admite además que la formulación y aplicación de las políticas de información y

bibliotecaria, deben dimensionarse en una imagen social de la realidad sobre la cual se

desea intervenir y con la asistencia de principios que fundamenten la acción, y

paralelamente contemplar y asegurar los medios y procesos organizativos, financieros,

administrativos, jurídicos y humanos para así superar el nivel intelectual hasta tomar

forma en procesos sociales concretos y consolidar una planeación nacional de la

información y de las unidades de información donde se ofrecen los servicios y la forma en

que se accede a ellos.

31

CAPÍTULO 2 EL DESARROLLO DE LA POLÍTICA CULTURAL EN MÉXICO

2.1 Introducción

En este capítulo se explica en principio la evolución de la política cultural en México vista

desde momentos históricamente diferenciados:

a) el periodo moderno y

b) la actual globalización.

A partir de lo anterior se analizan los sexenios que van de 1976 hasta 2009. Se toman

estos años y gobiernos debido a que en los mismos se identifica un proceso de

modificaciones en dimensiones económicas, políticas y sociales que impactan

directamente en la política cultural misma que forma parte de una estrategia para el

desarrollo integral en la cual el estado mexicano retoma los planteamientos de la

UNESCO sobre este respecto.

Se presentan además los acuerdos y tratados que el estado mexicano ha contraído con

la UNESCO y la intención real de las administraciones gubernamentales con respecto al

cumplimiento de las recomendaciones que en materia de política cultural formula este

organismo internacional y que una vez aceptados obligan a su aplicación y seguimiento

correspondiente aunque también están latentes los acuerdos y tratados que el mismo

estado mexicano decide no adoptar para su estrategia en el ámbito de políticas

culturales.

En la tercera parte de este capítulo se expone el papel que han mantenido las bibliotecas

en nuestro país dentro de la estrategia cultural a través del uso y manejo de la

información impresa existente en los acervos de las unidades de información y de su

crecimiento experimentado a partir de la década de los ochenta no obstante que

anteriormente recibían una limitada atención en los proyectos gubernamentales. La

continuidad mostrada refleja el valioso aporte que culturalmente ofrece la biblioteca

mediante el diseño y la prestación de sus servicios.

32

En la cuarta parte del capítulo se realiza la explicación correspondiente a las acciones

generadas por el estado mexicano con respecto a la política editorial y la manera como

ha ofrecido respuesta a la problemática en los sexenios que van de López Portillo hasta

Calderón Hinojosa.

En el quinto apartado se describen las acciones y programas que el estado mexicano ha

impulsado para atender la política de fomento a la lectura y la forma en que ha superado

las limitaciones planteadas sobre este fenómeno para crear una legislación y programas

específicos que confirman los avances en esta política.

2.2 Política cultural en México durante los años ochenta a 2009

El rubro cultural ha figurado siempre como una dimensión que mantiene un nivel de

aceptación destacado para ser considerado en las políticas públicas sexenalmente

formuladas por los distintos gobiernos que desde antes de la década de los setenta y

hasta nuestros días revelan la atención de la que es objeto mediante el diseño y

aplicación de las respectivas políticas culturales.

La cultura en nuestro país contiene matices de cobertura amplia que incluso en épocas

de crisis económica es asistida con recursos financieros aunque lo cierto es que con y sin

el apoyo gubernamental la cultura no detiene su producción y expansión ya que es la

sociedad misma quien efectúa estas dos funciones por medio de las relaciones, prácticas

y procesos sociales creativos que cotidianamente aparecen.

Lo que se podría designar como política cultural del estado mexicano empezó a definirse

más claramente a raíz de la serie de movimientos político-sociales iniciados en 1910. No

obstante, salvo raras excepciones el estado mismo no parece haber establecido durante

el periodo posrevolucionario y en el denominado “México Moderno” una política cultural lo

suficientemente consolidada o con efectos de larga duración que denoten su continuidad

y valoración, debido tal vez a que tradicionalmente se ha vinculado a la cultura con la

política educativa del régimen en turno pero sin llegar a disponer de un concepto amplio

sobre ella. Por esto se menciona que:

33

“Después de la Revolución, el Estado encarnó

como el protagonista mayor de la cultura y la usó

como un medio de cohesión social, legitimación

y proyección del régimen. Con la impronta del

discurso de Vasconcelos que combina el

activismo educativo, la movilización y la

propaganda con el fomento a la artes, la política

cultural posrevolucionaria tuvo logros

importantes”. 33

En 1921 se reconstituye la actual Secretaría de Educación Pública a iniciativa del

entonces rector de la Universidad Nacional, José Vasconcelos, el cual pasa a ser titular

de esta Secretaría y lleva consigo lo que podría considerarse el proyecto más acabado y

coherente de política cultural de cuya realización se haya encargado el estado mexicano

desde su reorganización a partir del reflujo de los movimientos revolucionarios,

acentuando su interés hacia lo autóctono. El programa general de trabajo comprendía

entre otras acciones:

- “El impulso a la educación, especialmente en las áreas rurales.

- La disminución del índice de analfabetismo.

- El incremento de la asignación presupuestaria destinada a la educación (ascendía de

12 a 35 millones).

- El impulso de la actividad editorial y bibliotecaria.

- La promoción y difusión de las artes.

- La realización de los contactos culturales”.34

Es valido subrayar que en este proyecto cultural coinciden la visión oficial gubernamental

con la de los particulares para alentar un movimiento nacionalista aunque este enfoque

nacional de la cultura fue decayendo en 1929 cuando los caudillos instaurados en los

puestos gubernamentales recurrían a este movimiento para justificar su autoridad por

medio de sus discursos reiterativos.

33 GONZÁLEZ TORRES, Armando. La política cultural y sus reyertas. En Letras Libres v.12 n.137 (mayo 2010) p. 14 34 Ibíd.

34

Posterior a este proyecto de política cultural se trató de ofrecer una continuidad adecuada

durante la época del denominado México Moderno y se puede decir que la creación de

instituciones gubernamentales destinadas a la cultura como:

• El Instituto Politécnico Nacional (1936).

• Instituto Nacional de Antropología e Historia (1939).

• Radio Educación (1940).

• El Instituto Nacional de Bellas Artes (1946).

• El Centro de Investigación y Estudios Avanzados (1961).35

Estas solo por mencionar algunas instituciones culturales además de las ya existentes

como la Universidad Nacional y la Secretaría de Educación Pública influyeron en el

desarrollo de una política cultural en aquel entonces debido a que el establecimiento de

las mismas expresan una formalidad gubernamental en atención a la cultura.

Esta época comparada con lo realizado durante la etapa Vasconcelista no logra obtener

los mismos niveles y para lo cual se pueden inferir una serie de variables que

ejemplifican la presencia de un modelo de producción que en su definición no favorece la

inclusión del rubro cultural para el desarrollo nacional como tampoco la existencia de una

normativa legal que obligue al estado a la realización de un proyecto cultural.

Igualmente en medio de una obsesionante modernización se permite la incorporación de

tecnologías (como la radio y la televisión) para favorecer prácticas y relaciones culturales

externas descuidando las propias, tan es así que “para inicios de la década de los

sesenta el nacionalismo cultural parecía estar cancelado y cedía su lugar a la penetración

cultural”.36

35 Entre los objetivos culturales que caracterizan a estas instituciones se exponen los siguientes:”El IPN: “contribuir a través del proceso educativo a la transformación de la sociedad en un sentido democrático y de progreso social, para lograr la justa distribución de los bienes materiales y culturales.” El INAH:”investigar científicamente la antropología e historia relacionada principalmente con la población del país y con la conservación y restauración del patrimonio cultural arqueológico e histórico”. El INBA:”planear, organizar, dirigir y difundir el cultivo, fomento, estímulo, creación e investigación de las bellas artes y de la educación artística.” El CNCA:”coordinar las actividades encaminadas a proteger y difundir el patrimonio cultural, arqueológico e histórico de la nación.” Radio Educación:”apoyar la enseñanza a cargo de la SEP especialmente la enseñanza abierta promoviendo y difundiendo programas de interés cultural.” BÁEZ MARTÍNEZ, Roberto. Ley General de Educación comentada. 4ª ed. México: PAC, 2001 p.331, 334, 336, 338 - 339 36 GONZÁLEZ TORRES, Armando, op.cit., p. 16

35

Pese a lo anterior para la década de los setenta ya se empezaban a delimitar los

principios que regían la política cultural del gobierno mexicano, a saber:

- La libertad de creación.

- El estímulo a la producción cultural.

- La participación de los bienes y servicios culturales.

- La preservación del patrimonio cultural de la nación”.37

Estos cuatro principios orientaban la acción del gobierno mexicano vinculado a la

creación, distribución y preservación de los bienes culturales aunque es posible destacar

que su intervención no estaba destinada a dirigir el proceso cultural sino a acompañar el

desarrollo cultural de la sociedad, siendo respetuoso de la dinámica referente a la

creación y consciente de las obligaciones que competen al estado en cuanto al apoyo y

el reforzamiento de dicho desarrollo.

Para finales de la década de los setenta y asimilando las recomendaciones de la

UNESCO en materia de cultura se logra visualizar que el estado mexicano retoma los

lineamientos que en este ámbito formulaba el organismo internacional, y se hace más

patente cuando previo a la Mundiacult las autoridades mexicanas responden a los

planteamientos del instrumento de diagnóstico enviado por la UNESCO a los estados

miembros de América Latina y en donde aparecen conceptos como:

“La orientación general de la política cultural, las estructuras

administrativas de la política cultural (donde la Secretaría de

Educación Pública le correspondía la promoción, conservación y

difusión cultural), la conservación y valorización del patrimonio

cultural, la ayuda a la creación artística, la educación y la

difusión culturales, la educación artística, la formación del

personal de acción cultural y la política cultural, las industrias

culturales, el financiamiento y planificación culturales, la

legislación e investigación en materia de desarrollo cultural y la

política cultural exterior”.38

37 ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LA EDUCACIÓN LA CIENCIA Y LA CULTURA. Conferencia Mundial sobre las Políticas Culturales (1982 : México). Situación de las políticas culturales en los Estados Miembros de América Latina y el Caribe. París: La Organización, 1982 p.55 38 Ibíd., p.55-59

36

Excepto las referentes a la formación del personal de acción cultural y el relacionado al

financiamiento y planificación cultural el resto de los reactivos se respondieron

afirmativamente lo que en cierta forma nos hace suponer que no se detectaban grandes

rezagos pero tampoco se estaba cumpliendo del todo con los puntos planteados por la

UNESCO y revelaban “el nivel de tratamiento que se tenía en relación con la política

cultural pese a que el mismo organismo tampoco formulaba un valoración individual

sobre este cuestionario a los países miembros”.39

Sin embargo, a finales de la década de los setenta y a inicios de los ochenta, se

identificaba en el terreno de la cultura a un grupo de jóvenes intelectuales –entre ellos

Aguilar Camín y Enrique Krauze– que coinciden en denunciar “la existencia de un

analfabetismo basado en la moda del socialismo y de la sexualidad desinhibida, así como

de una banalización y vulgarización de la cultura”.40

En el mismo sentido, Escalante plantea “que la vida intelectual se hallaba escindida y

que el estado propiciaba la división por medio de sus prerrogativas; para las masas,

concluía, la cultura consistía en ver la televisión”.41

Los anteriores señalamientos nos conducen a la reflexión de que la política cultural

durante el periodo referido en cierta manera no era del todo consistente pero en igual

sentido revelaban el agotamiento de un modelo de desarrollo en el cual la cultura no

figuraba con un aporte lógico y estratégico que la posicionara como parte del desarrollo y

por tal motivo las inconsistencias advertidas en la estrategia cultural no resultaban

extrañas. Además esto nos revela que la cultura pese a no tener un sitio en las

prioridades gubernamentales continuaba su desarrollo y difícilmente sería frenado.

Entre las escasas iniciativas ideadas en el ámbito de la cultura durante la década de los

ochenta, está la realización de un proyecto de investigación llamada Estrategia para una

política cultural del Estado Mexicano 1982 – 2000 financiado por el Grupo de Estudios

39 Sobre los dos puntos que se dejaron de responder cabría hacer mención que probablemente en ese momento la formación de personal de acción cultural no representaba una actividad de mayor trascendencia para los fines que en material cultural fijaba el estado mexicano, aunque no deja de sorprender que la acción cultural se venía dando tal vez mediante las mismas experiencias que este tipo de personal obtenía cotidianamente y que no dejan de ser reconocidas. En lo que compete al financiamiento y la planificación cultural se puede decir que igualmente se realizaban implícitamente aunque no se tuviera un adecuado control sobre estos dos conceptos resulta evidente que su operación era tarea gubernamental pese a que al momento de requerir la información por parte de la UNESCO no se logró darle la cobertura necesaria desde las instancias correspondientes. 40 AGUSTÍN, José. La tragicomedia mexicana. 3ª. ed. México: Planeta Mexicana, 1994 p.74 41 Ibíd.

37

para el Financiamiento de la Educación (GEFE), integrado por representantes de la

Secretaría de Educación Pública, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, y la

Secretaría de Programación y Presupuesto, cuyo objetivo “era diseñar una estrategia que

apoyara al proceso cultural de acuerdo a una concepción plural del mundo”.42

En esta misma línea, para 1982 Fernando Solana43 enunciaba los principios de la política

cultural entre los que destacan:

a) el estímulo a la producción cultural.

b) la participación del estado.

c) la preservación del patrimonio cultural de la nación.

Los cuales estaban sin lugar a dudas estrechamente relacionados a los cuatro principios

ya señalados en párrafos atrás y que ciertamente se desprendían de las consideraciones

de la UNESCO en favor de la cultura.

Si bien no existe un abandono alrededor de la política cultural ya que bien o mal el sector

cultural continuaba siendo apoyado gubernamentalmente si podemos dar cuenta que la

emergencia de un modelo económico distinto en cuanto su apertura y descentralización

frente a la visión globalizadora requería de otro tipo de planteamientos muy distintos en

cuanto a su orientación y que además incluyera a la cultura como un elemento básico

dentro de los esquemas de desarrollo y centrarla como parte del mismo.

Las declaraciones criticaban las posturas anquilosadas hacia la política cultural existente

anterior a los ochenta pero también dejaban entrever la necesidad de replantear su

orientación y utilidad para el esquema económico que se adaptaría y consecuentemente

se exponía:

“La cultura ha sido concebida como un bien

reservado a ciertos grupos privilegiados, más

que como el conjunto de valores, expresiones

y tradiciones, resultado tanto de la inventiva

42 MALDONADO PIERRETTE, Claudia Lorena. Globalización y política cultural. México: Ibero, 1999 p.27 43 Política Cultural del Estado Mexicano. Moisés Ladrón de Guevara coordinador. México: SEP: Centro de Estudios Educativos, 1983 p. 9

38

individual como de la experiencia colectiva. Las

acciones que ha emprendido el Estado a fin de

enriquecer y desarrollar la cultura requieren de

una mayor vinculación a la política

educativa”.44

En función de esta obligación, la actitud en el sexenio de Miguel de la Madrid (1983 –

1988) fue retomar y asumir la búsqueda y elaboración de una política cultural que

superara las condiciones heredadas en medio de una situación económica crítica que

planteaba una racionalización de los recursos financieros en los programas públicos y

sociales, entre los cuales se encontraba la cultura pese a que ésta no dejaba de estar

vinculada a la Secretaría de Educación Pública, careciendo aun de una institución

específica que asumiera su coordinación.

Más allá del mero discurso prometedor se comenzaron a establecer acciones que daban

muestra de un interés real, tan es así que para dar cumplimiento a sus principios sobre la

cultura se elaboró el documento Política Cultural del Estado Mexicano, donde se

infiere entre líneas una brevísima visión con respecto a las bibliotecas y se pretende

“integrar sistemas nacionales de bibliotecas públicas, museos, centros culturales, salas

cinematográficas y locales para teatros. Los sistemas estarían vinculados entre sí para

lograr un máximo aprovechamiento de los recursos y la amplia participación ciudadana”.45

Orientados por las incipientes acciones formuladas durante el sexenio referido (Miguel de

la Madrid) sobresale la presencia de un contexto de cambio que en materia de cultura

responde en igual sentido a los procesos de transformación que se vienen desarrollando

a nivel internacional como producto de la globalización económica. Lo cual puede

observarse en el mismo Plan Nacional de Desarrollo y en la creación de espacios

culturales con intervención del Gobierno Federal y particulares.

También destaca que la cultura no va a ser entendida como una materia aislada de los

planes nacionales sino que se integra a los objetivos del mismo ya que es considerada

como un elemento fundamental para el desarrollo, pero igualmente en una estrategia que

44 MÉXICO. PODER EJECUTIVO FEDERAL. Plan Nacional de Desarrollo 1983 – 1988. México: Poder Ejecutivo Federal, 1983 p.223 45 Política cultural del Estado Mexicano. México: CEE, 1982 p.241

39

intenta llevar al país a los niveles que tienen los países desarrollados o de aquellos

países que son socios comerciales con el nuestro.

