Febrero 02/ 2014Mensaje Dominical

Pst. Parrish Jácome Hernández

El Gran PanoramaTexto: Lucas 5 : 12 - 16

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La expansión del servicio responde a una decisión intencional, directa, valiente, donde la

respuesta es consecuente con una necesidad concreta frente a la cual estoy siendo

movilizado. Esta elección supera el marco emocional que responde momentáneamente

con ciertos impulsos sentimentales y luego los olvida, al envolverse en los afanes del

diario vivir.

Esta experiencia es sin lugar a dudas una prueba fehaciente de nuestro amor, aquel que

es capaz de inquietarnos, incomodarnos, hasta que lleguemos a la determinación que

debemos accionar de forma contundente. Este amor que viene del creador tendrá

siempre la sensibilidad de responder sin titubeos, mostrando que su expansión es

posible cuando entendemos que no se trata de vivir exclusivamente para nosotros, sino

de ser instrumento de bendición a otros.

Las oportunidades para extender el servicio siempre estarán a las puertas, corresponde

tener la disposición de verlas, considerarlas y comenzar a tomar contacto con ellas. Los

recursos siempre vendrán como resultado de una visión que asumió su compromiso

frente a la necesidad y emprendió en la tarea. El desafío más grande sigue siendo si

estoy interesado, si quiero hacerlo, si deseo involucrarme como instrumento del Señor,

lo demás está prometido, vendrá por añadidura.

Has sentido el deseo de actuar ante circunstancias que han golpeado tu corazón.

¿Lo has hecho? ¿Qué te ha detenido?

Pasar de los sentimientos a la acción no es un paso que siempre se da. Si es así,

¿sientes pesar de no haber actuado en casos que debías hacerlo? ¿Cuál es el

motivo?

El verdadero amor es compasivo, responde con espontaneidad. ¿Recuerdas una

experiencia de este tipo en tu vida y los resultados que se alcanzaron?

Las acciones de amor son una decisión, en este caso tienen que ver con la deter-

minación de hacerlo. En tu criterio, ¿por qué muchos cristianos aunque son

inquietados a actuar no lo hacen?

El querer es la evidencia de un amor que nunca le dice no a las necesidades, si

esto es así, ¿cuál es el área o necesidad a la cual el Señor te está invitando a

unirte?

¿Qué decisiones necesitas tomar para que tu amor por el Señor se expanda, al

punto de que nuevas áreas de servicio comiencen a levantarse?

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Considere las siguientes preguntas, reflexione en ellas y responda con honestidad.

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Ama sin reserva, sirve sin límites

Las inquietudes que se producen en diferentes momentos tienden a desvanecerse,

cuando al enfrentar las decisiones de como hacerlo, el temor, los pocos recursos o

sencillamente el encontrarse solo, termina por aplacarlas. Estas experiencias se viven

de formas innumerables, al dejar pasar circunstancias que intencionalmente el creador

las está provocando a nuestro alrededor.

Observar o ser testigos de la pobreza, enfermedad, o pasiones esclavizantes, con

frecuencia mueven los sentimientos, sean por incomodidad ante estas escenas o por

el sincero dolor de lo que se experimenta. La respuesta luego de transcurrir unos minu-

tos será decisiva, mostrando si las emociones actuaron y pasaron o si la misericordia

movió el corazón para ayudar a que estas circunstancias sean diferentes.

La historia de muchos centros de apoyos a madres solteras, ancianos, centros de

recuperación, guarderías, nacieron de iniciativas personales, una persona fue sufi-

ciente para cambiar la historia de decenas o cientos que lo necesitaban. El compro-

miso con esa causa mantuvo encendida la antorcha para reclutar, animar, conseguir

recursos, a fin que el objetivo se alcance.

Estos casos siempre encontraron apoyo en personas

inquietas por estos males sociales, compartiendo con

alegría de lo que habían recibido. Si bien el desafío

comenzó con una persona, la obra se desarrolló con

muchas, generando esa acción multiplicadora que sólo

el amor es capaz de hacer, cuando nos enseña a

deleitarnos en ser parte del bienestar del otro.

El amor también puede expandirse, cuando estamos

dispuestos a responder a esas necesidades que por

mucho tiempo las hemos observado sin hacer nada.

Sensibilizarse, conocer un poco más de las necesi-

dades, interactuar con los que viven estas circunstan-

cias, serán los primeros pasos para que nuestro servi-

cio se extienda, cubriendo espacios que en su

momento se consideraron imposibles de atender.

“El verdadero

amor se expande,

crece, alcanza

otros niveles,

para servir a

quienes les han

sido confiados. ”

