15

{f - Universidad de Navarradadun.unav.edu/bitstream/10171/26129/1/FA.Foll.005.499.pdfdtjaes han s^vido; tarapoco « fijait ti\ referir detenidamente., lo q«¿ lodos sabirt sobre Iä^

  • Upload
    others

  • View
    3

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: {f - Universidad de Navarradadun.unav.edu/bitstream/10171/26129/1/FA.Foll.005.499.pdfdtjaes han s^vido; tarapoco « fijait ti\ referir detenidamente., lo q«¿ lodos sabirt sobre Iä^
Page 2: {f - Universidad de Navarradadun.unav.edu/bitstream/10171/26129/1/FA.Foll.005.499.pdfdtjaes han s^vido; tarapoco « fijait ti\ referir detenidamente., lo q«¿ lodos sabirt sobre Iä^
Page 3: {f - Universidad de Navarradadun.unav.edu/bitstream/10171/26129/1/FA.Foll.005.499.pdfdtjaes han s^vido; tarapoco « fijait ti\ referir detenidamente., lo q«¿ lodos sabirt sobre Iä^

{f

Page 4: {f - Universidad de Navarradadun.unav.edu/bitstream/10171/26129/1/FA.Foll.005.499.pdfdtjaes han s^vido; tarapoco « fijait ti\ referir detenidamente., lo q«¿ lodos sabirt sobre Iä^

! î - '• j. '

Page 5: {f - Universidad de Navarradadun.unav.edu/bitstream/10171/26129/1/FA.Foll.005.499.pdfdtjaes han s^vido; tarapoco « fijait ti\ referir detenidamente., lo q«¿ lodos sabirt sobre Iä^

MANIFIESTOQUE HACEN A LA N A C IO N

XOS GEFES Y OFICIALES

DEL SEGUNDO BATALLON DE ASTURIAS*

BADAJO*.IMPRENTA DE LA CAPITANÍA GENEBjU*

>fíO DE 1820.

Page 6: {f - Universidad de Navarradadun.unav.edu/bitstream/10171/26129/1/FA.Foll.005.499.pdfdtjaes han s^vido; tarapoco « fijait ti\ referir detenidamente., lo q«¿ lodos sabirt sobre Iä^

- • '■ ■' •• - “

-»âewx*>w'«e’ *~ __ . ''jjCÌrllR-i*«*-..

r ' • - T. . / * . * t > -v^.-.' ^ . V j ì -.a ì F-'.w». ; i ' - i

Page 7: {f - Universidad de Navarradadun.unav.edu/bitstream/10171/26129/1/FA.Foll.005.499.pdfdtjaes han s^vido; tarapoco « fijait ti\ referir detenidamente., lo q«¿ lodos sabirt sobre Iä^

» « > o © e © o ( > o o e o G O o o o o o o e o e o 0 o o o 5

MANIFIESTO

QUE HACEN Á LA NACI ON

LOS GEFES Y OFICIALES

B E L 2.° B A T A L L O N DE A S T U R I A S . '

ELjspañoles: si en un pueblo libre es licitó á todo ciudadano escribir, im prim ir y pub licar sus ideas políticas, con sujeción á las leyes, ¿con cuánto mas derecho deberán us^r de esta li­bertad para manifestar sus rectos sentitniemos aquellos, que- juzgados por sus conciudadanos, por las apariencias que hau ' vestido las últimas ocurrencias de la ciudad de’Sevilla, se vea hechos el blanco de todas las disposiciones semi-Jióstiles con: que se ha atem orizado á esta c iudad por espacio de mas de ocho dias? Y que interpretadas éstas por los que solo nü ran las cosas por ios resultados, no hallan otros acusados que á los que se ven en la precisión de m anifestar su conducta a a - ttírior y presente, p ara desmentir la opinion poco favorable que les han producido semejantes determinaciones.