Cabe subrayar que la atención al rubro cultural encuentra un sustento clave con la

promulgación de la Ley de Planeación de 1983 y que tuvo reformas en 2003 con la cual

la obligación y responsabilidad del estado hacia este respecto se ve fortalecida para

beneficio del proyecto de nación al subrayar en su artículo tercero que:

“La ordenación racional y sistemática de acciones que, en

base al ejercicio de las atribuciones del Ejecutivo Federal en

materia de regulación y remoción de la actividad económica,

social, política cultural, de protección al ambiente y

aprovechamiento racional de los recursos naturales, tiene

como propósito la transformación de la realidad del país”.46

Es decir, esta ley aplica en la administración pública y por esto la política cultural contaba

con un instrumento legislativo que regulaba la actuación del estado en este sector

mediante la planeación, el establecimiento de objetivos, metas, estrategias, prioridades,

asignación de recursos, responsabilidades y tiempos de ejecución, lo cual permitía la

coordinación y evaluación de acciones gubernamentales en la gestión cultural para

asegurar la conservación, difusión y transmisión de la cultura.

Bajo un ambiente de globalización económica que plantea modificaciones estructurales el

rubro de la cultura es objeto de una atención distinta y de lo cual García Canclini subraya

que “en la década de los ochenta la distribución se modifica por el repliegue del estado.

La acción empresarial es más evidente en los medios masivos, pero también avanza en

los museos e instituciones de alta cultura, en la promoción y legitimación del arte

popular”.47

O dicho de otra forma, la figura y presencia gubernamental en la cultura ya no va a ser

exclusiva y absoluta sino que abre las posibilidades de participación del sector privado y

los grupos de la sociedad civil, lo cual conduce a observar que en el diseño de su política

46 MÉXICO. Ley de Planeación 1983. [En Línea]. Disponible Http://datatut.sectur.gob.mx/pub/grup/cargas_manuales Consultado el 24 de mayo de 2010 conforme a la última reforma del 13 de junio de 2003 47 GARCÍA CANCLINI, Néstor, op.cit., p. 393

40

cultural aparezcan como actores sociales,48 además de la población del país, los

creadores, las instituciones culturales civiles y públicas, como también la denominada

industria cultural.

Esto reflejaba que las decisiones adoptadas efectivamente se identificaban ampliamente

con las de aquellos países desarrollados económicamente que realizan prácticas

similares dentro de su estrategia cultural, aunque actualmente se reconozca que “por la

diversidad cultural del país, por la profusión de grupos de interés, por la emergencia de

nuevas expresiones y prácticas artísticas, la política cultural mexicana está sometida a

demandas múltiples y muchas veces contradictorias”.49

Queda claro que la cultura pasaba a ocupar un lugar prioritario dentro de las metas

gubernamentales para el desarrollo económico y el mejoramiento de la calidad de vida de

la población por lo que esta tendencia ha estado presente incluso desde la década de los

noventa y hasta nuestros días donde gradualmente se han realizado las correcciones y

mejoras necesarias pero sin perder de vista el propósito fundamental de mantener una

política cultural más participativa, incluyente y valorativa.

Un ejemplo de lo anterior se puede mencionar con la creación del Consejo Nacional de la

Cultura y las Artes50 durante el periodo de Salinas de Gortari que viene a reemplazar a la

Secretaría de Educación en la coordinación de acciones culturales, estableciendo así una

institución que se dedica de manera exclusiva a la gestión cultural con todo y que hasta

nuestros días aun se padece de una legislación federal que en concreto atienda el rubro

de cultura y valore la inclusión y alcances del INBA y el INAH en los proyectos culturales

del país en vinculación con el Conaculta.51

En términos generales la continuidad en materia cultural se encuentra presente en los

sexenios de Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Felipe Calderón mediante el fortalecimiento de

48 HARVEY, Edwin R. op.cit., p.18 49 GONZÁLEZ TORRES, Armando, op.cit., p.15 50 Sobre esta institución cultural (CNCA) sus objetivos puntualizan:”1) Coordinar las actividades encaminadas a proteger y difundir el patrimonio cultural, arqueológico e histórico de la Nación. 2) Estimular y alentar por diversos medios la creatividad artística, en corresponsabilidad con la sociedad civil. 3) Difundir el arte y la cultura de manera descentralizada, para ampliar las oportunidades de acceso de la sociedad al goce y la recreación de los bienes artísticos y culturales.” BÁEZ MARTÍNEZ, Roberto, op.cit., p.334 51 Sin embargo, la falta de una Ley de Cultura a nivel federal aun es motivo de discusión debido a que dentro de las atribuciones que se le están asignando dentro del proyecto de esta iniciativa al CNCA en comparación con las otras instituciones (INAH y INBA) son mayores y por lo mismo parece no existir un punto de acuerdo con estas últimas y ha provocado la tardanza de su discusión en el pleno de la Cámara de Diputados ante la falta de imprecisiones que aun contiene el proyecto de ley sobre cultura en México.

41

la infraestructura cultural, la integración en la cultura a los planes nacionales y desde

luego en la asignación de recursos financieros correspondientes como puede verse en la

tabla número uno en donde se aprecia el aumento gradual de ingresos asignados (en

millones de pesos) al rubro de cultura para los últimos tres sexenios que ratifica

efectivamente la continuidad y consistencia de una política cultural.

42

Tabla 1 Inversión sexenal en millones de pesos en materia de cultura (1995 – 2009)

Años

Ernesto Zedillo Ponce Vicente Fox Quesada Felipe Calderón Hinojosa

1995

1, 744.5 000 000

1996

2, 254.1 000 000

1997

3, 068.1 000 000

1998

3, 153.8 000 000

1999

4, 204.9 000 000

2000

4, 475.1 000 000

2001

4, 874.1 000 000

2002

5, 226.6 000 000

43

Años

Ernesto Zedillo Ponce Vicente Fox Quesada

Felipe Calderón Hinojosa

2003

6, 175.8 000 000

2004

6, 392.0 000 000

2005

6, 869.2 000 000

2006

6, 634.9 000 000

2007

9, 047.2 000 000

2008

10, 690.6 000 000

2009

15, 105.4 000 000

Fuente: CONACULTA.[En Línea]. Disponible http://www.conaculta.gob.mx/memorias consultado el 12 de julio de 2010. México. Informes Presidenciales. [En Línea] Disponible http://www.informe.gob.mx consultados el 12 de julio de 2010.

44

Es oportuno señalar la participación de particulares ya no solo a través de ideas y

proyectos sino con planes de mayor alcance y financiamiento como los que vienen

realizando Telmex y empresas como la Fundación Gates (Microsoft) que contribuyeron

económicamente en el programa de la Red Nacional de Bibliotecas Públicas en el

sexenio de Vicente Fox. Como también la creación del programa Leer para Soñar

(2010) en donde CONACULTA y Televisa fomentan la lectura en la Biblioteca

Vasconcelos.

Otro testimonio que viene a ratificar la presencia de particulares en el desarrollo de la

cultura se aprecia en la creación de la Biblioteca Vasconcelos donde la intervención de

un Comité Consultivo y un Patronato fue fundamental para la puesta en marcha de dicha

unidad de información. Esta participación en la actualidad ya no resulta extraña como en

décadas anteriores cuando la presencia de un Estado Benefactor era confundida como

un paternalismo en donde exclusivamente la administración gubernamental se

responsabilizaba de la conservación y difusión de la cultura.

La continuidad persistió en las últimas tres décadas con el fortalecimiento de las

instituciones culturales y la creación de otras, la formulación de un marco jurídico-legal

adecuado, la revisión de la infraestructura y probablemente un aspecto que es digno

destacar lo es el retomar dos elementos que habían sido vitales dentro de las estrategias

culturales en países desarrollados como lo son la biblioteca y la información, que

figuraban como elementos ineludibles en la política cultural de nuestro país y fueron

fortalecidos para que se pudiera difundir, preservar y transmitir la cultura.

2.3 Acuerdos y tratados culturales firmados por el estado mexicano con la UNESCO

En México priva un estado de derecho en el cual la figura presidencial mantiene niveles

de autoridad que su fuero le permite aunque la aprobación o no de los acuerdos y

ratificaciones que formulan organismos internacionales hacia nuestro país requieren de

un proceso en el cual interviene el Poder Legislativo a través de las respectivas Cámaras

de Diputados y Senadores quienes a través de los dictámenes, discusiones y

valoraciones de que son objeto las propuestas que el Ejecutivo envía pueden llegar a ser

45

aprobadas o no conforme a los planteamientos y necesidades nacionales a las que se

pretende dar cobertura mediante este tipo de propuestas.

En consecuencia la aprobación de recomendaciones y acuerdos corre a cargo de las

Cámaras quienes junto con el Ejecutivo firman la ratificación de las mismas después del

mencionado proceso legislativo en el que se valora y se decide su aceptación para

posteriormente ser enviada a las instancias correspondientes como la Secretaría de

Relaciones Exteriores y a la misma UNESCO para notificar la aceptación de sus

recomendaciones.

Bajo estas orientaciones a continuación se presenta la tabla de convenciones ratificadas

por México, y aquellas convenciones que no fueron ratificadas por nuestro país ante la

UNESCO, pueden ser consultadas en el anexo número uno.

46

Cuadro 3 Convenciones ratificadas por México ante la UNESCO

Convención Año de Formulación Fecha de depósito del

Instrumento Tipo de Instrumento

Convención para la Protección de los Bienes Culturales en caso de conflicto Armado y reglamento para la aplicación de la Convención. La Haya.

1954 07/05/1956 Ratificación

Protocolo a la Convención para la protección de los Bienes Culturales en caso de conflicto armado. La Haya.

1954 07/05/1956 Ratificación

Convención Universal sobre Derecho de Autor, Declaración anexa relativa al Artículo XVII y resolución relativa al Artículo XI. Ginebra.

1952

12/02/1957

Ratificación

Protocolo 2 anexo a la Convención Universal sobre Derecho de Autor, relativo a la aplicación de la Convención a las obras de ciertas organizaciones internacionales. Ginebra.

1952

12/02/1957

Ratificación

Convención Internacional sobre la Protección de los Artistas Intérpretes o Ejecutantes, los Productores de Fonogramas y los Organismos de Radiodifusión. Roma.

1961

17/02/1964

Ratificación

Convención sobre las Medidas que Deben Adoptarse para Prohibir e Impedir la Importación, la Exportación y la Transferencia de Propiedad Ilícitas de Bienes Culturales. París.

1970

04/10/1972

Ratificación

Convenio para la Protección de los Productores de Fonogramas contra la Reproducción no Autorizada de sus Fonogramas. Ginebra.

1971

11/09/1973

Ratificación

Convenio Regional de Convalidación de Estudios, Títulos y Diplomas de Educación Superior en América Latina y el Caribe. México, D.F.

1974

14/05/1975

Ratificación

Convención Universal sobre Derecho de Autor, revisada en París, Declaración anexa relativa al Artículo XVII y resolución relativa al Artículo XI. París.

1971 31/07/1975 Ratificación

47

Convención Año de Formulación Fecha de depósito del Instrumento Tipo de Instrumento

Convenio sobre la Distribución de Señales Portadoras de Programas Transmitidas por Satélite. Bruselas.

1974

18/03/1976

Ratificación

Convención para la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural. París.

1972

23/02/1984

Ratificación

Convención sobre los Humedales de Importancia Internacional,especialmente como Hábitat de Aves Acuáticas. Ramsar.

1971

04/07/1986

Ratificación

Protocolo de enmienda de la Convención sobre las Humedales deImportancia Internacional, especialmente como Hábitat de AvesAcuáticas. París.

1982

04/07/1986

Ratificación

Modificación de los Artículos 6 y 7 de la Convención sobre losHumedales de Importancia Internacional especialmente comoHábitat de Aves Acuáticas.

1992

02/11/1992

Ratificación

Segundo Protocolo de la Convención de La Haya de 1954 para laProtección de los Bienes Culturales en caso de Conflicto Armado. LaHaya.

1999

07/10/2003

Ratificación

Convención para la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial.París.

2003

14/12/2005

Ratificación

Convención sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático.París.

2001

05/07/2006

Ratificación

Convención sobre la protección y la promoción de la diversidad delas expresiones culturales. París.

2005

05/07/2006

Ratificación

Convención internacional contra el dopaje en el deporte. París.

2005

11/04/2007

Ratificación

Fuente: ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LA EDUCACIÓN LA CIENCIA Y LA CULTURA. Instrumentos Normativos [En Línea]. Disponible http://portal.unesco.org/la/convention consultado el 7 de mayo de 2010.

48

De las convenciones ratificadas por México ante la UNESCO observamos que solo tres

de estas se relacionan con la biblioteca, los derechos de autor y la información

electrónica52 pero es a través de estas ratificaciones como se llega al acuerdo de

integrarlas a sus políticas culturales aunque también se responsabiliza para colaborar

con los estados miembros en un ambiente de cooperación y buen entendimiento de los

objetivos planteados en las políticas culturales en dimensiones específicas como lo son

la información y la biblioteca.

Asimismo, se destaca que doce de las ratificaciones son aceptadas por nuestro

gobiernos durante los años que van de 1954 a 1971 época donde la atención hacia la

política cultural no se caracterizo por ser precisamente la más adecuada dentro de un

modelo de desarrollo que no contemplaba plenamente a la cultura como elemento

sustantivo para el crecimiento socio-económico, antes bien estas ratificaciones se

fundamentan más por la idea que mantenía el estado mexicano en su deseo de

modernización.

En contraste para el periodo perteneciente a la globalización solo son aprobabas siete

ratificaciones varias de las cuales se vinculan directamente con el medio ambiente, el

patrimonio, la diversidad y la cultura del deporte, aunque se aprecia que estas

ratificaciones atienden problemáticas propias de este periodo pero igualmente dan

cuenta que la cultura amplia su esfera de acción.

Un caso concreto dentro de los convenios aceptados es la relacionada con los derechos

de autor y en la cual nuestro país ya tenía una ley de esta naturaleza promulgada aun

antes de la convención de 1952 aunque se puede afirmar que a la postre esta ley ha sido

objeto de modificaciones como producto de la experiencia que se tiene en la

problemática que aborda pero que también el hecho de aceptar un convenio ante la

UNESCO le ha permitido enriquecer el contenido de esta legislación para beneficio de los

creadores.

52 Las convenciones a las que se hacen alusión son la 1954 referente a la protección de bienes culturales en caso de conflicto armado; la convención universal sobre derechos de autor revisada en París en el año de 1971; y finalmente el convenio sobre la distribución de señales portadoras de programas transmitidas por satélite.

49

Por otra parte, con respecto a las convenciones de la UNESCO no ratificadas por

México, las cuales, como ya se señaló, pueden consultarse en el anexo uno al final de

este documento, conviene subrayar que la aceptación o no de convenciones no significa

necesariamente que los estados miembros como México se vuelvan indiferentes ante las

recomendaciones que emergen.

Más bien suelen ser consideradas como una serie de lineamientos que contribuyen al

fortalecimiento de las políticas de información y cultural siendo objeto de un

mejoramiento continuo que contempla la corrección y mejora de las políticas respectivas

desde una visión preventiva pero siempre dirigidas para ofrecer una respuesta a los

posibles cambios que en materia de biblioteca, información y cultura se presentan.

Paradójicamente encontramos convenciones donde las autoridades respectivas de

nuestro país no signaron la ratificación en su momento pero se logra observar que

algunas de estas se retoman dentro de la políticas de información de manera implícita

como es el caso de las relacionadas con la circulación internacional de materiales

audiovisuales de carácter científico (1948), el canje internacional de publicaciones

(1958), y el canje de publicaciones oficiales y documentos gubernamentales (1958).

Pese a que estas convenciones no fueron signadas por el estado mexicano es válido

reconocer la manera en cómo otros actores sociales lograban canjear publicaciones

oficiales y científicas con otros países sin interferir de manera contraria con esta

disposición pues este tipo de soportes documentales generalmente eran requeridos por

los usuarios.

Este fue el caso de los bibliotecarios que trabajaban en las unidades de información

científicas y en bibliotecas gubernamentales que de manera activa se convertían en

actores agentes protagónicos53 al ejecutar acciones de canje de publicaciones y que en

ese mismo sentido se puede llegar a suponer la utilización de metodologías empleadas

por la UNESCO.

53 De acuerdo a Serrano este tipo de actores se caracterizan porque son:”agentes que en una interacción o bien tienen la iniciativa de la acción social. […]Hacen o dicen: se manifiestan expresiva y/o operativamente”. SERRANO, Manuel Martín. La producción social de comunicación. 2ª. ed. Madrid: Alianza, 1993 p. 228-229

50

Sin embargo con la apertura de fronteras comerciales como una exigencia de la

globalización varios de estas convenciones tuvieron que terminar por ser aceptadas de

forma tácita a pesar de que aun aparecen como no ratificadas por nuestro país.