�����������amor,�����������servicio

Lucas sistematiza con buen juicio las narrativas en su evangelio, permitiendo al lector pasar de una escena a otra, sin esos cortes que pudieran quitar la emoción de conocer más de los hechos del maestro. Los primeros capítulos están dedicados a presentar al Mesías, cubriendo los aspectos previos que se desarrollaron en los gestores y participantes directos de este milagro de la encarnación.El relato continúa presentando a un Jesús que fue antecedido por un gran profeta, Juan el Bautista, a quien se lo menciona por la trascendencia que alcanzó preparando el camino para su aparición pública. El evento que en muchas religiones se considera de iniciación, este es el bautismo del Señor, fue llevado a cabo por este hombre sencillo, a quien la historia lo honra de esta manera.El cuadro de las tentaciones llega, irrumpe, hilvanando esa realidad incuestionable que vive toda persona que se acerca a Dios. Las imágenes lejos de agotar la verdad de un constante acecho, presenta en bloques aquellas tentaciones que termina siendo más comunes en la vida cotidiana.La transición de inmediato se provoca al compartir el inicio de su ministerio público, evento clave para incorporar todos aquellos encuentros que el Maestro tendría con quienes procura-ban de su amor y de su gracia. La palabra que auténtica quien era serviría para anunciar el cumplimiento de un tiempo que ante los ojos de quienes escuchaban la lectura del profeta Isaías se estaba dando.La exposición de la palabra comienza a ganar presencia, en un conglomerado acostumbrado a una retórica fina, profunda, respetada, donde los grandes maestros hacían gala de conocimiento. Jesús va a distinguirse desde el inicio al mostrar que su enseñanza no busca notoriedad, pretende ser una muestra de amor, capaz de responder a cada persona en su necesidad.La marca del amor de inmediato hizo la diferencia, provocando auténticos milagros, muchos de los cuales causaron admiración, sorpresa y aún con tristeza cuestionamiento. Quienes están al otro lado de la acera se sienten con la libertad de juzgar y establecer si se debía realizar este milagro, olvidando que quien lo necesitaba fue feliz por recibirlo. La fuerza del amor de inmediato va a extenderse, provocando que su nombre comience a divulgarse por toda la región. Un maestro diferente, sin credenciales, sin escuela ha llegado, con la autoridad de encarnar lo que enseña, generando ese impacto que las palabras solas no pueden lograrlo.Las buenas noticas a los desvalidos, enfermos, atormentados, habían llegado, provocándose una presencia masiva de quienes veían en Jesús la opción de cambio a su penosa y en muchos casos larga realidad. Lidiar con estas circunstancias será desafiante para sus discípu-los, hombres de otro ambiente, para quienes estas vivencias no son familiares.La experiencia que tuvo Pedro con el maestro en su barca marcó su compromiso de seguirlo en adelante, al ser testigo de un milagro que como pescador sabia que sólo podía darse de forma sobrenatural. Alcanzar una pesca que necesito ayuda de otra embarcación fue la confir-mación de quien tenía al frente era el Mesías, tomando la decisión de inmediata de abandonarlo todo para andar con él.Pedro sería testigo de hechos indescriptibles, donde la mano tierna, amorosa del maestro, tocaba a quienes por su condición eran recluidos y abandonados literalmente por su condición. Las ciudades de refugio cumplían esa función con quienes por su enfermedad ha-

El Texto No es un Pretexto bían sido excluidos de la vida comunitaria.El encuentro de Jesús con un leproso abre un espacio de servicio impensado, la connotación social, el rechazo de las mayorías, es un detonante clave para quienes tenían muy pocas posibi-lidades de ser sanados e insertados a la vida diaria. Exponerse a ser visto en esas condiciones siempre luchaba con los temores internos que provocaban. Lucas narra la historia de un hombre con esta enfermedad, a quien se lo describe como una persona en un nivel alto de contaminación, por cuanto se dice, que estaba lleno de lepra. Su presencia buscaba la intervención directa del maestro, seguramente había escuchado tanto de Jesús, para superar todo obstáculo que tuvo que hacerle frente para colocarse a su lado.La dinámica del diálogo es extraordinaria, presentando la realidad de un hombre que considera no merecer nada, si tiene algo claro es que su caso puede recibir respuesta sólo con la interven-ción del Señor. Esa es la razón por la cual levanta una petición donde la decisión está en manos de Jesús, quien deberá pronunciarse.Señor, si quieres, puedes limpiarme. Estas palabras presentan el profundo respeto que este hombre sentía por Jesús, lejos de demandar, exigir, asumir la postura de víctima, presenta su caso con total sujeción a lo que determine el maestro. Unas palabras donde las expectativas no se esconden, hay el deseo de ser limpio, buscando la intervención de quien tiene el poder para hacerlo.

Quiero; sé limpio. La respuesta de Jesús es contundente, no hay titubeo, no hay tiempo para meditar, la decisión es tácita para acompañar con misericordia y amor, a quien siempre manifestó esa fe respetuosa, que no manipula, contrariamente descansa en la voluntad del creador, al saber que siempre su elección será lo mejor.

El testimonio de inmediato se produce, la lepra comienza a desaparecer, el hombre cubierto de esta enfermedad, observa como su cuerpo se va limpiando de forma completa. Pretender describir las emociones que este hombre siente es complejo, para quien vivió con este azote sentirse libre, es un sueño que hace tiempo dejó de albergarse, posible sólo con la intervención de Jesús de Nazaret.

La petición de inmediato vino, guarda silencio, no lo compartas, preséntate donde el sacerdote y ofrece tu ofrenda por la purificación. Un direccionamiento que buscaba reconocer todo el honor y toda la gloria que el creador merece, cumpliendo lo establecido por la ley de Moisés. A pesar de lo solicitado la fama de Jesús se extendía más y más.

La expansión de sus milagros comenzó abrir nuevas oportunidades, tomando contacto con personas en otras ciudades, donde las circunstancias requerían de su intervención de forma directa. El amor de Jesús era tal que sacrificando su descanso salía a recibir las peticiones de una multitud que no tenía duda que su palabra y su accionar podían generar un antes y después.

El servicio siempre será desafiado a responder a necesidades impensadas, donde la fuerza del amor será lo que mueva a desarrollar lo que en otro tiempo no fue posible. Reconocer que el amor todo lo puede será el principal insumo, para que las dificultades o temores sean supera-dos, mostrando que ese amor se traduce en acciones concretas en favor de los necesitados.

El verdadero amor se expande, crece, alcanza otros niveles, para servir a quienes les han sido confiados. Un amor que explora posibilidades, abre caminos, levanta recursos, mostrando que su respuesta tangible que es el servicio, siempre está en constante movimiento, ampliándose y extendiéndose sin reservas.

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