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CONCEPTO DE FACIES
En 1838 Gressly reconoció, definió y dió nombre a las facies estratigráficas. Antes
de terminar el siglo XIX el concepto de facies quedó completamente establecido, en
base a los trabajos de Mojsisovics, Renevier y Walther, como “el conjunto de
características litológicas y Paleontológicas de una roca sedimentaria de las cuales
puede deducirse su origen y las condiciones ambientales de su formación”. Las
rocas similares o idénticas tienen facies isópicas y las de diferente tipo tienen facies
heterópicas. Los cambios de facies deben estudiarse en dirección horizontal así
como en dirección vertical, con el fin de reconstruir los cambios ambientales en el
espacio y en el tiempo. Varían facies Isocrónicas genéticamente relacionadas
constituyen una cinta de facies(Facies Tracts); y cintas de facies genéticamente
relacionadas constituyen una familia de facies. Las facies Heterópicas en sucesión
vertical constituyen una secuencia de facies(Facies Sequence).
Cuando se emplea el término facies para distinguir las secuencias estratigráficas
que ocurren en determinado ambientes geográficos u oceanográfico(ej: facies
Marinas), o para deducir condiciones tectónicas, pierde su finalidad descriptiva. Se
discute el uso no estratigráfico del término facies y se compara además la moderna
terminología Americana de facies respecto a la primitiva terminología Europea. Las
facies y biofacies tal como se emplean en Ecología difieren ampliamente de los
conceptos estratigráficos de facies y biofacies. Las características de una roca
actualmente denominada “biofacies” deberian llamarse en estratigrafía “facies
Paleontológicas”. Para terminar, se revisa parte de la moderna literatura rusa acerca
del concepto de Facies.
INTRODUCCION
Quizá ningún término geológico ha sido tan ambiguamente empleado para tan
numerosos conceptos diferentes como la voz de facies. Este término hasta hace poco
bien definido y comprensible para todos, carece hoy día de significado a menos que
se emplee con adjetivos o acompañado por prolijas definiciones. en los congresos
geológicos internacionales no se habla mucho tiempo en términos de entendimiento
para todos, si se está discutiendo el concepto de facies(ver discusión entre Frijlinck,
Cuvillier y Sioss, 1953). en un reciente symposium acerca de los problemas de
correlación e interpretación de las facies sedimentarias, 2 de los 6 delegados
evitaron emplear el término facies, y otros 4 lo emplearon de 3 maneras diferentes:
a) Para características físicas o químicas de una roca.
b) Para las condiciones ambientales en las que se formó una roca.
c) Para asociaciones de foraminíferos fósiles o vivientes.
Nuestro trabajo se presenta en apoyo a la discusión entre Wheeler y Mallory(1936),
“para evitar un sistema estratigráfico de clasificación y nomenclatura en el que
cada término tenga un significado diferente para cada persona”. Sin embargo, para
lograr este fin poco benéfico obtendremos dando una nueva definición del término
facies y de los términos estratigráficos relacionados o señalando los conceptos de
preferencia personal. Mucho mejores, para determinan el significado de una voz
científica utilizar dos guías:
a) La definición original dada por el autor que propuso el término.
b) El uso posterior dado por la mayoría de los que han encontrado útil el empleo del
término.
Intentamos demostrar que el concepto de facies se estableció y definió de un modo
preciso en 1838, y que se afianzó y arraigó en la literatura geológica antes de
terminar el siglo XIX; recordamos posteriormente que durante los últimos 20-30
años el término facies ha sido aplicado a numerosos conceptos científicos, no
relacionados al concepto original, ya para los cuales es preferible introducir otros
vocablos.
CONCEPTO DE FACIES EN EUROPA OCCIDENTAL
ORIGEN DEL CONCEPTO DE FACIES: Facies es una palabras latina que significa
cara,figura,apariencia,aspecto,condición. Su significado por tanto no se refiere a
una cosa concreta sino a una idea abstracta. El vocablo fué introducido en
literatura por Nicolas Steno(1660.pp.68-75) para expresar el aspecto total de una
porción de la superficie terrestre durante cierto intervalo de tiempo geológico.
Empleado así el término facies específicamente comprende todos los sedimentos
depositados durante tal lapso así como los periodos y áreas de denudación.
El empleo científico moderno del término facies empieza en el año de 1838 cuando
el geólogo Suizo Gressly publicó la primera parte de sus investigaciones geológicas
acerca de las montañas del Jura cerca de Solothurn, Suiza(3). Este trabajo clásico
ha sido frecuentemente citado pero aparentemente muy poco leído en los últimos
años. Gressly llegó al concepto de facies inductivamente a través de sus estudios
estratigráficos comparativos, en un área caracterizada por los rápidos cambios
laterales y verticales en las características de las unidades litológicas. Partes
importantes de esta definición de facies han sido recientemente traducidas por
Dumbar y Rpdgers(1957,p.136), para que se pueda comprender totalmente el
significado original de este concepto así como su historia subsiguiente es preciso
lecturas más amplias del trabajo de Gressly.
Una traducción de la definición de Gressly(con ligeras modificaciones de la versión
dad por Dumbar y Rodgers)reza como sigue(4).
“En vez de haberme satisfecho con un número dado de secciones verticales... seguí
cada unidad estratigráfica horizontalmente hasta donde fue posible con el fin de
estudiar todos los cambios.”
“Y así, he llegado a reconocer, en la dimensión horizontal de cada unidad
estratigráfica, modificaciones varias y bien definidas que presentan caracterírticas
constantes respecto a su composición petrográfica así como a los caracteres
Paleontológicos de sus asociaciones de fósiles las cuales están determinadas por
leyes particulares apenas ligeramente variables.”
“En primer lugar, dos aspectos principales caracterizan todo el conjunto de las
modificaciones a las cuales he llamado facies o aspectos de una unidad
estratigráfica: uno de ellos consiste en que a un caracter litológico determinado de
una unidad estratigráfica está relacionada en todo sitio la misma asociación
paleontológica; el otro en que en tal asociación de fósiles los géneros y especies de
otras facies invariablemente excluidos.
“Si ocasionalmente ocurre que ciertos géneros y especies, característicos de
determinadas facies se presentan en otras, por regla general son menos abundantes,
mucho menos desarrollados y menos característicos que en las facies o asociación a
que realmente pertenecen”.
“Gressly señala que dichos cambios de facies están determinados, como diríamos
hoy, por cambios en el ambiente de deposición, tal como se observa en los océanos
actuales”.
Gressly resume sus conclusiones acerca de la naturaleza de los cambios de facies en
5 leyes (1838, PP. 20-23), de las cuales traducidas libremente del original algo
arcaico dirán como sigue:
Primera ley : Cada una de las facies de una unidad estratigráfica tiene
características litológicas y paleontológicas especiales, totalmente diferentes de las
características de las demás facies que se encuentran en el mismo horizonte
geológico.