Paralelamente se distingue que las convenciones establecen determinadas acciones bajo

recomendaciones que han sido analizadas no solamente desde una postura teórica sino

también desde las experiencias obtenidas por los estados miembros y que han sido

producto de aplicaciones que permiten obtener su validez pragmática pero que

igualmente se esfuerzan por hacer extensivas las prácticas de su gestión en la

planeación de sus políticas y compartirlas con los estados miembros, que es uno de los

objetivos que se persiguen a través de estas convenciones de manera histórica.

2.4 El papel de la biblioteca en el desarrollo cultural de México

En relación a la percepción de la biblioteca pública,54 como institución cultural, desde

194955 la UNESCO promueve el manifiesto Primera Declaración Internacional sobre

la necesidad y funcionamiento de las bibliotecas públicas,56 como respaldo a la

educación popular y como un derecho al conocimiento. En México, la biblioteca

pública57 ha sido objeto de programas específicos58 que han repercutido a lo largo del

territorio con el apoyo de los tres niveles de gestión (federal, estatal y municipal).

En 1979 se indicaba “que la cultura se transmite en gran medida por la palabra escrita,

la presente administración persigue como programa prioritario, promover en todo el

54 Sobre la biblioteca pública se subraya que:" es una fuerza viva de la educación, la cultura e información y agente esencial de fomento de paz y los valores espirituales en la mente del ser humano”. IFLA/UNESCO. Manifiesto de la IFLA/UNESCO sobre la biblioteca pública. En GILL, Philip. Directrices IFLA/UNESCO para el desarrollo del servicio de bibliotecas públicas. México: IFLA: UNESCO: CONACULTA, 2002 p.171 55 RAMOS DE FRANCISCO, Consuelo y María Rosario Vera. De la Biblioteca de Alejandría a la Biblioteca Virtual: nuevas formas de bibliotecas públicas; la ventana humanística en el ciberespacio. [En Línea] Disponible http://www.sld.cu/sitios/boletinbvs/temas.php?idv=7413 Consultado el 3 de Septiembre de 2007 56 Es oportuno indicar que este Manifiesto emitido para las bibliotecas públicas no ha sido el único. Si tenemos en cuenta que este tipo de documento refleja los principios que deben aplicarse en una biblioteca es real que el contexto, la tecnología, el crecimiento de información y cambios culturales hacen que los manifiesto sean modificados precisamente para dar respuesta a este tipo de cambios, de ahí que la publicación de manifiestos para los años de 1972, 1986 y 1994 sean una clara respuesta a las modificaciones que se suceden en la realidad misma de la biblioteca pública. 57 Este tipo de biblioteca ha recibido durante en las tres últimas décadas el apoyo necesario en los respectivos sexenios siendo considerada como parte de los proyectos culturales que a nivel nacional se han elaborado como parte de una planeación gubernamental. 58 Entre los programas que se han diseñado para las bibliotecas públicas se encuentran el llamado Programa de Desarrollo Nacional de los Servicios Bibliotecarios y de Información (PRODENASBI) que aparece en 1980 que pretendía contribuir al desarrollo del país mediante el establecimiento de unidades de información. En 1982 surgió el programa Sistema Nacional de Bibliotecas que abordaba la necesidad de una política cultural en donde la población obtuviera beneficios. Para 1983 se crea el Programa Nacional de Bibliotecas Públicas con el cual inicia se origina la Red Nacional de Bibliotecas Públicas y que hasta el momento continúa su aplicación en forma adecuada.

51

ámbito nacional el hábito a la lectura, mejorando y creando bibliotecas en todo el

país”.59 Y efectivamente la transmisión de la cultura por medio de la palabra escrita ha

sido uno de los objetivos principales para crear bibliotecas pero también para formular

programas de lectura y fomento editorial.

La biblioteca pública en México es uno de los medios adecuados para hacer que la

sociedad asegure su acceso a la información impresa y a la cultura ya que es un recinto

que desde el diseño y desarrollo de sus funciones se convierte en un espacio cultural

por excelencia para apoyar no solamente la preservación de la cultura sino para

acentuar su difusión.

Pero la desaparición60 de este tipo de espacios fue una constante que demostraba el

descuido que se tuvo hacia las mismas en poco más de cincuenta años y que conduce

a cuestionar ¿se puede confirmar un interés por la cultura y su transmisión a través de

la biblioteca cuando gradualmente van desapareciendo muchas de ellas ante la

indiferencia oficial sobre este respecto?

La situación adquirió matices distintos a mediados de la década de los ochenta ya que

los cambios hacia las bibliotecas encontraron otros manejos en la conformación de la

política cultural y de la información donde existía el convencimiento de que eran parte

determinante en la transmisión, conservación y difusión de la cultura aunque también el

esquema de desarrollo económico requería de este tipo de espacios, y por eso se

advertía:

“Estamos por una cultura plural, una cultura

democrática, una cultura que exprese lo mejor de

la cultura universal y de la cultura nacional. Esto

es precisamente lo que estará en estas bibliotecas

que, como cualquier biblioteca del mundo, de un

mundo democrático y moderno, tendrán la

característica de su pluralidad absoluta”.61

59 SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA. MÉXICO. Informe de labores 1978 – 1979. México: La Secretaría, 1979 p.133 60 Como un testimonio que evidencia dicha desaparición de bibliotecas públicas se menciona que:”de aproximadamente 671 bibliotecas que existían en 1922, para 1983 solo quedaban 351 de ellas.”RODRÍGUEZ GALLARDO, Adolfo. Las bibliotecas en los informes presidenciales 1879 – 1988. México: UNAM, CUIB, 1990 p. 11 61 SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA. MÉXICO. Ley General de Bibliotecas, op.cit. p.51

52

Como muestra de la serie de transformaciones que han experimentado las bibliotecas

públicas en México y con lo cual se ratifica la importancia que mantienen en el

desarrollo de la política cultural a continuación se presentan los cuadros con

información sintetizada y comentada de los sexenios gubernamentales que cubren un

periodo de tiempo correspondiente a los años que van de 1976 a 2009.

Cuadro 4

Sector de Bibliotecas para el Sexenio de José López Portillo (1976-1982)

RUBROS

BIBLIOTECA PÚBLICA

ACCIONES

Infraestructura

Al inicio del sexenio existían 173 bibliotecas públicas y se construyeron solamente 34, la cifra total de bibliotecas al final del mismo fue de 207.De las 34 construidas: 3 eran del DF; 12 municipales, 18 estatales y una subdelegacional. Se remodelaron 38 bibliotecas en el D.F. y 69 en las entidades federativas.

Consultas

9, 437,900 consultas a lo largo del sexenio.

Acervo

4, 505,000 de material documental.

Servicio

Se adopta la modalidad de estantería abierta y se crean salas infantiles pero no se tiene dato alguno sobre estas últimas que las sustente.

Gestión

La Biblioteca México coordina los servicios de bibliotecas estatales y delegacionales.

Procesos Técnicos

Se catalogaron y clasificaron 859,000 libros.

Legislación

No hay referente.

Tecnologías de la

Información

Se utiliza un sistema automatizado para la elaboración de los procesos técnicos.

Fuentes: SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA. Plan Nacional de Educación. V Cultura y difusión popular. México: La Secretaría, 1977 p. 54 – 55. SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA. Informe de labores 1980 – 1981. México: La Secretaría, 1981 p. 153-155, 156-157, 158-163. SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA. Informe de labores 1981 – 1982. México: La Secretaría, 1982 p.151-159

En esta gestión se tenía pensado establecer un sistema de bibliotecas públicas a nivel

nacional con asistencia de especialistas en el área bibliotecológica aunque todo indica

que su participación se vio entorpecida al no dotárseles de los recursos financieros y

los apoyos incluso legales que los planes bibliotecarios exigen para hacer realidad los

objetivos y metas formuladas para dicho sistema.

53

En cuanto a la biblioteca escolar no se tiene la certeza de que haya recibido un

tratamiento distinto al otorgado a las bibliotecas públicas por lo que no es difícil advertir

la falta de interés e incorporación de este tipo de unidad de información en una

planeación cultural o educativa a nivel nacional, lo cual se ratifica en la ausencia de

cifras para estas bibliotecas.

Un hecho que resulta acertado es la vinculación que tiene la Secretaría de Educación

Pública con la Comisión Nacional de Fomento Educativo que de manera colaborativa

crean bibliotecas en el Sistema de Educación Indígena, aunque de fondo este tipo de

acciones aisladas del resto del sistema bibliotecario hacen que no se pueda afirmar la

existencia de una política bibliotecaria integral pero no se deja de reconocer las

intenciones positivas de este tipo de acuerdos.

En suma el sistema de bibliotecas públicas no fue objeto de una atención adecuada en

la planeación nacional lo cual se observa en la limitada infraestructura de 207

bibliotecas, en la formulación de una normatividad legal que sustentara las acciones, en

la escasa atención a los recursos humanos62 y financieros lo que denota una debilidad

en la política y se puede afirmar la existencia de un vacío en el rubro bibliotecario

fuertemente vinculado a la ausencia de un concepto integrador de cultura.

62 Sobre este respecto se subrayaba que:”al igual que en otras áreas de la actividad científica y tecnológica del país, la limitación más seria para el desarrollo de los servicios de información y documentación es la escasez de personal debidamente preparado”. CONSEJO NACIONAL DE CIENCIA Y TECNOLOGÍA. El Servicio Nacional de Información Científica y Tecnológica de México. México: CONACYT, 1976 p.22

54

Cuadro 5 Sector de Bibliotecas para el Sexenio de Miguel de la Madrid (1982-1988)

RUBROS

BIBLIOTECA PÚBLICA

ACCIONES

Infraestructura

Al iniciar el sexenio existían 207 Bibliotecas Públicas y a la víspera se construyeron 2,366 para que el final de esta administración sumara 2,573. El 88% de las Bibliotecas construidas se situaban en Entidades Federativas, 2,266 de ellas.

Consultas

161, 750,586 consultas. El 85% de los usuarios que consultaron información eran estudiantes, 137, 487,998 de ellos.

Acervo

10, 988,000 volúmenes

Servicio

Se inaugura una Biblioteca que ofrece la obra editorial de la SEP.

Gestión

Se crea el Programa Nacional de Bibliotecas "Red Nacional de Bibliotecas", en el cual se integran los esfuerzos del Gobierno Federal, Estatal y Municipal para la creación de Bibliotecas.

Procesos Técnicos

Se catalogan 441, 835 volúmenes.

RUBROS

BIBLIOTECA PÚBLICA

ACCIONES

Legislación

Aprobación de la Ley General de Bibliotecas.

Tecnologías de la

Información

Se utiliza un sistema automatizado para la realización de los procesos técnicos.

Fuentes: SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA. Informe de labores 1983 – 1984. México: La Secretaría, 1984 p.51-52. SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA. Informe de labores 1985 – 1986. México: La Secretaría, 1986 p.57-59. SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA. Informe de labores 1987 – 1988. México: La Secretaría, 1988 p.84-86. MADRID HURTADO, Miguel de la. Seis Informes de Gobierno 1983 – 1988. México; Poder Ejecutivo, 1988 514 p.

Pese a las crisis económicas recurrentes en este sexenio se aprecia una estrategia

cultural en donde este rubro mantiene un papel sustantivo en el proyecto de nación y es

merecedor de los recursos necesarios pues la cultura, la educación y la biblioteca son

elementos indispensables para el esquema de globalización económica bajo una

estrategia de descentralización.

55

La infraestructura bibliotecaria experimenta un crecimiento inusual pues se

construyeron 2, 366 bibliotecas públicas para que al final de la administración sumaran

2, 573 que expresa el convencimiento de que la información documental y la biblioteca

son dos recursos básicos para la creación, desarrollo y evaluación de una estrategia

cultural que intenta llegar a las comunidades más apartadas del país.

La asistencia a las bibliotecas públicas fue en aumento ante la multiplicación de estas

ya que comparada con la asistencia presentada en el sexenio anterior (9, 437, 900)

rebasaba ampliamente este dato al sumar 161, 750, 586 consultas a pesar de que la

mayoría de los asistentes fueron estudiantes de niveles básicos y no en la misma

proporción con el resto de los sectores de la sociedad.

Otro aspecto sobresaliente es la aprobación de la Ley General de Bibliotecas que viene

a corroborar la presencia de un instrumento normativo legal que garantiza la

permanencia de las bibliotecas públicas pero en igual forma puntualiza en las

responsabilidades que competen a las autoridades respectivas de las cuales por ley

difícilmente pueden evadir.

El interés hacia la biblioteca pública en este periodo se manifiesta en la aplicación de

una política de información donde esta institución se presenta como un espacio básico

para el acceso social a la información y la cultura que tal vez de otro modo sería difícil

de acceder por los sectores sociales marginados, asimismo la correspondencia con una

política bibliotecaria encuentra en la creación de la infraestructura bibliotecaria, en la

aprobación de una ley de general y en la formulación de programas una estrategia

cultural de largo alcance que requiere continuidad.

56

Cuadro 6 Sector de Bibliotecas para el Sexenio de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994)

RUBROS

BIBLIOTECA PÚBLICA

ACCIONES

Infraestructura

Al iniciar el sexenio existían 2,573 Bibliotecas Públicas y durante el periodo gubernamental se crearon 2,427 para que al final sumaran 5,000. La tendencia de la ubicación de las bibliotecas creadas continuaba siendo el 86% en las Entidades Federativas.

Consultas

198, 988,163 consultas realizadas.

Acervo

15, 000,000 de libros y 24,000,000 de videograbaciones.

Servicio

Se pone en marcha el servicio de videoteca.

Gestión

El Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, empieza a operar la Red Nacional de Bibliotecas Públicas en sustitución de la SEP.

Fuentes: SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA. Informe de labores 1989 – 1990. México: La Secretaría, 1990 p.67-69. SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA. Informe de labores 1994 – 1995. México: La Secretaría, 1995 p.65-66. SALINAS DE GORTARI, Carlos. Cuarto Informe de Gobierno. 1992. Anexo. México: Poder Ejecutivo Federal, 1992 p. 81.

La creación del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes como un organismo

específico en el cual sustentar la coordinación de la política cultural y la política

bibliotecaria representa la cobertura de un vacío que en décadas atrás no se había

atendido.

El establecimiento de 2, 427 nuevas bibliotecas en el periodo muestran un avance de

61 bibliotecas más que en el sexenio anterior para que el final sumaran 5, 000 y que la

mayoría de ellas se instalaran en las entidades federativas mostrando así la tendencia

típica de una descentralización para acercar a los habitantes del medio rural a los

beneficios de la cultura impresa.

El número de consultas aumentó a 198, 988, 163 lo que significa 28 millones más que

las atendidas durante el régimen de Miguel de la Madrid (161, 750, 586) y reflejan un

interés creciente de los sectores sociales hacia las bibliotecas aunque el fenómeno de

la consulta centralizada en estudiantes de niveles básicos de educación siga

persistiendo y se tome como algo natural.

57

El acervo de la Red Nacional de Bibliotecas creció hasta alcanzar 15, 000 000 de libros

y 24, 000 videograbaciones que permite comprender que la información impresa y en

otro formato –como el video– van a estar contenidos como parte de los acervos de las

bibliotecas sin exaltar parcialmente la utilización de un soporte por encima de otro.

Un dato adicional es la creación de Salas Populares de Lectura que la SEP crea para

fortalecer los hábitos lectores de los recién alfabetizados tratando de complementar las

actividades de estos espacios con las que se realizan en la biblioteca pública. A las

primeras 83 salas populares de lectura se atendieron 108,229 lectores.

Pese a la continuidad en la política bibliotecaria resulta adecuado señalar que no se

incorporan las tecnologías de la información en las bibliotecas públicas como también

se dejo la responsabilidad en otra institución –la SEP– la creación de salas de lectura

cuando este tipo de espacios es una actividad que compete a una política bibliotecaria,

asimismo el establecimiento de vínculos con otras instituciones públicas y privadas en

torno a las bibliotecas así como a otro sistemas bibliotecarios representaban pendientes

que no alcanzaron a ejecutarse.

Cuadro 7 Sector de Bibliotecas para el Sexenio de Ernesto Zedillo Ponce de León (1994-2000)

RUBROS

BIBLIOTECA PÚBLICA

ACCIONES

Infraestructura

Al iniciar el sexenio existían 5,471 Bibliotecas Públicas y durante el periodo gubernamental se crearon 306 para que al final sumaran 5,777.

Consultas

315, 000,000 consultas.

Acervo

29, 000,000 materiales documentales.

Gestión

La Biblioteca Pública aparece como un indicador del desarrollo cultural del fomento a la lectura.