C onvencidos, pues, de la imperiosa necesidad de con­servar su honor y op in ion , que es el alma del hombre social, no tra tan de hacer una la rg a exposicion de la pericia y su ­bordinación m ilitar , que les tiene tan acreditados .en. la. ú lti­ma cam paña contra los Franceses, y anteriorm ente, porque ¿«tas sonaráii mejor en k boea de los Oenerales á cuyas Qf?:.

Page 8: {f - Universidad de Navarradadun.unav.edu/bitstream/10171/26129/1/FA.Foll.005.499.pdfdtjaes han s^vido; tarapoco « fijait ti\ referir detenidamente., lo q«¿ lodos sabirt sobre Iä^

dtjaes han s ^ v id o ; tarapoco « fijait ti\ referir detenidamente., lo q«¿ lodos sabirt sobre Iä^ ocurrencias del 8 de Ju lio del aao próximo psisado, ea <iü«í con rostro sereno, y firmeza mi­l i ta r , vsupicroii, 5ÌU tiu b irg o de ios antecedentes eu que esta­ban enier.idos, y couvciüdoí, por la palabra de todo un Ge­n e ra l, ver separar y arrestar a sus Gefes, dejar la tropa las arm as, eniprv'udcr su m archa para U trera despues de recogi­d a s , superar las crucles disposiciones de la hora, la estación, el caimno a p ie , y d n ingún descanso hasta las siete leguas^ y todo , todo les tu«i mas llevadero que el ver derram ar sangre « p a ñ o la , q,ue era en aquellas circunstancias el único remedia ’ apücable i seaicjante felonía: sufridos estos y otros con tra­tiempos, esperaron la epoca favorable, en que unidos á su 2.» Com andante D. R a fa d d e l Riego, pudieron con a lguna proba­bilidad d ar el prim er grito de libertad e independencia, ani­m ar á sus conciudadanos, con cuyo apoyo siempre contaron, y exponer ai Rey la necesidad que tenia la N ación de reco­b ra r sus antiguos derechos, y estrechar ésta sus intereses coa los de aquel: todo sucedió felizmente, despues de la i a lterna^ ' tivas que nadie ig n o ra , y no es del intento repe tir, y vieron cumplidos sus deseos, como igualm ente llenas sus esperanzas, no habiéndoles animado o tras; pues si adm itieron ascensos, que en el dia dejarían gustosos para c o n a r toda em ulación, fué porque la necesidad obligó á los Gefes del E jército de la- i s la á reemplazar las muchas vacantes de los ausentes, hasta poner dicho Ejército en disposición de su p lir con cinco m il hom bres, lo que pudieron y debieron haber hecho diez m ilj y en este caso, ó en el de estar acorde todo el Ejército como ca Ñ apóles, no hubiera habido necesidad de ascensos j pues los españoles, ni son menos grandes n i menos generosos que lo« Napolitanos.

Concluidas las fatigas que sufrieron en la colum na mó­v i l , con sus amados compañeros de otros Batallones entraron en Sevilla, siendo en g ran parte el apoyo y contianza del Ex- celentísimo Scxior C apitan General y del Gefe político, enton­ces el Excelentísimo Señor Don Tomás M orenoj encargándo­se dichos Oiiciales de la colum na de p a tru lla r coda la noche, por no molestar á la poca tropa que no era suficiente p ara cu b rir el servicio do la plaza, siendo unos perpetuas, v ig ilan­tes hasta el d ia en que se veriticú la ju ra de la Constitu* cion en aquella ciudad, por conservar el o rd en , y d a r nerbio y acción á todo lo que debia cooperar a l restablecimienio del sistema constitucional, en cuyo obsequio se hablan expuesto