Segunda ley : Unidades estratigráficas (Stratigraphic units) diferentes, la misma
facies litológicas presenta características paleontológicas análogas, no solo en la
dirección horizontal, si no también cuando se encuentra separada por una facies
diferente en la secuencia estratigráfica vertical.
Esta ley queda mejor redactada del siguiente modo (trad.) “Los fósiles de formas
orgánicas son muy semejantes en las facies análogas aunque aparezcan en
diferentes unidades estratigráficas. Esto condujo a la opinión, de general aceptación
hoy día, de que iguales fósiles pueden ocurrir no solo subdivisiones y grupos de una
unidad estratigráfica, sino también en aquellas unidades que en una sección
geológica vertical, estén separadas por otras unidades muy espesas”.
Tercera ley : Algunas veces entre dos facies diferentes existen limites bruscos en
diferente dirección horizontal, y otras veces pasan de una a la otra a través de
variedades transicionales.
Cuarta ley: La variedad de facies aumenta desde la base hasta el techo en una
columna estratigráfica. Esta ley se refiere evidentemente a las condiciones
predominantes en el área estudiada por Grely y tiene una validez limitada.
Quinta ley: La diversidad de facies puede ser mayor o menor en áreas diferentes.
Grely discute con alguna amplitud que el grado de variabilidad de las facies esta
determinado por el alejamiento respecto de la costa y que es mucho mayor la
variabilidad en el litoral que en las áreas apartadas de él.
Principalmente Gresly (1938, PP 24-25) resume las ventajas del método de las
facies así:
1. Los numerosos detalles paleontológicos que a simple vista parecen carecer de
significado pueden compendiarse en unas pocas leyes sencillas que demuestran la
estrecha relación entre ellos y los aspectos geológicos y litológicos de las rocas.
2. Las propiedades litológicas y geológicas de las rocas sedimentarias pueden
interpretarse con mayor provecho yendo de la descripción mineralógica rutinaria
hasta la interpretación geológica, censando se demuestran sus estrechas relaciones
con la evolución de la vida tal como su manifiesta en las diferentes épocas de la
historia de nuestro planeta.
3. El relieve submarino en los diferentes periodos así como los procesos submarinos
que han afectado a las unidades estratigráficas y a sus facies, pueden determinarse
con gran precisión.
4. Los periodos de elevación de cordilleras pueden determinarse con gran precisión
cuando se reconoce el carácter litoral de las rocas que han sido subsiguientemente
depositadas.
Así, Gressly reconoce cabalmente las consecuencia de los resultados de sus estudios
en las montañas Jura de Solothurn u no vacila en enunciar algunas generalizaciones
más amplias. Es evidente que Gressly restringió el concepto de facies a las rocas
sedimentarias, y que para él la esencia de éste concepto es la interdependencia de
las facies litológicas y paleontológicas; reconoció además los cambios o la identidad
de las facies vertical y horizontalmente.
El geólogo Francés Prevost llegó a ideas muy similares, al parecer
independientemente de Gressly y casi al mismo tiempo. Puede él, por
consiguiente, ser considerado como el cofundador del concepto de facies. El empleó,
sin embargo, una terminología diferente de la empleada por Gressly, y no fueron
sus términos sino los de Gressly los que tuvieron posterior aceptación. Las
conclusiones de Provost fueron esencialmente deductivas. En una asamblea de la
Sociedad Geológica de Francia 1837, Provost señaló que así como hoy pueden
formarse a un mismo tiempo diferentes tipos de sedimentos, también es posible
reconocer diferentes “formaciones” idénticas formadas en “épocas diferentes”. En
un artículo posterior(1845) Prevost contribuyó de un modo importante a las
primeras ideas acerca de los conceptos cronoestratigráficos y litoestratigráficos.
Prevost definió el término Francés terran como una voz aplicada a rocas de
cualquier tipo y origen las cuales fueron formadas durante un mismo intervalo de
tiempo, y formación como un término para rocas que fueron formadas por unas
mismas causa s( o en unas mismas condiciones ambientales). La formación de
Prevost es así idénticas a las facies de Gressly. Cuando Prevost dice un Terrain
consta de diversas formaciones quiere decir, modernamente hablando, que una
unidad cronoestratigráfica puede estar integrada por rocas de diferentes facies.
Es interesante observar que mientras Gressly llegó a sus generalizaciones en base a
observaciones detalladas y cuidadosas, para Prevost el Sincronismo De Las
Formaciones(contemporaneidad de las facies) fué un principio deducido por
razonamiento y observación”. Así, aunque mucho se ha escrito acerca de éstas
prelaciones en éstos últimos años, los conceptos y métodos de estudios que en
ningún modo son modernos.
DESARROLLO POSTERIOR DEL CONCEPTO DE FACIES
El desarrollo del concepto de facies en la literatura geológica durante el siglo XIX
en su mayor parte continuó estrechamente ligado a los principios establecidos por
Gressly y Prevost. Al principio, sin embargo, el pensamiento osciló, desde el
enfático reconocimiento de los fósiles de facies hasta la vuelta a la discusión acerca
del valor cronológico de los fósiles, con el desarrollo resultante del concepto de fósil
de zona o fósil de guía establecido por Oppel en 1856-1858(ver Teichert,1958).
Oppel reconoció que en la mayoría de las asociaciones de fósiles únicamente un
número restringido de especies son útiles para correlaciones estratigráficas. Empleó
a tales especies para caracterizar las zonas paleontológicas. Oppel fué por tanto el
primero que ya hace más de 100 años, estableció la diferencia entre fósiles de
facies(facies fossils)y fósiles de zona o fósiles guía, aunque no expresó estos
conceptos con definiciones precisas.
Los geólogos Franceses, Suizos, Austriacos y Germanos encontraron útil el concepto
de facies hasta el punto que, al menos a partir de 1880, todos los libros de texto
publicados en Alemán o Francés incluían amplias disertaciones del tema: Reumayr
1887, Reyer 1887, Walter 1883, Credner 1902(en las primeras ediciones); Haug
1907, Kayser 1912, Dacqué 1915,Tornquist 1916, Keilhack 1921, Diener 1925,
Salomón 1926, para mencionar unos de los más notables y más ampliamente
empleados hace unas décadas.
contribuciones importantes a las discusiones europeas al respecto, fueron aportadas
por el Austro-Húngaro Kojsisovics, por el suizo Renevier y por el Alemán Walter.
En 1879, cuando Kojsisovics publicó su trabajo clásico acerca de los arrecifes
Triásicos de los Alpes Orientales, adhirió al concepto de facies que estaba
firmemente establecido en el pensamiento geológico contemporáneo(trad).