Fuentes: SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA. Informe de labores 1996 – 1997. México: La Secretaría, 1997 p.1170-1171. SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA. Informe de labores 1997 – 1998. México: La Secretaría, 1998 p.198-199. ZEDILLO PONCE DE LEÓN, Ernesto. Quinto Informe de Gobierno. 1999 México: Poder Ejecutivo Federal, 1999 p.178, 181. CONACULTA. [En Línea] Disponible http://www.conaculta.gob.mx/memorias, http://www.informe.gob.mx consultado el 16 de agosto de 2010

58

En infraestructura el número de bibliotecas creadas es menor comparada con las

establecidas en los dos sexenios anteriores pues en este se alcanza la cifra de 306

bibliotecas lo que de ninguna manera significa una indiferencia hacia este rubro sino

más bien obedece a que en los dos sexenios pasados se le proporcionó una cobertura

amplia que aceleradamente abatió el rezago existente hasta 1983.

El Programa Nacional de Salas de Lectura crea 338 salas en los estados de la

República aunque si bien habrá quienes pensaran que estas salas son algo innovador

no es así ya que anteriormente la SEP durante el sexenio de Salinas de Gortari creó

83 espacios denominados salas populares de lectura que atendió en un inicio a 108,

229 lectores.63

Existe un aumento notable de consultas en comparación con los dos sexenios

anteriores que bien puede ser resultado no solamente de la multiplicación de

bibliotecas sino de la aplicación de programas de promoción, de la política editorial y

de fomento a la lectura que se impulsa en este sexenio y que no se realizó

formalmente en sexenios anteriores.

Se incrementó el número de volúmenes en los acervos de la Red Nacional de

Bibliotecas que con sus 29, 000, 000 de materiales documentales se presenta como

una cifra destacada en comparación con los 15, 000 000 volúmenes existentes en el

periodo gubernamental anterior lo que representa un crecimiento de 14, 000 000 y

este dato sirve para ratificar que el aumento continúo de bibliotecas no siempre

implica automáticamente un crecimiento del acervo.

Se informa sobre la existencia de 4,789 bibliotecas escolares y 180 bibliotecas

especializadas, aunque este tipo de datos generalmente son omitidos en informes

oficiales lo que en un primer momento conduce a pensar sobre la validez de los datos

cuando no se ha tenido un seguimiento continúo sobre ellas.

En este sexenio aparecen acciones que indican el seguimiento de una estrategia

cultural y una política bibliotecaria donde se muestran avances notables en el

63 véase los datos aquí expuestos en el análisis de información correspondiente a la gestión gubernamental de Carlos Salinas de Gortari dentro de este mismo capítulo.

59

crecimiento del acervo, en salas de lectura pero no así en la cantidad de bibliotecas

creadas y continuaba sin aparecer la integración de tecnologías de la información a

las bibliotecas y su vinculación con otros sistemas bibliotecarios.

Cuadro 8 Sector de Bibliotecas para el Sexenio de Vicente Fox Quesada (2000-2006)

RUBROS

BIBLIOTECA PÚBLICA

ACCIONES

Infraestructura

Al iniciar el sexenio existían 5,777 Bibliotecas Públicas y durante el periodo gubernamental se crearon 1,243 para que el final sumara 7,020.

Consultas

189, 000,000 consultas.

Acervo

34, 996,837 volúmenes. Se crea la Biblioteca Vasconcelos con un acervo inicial de 322,928 volúmenes.

Gestión

Se obtienen donativos de particulares para apoyar el financiamiento de proyectos en la Red Nacional de Bibliotecas Públicas (La Fundacion Gates dona 300,000,000 de dólares y Microsoft 100,000,000).

Legislación

Reglamento General de los servicios bibliotecarios.

Tecnologías de la

Información

Se entrega equipo de cómputo a 660 Bibliotecas, 1,718 Bibliotecas Públicas se conectan a Internet, 956 Bibliotecas Públicas se conectan a e-mexico, se presenta el Sistema Prometeo, se instalan 54 módulos de servicios digitales.

Fuentes: SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA. Informe de labores 2001. México: La Secretaría, 2001 p.58-59. SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA. Informe de labores 2002. México: La Secretaría, 202 p.55-56. FOX QUESADA, Vicente. Segundo informe de Gobierno. 2002. México: Poder Ejecutivo, 2002 p. 8. CONACULTA. [En Línea]. Disponible http://www.conaculta.gob.mx/memorias consultado el 14 de abril de 2010. MÉXICO. Informes Presidenciales [En Línea].Disponible http://www.informe.gob.mx consultado el 17 de mayo 2010

En infraestructura durante este sexenio se crean 1, 243 bibliotecas que al final suman

7, 020 lo que ciertamente viene a demostrar un impulso adecuado y más aun con la

creación de la Biblioteca Vasconcelos que se suma a la cifra ofrecida aunque con

connotaciones distintas; otro dato que refuerza el crecimiento de las bibliotecas

públicas en este periodo por encima de otros espacios culturales puede ratificarse en el

anexo dos del presente documento.

La cifra sobre el acervo de la Red Nacional es de 34, 996, 837 volúmenes lo que

significa un crecimiento de 5, 996, 837 volúmenes en relación con los 29, 000 000 que

se obtuvieron en la gestión de Zedillo Ponce y lo cual muestra efectivamente un avance

notable.

60

En cuanto a consultas realizadas las cifras reportadas en los informes son de 189, 000,

000 que representa un menos 441 000 000 en comparación con las 315, 000, 000

obtenidas en el sexenio de Zedillo Ponce. Es difícil asegurar la presencia de un

retroceso en este rubro más aun cuando en el anexo número tres se alcanza a

observar que la biblioteca pública solo es superada entre los espacios culturales màs

visitados por las salas de cine.

La incorporación de tecnologías de la información a la Red Nacional de Bibliotecas es

un avance que beneficia a los usuarios y es el primer sexenio donde este tipo de

acciones se realizan. Es significativo ya que el equipamiento de computadoras e

Internet demostraban un paso firme para ajustarse a la vanguardia que a nivel mundial

se venía desarrollando.

La creación de 5,909 Salas de Lectura no es tan novedoso como el hecho de que siete

de ellas se hayan instalado en condados de Estados Unidos de Norteamérica y que

con esta medida el estado mexicano asumía su responsabilidad de asistir a la

comunidad migrante mexicana allende la frontera facilitando el acceso a la cultura en

condiciones externas al propio país.

La puesta en marcha del programa de bibliotecas de aula alcanzó la cifra de 750, 000

de ellas que es también un hecho inédito en la historia del país como también la

inversión (600, 000,000 millones de pesos) que se hace en las bibliotecas escolares

pensando tal vez en la creación de un subsistema específico en referencia a estas

últimas aunque en la realidad continuaron siendo un sector descuidado.

Las aportaciones de particulares mediante donaciones económicas permite ver que la

obligación en materia de política cultural y bibliotecaria no es solo asunto del estado

sino de la sociedad civil lo cual durante este sexenio fue una práctica que bien puede a

la postre ser comúnmente utilizada para beneficio de la propia política cultural.

Se impulsó la realización de los “Congresos de Bibliotecas Públicas” que desde este

sexenio y hasta la actualidad se vienen desarrollando como una forma de actualización

y capacitación para los empleados de las bibliotecas públicas y su ejecución es una

respuesta al fenómeno de rotación de personal que con frecuencia se observa en este

61

sistema bibliotecario. Otro elemento que conviene señalar es la creación y

establecimiento de un Reglamento de los Servicios Bibliotecarios con el cual se

regulaba la operación de estos y que no fue diseñado al momento de la instauración de

la Red Nacional de Bibliotecas.

En el sexenio se obtuvieron avances notables a pesar de las fuertes críticas de que fue

objeto el Ejecutivo Federal con la creación de la Biblioteca Vasconcelos la cual fue

catalogada como una obra cultural con matices políticos más que como un esfuerzo

decidido para la difusión de la cultura aunque lo más sobresaliente es la aplicación de

medidas que dejan ver claramente la postura que en materia de política cultural y

bibliotecaria fue reafirmada: la colaboración de particulares y la incorporación de

tecnologías que significan los ajustes que se requería en un esquema de globalización.

Cuadro 9 Sector de Bibliotecas para el Sexenio de Felipe Calderón Hinojosa (2006-2009)

RUBROS

BIBLIOTECA PÚBLICA

ACCIONES

Infraestructura

. Al iniciar el sexenio existían 7,211 Bibliotecas Públicas y para 2009 se crearon 49 para que el final sumara 7, 260.

Consultas

4, 271, 979 consultas.

Acervo

35, 000, 000 volúmenes.

Gestión

Se tiene en proyecto que la Biblioteca Vasconcelos sea quien coordine la Red Nacional de Bibliotecas.

Procesos Técnicos

La Biblioteca Vasconcelos cataloga 26,683 títulos con 111,625 ejemplares y clasifica 22,325 títulos con 111,625 ejemplares.

Legislación

Se aprueba la Ley de Fomento a la Lectura y el Libro (2008).

Tecnologías de la

Información

Se expande el Sistema Prometeo a 170 Bibliotecas, 2,675 Bibliotecas Públicas cuentan con Tecnologías de la Información.

Fuentes: CONSEJO NACIONAL PARA LA CULTURA Y LAS ARTES. Programa Nacional de Cultura 2007-2012. México: CNCA, 2007 p.211 CALDERÓN HINOJOSA, Felipe. Primer Informe de Gobierno. México: Presidencia de la República, 2007 p. 213. CALDERÓN HINOJOSA, Felipe. Segundo Informe de Gobierno. México: Presidencia de la República, 2008 p. 301 CALDERÓN HINOJOSA, Felipe. Tercer Informe de Gobierno. México: Presidencia de la República, 2009 p. 300. C0NACULTA.[En Línea]. Disponible http://www.conaculta.gob.mx/memorias consultado el 17 de septiembre de 2010. MÉXICO. Informes Presidenciales. [En Línea]. Disponible http://www.informe.gob.mx consultado el 17 de septiembre de 2010

62

Un hecho a destacar durante este sexenio es la elaboración de un Plan Nacional de

Cultura donde aparecen las bibliotecas como elemento fundamental dentro de la

estrategia cultural en materia de lectura.

En infraestructura encontramos un avance mínimo en comparación con los cuatro

sexenios anteriores ya que para 2009 solo se crean 49 bibliotecas pues al inicio

existían 7, 211 bibliotecas y al final suman 7, 260 aunque ciertamente representen

hasta ahora cifras estimadas en los informes y no sean definitivas pero nos muestran la

continuidad existente.

Otra de las acciones es la incorporación de tecnologías de la información lo que por

cierto está siendo atendido adecuadamente con la utilización del Sistema Prometeo a

170 bibliotecas y también con la incorporación de estas tecnologías en 2, 675

bibliotecas públicas, lo cual representa un logro acertado.

El acervo ha tenido un crecimiento de 3,166 volúmenes para alcanzar al año 2009 la

cantidad de 35, 000 000 de volúmenes y que demuestra un número bajísimo en

comparación con el anterior sexenio aunque es de esperar que sea superado en los

próximos tres años. Pero no hay que pasar por el alto la adquisición de las bibliotecas

personales de grandes intelectuales mexicanos como la de José Luis Martínez y la de

Castro Leal que pasan a formar parte del acervo de la Biblioteca México para su

organización y posterior consulta de los usuarios.

Algo similar ocurre en cuanto al número de consultas que se han realizado hasta el

momento las cuales suman 4, 271, 979 que resultan bajas en comparación con las

cifras de sexenios inmediatos anteriores por lo que podemos incluso dudar que el

número de consultas hasta ahora proporcionadas sean efectivamente datos válidos.

En las salas de lectura el panorama es diferente ya que se cuentan 4,174 salas en

donde se menciona que hasta el momento han atendido a 300, 000 lectores pero no se

tienen un referente inmediato para hacer un comparativo aunque por la cifra

proporcionada en los informes presidenciales bien se puede afirmar que el número de

usuarios atendidos sea el óptimo.

63

En lo que compete a la Biblioteca Vasconcelos es pertinente señalar que su análisis

merece más espacio y tiempo que escapa a las expectativas de esta investigación, por

lo que conviene solo decir que efectivamente fue una obra cultural magnánima con

objetivos interesantes y con proyectos que bien pueden ser considerados adecuados

salvo que las actitudes burocráticas con frecuencia entorpecen las intenciones de este

espacio cultural.

De este sexenio no podemos decir que su actuación hasta ahora sea calificada como

inadecuada más bien enfrenta circunstancias económicas adversas que en cierta

manera afectan la inversión destinada a la política bibliotecaria pero tampoco se cuenta

con los elementos suficientes para demostrar que se encuentra en el abandono aunque

si es digno reconocer la aprobación de una legislación a favor del libro y la lectura que

es un logro que permite disponer de un instrumento legal en donde se sustenten planes

y programas para el desarrollo de una política bibliotecaria nacional.

A manera de colofón para este apartado resulta evidente que el reconocimiento e

inclusión de la biblioteca en la política cultural a partir del sexenio de Miguel de la

Madrid y hasta la gestión de Felipe Calderón demuestra que la información y el

conocimiento documental que ofrece la biblioteca pública resulta ser el medio más

adecuado para hacer llegar la cultura a amplios sectores de la sociedad y por eso

mismo es objeto de una asistencia continúa en los planes nacionales.

Si efectivamente “la producción, distribución y aprovechamiento de información a nivel

social es un indicador de desarrollo y democratización de un país”64 en México esta

idea se viene cumpliendo gradualmente con el aprovechamiento de una política cultural

que cifra en la política bibliotecaria la expansión de la cultura de ahí que además de la

continuidad en este tipo de planes se requiera también de la creatividad que de pauta a

otra serie de acciones de cuya innovación resulten servicios atractivos para los

usuarios.

Lo anterior bajo un esquema donde los mismos usuarios tengan la oportunidad de

participar con proyectos como parte de una sociedad civil organizada convencida de

64 MORALES CAMPOS, Estela. Seminario de políticas nacionales de información para la investigación y el desarrollo (1 : 1987 : México, D.F.) op.cit., p.2

64

que las bibliotecas son parte de un desarrollo individual pero igualmente social de los

ciudadanos y que como parte de la cultura son un elemento vital para el mejoramiento

de la calidad de vida.

2.5 La política editorial del estado mexicano

Integrada en la política de información encontramos a la política editorial que desarrolla

el estado mexicano y de la cual se pueden deducir una serie de juicios que revelan la

actuación que tiene la figura estatal y los cuales no son necesariamente negativos.

Es lógico pensar que el estado mexicano ha desarrollado una política editorial que por

sí misma ha brindado oportunidad no solamente a sus mismas instituciones sino a las

empresas que conforman este sector, por lo que los datos que a continuación se

presentan revelan avances que validan la presencia de una política editorial como parte

de una estrategia nacional.

65

Cuadro 10 Política editorial del estado mexicano (1979 – 2009)

Acciones

Resultados en las Gestiones Gubernamentales

José López Portillo

( 1976 – 1982)

Miguel de la Madrid

Hurtado (1982 – 1988)

Carlos Salinas de

Gortari (1988 – 1994)

Ernesto Zedillo Ponce

de León (1994 – 2000)

Vicente Fox Quesada

(2000 – 2006)

Felipe Calderón

Hinojosa (2006 – 2012)

Edición y

producción de libros.

950 Títulos

4, 222 Títulos

897 Títulos

1, 057 Títulos.

808 Títulos.

200, 000 Títulos

Edición y

producción de Revistas.

950 Títulos

51 Títulos.

Tiraje Total

5, 862, 442 Ejemplares

16, 952, 635 Ejemplares

8,453, 700 Ejemplares

3, 293, 000 Ejemplares

4,257,851 Ejemplares

60, 000, 000 Ejemplares

Comercialización

y Ventas.

$ 296, 988, 098

17, 922, 998 Ejemplares

Librerías.

- Se crean librerías en Centros de Trabajo. - La SEP transfiere 17 librerías a CONAFE.

- 168 Red Nacional de Librerías

- Educal cuenta con 22 librerías propias y 373 concesionadas; sumaban ya 499.

66

Acciones Resultados en las Gestiones Gubernamentales

Programas Específicos.

-“Con la frente en alto”. - “Programa Integral de Fomento a la Industria y el Comercio del Libro”. - Ferias Nacionales e Internacionales. - La SEP participa en las Ferias del Libro de Frankfort y Madrid. - Se organiza la V y VI Feria del Libro Infantil y Juvenil

- Red Nacional de Librerías. - Ferias Nacionales e Internacionales. - Educal participa en

Ferias del libro.

- FCE participa en tres Ferias Internacionales.

- Se adquieren las bibliotecas particulares de reconocidos intectuales mexicanos como la de José Luis Martínez y la de Felipe Castro Leal.

Legislación.

Se crea por decreto en 1987 el Programa Integral de Fomento a la Industria y el Comercio del Libro.

Promulgación de la Ley de Fomento a la lectura y al libro.