Page 9: {f - Universidad de Navarradadun.unav.edu/bitstream/10171/26129/1/FA.Foll.005.499.pdfdtjaes han s^vido; tarapoco « fijait ti\ referir detenidamente., lo q«¿ lodos sabirt sobre Iä^

si ser víctimas en uñ suJjUcío; y esta confianza la conservaron:(ai parecer) hasta los últimos dias ea que el heroico General D on Rafael del Riego fué destinado de cuartel á la c iudad de O viedo: en los momentos mismos en que hubo noticias de la Corte de las disposiciones que en ella se habian tomado para- restablecer el orden, llamó el Excelentísimo Señor C apitan Ge­neral de A n d a lu c ía , D. Ju a n 0 -D onojú , á la B rigada de Ca­rabineros, que se hallaba en C arm ona, como también á los Escuadrones de Farnesio, que estaban ea U treraj éstos y aque­lla vinieron precipitadam ente, según los mismos han asegu­rado. Este movimiento de tropas, imprevisto é inesperado puso en espcctativa a l pueblo y su guarn ic ión , quienes perm ane-' c ian tran q u ilo s , y esperaban el. resultado , hasta que al di* siguiente se mandó salir de Sevilla (en el térm ino de tres ho­ras) p ara distintos puntos a l Coronel prim er Comandante át este B atailon , Don Santos San-M iguel, a l A yudante general de E stado-M ayor Don ífernando de M iran d a , al C om andan­te del E scuadrón N acional D. Carlos O sorno, a l C apitan del mismo D. F rancisco G ayangos, y seis ó mas Oficiales del 2.^ ^ C ^ á • B atallón de G alicia, po r haber representado estos últimos con­tra su Com andante de poco adicto a l sistema a c tu a l, habién­dose adamas tomado otras providencias por el insinuado Se- ñ c r Excelentísim o, que no creemos dei caso referir a q u í: eu esta situación y a princip ió el cálculo á recaer sobre los con- .finados, y á sospechar cosas de a lguna trascendencia, viendo por la noche patru llas dobles y numerosas de caballería , que rondaban por la c iu d ad , y rodeaban con frecuencia y a lg u ­na detención los cuarteles en que estaba alojada la infantería; pero ésta dormia tranquilam ente en sus cuadras, apoyada por una parte en lá seguridad que naturalm ente produce la hom­bría de bien y la subordinación, y por o tra en que sus h e r-

. manos y compañeros los de caballería eran españoles que conocen sus verdaderos intereses, y no hacian o tra cosa que cum plir las órdenes recibidas; en efecto, en otro siglo de menos luces y de ciertas antipatías bárbaras^ pudieron tale» medidas haber causado resentimientos entre los individuos de las dos arnus^ pero gracias á .su ilustrac ión , por la que co­nocen que es uno solo,el pueblo español, y debe ser solo un® el Ínteres general.

Los heroicos habitantes de Sevilla, naturalm ente pacífi­cos, ño dejaron de sorprenderse con tales precauciones, y m u­cho mas cuando supieron que al frente del A lcazar, en que habita el G eneral, permanecia toda la n,oche u n a Gran-guar»

Page 10: {f - Universidad de Navarradadun.unav.edu/bitstream/10171/26129/1/FA.Foll.005.499.pdfdtjaes han s^vido; tarapoco « fijait ti\ referir detenidamente., lo q«¿ lodos sabirt sobre Iä^

6 d ia de Caballeríá de c u á rín ta ó mas hom breé, y que en las- avenidas de las calles contiguas i la C atedral había centine­las abanzadasj estas disposiciones, y o tras reservadas que n o ' tenemos á bien manifestar, dieron m argen í que algunos c iu ­dadanos congeturasen que los Batallones de In fan tería que­rían atentar contra el General j otros el que se tra taba de sa ­quear la C atedral, y no faltó quien discurriese sobre otros atentados j pues para todo dió motivo la prevención que pú ­blicamente se observó: todo lo oyeron , lo su frieron , y ven­cieron con grandeza los que hablan á sus conciudadanos en €ste escrito, p o r q u e Fundados en su conocida inocenc ia , n o ’ dudan se ponga de manifiesto el m óyil de estos insultos y ve­jaciones.