“De acuerdo con Gressly y Oppel acostumbramos hoy día a aplicar el término facies
a depósitos formados bajo la influencia de condiciones ambientales diferentes”.
Es importante aclarar que el concepto de facies expresa las relaciones mutuas y
generales entre las condiciones ambientales por una parte, y entre los sedimentos y
los sitios de habitación de los organismos por la otra(Mojsisovics von
mojsván,1879,p.599.).
Mojissovics objeta la aplicación del término facies a las rocas formadas en
diferentes provincias geográficas. Enseguida empieza a exponer los principios de lo
que parece ser la primera clasificación ambiental de las rocas sedimentarias(1879
p.5-10). Las rocas sedimentarias pueden clasificarse teniendo en cuenta:
1) El ámbito en el cual fueron depositadas: marino, terrestre.
2) La provincia geográfica de deposición.
3) Las facies.
Las rocas formadas en un mismo medio se denomina isomésicas y las formadas en
diferentes medios heteromésicas; las rocas formadas en una misma cuenca se
llaman isotópicas y las formadas en diferentes cuencas o provincias heterópicas;
las rocas con iguales facies se denominan isópicas y sin importar cual sea su edad
relativa y las diferentes rocas con facies se denominan heterópicas. El logro más
importante aquí es la distinción entre facies isópicas(mismo aspecto) y
heterópicas(diferente aspecto) ; “ de un mismo modo como se forman diferentes
facies en yuxtaposición en una misma área de sedimentación, las facies idénticas
pueden aparecer en diferentes áreas de sedimentación y en tiempos diferentes. Las
primeras se denominan formaciones heterópicas y las últimas isópicas”(pp 6-7).
Esta distinción fué posteriormente adoptada, asociada, sostenida y elaborada por la
mayoría de los geólogos Europeos; volvemos a tratarla más adelante.
Otro aparte importante fué hecho por Renevier(1884) el cual consideró las facies
como la “fisonomía” de una roca y estableció una clasificación de las facies, basada
esencialmente en criterios petrográficos y paleontológicos. Recalcó que “las facies
son los diferentes tipos de formaciones, sedimentarias o análogas, que pueden
originarse simultáneamente en determinado momento del tiempo geológico, tal
como ocurre actualmente”. entre las condiciones que determinan las facies
enumera: ambiente, posición geográfica, composición química y mineralógica,
comunidad vegetales y animales, clima, altitud y profundidad bajo el nivel del mar.
Así, las formaciones litorales pueden presentarse con facies
coralíferas,margosas,gredosas,arenosas o conglomeráticas y así sucesivamente.
Finalmente, Johannes Walther(1893-1894) definió las facies como: “ el conjunto de
todas las características primarias de una rocas sedimentaria” y esta definición fué
adoptada por Haug(1907) y por la mayoría de los geólogos Europeos hasta la
actualidad. Walther desarrolló además el importante concepto Faciesbezirk(cintas
de facies) como un sistema de facies diferentes(heterópicas), pero genéticamente
relacionadas incluyendo además las áreas de erosión de las cuales provienen los
sedimentos de estas facies. Una cinta de facies estás por tanto relacionada con el
concepto original de facies de Steno(1669).
La necesidad de reconocer y estudiar los cambios verticales de facies en adición a
los cambios laterales fué sostenida por Arbenz(1919). En la literatura Germana la
sucesión vertical de facies se denomina Faciesrejhen (ver(Frank,1936;
Spengler,1951), y muchos otros) y en nuestro artículo se denominará secuencia de
facies; es pues un concepto ha mucho tiempo establecido y no un asunto de reciente
argumentación, como por ejemplo: Wheeler y Mallory(1956)parecen creerlo.
El concepto de facies recurrentes es tan familiar al pensamiento Europeo como lo
son las faunas recurrentes para todos los geólogos. La evolución de las facies es el
cambio gradual de ellas en el tiempo, que indican una variación en las condiciones
de sedimentación(ver también Lombar,1952).
En la literatura Europea la abundancia de discusiones sobre el concepto de facies se
continua interrumpidamente hasta los tratados más modernos de Simón(1948),
Bubnoff(1949,1949b), Gignoux(1950,1955), Ruenen(1950), Schindewolf(1950),
fourmarier(1960), Termier y Termier(1952), Fomerol y Fouet(1953),
Brinkmann(1956), y otros. En todos ellos , las facies se define de un modo u otro
como la expresión del conjunto total de características litológicas y paleontológicas
de una roca sedimentaria ; además, distinguen las facies isópicas y heterópicas (ver
por ejemplo, los mapas isópicos de Fourmarier); y se discuten los cambios
horizontales de facies así como la “evolución vertical de las facies”.
Tal como la definen y emplean estos autores, una facie no es una masa de rocas en
sí, sino la expresión de todas las propiedades primarias de ella. Mientras que las
ideas de Gressly, Mojsisovics, Renevier y Walther se desarrollaban en Europa,
apareció también otra tendencia que insistió en la aplicación del término facies a
secuencias y complejos pelogeográficos,tectónicos, o algunos otros procesos
geológicos definidos. A principios de 1888 Reyer hablaba de facies eólicas
batiales,cristalinas,volcánicas,flysh, y muchas otras más, que reflejan ambientes
sedimentarios y no sedimentarios más que características de la roca objetivamente
definidas. Deecke(1913) fué uno de aquellos que sostuvieron tenazmente que el
concepto de facies era estrictamente estratigráfico. Sin embargo, en la terminología
de muchos autores, el término facies fué empleado para denominar situaciones
ambientales generalizadas y algunas veces mal definidas, olvidando que por
definición las facies indica propiedades de la roca a partir de las cuales pueden
inferirse tales ambientes.
Esta definición se agravó por la influencia del “Traite de Geología” de
Haug(1907).Allí definió Haug las facies correctamente como “ el conjunto de
caracteres litológicos y Paleontológicos que presenta un depósito en un sitio dado”.
También adoptó la división de Mojsisovics de facies heterópicas e isópicas, pero
presento luego una clasificación genética y ambiental de todas las unidades
litoestratigráficas en facies volcánicas, eólicas, marinas, glaciales, neríticas, batiales
y otras. Este tipo de clasificación por supuesto, intenta definir las facies en base a
condiciones ambientales supuestas en vez de reconstruir los ambientes por medio
del estudio de las facies. Strausz, en su importante estudio acerca de las
facies(1928) llamó la atención sobre “el error que frecuentemente se comete al
confundir el estudio de las facies con la paleogeografía”, y Tercier(1939)recopiló
enjundiosos argumentos contra las excesivas generalizaciones de Haug. Sin
embargo, la aplicación del término facies a los ambientes más que a las
características de roca se arraigó en gran parte de la literatura europea. Así, sin ir
más lejos en l955 Moret definió las facies como “la totalidad de condiciones
biológicas y geográficas locales que determinan la naturaleza litológica y el
contenido de asociaciones vegetales y animales de un depósito”.