Fuentes: SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA. Informe de labores 1980 – 1981. México: La Secretaría, 1981 p. 153-155, 156-157, 158-163. SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA. Informe de labores 1981 – 1982. México: La Secretaría, 1982 p.151-159. SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA. Informe de labores 1983 – 1984. México: La Secretaría, 1984 p.51-52. SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA. Informe de labores 1985 – 1986. México: La Secretaría, 1986 p.57-59. SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA. Informe de labores 1987 – 1988. México: La Secretaría, 1988 p.84-86. MADRID HURTADO, Miguel de la. Seis Informes de Gobierno 1983 – 1988. México; Poder Ejecutivo, 1988 514 p. SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA. Informe de labores 1989 – 1990. México: La Secretaría, 1990 p.67-69. SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA. Informe de labores 1994 – 1995. México: La Secretaría, 1995 p.65-66. SALINAS DE GORTARI, Carlos. Cuarto Informe de Gobierno. 1992. Anexo. México: Poder Ejecutivo Federal, 1992 p. 81. SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA. Informe de labores 1996 – 1997. México: La Secretaría, 1997 p.1170-1171. SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA. Informe de labores 1997 – 1998. México: La Secretaría, 1998 p.198-199. ZEDILLO PONCE DE LEÓN. Quinto Informe de Gobierno. 1999. México: Poder Ejecutivo Federal, 1999 p.178, 181. SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA. Informe de labores 2001. México: La Secretaría, 2001 p.58-59. SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA. Informe de labores 2002. México: La Secretaría, 202 p.55-56. FOX QUESADA, Vicente. Segundo informe de Gobierno. 2002. México: Poder Ejecutivo, 2002 p. 8. CALDERÓN HINOJOSA, Felipe. Primer Informe de Gobierno. México: Presidencia de la República, 2007 391 p. CALDERÓN HINOJOSA, Felipe. Segundo Informe de Gobierno. México: Presidencia de la República, 2008 382 p. CALDERÓN HINOJOSA, Felipe. Tercer Informe de Gobierno. México: Presidencia de la República, 2009 397 p. CONACULTA. [En Línea]. Disponible http://www.conaculta.gob.mx/memorias consultado 17 de septiembre 2010. Informes de Gobierno [En Línea]. Disponible http://www.informe.gob.mx consultado el 16 de septiembre 2010.

67

La gestión de López Portillo cuantitativamente refleja cifras bajas que conducen a pensar

en una estrategia editorial sumamente debilitada. A manera de ejemplo aparece el bajo

porcentaje de libros editados por el estado (950 Títulos) así como el de revistas (63

Títulos) que revelan desatención en este aspecto.

Por otra parte el tiraje total (5, 862, 442 Ejemplares) en esta gestión resulta sumamente

bajo en comparación con el resto de las gestiones analizadas y por medio de esta cifra

se puede deducir un desinterés en relación a que la polìtica editorial en este sexenio no

fue del todo considerada como una prioridad en la política cultural formulada en aquel

entonces.

En cuanto a la cifra de comercialización ($ 296, 988, 098) de igual forma se puede

expresar lo mismo, es decir, que a pesar de que el resto de las gestiones no aporta este

dato al menos con la que se muestra en el sexenio siguiente si resulta muy inferior y por

las características del modelo económico proteccionista llegamos a suponer que el mayor

número de ventas se realizó en el el mercado interno pero no así en el exterior.

En cierta manera aparecen acciones de algún modo innovadoras como la creación de

librerías en centros de trabajo, pero este tipo de acciones si bien son dignas de resaltar

no dejan de ser dispersas y distantes de un verdadero plan integral que manifieste

explícitamente una política editorial que sea determinante y con amplio alcance social

capaz de ser valorado.

Esta misma situación se hace extensiva cuando se transfieren librerías de una instancia

institucional a otra y que a primera vista resulta acertada en la creación de convenios de

colaboración interinstitucional, sin embargo de nueva cuenta resalta la ausencia de una

política que sustente este tipo de acciones mediante programas específicos con objetivos

claros y una evaluación correspondiente de los mismos.

Por lo anterior podemos expresar que la política de fomento editorial durante esta gestión

efectivamente está latente en el plan de desarrollo nacional pero no alcanza a mostrarse

de forma amplia y por lo mismo los resultados logrados dan cuenta de una serie de

limitaciones que a su vez reflejan escasa prioridad hacia este rubro y alcances sociales

bajos.

68

En la gestión de Miguel de la Madrid se logran una serie de resultados que muestran

cambios notables y una prioridad determinante para este rubro que puede ser ratificada

en la amplia producción y edición de libros (4, 222 Títulos) así como en el tiraje total (16,

952, 635 ejemplares) con su comercialización correspondiente.

Estos resultados obedecen a la creación de programas específicos como el llamado “Con

la frente en alto” así como la atención que recibe la industria editorial en una etapa

económicamente crítica para la misma y de transición donde el estado decreta el

Programa Integral de Fomento a la Industria y el Comercio del Libro, brindando una

respuesta ante esta crisis planteada en la industria editorial y de la cual la misma figura

estatal forma parte como productor y consumidor de materiales documentales.

La participación de instituciones en ferias del libro a nivel nacional e internacional da

cuenta de una firme intención por recuperar el terreno perdido en cuanto al fomento

editorial pero de igual manera persiste el interés por demostrar que el libro es un objeto

cultural pero no por ello deja de ser comercializable y para lo cual se debe elaborar una

política respectiva como la que se impulsó de forma determinante durante esta gestión.

En la administración de Salinas existe una continuidad con respecto a la gestión anterior

debido a que el modelo de desarrollo precisaba de este tipo de políticas y en donde

difícilmente se podría dar marcha atrás en la política de información que reforzara la

actividad de la industria editorial.

En la edición de libros donde si bien el dato pareciera ser bajo (897 títulos) en

comparación a la de la gestión anterior pero no así por ejemplo con la gestión de Fox en

la que incluso es superior a la obtenida por Salinas de Gortari por lo que no deja de ser

un ejemplo de la continuidad hacia este rubro dentro de los planes nacionales y en los

cuales la edición de libros resulta importante para el proyecto cultural nacional.

En cuanto el tiraje total (8,453, 700 ejemplares) donde esta cifra resulta poco menos de

la mitad de la lograda durante el sexenio anterior no deja de mostrar igualmente una

línea de continuidad en las acciones y su seguimiento. Asimismo se diseñó un programa

propio en librerías para crear 168 de ellas a nivel nacional como parte del programa Red

Nacional de Librerías.

69

Lo anterior representa un aporte propio de esta administración gubernamental y se

favorece a través de estos espacios tanto el acceso así como la obtención de libros,

además en este propósito no podemos dejar de lado las series editadas por el estado y

que estaban disponibles para su comercialización en kioscos instalados en zonas

estratégicas de centros urbanos favoreciendo así el acercamiento del libro a la sociedad

a costos accesibles.

Las ferias del libro continuaron significándose como un espacio donde se da a conocer la

producción editorial nacional y por este motivo instituciones como Educal y el Fondo de

Cultura Económica participaron en esta serie de eventos. Sobresale en este periodo la

idea de otorgar continuidad a lo ya establecido anteriormente en materia de política

editorial, y es tal vez el programa de creación de librerías lo que hace la diferencia con la

gestión anterior.

En la administración de Ernesto Zedillo la edición y producción de libros (1,057 títulos)

resulta comparativamente superior en relación con la que se obtuvo con Salinas y de

nueva cuenta se advierte una continuidad en las acciones que reflejan la existencia de

una política editorial que es determinante para el fortalecimiento de la política cultural en

este periodo gubernamental.

En el tiraje de ejemplares se observa un dato sumamente reducido (3, 293,000) que no

son ni la mitad de lo que se obtuvo en la administración anterior aunque no por ello se

puede hablar de un desinterés sobre este respecto pero si de una continuidad de la

política editorial consistente en su accionar. Lo que si resulta hasta cierto punto novedoso

es el impulso que reciben las librerías (499) con lo que se destacaba la prioridad que en

este tipo de espacios se tenía para la comercialización del libro.

No se puede afirmar categóricamente que existiera un nulo interés o una acción poco

prioritaria en la estrategia editorial sino que de nueva cuenta se detectaban aquellos

espacios no del todo cubiertos en periodos anteriores y se trataba de ofrecer una

cobertura adecuada para mantener una política editorial acorde a las necesidades que

aparecían.

70

En el periodo de Fox las cifras en cuanto a la política editorial en apariencia no resultan

ser del todo elevadas pero tampoco se puede decir que el sector haya sido descuidado,

aunque se ratifica una continuidad sin llegar a desarrollar un programa específico que

pudiera apoyar más este sector. La producción editorial de libros (808 títulos) y la de

revistas (51 títulos) son el reflejo de esa continuidad. El tiraje total de 4, 257,851

ejemplares rebasa la cifra de la gestión anterior y refleja que la política editorial mantiene

una posición sustantiva en la política cultural y de información.

En relación a la estrategia editorial de Calderón resulta difícil formular un juicio final sobre

su intervención en este rubro donde si bien las cifras evidenciadas (200, 000 títulos

editados y un tiraje de 60, 000, 000 ejemplares) hasta el momento no son las definitivas

tampoco resultan ser un fundamento en cual expresar que no exista un interés al

respecto.

Pero una política editorial no lo es exclusivamente la producción y tiraje de material

bibliográfico sino que contiene otros elementos como el legal y durante este sexenio se

aprueba la Ley de Fomento a la lectura y al Libro dando paso así a la creación de un

sustento legal que permita el reforzamiento para la creación de programas en torno al

libro como parte de la estrategia en materia de política editorial.

2.6 La política de fomento a la lectura del estado mexicano

Como una actividad básica a cualquier sociedad la lectura se sitúa en planos estratégicos

que le otorgan una importancia indiscutible y para los gobiernos mexicanos esta no es la

excepción aunque paradójicamente nuestro país no se caracterice por ser propiamente

una sociedad lectora resulta favorable explicar las acciones que con respecto al fomento

a la lectura se han diseñado y aplicado como una política de información específica.

71

Cuadro 11 Política de fomento a la lectura del estado mexicano (1979 – 2009).

Acciones

Resultados en las Gestiones Gubernamentales

José López Portillo ( 1976 – 1983)

Miguel de la Madrid

Hurtado (1983 – 1989)

Carlos Salinas de

Gortari (1989 – 1995)

Ernesto Zedillo Ponce

de Leòn (1995 – 2000)

Vicente Fox Quesada

(2000 – 2006)

Felipe Calderón

Hinojosa (2006 – 2012)

Programas Específicos

- Se instituye el Día Nacional del Libro” (12 de Noviembre de 1981).

- “Mis vacaciones en la biblioteca”. - “Los Rincones de Lectura”. - Se pone en marcha el programa “Con la frente en alto”.

- Programa Nacional “Año de Lectura 1999 – 2000: leer para ser mejores”.

- Se crea el “Programa Nacional de Lectores: hacia un país de lectores (mayo 2002)”. - El Programa de Promoción Editorial realiza 299 eventos de Fomento a la lectura.

“Leo Luego Existo”, impulsado por el INBA. “A la luz de los libros”, creado y desarrollado por la S.E.P.

Espacios para el fomento a la lectura.

La biblioteca pública, las librerías, salas de cultura, venta de publicaciones y Ferias del Libro.

Las bibliotecas públicas, las escuelas de educación básica, Televisión y Radio.

Principalmente bibliotecas públicas y escuelas de nivel básico.

- Bibliotecas públicas, escuelas y ferias del libro.

- La biblioteca, la escuela de nivel básico, las ferias del libro.

Modalidad de actividad para el fomento a la lectura.

- Se realizan 23, 952 actividades (talleres, círculos de lectura y conferencias) en las que participan 851, 515 personas. - De 28 acciones el 85% fue dirigido a la población de 5 – 16 años con una asistencia de 800, 433 personas.

- En la Red Nacional de Biblioteca se efectúan 101, 700 actividades en las que participan 385 personas. - Se organizan 76, 382 actividades con asistencia de 13, 000, 000 de personas donde el 62% eran niños. - El programa “Mis vacaciones en mi biblioteca contó con la asistencia de 10, 000, 000 de niños.

- Se realizan 171, 412 talleres a los que asisten 2.3, millones de personas. - Se realizan 66, 665 actividades de fomento a la lectura. - Se efectúan 136 talleres de lectura y más de 121 actividades en las que participan 3, 000, 000 de personas. - Se realizan talleres de fomento a la lectura en la XVIII Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil.

- Se efectúan 216, 887 actividades a las que acuden 5, 713, 270 personas. - La Biblioteca México organiza 130 actividades que beneficia a 55, 387 personas. - Se realizan 227 eventos con una asistencia de 982,

- Se realizan 211, 778 actividades que benefician a 2.6 millones de niños.

72

Acciones Resultados en las Gestiones Gubernamentales

Investigaciones.

- El Consejo Nacional de Fomento a la Lectura (Conafe) realiza once investigacione.

- Encuesta Nacional de Lectura realizada. - OCDE - PISA.

Vínculos internacionales.

- Integración al Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe.

Fuentes: SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA. Informe de labores 1980 – 1981. op. cit. SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA. Informe de labores 1981 – 1982. op. cit. SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA. Informe de labores 1983 – 1984. op. cit. SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA. Informe de labores 1985 – 1986. op. cit. SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA. Informe de labores 1987 – 1988. op. cit.. MADRID HURTADO, Miguel de la. Seis Informes de Gobierno 1983 – 1988. op. cit. SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA. Informe de labores 1989 – 1990. op. cit. SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA. Informe de labores 1994 – 1995. op. cit. SALINAS DE GORTARI, Carlos. Cuarto Informe de Gobierno. 1992. Anexo. op. cit. SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA. Informe de labores 1996 – 1997. op. cit. SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA. Informe de labores 1997 – 1998. op. cit. ZEDILLO PONCE DE LEÓN, Ernesto. Quinto Informe de Gobierno. 1999. op. cit. CONACULTA. [En Línea] Disponible http://www.conaculta.gob.mx/memorias, http://www.informe.gob.mx op. cit. SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA. Informe de labores 2001. op. cit. SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA. Informe de labores 2002. op. cit. FOX QUESADA, Vicente. Segundo informe de Gobierno. 2002. op. cit Disponible http://www.conaculta.gob.mx/memorias; http://www.informe.gob.mx op. cit. CONSEJO NACIONAL PARA LA CULTURA y LAS ARTES. Programa Nacional de Cultura 2007-2012 op. cit.. CALDERÓN HINOJOSA, Felipe. Primer Informe de Gobierno. op. cit. CALDERÓN HINOJOSA, Felipe. Segundo Informe de Gobierno. op. cit.. CALDERÓN HINOJOSA, Felipe. Tercer Informe de Gobierno. op. cit.

73

La gestión de López Portillo no ofrece datos favorables que distingan como una

prioridad el fomento a la lectura o no al menos desde los testimonios que se ofrecen

en las fuentes oficiales donde si acaso la institución del Día Nacional del Libro podría

denominarse un programa específico. No se aprecia en ningún momento un

programa que de cuenta de la atención del fomento a la lectura donde si bien existen

acciones aisladas estas no logran alcanzar una cobertura de orden nacional.

En el periodo de Miguel de la Madrid aparecen programas (“Mis vacaciones en la

biblioteca”, los “Rincones de lectura” e incluso el denominado “Con la frente en

alto”), aunque estos programas no dejan de ser importantes no son producto de una

estrategia que responda a nivel nacional con una respuesta formulada desde el

ejecutivo y la vuelva federada.

La estrategia de lectura responde a espacios relacionados con la biblioteca, las

escuelas y la comercialización de libros sin omitir la gran cantidad de talleres y

conferencias ofrecidos las intenciones continúan siendo reducidas en relación a los

millones de ciudadanos que no son partícipes de este beneficio

Ante la falta de investigaciones que identifiquen las necesidades por cubrir resulta

oportuno destacar los esfuerzos del Consejo Nacional de Fomento a la Lectura

(CONAFE) sobre este respecto ya que esta institución lleva a cabo el estudio sobre

hábitos de lectura en estados del norte, centro y sur del país además de Monterrey y

Guadalajara significándose por ser una de las instituciones pioneras interesadas en

investigar este fenómeno.

En la etapa de Salinas de Gortari vuelve a presentarse una continuidad con respecto

a las acciones que se realizan en la política de fomento a la lectura aunque no

ocurre lo mismo en la realización de investigaciones sobre este fenómeno a nivel

nacional por lo que en cuanto a estrategia lectora solo las bibliotecas públicas y las

escuelas continuan siendo contempladas para ello.

Una acción que conviene señalar es la incorporación de nuestro país al Centro

Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (CERLALC) con

fecha del 13 de enero de 1993 para de este modo poder recuperar las estrategias

74

que en política de fomento a la lectura se realizaban en otros países y aprovechar

aquellas que sean benéficas para el nuestro en atención a este fenómeno.

En la gestión de Ernesto Zedillo podemos afirmar la presencia de un programa

específico que atiende el fenómeno del fomento a la lectura de forma integral que va

más allá de los espacios acostumbrados planteando la realización de actividades a

nivel federal mediante el llamado Programa Nacional Año de Lectura 1999 - 2000:

leer para ser mejores. Este programa es a iniciativa propia del Ejecutivo sin vínculo

con la UNESCO mediante algún pronunciamiento internacional.