Después de estas prevenciones alarm antes del Excelentí­simo Señor C apkan General, con las que estaba índístíntam en-' te amenazado el pueblo y tro p a , como Gefe político que ce tam bién, mandó á la Sociedad patrió tica constitucional cesa­sen sus sesiones por motivo ‘de- la epidemia de Cádiz y Gerez, y habiendo ésta hecho presente^ que las reuniones se tendrían al ayre líb re , en cuyo caso no eran perjudiciales á la salud púb lica , y que no se habían privado otras mas numerosas en las ig lesias, procesiones y novenasj se la contestó: ” que la política y las leyes sanitarias asi lo ex íg ian j” siendo de con­siguiente ésta una de las prim eras Sociedades que se ha man­dado cesar en España desde que nos llamamos Ubres. T am ­bién como Géfe político impidió al im presor (*) que tenía ajus­tada la reimpresión de la carta de despedida del General R ie­go á sus compañeros de armas, la cua l habiéndose dado á Iub en la C orte, so prohibió su publicación en aquella c iudad j y por consiguiente el articulo 331 de la C onstitución quedó pop este medio extraordinario abpUdo en Sevilla. Estos hechos, que parecen ágenos del asunto que nos hemos propuesto , los in ­dicamos aquí de paso por la conexíon que dicen con los- an ­teriores, y por la parte que teníamos en unos y otros.

C orrieron por fin , aunque con len titud , los dias del 8 al 15 de Setiembre, días de sorpresa, de disgusto y abatimien­to en los ánimos de los verdaderos constitucionales de dicha ciudad , y en las tropas de la colum na que compusieron la rolante del General R iego; estos dias terribles y aciagos p ara los buenos, solo se diferenciaron de los primeros por a lguna proclama ó edicto, en la que se am enazaba á los enemigos d«

( * ) H idalgo.

Page 11: {f - Universidad de Navarradadun.unav.edu/bitstream/10171/26129/1/FA.Foll.005.499.pdfdtjaes han s^vido; tarapoco « fijait ti\ referir detenidamente., lo q«¿ lodos sabirt sobre Iä^

'la Constitución por eícceso o por defecto!' se iìjó tambieil cb. ^ n o de ellos la del C apitan Gencral de Castilla la nueva con !&otivo de las .ocurrencias del 7 eii M adrid ; y estos papeles, en •vez de tranqu ilizar á los cutiosos, producían mas deseos de sa­ber el e rigen de tam añas providencias , porque todos habla»- b a n de delincuentes., de crim inales, de exaltados; pero uadic :sábia á quien concretar estos adjetivos, y en nuestro concepto jam ás lo sabrán, mientras que la misteriosa política y la.págií- j i a oculta no trate, como deseamos, de rasgar el velo q.ue tie- jie envueltos á los inocentes con los criminales.

E n este estado de cosas recibió oficio del C ap itan Gene* •ral el Comandarne accidental de este B ata lló n , Don L uis F e r- 4iandez de Castro, p ara que se pusiese en m archa con el de -su jnando p a ra Ja provincia de E xtrem adura, lo que verificó el 18 del mismo mes; y á. ios seis dias dé la salida de estas tropas de-S ev rtlá 'cesaron lías*G tandes4guardiás de C aballería , las centinelas aban tadas, y se disíninuyeron-én. su número y fuer^ xa las patru llas. A hora bien conciudadanos; en v ista de tales antecedentes; despues de tales procedimientos, --¿qué-consecuón. e ia saleinmediatameíite?-;A:hlí^lla;es tferrible y ajena .de‘nties- pro próceder acreditado-; pero x s forzoso .presentarla -para dmw fw gnarla .. jQ u e r rá n 4 a c ir 'q u c el B atallón •2-'’ -de A sturias ¡es delincuente? M as c laro ; ¿querrán suponer que el 2.® B atallón de A sturias con sus Gefes y Oficiales es enemigo del sistema constitucional? N o; nunca consentiremos ta l suposición; lo que se supone no se prueba; preséntese uno solo que con datos po­sitivos lo acred ite ; constituyase el Excelentísimo Señor C ap i­tan General de A ndalucía nuestro acusador público; (por qué secretos sabemos que y a los tenemos) y ante T ribunal compe­tente háganse á todos y á cada uno de nosotros los cargos que puedan convencernos; entonces, entonces nos conoceremos reo s, y declararemos francamente que las im putaciones que nos han hecho son ju s tas ; pero entretanto, n i seremos delin­cuentes mas que p ara los calum niadores, n i nós podrán des­p o ja r de la g lo ria de haber sido de los primeros en proclam ar la libertad eiv il por la Constitución; y que la memoria de es­te hecho pasará de generación en generación hasta los siglos mas remotos, mientras que la de nuestros enemigos perecerá con su v id a , y aun antes.