Aún la más somera revisión de la historia del concepto de facies en la literatura
Europea sería incompleta sino hiciésemos referencia al papel que ha jugado en la
geología Alpina. En ella, las facies fué definida primitivamente en un sentido
amplio para hablar de las características de fajas o cuencas de sedimentación
(Bertrand,1897). La correlación de tan extensas facies llegó a ser importante en la
interpretación de complejas estructuras de los mantos cuando se descubrió que las
secuencias rocosas que originalmente fueron contiguas se hallaban en
superposición vertical por causa de cabalgamientos horizontales. Estas condiciones
fueron analizadas detalladamente por Heim,1921;Bubnoff,1921; y muchos otros.
Rápidamente todo manto fué identificado como una facies distinta, tendencia esta
que objetada por Heristch,1927 y otros. En años más recientes estas relaciones
entre facies y mantos han sido insistentemente recalcadas(ver Cadisch,1953).
Posteriormente se han desarrollado amplias generalizaciones. Así todo el contenido
sedimentario de una provincia Paleogeográfica fué denominado como facies
helvética, penninica y otras. Las columnas sedimentarias levantadas en áreas de
diferente historia tectónica fueron consideradas como representativas de facies
geosinclinales, orogénicas, epicontinentales abisales y otras
(Arbenz,1919;Stille,1924; y muchos otros). Kobayashi(1956) y otros, han llamado
”facies” a ciclos y fases orogénicas. Todos estos conceptos son de gran utilidad para
análisis y síntesis de situaciones paleogeográficas y tectónicas de gran complejidad,
pero tienen que ver muy poco con el concepto original de facies y sería mejor crear
una terminología diferente para ellos.
Tan indiscriminado empleo del término facies en estratigrafía, ha tenido a oscurecer
el concepto hasta el punto de destruir su utilidad como ha observado
Moore(1949,1953).
El término microfacies, propuesto por Cuvillier y Sacals,1951(ver también Cuvillier
y Sacals,1956; Fairbridge,1954), se refiere exclusivamente a las propiedades
litológicas y paleontológicas de las rocas, reconocibles microscópicamente. Este no
es un concepto nuevo, sino un refinamiento del concepto clásico de facies. Es un
término útil que gradualmente gana terreno.
Sonder (1956) hizo la interesante sugerencia de agrupar las características de las
facies teniendo en cuenta si la información que suministra se refiere a la fuente de
los sedimentos o a las condiciones ambientales de sedimentación. En el primer caso
propuso determinar “facies de alimentación” y las últimas “facies de
precipitación”. Las facies de alimentación se manifiestan en la composición de la
roca(arenisca,arcilla,chert,etc.) y las facies de precipitación por la textura de las
rocas(estratificación cruzada,cross-beldding,marcas de oleaje,ripple marks,etc)y
por los constituyentes primarios especialmente fósiles. Sin embargo, la separación
de estos dos grupos de características de las facies no parece muy neta.
USO NO ESTRATIGRAFICO DEL TERMINO FACIES
Respecto a esto es necesario que nos apartemos un poco del tema para explicar el
empleo del término facies en ramas de la geología diferentes de estratigrafía. En
1915 el geólogo Finlandés Escola introdujo el término “facies metamórficas”
(metamorphy facies) para aplicarlo a aquellas rocas que han sido metamorfoseadas
en idénticas condiciones. Explico que había seleccionado dicho termino por
analogía con las facies estratigráficas y que las facies metamórficas no daban
información del estado premetamórfico de las rocas. Algunos años más tarde Escola
(1922) amplio su concepto de facie contrastando los conceptos de fases
metamórficas y de facies ígneas juntándolas en la categoría de “facies minerales”.
Este gran grupo de facies fué subdividido de acuerdo al contenido mineral y a las
características geoquímicas en facies minerales tales como esquisto verde,
anfibolita, diabasa, eclogitas y muchas otras.
A pesar de Becke (1921), Tilley (1924). Grubenman y Niggli (1924), contra la
duplicación de un termino científico previamente establecido en otra rama de la
geología, el concepto de facie metamórfica fué ampliamente aceptado por los
petrógrafos, (Escola, 1939; Mason, 1952; Williams y Gilbert, 1954). Sin embargo
no es satisfactorio que la descripción e interpretación de la historia de un
metasedimento, tengamos que trabajar con dos conceptos de facies totalmente
diferentes.
En 1912 Sander introdujo el concepto de “facies tectónicas” para aquellas rocas
que deben sus características principalmente a movimientos tectónicos, tales como
milonitas, algunas filitas y otras. Este concepto no debe confundirse con la tecto-
facie de Sloss et al que se discute en otro aparte de este articulo.
Reviere (1952) introdujo la expresión “facies granulométricas” como voz
interpretativa de las curvas acumulativas semilogarítmicas que representan el
análisis del tamaño de los granos. La subdivide en “facies lineales” para sedimentos
sin selección y facies parabólicas, logarítmicas e hiperbólicas según la forma de las
curvas granulométricas. El empleo del termino facie para escribir representaciones
estadísticas de una simple propiedad de una roca sedimentaria es inadmisible.
Algunas otras definiciones de facie no estrictamente estratigráfica aparecidas en la
literatura rusa moderna se discutirán más adelante.
CONCEPTO DE FACIES EN INGLATERRA Y NORTEAMERICA
Por razones no muy compresibles el concepto estratigráfico de facies no tuvo
aceptación en los países de habla inglesa hasta hace pocos años. Un examen de los
conocidos de DANA (1980), Charbelin y Salisbury (1904-1906), Pirson y
Schubbert (1915), comprueba la ausencia de cualquier cita del termino facie.
Geikie (1903) hablo de una “facies de restos orgánicos”, pero pensaba en las facies
ecológica animal y no hizo en efecto ninguna separación entre fósiles de facies y
fósiles guía. H. S. Williams se destaca como la única figura que 1985 discute las
facies como “Composición o condición particular de una formación en una región
dada”. Con estas bases distingue una facies arcillosa o calcárea de una facies
arenosa en el grumo Hamilton en el estado de New York.
Para todos los fines prácticos, sin embargo como han señalado Dumbar y Roger
(1957), la introducción del concepto de facie en la literatura americana ocurrió con
Grabau (1913-1920). También este fué inconsecuente en la aplicación del
concepto de facies y nunca lo empleo para resolver problemas estratigráficos. en
1913 empleo el termino facies para diferentes tipos de depósitos de costa o de litoral
pero no distinguió claramente entre facies sedimentarias y faunísticas. Así, en las
“facies de acantilados rocosos” incluyo los taludes submarinos formado por la
erosión de escarpes pero no menciona las faunas, y bajo el termino “Facies
orgánicas” cito la fauna y la flora, pero dijo poco acerca de los sedimentos.