La creación y establecimento de un programa de esta naturaleza representa una

política de fomento a la lectura explícita que de manera institucional refleja una firme

intención por avanzar en acciones concretas en relación al fenómeno de la lectura

desde una perspectiva cultural aunque no por esto ajena a la dimensión educativa y

desde la cual se buscaba también cubrir el vacío existente sobre este respecto.

Vicente Fox establece el Programa Nacional de Lectores: hacia un país de lectores (2002) por lo que de nueva cuenta se tiene la intención de fomentar la

lectura mediante una estrategia de cobertura federal con los apoyos necesarios que

este tipo de programas merece. Igualmente destaca la creación del Programa de

Promoción Editorial que realiza eventos de fomento a la lectura y es

complementario al primer programa mencionado.

Es digno resaltar la realización de la investigación titulada Encuesta Nacional de

Lectura realizada por CONACULTA que fue uno de los trabajos serios para

detectar el nivel de hábitos lectores entre otros de sus objetivos. Mención aparte

merecen los estudios PISA donde si bien se hace prioritario el interés educativo no

deja de ser una investigación que favorece la identificación de la problemática

lectora y ofrece la información pertinente para su análisis y posteriores propuestas

de solución.

En el periodo de Calderón Hinojosa a pesar de los escasos datos recuperados se

deduce la continuidad de los programas anteriormente explicados que pueden ser

constatados en actividades como talleres, conferencias o círculos de lectura, aunque

75

lo destacable durante esta gestión es la promulgación de la Ley de Fomento a la

lectura y al Libro que permite disponer de un instrumento regulador para la

realización de programas y proyectos orientados al fomento a la lectura, y también el

desarrollo de programas como “Leo Luego Existo”, impulsado por el INBA y “A la luz

de los libros”, creado y desarrollado por la S.E.P.

76

CAPÍTULO 3 VERTIENTES INTEGRADORAS ENTRE POLÍTICAS DE INFORMACIÓN Y

POLÍTICA CULTURAL 3.1 Introducción

Al inicio de este capítulo se expone lo que se entiende por modelo cultural cuya definición

y tipificación contribuyen a sustentar los planteamientos y el tipo de intenciones que se

contemplan dentro de estos paradigmas con respecto a la presencia explícita o no de las

políticas culturales y las de información para de esta manera evidenciar si efectivamente

este tipo de políticas resultan indispensables dentro del proyecto cultural y social que a la

víspera serán objeto de la atención respectiva.

En el segundo apartado de este capítulo se deriva que de la misma percepción sobre los

modelos tipificados de la cultura se llega a la explicación relacionada con la convergencia

existente entre la política cultural y la de información que también abarca la bibliotecaria,

el fomento a la lectura y la política editorial y para lo cual se utiliza una gráfica con

cuadrantes en los cuales observar una tendencia (++, + -, --, -+) desde el enfoque de

multifuncionalidad que permite distinguir a que cuadrante corresponde la intervención de

una y otra política hasta determinar su nivel de importancia.

En el penúltimo inciso se elabora una explicación referente a la convergencia, integraciòn

y posición que mantienen las respectivas políticas que se han venido analizando a nivel

nacional, es decir, cuál es el comportamiento que estas han tenido en las distintas

gestiones gubernamentales analizadas y de lo cual se deduce un lugar dentro de la

gráfica de cuadrantes y con ello la trascendencia que alcanzaron con aplicación de

programas específicos de amplia cobertura y con una capacidad de integración al resto

de las políticas. Al final se hace un balance general de las políticas de información y la

política cultura como también se ofrece la conclusión respectiva.

77

3.2 Políticas de información y política cultural en la configuración de un modelo cultural El diseño y la aplicación de las políticas de información y la política cultural en nuestro

país no pueden ser entendidas de forma amplia solo a partir de los datos cuantitativos

que se obtienen en determinados rubros como la infraestructura, legislaciones, etc., sin

antes reflexionar que detrás de estos conceptos están presentes una serie de intenciones

y visiones que cada gestión gubernamental plantea en su proyecto económico, político y

cultural para el desarrollo social a nivel nacional.

De ahí que no siempre se observe una misma tendencia en el diseño y aplicación de las

políticas de información y la política cultural en los periodos históricos (México Moderno y

periodo de la globalización) o incluso dentro de los mismos en donde además el contexto

nacional y mundial así como las directrices de la UNESCO parecen incidir en la

conformación de un modelo cultural en donde las políticas aludidas se insertan y pueden

ser o no determinantes para el desarrollo nacional.

Para poder comprender esta especie de parteaguas histórico del cual ya se ha venido

documentando en capítulos anteriores debemos tener presente que en México existen

visiones diferenciadas al momento de tratar y asumir los tipos de políticas mencionadas

en donde aparece como característica fundamental “el sentido de la clasificación de los

valores sobre lo que se entiende y explica qué es y qué debe ser el ser humano y que

proyecto de sociedad debe llevar al modelo que se quiere construir y fundamentar”.64

Esta idea refleja a su vez un concepto de cultura donde se reconoce que aun cuando el

estado mexicano se designe democrático su percepción e intención en cuanto a valores,

signos, conocimientos con atención al ciudadano que espera formar y el tipo de sociedad

que desea construir se circunscribe a un modelo cultural que como ya se ha podido

constatar es sumamente diferente de una época a otra y en donde es posible identificar si

el acceso a la información y a la cultura son cubiertos ampliamente.

64 MUÑOZ LÓPEZ, Blanca. Modelos culturales: teoría sociopolítica de la cultura. México: UAMI, 2005 p. 15

78

La anterior consideración conduce a la comprensión de que en nuestro país, “cada

concepción económica y política erige un modelo de lo que debe ser la cultura en el que

se refleja no sólo la mentalidad del grupo, sino ante todo las estrategias de control social

y asimilación de la población en los valores dominantes”.65

Esto queda ratificado precisamente en la visión que mantienen los gobiernos mexicanos

anterior a la década de los ochenta y posterior a la misma en donde podemos ser

testigos que el modelo cultural creado en una economía protegida y cerrada (previa a la

década de los ochenta) disponía de una percepción sobre la cultura donde pareciera no

contemplar de manera prioritaria a las política de información y bibliotecaria desde el

momento en que no figuran como parte estratégica dentro de su modelo cultural hacia el

desarrollo socio - económico pese a ser inscrita en sus planes.

Se advierte además que durante el llamado México globalizado cuyo inicio data a partir

de Miguel de la Madrid y hasta hoy día aparece un modelo cultural sumamente distinto al

que venía operando en décadas pasadas y en el cual la presencia de las política de

información a través de una serie de programas -ya mencionados en el segundo capítulo-

con un protagonismo contundente de cuya prioridad se proyectan el valor, significado y

beneficio social que de ellas se derivan como parte de la política cultural.

Derivados del enfoque sobre modelos culturales66 se identifican tres formas en los cuales

definirlos, a saber:

1. Patrimonialista; hace énfasis en la preservación dirigiendo el desarrollo de las artes

y la conservación del patrimonio cultural fijo y móvil y la promoción de los

intercambios artísticos. Los problemas de creatividad son vistos como necesidad de

artistas profesionales. En cuanto a la promoción de la cultura el interés radica en

difundir grandes expresiones nacionales o universales sin favorecer la producción

simbólica.

2. Difusionista; divulga los valores de una cultura superior y elitista que se basa en

llevar el arte elevado a las grandes mayorías. Justifica la exclusión de amplios

65 Ibíd., p. 17 66 OLMOS, Héctor Ariel, op.cit, p.35 - 37

79

sectores de una participación efectiva en la producción simbólica hasta convertirlos en

eternos consumidores de creaciones ajenas. Generalmente se vinculan las políticas

culturales a la escuela y a la educación, a los medios y la industria cultural. La figura

del estado se reduce a racionalizar y reglamentar el mercado cultural.

3. Democrática; se crean las condiciones efectivas para que los diferentes sectores

participen en el proceso cultural. Asegura a cada uno las posibilidades de acceso y de

igualdad de oportunidades en la vida cultural. Garantiza las fuentes financieras y

físicas de acceder a la actividad cultural, impulsando las posibilidades de creación

cultural.

Cada modelo hace posible el acceso a la información y con ello el repunte de políticas

vinculadas a este propósito. La siguiente figura (1) muestra esquemáticamente la

configuración y posibilidad de intervención de las políticas de información y bibliotecaria

en los modelos culturales y enseguida se exponen las oportunidades parciales o amplias

de inserción. Figura 1

La cultura como modelo

Fuente. Elaboración del autor.

El cuadrado A corresponde a un modelo cultural cerrado que se acerca al denominado

modelo patrimonialista donde se hace énfasis en la preservación de la cultura y la

información creando un hermetismo y la acumulación de información pero sin dar

oportunidad a una política de información y bibliotecaria de amplio alcance social y más

bien se vuelve selectiva y rígida con reducido margen de atención social.

El cuadrado B semiabierto representa a un modelo cultural que se vincula con el llamado

modelo difusionista en el que se dan a conocer únicamente los valores de una alta

80

cultura y en el cual ciertamente puede estar presente la participación de la política de

información y bibliotecaria pero acotada y direccionada lo que en cierto sentido revela

igualmente una sectorización y una cobertura social restringida que derive en amplios

beneficios públicos.

El cuadrado dividido de la figura C esquematiza el modelo democrático de cultura y en el

cual la presencia de las políticas de información y bibliotecaria se hacen presentes de

forma amplia en la política cultural dando oportunidad a un acceso a la información y la

cultura socialmente extensa asumiendo realmente la naturaleza democrática dentro del

sistema económico global.

Pero si bien la aplicación de uno u otro modelo cultural queda implícita es preciso

distinguir entonces que en el contenido de los mismos destaca la convergencia que

puede darse entre las políticas de información y la política cultural, lo que a la postre

permitirá observar no únicamente su inserción y convergencia sino igualmente el grado

de importancia que adquieren las políticas de información en la política cultural y en

consecuencia si su integración es amplia, restringida o incluso excluyente y hasta omitida

de los planes nacionales.

3.3 Convergencia y divergencia entre política cultural y políticas de información

La política de información y la política bibliotecaria en nuestro país asumen un

protagonismo sumamente marcado en los planes nacionales posterior al gobierno de

José López Portillo lo que podría acercarlo hacia un modelo democrático de cultura

aunque no se alcanza a consolidar y donde las intenciones para una sociedad informada

y la utilización de bibliotecas públicas hacen posibles su presencia hasta formar parte

indiscutible del proyecto de nación, permitiendo la participación de distintos sectores

sociales en atención a las políticas aludidas sin dejar de lado las valiosas aportaciones

que emite la UNESCO sobre este respecto.

También es posible distinguir en los otros modelos culturales (patrimonialista y

difusionista, principalmente durante la gestión de López Portillo) la manera en que las

políticas de información y la política cultural pueden ser insertadas y apreciar su situación

dentro de la configuración en el eje tanto de la política de información y la política cultural

81

para de esta forma identificar la tendencia en la gráfica de acuerdo al nivel de aceptación

y apoyo que se les otorga como parte de la estrategia en el desarrollo nacional.

Dentro de las políticas de información y la política cultural desde la visión del enfoque de

multifuncionalidad67 se puede realizar un análisis en el cual se vinculan y se representan

mediante una figura en donde se observa el trazo horizontal (de izquierda a derecha) una

tendencia de Baja ( - ), y otra Alta ( + ). Mientras que el trazo vertical se observa una

tendencia (de arriba hacia abajo) Alto ( + ) y otra Baja ( - ), para crear cuadrantes con

valoraciones como las siguientes:

Baja / Alta ( - + ) = Menor política cultural que política de información.

Alta / Alta ( ++ ) = Inclusión.

Baja / Baja ( - - ) = Exclusión.

Alta / Baja ( + - ) = Mayor política cultural que política de información.

Estas permiten distinguir a que cuadrante corresponde la intervención de otras políticas

que también se encuentran estrechamente vinculadas a las mismas como inicialmente se

muestra en la figura número dos. La mayor tendencia hacia la política de información

propiamente dicha es la relación de complementariedad que existe entre la política

editorial, las políticas de fomento a la lectura y las políticas bibliotecarias que se fomentan

a través de medios diversos.

67 CHARAJEDAGHI, Jamshid. Systms thinking. Managing chaos and complexity: a plataform for designing business architecture. Boston: B.H., 1999 302 p.

82

Figura 2 Esquema multidimensional para la política cultural y la política de información

La posición vertical que ocupa en esta gráfica la política cultural obedece a que este

tipo de política es de amplio alcance que llega a contener (y por lo mismo ser

susceptible de ser contactada horizontalmente) por otro tipo de políticas como la

política cinematográfica, teatral, literaria, dancística, musical y de igual forma lo hace

la política de información que se puede contextualizar en el mismo nivel de estas

asumiendo con ello un mismo grado de importancia para ser digna de considerarse en

la planeación nacional de la cultura.

Pero como ya se menciono el cruce de líneas de ambas políticas dan origen a la

formación de cuatro cuadrantes en los cuales se pueden llegar a integrar el resto de

políticas que se encuentran contempladas dentro de la política de información como

son la política bibliotecaria, la política de fomento a la lectura y la política editorial

mismas que guardan un idéntico nivel de importancia dentro de la política de

información y desde luego en la política cultural. Respecto a la descripción de los

cuadrantes se expone lo siguiente:

83

En el cuadrante ++ que se localiza en la parte superior derecha de la política cultural

se refiere a la correspondencia e inclusión de esta política con la política de

información lo que orienta a una visión de integración y equilibrio de ambas políticas y

en cuyo cuadrante se expresa el mismo nivel de importancia que mantienen estas

polìticas dentro de los planes de gestión gubernamental y en consecuencia nos

permite deducir la presencia de un tipo de modelo cultural conforme a esta tendencia.

En el cuadrante +- localizado en la parte inferior derecha corresponde al sitio en el

cual existe una mayor tendencia hacia la política cultural en comparación con la

política de información y por lo mismo el nivel de importancia e intervención que

adquiere la primera resulta mayor anulando así el posible equilibrio que pudiera existir

entre ambas y con esto se omite en parte la intervención de la política de información

dentro de los planes nacionales y favorece la presencia de un modelo cultural a través

del cual se pondera a la política cultural.

En el cuadrante – – situado en el nivel inferior izquierdo se encuentra una tendencia

de exclusión tanto de la política cultural como de la política de información y en donde

el nivel deficiente de atención hacia una y otra en los planes de gestión

gubernamental se vuelve preocupante y es precisamente en este cuadrante donde se

puede situar a un tipo de modelo cultural especìfico como lo es el patrimonialista y el

difusionista.

Finalmente el cuadrante – + que significa mayor importancia hacia la política de

información con respecto a la política cultural representa una especie de separación

de la primera con respecto hacia esta última y en cierto modo se puede interpretar

como una divergencia y sin punto de equilibrio deseable entre ambas aunque de igual

manera da origen a la tipificaciòn de un modelo cultural.

De fondo la convergencia y divergencia entre política cultural y política de información

van definiendo el tipo de modelo cultural en el cual se concentran y encuentran una

explicación desde el comportamiento de las mismas variables hasta definir en cual de

los modelos culturales se insertan cada una de las gestiones gubernamentales en

relación con la convergencia y divergencia de la política cultural y la política de

información dentro de los cuadrantes descritos revelando así que este puede ser

84

patrimonialista, difusionista y democrático e incluso la mezcla de uno y otro conforme

a las tendencias que se observen.

3.4 Vertientes integradoras en las políticas de información y la política cultural en México

El punto de equilibrio deseado que se origina por una política cultural que desde una

línea vertical es cruzada por la línea horizontal que forma la política de información y

precisamente en este punto de contacto atraviesan transversalmente la política

bibliotecaria, la de fomento a la lectura y la editorial desde un punto de unión que da

cuenta de una convergencia de objetivos y planteamientos que favorecen el acceso

social a la información con un margen de maniobra socialmente amplio y con la

integración de cada una de estas políticas, y que es esquematizado en la figura tres.

Figura 3 Punto de encuentros de las políticas

El círculo formado en los cuadrantes son los niveles de expansión que van a impulsar

el proceso integrador creado por el punto de convergencia de las distintas políticas

que entran en contacto lo que a la postre representa la garantía de acceder

socialmente a la información y a la cultura pero en igual sentido asegurar el

85

cumplimiento de esta prerrogativa e incluso ser objeto de mejora continua como parte

de la evaluación de los resultados que se obtengan como elementos integrantes de

un plan nacional.

De esto se llega a suponer que la distribución del financiamiento para cada una de las

políticas una vez integradas y valoradas en igualdad de importancia difícilmente

pueden ser marginadas de este beneficio aun a pesar de los periodos de crisis

económicas que llegara afectar la economía del país y donde la racionalización de los

programas presupuestales para cada política es una práctica común que se ejerce

pero que no impide la llegada de recursos económicos.

Paralelamente se puede pensar en la aprobación de legislaciones que se enfoquen

hacia estas políticas permitiéndole una formulación y aplicación de programas y

proyectos que respondan precisamente a la expansión de las mismas pero que en

igual manera a futuro permita la colaboración interinstitucional tanto nacional como

internacional para la mejora de esta políticas orientadas al logro de niveles de

importancia elevados como se tienen en otros países.