Nosotros mismos p ara sincerarnos de los cálculos que pueden haberse formado por las providencias militares y po­líticas de Sevilla , pediríamos al Congreso N acional que se nos oyese en ju ic io ; pero como hemos visto decretar á so­

Page 12: {f - Universidad de Navarradadun.unav.edu/bitstream/10171/26129/1/FA.Foll.005.499.pdfdtjaes han s^vido; tarapoco « fijait ti\ referir detenidamente., lo q«¿ lodos sabirt sobre Iä^

licitud« iguale» *’quc no ha lagar á formación de causa* no nos daerminaoios á distracrio de asuntos mas imponaiii. tes á ia Nación. La misma solicitud haríamos al Gobierno; pero como este puede en uso de ¿üs facultades separar Gcícs de «US destinos, agregarlos ó proporcionarlos otros premiar j mudar la fuerza armada adonde le parezca que conviene, DOS damos ia solucion que recaería sobre nuestra 'instancia: ?nas entretanto nos queda el recurso de manifestar á nuestros amados conciudadanos, que las mismas ideas, los mismos sco- timientos que nos animaban en primero de.Enero, nos haa animado siempre, y animan hoy: que la£ pruebas que dimos entonces por el sistema constitucional, , repetiremos sieaw pre que la Pàtria lo nccesiie; y que d voto unánime del Ba­tallón de Asturias es, Consticucioti, Constitución y mg!? Con& titucion^ Religion Católica y Rey ConstitucionaL

Llerena 4 de Octubre de 1820. El primer Comandan­te =r Anselmo Liurrígarro. = El segundo Comandante — Luis Fernandez de Castro«z=:El primer Ayúdame idterínorz José Alderete. == El segundo Ayudante =: Ricardo Maestre. = Por los Capitanes = Felipe CarroseÜ. = Luis Adammo, = Por los Tenientes=;Esteb3n Islafoyo. = José María Trelles.rrPor los Subtenientes ~ Beroardo Carreño. =: Yeuaacio de Valdivies^^

Page 13: {f - Universidad de Navarradadun.unav.edu/bitstream/10171/26129/1/FA.Foll.005.499.pdfdtjaes han s^vido; tarapoco « fijait ti\ referir detenidamente., lo q«¿ lodos sabirt sobre Iä^

■■- ,V 'a : .

♦f

V ■ • a

'r;>^

-.-/ ■ : - - ’V ■■ ■' ■■■ ■■'■ -"■' - - -'■•■’ ■■'-„C

Page 14: {f - Universidad de Navarradadun.unav.edu/bitstream/10171/26129/1/FA.Foll.005.499.pdfdtjaes han s^vido; tarapoco « fijait ti\ referir detenidamente., lo q«¿ lodos sabirt sobre Iä^
Page 15: {f - Universidad de Navarradadun.unav.edu/bitstream/10171/26129/1/FA.Foll.005.499.pdfdtjaes han s^vido; tarapoco « fijait ti\ referir detenidamente., lo q«¿ lodos sabirt sobre Iä^