Singularmente, no empleo el concepto de facies en la discusión de depósitos
batiales, abisales, o cualesquiera otros. En 1920 comparo los fósiles de guía y los
fósiles de facies pero no discutió o definió las facies como tal.
Así, el concepto de facies lentamente fue ganando terreno. Fenton y Fenton (1930)
enunciaron que el termino “facies es generalmente empleado en los artículos de los
geólogos europeos” y dieron un breve resumen de las ideas de Gressly y Haug sobre
el asunto. En 1931, Stockdale reconoció la importancia de estudiar los cambios
laterales de facies en el misisipiense del sur de Indiana, para la interpretación
estratigráfica correcta de dichas rocas, pero no alcanzan a establecer un cuadro de
afinidades entre las facies y su desarrollo. En una conferencia dictada en 1933,
Kindle (1934) discutió el papel de las facies en la paleontología estratigráfica. Dio
una excelente revisión del concepto de facies geológica, pero paso por alto la
literatura europea y no distinguió claramente entre facies ecológicas, estratigráfica
y conceptos cronoestratigráficos y bioestratigráficos.
El primer trabajo de importancia estratigráfica que aplico el análisis de las facies y
troto el concepto de facies fue el de Gaster (1934). A este siguió un articulo
igualmente importante de Mckee (1938) y algunos años más tarde la discusión del
concepto de facies empezó a incluirse en los textos (Schuchert y Dumbar, 1941).
Por otra parte en dos de los más instructivos y profundos estudios sobre las facies en
este tiempo (Elias 1937; Payne, 1942) no se empleo el termino aunque su aplicación
habría sido muy adecuada. Moore (1941) fue de los primeros en señalar el
concepto de facies como un punto importante para una mayor aplicación en la
estratigrafía de Norte América.
En Inglaterra un reconocimiento más general del concepto de facies viene
únicamente desde Jones (1938) y Hatch, Rastall y Black (1938). Jones reconoció
importancia del estudio de las facies en su análisis del geosinclinal paleozoico de
gran Bretaña y siguió la clasificación ambiental de Haug.
En Australia el concepto de facies fue útilmente aplicado para explicar el
complicado esquema litológico y bioestratigrafico en el devoniano superior. David
y Browne (1950) en su documental ”Geology of the commonwelt of Australia” se
refiere extensivamente a las facies en estudios comparativos de formaciones
isocronas y secuencias del continente Australiano.
Weller (1958) publico recientemente una revisión total, acompañada por una
exhaustiva bibliografía, de las facies en la literatura de los Estados Unidos desde
1930.
El énfasis en la siguiente y breve discusión del pensamiento americano reciente más
común en la literatura, por tanto, se hará sobre la interpretación de terminología
americana en términos de los conceptos primitivamente establecidos en Europa.
Caster (1934) reconoció que fajas de facies similares o iguales pueden extenderse
oblicuamente a través de algunos intervalos definidos de tiempo y pueden ser
divididas en, o asignable a varias divisiones cronoestratigráficas. Para una faja
continua y homogénea de facies propuso la voz “maganafacies”, para sus
proporciones cronoestratigráficamente definidas propuso el término “parvafacies”.
Es claro, teniendo en cuenta la anterior discusión del concepto de facies en Europa
que una magnafacie es una unidad litoestratigráfica (sedimentary rock unit) con
facies isópicas pero heterocronas y que las parvafacies son elementos isocronos y
heterópicos de una cinta de facies (fig. 1).
En 1938, Kleinpell empleó el concepto de facies para provincias geográfico -
climáticas en análisis sobre foraminíferos (facies tropical, templada, boreal) así
como para indicar zonación en profundidad (litoral, nerítica, batial, abisal). En
resumen Kleinpell equipara este tipo de facies ambientales con las facies ecológicas,
concepto que discutiremos más adelante.
En el desarrollo del concepto estratigráfico de facies en América dos artículos de
McKee (1938, 1935) fueron importantes puntos de apoyo en este difícil asunto. En
su estudio de estratigrafía del Permiano del Grand Canyon, McKee (1938) dió
énfasis a las variaciones laterales de facies y construyó ambientes en base a los
análisis cuidadosos de facies en unidades litoestratigráficas individualmente. En el
estudio del Cambriano en el Grad Canyon el mismo autor ((1945) diferencia más
firme y cuidadosamente entre unidades litoestratigráficas (formaciones y
miembros) y sus facies empleando este último término para denominar diferentes
aspectos litológicos de las rocas, independientemente de si estos fueron encontrados
en una misma unidad litológica o en diferentes, por ejemplo, reconoció las facies
calizas con Girvanella en diferentes miembros de la caliza Muav.
En 1949 la publicación de tres trabajos estimuló la discusión sobre la facies que aún
estaba muy incipiente; (1) “Sedimentary Rocks” de Pettijonh, el primer libro
americano que dedica un espacio considerable a las facies, (2) La memoria de la
Sociedad Americana de Geología “Sedimentary Facies in Geology History”
(Longwell, 1949), con contribuciones de Moore, Sloss, Krumberin, Dapples y otros,
y (3) un importante artículo de Lowman sobre las facies en la Costa del Golfo
siguiendo a Haug, Lowman al principio define las facies como “Un término
descriptivo de rocas que comprende tanto los componentes biológicos como los
mineralógicos”, y así emplea el término a través de su artículo exclusivamente para
conceptos ambientales definidos: continental, litoral, nerítico, batial.
Pettijohn (1949) revisó parte de la literatura Europea sobre las facies y empleó el
término en un sentido más amplio, esencialmente ambiental, e introdujo e y discutió
la facies geosinclinales, epicontinental ((Poreland), orogénica, por orogénica,
euxínica, salina y otras. (pp. 611-Ebd. 1957).
Una innovación se inició con Moore (1949, 1953) que definió la facie sedimentaria
como “cualquier porción de unidad litoestratigráfica dada, en la que los caracteres
físicos - orgánicos se diferencian significativamente de los correspondientes en otra
parte o partes”. Esta definición fue adoptada como base de trabajo por Sloos,
Krumbein* y en posteriores publicaciones de estos y otros autores, numerosísimos
para citarlos aquí. “Las facies” en este sentido son miembros de las facies
heterópicas de una unidad estratigráfica o de una cinta de facies. Algunas veces
tales facies representará una parvafacies en el sentido de Caster.