Por lo tanto el punto de equilibrio deseado entre estas políticas en nuestro país

conduce a la compresión que desde esta perspectiva el acceso a la información y a la

cultura realmente reflejan la intención del estado mexicano por mejorar el nivel de vida

de los ciudadanos a través del cumplimiento de estas prerrogativas bajo el

entendimiento que su tratamiento, aplicación y valoración son objeto de una atención

equitativa e igualitaria precisamente por la integración y ordenamiento que se hace

de ellas.

Pero si bien se ha venido expresando la presencia del modelo cultural (casi

democrático) distinto al aplicado anterior al sexenio de Miguel de la Madrid habría que

reconocer efectivamente los cambios notables desde ese entonces donde igualmente

la continuidad y la mejora son acciones comunes en los distintos sexenios en el que

este modelo cultural ha mostrado niveles de eficiencia y atención social escasamente

vistos en el México Posrevolucionario o incluso en el “México Moderno”.

86

Bien cabría sugerir una revisión integral y conjunta de las respectivas políticas que

permitiera realizar los ajustes oportunos en cada una de ellas que atienden el acceso

social a la información y analizar hasta que punto realmente se esta alcanzando el

cien por ciento de los objetivos en estas políticas y si la cobertura social alcanza los

niveles de atención que justifiquen los recursos asignados a estas políticas que son

fruto de la misma sociedad.

La convergencia y las vertientes integradoras de la política de información y de la

cultural en nuestro país efectivamente se han presentado de diversas maneras

originadas por el establecimiento de un modelo cultural utilizado históricamente en

uno y otro esquema de desarrollo mediante el cual se ha dado el impulso y se han

obtenido resultados que aparecen a la vista de forma inmediata y retrospectiva dando

así cuenta de una cobertura a nivel social.

Desde esta visión podemos comprender que la convergencia de las políticas aludidas

(de información y cultural) así como el nivel que ocupan dentro del cuadrante descrito

líneas atrás no proporcionan una misma línea esquemática ya que de entrada

estamos hablando de la presencia de tres tipos de modelo cultural donde se ha

favorecido o no la formulación y aplicación de estas políticas como parte de los planes

nacionales en nuestro país o incluso la síntesis de estos mismos.

En esta perspectiva se logra comprender que el desarrollo de las políticas de

información y de la política cultural si bien ocupan niveles de prioridad en las distintas

gestiones que se han analizado no siempre se tenía la certeza de situarlas en niveles

de importancia indiscutibles para el desarrollo nacional al grado de poder estar

contempladas en los planes nacionales pero sin alcanzar a ser aplicadas

integralmente y con el equilibrio deseado o llegar incluso a ser omitidas o estar en

forma dispersa.

Por lo mismo aun cuando este tipo de políticas llegan a ser determinantes para el

desarrollo desde la visión de los gobiernos de la etapa de la globalización en México

dentro de los mismos suelen aparecer políticas que no son del todo atendidas o se da

por hecho que con el diseño y aplicación de algunas de ellas se alcanza a dar

87

cobertura al resto de las mismas dejando a la vista una falta de integración y

complementación de estas políticas con atención a la sociedad.

Así se llega a la comprensión que tanto la política de información como la política

cultural logran a alcanzar determinados niveles de atención en nuestro país que nos

permiten elaborar una esquematización donde efectivamente se ratifican no solo las

intenciones de cada gobierno sino también la convergencia, complementación e

integración de la que son objeto y que son susceptibles de ser esquematizadas

mediante la graficación de cada una de ellas para una mayor explicación.

Bajo esta consideración a continuación se elaboran las respectivas gráficas que

muestran la convergencia y situación en cada gestión que ya se han venido

examinando y en donde los triángulos con su número correspondiente (1- 6) en cada

cuadrante representan cada una de la seis gestiones gubernamentales analizadas.68

Cuadro 12 Convergencia y situación de la política cultural y la política de información en los sexenios

analizados

En este cuadro encontramos la tendencia y las divergencias de la política cultural con

respecto a la política de información donde en el cuadrante - - la gestión

gubernamental de López Portillo no logra una aplicación sólida de las políticas tanto

cultural y de información en el plan nacional y por lo mismo la atención hacia estas no

resulta del todo positivo dentro de esta gestión por lo que el nivel de intervención de 68 Así el triágulo número uno corresponde a López Portillo, el triángulo dos a Miguel de la Madrid, el triángulo tres a Salinas de Gortari, el cuatro a Ernesto Zedillo, el cinco a Vicente Fox y el triángulo número seis a Felipe Calderón.

88

ambas políticas en cierta medida se encuentra excluido o en su defecto se

contemplan pero no como parte de una estrategia en las que ambas sean

determinantes para el desarrollo.

Los acciones ya descritas en el segundo capítulo, como la desaparición de bibliotecas

públicas, el reducido número de consultas proporcionadas en las bibliotecas pùblicas

(9, 437, 900 consultas) y el bajo número de materiales bibliográficos procesados, por

mencionar solo algunas acciones nos dan cuenta del posicionamiento que adquieren

tanto la política cultural y la de información durante este periodo gubernamental y por

las características que revelan se identifica la presencia de un modelo cultural que

tiende a una fusión entre el patrimonial y el difusionista donde la cultura y la

información no siempre resultan determinantes para el desarrollo económico – social

y por lo tanto se encuentran aisladas de estos propósitos.

En contraste a partir de la gestión de Miguel de la Madrid y hasta la de Felipe

Calderón se observa un cambio de dirección en relación al tratamiento e importancia

que reciben tanto la política de información como la política cultural y se logra

distinguir un posicionamiento de estas políticas de manera integral en los planes

nacionales de las gestiones referenciadas por lo que pueden ser ubicadas en el

cuadrante + + donde los niveles de importancia e inclusión son determinantes.

Entre las acciones que contribuyen a resaltar dicho cambio podemos destacar la

creación de un sistema de bibliotecas públicas, una legislación hacia este sistema, el

aumento considerable de consultas en las bibliotecas públicas, el crecimiento de los

acervos de estas bibliotecas, la creación de salas de lectura, la incoporación de TIC a

las bibliotecas públicas, la creación de librerías, un programa integral de fomento a la

industria del libro y los programas de lectura, entre otras acciones que sirven para

fundamentar el cambio de visión con respecto a la atención que reciben tanto la

política cultural como la política de información.

En las siguientes cinco gestiones gubernamentales posteriores a la de López Portillo

se aprecia de manera contundente la trascendencia que adquiere la cultura y en la

cual la polìtica de información se integra como parte ineludible de la misma lo que en

la gestión inmediata anterior no sucedía. Es preciso subrayar que esta convergencia

89

muestra una continuidad en su atención con lo que ratifica una tendencia que refleja

la forma en que la cultura y la información son determinantes para el desarrollo

económico – social.

Es posible deducir mediante la tendencia y convergencia en la integración de la

política cultural y de información que desde mil novecientos ochenta y tres se tiene

una percepción distinta de lo que estas políticas representan para el proyecto de

nación y desde luego esto permite la presencia de un modelaje cultural que se acerca

al denominado modelo democrático pero que no alcanza a ser aplicado del todo y

más bien se sintetiza con el modelo de cultura difusionista, esto entendiendo que los

cambios culturales no son del todo rápidos como se puede llegar a suponer.

Cuadro 13 Convergencia y situación de la política cultural y la política editorial en los sexenios analizados

En lo que corresponde a la convergencia de la política cultural y la política editorial dentro

de las gestiones gubernamentales analizadas se observa de nueva cuenta una tendencia

contrastante entre la gestión de López Portillo y el resto de las administraciones

gubernamentales posteriores.

Si bien en el primer periodo analizado no se deja de lado la producción editorial tampoco

se puede afirmar que exista una politica y programas definidos que atiendan este rubro

donde ciertamente esta producción por ejemplo se distribuye y vende en las tiendas

Conasupo o también en instituciones como la SEP, el INAH o el Instituto Nacional de

90

Bellas Artes efectúan la producción y venta de libros pero la reducida producción revela

que la política editorial no es una prioridad dentro de la política cultural.

Por las acciones realizadas durante esta gestión en relación a la creación de programas

específicos hacia la producción editorial podemos dar cuenta que su orientación va más

hacia un modelo cultural de corte patrimonialista y difusionista en el cual la visión unívoca

de la producción editorial estatal en buena medida se ve entorpecida y se refleja

efectivamente en el bajo volumen de la producción de documentos a nivel institucional,

además de la falta de un ordenamiento sobre esta actividad por parte de las instituciones

gubernamentales con respecto a la forma en que se van a producir y distribuir los

materiales bibliográficos en cada dependencia cultural o en otras instituciones

gubernamentales.

Es posible afirmar que con Miguel de la Madrid se da el impuso a la política editorial

donde de inicio es objeto de una redefinición y comienza a formar parte determinante en

la política cultural por lo que no es extraño visualizar elevados volúmenes en la

producción editorial que realizan las instituciones gubernamentales como una estrategia

cultural que se consolida aun más con la creación del Consejo Nacional para la Cultura y

las Artes y también por lo esfuerzos de otras institucione culturales como Bellas Artes y el

Instituto Nacional de Antropología e Historia por mencionar algunas.

Pero a pesar de que existe un aumento considerable en la producción editorial por parte

de las instituciones estatales no se alcanza a observar un ordenamiento sistemático

sobre lo que se produce así como la mayoría de las veces la planificación editorial

escapa del control de instituciones culturales como CONACULTA que no siempre

interviene para decidir que se puede producir y la cantidad de volúmenes que se

producen, asimismo haría falta una regulación hacia este repecto que impulsara una

organización adecuada de la producción editorial que realiza el estado y favorecer así su

política editorial.

No obstante, se logra distiguir una continuidad en relación a la producción editorial en

donde tal vez suelen existir diferencias en los niveles de productividad entre uno y otros

sexenios pero no se deja de lado la atención a la política editorial y se trata de fortalecer

para dar cumplimiento a los propósitos de brindar a la sociedad el acceso a la cultura

91

impresa que impulsa el estado y de lo cual podemos identificar una tendencia que se

enfoca a un modelo de cultura cuya síntesis de naturaleza difusionista y democrática

parece caracterizar la integración de la política editorial en la política cultural de las

últimas cinco gestiones.

Cuadro 14 Convergencia y situación de la política cultural y la política de fomento a la lectura en los sexenios

analizados

En lo referente a la política cultural y la política de fomento a la lectura de acuerdo a las

acciones contempladas en los planes y programas gubernamentales de las gestiones

analizadas se vuelve a presentar un contraste entre lo realizado en la gestión de López

Portillo y las posteriores administraciones gubernamentales de tal manera que en la

primera a pesar de que el fomento a la lectura en apariencia formaba parte de una

política cultural no se logran diseñar ni aplicar programas específicos que brinden

atención a esta política.

De esta manera, en la gestión de López Portillo, el fomento a la lectura se situa en el

cuadrante de nivel bajo - - donde se encuentra excluido de una política cultural en donde

aparentemente no se desarrolla ni muestra una presencia a travès de programas

específicos y parece indicar que el fomento a la lectura tiene en las instituciones

educativas su mayor campo de acción pero no así en otros espacios culturales como la

biblioteca donde si bien se llegan a visualizar acciones dispersas no alcanzan a

92

integrarse en un plan específico. Por eso mismo la tendencia de esta situación pudiera

conducir a un tipo de modelo de cultura patrimonialista cuyas características de

desatención y limitantes así lo plantean.

En lo que corresponde a las gestiones que van de Miguel de la Madrid y hasta Felipe

Calderón la política de fomento a la lectura se incluye en la política cultural como parte

estratégica dentro de esta pero es oportuno señalar que a pesar de que esta integración

entre políticas se presenta aparentemente en los planes culturales de las gestiones

gubernamentales como una actividad determinante no aparecen al menos en las

gestiones de Miguel de la Madrid y Salinas de Gortari programas específicos hacia el

fomento a la lectura aunque si acciones integradas a la biblioteca pública como círculos

de lectura, talleres y alguna investigaciones sobre hábitos de lectura que no se

consolidan como una política propiamente dicha.

En los periodos de Zedillo, Fox y Calderón es cuando se notan claramente programas

concretos hacia el fomento a la lectura como lo serían el denominado “Año de lectura

1999 – 2000: leer para ser mejores” y el de “Hacia un país de lectores” creados por

Ernesto Zedillo y Vicente Fox respectivamente y con lo cual se resalta el interés por

diseñar, aplicar y evaluar programas específicos hacia la lectura.

Se podría suponer que durante la gestión de Calderón no existe un programa definido

hacia la lectura y sin embargo la estrategia hacia este fenómeno encuentra en la

adquisición de colecciones de intelectuales mexicanos una acción para atender este

propósito además del programa “Leo Luego Existo” impulsado por la S.E.P., y el

denominado “A la luz de los libros” aplicado en este gobierno por el Instituto Nacional

de Bellas Artes mostrando así que en su plan cultural posiciona a la lectura como un

rubro al cual se le proporciona atención con la asignación presupuestal correspondiente y

sin dejar de lado que durante su gestión es aprobada la Ley de Fomento al Libro y la

Lectura que pretende respaldar acciones hacia la lectura.

No se deja de reconocer que la política de fomento a la lectura forma parte de la política

cultural con la integración de estas políticas y en donde esta última mantiene mayor nivel

de importancia desde el momento en que contiene a la primera, de esto se deduce de

nueva cuenta la visualización de una síntesis de los modelos culturales tanto difusionista

93

y democrático sin llegar a consolidarse este último pero si aproximándose al mismo

debido precisamente a los planes y programas que se diseñaron en los tres últimos

periodos gubernamentales.

Cuadro 15 Convergencia y situación de la política cultural y la política bibliotecaria en los sexenios analizados

En lo que se refiere a la convergencia y situación de la política cultural y la política

bibliotecaria vuelve a presentarse la misma situación en la cual los bajos niveles

reflejados en la administración de López Portillo con respecto a la política bibliotecaria

con todo y estar contemplada en un plan se distingue la desaparición gradual de

bibliotecas públicas lo que demuestra en la realidad su desintegración a una política

cultural.

Esta tendencia de exclusión de la política bibliotecaria con relación a la política cultural

vuelve de nueva cuenta a demostrar la existencia de un modelo cultural con matices

patrimonialista y difusionista en los cuales la política bibliotecaria no alcanza a aparecer

objetivamente en la planeación cultural por lo que su naturaleza social se diluye sin llegar

a ser factor para el desarrollo.

La situación es diferente en los sexenios siguientes ya que aparecen cambios notables

debido a que la política bibliotecaria se integra dentro de la política cultural y en este

contexto recibe un fuerte impulso y continuidad en su desarrollo a lo largo de cinco

sexenios comprendiendo que la descentralización de la cultura impresa favorece el

94

desarrollo social además de contribuir al fortalecimiento del modelo de desarrollo que se

estaba incorporando y para lo cual se requería una ciudadanía lectora e informada.

La continuidad y mejoramiento de la política bibliotecaria como parte de la estrategia

cultural es una constante en las últimas cinco gestiones gubernamentales lo cual se

puede corroborar no solo en la multiplicación de bibliotecas públicas sino también en el

diseño de servicios, la creación de leyes sobre el respecto, creación de un sistema

bibliotecario y el crecimiento de sus acervos reflejan la tendencia de que la estrategia

cultural visualiza a la biblioteca y a la información impresa como elementos

determinantes para transmitir la cultura por lo que se considera una mayor aproximación

hacia el modelo de cultura democrático sin alcanzar a consolidarse del todo pero sin

perder de vista a este tipo de modelo como meta.

Cuadro 16 Convergencia y situación de la política bibliotecaria y la política de fomento a la lectura en los

sexenios analizados

La convergencia entre la política bibliotecaria y la de fomento a la lectura en los sexenios

estudiados muestran contrastes evidentes ya que por un lado durante la gestión de

López Portillo la atención hacia el fomento a la lectura era sumamente débil pues no

existía una política definida hacia la lectura como tampoco la había para la biblioteca y en

el hermetismo de un modelo patrimonialista la atención a estas políticas formaron parte

de una indiferencia gubernamental que no las considero prioritarias en su plan cultural.

95

Paradójicamente en las gestiones de Miguel de la Madrid y Salinas de Gortari en un

contexto histórico donde la atención a la politica bibliotecaria y a la política cultural

figuraban como una prioridad en los planes nacionales no se diseñaron ni se aplicaron

programas de lectura específicos, aunque si se tuvo una mayor consideración a la

creación de bibliotecas públicas no podemos afirmar que el tratamiento hacia la política

de lectura haya sido la más acertada y por esto mismo persistió un vacío con respecto a

la lectura brindándose mayor atención a la política bibliotecaria bajo el supuesto de que

la multiplicación de bibliotecas era suficiente para impulsar la política de fomento a la

lectura.