Mientras Moore, Sloos, Krumbein, y otros restringieron el empleo de las facies a
variaciones laterales de las rocas, Mckee (1949) encontró útil estudiar “las facies de
litología pero de una misma edad” así como la “facie de litología similar pero
edades diferentes”. Las primeras son sencillamente facies heterópicas y las últimas
isópicas. En 1957, Moore admitió el empleo de las facies para “tipos particulares de
depósitos sedimentarios.... que a grandes rasgos corresponden a ciertos tipo de
ambiente” es decir, para las facies isópicas tal como las denominó Mojsisovics.
Los conceptos Undatema (Undathem), clinotema (clinothem), y fondotema
(fondothem) de Rich (1951 b) claramente son cintas de facies como se definió en un
aparte posterior, porque dichos términos indican asociaciones de rocas con facies
genéticamente relacionadas. Así, un undatema está constituido por sedimentos
acumulados en el “ambiente undoso” (ambiente caracterizado por aguas agitadas
por olas y corrientes); rocas características de este tipo son: Conglomerado,
arenisca, limolita de grano grueso, caliza detrítica, oolita y coquinita. El mismo
Rich (1951 a) parece que restringió el empleo del término facies para conclusiones
comparativas con las facies biológicas y caracterizó diferentes partes de una unda
como ambientes Clino y Fondo.
“La Tectofacies” que definida por Sloos et al. (1949) como un grupo de estratos
con características tectónicas diferentes de las características de los estratos
lateralmente equivalentes. Las objeciones a este concepto fueron hechas por
Nabmolz (1951) y por Moore (1953). El término en sí mismo es un tanto cercano
al de “facies tectónicas” de Sander (1912) el cual ya fue discutido.
Dos términos que han tenido gran aceptación en estos últimos años son “Litofacies”
y “Biofacies”. Tal como los emplean y entienden muchos autores la “litofacies
estratigráfica” abarca los aspectos mineralógicos y petrográficos de una roca
sedimentaria así como ciertas propiedades masivas de la misma, mientras que la
“biofacies estratigráficas” engloban sus características paleontológicas. Este último
término necesita una discusión más crítica que se dará en el próximo capítulo.
El término litofacies parece haber sido introducido por el geólogo ruso Eberzin
(1940: fide Makevich, 1957). De las citas utilizadas no se claramente cuando y por
quién fue introducido dicho término en América. Poco después de 1945 apareció
en publicaciones y fue empleada en el sentido arriba mencionado. Fue por
supuesto, una nueva voz para un nuevo concepto, ya definido por Gressly.
Moore (1949) ha hecho notar con apreciable justificación que, etimológicamente
considerado el termino litofacie significa facie de una roca y es un sinónimo exacto
de facie, por que la raíz lito tal como se aplica en las rocas sedimentarias
comprende necesariamente a los constituyentes orgánicos de tal roca, si se
presentan, tanto como a los inorgánicos. En toros términos los restos fósiles forman
parte de la roca. Esto esta en acuerdo con las ideas de Greesly que considero las
propiedades petrográficas y paleontológicas de una roca como partes inseparables
de las facies. No obstante, para fines analíticos la separación del estudio de las
propiedades mineralógicas petrográficas y del contenido fosilifero es casi siempre
conveniente para establecer las afinidades entre sedimentos y biota en el tiempo de
formación del sedimento. El termino fisiofacie propuesto por Moore para los
elementos estrictamente inorgánicos del registro de un ambiente sedimentario
tienen mérito considerable.
El “litotopo” de Wells (1947) es por definición original un registro rocoso del
ambiente. Los litotopos son, por lo tanto, unidades litológicas con litofacies idéntica
o isópica, Wells subdivide los litotopos en facies basándose en asociaciones de
fósiles. Sus facies son, por consiguiente, comparable con las biofacies de otros
autores. Krumben y Slooss (1951) Weeler y Mallory (1956) han redefinido sin
justificación, el litotopo como un área de sedimentación uniforme reduciendo así el
concepto a dos dimensiones. Para los fines de diferenciación vertical de una unidad
estratigráfica Krumben y Sloos sugieren el reconocimiento del litotopo y biotopo
sucesivos en vez de facies. Puesto que los biotopos de los fósiles raramente se
pueden reconocer y los litotopos deben definirse en términos de facies el
reconocimiento de cambios verticales de facies se desprende lógicamente.
Los términos litostroma y lisotoma propuestos por Wheller y Kallory (1954-1956)
se aplican a unidades litológicas que pueden definirse en términos de facies. El
litostroma ha sido definido como “Manto estratigráfico que está ya constituido por
una o más capas con carácter litológico esencialmente uniforme o uniforme
heterogéneo”.
Es difícil colegir como difiere tal manto de una formación o de un miembro en el
sentido litoestratigráfico de un litotopo como lo definió Wells (1947). Su facies es
isópica e isocrona.
Una litosoma, de acuerdo a Wheller y Mallory es una unidad estratigráfica descrita
“vertico-lateralmente”. No puedo estar de acuerdo con estos autores respecto a que
tales unidades difieren en su noción de unidades tomadas aisladamente en sentido
vertical o lateral El litosoma es esencialmente idéntico con la magnafacies de
Caster. Ambas son masas de rocas con facies isópicas y heterócronas (fig. 1).
La “asociación consanguínea” de Pettijohn (1957) fué definido como “un grupo
natural de rocas sedimentarias relacionadas entre sí genéticamente”. Es un
concepto útil que, sin embargo como ya lo anotó Fairbrigde (1918) no debería ser
equiparada directamente con la “facies” como tal. Mejor una asociación
consanguínea podría definirse como un grupo de rocas cuya facies indica que ellas
están relacionadas entre sí en su origen. Las asociaciones consanguíneas combinan
así los caracteres de las sucesiones de facies y de las cintas de facies o de las familias
de facies.
Recientemente, Adams y Weaver (1958) introdujeron el concepto de “facies
geoquímica o facies elemental”, con particular mención a la relación Th/U en las
rocas sedimentarias. Así ellos distinguen tres facies principales como facies de alta
relación Th/U, baja e intermedia. Este concepto de facies geoquímica aplicado a
características de la roca determinables con exactitud sirve como ayuda en los
análisis de ambientes. Se refiere a un aspecto de la “litofacies” como se entiende
generalmente y es, de este modo, lógico y preciso en su significado. Adams y
Weaver, no obstante, no hablan del concepto de “facies geoquímica” tal como lo
desarrollaron Pustalov y Teodorovich. Por razón del uso previo del termino “facies
geoquímica” en un sentido algo diferente y para evitar equivocaciones, parece
preferible utilizar como subtítulo el término alternante de Adams y Weaver “facies
elementales” para la constitución elemental y relaciones de las rocas sedimentarias.