Una situación diferente se contempla en las gestiones siguientes (Zedillo, Fox, Calderón)

donde efectivamente se diseñan, elaboran y ponen en marcha programas específicos de

fomento a la lectura y por lo mismo tanto la política bibliotecaria como la de fomento a la

lectura encuentran una integración y complementación adecuada para el acceso social a

la lectura de materiales impresos y en otros soportes, dando así la cobertura que se

requería en atención a dicha política.

La divergencia y convergencia existente en relación a la política bibliotecaria y la política

de fomento a la lectura de alguna manera demuestran las intenciones hacia una u otra

política y cuya prioridad revela la intención de acceder a determinado modelo de cultura

aunque durante los tres últimos sexenios se percibe un mayor acercamiento a un modelo

cultural de naturaleza democrática sin llegar a consolidarse plenamente pero tratando

mediante la formulación de programas acceder a dicho modelo.

96

Cuadro 17 Convergencia y situación de la política bibliotecaria y la política editorial en los sexenios analizados

La convergencia existente entre la política bibliotecaria y la política editorial en los

sexenios revisados no se presenta de manera uniforme por lo que su ubicación en los

cuadrantes demuestra tendencias que orientan sobre una mayor atención de la política

bibliotecaria en comparación con la política editorial lo que en cierta manera resulta

lógico pensar que esta falta de uniformidad es normal debido precisamente a las

prioridades gubernamentales sobre una u otra política.

Se observa que durante la gestión de López Portillo no se tiene una politica definida

sobre la política bibliotecaria pero tampoco en relación a la política editorial por lo que

esta especie de indiferencia refleja que este tipo de políticas además de no ser

prioritarias tampoco son consideradas como impulsoras del desarrollo y por lo tanto se

ofrece mayor atención a otro tipo de políticas que pertenecen a otras áreas.

En las gestiones de Salinas de Gortari y de Calderón por las acciones desarrolladas en

sus respectivos planes se logra situar con mayor peso a la política bibliotecaria que a la

política editorial sin que con esto se quiera expresar que la política editorial haya sido

descuidada pero tampoco recibe un tratamiento similar que tiene la política biliotecaria lo

que conduce a situarlas en el cuadrante + - en donde la política bibliotecaria mantiene

mayor aceptación y peso.

97

Sin embargo en las gestiones de Miguel de la Madrid, Ernesto Zedillo y Vicente Fox tanto

la política bibliotecaria y la política editorial se integran manteniendo así un nivel de

equilibrio y con ello de similar importancia al situarse en el cuadrante + + para de este

modo indicar que este posicionamiento logrado en función de acciones concretas en

estas gestiones las aproxima a un tipo de modelo cultural democrático que se diferencia

de modelo patrimonialista que caracteriza al sexenio de López Portillo o también al

modelo cultural difusionista y democrático de las gestiones de Salinas de Gortari y

Calderón, respectivamente.

3.5 Balance.

El diseño, aplicación y evaluación de las políticas de información en la estrategia cultural

de las gestiones gubernamentales analizadas destaca el interés y su presencia en los

planes nacionales vinculados con la cultura bajo intenciones cuya prioridad puede ser

asistida o no en la medida que la cultura y la información se comprenden como

elementos determinantes para el desarrollo del país y donde la influencia de la UNESCO

resulta fundamental para fortalecer esta idea y la adecuada aplicación de estas políticas.

Pero el hecho de que existan estas políticas en los distintos planes nacionales de las

gestiones estudiadas no necesariamente significa que su aplicación se realice

acertadamente pues por ejemplo en la administración gubernamental de López Portillo a

pesar de que se encontraban de forma impresa tanto la política de información como la

política cultural no fueron del todo apoyadas en su aplicación e incluso se puede señalar

la aparicion de un estancamiento y un retroceso en el desarrollo de las políticas aludidas.

Una situación distinta se observa en el diseño, aplicación y evaluación de las políticas

aludidas en los sexenios posteriores a López Portillo cuando precisamente el cambio de

percepción del significado de la cultura se visualiza como factor de desarrollo e incorpora

a estas politicas hacia el cumplimiento de este propósito y determinar la aparición de un

modelo de cultura diferente a partir de la gestión de Miguel de la Madrid.

Así, se formulan y desarrollan programas específicos para la creación de un sistema de

bibliotecas públicas, una Ley General de Bibliotecas, se incorporan tecnologías de la

información a las funciones del sistema bibliotecario, se establece una institución cultural

98

que coordina el sistema (CONACULTA), se aprueba la Ley de Fomento a la Lectura y al

Libro, se crea el Programa de Fomento a la Industria y el Comercio del Libro, se

desarrolla una Red Nacional de Librerías, se formulan programas de lectura (Año de

lectura y Hacia un paìs de lectores), se realiza la Encuesta Nacional de Lectura y se

revitaliza el programa editorial, entre otros programas ejecutados desde la administración

de Miguel de la Madrid y hasta la de Calderón Hinojosa.

Si bien la atención hacia una y otra política de información no mantiene un mismo nivel

de asistencia en las gestiones gubernamentales de las tres últimas décadas dentro de la

estrategia cultural al menos se intenta garantizar una continuidad en las mismas, pese a

que se pueda observar una prioridad por determinada política de información no significa

necesariamente que resulten de menor importancia unas en comparación con otra sino

más bien el nivel de importancia es inherente bajo la integración que se hace de ellas.

La política de información en la estrategia cultural asume un protagonismo que es

determinante para el modelo de desarrollo en donde la información y la cultura son

insumo y producto de la sociedad pero también se asumen como prerrogativas cuya

obligación debe ser cubierta mediante acciones específicas diseñadas por el estado

mexicano.

99

CONCLUSIONES

Una estrategia cultural orientada al acceso a la información y la cultura contiene

elementos de orden conceptual que de inicio dan cuenta de la percepción que se

tiene de la cultura y de la necesidad de incorporarla como parte determinante del

desarrollo y por lo mismo la información y sus políticas respectivas son objeto de

programas, regulaciones, infraestructura, asignaciones presupuestales que son

elementos necesarios para su adecuada aplicación.

Es necesario reconocer que las recomendaciones que formula la UNESCO para el

diseño y aplicación de este tipo de políticas son determinante ya que vienen a

representar una especie de lineamientos de cuya adopción se esperan resultados

acertados en los países que las retoman pues han sido aplicadas y comprobadas, y

por lo tanto garantizan la cobertura de objetivos específicos dentro de la política

cultural y la de información.

El compromiso y la responsabilidad que tiene el estado en el diseño, elaboración y

aplicación tanto de la política cultural como la de información resultan fundamentales

para el adecuado desarrollo de las mismas en la medida que se está ofreciendo

cobertura al derecho a la cultura y a la información además de que efectivamente la

figura gubernamental contempla tanto a la cultura y a la información como elementos

determinantes para el desarrollo nacional.

La presencia de la política bibliotecaria como elemento esencial en la estrategia

cultural de nuestro país es impulsada por las recomendaciones que ha establecido la

UNESCO desde la década de los cincuenta pero es hasta los ochenta cuando

empiezan a ser adecuadamente desarrolladas para así incorporar esta política dentro

de los planes nacionales con el interés de crear y ampliar por ejemplo un sistema de

bibliotecas públicas.

De acuerdo a la estrategia cultural utilizada por los distintas gestiones

gubernamentales en nuestro país y en función del establecimiento y aplicación de las

respectivas políticas (cultural y de información) se logra observar la existencia de tres

100

modelos culturales (patrimonialista, difusionista y democrático) donde si bien no se

alcanza a consolidar ampliamente el modelo democrático al menos se han venido

realizado las acciones necesarias para lograrlo durante las últimas cinco gestiones

gubernamentales.

En referencia a las hipótesis la primera de ellas resulta aprobada ya que

evidentemente el acceso a la información como parte de la política de información se

relaciona directamente con la política cultural en todos sus niveles y cuya evidencia

inmediata aparece en la creación de un sistema de bibliotecas públicas que

contribuye al acceso social de la información y a la cultura en soportes impresos y

electrónicos para de esta forma dar cobertura a la prerrogativa humana relacionada

con el acceso a la información y a la cultura.

Con relación a la segunda hipótesis efectivamente se comprobó que la incorporación

de la política de información a la planeación nacional obedece al cumplimiento de

compromisos adoptados por parte del estado con la UNESCO para de esta manera

distinguir en esta política (y a las políticas integradas a ella) una base fundamental

hacia el reconocimiento de la información como un recurso sustantivo para el

desarrollo y ser objeto de una atención correspondiente en la planeación nacional.

En cuanto a la tercera hipótesis de investigación efectivamente el modelo de cultura

adoptado permite la integración de las políticas analizadas con atención al

mejoramiento de la estrategia cultural por lo que la utilización de alguno de los

modelos conduce igualmente a comprobar si efectivamente la cultura y la información

son determinantes para el desarrollo dentro del proyecto de nación o solamente se

contemplan como elementos ornamentalales sin alguna prioridad nacional.

En el mismo sentido podemos afirmar que los objetivos planteados en esta

investigación han sido cubiertos en su totalidad pues se explicó el concepto de cultura

formulado por la UNESCO así como los elementos que conforman una política cultural

y que la caracterizan como tal, de igual forma se describió la manera en que la

UNESCO ofrece la asistencia necesaria para el diseño y aplicación de la política

cultural y la política de información hacia sus estados miembros y que favorecen el

desarrollo adecuado de estas.

101

También se detalló como parte de los objetivos que la intervención del estado

mexicano es determinante para el diseño, aplicación y evaluación de los planes,

programas y proyectos que desarrolla este actor estatal para dar cuenta así de los

compromisos que se dirigen al cumplimiento de las prerrogativas sociales

encaminadas al acceso a la información y la cultura las cuales están asentadas en

una legislación correspondiente que ratifican su obligatoriedad.

Asimismo se examinó que conforme al diseño y aplicación de la política cultural y de

información se refleja la presencia de un modelo de cultura en el cual se favorece o no

el acceso a la información y a la cultura donde se logra observar que los tres modelos

(patrimonialista, difusionista y democrático) se encuentran latentes en los sexenios

analizados pero que no es sino hasta las últimas tres gestiones gubernamentales

cuando se observa un amplio interés por tratar de desarrollar el modelo de cultura

democrático sin que se llegue a lograr su plenitud.

Las acciones establecidas y aplicadas por los gobiernos de nuestro país en las casi

tres últimas décadas dan cuenta de actividades cuya continuidad revelan una fuerte

intención de mayor cobertura social que busca ante todo crear una sociedad

informada más allá de los meros mecanismos de infraestructura tecnológica pero

también con programas cuya naturaleza de descentralización pretende un diseño de

políticas de información y de cultura con una continuidad en su aplicación pero a su

vez bajo una evaluación y mejora de estas políticas.

Por ello la cultura tiene que ser considerada como objeto de investigación en la

disciplina bibliotecológica pues tanto la biblioteca y la información son insumos y

productos de una actividad cultural y social a las cuales se les debe proporcionar un

tratamiento específico.

Por otra parte el bibliotecólogo debe comprender la vinculación que existe entre

información y cultura por lo que es pertinente realizar estudios desde nuestra

disciplina pero de igual forma llevar a cabo investigaciones conjuntas con otros

especialistas en donde se puntualice la trascendencia hacia estos objetos de estudio

como parte de una temática específica.

102

El diseño, elaboración, aplicación y evaluación de políticas culturales y de

información son parte de la formulación de políticas públicas y por lo tanto el

bibliotecólogo debe contemplar entre sus actividades profesionales a este tipo de

tareas para de este modo disponer de los conocimientos necesarios y ser partícipe

en la creación de estas políticas y de su evaluación correspodiente.

El bibliotecólogo debe de hacer conciencia que juega un papel socialmente

importante en la organización, conservación, transmisión y difusión de la cultura y

por lo mismo debe considerarse como un promotor que integra y vincula a la

sociedad con las expresiones culturales a nivel nacional como universal.

Se requiere reflexionar sobre el compromiso que desde nuestra disciplina se asume

socialmente en relación a la política cultural y la de información lo que representa

generar una serie de acciones mediante las cuales explicar y aplicar la integración

de estas políticas pero también impulsar acciones innovadoras que ofrezcan

respuesta y solución hacia éstas en un entorno cambiante.

103

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109

A N E X O S

110

Anexo 1 Convenciones de la UNESCO No Ratificadas por México

Convenciones

Año

Tipo de Instrumento

Acuerdo destinado a facilitar la Circulación Internacional de Materiales Audiovisuales de Carácter Educativo, Científico y Cultural, con Protocolo de firma y modelo de certificado establecido en el Artículo IV del Acuerdo. Beirut.

1948

No Ratificación

Acuerdo para la Importación de Objetos de Carácter Educativo, Científico y Cultural, con los Anexos A, B, C, D y E y Protocolo anexo. Florencia.

1950

No Ratificación

Protocolo 1 anexo a la Convención Universal sobre Derecho de Autor, relativo a la protección de obras de apátridas y de refugiados. Ginebra.

1952

No Ratificación

Protocolo 3 anexo a la Convención Universal sobre Derecho de Autor, relativo a la fecha efectiva de los instrumentos de ratificación, aceptación o accesión a dicha Convención. Ginebra.

1952

No Ratificación

Convención sobre el Canje Internacional de Publicaciones. París.

1958

No Ratificación

Convención sobre el Canje de Publicaciones Oficiales y Documentos Gubernamentales entre Estados. París.

1958

No Ratificación

Convención relativa a la Lucha contra las Discriminaciones en la Esfera de la Enseñanza. París.

1960

No Ratificación

Protocolo por el que se instituye una Comisión de Conciliación y Buenos Oficios facultada para resolver las controversias que puedan plantearse entre Estados Partes en la Convención relativa a la Lucha contra las Discriminaciones en la Esfera de la Enseñanza. París.

1962

No Ratificación

Convención sobre la Enseñanza Técnica y Profesional.

1989

No Ratificación.

111

Convenciones

Año Tipo de Instrumento

Convenio Regional de Convalidación de Estudios, Títulos y Diplomas de Educación Superior en Asia y el Pacífico. Bangkok.

1983

No Ratificación

Protocolo anexo al Acuerdo para la Importación de Objetos de Carácter Educativo, Científico y Cultural, con los Anexos A, B, C, D, E, F, G y H. Nairobi.

1976

No Ratificación

Convenio Internacional de Convalidación de Estudios, Títulos y Diplomas de Educación Superior en los Estados Árabes y los Estados Europeos Ribereños del Mediterráneo. Niza.

1976

No Ratificación

Convenio Regional de Convalidación de Estudios y Certificados, Diplomas, Grados y otros Títulos de Educación Superior en los Estados de África. Arusha.

1981

No Ratificación

Convenio de Convalidación de Estudios, Títulos y Diplomas de Educación Superior en los Estados Árabes. París.

1978

No Ratificación

Convenio de Convalidación de Estudios y Títulos o Diplomas relativos a Educación Superior en los Estados de la Región Europa. París.

1979

No Ratificación

Protocolo 1 anexo a la Convención Universal sobre Derecho de Autor, revisada en París el 24 de julio de 1971, relativo a la aplicación de la Convención a las obras de apátridas y de refugiados. París.

1971

No Ratificación

Convención Multilateral tendiente a evitar la Doble Imposición de las Regalías por Derechos de Autor, modelo de acuerdo bilateral y Protocolo adicional a la Convención Multilateral. Madrid.

1979

No Ratificación

Protocolo 2 anexo a la Convención Universal sobre Derecho de Autor, revisada en París el 24 de julio de 1971, relativo a la aplicación de la Convención a las obras de ciertas organizaciones internacionales. París.

1971

No Ratificación

Convenio sobre Reconocimiento de Cualificaciones relativas a la Educación Superior en la Región Europea. Lisboa.

1997

No Ratificación

Fuente: ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LA EDUCACIÓN LA CIENCIA Y LA CULTURA. Instrumentos Normativos. [On Line]. Disponible http://portal.unesco.org/la/convention Consultado el 7 de mayo de 2010.

112

Anexo 2 Infraestructura cultural para el año 2003

Infraestructura Cultural

Total Nacional

Promedio por municipio

Bibliotecas 6,610

2.70

Salas de Lectura

3,797

1.55

Salas de Cine

2,823

1.15

Casas de cultura y Centros

Culturales

1,592

0.65

Librerías

1,146

0.47

Museos

1,058

0.43

Teatros

544

0.22

Fuente: CONSEJO NACIONAL DE LA CULTURA Y LAS ARTES. Infraestructura cultural de México. México: El Consejo, 2003 p.199

113

Anexo 3 Espacios culturales más visitados

Espacios Culturales

Porcentajes de frecuencia

Cines

81.1%

Bibliotecas

68.6%

Librerías

63.2%

Museos

62.4%

Sitios Arqueológicos y Espacios para música

52.5%

Fuente: CONSEJO NACIONAL PARA LA CULTURA Y LAS ARTES. Encuesta Nacional de Prácticas y Consumo Culturales. México: El Consejo, 2004 p. 177