CONCEPTO DE FACIES BIOFACIES EN ESTRATIGRAFIA Y EN ECOLOGIA
El término facies es empleado tanto en la ecología animal como la vegetal. en
ecología vegetal la facies ha sido definida como “The develomental united of
associes characterized... by the grouping of dominants” (Weaver y Clements, 1939).
Puesto que el estratígrafo casi nunca trata con las plantas en su hábitat original
(biocenosis de la flora). Las posibilidades de equívocos o conflictos que surgen a
causa del uso de facies por los ecólogos son pequeños.
Los casos de facies en la ecología animal y de facies en la ecología marina, sin
embargo son diferentes. Ambos están estrechamente relacionados, pero se refieren
a un asunto totalmente diferente del de la facies estratigráfica. Por ejemplo, la
expresión “facies arenosa” en estratigrafía significa una unidad litológica que
puede ser arenisca o alguna otra roca sedimentaria con un importante componente
arenisco. Una “facies arenosa” en ecología marina por otra parte, es una asociación
de animales o de plantas o de ambos, los cuales viven sobre un fondo marino
arenosos. la discusión siguiente se limita al concepto de facies en ecología, con
énfasis sobre la ecología animal.
Pheleger (1954) casi al mismo tiempo estudió la microfauna en el área de la
albufera del Mississipi y al cual dividió en cuatro biofacies y geográficas: Golfo hre,
albufera y marisma siendo aplicador estos términos para asociaciones
características de foraminíferos. Evidentemente, la biofacies de Phleger es
totalmente diferente de la de Imbrie. Discutiendo la aplicación geológica de este
estudio Pheleger reconoce que debe esperarse cambios en las biofacies original
debidos a influencias geológicas. De esto podemos deducir que la “biofacies”
estratigráfica que finalmente ocupara el sitio del mississipian sound, se podrá
esperar que variara respecto de la biofacies ecológica original y que habrá
certidumbre de que podamos reconstruir esta ultima a través del estudio analítico
de la primera.
La diferencia entre los tipos de “biofacies” es tan evidente que necesita poca
explicación. Una biofacies estratigráfica esta determinada por fósiles que en las
condiciones mas ideales pueden representar parte de la “biofacies” ecológica
original, pero que con mayor frecuencia no representa esta ultima. Una “biofacies
ecológica”, por otra parte, abarca muchos elementos que no pueden fosilizar y que
por esta razón nunca pueden participar de una biofacies estratigráfica, además, los
restos orgánicos de dos o más “biofacies” ecológicas pueden ser enterrados en un
mismo lugar y así construir una “biofacies estratigráfica” que guarda poca o
ninguna semejanza con cualquiera de las biofacies ecológicas originales.
La duplicidad en el empleo del término biofacies podría ilustrarse con base a
publicaciones adicionales en estratigrafía y en ecología marina. Abrand (1927)
parece haber sido el primero en llamar la atención a esta indeseable situación,
aunque el termino biofacies mismo aparentemente no era aun conocido por él.
Algunas veces la expresión “facies fauníticas”, se emplea como en Ladd et al.
(1957), para una biofacies ecológica. En tal trabajo términos como facies arrecifal
o inter-arrecifal tienen un significado que no concuerdan con el sentido que estos
términos tiene en estratigrafía, por que los autores emplean “facies arrecifales” para
comunidades animales que ocupan intervalos del fondo del mar situados entre los
bancos de ostras.
Puesto que el concepto ecológico de biofacies esta más íntimamente ligado al
significado literal de la palabra que el concepto estratigráfico correspondiente, el
uso de tal termino debería restringirse a ecología marina independiente de posibles
conflictos de prioridad. Las biofacies están representadas por o son subdivisiones de
las biocenosis. Puesto que no puede existir verdadera biocenosis fósil, sería
aconsejable en los estudios estratigráficos volver al empleo de la facies
paleontológica, un concepto sin ambigüedades y bien definido desde el siglo XIX y
principios del siglo XX.
Cuando se analizan facies paleontológicas es conveniente y lógico distinguir
comunidades fósiles y asociaciones de fósiles. Las primeras reuniones de fósiles
ecológicamente relacionados entre si; las ultimas pueden constar totalmente de
fósiles no relacionadas ecológicamente, o pueden ser de composición mixta.
Debería recordarse también que no todos los fósiles que componen una facies
paleontológica son fósiles de facies, reservándose este ultimo termino para los fósiles
que están restringidos a facies definidas y así, pueden ser indicadores de ciertos
ambientes.
CONCEPTO DE FACIES EN LA UNION SOVIETICA
Las constantes discusiones del concepto de facies entre los geólogos soviéticos
durante los últimos 25 años han producido muchos conceptos nuevos, de los cuales
únicamente algunos pueden revisarse en este trabajo. Pocos de ellos han tenido
acogida en la literatura geológica de Europa Occidental y Norte América. El
siguiente resumen es breve e incompleto. Para una discusión completa el lector es
remitido a Markevich (1957).
Hasta ahora en general los autores rusos habían adherido al concepto de facies tal
como era empleado por la mayoría de los geólogos europeos. La siguiente cita de
un texto escrito por el notable geólogo Borisyak puede tomarse como típica: “por
facies entendemos los caracteres físicos de un área o de un estrato dados de la
superficie terrestre cuando se encuentra en unión con una asociación definida de
animales o plantas”. Las facies fue definida tanto atendiendo a las condiciones
físicas a la fauna y a flora.
En 1933, Pustalov propuso el concepto de facies geoquímicas: que definió como
“Una porción de la superficie terrestre a lo largo de la cual existe unas mismas
condiciones físico químicas y geoquímicas de acumulación y formación de rocas
sedimentarias”. El concepto fue desarrollado posteriormente por Teodorovich
(1947) y por Pustalov (1954) mismo que distinguió los siguientes tipos de facies
geoquímicas.
1. Facies sulfurosa (fuertemente reductora).
2. Facies siderítica (reductora).
3. Facies leptoclorítica (levemente reductora).
4. Facies glauconítica (neutral).
5. Facies oxidante (exceso de oxígeno).
6. Facies ultraoxidante (sedimentos con pirolusita).
Evidentemente, en el lenguaje de la mayoría de los geólogos estas facies representan
diversos ambientes caracterizados por la presencia de reacciones químicas en el
medio de sedimentación.
1. Origofacies: Facies del medio original de sedimentación.
2. Lapidofacies: Facies del medio diagenético.
3. Densofacies: Facies del medio metamórfico.
4. Eksedofacies: Facies del medio de alteración.
La densofacies de Vasoevich es idéntica a las facies metamórfica de Eskola. la
lapidofacies y la eksedofacies están excluidas del concepto de facies por definición
original y la origofacies es la misma facies de la mayoría de los autores occidentales.
Markevich (1950) habla de facies geológicas que define como “cierto volumen de
capas sedimentarias caracterizadas por complejos semejantes análogos de
características paleontológicas, petrográficas y físico químicas, que dan una idea de
las condiciones tectónicas, físico químicas, bióticas y geográficas de formación del
sedimento”. La facies geológicas se convierte en un conjunto de facies:
Facies geoquímica.
Facies litológica.
Facies de carbonatos.
Facies faunística.
Facies florística.
Facies petrolífera.
Facies carbonosa.
De estas categorías, las facies litológica, faunística, florística parecen caer en el
verdadero concepto de facies estratigráficas. Las otras categorías reflejan ambientes
claramente delimitados que deben corregirse de las observaciones de las facies
litológica y paleontológica, o, si lo tomamos literalmente, las facies con carbonatos,
las petrolíferas y con carbones son categorías especiales de las facies litológica.
CONCLUSIONES
La discusión precedente puede resumirse como sigue:
1. El concepto de facies en estratigrafía que descansa sobre los principios
enunciados por Prevost y Oppel, quedo firmemente establecido en el pensamiento
general europeo antes de terminar el siglo XIX.
2. Por su desarrollo el término facies debería lógicamente restringirse a rocas
sedimentarias (6). Dicha voz expresa un concepto estratigráfico.
3. La facies es la suma total de todas las características primarias de una roca
sedimentaria, de las cuales puede deducirse una sustracción. No es, por tanto, una
clase particular de roca sino algo que tiene la roca.
4. Los cambios secundarios, incluyendo aquellos introducidos por meteorización y
metamorfismo no son parte de las facies estratigráfica. Por ejemplo, el término
facies dolomíticas debería es cuanto fuese posible, reservarse para dolomitas
reconocidas con primarias o penecontemporaneas. Las facies metamórfica, “ígnea y
mineral de Eskola y otros y la lapidofacies, eksedofacies de Vassoevich por su
significado con diferentes y no están relacionadas con las facies estratigráficas.
5. Las facies disímiles se denominan heterópicas y las facies idénticas o muy
similares se llaman isópicas.
6. Las cintas de facies están constituidas por sistemas de facies heteropicas
isócronas genéticamente interconectadas. Varias cintas de facies pueden agruparse
en la familia de facies y varias familias de facies en una serie de facies, cada una de
estas categorías caracterizan asociaciones de facies que son indicadoras de
ambientes progresivamente más extensos y más variados.
7. Las facies isópicas pueden reconocerse en sucesiones estratigráficas separadas
verticalmente en un área de sedimentación o cuenca. Por ejemplo, se reconocen
facies isópicas recurrentes en los ciclotemas de la región continental del centro de
E.E.U.U.
8. El reconocimiento de cambios verticales de facies o secuencias de facies, es tan
importante como el cambio lateral de facies. De un mismo modo como los cambios
laterales de facies dan información acerca de la diversidad de condiciones
ambientales cuevas en una misma cuenca de sedimentación, la observación de
cambios verticales de facies es fundamental para el estudio de los cambios en las
condiciones ambientales del tiempo. Considerándose que a la estratigrafía atañe el
estudio de las sucesiones de eventos geológicos, el concepto de secuencia de facies es
importante. Rechazar el concepto de cambio vertical de facies es ilógico puesto que
toda unidad estratigráfica tiene una dirección vertical y representa un intervalo de
tiempo. Donde una facies endenta lateralmente con otra facies ocurre una
superposición vertical de facies. Sería impracticable establecer generalizaciones
arbitrarias para determinar cuando un cambio de facies sesa de su lateral.
9. La facies debería usarse como un término estrictamente descriptivo para
referirse a las características litológicas y (o) paleontológicas de una roca
sedimentaria. La interpretación ambiental es el fin último de los estudios de facies.
Al ambiente produce las facies. Las interpretaciones pueden estar sujetas a cambios;
las facies que indica un ambiente litoral para un observador puede sugerir un
ambiente continental (eólico) para otro. De aquí que términos tales como facies
litoral no tienen sentido o al menos son ambiguos.
10. El empleo del término facies para sucesiones estratigráficas generalizadas
establecidas en fajas palogeográficamente o tectónicamente definidas tales como
facies transgresiva, regresiva, geosinclinal, litoral neritica, batial, abisal, Ouachita,
Appalachiana y muchas otras es inexacta. Puesto que sería ilógico esperar que tal
uso sea abolido de la noche a la mañana es necesario comprender que, cuando se
emplea en este sentido, el concepto pierde utilidad como instrumento analítico. La
facies es este sentido, llega a ser un término nebulosos para toda clase de situaciones
paleograficas y geotectonicas vagamente definidas, con el cual los autores pueden
aplicar el concepto a preferencias teóricas.
11. La facies ecológica es conceptualmente diferente de la facies estratigráfica. La
primera puede carecer de sedimentos, la última de restos orgánicos. Dichas
“facies” no son comparables.
12. La “Biofacies” como se usa hoy día en estratigrafía es conceptualmente
diferente de la biofacies en ecología, especialmente en ecología marina. La
“biofacies” estratigráficas puede no representar y no estar relacionada con
cualquier biofacies ecológica particular preexistente. El uso del termino biofacies
debería restringirse a ecología y los caracteres llamados hay así en estratigrafía
deberían denominarse facies paleontológicas.
Tres maneras de considerar la relación entre las facies:
I Vertical lateral.
II Lateral.
III Vertical.
I A1+A2+A3+A4+A5= Facies isópicas heterocronas (“magnafacies”
“litosoma”).
II A3+B3+C3+D3= Cinta de facies isócronas heterópicas (cada elemento
: parvafacies).
III Sección columna a - a´ secuencia de facies compuesta por
[A5+(B5,B4) + (C4,C3) + D3] facies heterocronas heterópicas.
FIG. 1: Secuencia generalizada de las rocas formadas en condiciones de
transgresión. Las líneas oblicuas son los límites de las facies, las líneas
horizontales corresponden a planos que indican tiempos diferentes. Las
facies iguales se indican por letras romanas; los depósitos cronológicamente
equivalentes por números.
5) Dumbar y Rodgers tradujeron la voz Francesa Terrain como “formación”
aunque dan como término alternante “unidad estratigráfica” realmente, un terrain
en francés puede estar compuesto por varias formaciones en el sentido Americano.
6) Stainforth (1958) sugirió recientemente que tratasen las rocas sedimentarias
como “continuas en cuatro dimensiones”. Esto es obviamente una aplicación
errónea de un término tomado de la física teórica. Las rocas sedimentarias son
cuerpos cuyas propiedades pueden registrarse en un sistema de coordenadas
cartesianas, son cuerpos finitos no continuos bien sea tetra o tri-dimensionalmente.